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La entrevista: Refugio Rosta, museo de los Pirineos

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Mientras atravesamos los pueblos del Valle de Arán, camino del refugio Rosta en Salardú, empezamos a ver los primeros bosques que, luciendo con timidez policromías en construcción, nos anuncian la llegada del otoño. Las aguas del río Garona, bajan tranquilas camino a la hibernación. Más arriba, se puede descubrir el gran glaciar de la Maladeta, rodeado de bellas montañas, imponentes e inhóspitas. Montañas llenas, por cierto, de palabras y de gestas poco explicadas y por lo tanto poco escuchadas durante los últimos doscientos años de vida pirenaica... Buenos días Maria Àngels y Manel... ¿Qué habéis desayunado hoy?

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Una tostada con aceite y una mezcla de hierbas. Es un excelente desayuno para empezar cualquier día del año.

Hagamos un poco de historia sobre vuestra llegada al Valle de Arán desde un pueblo, tengo entendido, muy lejano...

Manel y yo nos conocimos en Sant Boi de Llobregat durante nuestra juventud. Teníamos aficiones comunes –como el montañismo, el cine, los conciertos–, pero el paso definitivo lo dimos mientras Manel, con un amigo suyo, Leopoldo Varas, hacían de guardas durante los veranos en el refugio Colomina. En 1979 nos casamos y el viaje de novios fue pasar el verano en el refugio Colomina y nos planteamos, de nuevo, dejar la ciudad e ir a vivir a la montaña, sin pensar en ningún lugar. Manel y su amigo tenían la idea de hacer un refugio a los pies del Aneto, en Ballibierna, pero los de la federación nos dijeron que aquello pertenecía a Aragón y que otros intentos similares habían fracasado. Pero hablando con los científicos de Mataró (miembros de la Agrupación Científico-Excursionista de Mataró) conocían una casa de alquiler en Salardú, donde se podría hacer un refugio. Fuimos a mirar la casa a primeros de septiembre del año 1979 y dos meses después, en diciembre, abrimos el refugio Rosta.

¿Cuáles son las primeras impresiones?

Yo no había estado nunca en el Valle pero Manel sí. Nos encontramos con una casa muy antigua que te enamoraba, que llevaba treinta años cerrada, que debía renovarse pero éramos jóvenes, y con Francesc (hermano de Manel), los tres juntos, tiramos el proyecto adelante con mucha fuerza y gran ilusión.

¿Cómo son los inicios?

Desde el primer día bautizamos la casa como refugio, pese a estar en la plaza Mayor de Salardú. En aquella época, en el refugio Colomina, habíamos llegado a estar una semana de verano sin ver a nadie. No se podía vivir como ahora y pensamos que un refugio situado en un pueblo era un modelo diferente. Nuestra filosofía era y es: “nos gusta el trabajo de atender a la gente” pero “no quiero llevar las maletas a nadie”. Con los clientes nos miramos a la misma altura de los ojos y nadie está por encima o por debajo del otro, por el hecho de pagar. Debemos tener un trato de igual a igual y acercarnos a un concepto de hospitalidad más natural.

¿Quién viene durante estos años ochenta?

Mucha gente de Cataluña, de Barcelona y los alrededores, con un perfil muy montañero. Los primeros cursos de formación de monitores de esquí de montaña de la Escuela Catalana de Alta Montaña se hicieron aquí, así como otros cursos con otros centros excursionistas. Hay un contacto muy estrecho con el mundo excursionista catalán, coincidiendo con los éxitos del alpinismo catalán en el Himalaya, las grandes expediciones al Everest, al Lhotse. Pero una serie de accidentes mortales de algunos de nuestros amigos provoca una ruptura sentimental muy importante en nuestras vidas.

¿Quién es el propietario del Refugio Rosta?

Los “Rosta”, de apellido Abadía España, fueron una de las familias más importantes del municipio. Tenían muchas tierras y propiedades. Donde estamos ahora, la antigua posada Rosta, probablemente fue la primera fonda del Naut Aran y no sé si de todo el Valle. Hemos encontrado referencias escritas de grandes pirineistas como Maurice Gourdon, Franz Schrader, Louis Roubach... que inician las primeras exploraciones del Valle de Arán y hablan de alojarse en chez Abadía Roste a mediados del siglo XIX. Algunos elementos arquitectónicos del edificio son sin embargo anteriores, del dieciocho, incluso del diecisiete. Nosotros llevamos la gestión y le hemos dado este aspecto desde 1979.

