Tierra de clanes - Sam Heughan y Graham McTavish

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Tierra de clanes



SAM HEUGHAN Y G R A H A M M C TAV I S H con Charlotte Reather

TIERRA DE CLANES Whisky, guerras y una aventura escocesa sin igual

Prólogo de Diana Gabaldon

Traducción de Cristina Zuil


Primera edición: abril de 2021 Segunda edición: abril de 2021 Título original: Clanlands: Whiskey, Warfare and a Scottish Adventure Like no Other © Sam Heughan y Graham McTavish 2020 © de la traducción, Cristina Zuil, 2021 © de esta edición, Futurbox Project, S. L., 2021 Todos los derechos reservados. Ilustraciones de Owain Kirby (owainkirby.co.uk) Letra de «Scotland the Brave», escrita por Cliff Hanley «Massacre of Glencoe», letra y música de Jim McLean «Porridge», de Spike Milligan, reproducida con permiso de Spike Milligan Productions LTD «Spean Bridge«, de Barbara McPhail, 2003. Reproducida con permiso de los herederos de Barbara McPhail Extracto de la revista Homes & Properties, © James Mowbray / The Evening Standard Diseño de cubierta: Sarah Christie © Hodder & Stoughton Adaptación de cubierta: Taller de los Libros Imágenes de cubierta: © Dave Foster Corrección: Isabel Mestre Publicado por Principal de los Libros C/ Aragó, 287, 2.º 1.ª 08009, Barcelona info@principaldeloslibros.com www.principaldeloslibros.com ISBN: 978-84-18216-22-0 THEMA: WTL Depósito Legal: B 5235-2021 Preimpresión: Taller de los Libros Impresión y encuadernación: Black Print Impreso en España — Printed in Spain Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser efectuada con la autorización de los titulares, con excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).


Este libro se lo dedico a mi madre y a mi padre, quienes me enseñaron el poder de los sueños, y a mis hijas, Honor y Hope, quienes me han dado más de lo que nunca podría haber soñado. Graham Para nuestros seguidores, por unirse a este viaje y apoyarme siempre. Para Escocia y su gente, por seguir siendo tan acogedores y progresistas. Espero que siempre demos la bienvenida a los recién llegados para que disfruten de las montañas, los valles… y los mosquitos. Alba me ha inspirado constantemente y me ha llegado al corazón. Sam



Índice

Prólogo de Diana Gabaldon..................................................13

1. Vamos de paseo.............................................................19 2. La libertad y el whisky van de la mano...........................41 3. La tierra que me engendró............................................63 4. Escocia nació batallando...............................................77 5. La masacre de Glencoe................................................101 6. Escalando montañas...................................................123 7. El bocado más dulce que he probado..........................137 8. ¡No durmáis más!........................................................161 9. El círculo de la vida.....................................................191 10. Castillo Leod..............................................................213 11. Agitando las aguas......................................................239 12. Una bicicleta para dos.................................................259 13. Culloden.....................................................................289 14. La gran evasión...........................................................321 15. El camino por recorrer................................................353 16. Men in Kilts - El programa de televisión......................359

Agradecimientos..................................................................367 Créditos de las fotografías....................................................371 Biografías de los autores......................................................373



RUTA DE TIERRA DE CLANES

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Prólogo Bueno, en un principio… solo había un hombre vestido con una falda escocesa. Siempre he pensado que, si quieres hacer algo, deberías empezar haciéndolo y, si es lo correcto, el universo, en cierta manera, saldrá a tu encuentro. Por eso, comencé a escribir una novela sobre un hombre vestido con una falda escocesa y el universo me llevó hasta una serie de televisión. He sido indirectamente responsable de muchas cosas extrañas desde que escribí Outlander: … cinco temporadas (hasta ahora) de una serie de televisión de éxito, … los nombres de un montón de perros de pura raza, caballos de carreras y urbanizaciones, … miles de bebés llamados Brianna o Jamie (hasta donde yo sé, nadie ha llamado a su hijo «Murtagh», lo que me sorprende…), … el té lord John Grey, … composiciones para bandas sinfónicas, … un musical, … un telar de lana escocesa especializado en tartanes, … un maravilloso par de libros de cocina, … tres millones de bufandas de punto, … muchas seguidoras que se han bajado los pantalones en las firmas de discos para mostrarme la frase Da mi basia mille tatuada en el coxis (como mi marido me comentó: «Bueno, ¿cuánta gente sabe decir “Bésame el culo” en latín clásico?»), … un incremento del 72 % del turismo en Escocia (VisitScotland tuvo la amabilidad de informarme de este dato) y … un excelente whisky llamado «Sassenach». 13


