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ESPECIAL ENVEJECIMIENTO
Envejecimiento, alimentación y estilo de vida
En este artículo, te doy pautas para frenar el cronoenvejecimiento, pues si tu dieta es deficiente en algunos nutrientes y le sumas el estrés y la exposición a un exceso de radiación solar y a tóxicos, tu piel se verá menos joven que su edad biológica.
Amil López
Nutricionista.
Muchas veces compramos cosméticos antiedad pero nos olvidamos de la influencia de nuestra alimentación y estilo de vida en el envejecimiento cutáneo.
¿Por qué se produce el cronoenvejecimiento?
1.-Genética
Cada persona tiene un capital genético que le predispone a padecer determinadas enfermedades. De ahí que heredemos un tipo de piel (grasa, mixta, seca, reactiva...), de pigmentación (en función de la cantidad de melanina) y de tendencia a ciertas lesiones dérmicas (pecas, lunares, arrugas, manchas...) de nuestros padres. Además, están los procesos epigenéticos, que dependen del estilo de vida de la persona y que se basan en la expresión de determinados genes según sean los hábitos alimentarios, la práctica de ejercicio y la exposición al estrés crónico, al insomnio y a agentes externos como a la radiación solar, al alcohol, al tabaco o a la contaminación ambiental. Controlar estos factores tiene un gran potencial para frenar el envejecimiento.
2.-Daño solar
Además de la genética, una exposición excesiva al sol, o hacerlo sin fotoprotección, favo-
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rece la aparición prematura de lesiones en la piel como arrugas finas y profundas, sequedad, flacidez, aspereza, microvarices y cambios pigmentarios (lentigo solar).
3.-Exposición a tóxicos
Cada calada a un cigarrillo genera en los pulmones más de un billón de radicales libres e inflamación. El tabaco no sólo destruye el colágeno sino que también destruye la vitamina A, acelerando el envejecimiento y la aparición de arrugas prematuras. El alcohol tiene un efecto muy similar al tabaco sobre la piel. Reduce la oxigenación, la producción de colágeno y como consecuencia tu cutis pierde brillo, elasticidad y firmeza. Obliga al hígado a trabajar el doble para poder eliminar las toxinas y la grasa y no siempre lo logra, por lo que aparece el acné o empeora su evolución. El alcohol también reduce los niveles de vitamina A provocando sequedad y arrugas.
4.-Procesos inflamatorios
Cuanto mayor sea el nivel de inflamación celular, más difícil será frenar el cronoenvejecimiento. Esto es debido a que se activa el daño por estrés oxidativo y la concentración de radicales libres como el peróxido de hidrógeno. La inflamación también afecta a la comunicación hormonal y a la función de células inmunitarias como las NK (Natural Killers). La inflamación celular se activa por una infección, lesión o por unos malos hábitos alimentarios. Se caracteriza por el desajuste entre el inicio y la resolución de la inflamación, la activación crónica del sistema inmunitario innato y la inflamación por debajo de la percepción de dolor.
La inflamación es como un grifo abierto
que hay que cerrar. La inflamación es iniciada por el factor de transcripción nuclear de genes NFkB, que activa la producción de mediadores inflamatorios como la ciclooxigenasa (COX2), el factor de necrosis tumoral (TNF) y las interleukinas (IL1 e IL6). Varios factores pueden activar el NFkB: el exceso de calorías que causa estrés oxidativo, el exceso de ácidos grasos omega-6 procedentes de los aceites vegetales refinados (maíz, soja, girasol, cártamo) y el exceso de hidratos de carbono y de azúcar oculto que activan la insulina y la formación de más omega-6 (ácido araquidónico) y de productos avanzados de glicosilación (PAG). La resolución de la inflamación es realizada por las resolvinas, protectinas y maresinas, hormonas derivadas de los omega-3 y por los antioxidantes. Cuando la fase de activación es demasiado potente o la de resolución, demasiado débil, aparece la inflamación celular, las enfermedades crónico-degenerativas y es más difícil frenar el envejecimiento. ÁCIDOS GRASOS E INFLAMACIÓN TLR: receptores tipo Toll (fragm. microbianos) RAGE: receptores AGE (comp. glicosilación avanzada)
Omega-6 (AA) Receptores de citoquinas ADN PPARy: Peroxisome NF-kB proliferator-activated receptor Enz. inflamatorias (COX-2) Citoquinas (IL-1, IL-6, TNF) Estrés oxidativo
Omega-3 (EPA y DHA) Polifenoles
5.-Sobrepeso y aumento del % grasa corporal La acumulación de grasa corpoESPECIAL ENVEJECIMIENTO ral, sobre todo a nivel abdominal, es un factor que incrementa la inflamación celular. La grasa que recubre las vísceras es muy activa, sobre todo en las mujeres. Sus células (adipocitos) liberan hormonas proinflamatorias, por tanto todo programa que quiera frenar el envejecimiento debe favorecer alcanzar un peso y composición corporal saludable.
