Polemikós # 4

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somos Dr. Hernán Linares Ángel Presidente del Claustro Dr. Néstor Cristancho Quintero Rector

Director Fernando Barrero Chaves

María Bibiana Alvarado Fandiño Vicerrectora Académico

Editores Guillermo Cárdenas Pinto Javier Barbosa Vera

Carlos Alberto Correa Gregory Vicerrector Administrativo Fernando Barrero Chaves Decano Facultad de Ciencias de la Comunicación Gisela Daza Navarrete Directora Departamento de Investigación Jesús Hernando García Coordinador Académico Facultad de Ciencias de la Comunicación Martha Lucía Castaño Torres Directora programa de Comunicación Social - Periodismo Fernando Marroquín Ciendúa Director programa de Publicidad y Mercadeo Delia Manosalva Ruíz Directora programa de Diseño Gráfico

Redacción, suscripción y canje Facultad de Ciencias de la Comunicación Fundación Universitaria Los Libertadores Carrera 16 Nº 63A-68 Conmutador (+571) 2544758 Fax (+571) 3145965 www.ulibertadores.edu.co revista polemikós ISSN 2027-01X · Edición No 4 · · Abril - Septiembre 2010 · www.revistapolemikos.com polemikos@cit.libertadores.edu.co Bogotá - Colombia

Comité científico Norha Elizabeth Hoyos -MalokaNatalia Revetez -Signo Latinoamérica- (Uruguay) César Rocha -Universidad Minuto de DiosAlexis Pinilla Díaz -Universidad Pedagógica NacionalSilvia Borelli- (Brasil) Comité editorial Rafael Ayala Alexis Pinilla Samuel Sánchez Cristian Villamil Editores gráficos Francisco Gómez Zárate Janduy Barreto Páez · A+ Media Bureau · Ilustración carátula Javier Barbosa Vera Corrección de estilo Rafael Ayala Traducciones Ignacio Ardila Lozada Director Centro de Producción Editorial Pedro Bellón Impresión Javegraf


200 años de comunicaci

contenido

Ayala 8 Rafael José Celestino Mutis:

precursor a pesar de sí mismo

García 22 Augusto Perspectiva de género y modelos

historiográficos sobre la mujer en el periodo colonial en la América hispana y portuguesa

Maldonado 30 Jorge Oscar Rojas

Del miasma de la opinión pública en el estado moderno

Otero 36 Efraín Bolívar, la ciencia y la tecnología Discurso

Jaramillo 50 Vespaciano J. A. Osorio Lizarazo:

literato y periodista


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Juliana Cubides Liliana Galindo

76

Arminio Mestra

84

Fernando Marroquín

92 104

Jóvenes y política

¿Hacía dónde va la radio como medio de comunicación y que papel ha jugado en la construcción de nación? Mentiras verdaderas, elefantes blancos en el marketing

Resultados de investigación Reseñas editoriales


Sandra Suárez

Anfibologías Técnica: Fotograbado

Umberto Casas

----------Técnica: Punta seca y montaje digital

Nubia Roncancio

Del Miasma de la opinión pública en el estado moderno Técnica: Punta seca Jhon Hernández

Torrencial 2

Técnica: Falsograbado digital

Armando Chicangana

La amnesia urbana es XL Técnica: Litografía sobre piedra caliza


Daniel Navas

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Técnica: Grabado sobre metal

Wilson Borja

Expresión

Técnica: Grabado sobre metal

Julián Velásquez

Chef

Técnica: Placa acrílica

Samuel Sánchez

Torrencial 2

Técnica: Falsograbado digital

Javier Barbosa

El Escriba

Técnica: Oleo sobre retablo


carta a nuestros lectores

200 Años de (IN) Comunicación - y un reconocimiento histórico Con el poeta Pablo Neruda , a 200 años de la Independencia, podemos decir “qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos”... “Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Se lo llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las palabras”11... Sí, Nos dejaron las palabras pero, paradójicamente, seguimos (in) comunicados. A esos 200 años, está dedicado este número de Polemikòs que hoy entregamos en su cuarta versión, justo en el mismo mes en que se cumple el Bicentenario de la primera insurrección ocurrida en Valledupar, en abril de 1810. Por eso, necesitamos hacer este reconocimiento histórico. Veamos algo de historia para sustentar este reconocimiento: La Junta de Gobierno de Cádiz (que había reemplazado a la de Sevilla) no veía con buenos ojos los sucesos de Quito y de Caracas (agosto de 1809 y abril también de 1810) y había ordenado el retiro de Amar y Borbón, noticia traída por Antonio Villavicencio a su arribo a Cartagena el 8 de mayo. Doce días después, en Cartagena de Indias, un movimiento revolucionario creó una Junta de Gobierno y declaró su fidelidad a Fernando VII y al Consejo de Regencia, siguiendo el ejemplo de la Junta de Cádiz. Estos sucesos vienen a dar como resultado el movimiento del 20 de julio de 1810. Más adelante, aparecerán otros episodios a lo largo de ese 1810. Pero, lo que pretendemos con este breve recorrido histórico no es minimizar el Bicentenario que celebramos en Julio, sino hacer justicia histórica a quienes hace 200 años, por esta época, dieron los primeros pasos, hacia lo que hoy día aun anhelamos: la libertad.. He ahí el nudo central de la comunicación. En estas dos centurias, ha habido incomunicación y comunicación como justamente lo dice Neruda. La construcción de los modelos comunicativos en América Latina cuenta con múltiples influencias, tanto de las escuelas Europeas como de las de América del norte, dando posibilidad a la formación de la “Escuela Latinoamericana de comunicación” en la segunda mitad del siglo XX. 1 “Qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos... Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo... Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas... Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra... Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes... el idioma. Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Se lo llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las palabras”. (Pablo Neruda- Canto General)


Así, llega el influjo y aporte de las teorías de la comunicación social de la Iglesia Católica caso específico, de la Teología de la Liberación y del pensamiento crítico y cultural de la Escuela de Frankfurt. Esta escuela latinoamericana desarrolla los conceptos de comunicación alternativa y comunicación popular, especialmente durante la década de los 80. Hoy, 30 años después, cada una de ellas tiene, en Colombia, dos manifestaciones importantes: la alternativa, reflejada en emisoras de radio y televisión comunitarias y en periódicos zonales y la popular, que ha ido avanzando hacia lo ciudadano. En este escenario actual, Los Libertadores reconoce a las ciencias de la comunicación como un supuesto indispensable para dar a la comunicación una entidad autónoma y un campo de investigación propio en el conjunto del saber. El problema que cabe plantearse, es si la comunicación es una disciplina como tal o si, por el contrario, es un ámbito concreto del conocimiento al que disciplinas ya consolidadas tratan de estudiar: ¿Puede considerarse la comunicación como un campo de estudios transversal, en el que concurren diversas ciencias para explicar el fenómeno desde puntos de vista concretos? Si la respuesta es positiva, es posible hablar de una pragmática de la comunicación, que tiene su objeto de estudio en un proceso afectado de manera individual (personas), grupal (comunidades), social y cultural. Pero, también, puede ser considerada como una disciplina moderna, producto de la reflexión multidisciplinaria en torno a este fenómeno. Su riqueza y su validez están dadas por los diferentes puntos de vista que se reúnen en torno a la discusión de una situación particular. En resumen: Este recorrido nos deja más interrogantes que afirmaciones. ¿Estos 200 años han sido de comunicación con Europa o, por el contrario, lo han sido de incomunicación? ¿Hay comunicación intercultural o ha habido choque de dos culturas? Hablamos el mismo lenguaje, pero ¿acaso nos entendemos? Fernando Barrero Chaves Director



editorial El tiempo (ese insondable y eterno), ha transfigurado a lo largo de 200 años, nuestra concepción de país. Hoy somos esa reciedumbre agónica, producto de 10 guerras civiles, de conflictos, en los cuales se cuela nuestra pasión por ser dignos de una tierra que acoge a los muertos pero desesperanza a los vivos.

Son doscientos años en los cuales nuestras formas de comunicarnos han cambiado con ese fortuito devenir de los tiempos. Es muy cercano a nosotros todo ese periplo fantástico de nuestros ejércitos independentistas por caminos y trochas en las cuales quedaron muchas esperanzas y renacieron otras, medios de locomoción en los cuales se tejió la urdimbre de nuestra historia. El arquetipo de nuestro espíritu científico se encuentra demarcado en el trabajo de José Celestino Mutis, como un faro en la oscuridad de nuestras luchas intestinas, los iconos apasionados de Von-Lengerke o de Von-Humboldt sirven para enraizar esa utopía que nos llama a una segunda oportunidad sobre la tierra. Los medios como el “Papel periódico” o los diferentes escritos con los cuales se tejió una comunidad imaginada, sirvieron para establecer ese denominador común de la “Atenas Suramericana” Escritores y soñadores de nuestra incapacidad de derrota, han

mostrado cómo la Persistencia es compañera de nuestros anhelos. Los cronistas de los primeros periódicos anudaron las leyendas de las cuales somos caros voceadores hoy en día. La radio, ese tejedor de imaginarios, nos ha acompañado en este viaje. El siglo XX vio cómo en los más recónditos lugares de esta difícil geografía los ecos de la radio hacían frente a la falta de información y aún podemos presentir como miles de colombianos aprendieron sus primeras letras alrededor de este monumental invento. Aun hoy en día, podemos afirmar que millones de personas mantienen opiniones políticas o sociales por lo oído a través de las ondas hertzianas. Nuestros medios de comunicación han sido proclives al vaivén de nuestros infortunios; han estado presentes en la dinámica social, prestando su interpretación de la vida cotidiana y se han desarrollado manteniendo un marco de vigilancia a través de la cara oculta de la insensatez de aquellos que pretenden acallar los procesos y desarrollos de una comunidad ávida de los cimientos críticos que deben proponer los analistas de la opinión pública. El número cuatro de nuestra revista pretende acercarse a esta dimensión de los análisis mediáticos, realizando un viaje alrededor de temas como la ciencia o la condición de la

mujer en nuestro entorno, auscultando la vida de nuestros precursores en los niveles políticos sociales y en un centro a nivel periodístico. Es una visión variopinta , que tiene la intención de poner de presente que, hoy, estamos aquí después de un trasegar de doscientos años y que la mirada hacia atrás nos permite condenar el rigor de nuestros desaciertos como sociedad y, al mismo tiempo, afrontar un presente, conscientes de que la única forma de ser dignos de nuestra historia es el poder establecer puntos de encuentro y de comunicación en los cuales, como lo planteára el profesor Estanislao Zuleta, cada vez tengamos más y mejores conflictos, aquellos que nos lleven a la discusión clara y sin restricciones. La facultad de Ciencias de la Comunicación, en su ánimo de contribuir a crear estos espacios, espera no ser ajena y, desde estas páginas, establece un grito que pregona la necesidad de avivar nuestras formas comunicativas como un paso hacia nuestra real independencia, aquella que nos haga mayores de edad.

El lenguaje es el medio. El medio es la palabra, el gesto, la mirada La mirada es la que vigila.


Mutis: precursor


a pesar de sí mis José Celestino Mutis: precursor a pesar de sí mismo* Rafael Ayala Sáenz

* El artículo se basa en la consulta, documentación y síntesis de la información contenida en los siguientes textos: FLORA DE LA REAL EXPEDICIÓN BOTÁNICA DEL NUEVO REINO DE GRANADA. Tomo I. Ediciones Cultura Hispánica. Madrid, 1954. AMAYA, José Antonio. Celestino Mutis y la Expedición botánica. Editado por Debate/Itaca. Madrid, 1986. GIRALDO, JARAMILLO. La miniatura, la pintura y el grabado en Colombia. Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá. 1980.

rayalas@libertadores.edu.co

Resumen

Abstract Abstract

La ilustración europea fue un movimiento que no sólo promovió el desarrollo del conocimiento y su popularización por medio de la enciclopedia sino que también sembró los ideales de libertad en las naciones del mundo. Se sabe que José Celestino Mutis, Director de la Expedición Botánica, trajo al Nuevo Reino de Granada la influencia del movimiento de la ilustración europea solo en la primera dimensión, es decir, en la del desarrollo del conocimiento, en su caso, naturalista de la realidad; pero no le interesaba para nada promover las ideas republicanas que dieron origen a la revolución francesa.

European Enlightenment was a movement that not only promoted the development of knowledge and its popularization through the free but also planted the ideals of freedom in the nations of the world. It is known that Jose Celestino Mutis, Director of the Botanical Expedition, brought to the New Kingdom of Granada the influence of European enlightenment movement only in the first dimension, i the development of knowledge, where appropriate, naturalist reality, but was not interested at all to promote Republican ideas that led to the French Revolution.

Recepción: Diciembre 18 de 2009 Aprobación: Febrero 21 de 2010 Palabras clave

Bicentenario, independencia, Expedición Botánica, José Celestino Mutis, ilustración.

Key Words

Bicentennial independence, Botanical Expedition, José Celestino Mutis, illustration


INTRODUCCIÓN En el seno de una familia pequeño burguesa dedicada al comercio de libros, nació el 6 de abril de 1732, José Celestino Bruno Mutis y Bosio, en Cádiz, puerto cosmopolita. Su padre fue Julián Mutis y su madre Gregoria Bosio. Nació súbdito y católico, dos rasgos que definirán su carácter hasta el fin de sus días que ocurrió 76 años después, en 1808.

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Nació siendo súbdito del monarca Felipe V de Borbón, heredero de la corona española, ejemplo de una tradicional monarquía vertical y absolutista que de su pueblo sólo exigía sometimiento, servidumbre y ciega obediencia sin brindar ningún derecho ni libertad. En este sistema, el poder es hereditario, vitalicio y absoluto, en la figura del rey, descansa la responsabilidad de administrar todos los poderes: legislativo, ejecutivo, judicial, religioso y militar. Mutis nació siendo católico, dogma heredado de sus ancestrales reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, líderes de la reconquista española que se hizo a nombre de dios. La reina Isabel heredó un territorio de su padre Juan II de Castilla y su hermanastro Enrique IV que ya estaba conformado por seis zonas claramente delimitadas: Galicia, Asturias, Cantabria, Extremadura y Andalucía y Castilla, unificación producto de una interminable cadena de pactos, matrimonios de conveniencia, batallas campales y magnicidios.

Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

Los reinos del rey Fernando de Aragón, hijo de Juan II de Aragón, agrupaban las comunidades actuales de Aragón, Cataluña, Valencia y las islas Baleares, como consecuencia de la alianza con Cataluña con quienes, además, pudieron hacer retroceder a los musulmanes hasta Murcia. La poca densidad demográfica sería el factor determinante para que el ocaso catalano-aragonés se presentase dado que en todo su territorio no habitaban más de un millón de personas mientras que en Castilla vivían seis millones de almas. En tiempos de los reyes católicos, la alta nobleza, los aristócratas y los obispos, que correspondían al 5% de la población, ejercían el poder; el 15% correspondía a los “medianos” que en los núcleos urbanos ocupaban las capas medias de la sociedad; el restante 80% de la población rural y urbana eran súbditos: trabajadores iletrados dedicados a labores artesanales o agrícolas sembrando cereales, cuidando la ganadería y produciendo la cotizada lana merina.

La iglesia católica, para 1492, ya existía como una institución supranacional lo cual le permitía manejar información de primera mano en todos lo reinos y con el poder que le daba cargar con la cruz de Jesús, llegó a reunir más poder y riqueza que el de cualquiera de los soberanos existentes. Unos años más tarde intervendrían ante la reina Isabel para instituir el Tribunal de la Inquisición, acción que contravino el principio esencial de la tolerancia que inspiro las Siete Partidas promulgado por Alfonso el Sabio; e imponer la expulsión de los judíos que habían llegado a la península alrededor del Siglo I (si nos atenemos a la prueba ofrecida por estela funeraria de Lustinus de Mérida). El judio Abarbanel respondió el edicto de expulsión promulgado por los reyes católicos profetizando que España se transformaría en “una nación de conquistadores, buscando oro y riquezas, viviendo por la espada y reinando con un puño de acero. Al mismo tiempo os convertiréis en una nación de iletrados por lo cual las instituciones de conocimiento ya no serán respetadas”.


Unidos en matrimonio, los reyes católicos terminaran la tarea de la reunificación, reconquista y pacificación del territorio, y con el oportuno descubrimiento de una ruta por el Atlántico, llegaron a consolidarse las bases de un periodo que llevaría a Hispania a convertirse en un poderoso imperio, el único en la historia en donde el sol nunca se puso. José Celestino Mutis nace y crece criado en unos valores conservadores por unos padres convencidos y orgullosos legatarios de este pasado glorioso. ¿Cómo alguien heredero de una tradición conservadora y obediente pudo convertirse en un precursor, a pesar de sí mismo, de la independencia en el Nuevo Reino de Granada? Hagamos u breve y sintético recorrido por la vida de este personaje para contestar este interesante cuestionamiento.

Los años de formación Además del lugar de nacimiento y la educación que Mutis recibió, se puede afirmar que la ilustración es la causa de esta actitud. El interés por describir y comprender la realidad impulso el estudio de la naturaleza y el desarrollo de otras ciencias, así como el deseo de acumular e integrar el conocimiento desarrollado en la enciclopedia, que una vez divulgada, permitió ver el todo y sus partes.

El sabio nació en Cadiz, puerto en el cual se concentró el monopolio del comercio americano convirtiéndose en la vitrina de América en Europa y en puerta legal única de salida de España y del Viejo Continente al mundo hispano de ultramar. Las grandes potencias abrían sus consulados en el puerto y residentes genoveses, hamburgueses, franceses e ingleses organizaban sus iglesias y cementerios. Durante la década de los cincuenta Cádiz fue en España el foco más importante de dispersión del copernicanismo y de las teorías de Newton. El joven Mutis se educó en instituciones dirigidas o conectadas por y con los jesuitas, quienes enseñaban a sus discípulos en la precisión lógica, el cultivo de la retórica y la lectura de los clásicos. También recibió formación de la Marina Española que junto con el ejército, fueron los agentes primordiales de la difusión de la ciencia moderna en España. A los 17 años, el joven Mutis inició su formación profesional en Sevilla donde hizo simultáneamente los estudios de medicina y cirugía, formación enmarcada dentro de lo que se denominó la medicina ilustrada cuyo valor fundamental era “el amor a la humanidad enferma”, lo que ocasionó que paulatinamente los médicos de la segunda mitad del siglo XVIII fueran dejando paulatinamente de circunscribir su práctica a la corte, la

nobleza y el clero. Mutis perteneció a la primera generación de médicos formada en España en concordancia con las corrientes de pensamiento moderno y viajó a la Nueva Granada en un momento en que la difusión de la ciencia como método y teoría había ganado consistencia en la península gracias a la acción de la obra de Feijoo y del médico valenciano Andrés Piquer. A los 25 años marcho a Madrid, donde empezó a ejercer como médico de cámara de la corte. Fue en esta capital donde aprendió los rudimentos de la botánica en la primera cátedra pública de botánica en el Jardín Botánico del Soto de Migas Calientes, dictada por Joseph Quer, quien había recibido instrucción botánica en Pisa, Siena y Bolonia y había herborizado en África del Norte, Italia y algunas regiones de España; publicó la primera Flora española o historia de las plantas que se crían en España. Defensor del método descriptivo de plantas tournefortiano y opositor del método propuesto por Linné, quien en la Filosofía Botánica, había fijado el código de la ciencia para describir y bautizar las plantas, y a modo de epílogo había consignado valiosas indicaciones relativas al modo de organizar una excursión botánica, distribuir un jardín y llevar un diario de viaje. Linné era el autor al cual desde siempre estuvo inclinado Mutis. 13


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En atmósfera de paz y de creciente esperanza transcurrieron los años de formación de mutis. Durante los 13 años de neutralidad que inauguró la paz de Aquisgrán (1748), España reorganizó su defensa nacional; las arcas reales arrojaron por Vezcir el mercantilismo en América. Pehr Löfling, Guillermo Bowles y Ricardo Warda contribuyeron a difundir botánica, geografía y economía. En 1758 Linné condensó en el “Iter Hispanicum” la inconclusa “Flora Cumanensis y Plantae Selectae” de su discípulo Löfling y se publicaba la “Historia natural de España” del irlandes Bowles. En los pasillos de la corte empezaron a fraguarse proyectos de Real Academia de Ciencias y, becados por la corona, jóvenes talentos españoles adelantaron estudios de especialización en diversos centros educativos de Europa, quienes a su regreso reavivaron la difusión de las luces. Los ilustrados españoles se dieron a la tarea de institucionalizar la ciencia en la península por medio de academias, sociedades, jardín botánico y gabinete de historia natural.

El viaje hacia la nueva granada En 1760 se produjo la sucesión de Fernando VI por Carlos III, quien nombró a don Pedro Messía de la Cerda nuevo virrey del Nuevo Reino de Granada. Este empezó a buscar un médico de Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

cámara a quien confiar su salud y la de su comitiva durante su permanencia en América. La elección recayó sobre Mutis quien aceptó con la condición de que al llegar a la Nueva Granada le conferiría una comisión para adelantar exploraciones científicas. El 28 de julio, a los 28 años Mutis abandonó Madrid con destino a América. Llegó a Santa Fé de Bogotá el 28 de febrero de 1761, después de siete meses de viaje. La falta de apoyo de la corona para sus proyectos de expedición le obligó a implicarse en actividades mineras y a ejercer su profesión médica con el fin de acumular medios para adelantar por cuenta propia sus trabajos de historia natural. Mutis adelantó la imprescindible tarea inicial de acumular, disecar, describir e ilustrar material natural para su Flora de la Nueva Granada. Entre los 21 años que mediaron entre 1761 y 1782, permaneció más de nueve administrando empresa minera y aislada de la ciudad Montuosa Baja, en Pamplona, 1766-1770; el sapo, Ibagué: 1777-1782. Esta circunstancia relativizó su acción en pro de la difusión de la ciencia entre la juventud universitaria del reino. Con interrupciones dio la cátedra de matemáticas y física del Colegio del Rosario que con interrupciones Mutis regentó entre 1762-1766 y 1770-1777.

Pocos estudiantes asistían a las clases de mutis; la Teología y el Derecho, únicas carreras institucionalizadas entonces, no exigían previa formación fisio-matemática. Fue en este período que se ordenó como sacerdote en diciembre 19 de 1772, a los cuarenta años de edad. Esta etapa de su vida le permite conocer el paisaje nororiental granadino en detalle, conocimiento ya iniciado por su relación con los estudiantes del Rosario quienes le trajeron materiales procedentes de diversas provincias del virreinato. Su viaje a las minas del Sapo le permitió retirarse del vulgar remedo de la corte santafereña, donde reina la tontería y la superficialidad; y también le permitió aislarse del “griterío bullicioso de las aulas universitarias”, ancladas en la práctica de un saber divorciado de la naturaleza, repetitivo y memorista. Estando en Ibagué, vive la creciente ola de inconformidad que desestabiliza el virreinato y conduce a la revolución de los comuneros (1781). Fiel a su monarca y al régimen que representa, hábilmente dispersa a los cabecillas del movimiento e impide la unión de los insurrectos. El 30 de marzo de 1801, Humbolt, Bonpland y su comitiva desembarcaron en Cartagena y el 8 de julio entraron en Santa Fé y se instalaron en una casa que Mutis les había preparado. Sin reserva alguna le abrió su casa botánica y sus


herbarios, le mostró sus manuscritos y sus iconografías ahorrando la exploración del Nuevo Reino de Granada. Humbolt transmitió al Institut National de París 100 magnificas láminas, regalo de Mutis correspondientes a géneros y especies nuevas de la Flora de Bogotá, y escribiría acerca de Mutis de la siguiente manera “Nos trató en Santa Fe con una franqueza semejante al carácter particular de Banks, nos comunicó sin reservas todas sus riquezas en materia de botánica, zoología y física, comparó sus plantas con las nuestras, y en fin, nos permitió tomar todas las notas que quisimos obtener sobre los géneros nuevos de la Flora de Santa Fé de Bogotá. Esta ya anciano pero son asombrosos los trabajos que ha hecho y los que prepara para la posteridad. Es admirable que un hombre solo haya sido capaz de concebir y ejecutar un plan tan vasto”. Años mas tarde Humbolt llamaría a Mutis “Patriarca de los Botánicos”. Desde finales de 1805 Mutis fue cayendo en un estado de postración irreversible. En marzo cogió una “fluxión catarral” y desde entonces lo acompañó la certidumbre de la muerte. El primero de julio legalizó ante los Reyes la absoluta libertad de sus dos esclavos quienes le habían servido durante 20 años. Mutis dispuso en su testamento hecho el 9 de agosto que a su muerte

la dirección de la Casa Botánica fuese dividida en tres secciones: Sinforoso Mutis asumió la parte Botánica, Caldas la parte astronómica y Jorge Tadeo lozano la zoológica. Salvador Rizo quedó a cargo de las láminas y la dirección de la Escuela de Dibujo. José Celestino Bruno Mutis y Bosio murió el 11 de septiembre. La noticia de su deceso se difundió entre la población que aguardaba el alba para comenzar las celebraciones con motivo de la jura de Fernando VII, un rey sin corona preso en Francia.

La Nueva Granada del siglo XVIII América septentrional, como entonces se denominaba el Nuevo Reino de granada, contaba según el censo de 1770 con una población de 306.641 habitantes y una densidad de población de 0,37 habitantes por kilómetro cuadrado. Las pequeñas villas estaban comunicadas por caminos de herradura o por trochas de difícil acceso. El río magdalena era la vía fluvial más importante ya que permitía la comunicación a través de honda con los

pueblos ribereños del río y las ciudades costeras del atlántico, Santa Marta, Barranquilla y especialmente Cartagena, puerto al que cada tres meses llegaban barcos de España con correos y mercancías para surtir al Nuevo reino, también era el punto de absorción del contrabando y los esclavos negros. La capital del virreinato tenía una población no superior a los 17.000 habitantes, más que una ciudad, era una pequeña villa. A la llegada de Mutis la ciudad carecía de periódico, biblioteca pública y universidad con cátedra de ciencias modernas. Como todas las sociedades hispanoamericanas, la neogranadina estaba dividida en castas socio étnicas. Los indígenas estaban considerados como menores y se hallaban protegidos por una legislación paternalista. Sus comunidades venían perdiendo importancia como consecuencia de la disminución demográfica y de la política colonial que desde 1750 venia ordenando traslados en masa y disminución de tierras de resguardos. La población negra en algunos aspectos se hallaba en inferioridad de

Desde finales de 1805 Mutis fue cayendo en un estado de postración irreversible. En marzo cogió una “fluxión catarral” y desde entonces lo acompañó la certidumbre de la muerte

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condiciones con respecto a la indígena, pues no disfrutaba de un régimen protector comparable al que favorecía al indígena. Ya se observaba el antagonismo entre criollos y españoles. La limpieza de sangre era el principio organizativo de la sociedad y determinaba la distribución de privilegios y exclusiones. Mestizos, mulatos y pardos estaban formalmente excluidos de la alta burocracia virreinal, la universidad y el alto y mediano clero. Desde el punto de vista de la economía y la riqueza, la situación del Nuevo Reino de Granada era inferior a México, Perú o Cuba. El renglón neogranadino exportador de frutos de la tierra era casi nulo y a diferencia de Perú y México que tenían una sólida economía exportadora de plata, el comercio se basaba casi exclusivamente en la decreciente exportación del oro. El comercio y el contacto ultramarino tenían menos importancia en Nueva granada que en México, Perú, Cuba o Venezuela. No existió en el Nuevo Reino de Granada una aristocracia fundada sobre la propiedad territorial, ni una burguesía industrial o comercial como fuentes de financiación y apoyo a cualquier proyecto científico. Las Fortunas eran medianas. En 1823 el viajero “De Mollien” afirmaba que no había en Santa Fé diez comerciantes que tuviesen cada uno un patrimonio

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Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

de 100.000 piastras y observaba que las fortunas corrientes oscilaban entre 5.000 y 10.000 piastras. La medianía de las fortunas se reflejaba en las condiciones de vida de las clases ricas. Las casas y mobiliarios eran rústicos. Pocas familias podían enviar a sus hijos a efectuar estudios en Europa. Si el nivel de vida de las clases acomodadas era modestísimo, el de las clases humildes era primitivo e incluso miserable.

Los aportes de Mutis Recién llegado al Nuevo Reino, Mutis experimentó, al lado de la fascinación por la naturaleza americana, un rechazo en bloque hacia la superstición e ignorancia del pueblo y la chabacanería y charlatanismo de la corte santafereña; bien pronto, sin embargo fue percibiendo matices de sabiduría natural entre los campesinos y posibilidades de redención para el talento americano. Viruela, sarampión, disentería en oleadas epidémicas frecuentes y asoladoras, atacaban a la población. Carente de medios para controlar la probidad del ejercicio médico, el estado se mostraba complaciente con los curanderos y charlatanes. La farmacología se hallaba infestada de remedios tan estrafalarios y primitivos como la magia y los rezos. Cuando asumió, en 1762 la cátedra en el Colegio del Rosario, por primera vez se


oyeron en el Nuevo Reino de Granada lecciones de ciencia moderna. En los colegios y universidades del virreinato imperaba el método escolástico fundado en el respeto de la autoridad de los clásicos, la memoria y el silogismo. Los temas de la educación universitaria colonial giraban alrededor de la gracia, la predestinación, la comunión de los indios y el pecado original. En una sociedad en la que conocimientos y técnicas agrícolas se transmitían por tradición, la universidad sólo preparaba profesionales para la iglesia y los tribunales, sacerdotes y abogados. A fines de 1773, en un acto de conclusiones públicas en el Colegio del Rosario, doscientos treinta años después de la publicación del De Revolutionibus Corporum Coeslestium, Mutis se declaró copernicano en Santa Fé. Invito a la concurrencia presidida por el virrey M. De Guirior a “salir de este rincón de la tierra que es un punto y colocarse mentalmente ya en el sol, ya en algunos de los planetas para conocer la admirable hermosura del universo”. Expuso luego la teoría heliocéntrica, los movimientos de los planetas y los satélites y la ley de la gravitación. Hasta ese día el santafereño consideraba a la tierra como centro del universo; alrededor de la tierra y describiendo círculos concéntricos los planetas y, más allá de los planetas, las estrellas.

Los enemigos del copernicanismo trataban de refutarlo oponiéndole algunos pasajes de la biblia, donde se sugiere que la tierra es el centro del universo. Mutis no era partidario de interpretar literalmente la escritura en cuestiones referentes a las ciencias naturales. Tampoco la legitimidad de los métodos y resultados de la autonomía podía ser decidida por una entidad extracientífica como la iglesia. En 1774 los dominicos quisieron iniciar un proceso de tipo inquisitorial contra Mutis, pero gracias a la intervención del virrey Manuel de Guirior las cosas no llegaron a mayores.