Salardú es un pueblo muy atractivo...

Tiene una situación geográfica estratégica: enclave fronterizo con Francia por el puerto de Urets, conecta con la Ribagorza por el Port de Caldes, y con el Pallars por el puerto de la

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Bonaigua y el valle de Montgarri. Es un pueblo con muchas colinas, medio amurallado, rodeado por dos ríos, el Garona y el Unhòla. Está aislado sobre una peña con dos portales de entrada: el portau de Naut que también se conoce como del Pallars y el portau de Baish, que actualmente ya no existe. Este hecho le ha permitido afrontar históricamente asedios importantes como, por ejemplo, frente al ejército hugonote (movimiento político-religioso francés de inspiración calvinista) a finales del siglo XVI. Un centenar de vecinos fueron capaces de detener todo un ejército de 3.000 soldados franceses. ¡Toda una hazaña! La leyenda cuenta que con las lanzas y espadas de los hugonotes vencidos se construyó la reja de hierro del presbiterio de la iglesia de San Andrèu de Salardú. En resumen, un núcleo de paso de viajeros donde quizás el Rosta ya tenía un pajar donde acoger a algunos de ellos.

¿Por qué decís un pajar?

Las posadas antiguas no eran como las de ahora. Las habitaciones, las camas, los colchones o las sábanas eran lujos poco vistos en los pueblos pirenaicos. Se dormía en espacios comunitarios. Esto no quiere decir que no hubiera lugares con habitaciones y con personas que se dedicaran a preparar comida y servirla en una mesa. Los pajares vendrían a ser los ancestros de los hostales.

Del pajar hasta el PyrenMuseu, hay un largo camino...

¡Pues sí! El 30 de noviembre de 2010 lo inauguramos, el día de San Andrés. Nos gustó mucho hacerlo con la gente de aquí y también que el alcalde tuviera la gentileza de incluirlo dentro de los actos oficiales del día del patrón. Pero lo que más sorprendió a la gente del pueblo fue todo el movimiento de descubrimiento entorno al Pirineísmo, para muchos totalmente desconocido. La expresión fue…“¡Esto no lo sabíamos nosotros!”

Ramond de Carbonnières es considerado el padre del Pirineísmo...

El gran geólogo y botánico Louis Ramond de Carbonnières, a finales del siglo XVIII, ya dedicaba todo un capítulo entero al Valle de Arán en la obra “Observations faites dans les Pyrénées...”. Por tanto, las primeras descripciones geográficas del Valle se pueden leer muy pronto y formarán parte de los objetivos de los futuros exploradores y científicos que nos visitarán durante el siglo diecinueve.

Un personaje bastante desconocido es Maurice Gourdon…

Sí. Aparece por el Valle de Arán hacia el año 1870. Es un señor de Nantes, de la burguesía francesa, que se enamora de Luishon y los Pirineos. Allí construye una casa –ville Maurice– y el Valle tiene la suerte de estar geográficamente muy cerca. Será el primer valle “español” que vive la edad de oro del Pirineísmo. Gourdon nos visita regularmente durante muchos años. Como naturalista, hace las primeras ascensiones a muchas de las cimas de los alrededores como, por ejemplo, el Montardo y curiosamente en su cima se hace una foto junto a un montón de piedras de forma cónica, y que nosotros lo hemos escogido como símbolo del Museo. Se llaman cairns y son más grandes que los hitos. Gourdon hace estudios arqueológicos en el Pla de Beret y publica artículos de botánica. Hace mucha fotografía a pesar de que no es muy bueno con la cámara, más que clic parece que haga crack… El fondo documental del PyrenMuseu posee su álbum personal de fotos (1872-1886) y el manuscrito con sus memorias de 60 años de explorador y pirineista. ¡Dos documentos extraordinarios y únicos!