tierra de clanes

Pero ¡este libro quizá sea una de las cosas más extrañas que se han hecho y, definitivamente, una de las mejores! Para mí, es un gran honor que Sam y Graham me hayan pedido que escriba el prólogo de uno de los libros más interesantes, inusuales (por decirlo con suavidad…) y divertidos que he leído en mucho tiempo. No estoy segura de cómo lo describiríais, pero no suelo ser capaz de explicar mis propios libros en veinticinco palabras o menos, por lo que no creo que ese sea un problema. Para comenzar, es un libro de colegas. Dos buenos amigos charlan (y discuten) mientras se abren paso por las Tierras Altas (Highlands) de Escocia y arriesgan su vida e integridad física de esa manera tan casual que hace atractivos a los hombres. ¿Por qué? Bueno, porque ambos son escoceses y una parte importante de Outlander (no solo de la serie de televisión, sino de ese extraño fenómeno en general), porque se han dado cuenta de que, efectivamente, son escoceses (llevar una falda escocesa todos los días durante dos años tiene ese efecto) y quieren descubrir el origen de su ascendencia y lo que en realidad significa ser escocés (aparte de que nazcas enamorado del whisky). También es un libro de ruta (pensad en Jack Kerouac, pero con menos drogas, más párrafos y nada de sexo. Bueno, casi nada…). De hecho, nuestros dos amigos están haciendo un programa de televisión sobre distintas localizaciones históricas en las Tierras Altas. Acompañados por un pequeño equipo de grabación, que incluye a un maquillador de gran talento y a un operador de drones, visitan espectaculares lugares históricos de las Tierras Altas de Escocia para conocer la historia real que hay detrás de algunas de las más célebres masacres, batallas, traiciones, decapitaciones y otras actividades de recreo típicas de Escocia. Esta es la crónica de ese viaje, realizado en una antigua autocaravana Fiat, una bicicleta tándem, un kayak y otros modos de transporte inverosímiles que solo tienen sentido para personas que sufren envenenamiento por testosterona. 14


prólogo

Durante el camino, hablan. No solo el uno con el otro, sino con ellos mismos. En algunas secciones, el libro es una doble autobiografía. Cada hombre recuerda su vida como actor (por partes) porque cada actor (igual que cada escritor) hace las paces con ella a medida que avanza, lo que significa que muchas de las historias son solo divertidas para los protagonistas veinte años después, pero son infinitamente entretenidas para los espectadores. Estos recuerdos también incluyen una gran cantidad de anécdotas del plató de Outlander. Yo solo visito el rodaje de vez en cuando, pero recuerdo el día en el que, durante la segunda temporada, Sam estaba preparando su caballo para montarlo cuando este decidió seguir el consejo de su madre y aliviarse antes de partir (esa es la razón por la que, de la mayoría de los trajes, hay repuestos). En otra ocasión, también durante la segunda temporada, a Graham se le pidió que montara un caballo mecánico (el director me comentó: «Parece una mierda, pero el público no lo notará en la serie»). El caballo mecánico se encontraba en la parte trasera de una camioneta, seguida por otra con una cámara, y se suponía que Graham debía saltar (presuntamente desde otro caballo) sobre su montura mientras cabalgaba. Al ser para televisión, grabaron la escena muchas muchas veces, hasta asegurarse de que tenían suficiente material para conseguir el efecto que buscaban. Cuando por fin terminaron, Graham se tambaleó colina abajo desde la carretera en la que estaban filmando y se detuvo junto a Anne Kenney (brillante escritora de otro episodio de ese bloque de grabaciones) y a mí para decirnos: «Mis pelotas y yo acabamos de tener una charla. Me han dicho: “Preferiríamos que no volvierais a hacerlo”». Siguió descendiendo a trompicones mientras murmuraba: «Sabía que debería haberme puesto un protector esta mañana…». Por último, se incluye también la historia real de la «tierra de clanes», entretejida en la narración de esta travesía. Los viajeros alcanzan los lugares más interesantes, famosos y relevantes de las Tierras Altas, donde aprenden sobre su historia y 15


