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Sumario Educando la madurez emocional Sandra Sunza
Historias con enseñanza Betty Sunza
Tips para formar niños sanos Karla Chan
Educando la mente Hiddekel Canul
Comedia Infantil Rosemary Gutiérrez
Tu espejo Sandra Sunza
Construyendo fundamentos Cristianos Betty Sunza
Un vistazo a la literatura infantil James Sarao
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Mensaje del Editor El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde. Gabriela Mistral Estimados lectores: Recuerdo en algún momento de mi niñez, la cual transcurrió en un tranquilo pueblito de Yucatán, compartir con mi hermano y primos, el maravilloso momento de hacer elevarse a un papalote. Era casi mágico el instante en que, arrebatado por el viento, se despegaba con rapidez del suelo, vencía la ley de la gravedad y se remontaba a las alturas, danzando al ritmo del viento. Nuestros ojos infantiles miraban asombrados su ligereza y a la vez la fuerza que mostraba el endeble juguete, pues sorteaba cada ráfaga y mostraba con gracia y belleza sus colores y formas, a lo lejos. Hoy, que soy adulta, reflexiono en cuánto se parece el papalote a cada niño que crece en el mundo, preparándose para volar, para sortear vientos y espacios quizá desconocidos para nosotros. Criar a un niño es, a la vez una responsabilidad y un acto de fe, pues en la medida que vamos soltando el hilo, sabemos que tenemos que guiarlos y evitar que las ráfagas nos los arrebaten, mientras que al mismo tiempo seguimos pidiendo a Dios que haga su voluntad en sus vidas. A través del Número 3 de esta revista, esperamos ser bendición para cada padre y madre de familia, a fin de ayudarlos en esta noble y ardua tarea de preparar niños que, hoy y mañana, vuelen muy alto, cumpliendo sus sueños y el propósito de Dios en el mundo.
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Sandra Sunza Editora
Educando para la madurez emocional La Autoimagen La autoimagen puede ser definida en palabras coloquiales como la imagen que cada persona tiene sobre sí mismo, es decir, la representación interior de “cómo se es”. Cada lector puede explorar su autoimagen, tratando de responder con las ocho primeras palabras que se le vengan a la mente la siguiente pregunta: “¿Cómo soy?”. Como puede observarse mediante este ejercicio, pueden surgir diversos calificativos enfocados tanto en el interior como en el físico. A través de diversos estudios, la Psicología del Desarrollo Humano, ha identificado que los primeros diez años de vida suelen ser básicos en la formación de este elemento de la personalidad, de manera que aunque en los años posteriores de la adolescencia aún continúa modificándose, las creencias sobre sí mismo que se desarrollan en la niñez, son difíciles de borrar. Cada elemento de la autoimagen es moldeado por las experiencias del niño, desde su nacimiento, en primera instancia los adultos que los rodean pueden contribuir al desarrollo saludable de la misma a través de sus interacciones, expresándole al niño la confianza básica en que es un ser digno de ser amado y cuidado. Al paso del tiempo y conforme el pequeño se va haciendo consciente del lenguaje, también su autoimagen se va nutriendo con los comentarios y juicios de valor que los adultos que representan figuras significativas para ellos les comunican sobre su persona, siendo en este caso los más importantes los padres y los maestros. Es indispensable que cada padre y madre de familia, así como todos los adultos en general que interactúan con niños estén conscientes de cómo sus actos y sus palabras pueden impactar en el desarrollo de un pequeño. Algunos calificativos, sobrenombres, frases o gestos que pueden ser expresados con inocencia o de modo no intencional pueden afectar la autoimagen y, de manera consecuente, la autoestima de los infantes. De modo contrario, si se brinda a un niño, desde sus primeros años la confianza en sí mismo y la idea de ser importante y especial, aun en el futuro, durante la adolescencia y edad adulta, le será más fácil sobreponerse a los embates de la vida, desarrollar buenas habilidades de afrontamiento y, en el ámbito cristiano, sentirse con la certeza de ser especial porque es un hijo de Dios.
