Nómina total de países integrantes del G-20 Alemania Arabia Saudita Argentina Australia Brasil Canadá China Corea del Sur EE.UU. Francia India Indonesia Italia Japón México Reino Unido Rusia Sudáfrica Turquía Austria Bélgica Bulgaria Chipre República Checa Dinamarca Eslovaquia Eslovenia España Estonia Finlandia Grecia Hungría Irlanda Letonia Lituania Luxemburgo Malta Holanda Polonia Portugal Rumania Suecia 24 I EN OBRA I NOVIEMBRE - DICIEMBRE 2011
No maten al Mensajero A partir de la lectura de un documento a cargo del Presidente del G-20 Nicolas Sarkozy, nuestro prestigio de país serio, responsable y seguro fue debate de economistas, juristas, analistas económicos y políticos. Muchos reprocharon el mensaje del Presidente francés mas él, sólo era el mensajero de los 42 países integrantes del G-20.
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Seminario en APPCU
Qué hacer en el contexto internacional y la inversión en Uruguay
APPCU junto al Instituto de Estudios Cívicos y con el apoyo de la Cámara Inmobiliaria y la Cámara de Turismo realizó el pasado 16 de noviembre un Seminario con actores referentes de nuestra vida política y con la participación de economistas, ex ministros de economía y de relaciones exteriores para conocer cómo se expone nuestro país ante los recientes sucesos internacionales que afectan nuestro prestigio de seriedad tributaria. Secreto bancario, paraísos fiscales, las manifestaciones de algunos actores de gobierno que se declararon proclives a intercambiar información tributaria con Argentina y las posibles nuevas tributaciones a depósitos bancarios de capitales de no residentes en nuestro país han “detonado una serie de reacciones en cadena” de manifestaciones políticas y técnicas. Que el debate se instale en la discusión política y en los foros técnicos es sano, pero sumado a las declaraciones del presidente de Francia que nos catalogó como un paraíso fiscal y al poco compromiso de los países sudamericanos integrantes del G20 en respaldar nuestra imagen de país confiable, lograron que se instalarán las incertidumbres en los agentes inmobiliarios y también en los inversores extranjeros, especialmente en las inversiones inmobiliarias. Era menester entonces involucrarnos con la Cámara Inmobiliaria y la Cámara de Turismo, directamente vinculadas a esta temática y convocar a los especialistas para conocer de primera mano qué hacer en este contexto. Primeramente hicieron uso de la palabra Ariel Cagnoli, Luis Borsari y Sergio Conde representando a sus respectivas instituciones, manifestando como este contexto ha detenido algunas ventas de inmuebles que estaban prontas a concretarse -principalmente
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en Punta del Este -y plantearon la preocupación por obras en vía de concretarse que se han detenido y otras postergadas ante esta realidad. Cagnoli referenció en su escueta oratoria que no todos los países son iguales en materia de captación de flujos de capitales y preguntó a la audiencia si Mónaco, Londres, Bahamas o Nueva York entre otros, acaso no son iguales a nuestro país en el manejo de la transferencia de la información. En cambio los representantes de La Cámara de Turismo y la Cámara Inmobiliaria del Uruguay coincidieron en achacar las responsabilidades a nuestro gobierno de crear las incertidumbres en el mercado. Conde a su vez manifestó que es el gobierno argentino el responsable de la fuga de capitales por la falta de credibilidad en su propio sistema financiero y que es el gobierno argentino quién debe darle solución al tema sin invadir la jurisprudencia uruguaya. La segunda parte del seminario abordó el tema desde el punto de vista técnico y participaron el ex director de la asesoría tributaria del ministerio de economía Cr. David Eibe Fernández, experto en materia tributaria quien habló a título personal y los ex ministros de Economía Cr. Isaac Alfie e Ignacio de Posadas. Cerró este módulo el Dr. Sergio Abreu ex ministro de Relaciones Exteriores e Industria.
