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II.1 Patentes mundiales y de América Latina y el Caribe en áreas de la salud, 1980-2019
from Innovación para el desarrollo: la clave para una recuperación transformadora en América Latina ...
Gráfico II.3 América Latina (7 países): publicaciones en MEDLINE, 2015-2019
40 000
35 000
30 000
25 000
20 000
15 000
10 000
5 000
0
Argentina Brasil Chile Colombia México Perú Uruguay 2015 2016 2017 2018 2019
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT).
No obstante, hay excepciones relevantes. El Brasil, como se ha señalado, muestra una alta tasa relativa de abastecimiento del mercado con producción local. En ese país, el agregado de las empresas productoras de equipos y dispositivos médicos registra una tasa de innovación (definida como la cantidad de empresas que introducen anualmente alguna innovación en sus procesos productivos o productos) de un 60% o más. En algunos períodos, esa tasa duplica con creces la de la industria transformadora brasileña en su totalidad. La inversión en innovación sobre ventas también es alta en el Brasil. Ello ha redundado en un leve incremento de sus exportaciones en los rubros de alta intensidad tecnológica entre 2010 y 2019 (Drucaroff, 2021).
La actividad de patentamiento en las industrias de la salud en América Latina y el Caribe se concentra sobre todo en invenciones presentadas por empresas internacionales, con muy bajo índice de introducción de productos innovadores de origen local. Por lo general, este proceso se limita a reproducir presentaciones ya realizadas en otros países de origen.
En 2018, tal como se observa en el cuadro II.1, las patentes otorgadas a residentes latinoamericanos en el sector de la salud, que incluye las categorías farmacéutica y de tecnologías médicas, ascendieron solo a un 0,52% de las otorgadas a nivel mundial. Si bien se observa un constante incremento en esta participación en el campo de las tecnologías farmacéuticas, ello solo ha permitido alcanzar un número de 314 patentes otorgadas, un 0,8% del total mundial en 2019.
Cuadro II.1 Patentes mundiales y de América Latina y el Caribe en áreas de la salud, 1980-2019
1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2019
Patentes farmacéuticas en el mundo 7 374 9 982 9 408 12 397 14 748 21 455 29 038 38 830 39 245
Patentes farmacéuticas en América Latina y el Caribe 34 43 21 37 66 125 174 304 314
Porcentaje
0,46 0,43 0,22 0,30 0,45 0,58 0,60 0,78 0,80 Patentes de tecnologías médicas en el mundo 7 177 10 678 12 865 15 206 18 592 24 573 36 499 56 486 72 152 Patentes de tecnologías médicas en América Latina y el Caribe 56 33 64 39 73 247 295 213 266 Porcentaje 0,78 0,31 0,50 0,26 0,39 1,01 0,81 0,38 0,37 Patentes de salud en el mundo 14 551 20 660 22 273 27 603 33 340 46 028 65 537 95 316 111 397 Patentes de salud en América Latina y el Caribe 90 76 85 76 139 372 469 517 580 Porcentaje 0,62 0,37 0,38 0,28 0,42 0,81 0,72 0,54 0,52
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT) y Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), “Estadísticas de propiedad intelectual” [en línea] https://www.wipo.int/ipstats/es/.
Este bajo nivel de patentamiento es resultado directo de la desvinculación existente entre los núcleos de investigación de la región y las empresas del sector. Ello se relaciona, por una parte, con los escasos incentivos que históricamente han existido en universidades e institutos tecnológicos para patentar. Por otra parte, tiene que ver con el posicionamiento de las empresas farmacéuticas que producen en la región, que se han especializado cada vez más en los productos genéricos, cuyas patentes han caducado. Estas empresas no suelen tener la capacidad para desplegar el tipo de esfuerzos que se necesitan para perseguir la introducción de productos innovadores a escala mundial.
En distintos países se observa la existencia de núcleos de capacidades de investigación no exclusivamente universitarios. Al contar con financiamientos basales públicos, han podido desarrollar proyectos de investigación con horizontes de ejecución y escalas de recursos que los han acercado a las fases de producción. En esta categoría cabe incluir laboratorios públicos de larga tradición y con capacidad de producción, como el Instituto Butantan y la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ) en el Brasil, el Instituto Leloir y la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Dr. Carlos G. Malbrán (ANLIS) en la Argentina y el Institut Pasteur en el Uruguay, o fundaciones privadas como la Fundación Ciencia & Vida en Chile.
Estas entidades han sido esenciales en la introducción de productos tales como vacunas, la incubación de empresas emergentes y el desarrollo de capacidades, lo que ha demostrado ser una importante fuente de conocimientos en situaciones como la que ha planteado la irrupción del COVID-19. En la Argentina, el Brasil, Chile y el Uruguay, se observa la creación de este tipo de empresas con el propósito de introducir productos o servicios innovadores en los mercados (véase el recuadro II.1). No obstante, muchas de estas empresas enfrentan serios obstáculos para pasar a una fase de producción en régimen o internacionalizarse.
Recuadro II.1 Argentina: pionera en la producción biotecnológica por parte de empresas nacionales Un elemento distintivo de la industria farmacéutica argentina en la actualidad es la presencia de empresas privadas asociadas a los grandes grupos farmacéuticos nacionales en la producción y exportación de medicamentos biosimilares. Ello se explica en gran parte por el desarrollo temprano —previo a la adhesión a las normas del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) en el año 2000— de la producción y exportación de estos productos, lo que posibilitó el aprendizaje por parte de las empresas y de las autoridades regulatorias, en un campo reconocidamente complejo. Un segundo aspecto a considerar es el importante apoyo público a la investigación básica y aplicada en estos campos, que ha permitido la formación de personal de alta calificación y el surgimiento (fundamentalmente en los últimos diez años) de un importante número de empresas emergentes de base tecnológica que prestan servicios o que han sido adquiridas por los grupos farmacéuticos del país. Lavarello, Gutman y Sztulwark (2018) estiman en 60 las empresas biofarmacéuticas que operaban en la Argentina en 2015, de las cuales 40 realizaban actividades de I+D y 6 producían principios activos, 4 de ellas asociadas a grandes empresas farmacéuticas. Había un total de 23 empresas emergentes, creadas a partir de la década de 2000 con apoyo de las políticas públicas de emprendimiento innovador. A la fecha del estudio, esas empresas aún no contaban con producción comercial.
Cabe mencionar también las alianzas de empresas argentinas con empresas transnacionales para la producción de vacunas. Tal es el caso de Sinergium Biotech, que ha establecido acuerdos con Novartis y con el grupo australiano CSL para la producción de vacunas contra la influenza A, y luego con Pfizer para producir la vacuna neumocócica conjugada y con MSD para la producción de la vacuna tetravalente contra el virus del papiloma humano. Más recientemente, destaca el acuerdo de mAbxience, del Grupo Insud, con AstraZeneca para producir vacunas contra el COVID-19.
Fuente: P. Lavarello, G. Gutman y S. Sztulwark, Explorando el camino de la imitación creativa: la industria biofarmacéutica argentina en los 2000, Buenos Aires, Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR)/Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)/Editorial Libro Punto, 2018 y C. Sweet, “Innovation in a time of crisis”, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), inédito, 2021.