Colombia Internacional No. 10

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CONTENIDO

Entrevista con el Canciller Julio Londoño Paredes

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Política Exterior Colombiana 1962-1966: Anticomunismo, Multilateralismo e Integración Fronteriza

Nelsy Julieta Lizarazo C.

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Nicaragua: Triunfo de la Democracia o de la Guerra de Baja Intensidad José Luis Ramírez León Alejandro Valencia Villa

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Palabras del señor Presidente de la República, Virgilio Barco, ante el Parlamento Europeo

Protocolo de Managua sobre el Desarme

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También tenemos un problema de derechos humanos que no tiene comparación en la historia nacional: no se protege a los campesinos sino que los fusilan, los encierran en sus fincas, les hacen cavar sus propias tumbas y después encuentran doscientos cadáveres; asesinan a cuatro candidatos a la presidencia de la república, hay masacres, hasta matan a los obispos, etc.

Sección: Política Exterior de Colombia

Entrevista con el Canciller Julio Londoño Paredes*

La política exterior colombiana, durante la presente administración, ha sido catalogada como pragmática, no alineada y sin ideologización. En esta medida, se ha buscado potenciar la capacidad negociadora del país, no en el sentido de ubicar enemigos, en el contexto internacional, sino contrapartes con las cuales negociar. Es de anotar, que en diferentes encuestas realizadas, la política exterior del presente cuatrienio ha sido evaluada como el hecho más significativo a nivel gubernamental. A continuación se presenta la versión editada de una entrevista concedida por el Señor Canciller de la República, Doctor Julio Londoño Paredes. CEI: -¿Cómo percibe Usted, la relación existente entre la situación interna del país y la política exterior colombiana?

* Concedida a José Luis Ramírez León y Alejandro Valencia Villa, los días II y 14 do mavo de 1990.

JLP: -En los ciento cincuenta años de historia republicana, el país nunca se había enfrentado a una situación como la actual: tenemos al narcotráfico, al terrorismo (uno de los más sangrientos del mundo), y a la subversión en una forma que no tiene precedentes en el país.

Pero la parte más importante de nuestra gestión, es poder haber hecho una política exterior con esa carga que tenemos de leprosos, porque hay dos países que han sido aislados en el mundo por consenso internacional debido a su problemática de derechos humanos: Sudáfrica y Chile. Colombia, no obstante todos estos problemas, tiene una posición no solamente de respeto -yo no digo que de liderazgo, porque hoy en día nadie tolera liderazgos-, sino de reconocimiento a su capacidad de aglutinar ideas alrededor de determinados planteamientos. Esto lo saben los mismos países latinoamericanos, los europeos y los socialistas. Hemos logrado, además, dentro de una relación muy complicada y difícil con los Estados Unidos, mantenernos dentro de los parámetros normales de una relación de carácter bilateral, y no en una relación en que el gobierno de los Estados Unidos o su embajador, sea tratado aquí como una especie de Virrey. Porque la situación de los derechos humanos y del narcotráfico, nos hace un país especialmente vulnerable a la presión internacional. Gobiernos como el de So-moza en Nicaragua, de Pinochet en Chile o el actual de El Salvador son desestabilizados desde el exterior como represalia por asuntos de derechos humanos.

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Afortunadamente, hemos logrado mantener en todo momento posiblemente una de las posiciones con más fuerza internacional. CEI: -¿Cuál ha sido el papel de Colombia en el contexto internacional? JLP: -Además del reconocimiento al buen manejo de nuestra política económica, existen varios ejemplos de nuestro papel activo en el contexto internacional que se deben destacar: después de más de veinte años estamos de nuevo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por primera vez en la historia de Colombia, hay un funcionario colombiano de cancillería ocupando la presidencia de la ALADI; hemos presidido la OEA; nuestra votación en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, fue la más alta que se recuerde en la historia; hemos establecido nuevas relaciones con más de cincuenta Estados, incluyendo a los países de Europa del Este; nos hemos involucrado en una serie de ámbitos que estaban un poco prohibidos, no obstante lo difícil que es este momento para Colombia, en medio de una nueva situación muy compleja, en la cual los elementos económicos, la deuda externa, y las relaciones económicas se han constituido en punta de lanza de la presión política.

tros una política paralela, pero que después, amenazados por la crisis económica que los corroe internamente, comienzan a variar sus posiciones. El contexto es sumamente complejo para nosotros y la política exterior que se hacía anteriormente, no se puede hacer en la actualidad. Lo que sucede entonces, es que ahora la política económica exterior es una política casi personal, que mantiene los márgenes y da espacios para el país. Ahora, se busca en lo esencial la supervivencia del Estado. Todos los países están adoptando una política de apertura económica de diferentes características. Los productos básicos han sido marginados: no existen, no funcionan, nadie está interesado en ese asunto y aquí la mentalidad es proteccionista y paternalista.

CEI: -¿Cómo analiza Usted el problema de la Deuda Externa?

CEI: -¿Cómo ha evolucionado la política exterior de Colombia? JLP: -La política exterior colombiana ha tenido una evolución con altibajos. Colombia empezó a entender que tenía otros vecinos desde cuando se concibió que los límites marítimos también generaban fronteras. Eso nos hizo ver, por primera vez, hacia los lados; por lo tanto, el proceso de delimitación marítima, más que una operación de carácter judicial o administrativo, tuvo en Colombia el efecto de hacer entender que había otros países con los que teníamos una relación o un interés, tales como Haití, Costa Rica, Honduras, Panamá, Nicaragua y Jamaica.

JLP: -Si el país cambia o no de posición con respecto a ciertos principios básicos que ha sostenido, es lo que se cuestiona frente a la renegociación y la refinanciación de la deuda externa. Hay países que han mantenido con noso-

La política de Colombia estaba orientada exclusivamente a mirar hacia los Estados Unidos. Esa posición fue evolucionando, y facilitó que más adelante, Colombia entrara a participar y a darse cuenta de que tenía un papel que jugar en un área geográfica o en un contexto

económico determinado. Siendo un país del Caribe, teníamos que entender que lo que sucedía en esta área tenía un interés para nosotros. Así es como entramos poco a poco, primero en el área del Caribe, y luego con mucha claridad, dentro del contexto global. El contexto actual de nuestra política exterior viene de un proceso evolutivo, puesto que al inicio de este gobierno no existía la necesidad de definir la delimitación marítima con el vecino — que fue el primer paso que se dio-, ni la de hacer una gestión orientada a una parte de un área como la del Caribe, o a un sector como el centroamericano. Se tenía que llevar a cabo una acción que fuera más allá, que ampliara nuestras perspectivas en el ámbito latinoamericano. Yo creo que necesariamente Colombia tenía que ampliar su ámbito. La relación que tenemos ahora con los países suramericanos, era una relación que jamás sabíamos que existía. Nosotros no sabíamos que existía Uruguay; creíamos que la Argentina no funcionaba; veíamos a Bolivia como un país secundario. Y más allá, no concebíamos qué eran los países árabes, lo que ellos significaban; no tomábamos en cuenta a los africanos. Sin embargo, se amplió nuestro ámbito y nuestra proyección. En el área centroamericana, Colombia es líder; por eso es importante hablar con los jefes de Estado del área o ir a una transmisión de mando. Debe existir una relación interpersonal con los mandatarios del área o con cualquiera de los altos directivos del gobierno. Es decir, se debe tener una relación que va más allá de la de carácter formal o diplomático, y eso sucede también en todo el continente.

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Hemos impulsado una aproximación más cercana con muchos países. Yo fui el primer canciller que visitó oficialmente a todos los países socialistas. Pero no eran simplemente visitas, sino que había connotaciones de carácter político, como se debería ver en el contexto general. Entonces, como primer punto se puede señalar que la posición colombiana es simplemente la de incrustarnos y colocarnos en una forma mucho más dinámica dentro del contexto internacional, y no limitar nuestra relación a espacios reducidos y temporales. Quiero decir que debemos estar presentes en todas partes, con fuerza y apoyo. No de otra forma se puede explicar cómo, Colombia ha logrado alrededor suyo consenso en materias sumamente complejas y difíciles en determinados episodios internacionales. Como segundo punto, había una impresión distinta de parte de algunas personas en Colombia y en el extranjero, que no conocían suficientemente al Dr. Barco, sobre la política exterior que se iba a realizar. Se pensaba que se volvería a los mejores tiempos del ensimismamiento, de la mirada introspectiva o, lo que es peor, de la mirada en una sola dirección. Afortunadamente eso no fue así. Se hizo una política completamente diferente, que era lo que se tenía que hacer. Es posible que existan personas que piensen de otra manera: por eso hay mentalidades diferentes, ideologías distintas, posiciones diferentes entre los partidos, entre los grupos y entre los gobiernos. Curiosamente, el pueblo colombiano sí está respaldando esta política exterior, como lo demuestran nueve encuestas diferentes, en donde la política exterior es la número uno de este gobierno.

CEI: -¿Cómo se han desarrollado las relaciones de Colombia con la Comunidad Económica Europea? JLP: -La disposición del Comisionado de la Comunidad Económica para América Latina, Sr. Matutes, de abrirle a Colombia las puertas a la Comunidad, para que sus productos puedan ingresar sin aranceles a Europa, no tiene precedentes. Esto, en el campo económico. En el campo político, hubo pocos contactos entre la Comunidad Económica Europea y países como Colombia, aunque se había tenido relaciones bilaterales con los países miembros de la Comunidad. Los contactos no han sido simplemente intercambio de puntos de vista de carácter general, sino una cosa mucho más activa. La relación económica con la Comunidad Económica Europea es muy importante. Lo que hace difícil el mercado europeo es que hay productos sobre los que no hay solución posible, porque están vinculados al Pacto de Lomé. Además, existen condiciones especiales para los productos de los países africanos. No obstante estas limitaciones, la lucha que se anticipa será hasta el año 92, cuando la Comunidad Económica Europea se va a abrir y nosotros vamos a ver cómo competimos con calidad y precios en el mercado europeo.

sistido de un tiempo para acá, en que una capa de la opinión pública venezolana, muy importante por cierto, ha estado convencida de que a lo largo de un proceso de ciento cincuenta años de historia, Venezuela perdió territorio y Colombia quedó consolidada como una gran nación. Esa es también la impresión que existe en un medio muy grande en Colombia, pero al contrario: que hemos sido afectados por Venezuela. Posiblemente no con el mismo ímpetu, no con la misma acción, ni con la misma intención. Entonces eso ha generado un problema de carácter emocional, que ha afectado las relaciones entre los dos países. Ese es el caso específico de la delimitación marítima. La delimitación marítima es un procedimiento normal, de carácter administrativo, que no debe constituir el eje de una relación. Las relaciones colombo-venezolanas han sido evidentemente unas relaciones de altibajos, por lo menos desde los años cincuenta hasta nuestros días. Sin embargo, yo creo que hemos entrado a una nueva era de las relaciones colombo-venezolanas.

CEI: -Las relaciones entre Colombia y Venezuela han tenido dos etapas diferenciables: una bastante extensa y caracterizada por múltiples fricciones, y otra más reciente, en la que se ha hecho énfasis en la integración. ¿Cómo evalúa Usted estas relaciones?

Esa situación de altibajos que ha mediado la relación entre los dos países se ha modificado, y se están dando los pasos para llegar a algo concreto: a una relación basada esencialmente en la buena fe y la necesidad de la cooperación y la integración entre los dos Estados. Eso se ha demostrado llevando a cabo y haciendo realidad una multitud de proyectos -más de veinte en este momento-, que se han venido desarrollando a lo largo de la frontera común, lo que antes nunca se podía suponer como viable.