En último plano, Cr. David Eibe Fernández exponiendo en el seminario de APPCU
Intercambio de información tributaria: algo está cambiando en el mundo Por Cr. David Eibe Fernández Hacia finales de la segunda guerra mundial, los acuerdos de Bretton Woods diseñaron la arquitectura institucional que regiría a las relaciones económicas internacionales. Allí se decidió la creación del Fondo Monetario Internacional -que habría de entender en los desequilibrios de la balanza de pagos de los países miembros- y Banco Mundial, y se sentaron las bases para la posterior creación del Acuerdo General de Aranceles (GATT), que luego devendría en Organización Mundial de Comercio, y cuyo cometido fue el de tutelar las operaciones de comercio internacional. Estos organismos tenían en común una cierta capacidad coercitiva indirecta, por la vía de su influencia en las decisiones comerciales y de inversión de sus miembros más importantes. En esa instancia no se adoptó decisión alguna sobre la problemática de la competencia fiscal entre los países, probablemente por considerar a la tributación como un fenómeno esencialmente doméstico. A medida que las empresas transnacionales comenzaron a incrementar su participación en la economía mundial, éstas y sus accionistas, tratando de mini-
mizar los costos fiscales de su operativa, comenzaron a desplazar sus capitales y operaciones a jurisdicciones de baja tributación, que tenían en general un estricto secreto bancario y normas laxas desde el punto de vista societario. La paradoja de este desplazamiento consistía en el hecho de que estas jurisdicciones, que comenzaron a ser conocidas como paraísos fiscales, en general eran ex colonias o territorios asociados a los grandes países signatarios de Bretton Woods, lo que de algún modo deslegitima muchos de los planteamientos que hemos escuchado en los últimos tiempos. La competencia fiscal internacional comenzó a constituir un problema para los países desarrollados, obligados a sostener su estado de bienestar, caracterizado por una fuerte presión fiscal; el problema fue abordado en primer lugar desde una óptica de mercado: las reformas fiscales de Reagan y Tatcher –baja generalizada de las alícuotas del impuesto a la renta de las empresa y de las personas físicas- tenían como pro-
pósito desestimular la fuga constante de bases imponibles hacia las jurisdicciones con fiscalidad más benévola. Conjuntamente con el enfoque de mercado, las grandes economías comenzaron a desarrollar acciones de coordinación institucional. Así, en 1996, el Comité de Asuntos Fiscales de la OCDE, a raíz de un pedido de los Ministros de Economía de los países miembros, comenzó a estudiar el problema de lo que denominó “la competencia fiscal perjudicial”. A partir de tales estudios, la OCDE desarrolló una serie de conceptos que han servido para calificar a un país como “paraíso fiscal”, y en sucesivos informes, estableció un listado de países que reunían tales características. Debe destacarse que Uruguay jamás verificó la condición de paraíso fiscal a la luz de esos criterios. A partir del año 2001, a instancias de los Estados Unidos, la OCDE cambia su enfoque, abandonando gradualmente la lógica de la calificación de los paraísos fiscales y los regímenes fiscales preferenciales,y comenzando a hacer énfasis en el concepto de intercambio de información y transparencia fiscal internacional. A tal fin, reformula el modelo de acuerdo de doble imposición,incorporando una cláusula de intercambio de información que la pasa por encima al secreto bancario y requiere la identificación de los titulares
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Chacho Álvarez: “Declaración de Sarkozy roza el más rancio estilo colonialista.”
de las sociedades. Además, con similar alcance promueve un modelo de acuerdo de intercambio de información, que recoge íntegramente tales estándares. Estos esfuerzos de la OCDE no tienen en sus inicios el éxito esperado, y ello en gran medida por la actitud refractaria de dos de sus miembros: Suiza y Luxemburgo objetan sistemáticamente las modificaciones que se pretenden introducir. Todo cambia a partir de la crisis de 2008, cuyos efectos más evidentes fueron la transferencia masiva de recursos públicos a las entidades financieras en dificultades, y la constatación de que muchas de esas entidades tenían grandes estructuras paralelas en jurisdicciones de baja tributación. Ante esta situación, y para acallar las críticas de sus contribuyentes, primero el G7 y por derivación el G20, iniciaron una fuerte ofensiva a favor del intercambio de información tributaria y a tal fin transformaron a la OCDE en el brazo ejecutor de sus políticas. Fue en el seno de la OCDE donde se recreó el Foro Global de Transparencia e Intercambio de Información, como forma de establecer un ámbito multilateral en el que se analizara la conducta en materia de intercambio de datos tributarios en el que participaran los países miembros y no miembros del organismo. Es en ese Foro en el que funciona el sistema de “Peer Review” o revisión entre pares, que entre otros países, está analizando el caso uruguayo. Uruguay ha realizado grandes esfuerzos por adecuar sus prácticas tributarias a los estándares internacionales: basta destacar las modificaciones