BAMBOO #10

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The Big Bang Theory: E

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La Liga Extraordinaria:

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El boom de la cultura nerd, la tendencia que confirma el triunfo de la personalidad. pág. 23

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Un relato en primera persona sobre los tentáculos del poder en el sistema carcelario. pág. 18

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DAVID:

Precio: ARG: $22,00 / URU: $120 – Recargo de envío al interior: $0,50

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Año 4 - Edición 10 - www.proyectobamboo.com

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Un equipo de superamigos ponen en marcha un plan perfecto para democratizar la educación de elite. pág. 44

ENRIQUE AVOGADRO / Fabiana Barreda / Pablo Bianchi A lva r o G a r c í a R e s ta / A n d r e a J u a n / M a r t í n Ko h a n Lux Lindner / Pablo Manzotti / Julián Massaldi Marco Sanguinetti / Santiago Siri






BAMBOO // Staff DIRECTORA GENERAL PROYECTO BAMBOO BOUTIQUE EDITORIAL: PAZ DUBARRY paz@proyectobamboo.com DIRECTORA GENERAL PARA UE Y CHINA: MARIA SWOBODA maria@proyectobamboo.com DIRECTOR DE ARTE: JUAN GÓMEZ ALZAGA design@proyectobamboo.com IMAGEN & COMUNICACIÓN: CRUZ BARCELONA info@cruzbarcelona.com ASESOR EJECUTIVO: PATRICIO TOBAL pato@patriciotobal.com DISTRIBUCIÓN CAPITAL FEDERAL: VACCARO SANCHEZ DISTRIBUCIÓN INTERIOR & URUGUAY: DISA CORRECTORES: NICOLÁS FURFARO & CATALINA LLADÓ CONTACTO DEPARTAMENTO COMERCIAL: IVANA LOPEZ comercial@proyectobamboo.com COLABORARON EN ESTE NÚMERO: Rosario Heer, Luciana Olmedo Wehitt, María Swoboda, Manuela Ghitta, Laura Piasek, Carlos Avendaño, Julieta Novarro, Pablo Vigo, Noelia Veltri, Inés Arteta, Diego Sandoval, Federico Raiman, Mariana Ibañez, Diego Miranda Morinigo, Nicolás Elvira y Amparo Díscoli AGRADECIMIENTO ESPECIAL A: Diego Sandoval, María Gabriela Hoch, Mariana Massaccesi, Marion Richrdson de Haenen, María Emilia Vanín, Mariana Ibañez, María Zunino, Celina Lesta, Geraldine Grillo, Julio Oropel, Jorge Muradas, Claudia Traverso, Juan Gómez Álzaga, Paul Farquharson, Fernanda Expósito, Agustín Colli, Sergio Cantarovici, Nuria Kehayoglu, Romina Perex, María Pilar Martel Barcia, Luciana Olmedo Wehitt, Diego Sandoval, Andrés Dubarry, Matías Antolín, Claudio Zafarani, Nicolás Furfaro, Catalina Lladó, La Fabrica, José Tobal y Magazine Rack.

EDICIÓN 10 – AÑO 4 EDITADA POR PROYECTO BAMBOO S.R.L. CUIT 30711335966 CABELLO 3627 5°C – C.A.B.A. IMPRESO EN GALT S.A.

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Fieles a nuestra polÍtica de promover un consumo responsable con el medioambiente, toda la revista bamboo estÁ impresa en papel certificado FSC. Este sello garantiza que el material utilizado procede de bosques bien gestionados Y certificados con los estándares del “Forest Stewardship Council”.

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EDITORIAL // Paz Dubarry Supongo que tiene que ver principalmente con el paso del tiempo, y arriesgándome a caer en un cliché, confieso que cada día me siento más y más cómoda conmigo misma. No hablo solamente de la parte física (aunque ya mi cuerpo, mi pelo indomable y mi cara redonda y yo nos hemos vuelto bastante amigos), sino de una sensación que llevo adentro y que me permite realizar todo tipo de tareas, vivir todo tipo de experiencias y emprender todo tipo de proyectos con convicción. Tampoco se trata de ideología, aunque tiene tal vez un poco de eso. Cumplí 32 años. Para muchos eso no es nada pero para alguien que ha vivido vorazmente como yo, es una edad que finalmente me acerca un poco a la edad que siento que tengo. Tengo dos hijos, una carrera, un matrimonio que funciona, una vida en constante movimiento… Nada mal para una nerd disfrazada de chica alocada. Nada mal para una chica como yo, que siempre tuvo algo así como una “doble vida” y una permanente necesidad de vivir todo rápido. Infancia casi no tuve. En la adolescencia, el vivir a cientos de kilómetros del colegio al que asistía me obligaba un poco al ostracismo y al equilibrio. La juventud me agarró con todo y en los años de facultad tuve que ponerme al día con todas aquellas cosas que la mayoría experimenta antes y para ese entonces resuelve. Siempre rodeada de gente más grande que yo, me dejé llevar por un torbellino de emociones que la mayoría de las veces no hacía más que recordarme lo perdida que estaba. A los 26 (sí, ya sé que suena irónico) tuve un surmenage cuando un jefe casi literalmente me mata. Me retiré de una carrera que no había elegido y que me frustraba. Ahí, enseguida, llegó el amor, el compromiso, los hijos y Bamboo. Y con todo eso también llegó la paz que intentar ser Paz nunca me había dado. Mucho se lo debo a mi marido, que gracias a sus 50 y pico de años me enseña día a día que no hay que hacer el esfuerzo por nadie. ¿Suena egoísta, no? Pero no saben lo profundamente generoso que resulta actuar sin que querer agradar, vivir sin buscar aprobación, estar tranquilo cada vez que apoyás la cabeza en la almohada. Ahora puedo ser tan nerd y tan desprejuiciada como también soy y no sentir que estoy dividida en dos partes. Las cosas que me apasionan son varias y ya no me avergüenzan como antes. Puedo ponerme a leer (cuando la maternidad lo permite) en posiciones físicamente extrañas por horas. Puedo tratar de invocar el sueño mirando mil y un pares de zapatos online. Puedo programar un viaje cuidando hasta el más último detalle mientras investigo en blogs de lo más superficiales qué hacen los que viajan a las ciudades a las que voy. Puedo hacer un revista con alma. Puedo iniciar un proyecto que me apasiona como el HQ desde la más sincera humildad de saber que no sé nada ni quiero enseñarle nada a nadie sobre empresas culturales y si, en cambio, animarme a que la gente que se siente tan bien en su piel como yo, me asesore. Puedo mudarme de país porque así son las cosas y no tener miedo. Puedo sentir y saber lo mismo sin que mi corazón y mi cabeza se lleven a las patadas. Puedo bailar desenfrenadamente sobria, cerrando los ojos y dejándome llevar. También puedo discutir sobre política y decir a quien voté reconociendo en el mismo segundo, y sin buscar el aplauso, que soy de los que se equivocaron aunque a muchos les de bronca. Puedo darme el lujo de decir y hacer lo mismo. Y eso se lo debo principalmente a que ya no me importan cosas que antes me importaban. Porque más allá de mi vida y mis circunstancias, el mundo cambió y la gente como yo –rara, como encendida– tiene su espacio ganado. Esta edición es para ellos y para mí. Para todos los que nos hemos sentido desencajados encajando. No importa cuánto rock, cuánto exceso o cuánta privación hemos tenido para llegar al lugar donde hoy estamos. No tiene que ver con el sufrimiento ni con el dolor durante años disimulado. Esta venganza tiene que ver con la certeza de que en ese camino lleno de hábitos extraños se abrió una puerta. Y que hoy somos nosotros los que vivimos según nuestras propias reglas, caiga quien caiga, aunque en realidad no caiga nadie. Que todos los nerds den finalmente un paso adelante. Llegó la hora del aplauso y BAMBOO quiere rendirles un homenaje.

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COLABORADORES

JULIETA NOVARRO Es actriz, conductora, productora, madre, hija, mujer, hermana y esposa, aunque ella misma aún no lo crea. Se formó como actriz con Luis Agustoni, Ricardo Bartis y Raúl Serrano. Hizo tele, cine y teatro. Hoy produce un disco homenaje, un DVD y un libro para chicos junto a su padre Chico Novarro y, junto a la Editorial Nazhira, prepara una colección de ficción para niños.

PABLO VIGO Nació en 1985 en Buenos Aires. Su trabajo está influenciado por la obra de Paul Pope, Chris Ware, Daniel Clowes, Charles Burns, José Muñoz, Herge y muchos otros grandes artistas. En 2009 co-editó Tabula Rasa, una antología que compila las mejores historietas Argentinas del año. En 2010 se une a Convoy, un grupo de artistas gráficos con una sensibilidad especial hacia las historietas.

ROSARIO HEER Rosario Heer es fotógrafa de reportaje y documental formada en la Asociación de Reporteros Gráficos (ARGRA). En el 2007 forma junto a su socia, Ph-Photos como plataforma para trabajos freelance colaborando como reportera gráfica en medios nacionales e internacionales. Ha sido Selecciónada para participar de exposiciones tanto en Argentina como en el exterior.

CARLOS AVENDAÑO Economista trotamundos, Carlos ha trabajado en 4 continentes y 30 ciudades. Algunas veces para gobiernos, otras para empresas privadas. Comenzó su andadura maximizando su utilidad (sueldo) con la asignación de recursos limitados (tiempo y fondos) para fines alternativos mutuamente excluyentes (beneficios, salud mental).

SOLANGE LEVINTON Supo que quería ser periodista desde muy chica, cuando se dio cuenta que siempre tenía algo para decir y de que, cuando no, lo inventaba. Trabajó en Infobae, Clarín.com, Planeta urbano, Revista Noticias, G7, Gataflora y Tiempo Argentino. Hoy, desde la sección Espectáculos de Télam, sigue buscando nuevos desafíos mientras toma mate y opina de todo en forma irracional y absolutamente compulsiva.

MANUELA GHITTA Tiene 22 años. Tercera generación de una familia de periodistas. Se enoja cuando le dicen que lleva la profesión en la sangre. Estudió en la Universidad del Salvador, materias aprobadas 40/40. Amante del cine, sobre todo del argentino, le gusta escribir mucho más de lo que admite. Rebautizada Tripudia por su abuelo, también colabora con el Diario La Nación.

FEDERICO RAIMAN Freelancer por la rutas de la ilustración/ editorial / publicidad / cómics / animación / packagings / etiquetas de vino, y, también, las invitaciones del cumple de su hijo. Trabajó para publicaciones y agencias de publicidad de Argentina, Francia, China, Portugal, Venezuela, USA y España. Autodidacta absoluto, no está atado a ningún estilo aunque prefiere trabajar con líneas definidas y experimentar con el color.

NOELIA VELTRI Desde muy chica sintió pasión por el periodismo, profesión que ejerce desde 2004 cuando se recibió de Licenciada. Posgrado, cursos y demás de por medio, hoy está avocada completamente a lo freelance. La lectura, el cine, la fotografía y los viajes integran la lista de sus principales intereses.

LUCIANA OLMEDO WEHITT Es Licenciada en Relaciones Internacionales. Vivió y estudió en Canadá, Francia e Italia. Trabajó en producción para cine, teatro y publicidad. Colaboró durante varios años en la Fundación START-Revista Ramona. Actualmente escribe sobre arte y artistas para ADN Cultura-La Nación y Revista Noticias, entre otras.

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INÉS ARTETA Licenciada y profesora de Historia en la USAL, cuenta con varios cuentos premiados en concursos de Argentina y España. Su libro de relatos “Chicas bien” fue publicado por Deldragón en 2007. La novela “El mismo río” fue finalista del premio Herralde 2005. Obtuvo el 1er Premio INARCO de novela 2007. Dicta talleres de lectura.

PEDRO CRESCIA Cuando habla, algo dice. Cuando escucha, algo entiende. Parsimonioso e inquieto. Polémico para vestirse pero elegante para llevarlo. Claustrofóbico. Cree que los emoticones son la fase evolutiva de algo. No sabe de qué.

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BEYONCÉ La Niña Santa La reina indiscutida del R&B, esta bomba, dueña de una voz potente y una inteligencia superior, se ha convertido en un ícono de la cultura estadounidense. Su matrimonio con Jay Z, su relación con Barack Obama y la sobriedad con la que ha logrado manejar su fama planetaria la han convertido en un referente social, traspasando las fronteras del espectáculo y la música. Súper estrella, madre de Blue Ivy y esposa de Jay-Z, Beyoncé no deja de lado su costado solidario. Texto: Manuela Ghitta Fotografía: Tony Duran

Artista de la Década según The Observer, acusada de hacer playback durante su versión del Himno Nacional en la asunción presidencial de Barack Obama, Beyoncé Giselle Knowles comenzó su carrera musical con Destiny’s Child, grupo del que era vocalista y con el que creó Survivor, fundación “para ayudar a familias afectadas por los desastres, naturales o no, por el VIH y la falta de vivienda”. Durante un receso temporal del grupo lanzó Dangerously in Love, su primer álbum como solista y uno de los más exitosos del 2003, ganador de cinco Premios Grammy. Desde entonces vendió más de cien millones de álbumes y ganó otros 11 Grammy. Súper estrella, madre de Blue Ivy y esposa de Jaz-Z, Beyoncé no deja de lado su costado solidario. Participó en “Esperanza para Haití”, campaña a favor de las víctimas del terremoto y, en el 2010, inauguró junto a su madre el Centro de Cosmetología Beyoncé con el objetivo de brindar formación/ empleo a los pacientes de la Casa Brooklyn Phoenix, centro social para la rehabilitación de adictos a las drogas. Dueña de unas prominentes caderas, se unió a Michelle Obama en su campaña contra la obesidad infantil. Move Your Body es el video en el que, como parte de la misma, se la ve bailando con adolescentes. Otro de sus clips, I was here, fue parte de su trabajo con la ONU para celebrar el Día Mundial de la Ayuda Humanitaria. Nació en Texas hace poco más de 30 años. De chica cantaba en el coro de la Iglesia Metodista Unida de San Juan, donde la bautizó el pastor que, aún hoy, es su guía espiritual. La primera afro americana y la segunda mujer en conseguir el premio que otorga la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores al artista del año, como intuyó su madre cuando nombró con una frase de la Biblia al grupo que la llevó a la fama; Beyoncé es una elegida, una chica con el mejor destino que, definitivamente, busca compartir con otros. Más información en: will-i-am.blackeyedpeas.com

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LEONARDO DiCAPRIO DiCaprio Foundation Vive en una casa construida con paneles solares y conduce un auto híbrido eléctrico. Desde su productora, Appian Way, encara documentales de trasfondo medioambiental. Pretende crear un ecoresort en Bélice y se une a grandes firmas para financiar proyectos sustentables. Talentoso y seductor, ha decidido alejarse del cine para enfocarse en su ecomanía. Texto: Manuela Ghitta Fotografía: Cortesía Leonardo DiCaprio Foundation

Su mamá lo nombró Leonardo porque fue frente a un cuadro de Da Vinci que lo sintió moverse por primera vez dentro de su panza. Tal vez, entonces, no resulta casual que se haya convertido en un apasionado coleccionista de arte. Y, aunque lo conozcamos en su rol de multipremiado actor, Leonardo es también un ecologista comprometido. En 1992 Robert De Niro lo eligió para interpretar a Toby, un adolescente que sufre los abusos de su padrastro en “Mi vida como hijo”. Años después, su interpretación en la versión moderna del Romeo de Shakespeare, le otorgó status de estrella y, en 1997, desató la Leo-Manía a bordo del Titánic. Desde entonces, no dejó de filmar bajo las órdenes de los más grandes: Allen, Eastwood, Scorsese. DiCaprio, tras demostrar nuevamente que su talento sirve tanto a la sangrienta propuesta de Tarantino en Django, como al sutil mundo de Scott Fitzgerald en la nueva versión de El Gran Gatsby; anunció que se aleja ¿temporariamente? de la actuación: “Mis proyectos en pos de la conservación del planeta son prioritarios en este momento”. En 1998 creó DiCaprio Org. desde cual trabaja para la preservación de bosques y océanos saludables, el desarrollo de energía renovable y la atención a víctimas de catástrofes naturales. Viajó por EEUU manifestando su disconformidad con los daños climáticos que generaban las políticas de Bush; promueve las campañas del Fondo Mundial para la Naturaleza y, bajo el lema “los elefantes nunca olvidan”, lucha contra quienes venden sus colmillos en el mercado negro del marfil. Nació en Los Angeles, comenzó su carrera actoral como modelo de comerciales, fue protagonista de films ultra taquilleros y enamoró a mujeres tan bellas como Gisele Büdchen y la Gossip Girl, Blake Lively. A los cuarenta, y habiendo demostrado largamente que es mucho más que una cara bonita, Leonardo sueña con una familia/niños y trabaja por “la felicidad y un medio ambiente sano”.