JLP: -Yo creo que el gran problema de la relación Colombo- Venezolana. Ha re-

Ahora, precisamente hace unos días, en Venezuela terminó

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una de las reuniones de las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos en donde se celebraron dos acuerdos: uno sobre la preservación, la investigación y la acción conjunta de los dos Estados sobre la población indígena Wayuú de La Guajira; y otro sobre el proceso para facilitar la comunicación de los correos en la región fronteriza. Es absurdo pensar que dos asuntos de esta naturaleza no se hubieran tratado anteriormente. Algunos proyectos son pequeños, y parecieran no ser fundamentales, pero junto con los más importantes se está cambiando el ambiente de las relaciones con Venezuela. Aun las Fuerzas Armadas están en un proceso de cooperación. De estas iniciativas salen especialmente beneficiados los colombianos -aun del otro lado de la frontera—, los venezolanos, y en general los habitantes de la región fronteriza. Es muy posible que en este contexto, dentro del nuevo ambiente que se respira entre los dos países, sea factible la solución de un problema de carácter jurídico-administrativo, como es terminar la delimitación de nuestros países. De otra parte, Colombia y Venezuela están marchando juntos en una serie de escenarios internacionales fundamentales, como en la OEA, Naciones Unidas, en el movimiento de los No Alineados, en el Grupo de Rio y recientemente, en el llamado Grupo de los Tres que hicimos con México. Del estado de tensión permanente que se registraba en la frontera, se está dando paso a una nueva situación, que es la que podrá, en un momento determinado, permitir mayores acercamientos entre las dos partes. En conexión con todo esto, cabe resaltar para el caso colombiano la

importancia de la Comisión Nacional de Asuntos Fronterizos. Por una parte, por sus labores en la frontera, y por otra, porque en ella están representadas todas las fuerzas políticas que hay en Colombia. Entonces, se ha dado una política no digamos bipartidista en este caso, sino nacional, dado que también la izquierda ha estado participando activamente y con mucho entusiasmo en este proceso. CEI: -¿Cómo se han visto afectadas las relaciones con Estados Unidos, dada la centralidad que ese país le ha venido dando al problema del narcotráfico? JLP: -Yo creo que Estados Unidos es la mayor y más importante democracia del continente. La relación de Estados Unidos con Colombia y con todas las naciones latinoamericanas es fundamental, y sumamente importante para el desarrollo de los países. Sin embargo, es básico entender que esa relación cordial no puede ser de "subordinación cordial". Cada país tiene sus propios criterios sobre diferentes fenómenos en política exterior, que muchas veces no tocan ni siquiera a la relación bilateral con Washington, que en términos generales es una relación cordial y respetuosa. Pero esto no quiere decir que nosotros debamos mantener las mismas posiciones que Estados Unidos tiene con respecto a determinados problemas mundiales. Debe haber una independencia en ese sentido: no por el hecho de estar dentro del ámbito americano, necesariamente nuestra posición tiene que ser igual. No se puede definir que nuestra posición en un momento determinado frente a un problema, sea confrontacional con otros estados, porque no opinamos de la misma forma que ellos.

De otra parte, el problema del narcotráfico ha acarreado una serie de dificultades que hemos tenido que afrontar. Por primera vez nos hemos visto en la necesidad de llevar al ámbito de la OEA una posición muy controvertida en Colombia, cuando nuestros productos, las aeronaves, los buques, los pasajeros colombianos eran acosados como acto de represalia, porque un juez había liberado a una persona que, según los Estados Unidos, estaba vinculada al narcotráfico. Pero también hemos tenido que confrontar infortunadamente determinados hechos en donde se han producido acciones de carácter unilateral, por parte de los Estados Unidos. Por ejemplo, sobre buques colombianos en áreas de alta mar, y cuando se han presentado acciones de diferentes características, que en cierta forma pueden violar los principios y las normas de derecho internacional público. La obligación del gobierno de Colombia, en particular de la Cancillería, es, naturalmente, salir al paso a esos asuntos. Este problema había alcanzado un nivel sumamente complejo, cuando en los Estados Unidos se había adjudicado a Colombia la autoría exclusiva del problema de la droga. Nos tuvimos que enfrentar a esto en los organismos internacionales, en Naciones Unidas, en la OEA, en los mismos Estados Unidos, en Europa, en América Latina. En diferentes grupos y foros internacionales tuvimos que recordar que la carga del problema del narcotráfico no se mantenía en Colombia exclusivamente, ya que había una enorme responsabilidad por parte de los Estados Unidos y de los demás países consumidores, por parte de países industrializados, de los productores de materia prima, de los países de tránsito de determinadas materias o

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productos elaborados. La visión de Colombia como el gran causante del mal de la última década del siglo no se podía aceptar, porque no era justo, era incierto, y lo que implicaba era en últimas un escapismo para afrontar los propios problemas dentro del continente. Porque como se decía en algún momento, la única ley cierta es que mientras haya consumo, mientras haya demanda, habrá producción, entonces no se le podía adjudicar la culpa a un país y a eso habíamos llegado. Se había montado todo un marco según el cual, Colombia era el gran causante del problema, mientras que había otros estados que estaban devengando, incluso en muchos casos utilidades muy importantes por este tráfico. Esto ocasionó, naturalmente, un cierto grado de dificultad en las relaciones con los Estados Unidos porque era la línea de menor resistencia. Esa situación empezó a modificarse muy lentamente. Ya en los Estados Unidos, en el mundo y en la comunidad internacional se ha empezado a comprender, entender y aceptar, que hay una responsabilidad mundial y que tiene que haber una acción colectiva. No puede esperarse que un solo país pueda asumir la carga de un problema de estas características. Por lo tanto, al mismo tiempo debe haber una simetría en la política económica por parte de los países industrializados, porque se daba una paradoja. Mientras se exigía y se libraba una lucha complicada, sangrienta, difícil, angustiosa en todos los sentidos, simultáneamente las autoridades de los Estados Unidos o de países industrializados creaban aranceles, imponían obstáculos, trabas, discriminaban productos. Entonces de ahí esta situación compleja que nos

ha tocado, fundamentalmente ante la comunidad internacional y ante los Estados Unidos. Lo anterior en el contexto del narcotráfico. Fuera de eso, naturalmente nosotros nos hemos comprometido en una serie de acciones: hemos rechazado la invasión a Panamá sin querer decir que en ninguna manera apoyábamos a Noriega. Creemos que el gobierno militar de Panamá -y el general Noriega-era corrupto, indeseable, pero eso no quiere decir que se pueda justificar una invasión militar. No se sabe todavía cuántos muertos civiles hubo. Rechazamos la intervención militar, cualquiera que sea su origen o motivación, así como la intervención en los asuntos internos de los países; creemos que eso es contrario a una relación cordial. Se puede señalar que hemos realizado un esfuerzo que se ha conjugado en tres ramas: el respeto al principio de la no intervención, el respeto a la autonomía de los estados y la contribución de que no somos nosotros los únicos responsables del problema del narcotráfico. Esto trajo necesariamente unos problemas que, de ninguna manera, se constituyeron en elemento para el deterioro de las relaciones. No ha habido deterioro en las relaciones con los Estados Unidos en ningún momento, pero sí ha habido un manejo de situaciones complejas que en un momento determinado correspondió asumir. CEI: -Con referencia a los cambios acelerados que se están presentando en la Europa del Este y en la URSS, ¿qué piensa acerca de los mismos y cómo los está enfrentando Colombia? JLP: -Celebramos Perestroika, se nos extraordinario

la hace

que se haya podido apreciar la apertura en los países del Este de Europa, cuando había regímenes decrépitos, absolutamente en desuso, sin competitividad de ninguna clase, con fallas protuberantes en diferentes aspectos. Celebramos que haya una apertura, pero no puede ser América Latina la que en un momento determinado vaya a pagar el precio de esta apertura. Lo digo tanto por países como los Estados Unidos y los países de Europa Occidental, como por los mismos países de Europa del Centro y de Europa del Este. Precisamente, nos hemos reunido con los ministros de relaciones exteriores de los países de Europa del Centro y de Europa del Este para darles y recordarles estos planteamientos. Nos hemos reunido con los ministros de la Comunidad Económica Europea para aclarar ese punto y se lo hemos hecho saber repetidamente. Entonces, todo este contexto es de gran importancia. CEI: -¿Cómo podría evaluar la actuación de Colombia dentro de los organismos multilaterales? JLP: -En los organismos multilaterales tenemos una serie de marcos. Por una parte, estamos ocupando un espacio internacionalmente importante. ¿Por qué? Porque salimos de lo pequeño a lo grande. Si hablamos de la relación que hemos establecido con Venezuela y con Ecuador en las áreas fronterizas, con comisiones de vecindad de carácter bilateral, podemos pasar a unos acuerdos orientados al contexto de la cooperación en el ámbito Centroamericano y del Caribe, tanto en un marco político como en uno económico. En la misma forma, las reuniones de los jefes de Estado a nivel Andino se han multiplicado 7


Se han establecido reuniones semestrales de jefes de Estado, Antes, los presidentes no se veían ni se conocían. Seguramente la integración andina no hubiera funcionado con la dinámica que tiene, si no hubiera habido ese contacto y esos encuentros de presidentes.

Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra, donde fue elegida por la mayor votación que se recuerde (52 votos sobre 55 posibles). Somos del grupo coordinador de los No Alineados, y fuimos los vicepresidentes de la reunión de Chipre.

Adicionalmente, dentro del contexto latinoamericano tenemos al Grupo de Rio, también con encuentros anuales de jefes de Estado, y numerosísimos encuentros de los ministros de relaciones exteriores y ministros de otras carteras: educación, agricultura, hacienda, etc.

En el Pacto Amazónico Colombia ha llevado a efecto la coordinación de la secretaría, la más dinámica de las que se han hecho. Creo que se nos puede atribuir el logro de haber resucitado este pacto que estaba dormido. Estamos también dentro de la Comisión del Pacífico Sur, en un contexto político donde los ministros de Relaciones Exteriores de los países del Pacto del Pacífico Sur, se están reuniendo para analizar asuntos relativos a esa área. La próxima reunión se va a realizar en Lima. También tenemos que ver con la Antártica. Próximamente habrá una reunión en París para coordinar las acciones y la posición de los países latinoamericanos frente a la Antártica. Para este encuentro, tenemos investigadores colombianos que han venido haciendo estudios sobre varios estados, como China, Corea, Unión Soviética, Chile, Argentina y Australia.