La acumulación de grasa corporal incrementa la inflamación celular.
6.-Mala comunicación hormonal
Con el paso del tiempo y, sobre todo, si sigues un estilo de vida poco saludable, aparecen problemas de comunicación hormonal asociados a una disminución del mensajero AMPc y al deterioro de la función mitocondrial. Como el 92 % de los radicales libres se producen en las mitocondrias, es muy importante cuidarlas. Se ha demostrado que las dietas ligeramente hipocalóricas regulan la actividad mitocondrial y favorecen una mayor longevidad. Como las mujeres tenemos menor actividad mitocondrial, estadísticamente vivimos 5-7 años más que los hombres.
Cambios hormonales asociados a la edad
Algunas hormonas disminuyen como la hormona del crecimiento, la testosterona y los estrógenos. Por una parte favorecen la pérdida de masa muscular y del tejido de sostén cutáneo, potenciando la flaccidez. Como el envejecimiento está relacionado con la síntesis de estrógenos, es conveniente empezar a cuidarse antes de la menopausia para frenar el cronoenvejecimiento y mantener la piel elástica e hidratada. Conforme cumples años otras hormonas aumentan como la insulina, que favorece el sobrepeso, la celulitis, el acné, la diabetes y otras enfermedades crónicas y degenerativas; los eicosanoides “malos”, que favorecen el aumento de la inflamación y de las patologías cutáneas asociadas como rosácea, eczemas, acné, etc.; y el cortisol, muy relacionado también con la exposición al estrés crónico, que favorece la pérdida de densidad cutánea, la deshidratación y el sobrepeso.
7.-Sedentarismo
Si realizas ejercicio físico moderado a diario conseguirás frenar el cronoenvejecimiento, ya que la actividad física activa la tonificación muscular y los procesos antiinflamatorios de tu sistema inmune. El ejercicio también estimula la oxigenación y nutrición de las células de la piel.
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1.-Dieta ligeramente hipocalórica
Estudios con poblaciones centenarias de Okinawa o Cerdeña han demostrado que consumen menos calorías que sus vecinos. Una moderada restricción calórica se asocia con vivir más años y con mejor calidad de vida, porque se cree que activa las sirtuinas, que son genes que regulan la producción de radicales libres y que mejoran nuestras defensas antioxidantes. También se ha postulado que las dietas ligeramente hipocalóricas reducen la actividad mitocondrial y la formación de radicales libres. La restricción calórica reduce el nivel de colesterol, triglicéridos, glucemia e insulina. Mejora la tensión arterial, porque aumenta la producción de óxido nítrico endotelial, que produce vasodilatación de arterias y venas y reduce la producción de citokinas proinflamatorias (TNF α, PCR e IL-6), que también favorecen el cronoenvejecimiento.
2.-Cuida tu hígado
Para rejuvenecer y desintoxicar tu piel es muy importante limpiar el hígado con un complemento depurativo a base de alcachofa, cardo mariano, diente de león o boldo y evitar irritantes hepáticos como café, fritos, alcohol, azúcares (dextrosa, glucosa, maltosa, lactosa, fructosa, miel), exceso de lácteos (yogur, queso), grasas procesadas (saturadas y trans), hidratos de carbono refinados (pan, pasta, galletas, bollería), aditivos, colorantes y conservantes, alimentos procesados o muy elaborados y carnes rojas.
3.-Bebe más
Para ayudar a la función hepática de eliminación de toxinas y activar tu metabolismo, debes beber al menos 2 litros de agua cada día, también sirven infusiones, caldos, sopas frías como gazpachos, etc. Mejor smoothies que zumos, pues como conservan la fruta tienen todos los beneficios antiaging sin activar tanto la insulina.
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4.-Reduce grasa corporal
Para ayudarte a reducir el perímetro abdominal, sigue estos consejos: • Reduce la ingesta de proteína animal, sobre todo carnes rojas y de grasas saturadas y trans, pues aumenta el nivel de inflamación, reducen la sensibilidad a la insulina y favorecen el sobrepeso. • Aumenta el consumo de pescado azul y frutos secos por su aporte de omega-3, así como de aceite de oliva virgen extra por su riqueza en vitamina E, muy antioxidante, antiinflamatorio y saciante.
