¿Qué hacer con el conocimiento? De la producción (y reproducción) del conocimiento en la universidad a la coproducción junto a organizaciones de la clase trabajadora “Cierto es que el arma de la crítica no puede suplir a la crítica de las armas, que el poder material tiene que ser derrocado por el poder material, pero también la teoría se convierte en poder material cuando prende en las masas. Y la teoría puede prender en las masas a condición de que argumente y se demuestre ad hominem, para lo cual tiene que hacerse una crítica radical. Ser radical es atacar el problema por la raíz. Y la raíz, para el hombre, es el hombre mismo” (Carlos Marx en "Crítica a la filosofía hegeliana del derecho estatal")
¿A qué nos enfrentamos cuando ingresamos en la universidad? Características particulares de esta institución La educación universitaria en la Argentina, luego de los últimos grandes cambios acontecidos en el marco del proceso de lucha conocido como Reforma Universitaria de 1918, enmarca y estructura su funcionamiento basándose en los pilares y tareas de docencia/enseñanza, investigación y extensión. A partir de un sinnúmero de dispositivos, la universidad da respuestas -prioritariamente pero no únicamente - a las necesidades del capital (como expresión de la forma concreta de relaciones sociales imperantes). Dichas necesidades no han sido traspoladas al interior de esta institución de forma unidireccional y/o lineal. Ni la universidad, ni quienes personifican a estudiantes, docentes, graduados, investigadores, ni tampoco los funcionarios de la gestión hoy por hoy, poseen las mismas determinaciones y mediaciones que se suscitaron en las coyunturas de procesos como la mencionada reforma educativa de 1918, las repercusiones del mayo francés de 1968, el cierre forzoso de numerosas carreras y facultades durante la última dictadura militar (1976 – 1983), el enfrentamiento a la ley de educación superior (LES) y los numerosos intentos privatistas durante la década del ´90, el 2001 y los avances y retrocesos en los intentos cada vez mayores de privatización y mercantilización del conocimiento. Por las características actuales de la educación pública en la Argentina, y en particular la existencia
(aunque sistemáticamente atacada) de universidades públicas y “gratuitas”, debemos problematizar la caracterización de la universidad como ámbito exclusivamente burgués o pequeño burgués (en tanto espacio de formación de sus cuadros dirigentes) para ampliar el análisis a una definición más cercana a la realidad de la institución en este momento histórico. La masividad y composición social del estudiantado, así como su trayectoria de clase, vuelven más adecuada una definición de la universidad como ámbito de calificación de fuerza de trabajo técnico/científica. Esta fuerza de trabajo se insertará mayoritariamente en forma asalariada (aunque esto no es por sí mismo indicativo de la “función” particular que va a desempeñar, entendida como el lugar en las relaciones de producción: tareas productivas directas, tareas de gestión y administración, tareas de disciplinamiento y control de otros trabajadores, etc.). A la función de calificación de fuerza de trabajo hay que agregar la de producción y reproducción de conocimiento, que conjuga conflictivamente una dinámica de legitimación del discurso y el modo de ver el mundo propio de los sectores dominantes, de una agenda centrada en los problemas del capital (técnicos, científicos, productivos, de atributos de trabajadores); y el campo abierto al conocimiento que impugna y devela los mecanismos de la sociedad de clases, conformándose como saber crítico. Es claro que las relaciones de dominación social tienen su expresión en este ámbito, materializando la capacidad política de la burguesía de imponer sus intereses en el conjunto de la sociedad, en tareas y objetivos de la política universitaria. Pero no a la manera de un mero “aparato ideológico del Estado”, sino como escenario de luchas, en el que la correlación de fuerzas social general es determinante, aunque presenta