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2. Desempeño del subsistema de ciencia y tecnología de la salud en América Latina y el Caribe
from Innovación para el desarrollo: la clave para una recuperación transformadora en América Latina ...
de innovación al proveer de retroalimentación a las empresas productoras acerca del comportamiento en la práctica de los nuevos productos tecnológicos introducidos en el desempeño habitual de su trabajo clínico. Por otra parte, todo el sistema de innovación en el ámbito de la salud puede verse influenciado por la forma que adopte la adquisición de estas nuevas tecnologías. Influye sobre todo el sistema de aprovisionamiento público en materia de medicamentos, insumos y equipos médicos. Si el Estado es un cliente propenso a la adopción de innovaciones en el ámbito de la salud, esto provocará un efecto positivo en el sistema de innovación.
Por último, en la interfase entre ambos sistemas se encuentran los sistemas reguladores, que determinan la posibilidad de que un nuevo fármaco o dispositivo médico pueda ser recetado por la comunidad médica y, finalmente, usado por los pacientes. La herramienta fundamental con la que cuenta la autoridad sanitaria para aprobar una nueva tecnología médica es la información obtenida de los ensayos clínicos (a cargo de las empresas y financiados por ellas), que deben probar de manera fehaciente que los nuevos productos son seguros y eficaces y que se desempeñan razonablemente bien frente al desafío sanitario que aborden.
El porcentaje del PIB destinado a investigación y desarrollo en el ámbito de la salud en América Latina es de una magnitud muy inferior al de los países de la OCDE. Si bien no existe información agregada para la región, según RICYT este indicador en el caso de la disciplina de “ciencias médicas” en 2018 fue del 0,063% en el Uruguay, del 0,065% en la Argentina y del 0,042% en Chile. En el caso de los países de la OCDE se puede estimar que esa cifra alcanza niveles que están entre un 0,35% y un 0,5% del PIB (OCDE, 2018), muy por encima del desempeño observado en los países de la región4 .
Las ciencias médicas representan entre un 10% y un 20% del gasto destinado en los países de la región a investigación y desarrollo (véase el capítulo I). La conformación de una sólida base de investigadores en el campo de las ciencias de la salud y la biotecnología ha redundado en que una proporción importante de esos fondos se destine a proyectos en universidades e institutos tecnológicos. Así pues, el grueso de la actividad de investigación y desarrollo en los países de la región tiende a desarrollarse en universidades y laboratorios públicos, cuando los hay. Ello se ha traducido en un incremento sostenido de las publicaciones científicas internacionales, tal como se puede observar en el gráfico II.3.
Las empresas regionales no participan en las sofisticadas dinámicas de innovación que se registran en los países desarrollados y, cada vez más, en países como la República de Corea y China. Esas dinámicas contemplan la introducción de medicamentos o dispositivos innovadores en los mercados, con la aspiración de obtener grandes ganancias garantizadas por la protección de patentes.
En el caso de la industria farmacéutica local regional, donde una gran parte de los fármacos elaborados corresponde a productos basados en principios activos genéricos, ello redunda en actividades de investigación y desarrollo circunscritas a procesos de formulación de medicamentos, investigación médica y realización de ensayos clínicos de baja escala para lograr la autorización de sus medicamentos en el mercado local.
Las industrias de dispositivos médicos también evidencian, a nivel agregado, un bajo esfuerzo innovador en la región. Ello se debe a múltiples factores. Por una parte, las empresas trasnacionales no han establecido unidades de investigación y desarrollo en aquellos países donde han instalado plantas de manufactura, pues esas unidades suelen estar reservadas para sus países de origen (Gereffi, Frederick y Bamber, 2019). Por otra, en la mayoría de los países, las empresas de capitales nacionales concentran su producción en bienes de complejidad tecnológica baja y media, con requerimientos modestos de I+D. Por último, un modelo de innovación de esta industria con un marcado contenido de integración de múltiples tecnologías y un carácter esencialmente incremental no se ajusta al tipo de esfuerzo que se realiza en las universidades e instituciones de investigación básica existentes en la región, por lo que no atrae la atención de sus investigadores.
4 De acuerdo con la OCDE (2018), en 2014 los presupuestos gubernamentales de los países de la OCDE para investigación y desarrollo en el ámbito de la salud ascendieron a un 0,1% del PIB regional, a lo cual debe sumarse entre un 0,05% y un 0,2% para la investigación universitaria y un 0,2% para las investigaciones realizadas por las empresas. Sobre esa base se puede estimar que entre el 0,35% y el 0,5% del PIB se invierte en I+D relacionada con la salud.