introducidas por el nuevo sistema tributario, la adecuación del régimen de secreto bancario a fines fiscales y la extensión de su red de tratados. No obstante, de acuerdo a la revisión que se le ha practicado -cuyo rigor ha sido a nuestro juicio excesivo respecto a otros casos analizados- subsisten dos cuestiones que deben ser solucionadas: la existencia de entidades con acciones al portador y la ausencia de acuerdos que incluyan cláusulas de intercambio de información con países considerados relevantes. Respecto al primer punto, existen diversas soluciones desde el punto de vista técnico que van desde la modificación de la Ley No. 16.060 de sociedades comerciales, hasta la instrumentación de un registro en el ámbito de la Administración Tributaria –y por lo tanto sometido al secreto que rige a estos organismos- con el cometido de cumplir con las obligaciones de intercambio de información. En relación al segundo cuestionamiento, la suscripción de un acuerdo con Argentina o Brasil,
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plantea naturalmente muchas prevenciones, y no son ajenas a ellas, los Promotores Privados de la Construcción, dado el rol fundamental de los inversores de esos orígenes en el negocio inmobiliario. Algunos distinguidos compatriotas sostienen que en ningún caso debe procederse a la firma de un acuerdo, y esta posición debe ser cuidadosamente analizada. En rigor, las sanciones meramente tributarias que podría adoptar la comunidad internacional en caso de incumplimiento no son de gran significación (aplicación preceptiva de precios de transferencia, prohibición de deducción de gastos, retenciones punitivas, entre otras). A nuestro juicio sin embargo, el mayor riesgo está radicado en otro tipo de sanciones, que hasta ahora sobrevuelan como una amenaza más o menos explícita (las declaraciones de Sarkozy, más allá del exabrupto, son sintomáticas en este sentido) y que tienen que ver con la falta de acceso a fuentes de financiamiento internacional, o en la adopción de decisiones punitivas en materia de inversión por parte de las grandes economía respecto a nuestro país. Por ello, entendemos que Uruguay deberá más temprano que tarde cumplir con los requerimientos de la comunidad internacional, que pueden ser muchos casos profundamente inequitativas, ya que estamos enfrentando básicamente a decisiones emanadas de poderes fácticos sin legitimación alguna, como es el caso del G7 o el G20. Pero inequitativa o no, esta nueva institucionalidad internacional debe necesariamente ser tenida en cuenta con criterios de responsabilidad. Asumido el hecho de que la negociación deberá llevarse a cabo -hecho que como vimos puede ser discutible, creemos que lo más conveniente sería transitar por la suscripción de convenios para evitar la doble imposición, de modo de asegurar que el impuesto pagado en Uruguay, podrá ser imputado como crédito del Impuesto a Pagar en Argentina o Brasil. Además,deberían asegurarse algunos aspectos básicos que hacen a nuestra confiabilidad como países que sostienen sus reglas de juego para los inversores: la no retroactividad es un aspecto clave a lograr en dichas negociaciones. Sería además conveniente, si las circunstancias de la negociación lo permitiesen, establecer, del mismo modo que Suiza acordó con Alemania, un número limitado de solicitudes de información por año, así como la prohibición expresa de las “fishing expeditions”. Por último, estos acuerdos deberían ingresar en la lógica del proceso de integración regional, en la que Uruguay tiene una larga lista de reivindicaciones que deberían ser satisfechas en forma contemporánea a la aplicación de las obligaciones asumidas por nuestro país.
Al bajo precio de la ignorancia voluntarista. Por Ignacio de Posadas, ex ministro de economía Tanto llenarse la boca con Artigas y la conmemoración del Éxodo. Podrían prestar atención a otras facetas descollantes del Prócer: como su capacidad para el perdón y su defensa de la dignidad nacional, más tenaz por ser más indefenso. En el más reciente episodio del culebrón OECD-Argentina (¿y Brasil?), nuestro gobierno no ha estado a la altura del principio artiguista, por el contrario, adoptó una postura genuflexa, casi abyecta. Vergonzante y, por ello, vergonzosa. El tema ha sido mal encarado y mal manejado, por el anterior gobierno y por el actual. A diferencia de lo ocurrido bajo gobiernos anteriores (que las presiones no empezaron en el periodo pasado), la administración Vázquez y su sucesora arrancaron encarando mal el asunto. Quizás influidos por su ideología y su cultura que, por un lado, sospechan de todo lo que se llame financiero, empezando por el lucro y por el otro, relativizan el sentido de nación, postergándolo a otros valores , estos gobiernos nunca se plantearon el fondo del asunto: ¿por qué teníamos que cabrestear ante la presión de los poderosos? ¿El país está haciendo algo indebido? Y si no, porqué ese sentimiento de culpa, que los lleva a estar permanentemente excusándose, en vez de clavar el talón y pelear por los intereses nacionales. Nos esgrimieron el lavado de dinero cuando