5.-Evita el azúcar
El exceso de azúcar y de hidratos de carbono refinados aumenta la glucosa en sangre. Cuando la cantidad de glucosa es mayor que la que el cuerpo puede transformar en energía, se une a las proteínas que dan elasticidad a la piel produciendo una glicación. Este fenómeno es el responsable del envejecimiento de la piel porque genera desechos y radicales libres que hace que las fibras se tensen y la piel pierda elasticidad. Como consecuencia aparecen las arrugas
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Una dieta antiinflamatoria facilita el equilibrio hormonal.
más fácilmente, la piel se vuelve flácida y más vulnerable a los rayos UV. La glicación se produce por la acumulación de productos avanzados de glicación (PAG o AGE en inglés, advanced glycation end products), que son responsables del envejecimiento prematuro y de la activación de la inflamación, vía el NFkB. Además, los niveles altos de azúcar en sangre activan la insulina, que a su vez activa las enzimas conversoras de omega-6 en ácido araquidónico y en hormonas inflamatorias.
Cero azúcar oculto
Reduce el consumo de jarabe de maíz de alta fructosa, fructosa, azúcar de caña, chuches, snacks de bolsa, refrescos, zumos comerciales, cereales, salsas, bollería industrial y comidas procesadas, pues aportan mucho azúcar oculto. Evita los refrescos y zumos comerciales pues contienen azúcar oculto, edulcorantes y aditivos que favorecen la secreción de insulina, que a su vez aumenta tu apetito y activa el almacenamiento de grasa corporal.
6.-Equilibra tus hormonas
Una dieta antiinflamatoria facilita el equilibrio hormonal. Debe ser ligeramente hipocalórica y cada una de tus 5 comidas debe incluir hidratos de carbono, proteína magra y grasas insaturadas como el aceite de oliva virgen extra, frutos secos y aguacate. Sigue las proporciones de la infografía.
7.-Suplemento de omega-3
El cociente ácido araquidónico/EPA debería ser de 1,5-3 y en nuestra sociedad es de 15. Es recomendable reducir el numerador, las fuentes de AA: carne de cerdo, ternera, embutidos, huevo, aceites vegetales refinados (germen de trigo, soja, girasol y maíz), margarinas. Para aumentar el denominador, consume más pescado crudo porque al cocinarlo se pierde mucho omega-3; o toma un suplemento de ácidos grasos omega-3 activos (EPA y DHA). La dosis necesaria de omega-3 se debe ajustar mediante una analítica en sangre del ratio AA/ EPA, que refleja la alimentación de los últimos 30 días. El EPA y el DHA inhiben las enzimas necesarias para la producción de ácido araquidónico -AA- (delta 5 y 6 desaturasas) y además el EPA es un inhibidor competitivo de la enzima ciclooxigenasa (COX), necesaria para la producción de mediadores proinflamatorios a partir del AA. La actividad más interesante de los ácidos grasos omega-3 es que son los precursores de los mediadores que resuelven la inflamación como las resolvinas, maresinas y protectinas. Además el omega-3 mejora la comunicación hormonal y aumenta la concentración tisular de AMPc gracias al equilibrio hormonal de los eicosanoides (al disminuir la inflamación y los ra-
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dicales libres); a la disminución de la insulina y de la Hb1c; ya a un mayor reemplazo hormonal, que estimula el sistema immune.
8.- Más antioxidantes
Consume a diario 5 raciones de fruta, verdura y legumbres por su contenido en fibra y antioxidantes. Los antioxidantes activan los genes que favorecen la resolución de la inflamación, frenando el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de arrugas, manchas y canas. En concreto, los polifenoles de los frutos rojos activan el factor de transcripción de genes PPAR que inhibe la activación del NFkB y reducen la formación de PGA o AGE (productos de glicosilación avanzada). Otros mecanismos de acción de los polifenoles son la activación de la AMPkinasa (AMPk), considerada la enzima de la vida porque sintetiza el mensajero celular AMPc; y la activación del metabolismo energético. Son necesarias altas dosis (500-1500 mg/ día) de antioxidantes para activar los factores de transcripción genéticos (NRF, PPAR y SIRT), por lo que en los programas antiaging, en las enfermedades de base inflamatoria o en la nutrición deportiva, suele ser necesaria la suplementación.