Sandra Sunza Editora
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Historias con enseñanza Las relaciones familiares no siempre son fáciles, sobre todo cuando se involucran los
niños, pues en su corta edad y entendimiento hay muchas cosas que no comprenden en su totalidad. En estos casos los padres deben ser ayuda y bendición a sus pequeños hijos, orientándoles con amor, exhortándoles, en ocasiones, pero sin herir sus sentimientos. Por el contrario, deben alentar el amor hacia Dios y hacia los demás y saber cómo responder y conducir a los pequeños, para evitar pensamientos que les lleven a ser hombres inseguros e inmaduros. Para esto, los padres deben preocuparse en estudiar la Biblia para que sus palabras estén llenas de fe, de amor y de la autoridad que nos da la Santa Palabra de Dios. En esta ocasión, el tema que les comparto es sobre el nacimiento de un nuevo bebé en la familia, situación que debe ser de total y completa felicidad, pero que no siempre sucede así. He aquí un ejemplo de eso, y de cómo un niño puede sentirse ante la inminente llegada de nuevo integrante en su familia.
Rosa y Julio se conocieron desde muy jóvenes. Asistían a la misma Iglesia y poco a poco comenzaron una muy linda amistad. Con el paso del tiempo, se casaron pues deseaban formar juntos una familia. Carlitos fue el primogénito de la familia. Sus padres, Rosa y Julio lo amaban de una manera especial. Toda la atención fue para él. Cuando cumplió su tercer año, le hicieron una bonita fiesta de cumpleaños. Pastel, piñatas, dulces, fueron algunas de las cosas que le compraron para que compartiera con sus amiguitos. Toda su familia le compró obsequios, y él se sentía feliz...
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A partir de ese año, en cada cumpleaños le celebraban una gran fiesta con sus amigos y familia. Tenía ocho años cuando supo que su mamá tendría otro bebé. Al
principio se sintió feliz de tener un hermanito o hermanita con quien jugar, pues siempre había tenido que hacerlo solo. Sin embargo, al paso de los días, de los meses, la situación cambió. Carlitos, comenzó a pensar que ya sus papás no le prestarían toda la atención y mucho menos le darían todo el cariño al que estaba acostumbrado; todo sería para el nuevo bebé. Y no sólo eso, sino que los juguetes, las fiestas, los regalos, tendría que compartirlos con él. Lo que más le dolía era que sus papás quizá le dejarían de querer, porque se ocuparían más del bebé y se olvidarían de él. Carlitos se volvió un niño triste y enojón. Comenzó a tener un mal comportamiento, no solamente en la escuela, sino que también en la Iglesia ya no prestaba atención. Rosa, al darse cuenta de esto, un día lo llevó al parque a jugar, y cuando ya Carlitos
se había cansado de tanto correr con sus amigos, le llamó y se sentó junto a él. Le tomó una de sus manitas y la puso sobre su vientre y le dijo: “¿Sientes eso?, es tu pequeño hermanito saludándote.” Carlitos sintió que el corazón le latía más fuerte pues nunca había sentido algo así. “Él te ama”, continuó diciendo su mamá. “¿Cómo sabes que me ama?”, preguntó Carlitos. “Porque es creación de Dios, y fruto del amor, así como lo eres tú. Tú y él o ella, tienen pedazos del corazón de tu padre y del mío”. “Dios, juntó estos pedazos y los formó a ustedes dos para que compartieran nuestro gran amor.”
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Carlitos, sintió pena por todo lo que había pensado y dijo: “Mamá, ¿no dejarás de quererme cuando mi hermanito nazca?, ¿no te olvidarás de mí, porque ya soy grande y no puedes cargarme como antes?”. Rosa, sonrió, y una lagrimita corrió por sus mejillas y le respondió: “Claro que no te dejaré de querer, mi amor será más grande porque se duplicará. Mi mano siempre sostendrá la tuya y mi corazón te amará, aun cuando los años pasen y tú te hagas mayor y seas un hombre. Tú y tu hermanito y tu padre son mi razón de vivir, mi motivo de felicidad. Son los más grandes regalos que Dios me ha dado.” Carlitos sonrió y después, llorando, le pidió perdón a su mamá por haber dudado de su gran cariño. “Mami, yo te ayudaré a cuidar a mi hermanito, y juntos, tú, papá y yo, le enseñaremos muchas cosas lindas, las mismas que me han enseñado a mí. Y yo jugaré con él y le hablaré de Dios y de la maravillosa familia que tenemos como regalo del cielo… y le diré que él es una bendición en nuestras vidas y nunca dejaré de amarlo y que así como me cuidaste yo lo cuidaré a él. Seremos los más grandes amigos, yo lo defenderé y pelearé contra el mundo por él, si es necesario.”
