Nota Viva Clarín. Ciudades a pedal

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Ciudades a pedal Fenómenos París, Barcelona, Curitiba, Beijing, México DF, Budapest y Montreal tienen algo en común: ciclovías al por mayor y sistemas de alquiler de bicis eficientes. Aquí, recién empezamos a pedalear...

Texto: Florencia Goldsman Fotos: Archivo Clarín

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Budapest En Hungría, el movimiento Cycle Chic le insufló glamour al ciclismo urbano.

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n cada esquina, atadas a las rejas o postes, ellas, las bicicletas, esperan, cual perros fieles, a sus dueños. En su versión oxidada, súper deportiva o vintage, el genial invento de dos ruedas ocupa el centro de la escena en Montreal. De norte a sur y de este a oeste, la ciudad puede ser recorrida a tracción propia: 400 kilómetros de bicisendas facilitan la pedaleada a bajísimo costo y con múltiples beneficios. No es raro ver a padres llevando a sus hijos en carritos que se adosan a la bici como sidecar, o con un agregado de dos ruedas en que los niños también pedalean. La segunda ciudad más importante de Canadá se enorgullece de su sistema público de locación de bicicletas, Bixi, que ya se exportó a Minneapolis, Melbourne, Londres y Toronto. “El sistema puede ser considerado el último tramo de tu regreso a casa, o el primer paso de tu viaje al trabajo. Es importante mostrarle a la gente el lugar que puede tener la bici en su vida”, explica Alain Ayotte, presidente de Bixi. Y señala la importancia que tiene el apoyo del gobierno local para que un sistema de transportes articulado con la bicicleta funcione y la cantidad de ciclistas crezca. Hombres de traje y corbata o mujeres enfundadas en tailleurs y tacones pedalean camino al trabajo y no vacilan al enfrentar algunas elevadas pendientes de las avenidas de Montreal. El sistema de bicicletas de alquiler, similar a los que tienen París o Nueva York, cuenta con estaciones repartidas por toda la ciudad –cada 300 metros– en las que se estacionan o se extraen las bicicletas que pueden ser usadas por un tiempo límite de treinta minutos. Las estaciones se alimentan con energía solar para darle electricidad a las transacciones con las tarjetas y son transportables (el frío extremo del invierno hace necesario que los rodados estén a cubierto). Las bicis se alquilan por abonos de 24 horas VIVA 41


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Montreal Con 400 km de bicisendas, la ciudad canadiense es un ejemplo a imitar.

Amsterdam Con 600.000 ciclistas, la capital de Holanda es el paraíso de las bicicletas.

(US$ 5), mensuales (US$ 28) o anuales (US$ 78), y con la misma tarjeta es posible acceder a un combo que permite viajar en subte o colectivo. Bérengère Thériault, vocera de Bixi, dice que “el diseño de estas bicis es especial. No es una bicicleta normal que podés atar a un árbol, ¡es realmente un tanque! Sabíamos que iban a tener un uso intensivo y las hicimos fuertes como para que resistan diez años”. El porcentaje de bicis robadas u extraviadas es marginal. “Al ser un bien público, tuvimos menos del 3% de bicis robadas. La gente es muy respetuosa con el sistema, tuvimos personas que nos llamaron por teléfono avisándonos: ‘Alguien tiró la bicicleta en el parque enfrente mío, la tengo en mi casa ahora’. La gente ama el sistema.” La membresía a Bixi brinda a los usuarios acceso a un sitio web en el que pueden ver los viajes realizados, el tiempo promedio de viaje, el kilometraje, la reducción de emisión de dióxido de carbono y el ahorro de nafta derivado del pedaleo. Diarios en dos ruedas

Beijing Para moderar la polución, en 2015 la capital china tendrá 50.000 bicis públicas.

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David Byrne –artista pop, ex líder de los Talking Heads– aprovecha las giras para pasear en bici y el fruto de sus exploraciones se lee en su flamante libro Diarios de bicicleta. Tras pedalear en ciudades como Nueva York, Singapur y Buenos Aires, se pregunta por qué los porteños aún no aprovechan las bondades de la ciudad: moderada variación climática y topografía plana. “La sensación física del viento rozándote la cara es estimulante. Pedalear cuando tenés que estar despierto pero sin pensar demasiado, permite dejar flotar el subconsciente. Y la adrenalina te despierta si no estabas lo suficientemente alerta”, describe apasionado. Es que la bicicleta, dibujada hace cinco siglos por el genio


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Buenos Aires Las callecitas porteñas tienen ese no sé qué... y apenas 30 km de bicisendas.