9.-Evita el estreñimiento y cuida tu microbiota
Es muy importante que tu tránsito intestinal sea regular, para favorecer la eliminación de toxinas. Al consumir más fibra, cubres el objetivo 8. El microbioma, antes llamado flora intestinal, tiene la capacidad de modular la inflamación celular, para ello debes incluir en tu dieta alimentos ricos en prebióticos: fibra fermentable (verduras sin almidón) y almidón resistente (arroz frío, fécula de patata, yuca, plátano macho en tus ensaladas, sopas, caldos o green smoothies) para aumentar la diversidad de la microbiota y la integridad de la pared intestinal. El almidón resistente es el alimento de tus bacterias intestinales, aumenta la producción de butirato, acetato y propionato, que ayudan a regenerar la pared intestinal. El butirato protege también del cáncer de colon. Un buen marcador de la inflamación inducida por la microbiota (endotoxemia metabólica) son los niveles bajos de la bacteria A. muciniphila. Cuando no se puede alimentar de la fibra alimentaria, “digiere” los polímeros de hidratos de carbono de la barrera mucosa, favoreciendo la permeabilidad intestinal y la inflamación. El consumo de omega-3 y polifenoles aumentan la producción de esta bacteria, otro motivo para incorporarlos a tu dieta antiinflamatoria.
10.-Estilo de vida activo
Ayuda a mantener el peso y el porcentaje de grasa ideal, aporta sensación de bienestar (libera endorfinas), tiene efectos antiestrés porque activa la serotonina y la dopamina y rejuvenece, al aumentar la nutrición, la oxigenación y reducir la inflamación celular. fv
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Envejecimiento cutáneo
A día de hoy sabemos que el envejecimiento cutáneo es la suma del envejecimiento cronológico, determinado por los propios genes del individuo, y del envejecimiento debido al exposoma, es decir, a todos aquellos factores externos que nos rodean, no relacionados con nuestra herencia, y que aceleran el proceso de envejecimiento y producen alteraciones en nuestra piel.
Blanca Llácer
Vocal de Dermofarmacia del COF Alicante. Profesora Máster Dermofarmacia y Cosmética UMH. Fundadora y CEO de tHE LAB
Een la actualidad, a estos dos factores sabemos que se suma la influencia del microbioma. Ya no solo se habla de nuestra impronta microbiana a nivel del organismo y del eje intestino-piel, sino que cada día cobra más fuerza la influencia del microbioma cutáneo en la salud y devenir del estado de nuestra piel. Todo el conjunto de bacterias, virus, hongos y ácaros que viven en la superficie cutánea junto con su material genético, metabolitos y prebióticos forman un ecosistema perfecto con múltiples funciones demostradas a nivel fisiológico y protector. Es lo que muchos autores denominan hoy en día la cuarta capa de la piel. La suma de estos tres factores da lugar a un proceso continuo en el que se producen progresivamente una serie de cambios morfológicos y funcionales en la piel, y a su vez hay un declive de las funciones biológicas y también en la habilidad para adaptarse al estrés metabólico. A nivel de la epidermis, se produce un adelgazamiento generalizado de la misma que puede llegar a ser de un 10-50 %. La función barrera disminuye y aumenta la pérdida de agua transepidérmica. La unión dermoepidérmica se aplana progresivamente, lo cual produce una reducción en la superficie de contacto entre dermis y epidermis por lo que se incrementa la fragilidad cutánea. Disminuye la renovación de los queratinocitos y hay una mayor predisposición a las neoplasias a nivel cutáneo. Los queratinocitos, al llegar a su límite replicativo,
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entran en senescencia, y estas células senescentes son más resistentes a la apoptosis, por lo que se acumulan lesiones sobre las proteínas, lípidos y ADN de estas, aumentando la inestabilidad y la presencia de mutaciones. En cuanto a los melanocitos, disminuyen a partir de los 30 años, pero desarrollan heterogeneidad, morfológica y funcional, por lo que se forman focos de melanocitos activados, que dan lugar a lentigos junto con otras áreas de menor densidad, lo cual ocasiona alteraciones en la pigmentación de la piel envejecida. Respecto al sistema inmunitario, las células de Langerhans disminuyen con el envejecimiento y pierden su eficacia, por lo que se pierde la capacidad inmunológica de la piel, siendo más frecuentes las sobreinfecciones. La piel se ve más delgada, más pálida y transparente, translúcida, cetrina y apagada. A nivel de la dermis, las fibras de colágeno y elastina se alteran, degradándose, facilitando la aparición de arrugas, pérdida de resistencia y elasticidad, dando lugar a lo que se conoce como elastosis. Disminuye la capacidad de síntesis de ácido hialurónico y otros glucosaminoglicanos. También se produce una dilatación de los vasos sanguíneos, se vuelven más frágiles, lo cual conlleva a que se produzcan hematomas con facilidad y aparición de sangre debajo de la piel; es lo que conocemos como púrpura senil. Las glándulas sebáceas disminuyen su actividad, con lo cual la piel se vuelve mucho más seca. Esto, en el caso de las mujeres, se agrava durante la menopausia, influenciado por el cambio hormonal que se produce, causando sequedad severa, xerosis e irritación en muchos casos. A nivel de la hipodermis, esta adelgaza, lo cual da lugar a un menor aislamiento térmico y amortiguación. Las glándulas sudoríparas producen menos sudor, con lo cual se hace más difícil la regulación térmica.