La expedición botánica El mejor tesoro que Mutis llevó para América fue el Species Plantarum, la biblia de los botánicos del siglo XVIII. En dos densos volúmenes de 1.200 páginas, Linné había ordenado todas las plantas por él conocidas hasta 1753. Cada especie vegetal venía rotulada con su nombre genérico y específico junto con los sinónimos empleados por otros botánicos. Linné consideraba sus Especies de plantas la obra más importante de la botánica de su tiempo. Con estos libros Mutis empezaría a redimir del anonimato la flora americana y a cultivar jóvenes talentos neogranadinos en el arte de la descripción y clasificación del mundo vegetal que les rodeaba. Linné escribió

a Mutis a principio de 1761 para animarlo a emprender peregrinaciones botánicas por América, le recomendaba el envío de colecciones para enriquecer su gabinete en Suecia. A los tres años de haber llegado a la Nueva Granada, Mutis remitió al Rey Carlos III la Representaciones de 1763 y 1764 que condensaron un conjunto de ideas que venía madurando desde antes de salir de España. En ellas denunciaba el profundo olvido en que habían caído la historia natural americana dentro de la tradición científica hispánica, haciendo notar que España contaba con la posesión de los dominios más extensos en América, pero carecía de las herramientas científicas para conocerlos y explotarlos con inteligencia. En esta carta Mutis solicitaba del monarca una comisión para recolectar, describir y ordenar los materiales que había empezado a estudiar en América y con los que se proponía surtir las vitrinas de un gabinete de historia natural en Madrid y los laboratorios de naturalistas españoles. Además sugería estudiar dos plantas de gran valor económico: la producción y distribución de la quina y experimentaría con el cultivo de la canela silvestre . España rompió su política de neutralidad y entro en la guerra de los Siete años (1756-1763), se aliaron con 17


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los derrotados franceses para luchar contra Inglaterra, país que se apodera de la Habana en 1762 que fue devuelta a España, pero exigiendo a cambio la Florida. Con estos problemas políticos la ciencia pasó a segundo plano para el estado español y por esta razón la respuesta del rey no llegó. En 1774 los estudios de historia natural volvieron a tomar impulso en España cuando Pedro Rodríguez, Conde de Campomanes y consejero de Carlos III, recomendó, instituir premios a aquellos que pudieran demostrar el valor de las plantas para la industria; esta sería una vía efectiva para combatir el desempleo y aumentar la riqueza del imperio, idea que contaba con el apoyo de las sociedades Económicas las cuales estaban conformadas y financiadas por clases acomodadas que promovían la aplicación tecnológica de los conocimientos agrícolas, comerciales e industriales. Enterado de esta directriz peninsular, en 1776 el Virrey Antonio Flórez le insinuó a Mutis reiterar el proyecto de expedición por Nueva Granada que había presentado a la corona en 1763, pero este no le hizo caso. En 1780, Antonio Caballero y Góngora hizo una visita pastoral a Mutis con quien entabló una gran amistad y recibió una ardua capacitación acerca de los trabajos de historia natural ya realizados. Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

Los intereses de Mutis sobre la quina fueron botánico-médicos pero también políticos y económicos

En Junio de 1782 Góngora es nombrado Virrey. Cumpliendo ya este cargo José Gálvez, ministro de Indias, le notifico el permiso del rey para que una expedición alemana explorara el Nuevo reino de granada. Movido por el nacionalismo y sin permiso de la Corona, el Arzobispo Virrey autorizó a Mutis para que organizará su expedición. El 29 de abril de 1783 José celestino Mutis, a sus 51 años, salió de Santa Fé rumbo a la Mesa de Juan Díaz, lugar donde transcurrieron los dos primeros meses de la Expedición. Estando allí hicieron exploraciones exhaustivas sobre Guayabal, el camino del tigre, Doima, Tena, la Laguna verde y de Pedro Palo, de la Cuchilla llamada Nariz de Escalante y de las orillas del río Bogotá. El 9 de julio de 1783 Mutis abandonó la Mesa-Cundinamarca y se instaló en Mariquita, lugar de la expedición durante siete años. Esta ciudad era un centro de la red provincial de comunicaciones. Punto de transito obligatorio entre Honda, Neiva, Timaná y los Andaquíes, y núcleo de enlace de Santa Fé

con Antioquia, Choco, Socorro, Pamplona e Ibagué. En vísperas de su traslado a Santa Fé, por ordenes del virrey Ezpeleta, (1791) su expedición contaba con un equipo de ocho oficiales. En Mariquita se concluyeron 600 láminas en color y otras tantas en Blanco y Negro. La obra pictórica de la expedición es primordialmente urbana; durante su permanencia en Santa Fé (1790-1816) el equipo de Mutis adelantó más del 80 % del total de las 5.538 de las láminas conocidas, de las cuales se guardan 5.393 en el Jardín Botánico de Madrid. En santa Fé se reclutó la mayoría del personal y se fundó la Escuela gratuita de Dibujo, dirigida por Salvador Rizo Blanco En esta ciudad Mutis contó con la asesoría de jóvenes y brillantes naturalistas. Entre 1791 y 1804 se integraron a su equipo Francisco Antonio Zea, Sinforoso Mutis (botánicos); Jorge Tadeo Lozano (zoólogo, químico y antropólogo) y Francisco Jose de Caldas (geógrafo). Francisco Javier Zabaraín y José Maria Carbonell sirvieron como


amanuenses y José Antonio Cándamo se ocupo del Herbario. Además, Mutis tuvo un cuerpo de corresponsales esparcido por el virreinato los cuales remitían material natural desde Bucaramanga, Cartagena, Quito y Popayán, y además recibían, con frecuencia, directrices de mutis para el adelanto de los trabajos científicos Dentro del conjunto institucional de Nueva granada, Mutis logró para su expedición un alto grado de independencia y autosuficiencia. Un régimen especial la hacia depender directa y exclusivamente del Virrey, y fuera de este “nadie podía pedir cuentas a mutis acerca de sus operaciones, ni de los empleados a sus ordenes y aún menos de los sueldos y demás cosas accesorias”. Además, Mutis fue comisionado por el virrey para escribir la Flora de Bogotá, obra con la cual se inició el estudio individual de los vegetales considerados en sus aspectos externos. Durante el desarrollo de su comisión Mutis monopolizó un poder de decisión casi omnímodo. Mutis puso al servicio de la expedición botánica su gabinete personal que luego la corona enriqueció con libros e instrumentos. El mismo destino parte de su fortuna y honorarios para cubrir algunos gastos de la expedición. De su rubro se pagaron los costos de construcción del Observatorio Astronómico. Hasta 1783

Mutis fue un naturalista privado que autofinanció su carrera con el producto de la práctica médica y las ganancias de la explotación minera. Es un hecho que los orígenes de la historia natural neogranadina se permiten, promueven y financian por la corona española. Desde 1817 permanecen guardados en el Jardín Botánico de Madrid los resultados de la obra de la expedición botánica: una colección iconográfica de 5.393 láminas y un herbario compuesto por aproximadamente 20.000 exicados de herbario, gran número de manuscritos botánicos y personales de Mutis. En 1952 los gobiernos de España y Colombia suscribieron un acuerdo para emprender la publicación total de la obra que representará 2.500 especies de la flora colombiana y que se terminó y publicó en 1992 con motivo del V centenario del encuentro de Colón con el Nuevo Continente.

Aportes a la ciencia, tecnología y sociedad Mutis practicó un saber abierto y en continuo progreso presidido por la duda metódica; “todo es necesario oírlo, meditarlo y escribirlo, pero siempre suspendiendo el juicio hasta que un completo número de observaciones y experimentos acrediten la verdad o falsedad de semejantes relaciones”. Aunque de todo se

podía dudar menos del dios católico y de la estructura social monárquica. Estimuló y apoyó proyectos de investigación. Formó a sus discípulos en un espíritu universalista, alerta pero no limitado por las necesidades del virreinato. El espíritu de precisión y la sistematicidad que caracterizan la matemática lo llevaron a postularla como prerrequisito indispensable para cualquier profesión. Las láminas de la expedición Botánica, dan cuenta del terreno ganado a la escolástica y al barroco, son testimonio de la época ilustrada: predominio de la observación sobre la imaginación y del ojo sobre el oído; el espíritu sistemático y el ánimo de precisión. Lejos de ir en desmedro de la fe, Mutis pensaba que la ciencia aportaba la prueba cosmológica de la existencia de Dios: a medida que aumenta el conocimiento humano de las leyes que gobiernan el universo, mayor es la certidumbre del poder divino. Mutis concebía, además, la observación y el estudio de la naturaleza a manera de alabanza a dios. La ciencia debía contribuir a “civilizar la fe” liberándola de supersticiones y falsas creencias en milagros e incluso aportar métodos para la interpretación bíblica. Antes que anticlericales, los discípulos de Mutis fueron anticonfesionales; creían que la verdad de la ciencia no podía ser legitimada por la iglesia; en este 19


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sentido fueron herederos de la revolución propiciada por Galileo. Mutis adelantó la imprescindible tarea inicial de acumular, disecar, describir e ilustrar material natural para su Flora de Nueva Granada, que al final, quedó inédita y carente de aparato sistemático. La expedición botánica puede verse como un islote dentro de la corriente de la cultura colombiana, caló muy superficialmente en una nación mestiza y de forma episódica en una minúscula, entusiasta y malograda élite dispersa en distintas ciudades del virreinato, especialmente en Santa Fé, Popayán, Cartagena, Bucaramanga y Quito. Con su expedición Mutis demostró que es posible establecer estructuras y organizaciones científicas con probabilidades de éxito en zonas económicamente atrasadas y mentalmente retrógradas.

Mutis y la quina Mutis heredó y amplió la tradición botánica y médica desarrollada en Europa alrededor de la Quina. Demostró que no es un género compuesto por una sola especie, la Quinquina officinalis o Condamínea de Linné, y por otro lado que la zona de dispersión del género cinchona no se halla circunscrita dentro de los 5° de latitud norte y sur en relación al Ecuador. Mutis dio a conocer siete especies legítimas del género cinchona, cuatro Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

de ellas officinalis, es decir, con virtudes farmacológicas. Determinó los usos médicos y terapéuticos, las indicaciones y las contraindicaciones, la posología y modo de administración de cada una de las especies officinalis. Con los medios de su época, mutis calculó el ritmo de crecimiento del árbol de la quina, la edad más adecuada para los cortes y la época del año en que debía cosecharse. También calculó la demanda mundial con el fin de adecuar la oferta y regular los precios. El fin último era convertir a la corona española en productor y distribuidor único de la quina. Los intereses de Mutis sobre la quina fueron botánico-médicos pero también políticos y económicos. Este producto apareció en un momento de incipiente diversificación de la mono producción minera en la Nueva Granada. Dentro del nuevo renglón económico la quina ocupo el primer lugar. Con los mismos intereses Mutis promovió intentos de explotar el Té de Bogotá, la canela de los Andaquíes, la nuez moscada y el añil, objetivos que no alcanzó a cumplir. La expedición no conoció laboratorio químico pero su instrumental astronómico fue completo y moderno. La biblioteca de Mutis, un importante foco de influencias botánicas, médicas y físicas, llegó a contar con algo más de 8.800 volúmenes, cifra muy grande para la

época y medio neogranadino. Humbolt la conoció y opinó que después de la de Joseph Banks en Londres “no conocía ninguna otra que la superara en lo relativo a la historia natural”. Con tenacidad y ardor Mutis difundió el valor de la razón y experiencia, criticó la tradición y el principio de autoridad intelectual con lo cual preparó el camino de la nueva generación ilustrada. La politización revolucionaria de sus discípulos forjo muchos acontecimientos que ayudaron a incubar el deseo de autonomía de los criollos neogranadinos que concluyó en la idea de una liberación de las estructuras de administración virreinales, aunque un tanto desenfocada en sus inicios por aquello de “Viva el rey y abajo el mal gobierno”. Recordemos que esa generación de precursores de la independencia no defendió una autonomía absoluta de la metrópoli, con excepción de Pedro Fermín de Vargas, Antonio Nariño y José María Carbonell. En el lapso comprendido entre 1791 y 1808 aparecieron cinco periódicos en santa Fé: El Semanario del Nuevo Reino de Granada (1808-1811), y el Papel Periódico de la ciudad de Santa Fé de Bogotá, el Correo Curioso, el Redactor Americano y el Alternativo del Redactor Americano. Entre las tertulias, la del Buen Gusto y la Eutropélica hicieron honor a su nombre.


También existió la tertulia del Círculo Literario, dirigida por Antonio Nariño (1789-1794) que fue la encargada de difundir la ilustración en la Nueva Granada a través de periódicos extranjeros y publicaciones francesas y se discutían las obras de Montesquieu, Rousseau y Voltaire. El 29 de agosto de 1794, la ciudad de Santa Fé amaneció empapelada con una traducción de los Derechos del Hombre. Un grupo de profesores y estudiantes del Colegio del Rosario resultó acusado de alta traición: Antonio Nariño era el cabecilla. Mutis condenó la conspiración pero declaró inocentes a sus agregados.

CONCLUSIÓN A pesar se su actitud conservadora en los religioso y lo político, Mutis influyó decisivamente en la formación de la primera generación nacional colombiana. Antes que una escuela científica, Mutis contribuyo a formar una pequeña y selecta élite de naturalistas seculares y útiles al Estado. Razón por la cual, Francisco José de Caldas proyectó la primera geografía virreinal con aspectos cartográficos anexos alimentados por la astronomía. También comenzó un estudio del influjo del clima sobre los organismos vivos. Con los métodos de Linné y sobre todo con el modelo de Bufón, Jorge Tadeo Lozano dio origen a la investigación antropológica y zoológica con su Fauna Cundinamarquesa. Incluyó al hombre dentro del campo de estudio de la historia natural. Su preocupación se centro en la averiguación del componente étnico virreinal, sus factores básicos y modalidades de mestizaje. Puede afirmarse que tanto en Francisco José de Caldas como en Jorge Tadeo Lozano se manifestaron inquietudes históricas sobre el origen del hombre americano y la historia de la tierra pioneras en su tiempo. Con frecuencia los seres humanos solemos afirmar que nadie es indispensable, haciendo eco de un axioma neoliberal que pretende desvalorizar la

experiencia, el talento y el capital intelectual de los seres humanos empleados en diversas tareas y funciones; y recordando, renglón seguido, que existe una fila de candidatos urgidos de trabajar, y que cualquiera de ellos puede reemplazar con facilidad a quien se va o manifiesta su deseo de irse. Que pena tener que contradecirlos, señores propietarios, gerentes y jefes: Sí existen seres imprescindibles. La biografía de José Celestino Mutis y el impacto directo e indirecto de su presencia en la historia de nuestro país es un excelente ejemplo de lo que puede significar a un proceso social y cultural, privar de algunos talentos y particulares modos de pensar y hacer. Sin lugar a dudas, las ideas divergentes y la actitud de un solo individuo pueden cambiar el rumbo y algunas veces, hasta el mundo. El tener la posibilidad de conocer sin la guía de pastores u obispos, es decir, y en palabras de Kant, el atreverse a pensar por sí mismo, fue el rasgo fundamental de la ilustración. En general, esta fue la actitud que asumieron los científicos de la época de Mutis, en particular, fue la motivación para que los naturalistas se lanzaran a descubrir el mundo por medio de expediciones, que además de abrir caminos, pretendían descubrir especies que por sus propiedades pudieran ser vendidas. 21


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Otros que también bebieron de la influencia de la ilustración, que se atrevieron a pensar por si mismos, fueron los defensores de la libertad: aquellos que lucharon por dejar de ser súbditos para convertirse en ciudadanos. José Celestino Mutis uso la visión naturalista de la ilustración, pero le rehuyó a la visión de la libertad. No obstante, su amor por la sabiduría terminó influyendo a sus aprendices, de manera indirecta, a recorrer el camino de la libertad porque, todo parece indicar, que es inevitable el efecto de liberación que produce el conocimiento, capaz de romper cadenas mentales y físicas; y la ignorancia patrocina la actitud de la servidumbre. Al optar por ser libre en el conocimiento y súbdito en la estructura social, Mutis asume una actitud contradictoria, aparentemente ilógica pero congruente con su historia de vida. Sin embargo, sus aprendices, que fueron los precursores de nuestra independencia, leyeron en el ejemplo de vida la esencia del mensaje: que el conocimiento libera la mente y además, se convierte en fuente de inspiración para luchar por la libertad de los hombres en sociedades que los degradan de su condición humana.

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En tiempos de un capitalismo depredador capaz de concebir en nuestro país unos decretos de emergencia económica que propenden por la inseguridad social de los individuos con la tesis de que es “más barato morirse”, poniendo obstáculos al acceso del derecho a la salud que contribuye a garantizar la vida de los ciudadanos de un estado social de derecho legítimamente constituido, es constructivo recuperar la idea fundamental de la ilustración, germen de los sucesos sociopolíticos de los últimos trescientos años en el mundo: atreverse a pensar por si mismo para comprender y comprender para transformar. José Celestino Mutis se quedó en el deseo de comprender pero no deseaba transformar por esta razón es que se le considera un precursor a pesar de sí mismo. Menos mal que sus estudiantes desaprendieron esta lección y respetuosamente tuvieron la irreverencia de atreverse a pensar por si mismos. Con este aliento, iniciaron un proyecto inacabado de independencia, pero bien vale recordar que lo realmente difícil es empezar.


Bibliografía Fuentes citadas

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Flora de la real expedición botánica del nuevo reino de granada. 1954. Tomo I. Ediciones Cultura Hispánica. Madrid.

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sobre la mujer e


en el periodo colo Perspectiva de género y modelos historiográficos sobre la mujer en el periodo colonial en la América hispana y portuguesa Augusto César García Vásquez cesarvasquez@usantotomas.edu.co

Resumen

El artículo analiza el cambio de focalización que la historia ha venido construyendo sobre la mujer en el periodo colonial desde mediados de la década de los años 80 en América Latina a través de la conceptualización de género como discurso; conceptualización que va más allá de una condición sexual o una determinación fisiológica de los sexos al abordar la identidad de género en cuanto tiene un sentido cultural y psicológico, puesto que cuando se considera esta problemática sólo desde una perspectiva fisiológica, se encubre toda una serie de descripciones que dificultan la visualización de las construcciones sociales como parte de una dinámica relacional y como parte de un movimiento contemporáneo de los discursos.

Abstract

The article analyzes the change of focus that history has been building on women in the colonial period from mid-80s in Latin America through the conceptualization of gender as a discourse that goes beyond conceptualization of a condition Physiological sexual or gender determination in addressing gender identity as culturally and has a psychological, as when considering this issue only from a physiological perspective, it covers a range of descriptions that hinder the visualization of the buildings social as part of a dynamic relationship and as part of a contemporary movement discourses.

Recepción: Febrero 19 de 2010 Aprobación: Marzo 19 de 2010 Palabras clave

Discurso, mujer, historiografía, periodo colonial, América hispana y portuguesa.

Key Words

Discourse, Female, historiography, colonial period, Hispanic and Portuguese America.


INTRODUCCIÓN En el seno de una familia pequeño burguesa dedicada al comercio de libros, nació el 6 de abril de 1732, José Celestino Bruno Mutis y Bosio, en Cádiz, puerto cosmopolita. Su padre fue Julián Mutis y su madre Gregoria Bosio. Nació súbdito y católico, dos rasgos que definirán su carácter hasta el fin de sus días que ocurrió 76 años después, en 1808.

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En el discurso que hoy debo pronunciar, y en todos aquellos que, quizá durante años, habré de pronunciar aquí, habría preferido poder deslizarme subrepticiamente. Más que tomar la palabra, habría preferido verme envuelto en ella y transportado más allá de todo posible inicio. Me habría gustado darme cuenta de que en el momento de ponerme a hablar ya me precedía una voz sin nombre desde hacía mucho tiempo: me habría bastado entonces encadenar, proseguir la frase, introducirme sin ser advertido en sus intersticios, como si ella me hubiera hecho señas quedándose, un momento, interrumpida. No habría por tanto inicio; y en lugar de ser aquel de quien precede el discurso, yo sería más bien una pequeña laguna en el azar de su desarrollo, el punto de su posible desaparición (Foucault, 1999, 11). Estas palabras de Foucault permiten introducir el concepto de discurso en la presentación “Perspectiva de género y modelos historiográficos sobre la mujer Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

en el periodo colonial en la América hispana y portuguesa”, pues desde ellas se requiere considerar algunos puntos que para el presente trabajo son significativos, a saber: a) el acto de pronunciar palabras, unas palabras, confieren al acto mismo un singular poder de claridad de conciencia que dice que lo que se está diciendo ya ha sido pensado y dicho por otros; b) todo lo que se dice y se habrá de decir es tan sólo un espacio, un “intersticio”, en el discurso colectivo; c) como consecuencia de lo anterior, el sentido de verdad, de la “verdad”, se ve afectado constantemente por la relatividad de las percepciones particulares y, sobre todo; d) que lo realmente importante es la actitud de comprender, explicar, fundamentar y argumentar los que se siente y lo que se piensa. El concepto de discurso así planteado por la filosofía contemporánea, retoma el sentido original y primigenio de la filosofía griega a través de las términos logos (palabra), ratio (pensamiento) y rede (discurso). Por ejemplo, los griegos unían a través de la palabra logos lo que comúnmente se separa: pensamiento y

lenguaje. Sin embargo, desde la concepción filosófica occidental no se puede pensar sin lenguaje y el acto de pensar es inseparable de la palabra. De esta manera el acto fonético del lenguaje, y su traducción a escritura, hace pensar mejor y reflexionar lo que se piensa en la idea de construir discurso. Así pues, desde el tópico que nos convoca, el discurso de género desde la perspectiva de los modelos historiográficos sobre la mujer en la colonia está necesariamente atravesado por la palabra fonética y escritural, palabra que discurre en diversos y múltiples textos: filosóficos, sociológicos, antropológicos, psicológicos y literarios.

Historiografía sobre la mujer en la colonia En el texto “Perspectivas historiográficas: mujeres indias en la sociedad colonial hispanoamericana” de María Teresa Díez Martín (2007), se presenta una mirada a las posturas historiográficas de fines del siglo XX con relación a los estudios de mujeres y género en el periodo colonial, las cuales se realizan a través de


monografías preferentemente regionales sobre microhistorias y estudios de caso y, escasamente, a través de realizaciones históricas de carácter comparativo. De hecho, una de las dificultades en este tipo de trabajo historiográfico -de acuerdo con Díez-, es el referido a la escasa información obtenida sobre las mujeres indígenas y negras en el periodo de la colonia en Hispanoamérica, lo que empieza a subsanarse en la década de los noventa por la incorporación de espacios ideológicos en el discurso académico que permiten socializar las reivindicaciones neoindigenistas e indianistas y “por la misma extensión teórica del feminismo hacia las propuestas postmodernas del multiculturalismo y los enunciados postcoloniales” (Díez, 2007, 1). En este sentido, un modelo historiográfico imperante sobre la mujer en la colonia es el propuesto por el positivismo propio de los estudios americanistas, en donde la interpretación de y sobre lo indígena pasa de la épica beligerante de la conquista al discurso de la evangelización y aculturación cultural, lo que reduce las investigaciones a las categorías de utopía indigenista e indio arqueológico, apostándole a un discurso que incorpora la herencia indígena precolombina como elemento legitimador de las identidades nacionales: En este contexto la experiencia histórica de las mujeres indias quedaba

reducida, inevitablemente, a los arquetipos del imaginario nacional que, así mismo, recogía otras elaboraciones del hispanismo, ya fuera del conservador o del liberal (Díez, 2007, 1) Así, desde esta perspectiva, la figura de la Malinche en el ideario indigenista liberal de la revolución mexicana, por ejemplo, recrea el mito de la traidora a su pueblo como alegoría de la claudicación ante el conquistador, configurando una visión de carácter positivista a partir de las biografías de mujeres excepcionales en un mundo eminentemente masculino. Ante esta perspectiva, las propuestas feministas a lo sumo lo que han hecho es reivindicar la figura poética de la Malinche, ubicándola como un instrumento de poder. Por ello Díez, retomando a Lavrin (1978), considera que existe un vacío historiográfico, y por lo tanto ideológico, entre la figura de la Malinche y Sor Juana Inés de la Cruz. En ese orden de ideas y, por ende del discurso historiográfico en relación con la figura de la mujer en la época colonial, existe un temprano interés por estudiar

la vida conventual femenina; sin embargo, el tema de las religiosas se presentó siempre en posición secundaria respecto a la jerarquía masculina, reforzando el modelo historiográfico positivista de configurar cuadros de “mujeres excepcionales” en contextos masculinos. De esta forma, el rastreo sobre el monacato femenino indígena es escaso, dando cuenta de indias en situación semi-religiosa o hermanas serviciales o donadas, aún cuando éstas hubieran sido cacicas o hijas de caciques. En otro sentido, la polémica imperante a fines de siglo XX con relación a los análisis históricos sobre la mujer desde las propuestas feministas alrededor del concepto de complementariedad, cuestiona “los papeles tradicionales de las mujeres como naturales, obviando las tensiones de género y, por tanto, perpetuando la visión androcéntrica” (Díez, 2007, 2). Este cuestionamiento ha hecho que investigadoras e investigadores provenientes de la antropología, la sociología y la psicología social, hayan desarrollado una exploración de los sistemas de género como parte de los

la figura de la Malinche en el ideario indigenista liberal de la revolución mexicana, por ejemplo, recrea el mito de la traidora a su pueblo como alegoría de la claudicación ante el conquistador 27


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análisis de lo social, en directa relación con el estudio de las estructuras de producción y la división sexual del trabajo, fundamentando la investigación sobre la condición socioeconómica de las mujeres en la colonia. De esta forma, investigadoras como Margaret Villanueva, June Nahs, Beatriz Castilla y Alejandra García (Díez, 2007, 5), desarrollan propuestas teóricas sobre la mujer desde las relaciones de producción en los sistemas económicos coloniales.

Sobre un texto-pretexto En el texto “Análisis de trabajos escritos sobre la mujer latinoamericana durante los periodos de la conquista y la colonia” de Bermúdez (1986), se parte de la tesis inicial de que hasta ese momento la ausencia de investigaciones en el campo histórico sobre la mujer latinoamericana es evidente, concentrándose dicha historia en los casos heróicos y traicioneros de mujeres extraordinarias que escapan a una visión humana y cotidiana de quienes conforman el género femenino, que son en realidad una mayoría anónima y desconocida para el resto de humanidad, es decir, “mujeres comunes y corrientes” (Bermúdez, 1986, 2). Así, desde el estudio de “las mentalidades”, Bermúdez desarrolla su investigación en cuatro partes correspondientes a su vez a cuatro periodos de la Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

historia, a saber: la conquista, los años de transición (siglo XVI), la sociedad colonial (siglos XVII y XVIII) y, finalmente, los últimos años del siglo XVIII. De esta manera, a partir de una juiciosa revisión documental y bibliográfica sobre el tema de las formas de “historiar” a la mujer en la colonia en la América hispana y portuguesa, llega a las siguientes conclusiones: a) existe una falta de información para estudiar temas históricos sobre la mujer cotidiana en la América colonial; b) son pocos los estudios que se conocen sobre este periodo y menos los que analizan en forma detallada la vida cotidiana de las mujeres, soportados en fuentes primarias; c) se conocen hasta ese momento, 1986, algunos avances investigativos en México, Perú y, en menor medida, en Brasil y demás países de la región; d) los y las investigadores en la mayoría de los casos son de procedencia norteamericana y europea, con formación académica, en su gran mayoría, en antropología, sociología, e historia; e) los estudios coloniales no han prestado atención a la problemática femenina y mucho menos a los periodos iniciales de la conquista y la colonia (siglos XVI y XVII); la mayor cantidad de información y fuentes documentales proviene, como en la generalidad de los estudios sobre este periodo, del siglo XVIII y, finalmente; f) los parámetros de pensamiento al abordar

la investigación sobre la mujer en la colonia está determinado por los modelos de trabajo académico, resaltando la labor realizada por mujeres investigadoras en América y en Europa. Este documento de trabajo de la profesora Bermúdez publicado por el Departamento de Historia de la Universidad de los Andes (Bogotá), reviste importancia por el aporte inicial que se da para pensar, por un lado, la historia de la colonia en América Latina a mediados de la década de los ochenta - dato significativo dado el comienzo de las investigaciones sobre este periodo en Colombia (v.g., los trabajos de Renán Silva, Bernardo Tovar, Diana Soto, Guiomar Dueñas, Pablo Rodríguez) y, por otro lado, el posicionamiento de la mujer en el contexto de la sociedad colonial; contexto que demarca unas formas de relaciones de subordinación y sometimiento generalizadas a los patrones y modelos masculinos construidos por la dinámica patriarcal de la sociedad colonial.

La extrapolación hacia el discurso de género En este contexto, hay que decir que la visión que la historia ha construido de la mujer en el periodo colonial desde mediados de la década de los años 80 ha madurado, prueba de ello son las investigaciones recientes, en donde


la conceptualización de género como discurso (Amorós, 2005) no sólo tiene una conceptualización sexual o de una determinación fisiológica de los sexos, si no que aborda la “identidad de género” en cuanto tiene un sentido cultural y psicológico. En este último sentido se ha avanzado con relación a los estudios sobre la mujer en la colonia, pues se trata ahora - como lo manifiesta la historiadora de la educación en el periodo colonial, Pilar Gonzalbo Aizpuru – de analizar las formas de construcción de discurso y, por lo tanto de identidad (“Las mujeres novohispanas y las contradicciones de una sociedad patriarcal”, 2004; “Educación femenina y cultura criolla”, 1993; “Niñas y amigas”, 1990). Las anteriores configuraciones conceptuales se ven confirmadas por Lamas (1996) cuando enuncia que las distintas anatomías de los cuerpos femenino y masculino ya no bastan como referencias para registrar las diferencias entre los hombres y las mujeres, ni tampoco para explicar sus procesos identificadores, lo que a su vez es corroborado por Guzmán cuando dice: “el género es una construcción cultural de lo que entendemos por femenino y masculino” (1998, 61). Sobre este aspecto la investigadora Ángela Carballeda (2004) tiene un interesante estudio intitulado “Género y matrimonio en Nueva España: las mujeres de la élite ante

la aplicación de la Pragmática de 1776”, en donde la construcción de subjetividad en la mujer de élite en el México del siglo XVIII se hace visible a través de la educación y la preparación que tenían ciertas féminas para hacer buen dominio de los instrumentos legales que les permitían preservar sus intereses (2004, 221). Así las cosas, los actuales replanteamientos de la subjetividad se van a detener en el manejo del cuerpo, entendido como aquello que trasciende lo biológico para ser reconocido como la materialidad de la existencia que genera una multiplicidad de discursos al margen de la lógica racionalista reflejando la crisis del discurso racionalista. El cuerpo, pues, se convierte en tema de reflexión como el propuesto por Margo Glantz (2006) en su bellísimo estudio sobre la Malinche: “En los códices es la Malinche la que parece intercalada entre los cuerpos principales. Este mismo hecho, el de ser considerados sólo por su voz, reitera la desaparición de su cuerpo o, mejor, lo convierte en un cuerpo esclavo” (Glantz, 2006, 57-58). Por último, es necesario aclarar que un acercamiento al concepto de territorio entendido como metáfora analógica del espacio del cuerpo en sus dimensiones no solo antropológica y fisiológica, sino en las dimensiones sociológicas y estéticas, permite comprender desde

Augé (1983) que el espacio es de carácter simbólico en donde la subjetividad y la identidad se despliegan en sus múltiples caracterizaciones, sean estas de orden creativo (el territorio de la palabra y de las formas artísticas, el territorio de la política, el territorio de la ciencia, etc.). Es por ello que en este momento se debe emprende una nueva búsqueda, con la intención de allegar herramientas documentales e investigativas desde los conceptos de territorio, cuerpo e identidad que posibiliten obtener otras visiones del mundo femenino en la colonia, lo que a su vez permitiría promover reflexiones y actividades que afirmen la existencia histórica de la mujer no como un objeto decorativo de la cultura, sino como un sujeto autónomo y partícipe de la construcción de mundo del periodo colonial en América hispana y portuguesa.

