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Álex Fleites

(Caracas, Venezuela, 1954)

caída de la casa

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al techo de la casa le han salido manchas de humedad

si se miran bien dos rosas inconclusas dos rostros dos pámpanos marinos y hasta dos soles negros sobre nuestro breve cielo de estar cómodamente acongojados

mañana alguien diligente va a reparar las lozas que la lluvia cincela y cobrará por ello un precio intolerable

nada va a quedar del presagio de las floraciones

olvidaremos por un tiempo el inaplazable comienzo del derrumbe

<adentro era un domingo sin palabras

había poca luz

el salmón que escapó de casi todo vino a encallar en nuestra mesa

brad mehldau amenizaba la carrera de hormigas pésima elección las locas se ponían a marcar el ritmo

afuera el mundo era un acuario la gente respiraba la brisa incendiaria quería decirnos algo pero se marchaba nadando el resplandor

tú jugabas a ordenar rostros vencidos hechos al arte de la espera

yo me daba palmadas en la frente por un verso feliz que a otro se le había revelado

después de comer tradujimos de dylan el “desaire”

estábamos podridos de amar lo incomprensible

aquí se podía besar sin previo aviso aquí se podía ejercer la desnudez y ungirla con vino rojo y briznas de tierra lloviznada

al cerrarse el símbolo quedaron limitados los espacios

no me habría importado permanecer del otro lado si hubiera podido impedir una vez más la disolución de tu sombra de espaldas alejándose>

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