El mundo del Pirineísmo está presente también, en la actualidad, en la biblioteca de Salardú, de la que tú, María Àngels, eres la bibliotecaria, ¿no?

Como biblioteca municipal y pública siempre hemos intentado que tanto la colección local como el fondo sobre los Pirineos sean amplios y bastante completos. Por ejemplo tenemos la gran obra etnográfica “Los Altos Pirineos de Fritz Krüger”, en seis volúmenes, que fue publicada entre 1935 y 1939, que en otras bibliotecas del Valle no se puede encontrar; varias publicaciones de Ramón Violant y Simorra, como el “Pirineo español”... Todo lo que publica la editorial Garsineu, lo tenemos. La gente que viene a hacer investigación sobre Pirineos puede consultar estos libros y otros documentos.

¿Cuándo se crea la biblioteca?

En el año 1985, cuatro años después del nacimiento de nuestra primera hija. En el pueblo había muchos niños y pensé que a Salardú le hacía falta una biblioteca. Le propuse al alcalde

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Jaime Geli y él me contestó que si me encargaba yo, ¡pues adelante! Lo hice y me siento muy muy orgullosa. Todos los alcaldes que han ido pasando la han mantenido con su presupuesto correspondiente e incluso se ha ampliado.

¿Qué tipo de público utiliza la biblioteca?

Muy diverso. El día a día cambia mucho según la estación del año: en verano e invierno son personas que tienen segundas residencias, turistas y trabajadores de temporada, mientras que en primavera y otoño, viene la gente de aquí, con un incremento notable de personas mayores y de padres.

¿Qué destacarías de la otra biblioteca, la del PyrenMuseu?

En el piso superior tenemos una pequeña librería a disposición de los clientes, donde pueden encontrar novelas, literatura de entretenimiento y libros más generalistas sobre los Pirineos. En la parte del archivo sí que tenemos una serie de documentos notables y que son accesibles para quien lo solicite. Destacaría este manuscrito de 1930, escrito a mano por Maurice Gourdon, donde relata las peripecias de sesenta años de montañero y comprende desde que viene con sus padres a los Pirineos en el año 1860. Y hay muchos capítulos dedicados a sus exploraciones por aquí, en el Valle de Arán.

¿Cómo llega un documento así a vuestras manos?

Fuimos a una subasta en Francia. Ahora ya no vamos tanto porque nos hemos gastado todo el dinero Jajaja! La pasión y la proximidad por los Pirineos, en el sur de Francia, ha sido mucho mayor que en España. Hay muchas familias de pirineistas que tienen grandes bibliotecas. En concreto, la última subasta se hizo en Auch, a 100 km de Toulouse, donde la familia Laplagne-Laplace se vendía un total de 500 lotes con 700 volúmenes, entre libros, mapas o fotografías. Es muy emocionante... cuando haces la oferta, sabes que el Estado francés tiene el derecho de adquirir cualquier documentación incluso después de la licitación. Cada año, una o dos bibliotecas de este tipo pasan a subasta regularmente. Lo podéis consultar en www.interencheres.com.

Retomando el tema de las exploraciones de Gourdon...

Un relato que os gustará es que, después de viajar por el Pallars y Andorra, y al llegar de nuevo a Banhères de Luishon , se cambió el traje de montañero por el frac, con camisa blanca y sombrero de copa, y haciendo el aperitivo en la terraza del paseo y hablando con otros guías, les dijo: “Vosotros habéis viajado mucho por los Pirineos y habéis hecho muchas expediciones y muchas ascensiones pero no habéis visto todavía la montaña más bella. Se encuentra bajando del Valle de Arán, por el puerto de Ratera”. ¡Se refería a los Encantats! Entonces les enseñó dibujos y fotos, les explicó cómo era la montaña y entre los guías que lo escuchaban se encontraba Ludovic Fontàs, al que animó a hacer la primera ascensión, que se realizó en 1901.

Franz Schrader es otro de vuestros huéspedes...