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Bibliografía Fuentes citadas

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el miasma de la 32

Ciencias de la Comunicaci贸n - Los Libertadores


opinión publica Del miasma de la opinión pública en el estado moderno Jorge Maldonado Otálora Oscar Rojas Ramírez

¿Cómo podemos medir la longitud si no disponemos de un patrón? ¿cómo podemos contar sin la noción de los números?

U.Libertadores

H. Arendt

joalma2000@gmail.com orojasr@libertadores.edu.co

Resumen

El presente texto es el producto de la discusión engendrada sobre la naturaleza y función de la opinión pública en la actualidad, asume como principio rector (tesis) la inexistencia actual en nuestro medio, de una opinión pública real, por el contrario se sostiene que ésta ha sido reemplazada por la intención, no siempre sana, de los medios de comunicación y los grupos hegemónicos que detentan el poder en nuestro país. El texto termina en una reflexión sobre la necesidad que tiene la sociedad y por ende la academia como su antena más sensible, de no seguir el juego siniestro de los medios masivos de comunicación y de los grupos económicos dueños de éstos.

Abstract

This text is the product of the discussion generated about the nature and role of public opinion now accepts as a guiding principle (argument) the current lack in our country, a real public opinion, on the contrary it is argued that has been replaced by intent, not always healthy, the media and the hegemonic groups in power in our country. The text ends with a reflection on the need of the society and hence the academy as their most sensitive antenna, not to follow the sinister game of the mass media and their own economic groups

Recepción: Febrero 20 de 2010 Aprobación: Marzo 19 de 2010 Palabras clave Key Words

miasma, metáfora, opinión, pública, sociedad, enajenación, poder, discusión, adormecimiento, sujeto, afasia, medios, ciudadano, sujeto, miasma, metaphor, say, public, society, alienation, power, debate, numbness, subject, aphasia, media, citizen, subject


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Miasma es la denominación que se le otorgó a esas emanaciones infectas expelidas por los seres humanos, la materia orgánica y los animales y cuya naturaleza es responsable de las más insospechadas reacciones físicas y fisiológicas. En este mismo orden se le otorgó categoría de metáfora y es a dicha condición a la que acudimos en este texto. Es decir, a esas diversas situaciones en las que los individuos se ven asfixiados, en que ha sido coartada su libertad y voluntad por diferentes fuerzas y desde diversos sectores de la sociedad. La enajenación en la que ha caído la sociedad por la influencia profunda del poder a través de los medios masivos de comunicación, ha puesto al sujeto en la actualidad, en un espacio en el que desde cualquier perspectiva, puede caer subsumido por esas fuerzas sin tener la posibilidad de pensar, y menos de comprender. el miasma es entonces la metáfora de un universo negado desde la comprensión , al sujeto de las sociedades modernas. Entonces aclarada la condición inicial procedemos a presentar los términos de discusión; el primero de ellos radica en la naturaleza de lo que se ha denominado opinión pública, sus elementos constitutivos, variaciones, y aciertos, el segundo en la escasa importancia que se le ha dado al hecho de la muerte de ésta. Como principio contextual de la discusión, acudimos Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

a la naturaleza del estado en términos de su gobierno. En este mismo orden y como principio teórico llamamos a la discusión a los filósofos alemanes Kant, Adorno y Arendt. En este orden de ideas podemos afirmar sin temor a equivocarnos que desde que el germen de la independencia se coló en las mientes de los habitantes de las provincias americanas y generó el proceso revolucionario, algo empezó a enrarecer el límpido aire de los gobernantes de la época. Surgió en los gobernados, un desazón, un mal sabor sobre el manejo de los asuntos del estado y su gobierno, dadas las campañas de independencia forjadas durante el siglo XIX, se esperaba que la situación cambiara, no obstante, contrario a lo que se esperaba, la nueva administración se mantuvo con los vicios de la anterior y sumó los apetitos de la nueva clase dirigente. Llevamos entonces doscientos años de una opinión pública adormecida y amodorrada por el clima y los excesos propios del trópico. Pero nuestra pesquisa debe centrarse ahora en el asunto sobre el poder real de la opinión pública en nuestro medio, sobre su naturaleza y características. El término opinión pública enmascara una interesante y polémica semántica, puesto que cubre los significados sobre lo colectivo, lo racional, lo necesario y la naturaleza sobre el juicio. Es decir,

argumentar desde una cierta posición moral sobre los asuntos que en lo colectivo afectan a la mayoría (Lo público) y en lo individual afectan las libertades del sujeto (su opinión). Es decir aquella natural filiación entre lo que condiciona una posición intima y privada con una condición legítima y pública. Para Ruth Zimmerling la naturaleza de éste es tan amplio que aborda diferentes ordenes en la constitución de una sociedad, tanto desde el sujeto en sí, como de la colectividad entendida con base política. Existe en este caso una postura que asumimos desde la visión política del concepto, que necesariamente parte de una valoración moral, es decir, aquella en la que la opinión pública es políticamente correcta, un concepto sobre el cual no hay demasiada claridad semántica, no obstante sabemos que en dicha ambigüedad que encierra al mismo tiempo la idea de unidad y pluralidad,se encierra buena parte del problema, puesto que en este sentido se comprende como una única “opinión” una verdad incontrovertible, y es ese carácter de verdadero lo que nos hunde en este fangoso proscenio, pues sin mayores explicaciones se “comprende” como un atributo de la sociedad, cuando ésta ni siquiera es consciente de ello, sería un contrasentido pedirle consciencia a una gran masa de partes relacionadas -in absurdum-. lo


paradójivo es que desde esta mirada no importa, como lo refiere Carl Shmitt: “No importa tanto la opinión pública cuando la publicidad de la opinión” ¿la opinión de quién? ¿cuál es el sentido de dicha opinión? ¿qué tan pública es dicha opinión? y sí lo es ¿qué intereses reales representa, cómo se evidencia dicha representación? estos interrogantes que se nos plantean en la discusión son los que parangonamos con el miasma y son el asunto mismo que proponemos tratar en este texto. El miasma en el que ha caído la opinión pública en la actualidad es consecuencia de la escasa importancia que se le ha atribuido a la voz del pueblo y a sus posiciones y juicios sobre la cosa pública. Aunque nuestro país es un estado de derecho, dicha naturaleza parece no ser tenida en cuenta cuando un individuo o un colectivo representativo alza su voz. La opinión no es más, en nuestro medio, que un simple juego de “ires y venires”, de comentarios sueltos sin orden o sentido, en la mayoría de los casos insulsos, que cuando se presentan como verdaderos reclamos son apaciguados por algún funcionario que hace las veces de víctima y verdugo, desestimando, declarando inconstitucional o simplemente aduciendo razones de seguridad nacional o terrorismo para

acallar la voz. Cuando en un país como este, la opinión pública, acallada tantas veces, menospreciada se desborda por tanta violencia y abuso, se hace un cauce incontenible y genera grandes destrozos, como lo pudimos evidenciar en tantos actos de violencia ocurridos durante el siglo xx y lo que llevamos del xxi. Cómo bien lo afirma Arendt: [las personas] Consideran que los libros pueden ser armas y que es posible luchar con las palabras. Pero las armas y la lucha pertenecen al dominio de la violencia y la violencia, a diferencia del poder, es muda, comienza allí donde se acaba el discurso11 (Arendt, 2002, 10). Es este precisamente el horizonte que tantas veces hemos visto y del cual no querríamos saber nada. La situación se agrava más cuando la lucha se hace intestina y crónica, y la sociedad pasa de ser muda a ser afásica2 y de oír el murmullo de su opinión pública a ignorar incluso el deber moral y el derecho al grito. La opinión pública, que en nuestro medio no puede, ni debe confundirse 1 Arendt, Hannah. comprensión y política. Unibiblos. Bogotá: 2005. p 10. 2 Afasia es la condición de trastorno del idioma que es el resultado del daño a las porciones del cerebro que son responsables del lenguaje y la comprensión.

con la pública opinión, es sin ir más lejos, un sofisma de distracción, una suerte de engaño colectivo, que el público admite, soporta, contempla y hasta asume como verdadero y legítimo. La pública opinión está reservada sólo para algunos que manifiestan sus posturas personales, desde la comodidad del poder o la institucionalidad de un alto cargo y para quienes se saben ajenos a cualquier persecución o veto. A nadie le importa que un hecho escandaloso o inmoral se legitime, todo lo contrario, el abuso del poder y la somnolienta conciencia ciudadana, condicionada desde los medios masivos de comunicación y las altisonantes declaraciones de los gobernantes, favorecen esa rápida y creciente idiotización del ciudadano, espectador afásico y áulico del miasma infecto en el que día a día muere su individualidad, esta que padece cercenada desde su naturaleza sensible, hasta su misma capacidad intelectiva. La opinión pública, sagrada en otras latitudes, agoniza, estertórea, como un enfermo de asma a quien la bala de oxígeno le es arrebatada en un momento de crisis y rompe sus pulmones con la misma materia que le es esquiva. Al parecer esa posibilidad de hacer público el descontento que sentimos en nuestra intimidad, se ha restringido tanto, que ahora oímos la voz del otro desde su prolongado silencio y su enfermiza 35


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apatía y eso nos parece normal, decente y apropiado, cuando lo que hemos cedido es nuestra posibilidad identitaria, legítima y esencial de juicio, de valoración consciente y argumentada de las acciones propias y de los otros. Kant, en su célebre y maltratada respuesta a la pregunta ¿que es es la ilustración?3 sostiene que la libertad, cuyo concepto divide en los usos de esta, es decir, pública y privada, es la base de la autodeterminación, es decir, de aquella posibilidad de opinión y decisión frente a los asuntos públicos, y que esta a su vez es la primera y más importante característica de la verdadera humanidad que el autor denomina ilustración. Siendo así dicha naturaleza crítica se yergue como el punto central en el que la opinión pública y la pública opinión hacen las veces de expresiones formales de dicha libertad. Un individuo sin opinión no es libre, pero peor es un individuo o un pueblo a quien no le interesa la libertad, un individuo o un colectivo cuya naturaleza cognitiva, la cual le permite hacer uso de sus propio criterio, ha sido arrebatada, ha sido extirpada, su posibilidad de opinión, de discusión y de comprensión ha desaparecido, por ende su propia definición de humanidad, tal y como lo afirma Arendt, cualquier brizna puede destruir 3 Kant,Emanuel. Respuesta a la pregunta ¿Qué es la ilustración?, Unibiblos. Bogotá: 2000. Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

esa torre de naipes en que se ha convertido la sociedad carente de voz: El más mínimo incidente puede destruir unas costumbres y una moralidad que ya no tienen fundamento en la legalidad [el estado] cualquier contingencia puede amenazar una sociedad que ya no está sostenida por sus ciudadanos.4 (Arendt, 2002, 21). Según Arendt, el problema reside en las herramientas que la sociedad misma ha dispuesto para mantener en funcionamiento su propia estructura [comprensión]. La opinión pública, que en otras palabras es el mismo sentido común, ha caído en círculo vicioso de estimulo, frustración, puesto que la sociedad actual es incapaz de generar una verdadera y representativa opinión pública. Que como dice Arendt, “ha derivado en una estupidez creciente” (Arendt, 2002, 19) La ensayista alemana afirma con derrochadora claridad, que la incapacidad de la sociedad actual para comprender el sentido común o para otorgarle sentido a las situaciones mismas de su cotidianidad es tan grave, que incluso, la sociedad ha perdido la capacidad de pensar, lo cual ha deteriorado de manera grave su comprensión del mundo, por ende desde dicha 4 Arendt, p.21.

mirada, pretender una opinión pública real, moral y representativa de la colectividad es imposible en esta época. En este mismo orden de ideas, Theodor Wisegraund Adorno refiere en su texto “La educación después de Auschwitz”5 que es solo con el uso kantiano de la libertad, con la autodeterminación, que se puede evitar la repetición de un hecho de carnicería como el dado durante la segunda guerra mundial, el asunto está en que sin una opinión pública real, sin una verdadera postura crítica frente al devenir histórico, es imposible que un individuo comprenda, actúe y evalúe la pertinencia y coherencia de sus acciones sin el criterio necesario, construido por generaciones de uso público de la libertad individual, en términos de opinión. Es imposible que un individuo pueda reclamar, legitimar e incluso asumir posición alguna sobre cualquier tema, como se ve es un problema que atañe al orden moral de la voluntad. Para Adorno, la causa de que hechos como los dados durante la guerra pudieran llegar a repetirse era desconsoladora, lo que nunca supo el filósofo germano, sería que durante las últimas décadas del siglo xx y lo que llevamos de este, 5 Adorno, Theodor. “La educación después de Auschwitz”, En mínima moralia. Amorrortu editores. Buenos Aires: 1985.


dichos actos de barbarie no sólo se repitieron sino que aumentaron de manera exponencial en todas las latitudes. La conciencia de occidente se amodorró en sus propias culpas y agudizó una extraña miopía que sólo le permitió entrever apariencias. América Latina, Asia y África se han descoyuntado en su propia miseria y han repetido muchos de los terrores que Adorno rechazaba. Sisifo vuelve a empujar la pesada roca, mientras que la sociedad contemporánea, sin el uso de una opinión pública que la respalde, se hunde en su infecto miasma. Con objeto de apoyar más esta mirada es importante que veamos ahora los valores con que puede sustentarse la idea sobre la importancia de la opinión pública, vista como sustancia misma del valor máximo de una sociedad, la libre voluntad. Esa misma de la que nos habla Arendt, Kant y Adorno, es decir, aquella voz interior (del sujeto) que es capaz de indicar cual es el sentido de lo que impone al mundo particular en el cual habita, su realidad. Aquello que Adorno denomina “clima espiritual” su opinión pues que se sustenta como la base misma de la valoración moral. Así pues la pérdida de la autodeterminación del sujeto implica directamente la pérdida del sentido de reflexión individual, pues la ausencia de éstas deja al ser humano en un estado de precariedad de pensamiento que lo hace

¿la opinión de quién? ¿cuál es el sentido de dicha opinión? ¿qué tan pública es dicha opinión? y sí lo es ¿qué intereses reales representa, cómo se evidencia dicha representación? proclive a la mera aceptación de órdenes. y esto, según Adorno, es el primer paso para la aceptación del crimen y su natural negación de lo moralmente aceptado por la tradición. La alienación que supone ingresar a un grupo y mantenerse en él, sabemos que desde esta mirada, la ausencia de libertad de opinión, debido a la alienación y enajenación de los individuos, supone ya una cosificación de la conciencia, esto es, concebirse en el estado no como sujeto, lo cual definimos como el deber ser, sino como una cosa de uso. En conclusión, podemos afirmar que aquello que los medios masivos de comunicación se empeñan en nombrar “opinión pública”, entendida como posición representativa de una colectividad frente al estado, no existe en nuestro contexto, es más, que somos solo un objeto de uso de aquellos que hablan de lo público como un valor agregado a la época, cuando se sabe que ésta surge como producto de la repetición que hace la costumbre de aquello que es valorado como moral y considerado como adecuado para

la vida. La opinión pública, construye nuestras categorías de pensamiento social, tal es que sin un verdadero ejercicio de opinión se pierden los referentes para la comprensión del mundo, entonces nos preguntamos con Arendt será que esta realidad masificada y enajenada ha destruido esa categoría de pensamiento de orden moral que constituía la opinión pública y que mantenía un marco de referencia para nuestras acciones, y si es así ¿Será que la opinión pública, en cuanto tarea de comprensión, habrá devenido ya un horizonte sin esperanza?

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olĂ­var, la ciencia


y la tecnología Bolívar, la ciencia y la tecnología Discurso pronunciado por el Doctor Efraín Otero, en la sociedad Bolivariana de Historia. Efraín Otero Exministro de Salud y Exdirector de Colciencias

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Con profunda emoción, al tiempo que con sentimientos de admiración y de respeto, accedo a esta Sociedad Bolivariana de Colombia, llena de realizaciones y merecimientos y cuya evolución he seguido desde días muy lejanos gracias a la amistad que me ligo con su gestor y fundador, el coronel Alberto Lozano Cleves, quien fue el primero que me instó para que me uniera a ella. Y sobre todo porque desde muy niño, por influencia tanto del hogar paterno como de mis preceptores jesuitas, he sido un admirador fervoroso y creyente de la personalidad y obra de nuestro Libertador Simón Bolívar. Cuya memoria y cuya grandeza inspiran las labores beneméritas de esta Sociedad. Es una fortuna el que pueda ingresar a ella cuando ocupa la Presidencia mi colega y amigo de muchos años, el Dr. Virgilio Olano, digno sucesor de Alberto y continuador empecinado de sus obras y sus ideales. Que yo sepa, pocos autores modernos se han preocupado del tema, salvo mi ilustre colega

venezolano ya desaparecido, el Dr. Tulio Arends; incluso, el volumen que le dedicó al Libertador la Organización de Estados Americanos con motivo del sesquicentenario de su muerte, en 1980, a pesar de que se divide sus capítulos por actividades (“Bolívar Internacionalista, Bolívar Escritor, Bolívar Estadista, Bolívar Militar”… etc.), no se ocupa por ningún lado del tema “ciencia y tecnología”. Y aunque no existe ninguna constancia de que Bolívar se hubiese ocupado del asunto directamente, sus preocupaciones por el desarrollo, el bienestar y la salud de los pueblos, por los recursos naturales, por el transporte, por la navegación, por las comunicaciones, por la industria, si nos indican que, al menos, se hallaba en la avanzada del conocimiento científico-tecnológico de su época. De ahí el interés de ubicarlo dentro del contexto de los desarrollos que caracterizaron los años transcurridos entre su nacimiento y su muerte y que corresponden, en la líneas generales, a los últimos 20 años del siglo XVIII y a los primeros treinta del XIX.


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Aclaremos, en primer lugar, que en esta época del mundo la distinción entre ciencia (la generación del conocimiento) y tecnología (la aplicación del conocimiento) es todavía muy sutil. Los grandes adelantos que preceden la revolución industrial (la máquina de vapor, la desmontadora de algodón, el gas del alumbrado, los primeros telares automáticos, para citar tan sólo algunos ejemplos) son realizados por mecánicos o inventores ingeniosos (algunos de ellos si al caso llegan a calificarse como “ingenieros”) y a veces los principios puramente científicos de sus invenciones tardarán algunos lustros en ser desarrollados. Muchas de las tecnologías predominantes al finalizar el siglo XVIII proceden de la misma edad media o son refinamientos de procedimientos ya empleados por los griegos y los romanos y que llegan hasta el Renacimiento a través del mundo árabe. Por eso mismo trataremos de cubrir, en forma panorámica lo que era la ciencia y la tecnología del diario vivir, de las comunicaciones, de los armamentos, de la industria, de la medicina, antes de adentrarnos en los grandes conceptos o descubrimientos que abren, por así decirlo, las grandes avenidas del desarrollo de la revolución industrial del siglo XIX. Puede decirse que la vida diaria de la Colombia o la Venezuela de finales del siglo XVIII no era muy diferente de la que habían vivido los colonizadores dos siglos antes. Las fundaciones de los pueblos se trazaban en la clásica rejilla que provenía del sur de España o Extremadura y las viviendas, de ladrillo, de adobe o de tapia pisada complementadas con obras de madera se construían usando los clásicos lineamientos de la arquitectura de la Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

madre patria, sólo que aprovechando más y mejor los materiales que locamente abundan (tales como la caña brava, la guadua o las hojas de palma) y agrandando los espacios y la ventilación acuerdo con lo cálido de los climas. Algunos ingenieros y arquitectos españoles construyen obras notables, como nuestro Puente del Común. Se empleaban herramientas de hierro o de acero que, o bien se importaban y se heredaban por generaciones, o bien se comenzaban a producir en las incipientes ferrerías, cuyo principal producido eran también los clavos para la madera o para los herrajes de las bestias. Aunque la industria cerámica ya comenzaba a verse en algunas capitales, la del vidrio se hallaban aún en sus comienzos y sólo para la producción de botellas o utensilios, muy poco para la producción de vidrios planos -que se lograban sólo con el aplanamiento al rojo y recorte de la pared inferior de un recipiente cilíndrico soplado- y casi nada para la elaboración de instrumentos; recordemos la desesperación del sabio Caldas cuando se rompe el tubo importado de su barómetro y los ruegos a Humboldt para que le facilite uno de los de su expedición. La cristalería fina y los espejos, lo mismo que la mayoría de utensilios y artefactos metálicos, eran todos importados de Europa. La leña era el combustible universal y abundante para casas en industrias y apenas si se arañaba la superficie de los primeros depósitos de carbón de piedra. El fuego se encendía con pedernal y yesca, aunque ya desde 1780 comenzaban a conocerse las primeras cerillas francesas de fósforo (elemento descubierto en 1699). El alumbrado, como desde comienzos de la humanidad, se lograba con las


lamparillas de aceite – y en América tendría papel preponderante el de higuerilla o ricino- o con velas de sebo, obtenido este de la grasa animal. Los acueductos seguían siendo los mismos de los romanos, con acequias por tierra elevadas con arcos de mampostería. Salvo muy limitadas tuberías de arcilla cocida o de guadua, la conducción por tubos metálicos (ya empleada por los romanos en Pompeya) era prácticamente desconocida en tierras de América. La minería, lo mismo que la agricultura, puede decirse que estaba en el estado en que las había dejado Agrícola en la Edad Media. Respecto a la minería Marcel Roche, e ilustre médico y tratadista venezolano, sostiene que la amalgamación del oro y la plata, surgida en México en el siglo XVI y extendida lentamente por toda América, constituye la contribución tecnológica más importante que el Nuevo Mundo hacia al desarrollo universal de esa época. Mutis la introduce en Pamplona en 1766. La industria de telas para vestidos, camas, y cortinajes había adquirido buen desarrollo gracias a la laboriosidad industriosa de españoles y criollos a los que sumaban los productos de lana o de algodón de los indios; recordemos que las mantas de algodón del Socorro, en Santander, de procedencia indígena tuvieron fama hasta bien entrada la

El alumbrado, como desde comienzos de la humanidad, se lograba con las lamparillas de aceite y en América tendría papel preponderante el de higuerilla o ricino

República. Gracias a la abundancia y bajo costo de la mano de obra había extenso desarrollo de telares manuales, cuyos primeros perfeccionamientos (tales como marcos y agujas o los enhebradores volantes) apenas se iniciaban por el 1700 y principalmente en Inglaterra, Francia y Alemania: De ahí el interés de estos países por extender sus “áreas de influencia” para la exportación de hilados y tejidos especialmente desde que se pudo aplicar a ellos la mano de obra de esclavos al comienzo, o la máquina de vapor a finales, de ese siglo. La navegación a vela empleaba también abundantemente el producido de dichos telares. Como lo anotaba alguna vez Bertrand Russell, en los milenios que van desde el origen de la humanidad hasta el advenimiento del ferrocarril en la década de 1830, la máxima rapidez con que el hombre pudo desplazarse de un lugar a otro estuvo determinada por la velocidad del galope de un caballo. Ese era el estado de las comunicaciones terrestres durante la vida del Libertador y su habilidad para recorrer distancias inmensas a lomo de caballo o de mula ha sido registrada vívidamente por escritores como García Márquez. La rueda sólo había adquirido cierta importancia para facilitar la tracción animal en terrenos esencialmente planos y firmes. En cuanto a la navegación marítima (empleada por Bolívar desde su primer viaje a Europa, a los 17 años), se hacía bergantines o fragatas, navíos estilizados de gran velamen y poco tonelaje, que les permitía, siguiendo los vientos predominantes, dirigirse a Veracruz o a la Habana y salir por los estrechos de la Florida a tomar los de hemisferio norte que los llevaban a Europa. Las rutas casi no 41


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habían cambiado desde los tiempos de los conquistadores; sólo quizás el perfeccionamiento de la navegación, con las mejores brújulas y sextantes y la carta de las declinaciones magnéticas de Halley, publicada en 1702, permitían, con una cuidadosa anotación de la bitácora, asegurar el conocimiento de la posición en el mar. Los marinos avezados podían saber, con orgullo, que el conocimiento de posiciones fijas por latitud y longitud en el océano había aumentado, de unas 100 en la época de la publicación del libro Halley, a 6000 en 1817. La demostración del primer remolcador de vapor, el “Charlotte Dundas”, coincide con la fecha del matrimonio de Bolívar con Teresa Rodríguez, en 1802. Para 1815 – 1820 ya los principales canales, ríos y estuarios eran recorridos por buques de vapor, principalmente en Inglaterra, Holanda, Francia, Alemania y los Estados Unidos. Sin embargo, habría de transcurrir casi otro medio siglo hasta el pleno desarrollo de la navegación así propulsada, por la que Bolívar se interesará más y más a partir de 1823. No creemos que los avances del cronometro de Harrison, llegado apenas a la flota inglesa en 1771, fuese del dominio de los españoles hasta mucho mas tarde; con el advenimiento del cronometro se llega a perfeccionar otro de los adelantos posicionales marítimos, el de la determinación exacta de la longitud. Digamos aquí también que la industria de instrumentos de precisión también se halla en sus comienzos en los inicios del siglo XIX; los tornos y máquinas para la fabricación de partes exactas para dichos instrumentos sólo habían empezado a desarrollarse a finales del XVIII. Por eso puede Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

decirse que la medición por instrumentos, que es justamente uno de los grandes avances de la revolución científica, es un fenómeno casi en su totalidad perteneciente al siglo XIX. Tal lo referente a la vida diaria del Libertador y a sus viajes. Sabemos que son quizás éstos (el ya mencionado, en 1799, y el reincidente de 1804 y su recorrido europeo con don Simón Rodríguez) los más formativos en su vida, aunque de lo realmente asimilado por el joven Simón sólo pueda prestarse a especulaciones. Seguramente tuvo acceso, leyó o al menos hojeó libros que resumían el conocimiento mundial de ese siglo iluminado, particularmente la Enciclopedia Francesa de Diderot y D´Alembert, cuyos 28 volúmenes – 17 de texto y 11 de ilustraciones habían sido publicados entre 1751 y 1772. Algunos hechos visiblemente portentosos se habrán producido ya para esa época; hemos mencionado ya la maquinaria y la incipiente navegación a vapor; entre 1783 y 1800 se producen los primeros vuelos en globos aerostáticos, incluso sobre el canal de la Mancha; en 1799 Senefelder inventa la litografía – que revolucionará la imprenta y Lebon obtiene la primera patente para el gas del alumbrado. En 1800 Volta inventa la pila eléctrica que lleva su nombre y en Norteamérica. Eli Whitney - el mismo de la desmontadora de algodón – inventa los primeros mosquetes con partes intercambiables. (Sin embargo, la carga de las armas, fusiles y cañones, seguía haciéndose por delante). A esos años pertenecen también la primera máquina de vapor de alta presión, el telar automático de Jacquard y la primera locomotora de Trevithick. Pero pronto esos avances se verán


opacados en Europa por el fragor de las guerras napoleónicas y entre nosotros por nuestro creciente aislamiento y por las luchas de independencia, a las que volveremos a propósito de las armas. Muchos señalan que además de las cosas que inevitablemente vio y vivió en Europa –la calefacción por carbón, el alumbrado por gas, los primeros puentes colgantes, las primeras bombas y tuberías de agua como en Paris y en Versalles, los perfeccionamientos de molinos y engranajes, alguna máquina de vapor, las primeras fábricas modernas de papel, los prodigiosos relojes europeos de acción y movimiento y hasta los velocípedos, precursores de nuestras modernas bicicletas- una de las influencias más impactantes que debió recibir Bolívar fue su participación en los salones de notables, en Madrid y en Roma pero especialmente en París, donde conoce, en 1804, al barón Alejandro de Humboldt. Los dos se habrán cruzado en el mar en 1799, cuando Humboldt zarpaba hacia América y Bolívar viajaba hacia España. Después de realizar sus viajes y exploraciones Humboldt retorna a Francia, por Burdeos, en 1804, y conoce a Bolívar quien había regresado también, ya prematuramente viudo. Se ha dicho que en esos meses, mientras Paris corona política e imperialmente a Napoleón, también corona intelectualmente a Humboldt, quien después de sus viajes a la América equinoccial goza de un prestigio apoteósico. Probablemente durante sus charlas en 1804-1805, como lo sugiere Günter Kahle, al lado de sus narraciones sobre la diversidad biológica y la riqueza en recursos inexplorados de nuestro continente le inculca también la idea de la necesidad de que

Hispanoamérica se gobierne políticamente así misma. De ahí, hasta su encuentro final en Roma en 1805, surgirá entre los dos “un reciproco encuentro amistoso” –a decir de Heiman- que persistirá en la memoria de ambos hasta su muerte, la de Humboldt casi 30 años más tarde que la de Bolívar. Pero volvamos, en este rápido panorama, al Bolívar guerrero de la conquista americana. La industria de armamentos, que Bolívar también debió conocer a su paso por Europa, no había evolucionado mucho durante el siglo XVIII, salvo quizás en lo que a la manufactura y fundición de cañones se refiere. Hasta mediados de ese siglo los cañones (tales como los que aún vemos en las murallas de Cartagena de Indias) se habían fundido en una sola pieza, en hierro o en bronce, de mayor espesor en la culata; la parte hueca del cañón estaba dada por un molde cilíndrico de arcilla, en cuya periferia se fundía el metal, y cuyas irregularidades se alisaban después con taladros o limas circulares. El cañón de precisión, taladrado con brocas mecánicas en un cilindro de hierro solido, es idea de los holandeses de 1747. Este procedimiento mejora con el desarrollo de maquinas hidráulicas o, a final del siglo, ya accionadas por el vapor, y le va confiriendo progresiva precisión y seguridad a la artillería. Puede decirse que todos los cañones empleados en nuestras guerras de independencia proceden del modelo clásico español o francés, de carga acuñada por delante (“muzzle-loading”, en inglés) y con mecha encendida a través de un pequeño orificio en la parte de atrás. Los proyectiles eran en su mayoría sólidos, aunque ya se empleaban ocasionalmente balas de hierro calentadas al 43


El opio y sus preparados, importados del Oriente por vía de Europa, eran el analgésico universal. Las heridas se tratan con cauterización o amputación

