Infancia, educación artística y reconstrucción cultural

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INFANCIA, EDUCACION ARTISTICA Y (RE)CONSTRUCCION SOCIAL

Desde tiempos inmemoriales la expresión artística ha hecho parte de lo que nos diferencia como seres humanos de otras especies, se podría decir que la génesis de la humanidad se inició cuando el primer hombre prehistórico se cuestionó sobre su propio ser, sobre su origen e intentó hacerle saber esto a otro por algún medio generado desde su propia expresividad, enfocando su atención hacia lo sutil del universo, convirtiendo el uso de la sensibilidad en múltiples disciplinas que interrelacionadas conformaron las ramas del saber generadoras de conocimiento.

Este espíritu creador del ser humano permanece manifiesto aun en nuestros niños y jóvenes, quienes a pesar de la creciente alienación de los mass media aun poseen destellos creativos por medio de los cuales intentan reconstruir o explicar el mundo que los rodea. Sin embargo a veces la opción del

sueño y del juego no es del todo posible en la infancia de nuestro país debido a los diferentes factores violentos que truncan su desarrollo armónico, ya que muchas veces la opción de lúdica es el rebusque por el sustento cotidiano, o incluso insertarse en alguna clase de grupo que les ofrezca seguridad a cambio de la venta de su niñez. A pesar de esto el panorama no es del todo sombrío, pues en medio de la adversidad frecuentemente crecen las flores mas fragantes y de mejor color como diría Vargas Vila, cuando se utilizan las vías de la continua experimentación y el trabajo en colectivo a través de las disciplinas artísticas, herramientas para la comunicación de la inteligencia emocional, el pensamiento y el acto creativo.

La praxis educativa y su carácter mediático pueden promocionar lecturas creativas del entorno sociocultural que nos hagan menos vulnerables a la deshumanización que perfila el mundo postmoderno ya que “todos los grupos necesitan y utilizan el arte como garantía de continuidad y cambio para realizar


sus valores culturales, el arte se reafirma a través de las culturas por motivos gnoseológicos (ofrecen un cierto conocimiento del mundo espiritual), hedonistas y 1 recreativas” de sensibilización de la comunidad y sus contextos potenciando los imaginarios que le son propios. La creación artística como vía de reconstrucción cultural a través de la cual los niños y jóvenes participan en la transformación de su entorno sociocultural.

La infancia es el momento en que la percepción proporciona la exploración directa de lo que está presente en el exterior y se convierte en el punto de partida de posteriores análisis, gustos y afectaciones que nos marcarán durante el resto de nuestra vida, tal estimulación sensorial genera reminiscencias, evocaciones de imágenes derivadas de los objetos físicos y su transformación en perceptos, que son captaciones y categorizaciones del mundo que incluyen “imágenes de la imaginación; pueden ser visuales, auditivas o de cualquier otra modalidad sensorial y, también puramente verbales”2

y juveniles que en cierto modo evidencian la crisis comunicativa en la cual vivimos, que no permite una interacción ni una relación dialógica desde la horizontalidad de partes que se encuentren en un mismo contexto, debido a que la constitución de imaginarios y nociones de identidad de la comunidad misma se haya fuertemente influenciada por elementos y factores externos a la imaginación propia. Se plantea entonces la necesidad de fortalecer e interrelacionar de una manera más efectiva las redes de las comunidades (la escolar entre ellas) y esto es generando permanente reciprocidad entre los nodos que las componen. Entra en escena la educación artística como factor emancipatorio de la cultura popular, acercando más a los niños a su acervo cultural autóctono, por medio de los canales expresivos presentes mas allá de la cultura de consumo, favoreciendo la creación conjunta, la evolución progresiva del pensamiento complejo de inclusión en las comunidades mismas, de manera propositiva y activa, en los procesos de gestión social y cultural, consolidando la creatividad como estructura significativa en las diferentes dimensiones del devenir humano.

Las diferentes redes sociales que se suscitan en la escuela ponen de manifiesto las diversas formas expresivas de los imaginarios infantiles Anderson, Blau, Dissayanake. “Arte, Educación y Diversidad Cultural” 2 ARHEIM, R. “El pensamiento visual”. p. 111. 1

La educación artística resignifica los contextos en que se desenvuelve, incentiva la expresión creativa como medio de liberación. El arte radicaliza su conocimiento en lo paradigmático, lo consciente, lo inconsciente y lo irracional de


cada ser humano y de la comunidad donde se desarrolla. Es necesario reivindicar el arte como actividad fundamental para el desarrollo de las facultades narrativas en los procesos de creación y contextualización del (re)conocimiento, fortaleciendo el tejido cultural innato a cada contexto en específico. Durante la infancia la educación artística favorece la integración de facultades analíticas por medio del desarrollo de la sensibilidad crítica, capaz de apreciar y producir manifestaciones artísticas que promuevan los intereses, las aptitudes y necesidades de la población, haciéndola participe activa de la vida socio-cultural del país y de la (re)construcción de la identidad nacional desde el conocimiento y consolidación de la propia, ”el conocimiento formal y conceptual acerca de las artes es un componente importante de este legado cultural, y se debería empezar temprano a hacer que los niños se sintieran cómodos con estas formas de conocimiento”3. Es de vital importancia que las colectividades y los proyectos culturales inserten en su constitución la noción de sustentabilidad.

su derecho a la autonomía cultural, la preservación de los saberes en las nuevas generaciones y en el diseño de sus prácticas expresivas y creativas; sean estas públicas o privadas, individuales o colectivas. En este sentido, podemos definir a una colectividad humana como sustentable mientras sea capaz de desarrollar en sus propios términos un entorno cultural que le permita identificarse, utilizar códigos comunes de estructuración simbólica y producir imaginarios y posturas ideológicas congruentes y consecuentes con su devenir cotidiano, asumiendo una postura crítica y reconstructiva de su entorno, para propender así a la consolidación de una cultura propia, autodeterminada y que se replique en cada generación.