Más información en: leonardodicaprio.com

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BAMBOO ART Carne de Brasil

Fotografía: Cortesía MALBA

Curado / Texto: Amparo Díscoli (Cosmocosa)

Panorama de Guanabara (2012) – Óleo y yeso sobre tela – 120 x 550 cm.

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Mapa de Lopo Homem II Óleo sobre madera y línea de sutura (1992 - 2004) 110 x 140 x 10 cm. Colección privada - Rio de Janeiro

Adriana Varejão (Rio de Janeiro, 1964) ha dejado una impronta inconfundible en el arte contemporáneo a través de la apropiación iconográfica histórica y de la profundización de temas que se repiten a lo largo de toda su trayectoria. Este extenso cuerpo de obra se hizo mundialmente conocido en la década de los noventa, cuando enormes masas de carne y vísceras irrumpían y desbordaban paredes de azulejos en “Lenguas e Incisiones”. A partir de ese punto, si se mira hacia atrás o hacia adelante se entrevén los temas y recursos que serán una constante en su trabajo: el mar y sus mitos, los azulejos portugueses del barroco colonial, los baños y los saunas, los paisajes, las heridas, la sangre, las vísceras y la carne. En la mayoría de sus obras los azulejos no son reales. Están pintados sobre la tela con el característico azul del diseño portugués, apropiándose de la iconografía colonial presente en las iglesias

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de Salvador de Bahía y de aquella de los grabadores europeos del siglo XVII (Figura de convite III). Muchas veces aparecen rotos y reordenados, evidenciando una fractura anterior. Otras, el dibujo mismo es un fragmento del cuerpo humano, un brazo, un torso, una mano, una pierna. Los motivos que logran “colarse” son rastros evidentes de la violencia en la época de la conquista. En otras obras, como “Mapa de Lopo Homem II”, se abre una herida que incorpora explícitamente los tajos y “buchi” de Lucio Fontana, sobre un mapa antiguo del mundo, pero con una diferencia fundamental. Mientras la violencia en las obras de Fontana está en el acto del corte de la tela hecho en el pasado, lo que queda (il taglio) remite a la trascendencia absoluta de la materia, el espacio y el tiempo. Por el contrario, cuando Varejão lo cita y hiere el lienzo, la incisión se vuelve carne viva, presente y constante. Si para el artista, “el pasado

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Figura de convite III (2005) – Óleo sobre tela – 200 x 200 cm. – Colección privada - Rio de Janeiro

no está cerrado ni muerto, está constantemente siendo recreado, y la historia es algo vivo”, como gran ilusionista sus mecanismos se acercan más a la obra de Cattellán que a la del maestro rosarino. En términos de mercado, las obras de Varejão que citan a los concetto spaziale y los taglio del artista ítalo-argentino con una propuesta cromática austera, las que le han valido los resultados más altos en subastas recientementes. El record lo tiene la “Parede com Incisões a la Fontana II”, vendida a 1,527,980 dólares, en el 2011 en Christies Londres. La segunda mejor venta fue “Trois Petites Morts” vendida a 975,000 dólares en 2012, en Sothebys Nueva York. A lo largo de todas sus series se encuentran citas, guiños y recursos

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al presente y el pasado, pero singularmente ha logrado definir un estilo propio –no a través de la pincelada dirán sus detractores– que le asegura el lugar de uno de las artistas contemporáneos más importantes del mundo. La muestra “Historias en los Márgenes”, curada por Adriano Pedrosa y organizada por el Museo de Arte Moderno de San Pablo se exhibirá en Malba- Fundación Costantini, del 27 de marzo al 10 de junio.

Más información en: www.adrianavarejao.net

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Preso del negocio del Goliat penitenciario Texto: Inés Arteta // Ilustración: Pablo Vigo

Inés Arteta nos lleva hacia las entrañas de uno de los misterios de la actualidad. Les presentamos un relato duro, genuino y desinteresado con el que intentamos desnudar las redes ocultas del servicio penitenciario y la mentira del futuro de quienes no lo tienen.

Cuenta un cuento muy viejo que un pastorcito llamado David pudo matar a un gigante llamado Goliat. David pertenecía al bando de los buenos y Goliat al de los malos. La historia de semejante hazaña quedó como metáfora del pequeño que le gana al grande; el antihéroe que vence al héroe gracias al convencimiento de que al final, la justicia triunfa. La historia de mi David es la contraria a aquella

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de inesperado final feliz: se trata de un David pisoteado por un Goliat, que ni siquiera siente una mínima cosquilla: una historia entre millones de historias sin otra esperanza que la de la lucha misma. Como decir que pelear por uno, –aunque uno sepa la batalla perdida de antemano–, es la única alternativa a dejarse morir. ¿Acaso el mundo no sobrevive gracias a esos vanos esfuerzos? Hace un año que ya no voy a la cárcel. La ONG que nos convocó para dar taller literario nos echó. Desde entonces, ni yo ni los periodistas a los que les llevé la historia, nos animamos a meternos con la mafia del sistema penal. Cada tanto hago un amago de contar lo que me fui enterando sobre el sistema de punición en Argentina. Pero siempre pasa algo que me amedrenta. Esta vez fue leer la noticia del asesinato a quemarropa, en la puerta de su casa y delante de su hija, del jefe de la unidad a la que íbamos con nuestros libros una vez por semana.

En fin. Yo había llegado a la ONG con la cándida idea de retribuirle a la sociedad la financiación de mis dos títulos en la UBA. Tengo la poco políticamente correcta teoría, de que si me hubiesen exigido el pago de una mínima cuotita, podrían haber becado a pila de otros que no tenían acceso a la educación gratuita. Además, lo admito, también había llegado por el morbo; mirar desde adentro una de las instituciones de dominación del sistema burgués: el poder disciplinario. Una filósofa de 26, una egresada de letras de 24, un semiólogo de 28 y yo, dábamos taller de literatura en el penal de varones de “alta seguridad” que no voy a nombrar por el asunto del peligro. Al principio creíamos que la ONG tenía el mismo objetivo que nosotros respecto de nuestro trabajo allá: darle una mano a seres empujados al margen del sistema para encontrar sus pensamientos propios, el motor del cambio. Eso les habíamos propuesto en la primera reunión

y nos habían sonreído. Despejar el pensamiento, o el texto, como le llamábamos, del contexto. Encontrar las propias ideas y limpiarlas del alrededor de villa, paco, exclusión, impotencia y, a esa altura de la soirée: del encierro. Usábamos textos literarios, periodísticos, de historia, publicidades, discursos políticos, y estimulábamos a los presos a reflexionar sobre ellos, a trabajar el músculo de la opinión propia. Muy lindo. Para eso nos reuníamos después de nuestros trabajos y planificábamos confiados y seguros. Cumplíamos con otros requisitos, como reportar nuestra actividad semanalmente a su presidente y asistir a las típicas reuniones en las que tomás café de termo y masticás facturas y rabia por el tiempo desperdiciado escuchando a arrogantes filántropos hacer firuletes con el lenguaje y no decir nada. Para llegar a la cárcel, viajábamos dos horas. La primera barrera del complejo penitenciario es idéntica a la de un country: la garita y el

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guardia que asoma a pedirte el documento. Nuestro carnet con fotito aceleraba esa primera instancia. Después caminábamos unos 100 metros hacia la segunda barrera, la de nuestra unidad dentro de las otras unidades del complejo. Ahí teníamos que llegar sin cartera o bolso si no queríamos que los confiscaran. Nos revisaban y le dejábamos a esos guardias una de las bolsas de galletitas que traíamos. En mi cartuchera pasé todo tipo de elementos prohibidos: máquina de fotos, tijera, USB, plasticola. Ah! Las mujeres íbamos vestidas con jean suelto, camisa, pelo atado y zapatillas para no desatar un motín (se trataba de un penal de hombres y los homosexuales tenían su propio pabellón). Atravesábamos una tercera reja interna, un interior con canteros y calles asfaltadas. De nuevo, misma sensación country. A lo largo de los muros, alambre enrollado y, en los vértices del panóptico de Bentham, los guardias armados, para nada escondidos.

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4ta reja: el código era quedarse paraditos ahí sin llamar la atención hasta que Etelvina le avisara de nuestra presencia a esos nuevos guardias. Ella era la enfermera; una rubia platinada en delantal blanco minifalda, párpados celestes, uñas rojas, vellos negros y largos en los brazos y piernas que seguro no podía rasurar porque no le permitiría la Gillette. (Etelvina había nacido con sexo masculino, como todos los internos de ese penal). 5ta reja: número de documento y más galletitas. Un guardia nos acompañaba a través de la 6ta reja, pasando el SUM y el jardín interno rodeado de bloques de edificios con ventanitas de las que asomaban manos batiendo cucharones, como un clamor para que registráramos que adentro había personas. Cada uno de esos bloques tenía capacidad para 250 internos y alojaba alrededor de 600. (El servicio penitenciario le cobra al estado por cada interno). Última

reja

hacia

un

VIP:

varias puertas alrededor de un jardincito con canteros. Una de esas pertenecía a nuestra ONG. Planta baja y escalera caracol al segundo piso. Dábamos taller allí hasta que, para exasperación de ellas, en el segundo cuatrimestre nos reprodujimos en un nivel 2 al mismo tiempo que empezamos un taller nuevo, con internos ex alumnos del 1er cuatrimestre como docentes junto con nosotros. Conocí ocho hombres con penas de por vida, y supe lo que tenía prohibido preguntar aunque ellos no tardaron en contar lo que habían hecho para estar donde estaban. Y conocí a David. El primer día se sentó en pose tumbera (rodillas abiertas y codos sobre las rodillas) y dijo: sabé qué, sabé qué, sho stuve acá 12 anio y salí 24 día y acátoi y sabé porqué, nena, porque lo único que sé hacé es choreá, ¿me entendé? Tardamos alrededor de dos meses en darnos cuenta de quiénes eran los que en verdad estaban interesados en lo que pasaba en

nuestros talleres. El resto asistía para distraerse un rato, (la yerba no tumbera, o las galletitas, o ver una mina). En una reunión en la que no estaba la presidente de la ONG –porque se había ido a Europa–, osé hacer algunos comentarios candorosos respecto del futuro después del encierro de algunos internos muy inteligentes (pensaba en David y en otro que se llamaba Esteban) que provocaron reprimendas tan exorbitantes a su regreso que aumentaron nuestra curiosidad. Dijo, entre muchas otras cosas “¿De qué futuro que no sea una cuneta hablás, se puede saber?”. Qué feo es el momento de la pérdida de la inocencia. Tratábamos de sonsacarle información respecto de lo que había detrás de la fachada de la ONG a los internos que se daban más con nosotros, pero nos devolvían una mirada vacía y ese silencio, que a ellos les sale tan natural. Justo vino la revista

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Para Ti y les hizo una nota en alabanza al trabajo solidario de esta magnánima organización. Esteban había sido el héroe de esa nota y le preguntamos por qué dijo lo que dijo si no era lo que él pensaba. Nos contestó que porque estaba la presidente. El episodio nos sirvió para mostrarles que ellos podían seguir diciendo lo que les convenía pero que no tenía que necesariamente equivaler con lo que pensaban. Ese día utilizamos el discurso de Sartre que dice que los parisinos nunca fueron más libres que durante la ocupación. Queríamos que entendieran que sus cuerpos estaban encerrados pero sus mentes no. Ahora pienso, qué farsa de consuelo. Goliat se moriría de risa de nosotros. Todo el mundo sabe de la corrupción política y todo el mundo sabe que lo más que se puede conseguir es la caída de algún chivo expiatorio. La mafia de la cárcel es un pulpo al que ni siquiera podríamos cortarle el tentáculo de una ONG. Dos meses después David hablaba con corrección, se sentaba erguido y se interesaba por todo lo que le dejábamos para leer. Era uno de los pocos internos del taller a los que el paco no le había devastado el cerebro. A veces iba más rápido que nosotros. Por ejemplo, cuando les expliqué el contexto de la segunda guerra mundial y llegué a la parte en que Estados Unidos entra en la guerra, de repente escuchamos su interrupción. El mismo que había dicho: “Lo único que sé hacé es choreá”, dijo ahora: pero claro, es que las guerras son un gran negocio. Sí, David, pensé yo, orgullosísima de él. Él empezó a tramitar su analítico del secundario, que había hecho en el CENS de ese mismo penal, porque quería seguir una carrera universitaria. Ahora tenía 32 años y había pasado toda su vida adulta, salvo por dos meses, en encierro. Por aquellos días, peleaba su condena contra otro de los tentáculos de Goliat, el juez. Finalmente llegó y más larga de lo que él esperaba (otra arista del negocio del servicio penitenciario: la mayoría de los presos están presos sin condena). Peleaba también por su analítico porque el CENS del servicio penitenciario lo

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había perdido y, sin eso, no podía empezar la carrera universitaria (siempre es abogacía). Yo me puse ese analítico como una cruzada personal. Rompí códigos: llamé a la “ministra” de educación en encierro, que me pasó el teléfono del director de ese CENS, que estaba de licencia (por cada CENS hay un/a director/a titular con licencia y un suplente que trabaja). El director en actividad me llamó y amenazó, furibundo, por haber procedido como no corresponde. Llamó también a la presidente que estalló, harta de nosotros, y ahí fue que nos echaron. El anteúltimo día del taller hubo motín. De casualidad ese día éramos solo dos los talleristas y quedamos afuera de la unidad amotinada, por sólo dos segundos. Así que estuvo pendiendo de un hilo, por pánico mío a quedar de rehén, como la jueza del penal de Sierra Chica. Estábamos, el semiólogo y yo, y me vestí con ropa de hombre y gorra. David y Esteban nos buscaron por la 4ta reja y nos escoltaron hasta la casita VIP de la ONG. Pusimos una mesa de Navidad y entregamos regalitos para todos; libros de esos que va sacando Página 12 que habíamos comprado en la feria de Palermo. Comimos pan dulce mientras cada uno contaba cómo había escrito su biografía futura. Así llamaron al trabajo que tenían como deber. Yo estaba conmovida y me distraía; nunca más iba a entrar al penal ni a ver a ninguna de esas personas. Al empezar a despedirme sentí una piedra en la garganta, la tragué apurada y bajé la escalerita escondiendo la cara. David me siguió y al alcanzarme tironeó de mi hombro y hundió mi cabeza en el suyo, todo tatuado. Me abrazó. Fue un abrazo tremendo; largo, desesperado, mudo. No tengo manera de saber si David pudo infligirle algún rasguño a Goliat. Si no lo demolió el pulpo que lo necesita vegetando en el penal, comprando la droga que se decomisa en los operativos antidroga, consumiendo las pastillas de clonazepam que el médico receta contra gravoso rembolso, desechando la comida y la yerba tumbera. Más información en: www.anabiblis.blogspot.ar

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NOCHE NOTABLE Con Martín Churba Texto: Manuela Ghitta

Inspiradas (tal vez) por el singular clima de una familia de cafés porteños, distinguidos como notables por la historia de cada uno de ellos; Romina y Karla Metti idearon el ciclo Noches Notables buscando asociar gente, personalidades de la cultura y la gastronomía, de una manera poco frecuente: en primera persona, con formato de charla de café y un buen menú. Los enucentros han sido varios. Los invitados siempre distinguidos. El lugar, un enclave de la estética porteña. Esta vez, el encuentro fue en Celta y el personaje elegido para conversar: Martín Churba, que define a su casa de la infancia como “una incubadora textil”. Creció rodeado de retazos, hilos, elásticos…entre infinitas texturas y colores. No parece entonces casual que se haya convertido en un reconocido artista y diseñador