¡Este cartógrafo francés es un genio! Es un genio porque es el primero que hace un mapa de los Pirineos centrales con curvas de nivel. Tenemos la primera edición del mapa del Valle de Arán, de las Maladetas y del Aneto. Son 6 hojas que componen un mapa. Lo construye en una decena de años, subiendo a muchas cimas y plantando el famoso orógrafo para hacer orografías, es decir, extrapolaciones del horizonte sobre un disco de papel. Es un gran artista y algunos de los trabajos técnicos de estas orografías los eleva a la categoría de arte, a partir de tratamientos con tinta china o acuarelas, pues también es un reputado pintor.

Una de sus expediciones es la búsqueda de las fuentes de la Garona...

Sí. Hace una expedición completa hasta el Pla de Beret, siguiendo el curso del río y publica un artículo en el boletín del CAF (Club Alpin Français) sobre las fuentes del río Garona y durante esta campaña duerme en el refugio Rosta. Tenemos un libro donde lo explica y donde encontramos un magnífico dibujo del pico de Peguera. Schrader es muy atrevido al afirmar que están en Beret (las fuentes) ya que en aquella época los franceses defendían que el Garona provenía del glaciar del Aneto y, en concreto, nacía en la Artiga de Lin.

¿Cuántas referencias diferentes conocéis sobre el nacimiento del Garona?

Conocemos cuatro. ¡Son cuatro! La primera, es la histórica de siempre, lo que explica Schrader, en el plan de Beret. Es fantástico que en un mismo lugar, separados por 50 metros, un río se dirija hacia el Mediterráneo y otro, hacia el Atlántico. Es muy romántico y rodeado de un paisaje precioso. La segunda, sería la del resto de franceses que decían que eran las aguas del glaciar de las Maladetas que después de introducirse en el agujero de Aigualluts salían en los Joèu. La tercera, sería la del afluente más largo, en el lago Gelat de Saboredo pero con un problema: qué está el Pallars Sobirá. Jajaja! Y la cuarta sería la fuente que tiene más caudal y con más regularidad: la fuente de Aigüeira. De esta surgencia kárstica –con unas

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reservas estimadas de 5 Hm3– sale la captación de agua que alimenta Tredòs, Salardú, Unha, toda Vaqueira, toda Ruda y aún sobra. Da para hacer una mini-central hidroeléctrica.

Volvamos a los ilustres visitantes: Alfonso XIII, rey borbón de España…

Es el primer rey moderno que visita el Valle de Arán y bajando del puerto de la Bonaigua, la primera casa donde se detiene es esta. Entre las últimas adquisiciones del PyrenMuseu, queremos destacar dos fotografías inéditas, de autor desconocido, hechas en Salardú durante esta visita real en el año 1924. Una es en la plaza Mayor y la otra en la plaza de la Iglesia. Las presentaremos el día del patrón, San Andrés. Un rey que funda la primera agencia española de turismo (Comisión Nacional de Turismo, 1905) ya que apuesta por el turismo como motor económico. Por cierto, también será el único monarca que condecora a un espeleólogo y aventurero extranjero, Norbert Casteret, justamente por el descubrimiento del origen de las aguas de las fuentes de los Guells deth Joèu en la Artiga de Lin, que como comentábamos antes provienen del glaciar del Aneto y se tragó el agujero de Aigualluts. Lo consiguió tirando ochenta kilos de fluoresceína en las aguas del agujero de Toro. ¡Durante dos días, las aguas del Garona bajaron verdes, muy verdes!

¿Qué viene a hacer el rey en el Valle de Arán?

Es un viaje real que hace desde Madrid hasta los Pirineos con tres pernoctaciones: la primera, en Cabdella, para visitar las obras hidroeléctricas de los lagos de Cabdella, la segunda en el Valle de Arán entrando y saliendo por el puerto de la Bonaigua y deteniéndose en Salardú. Hay fotografías ante la puerta del refugio Rosta hechas por el cura Llobet de Bossòst, donde se le ve en la puerta del edificio. Entra, se lava, descansa un poco para continuar después la visita al pueblo, que le prepara un lunch (ya lo llaman así) en la plaza de la Iglesia. Después de comer continúa hacia Vielha, donde no se detiene y duerme en Les, dicen algunos, porque hay la única casa del Valle que tiene bañera. Le preparan una comida que vienen a servirla expresamente los camareros del Ritz de Barcelona.