Igualmente estamos trabajando en la ALADI. En este momento el secretario general es colombiano —por primera vez en la historia-, y no obstante las características peculiares de cada país en el campo económico y en el grado de apertura económica, la ALADI sigue siendo el marco fundamental de la integración y el intercambio comercial de nuestros estados. Hemos estado en la OEA donde la voz de Colombia ha sido reiteradamente escuchada y acogida. Durante cuatro oportunidades presidimos la Asamblea General de la OEA, además de la primera reunión de consulta de ministros de relaciones exteriores sobre la situación de Panamá. Los presidentes centroamericanos invitaron a Colombia, México y Venezuela para que fueran testigos de la firma de los últimos acuerdos sobre la situación centroamericana. Estamos también en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y recientemente lo presidimos. Estamos al mismo tiempo en una serie de organismos de gran importancia: Colombia está en ECOSOC, en la Comisión de

Finalmente, ahora tenemos relaciones con unos cincuenta países más; hemos establecido embajadas sin aumentar la burocracia, sino suprimiendo consulados de carácter nominal, que en muchas partes existían. CEI: -¿En qué forma se ha venido desarrollando el proceso de profesionalización de la Cancillería? JLP: -La profesionalización ha tenido tres etapas. Por una parte, había una serie de leyes vigentes, que en la práctica no se cumplían; era lamentable ver

que entre los años 1968 y 1986 había tan solo 38 funcionarios de carrera. En este momento hay 100, todos por concurso realizado por el ICFES, algunos en el ministerio y otros en el exterior. Se ha ido desplazando una burocracia internacional, parte de la cual llevaba muchos años establecida afuera. La segunda fase fue la de incorporar, mediante un concurso también del ICFES, a aquellas personas que llevaran más de ocho años en el Ministerio de Relaciones Exteriores y cuya experiencia pudiera ser utilizada. De esa forma entraron unas 60 personas de las ciento y tanto que se presentaron. En la parte administrativa, en el año 1986 había cuatro funcionarios en carrera administrativa; ahora hay trescientos y tantos, es decir, es muy poca la gente que en este momento no tiene origen en la carrera diplomática, o entrando por concurso. Yo creo que la profesionalización es un principio fundamental para poder actuar adecuadamente en política exterior. Todavía no se ha completado el proceso, pero ya se han ido retirando poco a poco las personas que han excedido su permanencia en el exterior según lo establecido por la ley, y se han ido llevando personas con carrera y preparación. Igualmente es grato saber que en tres años y medio un grupo de sesenta funcionarios han ido a especializarse en diferentes áreas al exterior. Es así como tenemos primeros puestos en Georgetown University, en las academias diplomáticas de Chile, Brasil, Italia, Institutos Japoneses, en China, en Cambridge y Oxford. A esto se agrega que el funcionario de bajo nivel, recientemente ingresado, ha tenido la oportunidad de asistir a reuniones internacionales, de acompañar incluso al ministro en determinadas ocasiones para

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que se vaya preparando, ya que la preparación no es la base de la teoría sino de la práctica. Creo que se está formando poco a poco un equipo, que en un tiempo va a ser muy competente. Por último, hay un proyecto de ley aprobado por el Congreso, en diciembre del año pasado, sobre la reorganización de la Cancillería. Es necesario emprender acciones en este sentido, porque la organización que tenía el Ministerio se remonta a los años sesenta, de acuerdo con la dimensión y las características de aquella época. Se está conformando una Cancillería más adaptada a los nuevos desafíos y realidades de

la política internacional de este momento. CEI: -Finalmente, ¿qué perspectivas ve, de cara al futuro? JLP: -Después de un esfuerzo muy importante, Colombiagracias a universidades privadas primordialmente-, se ha ido desparroquializando, porque nosotros antes éramos una pequeña ínsula dentro del contexto internacional. La gente tiene más conciencia de la realidad internacional, de la dependencia y la influencia fundamental que tienen las relaciones internacionales en su propia vida y la del país. Antes, la gente solo pensaba

en las relaciones internacionales en términos de diplomacia, que eran unos señores que vivían en cócteles y en reuniones sociales en Bogotá, con "smoking" y condecoraciones, y que en los ratos de ocio se iban al exterior a hacerse ver el corazón, a aprender griego, etc. Esa visión de la política internacional, creo yo que se está empezando a modificar. Ya no es la diplomacia, que es un concepto arcaico de los años treinta o cuarenta. Se le ha dado campo a las Relaciones Internacionales, que tienen un contexto completamente diferente, donde muchas veces lo menos que hay es diplomacia.

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Política Exterior Colombiana 1962-1966: Anticomunismo, Multilateralismo e Integración Fronteriza*

Nelsy Julieta Lizarazo C. **

* El presente ensayo ocupó el 2o. lugar en el Primer Certamen Nacional de Ensayos sobre Política Exterior de Colombia, auspiciado por el Centro de Estudios Internacionales, referido al tema "La Política Exterior de Colombia durante el Frente Nacional 19581974". El primer lugar fue declarado desierto. ** Filósofa de la Universidad Santo Tomás de Aquino y magíster del Instituto de Altos Estudios para el Desarrollo.

1. POR OTROS CAMINOS... El estudio de la política exterior colombiana ha recorrido, desde hace algunos años, un sendero de lugares comunes y reiteraciones a través del cual la actuación externa colombiana parece haber caminado en línea recta, desde lo ideológico hacia lo pragmático, y sus pasos sólo han comenzado a escucharse desde 1982, aunque un breve eco se hubiese escuchado también bajo la administración López Michelsen. Sin desandar camino y con el riesgo de equivocarse son muchos los que, de un tiempo para acá, se han dado a la tarea de seguirle los pasos a la política exterior colombiana, de recuperar su historia y en esa recuperación ir encontrando otros caminos de estudio que enriquezcan y maticen el camino de todos conocido 1

1. Mencionar la investigación de César Torres del Río acerca de la política exterior durante la administración de Eduardo Santos,

Es esta la intención que motiva el presente trabajo. Creo que no está muy lejos de la intención que motivó la propuesta de indagar acerca de la política exterior colombiana durante el Frente Nacional, tema inexplorado entre los inexplorados... historia sin rescatar. Así las cosas y puestos veinte años de nuestro quehacer exterior sobre el tapete, recordamos: de Lleras Camargo la decidida actuación en la OEA promoviendo la exclusión de Cuba de dicho organismo; de Lleras Restrepo, sus posiciones enfrentadas al Fondo Monetario Internacional; de Pastrana Borrero, despliegue de actividad alrededor del diferendo colombo-venezolano; de López Michelsen, la consolidación del "Réspice Similia", proclamado en su período como Canciller y con ella, el "entierro oficial" del "Réspice Polum". Aunque no es gran cosa, significa algo cuando el interrogante es qué recordamos de la política exterior de la administración Valencia. En el marco del desconocimiento existente sobre nuestra política exterior a lo largo del Frente Nacional, la gestión internacional adelantada por el gobierno de Guillermo León Valencia es quizás la más desconocida. No se pretende, por supuesto, afirmar un protagonismo ni un liderazgo exterior de Colombia durante el período en mención. Se pretende simplemente la reconstrucción de sus criterios orientadores y sus acciones más significativas, en la perspectiva de contribuir a la cuenta de ganancias, pérdidas,

publicada recientemente por el CEIUniandes, o el proyecto en desarrollo acerca de la actuación de Colombia en la ONU y en la OEA, adelantado por Juan Tokatlián y José Luis Ramírez, nos da una mediana idea acerca del interés creciente por conocer mejor la tradición internacional de Colombia.

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continuidades y rupturas en la historia de la política exterior colombiana. Se intentará mostrar cómo, enmarcada globalmente en el contexto de la guerra fría e internamente por situaciones críticas tanto en lo económico como en lo político, la administración Valencia adelanta una gestión internacional que, orientada por unos criterios permanentes y relativamente articulados, enfatiza la actuación de Colombia en foros multilaterales y en procesos de integración fronteriza. Evidentemente, este intento no considera todos los aspectos que podrían considerarse. Selecciona los que, de acuerdo con revisiones de prensa y memorias, parecen haber recibido un trato preferencial2. 2. GUERRA FRÍA, PAZ CALIENTE, PAÑOS TIBIOS La postguerra trajo consigo, todos lo sabemos, la división maniquea del mundo en dos bloques. Este y Oeste se presentaron, por muchos años, como los más terribles enemigos y los más grandes rivales en lo ideológico, lo económico, lo militar... El resto del mundo se dividía en amigos y enemigos; se estaba de un lado o se estaba del otro, sin matiz ni término medio posible, aunque ya los No Alineados iban constituyendo cierto "punto de equilibrio". América Latina se había comportado, con muy pocas dudas hasta los sesenta, como amigo incondicional de Occidente.

2. Para este ensayo se revisaron con detenimiento el diario El Tiempo y las Memorias del Ministerio de Relaciones Exteriores del período en mención. Se intentó la revisión de Archivo del Ministerio pero fue imposible la consecución de documentos relativos a este período.

Un hecho sin precedentes en la historia latinoamericana marcará el comienzo de una de las más convulsionadas etapas de las relaciones USA-América Latina: la revolución triunfante de la isla de Cuba. La aceptación cubana del respaldo soviético constituía para los Estados Unidos, no solamente una "violación descarada" de la Doctrina Monroe sino también, en el contexto de la guerra fría, un asunto de importancia mundial y un desafío a la hegemonía norteamericana en la zona. De otra parte, el triunfo de los cubanos alimentó el fervor revolucionario en un continente agobiado por la pobreza. Finalmente, América Latina comenzaba a identificarse, de manera creciente, con el llamado Tercer Mundo; fenómenos de liberación en Asia y África movían a los pueblos latinoamericanos a búsquedas distintas y las más de las veces, en contravía de las posiciones y búsquedas de sus propios gobiernos que, sin embargo, no dejaron de afectarse e incluso participaron en espacios como el Grupo de los 77 en la ONU, o el Movimiento de los No Alineados. El anticomunismo se regó como pólvora en las ideologías oficiales. El oso soviético estaba en Cuba y desde allí alargaría sus brazos por toda la América Latina. Con él y de la mente "brillante" del presidente Kennedy y su equipo de asesores nace la Alianza para el Progreso, marco en el cual se mueven las relaciones interamericanas a lo largo de la década del sesenta, a la que también le corresponde ver la muerte de tan suspicaz creación. Las desigualdades e injusticias sociales hacían de los países latinoamericanos caldo de cultivo de la subversión y terreno abonado para la acción del fantasma comunista soviético-cubano.

La Alianza, a desarrollarse en el marco de las democracias representativas, comprometía a los Estados Unidos a realizar un aporte económico a lo largo de diez años y a los gobiernos latinoamericanos a poner en marcha las reformas sociales necesarias "para permitir una distribución justa de los frutos del progreso económico y social"3. Ni los pocos logros de la Alianza, ni su fracaso final, constituyeron obstáculo para que, a lo largo de la década del sesenta y a pesar del auge de movimientos de oposición institucionales y extrainstitucionales, los gobiernos de América Latina, con algunas excepciones entre las cuales no está Colombia, defendieran la causa occidental y anticomunista como propia y a la Alianza para el Progreso como la más encomiable expresión del "Nuevo Trato" de Estados Unidos para América Latina. Ni siquiera la invasión de los Estados Unidos a República Dominicana fue suficiente para conjurar el pro-norteamericanismo de la mayoría de los gobiernos latinoamericanos. A pesar de ello, el inconformismo y las tendencias sociales y políticas "antiimperialistas", seguirían su camino de ascenso4. 3. A GRAVES MALES PEORES REMEDIOS El gobierno de coalición de Guillermo León Valencia se inicia en un contexto que no preconizaba mayores logros:

3. Sobre este tema pueden consultarse, entre otros, los dos textos de Gordon ConnellSmith. a saber: - El Sistema Interamericano, México, Fondo de Cultura Económica. 1966. Los Estados Unidos y América Latina, México. Fondo de Cultura Económica, 1974. 4. Bajo el riesgo de la simplicidad, el préseme ensayo sólo considera las posiciones oficialmente asumidas por la administración Valencia

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una crisis económica gestada con tiempo, pero agravada por la caída de los precios del café al final de la administración Lleras Camargo y cierto sabor amargo por el avance electoral de los movimientos de oposición al frente-nacionalismo que habían conseguido un 8% más de lo obtenido en las elecciones de 1960. Ya la administración Lleras Camargo había abandonado la idea de ajustar las finanzas públicas y fortalecer el sector externo de la economía para conjurar una crisis que se veía venir: ... El descenso de las reservas internacionales debido a los bajos precios del café y a la evidente reevaluación de la moneda, se volvió cada día más crítico, amenazando con traducirse en una crisis cambiaría generalizada5. A la situación cambiaría se sumaba la consecuente inestabilidad monetaria y un déficit fiscal que prácticamente mantenía paralizado el aparato estatal. El gobierno de Valencia respondió de manera inmediata, errática e impopular: asumió la conducción exclusiva de la política monetaria excluyendo de las decisiones a la banca privada lo que, por supuesto, generó malestar en el sector financiero, pues intervenía en el mercado de préstamos y capitales para acoplar sus fuerzas a las necesidades de industrialización6. De otro lado, Valencia adoptó el típico modelo de austeridad, toman-

do medidas para reducir las importaciones, disminuyendo el gasto público y devaluando. Las consecuencias, eran de esperarse: ... el ajuste fiscal aceleró el desempleo; la reducción de las importaciones disminuyó el ritmo de la actividad económica: la devaluación disparó la inflación, y la ausencia de inversión pública acentuó el empobrecimiento de las nuevas masas urbanas producto de la migración...7. La crisis económica por la que atravesaba el país causó la suspensión de créditos externos que solamente se reabrieron cuando el gobierno, cediendo a las presiones del FMI, decretó la devaluación de 1963. El asunto se repitió, de manera casi idéntica, en 1965. De otra parte, la administración Valencia, de manera particular a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, buscó darle las mayores garantías oficiales a las inversiones extranjeras y cumplir con los planes dispuestos por la Alianza para el Progreso8. La crisis económica no cedió a lo largo de todo el período de Valencia. En 1965, el ejecutivo inició una cadena de decisiones económicas por decreto que continuaría en la administración Lleras Restrepo. Devaluaciones, ajustes y una inflación galopante fueron las constantes de un manejo económico que, de ninguna manera, alivió situaciones de tanta gravedad.