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de moda. También en empresario solidario que puede mostrar su capacidad creativa siendo el alma mater de Tramando, pero también ‘cosiendo’ Cooperativa La Juanita con Oriente. Se trata de uno de los grandes diseñadores argentinos. Sus colecciones viajan mucho más allá de nuestros límites, vendiéndose en EEUU y en Europa. Es furor en Japón. Y lejos de quedarse quieto, busca sumar. Lo hizo cuando se

asoció a Jessica Trosman para dar vida a Trosmanchurba, como en Jujuy donde trabaja codo a codo con tejedoras en pos de promover la artesanía autóctona o uniéndose al ex piquetero Héctor “Toty” Flores. Juntos, a través de Cooperativa La Juanita, desarrollan un programa para producir guardapolvos que hoy se exportan a Japón. Con formación en artes escénicas y diseño gráfico, ha sido incluso capaz de desnudarse en una

conferencia, intentando mostrar que la ropa es nuestra “piel social”. Pero eso, lamentablemente, no fue en el Celta, donde el género no alentaba cortes escandalosos sino cálidas puntadas que, sumadas a sabrosas tablas y buen vino, tramaron una noche a medida de espíritus que gustan estar a la vanguardia sin olvidar el valor de la historia. Más información en: www.losnotables.com.ar

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BAMBOO


EL ASCENSO DE LA CULTURA NERD Texto: Manuela Ghitta // Fotografía: Cortesía Warner Chanel // Ilustración: Arek Kajda

A lo largo de seis temporadas exitosas, The Big Bang Theory convirtió a chicos sin vida social, deportiva ni sexual en los personajes favoritos de una generación que, lejos de repudiar a los nerds, los admira. Nerd. Geek. Freak. Traga. Cerebrito. El adjetivo, depende del país. El concepto es para todos el mismo: persona fascinada por la tecnología y la informática, abocada completamente al estudio, la labor científica o la investigación técnica. Raquítico u obeso el nerd es miope y/o alérgico y/o dueño de un prolífico acné; padece una pronunciada dificultad para interactuar con el sexo opuesto, muestra absoluto desprecio por la moda y el deporte, pero es fanático de cómics y sagas de ciencia ficción ¿La preferida? Star Wars. Suelen / ¿solían? ser relegados, burlados y humillados; hasta que un cuarteto de supernerds llegó para salvarlos y, a diferencia de sus congéneres, ocupar el centro

LA GUÍA PARA UNA VIDA INTELIGENTE

de la escena, ganar fama, elogios y, sobre todo, altísimo raiting. Ellos son Leonard y Sheldon, Howard y Raj, los protagonistas de The Big Bang Theory (TBBT). La sitcom estadounidense debutó el 24 de septiembre de 2007 en la cadena CBS. Multipremiada, ese mismo año ganó el Teen Choice Award a Mejor serie de comedia, y ahora con el primer capítulo de 2013, sólo en EEUU alcanzó una audiencia de 19 millones de espectadores. “Lo único que queremos es hacer un show que amemos y nos permita reírnos de nosotros mismos”, dice Chuck Lorre, productor ejecutivo de TBBT y, además, creador de Two and a Half Men, otro gran éxito.

Jim Parson, quien durante su adolescencia trabajara para Microsoft, interpreta al Dr. Sheldon Lee Cooper, físico, con dos doctorados y una maestría. Considerado desde niño un superdotado, el personaje es soberbio y se vanagloria de su coeficiente intelectual, 187. El alto índice, sin embargo, no lo vuelve capaz de reconocer el sarcasmo, ni lo libra de su fobia a la sangre, su trastorno obsesivo compulsivo y su hipocondría. Definitivamente un antisocial, vive con el Dr. Leonard Leakey Hofstader, interpretado por el belga/nortemericano Johnny Galecki, este personaje es corto de vista, intolerante a la lactosa y apasionado por cómics y videojuegos ¿Coeficiente intelectual? Algo por debajo del de su roommate: 173. El está completamente

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¿Por qué nos gusta tanto The Big Bang Theory? Por Lux Lindner Quizás porque nos muestra un biotopos que no paga impuestos a dos de las instancias favoritasen las actuales: la frivolidad canchera de los millonarietes –aves del paraíso– y la ternura algo chantajista de las clases cascoteadas, que gozan de cierto blindaje político moral y aparte de eso… nada más. En TBBT no hay niños queribles, problemáticos o nacidos fuera del matrimonio en un momento de calentura del patrón con la sirvienta. De hecho no aparecen patrones ni sirventas. No hay chanchitos, perros ni tigres. No hay jugadores de béisbol ni de fútbol. No hay policías ni ladrones. No hay música tropical, a pesar de que la serie está situada en California. En TBBT no hay africanos, subsaharianos, ni latinoamericanos dignos de mención hasta la cuarta temporada –que es hasta donde llegué–. (Sé que Wolowitz va a ir a una estación espacial, pero no lo he visto áun).

enamorado de su vecina Penny –Kaley Cuoco–, joven alocada, aspirante a actriz y mesera en The Cheesecake Factory. Durante las primeras temporadas, ella es la única amiga del sexo opuesto que tienen Sheldon, Leonard y el otro dúo protagónico: Dr. Rajesh Ramayan Koothrappali, astrofísico, y Howard Joel Wolowitz, ingeniero aeroespacial. Kunal Nayyar le presta cuerpo y talento a Raj, un hindú que reside en EE.UU. y padece mutismo selectivo –es incapaz de hablar con mujeres salvo que esté borracho–. En la vida real Nayyar demostró que la inteligencia puede ser muy sexy y, haciendo realidad los sueños de su alter ego, se casó con una miss universo. Finalmente, el actor, pianista y humorista norteamericano, Simon Helberg, –Howard Joel Wolowitz– es el único del grupo que no tiene un doctorado y por esto, el blanco de todas las bromas de sus amigos. Parece algo pervertido, viste ropa tan ajustada como psicodélica, es alérgico al maní y está casado. Así, de la mano de talentos como Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckerberg, y también de los súpernerds de The Big Band Theory, el calificativo que nos ocupa –nerd/geek/freak/ traga/cerebrito– parece estar perdiendo su original

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connotación negativa. ¿Los nerds han pasado de ser considerados un plomo a sujetos exitosos? Podríamos decir que los obsesivos están pasando por un buen momento. De otro modo, ¿podrían los actores que los interpretan ganar más de 250 mil dólares por capítulo y hacer reír a multitudes con personajes que, lejos de ser considerados chicos raros con los que nadie querría identificarse, se han convertido en un fenómeno-modelo al que muchos aspiran alcanzar? Tal es la fuerza de esta tendencia, que Jim Parsons/ Sheldon, se ha propuesto producir una nueva serie de televisión en la que expondrá casos reales de niños con habilidades fuera de lo común bajo el nombre de “Prodigies”. Esta sitcom sobre cuatro científicos que cualquiera podría haber tildado de losers, reina hace rato durante el prime time relegando universos tan glamorosos como el de las Gossip Girls. Los críticos aseguran que el éxito de TBBT se basa en que los jóvenes ya no se sienten obligados a rechazar lo diferente, socialemnte. Nuestros nerds, Leonard, Sheldon, Raj y Howard buscan su lugar en el mundo sin necesidad de enfundarse en vestidos de firma y stilettos sino valiéndose de su más loca esencia.

Sheldon Cooper es un eremita W.A.S.P. pródigo en fobias. En el siglo pasado, podría haber sido un teólogo o un sumo sacerdote… en el caso que lo aguantaran. Tiene todo para ser el Prof. Neuras de García Ferré. Pero no tiene necesidad de volverse loco para llamar la atención. La sociedad a la que pertenece puede absorber y convertir tanto su talento como sus obsesiones en algo útil. En el mundo de Sheldon los barcos de guerra no se hunden por falta de mantenimiento. Los problemas técnicos existen, pero en otra escala, pueden estar en el brazo atorado de una estación espacial o en los censores de una sonda a Marte. Para parecer adultos, los personajes de TBBT viven de su trabajo aunque, en cierta medida, son todavía niños que leen y coleccionan historietas. Son adultos a la hora de pagar sus cuentas, adolescentes cuando se relacionan con el sexo opuesto y niños al momento de elegir su material de lectura. No son sobradoramente irónicos. Es que el mundo no está a su altura, simplemente. Pero creo que somos de momento un país algo subdesarrolladetti y chinchudo para disfrutar de ciertos festines del intelecto. Una venganza tiene que ser entendida por su destinatario, ¿no?

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ILUSTRACIÓN: DIEGO SANDOVAL


ENRIQUE AVOGADRO "Volver a los diecisiete después de vivir un siglo es como descifrar signos sin ser sabio competente volver a ser de repente tan frágil como un segundo volver a sentir profundo como un niño frente a Dios, eso es lo que siento yo en este instante fecundo" (Violeta Parra)

La imagen es verdadera aunque me cuesta precisar la fecha exacta: Mis compañeros corren detrás de una pelota aprovechando el recreo y, al costado de la cancha de fútbol, debajo de un árbol, estoy yo, inmerso en algún libro que a esa altura debe ser de Verne o de Salgari, seguramente uno de los tomos amarillos de la colección Robin Hood prestado por la biblioteca del colegio. Mucho antes que eso hubo un padre que nunca me llevó a la plaza para enseñarme a patear penales pero, a cambio, me transmitió el amor por la lectura (y más tarde la música, sobre todo la brasilera). De mi madre historiadora heredé el interés novelesco por las cosas del pasado y un muy tardío descubrimiento de la alquimia de la cocina. Los juegos fueron también un terreno de aprendizaje y aventura. A papá le gustaban los Lego tanto o más que a mi hermano y a mi, y una vez por año invertía un tiempo infinito en armar una ciudad entera en bloques encastrables que incluía hasta helicópteros colgando del techo. Él también me enseñó a jugar al 1914, un juego de estrategia tan perfecto que prescinde por completo del azar (take that, T.E.G.!). De hecho, recuerdo vagamente uno de esos veranos eternos y algo aburridos de la preadolescencia, en el que junto a un amigo "inventamos" un juego de mesa al que pretendíamos superador del 1914. Creo que hasta intentamos contactar a YETEM. A la historieta y a los videojuegos llegué por caminos alternativos y fueron, cada uno a su manera, refugio y escuela. En mi borrosa y caprichosa memoria conviven la gloriosa Commodore 64 (¡venía con una cassettera!) con las Nippur Magnum y D´Artagnan que compraba mi viejo. Crecer es acumular conocimientos alegremente inútiles para intentar dar orden al caos de un mundo que se nos revela inagotable. En los años de acné adquirí el vicio que todavía sostengo de comprar cuanta publicación independiente caiga en mis manos. En los bordes de la cultura aparecen sus pliegues más interesantes. De esos años data también el afán por cartografiar la noche inabarcable de Buenos Aires con la mirada inquieta de una Cerdos & Peces y, más tarde, un sinfín de programas de radio y revistas de rock. Pude hasta cumplir el sueño de la revista propia gracias a los dos morosos números de Introspejo, fraguada junto a unos amigos para mirar al mundo con elegancia pero sin sarcasmo. Los viajes (que afortunadamente fueron un montón, de mochila y ojos bien abiertos) contribuyeron y mucho a una educación que en el plano formal incluyó a varias universidades, entre el grado y dos maestrías con sus tesis aún en elaboración. Al final de esta desordenada enumeración de referencias estoy yo intentando cerrar el artículo aún sin saber muy bien a qué ingrediente culpar por mi situación actual. Me reconozco como parte de la generación flux (genial concepto acuñado por la revista Fast Company), con una identidad en tránsito, construida en constante remix de lo que soy y lo que fui, y la curiosidad como bandera. Ayuda mucho tener uno de los mejores trabajos que pudiera haber deseado, rodeado de gente entusiasta y expuesto a los creativos de una de las ciudades más creativas del planeta. Aprendo mucho y me divierto sobre la marcha. Continuará.


FABIANA BARREDA

Amo los libros. Nací en una "casa-biblioteca-museo" de paredes de libros y pinturas. Me protegieron siempre. De chica eran mi wonderland, Alicia en el país de los cuentos, un universo onírico del cual nunca salí. Toda mi obra esta basada en ese vinculo casi fetiche con ellos y sus imágenes. En la infancia fui nerd. En primaria me gustaba el único chico que leía. Ruy era especial: lindo, guardapolvo destruido y anteojos a lo Clark Kent, brillante y sexy. Hasta sexto grado yo era Calculin (el personaje de García Ferre con un libro en la cabeza). En séptimo, mi cuerpo se desarrolló y pasé de rara a top model, pero ya no me interesaban los compañeros de grado sino sólo chicos de primer año que daban besos de lengua. En la adolescencia fui nerd. Me gustó a los 14 años un chico de 22 –lector-. Gustavo estudiaba medicina y dirección de orquesta. Me prometió enseñarme a saltar en paracaídas. En esa época leí todos los libros prohibidos de la biblioteca de mi madre, las más bellas historias eróticas, tan poco permitidos como las de política. En la universidad fui nerd. Era la única que leía toda la Teoría que podía calmar mi tristeza y mi ansia de vivir. Me hice un amigo varón en toda la carrera y fue el que poseía un libro de Barthes en aula 101. Marcelo. inolvidable. Lo mismo sucedió en Bellas Artes cuando cursaba como nerd oyente de incógnito y me enamoré. Luego vino un hombre muy hermoso, con ojos verdosos que hablaba sobre Lacan y recitaba Boris Bian. Ese fue un encuentro clave en un curso donde sólo nosotros dos, leíamos e íbamos al cine a ver a Dostoievski filmado por Zulawski. Siempre me regalaron libros por cuestiones de amor. Cuando tengo miedo y viajo sola, voy a librerías y museos, donde estoy como en casa. Enrique Savranski, novio de mi madre que fue como un padre, era el dandy librero de Talcahuano y Corrientes ícono de masculinidad nerd sexy. Algunos de mis especiales e intensos amigos varones son tremendamente así. Fue generalmente un libro lo que transformó la relación en una constelación mayor. Ellos abrieron mi corazón y mi mente. Ser nerd posee el intenso erotismo de conectar las almas con el cuerpo y la imaginación. Es hermoso mirar juntos libros de arte, viajar unidos a una Ciudad de Fantasía que luego nosotros, los nerds artistas, hacemos realidad.


PABLO BIANCHI

Vivo en un PH que tiene un pequeño fondo común. En esa especie de patio, además de un arbolito de morondanga y un cuartito del tamaño de un baño, sólo había yuyos, mugre y trastos. Hace un tiempo, uno de los vecinos vio una laucha, así que se decidió limpiarlo. Ese sábado, mientras unos muchachos hacían la tarea, no tuve más remedio que fingir que la cosa me interesaba y me acerqué a ver cómo iba el trabajo. Como una señal, justo en ese momento sacaban una polvorienta y húmeda pila de discos de vinilo que acababan de encontrar en el cuartucho. Ahí, tiempo y espacio se congelaron. Como tantas veces, como cuando a los 15 vagaba por Lavalle buscándolos, o como cuando entro en una disquería perdida en Formosa esperándolos, me abalanzo dispuesto a ensuciarme las manos, creyendo en esos pequeños milagros que nunca suceden. Miro, paso un disco y otro, como si no me importara. Sin embargo, a veces, algo ocurre. Es el momento de la epifanía. En la caterva percibí, en un instante, una oreja, la que identifica la tapa del segundo disco de La Pesada. La felicidad del hallazgo, que me acompaña hasta hoy, me permite confirmar lo que ya se: me gustan más los discos que la música.