La jornada siguiente, en Vielha, será histórica…

Al día siguiente sí que visita Vielha, hace los parlamentos correspondientes y el pueblo le pide la construcción de un túnel que los comunique con España. El rey promete el túnel con la suerte que, además, su chófer es un aranés de Vielha y que es muy amigo de su mujer. Este ayudará a que con los años se haga realidad esta gran infraestructura de comunicación que transformará radicalmente la vida del Valle. Después marcha hacia la Seu d’Urgell y de allí a Lleida donde cogerá el tren para volver de nuevo a Madrid.

¿Podemos establecer algún tipo de relación entre el monarca y el Pirineísmo?

Cuando él llega aquí a Salardú, las primeras palabras que pronuncia al bajar del coche son: “¿Y las Maladetas y el Aneto?” Uno de los vecinos que lo recibe le dice “¡Hacia allí, Su Majestad, pero hoy no se ven porqué está nublado!”

Hagamos un salto en el tiempo y situémonos en la actualidad. El refugio tiene una gran carga histórica, tiene mucho sentimiento, tiene unas ilusiones y un proyecto personal depositadas en él pero necesita reinventarse. ¿Qué camino escoge?

El refugio Rosta es una empresa familiar donde la educación, la cultura y los viajes son nuestra mutua concepción de la vida y como entender las cosas. Pero el negocio se tambalea porque las instalaciones son muy antiguas y la estructura prácticamente es la misma desde el siglo XIX. Este equipamiento de hostelería junto a los grandes hoteles del Valle no puede competir, no tienes nada que hacer. Los visitantes se han acostumbrado a unos nuevos estándares de comodidad que nosotros no tenemos: las habitaciones deben tener baño, calefacción, televisor... aunque nosotros pensamos que para dormir hacen falta dos cosas: una buena cama y silencio.

Así, vuestra posición en el mercado no es fácil...

¡Exacto! Te enfrentas a una renovación, pero ¿cómo hacerla? Apostamos por juntar la pasión y el conocimiento con las necesidades reales. ¡Decidimos hacer un museo! Dotamos al refugio Rosta de un plus histórico y recuperamos el legado del Pirineísmo. La figura de Maurice Gourdon, Franz Schrader y otros pirineistas –que desconocíamos hace quince años– será otro de los incentivos. Cuando compramos la casa donde vivimos ahora, propiedad de otros antiguos posaderos del Rosta, encontramos documentación de la fonda. Una vez decidida la idea del Museo, el libro sobre el Pirineísmo de Josep Baqués del refugio Colomèrs también nos ayudó bastante. En aquella época, de hecho siempre, venía mucha gente y nos preguntaba si podían visitar la casa porque había sido de algún antepasado suyo. Fueron muchas cosas pero todas en el marco de una renovación necesaria y el hecho de dejar constancia de esta parte de la historia. La decisión de hacer el PyrenMuseu proviene de lo que nosotros denominamos una “lluvia fina”, una lluvia que te va calando por todos lados.

¿Qué es el PyrenMuseu?

Es un equipamiento cultural único en su género. De museos hay muchos en los Pirineos y la mayoría son etnográficos, dedicados a la vida de la gente que vive en estas montañas. El museo de Lourdes, el de Luishon, el Ecomuseo de las Valls d’Àneu, el de Vilamòs, el de Vielha, en Jaca, en Graus... Hay museos a ambos lados de los Pirineos donde el Pirineísmo, en algunos de ellos, ocupa una parte, una sección, una habitación, una vitrina… El PyrenMuseu es el único museo que está dedicado a esta parte de la historia de los Pirineos en su totalidad.

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¿Por qué?

Nosotros entendemos que el Pirineísmo es un movimiento muy importante pero bastante desconocido. Lo que somos en la actualidad como sociedad, de hecho proviene de este movimiento. Para los que lo conocen está cayendo en el olvido y la semilla del PyrenMuseu es recuperar y difundir esta parte de la historia y volverla a poner en valor mediante su divulgación. La historia moderna de los Pirineos no se puede entender sin conocer estos pirineistas que nos visitan, sobre todo, a lo largo del siglo XIX, al amparo del Romanticismo. La pasión por la aventura, la exploración y la ciencia añadido al amor por la montaña es lo que lo diferencia del Alpinismo. Este último valora más el esfuerzo deportivo mientras que el otro es más el amor y la emoción por unas montañas. La alegría, la felicidad de hacer montañismo, explicarlo y darlo a conocer. Si hacemos una charla, por ejemplo, a un grupo de Pau casi todo el mundo conoce el Pirineísmo pero si la hacemos a un grupo de París desconocen incluso dónde están los Pirineos.