Factores ambientales y estilo de vida
Todos estos cambios morfológicos y funcionales, que se dan en la piel inevitablemente con el paso del tiempo, pueden acelerarse debido a la influencia de los factores ambientales que nos rodean y al estilo de vida de cada individuo. Son lo que conocemos como exposoma y realmente son de tremenda importancia en el envejecimiento cutáneo, ya que tienen un efecto del 75 % sobre este, apuntando algunos estudios incluso al 80 %, lo cual deja a la propia genética del individuo la responsabilidad de un 25-20 % del envejecimiento cutáneo. Por tanto, vamos a ver cuáles son estos factores externos que influyen en el envejecimiento y en la alteración de la piel dando lugar en muchas ocasiones al debut o brote de ciertas patologías cutáneas. En cuanto a factores ambientales, encontramos que el primer factor extrínseco relacionado con el envejecimiento de la piel es la radiación solar. La radiación ultravioleta A produce un estímulo de metaloproteinasas como la elastasa, dando lugar elastosis cutánea; también se produce una alteración y bloqueo del sis-
tema inmunitario relacionado con la inmunosenescencia e inmunosupresión, aumentando incluso con frecuencia las recidivas de ciertas patologías de etiología infecciosa, como puede ser el herpes simple; la radiación solar también está muy relacionada con el proceso de inflammaging, potenciando ese estado de inflamatorio subclínico, que se caracteriza por la presencia de mediadores celulares inflamatorios relacionados con el envejecimiento cutáneo. Se producen alteraciones en el material genético de las células, que en muchas ocasiones no se pueden llegar a subsanar y dan lugar lesiones precancerosas como la queratosis actínica que pueden derivar en carcinomas cutáneos. El espectro visible, en el que se encuentra la luz azul, está demostrado que altera el ritmo circadiano del organismo y produce alteraciones en la pigmentación sobre todo en fototipos medios-altos. La radiación infrarroja produce calentamiento en las capas más profundas de la piel, dando lugar muchas veces a alteraciones en las células de peor pronóstico, ya que están más cerca de los vasos sanguíneos y se diseminan con más facilidad a otras partes del cuerpo. El clima es otro de los factores ambientales ampliamente relacionado con el envejecimiento; debido a la sequedad y a las altas temperaturas se producen cambios en la composición lipídica de nuestra barrera cutánea, lo cual conlleva al aumento de la TEWL o pérdida de agua transepidérmica, dando lugar a una piel deshidratada. También se sabe que el clima y la sequedad del ambiente están ampliamente relacionados con la prevalencia de ciertas patologías; por ejemplo, dependiendo de la distancia al ecuador, existe mayor prevalencia de psoriasis: en Tanzania la prevalencia es
de 0,09 %, en cambio en Noruega la prevalencia es del 11,4 %. Los cambios de estación, así como la temperatura y la sequedad del ambiente están ampliamente relacionados con los brotes de determinadas patologías como puede ser la dermatitis atópica, la rosácea o la dermatitis seborreica. La contaminación es otro de los factores que hoy en día tiene un amplio peso en envejecimiento de la piel. Las partículas volátiles orgánicas y los metales pesados, que está demostrado que atraviesan los poros de nuestra piel, producen un aumento de los radicales libres generando estrés oxidativo cutáneo y dando lugar muchas veces a la muerte por apoptosis celular. Se producen alteraciones en la pigmentación, en la secreción de sebo, así como en el microbioma. En cuanto al estilo de vida, el tabaco produce alteraciones microvasculares que afectan al transporte de nutrientes en nuestro organismo y por tanto en nuestra piel, disminuye el aporte de oxígeno, aumenta la oxidación celular y las mutaciones a nivel celular. La nutrición tiene un papel fundamental en el envejecimiento de la piel; dietas altas en hidratos de carbono están relacionadas con una mayor glicación de las fibras de coláge-
La nutrición tiene un papel fundamental en el envejecimiento de la piel.