era obvio que no ocurría y no nos retobamos, después se sacaron la máscara y le pusieron un nombre a sus verdaderas inquietudes: “unfair tax competition” y no fuimos capaces de decirles que no tenemos obligación alguna de colaborar con sus fiscos (por lo que nada nos darán, además). Al mismo tiempo, el gobierno de los EE.UU. (primer beneficiario mundial del desplazamiento de capitales por motivos tributarios), por boca de O’Neill, entonces Secretario del Tesoro, declaró que -aún integrando la OECDno pensaba participar de su afán recaudatorio extraterritorial. Por el contrario, los gobiernos frentistas, en todas las instancias, asumieron una actitud defensiva, aceptando los embates y procurando apenas excusarse y ganar tiempo. Pero también lo encararon mal al no hacer, hasta el día de hoy aparentemente, una evaluación objetiva de costos y beneficios. Tanto las amenazas que nos hacen desde el exterior, como los argumentos esbozados por integrantes del gobierno a favor de someternos, son genéricos y hasta elípticos, pero no se conoce, o no se dice, cuáles serían las consecuencias concretas de
rechazar lo que se nos quiere imponer. Sarkozy dice que nos excluirán de la comunidad internacional y el Secretario Brescia que no podremos “jugar en primera”. ¿Qué significa una cosa y la otra: nos van a echar de la ONU, quién y basado en qué artículos de la carta? Lo mismo cabe decir de la OMC o de cualquier otra institución internacional de la que somos parte. En cuanto a perder de jugar en primera, vista nuestra política exterior, parece una tomadura de pelo. En cambio, las consecuencias negativas de cada renuncio (ingenuamente visto como el último), son por demás concretas y sustanciales: el Uruguay construyó, a lo largo de más de un siglo, la imagen de centro de servicios regional e internacional, construcción nada fácil y que conoció momentos muy duros, en los que diferentes gobiernos, con el beneplácito de la población, hicieron pata ancha a las presiones. Ni en la peor época, con gobiernos militares “hermanos”, aceptó el Uruguay entregar el capital que significa el derecho a la intimidad y a la confidencialidad. Todo ese rico patrimonio terminará ahora por ser entregado. A cambio de qué? El presidente habla de cambiarlo por cuotas comerciales: patético, indigno y hasta infantil,( es no distinguir entre un stock y un flujo). Es no conocer la historia y carecer de memoria. Mal encarado y también mal manejado. Problemas de esta naturaleza, que involucran intereses nacionales y fuertes presiones externas de agentes poderosos, requieren vigilancia, astucia e intenso trabajo. Nada de eso ocurrió. En cada instancia, sabiendo (como debían saber), que la OECD o sus satélites meneaban estos temas y que nuestros “hermanos” se movían dentro de la institución, nada se hizo para tratar de prevenir o matizar los desenlaces: no hubieron gestiones ni planteos, no se investigó acerca de quiénes más estaban en situación similar y si éstos se estaban moviendo, no buscamos aliados ni argumentos. Nada. Simplemente dejaron que las fechas y sus úkases se nos vinieron encima, para después balbucear tímidas excusas, prome-
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El presidente Mujica buscaba una declaración conjunta del Mercosur pero la iniciativa se frustró, luego de que Argentina diera largas al asunto. El Observador 22/ 11
Seminario en APPCU Qué hacer en el contexto internacional y la inversión en Uruguay ter buena letra futura y, a lo yorugua, tratar de gambetear el cumplimiento, creyendo ignorantemente, que los otros olvidarían o aceptarían ser engrupidos. Con eso sólo conseguimos demostrar falta de habilidad y de dignidad nacional, dando ánimo a nuestros adversarios para apretar más y más. Total, es gratis. Así llegamos a donde estamos hoy: nueva apretada. Ya no doce tratados, sino a aflojar con Argentina y Brasil y, encima, basta de acciones al portador, punto que no había sido planteado antes. Y ante eso, el gobierno desciende todavía más. Se excusa, diciendo que es apenas un tema de cronología, que todos sabían desde siempre que había que entregar a Argentina nuestro derecho a la confidencialidad (cuando antes venían diciendo que lo de los tratados no se aplicaba al Mercosur) y que, además, hacerlo será bueno para el país (sabrá Dios porqué). Cúmulo de gruesos errores (y no pocas falsedades) El país ha sido ofendido, por el presidente de Francia, pero también por el canciller
argentino y por todos los países del G20, presidido por Brasil, que no se abrieron de la declaración de su vocero. México es la única excepción. En esas condiciones el gobierno no debe aceptar negociar. Menos aún cuando adopta posición de culpable. Por ese camino nos van a volver a entubar y ésta vez en algo muy grave. Argumentaciones como que no se permitirá la retroactividad son infantiles: al poner la cola en la silla negociadora ya estaremos cocinados. Al mismo tiempo el gobierno debe encarar ya, en un trabajo junto al sector privado, el balance de lo que significará volver a aflojar. Se engañan quienes creen que es tema de unos pocos, vinculados a negocios que si no son turbios tampoco son “productivos”. Van a verse afectados más obreros de la construcción que banqueros, más mozos, jardineros, mucamas y porteros que escribanos, abogados y contadores. Eso sí, habrá un gran avance del valor máximo perseguido por la izquierda: la igualada será brutal.