ALVARO GARCÍA RESTA

No fui abanderado. No uso anteojos ni camisa a cuadros, tampoco programo en computadora ni soy fanatico de los video juegos, no fui estudioso, nunca repeti de memoria una leccion, tampoco me sentaba en el primer banco, sin embargo confieso que soy un nerd. Desde chico entendi el aprendizaje como una actividad sistematica, fuerta de vaprende de los amigos, de la familia, de una actitud de un desconocido, solo hay que estar atento y abierto para absorber y procesar. La palabra estudiante hace referencia a aquellos individuos que aprenden de otras personas. El término alumno proviene del latín alumnum, que a su vez deriva de alere (alimentar). Y es ahi donde sucede la magia, la inpiracion. Hay personas que inspiran y otras dispuestas a ser inspiradas, los nerds. En mi caso fueron mis padres, su ejemplo, su vida, su historias sus valores, no las encontre nunca en ningun libro. Me enseñaron a hacer las cosas con amor, me enseñaron que los miedos son objetivos y que no hay atajos. Se dice que un sujeto es alumno de la persona que lo educó y lo crió desde su niñez. Por eso, los términos estudiante, alumno, discípulo e incluso aprendiz suelen ser intercambiables. Daniel San no tenia pinta de "nerd" sin embargo aprendio del Señor Miyagi todo lo que necesitaba para vencer esta batalla en la memorable pelicula Karate Kid. Tampoco Rocky Balboa era necesariamente culto para entender a su viejo entrenador Micky quien le trasmitio el legado para que tres peliculas despues venza a Drago en un final electrizante. Estudiar sistematicamente. Es simple, pero no es facil. Implica tiempo, disciplina, dedicacion y energia, implica quedarse cuando los demas salen, implica constancia y responsabilidad. Implica moverse, buscar. Es necesario como personas, como ciudadanos, como padres, hijos y amigos, como docentes e incluso como desconocidos; dar todo, para ser abanderados de nustra propia carrera y escolta de la de algun otro nerd al que podamos inspirar.


ANDREA JUAN Siempre dibujé, pinté... por lo menos desde que tengo memoria. A los 5 años ya asistía a la Escuela de Estética en Ramos Mejía, donde realizaba cerámica, collage y pintura. Recuerdo que tuve la noción de lo chica que era, en realidad la mayoría era del doble de edad que la mía, cuando en un "viaje de estudios" a Mar del Plata teníamos que tender nuestras camas y tuvieron que ayudarme... (hasta ese momento, nunca había hecho la cama en mi vida) Durante la escuela primaria continué en talleres de pintura al óleo con otro grupo de adultos y también ahí fui la más pequeña. El profesor quería que pintara calles empedradas y grises. Nunca entendí el porqué de su obstinación. Mis pinturas estaban llenas de color saturado. Él insistía en que eso estaba mal, que el color no se veía así, que tenía que ser gris. Fue en vano su esfuerzo, continué en otros talleres pintando con mis propias visiones y colores. Ya en la adolescencia a mis amigas del "Eucaristico" en la escuela secundaria de Haedo, no les interesaba las artes plásticas y en las horas de pintura todo era diversión. Así que me quedaba sola en el aula, con mucho placer, terminando mis trabajos y también los de ellas. En ese entonces estaba pintando acuarela y acrílico en otros talleres. El ultimo año de la secundaria, cursé paralelamente el ingreso a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo mientras estudiaba dibujo y grabado con Cristina Santander. Después de un año en la UBA Cristina me pregunto para qué iba a la facultad. "Para ser arquitecta le contesté." Me miro fijo y me dijo: Dejá todo y andá a la Escuela de Bellas Artes. Por supuesto le hice caso.


MARTÍN KOHAN

¿Cuándo fue que descubrí hasta qué punto a mí la diversión me aburre? ¿Cuándo fue que advertí esa condición, ese rasgo, ese problema, que acabó por ser una verdad muy de las mías, una cosa que hasta hoy me constituye? No habrá sido de una sola vez, no debió ser una revelación instantánea; fue más bien un recorrido cauteloso y paulatino cuyo comienzo podría fecharse a mediados de 1979 (aquella fiesta en un boliche de Córdoba en la que todos, menos yo, parecían pasarla bien, entre otros esos amigos míos que prescindirían muy pronto de serlo) y que podría acaso asentarse en un verano de 1982 (esas largas mesas de cervezas y carcajadas que todos mis nuevos amigos, y yo no, parecían disfrutar, y a las que nunca más me invitarían). Mi madre me advirtió prontamente las desventajas que trae enrarecerse, y mi padre meneó la cabeza dándome ya por perdido. Empezó mi reclusión, que no cesó desde ese entonces, y hay que ver con qué soltura se me fue dándole el repliegue. Elegí la sobriedad, lo callado, las mañanas, lo temprano; las llegadas de mi hermana, a la hora de mi despertar, me hacían saber que más allá esa otra vida seguía. Yo me fui quedando solo, con mis libros, mis papeles, mis disquitos, mis asuntos. Parecía una renuncia, un gesto de abnegación. Y era todo lo contrario. Esa tan aplicada disciplina que algunos me adjudicaban, con aprecio o más bien con pena, no era eso sino esto otro: un acto de pleno hedonismo. Porque esas veladas tan mustias, a mí me daban placer. Desde afuera, por lo visto, yo daba la impresión de inmolarme: por propia voluntad sacrificaba eso que en general llamaban "la vida". Pero me sé terriblemente incapaz de hacer ningún sacrificio. Lo que hacía era fugarme del tedio que me da la jarana, y entregarme por convicción a mi propia versión de la dicha, aunque a los demás esa tesitura les suscitara más que nada diagnósticos. La abstención está mal vista. Desgajado de las vivencias colectivas, uno se va viendo despojado primero de las anécdotas compartidas, luego de los recuerdos en común, por fin de los temas de conversación. La amistad es una tarea difícil de asumir en esos términos. Pero no es ese el rubro en el que más se castiga al retraído; donde más se lo castiga, así sea indirectamente, es en todo lo que se refiere al amor.


LUX LINDNER

Disclaimer, disclaimer = Antes que nada pido disculpas por ser abismalmente más complejo e interesante que el resto de quienes dejarán testimonio de sus hobbys. Las molestias que produce la irrupción de mi talento en sociedad me son de sobra conocidas... yo mismo la padezco a diario, sentado como estoy en el cráter mismo del volcán! Son los múltiples e imprevisibles torrentes de lava que aportan a mi fuego interno los que contribuyen a la particular temperatura y consistencia del material que arrojo en este páramo antimeritocrático. La idea flotando por ahí de que ser nerd es ahora algo cool me pone de buen humor sin estar seguro de poder confirmarla con mi propia experiencia. Estoy de acuerdo que la del nerd es una moda que vale la pena fomentar. Me gustaría encontrar mas a menudo nerds y geeks! Eso no quiere decir que estas categorías engloben lo más glorioso del reciclaje social del conocimiento, pero en fin. Ya es algo. Que nuestro mundo total de nafta y crédito haya sobrevivido (aunque sea por algunos meses ) a la commodities supersticionales tipo "fin del mundo maya" puede dar algunos años de changüï al pensamiento científico, que no estaría de más aprovechar, por no decir fomentar en todos los formatos disponibles. Estamos en una bisagrita de la historia, algo que no nos convendría exagerar pero tampoco minimizar. Hasta alguien como el Papa ha tenido accesos de una especie de pragmatismo secular, inimaginable otrora, decidiendo abdicar para dedicar más tiempo a su sintetizador barroco. Si fui nerd alguna vez tuve una importante ayuda de un contexto familiar donde el único lujo eran algunos


libros. El estudio era apreciado en mi hogar. Y en la época de los milicos tampoco daban ganas de salir a la calle a pavear. El fútbol me pareció siempre una reverenda pelotudez, como juego, como espectáculo, como ideología. Yo lo prohibiría y demolería los estadios. Los trasformaría en escuelas de latín o los usaría para plantar marihuana legalmente. Los chicos de mi cuadra se me antojaban sucios y violentos, querían quedarse con mi bicicleta y no se negocia con esa gente. Sentía que en el caso de un problema mis padres no se pondrían de mi lado. Sentía que no me querían, para decirlo mas simplemente. Pero adonde ir? Mi casa era limpia y las de las otras personas eran sucias. Eso, unido a la particular biblioteca, familiar me impedía la fuga. Y me condenó al enciclopedismo del escape asistemático. De huérfano. Me encerraba a leer libros de historia militar y aviación, muchos políticamente contradictorios entre sí( mi padre, que aportaba mucho material, leía con sus altibajos en cuatro idiomas). Recortaba de viejas revistas inglesas y alemanas que mi familia archivaba periódicamente. En ocasiones iba por mi cuenta a juntar datos sobre aviones en la Biblioteca Nacional de Aeronáutica de la calle Paraguay. Una de mis raras salidas solo. No tuve una infancia sufrida, sino mas bien aburrida, terriblemente aburrida. Faltaban estímulos. No existían Internet, ni el cable y no se podía salir a la calle porque te secuestraban los montoneros. Todas las películas estaban prohibidas para menores cuando no estaban prohibidas para mayores. Iba de la casa a la escuela y viceversa. No era un alumno especialmente bueno ni especialmente malo. Me gustaban la historia y la geografía, disciplinas marginales, las matemáticas eran la eterna pesadilla, aunque sentía una fascinación estética por los diagramas científicos y las ecuaciones. Mi padre dibujaba máquinas, grúas sobre todo, usaba reglas de cálculo y después calculadoras Fate color leche y rotrings de distinto espesor y toda una utilería técnica que me fascinaba y que todavía hoy me fascina, a pesar del Autocad! Colecciona muchas cosas. Coleccionaba chistes. Los clasificaba y calificaba. Una hermana de mi abuela materna con la que pasaba mucho tiempo tenía escondidos libros de Perón y láminas de Evita (había conocido a ambos o eso decía) en un armario donde guardaba también una araña de plástico que usaba para domesticarme si me ponía pesado. Esa señora pertenecía a la Escuela Científica Basilio, era medio peronista, medio espiritista, ambas cosas le resultaban muy ridículas a otros miembros de la famlia donde cada persona era un mundo autocontenido aparte, una mónada. Con el tiempo peronismo y espiritismo se me han vuelto temas, aunque también se han vuelto los temas de Santoro y me no urge desarrollarlos tanto como antes. En la familia no me hablaban bien de Hitler, pero tampoco me hablaban bien de los judíos. Del Holocausto ni media coma, aunque me enteré por mis propios medios, mas o menos como pasa con la educación sexual. La relación de mi padre con estos libros era rara, porque aunque los leía, no hacía comentarios sobre ellos salvo que uno le preguntara y no promovía que yo los leyera, ni siquiera para practicar mi alemán, idioma que estudié once años medio bajo protesta. Yo leía muchas historietas de Ed. Columba, el Tony y esas cosas. Dibujos animados, a raudales. Vivía en un enojo acuarelado. Supongo que este odio sin referente claro era una queja contra el aburrimiento ambiental, contra la energía sin uso destinada a morir en el vacío. Me parece que el Arte es importante. No es que el Arte te salve, sino que su ausencia te condena. Mucha gente sin sospecharlo está sentada sobre una bomba de orfandad cognitiva.


JULIÁN MASSALDI

Si lo que cuenta la leyenda familiar es cierto, mi reencuentro amoroso con el vinilo estaba predestinado. Dice que en el jardín de la casa familiar en Gonnet, se me podía ver a los 3 años girando alrededor del árbol del arenero, mientras cantaba algunas de mis canciones favoritas. Si me preguntaban qué estaba haciendo, respondía: "Estoy jugando al disco". Otro recuerdo premonitorio: Yo, corriendo aterrorizado a avisarle a mi mamá que el tocadiscos, que ya manejaba con autonomía antes de escribir, se había roto; solo esa explicación se me ocurría que podía explicar el sonido diabólico que había salido al poner uno de mis confiables discos Calesita. Recuerdo el alivio cuando al corregir la velocidad de la bandeja, volví a escuchar la familiar canción de Pecos Bill. Los pasos siguientes tienen que ver con un hermano mayor que con 12 años organizaba sus primeros "malones" en plena locura disco, con las caras de los cuatro Kiss fascinándome desde la tapa de Dynasty; y las ansiadas visitas al Parque Rivadavia en su apogeo, para llevarme los tesoros descartados por veteranos que se pasaban al CD. Hoy, mi hijo comparte el placer del ritual de poner discos y lo hace con su propio Wincofón, completando las vueltas


PABLO MANZOTTI La colección del vinilo como objeto y su apreciación melómana, en mi caso, se reduce a lo mismo que mi amor por el cine, las historietas y la cultura popular en general. Como tantos otros que nacimos en los '70, la escucha, en el momento de su salida, de Desenmascarado, de Kiss o de The Game, de Queen (por solo citar algunas gemas) tanto en casete como en vinilo, habrá tenido algo que ver. Somos una generación atravesada por ese imán cinéfilo de los "Sábados de súper acción", la "melomanía visual" generada por los primeros videos en tv, cortesía de "Música Total" y las compras de material musical pirata en la época dorada del Parque Rivadavia o en las cuevas de las galerías de Flores. Una generación muy permeable al fetichismo, al reconocimiento del objeto como algo a preservar y recuperar. No hay que convertirse en absolutista contra la era digital (que muchas ventajas tiene, vamos). El vinilo, en esta sinopsis que nos convoca, representa, ante todo, una forma diferente de acceder al artista y su obra: sentarse a escuchar, mirar, tocar y apreciar un concepto integral.

MARCO SANGUINETTI En una filmación de mi infancia, en la que tengo un año, se me ve reaccionando de igual manera cada vez que mi padre pone a sonar sus óperas favoritas en el antiguo reproductor de cintas que teníamos en el living: decidido y apasionado. Yo, literalmente, abrazo el aparato. Ese abrazo es la síntesis que explica mi fascinación por el diseño y la música, un dilema vocacional que, con suerte, jamás resolveré. Fue inevitable que asistiera al conservatorio de música, y que también transitara por la carrera de diseño industrial en la UBA. Aun durante mi adolescencia ochentosa, la mejor forma que encontré para desahogar esta doble pasión en un mismo ritual fue consumir compulsivamente discos: ¡Sonidos atrapados dentro de un objeto hipnótico! Desde aquél entonces prefería los vinilos a otros formatos porque en ellos se podía apreciar mejor el fenómeno físico de la reproducción sonora. Los discos fueron tejiendo mis amistades utópicas con músicos admirados, y otras bien reales con melómanos cómplices. Muchos de estos amigos perduran todavía, al igual que los discos, al igual que la paridad entre vocaciones, al igual que los hábitos de la infancia... Aún hoy, algunas noches, cuando nadie me ve, pongo un vinilo y abrazo el parlante.