Rosa sintió que su corazón estallaba de emoción y alegría, tomó las manitas de Carlitos, las puso sobre su vientre y luego lo abrazó y le dijo al oído: “Siempre te amaré, eso nunca lo dudes, y cuando yo no esté para cuidar a tu hermanito, tú lo harás por mí, y cuando yo no esté para cuidarlos a los dos, Dios me ha dicho que lo hará por mí. Tu corazón y el del bebé están unidos por el amor.” Carlitos le dio un gran beso a su mamá, tocó con sus manitas su rostro, limpió sus lágrimas y le dijo: “Mami, y cuando haga falta, mi hermanito y yo te cuidaremos a ti y a papá con mucho amor”. Rosa, tomó la manita de Carlitos y comenzaron a caminar rumbo a su hogar donde Julio les esperaba con ansias y con una gran cena.
Betty Sunza Diaconisa de la Iglesia. Colaboradora del Ministerio Internacional de Educación. Especialista en Bibliotecología. Secretaria Internacional del Ministerio Infantil.
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Tips para formar
LA IMPORTANCIA DEL EJERCICIO EN LA NIÑEZ
La actividad física en la niñez interviene en muchos factores de la vida ya que a través de ella el niño puede tener buena resistencia cardiorrespiratoria, flexibilidad, fuerza y resistencia muscular. Procure que su pequeño pase menos tiempo frente al televisor, video juego, computadora o en actividades que lo mantengan estáticos e inactivos. Son los padres quienes deben incentivar a los pequeños a mantenerse activos practicando por lo menos una hora al día, alguna actividad física como: Correr Caminar Montar bicicleta Nadar Jugar futbol Saltar la cuerda Patinar etc. Crear en su hijo la disciplina de hacer ejercicio es una manera de mantenerlo saludable y feliz, ya que el ejercicio ayuda a evitar la obesidad, reducir los niveles de colesterol, dormir mejor, reduce la ansiedad y el estrés. Estimado padre o madre de familia, le invitamos a unirse a sus hijos por lo menos una vez a la semana, haciendo alguna actividad que implique ejercicio físico, pruebe y verá que los beneficios se reflejarán, no sólo en los niños, sino también en usted.
Karla Chan Evangelista de la Iglesia. Directora Local de Ministerio Infantil.
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Educando la Mente
a mente es el conjunto de facultades intelectuales de una persona: el entendimiento, la capacidad de crear pensamientos, la creatividad, el aprendizaje, el raciocinio, la
percepción, la emoción, la memoria, la imaginación, la voluntad, y otras habilidades cognitivas forman parte de ese conjunto. Quizá algunas de estas habilidades te suenen familiares y otras extrañas, sin embargo esta sección tiene como objetivo ayudar a los padres a conocer el amplio campo de trabajo que existe en la estimulación de la mente de sus pequeños. A lo largo que las publicaciones de esta revista estaremos hablando, en esta sección, de cada una de las facultades intelectuales que forman parte de la mente y cómo estimularlas en sus hijos. En esta edición trabajaremos con la memoria. La memoria es una de las habilidades cognitivas más conocidas, todos sabemos que alguien con buena memoria es una persona con la habilidad de retener conceptos, definiciones, citas, párrafos, palabras, mensajes y todo tipo de información por un tiempo indefinido. Una buena memoria es útil en todos los ámbitos de la vida. A veces se piensa que la mejor manera de ejercitar la memoria es la repetición y también se cree que el ejercicio de la memoria debe comenzar cuando los pequeños ya asisten a la escuela, pero esto no es así. La memoria debe ser estimulada en las etapas tempranas de los niños, cuando comienzan a tener conciencia y es recomendable para esto, la utilización de actividades
divertidas en la vida cotidiana, una buena edad para empezar seria después a los 5 años.
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A continuación presentamos un conjunto de actividades que nos ayudarán a iniciar a los niños en el útil mundo de la memorización de forma práctica y divertida.
Mural de palabras. Se dibujan o pegan en un mural unas imágenes de cualquier cosa, se deja un tiempo para que el pequeño las memorice y luego se quita o cubre el mural de su vista y él debe recordar las máximas imágenes posibles. Se puede aumentar la dificultad preguntando por ejemplo cuántas palabras empezaban por una letra determinada, cuántos animales había… etc.
