mikel szinetar
dark light in berlin luz oscura en berlĂn
This is a Fragment, an Interval.
Esto es un fragmento, un intervalo.
The Night The Night The Night... that poet wrote on every page, up to ten times: it was a memorable and little known text. I remember it was a poem very similar to the one that Mikel Szinetar’s photos depict,in his captivating notebook. Here, we find a photo series of the worldly night. From the first image a city offers us its corrugated streets, surprised by a wide-angle lens. It’s a Berlinese scenario, where a cosmos of city propaganda shines, moons and celestial bodies that come gleaming toward the apex of a placid and troubled lens. Then, in the next photo, the viewing angle closes in and shows us a ladder leading down to the underworld of concrete and metal. And in the third image we see the gloomy face of a possible Acheron, a passer-by who’s as much human as animal. And after that, the image of a corridor, and then (...) an unusual Orpheus with his camera. Thus, the Berlinese progression stretches out in strident contrasts which may suddenly be subdued by the gray branches of a tree, by the muddy and sensual waters of an urban river; or by depth of field (but an empty field that glitters all the way back). And falls again in the end into harsh contrasts.
La noche
La noche
La noche…
escribió en cada página aquel poeta, hasta diez veces: era un texto memorable y desconocido. Recuerdo que se trataba de un poema tan semejante a este que dibujan las fotografías de Mikel Szinetar, en su entrañable cuadernillo. Aquí, hay una serie fotográfica de la noche mundana. Desde la primera imagen una ciudad nos ofrece sus onduladas calles, sorprendidas con un gran angular. Es una estampa berlinesa, en la que brilla el cosmos de los anuncios citadinos, como lunas y cuerpos celestes que vienen con destellos hacia el vértice de una lente, apacible y perturbada. Luego, en la siguiente foto, el ángulo de visión se cierra, para mostrarnos una escalera por donde se desciende al inframundo del hormigón y lo metálico. Y en la tercera imagen vemos el rostro sombrío de un posible Aqueronte: un paseante que sabe tanto de lo humano como de lo animal. Y después, está la imagen de un pasillo, y luego (…) un insólito Orfeo con su cámara fotográfica. Así, la progresión berlinesa se prolonga con duros contrastes que de pronto se ven apaciguados por las grises ramas de un árbol, por lodosas y sensuales aguas de un río urbano; o por la profundidad de campo (pero un campo vacío que brilla hacia el fondo). Todo para caer otra vez en los contrastes inclementes.
There is backlighting that turns into ghosts images of individuals walking, some that cross spaces opening doors, revealing to us the “obscene” (off stage) city. The city that lives on the margins of easiness and banal wakefulness. We’re speaking of a city imbued in Baudelairean penumbra, with the sadness of its street spleen, with inevitable winks at Romantic Onirism, and Expressionist sensations of an occasionally threatening townscape. These photos by Mikel Szinetar trace above all an endless rotating cycle of light to shade, night to brief day. The sense of expectation in nocturnal wakefulness will always disquiet us as spectators; I would say there’s a question thrown in our faces like a disgorging of shadows. And this is repeated more than ten times, in Mikel Szinetar’s sooty photos, as well as the (fragmentary) memory of what the Symbolists called the second half: The night The night The night (...) when darkness becomes object, muteness and shout. Igor Barreto
Hay contraluces que afantasman imágenes de personajes ambulantes, unos que cruzan los espacios abriendo puertas: descubriéndonos la ciudad “obscena” (fuera de escena). La que habita al margen de la facilidad y la banal vigilia. Hablamos de una ciudad imbuida en la penumbra Baudeleriana, con su tristeza de spleen callejero, con inevitables guiños al onirismo romántico, y sensaciones expresionistas de un paisaje que por momentos resulta amenazante. Estas fotos de Mikel Szinetar trazan sobre todo un ciclo interminable de rotación de la luz a la sombra, de la noche al breve día. Siempre la espera de la vigilia nocturna nos intranquilizará como espectadores; yo diría que existe una pregunta que es arrojada a nuestra cara como buchada de sombras. Algo que se reitera más de diez veces, en las hollinezcas fotografías de Mikel Szinetar, y el recuerdo (fragmentario) de eso que los simbolistas llamaban El segundo tiempo: La noche La noche La noche… cuando la oscuridad deviene objeto, mudez y grito.
Igor Barreto
©mikel szinetar © © © ©
ediciones lavaka: primera edición, 2019. © igor barreto: texto. ediciones lavaka: first edition. 2019. © igor barreto: text. kataliñ alava: curaduría y diseño. © rowena hill: traducción kataliñ alava: curatorship and desing. © rowena hill: translation
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edición limitada. limited edition.