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patrimonio ayudados por algunos de los habitantes más variopintos de estos lugares. De esta manera, ¡tenéis cuatro libros en uno! (Menuda ganga…). Sin embargo, la parte más importante de esta obra es la amistad entre sus autores, que aporta color y brillo a cada página. Me he sentido tanto intrigada como divertida por la historia, aunque también conmovida a nivel personal. Uno de los aspectos más inesperados de todo el «fenómeno Outlander» es la manera increíble en que ha unido a las personas. La gente lee los libros, ve la serie y quiere hablar sobre ellos. De este modo, forman grupos de seguidores, clubes de lectura y foros en Facebook y consiguen amistades duraderas y profundas, todo gracias al amor compartido por una historia. Siempre recordaré a una mujer que me trajo un libro a una firma y que me contó que vivía sola, que había estado así durante muchos años, sin salir apenas y sin familia, pero que se había sentido atraída por la historia y había encontrado a otros que sentían lo mismo y que la habían invitado a firmas de libros, estrenos y convenciones. «¡Ahora tengo amigos!», me dijo. Se echó a llorar, y yo también. Espero que sintáis la amistad entre estas páginas. Una última cosa, puesto que el libro trata sobre el regreso a los orígenes: Hace algunos años, una de mis novelas ganó el Premio de Literatura Corine en la categoría de ficción y me invitaron a Alemania para recibir el galardón. Aquello era un asunto bastante importante para el editor alemán y aprovecharon mi presencia allí para que me entrevistaran todos los corresponsales de prensa alemanes de periódicos, revistas, radio, televisión, publicaciones literarias, todo lo que se os ocurra. Al final de la semana, notaba la falta de sueño y los ojos vidriosos. Entonces, conocí a un amable caballero de una de las revistas literarias. 16


prólogo

El hombre, encantador, no paraba de hablar largo y tendido (y de manera halagadora) sobre mis libros. Le encantaba el empuje narrativo, consideraba a los personajes extraordinarios y las imágenes, trascendentales. Yo estaba ahí sentada, sumida en un aturdimiento agradable, mientras pensaba: «Sí, sí, continúe…». De repente, dijo: «Solo tengo una duda: ¿puede explicarme cuál es el atractivo de un hombre con falda?». Bueno, si hubiera estado totalmente consciente, quizá no lo habría dicho (aunque en realidad…). Da igual, lo miré durante unos instantes y respondí: «Pues… supongo que es la idea de que podría empotrarte contra una pared en cualquier momento». (Ejem). Unas semanas más tarde, de vuelta en Arizona, el editor alemán me envió un paquete con recortes de las entrevistas y, sobre todos ellos, la de esa revista. El editor le había pegado un pósit con una nota que decía: «No sé qué le dijiste a este hombre, pero creo que se ha enamorado de ti». Un hombre con falda. Una imagen potente y cautivadora, sí… Y aquí tenéis a dos… ¡Servíos una buena copa, empezad a leer y disfrutad! Slàinte mhath! Diana Gabaldon Scottsdale, Arizona Agosto de 2020



capítulo uno

Vamos de paseo

«La historia de dos hombres que no saben nada». Sam y Graham «Es muy peligroso, Graham, cruzar la puerta. Vas hacia el camino y, si no cuidas tus pasos, no sabes hacia dónde te arrastrarán». Sam Heughan en nombre de J. R. R. Tolkien, El señor de los anillos INT./EXT. CARAVANA. APARCAMIENTO. VALLE DE GLEN COE. TIERRAS ALTAS DE ESCOCIA – DÍA (septiembre, 2019) GRAHAM Mientras me abrocho el cinturón del asiento del acompañante de la autocaravana Fiat, una sensación insidiosa de pavor comienza a formárseme en el estómago. Sam nunca ha sido mi 19