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rojo (para incendiar el velamen de las embarcaciones) y aun algunos primitivos proyectiles explosivos. En los sitios de ciudades se utilizaban también las bombardas, de cañón muy espeso y muy corto. Aunque los mosquetes y las armas de mano eran características de la infantería desde comienzos de 1600, la fragilidad y la impredecibilidad de su sistema de percusión-fulminante (logrado mediante la chispa de un pedernal al dar contra el metal, “Flint-lock” en inglés, “fisto” en Colombia), hacia que la bayoneta fuese un aditamento indispensable a toda arma de fuego larga y portátil, ya que la falla en el disparador podía remediarse con la carga con arma blanca. Por demás, ésta se hallaba omnipresente en forma de lanzas o armas cortas para la lucha cuerpo a cuerpo. El caballo, como medio universal de transporte, y la cureña de ruedas bajo los cañones dictaban toda la estrategia de movilización y de posiciones, en las que aún jugaba papel preponderante la infantería. Las pistolas, de buena calidad a partir de mediados del XVIII, estaban reservadas a la oficialidad y a la élite. La óptica había progresado poco desde los descubrimientos de Galileo y de Tycho Brahe; se contaba con buenos catalejos para otear en el mar o supervisar las batallas pero aún los microscopios eran casi juguetes y mucho se distaba de los descubrimientos en las aberraciones refractivas y ópticas. Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

Por desgracia, la limitación del tiempo nos impide extendernos en el desarrollo de las ciencias médicas en el período que venimos tratando. Ya algunos distinguidos colegas, en Colombia y en el extranjero, que se han ocupado muy recientemente de la enfermedad y muerte de Bolívar, nos han señalado algunas de esas características. Apenas se inicia, al despuntar el siglo XIX, la distinción entre tejidos y órganos que hace Bichat en Francia y con él se dan los primeros pasos de la anatomía patológica, que trata de correlacionar la enfermedad con las lesiones observadas en los órganos obtenidos por autopsia, y que tendrá sus más claros exponentes en Hunter en Inglaterra y Rokitansky en Viena, pasando de allí a París e iniciándose así lo que Laín Entralgo ha denominado la “era anatomoclínica” de la medicina moderna. El vitalismo y las teorías miasmáticas hacen su agosto y se están aún a casi un siglo de descubrirse el origen microbiano de las enfermedades. Como anotará después Skoda de Viena con sano escepticismo, el único tratamiento arbitrario consiste en sangrar a la derecha y purgar a la izquierda en los pabellones de los hospitales; apenas, para el momento de las guerras napoleónicas o americanas, se habrán descubierto los novísimos métodos de la auscultación mediata y la percución pero ellos llegarán tarde a nuestro medio y no sabemos siquiera si se emplearon durante la enfermedad final del Libertador. La sangría se seguía empleando a discreción, aún en los pacientes casi terminales, para eliminar los “miasmas” que contaminaban la sangre. El opio y sus preparados, importados del Oriente por vía de Europa, eran el analgésico universal. Las heridas


de guerra se tratan con cauterización o amputación, sin anestesia alguna, y es muy poco lo que, para ese momento de la historia, la medicina puede ofrecer como preventivo o curativo, salvo quizás las quinas, de procedencia americana, en el tratamiento de las fiebres y de la malaria. Justamente el interés por las quinas, unido a ese afán del conocimiento botánico universal iniciado por Linneo en Suecia y trasmitido a los Borbones en España, hace que a finales del siglo XVIII se patrocine y emprenda la obra magna de la Expedición Botánica dirigida por el sabio Mutis y que constituye una especie demarco científico inmediatamente precursor a nuestra gesta de independencia. Mudo testigo de ella es el Observatorio Astronómico de Bogotá, en funcionamiento continuo desde 1801 y al decir de muchos de la institución científica más antigua de toda la América hispana. Otro fruto, prematuramente malogrado por esa misma independencia, es el sabio Francisco José de Caldas. Las acciones de una y otro actuarán en mente del Libertador para que desde muy temprano en su gobierno contrate las misiones de científicos franceses que vienen a reconocer nuestro territorio y entre las que se destaca la figura de Juan Bautista Boussingault, el primero en el mundo en describir, en la zona de Heliconia en Antioquia, la relación entre el yodo -elemento recién descubierto- y el tratamiento del bocio. Y sus primeras impresiones vividas en Europa (y probablemente también las de muchos otros viajeros que hubieran visitado Europa o los Estados Unidos) lo llevarán también a pensar en Elbers y el desarrollo de la navegación a vapor por el Magdalena. Recor-

demos que este Juan Bautista Elbers, alemán de nacimiento, solicita del Congreso en 1823, que se le conceda privilegio exclusivo para establecer la navegación a vapor por el rio. Concedida, inicia con el “Fidelidad” (probablemente de ruedas laterales) los viajes entre Mompós y San Pablo, y luego con el “Santander” y el “Bolívar” la navegación por el bajo Magdalena, hasta 1829. De ahí en adelante, durante la consolidación de la República, el periodo entre 1819 y 1850 ha sido admirablemente cubierto y presentado por Frank Safford, de Nortwestern University, en su libro titulado “El Ideal de lo Práctico” y que lleva justamente como subtitulo “El esfuerzo de Colombia para formar una élite de técnicos”. Allí muestra cómo los cuadros que el llama neo-Borbónicos, dignos descendientes de nuestros libertadores, logran formar el esbozo de lo que después serán ciencia y tecnología nacionales. La ciencia seguirá ascendiendo quizás a su punto más alto en el siglo XIX cuando electromagnetismo, la termodinámica, la química y la física señalen el paso hacia una teoría atómica de la materia y el positivismo científico termine por implantarse en el ámbito del conocimiento. Pero ya para entonces en la materia, que no en el espíritu, habremos dejado atrás el entorno científico-tecnológico que rodeó la vida gloriosa del Libertador de Colombia y que hemos querido brevemente recrear en este trabajo.

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cronología

Año vida del libertador Ciencia y Tecnología mundial 1873 Nace en Caracas.

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Primer ensayo exitoso de un buque de vapor por el marqués de Abbans en el río Saone (el “Piróscafo”). Primeros 2 vuelos en globos de aire caliente en París. Al año siguiente, primer cruce de globo del Canal de la Mancha. Bentham (hermano menor de Jeremías) obtiene la primera patente para maquinaria de ebanistería.

Humboldt y visita varios científicos. Visita la Escuela Politécnica (fundada en 1794) Laplace, en su “Tratado de la mecánica celeste” resume los avances astronómicos del siglo XVIII. Trevithick crea la primera locomotora de vapor. GayLussac descubre la composición del agua (H2O).

1799 Viaja de la Guaira a España – vía Veracruz.

Berzelius crea la química orgánica. Se reafirma la teoría atómica de Dalton. Londres inagura la iluminación por gas del alumbrado. Primer viaje “Clermont” (Vapor de Fulton) por el río Hudson. Surge la “Sociedad Geológica” de Londres. Sir Humphry Davy descubre el sodio y el potasio.

Se funda en Londres la “Royal Institution. (En 1971 ha sido definido el metro por la academia de Ciencias de París; en 1794 ejecutado Lavoisier, en 1798 Senefelder inventa la litografía). Obtiene Lebon la patente para el gas del alumbrado. 1800 Vive en Madrid; Se enamora de Teresa Rodríguez. Conoce la Enciclopedia Volta inventa la pila que llevará su nombre. En Norteamérica, Whitney fabrica los primeros mosquetes con partes intercambiables. Salvá, en España, inventa el primer telégrafo eléctrico.

1802 Se casa con Teresa Rodríguez y regresa a Caracas.

Primer remolcador de vapor -el buque “Charlotte Dundas”- (en 1801 Jacquard inventa el primer telar mecánico). 1804-1806 Ya viudo (1803) regresa a Madrid y viaja por Europa con D. Simón Rodríguez; conoce a G. Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

1807 Regresa a Caracas.

1808 Se entera que José Bonaparte ocupa el trono en España se subleva.

S.H: Davy descubre en bario estroncio, calcio y boro y desarrolla la lámpara de arco voltaico. Trevithick crea su tren de vapor circular en Londres. Surge la “frenología” de Gall. Malus en París descubre la luz polarizada. Gay Lusacc: teoría de combinación de gases.

1809 Se aisla en El Tuy.

Lamarck lanza su teoría evolutiva. Primera maquina para fabricar encajes.


1810 se une a la Junta de Caracas. Viaja a negociar y traer a Miranda. Conoce a Royal Observatory y a J. Bentham y Lancaster. Regresa a Caracas (Dic). Preservación de conservas por Appert (frascos) y P. Durand (enlatados). Desarrollo de Hahnemann crea la homeopatía. Fresnel: método industrial para la soda c. Muere en Londres Henry Cavendish.

1811 Jul-5: Se declara la independencia de Venezuela. Lucha contra las provincias rebeldes.

El vapor “Orleans” navega el río Ohio. Ley de Avogadro de moléculas en gases. Berzelius introduce los símbolos químicos. Courtois descubre el yodo.

1812 Muere Juan V. Bolivar y le deja su fortuna. Monteverde inicia la contrarevolución Terremoto de Caracas Derrota en Pto. Cabello Exilio a Curazao, desembarco en Cartagena. Manifiesto de Cartagena. Campaña del Magdalena.

Herschel: estrellas a partir de nébulas. Terremotos asolan Missouri (E.E.U.U.) Bell diferencia nervios sensores y motores, raíces anteriores y posteriores. Vauquelin descubre el acido úrico. Teoría de los Fósiles. Primer ictiosauro descubierto. Teoría de la probabilidad de Laplace. Wollaston mejora la “Cámara oscura”.

1813 Campaña “admirable en Venezuela: triunfos y descalabros. Bárbula-Barquisimeto.

S.H. Davy introduce química en agricultura y su “lámpara de seguridad”. A ndrews descubre el ozono.

1814 San Mateo. Manifestó de Carupano. Aragua Regreso a Colombia Bolívar Libertador.

Fraunhofer detalla el espectro solar. “Times” de Londres impreso vapor. Primera locomotora de Stephenson.

1815 Sitio y derrota en Cartagena. Exilio a Jamaica “Carta de Jamaica” Morillo inicia la reconquista.

Primer barco destructor de vapor (US). Se generalizaba la “lámpara de Davy”. Wunderlich aplica la toma de temperatura en pacientes febriles. Se extiende la “máquina compuesta de vapor” McAdam: Pavimento con Gravilla.

1816 Recibió por Pétion en Haití, después de desembarcar en Los Cayos. Arma la Flotilla de Brion. Desembarca en Capúrano y Barcelona.

S.H. Davy descubre la acción catalítica del platino en las reacciones oxidativas. Laennec crea el estetoscopio, Maelzel patenta el metrónomo. Fresnel demuestra la naturaleza ondulatoria de la Luz.

1817 Derrota la flota española en Brocas del Orinoco. Toma Angostura y Guayana. Se le une F.P. Santander. Piar es ejecutado. Se le unen las huestes de Páez.

Delambre Publica su “Historia de la Astronomía”. Strohmeyer descubre el cadmio. Parkison describe la enfermedad que lleva su nombre.

1818 Campaña de 1818 Eleva a Santander a General de Brigada. Proclama a los Granadinos. Campaña de los Llanos. Se embarca para Apure.

Ley de Dulon-Petit: en sólidos el producto de calor especifico x masa atómica es una constante.

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Thenard descubre el agua oxigenada. Se funda en Inglaterra la “Institución de Ingenieros Civiles”. Hofmann inicia los colorantes artificiales (“violeta de Hofmann”) en Alemania Drais patenta su “draisina” o velocípedo, bicicleta sin pedales.

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1819 Instalan Congreso de Angostura. Inicia la Campaña Libertadora de Colombia: Pantano de Vargas, Boyacá. Se crea la Gran Colombia. Regresa a Angostuta. Laennec publica su “Tratado de la auscultación mediata” El barco “Savannah” de ruedas, de vapor cruza el Atlantico. Se establece el “patrón oro” Blanchard desarrolla su torno para cañones.

1820 Contraofensiva realista en Venezuela. Entrevista con Morillo (quien parte a España).

Descubierta la Antártida. Oersted descubre el electromagnetismo, Ampére enuncia sus leyes; surgen el galvanómetro, el amperímetro. Se usan por primera vez el guano como fertilizante en Europa. Se crea la Royal Astronomic Society en Inglaterra. Hancock crea el “masticador de caucho” que permitirá hacer tejidos impermeables.

1821 Campaña de Carabobo. Triunfo en Venezuela. Congreso de Cúcuta y separación de Colombia y Venezuela. Viaja a Bogotá, Prepara la campaña del Sur.

Faraday crea los primeros motores electromagnéticos. Parálisis de Bell es descrita. La iglesia católica permite la enseñanza del sistema copernicano. Seebeck descubre la termoelectricidad. Bouvard sospecha la existencia del planeta Neptuno.

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1822 Viaja a Cali. Bomboná. Ocupa a Pasto. Sucre triunfa en Pichincha a Quito. Conoce a Manuelita Sáenz. Marcha a Guayaquil, lo anexa a Quito. Entrevista con San Martín. Decide la Campaña del Perú. Sofoca revuelta de Pasto. Viaja a Lima. Babbage crea la primera calculadora manual. Niepce descubre la fotografía. Champollion descifra la piedra de Rosetta y los jeroglíficos egipcios. El Araon Manby, Primer vapor de etal, navega el Sena. Payen purifica el azúcar con carbón vegetal. Beaumont inicia sus estudios de fisiología gástrica en un trapero con enorme herida abdominal. Fourier describe su “análisis”. Roberts desarrolla su telar a vapor.

1823 Permanece en Lima. Recorre las provincias Peruanas.

Macintosh logra disolver el caucho e integrarlo a tela para impermeables. Faraday logra licuar el cloro. Sturgeon fabrica el primer electroimán.

1824 Se enferma en Pativilca Campañas de Junín y de Ayacucho. Consolida la Independencia de Perú.

A spdin inventa el cemento Portland. Sadi-Carnot inicia la termodinámica. Se abre la primera Escuela de Ingeniería en Estados Unidos (Renssekaer). Se inaugura el Canal Erie, de Albany a Buffalo (EE.UU.)

1825 Campaña del Alto Perú. Independencia de Bolivia. Regresa a Lima.

Primer ferrocarril inglés: Stockton-Darlington. Berzelius descubre el titanio, Löwig el bromo, Oersted el aluminio. Chevreul y Gay – Lussac inventa las velas esteáricas (espermas).


Bretonneau practica la primera traqueotomía en niños con difteria. Primeros vapores en el río Magdalena.

1826 Salen los últimos realistas del Perú, Páez se revela y separa a Venezuela. Regresa a Colombia y el proclamado Dictador. Va a Venezuela y somete a Páez. Regresa a Bogotá vía a Cartagena.

Schwabe describe manchas solares. Weber describe umbrales de percepción sensorial. Dutrochet las leyes de la ósmosis. Primer invento de moción de imágenes (cine) con discos rotatorios (“thaumatrope”), Gegenbaur describe la reproducción celular sexual.

1827 Rebelión de Bustamante en Lima. Se disgusta con Santander. Primeros conatos anti-bolivarianos.

Primeras cerillas (fósforos) de fricción Berthelot sintetiza compuestos orgánicos. Gauss introduce la geometría diferencial. Bright describe la insuficiencia renal. Descrito el “movimiento browniano” de las partículas. Fourneyron inventa la turbina de agua.

1828 Viaja a Bucaramanga Convención de Ocaña. Confirmado como dictador. “Nefanda noche septembrina” Rebelión de Obando y López en Popayán. Sucre debela la rebelión de la Mar en el Perú. Berzelius crea la tabla de pesos atomicos. Wohler sitentiza la urea. Erman determina el campo magnético de la tierra. Betlerov investiga la estructura de los compuestos orgánicos. Seguin inventa la caldera tubular.

1829 Viaja a Popayán y Quito, ya enfermo. Se rinde Guayaquil Córdoba se rebela, es derrotado y asesinado.Piensa en sucesión monárquica. Nuevamente triunfa el separatismo venezolano. Primer reloj eléctrico. Humboldt explora Siberia. Lobachevsky (junto con Jano y Gauss) crean la geometría no-euclidiana. Burt inventa la maquina de escribir. Coriolis describe la energía cinetica. Bigelow crea el termino “tecnología”. M ill compara por primera vez el cerebro humano con una maquina. Henrry perfecciona el electroimán. Schönlein describe la hemólisis. Surge la locomotora “Rockey” de Stephenson.

1830 Regresa por última vez a Bogotá. Reúne el “Congreso Admirable” Encarga del gobierno a Domingo Caicedo. Se retira a la Quinta “Fucha”. Parte hacia la costa. Es asesinado Sucre. Llega a Soledad y Barranquilla. Última proclama a los colombianos. Muere en San Pedro Alejandrino (Diciembre 17). Comte introduce el Positivismo. Lyell inicia la publicación de sus “Principios de Geología”. Henry y Faraday describen los principios del generador o dinamo, que luego se desarrolla. Lister aplica lentes acromaticos a los microscopios. Bell publica su tratado sobre “El sistema nerviosos”. Se inaugura el ferrocarril entre Liverpool y Manchester en Inglaterra.

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Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

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Osorio Lizarazo:l 52

Ciencias de la Comunicaci贸n - Los Libertadores


literato y periodi J. A. Osorio Lizarazo: literato y periodista*

Periodista de Inpahu. Diplomado en periodismo del Instituto Tecnológico de Monterrey (México). Docente de la Fundación Universitaria Los Libertadores. Trayectoria: Editor jefe de la Revista Latinoamericana Visión. Jefe de redacción del diario económico La República. Corresponsal del diario El Colombiano. Jefe de redacción de la revista Nueva Frontera. Director del Programa de Locución y Periodismo Electrónico de Corpotec. Profesor de la Universidad Central, Universidad Santo Tomás, Politécnico Grancolombiano e Inpahu. Asesor de prensa del Ministerio de Comercio Exterior.

Vespasiano Jaramillo Barón U.Libertadores

vespasiano15@yahoo.com

Resumen

Este articulo intenta presentar la semblanza de uno de los grandes cronistas del siglo XIX, Osorio Lizarazo es una de las figuras ancladas en la historia del periodismo en Colombia, se destaco en variadas formas de afrontar su oficio y su claridad y sentido de orientación comunicativa, hacen que sea un paradigma del oficio en nuestro medio. El escrito viaja por los diferentes caminos que recorrió la pluma de Osorio Lizarazo , haciendo hincapié en sus grandes enseñanzas.

Abstract

This article attempts to present the semblance of one of the great writers of the nineteenth century Lizarazo Osorio is one of the figures rooted in the history of journalism in Colombia, stood out in various ways of dealing with his office and his clear sense of direction and communication, make it a paradigm of the profession in our country. The letter travels through the different paths traveled by the pen Lizarazo Osorio, emphasizing its great teachings

Recepción: Febrero 12 de 2010 Aprobación: Marzo 19 de 2010 Palabras clave

Cronista, escritor, medios de comunicación, prensa

Key Words

Storyteller, writer, media, newspapers


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El contacto de los grandes escritores con el periodismo es recurrente y la historia de la literatura colombiana está llena de ejemplos que han marcado las letras nacionales y las páginas de los periódicos de una forma extraordinaria. Un caso excepcional lo representa la vida y obra de José Antonio Osorio Lizarazo, escritor y periodista bogotano, quien contó las historias íntimas de una ciudad que en las primeras décadas del siglo XX comenzó a transformarse en la metrópoli que ha concentrado los grandes conflictos y los más determinantes hechos históricos de la Nación. Osorio Lizarazo fue una figura controversial que logró ser pionero en la narración urbana cuando despuntaban en América Latina las ciudades que luego se convertirían en los centros de poder y desarrollo social más importantes. Por sus novelas y crónicas fue calificado como la “memoria de la ciudad” sobre la que contó las historias de una vida social plagada de injusticia y desigualdad. ¿Es clara y permanente la intención de los periodistas de saltar al campo de la literatura o de los literatos ejercer en las áreas de la reportería? ¿Pasar del intenso y agotador oficio diario a la reflexiva y pausada actividad intelectual de la ficción? Quizás sean las condiciones objetivas lo que resulte de trascendencia para que la decisión final en este sentido sea Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

asumida por un individuo cuyo ejercicio profesional haya sido el campo periodístico, a veces por muchos años de práctica cotidiana. En cuanto a Osorio Lizarazo la mezcla de literatura y periodismo ha tenido unas características que hacen interesante el estudio de la obra de este escritor en la medida que su novelística fue objeto de duras críticas, mientras que su labor periodística fue reconocida y valorada por los grandes medios informativos del momento. Él mismo advertía sobre ese “servicio militar” que es la actividad periodística que “en un ambiente como el nuestro el periodismo es una válvula de escape para el afán de escribir, por más que, con algunas excepciones, el escritor resulte estrangulado por el afán cotidiano, improrrogable. No existe la profesión de escribir porque no tiene la necesaria recompensa económica y sólo el periódico aproxima y nutre las posibilidades. El escritor perece, pero el hombre puede subsistir, aun cuando las circunstancias precarias. Yo, por ejemplo, sería novelista si pudiera seguir las inclinaciones de mi espíritu: pero he de ser periodista para ganarme la vida”. (Biblioteca Básica Colombiana, 1978, p. LXXVI).

En sus crónicas, su novela cumbre (Casa de vecindad) o en libros como Gaitán. Vida, muerte y permanente presencia, Osorio Lizarazo muestra el esplendor de su estilo periodístico, de su fundamento literario y quizás una adicional capacidad de abordar los hechos históricos mediante una narración que combina el análisis profundo de las circunstancias y la descripción precisa de los acontecimientos, es decir, una combinación eficiente del riguroso trabajo del historiador y de la comprometida valoración del periodista.

Puntos de encuentro En realidad, hay formas de llegar a ese espacio común que tanto seduce a quienes pasan de un lado a otro entre literatura y periodismo. En la nota introductoria del libro El reportaje, del escritor peruano Hernán Velarde, se expresa que “cuanto existe, ciencia, historia y arte han pasado y pasarán por el fino tamiz de su espíritu (del periodista) y, así mismo, participarán de sus sueños, de sus creencias, de su amor por la vida, de sus ansias de libertad, de sus anhelos de justicia”, porque “sin esto, se corre el peligro de ingresar a la rutina”. Y se agrega que “los escritores más excelsos se forjaron en las oscuras redacciones de los periódicos, enriqueciendo la realidad con una carga


de poesía, de imaginación y de talento. El verdadero hombre de prensa tiene que vibrar con los acontecimientos, ser un fanático de su profesión, léase amarla, hasta el sacrificio, (muchos han muerto por cumplir su misión), y poner en ella el idealismo del Quijote, condición que es esencial para las batallas diarias que se libran en el duro ejercicio de informar y comentar”. En la técnica misma se observa otro aspecto de esa combinación que lleva a la dualidad en la práctica de escribir como se manifiesta en las obras de Osorio Lizarazo. El reportaje es la noticia ampliada, además, la noticia vivida. Se trata de profundizar en las causas, explicar los detalles, analizar las características, reproducir el ambiente. Pero la ampliación no consiste en una simple hipertrofia de la noticia, hay que ampliar pero sin distorsionar la información hay que saber presentarla de forma amena, atractiva, de modo que capte la atención del lector. (Cabrera, 1982, p. 5). Al contador de historias que viene de la ficción a la reportería también le cabe el cumplimiento de unas normas que son obligatorias a la hora de involucrarse con las realidades y la actualidad. Un efecto es la interpretación, que es parte del oficio periodístico y cuyos preceptos se han venido desarrollando por décadas

en el ámbito del ejercicio de esta área de la comunciación, por supuesto, basados en las experiencias y enseñanzas de los grandes maestros y pioneros como Osorio Lizarazo. Interpretar, desde el punto de vista periodístico, consiste en buscar el sentido a los hechos noticiosos que llegan en forma aislada. Situarlos en un contexto, darles un sentido y entregárselo al lector no especializado. Por exigencia profesional, además, esta interpretación debe tratar de prescindir de opiniones personales, debe basarse en hechos concretos y en opiniones responsables y que sean pertinentes y debe ser presentada en forma amena y atractiva. (Santibáñez, 1995, p. 22). De igual forma, cabe recordar que en la entraña de las crónicas de Osorio Lizarazo se cumple con las condiciones que se indican en las definiciones generales de este género, que corresponde a “una narración de hechos junto a su valoración informativa”, según lo señala José Luis Martínez Albertos en su texto Redacción periodística (los estilos y los géneros en la prensa escrita), y en el que también menciona la observación de Martín Vivaldi sobre el mismo tema. “La crónica periodística es, en esencia, una información interpretativa y valorativa de hechos noticiosos, actuales o actualizados, donde se narra algo al propio tiempo que se juzga lo narrado”.

La aproximación a la crónica y a los contenidos urbanos de Osorio Lizarazo en libros como el de Gaitán, a sus imágenes de la naciente Bogotá industrial y comercial, ya poderosa por las dimensiones de su desarrollo, y a su sentimiento social en novelas como Casa de vecindad, implica una visión integral que debe considerar la fusión de estilos y aplicaciones técnicas en el tratamiento narrativo de la ficción y la realidad. “Funciona en su pleno valor en determinada ubicación y en determinado momento. Está el contexto del medio en que se publica, el tiempo y los lectores”. Concluye así que un artículo se inscribe en el conjunto de textos que produce su autor. La convulsa y cambiante realidad nacional de principios y mediados del siglo XX en Colombia con la culminación de la Guerra de los Mil Días, la separación de Panamá, el montaje de las bases estructurales de la organización estatal, económica y social del país, el surgimiento de la gran capital como monstruo urbano, la prensa, que también era una incipiente actividad industrial, y su influencia en las altas decisiones del Estado, la lenta, pero creciente alfabetización de los nuevos ciudadanos que llegaban a Bogotá desplazados del campo y las aspiraciones literarias de Osorio Lizarazo hacen parte de los 55


elementos envolventes en que desarrollará toda su obra periodística y literaria, plena de descubrimientos y de advertencias sobre la sociedad que estaba en construcción.

El cronista 56

De amplia y comprometida vivencia, de documentación precisa y profunda, de estilo ameno y conmovedor, las crónicas de Osorio Lizarazo significan una inmersión en los asuntos sociales más penetrantes y patéticos de la población bogotana de los años veintes a sesentas del siglo pasado. Fue un contador de historias que hizo posible la aproximación a esas realidades que están cerca, pero que hasta cierto punto son imperceptibles. Se borran por la forma como se tiende a ver lo inmediato y lo cercano, sin que haya una conexión analítica para entender el conjunto. Dice, entonces, que hay una desolada situación en lo profundo de las calles bogotanas, donde miles de seres sufren las consecuencias de las crisis económicas y de la desigualdad social. Advierte que “se ha escrito mucha literatura social en el mundo, pero sus autores se sitúan en un plano de observación y eso falsea la esencia de los problemas. Por eso no se ha podido pasar de la superficie”. Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

Osorio Lizarazo pone al lector frente a la vida de los inquilinos y al ambiente de los inquilinatos. También, explica el mundo de los “pasajes”, de las “asistencias”, de los nacientes parques bogotanos y de sus zonas obreras y de clase media. En su recorrido periodístico, se mete en una institucionalidad de la pobreza que ha pasado, año a año, como un “carnaval de espíritus” por una Bogotá que es el centro administrativo de la Nación, pero que, igualmente, ha sido el epicentro de los más graves problemas. “Aquella tarde ruidosa, en que el estrépito de las calles centrales era ensordecedor, y en el que todo el mundo rendía a su manera culto al dios Carnaval, yo también presencié el espantoso desarrollo de una saturnal que ponía en mis nervios estremecimientos y emociones no sentidas hasta entonces. Fui al manicomio de mujeres…”. (Biblioteca Básica Colombiana, 1978, p. 295). Y a renglón seguido: “La suprema sensación que experimenté fue la del horror. Hacinadas sobre estrechos bancos, adosadas a las paredes ennegrecidas por el continuo roce de esa multitud indefinible, tomando el sol, que se resbala sobre las camisas de un color desesperadamente gris, las dementes dejan pasar la vida sin sentirla, la vida estéril y estúpida de la forzosa

inactividad, esperando que la muerte corrija los desperfectos del cerebro o que la tenacidad de los médicos haga que la psiquis actúe de acuerdo con las facultades corpóreas”. (Biblioteca Básica Colombiana, 1978, p. 295-296). O en su crónica Mansiones de pobrería en la que invita a ver esa “otra realidad”. “Ahora vamos a pasear un poco por entre la miseria. La miseria urbana, que es tan horrible y tan monstruosa. Vamos a ver esos antros de pobrería donde se aglomeran familias enteras con sus chiquillos, sus perros, sus cerdos y sus harapos. Vamos a contemplar las fauces hambrientas de esos pobres perros que no tienen segura la comida. Y vamos también a escuchar los gruñidos de los cerdos enflaquecidos por las privaciones, que moran dentro de las mismas pocilgas donde viven sus amos. Vamos a escuchar los cantos triunfales del gallo, los anuncios ruidosos de las gallinas, los murmullos trémulos de las palomas, los gritos de los niños sucios y todos esos ruidos confusos, todas esas voces multiformes de la fauna que se aglomera en los sitios denominados en el argot bogotano, pasajes”. (Biblioteca Básica Colombiana, 1978, p. 302). Y ya adentro. “El niño que está tendido, se agita. Tiene fiebre. Está enfermito. Probablemente


morirá. Morirá como ha vivido, entre la mugre. Porque es el desaseo, la miseria, más que la enfermedad, lo que lo está matando”. (Biblioteca Básica Colombiana, 1978, p. 302). Otros escritores lo calificaron como un excelente reportero de la vida diaria, tal vez el elogio que más desearía un periodista de su público. Santiago Mutis Durán lo destacó en referencia a su notable preocupación por la exactitud de las descripciones del ambiente social y de la fidelidad fotográfica a las cosas. Por esto, además, se le encumbra a la categoría de fundador de la literatura de gran ciudad en América Latina. Pero fue, también, seguidor incansable del día a día en la ciudad. En otra de sus crónicas, Las parábolas de la vida absurda, detalla las fallas en el servicio del tranvía. “Ayer se detuvo un tranvía durante una hora. La fuerza invisible que hace girar sus ruedas se había agotado. Los peligrosos alambres conductores eran,

entonces, unos pobres alambres como para secar ropa. ¡Daba lástima ver esos alambres tan inofensivos! …Un señor impaciente miraba de minuto en minuto el reloj. (Las personas impacientes usan siempre reloj). Durante el instante que el reloj intentaba descansar en el bolsillo, el señor impaciente mordía sus propias uñas, se estiraba el saco, se quitaba el sombrero para alisarse el cabello, se palpaba la corbata y mostraba una serie de movimientos tan apresurados como inútiles. Dentro de su mente, en tanto, elaboraba y desechaba proyectos para que el tranvía continuase su viaje: decía: ¿Por qué no telefonean a la planta para que arreglen el daño? Nadie respondía. Meditaba un nuevo proyecto y añadía. Tal vez empujándolo un poquito…”. (Biblioteca Básica Colombiana, 1978, p. 309). Los personajes bogotanos también fueron objeto de las investigaciones periodísticas y de la reportería de este escritor que tuvo la sensibilidad para

José Antonio Osorio Lizarazo, escritor y periodista bogotano, quien contó las historias íntimas de una ciudad que en las primeras décadas del siglo XX comenzó a transformarse en la metrópoli

buscar, no solo en los padecimientos colectivos sino en las virtudes, desgracias, vicios y defectos individuales, historias de la gente y de su paso por la vida de la ciudad. Julia Ruiz, que fue religiosa abnegada y luego pitonisa de pobres y ricos, además, amante de Biófilo Panclasta, el anarquista colombiano más famoso, que conoció a Lenin. O Pablo Emilio Mancera, quien durante 40 años publicó un periódico del que era el único lector. Los siguientes son apartes de narraciones en las que se toman fotografías coloridas y bien enfocadas de actores importantes del submundo capitalino, héroes y aventureros en su existencia, pero personajes de carne y hueso por los relatos de Osorio Lizarazo. “Julia Ruiz, la pitonisa o adivina que acaba de fallecer en la ciudad, es un bello personaje para una novela en la cual se reúnan la picaresca de los tiempos clásicos y las investigaciones clínicas de los anormales que introdujeron los escritores rusos. Tiene una biografía complicada y curiosa. Nació en cualquier pueblo de Boyacá y después se hizo hermana de la caridad. Estuvo por largos años en el convento, se hizo enfermera y educadora. Tuvo diferencias con sus conventuales compañeras y apostató. Conservó un recuerdo tan ingrato de esos días, que 57


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se refugió en un anticlericalismo sui géneris, muy ingenuo y trivial, pero profesado con entusiasmo. Aducía para fortalecer su concepto deprimente para todas las gentes de religión el conocimiento que aseguraba haber poseído durante su vida religiosa”. (Biblioteca Básica Colombiana, 1978, p. 314). Y en el hombre que publicó un periódico del que era el único lector. “Ahora Pablo Emilio Mancera, al filo de los sesenta años, está refugiado en un pueblo de la Costa, buscando un poco de calor para sus huesos envejecidos sin fruto personal. No en vano se mantuvo durante cuarenta años de pies ante un chibalete, en una diminuta imprenta que fue la única propiedad de su existencia… El periódico se llamaba La Libertad. Había sido fundado en los primeros meses del siglo, cuando las pasiones políticas se caldeaban bajo los fuegos de la guerra civil. Padeció un vivir accidentado bajo la dictadura del general Reyes, contra la cual erigió su insignificante vehemencia. Circulaba furtivamente, y mancera fue procesado”. (Biblioteca Básica Colombiana, 1978, p. 327). Quizás el personaje más importante que los lectores descubrieron en las crónicas de Osorio Lizarazo fue Biófilo Panclasta, Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

“el anarquista colombiano amigo y compañero de Lenin, que conoció los horrores de la estepa de Siberia” a quien el autor describía así: “Su apellido auténtico es Lizcano. Nació en Chinácota, Santander, desde hace una cantidad de años que él no quiere recordar pero que puede aproximarse a las siete décadas. Hizo como le correspondía a todo ciudadano colombiano del último siglo, la guerra civil y en la adolescencia alternó el fusil con la férula que usaban entonces los maestros de escuela. Pero la fiebre errante y nómade de algún ascendiente desconocido y gitano prendió en él y antes de la mayoría de edad emigró a Venezuela… Se hizo anarquista. Se llamó Panclasta. (Pan: todo. Clasta: destructor). Emigró a Europa a bordo de cualquier transatlántico y posiblemente en calidad de pasajero supernumerario. Mandó a hacer tarjetas de visita haciendo notar su condición de anarquista en los tiempos en que el vocablo resonaba en los trémulos oídos burgueses como una explosión de dinamita. Los atentados terroristas se habían puesto de moda y formaban parte de la vida cotidiana de los grandes políticos… Cuando le preguntaban su nombre y profesión, respondía invariablemente: “Panclasta, anarquista”. Hubiera

sido mejor, en esos días ingenuos, haber dicho: leproso”. (Biblioteca Básica Colombiana, 1978, p. 364).