6. Ver Salomón Kalmanovitz, Economía y Nación. Una breve historia de Colombia, Bogotá, Siglo XXICINEP-UN, 1985, págs. 429-430-431.

Las elecciones legislativas de 1964 corroboraron dos hechos políticos que ya venían presentándose como el síntoma de los desajustes del sistema: el abstencionismo se elevó a un 70% y la ANAPO consolidó su fuerza electoral, incluso en detrimento del MRL, debilitado por contradicciones en su seno.

7. Silva Lujan, op. cit., pág. 226.

En dicho panorama partidista se movía, desde el comienzo de la administración, la orientación represiva, militarista y anticomunista del presidente que encuadró, de una vez y para muchos años, los conflictos internos en el marco del enfrentamiento Este-Oeste. El nombramiento del general Alberto Ruiz Novoa corroboró la implantación definitiva de la Doctrina de Seguridad Nacional-versión Colombia.

8. Ver Francisco Leal Buitrago, Análisis histórico del desarrollo político nacional, Bogotá, Ed. Tercer Mundo, 1973, págs. 134135-136.

9. Leal Buitrago, op. cit., pág. 137

A tan caótico panorama económico, la dinámica política del sistema agregaba un ingre5. Ver Gabriel Silva Lujan, "Lleras Camargo y Valencia, entre el reformismo y la represión". En Nueva Historia de Colombia, Tomo III, Bogotá, Ed. Planeta, 1989, pág. 226.

diente más de crisis. En unas elecciones en las que el MRL y la ANAPO habían conseguido el 38% de los votos y la abstención había sido muy significativa, Guillermo León Valencia, candidato de la coalición frente-nacionalista, llega al poder. El mecanismo ideado por la nueva administración para neutralizar las fuerzas opositoras (léase MRL pues la ANAPO, no se tenía en cuenta, por sus antecedentes inmediatos), recibió el nombre de "milimetría" y suponía una asignación burocrática proporcional a la fuerza electoral9. El MRL no se sintió comprometido con la coalición y particularmente la llamada "línea dura" mantuvo su oposición a lo largo de todo el período. Asimismo la ANAPO, con el general Rojas Pinilla a la cabeza, continuaría consolidándose como el vocero de las grandes masas populares urbanas.

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Los relativos éxitos de la lucha contra el enemigo interno, colocan a Ruiz Novoa en primer plano de la escena política nacional. Los rumores de golpe, en el segundo semestre de 1964, determinan la destitución de Ruiz Novoa pero no de la línea que él representaba. A comienzos de 1965 y paradójicamente, si se considera la arremetida del ejército contra las ya constituidas FARC y contra las autodefensas campesinas, inicia sus acciones el Ejército de Liberación Nacional, inspirado por la revolución cubana. Si a ello sumamos las intensas presiones obreras y estudiantiles que se dieron durante la administración Valencia, se entiende, aunque no se justifique, el por qué de su incondicional militancia en el bloque occidental. 4. LO CORTES... NO QUITA LO VALIENTE 4.1 Criterios Generales ... Desde el punto de vista de la política internacional el gobierno seguirá las luminosas huellas de mi ilustre antecesor, que corresponden a la más egregia tradición colombiana en esta materia... ubicada dentro de la organización hemisférica y del lado del mundo libre... nos consideramos dentro de la órbita de los Estados Unidos de América, como potencia hegemónica, y hoy lo hacemos además con fervor y entusiasmo porque la gran democracia del Norte ha rectificado con nobleza, justicia y valor indiscutibles viejos métodos imperialistas...10.

Más claridad, imposible. La administración Valencia declaró desde sus comienzos, una indeclinable vocación pronorteamericana. Se trataba, en lo político, de la reafirmación de la ideología

10. Ver El Tiempo, agosto 8 de 1962. pág. 18.

anticomunista, de la civilización cristiana, democrática, libre y occidental frente a la "barbarie soviética". En lo económico, el reforzamiento de la adhesión colombiana al proyecto también político de la Alianza para el Progreso, nuevo marco "comprensivo" y "justo" para las relaciones interamericanas. La occidentalización y el anticomunismo no fueron, desde luego, criterios exclusivos de la administración a la que nos referimos. La militancia en el bloque occidental ha sido, prácticamente, una política del Estado colombiano y, en ese sentido, nos encontramos con la continuidad de una tradición. Sin embargo, la radicalidad de tal militancia en el gobierno de Valencia sí es un aspecto, por lo menos, llamativo. El programa internacional del Frente Nacional consideraba como criterios orientadores de la acción internacional, el apoyo a la cooperación hemisférica a través del programa de la Alianza y la permanencia de Colombia al lado del mundo libre11. El diario liberal El Tiempo elogió los planteamientos internacionales del presidente recién posesionado, considerándolos de gran significación en momentos en los que la amenaza del imperialismo marxista se encontraba a las puertas de América12. El anticomunismo, aunque fundamental, no constituyó el único criterio orientador de la política exterior colombiana durante el período en mención. La realidad de una comunidad inter-

11. Ver Memorias del Ministerio de Re laciones Exteriores. 1963, Bogotá. Imprenta Nacional, pág. 19.

nacional en constante ampliación por el surgimiento de nuevos Estados independientes y, por supuesto, la de una economía acosada, motivó no solamente el ya mencionado acercamiento a Estados Unidos sino también, la postulación del multilateralismo como parámetro básico de actuación externa. Tal multilateralismo tenía que ver con el auge que, según el gobierno de Valencia, se venía experimentando en los organismos internacionales tanto gubernamentales como no gubernamentales, auge que debía ser aprovechado en beneficio propio. De ahí la manifestación de apoyo irrestricto a la Organización de las Naciones Unidas y a la delegación que por Colombia actuaba en dicho foro. La importancia del criterio multilateralista se expresó también, como se mostrará más adelante, en la gestión de Colombia en la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio -ALALC13. El criterio de una necesaria integración económica, subyacente en la importancia dada a la ALALC, constituye también la base del tercer eje de la actuación internacional de Valencia: la integración y el desarrollo fronterizos. A lo largo de toda su administración, Valencia mantuvo con intensidad, labores tendientes a la constitución y puesta en marcha de mecanismos bilaterales, que consolidaran definitivamente el comercio y el desarrollo en general de las fronteras colombo-venezolana y colomboecuatoriana. Encuentros, convenios y tratados son expresión de la importancia concedida a tales relaciones bilaterales.

12. No se consideran aquí otras posibles concepciones de multílateralismo. Solamente la manejada por la administración Valencia. 13. Memorias, op. cit., pág. 20.

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Los tres criterios mencionados, como puede observarse, no son ni únicos, ni excluyentes entre sí. En los próximos numerales irán apareciendo, sin duda, criterios que amplían el panorama perfilado hasta ahora. Sin embargo, anticomunismo, multilateralismo e integración fronteriza orientarán, de manera complementaria y permanente, la gestión internacional del gobierno de Guillermo León Valencia. En las Memorias del Ministerio de Relaciones Exteriores del año 1963, que reseñan la gestión de Álvaro Herrán Medina, leemos: ... los siguientes propósitos de su gobierno en el campo internacional: adhesión a los principios contenidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos...; protección de esos derechos y garantía de su vigencia en Colombia; actitud adversa a todo tipo de totalitarismo... Cumplimiento honrado, leal y sincero de los compromisos adquiridos por la Nación... Prosecución de los esfuerzos encaminados a desarrollar la zona de libre comercio pactado mediante el Tratado de Montevideo y de gestiones tendientes a acordar medidas de integración con los otros países americanos, principalmente con las naciones vecinas. Búsqueda de una acción armónica de los países americanos para modificar la situación de tratamiento menos favorable dado en otras zonas a productos latinoamericanos...14.

4.2 Foros Políticos y Económicos Internacionales: subordinación y búsquedas Corriendo el riesgo de la exclusión pero tratando de considerar lo más significativo, se intentará mostrar aquí la dina-

14. Memorias, op. cit., pág. 22.

mica de la actuación colombiana en dos foros políticos y dos foros económicos: la ONU, la OEA, la ALALC y la Reunión Mundial de Comercio. La administración Valencia intentó conjugar, en diverso grado y con diversos logros y matices, la subordinación a la potencia hegemónica y la búsqueda de nuevos espacios y nuevos términos en las relaciones económicas internacionales. Veamos: 4.2.1 En la Organización de las Naciones Unidas José Antonio Montalvo, canciller de la República de agosto de 1962 a junio de 1963 expresó, en su discurso ante la XVII Asamblea General de las Naciones Unidas, la posición de Colombia en torno a temas que se someterían a consideración prácticamente a lo largo de todo el período 1962-1966. Señaló por consiguiente, principios de todos conocidos como la adhesión de Colombia a las soluciones pacíficas de los conflictos internacionales o el principio de autodeterminación de los pueblos. No es esto, ciertamente, lo que llama la atención. Lo más interesante de la posición asumida por Montalvo está aquí: ... Por cuanto la pugna política mundial se ha desplazado considerablemente en los últimos tiempos hacia los sectores geográficos en los que subsisten territorios no autónomos o en que han estado emergiendo nuevas naciones a la vida independiente, el Ministro de Relaciones Exteriores reiteró la actitud de Colombia favorable a la autonomía de los pueblos y a su derecho a la libre determinación, pero sin agraviar y ni siquiera descalificar a naciones amigas a las cuales la Organización invite a liberar los territorios que administran, acción que Colombia coadyuva

cuanto esos territorios alcancen el grado de preparación en

que los capacite por sí mismos y sin olvidar la tendencia a que el moderno imperialismo convierta antiguas naciones en nuevas colonias...15.

Frágil equilibrio entre pro norteamericanismo (léase imperialismo "bueno") y afirmación del principio de autodeterminación. Aparente claridad sobre las tendencias del llamado imperialismo moderno. La ambigüedad de la posición de Montalvo contrasta sin duda con el análisis profundo y serio de Germán Zea Hernández, embajador de Colombia ante la ONU, en su discurso ante la XVIII Asamblea General de la Organización el 20 de septiembre de 1963. Detallaremos aquí algunos aspectos de tal intervención16. Colombia se declara a favor de una reforma de la Carta que considere la ampliación de la participación en el Consejo de Seguridad y en el Consejo Económico y Social, que le otorgue una adecuada representación a todas las regiones geográficas del mundo. De otro lado, Zea Hernández recuerda la continua oposición de Colombia al derecho de veto que, en su opinión, contradice los más elementales principios democráticos internacionales17; sin embargo, es claro mientras

15. Ver Memorias de! Ministerio de Relaciones Exteriores, Bogotá, Imprenta Nacional, 1964, pág. 203. 16. Memorias, op. cit., págs. 206-207. 17. Desde la Conferencia de San Francisco, por lo menos hasta el período de Valencia, la posición de Colombia frente al problema del veto ha tenido una doble dimensión. De un lado la oposición al derecho de veto por considerar que contradice la igualdad jurídica de las naciones. De otro, la consideración de que es una fórmula eficaz para mantener el difícil equilibrio entre las potencias.