Acuerdo de intercambio de información tributaria con Argentina y la coyuntura internacional. Por Isaac Alfie, ex ministro de economía No hay que salir corriendo a firmar un tratado de intercambio de información con Argentina, debemos presentarnos ante la OCDE porque Uruguay siempre hizo las cosas bien y los problemas del mundo desarrollado no se solucionan declarándonos paraíso fiscal por unos pocos dólares depositados aquí por no residentes. No hay que salir corriendo a firmar un tratado de intercambio de información con Argentina, debemos presentarnos ante la OCDE porque Uruguay siempre hizo las cosas bien y los problemas del mundo desarrollado no se solucionan declarándonos paraíso fiscal por unos pocos dólares depositados aquí por no residentes. Alfie señaló que la coyuntura internacional actual en materia de transparencia tributaria es un tema político e internamente de carácter filosófico, y que es el sistema político Uruguayo el que debe darle solución. Los países más desarrollados, en especial Europa, no así Estados Unidos, siguen teniendo una enorme crisis en sus sistemas financieros acarreando problemas a la economía en su conjunto. A nadie le pasa desapercibido que la caída de Lehman Brothers o los problemas del Bear Stearns, BNP Paribas, Societé General, Commerce Bank, u otros nadie tienen que ver con los paraísos fiscales y mucho menos con los pocos millones de dólares en depósitos que hay en el Uruguay. Tampoco escapa a la percepción y al sentido común que nuestros vecinos -y muy especialmente Argentina- desde hace aproximadamente 20 años nos acusa de toda clase de felonías y lanza falsas acusaciones jamás comprobadas en materia de captación de flujos de capitales. Ante esta situación por demás elocuente, Uruguay debió prever- más sabiendo que un país es integrante de una organización mundial preocupada por la transparencia tributaria- que Argentina con su especial encono hacia nosotros iba a reiterar su viejo discurso dentro de ella para que desde este organismo supra nacional se nos exija revelar cuáles son las actividades y bienes de sus ciudadanos en nuestro país. Alfie señaló que Argentina no es un país importante en la OCDE y que Uruguay debió hacer conocer su realidad histórica, como tradicionalmente lo hizo, ante los países desarrollados preocupados por estos temas de transferencia de información.
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Seminario en APPCU Qué hacer en el contexto internacional y la inversión en Uruguay Por lo tanto, lo que pasó en los últimos años es que Uruguay siempre ha creído que nuestros vecinos de la región actuarán de buena fe con nosotros y para Alfie esto no es así y pocas veces lo ha sido. Los países no tienen amigos -dijo- sino intereses y el pacto Ribbentrop- Molotov es el ejemplo más claro -y oscuro al mismo tiempo - que la humanidad conoció.. En el año 2006 se nos dijo que Uruguay debía gravar los depósitos de no residentes, para evitar ingresar en listas oscuras, pero hoy entre los países que no gravan el capital extranjero están algunos de los países más desarrollados. Después fueron los temas de doble tributación y los levantamientos de secretos bancarios los que preocupaban a los países desarrollados, y señaló que no se opone a que se firmen tratados al respecto, pero advirtió que de ser así deberá ser bajo determinados parámetros. Ningún país quiere que su sistema tributario o bancario sea usado como vehículo de actividades ilícitas, pero para que se levanten sus secretos deben haber certezas y requisitos de derecho mínimos, que algún juez lo indique en base a fuertes indicios, presunciones o semiplena prueba, que sea solicitado formalmente respetándose las normas y las leyes de los países a los que se les requiera la información. De hecho, en Uruguay el secreto bancario nunca fue total a diferencia de Suiza donde es absoluto. En relación a la colaboración de intercambio de información tributaria, Alfie dijo que no se debe firmar ningún acuerdo por una razón pragmática, porque aún firmando un
Felipe Calderón dijo que el Foro Mundial de Transparencia Fiscal de OCDE es un organismo independiente que no puede calificar de paraíso fiscal a un país como lo hizo en el cierre del G20 Sarkozy.
acuerdo para evitar la doble tributación entre ciudadanos Uruguayos y Argentinos, lo más seguro es que nuestros vecinos del Plata lo violen. Siempre ha sido así, es más, lamentablemente Argentina no ha respetado casi ningún tratado de los firmados y hasta se jacta de violarlos. Alfie fue más allá, y dijo “lamentablemente para Uruguay, Argentina es un país que tiene las instituciones totalmente deterioradas,” y esto nos imposibilita negociar porque hay medidas no escritas que valen más que las que se escriben en marcos legales. A su vez indicó que, si bien más costosos existen vehículos jurídicos en el mundo y bajo jurisdicciones de países desarrollados, mediante los cuáles los inversores pueden hacer sus actividades y con ello“burlar” su origen. Al ser más caros de administrar seguramente el volumen de negocios se retrae, pero jamás se anula y, en el caso particular, luego del primer golpe de efecto, lo más probable es que termine afectando de manera especial a las inversiones de pequeña escala y menos a las más grandes. Por último indicó que el flujo de inversiones de argentinos en Uruguay obedece a un tema de seguridad y no de impuestos y por lo tanto si la causa es la seguridad, la respuesta debe venir por ese lado,nada cambiará mientras las condiciones no varíen. No hay que ser ilusos con Argentina, Uruguay debe hacer un trabajo adecuado ante la OCDE porque somos respetuosos de las leyes, se adecua a los marcos legales internacionales y no tendrá consecuencias por no firmar un acuerdo de intercambio de información aún para evitar dobles tributaciones.
