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Artilugio de supervivencia CARLA CAMOLETTO, CELESTE ONAINDIA Y LAURA ZANOTTI
En plena temporada de incendios, con la intención de abordar tácticas artísticas para la supervivencia en un planeta dañado, surge Artilugio de supervivencia, una acción performática realizada en diferentes espacios de la ciudad de Córdoba (Argentina). Los cuerpos que la activan visten un dispositivo que los une. Permanecemos dentro del dispositivo durante tiempo indeterminado, sin poder ver lo que sucede en el exterior. Se nos impide repentinamente el contacto físico, el transitar como y por donde queremos y se nos obliga al aislamiento por tiempo indeterminado. En este contexto nos invade la necesidad de detenernos en lo afectivo. Lo hacemos donde puedan vernos, en un momento en el que lo inseparable parece ser cuestionado. Nos aislamos, pero no solxs. Ahí están nuestros cuerpos conjugados entorpeciendo el paso. Recuperamos los aportes de Haraway1 en “El pensamiento tentacular” y su crítica al excepcionalismo humano y el individualismo. La importancia, en palabras de la autora, de renovar la capacidad de imaginar y cuidar otros mundos, sin dejarnos atrapar por la emergencia capitalista, confiando en nuestras urgencias y desconfiando de quienes creen tener las respuestas.
Un time-lapse sobre nuestros cuerpos desde que sale el sol hasta que oscurece. En un gesto aparentemente pasivo, la imagen nos invita a realizar una pausa. Allí están los grandes conglomerados urbanos, allí también nuestra pausa, nuestra afectividad como prueba tangible de lo que aún late. A pesar de todo, late. Un acercamiento casi suspendido en el tiempo nos enfrenta cuerpo a cuerpo y posibilita la guarida, el refugio. Nos miramos a los ojos respirando el mismo aire, como único gesto vital. Mientras, la maquinaria capitalista continúa su marcha. Ante el giro peculiar de la historia, ante los conflictos por el territorio y los recursos y sus efectos sobre nuestros cuerpos y emociones, el par proximidad-lejanía se convierte en otro campo de batalla.