no y elastina; dietas pobres en proteínas están relacionadas con alteraciones en la reparación y disminución en la síntesis de colágeno; dietas pobres en grasas producen cambios en la composición de la barrera cutánea y disminuyen la síntesis de queratinocitos; las vitaminas, los minerales y los oligoelementos están íntimamente relacionados con los mecanismos antioxidantes reparadores y con nuestro sistema inmunitario cutáneo. Hoy en día la falta de sueño también se sabe que produce alteraciones en la función barrera cutánea y por tanto en la hidratación y elasticidad de la piel. La melatonina actúa como activo antiedad reduciendo el proceso de envejecimiento cutáneo, además de ser un protector de los daños solares, protegiendo la piel de la radiación ultravioleta y disminuyendo los radicales libres. El estrés, compañero inevitable de nuestro ritmo de vida actual, es otro de los grandes implicados en la aceleración del envejecimiento cutáneo. Como sabemos, el cortisol es una hormona que sale al ruedo en situaciones de estrés; cuando este es agudo se eleva transitoriamente y luego vuelve a la normalidad, pero, cuando se trata de estrés crónico, se produce una intoxicación por cortisol. No debemos olvidar que el cortisol es el enemigo número uno de la piel, ya que disminuye la producción de colágeno y elastina, dando lugar a la aparición de arrugas y flacidez, altera el microbioma cutáneo, atrofia la barrera cutánea y bloquea el sistema inmunitario. El estrés está relacionado además con el debut de determinadas patologías dermatológicas, como la psoriasis o la rosácea, y con un aumento del número de brotes como en el caso de la dermatitis atópica. Por último, y no menos importante, los productos cosméticos y rutinas inadecuadas de cuidado de la piel también pueden alterar la piel y acelerar el envejecimiento. Procesos de lim-
Los cosméticos y rutinas inadecuadas de cuidado de la piel pueden acelerar el envejecimiento.
“El tercer protagonista relacionado con los procesos de aceleración del envejecimiento cutáneo es el microbioma cutáneo” pieza e higiene demasiado agresivos alteran la barrera cutánea, dando lugar a irritaciones y sequedad. Formulaciones que contengan potenciales irritantes como perfumes, alcohol o alérgenos pueden sensibilizar la piel. Algunos procedimientos o formulaciones destinadas en un principio a prevenir y mitigar los signos del paso del tiempo pueden resultar no adecuadas o demasiado agresivas en determinados momentos, dando lugar a irritaciones, dermatitis y sensibilizaciones que alteren el estado de salud de la piel. El tercer protagonista relacionado con los procesos de aceleración del envejecimiento cutáneo es el microbioma cutáneo; ese escudo protector que, dada la importancia y responsabilidad en la salud de la piel, ha abierto un campo de estudio excitante y prometedor y es el nuevo objetivo de la industria cosmética. El microbioma cutáneo tiene una función protectora y de defensa antimicrobiana contra patógenos externos, ya que compite por los sitios de adhesión y los nutrientes; acidifica la piel gracias a la secreción de acético y propiónico, lo cual limita el crecimiento bacteria-
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no; y libera péptidos antimicrobianos (AMP) ,que son unas sustancias parecidas a los antibióticos que potencian la respuesta inmune cutánea. Aparte de esto protege frente a la inmunosupresión que genera la radiación ultravioleta en nuestra piel; regula la inflamación y repara, puesto que favorece la cohesión de la epidermis y refuerza la función barrera. Así pues, el microbioma participa activamente con una doble función protectora como barrera física e inmunológica. La alteración de su equilibrio, conocida como disbiosis, está demostrado, por un número creciente de estudios científicos, que está altamente relacionada con alteraciones cutáneas como la dermatitis atópica, la dermatitis seborreica, el acné o la rosácea.