Juego de parejas (número con número, imagen con imagen o imagen con palabra). Se coloca una serie de imágenes en parejas sobre la mesa, se memorizan y luego se mezclan y se ponen boca abajo, el niño tendrá que descubrir dónde están las parejas levantando dos simultáneamente, y volviéndolas a su lugar de origen en el caso de que no coincidan.
Cantar. Aun cuando cantar parece algo sencillo es un buen ejercicio para estimular la memoria, ya que cada canción contiene un grado de complejidad diferente pues no solo hay que memorizar la letra sino también la armonía, el ritmo y el tono. Todo esto lo hace el niño de manera inconsciente y sobre todo divertida. En la siguiente edición hablaremos sobre EL ENTENDIMIENTO, otra de las facultades intelectuales que conforman la mente.
“La mente es como un paracaídas. No funciona si no está abierta”.
Frank Zappa
Hiddekel Canul Predicador de la Iglesia. Pastor en la Congregación de Mocochá, Yucatán,
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Comedia
Maribel Fonseca, Bocas del Toro, Panamá:
La mama del niño Erubeis lo mando a limpiar el jardín, así que el niño muy obediente fue al jardín, le quitó todas las flores a las plantas, luego sembró todas las flores para que nacieran más. Como era de esperarse, todas estas se murieron.
Los niños Eiser y Erubeis le preguntaron a su papá que si el gato era imagen. A lo que el padre les respondió, “Si, claro, el gato es imagen.” Paso un rato y los niños regresaron corriendo a donde estaba la mama y le dijeron: “Mami, echamos el gato porque es imagen.” La mamá no entendía porque le decían esto. Ella les preguntó qué había pasado con el gato. Ellos le respondieron, “Papi nos dijo que el gato es imagen así que lo echamos a la calle”.
El papá de una niña llamada Haydee era muy gordo y tenía una barriga muy grande. Un día la niña Haydee invitó a su casa a su mejor amiguita Sofía. El papá de Haydee estaba acostado durmiendo en el mueble de la sala. La niña Sofía lo vio y asustada corrió y despertó al señor, y agarrándole la barriga le dijo, “Señor, señor, se le está cayendo la barriga”.
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Oneivis Concepción, Colón, Panamá: La niña Anita estaba invitada a una pijamada con otras cinco niñas y cada niña tenía que aportar un dólar para asistir. Anita no tenía dinero, pero se fue a la pijamada. Cuando le preguntaron: “Anita, ¿dónde está tu aporte para la fiesta?”, ella respondió: “Yo no tengo dinero, pero vine por fe.”
Annis Rangel, High Springs, Florida: Un niño fue por primera vez a la Escuela Sabática, después de la clase le pregunta su mamá: “hijo, ¿cómo te fue en la clase?”. El niño le responde, “bueno mami, te diré que la maestra me dijo que un hombre que se llamaba Moisés ayudó a sacar al pueblo de Israel de Egipto. Así que se las ingenió y construyó un gran puente sobre el mar rojo para que todos pasaran y salieran de Egipto.” Dice la mamá: “¿Eso fue lo que la maestra te enseño?” El niño le responde: “Mami, si yo te cuento lo que la maestra me enseñó, tu no lo vas a creer”.
Susannis Garcia, High Springs, Florida: Le pregunta un niño a su mamá: “Mami, ¿qué sucede con las personas que mueren? La madre le responde, “bueno, dice la palabra de Dios que del polvo fuimos formados y al polvo volveremos, así que cuando las personas mueren se convierten en polvo”. El niño le dice a su mamá: “¡Ay mami!, entonces cómo hay muertos debajo de tu cama”.