Literatura y ensayo La intensa tarea periodística de Osorio Lizarazo no le impidió escribir magistrales textos literarios y documentos sobre la historia como el de Gaitán en los que refleja mediante la ficción y el seguimiento disciplinado y juicioso de los acontecimientos históricos de su tiempo. En Casa de vecindad pone, en las mismas condiciones de miseria, calamidad y desesperanza de sus “personajes periodísticos reales”, a un tipógrafo cincuentón que, salido de su trabajo por cuestiones de la aplicación del linotipo, llega a vivir a un inquilinato en uno de los barrios semiperiféricos de la época en Bogotá. “La casa maldita” se lo traga con todos sus conflictos y con la perdida esperanza de conseguir otro trabajo, su existencia empieza a deteriorarse hasta quedar en la indigencia, no sin antes ayudar con sus últimos centavos a Juana, una hija de su ex mujer. “Hoy fue un día perdido. (¿Adónde irán los días perdidos?). Se queja el tipógrafo”. Como en sus crónicas, la narración se vuelve dramática y de una crudeza que conmueve. Esta frontera entre lo real y lo ficticio se vuelve borrosa y Osorio


Lizarazo se nutre en ambos lados para su creación literaria. En general, su obra está basada en el entorno bogotano como se manifiesta en otras novelas como Hombres sin presente, dedicada a “todos los empleados públicos y privados que soportan con resignación su perpetua agonía económica y su inútil ficción social, y no tienen ímpetu de lucha, ni sentido de clase, ni fortaleza para alcanzar sus reivindicaciones”. En su novela La cosecha sale del ambiente bogotano y se va a los terrenos de las zonas cafeteras para contar otro drama social que, esta vez, se relaciona con los problemas del campo colombiano . La diversidad en la propuesta artística y sociológica del escritor colombiano lleva a otro campo que operó con suficiencia y decoro y que lo proyectó como un observador, despierto, agudo y profundo de su tiempo. Colombia vivió el comienzo del siglo XX en una sucesión de auge y crisis que fue expuesta por Osorio Lizarazo, por ejemplo, en sus insertos de análisis histórico del libro Gaitán. Vida, muerte y permanente presencia. Después de la guerra civil vino un período de altibajos económicos y políticos que culminó con la separación de Panamá que significó una indemnización

de 25 millones de dólares, lo cual cambió sustancialmente el panorama de las finanzas públicas. Luego aparecieron las reformas y los ajustes que llevaron a los primeros pasos de una república más estable y estructurada, pero en la que la situación del pueblo seguía siendo precaria y sin rumbo. Entre 1920 y 1930 se dio un cúmulo de elementos que favorecieron el desarrollo industrial: flujo de capitales extranjeros dedicados no tanto a la industria como a obras de infraestructura; proceso acelerado de obras públicas que aumentó el empleo y produjo altos salarios para muchos que hasta ese momento habían sido campesinos y que con el ingreso monetario se constituyeron en compradores de manufacturas; crecimiento acelerado de la población urbana con mayores ingresos; alto ritmo de exportación favorecido por el incremento en el consumo de café; aumento de éste por la ley seca norteamericana; estabilidad política durante tres décadas consecutivas; adecuada organización de la cuestión monetaria y funcionamiento del Banco de la República como banco central. (Tirado, 1979, p. 298). Esta etapa de la historia fue vista por Osorio Lizarazo en sus dimensiones política y social. Al referirse a las consecuencias de la Guerra de los Mil Días, a la que consideró

un levantamiento liberal contra la opresión conservadora, señalaba: “La revolución terminó el 21 de noviembre de 1902. Un año más tarde, el tres de noviembre, se proclamó la independencia de Panamá y la República de Colombia fue aparatosamente mutilada, en un hecho histórico que palpita la complicidad del gobierno colombiano, para que los Estados Unidos pudieran realizar, sin compromisos ni compensaciones, la ambicionada obra del canal interoceánico”. (Osorio, 2008, p. 19). Y la forma como se comenzó a organizar la cosa pública para darle estabilidad a la Nación. “Jefes guerrilleros, actores de oposición verbal y escrita, hombres rudos que sólo creían en la fuerza de las armas e ideólogos de extrañas filosofías humanitarias, fueron conquistados con emolumentos ministeriales o diplomáticos, con generosos contratos de obras públicas, con espléndidas donaciones personales. La paz no se afianzó sobre la victoria de la democracia pura, sino sobre el tráfico de las conciencias”. Y más, esta vez sobre los asuntos electorales: “Todos los cuerpos electivos se formarían por una mayoría conservadora de las dos terceras partes y una minoría liberal del resto, y los empleos 59


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públicos se distribuirían en la misma proporción. Subsistía la posibilidad de que los conservadores se dividiesen, lo cual constituía un poderoso halago para los altos aspirantes ministeriales del liberalismo, que podrían participar en las seducciones del mando y al propio tiempo contribuirían a desalojar de los procedimientos administrativos al régimen absolutista que había prevalecido. Por otra parte, los conservadores podrían dividirse de manera artificial para que el sector disidente arrebatase la minoría”. (Osorio, 2008, p. 23 y 28). Al mencionar la práctica política de ciertos grupos, entrando la década de los veintes, agrega: “Los periodistas, los tribunos y los parlamentarios liberales alzaban sus voces coléricas contra estos procedimientos, que hacían de la democracia la más vil irrisión. Pero enseguida participaban en el gobierno cuyo origen habían acusado de fraudulento y de espurio, compartían la distribución del magro tesoro público

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y batían palmas cuando se entregaban a las compañías extranjeras, a los grandes monopolios norteamericanos, una por una, todas las riquezas públicas: hidrocarburos y platino, oro y territorios, bosques y ríos”. (Osorio, 2008, p. 51). Los fenómenos más relevantes de esas primeras décadas del siglo XX están, pues, en los escritos de Osorio Lizarazo, un literato y periodista que visto hoy puede sugerir la reescritura parcial de hechos que se repiten en la sociedad colombiana. Poco tiempo después de la muerte del escritor, el académico Humberto Cáceres anotó: “Como literato dominó todos los temas posibles, como escritor fue uno de los más valiosos y como periodista hizo carrera descollante”. Un autor que observó la ciudad siempre “desde abajo” y que es necesario estudiar ahora que las historias urbanas, en este tiempo también agitado y diverso, de metrópolis inmensas, con millones de habitantes, pueden multiplicarse sin límite a la espera de que alguien las cuente.

Osorio Lizarazo Bogotá (30 de diciembre de 1900-12 de octubre de 1964). Literato, cronista y ensayista, se graduó como bachiller en el Colegio San Bartolomé Nacional en 1916. Hijo de carpintero, fue periodista a temprana edad y a los 23 años ya era un reportero y escritor periodístico de reconocido talento. Trabajó en la mayoría de medios periodísticos impresos de la creciente urbe bogotana y en sus crónicas y textos literarios narró la vida social y política que surgió de esta naciente metrópoli que ya dejaba ver las magnitudes de sus conflictos sociales.


Seguidor de Jorge Eliécer Gaitán a quien acompaño desde su “trinchera” periodística, Osorio Lizarazo viajó y vivió por temporadas en países de América Latina donde tuvo participación en ambientes literarios y de la política. Este período de la vida del intelectual comenzó en 1946 cuando, en Argentina trabajó al lado del dictador Juan Domingo Perón. Luego fue a Chile y a República Dominicana. En este último país llegó a estar en el círculo de colaboradores del dictador Rafael Leonidas Trujillo, a quien se unió como director del periódico oficial del régimen que comandó el histórico personaje hasta 1952. Entre las novelas que incluye su obra literaria están La casa de vecindad (1930), Barranquilla (1932), El criminal (1935), La cosecha (1935), Hombres sin presente. Novela de empleados públicos (1938), Garabato (1939), El día del odio (1952), Pantano (1952), El camino de la sombra (póstuma 1965). Con esta última había ganado el Premio Esso en 1963. Trabajó en periódicos de Bogotá y de otras ciudades del país como Diario nacional, La Prensa, El Heraldo, Sábado, Jornada, El Tiempo, Revista de las Indias, Revista de América y Revista PAN.

Bibliografía Fuentes citadas

Cabrera R. (1982). Anatomía del reportaje. Santiago de Cuba, Editorial Oriente.

Martínez J. (1974). Redacción periodística (los estilos y los géneros en la prensa escrita). Madrid, A.T.E.

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Velarde H. (1972). El reportaje. Lima, Editorial Arica S.A.

Tirado A. (1979). Introducción a la historia económica de Colombia. La Carreta.

Kapuscinski R. (2003). Los cinco sentidos del periodista (estar, ver, oír, compartir, pensar). Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.

Osorio Lizarazo J. A. (1978), Novelas y crónicas. Biblioteca Básica Colombiana, División de Publicaciones.

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es y política ¿de


objetos a sujeto Jóvenes y política* ¿De objetos a sujetos de política?

* Avance presentado a la Fundación Universitaria Los Libertadores, en el marco del proyecto de investigación “Sentidos y prácticas políticas en el mundo juvenil universitario”

Juliana Cubides Martínez Liliana Galindo Ramírez U.Libertadores

mlgalindor@gmail.com

Resumen

La pregunta ¿Qué es la política? no ha perdido vigencia. Y en el marco de la investigación sobre “Sentidos y prácticas políticas en el mundo juvenil universitario” cobra especial interés. Se trata de una discusión compleja, conflictiva e inacabada, como su contenido mismo. Este artículo tiene una intencionalidad práctica que pasa por pensar y articular la reflexión de la política con la cuestión del sujeto-juvenil. Teoría y práctica de la política son abordadas aquí como ejes interdependientes porque la posibilidad de cambiar y transformar las prácticas exige pensar de otros modos y cambiar e instalar nuevos paradigmas desde los cuales se pueda construir nuevos imaginarios sobre el cómo vivimos, pensamos, actuamos y nos organizamos de una manera y para una sociedad especifica.

Abstract

The question “What is politics? remains valid. And in the context of research on “Sense and political practices in the youth world university” is of particular interest. This is a complex discussion, conflicting and incomplete, as the content itself. This article has a practical intent on thinking and joint reflection of politics with the issue of subject-youthful. Theory and practice of politics are addressed here as interdependent parts, because the ability to change and transform the practice requires thinking in other ways, change and install new paradigms from which to build new imaginary about how we live, think, act and we are organized in a manner and for a specific company.

Recepción: Diciembre 15 de 2009 Aprobación: Enero 15 de 2010 Palabras clave

jóvenes, política, sujeto, políticas públicas

Key Words

youth, policy, subject, public policy


La política como proyecto de autonomía social e individual

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La tensión “instituido/instituyente” es constitutiva de la significación que se quiere dar al concepto de política. Estos dos conceptos son propuestos por Castoriadis para dar cuenta de la conflictiva y nunca acabada historia del imaginario humano y sus obras. Según esta concepción, la política, entendida como una actividad colectiva reflexiva y lúcida que apunta a la institución global de la sociedad (Castoriadis, 2002), es acción instituyente; es un proceso permanente de autoinstitución de las significaciones sociales imaginarias. Sustentada en el imaginario social instituyente, la política reivindica la imaginación radical y el poder de creación y transformación inmanente tanto a las colectividades humanas como a los seres humanos singulares. Ahora bien, el imaginario social instituido, aparece en el momento que los imaginarios sociales como las instituciones creadas se cristalizan o solidifican y se convierten en una estructura de poder, casi imperceptible, que “asegura la continuidad de la sociedad, la reproducción y la repetición de las mismas Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

formas, que de ahora en más regulan la vida de los hombres y permanecen allí hasta que un cambio histórico lento o una nueva creación masiva venga a modificarlas o a remplazarlas radicalmente por otras formas” (Castoriadis, 2002: 96). Desde esta perspectiva, todas las sociedades construyen sus propios imaginarios frente a las instituciones, normas, tradiciones, creencias, procedimientos, comportamientos que van a regular la convivencia en sociedad. De igual forma, y de acuerdo con sus normas, la sociedad como institución produce individuos que, según su estructura, no son sólo capaces sino que están obligados a reproducir la institución que los engendró (Castoriadis, 2002). La tensión entre el imaginario social instituyente y el instituido aparece siempre en relación a la materialización de una formación social específica. Por ejemplo, desde el imaginario social dominante capitalista-neoliberal, las instituciones creadas se solidifican y se convierten en una estructura de poder que actúa como pensamiento único. Este imaginario social no

solo es contradictorio con la concepción de la política como proyecto de autonomía sino que es una formulación agresiva y renovada de la heteronomía en la cual las sociedades atribuyen un origen extrasocial a la ley que las instituye. Es decir, se afirma que el universo no está totalmente ordenado por un sistema de saber único y definitivo y, en este sentido, que en la política como proceso y actividad instituyente y permanente tienen lugar las luchas que se desarrollan o subyacen a la necesidad de cambio y/o transformación de las instituciones. En efecto, la mutabilidad de la política como proyecto de autonomía reivindica, como propone Castoriadis, su inagotable capacidad de resistir, cuestionar y/o transformar el orden social instituido Cuando el imaginario instituyente es recubierto por el imaginario instituido y los individuos están parcial o completamente absorbidos por la institución de la sociedad, se niega la dimensión instituyente de sociedad y se confunde la política con lo político; es decir, “lo que existe en toda sociedad es lo político: la dimensión


-explícita, implícita o quizá casi imperceptible- que tiene que ver con el poder, esto es, la instancia o las instancias instituidas que pueden emitir mandatos con autoridad, y que, al menos, deben incluir siempre, un poder judicial y un poder de gobierno” (Castoriadis, 1996) que dista de la política en tanto fuerza y acción instituyente. Siguiendo la argumentación del filósofo ateniense, la política no existe siempre y en cualquier lugar; la verdadera política es la resultante de una creación históricosocial rara y frágil, “la política es un momento y una expresión del proyecto de autonomía: no acepta pasiva y ciegamente lo que está allí, lo que fue instituido, sino que vuelve a cuestionar. Y lo que esta cuestionado puede ser la Constitución o un conjunto de leyes. Pueden ser, también, las representaciones colectivas dominantes en el mundo, la sociedad, la verdad o los valores” (Castoriadis, 2002: 130). Hasta aquí, es preciso distinguir entonces entre lo político instituido y la política instituyente. La política, concepto que nos interesa dilucidar, es un proyecto de autonomía, es una actividad tanto individual como colectiva, reflexiva, conflictiva y nunca acabada; está en movimiento continuo y cuando se intenta formalizar o fijar su contenido -de una vez y para siempre- se diluye, se desvanece, queda subsumida en medio de lo

político, convirtiéndose en una estructura de poder. La política está siempre en medio de esta tensión constitutiva entre lo instituido y lo instituyente, no obstante, su propósito es “crear las instituciones que interiorizadas por los individuos, faciliten en lo más posible el acceso a su autonomía individual y su posibilidad de participación efectiva en todo poder explícito existente en la sociedad” (Castoriadis, 1988: 21). Lo instituido no puede ser pensado lejos ni por fuera de lo instituyente, dicho de otra forma, no hay instituido separado de lo instituyente, de ahí que lo instituyente es algo que se da por dentro de lo instituido, porque nadie está por fuera de las reglas, del campo de fuerzas que configuran el imaginario social dominante. Hablamos entonces de dos líneas de fuerza en tensión y pugna permanente dentro del mismo campo social. Ahora bien, lo instituido no se reduce al gobierno ni a la forma Estado instaurada, estas son sólo una de sus expresiones. Lo instituido hace alusión a la fuerza hegemónica de los poderes dominantes que garantiza el estado de las cosas, aquí está incluida la economía, la política, los aparatos y mecanismos de sujeción y dominación que operan en y desde la sociedad en su conjunto. Es así como, en el campo de producción política del sujeto, interactúan

simultáneamente, las líneas de fuerza de lo instituido-hegemónico, el imaginario social dominante del cual el Estado es uno de sus principales portadores y la escuela uno de sus principales agentes de socialización que garantiza la continuidad de la sociedad, la reproducción y la repetición de las mismas formas de ser y estar en sociedad, y de lo instituyentealternativo, a este último subyace una apuesta por evidenciar otras formas y lógicas de formación y constitución de los sujetos políticos en el campo de la educación, la potencialidad y capacidad de innovación radical, de creación y de transformación. La investigación que sustenta este articulo puso en escena la tensión que subyace a la existencia de dos líneas de constitución y formación de los sujetos políticos en el campo de la educación (la instituida como poder dado, y la instituyente como poder a construir, como capacidad), argumentando que la forma instituida-dominante de pensar y actuar no establece un cierre de lo social sino que es posible, individual y colectivamente, cambiar ese pensamiento instituido en nosotros socialmente, en el campo de lo instituyente-alternativo. En suma, pensar la dialéctica instituido/ instituyente, exige una lectura relacional y constructivista de la realidad social, por tratarse de dinámicas sociales, 65


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lo instituido y lo instituyente no puede pensarse de manera desarticulada ni excluyente. Cuando lo político (el imaginario instituido) absorbe, neutraliza o niega lo instituyente, la política se desvanece. Sin desconocer la tendencia dominante a una absorción semántica del concepto de política, que le ha dado consistencia a lo que han sido las políticas educativas del neoliberalismo (imaginario social instituido-dominante), el sentido que aquí se quiere significar es el de la política como capacidad instituyente para la “conflictiva y nunca acabada construcción del orden deseado” (Lechner, 1986), que reivindica la dimensión política del sujeto y su capacidad inmanente, potencial y permanente para dar sentido y construir además de loposible, lo deseable; aquí, tiene cabida la memoria, la resistencia, la imaginación, la creatividad, la utopía, la multiplicidad de saberes y experiencias que organizan nuestra existencia individual y colectiva.

¿Qué sujeto de la política? Hasta ahora, hemos precisado el concepto de política desde una perspectiva más amplia. Ahora bien ¿Desde dónde estamos pensando la noción de sujeto juvenil? En la dirección propuesta por Castoriadis, el sujeto es un modo de ser y estar en sociedad. Está inmerso en un campo de fuerzas, a veces más cerca de lo instituido toma la forma de sujetoagente funcional del sistema; otras veces más cerca de lo instituyente aparece como sujeto activo, creativo, productor y creador. En esta última, emerge su capacidad „instituyente, como capacidad política de discutir, razonar y cuestionar las reglas que recibió de su sociedad y de las instituciones. En efecto, la noción de “sujeto” a diferencia de categorías como “individuo”, “persona”, “agente”, “actor”, entre otras posibles, es la noción más amplia y flexible para significar la multiplicidad de formas posibles, pero también deseables y potenciales, de “ser” y “estar” en sociedad. Se trata de una noción

móvil, multidimensional y compleja, porque cada perspectiva teórica, cada paradigma del conocimiento, produce una determinada noción de “sujeto” en estrecha relación con la concepción que se tenga de lo social, la sociedad, lo político, la política, que se convierten en conceptos inherentes a las posibles formas de organizar la complejidad de lo real. En este orden de ideas, el sujeto, como aquí se propone significar, no es una esencia, no tiene una identidad preestablecida; el sujeto implica un modo de “ser” y “estar”, es una forma, un lugar, una multiplicidad de acciones y posiciones. Como problema sociológico, el sujeto no es el lugar de la plena libertad, que defienden los subjetivistas, ni el de la plena sujeción, como argumentan los funcionalistas. El sujeto es potencia, posibilidad, poder constituyente, resistencia, solidaridad, pero también es debilidad, egoísmo, poder instituido, función social. En suma, está inmerso en un campo de fuerzas y se estructura

Ahora bien, el imaginario social instituido, aparece en el momento que los imaginarios sociales como las instituciones creadas se cristalizan o solidifican y se convierten en una estructura de poder

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permanentemente desde una multiplicidad de vectores de subjetivación, tales como: la necesidad, el deseo, las pulsiones, los instintos, el interés, el lenguaje, las leyes, el pensamiento, la voluntad, los sentimientos; un conjunto de relaciones e interacciones que establece con el entorno, con su interior, su exterior, y con procesos institucionales locales y globales. En el marco de estas precisiones de orden conceptual y metodológico, abordamos nuestro sujeto de mirada: La juventud como construcción social, dinámica y heterogénea como lo expresa Sarmiento: “La juventud hoy toma muchas formas, adquiere distintos sentidos y significados, y obliga a pensar no en una sino en varias y diferentes realidades juveniles que se conectan entre sí, generando identidades únicas, formas de comportamiento, lenguajes, pensamientos de acuerdo con el contexto donde desarrollan sus proyectos de vida las y los jóvenes. La realidad juvenil no es un universo compacto y homogéneo como muchas veces se presenta o se cree, sino por el contrario, representa un mundo caracterizado por la diversidad de opiniones, inquietudes y demandas, de acuerdo con el grupo al cual se aluda y al territorio específico en el que esté ubicado este grupo humano” (Sarmiento, 2008: 49).

En efecto, no existe una única juventud (Margulis; Urresti, 1996). En este sentido, la pluralidad de posibilidades de ser joven y la definición de la condición juvenil se construyen social y relacionalmente; es decir, se encuentra en estrecha relación con factores sociales, económicos, culturales que la configuran dinámicamente. Abordar la cuestión juvenil como construcción social heterogénea, dinámica y en permanente cambio, implica reconocer la necesidad de estudiar las nuevas realidades sobre los cambios acaecidos en la relación jóvenes y políticas, desde referentes espacio-temporales específicos; es decir, dentro de sus contextos situacionales, territoriales y temporales particulares (Sarmiento, 2008; López, 2007; Urresti, 2003). Se hace necesario entonces abordar el concepto de juventud contrarrestando las imágenes dominantes y hegemónicas que se han instalado desde referentes deterministas y que someten la condición juvenil a determinismos que definen la juventud como una realidad homogénea vinculada a estereotipos que asumen la imagen de este grupo poblacional a partir de la carencia, la vulnerabilidad, el riesgo y el peligro.1 La apuesta entonces es por 1 Desde estos enfoques tradicionales y funcionalistas, los adjetivos de connotación que se le atribuyen a lo juvenil son negativos (Sar-

superar esta caracterización tradicional e introducir una mirada que reconozca sus puntos de vista, desde la especificidad de sus potencialidades, lenguajes e iniciativas. Necesariamente esta búsqueda y apuesta por ir más allá de la producción social de la juventud como objeto de política en términos de ser reconocido como un grupo social y políticamente significativo, y avanzar hacia la dimensión subjetiva del vínculo juventud y política, exige partir de la condición juvenil como una realidad heterogénea, dinámica, cambiante y, desde allí, reconocer los potenciales de resistencia y de creatividad subjetivas que se expresan en los saberes y prácticas políticas juveniles emergentes y que se ubican por fuera o en tensión con el punto de vista dominante. Se tendrán en cuenta entonces las experiencias que expresan formas de descentramiento frente a lo miento, 2008). Algunas de las concepciones que circulan desde estos enfoques definen al sujeto-joven como un sujeto pasivo, relacionado con problemas, predispuesto a la delincuencia y la vagancia, principalmente aquellos vinculados a sectores marginales, carentes de juicio y de autonomía y en situación de permanente riesgo que se puede corregir (Lopez, 2007; Sarmiento, 2004); es el caso, por ejemplo, del desconocimiento de la existencia específica de la juventud rural (López, 2007). 67


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instituido-hegemónico y dan cuenta de sentidos y prácticas políticas muchas veces sometidos, invisibilizados, neutralizados. Ahora bien, con miras a avanzar en la dirección propuesta, este artículo propone tener en cuenta por lo menos los siguientes puntos de reflexión: (1) La necesaria distinción entre la “condición” y la “situación juvenil”; (2) una mirada a lo político instituido partir de las políticas públicas dirigidas a este grupo población; (3) aproximaciones al enfoque de derechos y su propuesta para pensar el vínculo: Juventud y política.

1. La necesaria distinción entre la “condición” y la “situación” juvenil. Pensar la “condición” y la “situación” de los jóvenes hoy, exige una primera distinción de orden conceptual y metodológico frente al uso de los términos. El primero, hace referencia al ser, a lo que el sujeto es, a la condición de existencia que expresa un modo particular de ser y estar -en- sociedad. La segunda, tiene que ver con el cómo le va al sujeto, como está y como se encuentra en el proyecto de sociedad instituido. Dicho de otro modo, una cosa es lo que uno es (su condición) y otra cosa cómo uno está (su situación)2, esta última, la situación de los jóvenes, alude a los grados de correspondencia entre el sujeto y la sociedad, o, que tanto el proyecto de sociedad posibilita o limita la realización de esa condición subjetiva. Tanto la condición, entendida como ese saber sobre lo que significa ser joven hoy, como la situación que refleja los efectos de las estructuras sobre el sujeto, se convierten en referentes clave para pensar tanto los vínculos existentes y potenciales entre jóvenes y política como la producción de políticas 2 Para hacer esta distinción Sarmiento Anzola cita los estudios de Miguel Abad (Sarmiento, 2003: 15).

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públicas dirigidas a la población juvenil. Aquí, es relevante preguntar ¿Por qué los jóvenes requieren de una política diferencial a los otros grupos sociales o ciclos vitales? Frente a este interrogante, L. Sarmiento (2003) afirma que el papel fundamental de una política pública de juventud es tomar como punto de partida el reconocimiento de esa condición diferencial y, desde allí, identificar las estrategias(políticas) que garanticen la no-naturalización ni reproducción de las situaciones desfavorables (situación de: exclusión, pobreza, vulnerabilidad, estigmatización…) que este grupo poblacional enfrenta y poder mejorar la situación de ese colectivo en la sociedad. En efecto, esta diferenciación marca un horizonte de sentido y acción para las políticas públicas de juventud. La política pública como dispositivo de mediación que expresaría en el sujeto una manera de garantizar la correspondencia entre las maneras de “ser” y “estar” en un proyecto de sociedad específico.

¿Cómo se traducen estas reflexiones para el caso colombiano? Siguiendo a Sarmiento (2003), la condición juvenil da cuenta de la diversidad, heterogeneidad y complejidad del ser, estar, actuar y producir de los jóvenes. Se


hace referencia a un concepto dinámico, relacional e histórico; es decir, la definición de la condición juvenil se asume desde una noción compleja de sujeto, no determinista ni reduccionista a una solo lógica o formato de construcción subjetiva. Desde aquí se afirma que la juventud como absoluto no existe, pese a la existencia de discursos dominantes y hegemónicos -con pretensiones de universalidad- que instalan una determinada verdad sobre el sujeto-juvenil. La configuración de la condición juvenil se percibe aquí como un campo donde confluyen diversas fuerzas, por un lado, las fuerzas de lo instituido-hegemónico que buscan formalizar (normativizar) y homogeneizar la comprensión de la condición juvenil; por el otro, las líneas de fuerza de lo instituyente, que expresan la posibilidad siempre abierta de recrear la condición juvenil de manera relacional a las dinámicas históricas cambiantes. En la perspectiva de lo instituido-hegemónico, se puede ubicar la definición que hace la Ley nacional de Juventud: “… a) entiéndase por juventud el cuerpo social dotado de una onsiderable influencia en el presente y en el futuro de la sociedad, que puede asumir responsabilidades y funciones en el progreso de la comunidad colombiana”, b) “entiéndase por mundo juvenil los

modos de sentir, pensar y actuar de la juventud, que se expresa por medio de ideas, valores, actitudes y de su propio dinamismo interno” 3. Esta definición pone en escena un discurso que reduce la condición juvenil a un “cuerpo social”, una especie de sujeto colectivo abstracto, visto como agente funcional4 al desarrollo del sistema. Esta definición homogénea niega la pluralidad, la diversidad y la multiplicidad de posiciones de sujeto-joven. Es precisamente aquí donde tiene lugar la distinción entre condiciones y situaciones para afirmar la existencia de sujetos y mundos juveniles y no de un solo formato desde el cual pensar la cuestión juvenil. Ahora bien, la pregunta por las situaciones en las que se encuentran hoy los jóvenes del país, sugiere comprender y caracterizar los grados de realización y materialización de los principios sobre los cuales se sustenta el Estado Social y Democrático de Derecho, ESDD, como proyecto de sociedad legítimamente instituido de cara a reconocer los dispositivos de poder desde los cuales se han venido y se están aún produciendo situaciones de pobreza, vulnerabilidad, 3 Ley 375 de 1997 (Artículo 4). 4 Se afirma una correspondencia funcional (no reflexiva) entre el modo de ser sujeto y el cómo estar en la sociedad.

exclusión y precariedad en las garantías constitucionales. Por ejemplo, el ESDD como la forma-estado inaugurada con la carta política del 91, no ha logrado materializar la clausula social, multicultural y participativa que marcaría la especificidad de este proyecto de sociedad frente al tradicional Estado liberal, por el contrario nos encontramos frente a una sociedad donde predominan: el interés y la racionalidad individual sobre la colectiva (se debilita la racionalidad pública), las crisis, problemáticas y conflictos estructurales en distintos ordenes (social, político, económico, armado); la tendencia economicista para el tratamiento de los asuntos sociales5; 5 “…El gran consenso sobre la principal preocupación del Estado colombiano ha sido el tema económico. Por ello ha desarrollado notables instituciones para administrar la economía y formado eficientes tecnocracias para dirigirlas. En contraste con sus magníficas habilidades de formulación y ejecución de políticas económicas, el Estado se ha mostrado extremadamente débil para generar equidad y justicia social, a través de políticas sociales de redistribución del ingreso y superación de la pobreza y, más aún, para garantizar las libertades fundamentales y los derechos humanos (en particular los sociales, económicos y culturales); al igual que incapaz de controlar el territorio nacional y proveer un sistema legal y judicial para proteger la vida, honra y bienes de los colombianos y resolver los conflictos…” (p. 10).