¿Qué les explicáis?

Les explicamos que muchas de las excursiones que harán, con guías o sin, hubo unos señores y señoras que ya las hacían hace dos siglos. Por ejemplo, cuando los llevamos a la boca sur del túnel y por el puerto de Rius van a dormir al refugio de la Restanca, este itinerario ya lo hizo a mitad del siglo XIX el gran pirineista Henry Russell durante su primera y prácticamente única visita al Valle de Arán. Vino de las Maladetas, bajó hacia el Espitau de Vielha y pasando por Rius llegó a Arties. Tras conocer la historia del Pirineísmo, muchos visitantes nos dicen que han encontrado un sentido diferente a sus vacaciones. No ha sido sólo caminar sino toda una experiencia diferente. Les decimos que ellos ahora son los nuevos pirineistas y que lo escriban en sus blogs, facebooks, etc. y lo transmitan a sus amigos y conocidos.

Estáis haciendo un trabajo cultural extraordinario...

Sí. Más o menos reconocido según los ámbitos. En Cataluña y resto de la península nos falta reconocimiento pero entre el público francés es diferente. Hoy mismo, se han ido dos clientes que serían las clientes modélicas o ideales para nuestra filosofía. Han estado cinco días caminando por el Valle de Arán, combinando sus caminatas con visitas a equipamientos culturales como museos e iglesias. Cada día, con lluvia o sol. Han mezclado naturaleza y cultura. Las iglesias de Arties,

Vielha, de Gausac... pero siempre caminando arriba y abajo.

¿Cómo se estructura el museo?

Tiene cuatro ejes: el propio edificio histórico, la colección de fotografías, muchas de ellas inéditas, las vitrinas con exposiciones de objetos de la época (primeros crampones forjados del siglo XIX, piolets de metro treinta, bastones de madera, esquís y otros materiales diversos… y toda la parte del fondo documental, mapas, libros, manuscritos, carteles y otros objetos notables) y los paneles explicativos que están redactados en aranés. Es nuestra manera de defender y mostrar la lengua propia del Valle de Arán. Ofrecemos a los visitantes un prospecto con toda la información traducido a seis idiomas. Pensad que el PyrenMuseu ocupa los espacios del refugio Rosta. Puedes alojarte en un museo. El aire y el ambiente que ofrece es muy particular para los amantes de los lugares exclusivos cargados de belleza, historia y al mismo tiempo de simplicidad.

¿Qué son las Pyrenades?

Es un festival sobre Pirineísmo que nace con el propósito de trabajar en su difusión mediante conferencias, charlas, ciclos de películas, excursiones, presentaciones de libros... Cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Naut Aran y el IDAPA (Instituto para el Desarrollo del Alto Pirineo y Aran). Se celebra en Semana Santa y dura una semana. La estructura se compone de excursiones durante las mañanas (paseos por el patrimonio cultural y/o caminatas por los valles principales) mientras que por las tardes hay un ciclo de conferencias con invitados relevantes y por la noche la muestra de cine de montaña. Todo ello acompañado por exposiciones temporales y alguna actividad musical para terminar de dar ambiente. Hemos hecho dos ediciones hasta ahora: en el año 2011 asistieron unas 1.700 personas y este año hemos doblado hasta llegar a las 3.500. Y ya tenemos casi lista la de 2013.

La exposición de este año ha tenido mucho éxito...