Compiladora:
Rosemary Gutiérrez Encargada del ministerio Infantil Internacional
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Tu espejo El lenguaje y comunicación El lenguaje es, de manera indiscutible, el mecanismo socializador por excelencia en el ser humano; a través de él podemos comunicar nuestras ideas, sentimientos, así como transmitir nuestro legado a las siguientes generaciones. Es importante recalcar que, por lenguaje entendemos todo aquel conjunto de símbolos que permiten el intercambio de información, pudiéndose distinguir en las interacciones cotidianas entre lenguaje verbal y no verbal. El primero estaría compuesto por todas las palabras que se comparten de manera oral o escrita, mientras que el segundo estaría constituido por otros elementos como el volumen de la voz, el tono, los movimientos del cuerpo, los gestos, la expresión facial, por mencionar algunos. En la comunicación personal, no es posible separar estos dos tipos de lenguaje, pues se complementan y permiten una comprensión más profunda entre individuos. En los niños, el proceso de comprensión y desarrollo del lenguaje inicia de modo temprano, aproximadamente a los dos meses el bebé ya es capaz de comprender ciertas expresiones faciales de quienes le rodean, especialmente de los padres y estas señales producen en los niños determinadas respuestas, a pesar de que aún falta mucho para que comprendan las palabras. No es raro ver bebés que rompen a llorar ante expresiones faciales que interpretan como negativas, sonreír ante alguien que le expresa alegría o inquietarse ante una voz con volumen fuerte. Entre padres e hijos, este proceso de intercambio, suele estar moldeado por lazos muy fuertes, de manera que los padres pueden interpretar de manera profunda los llantos, gestos y palabras de cada uno de sus hijos; este proceso también se da a la inversa, pues los niños aprenden a reconocer aspectos de la forma de comunicar de sus padres, que a veces son inconscientes y hasta desconocidos para ellos mismos.
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Ahora bien, es importante que cada padre sepa que el principal mecanismo de aprendizaje que se da entre los niños de entre 0 y 11 años es la “imitación”, que consiste en copiar pautas de comportamiento que observan en los modelos con los que conviven diariamente, por ejemplo familiares, maestros y principalmente, los padres. Vinculando esto al desarrollo del lenguaje, el niño copiará las palabras, las formas de expresión, los gestos de cada uno de sus padres. En el libro poético de Proverbios existen muchas alusiones a la comunicación, he aquí algunas de ellas, tomadas de distintas versiones de la Biblia a fin de facilitar su comprensión: 1. El que mucho habla, mucho yerra; callar a tiempo es de sabios. Prov. 10:19 2. El imprudente habla mal de su amigo; el prudente guarda silencio. Prov. 11:12 3. Cada uno recoge el fruto de lo que dice y recibe el pago de lo que hace. Prov. 12:14 4. Cuidar las palabras es cuidarse uno mismo; el que habla mucho se arruina solo. Prov. 13:3 5. La respuesta amable calma el enojo; la respuesta violenta lo excita más. Prov. 15:1 6. La lengua amable es un árbol de vida; la lengua perversa hace daño al espíritu. Prov. 15:4 7. El hombre justo piensa lo que ha de responder, pero el malvado lanza maldad por la boca. Prov. 15:28 8. Es de sabios hablar poco, y de inteligentes mantener la calma. Prov. 17:27 9. Cada uno comerá hasta el cansancio del fruto de sus palabras. Prov. 18:20 10. El que tiene cuidado de lo que dice nunca se mete en aprietos. Prov. 21:23 Queridos padres y madres de familia, hoy les invitamos a seguir estos consejos extraídos de las Escrituras e inspirados por Dios: poniéndolos en práctica te asegurarás de estar moldeando la conducta de tus hijos. También te recomendamos estar al pendiente siempre de qué es lo que estás comunicando a tus hijos, obsérvalos y mira cómo te reflejas en ellos.
Sandra Sunza Miembro de la Iglesia. Investigadora en el área de fortalecimiento familiar, sentido de vida y riesgo en adolescentes. Responsable del Departamento de Hogar Infantil del Ministerio Infantil Internacional.
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Pocas veces reflexionamos junto con los niños sobre las enseñanzas que nos dejan las lecturas bíblicas. Así que, en esta ocasión, le sugiero dos historias para compartir con ellos. De estas dos historias también se han realizados dos breves cuestionarios para que el niño responda con la ayuda de usted, padre o madre de familia. Si su hijo ya sabe leer y escribir, ínstele para que en una libretita aparte, junto con su Biblia responda a cada pregunta, dele la oportunidad de desarrollar esta habilidad junto a usted. Las dos historias están relacionadas con los niños. La primera es la historia de Samuel y la segunda es la historia de Jesús. Historia número 1: Samuel Léase en 1ª de Samuel capítulo 1:1-28 Historia número 2: Jesús
Léase en San Lucas 2:1-52 Deberá leer todos los versículos de cada capítulo junto con el niño. Usted como padre o madre, debe conocer el contexto de la historia por si acaso el niño le hiciera alguna pregunta. Usted debe ser capaz de responder y aclarar las dudas del pequeño. Y esto podrá hacerlo solo si está empapado totalmente de la historia de estos personajes. ¿Cuál será la dinámica a seguir para leer estos capítulos? Programe una hora cada día para que con su pequeño lea cada historia. Primero, léala usted en voz alta para que el niño la escuche y vaya comprendiendo. Luego, permita que el niño la lea. Completar esta dinámica le llevará varios días, ya que, se entiende que el niño no sea tan rápido al leer o comprender y hay que darle un tiempo para que medite y analice cada parte sin prisas. Si hay alguna palabra poco común, tenga a mano un diccionario o previamente busque el significado para que pueda despejar toda duda del niño. Después de haber concluido la lectura de la historia, cuéntesela al niño con sus propias palabras para reforzar el aprendizaje.