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que persiste el ambiente de mutua amenaza y desconfianza, característico de la guerra fría, la revisión del sistema de veto es prácticamente imposible. En ese contexto, Colombia adhirió con esperanza al Tratado de Moscú, como la apertura de las posibilidades de desarme mundial. La prudente declaración de Colombia en contra de la guerra fría matiza su posición anticomunista: ... La coexistencia pacífica es, tal como se ha venido entendiendo y practicando, la paz armada, la violencia física y verbal, la guerra soterrada. Mientras se piense que solamente nuestros sistemas de vida y de gobierno son los buenos y los otros funestos, siempre habrá el anhelo de parte y parte de destruir lo que se considere malo. Los dirigentes del comunismo abominan el capitalismo... Para muchas gentes en Occidente, el comunismo, a su vez, es lo ominoso, lo profundamente perturbador, lo reprobable... En esas posiciones radicales no pueden permanecer los sectores humanos enfrentados sin que en un momento cualquiera la aniquilación sea inevitable... Nosotros debemos saber que dentro de los dos sistemas que algunos enfrentan como órdenes inconciliables, hay tendencias poderosas que los desvirtúan en su esencia y acabarán por acercarlos...18.

Posición conciliadora que conduce, en la lógica del discurso de Zea, hacia una crítica abierta al reprobable aprovisionamiento de armas que hacen las grandes potencias a los países en desarrollo. La crítica no es para el Este ni para el Oeste; es, quién lo diría, para el Norte:

18. Memorias, op. cit., pág. 208.

... Con todo, las grandes potencias, las que fabrican armas y proveen de ellas a sus aliados, y colman con ellas sus ya desbordados arsenales, pueden y deben desde ahora ir restringiendo esa producción fatídica o, por lo menos, no seguir derramando sobre el mundo ese horrendo poder destructivo. ¿Cuál la necesidad de armas en los países en proceso de desarrollo? Si lo que necesitan imperiosamente son máquinas y equipos, arados y herramientas de trabajo, elementos de transporte... 19.

El llamado urgente contra el armamentismo y por el desarrollo cobijaba también el impulso al Tratado de Desnuclearización para América Latina con la claridad de que cualquier acuerdo de las naciones latinoamericanas al respecto debía comprometer también a una nación no latina, pero única poseedora de armas nucleares: Estados Unidos. Finalmente, se reafirma la crítica permanente de Colombia a la falta de voluntad política de los países industrializados para acortar la brecha existente entre ellos y los países pobres. Es justamente la desigualdad Norte-Sur, el tema sobre el cual insistirá Fernando Gómez Martínez, canciller de Colombia desde octubre de 1963 hasta septiembre de 1965, en el discurso pronunciado ante la Asamblea General de la ONU el 15 de diciembre de 1964. Sin detenerse en ningún otro aspecto, el doctor Gómez Martínez llama la atención sobre el propósito de cooperación internacional que se fijó desde un comienzo la Organización. Más que sobre el propósito, sobre la ausencia de su realización, sobre los terribles desequilibrios mun19. Ver Memorias del Ministerio de Relaciones Exteriores, Bogotá, Imprenta Nacional, 1965, págs. 177-178.

diales y sobre la plusvalía en la división internacional del trabajo, se pronuncia vehementemente Colombia, a través de su Canciller: Existe un violento desequilibrio, una enorme desigualdad entre las naciones que componen esta Organización. Desequilibrio de poder: frente a los desproporcionados armamentos y su potencia destructora, la inermidad de los pequeños. Frente a la alta técnica que facilita y multiplica la producción, el desarrollo incipiente, sin alientos para superarse... Frente al progreso desmesurado, si es que al progreso se le puede señalar medida y tope, el atraso... El desequilibrio que afecta la paz del mundo es el económico social. El del ingreso desigual y la desigual repartición... unos pueblos trabajan para ganar algo para que otros ganen más... Hay una plusvalía de la cual se aprovechan los pueblos industrializados, los que poseen los mayores bienes de producción. Y hay un trabajo, el de las naciones subdesarrolladas o en vía de desarrollo, que no se remunera justamente...20.

Podría argumentarse que las anteriores declaraciones no pasan de ser políticas. Ello no descalifica la significación de tales pronunciamientos por parte de un país como Colombia en el momento histórico al que hemos venido haciendo referencia. La Asamblea General de la ONU es, por excelencia, un foro político. 4.2.2 En la Organización de Estados Americanos Contrastando con la búsqueda de nuevos espacios políticos en la ONU, la actitud de Colombia en la OEA se mueve, a lo largo de todo el período, dentro de los marcos políticos propuestos por

20. Ver Memorias, op. cit., pág. 177.

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Estados Unidos. Contra Cuba y por la Alianza para el Progreso parece ser el lema que orienta la labor de Colombia en el sistema interamericano. Desde la perspectiva oficial, la revolución cubana había significado la trasposición de la guerra fría al continente americano. La crisis de octubre de 1962 había constituido prueba fehaciente de ello. La presencia soviética en el continente, personificada en la figura de Castro, no era un fantasma sino una amenaza real para las democracias del continente. Tal animosidad contra el gobierno cubano, oficial desde el gobierno de Lleras Camargo cuya actuación protagónica alrededor del asunto es de todos conocida, tomó durante el período Valencia características incluso personales cuando en agosto de 1962, recién posesionado el nuevo presidente colombiano, Castro calificó a Valencia como un "títere" norteamericano cuyas actuaciones seguramente ampliarían el espacio para la revolución21. El presidente Valencia, en posterior rueda de prensa y ante la pregunta de si Colombia apoyaría una acción armada contra Cuba respondió que el sistema interamericano había sido creado justamente para evitar las intervenciones armadas y que cualquier decisión en ese sentido constituiría una violación al principio de autodeterminación de los pueblos22. De cualquier forma y ante reiteradas informaciones de prensa según las cuales existía un plan de sabotaje comunista para Colombia, la Unión Soviética estaba enviando car-

gamentos de armas para apoyar la subversión en nuestro territorio y muchos colombianos viajaban a Cuba, vía Curazao, para recibir entrenamiento guerrillero, el gobierno de Valencia reafirmaba continuamente su posición de respaldo incondicional a todas las medidas y resoluciones que tendieran al marginamiento aún mayor de la isla cubana en el continente23. En diciembre de 1963, Colombia respalda la formación de una comisión interamericana encargada de estudiar una propuesta venezolana de bloqueo total al régimen castrista, acusado de apoyar a la guerrilla venezolana y denuncia, simultáneamente, un acto de agresión por parte de Cuba, afirmando poseer ya las pruebas de que el "terrorismo" colombiano era de inspiración y de ejecución comunista. Colombia anunció además su total respaldo a la actitud del presidente venezolano con respecto a Cuba. Un doble juego en el cual, el bloqueo a Cuba no negaba el principio de autodeterminación, mientras las actividades cubanas en el continente sí lo violaban. Una doble moral, en sí misma, contradictoria. La línea de conducta colombiana en este aspecto no se modificó en ningún momento a lo largo del período mencionado. Por el contrario, se fue afianzando con el paso del tiempo a tal punto que el gobierno de Valencia respaldó la propuesta de creación de un cuerpo secreto interamericano encargado de vigilar los movimientos de afiliados al comunismo. Un personaje co-

2 1 . Ver El Tiempo, agosto 12 de 1962, pág. 11. 22 Ver El Tiempo, agosto 21 de 1962, págs. 1 y 6.

lombiano, Carlos Ángulo Rueda, presidió la Comisión Especial de Seguridad de la OEA, organismo que propuso tal medida y, en enero de 1965, presentó, en compañía de los demás miembros de la Comisión Especial, un completo informe en el que daba a conocer el aumento de las actividades comunistas en los países de América Latina24. Finalmente, en los momentos de crisis generados por la invasión norteamericana a República Dominicana, que puso en peligro la estabilidad de la Organización, Colombia votó a favor de la creación de un cuerpo expedicionario, la Fuerza Interamericana de Paz que, bajo el mando inmediato de la OEA, debía cooperar en la restauración de la paz en la isla25. En cuanto a la Alianza para el Progreso, aun cuando la política económica del gobierno intentó cumplir con las orientaciones y objetivos generales propuestos, mantuvo también cierta actitud crítica en torno a los logros reales de tal programa, actitud que se hizo explícita tanto en la OEA como a través de la figura de Alberto Lleras Camargo, comisionado para la revisión del programa y la propuesta de nuevas alternativas que lo hicieran más efectivo. En cierta forma, tanto la continuidad del gobierno colombiano en la presentación de informes económico-sociales al CÍES, como la insistencia de Lleras Camargo en los obstáculos y dificultades a los que la Alianza se enfrentaba, parecieron conjugarse con el discurso sobre la amenaza comunista para ejercer, aunque fuese en grado

24. Ver El Tiempo, enero 15 de 1965, págs. 1 y 24. 23. Reiteradamente, a lo largo del período, el diario El Tiempo publica notas en esta dirección.

25 Ver El Tiempo, mayo 6 de 1965, pág. 11.

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mínimo, cierta presión que si durante la administración Kennedy pudo haber surtido algún efecto en términos del "trato preferente" que recibió Colombia, dejó de hacerlo cuando Lyndon B. Johnson asumió el poder en Estados Unidos. La aceptación jubilosa de la Alianza como la proclamación de nuevos parámetros en las relaciones USA-Colombia y como la puerta abierta por Estados Unidos para aliviar la agobiante situación económica contrastó con cuatro años de crisis económica creciente. El contraste era claro para la administración que, a pesar de ello, nunca asumió posiciones enfrentadas a la línea de la administración norteamericana. 4.2.3 En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo El gobierno de Colombia, consciente de la importancia de la participación en dicha Conferencia, a celebrarse en la ciudad de Ginebra en marzo de 1964 creó, en mayo de 1963, la Comisión Nacional Preparatoria de los estudios que Colombia presentaría en dicha reunión. Tal Comisión estuvo integrada por los ministros de Hacienda, Fomento y Agricultura; el Consejero Nacional de Política Económica y Planeación, el Jefe del Departamento Administrativo de Planeación y Servicios Técnicos, el Gerente del Banco de la República y el Gerente de la Federación Nacional de Cafeteros. Se trataba de proponer reformas concretas que pudiesen ser consideradas en la futura reunión sobre relaciones internacionales de comercio26.