Prevención, protección y eficacia
La constante actualización y la concienciación sobre todos estos factores da lugar a una nueva filosofía del cuidado de la piel, en la que prima la prevención, la protección y la eficacia. Se busca construir una piel sana y de calidad en el día a día y desde el primer momento; proteger determinados elementos cutáneos, como son la función barrera, sistemas reparadores cutáneos o el propio microbioma. Las nuevas formulaciones se diferencian por ingredientes para hacer frente al cada día más cruento exposoma. Se buscan antioxidantes capaces de neutralizar radicales libres como la vitamina C estabilizada que no se altere con el paso del tiempo y bien tolerada por todo tipo de pieles incluso las más sensibles. Además, se busca la sinergia entre estos activos antioxidantes, y por ello encontramos combinaciones de estos en una misma fórmula cosmética por su efecto sinérgico, como son el ácido férulico, junto con la vitamina E y la vitamina C antes mencionada. Otros antioxidantes de interés pueden ser la tioredoxina, la carnosina o el resveratrol que controla a su vez alteraciones en la pigmentación. Activos como el extracto de cacao que actúa como escudo antipolución y evita los efectos nocivos de la luz azul. Activos multifunción como la
ESPECIAL ENVEJECIMIENTO niacinamida con efecto calmante y antiinflamatorio, antiarrugas, de mejora de la función barrera y que controla alteraciones en la pigmentación y en la secreción de sebo. Se buscan también activos reparadores, calmantes y antiinflamatorios como el pantenol, el alfa-bisabolol, el extracto de regaliz. Tienen fundamental importancia activos hidratantes como el ácido hialurónico en sus diferentes formas moleculares o el inositol, junto con emolientes como los aceites vegetales, mantecas como la manteca de karité o ceramidas esenciales. Y todas estas formulaciones, enriquecidas con prebióticos, como oligosacáridos o extractos de algas, y postbióticos, como lisados de Lactococcus fermentados, que prevengan alteraciones en el microbioma cutáneo fortaleciendo ese escudo protector. Y cómo no, fundamental para frenar la aceleración del envejecimiento cutáneo, no debemos olvidar la omnipresente fotoprotección obligatoria durante todo el año, y no solo en exterior si no también en interiores y en medios de transporte, ya que no debemos olvidar que la radiación UVA así como los IR atraviesan cristales; aplicada en cantidad suficiente (2mg/cm2 de piel) y reponiendo en cortos espacios de tiempo (cada 1,5-2 horas). Teniendo en cuenta todos estos factores, intentando minimizarlos y controlarlos, junto con el uso de fórmulas adecuadas a cada paciente y acompañadas del mejor Consejo Farmacéutico personalizado, harán que preservemos la salud cutánea frente a los efectos del exposoma, todo ello, para cuidar del lugar donde habitamos: LA PIEL. fv
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En los últimos años, la investigación confirma que los niveles nutricionales y unos hábitos correctos poseen cierta repercusión en la salud de la piel y el envejecimiento. La alimentación es fundamental para no dar lugar a un deterioro físico y mental.
Mª Cristina Quintana González
técnico en farmacia.
La piel es el órgano más grande de nuestro organismo, su función es protegernos del medio ambiente y evitar la pérdida de agua. Todos nuestros órganos sufren un proceso de envejecimiento con el paso del tiempo. La edad, la exposición a radiaciones ultravioleta (UVR) y contaminaciones químicas afectan a la piel y es aquí donde se van a reflejar los signos del envejecimiento.
¿Qué significa envejecer?
Nuestro cuerpo posee una capacidad de adaptación a la fisiología y psicología del entorno, poco a poco disminuye y conlleva a la muerte. Se caracteriza por un cúmulo de daños macromolecular, alteración de la renovación tisular, pérdida gradual de la integridad de la función fisiológica y aumento del riesgo de muerte.
¿Por qué ocurre?
• Factores internos: hormonas, genotipos, metabolismo endocrino. • Factores externos: radiación ultravioleta, nutrición, contaminación química.
A este proceso lo podemos clasificar en: • Envejecimiento cronológico: este se produce a nivel general del organismo por factores internos, ocurre de forma natural sin poderlo cambiar. • Fotoenvejecimiento: zonas más expuestas a la luz. Aquí sí que podemos actuar modificando factores externos.
Una correcta nutrición sería una buena medida a tener en cuenta para retrasar el envejecimiento. El organismo necesita sustancias necesarias para el crecimiento y mantenimiento mediante una correcta alimentación. En los últimos años la epidemiologia y la investigación se unen con triunfo, la salud en los tejidos, los órganos, confirma que los niveles nutricionales y unos hábitos correctos poseen cierta repercusión en la salud de la piel y el envejecimiento. Una falta de agua da lugar a trastornos funcionales (envejecimiento e inflamación) y deshidratación. Oligoelementos (hierro, yodo, zinc y cobre) menos abundantes en el cuerpo están relacionados con la inmunidad e inflamación de la piel. Homeostasis entre cobre y zinc son interesantes para el tratamiento de pacientes con psoriasis. El cobre mejora la elasticidad, las arrugas faciales, reduce finas líneas y favorece la cicatrización de lesiones en la piel, demostrado en estudios clínicos. La cantidad de hierro y la radiación ultravioleta en las células de la piel en mujeres post menopausicas aumenta de forma rápida, se ve reducida la capacidad antioxidante.