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de Leonardo Da Vinci, se erige hoy como uno de los atajos más inteligentes para solucionar el colapso del tráfico en las ciudades. Y como una feliz Caja de Pandora, ayuda a luchar contra las dos epidemias más grandes del siglo XXI: el sedentarismo y la polución. Félix Busso es un fotógrafo que cree que Buenos Aires ya es amiga de las bicis. Integra Masa Crítica Bs As, un movimiento de ciclistas urbanos que una vez al mes se reúne para recorrer la ciudad en patota. El primer domingo de septiembre asistieron más de 500 personas a la pedaleada que partió desde el Obelisco. Sin embargo, Félix destaca que la convivencia entre ciclistas y automovilistas aún saca chispas. “Por lo general, los conductores no respetan el espacio mínimo que precisa el ciclista para circular. Lo aprietan, lo encierran, lo apuran”, cuenta. La posibilidad de compartir el espacio público sin ruidos ni emisión de gases posiciona a la bici en una tendencia ecológica global. Guillermo Dietrich, subsecretario de Transporte porteño, jura que dos o tres veces a la semana llega a su oficina del Microcentro en bicicleta. El responsable del programa Bamejorenbici sueña con que, al finalizar el mandato del PRO la cantidad de usuarios de bicicletas en la ciudad trepe del actual 0,3% a un 5%. Para eso, el Gobierno diseñó un plan que estimula la educación vial y el acuerdo con grandes empresas para facilitarle a los empleados el arribo a sus trabajos en bici. La construcción de cien kilómetros entre bicisendas y ciclovías tal vez impulse a la gente a salir a andar a salvo del acoso de los autos. “No hay dudas de que el cambio cultural para que el ciclista sea respetado llevará años, hasta que todos se acostumbren a convivir con ellos”, dice Dietrich, quien apuesta a que la adopción masiva de este


En el DF mexicano, la bici pelea con el smog.

Cifras 30 kilómetros

24 horas

de caminos para bicis hay en la ciudad de Buenos Aires: 5,2 km de bicisendas y 24,8 de ciclovías.

dura el préstamo gratuito de bicicletas del programa Bus+bici, de Sevilla, España.

100 kilómetros

42 millones de viajes

entre bicisendas y ciclovías es el objetivo para fines del año 2011.

se hicieron en las bicis públicas de Velib en París durante 2009.

medio de transporte se instale con las ciclovías protegidas, espacios que mediante un cordón de cemento separan al ciclista de los autos.

dial: “Usar la bici en serio. Que sea el símbolo del transporte sustentable y con onda, ¡que se ponga de moda!”. Desde Canadá, Alain Ayotte –ya un experto en eso de amigar a ciudades y bicis– apunta a otra acción de sentido común; las personas emulan a otras que ven: “Obvio que las bicisendas ayudan a crear ese sentimiento de seguridad para los ciclistas, y es importante tenerlas... De todas maneras, es la historia del huevo y la gallina. Si hay un sistema público de bicicletas eficiente, se empieza a crear esa masa crítica y de repente la gente empieza a sentirse más segura de andar en bici porque hay muchas más bicicletas en la calle. Es un fenómeno que vemos en todo el mundo. Si hay un buen sistema de bike sharing, se crea ese movimiento de cicilistas y la gente se une”.

Súbete a mi bici, muchacha

“Los ciclistas no son guerreros o activistas ecológicos –destaca Aaron Halász, de Cycle Chic Budapest–. Son sólo personas que quieren llegar de A hasta B de una manera fácil.” Cycle Chic nació en la bici-amigable ciudad de Copenhague, pero su mensajesereplicaenBudapest, Barcelona o Curitiba. Así, todos los entusiastas de la bici concluyen en la misma estrategia de difusión: imponer a la bici como una tendencia glamorosa. “Acá te califican de rata –dispara Félix Busso–, pero en ciudades como París si usás la bici sos un tipo cool.” Por eso adhiere al movimiento mun46 VIVA


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