26. Ver Memorias del Ministerio de Relaciones Exteriores, Bogotá, Imprenta Nacional. 1963. pág. 373.

Las intenciones colombianas fueron coadyuvadas por la labor de Alfonso Patino Roselli, presidente del Consejo Económico y Social de la ONU, quien expresó reiteradamente en dicho foro, la necesidad de que el comercio internacional se supeditara al desarrollo económico de los países en evolución. En octubre de 1963 el diario El Tiempo, publicaba: LA REUNIÓN MUNDIAL DE COMERCIO, UNA OPORTUNIDAD PARA COLOMBIA... Los objetivos de la Conferencia buscan la reestructuración del comercio mundial sobre bases nuevas que dispensen a todos los países oportunidades para alcanzar un desarrollo auto sostenido, mediante la eliminación de las situaciones inequitativas que hoy afrontan los países en proceso de desarrollo y el establecimiento de una política de cooperación que haga del comercio internacional un instrumento poderoso de crecimiento económico integrado...27. La ANDI y los industriales colombianos se venían preparando también, explorando los problemas internacionales de las materias primas con una revisión de las tendencias a largo plazo y un estudio de sus perspectivas. La cohesión de los países en desarrollo en torno a las propuestas concretas se veía como decisiva. Cabe destacar que, consecuentemente, Colombia presentó en la Tercera Comisión de la Conferencia, y a nombre de los 19 países latinoamericanos, cierto número de proposiciones que podrían resumirse así: - La ayuda externa a los países en crecimiento debería otorgarse preferentemente sobre la

27. Ver El Tiempo, octubre 3 de 1963, pág. 5

base de planes de desarrollo elaborados con carácter sectorial, nacional, regional o multinacional. Dicha cooperación debería tener de preferencia un carácter multilateral en cuanto a que sus condiciones de plazos e intereses fuesen compatibles con las exigencias del desarrollo; - La ayuda externa debería orientarse más al desarrollo de programas que de proyectos específicos. Los organismos financieros internacionales debían acometer activamente una revisión de su política de créditos a fin de ampliar su campo de operaciones. Por otra parte, Colombia respaldó la creación del Grupo de los 77, calificado por el canciller Gómez Martínez como "sindicalismo internacional". Era clara la ampliación negociadora que tal mecanismo ofrecería. El gobierno colombiano respaldó las resoluciones de la Conferencia en torno a la necesidad de garantizar mejores términos de inter: cambio para los productos de los países en desarrollo y el crecimiento de sus exportaciones. A pesar de iniciativas y esfuerzos, el doctor Álvaro Herrán Medina, en discurso leído el 13 de octubre de 1965 ante la XX Asamblea General de la ONU, denunciaba con claridad la inoperancia de todas las decisiones tomadas en Ginebra el año anterior 28. 4.2.4 En la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio En aparente contradicción con las posiciones asumidas en la OEA, el gobierno de Valencia, continuando la actuación de su

28. Ver Memorias del Ministerio de Relaciones Exteriores, Bogotá, Imprenta Nacional, 1966, págs. 10 y ss.

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antecesor, le dio particular importancia a la concreción de las posibilidades de integración al interior de la ALALC. Desde la reunión del II período de sesiones de la Conferencia de las Partes Contratantes del Tratado de Montevideo, en agosto de 1962, hasta la Reunión de Cancilleres de la ALALC, celebrada en Montevideo, a finales de 1965, Colombia mantuvo una presencia permanente destacando delegaciones especializadas para todas y cada una de las reuniones sectoriales de la Asociación, en busca de mejores condiciones de exportación e importación para la industria colombiana. Las industrias del vidrio, petroquímica y de transportes, entre otras, se vieron favorecidas por las resoluciones adoptadas en las correspondientes reuniones del sector. De manera particular, la Comisión sobre Política Comercial y Bancos Centrales o similares, presidida por el ministro de Fomento de Colombia, Marco Álzate Avendaño, y reunida en Bogotá en abril de 1963 buscó, bajo la iniciativa colombiana, ventilar políticas comerciales y de financiamiento de exportaciones. El objetivo fundamental, como puede deducirse, estaba vinculado a la necesidad de fortalecimiento del sector externo de la economía colombiana. En la búsqueda de tal objetivo, Colombia presentó una iniciativa para conseguir que el BID financiara las exportaciones de los países latinoamericanos pues, desde la perspectiva del gobierno nacional, la falta de un mecanismo financiero para tal efecto estaba frustrando posibilidades de producción y comercio de bienes. Una segunda propuesta colombiana se encaminaba al examen de posibilidades de armonización de los sistemas tarifarios y los tratamientos exteriores vi-

gentes, teniendo en cuenta la conveniencia de adoptar gravámenes homogéneos en los aranceles nacionales. Finalmente, Colombia sugirió la conformación de un grupo especial de trabajo que permitiera a todos los países de la ALALC asumir posiciones conjuntas en la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo29. En noviembre de 1965 los cancilleres de los países miembros de la ALALC se reunieron en Montevideo, Los acuerdos finales de sus deliberaciones se dieron alrededor de aspectos como: estructura institucional; programa de liberación del intercambio intrazonal; financia-miento de estudios de preinversión; transporte; regulación del tránsito de personas y programa de difusión y promoción de la ALALC. Colombia, cuya delegación estuvo presidida por el entonces Canciller Castor Jaramillo Arrubla, fue designada para integrar la Comisión Asesora de Desarrollo Industrial. El gobierno colombiano aprovechó, tanto la I Reunión de Cancilleres como la V Conferencia de la Asociación, realizadas simultáneamente, para insistir en su tesis de que la primera etapa de la integración económica latinoamericana debía consistir en una política de inversiones multilaterales, con el propósito de desarrollar los sectores básicos y dinámicos a nivel subregional. Un segundo proyecto importante, presentado e impulsado por la delegación colombiana, fue el llamado de "concesiones estacionales" que consistía, en síntesis, en la posibilidad de que los países hicieran concesiones temporales para algunos productos, aprovechando la diversidad de

29. Ver Memorias del período y diario El Tiempo, abril de 1963.

períodos estacionales de las cosechas30. La búsqueda colombiana de mejores perspectivas para la crítica situación económica que vivía el país, parece hablarnos de cierta línea pragmática paralela y no contradictoria con la línea político-ideológica de acercamiento a los Estados Unidos. 4.3 Integración fronteriza: entre la tradición retórica y la novedosa concreción. Aunque los discursos integracionistas y reivindicadores del sueño bolivariano están tan presentes en esta administración como en cualquier otra a lo largo de nuestra historia, el presente numeral no hará énfasis en ello pues, como se afirmó desde un comienzo, el interés no está en lo conocido sino justamente en lo contrario. Recuperaremos entonces los lineamientos de las relaciones colombo-venezolanas y colombo-ecuatorianas, a partir de los logros más concretos que se consiguieron en unas y otras. 4.3.1 Integración venezolana

colombo-

Con el objeto de estudiar las relaciones comerciales colombovenezolanas, la administración Valencia designó, en junio de 1963, la Junta Preparatoria de la Comisión Mixta ColomboVenezolana, encabezada por el entonces Ministro de Agricultura, Virgilio Barco. Dicha Junta, reunida en Caracas con la Comisión designada por el gobierno venezolano, aparte de sugerir medidas que garantizaran el mejor trato a los trabajadores temporales de frontera y la prevención

30. Memorias, op. cit., págs. 52 y ss.

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de la delincuencia en las zonas binacionales, urgió por la mejora de los sistemas de cooperación técnica y coordinación de las campañas para la erradicación de la malaria. La gestión de cooperación financiera internacional se hacía indispensable para adelantar los programas de desarrollo complementario en las zonas comunes, con la perspectiva del mejor aprovechamiento de recursos complementarios. Contraviniendo la tradición, la visita realizada por el presidente Valencia al Táchira y San Cristóbal, arrojó diversos resultados concretos y positivos para el proceso de integración que se venía impulsando. De un lado, el acuerdo bilateral para adherir al Tratado Tripartito para la Prohibición de Pruebas Nucleares, firmado por Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS. En segundo lugar, el Acta de San Cristóbal, que se constituyó en la explicitación de una "alianza económica colombovenezolana"31. ... La ejecución de un plan conjunto de desarrollo económico para Venezuela y Colombia, es una idea impresionantemente atractiva... Tal conjunto económico puede contar con suficientes recursos para adelantar programas, tanto de rápida industrialización como de modernización del sector agrícola... La oportunidad de estudio que permita establecer un programa de coordinación económica, es excepcional en el momento actual... En el desánimo actual de América Latina, el programa puede aportar los nuevos bríos que se necesitan. Venezuela... está dando un paso ejemplar que daría renovado impulso a la Alianza para el Progreso, que en la hora presente se ve obstaculizada en su desarrollo real. La integración entre dos 31. Ver El Tiempo, agosto 8 de 1963, pág.4.

países bien puede desarrollarse dentro de una política de integración continental,..32.

Finalmente y en desarrollo de los acuerdos de San Cristóbal y Táchira, Colombia y Venezuela adelantaron conjuntamente las gestiones indispensables en la búsqueda de la asistencia técnica y financiera del BID para la iniciación de trabajos de la Comisión Técnica Mixta de Integración Económica de la Zona Fronteriza ColomboVenezolana. La misión nombrada por el BID desarrolló sus labores de asesoría entre noviembre de 1963 y junio de 1964, y sus recomendaciones giraron alrededor de tres puntos fundamentales: establecimiento de un mecanismo permanente de consulta encargado de la coordinación de programas conjuntos; desarrollo de programas de transporte, cuencas hidrográficas, riego y asentamientos campesinos, desarrollo industrial, colonización y reforma agraria; y realización de un programa de proyectos viales33. Para 1965 la Comisión Mixta de Integración ColomboVenezolana continuaba su trabajo, concretando posibilidades y condiciones del desarrollo de los proyectos de integración en tanto que, de manera efectiva, las relaciones comerciales entre los dos países se intensificaban34. 4.3.2 Integración ColomboEcuatoriana Menos intensas pero más novedosas, las relaciones fronterizas entre Colombia y

32. Ver Memorias del Ministerio de Relaciones Exteriores, Bogotá, Imprenta Nacional. 1964, págs. 14 y ss. 33. Memorias, op. cit., págs. 410, 411 y 412. 34. Ver Anexos. Memorando a la Comisión Mixta de Integración ColomboVenezolana.

Ecuador son impulsadas oficialmente por la administración Valencia con la promulgación en marzo de 1963 de los Acuerdos de Cooperación Técnica, Económica e Industrial, gestionados desde la anterior administración, pero ratificados e impulsados por ésta. El Acuerdo General de Cooperación Técnica, Económica e Industrial buscaba como objetivos fundamentales, el acercamiento de los respectivos actores industriales en la perspectiva de elevar al máximo sus niveles de crecimiento; el impulso de la formación de empresas privadas de carácter binacional, para el abastecimiento de sus mercados y la expansión progresiva de sus exportaciones; y la colaboración recíproca en la realización de obras públicas en la zona fronteriza, buscando la consolidación de infraestructura. No es difícil observar que los objetivos del Acuerdo se movían dentro de los parámetros básicos del Tratado de Montevideo. La Comisión Permanente de Integración Fronteriza ColomboEcuatoriana, designada en septiembre de 1962 y organizada en grupos de trabajo durante 1963, se reunió en pleno durante el mes de julio de 1964 aprobando, entre otros muchos elementos, el Estudio de un Programa de Desarrollo Integrado de las Zonas Fronterizas ColomboEcuatorianas. Con tal fin, los gobiernos de los dos países adelantaron, a mediados de 1965, gestiones ante el BID, en busca de la asignación de una comisión técnica asesora. Justamente con el fin de estudiar los resultados del trabajo de tal Comisión, se llevó a cabo la Tercera Reunión de la Comisión Mixta Permanente de Integración Económica Colombo-Ecuatoriana en enero de 1966, que decidió la ejecución de dichos proyectos

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en un plazo máximo de cinco años y el establecimiento de un régimen institucional de integración35. Así, pues, aunque ni siquiera hoy podríamos hablar de una política de fronteras firme, coherente y decidida, sería necesario, por lo que parece, matizar aquellas afirmaciones según las cuales, la historia de una política de fronteras en Colombia apenas en los últimos años comienza a escribirse. 5. UNA TAREA POR CONTINUAR... En un esfuerzo de síntesis que no es concluyente, sería posible articular la gestión internacional de la administración Guillermo León Valencia, alrededor de algunos ejes fundamentales: - El gobierno de Valencia, moviéndose en los parámetros de la guerra fría en el contexto internacional; de la revolución cubana y la Alianza para el Progreso en el contexto hemisférico; y de una profunda y persistente crisis económica, aunada a graves tensiones políticas, desarrolla una gestión internacional cuyos criterios fundamentales son, consecuentemente, el anticomunismo, el multilateralismo y el

impulso fronterizo;

al

desarrollo

La actuación de Colombia en foros políticos y económicos internacionales buscará, sin entrar en contradicción con los criterios orientadores, mantener un difícil equilibrio entre la subordinación político-ideológica a la causa de las "democracias libres" del Oeste, y la búsqueda de nuevos y más amplios espacios de integración económica y mejoramiento de las relaciones de comercio internacional, y La gestión fronteriza del gobierno de Valencia, avanzó de manera significativa en la consecución de objetivos de integración, sin perder de vista las ventajas que ello acarrearía en la perspectiva de mejorar las condiciones de la economía nacional. Evidentemente, los elementos aquí considerados no agotan, de ninguna manera, todas las posibilidades a considerar en la tarea de reconstruir este período de la historia de la actuación colombiana en el exterior. La cuenta de ganancias, pérdidas, continuidades y rupturas en la política exterior de Colombia está aún por elaborar.