Los oligoelementos esenciales incluyen zinc (Zn), cobre (Cu), selenio (Se), cromo (Cr), cobalto (Co), yodo (I), manganeso (Mn) y molibdeno (Mo).
“Una correcta nutrición sería una buena medida a tener en cuenta para retrasar el envejecimiento, proporciona al organismo las sustancias necesarias” Un déficit de selenio reduce la capacidad antioxidante inducida por UVB, demostrado en piel de roedores, la piel es más susceptible al estrés oxidativo por la radiación. Una carencia de vitaminas provoca trastornos. La falta de vitamina C provoca indicios de piel frágil, escorbuto, problemas para cicatrizar. Las vitaminas nos defienden de la oxidación, se obtienen a través de alimentos. Las células de nuestro cuerpo se regeneran cada 28 días. Una buena ingesta de proteínas ayuda en la reparación y renovación normal en tejidos. Por lo tanto, las proteínas son importantes para los órganos y tejidos y sus funciones fisiológicas primarias, para reparar, fabricar tejidos, aportar energía. Se recomienda una ingesta estándar según edad, sexo, trabajo y periodo fisiológico. Proteína dietética y péptidos hidrolizados reducen en la piel el envejecimiento. El colágeno es una proteína polimérica cilíndrica larga, integrante esencial extracelular de la matriz animal. La proteína funcional más concentrada y distribuida en mamíferos representa el 25-30 % de la proteína total, en algunos hasta un
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80 % o más con funciones fisiológicas únicas, con uso en alimentos, medicina, ingeniería de tejidos, cosmética u otros. El péptido de colágeno es una secuencia de ESPECIAL ENVEJECIMIENTO péptidos de peso molecular pequeño que se obtiene a partir de la hidrolisis proteolítica del colágeno. Se absorbe de manera fácil y posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Su origen principalmente es de la piel, tendones, huesos, otros tejidos y músculos. Ha sido objeto estudiado como antioxidante exógeno mejorando el envejecimiento de la piel. También se han observado riesgos asociados de enfermedades, y controversia con las religiones, se ha evaluado péptidos que no son de colágeno, por ejemplo péptidos de proteína de suero y péptidos de proteína de nuez como antienvejecimiento.
¿Cuál es el mecanismo?
La proteína o péptido entra en la circulación sanguínea una vez hecha la digestión y la absorción, después pasa a los fibroblastos como precursor de síntesis de colágeno protegiendo así la piel del envejecimiento. Los péptidos de colágeno que entran en las células de la piel dan lugar al efecto antienvejecimiento al eliminar las ERO (Especies Reactivas del Oxigeno) de las células, protegiendo el sistema de defensa antioxidante endógeno y reduciendo el daño oxidativo y las respuestas inflamatorias en las células. Los polifenoles del té, la curcumina (componente de la cúrcuma), flavonoides, silamarina (flavonolignano extraído del cardo mariano Silybum marianum gaernt) el resveratrol de las uvas son polifenoles con características contra el envejecimiento de más estudio. Los polifenoles son metabolitos secundarios de plantas que tienen muchas frutas, vegetales. Reducen la inflamación y el daño oxidativo de la piel gracias a las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
¿Cómo funciona?
Inhibe la degradación de colágeno aumentando su síntesis e impidiendo la inflamación, regulando las metaloproteinasas de la matriz, citoquinas y en vías de señalización (Nrf2, NF-kB, MAPK). Los efectos se han contrastado in vitro de manera tópica en las células de la piel. Para aplicar de manera dermatológica no hay informes suficientes en cuanto a su toxicidad. La nutrición tiene un fuerte impacto sobre el envejecimiento y enfermedades relacionadas con la edad, uno de sus mecanismos podría intervenir en la expresión génica. En 2017, la ONU evaluó que el número de personas con 60 años en adelante aumentaría de 962 millones a 1400 millones, un 46 % para 2030, y llegaría a 2100 millones en 2050. Conlleva un aumento de prevalencia en muchas enfermedades crónicas relacionadas con edad y condiciones geriátricas. La alimentación es fundamental para no dar lugar a un deterioro físico y mental. Numerosos estudios han relacionado de manera favorable resultados de calidad de vida y enfermedades cognitivas, salud muscoesquelética, cardiovascular y metabólica con dieta mediterránea, patrón dietético correctamente establecido. fv