La hipocresía de la OCDE Por Senador Dr. Sergio Abreu, ex ministro de economía La OCDE, una organización de Cooperación Internacional, conocida como la Sociedad de los países ricos, ha colocado al Uruguay desde hace un tiempo, en una lista gris, que supone que la conducta fiscal del Estado uruguayo no tiene la transparencia necesaria para combatir la evasión tributaria de grandes capitales volátiles. El último informe de la OCDE nos asimila al sultanato de Brunei y a otros Estados argumentando que no han superado las pruebas que impiden un debido acceso a la información tributaria. Es más, el mantenimiento del Uruguay en esta lista gris se acompaña con amenazas de esta organización de aplicar sanciones futuras. Nadie podría estar en contra de la lucha contra la evasión tributaria, el lavado de dinero y menos aún con su vinculación con el crimen organizado. Aunque -reconozcamos- la crisis global que estamos atravesando se debe a la inconducta, la especulación y la ausencia de todo control en los sectores financieros de los países desarrollados. Fue en los Estados Unidos, en Europa y en las zonas de mayor prosperidad y desarrollo donde se produjeron las crisis que llevaron al mercado mundial a la más profunda incertidumbre. Quebraron los bancos, las empresas de seguros, los sistemas hipotecarios, se produjeron los sacudones de las economías de los EE.UU. y Europa y subsiste una creciente sensación de que cada día es más difícil recuperar la estabilidad de las monedas más importantes del mundo. Frente a esta situación siempre se busca un chivo expiatorio, ya sea un sistema, una serie de instrumentos e incluso la identificación de algunos Estados, a los que se los coloca en listas negras y grises que hacen las veces de un destierro ético y moral para ellos en la comunidad
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Seminario en APPCU Qué hacer en el contexto internacional y la inversión en Uruguay
El Senador Dr. Sergio Abreu, autor de este artículo junto sus compañeros de panel en el seminario de APPCU "Qué hacer en el contexto Internacional y la Inversión en Uruguay"
El canciller Almagro dijo que nuestro país tiene pleno respaldo de Brasil en rechazo a las declaraciones de Sarkozy, quien colocó a Uruguay en la lista de Estados calificados como paraísos fiscales.
internacional. Como sucede en tantas áreas, los países y las economías más fuertes quieren buscar los culpables de sus errores y de sus inconductas en los más débiles, en los que cumplen con el Derecho, y en el caso del Uruguay en especial, en un país que atrae las inversiones, no basado en el oscurantismo sino en la confianza que despiertan sus instituciones, sus reglas de juego y fundamentalmente, la independencia de su función jurisdiccional que no se somete a la presión del Poder de turno. Pero eso poco le importa a los poderosos del mundo, a los socios de Gaddafi, de Mubarak, a los especuladores, a los oscuros capitales que financian el gobierno de las grandes potencias y las impulsan luego a perseguir y a estigmatizar a países, como el Uruguay, que tienen más dignidad que fuerza económica y más transparencia que este selecto grupo de hipócritas que, amparados en una organización de cooperación, sólo defienden sus propios intereses y viven de sus rencores más menores. El foro mundial sobre transparencia a nivel tributario aplica con insensibilidad burocrática y cinismo político el artículo 26 del modelo de la OCDE para concluir que el Uruguay todavía no ha completado los doce acuerdos de doble tributación o información tributaria con que se lo extorsiona para sacarlo de la lista gris. Es más, agrega que sería importante celebre estos tratados con los "socios relevantes" del Mercosur, léase Argentina y Brasil. Conclusión sintomática, que no debe ser ajena a la mano negra de algún vecino que se caracteriza más por perseguir a quienes no son amigos de su gobierno que a alcanzar la transparencia en
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el sentido integral de la expresión ética. Pero, lamentablemente, al socaire de este escenario el gobierno uruguayo ha salido rápidamente a asegurar que hará los deberes que la OCDE le impone y que buscará todos los mecanismos posibles para complacer este absurdo e inconsistente planteo. El Poder Ejecutivo no puede seguir zigzagueando en este tema. Menos aún cuando el Uruguay ha celebrado acuerdos con Alemania, México, España, Suiza y Francia entre otros, sin insistir con la fuerza suficiente en que el Uruguay no fue nunca ni es actualmente un paraíso fiscal. Que tampoco entró en default como lo hizo la Argentina, ni se enfrenta a una seguidilla de destituciones, renuncias y acusaciones por corrupción como sucede en el Brasil. Que salió de la crisis no sólo con transparencia, sino con una visión responsable que lo ha transformado en un "paraíso", no precisamente fiscal. Por eso, a pesar de las serias discrepancias que tenemos con el gobierno, no podemos disimular la indignación que despierta esta prepotencia farisaica asociada a las pequeñas revanchas de los que falsamente proclaman una hermandad cada día más cuestionada. No es el caso de responder con agravios, y tampoco de ignorar que los poderosos siempre pueden más aunque no tengan razón; pero aceptar que al Uruguay se lo trate de la manera con que la OCDE lo hace y nuestros dos socios del Mercosur lo permiten (y lo aplauden), tiene su límite. Y que sólo puede canalizarse con el respaldo a una posición tan firme como serena de todo el sistema político en preservar el capital moral que tanto tiempo nos ha llevado construir.