SANTIAGO SIRI

El primer contacto real que tuve con una computadora fue en tercer grado. Tenía 9 años y mi viejo trajo de su laburo una IBM XT 8086 que ya no se iba a usar mas. Para los estándares de 1992, no era una PC último modelo pero sí una bastante funcional. Tenía un procesador de 4 Mhz y unos 640K de memoria total (el equivalente a una fotografía digital en baja resolución). Mi entusiasmo con ese monólito tenía que ver con algo muy concreto: iba a poder usarla para jugar. No me interesaba otra cosa que poder revivir mis fantasías (teñidas de fútbol por aquellos años) jugando con la selección argentina en el jueguito que venía instalado. Quizás por que era el mayor, la computadora quedó instalada en el cuarto de mi hermano Ricardo. La primer noche que este se fue, aproveché la zona liberada para invadir su cuarto y usar esa prodigiosa


máquina a mi antojo. Cuando la encendí, viví una experiencia traumática: no tenía idea como usarla. En aquellos tiempos, las computadoras eran muy poco amigables, no había interfaces gráficas ni se dejaban tocar con tanta facilidad. Me encontré frente a un críptico "C:\" caracteristico del sistema operativo DOS y no supe realmente que hacer. Intenté escribir "futbol" pero inmediatamente la máquina me dijo "Command Not Accepted". Quizás en inglés "soccer" pero nuevamente hubo un "Command Not Accepted". Creo que invertí una hora de mi vida a intentar descifrar esa máquina, y el desenlace fue fatal: rompí el teclado a patadas. El día siguiente, probablemente mi hermano fue quien me explico un poco de la lógica detrás de ese monstruo de silicio: Había carpetas y archivos, comandos para moverse dentro de esas carpetas, y finalmente en algún lado de la máquina estaba el juego de fútbol que tanto anhelaba jugar. Pero como un chiquito que se entusiasma con la caja en lugar del regalo que contiene, esa pequeña experiencia fue profundamente reveladora: la máquina podía ser programada. Mi frustración era en realidad un profundo deseo por querer conocer los secretos de esa computadora. Y cuando comencé a comprender su lógica, me sentí como un dios que transforma el verbo en carne: yo podía decirle a la computadora que haga lo que quisiera. Inmediatamente fui absorbiendo todo el conocimiento que tuviera a mi alcance para aprender a programar estas máquinas. El interés fue siempre el de lograr expresarme de alguna forma creativa en lugar de simplemente ponerme a jugar. En aquellos años descubrí el lenguaje de programación Basic, orientado a darle a chicos nociones básicas de programación, y el famoso LogoWriter que se usaba en mi colegio, donde podía indicarle a una tortuguita en la pantalla como quería que se moviera. No tardé mucho tiempo en hacer mis primeros juegos de autoría personal que inmediatamente distribuía en mi clase a cambio de pocos centavos (era el 1 a 1). Me acuerdo uno muy sencillo de preguntas y respuestas, trivia general sobre fútbol donde a medida que uno respondía preguntas, se iba acercando un jugador a realizar su gol. Después, con la llegada de Windows 3.1, fui aprendiendo formas mas visuales de diseñar interfaces usando un rústico Photoshop combinado con Visual Basic, el lenguaje de programación de moda por aquellos años. En 1997, cuando mi obsesión informática ya era evidente, mi viejo me plantea la siguiente disyuntiva: "O te pongo internet o seguís suscripto a la revista El Gráfico, pero las dos cosas no". Obviamente elegí internet, después de todo, podría leer El Gráfico online. Lo cierto es que me interés por el fútbol en sí se fue evaporando a medida que descubrí el poder de la red como fuente de conocimiento para abrirme a universos cada vez mas amplios. Los años de la secundaria me los pase permanentemente online. Era famoso en mi clase por quedarme sistemáticamente dormido en cualquier momento del día. Ocurría que me quedaba hasta las 5am navegando por internet, participando en foros online, aprendiendo a desarrollar software y conociendo gente de todo el mundo con mis mismas inquietudes. De hecho, el día de hoy estoy convencido que la formación que me dió internet en aquellos años tuvo un impacto mucho mayor en mi carrera que el legado académico de mi colegio. Al día de hoy, muchos me preguntan como aprendí a programar. Lo asombroso, incluso para mi, es que fue de forma 100% autodidacta. El poder de la computación y la red para democratizar el aprendizaje es sin duda asombroso. Y lo mejor aún: es que sigue siendo el comienzo de esa revolución.


PARTICIPARON EN ESTA EDICIÓN

PABLO BIANCHI Diseñador industrial, docente (UBA, UNaM) e investigador. Busca entender cómo pueden relacionarse positivamente diseño, cultura y sustentabilidad, con un enfoque que ha denominado Postdiseño. Ha sido curador de, entre otras, la muestra del concurso Innovar. Productos suyos han sido publicados y expuestos en el país y en el exterior y forman parte de la colección permanente del MAMBA. Fue socio fundador de Tónico Objetos. Integra el Club del Vinilo. www.pablobianchi.info

MARCO SANGUINETTI Diseñador y músico. Entre sus diseños se destacan el vaso para whisky Mareado, el equipamiento de las disquerías Zivals y algunos asientos. Trabaja elaborando herramientas y estrategias de articulación para establecer la cultura de diseño en la dinámica productiva local. Docente en la UBA. Transita un Doctorado donde explora la relación entre los sonidos y los objetos. Pianista y compositor, ha editado 3 discos, se desenvuelve en el circuito de jazz porteño y en proyectos que vinculan música-danzateatro. Integra el Club del Vinilo.

LUX LINDNER Estudió Diseño Gráfico, Bellas Artes, Puesta en Escena y Gráfica Digital. Ha realizado muestras individuales y colectivas en Argentina, Estados Unidos, Indonesia, España, Suiza, Francia y Alemania. Fundó el COMARGIN (Comisariado de Argentinidad Inmanente ) en 2003 y es miembro del Post Traumatic Kunst Ensemble, colectivo ganador del Premio ArteBA-Petrobras en 2012. Ha recibido, entre otros, el Premio Braque, el Premio Klemm y una Beca Fullbright.

SANTIAGO SIRI Lidera el laboratorio de I+D de Grupo 42 (@GrupoFortyTwo), considerada entre las 50 compañías mas innovadoras del mundo por FastCompany. En el pasado creó The Whuffie Bank, una ONG para repensar el futuro del dinero. Fue parte de Three Melons y la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentina impulsando al gaming como expresión cultural. Elegido Global Shaper por el World Economic Forum.

FABIANA BARREDA Fotógrafa y performer, curadora y crítica de arte. Egresada de la Facultad de Psicología de la UBA, institución de la que dirige la Galería de Arte. Es Profesora de Psicología del Arte en la Universidad Nacional de Tres de Febrero y de Arte Contemporáneo en el Instituto Universitario de Arte. Participa de exposiciones colectivas en Argentina y el exterior desde 1992. Hace su primera muestra individual en 1996 y desde 1998 trabaja en el Proyecto hábitat, que sigue desarrollando hasta el presente.

ALVARO GARCÍA RESTA Arquitecto. Jefe de Gabinete de la Direccion General de Movilidad Saludable de la Ciudad de Buenos Aires. Es maratonista y triatleta y hoy se entrena para su próximo objetivo: completar el Ironman. Profesor de grado y posgrado de Arquitectura Sustentable en la Universidad de de Palermo, cree que la diferencia entre la catastrofe y la esperanza es la educacion. Como Emprendedor y diseñador es fundador de Onn Style, y parte del “Team Fellinger” equipo dedicado a diseño y la arquitectura ambos premiados en 2012.

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MARTÍN KOHAN Nació en Buenos Aires, enseña Teoría Literaria en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de la Patagonia. Ha publicado tres libros de ensayos, dos libros de cuentos y nueve novelas. Sus obras son publicadas por editoriales prestigiosas como Trtotta (España) Mondadori, Einaudi (Italia), Serpent’s Tail (UK), Seuil (Francia) y Suhrkamp (Alemania). Ciencias morales (2007) es su novela más popular y ha sido llevada al cine con el nombre “La mirada invisible”, bajo la dirección de Diego Lerman.

ENRIQUE AVOGADRO Es Director de Industrias Creativas y Comercio Exterior en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y también Director del Centro Metropolitano de Diseño. Coordinador del Consejo Académico de la Fundación Export.Ar, cuyo objetivo es el de contribuir a la internacionalización del país fomentando los vínculos entre el mundo empresario y el mundo académico. Ad honorem. Mantiene el blog tradeandme.blogspot.com

PABLO MANZOTTI Periodista, crítico de cine, música y TV. Docente. Actualmente se desempeña como columnista de espectáculos en el programa de radio No somos nadie, por FM Metro 95.1. También es columnista de series de TV y cultura popular los martes en Gente Sexy, por FM Rock&Pop. Es editor de la página de internet tv.otroscines.com e Integrante del Club del Vinilo.

ANDREA JUAN Es Licenciada en Artes Visuales. Su obra se basa en investigaciones científicas y tiene un contenido reflexivo sobre el medio ambiente. Trabaja en las disciplinas de video, instalación, fotografía y obra gráfica. En el 2007 recibió la beca del Gobierno de Canadá y anteriormente la beca Guggenheim de New York, la UNESCO de Francia, la de Fundación Antorchas y la del Fondo Nacional de las Artes.

Twitter: @eavogadro

JULIÁN MASSALDI Músico, geógrafo (UBA), traductor inglés/ castellano, guía de turismo, etc. Trabaja en Fundación La Base, apoyando proyectos productivos de cooperativas y fábricas recuperadas. Fue guía de turismo en Eternautas Viajes Culturales. Trabajó como traductor y productor en el documental “La Toma” de Naomi Klein. Editó de manera independiente “Colegiales Express” y “Enciclopedia Británica”. Musicalizó la obra muda “Mal Amor” de Paula Bartolomé estrenada en el CC Borges. Integra el Club del Vinilo. www.julianmassaldi.com.ar

DIEGO SANDOVAL Diseñador Gráfico especializado en Branding, Identidad, Real Estate, Packaging e Ilustración. Trabajó para empresas como Grupo Telecom, Cencosud, SDL. Fundador de Sandovalcrew Ilustra para revistas y blogs de Diseño y Arte. Bajista, Chef Apasionado e Ilustrador Experimental que sueña con un mundo mejor todos los días.

Twitter: @manzottipablo LA GUÍA PARA UNA VIDA INTELIGENTE

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AGRADECIMIENTOS Diego Sandoval para

AMPARO DÍSCOLI

IVANA LóPEZ

LUCIANA OLMEDO WEHITT

ANDRÉS DUBARRY

EL CLUB DEL VINILO

CRUZ BARCELONA


www.magoofy.com

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¿CÓMO CRIAR A UN NERD? Texto: Julieta Novarro // Ilustración: Cruz Barcelona

Cierto día se acerca mi sobrina Natalia de 14 años muy angustiada. En su grupo del colegio no lograba un espacio, no era popular, la dejaban de lado. A mi siempre me pareció brillante, creativa, y ese día le dije lo que ansié tanto decirle a alguien: “No te preocupes, esas chicas que son líderes, y ocupan el centro de atención, el día de mañana nunca conservan esa impronta, ese lugar privilegiado, en general simplemente fracasan”. El tiempo me va a dar la razón. Porque si tu mejor momento fue en la primaria o en la secundaria, la estadística indica que es muy difícil que sigas arriba durante la vida adulta. Su cúspide es parte del pasado. El futuro siempre será de los nerds. En ese momento, me ví identificada con su problemática. Yo nunca fui líder en la adolescencia, y por dentro

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siempre sentí que no terminaba de cuajar en los grupos sociales. Me salvaba ser la hermana menor, y sobrevivía a fuerza de nuevos hits musicales, últimos gritos de la moda, personajes predilectos, y todo lo heredado de mis hermanos mayores. Pero ella no tuvo esa suerte, es hermana mayor y eso significa que lleva todo a cuestas. Diez años después, es una mujer prolífica. Estudia ciencias políticas, trabaja en un conocido sitio de internet, en sus ratos libres edita videos, siempre suma en una conversación de adultos, en fin, mi teoría resistió la prueba del tiempo. Y no sólo eso, lo importante es que su mirada cambió. Porque eso también sucede. Uno modifica la mirada hacia los otros, hacia el mundo. Y los parámetros de “cool”, “popular”, “divino” de aquel entonces, ahora son

otros. Siempre recuerdo una película de Disney protagonizada por Bruce Willis, “Mi encuentro conmigo”. Él, un empresario exitoso y solitario, se topa en su propia casa con un nene de unos nueve años, gordito, obsesionado con los aviones y juguetes. Se trata nada menos que de él mismo en su infancia. El personaje de Willis termina acompañando a su yo pequeño a una escena del pasado donde había sido humillado (todos tuvimos una de esas) y logra lo que él no había podido entonces: sobreponerse a los otros niños “crueles” y así curar su autoestima herida. Porque al fin y al cabo, de eso se trata, ¿o no? PENSAR EN EL HOY Hoy soy madre de dos chicos, y constantemente me hago preguntas sobre cómo hacer para minimizar

esa inexorable inseguridad que todos tenemos. Y como sé que ese sentimiento puede ser productivo en un futuro, porque es inspiradora, promueve cambios satisfactorios en casi todos los casos y fomenta la tolerancia a la frustración, la propuesta radica entonces en maximizar las potencialidades de nuestros hijos, pero sin dejar de lado lo vincular, porque… vamos, un nerd es un recluta de sí mismo, un ¨incomprendido¨ por la sociedad, y ese no es el objetivo. En esta búsqueda permanente encuentro propuestas integradoras que reúnen varias cosas. Y aquí va mi selección: KINDERMUSIC Kindermusic es el programa de música y movimiento más respetado

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y no enloquecer en el intento...

en el mundo. Diferentes estudios prueban que las habilidades en los chicos para pensar, razonar, crear, moverse, imaginar, expresarse y recordar, se desarrollan más cuando la música es algo natural en sus vidas. Llevé a mi hija mayor desde los cuatro meses, y actualmente llevo a mi segundo hijo. En Kindermusic cada actividad, cada canción, cada sonido, cada instrumento fue cuidadosamente Selecciónado para estimular el desarrollo y fortalecer nuestro vínculo emocional con él. Las clases se dan en Castellano pero las canciones y cuentos son en Inglés. Esto es beneficioso ya que, de esta manera, pueden además incorporar naturalmente algunas palabras y acostumbrarse a su sonido.

chicos’ funciona en la Fundación Esteban Lisa desde el año 2001. Es una propuesta para niños de 2 a 10 años de edad. La intención es ofrecer un espacio donde crear, jugar y desarrollarse a través de distintas disciplinas artísticas, basadas en una concepción integral y abarcadora del arte. Los talleres se renuevan año tras año. Algunos de los favoritos hasta el momento son: Artes visuales, Circo, Malabares, Juegos Teatrales, Cineanimación y Cerámica. También incluye en el programa “Encuentro de chicos con artistas” que consiste en visitas a ateliers de artistas plásticos y programas especiales de actividades en vacaciones.

FUNDACIÓN ESTEBAN LISA

Este Taller no requiere de traslados ni de horarios. Se abre y se cierra cuando uno así lo quiere. El Taller Azul nace

La ‘Escuela Integral de Arte para

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TALLER AZUL

de la mano de Silvia Katz, quien en 1995 crea Ediciones Laralazul con la publicación del primer libro de cuentos escritos e ilustrados por los chicos de ese espacio de arte. Desde aquel entonces, ha editado un libro por año. Los títulos son: El libro verde del taller azul, Los juguetes se divierten, Por arte de magia,El pequeño ilustrado -diccionario biciclopédico, diccionario verborrágico, Libro de preguntas posibles e imposibles, entre otros. D SPACITO D Spacito es un espacio creado por padres y docentes que propone devolver a los chicos un tiempo de libre juego que les permita crecer, imaginar y crear. La idea es encontrar un ritmo distinto, donde el relax y la atención son protagonistas. Cocina Slow Food,

actividades de verano en la chacra, meriendas saludables, yoga, son algunas de las propuestas que ofrece. GYMBOREE Gymboree Play & Music ha fomentado la creatividad y confianza en niños de 0-5 años por más de 30 años. Hoy en día tiene más de 550 sedes en 30 países. Sus actividades, adecuadas a las edades, ayudan a desarrollar las destrezas sociales, físicas y cognitivas de los chicos mientras juegan. Los programas son además reconocidos por su enfoque único en la participación de los padres – lo que alienta la comprensión del desarrollo de cada uno– estimulan la conciencia vincular, fomentan la interacción con los padres y promueven desarrollos múltiples.

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LA LIGA EXTRAORDINARIA Texto: Noelia Veltri // Ilustraci贸n: Cruz Barcelona

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¿Qué hubiese pasado si Stephen Hawking no hubiera tenido los medios para desarrollar su potencial? ¿Y si Bill Gates nunca hubiese podido acceder a una computadora? Les presentamos el Brilliant Club, una iniciativa inglesa que pretende acercar educación superior de excelencia a alumnos con talento que carecen de oportunidades.