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conductor. Jamás. Todos conocemos nuestras propias habilidades. A mí se me da muy bien conducir. Tengo un coche rápido, el típico de la crisis de mediana edad; sin embargo, no excedo el límite de velocidad (vale, quizá lo haya hecho un par de veces) y, en cuarenta años, no he tenido ningún accidente. Por otra parte, Sam acumula una letanía de golpes y rasguños a su nombre. Mientras estaba en Los Ángeles, se dejó las llaves en el maletero, se llevó por delante un poste (que, al parecer, «salió de la nada») mientras daba marcha atrás con un Mustang y le hizo un rasguño en el lado del acompañante a un coche eléctrico nuevo antes de poner como excusa que era culpa de la ciudad de Los Ángeles porque ese era «un mal lugar donde levantar una columna». Observo esa sonrisa juvenil mientras sacude la palanca de cambios, apenas capaz de reprimir una risita, y me doy cuenta de que este hombre es capaz de cualquier cosa. Quizá nos tire por un precipicio solo para ver qué se siente. Igual salta del coche mientras estamos en movimiento y me deja al mando para que recupere el control de una caravana desbocada. Todos estos pensamientos se me pasan por el cerebro resacoso al mismo tiempo que Sam mete la «marcha atrás» con la palanca de cambios. Ca-chank whiiiirrrt ca-chank Suponía que había pisado el embrague, pero el chirrido de la caja de cambios me informa de lo contrario. Mientras me observa con esa sonrisa de psicópata, maltrata los motores un poco más, y, en ese momento, es cuando surge Tierra de clanes, sin plan ni guion, solo con nosotros mismos: un hombre disfrazado de chico duro a manos de un completo lunático. Sé a ciencia cierta que Sam va a encontrar nuevas y horribles maneras de poner en riesgo mi vida. Sam: Claro que no… Me dice como si nada que no ha conducido un coche de cambio manual desde hace cinco o seis años y nunca nada tan grande como una autocaravana. Genial. 20


vamos de paseo

Sam: No tengo ni idea de qué pedal usar. Graham: Estás de coña, ¿verdad? Sam: No. Eh… AFE. Graham: Sí, pero ¿en qué orden? ¿Empezando por la izquierda? Sam: Empezando por la izquierda. Graham: No, es por la derecha. Acelerador, freno, embrague. En la jerga de conducción moderna, también significa antecedente, formas y efecto, pero este hombre piensa que puede burlarse de todo, fingir el papel de conductor competente y que el efecto sea solo un acontecimiento apasionante que todavía no ha sucedido. SAM Sam: ¿Estás bien, Graham? Si tuviera un bolso, McTavish estaría aferrado a él con fuerza, aunque ni siquiera hemos salido del aparcamiento. Sí, se ha oído el chirrido del motor una o dos veces, pero en mi defensa diré que no he conducido un coche manual (con palanca de cambios) desde hace años, quizá cinco o seis…, y nunca un vehículo tan grande como este. Tampoco es que se lo vaya a contar a Graham… todavía. Por fin encuentro la marcha atrás, tomo aire y retrocedo a gran velocidad. Graham: ¡Por Dios! Mientras Graham se aferra al asidero y se retuerce en el asiento, percibo una descarga de adrenalina. Esto va a ser divertido, incluso aunque ni siquiera seamos capaces de salir del aparcamiento. Solo verle gemir y graznar me produce una profunda satisfacción. Me dedica una mirada fulminante cuando presiono la palanca de cambios para meter primera, comenzamos a ganar velocidad y esquivamos, por los pelos, el cartel del hotel Kingshouse. —¡Allá vamos! —digo con mucha confianza—. Tierra de clanes, la historia de dos hombres que… 21


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—… no saben nada —concluye Graham. Y tiene razón. Partimos juntos de viaje, una expedición para encontrar la Escocia real y lo que significa ser escocés, pero solo tenemos un plan en pañales. Sabemos que queremos descubrir más acerca de los seis clanes principales de las Tierras Altas y conocer a tantas personas interesantes como sea posible, desde jefes de clanes (quienes todavía andan a la greña) hasta músicos, pasando por historiadores, chefs (Graham necesita alimentarse) y, por supuesto, maestros destiladores (bueno, ¿por qué no?). Pero, como solo tenemos una semana para finiquitar todo esto, va a ser una aventura intensa impulsada por whisky, adrenalina y cafeína. HaaahhhaaarrraH-GANKKK Graham: Esa es la segunda, no la cuarta. GRAHAM Comenzamos por lo que podría llamarse el corazón de las Tierras Altas, Glen Coe, un valle escarpado formado por un glaciar de la Edad de Hielo por el que fluye el río Coe. Es un área de Escocia que conozco bastante bien porque la he visitado y he estado de vacaciones en ella muchas veces. También es la zona donde tuvo lugar la masacre de Glencoe en 1692, lo que atrajo mi interés por la historia de Escocia hace más de veinte años. Bueno, para ser exactos, en 1992. Tenía la tierna edad de treinta y un años. Me sorprende pensar que Sam seguramente se estaría preparando para empezar la secundaria y seguiría llevando pantalones cortos. ¿Quizá mojaría también la cama? Voy a tomarme unos instantes para procesar este doloroso pensamiento. Estaba en el Pitlochry Festival Theatre, pasando allí la temporada, inmerso en las Tierras Altas durante nueve meses como partícipe de seis obras distintas a la semana. Fue fantástico. Siempre me han fascinado las Tierras Altas y he sentido una 22