Seminario en APPCU Qué hacer en el contexto internacional y la inversión en Uruguay La tercera parte del seminario fue abordada por el Cr. Iván Posada, diputado del Partido independiente, Arq. Aldo Lamorte, Presidente de la Unión Cívica y los Senadores Pedro Bordaberry y Jorge Larrañaga. Estamos en el horno. Por Diputado del Partido Independiente. Cr. Iván Posada. Todavía repican los ecos del indisimulable dislate del Presidente Sarkosy. De la innegable evidencia de la participación del gobierno argentino en el incidente. De la siempre discreta, pero no menos presente, injerencia de Itamaraty. No nos hagamos trampas al solitario. No creamos que la familiaridad ideológica puede revertir la realidad incontrastable de los hechos. Presentes hoy. Presentes a cada paso de la construcción de la independencia nacional. Presentes al menos, desde hace doscientos años. Los porfiados hechos nos muestran que estamos en desventaja. Los niveles de exigencia de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) serán cada vez mayores. En tanto, nosotros carecemos de una estrategia inteligente que defienda los intereses de nuestro país. Actuamos por reacción. Al golpe del balde. Así fue en abril de 2009 cuando nos incluyeron en la “lista negra” (Nómina de países que no respetan los estándares internacionales de transparencia fiscal fijados por el Foro Global de Transparencia e Intercambio de Información). Así también ahora en este episodio con el G 20, estratégico aliado de la OCDE. En aquellas circunstancias, el compromiso del entonces Ministro de Economía y Finanzas Cr. Álvaro García, de adoptar formalmente los estándares internacionales de transparencia e intercambio de información fiscal permitió que nos pasaran a la “lista gris”. A partir de allí, sin fortalecer nuestra institucionalidad negociadora, sin la identificación adecuada del perfil de los negociadores, sin
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Cr. Iván Posada junto a nuestro Presidente Hebert Ariel Cagnoli y al fondo, Aldo Lamorte.
la preparación conveniente, sin requerir asesoramiento internacional, nos lanzamos presurosos a la búsqueda de acuerdos de intercambio de información tributaria. Fruto de la prisa, nuestro país firmó algunos tratados, como es el caso del firmado con Portugal, que si se sometieran al análisis debido en el ámbito parlamentario, debieran ser rechazados por ser lesivos de la soberanía nacional. Diez han sido los tratados firmados.Tres de ellos, con España, México y Francia, fueron ratificados por ley. Otros tres, con Alemania, Portugal y Suiza tienen media sanción de la Cámara de Senadores. Los restantes cuatro están a estudio en la Cámara de Diputados: Ecuador, India, Malta y Liechtestein. Además de estos acuerdos bilaterales, se está a punto de firmar otros con Suecia, Noruega, Dinamarca, Islas Feroe, Islandia y Groenlandia. Actuando con ligereza, carentes de una estrategia adecuada, nuestro país sigue cometiendo errores. Parece que el gobierno ignora que la OCDE va por todo. Por favor, ¡no seamos ingenuos! Hace menos de dos meses, en conversación telefónica con el diario “El País”, el Jefe del Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información, Pascal Saint-Amans expresó: "claramente, Uruguay ha hecho un buen progreso en términos de negociar acuerdos y tienen diez u once acuerdos, por lo que no están lejos de ser removidos de la lista gris, pero alcanzar los estándares
requiere muchos elementos a tratar”. Dijo además que ser removido de la “lista gris” no es relevante, “es un tema del pasado”. Finalmente, expresó: “Hay dos procesos. Uno es el de las listas gris y blanca. Eso puede hacerse rápidamente, ya que al alcanzar los 12 acuerdos hay un movimiento automático a la lista blanca. Esto no sería malo, pero no importa tanto ya. Lo que importa ahora es tener una buena revisión del Foro Global. Este es el punto crítico.” En otras palabras, un esfuerzo meritorio. Solo le faltó decir la frase del Maestro Tabárez: “el camino es la recompensa”. Daniel Ferrere, lamentablemente fallecido, nos alertaba: “La OCDE no se va a aplacar con nada, porque su objetivo es obligar a Uruguay a adoptar un sistema basado en el impuesto a la renta universal sin excepciones y con intercambio global de información, que permita a los países de la OCDE neutralizar todos los estímulos a las inversiones que hoy inducen a sus nacionales a invertir en Uruguay. La OCDE lo dice en sus estudios publicados en su web: la idea es imponer un sistema tributario mundial en el que las diferencias impositivas no desvíen los flujos de inversión. Que es exactamente lo que los uruguayos queremos hacer: desviar las inversiones hacia Uruguay. Asumir que cediendo a la OCDE vamos a obtener buena voluntad o tolerancia para el futuro es simplemente falso. El objetivo de la OCDE es incompatible con nuestro interés. Volveremos sobre este
tema, que es ciertamente complejo. Pero lo que deberíamos estar haciendo no es ceder entusiastamente a la OCDE, sino diseñar una política tributaria consensuada que se adapte a las nuevas reglas -que no podemos evitar pero que nos permita seguir siendo un país- de que promueve la inversión y que sirve de plataforma para negocios internacionales.” Y lamentablemente, el camino elegido en materia tributaria por nuestro gobierno nos empuja hacia el regazo de la OCDE. Lejos de proteger los intereses nacionales, los cambios tributarios incorporados por la Ley Nº 18.718 en diciembre de 2010, adoptan el concepto de renta mundial. Exactamente lo que quiere la OCDE. Como bien decía Daniel Ferrere: “Hoy, sin embargo, ya no quedan dudas. Vamos hacia la renta universal. Y el hecho de que solo se grave a los ciudadanos uruguayos por parte de sus rentas del exterior, y esto a una tasa baja, es poco consuelo. Primero, porque una vez que se abandona el principio, se pierde toda legitimidad para oponerse a su completo abandono. Hasta ahora teníamos una justificación para explicar por qué nos oponíamos a que Argentina gravara las rentas de fuente uruguaya de sus ciudadanos, basada en nuestra adhesión al criterio de la fuente, y mostrando que nosotros no gravábamos la renta argentina de los uruguayos. Pero, ¿con qué argumento nos vamos a oponer a
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Senado aprobó declaración de rechazo a dichos de Sarkozy. Además, se aprobó el acuerdo entre Uruguay y Alemania en materia de impuestos sobre la renta y el patrimonio.