BIBLIOGRAFÍA

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35. Ver Anexos. Acta de Rumichaca. Memorias del Ministerio de Relaciones Exteriores, Bogotá, Imprenta Nacional, 1966.

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posiciones extremas y alejando cada día más el deseo de reconciliación nacional. Para comprender mejor la complejidad de la presente coyuntura, es necesario hacer un recuento histórico de los principales hechos vinculados al devenir nicaragüense. 1933-1979: Intervencionismo y dictadura somocista

Sección: Política Mundial

Nicaragua: Triunfo de la Democracia o de la Guerra de Baja Intensidad José Luis Ramírez León* Alejandro Valencia Villa**

* Investigador del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes. ** Investigador del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes.

"El domingo pasado no hubo en Nicaragua una victoria de la democracia. La victoria fue de la violencia y la lección fue la de que la violencia es provechosa. Tras más de una década de haber sido desangrados por un enemigo poderoso e implacable -Estados Unidos- la mayoría de los nicaragüenses escogieron el realismo, por encima del nacionalismo y dijeron basta". Alexander Cockburn, "En Nicaragua ganó el terrorismo y no la democracia", The Wall Street Journal. Nicaragua está atravesando en la actualidad por un difícil momento, luego de la transición democrática que siguió al triunfo de la Unión Nacional Opositora -UNO-, en las pasadas elecciones del mes de febrero. La nueva presidenta, Violeta de Chamorro, se enfrenta así a una serie de dilemas de tipo político y económico que deben ser resueltos a corto y mediano plazo, como condición indispensable para dar al gobierno la estabilidad institucional que necesita. De otra forma, Nicaragua puede debatirse nuevamente entre la rivalidad de fuerzas polarizadas que impidan llevar a cabo los urgentes e inaplazables cambios, agudizando así las

Para este período, es necesario comenzar por considerar el antecedente de las intervenciones militares llevadas a cabo por Estados Unidos en Nicaragua, hasta los años treinta. En este sentido, se debe anotar que "a diferencia de otros países centroamericanos, donde la intervención del poder hegemónico se daba gracias a intereses básicamente económicos, la intervención en Nicaragua obedeció básicamente a intereses geopolíticos dada la situación estratégica del país y especialmente debido a su condición canalera"1. No obstante, en el período anterior a 1933, los Estados Unidos pudieron "ejercer en forma monopólica, o cuasi monopólica, su dominación económica"2. De esta forma la injerencia norteamericana sobre el país centroamericano venía desde mucho tiempo atrás e iba a marcar los acontecimientos futuros en forma determinante. En 1933 se da el retiro de las tropas de ocupación, y en 1934

1. Ana María Bejarano, "Nicaragua 1945-1986", Documento de Trabajo, Pág. 1. Bogotá, 1986. 2. Amaru Barahona Portocarrero, "Breve estudio sobre la historia contemporánea de Nicaragua", en América Latina: Historia de medio siglo, Tomo I I , Pág '382. Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. México, 1984.

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es asesinado Augusto César Sandino, instaurándose un régimen dictatorial pronorteamericano, que tendrá su consolidación final en 1937, cuando el jefe de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza García, asume el poder mediante un golpe de Estado. De ahí en adelante Nicaragua se convierte en "amigo" incondicional de Estados Unidos, con la consecuente corrupción de la familia Somoza, en el poder, y un sustento económico basado en la producción esencialmente cafetalera. Para los años cincuenta se da una considerable expansión económica con diversificación de productos, en especial hacia el algodón, la caña de azúcar y la ganadería. Pero "en este país, como en el resto de Centroamérica, el modelo de crecimiento económico adoptó un carácter concentrador y exclúyeme (...) la familia Somoza se convirtió durante la década de los cincuenta en el primer grupo empresarial de Centroamérica, con la peculiaridad de haber sido construido a través del aparato estatal, de las políticas públicas, de la ayuda internacional y de la explotación de los trabajadores nicaragüenses"3. Luego del asesinato del dictador, lo sucede Luis Somoza, y a la muerte de este (1967) llega al poder Anastasio Somoza Debayle, quien continuó el manejo de los asuntos del país dentro de un claro esquema de perpetuación de lo iniciado por su padre. "Tacho" Somoza sustentó su poder en el mantenimiento del control sobre la Guardia Nacional, de la que fue jefe hasta su ascenso a la presidencia, y al mismo tiempo en el dominio económico derivado de la posesión de los mayores monopolios del país.

3. Ana María Bejarano, Op. Cit. Pág. 2.

Pero el descontento generado por el despótico manejo que la familia gobernante le dio al Estado, la injusta situación social que afectaba a la inmensa mayoría de la población nicaragüense, y los desmanes cometidos por la Guardia Nacional, llevaron a la conformación de grupos armados opositores, en especial luego de la experiencia cubana. "EL FSLN -Frente Sandinista de Liberación Nacional, movimiento surgido a comienzos de la década del 60, bajo la influencia inmediata de la primera época de la revolución cubana, ha estado compuesto, desde sus inicios, por representantes radicalizados de las capas medias urbanas"4. En esencia las reivindicaciones del Frente Sandinista, van a ser de carácter eminentemente nacionalista y anti-imperialista. Para comienzos de los setenta, se presentó un hecho de indudable trascendencia para este país. En 1972 un terremoto destruyó gran parte de Managua y la ayuda internacional, que se brindó con el ánimo de reconstruir la capital, fue aprovechada por el dictador para su beneficio personal. Este hecho genera una gran reacción popular, que sería reprimida por la Guardia Nacional, hecho que favoreció las pretensiones del Frente Sandinista que se vio así fortalecido con nuevos adherentes. "Desde enero de 1974, hasta 1977, la dictadura tortura, asesina y comete múltiples actos de barbarie a efecto de lograr un terror paralizante del movimiento popular en todas sus manifestaciones. A la cruel represión se unen las condiciones de vida del pueblo, debido a la inflación, la congela-

4. Amaru Barahona. Op. Cit. Pág. 401.

ción de salarios desocupación"5.

y

la

En este período de levantamiento relativo de la población, el bloque opositor se veía fortalecido por otra serie de actores sociales, entre los cuales se encontraban representantes de la burguesía nicaragüense que está cansada del manejo excluyente que Somoza le da a los asuntos económicos. Se creó así la Unión Democrática de Liberación -UDEL-, que será liderada por Pedro Joaquín Chamorro. La muerte de este carismático periodista, en 1978, por orden de Somoza, fue el detonante de la ofensiva final del FSLN, que condujo a la caída de la dictadura en julio de 1979 y a la asunción del poder por un Gobierno Provisional, del que hacen parte: Violeta de Chamorro (Viuda de Pedro Joaquín Chamorro); Sergio Ramírez (Miembro del "Grupo de los Doce"); Daniel Ortega (Comandante del FSLN); Moisés Hassan (del Movimiento Pueblo Unido), y Alfonso Róbelo (Industrial representativo del capital antisomocista). 1979-1989: Afianzamiento Sandinista y contrarrevolución La Junta de Gobierno va a disolverse para 1980. Los sectores que en ella representaban a la vieja burguesía antisomocista, doña Violeta de Chamorro y Alfonso Róbelo, se separaron de la misma denunciando un manejo autoritario y marxista de parte de los demás miembros, y en particular del FSLN. Desde este momento en adelante, se comenzó a estructurar el proyecto político sandinista, representado en el

5. Mario Salazar Valiente, "Nicaragua: Los años últimos", en América Latina: Historia de medio siglo, Op. Cit. Pág. 406.

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ideal de "un nuevo Estado y un nuevo régimen de gobierno. Un Estado de las mayorías dirigido por un equipo gubernamental dispuesto a hacer realidad un proyecto en el que el sujeto histórico central es el pueblo". Dentro de este proyecto político "tiene un espacio la burguesía. Espacio en lo político, en lo económico y en lo ideológico"6. Así mismo, en el esquema adoptado se garantizaba el pluralismo político, una política exterior de no alineamiento y como hecho importante un régimen de economía mixta en el cual tenía cabida el capital privado nacional, y algunas empresas con capital extranjero, dentro de parámetros definidos por el gobierno. Poco después, la nueva administración norteamericana de Ronald Reagan, daría inicio a su nueva política hacia Centroamérica y el Caribe, potenciando las tensiones bipolares, dentro del esquema de contener la intromisión marxista en su área de influencia. Con este concepto se dio inicio a una "guerra de baja intensidad". Inicialmente, se daría el bloqueo económico, con el cierre al crédito externo, y trabas al comercio con Estados Unidos y el minado de puertos nicaragüenses. Simultáneamente comenzaría a darse apoyo a los grupos opositores legales así como a la oposición armada, representada por la Contra, que desde entonces fue dotada militarmente y financiada por el gobierno norteamericano.

difícil y de extrema complejidad. Para comenzar, es prudente recordar que no sólo la guerra se ha ensañado contra este país centroamericano. Los desastres naturales también han sido una constante, que ha arrojado cuantiosas pérdidas humanas y económicas, como en el caso del terremoto de 1972, que significó destrucciones físicas por un valor cercano a la mitad del Producto Interno Bruto de un año, y el paso del huracán Joan en 1988, que representó para la maltrecha economía nicaragüense una proporción igual a la del terremoto de los setenta. Para 1980, y con la terminación de la guerra antisomocista, el país presentaba un balance bastante desolador. "Más de cincuenta mil muertos, pérdidas físicas por 500 millones de dólares y 900 más descapitalizados: era un país en quiebra"7. De ahí en adelante vendría la guerra para sostener el proyecto político-económico sandinista, en la que se enfrentó a la Contra. Este nuevo enfrentamiento en el primer "quinquenio ha provocado 54 mil víctimas y ha provocado 12 mil millones de dólares en pérdidas"8. Los costos de esta guerra se han visto en especial en los indicadores económicos. Por ejemplo, el PIB se redujo para 1988 en un -9%. "Este que era de 2.576 millones de dólares en 1980 se redujo a 2.442 en 1988 (...) esto significa que en su conjunto el producto cayó y se sitúa por debajo de los niveles máximos alcanzados históricamente"9.Es interesante observar

Situación Económica Para poder hacer una evaluación realista de lo acontecido en estos diez años, es necesario partir de la base de una situación 6. Ibid. Pág. 416.