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Al finalizar cada historia, y cuando usted esté seguro de que el niño la ha comprendido, aplíquele el cuestionario correspondiente. Éstas son solamente algunas ideas que puede poner en práctica para leer cada historia, ya que si usted conoce otras, y cree que funcionarán, aplíquelas sin temor, que nuestro objetivo es despertar en ellos el interés y el amor por la Palabra de Dios. He aquí los cuestionarios correspondientes:
¿Cómo se llamaban las dos mujeres de Elcana? Anna y Pennina ¿Cómo oró Anna a Jehová en el templo? Con amargura de alma
¿Qué pensó Eli de Anna al observarla orando? Que estaba borracha ¿Cómo se llamó el hijo que Anna tuvo? Samuel ¿Cómo se llamaba el padre de Samuel? Elcana ¿Qué fue lo que Anna le prometió a Jehová si le daba un hijo? Le prometió dedicarlo a él todos los días de su vida y a no subir navaja sobre la cabeza del niño. ¿Cumplió Anna su promesa? Sí ¿Cuándo lo llevó Anna a Silo a la casa de Jehová? Cuando lo hubo destetado.
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´ ¿Cómo le llamaban a Bethlehem? La ciudad de David ¿Por qué José y María fueron a Bethlehem? Para ser empadronados ¿Dónde acostaron a su primogénito al no haber lugar en el mesón? En un pesebre ¿Quién le anunció a los pastores que Cristo había nacido? El ángel del Señor ¿Quién abrazó a Jesús cuando sus padres le trajeron al templo? Un hombre llamado Siméon ¿Cuántos años tenía Ana, profetisa? Ochenta y cuatro ¿A que iban los padres de Jesús a Jerusalem todos los años? A la fiesta de la Pascua ¿Cuántos años tenía Jesús cuando se perdió de sus padres en Jerusalem? Doce ¿Dónde encontraron a Jesús después de tres días de buscarlo? En el templo, sentado en medio de los doctores ¿Cómo crecía Jesús? En sabiduría, y en edad y en gracia para con Dios y los hombres Si usted considera necesario omitir alguna pregunta, hágalo. Si cree necesario añadir, hágalo, todo en beneficio del pequeño. Recuerde, que nuestro deseo y objetivo es que los niños se interesen y amen la Palabra de Dios. Así que, nuestra enseñanza debe ser con amor y paciencia, y siempre en oración para que Dios complete en sus pequeños hijos la obra maravillosa que un día empezó.
Betty Sunza Diaconisa de la Iglesia.
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Colaboradora del Ministerio Internacional de Educación. Secretaria Internacional del Ministerio Infantil.
Introducción Presento ahora a los padres de familia un cuento que tiene como objetivo la reflexión en torno a la educación de su hijo. Al finalizar la lectura le invito a considerar las cuestiones finales y la formación cívica y ética de su familia (en cuanto a la educación se refiere), pues si bien la educación institucional es importante en la formación académica del niño tal vez no lo sea en su formación humana y espiritual. Consideren la postura de Cristo, aunque haya también otros ejemplos, qué hizo a esa edad; qué hicieron sus padres; cuál es la ventaja de perfeccionar las capacidades intelectuales y qué relación le competen a la salvación. Ponerse en oración con Dios y dejar que él le guie en sus decisiones les ayudará a reforzar la integridad de su casa y si demandasen sabiduría, como Salomón, les será dada para fortalecimiento espiritual del hogar.
Esta narración fue difundida por miles de años en la antigua China y es rescatada 1 gracias a la compilación del profesor de español Chang Shiru y al especialista en tradiciones y doctrinas de Oriente, Ramiro Calle. Una de las características por las que ha perdurado es por la trascendente enseñanza que otorga a sus receptores, entre los que, es mi particular deseo, espero pueda apreciar.