Seminario en APPCU Qué hacer en el contexto internacional y la inversión en Uruguay que Argentina grave la renta uruguaya de los argentinos, si nosotros gravamos la renta argentina de los uruguayos? Con el agravante de que lo hacemos de la peor manera posible. En palabras del Comité de Asuntos Fiscales de la OCDE (Prácticas tributarias dañosas, 1996, página 27), una de las prácticas características de los sistemas considerados tributariamente dañosos es el “ring fencing”, una de cuyas formas existe cuando “un régimen explícita o implícitamente excluye a los contribuyentes residentes de la posibilidad de beneficiarse de los beneficios que crea”. Cuando este proyecto excluye a las empresas uruguayas propiedad de extranjeros del sistema de renta universal, pero impide a los uruguayos beneficiarse de lo mismo, incurre en una práctica teórica de “ring fencing”, y se coloca, más claramente que antes, entre los malos de la película. Segundo, porque una vez que se grava parte de la renta de fuente extranjera, no hay ninguna razón para no gravar el resto. ¿Por qué gravar la renta mobiliaria y no la inmobiliaria? ¿Por qué gravar las tenencias accionarias pasivas y no las de tenencias activas? No hay absolutamente ninguna razón teórica para hacer una cosa y no la otra. Claro que nos dicen que no es esa la intención. Pero tampoco era la intención gravar la renta mundial pasiva.” Ante las serias amenazas, prontamente asumiremos un nuevo paquete de compromisos. Está bien. Habrá que firmar tratados para evitar la doble imposición con Argentina y Brasil. Para que los buenos extranjeros que invirtieron en nuestro país, que asumieron riesgo, crearon puestos de trabajo, pagaron sus impuestos, y confiaron en nuestro país, no terminen pagando dos veces. Para salir del paso está bien asumir la solución adoptada por Alemania para que el Banco Central del Uruguay (es una sugerencia) sea el depositario del registro de los titulares de las acciones al portador de las sociedades anónimas o en comandita, de tal forma que
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esa información se divulgue cuando medie una solicitud que cumpla expresamente con los requisitos que hayan sido firmados en los tratados. En este tema, hay que asumir que estamos en falta. No hay ninguna razón que justifique la existencia de acciones al portador. Una cosa es la reserva que debe existir sobre los titulares de acciones nominativas. Otra muy distinta, el total y absoluto anonimato del capital. Como bien proponen el economista Gabriel Oddone y el abogado Alberto Varela, ( Edición del diario El País, domingo 13 de noviembre de 2011, página A8, reportaje realizado al Economista Gabriel Oddone, de CPA Ferrere y al abogado Alberto Varela de la firma Ferrere) es necesario “habilitar que negocios o actividades comerciales, industriales o de servicios que se despliegan en nuestro país, puedan hacerse sobre la base de sociedades que estén alojadas en jurisdicciones del exterior, … que puedan estar registradas en algún país de la OCDE, como Holanda, o España.” Pero cuidado. Con esto no saciaremos la voracidad fiscal de los países centro. Saldremos del paso, pero si no reformulamos nuestra estrategia, los resultados serán pésimos. Debiéramos comenzar por derogar el absurdo cambio tributario de la Ley Nº 18.710. No es fácil. En lugar de apostar al “amiguismo” regional para solucionar nuestros problemas, debemos hacer primar la defensa de nuestro interés nacional. En lugar de seguir improvisando en puestos claves del Ministerio de Relaciones Exteriores, empezando por el propio Ministro Almagro, y siguiendo por varios de los embajadores de bajo rango jerárquico que andan en la vuelta, debemos optar por privilegiar en esos puestos claves a los muy buenos y experimentados embajadores que tiene nuestro país e incorporar el asesoramiento internacional que sea necesario. Así tendremos chance. Con lo mostrado hasta ahora, estamos en el horno.