El año pasado tuvimos una exposición del CEC, de fotografía de montaña, de Ignasi Canals Tarrats pero este año hemos dado el salto con una exposición propia sobre la fotografía estereoscópica y 3D titulada “Los Pirineos en profundidad”. Es itinerante y de momento ya ha estado en la Seu d’Urgell y Esterri d’Àneu. A pesar de las actividades culturales en los Pirineos también se están notando los recortes. Es una exposición muy curiosa que gusta mucho y de la que el propio

Cuaderno de trabajo de Franz Schrader (1855)

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ßrefugio Rosta ha construido una réplica muy completa que se puede visitar de forma permanente todo el año y disfrutar así de la belleza de las imágenes tridimensionales. Animo a las instituciones y equipamientos que la soliciten para su pueblo pues es una auténtica joya.

¿Después de oír todo lo que nos habéis contado, qué es para vosotros el Refugio Rosta?

Detrás del refugio se esconde toda una vida. Una escuela para la vida enriquecida con la llegada de nuestros tres hijos –Vidalba, Gerard y Berta– que, cuando se han hecho mayores, nos han ayudado, trabajado, conviviendo con nosotros los buenos y los malos momentos. La familia ha aprendido a hacer las actividades domésticas a gran escala y sobre todo a relacionarse con todo el mundo con las puertas bien abiertas. Creo que hemos sido, por nuestro carácter, una familia muy involucrada con el municipio. La biblioteca, el refugio Rosta, la estación de esquí –el jefe de seguridad es nuestro hermano Francesc– e incluso hemos estado involucrados con la política y los asuntos municipales, durante tres legislaturas, como cosso al Ayuntamiento, y como conselher al Conselh Generau. El PyrenMuseu y Pyrenades es la última expresión de este compromiso con el municipio. Ofrecer un nuevo equipamiento y unas actividades que sirvan de referencia para el municipio y que colaboren con el crecimiento de la economía municipal.

¿Y el futuro?

El futuro está en manos de los clientes. Nosotros nos podremos mantener si tenemos gente. Necesitamos que los amantes de la montaña, al programar sus visitas al Valle de Arán, tengan presente nuestro equipamiento. El PyrenMuseu no tiene aportaciones públicas y se financia con las visitas que se hacen al museo y los alojamientos del refugio. Es un museo vivo y del que puedes disfrutar estando en él alojado. Un comentario frecuente es que estamos en un lugar que destila historia donde puedes desayunar, comer, cenar y dormir.

Unas pequeñas reflexiones sobre el Parque.

El Parque es el faro mundial del Valle de Arán. La gente extranjera cuando viene aquí, al refugio Rosta, viene por el Parque Nacional. Las agencias nacionales y sobre todo extranjeras nos dicen que la gente quiere ir al Parque, quiere caminar por el Parque. Es la luz en el mundo de este Pirineo central.

¿Y vosotros que destacarías del Parque?

El Valle de Arán paisajísticamente es muy bonito pero el Parque está haciendo una difusión muy importante de lo que son los Pirineos, el patrimonio paisajístico, la fauna y la flora de alta montaña y pensamos que el mensaje está llegando a la sociedad aranesa. La visión sobre el Parque es cada vez más positiva entre la gente joven y no tan joven.

¿Vuestros rincones preferidos?

Hace años que no nos paseamos con la intensidad que se merece pero, sin lugar a dudas, Colomès es un rincón único en el mundo. Es un paisaje muy proporcionado, armónico, asequible y cercano. El conjunto de lagos con el circo de las montañas que los rodean es un paisaje único. Guías franceses o suizos que trabajan en los Alpes se van maravillados y te dicen que los paisajes de Colomès no los encuentran en los Alpes. Estos paisajes no los hemos visto en ninguna parte. ¡Estamos enamorados de Colomès!

Estar enamorado es una magnífica despedida a las palabras que hoy nos han ofrecido esta familia aranesa que ha hecho de los Pirineos y del Valle de Arán, su modus vivendi particular, único e irrepetible, imposible de plagiar. Como todas las creaciones, es patrimonio de quien lo piensa y de quien lo quiere compartir. Recordando al famoso erudito francés Henry Beraldi, el refugio Rosta, el PyrenMuseu, las Pyrenades, la biblioteca de Salardú no son más que un camino, un sentimiento, una forma de vida que hay que dejar

escrito. Así lo hemos hecho para quien lo quiera leer... Josepmaria Rispa Pifarré Tardor de 2012

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