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intensa conexión con esa zona. Mi padre estaba impaciente por salir de Escocia. Nacido y criado en Glasgow, se había convertido en piloto y había recorrido el mundo. ¡Cada vez que volaba sobre Escocia, solía decir que estaba nublado! De esta forma, lo que fuera que atrajo mi interés por las Tierras Altas y su historia provenía de mi interior. Era casi una especie de «recuerdo fugaz», la idea de que las experiencias que ha vivido un grupo de personas o una «tribu» durante cientos de años puedan repercutir en el futuro. Mientras estaba en Pitlochry, me sentí fascinado por la conocida masacre de Glencoe, aunque anteriormente ya había hecho una investigación exhaustiva en la Biblioteca Británica. Tenía planeado escribir algo para celebrar el 300 aniversario de Glencoe, por lo que redacté un bosquejo llamado Tierra de clanes e intenté que alguien se uniera a mí para convertirlo en un programa de televisión, pero, como actor de teatro escocés de treinta años, eso no ocurriría en la vida. Años después, en el plató de Outlander, hablé muchas veces con Sam sobre mi amor por la historia de Escocia, puesto que una de las cosas que me gustaron de inmediato de él fue su entusiasmo por esos temas. A Sam le encanta participar en todo, pero cuando me reuní con él, seis años después, no podía imaginar que iría detrás de mí en una bicicleta tándem por Argyll. Aunque estoy adelantando acontecimientos… En marzo de 2019, estaba en mi cocina, en Nueva Zelanda, cuando Sam me llamó. Sabía que había estado pensando en hacer un documental sobre la historia de Escocia y se preguntaba si podríamos hacer algo juntos en forma de pódcast. Al instante, me cautivó la idea de sentarme en un pub a charlar con él mientras tomábamos un whisky. Sin embargo, no pasaría mucho tiempo antes de que el pódcast se convirtiera en una grabación con cámaras GoPro a la vez que caminábamos y hablábamos. «Genial», pensé, aunque no tenía ni idea de cómo íbamos a hacerlo. Mi comprensión de la tecnología es escasa en el mejor de los casos, por lo que me imaginé a Sam grabando escenas 23


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excelentes mientras yo aún no había pulsado siquiera el botón play de mi cacharro. Luego, Sam sugirió utilizar una cámara de televisión de verdad, con personas de carne y hueso que supieran lo que hacían de verdad. Vale, aquello mejoraba por momentos. Decidimos que la forma de abrirnos paso en la historia de Escocia sería a través de sus clanes, centrándonos en uno en cada episodio. Yo ya tenía mis favoritos, basados en mi ligera obsesión por las guerras. Existe un dicho que se traduciría por: «Escocia nació batallando», y los enfrentamientos son algo que los clanes de las Tierras Altas han convertido en una forma de arte. Los venecianos tienen el vidrio, los persas, las telas, y los escoceses, sus peleas. Presenté mis propuestas y decidimos los clanes que mostraríamos basándonos en la geografía y la accesibilidad porque teníamos un tiempo muy limitado, sin protección contra el clima de septiembre en Escocia (¡locos!), sin guion ni preparación real, solo una idea rápida de qué grabar. Una cámara se convirtió en dos y, luego, en tres…, junto a un dron. Después de varios aviones, trenes y automóviles, yo desde Nueva Zelanda y Sam desde el plató de Outlander, por fin llegamos al hotel Kingshouse, en el sur de la sierra de Glen Coe, para reunirnos con Michelle Methven, nuestra maravillosa productora ejecutiva, y el resto del equipo de Tierra de clanes. SAM Dejadme que os presente al equipo. Contamos con: Michelle Methven: nuestra productora ejecutiva, que es la persona más trabajadora de Escocia, con una enorme colección de botas de agua. Es una gurú de los horarios, una conductora experta de 4x4 y querrías tenerla en el equipo porque es buena en cualquier puesto. Alex Norouzi: productor y director, virgen en cuanto al whisky hasta que me conoció. Un genio creativo con un acento divertido. 24


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