La educación artística incentiva la consolidación del pensamiento complejo, desencadenando la producción de manifestaciones estéticas novedosas que colaboran en la consolidación procesos identitarios libres de polarizaciones.

Hoy sabemos que para que una comunidad goce de un bienestar sostenible debe ejercer 3

GARDNER, Howard. ”Educación artística y desarrollo humano. Ed.

Paidos, Barcelona, España, 1990. p. 33

La escuela es entonces el espacio propicio para promover una sociedad más consciente de sus riquezas pluriétnicas, ya que durante sus primeros años los niños son auténticamente curiosos acerca de su cultura, tanto a nivel regional como nacional, el niño busca en sus referentes locales los roles que en un futuro serán la idiosincrasia proyectada como modo de vida, su identidad dependerá


entonces de la tierra nutricia con que hayan sido alimentados su espíritu e intelecto en las fases primeras de su desarrollo. La diversidad entra en juego cuando existe una voluntad específica de asegurar su supervivencia, su multiplicación y sus interrelaciones. El objetivo debe ser “la interacción, el mestizaje, la combinatoria creativa que permita acceder a nuevos universos expresivos, a nuevas alianzas sociales cuya finalidad sea la esencia de lo más noble de la especie humana: la solidaridad en la búsqueda de nuevas fronteras del conocimiento y nuevas formas de expresar las emociones que ello suscita”.4

El aula respira con actitud lúdica llegando por distintos caminos al conocimiento. La investigación en lúdica, pedagogía y juego de Jesús A. Motta advierte que “La clave del paradigma es aprender a aprender. El juego puede cambiar el sistema escolar a partir de encontrar los niveles de conceptualización y otros imaginarios. Un nuevo proyecto pedagógico puede surgir de una metodología basada en la expresión artística, con programas lúdicos que permitan dar identidad cultural a la pedagogía a partir de valores propios. Los procesos alternativos de aprendizaje también se podrán generar a partir de la lúdica como recurso pedagógico 4

DELGADO I CLAVERA, Eduardo, JIMÉNEZ, Lucina y BARBERO,

por generar nuevas formas de conocimiento y permitir profundizar en conceptos. Una metodología lúdica puede propiciar una mayor capacidad de enseñar con la infancia de la postmodernidad. El método ideal sería que los niños descubran el conocimiento a partir de la expresión corporal, musical, plástica, y literaria”.5

Y es precisamente en el juego en donde incluso también los adultos nos identificamos de nuevo con los diversos actos creativos de nuestra infancia, nuestra expresividad aflora de la misma forma que cuando éramos niños a pesar de lo curtidos que podamos estar por las arenas del tiempo, cada niño en nuestro interior surge con la fuerza que tuvimos en ese entonces…. ¿no será acaso que tanto desazón del mundo contemporáneo se debe a que hemos invertido los polos de la balanza?

Enviamos nuestros docentes mejor calificados a la educación superior cuando el trabajo de afianzamiento de un proyecto educativo 5

MOTTA, Jesús Alberto (compilador) “Lúdica 1 y 2, encuentro

Jesús Martín y ORTIZ, Renato, “Cultura y sustentabilidad en

nacional de lúdica”, Ed. Universidad Distrital Francisco José de

Latinoamérica”.OEI, España, 2005. p.56

Caldas. Bogotá, Colombia. 1999. p. 103


sostenible debería comenzar desde la más temprana edad, ofreciendo las herramientas lúdicas y comunicativas que proporciona la pintura, la danza, el teatro, los títeres, la alfabetización visual, el juego combinatorio de las imágenes, ya que los adultos hemos olvidado estos juegos por estar en el avatar cotidiano del sustento, y en esta carrera desbocada hacia ningún lado hemos arrastrado a las generaciones venideras, tal vez es el momento de hacer un alto en el camino y hacer algo concreto por la infancia que se está perdiendo pues tanto la casa como el colegio han “inscrito en nosotros la jerarquía de las diversas funciones de habitar... es más que un cuerpo de vivienda, es un cuerpo de sueño... el colegio otra estancia del ser, donde se concentra una certidumbre de ser”.6

John Hardy Sterling Sierra Licenciado en Educación Básica con Énfasis en Educación Artística Universidad Francisco José de Caldas. Jefe de área jornada tarde Educación Artística y Cultural I.E.D. Antonio José Uribe. I Semestre Especialización Infancia, Cultura y Desarrollo Universidad Distrital Francisco José de Caldas

AGOSTO-SEPTIEMBRE 2011

Somos veraces con nosotros mismos en el acto creativo, en el juego en conjunto y en la lúdica sencilla y profunda que se manifiesta en la risa infantil.

6

Op. Cit. p. 64


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