La historia del niño pródigo “Un funcionario de Pekín contó esta historia que se hizo muy popular. Cuando trabajaba en la capital, volvía a mi pueblo natal a visitar a mis padres cada dos o tres años. Era un viaje largo y penoso de un mes entero por el Gran Canal, a través de casi dos mil kilómetros. En las reuniones con la familia, me contaban muchas cosas interesantes del pueblo, de la prosperidad o decadencia de las grandes familias, de los casamientos de mis amigos de infancia, del cambio de costumbres y del mantenimiento de las tradiciones milenarias. Una de las cosas que me maravillaron fue el caso de un niño superdotado.
... Ver: Chang, Shiru y Ramiro Calle, eds. “La historia del niño pródigo”. 101 cuentos clásicos de la China. Madrid: Editorial EDAF, 2013, pp. 161-165.
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Se llamaba Zhong Yong y tenía siete años. Sus padres eran analfabetos sin ninguna preparación cultural, como la mayoría de los campesinos. La pequeña parcela de tierra que cultivaban les permitía una vida sencilla, sin mucha holgura. Sucedió que cuando su hijo, que no había demostrado ningún prodigio, empezó a pedirles que le enseñaran a leer cuando apenas tenía cuatro años, en su casa el único libro que había era el Calendario Lunar, con las recomendaciones y prohibiciones de cada uno de los días del año. Al principio pensaban que era un capricho infantil pasajero. Pero como el niño les pedía llorando todos los días que le enseñaran a leer, se vieron obligados a pedir auxilio a un hermano suyo que vivía al lado para que le enseñara algo. Pidieron prestados unos libros de poesía y otros de historia para salir del paso. No eran adecuados para un niño de cuatro años, pero algo les servía para tranquilizar al muchacho. Para su gran sorpresa, vieron cómo a fuerza de memoria el niño lo aprendía todo con mucha facilidad. A los pocos meses dominaba ya una buena cantidad de caracteres chinos y empezaba a escribir versos con una rítmica correcta. A los cinco años podía recitar muchos poemas antiguos, incluso componía poemas cortos él mismo. Asombrados por el prodigio del infante, lo llevaron a un señor ilustrado, quien quedó totalmente sorprendido por la inteligencia precoz del niño. Sugirió que lo llevaran a un buen colegio para desarrollar su capacidad intelectual. Al despedirse les regaló una docena de libros y unas monedas de plata. El padre guardó con gran alegría el inesperado regalo y regresaron muy contentos a su casa. No podían seguir el consejo del letrado, ya que la austeridad de su economía no permitía tal lujo. Además, pensaba su padre, si el niño podía aprender prácticamente solo con un resultado satisfactorio, ¿por qué mandarlo a la escuela? Alentado por el buen resultado de la primera experiencia, el padre lo llevó a los parientes y amigos para mostrar los prodigios del niño. El comportamiento del muchacho no podía ser mejor. Podía componer un poema sobre cualquier tema que le indicaran. Además, la rapidez con que lo hacía era sorprendente. Tanto la imaginación y la rítmica, como el repertorio lingüístico del niño, dejaban perplejos a los oyentes. Los recitales siempre terminaban en encendidos elogios y generosa donación en especies o en metálico. El mismo alcalde del pueblo lo recibió un día para premiarlo y alentarlo con el esfuerzo de ensalzar al pueblo. El padre nunca había esperado que el talento de su hijo le pudiera traer inesperadamente la fama y un notable ingreso, suficiente para mejorar sustancialmente la economía familiar.