Independientemente de las repercusiones mundiales que ese cambio de rumbo significara para la informática, la física o cualquier otro área de la ciencia, lo cierto es que existen miles de mentes brillantes que, opacadas por la imposibilidad de acceder a una universidad que esté a la altura de sus necesidades, se pierden en la inevitable nebulosa de la falta de oportunidades. En ese sentido, las cifras resultan contundentes: en Reino Unido, sólo el 2 por ciento de los jóvenes de más bajos recursos logra llegar a una educación académica de prestigio. Precisamente fue ese el puntapié que llevó a los nuevos paladines de la filantropía, los docentes Jonathan Sobczyk y Simon Coyle (VER RECUADRO), a trazar un plan de acción que pudiese ayudar a revertir esas cifras alarmantes: el resultado fue lo que desde marzo de 2011 lleva el nombre de “The Brilliant Club” (BC). IGUALAR Acostumbrados a ver en sus aulas alumnos de sectores sociales más acomodados, Sobczyk y Coyle comenzaron a preguntarse cuál sería el destino de los “cerebros” de los estratos marginados. Es que cuando un joven sin posibilidades demuestra tener potencial, es difícil que con su base educativa logre hacerse un espacio en una institución de excelencia: no sólo por estar menos preparado, sino porque además carece de la convicción de que estas universidades pueden ser una opción válida para ellos. “Salimos del aula en 2010 y creamos esta organización con el objetivo de promover nuestra visión de un sistema, donde los estudiantes de entornos desfavorecidos, estén proporcionalmente representados en las mejores universidades”, afirmaron ambos creadores. Y en este punto, los quijotes del Brilliant Club apostaron a desentrañar el nudo que alimenta el círculo vicioso de la baja movilidad social de Gran Bretaña: la relación inevitable entre el ingreso familiar y el nivel educativo. Es que se trata de una fórmula no demasiado compleja y que responde a los principios básicos de toda desigualdad: aquellos que tengan la posibilidad de recibir una mejor instrucción, podrán acceder a un empleo profesional de mayor status y más elevada remuneración.

labor mancomunada entre colegios y universidades que movilice a estudiantes de doctorado a comprometerse y ayudar a hacerle frente a las carencias de las instituciones menos favorecidas. ASOCIADOS Así es que la principal tarea del Brilliant Club es reclutar, entrenar y ubicar estudiantes avanzados y ponerlos al servicio de tutorías para pequeños grupos de alumnos de alto rendimiento. Durante estas clases, diseñadas especialmente para emular la enseñanza superior, se ayuda a los jóvenes más relegados a desarrollar su pensamiento crítico, mejorar sus habilidades cognitivas y a trabajar fuertemente para construir su confianza. La intención es que puedan focalizarse en desenvolver su potencial académico y ensamblar vínculos efectivos entre las “escuelas socio” y “universidades asociadas”. Menuda tarea si se tiene en cuenta que, para garantizar la transparencia del sistema, este dúo dinámico no incluye financiación externa, excepto las contribuciones de las propias universidades. Desde el Brilliant Club advierten que es prioridad construir una organización sustentable y estable con previsión a los próximos cinco años. “Para ser claros, los aportes de socios corporativos o donaciones de organismos, no están incluidos dentro de este modelo aunque, por supuesto, trataremos de atraer fondos externos cuando sea posible, pero serán utilizados para ampliar los suministros más que para cubrir los gastos básicos”, afirmaron. Y hasta el momento las conclusiones arrojan resultados que son incentivos en sí mismos: el Brilliant Club lleva reclutados 54 estudiantes de doctorado, que ya dictaron tutorías de estilo universitario, a pequeños grupos de alto rendimiento de 36 escuelas no privilegiadas de Inglaterra. Y van por más. Porque se estima que en el Reino Unido hay aproximadamente 50 mil potenciales colaboradores; la mayoría en universidades altamente selectivas. De modo que si tan sólo el 1 por ciento se inscribiese para participar, su ayuda impactaría directamente sobre 6 mil alumnos de bajos recursos. Sin súper poderes, ni capas, ni trajes rimbombantes. Con voluntad y al alcance de la mano.

Por eso, con el foco puesto en que comiencen a poblar las universidades más prestigiosas, The Brilliant Club se puso al hombro la tarea de formar aquellos alumnos destacados de escuelas con menos recursos.

QUIÉNES SON

Pero ¿cómo pretenden lograrlo? Devenidos en una suerte de Liga de la Justicia desprovista de superhéroes. En esta agrupación altruista los únicos súper poderes contemplados son aquellos vinculados a la inteligencia, la constancia y el deseo de progresar.

Jonathan Sobczyk estudió Filosofía, Política y Economía en la Universidad de Durham; y Simon Coyle Economía y Política en Warwick. Desde que fundaron el Brilliant Club en 2011, fueron nombrados en el “Top ten de jóvenes empresarios sociales de 2012” y recientemente por el “Sunday Times” como “la empresa social del año”.

Con la solidaridad como principio básico, el objetivo es generar una

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VIVIR EN DEUDA Texto: Carlos Avendaño // Ilustración: Federico Raiman

Eran casi las dos de la tarde. Justo a tiempo para que sonase la campana de vuelta a clase. Harry entró en el aula a trompicones, unos segundos antes de que lo hiciese el profesor. Se sentó en el pupitre que diligentemente le había guardado Hermione a su lado: –Harry, ¡otra vez tarde!– le espetó Hermione. –Buff, ya sabes que los martes tengo quidditch y acabo llegando apuradísimo. –Oye- continuó Hermione: imagino que no te habrás olvidado de traer lo que nos pidió el nuevo profe para hoy… –¡Ay!– masculló Harry entre dientes. –Ya sabía que se me olvidaba algo.– -Señores… cállense.- El nuevo profesor no parecía tener ganas de guasa. –Dejen que me presente: soy su maestro de economía aplicada. Unos me conocerán como el Gigante Gentil, otros como el Mata-Inflaciones… pero prefiero presentarme como yo mismo: Paul Volcker. Los chicos escudriñaban curiosos a ese hombretón de más de 2 metros de altura y voz tronante con fuerte acento alemán. –Sé que no esperabais una asignatura como esta, pero su querido director y amigo mío, el gran mago Dumbledore decidió cambiar el plan de estudios a última hora. Coincidí con él en la conferencia anual de magia cuántica de Jackson Hole, en las montañas de Wyoming. Y visto los tiempos inciertos que asolan Occidente, hemos decidido incorporar esta asignatura al plan de estudios.Volcker, escudriñando por unos segundos el aula de piedra ancestral y vigas nobles, libros centenarios e históricas vidrieras, continuó decidido mientras enfurruñaba el gesto: -Cierren sus libros ahora mismo; no los van a necesitar. Sólo utilizaremos lo que les pedí que trajeran para hoy: una copia del historial crediticio de padre o madre.- Harry tragó saliva… -Les contaré una historia muy simple. Una historia con fuertes paralelismos para con nosotros los humanos. Una historia de mundos que nacen, crecen y mueren… en las frías tundras del norte. Aquella región está poblada por

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parientes muy cercanos a nosotros los humanos, seres que viven en comunión con la Madre Naturaleza, disfrutando de lo que la tierra les provee. Pero de tanto en tanto, cuando la historia se tuerce, acaban ocurriendo cosas terribles y miles de ellos perecen sin que nada ni nadie pueda evitarlo.La clase le miraba absorta, cada vez más incapaces de entender qué tenía que ver todo aquello con economía. –Les hablo de los lemmings, señores. Sí, los lemmings. Alguna que otra risa burlona se oyó desde la esquina donde se sentaban Malfoy y sus secuaces, pero Volcker los calló con su mirada penetrante. –Pobres lemmings. Y pobres de ustedes que actúen como ellos. Quizá y con suerte, alguno de ustedes entienda algo de lo que les voy a contar a continuación… Volcker prosiguió: –Tras cientos de años de abusos, disgustos, crisis y rebeliones, parecía que los lemmings habían llegado al fin de su Historia; de la pax romana, a la pax lemmus lemmus. Nunca antes su colonia había sido tan rica, una relativa paz reinaba en los cuatro confines de la tundra y el contrato social que unía a unos y a otros parecía más sólido que antes. Ron miró a Harry por un segundo y los dos arquearon las cejas como reconociendo que no entendían nada de nada. Volcker, mientras, inmune a las caras de alucine de sus alumnos, continuó irremediablemente: –Durante siglos, insisto, el lemming creció en un entorno hostil e incomprensible, lleno de imponderables a los que fue nombrando, clasificando, queriendo y evitando a base de prueba y error: águila, MAL; acantilado, MAL; semillas, BIEN; suficiente, BIEN; más, MUCHO MEJOR; frío, MAL… y así sucesivamente. Sus cerebritos tamaño guisante crecieron y se hicieron cacahuete doble, lo que les ayudó a comprender mejor el mundo que les rodeaba. Pero aún así, al mismo tiempo que la gran familia iba creciendo en complejidad, más se regodeaban de sus éxitos. Les bastó creerse superiores a la incertidumbre del futuro, delegando responsabilidades peligrosamente para que su sociedad, un día inesperado, acabase por desmoronarse inexorablemente.

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–¡JAMÁS!– tronó Volcker inmerso en su historia. -¡Jamás se puede bajar la guardia!. Tras un invierno más largo de lo normal, el permafrost había congelado muchas de las semillas del año anterior, por lo que la comida empezó a escasear de manera alarmante. El hambre se instaló en la comunidad y ante el desastre que se avecinaba, recurrieron al sacrificio supremo. Miles de ellos se congregaron en masa frente al famoso Precipicio de Taylor y, a la de una, miles de ellos se precipitaron al vacío sin que uno sólo gritase Jerónimo … Eran conscientes de que esa era la única forma de salvar a las generaciones venideras. –¿Y tuvieron que saltar, sin más?- dijo Ron Weasley. –Tendrá que haber alguna otra solución menos paranoica, ¿no?–Es verdad- respondió Volcker. -podrían haber actuado como nosotros los humanos, seres mucho más evolucionados, con el cerebro más poderoso del reino animal y dueños y señores de los recursos del planeta en el que vivimos. De un ser así, deberíamos esperar una solución más comedida y exitosa, ¿o no? Los alumnos dudaron unos instantes, creyendo entender que Volcker les estaba empujando hacia una trampa perfectamente camuflada. Aún así, Ron se atrevió a contestar: -Supongo que sí, señor Volcker. Nosotros estamos pasando por fases parecidas donde junto con el establecimiento de instituciones más o menos exitosas, hemos sido capaces de sacarle la mayor rentabilidad a lo que la Tierra nos brinda.-Bien señor Weasley. Y… ¿Qué más? ¿Cuánto le debemos a esas instituciones? ¿Por qué funcionan?-Mmmm… supongo que en el rédito histórico- continuó Ron confiado. -Estamos donde estamos, porque hemos sufrido siglos mejores y peores hasta llegar a lo que tenemos hoy en día. No digo que sea lo mejor, pero es que no hay otra.-No va usted mal encaminado señor Weasley, pero busco algo más. Estamos acostumbrados a ver la historia como algo que los poderosos nos imponen, pero… siendo nosotros tantos millones de seres con sus millones de dosis de libre albedrío, algo habremos colaborado en conseguir lo que hoy existe, ¿no creen?-

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La clase en este momento estaba perdida. Volcker disfrutaba satisfecho por el murmullo que invadía el aula, a sabiendas de que los chavales se estrujaban el cerebro pero sin tener muy claro cuál era la solución del problema. -La confianza excesiva- se escuchó tímidamente desde la bancada. –¿Quién ha dicho eso?- rugió Volcker expectante, -venga que levante la mano y lo explique.Harry se ajustó las gafas, se levantó decidido y añadió: -Lo dije yo; y a lo que me refiero es que creo que hay una confianza excesiva de unos con otros. Aparentemente, las sociedades acaban tejiendo millones de relaciones de todo tipo que, si las examinamos más en detalle, se podrían cortar con el pelo del bigote de un lemming.La clase estalló en una risotada generalizada. Harry hizo una mueca mezcla de condescendencia con la clase y cierto temor a andar muy desencaminado. -Eureka- añadió suavemente Volcker ante el estupor de los alumnos. –Eureka, eureka, eureka. Señor Potter, ha dado usted en el clavo. La confianza excesiva del ser humano, que yo, si me permite, optaré por llamarlo optimismo intrínseco. El hombre hace muchos años que perdió el control de su entorno, pasando a sustituir sus labores básicas de cazador-recolector por las de ciudadano en un entorno no agresivo para su supervivencia, pero sí infinitamente más complejo que lo que la naturaleza le regaló en su día. -Saltándonos miles de años de historia que espero ya estudiasen en otros cursos- continuó Volcker- llegamos al día de hoy donde, una vez más, la historia se repite. Y aunque podría hablarles de cientos de ejemplos de piedras en los que el hombre se ha –nos hemos- tropezado, quiero centrarme en algo más “económico”, más mundano de lo que se imaginan.-Así que… Señor Potter: ¿para qué cree que les he hecho traer el historial crediticio de sus padres a clase? ¿Qué tendrá eso que ver con el optimismo intrínseco?Harry atisbó su mesa vacía, volvió la mirada hacia el gran profesor… y se estremeció. (CONTINUARÁ…)

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COLOMBOFILIA Texto: Pedro Crescia // Fotografía: Rosario Heer

Las palomas mensajeras vuelven…”, nos aclara de entrada Claudio Trujillo. La escena es por demás elocuente: en una terraza del barrio de Colegiales, un palomar. Se trata de más de 140 aves atendidas por sus propios dueños. Claudio y su hijo Martín les dedican al menos 3 horas diarias. Las entrenan al igual que los 3500 colombófilos (dícese de aquellos que adiestran y crían palomas) que existen a lo largo y ancho del país.

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Resulta oportuna la aclaración y lamento derribar algún misterio romántico relativo al asunto. A ella no es que uno le dice “andá a lo de Pablo y decile que cómpre pan”, sino que a la paloma se la tiene que llevar Pablo y de lo de Pablo vuelve al palomar (donde vive, come y duerme) con el mensaje en una de sus patitas. La orientación innata de estos animales es impactante, vuelven derechito a su hogar. Estando tanto a 100 metros como a 1000 kilómetros. Grandioso. Estas vuelan entre los edificios de la capital. Cuando hablamos de entrenar palomas, nos referimos a que, aun cuando les abren las compuertas de la libertad, ellas vuelven solitas cuando las llaman a comer y a descansar, al lugar donde se reproducen, ponen sus huevos… en fin, donde las cuidan. Si alguna quedara volando, tarde o temprano bajará. Ninguna se escapa. Entre los antecedentes del uso de la paloma como mensajera encontramos algo así como la Colombofilia militar, que tuvo su auge durante la Primer Guerra Mundial cuando las comunicaciones eran limitadas.

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Incluso durante la Segunda Guerra Mundial los ejércitos franceses viajaban al frente de batalla con ellas y luego éstas regresaban con información sobre la cantidad de bajas o el listado de necesidades de alimentos y armas. Cuando el ejército nazi tomó nota de esto, entrenó halcones para cazarlas e impedir la llegada del mensaje (¡maten al mensajero!). Bastante simbólico todo el asunto: halcones de la alianza vs palomas de la Entente-Cordiale. Luego, con el desarrollo de las telecomunicaciones, su papel, en este tipo de terreno y tantos otros, se vio notablemente relegado. Reuters, la reconocida agencia de noticias, nació también ligada a su uso. Cuando el empresario Paul Julius Reuter abrió una linea de telégrafo en Aquisgrán (Alemania) que transmitía y recibía mensajes de Bruselas, notó que para difundir información a otros medios ubicados en distintas ciudades, en muchos casos ellas llegaban más rápido que el correo ferroviario. Sí, literalmente, la primicia llegaba volando.