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una situación precaria para la inserción en el mercado y los procesos de desarrollo laboral de los jóvenes. En suma, nos encontramos frente a una situación de los jóvenes colombianos que se define en medio de los efectos del régimen político existente; en este marco, la apuesta es por reconocer ¿qué tanto puede hacer el sujeto joven para contrarrestar ese imaginario social instituido dominante y excluyente? ¿Qué tanto pueden hacer los gobiernos locales, municipales? ¿Las políticas públicas?

2. Las políticas públicas de juventud. Jóvenes ¿de “objeto” a “sujetos” de la política? Hasta aquí, hemos dicho con Sarmiento que el papel fundamental de una política pública de juventud es tomar como punto de partida el reconocimiento de esa condición diferencial y, desde allí, identificar las estrategias (políticas) que garanticen la no-naturalización ni reproducción de las situaciones desfavorables (situación de: exclusión, pobreza, vulnerabilidad, estigmatización…) que este grupo poblacional enfrenta y poder mejorar las situaciones de ese colectivo en la sociedad. Ahora bien, este segundo eje de reflexión propone una mirada a lo político instituido partir de las políticas públicas dirigidas a este grupo población. Teniendo en cuenta los estados del arte6 y las investigaciones realizadas durante la década de los 90, se evidencia un 6 Estados del arte identificados: (1) entre la descredibilidad y la participación convencional estado del arte del conocimiento producido sobre jóvenes en Colombia 19852003. programa presidencial Colombia joven agencia de cooperación alemana GTZ - UNICEF Colombia; (2) de la identidad al conflicto. los estudios de juventud en Bogotá. (Carlos Mario Perea); (3) representaciones de lo joven: Estado del arte. Bogotá 1990-2000. (Departamento Administrativo Acción Comunal del Distrito, DAACD).

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marcado interés y protagonismo de los jóvenes en las agendas públicas institucionales; así por ejemplo, en Colombia, la década del 90 y la expedición de la Constitución política del 91 represento el reconocimiento de la condición juvenil como “sujeto” y no “objeto” de las políticas. En el conjunto de investigaciones revisadas aparece como común denominador, a partir de la década del 90, la preocupación por romper con visiones anteriores de la acción institucional frente a la juventud al considerar al joven como potencialidad que se promueve y no como problema o riesgo que se corrige (Muñoz, 2003). No obstante, y teniendo en cuenta que tanto la concepción de juventud y el sentido de la intervención política a este grupo poblacional se ha venido transformando de muchos modos y en sentidos muchas veces contradictorios, se hace relevante poner en escena algunos enfoques desde los cuales se han formulado las acciones políticas dirigidas a este grupo poblacional par dar cuenta tanto de sus avances y alcances como de algunas tensiones y problematizaciones que aún siguen vigentes. Un primer enfoque, hace alusión a las políticas que asumen la juventud como una realidad homogénea. Desde esta perspectiva, las acciones de gobierno que prevalecen (políticas públicas) se caracterizan por su carácter sectorial,


La política, concepto que nos interesa dilucidar, es un proyecto de autonomía, es una actividad tanto individual como colectiva, reflexiva, conflictiva y nunca acabada no-diferencial y exclusivamente situacional, donde el sujeto-joven aparece como objeto de las políticas, como receptor pasivo de la intervención asistencial del Estado. Por su parte, el segundo eje de mirada, pone en escena enfoques emergentes –múltiples y diversos- que reivindican la complejidad y heterogeneidad de la realidad juvenil; en este punto, llama la atención, de un lado, el tránsito de políticas sectoriales a transversales e interinstitucionales y, del otro, la apuesta por ir más allá del enfoque situacional (riesgo, vulneración, exclusión) y direccionar las acciones de gobierno desde la indagación de las condiciones juveniles en términos de capacidades y potencialidades reconocidas desde una mirada a los jóvenes como sujetos y no objetos de política. En el marco de este segundo eje, se pueden igualmente, diferenciar varios caminos y opciones de gobierno frente a la cuestión juvenil; siguiendo a Sarmiento, aparecen por lo menos tres tipos de miradas al sujeto-joven y desde allí tres enfoques de política pública dirigidas a este grupo poblacional:

1. Primer enfoque: “Actores estratégicos del desarrollo”. Desde este primer enfoque se propone considerar al sujeto juvenil desde una doble perspectiva, de un lado, como destinatarios de servicios (objetos, receptores de la política) y, del otro, como actores estratégicos del desarrollo a través de su participación protagónica (sujetos activos de la política) en la modernización económica, social y política del país. Este primer enfoque parte de reconocer en el sujeto juvenil una capacidad -individual y colectivainstalada para actuar como agente estratégico del desarrollo; sin embargo, y teniendo en cuenta las situaciones y restricciones estructurales de la sociedad colombiana, este enfoque se limitaría a “preparar una fuerza laboral joven para ser utilizada. en condiciones inestables, precarias y flexibles por parte de las multinacionales en la dinámica conflictiva de la globalización” (Sarmiento, 2001). 2. Segundo enfoque: “Acciones afirmativas”. La juventud se comprende

como una nueva etapa de la vida que dispone de elementos suficientes y propios que la convierten en autónoma. Se reivindica la autonomía y la emancipación de la condición juvenil; igualmente, el protagonismo organizativo y la participación de los jóvenes en la totalidad de las cuestiones sociales-ciudadanas; desde allí, la apuesta central recae en la necesaria construcción de una identidad propia y se establece como el objetivo principal de la política la autonomía personal y la plena ciudadanía. Para Sarmiento, es importante tener claridad que este tipo de enfoques están pensados y desarrollados para países desarrollados, con un alto nivel de vida y consolidación de la democracia; ahora bien, en países como Colombia que presentan altos grados de restricciones presupuestales, exclusión, inequidad, pobreza y violencia éste enfoque, privilegia a sectores juveniles de estratos socioeconómicos altos. No obstante, y teniendo en cuenta que las prioridades de una Política Pública de Juventud deben centrarse en generar igualdad, equidad, inclusión, expansión democrática de las ciudadanías y derecho al desarrollo, las políticas afirmativas. podrían ser pertinentes en los campos de la cultura, los derechos y el 71


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ingreso ciudadano garantizado, para apoyar la autonomía y la plena ciudadanía de los jóvenes, aun en países del tercer mundo (Sarmiento, 2001). Desde lo político instituido existe un reconocimiento institucional explicito del sujeto juvenil como “sujeto de derechos y deberes”. (Artículo 45 de la CP del 91; Documento CONPES 92-95), sumado a una voluntad política institucional por crear entidades a nivel nacional y distrital para la ejecución de planes y programas para las y los jóvenes (consejería presidencial para la juventud; vice-ministerio de la juventud; leyes, políticas y consejos de juventud). En esta misma dirección se ubica la definición de política pública de juventud que pone en circulación la institucionalidad oficial: “…el conjunto coherente de principios, objetivos y estrategias que identifica, comprende y aborda las realidades de los jóvenes7, da vigencia a sus derechos y responsabilidades, reconoce y reafirma sus identidades y afianza sus potencialidades, resultado de consensos y acuerdos entre jóvenes, Estado y sociedad. Como finalidad, busca crear 7 Dentro del concepto perspectiva de género cualquier alusión a los jóvenes se entenderá como referido por igual a los jóvenes y las jóvenes.

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condiciones para que los jóvenes participen en la vida social, económica, cultural y democrática y por ende en la construcción de un nuevo país...8” Siguiendo la definición planteada, se asume la política pública como el dispositivo que garantiza la correspondencia entre sujetos-sociedad y Estado. Es decir, el Estado Social y Democrático de Derecho como la forma-estado instituida en el país con la promulgación de la carta política del 91, plantea unos principios y valores específicos para la comprensión de la condición juvenil y las acciones políticas que deben garantizarla. En esta dirección, y desde estos referentes, las iniciativas legislativas y los lineamientos de política trazados en esta materia tienen como enunciados obligados el tema de la participación (ampliación de espacios y mecanismos), el reconocimiento de los 8 Presidencia de la República, Colombia Joven. (2001). Presente y futuro de los Jóvenes, Diálogo Nacional, Bogotá (p.3).

jóvenes como sujetos de derechos (reconocimiento explicito de la ciudadanía juvenil), la organización juvenil de cara al empoderamiento de los jóvenes; la función pública del Estado para formular políticas públicas de juventud de formación integral, promoción y garantía de derechos. En efecto, solo a partir de la década de los noventa, en Colombia, se reconoce la condición juvenil como “sujeto” y no “objeto” de las políticas. No obstante, frente a los desafíos emancipatorios de la nueva carta política, y después de casi dos décadas de su expedición, son pocos los alcances reales de este nuevo orden constitucional. El derecho no ha logrado constituirse como eje estructurador de un orden social legítimo y dinamizador de los cambios esperados en las realidades políticas, económicas y sociales, por el contrario, siguió siendo el mismo derecho que funciona de acuerdo al juego de fuerzas que se disputan el poder de recrear las condiciones institucionales de reproducción de un

En efecto, la noción de “sujeto” a diferencia de categorías como “individuo”, “persona”, “agente”, “actor”, entre otras posibles, es la noción más amplia y flexible para significar la multiplicidad de formas posibles


proyecto de sociedad fuertemente excluyente. Por ejemplo, desde la racionalidad del neoliberalismo, y la lógica economicista que predomina, se despliegan dinámicas excluyentes que erosionan la idea de colectividad (solidaridad, soberanía popular) y redefinen la noción de ciudadanía, participación y democracia desde el reduccionismo liberal, desconociendo las garantías materiales mínimas que exige la clausula social del ESDD.

¿Cuáles han sido las dificultades encontradas y vigentes en las políticas públicas de juventud? Aunque desde la Constitución de 1991 ha habido avances9, el país no cuenta con una real Política Pública Nacional e Integral de Juventud (Sarmiento, 2001; Muñoz, 2003). En este orden de ideas, prevalece en las agendas de las políticas de juventud una mirada institucional en clave de institucionalización, regulación y normalización de lo juvenil, justificado 9 sólo dos tímidos intentos mediante CONPES de 1992 y 1995 como “agregaciones” a políticas sectoriales - salud, educación, deporte, cultura, etc.- que todavía ni siquiera cuentan con trabajos sobre sus impactos o resultados.

en el preocupante protagonismo de las y los jóvenes en los fenómenos de violencia y conflicto social; lo anterior sumado a la histórica estigmatización por “su cuestionamiento y acción insurgente contra la autoridad y el sistema sociopolítico, cultural y económico vigente” (Sarmiento, 2001). A este punto problemático, se suma la ausencia de políticas de Estado que trasciendan las agendas y los periodos gubernamentales, de un lado, y la precaria de coordinación interinstitucional e intersectorial que articule acciones desde diferentes frentes de trabajo, del otro. En general, y siguiendo los desarrollos investigativos de Libardo Sarmiento sobresalen como problemáticas vigentes: 1. la ausencia de políticas de Estado que trasciendan las agendas y los periodos gubernamentales; 2. la pérdida de importancia de los asuntos de juventud en la agenda pública, debido a las políticas de ajuste y a la profundización de la crisis política, económica y social; 3. la inoperancia del enfoque de derechos con la población juvenil; 4. gran dispersión e incoherencia en la legislación referida a jóvenes (La Ley de juventud esta poco reglamentada);

5. la ausencia de coordinación interinstitucional e intersectorial que articule acciones desde diferentes frentes de trabajo; 6. el desconocimiento y las confusiones que genera la no diferenciación entre la condición y la situación juvenil; 7. la falta de cultura de divulgación y socialización de resultados; 8. el escaso protagonismo de los propios jóvenes; 9. problemas de discontinuidad en el tiempo y escasa cobertura de los programas; 10. la segmentación excesiva del grupo objetivo, énfasis en los jóvenes hombres de los sectores populares en situación de riesgo y transgresores de la ley lo que conduce a programas de carácter asistencialista y paternalista.

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3. La cuestión juvenil en el enfoque de derechos, jóvenes y política ¿una relación alternativa?

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El enfoque de derechos se asume aquí, desde una dimensión holística, es decir, la apuesta es por verlo como una cosmovisión y superar las simplificaciones políticas que lo reducen a un énfasis10. En este orden, este enfoque piensa las políticas bajo criterios, que se ubican en el contexto de los derechos humanos como derechos sociales. El enfoque de derechos parte de las nuevas realidades de la política y la sociedad, considerando nuevos actores sociales como la sociedad civil y la familia. Básicamente bajo la presunción de que hoy lo público desborda la esfera puramente gubernamental y se instala en los espacios no estatales. Para el caso colombiano, el Estado Social y Democrático de Derecho, como la forma de estado instituida en el país con la promulgación de la carta política del 91, plantea unos principios y valores específicos para la comprensión de la condición juvenil y las acciones políticas que deben garantizarla desde el enfoque de derechos. En esta dirección, y desde 10 Ver, Segone, Marco. Evaluación democrática. Oficina regional para América Latina y el Caribe. Documento de Trabajo Número. 3, Mayo 1998 (pp.40-44).

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estos referentes, las iniciativas legislativas y los lineamientos de política trazados en esta materia tienen como enunciados obligados: 1. El reconocimiento de los jóvenes como sujetos de derechos (reconocimiento explicito de la ciudadanía juvenil). Teniendo en cuenta la pluralidad de sujetos juveniles, la concepción moderna de ciudadanías plurales involucra la noción de derechos, más allá del reconocimiento formal de la participación política y los derechos civiles, que incluye el ejercicio y práctica de estos, el gozar de cierto estándar mínimo de calidad de vida, de bienestar y de seguridad económica contenidos en los derechos económicos, sociales y culturales –DESC. “En este enfoque de derechos, las condiciones materiales y el cambio en las relaciones sociales son la base para el ejercicio pleno de la ciudadanía civil, política, económica, social y cultural que en conjunto conforman el sine qua non de la dignidad humana. En consecuencia, la democracia radical es condición básica para el ejercicio pleno de la ciudadanía de los jóvenes” (Sarmiento, 2001) 2. La participación (ampliación de espacios y mecanismos, creación de nuevos espacios) y la organización

juvenil de cara al empoderamiento de los jóvenes; 3. La función pública del Estado para formular políticas públicas de juventud de formación integral, promoción y garantía de derechos. ¿Por qué se plantea pensar las Políticas Públicas de Juventud desde el referente del tipo de Estado? ¿Qué connota para las Políticas Públicas la triple dimensión que atraviesa la forma-Estado colombiana: Estado de Derecho, Estado Social y Estado Democrático? ¿Cómo se conciben los Derechos Humanos en un Estado Social y Democrático de Derecho? ¿En la forma-Estado colombiana los derechos son comprendidos como condición o situación? Es decir ¿Se accede a los derechos por situación o se accede a los derechos por condición? Estos interrogantes actúan como problematizaciones y tensiones vigentes y obligados a la hora de para continuar estos debates. Ahora bien, en el marco del último interrogante formulado, podemos afirmar que se acceden a los derechos (sobre todo económicos y sociales) en virtud de una situación que los define como parciales y diferenciados. Una muestra concreta de lo anterior se evidencia en las políticas sociales focalizadas, bastante extendidas para la fecha, con énfasis en la población social en extrema pobreza, descuidando


la pobreza en general, por ejemplo. Asumir un enfoque de derechos por situación significaría que se pierde el Derecho una vez no se cuenta con esa situación a partir de la cual se otorgo. Es claro que este tipo de esquemas denominados “de focalización” han privilegiado este tipo de dinámicas. Por el contrario, cuando hablamos de acceso a derechos por condición, afirmamos que los Derechos se conciben como una condición (ciudadana e integral) en tanto producción colectiva, pública y que por lo tanto tienden a la ejecución socialmente vinculante.

A modo de conclusión En suma, pensar estrategias para la construcción y consolidación de una cultura de derechos con y para la población joven de la ciudad, que no solo acerque las prácticas cotidianas de los sujetos a las metas sociales, institucionales y constitucionales, sino que, además, posibilite su incidencia en las políticas públicas, exige tener como referente de análisis no solo la condición del proyecto de sociedad establecido como norte y horizonte de sentido de la acción política en nuestro país, sino, también, su situación actual, en términos de su realidad material. Finalmente, es fundamental en este enfoque tener en cuenta: - que no se trata de diseñar políticas basadas exclusivamente en resultados, sino principalmente en procesos - que no es lo mismo hablar de políticas en derechos humanos que políticas con enfoque de derechos humanos… - que una política pública con enfoque de derechos se orienta bajo los principios de: interdependencia, indivisibilidad, igualdad y no discriminación, universalidad y el mejor interés del joven. - Que las políticas públicas diseñadas e implementadas bajo este enfoque asumen la participación como una de

sus dimensiones centrales y prioritarias; se trata de políticas diseñadas desde, con y para las-los jóvenes… Si bien, el tema de juventud sigue siendo importante, tanto en agendas nacionales como internacionales, lo que no está claro es el objetivo último de la intervención, el sentido de las políticas de juventud y de las instituciones dedicadas a la atención de los jóvenes. Frente a estas realidades la cuestión pertinente es ¿Cuáles son los retos a enfrentar? A continuación se presentan algunos: Un primer reto, se dirige a reconocer que la condición juvenil -como el sujeto mismo- es una condición cambiante, dinámica, no está fijada, ni determinada de una vez y para siempre. Un segundo reto, se dirige a visibilizar las tensionalidades que subyacen a las políticas públicas sociales y no caer en los falsos dilemas13 que polarizan y obligan la toma de decisiones en los procesos de diseño y formulación de políticas. Un tercer reto, propone reconocer una ruta de prioridades para la construcción de políticas públicas de juventud que tenga en cuenta las siguientes premisas: - Conjugar los saberes técnicos, especializados sobre la realidad compleja de la cuestión juvenil desde tres miradas: la rigurosidad académica de las investigaciones; la sistematización

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de conocimiento teórico y empírico acumulado sobre el tema; y, el conocimiento (saberes, experiencias) de los sujetos protagonistas. - Garantizar la materialización efectiva del enfoque de Derechos y los principios que lo sustentan (Interdependencia e indivisibilidad, Universalidad, no-discriminación, El mejor interés del joven) con el propósito de superar los discursos dominantes sustentados en lógicas asistencialistas. - Pertinencia y oportunidad - Consistencia, integralidad y coherencia - Financiamiento - Legitimación del marco institucional y jurídico que la respalda. Finalmente, el cuarto reto, se sitúa en la necesidad de ver la cuestión juvenil como una cuestión política, en cuanto

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está relacionada con la producción de sentidos sobre el ser y estar en sociedad. Es decir, la condición juvenil no le es dada naturalmente al sujeto, ni otorgada externamente, la condición juvenil como formas de ser y estar en sociedad es una producción política que se reconfigura de manera permanente en un campo donde interactúan diversas fuerzas en medio de la dinámica entre lo instituido y lo instituyente14. En clave de enfoque de derechos, a este reto final se suma el particular énfasis al empoderamiento y la creación de capacidad instituyente como fuentes del accionar político juvenil. Aquí, la participación ocupa un lugar central, entendida en un sentido más amplio y diverso, que su mera reducción a las definiciones constitucionales y legales, que aunque de por sí importantes, no son suficientes.

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Segone, Marco (1998). Evaluación democrática. Oficina regional para América Latina y el Caribe. Documento de Trabajo Nro. 3, Mayo 1998.

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radio como medi


io de comunicaci ¿Hacía dónde va la radio como medio de comunicación y que papel ha jugado en la construcción de nación? Arminio Mestra Osorio U.Libertadores

arminiodelcristo@hotmail.com

Resumen

La historia de la radio en Colombia está matizada por una serie de hechos, que sin lugar a dudas, le dan una trascendencia en la historia del país y, no puede estar ausente de los momentos que se están viviendo en los aspectos políticos, económicos y sociales. Las aproximaciones teóricas sobre este medio nos permiten un mejor entendimiento de lo que ella puede hacer al interior de nuestra sociedad.

Abstract

The history of radio in Colombia is tempered by a series of events that undoubtedly, give an importance in the history of the country and can not be absent from the moments we are living in the political, economic and social. The theoretical approaches on this means we allow a better understanding of what it can do within our society

Recepción: Marzo 2 de 2010 Aprobación: Marzo 25 de 2010 Palabras clave Key Words

Radio, Historia, Narrativa, Cognitiva, Imparcialidad, Neutralidad, Difusión, Funcionalista, Público, Oyente, Ciudad Radio, History, Narrative, Cognitive, impartiality, neutrality, Diffusion, functionalist, Public hearing, City


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Esta es una respuesta que no ha sido resuelta por las grandes mayorías de este país, por las comunidades que aspiran a estar bien informada o por una sociedad civil que buscó una verdadera participación en la pasada licitación de la emisoras comunitarias. Lo cierto es que ya estas entregas se realizaron y la mayor parte de ellas quedaron en manos de lideres comunitarios, políticos e iglesias cristianas, donde lo esencial de este ejercicio, considerado democrático, deja muchas dudas, porque estas emisoras terminan en el mayor de los casos desvirtuando su objetivo principal y se ponen al servicio de ciertas causas ideológicas, menos la comunitaria. Pero miremos desde una perspectiva histórica, el papel de la radio y cuál ha sido su aporte para terminar de consolidar eso que llamamos nación. Este año la Radiodifusora de Colombia está cumpliendo 70 años de existencia, y ella como medio de difusión sí debe contar como han sido los días en este país, el cual no termina de padecer la violencia ejercida durante muchas décadas: el banco histórico de nuestra legendaria emisora, guarda los discursos de Mariano Ospina Pérez, antes y después de que el caudillo Jorge Eliécer Gaitán fuera asesinado, crimen derrotado por la impunidad y madre de la justicia en Colombia. Un hecho por resaltar y hace Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

parte de esos acontecimientos es la Conferencia Panamericana del año de 1948 y, cómo no recordar el origen del radioteatro de esos tiempos, las presentaciones de los artistas en vivo, de los programas que se emitían en directo, escasa publicidad, pero existía, voces y composiciones musicales de la época. Esta emisora se alimentó de las noticias que surgían del acontecer político, social, económico y religioso que producía el país. Y es Eduardo Santos, quien funda la Emisora Nacional y vuelve a resucitar a la antigua HJN, ésta fue clausurada en el año de 1937, sería bueno recordar entre todos porqué se cerró esta estación radial, si los ánimos censuristas se habían calmado para esos tiempos. Los pioneros de este proyecto radial todavía se recuerdan: León de Greiff, Germán Arciniegas, Guillermo Abadía Morales, Otto de Greiff. Pero como en Colombia nunca ha funcionado la meritocracia, una vez que llega al poder, Laureano Gómez, los antiguos gestores son remplazados por “poetas”, “periodistas”, “comunicadores” que se identifican y eran partidarios del gobierno conservador, todos ellos dirigidos por Arturo Abella. Durante un largo periodo la estación radial dependió del Ministerio de Comunicaciones, pero en los gobiernos de Gómez y Roberto Urdaneta quedó

estructurada desde el punto de vista administrativo en la ODIPE Oficina de información y prensa del Estado. Esa radio de los años veinte, la que reunía a un grupo de ciudadanos para escuchar emisiones extranjeras se perdió y claudicó, así como también se perdieron esas emisiones radiales de las que muchos colombianos disfrutaron durante mucho tiempo, porque era una radio realizada con pertenencia y pertinencia, todavía la señal de la televisión no había tocado la epidermis de nuestros ciudadanos. El general Gustavo Rojas Pinilla le puso a la Radiodifusora Nacional una vestimenta cargada con la tecnología de punta, que los tiempos modernos reclamaban y la presentó en varios países de la región. El acontecer del país llegaba más allá de sus fronteras, pisaba la soberanía de países como Perú, Brasil, Venezuela. Pero los cambios de mando, que han sido algo de mostrar, nos pone a vivir y a sentir a partir del año de 1958, lo que se llamó el Frente Nacional (que desastre), aquí la Radio Nacional volvió a pertenecer al Ministerio de Comunicaciones, y en estos tiempos surgieron otros filántropos de la radio, otros los denominaron los pensadores del momento: Manuel Zapata Olivella, Bernardo Romero Lozano, Fernando Agudelo. Con ellos el bachillerato por radio dejó de ser una ilusión y se transformó en algo que el país


reclamaba y que con el paso de los días se volvió un taller del saber, tan importante este ejercicio radial como el que realizó la Radio Sutatenza pionera también de este tipo de escuela. Todo esto nos hace pensar que dentro de esa tradición oral, la oralidad radial sirvió y sigue sirviendo para comunicar y, quizás sin mucho compromiso en la formación de unos ciudadanos más críticos y que puedan interpelar a éste régimen y a muchos otros que nos quieren robar la democracia, libertad y el estado social de derecho. Esta nación, ha contado con la compañía de eso que hoy llamamos cadenas radiales y que poco a poco se han ido desprendiendo de ese tejido social que se llama Colombia. Uno son los show publicitarios que se orquestan, otras son las campañas existencialistas que se montan, otra forma es ser unanimistas cuando necesitan respaldar el poder, el mismo que le da la pauta publicitaria, y otra cosa es luchar por nuestra soberanía y por la defensa de nuestros derechos y que se cumpla esos principios por excelencia: la posibilidad de comunicar y ser escuchado, la libertad de información, el periodismo critico, la noticia para el ciudadano y no la manipulación del ciudadano a través de la noticia, en provecho del poder. Nuestra nación necesita construir su memoria histórica a partir de la

comunicación y, la radio debe constituirse en ese baluarte que jalone este proceso, pero hasta dónde ella tiene esa voluntad política, como la deberían también tener los otros medios que son arte y parte en la construcción de esta nación que sigue en proceso de formación. La radio de hoy y los medios en sí “están haciendo un relato, que es la narrativa característica de la cultura mediática. Aquel tiene que ser de corto plazo, del día a día, con una trama y un desenlace; por su naturaleza, no puede ser abstracto, analítico, ni crítico, ni histórico, ni estructural. Este tipo de discurso no cabe en la estructura narrativa de los medios. A esto Manuel Martín Serrano lo llama la mediación estructural. Esto quiere decir que el medio impone sus formas a lo narrado, no al contrario. Por tanto, no hay que pedirles a los medios lo que no pueden dar, menos en temas complejos. Es decir, las limitaciones no son en principios éticas sino estéticas o gramaticales”. Pero, por otro lado, la lectura termina siempre encuadrada en los valores y los saberes del sistema social. Es decir, los buenos, que siempre lo han sido, siguen siendo los buenos; la verdad, que siempre la ha sido (la del mercado y la del

capitalismo), sigue siendo la verdad, lo que Martín Serrano llama la mediación cognitiva. Esta se refiere a valores y, por tanto, a ética y política. Esa es la otra razón por la cual la cultura mediática no suele ser crítica, porque los medios no están, como dice Lazarsfeld, para hacer preguntas difíciles. En síntesis, los medios no están haciendo mal su trabajo sino que la naturaleza de su narrativa y de su función social en el capitalismo le impide hacer la lectura cognitivamente analítica y éticamente crítica. Los medios no están para elevar el gusto y el conocimiento de las masas, sino para adaptarse a él, so pena de perder la audiencia, dijeron, tal vez con razón, los sociólogos de los mass media Lazartsfeld y Merton, hace ya más de 50 años”11. Siguiendo con ese recorrido, nos detenemos y pensamos en la radio de los años 60 y 70, cuando nos divertíamos o imaginábamos mundos con los Chaparines, La Escuelita de doña Rita, Los Tolimenses, Montecristo, Kaliman, Hebert Castro o la Hora Phillips ya son imposibles e impensables, porque esta misma radio se transformó, cambió y su estructura moderna no nos lo permite. Además existe una razón lógica: la radio, o las llamadas cadenas radiales, 1 REVISTA CEPA, Crisis Civilizatoria, año IV, Número 9, 2009. 81


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es un negocio que deja pocas pérdidas y grandes ganancias. Las cadenas se mueven por las utilidades y no pueden ser perdedoras en el mercado de la oferta y la demanda. Esto está bien y debe mirarse como un principio elemental del mercado. Quien invierte debe doblar o triplicar sus ganancias y esto no lo discute un neoliberal, como tampoco un postmarxista. Lo que sí no queda claro es que, en ese afán de “informar” y de “divertir”, se haya llegado al extremo de hacer de la radio un supermercado donde se reúne una serie de programas que manejan unos formatos ajenos a la realidad cultural y social del país, puesto que se caracterizan básicamente por la superficialidad y la frivolidad, donde lo que prima es el manejo chabacano del lenguaje, sin un mínimo de exigencia con el pensamiento. Y esto sucede, no porque los jóvenes lo exijan o encuentren plena identificación con determinado programa, sino porque la creación e investigación se quedó allí, en lo más remoto. No hay compromiso para jalonar sectores ávidos de cosas diferentes y de propuestas que indiquen cambio o formas alternas para interpretar el mundo que los rodea. Queremos aclarar que quienes realizan estos espacios no necesariamente tienen que ser licenciados en pedagogía educativa, pero sí debieran, al menos, buscar Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