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En víspera de mi partida, pude admirar en un recital público la fantástica memoria del niño recitando páginas enteras de los Anales de Primavera y Otoño, componiendo algunos poemas espontáneamente con una inspiración poco usual en un joven de tan corta edad. Emocionado, me fui del pueblo con la esperanza de encontrarlo a mi vuelta con progresos más sorprendentes. Dos años más tarde, volví otra vez a mi pueblo. Una de mis primeras preguntas fue: — ¿Qué tal marcha el niño prodigio? Contadme algo de él. No se animaron mucho por el tema, más bien se aburrían. Y para mi sorpresa me dijeron: —Su padre lo está explotando. No lo ha enviado a la escuela. El pobre chico no ha avanzado nada. Repite siempre lo mismo. Pero su padre no se cansa de llevarlo a los parientes y amigos, que ya han perdido todo interés por el asunto. El alcalde siempre ha rechazado recibirlos de nuevo. Ahora nadie le da nada. Los recitales de la calle se convierten en monólogos de mendicidad sin ningún espectador. Una gran desilusión me desolaba el corazón. Lamenté que el niño no pudiera ir al colegio para recibir una preparación adecuada. El joven parecía como esas estrellas que antes de alcanzar pleno esplendor han empezado a apagarse por falta de una oportunidad para fomentar sus cualidades. Al día siguiente salí a la calle para dar una vuelta, y allí lo encontré dando un recital con una ausencia total de público. Los versos que componía eran desgastados, carentes de inspiración alguna. Repetía una y otra vez lo mismo de hacía dos años. Le di una moneda de plata que su padre se apresuró a guardar ávidamente. Probablemente hacía meses que no recibía nada. Sentí una profunda desolación en el alma por la decadencia de un prodigio que podría haberse convertido en el talento del imperio. Esa vez me fui del pueblo con un espíritu abatido. Cuando tres años más tarde volvía a encontrar la vida estática de la provincia sureña, ni siquiera oí hablar del prodigio infantil. Ese niño que había mostrado dotes maravillosos a los cinco o seis años, decayó totalmente. No se veía ni rastro suyo en las calles. Ayudaba a su padre a cultivar la tierra de sol a sol. Por la tarde cuando volvía a su casa muerto de cansancio, se acostaba en seguida tras engañar el estómago con una cena somera. Nunca volvió a tocar libro alguno. Lo que aprendió en su infancia lo olvidó casi por completo. Tampoco tenía inspiración alguna para escribir poemas porque las labores del campo eran monótonas y muy poco inspiradoras. ¡Ay, cómo es la vida! Si naces con unas buenas dotes intelectuales, no desperdicies tu condición privilegiada. Lucha por desarrollar tu inteligencia. De lo contrario, te enterrará el polvo”.
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El relato lo hallé como “la historia del niño pródigo” (y no como “niño prodigio”, que sería más evidente) y, aunque la relación no es directa, puede ser vista desde el abuso o el interés personal y material del padre que, al aprovecharse de la virtud de su hijo, le negó la oportunidad de progresar intelectualmente. ¿Usted conoce algún caso en la Biblia que se refiera a la importancia de la educación? ¿Por qué es necesario el desarrollo de la capacidad intelectual e inventiva del niño? Cuando el rey David, en el Salmo 139: 6, declara ser tan inabarcable la ciencia ¿pretendía conocerla, cómo? ¿Cuál es la diferencia entre la sabiduría del rey Salomón y la inteligencia de Daniel (Daniel 1:20)? ¿Existe diferencia entre sabiduría y el intelecto (Daniel 2: 21)?
James Sarao
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Estudiante de Literatura Latinoamericana.
Escuela Para Padres Cristianos Es una publicación independiente del Departamento de Hogar Infantil, perteneciente a la Iglesia Evangélica Internacional Soldados de la Cruz de Cristo, editada en Mocochá, Yucatán, México, en el año 2015. Los textos aquí publicados son en su totalidad responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de los editores. Prohibida la reproducción total o parcial si se omite citar la fuente.
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Estimado lector: La Revista Electrónica ESCUELA PARA PADRES CRISTIANOS “Forjando generaciones con sólidos valores”
Te hace una cordial invitación a participar en este proyecto
¿Cómo podrás hacerlo? Envíanos historias reales para nuestras secciones “Niños que alumbran al mundo” y “Comedia Infantil”. O si te gusta escribir relatos, mándanos algún cuento inédito para la enseñanza de valores cristianos que se pueda publicar en “Historias con enseñanza”. También nos interesa conocer tu opinión y sugerencias para esta publicación, escríbenos y cuéntanos qué temáticas te interesa que abordemos en el siguiente número, no olvides poner tu nombre completo y el lugar de donde nos escribes. Estaremos publicando las cartas de nuestros lectores. Puedes contactarnos, desde nuestras redes sociales y correo electrónico, donde estaremos contestando tus dudas, comentarios y sugerencias sobre el contenido de las revistas. Tus aportaciones serán de mucha bendición para el progreso de esta publicación.
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Ministerio infantil Internacional