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Cómo mitigar el estrés en tu mascota
Salud
¿Cómo mitigar el estrés en tu mascota ?
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Fuentes: Gevets - Xavier Villacís Guía de Tenencia y Convivencia Responsable de Mascotas - Alcaldía de Cuenca
Las complicaciones e imprevistos de la vida cotidiana dejan una marca duradera en nuestro cuerpo y en nuestra mente. Para esto hemos diseñado un sinnúmero de alternativas para manejar el estrés: yoga, infusiones de hierbas, y visitas al terapeuta y muchas más. En estos últimos años se ha comenzado a hacer énfasis en los terribles efectos que los prolongados periodos de tensión causan sobre una persona.
Entonces ¿por qué no preocuparnos también por la salud mental de nuestra mascota? Si bien ellas teletrabajo, tienen sus propias preocupaciones y angustias. Lo preocupante es que muchas de ellas están causadas por nuestra falta de compromiso y/o indiferencia. La gravedad de este tema no puede ser tomada a la ligera: el estrés puede considerarse como un factor de sufrimiento en los animales, tal y como lo explicita la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) en su Guía de Bienestar en animales de compañía.
El primer aspecto sobre el que hay que actuar es el ambiente en el que se encuentra la mascota, tanto interno como externo. En la medida de lo posible, se deben reducir los sonidos agresivos y la exposición a estímulos sobrecogedores, como una avenida altamente transitada. Sin embargo, esto no siempre es evitable, por lo que en caso de verse en una situación así es indispensable brindar apoyo emocional al animal para que se sienta acompañado y seguro. Esto se puede lograr a través de caricias, de la cercanía corporal y a través del habla, usando una voz calmante y cariñosa. Por ejemplo, en caso de una mudanza, la familia debe proporcionar un
no deben asistir a una oficina o a sesiones de cuidado especial a su mascota, debido al estrés que esto significa para ella.
No basta solo con el control de estímulos estresantes, sino que también se debe hacer lo posible para que el hogar contenga elementos que activamente reduzcan el estrés. Además de los juguetes, la mascota debe contar con un espacio amplio para movilizarse y ejercitarse, especialmente en el caso de los perros grandes. Para los gatos en cambio se prefiere espacios altos y alejados, en los que puedan estar tranquilos al tiempo que mantienen su privacidad. En este punto se aprecia la importancia de que la familia de una mascota conozca sus necesidades específicas y la forma en que se pueden resolver.
Aquí entra en el escenario el cuidador de la mascota, y las personas que viven con ella, puesto que también influyen en el incremento o descenso del estrés. Para este particular también se puede hablar de una actitud preventiva y una proactiva. La actitud del cuidador no solo debe estar libre de maltrato y negligencia, sino también atenta a cualquier cambio que pueda mejorar el estado de ánimo del animal. Es decir, que no solo debemos evitar ignorarlos y de atenderlos, sino que también debemos pensar en cómo hacerlos más felices. trabajo en equipo, y no depende solo de ellas,
debido a la relación de dependencia que tienen con
nosotros. En este sentido, cuando una relación
entre la mascota y su cuidador es genuina, esta
atención no se siente como un peso sino como una
muestra voluntaria de amor.