Nuestra nación necesita construir su memoria histórica a partir de la comunicación y, la radio debe constituirse en ese baluarte que jalone este proceso

puntos de encuentro y de referencia para realizar programas comprometidos con este mundo que cambió velozmente por efecto de la deshumanización, la globalización y las nuevas tecnicidades. De igual forma, acontece con la mal llamada imparcialidad y neutralidad en la transmisión de los hechos noticiosos. La parcialidad no reside solamente en la presentación de la noticia, sino también en la selección de la misma, en su ordenamiento, en su jerarquización, en el sistema de relaciones de unas noticias con otras. No es la neutralidad lo que debe reclamarse en una democracia, sino la diversidad y la igualdad de oportunidades para una información plural que permita la expresión desde distintos puntos de vista. Muchos se preguntan ¿qué es la radio? Y un sinnúmero de ciudadanos responden, desde un punto de vista instrumental, “que es el medio de comunicación que, a través de tecnología, trasmite un mensaje”. Pero lo cierto es que la radio

tiene más de un concepto, las posibles diferencias estarían centrada desde la forma como se le observa, como se piensa y como se enseña. Pero el informe académico del I Seminario – Taller Latinoamericano de Metodología de la Enseñanza de la Radio, nos dio muchas luces y se pudo llegar a unas aproximaciones que permitieron ahondar en el discurso y romper con cierta forma maniquea de enseñar la teoría y la práctica de la radio. El taller fue organizado por FELAFACS en el año de 1991 y contó con la asistencia de 25 profesores de radio del continente. Se partió de dos premisas para analizar la radio: La primera propone que la radio sea entendida como medio de difusión: fue el primer modo teórico y conceptual de abordarla. Es decir, medio como canal de transmisión de mensajes que buscan objetivos definidos. Este modelo predominó en América Latina hasta los años setenta. Tras este modelo, existió un modelo informacional o instrumental


que venía gestándose. Este modelo, originado en la teoría matemática de la información, cobra mucha fuerza gracias al concurso de la teoría lingüística. En él, lo central es que la comunicación es un proceso de transmisión de mensajes entre emisor y receptor, no necesariamente de manera vertical o de arriba abajo: es simplemente lineal. Este modelo no sólo rige comercialmente. También existe en experiencias de tipo participativo o dialogal. Este modelo, que aparece en corrientes funcionalistas – y en ciertas críticas – presenta dos tendencias: la estrictamente funcionalista: “La radio es un medio capaz de vehículizar contenidos para cambiar actitudes (vender, convencer, educar y hasta liberar pueblos); y la que ve la radio como un medio de imposición: la radio es manipuladora, está ligada al poder, es un medio de dominación”2. Bajo este parámetro se estudio la radio y todavía ciertos protagonistas siguen utilizando el método Baconiano para explicarla y enseñar su historia. La segunda premisa se plantea a partir de las nuevas aproximaciones teóricas que nos invitan a ver la radio como una 2 HAYE M, Ricardo. Hacia una Nueva Radio, Editorial Paidós, 1995.

práctica significativa en la que los diferentes actores y protagonistas ponen en juegos nuevas competencias y producción de sentidos. En esta concepción desaparecen los emisores activos y los receptores pasivos, y ambos asumen un papel productivo. De igual forma, el sentido ya no circula, ni es algo que cumple una función lineal, sino que está inscrito en un ejercicio comunicativo, o sea, una interacción entre sujetos activos, ubicados en espacios de poder con roles y posiciones diferentes. A partir de esta premisa, la corriente semiótica termina planteando que las emisoras originan un espacio con muchas posibilidades de producir sentido. Por eso, algunos receptores terminan actualizando alguno de estos sentidos, a partir de sus gustos, expectativas, estéticas y competencias comunicativas. “Así, toda práctica de comunicación y, en consecuencia la radio, se convierte en un espacio de negociación y de creación de identidades, porque se pone en juego adhesiones, imaginarios, rasgos culturales que constituyen a los sujetos”. Por eso están de acuerdo muchos teóricos de la comunicación, que el público que escucha radio no es la parte final de ese proceso, sino parte constitutiva de

esa aplicación comunicativa y, como es obvio, están de cuerpo presente en las estrategias de producción y emisión. Dentro de este modelo existe otra línea que no es contradictoria sino complementaria: pensar la radio como experiencia cultural lo que también nos permite tener la visión que los medios no sólo deben verse desde la instrumentalización, y que tampoco son la panacea de producción cultural, pero sin son productores y modeladores de cultura. Esa debe ser la puesta en escena de un medio de comunicación, y aquí invitamos a la radio para que ésta cumpla con sus objetivos esenciales en la producción de una real y verdadera información, garante de toda sociedad y de todo país que se siente democrático. Existen unos protagonistas en la banda FM que, al menos, debieran recoger estos postulados para ahondar en el análisis y replantear todo lo concerniente a la razón de existir de esa radio y, aún más, en un país que parece cada día más incomunicado. El medio radial no puede ser indiferente ante un país que necesita de él para ser vivible, solidario y humanizado ante las masacres, corrupción, desplazados, desaparecidos, y ante la crisis de ingobernabilidad que continúa soportando este país. Bienvenidos, los cambios y todos los espacios informativos, ahora que 83


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cumplimos el bicentenario y nos prestamos a celebrarlo sin tener memoria histórica, pero, eso sí, que no desinformen ni contra-informen, porque la verdad ha sido la última de las preocupaciones de los medios de comunicación, en particular, la radio. Todavía más, cuando advertimos que en la sociedad de hoy los medios ocupan un lugar estratégico en la organización de la crisis y en la manera de reorganizarse las relaciones o identidades colectivas. Ahora, bien “la participación directa del oyente no significa de ninguna manera la democratización de la radio, ni tiene capacidad para suprimir el carácter de sentido único de la radio. Esta comunicación unidireccional es y seguirá siendo una característica fundamental de cualquier medio de comunicación masiva, a pesar de los esfuerzos fragmentarios del feedback.

Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

Para que fuera cierta la participación directa del oyente habría que crear una organización sistemática, como proceso autorregulador de la comunicación masiva. Un sistema de esta naturaleza debería permitir a cualquier participante, a cualquier oyente, verter ideas y temas personales en un debate. Cada participante habría de ser capaz, en la misma medida, de tomar parte en la discusión; es decir, habría de tener las mismas competencias comunicativas de participación respecto a un proceso de comunicación masiva. Esto es ilusorio. Las condiciones requeridas no existen y es poco probable que se creen en un futuro próximo. Esto prueba el lado irreal de los conceptos brechtianos de la teoría radiofónica que desearía hacer del aparato distribuidor que es la radio un medio de comunicación”3.

Deseo terminar esta aproximación histórica y comunicativa con el aporte que nos hace Jesús Martín Barbero:

3 HAYE M, Ricardo. Hacia una Nueva Radio, Editorial Paidós, 1995.

4 HAYE M, Ricardo. Hacia una Nueva Radio, Editorial Paidós, 1995.

“en la medida en que las ciudades dejan de ser un espacio público, de conocimiento entre las gentes, y se produce – como consecuencia de esta crisis – un aumento de la violencia, la delincuencia y la inseguridad, se incrementa la dificultad de una vida comunitaria de encuentro y comunicación a causa de la pérdida de la sociabilidad primaria fundamental. Los medios dejan de ser solamente un lugar de diversión para convertirse en el espacio de redescubrimiento de la propia ciudad y su gente. Aquellas personas que ya no puedan recorrerla ni vivirla deben consolarse con verlas por televisión o escucharlas por radio”4.


Bibliografía Fuentes citadas

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Ortiz, Angel Miguel. Marchamalo, Jesús. Técnicas de Comunicación en radio: La realización radiofónica. Editorial Paidós, 1995.

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ntiras verdaderas


s, elefantes blanc Mentiras verdaderas, elefantes blancos en el marketing

Fernando Marroquín U.Libertadores

fmarroquinc@ulibertadores.edu.co

Resumen

Abstract

Palabras clave Key Words

Un sinnúmero de proyectos de marketing de grandes y pequeñas compañías se estructuran sobre la base de estrategias y acciones que pueden llegar a ser míticas, por no contar con su respectivo sustento científico o probatorio desde el análisis comportamental del consumidor. En efecto, estos proyectos, comienzan perfilándose como exitosos y esperanzadores en lo que se refiere al alcance de sus objetivos. Sin embargo, ¿cuántos de estos en realidad lo logran sin antes convertirse en verdaderos elefantes blancos, es decir, en verdaderos mitos del marketing? Es un hecho, comprobado con fracasos, que en el mundo del marketing encontramos estrategias que terminan siendo un despilfarro de recursos de todos los tipos, si se compara la inversión al ponerla en marcha con los beneficios obtenidos tanto para el consumidor como para sus gestores al corto mediano y largo plazo.

Ciertamente, el simple hecho de basar el pensamiento mercadolológico en reglas o supuestos generalizados que no tienen en cuenta las especificidades y particularidades de las variables que intervienen en los procesos de intercambios, a nivel individual, social, cultural y económico tanto de consumidores como de mercados, comprueba la existencia histórica de infinidad de mitos o elefantes blancos en el marketing. Desde varias perspectivas, al marketing se le puede concebir como un proceso en el que convergen una serie ciencias y disciplinas aplicables en su contexto, con el único fin de generar intercambios que favorezcan tanto a empresas como consumidores. Si analizáramos todo el proceso de mercadeo, se podría evidenciar que cada una de estas disciplinas, que trabajan sinérgicamente, cumplen un papel fundamental a la hora de tratar de satisfacer


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necesidades por medios de productos o servicios. Ese es el fin romántico del mercadeo; “satisfacer necesidades del consumidor”. Pero a la larga lo primordial es buscar utilidad para las empresas. Creatividad desbordada, alianzas estratégicas, extensiones de línea, inversiones millonarias a nivel de comunicación de marketing, construcción de marca, estrategias de posicionamiento, estrategias de diferenciación, y un largo etc., están a la orden del día, de las tendencias y de la moda (Garcés, 2006) para que la compañías traten de cautivar día a día a ese consumidor cada vez más racional, disperso y volátil. Desafortunadamente el marketing dentro de su eclecticismo, esta atiborrado de tendencias, modas y gurús que imparten lo último para que el grado de incertidumbre a la hora de recibir una respuesta efectiva del consumidor, se aminore por una supuesta bien lograda estrategia de marketing. Con respecto a lo anterior, estudios demuestran que el 80% de los productos nuevos que salen al mercado fracasan (Haig, 2005), y otro gran porcentaje no alcanza a llegar a los 5 años en el mercado antes de desaparecer. La mayoría de grandes multinacionales cuentan en sus haberes con productos que han fracasado acompañados de costosas estrategias de marketing (Haig, 2005). Al parecer, estas empresas, en su miopía mercadológica se conciben a sí mismas como alquimistas del consumo, pretendiendo crear productos que generen su propia demanda. Nada más cercano a lo vivido en las primeras revoluciones industriales y promulgado en los postulados de la economía clásica, en donde se evidenciaba más demanda que oferta (Keynes, 1936). Algo totalmente lejano a la realidad del Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

consumo actual, que exige profundizar e intensificar los procesos de investigación que contribuyan al mejoramiento de la actividad mercadológica, que aunque no es una ciencia, en esta sí convergen varias de ellas. De hecho, estas actividades en su aplicabilidad son desleales a la misma naturaleza de la ciencia, porque simplemente se basan en pruebas insuficientes que no aportan una dirección veraz en cuanto a su utilización en el contexto del marketing, convirtiendo esta actividad en casi una pseudociencia, cargada de falsos postulados. Popularmente esta connotación es más fácil de inventar y de creer que la ciencia, porque hay una mayor disposición a evitar confrontaciones perturbadoras, que exigen la comprobación y la comparación científica (Sagan, 1995). Igualmente, la convivencia cínica con los medios masivos de comunicación hace que estos falsos postulados se encuentren por doquier y se conciban como panaceas. Día a día los gurús del mercadeo proporcionan fantasías sobre los poderes de sus “pseudoteorías”, y dejamos en manos de sus postulados las decisiones, como cuando dejamos en manos de los dioses el curso de nuestros destinos. Se puede afirmar que el dinamismo del mercadeo y del mercado es una consecuencia inherente al desarrollo social y tecnológico del entorno, que se da gracias a los procesos de investigación e innovación de todas las disciplinas que convergen en los procesos de consumo. Indiscutiblemente los tiempos han cambiado y por consiguiente los consumidores, los productos y las mismas necesidades. El marketing surgió de un mundo conmocionado por la postguerra en donde la producción


masiva era el pan de cada día. El crear un producto y mantenerlo era el quehacer cotidiano de las empresas. Los consumidores compraban cualquier producto ofrecido por la industria. Productos para la masa, era la ideología del pasado, una ideología que bombardeaba al individuo ávido de consumo y alienado por los medios masivos de comunicación. Anteriormente los ciclos de los negocios eran bastante predecibles, el ambiente era estable, los competidores eran bien conocidos y los consumidores se comportaban en forma pronosticable. No obstante, en este “nuevo orden” las compañías se enfrentan a un ambiente diferente que cambia rápidamente. Al parecer nos enfrentamos a una constante innovación, que hace que surjan un sinnúmero de nuevos productos, nuevas tendencias de consumo, nuevos consumidores y “nuevas necesidades” para satisfacer. En consecuencia, hablar de mitos en el marketing es hablar también de la experiencia histórica de las empresas en cuanto a la construcción de sus marcas. Es aquí, hasta cierto punto, en donde se puede evidenciar que las acciones reiteradas en los diferentes referentes de consumo han hecho que se crea más en la práctica que en

la comprobación científica. Por ejemplo, si analizamos en retrospectiva la historia de las grandes compañías, podemos demostrar que el proceso de darle un nombre y construir una serie de símbolos y signos que identificara a los productos, se desarrolló para protegerlos del fracaso (Aaker, 2006). En los inicios de la actividad marcaria, los consumidores empezaron a diferenciar los productos genéricos de aquellos que contaban con una marca propia para el producto, con lo que empezaron a aprender y entender que la marca era sinónimo de calidad, exigiendo cada vez más al distribuidor los productos que contaban con una identidad que los diferenciaba de los productos genéricos. Empresas que en la actualidad llevan más de cien años en el mercado, como Campbell, Quaker, Procter and Gamble, etc., se preocuparon en ese entonces por la reacción de los consumidores ante los productos producidos en masa. Es decir, las identidades de marca se desarrollaron no sólo para ayudar a que los productos se destacaran, sino también para calmar a un consumidor expectante y nervioso frente al sinnúmero de mercancías producidas en una fábrica. El humanizar a los productos con las marcas, terminó tranquilizando las mentes y percepciones

estudios demuestran que el 80% de los productos nuevos que salen al mercado fracasan. Y otro gran porcentaje no alcanza a llegar a los 5 años en el mercado antes de desaparecer

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del consumidor del siglo antepasado. La confianza que en determinado momento caía en las espaldas del tendero, empezó a recaer en la propia marca del producto. Los rostros sonrientes y familiares que aparecían en las etiquetas de los productos suponían que se podía confiar a nivel de calidad y garantía. La incertidumbre por el éxito de los productos producidos para la masa, que en cierto modo era la piedra en el zapado de los fabricantes, se disminuyó, pues el fracaso en buena medida no llegó gracias a lo construido alrededor de la marca. No obstante, si ponemos los pies sobre este siglo y en esta realidad, vemos que el mito construido a través de la importancia de la marca, evidencia no sólo un aprendizaje erróneo sobre el comportamiento de los mercados y de los consumidores, sino, además, el facilismo con el que se asume el ejercicio del marketing. En la actualidad es un cuadro totalmente diferente. La misma experiencia corrobora que son las propias marcas las que tienen problemas. Muchas son víctimas de su propio éxito, en donde el fracaso de un producto recae sobre la propia marca. Es innegable y de hecho cierto, pero también un tanto mítico, que las marcas han ayudado a compañías como Mc Donald’s, Nike, Coca Cola, Adidas, Microsoft,

entre muchas otras, a construir imperios globales paralelos al desarrollo de la economía de la percepción y de los símbolos (Goldman, 2007). Pero ¿hasta qué punto es cierto que los consumidores toman decisiones de compra basándose en la percepción de la marca en lugar de basar su decisión en la realidad del producto? La respuesta positiva a este interrogante significaría que la marca puede llegar a convertirse en lo más valioso para una compañía. Y esta concepción puede justificar el hecho de que el mundo del marketing esté basado en gran proporción en una o varias combinaciones de constructos que se desmitifican en la práctica, mas no en el pensamiento científico. Casos típicos como creer que si un producto es bueno, tendrá éxito; o asumir que los productos y marcas de las grandes empresas siempre saldrán bien libradas a nivel de percepción, aceptación y compra. O creer que los grandes presupuestos en publicidad son lo más relevante a la hora de construir marcas fuertes, o pretender llenar con nuevos productos todos los vacíos del mercado, así como esperar que las marcas protejan a los productos, son pensamientos que se rigen ante todo por la intuición antes que por la comprobación objetiva y científica basada en el análisis de todas las variables del comportamiento del mercado y el consumidor.

En consecuencia, hablar de mitos en el marketing es hablar también de la experiencia histórica de las empresas en cuanto a la construcción de sus marcas

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De hecho, la experiencia demuestra que por ejemplo a nivel publicitario algunos de los mayores fracasos mundiales, fueron sustentados con campañas multimillonarias (Haig, 2005). Igualmente, al contrario de lo que pasaba anteriormente, son los productos fuertes los que ayudan a proteger la marca. El producto se convierte en embajador de la marca y el más ligero descenso en calidad puede afectar a la identidad de la marca como un todo, corroborando que el consumidor con sus percepciones, hábitos y aprendizajes genera tal dinamismo que puede conllevar a un inminente fracaso (Haig, 2005) . De la misma forma muchas otras estrategias de mercadeo están fundamentadas en supuestos que a la larga nadie ha comprobado, convirtiéndose en paradigmas a seguir una y otra vez. Las compañías constantemente están montando acciones de marketing cortoplacista con la intensión de llegar a construir relaciones de lealtad con los consumidores. Se da por hecho, por ejemplo, que las rebajas de precios en los productos como acciones promocionales, no sólo buscan incrementar las ventas en un periodo de tiempo, sino que además, buscan cautivar a nuevos clientes para que estos a la larga terminen siendo usuarios regulares de la marca y del producto. El pensamiento común de la actividad de mercadeo, asume que una vez el consumidor pruebe el producto por primera vez, va a quedar enganchado con la marca volviéndola a adquirir más adelante. No obstante, contradiciendo esto, algunos estudios comprueban que

en las promociones de rebaja de precio, las ventas son aumentadas por compradores que ya tienen una experiencia previa con la marca y su consumo no depende de las variaciones en el precio (Ehrenberg, A., Hammond, K. y Goodhardt, G. ,1994). Es decir, los consumidores son en alguna medida leales a esta y su demanda es inelástica. El llegar a creer y afirmar que una estrategia de mercadeo es como una fórmula matemática que funciona en todos los casos independientemente de las variables que intervienen, es como creer en los “elefantes blancos”. Es decir, creer en lo que todo el mundo cree que existe, pero que nadie ha visto. Aquel constructo que se sustenta más en la tendencia y en la moda, que en el análisis profundo de la situación donde se hace necesario una perspectiva científica más que intuitiva, que podría llegar a predecir con certeza los resultados de las prácticas de marketing. Se devela entonces, la necesidad de una nueva concepción del papel que deben jugar las acciones de la mezcla del marketing para lograr que las metas y objetivos de los planes estratégicos tengan respuesta en el público. Esto es, encaminarlas hacia un reordenamiento investigativo, científico y filosófico, en donde el conocimiento del consumidor y su comportamiento sean la base estratégica para que los actores del entorno de mercadeo, (anunciantes, medios y consumidores) se enfilen hacia la constante necesidad de investigar, para desmitificar la actividad de consumo y así mismo desarrollar una verdadera ciencia en el estudio del consumidor

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Bibliograf铆a Fuentes citadas

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resumen de investigación 1

Manejo de las fuentes en la prensa colombiana en el cubrimiento de la seguridad democrática Sandra Paola Vargas Jiménez ,Andrés Felipe Fuentes Velásquez Grupo de Investigación U. Los Libertadores.

paolavargas.j@gmail.com


Resumen

Resumen

Palabras clave

El periodismo en Colombia ha sido una de las profesiones, sino tal vez la que más se ha visto afectada y de cierta manera, castigada, con los rigores del conflicto armado; en esta misma medida, al interior de su ejercicio, ha tenido que transformarse tratando de hacer frente a una realidad que la supera y la amenaza. Si bien en el territorio nacional y desde la perspectiva más académica existe un ideal de ejercicio periodístico basado en preceptos éticos y de responsabilidad social, ¿qué tanto se corresponde este ideal con la práctica actual de nuestros periodistas colombianos?. Esta problemática cobra relevancia al depender de este ejercicio profesional, la construcción de la opinión pública que respecto de la realidad nacional se genera la mayor parte del país y que se debate entre dos extremos como lo son el gobierno Uribe Vélez y los grupos armados al margen de la ley. La prensa como eje histórico de la formación de la opinión pública y dentro de su naturaleza institucional posibilita unos espacios periodísticos a veces libres, en otras ocasiones restrictivos, donde el uso de las fuentes de información pasa de ser un insumo periodístico básico y ético a un indicativo de la manera como se esta construyendo, desde los medios, la realidad nacional.

Prensa, periodismo, fuentes de información, géneros periodísticos, diagramación, seguridad democrática, política, estado y guerrilla.


INTRODUCCIÓN

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Colombia se ha destacado históricamente por ser el contexto de un conflicto armado y una situación social y política en estado de tensión permanente, se trata de una realidad nacional voluble que se caldea y se calma con la misma facilidad y que actualmente hace de escenario de uno de los mandatos más polémicos y mediáticos que ha visto la nación. Entre este tira y afloje de contrarios hay una sociedad, una gran mayoría que se encuentra a la expectativa del destino del conflicto y en gran parte asume este rol tras una pantalla o unas páginas de papel que de manera directa, afectan la percepción que tiene de los hechos y de la realidad misma; existe un grado de dependencia entre la imagen que los ciudadanos se hacen de la realidad nacional y la forma en que los medios, en este caso la prensa, la presentan. Cada medio se comporta como un espacio de visibilización que toma decisiones a la hora de presentar las noticias, las incluye o excluye, decide que es relevante, que se debe saber y que no y con ello visibiliza ciertos personajes y a otros los oculta, afectando, de manera tajante, el resultado final que de los sucesos se hace el lector. La cuestión que se pone sobre la mesa es la confiabilidad de la información escrita a la que se tiene acceso en el territorio nacional, ¿qué grado de fidelidad o neutralidad presenta la carga informativa preparada por los periodistas, que es en definitiva a partir de la cual se está construyendo la imagen del mandatario y de la nación misma, con la realidad de los sucesos y con las diversas miradas e interpretaciones posibles?; y en consecuencia, ¿qué espacio está posibilitando la prensa en Colombia para la reflexión y para la construcción de opinión pública a través de la discusión?. En este contexto del ejercicio periodístico como ejercicio de visibilización y selección, se inscribe la pregunta que dio origen a ésta investigación ¿cómo fue el manejo que la prensa colombiana dio a las fuentes de información oficial y no oficial respecto a la política de seguridad democrática en seis momentos coyunturales que han marcado cada año del gobierno Uribe Vélez entre 2002 y 2007?. A partir de este cuestionamiento general han surgido otras preguntas anexas de temas que se hayan implicitos; entre ellos ¿cómo fue el cubrimiento del suceso?, ¿con qué criterio se realizó la selección y la jerarquización de la información en términos comunicativos y gráficos?. De acuerdo a estos interrogantes, lo que la investigación se propone en términos generales es, analizar el manejo que se dio a las fuentes de información y a la composición gráfica de las noticias relacionadas con la política de seguridad democrática, en los periódicos

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“El Tiempo” y cinco periódicos regionales en seis momentos coyunturales del mandato Uribe Vélez (2002 – 2007).

La prensa, un actor político A través de la historia, la prensa ha sido uno de los medios de comunicación más relevantes en términos de influencia en la formación de la opinión pública, comenta Thompson que este fenómeno provocado por la prensa que aparece en “Europa a finales del siglo XVII y durante el XVIII, que se constituía básicamente de semanarios críticos y morales; fueron los que brindaron un nuevo forum para dirigir el debate público. Todo esto posibilitado porque entre la esfera de la autoridad pública o el estado, de una parte, y la esfera privada de la sociedad civil y las relaciones personales, de la otra, emergió una nueva esfera de lo público. A partir de este espacio y de la discusión crítica estimulada por la prensa periódica, se produjo, a la larga, un impacto transformador en la forma institucional de los estados modernos” (Thompson, 1998), como consecuencia, estos ya no serían lo que hasta entonces. Este cambio de la forma de los estados modernos, ocasionó finalmente, bajo la perspectiva de Rosenblum una estrecha relación prensa-democracia, argumentando que


“una democracia no puede funcionar sin un electorado bien informado” (En Van Dijk, 1990). En este mismo sentido, Borrat se anticipaba en determinar, que la relación corresponde en mayor medida a prensagobierno, considerando entonces que “el análisis del periódico como actor es indispensable en el análisis del sistema político del que forma parte. La configuración histórica de los estados occidentales ha hecho del periódico independiente de información general un actor político de existencia necesaria en todo sistema democrático. El análisis destaca entonces las relaciones del periódico con el centro de las decisiones de ese sistema: el gobierno” (Borrat, 1984). Borrat plantea entonces al “periódico como actor político”, pues entiende de esta manera “a todo actor colectivo o individual capaz de afectar al proceso de toma de decisiones en el sistema político, afirmó que el periódico independiente de información general es un verdadero actor político de naturaleza colectiva, cuyo ámbito de actuación es el de la influencia, no el de la conquista del poder institucional o permanencia en el” (Borrat, 1984). Se pone de base entonces la estrecha relación establecida entre prensa-estado mediada por la opinión pública.

“Sin duda alguna, en manos del periodismo se halla uno de los principales resortes de poder en lo que concierne a la configuración de percepciones e imágenes sociales, que suelen tener su correspondencia en las actitudes y comportamientos colectivos. De hecho, para gran parte del público no hay otra instancia a la que recurrir a la hora de organizar su conocimiento social que la que representan los medios de comunicación” (Borrat, 1984) y entre ellos de manera preponderante, la prensa.

El estado colombiano y la política de seguridad democrática (PSD) La política de seguridad democrática constituye la principal consigna del programa de gobierno del actual presidente de la República, cuya ejecución ha implicado nuevas orientaciones militares, políticas, económicas y de infraestructura, que han influido en las maneras en que la prensa y en general los medios de comunicación colombianos perciben el país y lo presentan, tratando de exaltar, cuestionar o simplemente abordar los sucesos del conflicto histórico que atraviesa Colombia. El principal antecedente que tiene este lineamiento político es el proceso de paz que adelantó el gobierno de Andrés Pastrana con las Fuerzas Armadas

Revolucionarias de Colombia (Farc) entre 1999 y 2002, dicho proceso tuvo el propósito de firmar un acuerdo de paz entre las partes, pero las expectativas no se cumplieron por falta de consensos en temas fundamentales como: el cese al fuego y las hostilidades, asuntos que no se acordaron antes de iniciar las negociaciones y que finalmente las hicieron desarrollarse en medio de las balas, los secuestros y el terrorismo. Así lo mostró al país el ex presidente Pastrana en la alocución radiotelevisada del 20 de febrero de 2002, cuando dio por finalizada la vigencia de la zona de distensión, basado en los hechos cometidos por este grupo armado que atentaron contra los tratados de Ginebra -que procuran la protección de la sociedad civil-. “Se intensificaron los atentados terroristas que alcanzaron 117 en tan sólo los últimos 30 días. Fueron 4 carrosbomba; 5 ataques a instalaciones; 7 campos minados; el homicidio de 20 civiles incluyendo mujeres y niños; la voladura de 33 torres de energía, de 2 tramos del oleoducto, de tres puentes, entre otros actos de barbarie. Incluso llegaron a atentar contra los servicios más básicos de los colombianos, como el agua” (Pastrana, 2002). El problema de seguridad nacional era más que evidente. Con este panorama nacional, Álvaro Uribe se hizo 97


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a la Presidencia de la República por su posición firme frente al combate del terrorismo y el narcotráfico representado en las Farc; y como resultado, la instauración de la PSD que, como objetivo fundamental, busca “reforzar y garantizar el Estado de Derecho en todo el territorio, mediante el fortalecimiento de la autoridad democrática” (Presidencia de la República, Ministerio de Defensa Nacional, 2003), en otras palabras, se planteó con la expectativa de recuperar y garantizar la seguridad de los colombianos. La concepción del conflicto armado colombiano es comprendido, desde esta perspectiva, como el resultado de acciones terroristas continuas que merecen intervenciones militares de inteligencia. Sin embargo, a diferencia de períodos anteriores, los planes y decisiones presidenciales han entrado a ocupar los primeros lugares de la agenda mediática, sin necesidad de alocuciones presidenciales que rompen la programación comercial de los medios de comunicación; por el contrario, los hechos y palabras del presidente ocupan lugares destacados de los medios de comunicación comerciales, pues de alguna manera están garantizando aceptación y audiencia, debido al alto consenso y los altos niveles de popularidad que mantiene el gobierno. Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

Los momentos de la seguridad democrática En lo que a 2007 iba corrido de la implementación de la PSD, ya se podían establecer hechos “positivos”, negativos” e incluso “consecuencias” de la estrategia militar que implica, e incluso es posible determinar, de cada año, un suceso relevante que ha marcado la historia reciente del país. A continuación se describen los seis hechos más sobresalientes de estos seis años de mandato y que conforman la muestra principal de esta investigación. Fue un hecho “positivo”, la implementación del programa de caravanas turísticas “Vive Colombia Viaja por ella”, desde el 12 de Octubre de 2002 para incentivar el turismo en el país de forma segura y permitir que la ciudadanía transitara por las carreteras colombianas sin temer los secuestros masivos que realizaban los grupos al margen de la ley. Fue un hecho “negativo”, la fallida operación de rescate del ex gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria Correa y el ex asesor de paz Guillermo Echeverri Mejía, el 5 de mayo de 2003; los políticos

fueron asesinados y 8 militares también perdieron la vida. Una “consecuencia” fue la noticia publicada el 19 de abril de 2004, donde se informaba sobre la desaparición de Carlos Castaño Gil, fundador y máximo comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en confusos hechos, meses después de desmovilizarse en San José de Ralito. Una de las rupturas de relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela se produjo el 14 de enero de 2005 como “consecuencia” de la captura, en Venezuela, de Rodrigo Granda, más conocido como “el canciller de las Farc” a manos de miembros de la Guardia Nacional Venezolana, quienes posteriormente, lo entregaron a militares colombianos en Cúcuta, recibiendo por ello una recompensa. El presidente Hugo Chávez argumentó, para tomar esta decisión, que se había violado la soberanía venezolana. El 19 de octubre de 2007 explotó un carro-bomba en las instalaciones de la Escuela Militar de Guerra, esta acción fue atribuida a las Farc justo en el momento en que se estaban adelantando

Cada medio se comporta como un espacio de visibilización que toma decisiones a la hora de presentar las noticias


contactos con la agrupación terrorista para realizar el intercambio humanitario de civiles y militares, como “consecuencia”, el Presidente Álvaro Uribe suspendió todo contacto. El 29 de junio de 2007, las Farc informaron mediante un comunicado, que el 18 de junio habían muerto en fuego cruzado con un grupo desconocido, once de los doce diputados de la Asamblea del Valle que se encontraban secuestrados, este hecho fue “consecuencia” del aumento de las operaciones realizadas por las Fuerzas Militares en las selvas colombianas. En el país, no hubo periódico que haya podido abstenerse de cubrir o al menos mencionar cada uno de estos sucesos; Año

en primer lugar, por su característica de único diario de cobertura nacional en el periodo en el que ocurrieron los sucesos, “El Tiempo” se convierte en referencia obligada, y en segundo lugar, de acuerdo a la relación de proximidad con el hecho, el periódico local de la región o ciudad que hizo de escenario o que más estaba relacionada con los actores involucrados, se vuelve, de igual manera, un importante punto de referencia. La muestra de esta investigación esta conformada entonces por los tres primeros días de cubrimiento que realizó, en primer lugar, el periódico nacional “El Tiempo” y, de acuerdo a la región donde tuvo lugar, por el periódico local correspondiente, así:

Acontecimiento

Medio Nacional

Medio Regional

2002

Caravanas “Vive Colombia viaja por ella”

El Tiempo

2003

Asesinato Gobernador de Antioquia

El Tiempo

2004

Desaparición Carlos Castaño

El Tiempo

2005

Crisis colombo-venezolana ocasionada por la captura de Rodrigo Granda

El Tiempo

La Opinión (Cúcuta)

2006

Atentado contra la Universidad Militar Nueva Granada

El Tiempo

El Espectador (Bogotá)

2007

Asesinato de once diputados a la Asamblea del Valle del Cauca por parte de las FARC

El Tiempo

El País

El Espectador (Bogotá) El Colombiano (Medellin-Antioquia) El Meridiano de Córdoba (Montería)

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El ejercicio periodístico y las fuentes de información

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El periódico se construye, como cualquier información noticiosa, en base a los discursos de realidad que elaboran los periodistas sobre los sucesos novedosos. De acuerdo al funcionamiento propio de la prensa, López argumenta que “la misión del impreso ya no es salir velozmente a la calle a contar la última noticia, sino la de presentarla más completa, más explicada y analizada” (López, 1984). De acuerdo a este rol actual, “la obtención de fuentes fiables, que actúan con rigor y seriedad, constituye una tarea prioritaria del periodista que busca la realización de un trabajo de calidad. No podemos olvidar que el número, la calidad y la diversidad de fuentes refuerza la credibilidad de los periodistas, de los medios y, por tanto, la influencia de estos” (López y Mercade, 2007). En este mismo sentido, las fuentes permiten “la construcción de un espacio referencial percibido por el lector como actual (las fuentes están ahí y hablan) y, al mismo tiempo, como fuertemente real (los hechos han ocurrido de este modo porque el relato de las fuentes lo vuelve legitimo)” (López y Mercade, 2007).