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La tarde está nublada, garúa. Claudio ve difícil soltarlas. No es bueno para el plumaje dice. Mientras continúa su relato minucioso del cuidado y dedicación yo me pregunto qué queda de aquella original forma intencional de criar y adiestrarlas con el fin de comunicar. Nada. O poco. En el año 2009 una paloma mensajera llegó antes con un chip que un archivo adjunto en un mail. La competencia se realizó en realidad a modo de protesta. En Sudáfrica, un usuario de la operadora Unlimited IT a cargo de la empresa Telkom buscó así demostar las deficiencias del servicio. El cliente, tambièn colombófilo, hizo la prueba suponiendo el resultado. Tuvo razón. La noticia fue difundida por la BBC en el marco de un informe periodístico donde hablaba de las limitaciones del país africano de cara a lo que sería la primera Copa del Mundo en ese continente. Lo que queda de aquella antiquísima práctica colombófila hoy es la competencia. Y quien compite se entrena. Y para entrenarlas hay que hacerlas volar y de esta manera ejercitar su resistencia. Claudio es minucioso, conoce a cada paloma. Sabe cual está triste y por qué. Quien esta enamorada de quien. ¿Para qué novelas de la tarde-noche? Si para encuentros y desencuentros tenemos todo un palomar, supongo que se preguntará. Sin embargo, la agudeza de su ojo experimentado y conocedor en la materia, se coloca sobre aquellas que tienen pasta de campeón. Un pichón veloz y resistente. La estructura ósea, el plumaje, la musculatura. Si tiene once plumas en cada una de sus alas es la gloria. Lo común es que tengan diez. Hoy por hoy la mayoría de ellas se crían para competir. Los responsables de los palomares se acreditan en el club de su zona y las registran con un anillo que se coloca en una de sus patas. La carrera más exigente comprende unos 1100 kilómetros. Hay una muy conocida a nivel mundial que se realiza desde Barcelona, hasta el norte de Holanda. Si se hace de noche, en medio del recorrido la paloma corre serio riesgo de vida, nos dice Claudio. “Una vez llegó una cerca de la medianoche. Lloré”, cuenta; y hay emociones que no se describen. Más información en: www.colombofilos.com.ar www.colombonoticias.com.ar

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#LITERATURAEN TIEMPOSDE@TWITTER Texto: Federico Fraioli

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Esta frase de siete palabras que cabría cómodamente en un tweet fue escrita por el guatemalteco Augusto Monterroso en 1959 y ha sido considerada durante décadas el cuento más breve en lengua española. Aquí un, breve, homenaje al instante. El dinosaurio es el más famoso, más analizado, más citado y parodiado microrrelato de Monterroso –maestro del género fallecido hace diez años, el 7 de febrero de 2003–. Distinguido con galardones como el premio príncipe de Asturias en 2000, gozó de la fama y la admiración de sus colegas, de la talla de Gabriel García Márquez, quien sobre La oveja negra y demás fábulas dijo: “Este libro hay que leerlo manos arriba: su peligrosidad se funda en la sabiduría solapada y la belleza mortífera de la falta de seriedad”. En tiempos de twitter, el microrrelato está de moda; como todo lo que tiene que ver con la velocidad, la síntesis, la inmediatez. Y, como pasa con el haiku, proliferan escritores dispuestos a volcar su imaginación en la menor cantidad posible de caracteres, y especialmente en menos de 140. Hay varios concursos que promueven la “twitteratura”. Hace un par de años, por ejemplo, el gobierno porteño organizó “Una noche, un tweet, un cuento”, un concurso para twitter, cuya única condición era incluir el hashtag #una noche. El premio de mil pesos fue para la periodista Soledad Vallejos, que aprovechó una entrada anterior del asiduo tweetero y senador Aníbal Fernández, para completar su cuento. El resultado: “moría sí tagueaba #unanoche--> RT @FernandezAnibal: Escuchando Un ángel para tu soledad. <<...preso de tu ilusión vas a bailar, a bailar...>>.”. Más abultado fue el premio que se llevó la mexicana Marcela Flores el año pasado (140 mil pesos mexicanos), coronada entre 30 mil participantes en el primer concurso literario “Generación del 140” ¿Su cuento?: “En ese instante lo supo, finalmente se había convertido en su padre”. Twitter abrió también una grieta entre los escritores más afamados. Muchos, como Bret Easton Ellis, Chuck Palaniuk, Paolo Coelho, y Arturo Pérez-Reverte han adoptado la red social con los brazos abiertos, ya sea para recomendar libros, escribir mini críticas o promocionar algún trabajo. “Un tweet es una flecha al corazón de lo desconocido”, fue la declaración de amor a la red social de Joyce Carol Oates. Todo lo contario opina, en cambio, Jonathan Franzen, para quien “Twitter es increíblemente irritante. Está sobrevalorado. Las redes sociales. Son triviales e inexactas. La gente que me interesa son los lectores y los escritores. Y no nos gusta chismear entre nosotros”. No sorprende que Franzen, que encantó al público y a la crítica con novelas como “Las correcciones y Libertad”, extensas y largas obras con aires decimonónicos, se oponga a las redes sociales. Mientras que resulta predecible lo que opinaría de twitter Monterroso, que iniciaba su Decálogo del escritor con la siguiente máxima: “Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre”.

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Dato curioso: “El dinosaurio” de Monterroso, fue superado en brevedad en el año 2005 por el “El emigrante”, del mexicano Luís Felipe Lomelí, que dice así: “¿Olvida usted algo? –¡Ojalá!”.

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MÚSICA EN ESPERA Texto: Noelia Veltri // Ilustración: Cruz Barcelona

En este breve estudio sociológico te proponemos entender por qué la música es parte fundamental de nuestra vida y nuestra cultura. Para eso, nada mejor que un sillón cómodo, un lindo tema de fondo y… dejarte llevar. Podríamos definir la música empezando por la palabra, que viene del griego y significa “el arte de las musas”. ¿El arte de qué? según los expertos: “de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos”. Esta definición, aunque con palabras más complejas, nos está diciendo que todos los que hacen música ponen en funcionamiento diversos procesos que están relacionados con lo más íntimo de cada uno, para que todos aquellos que la escuchamos podamos conmovernos y disfrutarla. De hecho, como consecuencia de esta “universalización”, cada una de las culturas humanas y por qué no cada uno de los grupos o etnias, tiene manifestaciones musicales: desde las más ancestrales en las cuales sólo se emitían sonidos hasta la época actual en la cual la música muchas veces se emite y se escucha a sonidos prácticamente

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imposibles, en lugares cerrados en los cuales mujeres y hombres se miran y coquetean con un “drink” en la mano. Inclusive, los especialistas indican que esa característica de “compartir” la música, no sólo en un lugar o espacio físico sino también en términos de gustos, es lo que diferencia las manifestaciones musicales humanas de las animales, quizás más bellas y armoniosas, pero mucho menos “organizadas” y pensadas. “Tan ‘abarcativa’, completa y compleja es la cuestión de la música que cuando pensamos por qué un género se pone de moda en un momento y algún otro en una situación histórica diferente, tenemos que considerar el momento cultural, la coyuntura social y económica y el tipo de sociedad en el cual impera ese género”, dice la licenciada en psicología, Gabriela Martínez Castro, directora del Centro de Estudios especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA). De acuerdo con la licenciada, también influyen los momentos

evolutivos de la humanidad en general, más allá de la sociedad en cuestión. “Ahora nos encontramos viviendo épocas turbulentas, con los cual se entiende y se espera que cobren notoriedad estilos musicales más ‘movidos’ y combativos”. Evidentemente, entonces, la música tiene un amplio aspecto sociológico. Ocurre que ella es parte de la cultura y producto de las clases sociales; pero también de los medios. Dicho más simplemente: la sociedad genera la música como producto cultural, y a su vez, ese producto modifica la sociedad porque la agrupa de diferentes maneras, produce alienación, implanta valores e ideales, instala temas, genera modelos e ídolos y genera nuevas creencias. Los diferentes estilos Cuando nos ponemos a pensar por qué a una persona le gusta un género y no otro, la respuesta, en este caso, está en la personalidad, aunque también influyen la predisposición genética, las costumbres de la familia y el tipo de crianza.

También, obviamente, juegan el gusto –sobre el cual, se sabe… no hay nada escrito- y los momentos. Así, por ejemplo, mientras en la adolescencia los géneros “duros” suelen ser los elegidos, a medida que pasan los años y tal vez como ocurre con los buenos vinos, “nos vamos poniendo viejos”, abandonando las noches de boliche y “rock and roll” y dando paso géneros más tranquilos. De Argentina para el mundo Argentina es un país que cuenta con un caudal música de excelencia y nuestros artistas son reconocidos en los más diversos ámbitos y en los países más remotos. Si bien el género o estilo más conocido internacionalmente es el tango, lo cierto es que en el interior del país la música folclórica gana el partido por goleada, sobre todo debido a la gran cantidad de festivales y actos en los cuales la “música de los pueblos” cobra vida y protagonismo. Algo similar ocurre con la música clásica de producción local que si bien tiene en el “porteñísimo”

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Teatro Colón su máxima expresión, encuentra más reconocimiento, en este caso, en el exterior que en el propio país. En cuanto a la expansión de las fronteras, sin dudas ésta comenzó a generarse en la década del 60 cuando se desarrolló una variante propia del tan vigente rock –el llamado nacional– que encontró múltiples referentes. También por esos años comenzó a conocerse la balada romántica encabezada por el popularísimo Sandro. Del “despegue” generado por todos ellos –y un poco por qué no aprovechándolo– comenzaron a surgir otros géneros que si bien tienen conocidos exponentes, aún son considerados “menores” a nivel local. Entre éstos se cuentan el bolero, el reggae, el ska, el jazz, el punk y el heavy metal. Entre los tres géneros que sin dudas en los últimos años dominaron la escena local se encuentran la cumbia -y su derivado, la cumbia villera-, el cuarteto –que salió de las provincias para “copar” la Capital– y la música electrónica. Una buena noticia respecto a la

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producción nacional de música es la reciente aprobación en el Senado de la Nación y por unanimidad de la ley que la protege mediante la creación de un instituto nacional para promocionar la actividad artística y alentar la difusión de la misma en los medios de comunicación. Además, la norma busca acrecentar la formación de los artistas y plantea la conformación de centros de producción musical. Para sostener económicamente el Instituto Nacional de la música (INAMU), se creará un fondo de financiamiento con recursos privados y estatales. La música como medio de vida Aunque todos a lo largo de vida nos rodeamos de música, nos nutrimos de música, y nos encontramos con la música; otros la tienen como pasión y medio de vida. “A diferencia de lo que ocurre en otros países del mundo en los cuales se invierte en formación de coros, creación de cursos y compra de instrumentos, en Argentina la música no forma parte importante de la currícula de la escuela primera o

secundaria, situación que desconoce por completo su potencialidad de ‘agente formador de la personalidad’, porque la música enseña a trabajar en equipo, a saber cuándo hablar y cuándo callarse (tocar o no tocar), a tener autodisciplina y sobre todo a querer autosuperarse; sin olvidar que cuando uno aprender a leer música ‘se activan’ ciertas funciones del cerebro”, esgrime Eduardo Bezazian, rector de la Escuela de Música de Buenos Aires (EMBA), que ofrece la posibilidad a quienes quieren estudiar de seguir una suerte de “secundaria paralela”, pero también de formarse más profesionalmente. Respecto a la importancia de la formación y la posibilidad de vivir de la música, Marcelo Braga, director de la Escuela de Música Contemporánea (EMC) comenta: “Hasta hace algunos años las posibilidades eran menores, pero hoy en día gracias a la globalización y los aportes tecnológicos, es mucho lo que se puede hacer. De ahí la importancia de formarse profesionalmente y sobre todo de nutrirse de aquellos que más saben”.

Términos interesantes: · Sociología de la música: Es la rama de la sociología que estudia las relaciones bidireccionales entre la música y la sociedad. Está íntimamente ligada a otras disciplinas tales como musicología y la Etnomusicología. · Musicología: Es el estudio científico o académico de todos los fenómenos relacionados con la música, como sus bases físicas, su historia y su relación con el ser humano y la sociedad. · Etnomusicología: Es la disciplina científica que se encarga de estudiar el folklore o músicas del mundo. Tiene dos ramas principales de investigación: los musicólogos-historiadores (técnico y formal), y los etnomusicólogos-participantes (de carácter antropológico). La etnomusicología es considerada una disciplina auxiliar de la antropología y la etnología.

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PROYECTO BAMBOO HQ Texto: BAMBOO Contenidos // Fotografía: Cinecéfalos

En diciembre del año pasado, inauguramos nuestro espacio multidisciplinario en el barrio de San Telmo celebrando el lanzamiento de nuestra pasada edición “¿Las mujeres arriba?” realizada con el apoyo de Voces Vitales Argentina. Recibimos en nuestra flamante casa, a estas increíbles mujeres profesionales de la justicia, la industria, las artes y la sociedad que son orgullosas miembros de esta potente ONG. Ellas demostraron su apoyo a la apertura de este espacio que intenta construir puentes, partiendo de la necesidad profundizar el vínculo con la comunidad de lectores y seguidores de nuestra publicación, así como también de la búsqueda constante por generar nuevos códigos. Conscientes de nuestra identidad como producto editorial particular, innovador e independiente, nos animamos a redoblar la apuesta e ir por más. No sólo crecimos en términos de metros, sino que además nos proponemos buscar trabajar con significado elaborando propuestas creativas, genuinas, interesantes y valiosas, redefiniendo el concepto “asociación” y armando un equipo de trabajo que surge de la suma de emprendimientos que funciona orgánicamente. Con esta acción queremos contagiar a empresas, colectivos multidisciplinarios y ONGs a que bajo este mismo modelo colaboren con nuestro mundo promoviendo talentos y propuestas jóvenes con una perspectiva fresca y componedora, invitando a reencontrarse con los sueños, la belleza y los desafíos.

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DISEÑANDO EL FUTURO Texto: Laura Piasek // Fotografía: Cortesía DArA iD

El diseñador egipcio Karim Rashid, el valenciano Alberto Martínez del estudio CuldeSac y el arquitecto paulista Arthur Casas, además de ser referentes en sus disciplinas, tienen algo en común: comparten la preocupación por los alcances de sus prácticas en el terreno de lo cotidiano. Aquí les presentamos una selección de miradas reformadoras para entender el panorama del diseño internacional.

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Si antes alcanzaba con que los objetos y los espacios fueran funcionales, hoy en día puede decirse con seguridad que las metas de los creadores apuntan mucho más lejos. Los gurúes del diseño mundial redoblan día a día sus apuestas en vías de hacer del mundo un lugar mejor. BAMBOO conversó con ellos para conocer de qué manera trabajan y cuáles son sus desafíos. KARIM RASHID Diseño democrático. Pocos son los que pueden jactarse de contar simultáneamente con piezas de su autoría en museos de la talla del Museum of Modern Art (MoMA), en Nueva York, y creaciones en venta en las tiendas por unos pocos dólares, accesibles a una buena cantidad de consumidores ávidos de diseño de vanguardia. Entre esas personalidades figura Karim Rashid, nacido en El Cairo, Egipto, y actual referente de una estética que se consolida como una nueva manera de entender las experiencias entre los hombres y los objetos que lo rodean. “Cuando trabajo, hay algo que quiero decir, expresar, pero al mismo tiempo tiene que funcionar”, explica Karim acerca de su proceso creativo. Y es que si se trata de repasar su carrera, su obra es múltiple y da cuenta de esta búsqueda por un equilibrio entre la estética y la funcionalidad. No sólo ha dejado su huella sobre infinidad de piezas –que incluyen mobiliario, relojes y cientos de envases de perfumes– sino que también ha hecho lo suyo en restaurantes y hoteles cosmopolitas. En este camino, la nostalgia y las tradiciones antiguas son conceptos que no aparecen en su vocabulario, sino que se asume decididamente interesado por lo contemporáneo y el futuro. Sin embargo, aunque ese sea el espíritu que destila cada una de sus producciones, no puede dejar de reconocer la inspiración que su propio pasado le brinda. “Soy como un collage de los últimos treinta años de mi carrera. La inspiración es la acumulación de todas esas experiencias”, reconocerá también cuando se trate de bucear en las influencias que lo atraviesan. A la hora de pensar los desafíos de la disciplina Karim lo tiene claro: además de la necesidad de alcanzar a todas las personas, debe poder tocar, de alguna manera, sus vidas. “Todos nacimos con huellas dactilares únicas. Lo que nos diferencia del resto no es nuestra cultura, raza, color ó religión, sino nuestra individualidad, y el diseño nos puede permitir expresarla”, agrega. CULDESAC Mentes jóvenes. Allá por el 2002, Alberto Martínez y Pepe García, comenzaban a darle forma a lo que sería una consultoría estratégico-creativa, que desde Valencia se proponía lanzar sus ideas al mundo. Hoy, CuldeSac se ha convertido y consagrado como un espacio para el encuentro de creadores de distintas áreas, que trabaja para firmas como Tiffany, Hermès y H&M. “Muchas veces el dinero es el que manda, pero intentamos que la parte creativa tenga la última palabra siempre”, cuenta este egresado del London Royal Arts, que reconoce que los diseñadores jóvenes lo sorprenden día a día. “Las redes sociales han ayudado mucho para que la gente se conecte, pierda la vergüenza de trabajar en equipo, y tenga más inquietudes”. Según Martínez, mientras que las viejas generaciones aprendieron de un modo lineal y más esquemático, los novatos salen al ruedo con una nueva forma de entender la manera de comunicar. En este sentido también es que el estudio cuenta con un interesante proyecto que apuesta por el intercambio entre mentes inquietas: recibe profesionales de diferentes áreas –han pasado por el espacio pilotos de avión, escritores de novelas y estudiantes de todas las latitudes– para hacer un paréntesis de sus obligaciones cotidianas y dedicarse a hacer aquello que realmente les apasiona en un entorno marcado por la libertad, que tiene como premisa el poder compartir ideas y conocimientos. ARTHUR CASAS Habitar el paisaje. La arquitectura al servicio del entorno. Un lema de estas características serviría para definir la filosofía de trabajo de este talento al mando de un estudio que lleva su nombre, con sedes en la ciudad de San Pablo y en Nueva York. “Es importante que la arquitectura interactúe con la del hombre y su espacio” dice Casas, quien se ha mostrado, desde los comienzos, preocupado por entender y atender las necesidades de las personas que viven y trabajan diariamente en las obras que él diseña. “Cuando viajo a las grandes ciudades veo edificios imponentes, pero con poco contacto con el hombre”, comenta este realizador, que tiene en su haber la construcción de una gran cantidad de obras en ciudades como Tokio, París y Río de Janeiro. “En materia de sustentabilidad, se puede hablar de los recursos, del uso de la madera y el agua, pero cuando trabajo lo que más me importa es no agredir el entorno”, explica. Cuando la naturaleza es imponente, la arquitectura debe tener la maestría de adaptar sus formas a las del paisaje, y proponer espacios abiertos y cómodos, directamente concebidos para El encuentro con estos gigantes del diseño ha sido posible dentro del marco del DArA iD una iniciativa de DArA, la Asociación Argentina de Diseñadores de Interiores que se celebra cada dos años. Para inscripciones y consultas acerca de esta y otras actividades ingresar en www.dara.org.ar