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De igual manera López y Mercade ponen de relieve una problemática, pues hay que tener presente que la condición de no testigo que tiene el periodista lo hace depender enteramente de las fuentes y de la información que ellas le puedan suministrar de los acontecimientos sobre los que el periodista posteriormente informa, si el periodista carece de fuentes no tendrá manera de hacer su trabajo. “Aunque el periodista disponga de buena información, excelente conocimiento de cómo funciona la compleja sociedad actual, grandes habilidades profesionales, capacidad de documentación, estilo periodístico en la construcción de mensajes, calidad literaria en la narración y mucha intuición, precisará algo más: una buena agenda de fuentes” (López y Mercade, 2007). Sin embargo, a la hora de definir lo que son las fuentes, el término parece pertenecer inicialmente al campo de las ciencias de la información, aunque las definiciones que aporta son bastante escuetas. Por otra parte, desde la perspectiva de las ciencias de la comunicación se encontraron algunas definiciones, unas más acertadas que otras, entre ellas la de Gustavo Martínez, quien dice que: “se entiende por fuente todo medio o elemento que aporta datos para una

investigación, sea éste un documento, una persona, un expediente o un viejo archivo. En la concepción del catedrático Pepe Rodríguez: fuente es toda persona que, de un modo voluntario y activo, facilita algún tipo de información a un periodista (...) También se considera fuente a todo depósito de información de cualquier tipo que sea accesible y consultable por parte del periodista” (Martínez, 2004). La definición más concreta la aporta, Camilo Tamayo al argumentar que “el concepto de “fuente” es un término que en el periodismo designa a los individuos, los grupos, los centros de poder y a las instituciones que, como actores de la sociedad, tienen la organización, la legitimidad y el capital cultural para comunicar algo y, por esa vía, tratar de influir en la agenda de los asuntos públicos que trata la información. Son las instituciones, grupos sociales o sujetos individuales y colectivos que proporcionan formas de conocimiento y maneras de entender, más o menos estables (generalmente más interesadas cuanto más poder y mayor status tienen) que actúan sobre los acontecimientos sociales, políticos, económicos y culturales con los que el periodismo trabaja” (Tamayo, 2008).


Clasificación de las fuentes periodísticas Muchos autores ponen de relieve diversas formas de clasificarlas, López y Mercade distinguen entre ellas “los contactos de los periodistas, los voceros oficiales y otras fuentes ” Entre estas se puede distinguir también las fuentes oficiales y extraoficiales. Desde su perspectiva, las oficiales son las que se identifican con los responsables directos de una institución pública o privada, sean actores directos o indirectos del acontecimiento, y traducen el nivel más alto de confiabilidad, y hacen al efecto de credibilidad de la noticia. Por oposición, están las fuentes extraoficiales, cuya legitimidad es más dudosa, pero que permiten

el acceso a información no confirmada de manera oficial y que, cuando un acontecimiento altamente noticiable lo exige, alimentan la información. Las fuentes extraoficiales posibilitan también la investigación periodística y el registro de sucesos que algún sector del poder intenta disimular. Esta cualidad de permitir el acceso a hechos que el poder quiere derivar a un segundo plano o al olvido, las legitima como posibilitadoras de la libertad de información”. Desde otras perspectivas, las fuentes han sido clasificadas de acuerdo a categorías más complejas, Santos desde la posición de “El Tiempo”, habla de fuentes propias, fuentes institucionales, fuentes espontáneas y fuentes confidenciales

y anónimas” (Santos, 1995). Por otra parte, Martínez ofrece quizá la clasificación más exhaustiva de fuentes que hay disponible, lo hace citando a Pepe Rodríguez quien establece dos tipos principales de fuentes: las fuentes objetivas de los hechos y las fuentes subjetivas del periodista investigador. Dentro de las primeras se incluyen: Fuentes implicadas ya sea como afectados, protagonistas o testigos y fuentes ajenas: que no tienen una relación directa pero que pueden aportar datos de interés técnico o noticiable para el periodista. Por otra parte, las segundas incluyen: Fuentes oficiales: que facilitan información más o menos institucionalizada y que asumen su paternidad y fuentes oficiosas: aquellas personas que suministran información

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más singularizada y original, cuya paternidad no suelen asumir. Es importante anotar que a pesar de la multiplicidad de fuentes que es posible conseguir para el periodista, la tendencia indica que usualmente se privilegian las fuentes oficiales, es el fenómeno generalizado; Villaseñor indica que “el término oficial hace referencia en su significado a todo aquello que proviene del gobierno y de los órganos de administración del estado” (En De Torres Ramírez, 1999), lo cual implica, como lo menciona Martini, “colaborar en la naturalización del discurso social establecido, causando un efecto de seguridad” (Martini, 2001). Sin embargo, son causa también de un efecto adverso, pues

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“las fuentes oficiales pueden llegar a dificultar el acceso a la información o proveer otra para sostener su buena imagen. El acceso a las fuentes se dificulta porque se interponen diferentes grados de opacidad proporcionales al nivel de jerarquía de la fuente y a la importancia pública del tema y al interés que aquella tiene por hacer o no público el hecho” (Martini 2001), y en este sentido es posible como menciona Francesc Pascual “que los gabinetes filtren la información, es decir, por un lado, esconder lo que no les favorece (o si no tienen más remedio que contarlo, revestirlo y maquillarlo para que no sea tan malo) y, por otro dar suficiente difusión a las informaciones positivas y lúcidas, que

dejan bien al cuerpo policial” (En Martini, 2001). La prensa es escenario habitual de estas mediaciones políticas, Borrart menciona que “el periódico tiende a excluir aquellas fuentes de la oposición no parlamentaria que utilizan medios violentos para el logro de sus objetivos y que bregan por el cambio del sistema. Sobre las fuentes incluidas establece una jerarquización que, en general, privilegia al gobernante, al jefe de partido, al líder” (Borrart 1984). En este mismo sentido, Borrart agrega que “a la vez que fuente de información y actor protagónico de los relatos informativos y los comentarios políticos, el gobierno pone e impone el marco


institucional de todas las relaciones de comunicación que se establezcan dentro del propio sistema político y dispone de sus propios poderosos medios para controlar y encauzar el flujo informativo: agencias de información oficiales, medios del estado, prensa del partido gobernante. Por eso las fuentes gubernamentales son, para el periódico, fuentes necesarias, de información buscada y de información recibida, unas veces resistentes y otras compulsivas” (Borrart 1984). Es innegable que el poder influye en los flujos informativos, el periódico debe lidiar con su proximidad y hay que considerar que “cuanto más próximo, más -aprieta-, es decir, trata de influir y condicionar el mensaje final” (López y Mercade 2007), “el poder político ha tenido en cuenta el funcionamiento de los medios locales

y, en la medida de sus posibilidades, ha establecido una red de comunicación que defiende sus intereses y que trata de conseguir una buena posición en los distintos medios” (López y Mercade 2007), pueden “desviar la atención de un hecho, relativizarlo o encausarlo con otro sentido, a partir de otra información accesoria o diferente, y hasta hacerlo desaparecer. Las relaciones entre los medios y el poder político pueden tomar la forma de presiones más o menos sutiles: unos y otros ejercen presión para obtener un beneficio, la presión del medio responde a garantizar el flujo de información para desarrollar sus agendas y también a preservar sus intereses económicos; la presión del gobierno responde a la necesidad de resguardar su imagen y lograr un beneficio concreto” (López y Mercade 2007).

Son las instituciones, grupos sociales o sujetos individuales y colectivos que proporcionan formas de conocimiento y maneras de entender, más o menos estables

El Método De acuerdo al interés y a las características propias del proyecto en relación a este contexto de la interrelación periodismo-fuentes-prensa-gobierno, el paradigma investigativo bajo el cual se inscribirse es el cualitativo-interpretativo, pues su enfoque corresponde completamente a la investigación cualitativa, siendo su interés específico la aplicación de técnicas de descripción, explicación e interpretación. De alguna manera, lo que busca el proyecto es describir las formas en que son utilizadas las fuentes oficiales y no oficiales en el ejercicio periodístico en Colombia, comprender las razones por las cuales los periodistas eligieron esas fuentes precisas y no otras, e interpretar el lenguaje gráfico y verbal a través del cual se hacen evidentes jerarquías sobre determinados temas, acontecimientos o personajes. Para ello, se aplicó una matriz de análisis a los medios impresos pensando en tres temas concretos: en primer lugar, realizar algunas mediciones, o mejor, reproducir numericamente algunos aspectos de la publicación que pudieran aportar datos respecto a las características gráficas, de extensión y de pesos visuales. En segundo lugar establecer las formas, cantidades y características del uso de fuentes oficiales y no oficiales

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y finalmente interpretar la posición del medio frente a la noticia. De manera complementaria, la investigación planteó la realización de una serie de entrevistas a personas involucradas en cada una de las publicaciones que conforman la muestra, las personas que interesaban a la investigación debían cumplir el rol de jefe de redacción o ser periodistas de la sección política o nación, de manera que hubieran sido protagonistas en la elaboración de los relatos noticiosos o que al menos estuvieran empapados del tema. Las entrevistas fueron de carácter semi-estructurado, enfocadas a indagar por el manejo del ejercicio periodístico en cada una de las publicaciones, de igual manera fue eje central de las entrevistas el cubrimiento de la noticia particular, el uso de fuentes oficiales y no oficiales y el ejercicio de contraste, así como las políticas internas explícitas e implícitas a las cuales están sujetos los periodistas, incluso en su relación con el gobierno de turno.

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Finalmente, con las visitas realizadas a los diferentes periódicos se puso de relieve la necesidad de obtener de cada casa editorial el manual de redacción o manual de estilo, en el cual cada publicación establece, como institución, sus principios filosóficos como empresa y desde el ejercicio periodístico. Usualmente se establece en este manual de manera explícita el manejo de las fuentes y algunos términos que deben ser usados a la hora de hacer determinadas referencias, entre ellas a los agentes de gobiernos y a los grupos armados al margen de la ley. Lo que se espera para terminar la investigación es triangular la información obtenida a través de cada instrumento o del material (en el caso de los manuales), para llegar a las conclusiones finales que hagan el análisis de los resultados. Para cuando esto haya terminado, la idea central es compartir estas conclusiones con los lectores interesados y con los mismos periódicos para visibilizar el estado de la prensa en Colombia en términos de calidad de información.


Bibliografía Fuentes citadas

Borrat, Hector. 1984. El periódico actor político. Editorial Gustavo Gili. Barcelona, España.

De Torres Ramírez, Isabel (Coordinadora)1999. Las fuentes de información. Estudios teórico-prácticos. Editorial Síntesis. Madrid, España.

López García, Xose y Mercade, Juan Maciá. 2007. Periodismo de proximidad. Editorial Síntesis. Madrid, España.

Martínez Pandiani, Gustavo (compilador). 2004. Periodismo de investigación: fuentes, técnicas e informes. Editorial Ugerman. Buenos Aires, Argentina.

Martini, Stella. 2001. Periodismo, noticia y noticiabilidad. Editorial Norma. Bogotá, Colombia.

Ortega, Féliz (Coordinador). 2006. Periodismo sin información. Editorial Tecnos. Madrid, España.

Pardo A. Neyla G. 2007. Discurso, Impunidad y Prensa. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas. Bogotá DC, Colombia.

Presidencia de la República. 2003. Ministerio de Defensa Nacional, Política de defensa y seguridad democrática. República de Colombia.

Santos Castillo, Enrique. 1995. Manual de redacción “El Tiempo”. Casa Editorial El Tiempo. Bogotá DC, Colombia.

Tamayo Gómez, Camilo Andrés. 2008. Las elecciones de la prensa, agenda informativa y calidad periodística. Editor Medios para la Paz. Bogotá DC, Colombia.

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Van Dijk, Teun A. 1990. La noticia como discurso “Comprensión, estructura y producción de la información”. Paídos Comunicaciones. Barcelona, España.

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reseñas editoriales De lo visible a lo virtual Un método para analizar la imagen 106

Frederic Chordá 221 p. (2004) Keiddy Neira Docente U. Libertadores

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Teniendo en cuenta la necesidad de construir un análisis apropiado de la imagen que permita una reflexión sobre su creación y consecuencias visuales el autor Frederic Chordá (1953) oriundo de Barcelona, filósofo y docente de geografía e historia del arte, quien desarrolla actividad en multimedia, formula un mecanismo en el libro “De lo visible a lo virtual” una metodología del análisis artístico, donde propone un método para estudiar imágenes artísticas, fundamentado en una base conceptual y con aplicación real en educación artística. Adicionalmente el texto contiene una reflexión sobre la incidencia de los recursos digitales que contribuyen a la creación de la realidad virtual, haciendo una indagación del impacto de las Nuevas Tecnologías de la Imagen -NTI- en nuestra cultura por medio de un marco histórico y conceptual. Propone el reconocimiento de lo visual como un lenguaje al igual que la palabra, donde la inmediatez y universalidad sígnica de la imagen logra sustituir el verbo, puesto que lo visible favorece la articulación y comprensión del mensaje, aunque

en reiteradas ocasiones se complementan. La imagen posee una serie de componentes visuales que se relacionan dentro de una estructura de composición, la cual se convierte en elemento fundamental para desarrollar un análisis de su contenido y su forma. Reconoce que el método adecuado para la interpretación de lo visual, no parte de la imagen misma sino desde el contexto, el cual es una competencia específica de la historia del arte donde se genera el conocimiento a través de lo oral y lo escrito; partiendo de una actividad objetiva donde se analiza la sustancia y la forma. La estructura de la imagen es un sistema que se interpreta en conjunto y no por elementos parciales, lo que define Arheim como “esqueleto estructural” . Los elementos expresivos en la imagen provienen de una mirada individual, donde el producto visual se vincula con dicha estructura. Aplica la misma metodología para diferentes obras de arte entre las que se encuentra El Guernica de Pablo Picasso, Las meninas de Diego Velázquez, y El Tres de Mayo de Francisco de Goya, entre otras.


El principio de interpretación de la imagen radica en la diferenciación entre ver y mirar. Entonces, la metodología consiste en una clasificación a partir de diferentes elementos como la catalogación, que contiene los elementos de identidad que constituyen su unicidad, lo que conocemos como ficha técnica; el análisis material donde se describen sus cualidades de factura, estado de conservación, dimensiones reales, pues la percepción de la imagen cambia del original a la copia –lo que Benjamin define como aura-; el contenido formal, que consiste en mirar sus particularidades de materialización sea analógico o digital, pues su rasgos gestuales constituyen otros elementos sígnicos del lenguaje visual como lo es la pincelada, el grano o el pixel. La descripción que referencia el contenido visual por medio de la palabra; la estructura, esqueleto o retícula de la composición determina la disposición armónica de lo elementos en la imagen; y por último la síntesis o conclusiones inferidas a partir de los datos recopilados en las fases de análisis anterior y su interpretación a partir de la relaciones que genera. La -duplicación- de la realidad a través de la representación, permite el principio de la construcción de la realidad virtual, -la magia del espejo-. La imagen posee virtualidad

inherente, además de la historicidad por su evolución a través del paso del tiempo, que como otros recursos expresivos (la danza, la música, el teatro, la escultura) se desarrollan en diferentes contextos sociales. Desde mediados del siglo pasado se manifiesta la inquietud de la humanidad por la experiencia de la información a través de mecanismos de la virtualidad como el 3D, los simuladores, las experiencias táctiles o el control de movimientos a distancia, que permiten interactividad con el usuario y hacen de la experiencia una realidad sintética. Entonces la experiencia es sustituida por la simulación. El autor explica el fenómeno por medio de acontecimientos históricos que han contribuido a su desarrollo desde la época de Aristóteles. Define lo virtual desde un contexto de causalidad, porque es una proyección de una “posibilidad que se convierte en realidad en el futuro”. Lo virtual es ficcional y la ficción se referencia en lo real independientemente de que su representación sea literal o abstracta. Plantea que todos los individuos construyen su propia virtualidad desde su imaginación sin requerir de una máquina o interfase. Actualmente podemos confrontar nuestras ficciones a través de la experiencia simulada la cual logra mimetizarse sensorialmente. Lo virtual implica generar otra

realidad física donde el cuerpo y el espacio se ven transformados. Chordá interpreta que lo virtual en la obra de arte está en una proyección que se refiere a nuestra ubicación geográfica (entre obra y su reproducción) y no a sus cualidades de producción. El individuo se relaciona con la realidad desde dos posibilidades; la materia que es objetivamente comprobable, y desde la percepción que afecta la mente y no la materia. El arte se ubica en el campo de la percepción y la compara con la religión en el sentido de lo entrañable, carente de comprobación física y representada a través de la imagen. La realidad virtual es una imagen sin materia, su existencia no es real sino aparente. Tanto el rito como la realidad virtual son entrañables, ya que integran gesto, imagen y palabra. La pertinencia de esta metodología y el análisis en relación con las formas contemporáneas de imagen, permiten un reconocimiento de los elementos visuales, que es posible extrapolar en el caso del Diseño Gráfico, ya que las cualidades visuales y su coherente reflexión, permiten crear más conciencia conceptual sobre la labor del diseñador, mirando parámetros de producción e impacto generado en el espectador.

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Comunicación, Ciencia e Historia Fuentes científicas históricas hacia una Comunicología Posible 108

Dr. Jesús Galindo Cáceres (Coordinador), Martha Rizo García, Héctor Gómez Vargas, Carlos Vidales González, Tanius Karam Cárdenas y Roberto Aguirre Fernández de Lara. 544 p. (2008) Alberto Gómez Melo Docente U. Libertadores

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Para muchos estudiantes y profesores universitarios de Comunicación, suele presentarse como una evidencia el reconocer la parcial inoperancia de las teorías que estudian a la luz de los enfoques y discursos que en sí mismos las promueven, por encontrar que gran parte de esas teorías son productos foráneos que llegan al estudiante para ser aplicados sin más. Esta inoperancia se traduce en una cierta desconfianza con respecto al papel que en sí mismo cumple el estudio de las teorías, llevando a muchos a pensar que en la práctica dichos discursos para lo único que sirven es para confundir los deseos de los estudiantes y sus ansias de proyección social, o mejor, de proyección mediática. De ahí que encontramos significativo hacer una corta presentación de esta obra que, por su claridad y pertinencia, se muestra como una herramienta de lectura y estudio altamente sugestiva, y sobre todo reveladora de las condiciones que han permitido tanta confusión en el seno académico latinoamericano. Publicado en 2008, este trabajo que se enmarca como una propuesta de tipo his-

tórico-epistemológico sobre los estudios en comunicación nos permite recordar, entre otras cosas, los debates abiertos desde los años ochenta en el medio latinoamericano, que luego del éxito alcanzado por teóricos del tamaño de Jesús Martín Barbero, Juan Carlos Lozano o Néstor García Canclini, se preguntaba sin embargo cuál es el papel que cumplimos en Latinoamérica quienes nos dedicamos al estudio de la comunicación. La pregunta no es para nada inocente, ni debe suponer falta de apropiación o incluso de preparación de quienes estudiamos la comunicación; al contrario hace parte de los debates contemporáneos que se enfrentan desde la academia, cuya única solución sólo la podrá ofrecer el que se lleven a cabo nuevas y profundas reflexiones sobre el estado actual del pensamiento teórico y sobre las producciones discursivas que aparecen en nuestro horizonte latinoamericano. Estas últimas han de confluir en la postulación de una serie de principios en los que confluyan las experiencias, los tránsitos y la consciencia sobre las prácticas investigativas, lo que como se espera, habrá de


contribuir a que especialmente los comunicadores -quienes deben partir de entenderse también como investigadores- no se queden en la reproducción esquemática de los modelos producidos en las realidades europeas y norteamericanas, sino que se aboquen a la construcción de sus propios modelos para ser puestos en discusión y, por supuesto, para orientar los nuevos derroteros del oficio del comunicador en un entorno tan exigente y necesitado como el nuestro. Para llegar a este punto Comunicación, Ciencia e Historia presenta los resultados de la segunda fase de investigación del grupo Hacia una comunicología posible (GUCOM), nacido en la Facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana (Veracruz, México) y constituido por eminentes maestros y comunicadores interesados en caracterizar los principios y enfoques que han marcado los derroteros de los estudios que nos interesan. El profesor Jesús Galindo Cáceres, Doctor en Ciencias Sociales, Maestro en Lingüística, Licenciado en Comunicación y miembro de la Red de Estudios en Teoría de la Comunicación (RECOM) así como del propio GUCOM, nos plantea desde la introducción de esta obra la necesidad prioritaria de abordar desde una perspectiva histórica los discur-

sos que han configurado hasta el día de hoy la investigación en comunicación, para así convocar a la academia, no sólo mexicana, sino latinoamericana en general, a sentar las bases de una epistemología en la que se encuentren los fundamentos desde los que son abordados los fenómenos comunicativos por las distintas ciencias que de ello se encargan. La obra explora nueve fuentes científicas e históricas (Sociología funcionalista, Sociología Fenomelógica, Sociología Crítica, Sociología Cultural, Economía Política, Psicología Social, Semiótica, Lingüística y Cibernética) que permiten configurar la riqueza de aportes realizados particularmente desde diversos campos, encontrando así los antecedentes y relaciones establecidos entre los diferentes conceptos y los procesos de descripción y explicación de la comunicación. En este trabajo, en palabras del propio Jesús Galindo Cáceres “se intentó una doble tarea: por una parte, reconstruir la historia olvidada de cada una de las fuentes en relación a la comunicación si la hubiera, y por otra, ordenar la propia historia de la fuente”. Gracias a este esfuerzo, el lector se encontrará con un texto de historia que, por supuesto, desde una perspectiva tan imparcial como le es permitido, aborda los enfoques

y las teorías asociadas, proponiéndose comprender en qué consisten los aportes de sus conceptualizaciones y particularmente, cuáles han sido los problemas y prejuicios que han impedido que en México, y por extensión, en América Latina, se haya podido desarrollar al día de hoy una verdadera escuela que aborde y estudie la comunicación como ciencia, es decir, la comunicología. No sólo estamos de acuerdo con esta intención, sino que celebramos y agradecemos que desde los ámbitos universitarios mexicanos se siga empujando en la dirección de construir un discurso más propio, pero que no olvida que para formularse, fortalecerse y crecer, requiere de reconocer sus antecedentes y dedicarse al estudio de las virtudes y defectos de tales experiencias para, entonces sí, empezar a configurar un espacio, una metodología, una observación y unos resultados que hablen y expresen nuestra diferencia, tal como lo han hecho incluso lo eminentes autores de los que hablábamos al principio. Por tanto, resulta pertinente el método que en sí propone este trabajo que mediante la reconstrucción genealógica, bibliográfica y biográfica nos permite conocer y reflexionar sobre el dónde estamos parados, de dónde venimos y qué opciones tenemos hacia el futuro.

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Brandchild

Insights into the minds of todays global kids understanding their relationship with brand 110

Martin Lindstrom 376 p. (2006) Clara Uribe Docente U. Libertadores

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En este mercado tan cambiante en el que nos movemos hoy, no está de más conocer los hábitos de consumo de un segmento cada vez interesado en la tecnología que usa, con sumo conocimiento y de forma práctica, todas las herramientas que están a su alcance, para interactuar con marcas e incluso hablar sobre ellas. Este grupo llamado pre-adolescentes (8-14 años), quienes actualmente tienen un poder grandísimo en las decisiones de compra de los hogares, están despertando gran interés en las empresas; de hecho, algunas ya están apuntando a este segmento, incluso para automóviles, ya que influencian a sus padres o hermanos a la hora de la compra. Lo anterior, se confirma en el libro: Branchild “Estrategias innovadoras de Marketing para niños”, en el cual, Martin Lindstrom, quien empezó como Asesor de Marketing, para luego dedicarse al Marketing

juvenil y Patricia Seybold, experta en Estrategias de Clientes, nos muestran como este público es un grupo de consumidores cada vez más inteligente, utilizando la tecnología a su favor, cuando de comprar e influenciar en las compras se trata. Brandchild, es un libro fruto de una investigación, donde participan niños de 15 países de Europa, Asia, Estados Unidos y América del Sur, dándonos a conocer hechos como: Preferencia del computador sobre el televisor, preferencia de marcas comprometidas con el medio ambiente y marcas que ayudan a mejorar sus vidas. Como vemos, este libro es muy útil para aquellos que estamos involucrados con el Marketing o que deseamos conocer las tendencias que marcarán el futuro en marcas y productos. Sin lugar a dudas, lo tradicional en este campo de trabajo como identificar la edad y ubicación del público objetivo, ya no


es lo único a considerar para los años posteriores, ya que los “tweens” presentan varios perfiles diferentes. El panorama de los nuevos medios y las nuevas tecnologías, nos lleva a replantear la forma en que apreciamos el mundo y llegamos a nuestras audiencias; así lo dice Nicola Philips, en su libro Negocios emocionales:”Necesitamos ampliar nuestro ancho de banda emocional, para que seamos capaces de hacer frente a todas las posibilidades que nos trae el mundo-e”. Esta investigación, en la cual también se encontró que un gran porcentaje de todos los niños en el mundo están a punto de desarrollar un nuevo lenguaje global a través de SMS y chats, nos invita a desarrollar marcas virtuales en línea e inalámbricas, ajustar las estrategias de Marketing a las exigencias de esta nueva generación y a prepararse para el futuro de las tendencias del consumo.

Para dirigir las estrategias de Marketing, desde el punto de vista del consumidor o usuario, es importante tener un conocimiento profundo de nuestro cliente, es otra de las recomendaciones que nos da Philip Kotler. Esta generación, que constituye la generación interactiva, empuja a las empresas hacia estrategias de Marketing novedosas, acopladas a los nuevos medios y a formas más creativas de Publicidad. Tal vez no se tenga previsto lanzar una campaña en un mundo virtual o utilizar estos nuevos medios, pero debería prepararse para ello, como lo afirman estos autores en el libro Branchild.

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política editorial

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Ciencias de la Comunicación - Los Libertadores

La revista Polemikós hace parte del marco editorial de Los Libertadores Institución Universitaria y como tal, comulga con los principios de equidad y respeto por la diferencia dentro de los marcos de un rigor del pensamiento que propone la institución. Nuestra intensión de formar esta revista parte del deseo de conectar, en la basta red de mediaciones que conforman el espectro cultural de esta sociedad, el pensamiento de base que se forma día a día en nuestro campus. Conscientes de la necesidad de darnos a conocer, empezamos una etapa de formación editorial en la que confluye el talento y esfuerzo de nuestros comunicadores. Esta revista se ve desde ya y a futuro, como el órgano informativo de la Facultad de Ciencias de la Comunicación; lo que nos permite reafirmar el compromiso con el espacio académico en cuanto a la divulgación en el ámbito nacional e internacional de la producción investigativa de los programas que la comprenden: Publicidad y Mercadeo, Comunicación Social - Periodismo y Diseño Gráfico. El carácter de la revista será monográfico y permitirá el análisis y debate de temas variados provenientes de múltiples disciplinas, aunque pertinentes al cuerpo de la comunicación. Esperamos poder congregar alrededor de este proyecto en marcha, los diferentes esfuerzos intelectuales de investigadores, docentes y alumnos que permitan hacer de ésta un nicho de debate y construcción de conocimiento. De acuerdo con esta visión en las páginas de Polemikós primará el resultado de inves-

tigaciones y propuestas teóricas y analíticas, producto del trabajo académico de docentes y alumnos de nuestra universidad. Sin embargo, permanecen las puertas abiertas al exterior, ya que el debate se fundamenta en la diferencia y el reconocimiento, en el trabajo conjunto de lo que conocemos como academia, proceso dialéctico, polifónico y multicultural. Así que siempre tendremos invitados externos que alimentarán con sus miradas y observaciones el torrente de ideas que día a día toman forma al interior de nuestra academia. Esperamos, por eso, la participación de las voces que surgen del interior de la universidad y que deseen compartir sus trabajos de investigación, artículos de opinión, traducciones o reseñas, así como sus propios juicios y apreciaciones como amigos lectores. El espíritu de la revista es el de mantenerse abierta al debate, lo que implica que los autores de los artículos publicados son responsables sobre sus contenidos, proponiendo la imperiosa necesidad de un medio que bajo el rigor académico, dé apertura a las diferentes escuelas del pensamiento en cada uno de los programas.

Misión Polemikós es una publicación de interacción académica que pertenece al campo de la comunicación social y sus aplicaciones tales como: publicidad, periodismo y diseño, en la cual prevalecerá la discusión abierta, rigurosa, respetuosa de los puntos de vista que se ofrecen para defender o criticar constructivamente una idea, argumento o propuesta.


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