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Cecilia de la Fourniére Texto: Manuela Ghitta // Fotografía: Rosario Heer

“Ahí donde nos encontremos, reproduzcamos el mundo al que aspiramos y evitemos aquel que rechazamos”, dice el filósofo francés Michel Onfray, uno de los preferidos de una mujer que pinta con flores. El mundo de Cecilia de la Fourniére parece un cuadro impresionista, uno de esos cuadros que Auguste Renoir decía “invitan a pasearse en ellos”, a vivirlos. Entorno verde -bien verde- y una casa de muchos colores, un perro chiquito con nombre de grande (Tyson), que corre-juega con un insecto al que no logra alcanzar, y una mujer de ojos claros que camina descalza sobre el mismo verde, entre las piedras, junto a maderas y flores de deliciosos aromas. Algo más allá, sobre una mesa rústica, se apoyan tablas con pan casero, quesos, tomates cherry, frutas rozagantes, una jarra de limonada con menta y más flores que, esta vez, pueden saborearse. De hacerlo, avisa Cecilia, “conectáremos con una estrella”. Es que esta florista puede ser tan lógica como surrealista, tan barroca como minimalista, puede usar flores y palabras de manera sutil pero también en forma contundente. La suya es una energía particular, inquieta. Crea y recrea, juega. Por caso, a transformar un antiguo taller de bicicletas en este espacio que es su hogar, el de su marido y sus hijos, pero también el de Metamorfosis Floral, su peculiar emprendimiento. Cecilia se crió en una chacra en Río Negro, donde tuvo sus primerosprofundos contactos con la naturaleza. Estudió Bellas Artes y viajó a Europa. Allí, primero trabajó con niños en huertas orgánicas, después se instaló en Ibiza y fue jardinera. En París, aprendió los secretos de los bouquets florales y, más tarde, tuvo su propia galería de arte en Barcelona. En 2009 volvió a Buenos Aires y a los dos años, con ayuda de un asesor de emprendimientos alternativos, dejo de lado –temporalmente– su proyecto de forestación de rutas, y dio lugar a Metamorfosis. “Como estudiante, tenía un punto débil. Nunca fui buena con la pintura, con los colores. Tal vez, lo que las flores me permiten es pintar sin tener que fabricarlos, ellas ya son los colores que mi imaginación necesita. Las flores son perfectas. Desde el pequeño pimpollo, hasta el pétalo seco que se hace semilla otra vez. El mismo ciclo es poético y trabajar con formas, colores, poesía es sanador”, dice. Claro que, como suele afirmarse, para un buen trabajo, sea el que fuere, no basta la inspiración. Cecilia va al mercado de flores a las 4.30am, en el auto, escuchando folclore. Lo describe como un sitio muy pintoresco pero también algo básico, limitado. “Lo que me encanta es que está lleno de jóvenes, un semillero. Al hacer personalmente las compras tengo la oportunidad de buscar y encontrar, muchas veces, pequeñas joyitas. Pero, en verdad, uno nunca sabe si las especies que necesita van a estar o no disponibles, hay que improvisar todos los días y eso me gusta, me da libertad”. De todos modos, las flores no llegan a ser siquiera el ochenta por ciento de la materia prima necesaria para lograr una de las obras signee Cecilia. “Busco, voy encontrando yuyos, ramas, piedras que asocio a las flores. Pruebo, hago, deshago, rehago. Además, trabajo con artistas y artesanos, ceramistas, tejedores de canastas, gente que hace preciosas botellas. Si buscase aquí el súper florero de vidrio soplado a la manera italiana seguramente me frustraría, pero lo que en algún momento pensé iba a ser otro limitante terminó volviéndose desafío enriquecedor. Me obliga a

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potenciar mi creatividad y a rodearme de gente apasionada por lo suyo, súper divertida”, se entusiasma nuestra poco ortodoxa florista.

hábito de bajarse del auto y comprar jazmines para la casa, pero no más que eso”.

“Es que el de Metamorfosis no es el ritmo de una florería que tal vez tiene 3 o 4 días las mismas flores. Acá las flores entran y salen, flor que entra flor que al otro día se va y si queda algo lo regalo”, continúa ¿Los motivos? “Trabajamos mucho en eventos y para eso se necesita un taller de producción. Pero, además, porque vengo del lado artístico, no del comercial y entonces la mecánica –en realidad poco mecánica- de trabajo que plantea el taller, me va mejor, me mantiene como artista y nos distingue de una florería común”.

Es cierto, todavía no se ven hombres en Flores al paso, encuentro que se celebra en la casa-taller de Cecilia, en La Horqueta, todos los viernes de 8 a 16.30hs. La gente se reúne allí a juntar un poquito de cada cosa y armarse su ramo. Desde temprano hay mujeres esperando, que saben muchísimo de flores, y de las que la entrevistada dice aprender mucho. También hay té mate, charla y una armonía que fluye.

Cuando vuelve del mercado, Cecilia prepara los pedidos. “Esa parte, tanto como la de encontrar elementos para sumar a los arreglos me da alegría, me deja sentir que la urbe no me atrapó, que mis pies están en la tierra. Un francés llamado Bernard Barrére, vecino de Valle Azul (Rio Negro) ponía cada semema la rosa más linda de su jardín en un florero, dentro de su casa. Cuando no, elegía las peras y manzanas más perfectas, las pulía y las presentaba en una fuente, sobre su mesa. Hablaba de las flores, las peras, las manzanas, como compañía artística, como compañía prestigiosa. Él sabía lo que es el savoir vivre y a mí me parece que está bueno ese disfrute. Qué nuestra misión, la de Metamorfosis es, de algún modo, educar en ese sentido. No se trata solo de comprar/vender flores sino de reintroducir con pasión la naturaleza en el ámbito donde vivimos, donde trabajamos, donde celebramos un momento, donde estamos, ofreciendo armonía y el simple lujo de la vida. Buscamos la sabiduría de la vida misma y el equilibrio con la naturaleza”.

“En Metamorfosis buscamos activamente certezas que nos hagan felices y que nos permitan percibir lo vivo como factor indomable, indesignable e invaluable. Trabajamos en equipos multidisciplinarios en el sector público, privado y ONG interviniendo desde el arte, el diseño y la interpretación de la naturaleza. Pero además, mi taller es una proveeduría, un lugar para probar, un taller abierto donde la materia es efímera pero las sensaciones perduran”, concluye De la Fourniére y lo confirma esta redactora que días después del encuentro con Cecilia y Metamorfosis, sigue celebrando ese mundo pleno de colores, aromas, sabores. Más información en: www.metamorfosisfloral.com.ar

Basta de centros de mesa, parece ser una de las consignas con que Cecilia pretende llevar adelanta esa tarea. “Se invierte muchísima plata en una fiesta/evento/presentación de producto y ese gasto no va a la creación, va al estándar. Acá se mira mucho a Europa y lo lógico sería que miremos a la flor tropical, probáramos con otros elementos, flores sumergidas en agua, un buen plato de frutas, papel, y ¿por qué no? plástico. Dicen que el mercado de Brasil es fantástico, para qué insistir con Holanda. Y algo que también debe evolucionar es la relación de los hombres con las flores. Aquí tiene el

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AL INFINITO Y MAS ALLÁ Texto: Luciana Olmedo Wehitt // Fotografía: Cortesía “Proyecta America”

Tres amigos, 6.500 kilómetros y un objetivo. Luego de un viaje realizado por el interior de Argentina, Bolivia y Brasil; Ignacio Robayna, Charlie D’Aria y Johnny Kok descubrieron la magia propia del continente y decidieron ir por más. Crearon Proyecta América y zarparon en busca de la aventura y el conocimiento. Con el cine como principal herramienta, estos jóvenes se propusieron nadar por las venas abiertas de América Central y crear, a través del séptimo arte, consciencia sobre las culturas autóctonas del continente y los problemas relacionados con el medio ambiente en la región. Así, los tres mosqueteros gestaron Proyecta América y en menos de dos meses, a través del portal de financiación colectiva Idea.me, lograron recaudar los fondos necesarios para costear los tickets aéreos con destino Miami, donde compraron el motorhome que los acompañará durante toda la travesía. Miles de personas ubicadas sobre la treintena de ciudades que atraviesa el planisferio en diagonal entre el Pacífico y el Atlántico por los países de México, Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá; los verán pasar dentro de la casa rodante que no sólo servirá a sus tradicionales fines de movilidad y hospedaje, sino que también funcionará como estudio de edición. Los 6.500 kilómetros que tienen planeado recorrer durante los próximos cinco meses constituirán la locación natural de su roadmovie, la cual terminarán en Buenos Aires, a su regreso. Además, los pasos intermedios del viaje serán documentados con textos, fotos y videos que todos los seguidores interesados en el proyecto podrán ver por Livestream en su website: www.proyectamerica.com.

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Como el objetivo principal de esta aventura es acercar el cine a las comunidades aborígenes y a las zonas rurales, Proyecta América tiene programadas 128 proyecciones de películas sobre medio ambiente, que podrán verse en escenarios únicos como las ruinas mayas de Guatemala y en los distintos centros culturales, parques y plazas públicas de las ciudades que visitarán. Con el apoyo de una crew con base porteña integrado por los productores y editores Lucas Burcheri Costa, Andrés Colombo, Masako Kano y Andrés Galisteo, y con el de sus principales sponsors (The Crew Estudio, Insight Media, Wu wei Films y la ONG Tablas Para todos); Proyecta América continúa buscando financiación para las distintas etapas de esta iniciativa a través de las redes sociales y de los entes culturales de los países presentes en su itinerario. Procurando contagiar los beneficios de una vida sustentable, Proyecta América es una de las manifestaciones más logradas de concientización democrática sobre medio ambiente. Porque una imágen vale más que mil palabras y es invaluable cuando sus protagonistas, además de actores, son espectadores. Más información en: www.proyectamerica.com

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NUESTROS NERDS RECOMIENDAN A continuación, les brindamos datos ilustrados cortesía de nuestros colaboradores y staff. Sitios cibernéticos y reales, laboratorios, librerías y etc, que se han convertido en nuestros lugares especiales y que compartimos con ustedes. Sincronicemos agendas. PEDRO CRESCIA: Los ñoños cinéfilos vamos al Malba y somos prácticamente los únicos que miramos “Filmoteca” por Canal 7 a las 2 de la mañana. Esta tribu no declarada que merodea la cultura alternativa ve también un poco de Teatro El Cubo, Timbre 4, etc. Hay un punto vital para nosotros: el manejo de información. Preferimos los centros culturales a los bares y, por cercanía y familiaridad, elijo el Club Cultural Matienzo, donde tenemos los tragos necesarios, alguna banda emergente, una terraza para fumar y una muestra itinerante que dispara ideas, recrea la mente e inspira al visitante. Conocí un ñoño sobrepolitizado que había leído tanto a León Trotsky que ese hecho le impedía disfrutar la cumbia. CARLOS AVENDAÑO: Mi dato: Churchill War Rooms. No hay Londres sin siglo XX y no hay siglo XX sin guerra mundial. Mi sabio abuelo decía que la segunda fue la resolución de una primera no acabada; fuere como fuere, la ganó el Reino Unido. Y Churchill, durante seis larguísimos años, la comandó desde este laberíntico bunker enterrado bajo los cimientos del mismísimo HM Treasury en Whitehall. A pesar de estar repleto de novedades, mapas interactivos y guías digitales que te facilitarán la visita, el bunker se mantiene tal y como fue en su día, igual que lo vivieron sus aguerridos ocupantes. Si de por sí entraste admirando a Churchill, saldrás tatuándotelo en el corazón: “We are all worms, but I do believe that I am a glow worm”. ¿Se puede pedir más? DIEGO SANDOVAL La Revistería Comics queda en Corrientes 1388 casi Uruguay, donde era Camelot Comic Store. Tienen los personajes de Star Trek, Star Wars, y demás figuras de acción ideales para gente como los personajes de The Big Bang Theory. Asunto Impreso es una librería muy cool de diseño, arte y cine ubicada en un muy lindo lugar de Buenos Aires, el Pasaje Rivarola 153.

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LUCIANA OLMEDO WEHITT: Mi listado de librerías: La Paragráfica, Asunto Impreso y Cueva libros que tiene su local de ventas en Sarmiento 1566. También recomiendo Librería El Vitral en Montevideo 108 y El Glyptodón en Ayacucho 734. La Librería de Ávila, en la misma cuadra del Nacional Buenos Aires, en el piso de abajo tiene libros imperdibles. En Boedo, Librería el Gaucho y para los que gustan leer en inglés Walrus Books, Estados Unidos 617. LUCIA SEIJO Recomiendo Color Station - Laboratorio Fotográfico en Bulnes 1520. En Palermo Sensible –sí, así se llama la parte del barrio donde no hay hipsters, ni barcitos con luces, ni fashionadas– hay un laboratorio de fotos que conserva con orgullo el laborioso trabajo del copiador. Religiosamente llevo mis cámaras descartables para que con su sabiduría analógica conviertan al papel mis fotos. Este laboratorio, ahora camuflado como óptica, atiende a sus clientes con amabilidad. Hasta que decidan jubilar su perfectamente sana máquina de revelado, sigo disfrutando del amor que les tengo por no ningunear mi obsesión con las cámaras de plástico amarillas. PABLO VIGO Sitio Web Recomendado: http://grainedit.com. Grain Edit es uno de esos sitios que, a simple vista, abundan en internet. Un blog que compila cosas con “onda”, afiches, libros bien diseñados, ilustraciones, tipografías, reinterpretaciones de portadas de discos, películas y libros, etc. En fin, un catálogo de imágenes visualmente atractivas. Hasta ahora nada fuera de lo común. Sin embargo, lo interesante de Gran Edit es la dirección editorial, la curaduría que tiene. El sitio compila imágenes claramente inspiradas en una estética y una sensación antigua (o si se prefiere, la tan bastardeada palabra “retro”). El chiste es que la imágenes que muestra no fueron hechas con una antigüedad que supere los 5/7 años, así que lo que uno ve en la pantalla no es más que un grupo de diseñadores y artistas que pueden parecer nostálgicos pero que en realidad llevan sus influencias por lo “inventado” en los años 40 y 50 a un espacio personal. Un club de personas que no pretenden esconder de donde vienen y uno, como espectador, se ve atraído e intrigado por ver hacia donde van.

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Ilustraci贸n: Pablo Vigo

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