7. "Nicaragua: los dilemas en el año del décimo aniversario", en Coyuntura Centroamericana, Pág. 2, Año 2, Número 12. CIDE, México. 8. Ibid. Pág. 17. 9. Ibid, Pág. 16.

cómo este declinar se da a partir de 1984, pues durante los primeros años de la revolución hubo un crecimiento del mismo. Es así como "en los últimos cinco años (1983-1988) se ha verificado una brusca contracción del producto por persona, particularmente durante 1988".En cuanto al salario real, este "se ha contraído entre 1980 y 1987 en un 93%" 10. Sin lugar a dudas, a pesar de la crítica situación económica actual, esta fue más llevadera hasta 1985, debido a la ejecución de una política de seguridad social y los subsidios otorgados por el Estado. Pero a partir de ese año se produjo un drástico desmonte de lo anterior, con el ánimo de frenar la inflación, lo que condujo a una considerable disminución en Los servicios de salud, educación y por supuesto en el sistema de subsidios. A manera de balance se podría concluir que "un aspecto absolutamente claro es que para muchos la realidad de un país históricamente pobre se trocó en una realidad en la cual campea el espectro de las privaciones elementales"11. Situación Política La racionalidad aplicada por la administración Reagan para armar a la Contra, se basó en una serie de contradictorios argumentos que, por su carácter etéreo, hacían bastante compleja la comprobación de los mismos. "A Nicaragua se le hace responsable principal de los conflictos en el área. Ello es no sólo falso sino también peligroso porque supone eludir la solución a las causas estructurales que generan los conflictos de cada

10. Ibid. Págs. 16 y 1 7 . 11. Ibid. Pág. 17.

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los conflictos en cada país, particularmente en El Salvador y Guatemala"12. De igual forma, y atendiendo a los parámetros de revitalización de la guerra fría en el área centroamericana, se esgrimió permanentemente el argumento de la intromisión soviética en la región. "Tanto Gorbachov en Washington, como el principal negociador de armamentos soviéticos en París Víctor Karpov sostuvieron que la URSS suspendería los envíos militares a Nicaragua si los Estados Unidos dejaban de financiar a la Contra. Reagan no respondió"13. Por último, los recientes hechos acaecidos en Nicaragua terminaron por legitimar la posición soviética de que no existió un interés de crear una "segunda Cuba" en Centroamérica. Lo que sí se hizo patente en todo momento, es que el principal factor de desestabilización lo representaron los Estados Unidos a través de su política de intervencionismo durante los diez años de revolución. En este sentido, frente a la derrota de la Guardia Nacional de Somoza, "es claro que su rearticulación y subsistencia bajo la forma de contra se posibilitaron solo debido a la intervención de la. administración Reagan"14. Para el año de 1984, la Junta Sandinista, con Daniel Ortega como comandante, convocó a unas elecciones generales, a las que no se presentó la oposición por considerar que no existían

12. "Nicaragua: el costo de la guerra", en Coyuntura Centroamericana, Pág. 14, Año 1, Números 4 y 5. CIDE, México. 13. Ibíd. Pág. 14. 14. "Nicaragua: a nueve años de la revo lución los desafíos continúan", en Coyun tura Centroamericana, Pág. 1 1 , Año 1, Número 9. CIDE, México.

garantías mínimas. A pesar de estas afirmaciones, el grupo de observadores internacionales que acudió a las mismas no encontró motivos para impugnarlas debido a fraude. Más adelante, en 1986, se aprobó una nueva constitución para el país, reafirmando los principios rectores de la revolución en cuanto a su carácter pluralista, no alineamiento y economía mixta. Infortunadamente el carácter de guerra permanente llevó al gobierno a dictar una serie de normas de excepción dentro de las cuales se contemplaba la restricción de ciertas garantías individuales y al mismo tiempo se dio el cierre del diario La Prensa, por considerarlo vinculado a sectores enemigos del gobierno. Esta medida, que fue ampliamente cuestionada a nivel interno e internacional, llevó a un observador a afirmar: "Estuve de acuerdo con Violeta de Chamorro en que el cierre de La Prensa era un error. Fuera de cualquier otra cosa, era evidente, por los artículos prohibidos que estaban clavados en la puerta principal que, debido a que La Prensa desafiaba y presentaba argumentos, era el mejor periódico del país"15. Pero a pesar del recrudecimiento de las acciones de la contra y las consecuentes restricciones de las libertades públicas, el proceso de pacificación iniciado por el Grupo de Contadora, como respuesta regional al conflicto centroamericano, y los acuerdos de Esquipulas II y Sapoa, llevaron poco a poco a la seguridad de que la salida negociada sería una realidad. En este sentido 1989 fue un año de indudable trascendencia para el logro 15. Salman Rushdie, La sonrisa del jaguar, Pág. 145. Editorial Vanguardia, Managua. 1989.

de la paz concertada en el área. En febrero, mediante los acuerdos de "Costa del Sol", el presidente Ortega anunció el adelanto de las elecciones para febrero de 1990. Simultáneamente se solicitó, por parte del gobierno nicaragüense, la presencia de observadores internacionales de la ONU y la OEA. En agosto, tras la cumbre de Tela, los acontecimientos fueron más favorables para aclimatar la paz, en la medida en que se dieron las bases para la desmovilización de la contra. Para el mes de septiembre el escenario político estaba compuesto por una gran variedad de actores. De un lado se encontraba la "oposición interna", constituida por "un mosaico de individuos y agrupaciones caracterizadas por su división interna"16. La articulación del grupo sólo pudo darse tras la unidad de catorce de los partidos opositores, dentro de la Unión Nacional Opositora UNO-, y bajo la figura de doña Violeta de Chamorro. De esta heterogénea fuerza hicieron parte desde sectores de la extrema derecha, vinculados a la contra, hasta el Partido Comunista. La que había quedado definitivamente por fuera del juego era la contra, como opción política, ya que sin lugar a dudas no tenía nada que ofrecer "salvo depredación y horror". Con actores definidos para la contienda democrática, ya el gobierno había dictado una amplia ley electoral con el ánimo de garantizar de la mejor forma el proceso político. Dentro de las medidas se encontraba la constitución de un Consejo Supremo Electoral, compuesto por un miembro del FSLN, un miembro de la oposición y un tercer miembro elegido por los 16. "Nicaragua: Los dilemas en el año del décimo aniversario", Op. Cit. Pág. 18.

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dos representantes. De esta manera se dio la posibilidad de que se inscribieran nuevos partidos, que para su constitución sólo requerían de un trámite sencillo. En la ley electoral se preveía una amplia cobertura de información a través de los medios de comunicación, y el acceso de los partidos opositores a los canales de televisión de propiedad estatal. De igual forma el Estado dio financiación a todos los partidos políticos, así como se aceptó la ayuda externa, pero mediante el lleno de una serie de requisitos que buscaban evitar una exagerada injerencia extranjera. Por demás se estableció el concepto de derecho a las minorías mediante la creación de Consejos Regionales Autónomos, especialmente para la zona de la Costa Atlántica. Y por último, se incluyó la participación de los observadores internacionales. Así las cosas, Nicaragua se alistó para la realización de las elecciones del 25 de febrero, en las cuales un potencial electoral de un millón setecientas mil personas, votarían por los representantes de 21 partidos legalmente inscritos, aunque las posibilidades reales se encontraban polarizadas entre el partido gobernante, el FSLN, y la UNO. 1990: Elecciones y transición democrática "Presidente: Usted nos prometió en noviembre de 1984 gallo pinto y dignidad. Voté por el FSLN. He comido seis años dignidad, ¿dónde está el gallo pinto?" La anterior pregunta de una maestra a Daniel Ortega en 1989, sintetiza los resultados de la jornada del 25 de febrero, donde la dignidad nicaragüense perdió las elecciones a causa de la guerra y del hambre.

Los nicaragüenses buscaban la paz y una paz sin hambre; no querían seguir padeciendo las penalidades de la guerra y de la zozobra económica. El conflicto armado estaba desangrando al país con más de 55.000 muertos y produjo en 1988 una inflación superior al 30.000%. De esta manera, la permanencia en el poder del FSLN representaba la continuidad de la guerra y el bloqueo económico. Los sandinistas acabaron con la poliomielitis y redujeron las otras enfermedades, vacunaron a la población entera y disminuyeron la mortalidad infantil, de tal manera que ahora viven uno de cada tres de los niños que antes morían a poco de asomarse al mundo. Los sandinistas alfabetizaron por primera vez en su historia a la población y no sólo a la de lengua española, alfabetizaron en lenguas indígenas y en inglés a cincuenta mil personas; este era un país de analfabetos y ahora uno de cada tres nicaragüenses está estudiando. Los sandinistas desde la caída de Somoza, repartieron más tierras que todos los demás países centroamericanos juntos, a través de una reforma agraria prudente pero verdadera, que se ha limitado a expropiar las tierras que no producen y las que pertenecían a la dinastía reinante; entregaron cerca de dos millones de hectáreas a cien mil familias. Los sandinistas le entregaron a su pueblo una nueva Constitución, cuyo anteproyecto fue discutido por más de cien mil nicaragüenses17 Sin embargo, la violencia del hambre y de la guerra impuesta desde afuera, pudo más que la

17. Eduardo Galeano, "'Defensa de Nicaragua", en Revista Foro, No. 2, Bogotá, Febrero de 1987, p. 6.

erradicación de la poliomielitis, la alfabetización, la reforma agraria y la nueva Constitución. La UNO ofrecía acabar con la guerra y el FSLN aparecía como responsable de ella. Las elecciones del 25 de febrero han sido las más democráticas en América Latina, las más observadas en el mundo entero, y son un ejemplo de civilización para todos nosotros. Los nicaragüenses eligieron un nuevo presidente, 92 diputados de la Asamblea Nacional y 835 concejales de 131 alcaldías. Contra todo pronóstico, Doña Violeta Barrios de Chamorro ganó las elecciones presidenciales y la Asamblea Nacional quedó integrada por 51 miembros de la UNO (12 de tres corrientes liberales, 12 de los socialcristianos de derecha, 11 de cinco corrientes conservadoras, 8 de los socialdemócratas, 6 del partido comunista y del partido socialista y 1 del partido integracionista de América Central), 39 miembros del FSLN, 1 del movimiento de unidad revolucionaria MUR, y 1 del partido social cristiano PSC. La UNO obtuvo el 54.7% de los votos, porcentaje que le impide obtener por sí sola la mayoría parlamentaria de 2/3 para reformar la constitución. El modelo jurídico de la ley electoral, la adecuada integración de las juntas receptoras de votos, las precisas facultades de los fiscales o representantes de los partidos políticos, la ejemplar conducta de la policía electoral, el amplio horario de votación, el pedagógico diseño de las boletas electorales, el civismo de los nicaragüenses en el acto de la votación y la voluntad de los miembros de las juntas en el escrutinio, son claros ejemplos del éxito del proceso electoral y de la madurez del pueblo nicaragüense.

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Tanto a la UNO como al FSLN le quedan cruciales asuntos por resolver. ¿Podrá la UNO gobernar en una frágil coalición y ante una economía en crisis? ¿Podrá el FSLN fortalecerse en el ejercicio de una oposición democrática cuando está construida sobre el ejército más numeroso de Centroamérica que triunfó por las armas pero que fue derrotado en las urnas? El FSLN con su lema de "gobernar desde abajo", quiere mantener una actitud constructiva hacia el nuevo gobierno, siempre y cuando se respeten los logros de la revolución. El Frente pretende defender sus conquistas en el plano político, social y económico como son conservar las garantías que establece la Constitución, sostener la integridad y el profesionalismo del Ejército Popular Sandinista y del Ministerio del Interior, no desmantelar los beneficios sociales de protección a las madres de soldados caídos, huérfanos y lisiados de la guerra; y propugnar para que no se revierta el proceso de reforma agraria, ni la adjudicación de lotes a los pobladores urbanos, así como la nacionalización de la banca, los recursos naturales y las empresas estatales. La UNO plantea establecer una economía de mercado y privatización de los medios de producción; modificar la Constitución especialmente en lo relativo a las fuerzas armadas, policía, poder electoral y poder judicial; revisar la reforma agraria, promulgar una nueva legislación laboral, suprimir la ley de los medios de comunicación y abolir el sistema único de salud para establecer un seguro social autónomo. Alfredo César, resume así el proyecto económico: "La reactivación económica tiene tres vectores. El primero, como medida de emergencia durante

primeros 100 días de gobierno, abatir la inflación, ajustes fiscales, monetarios, un conjunto de medidas para estimular la producción. El segundo vector es el agropecuario, a partir del ciclo agrícola que se inicia en abril y con programas sostenidos de desarrollo agrícola y pecuario estaremos basando la recuperación de los índices económicos anteriores a la revolución. El tercero, la modernización del aparato económico con reformas de carácter industrial, es de largo plazo -cuando hayamos caminado de tres a cuatro años de recuperación económica- y sería concebido como un proyecto compartido por todas las fuerzas políticas del país para que pudiera continuarse independientemente de quien gane el gobierno"18 Los

Perspectivas Desde la posesión de doña Violeta Barrios de Chamorro, los diferentes actores de la realidad política y social nicaragüense se han jugado la carta de la civilidad y el pragmatismo. No obstante, se han presentado serias dificultades que auguran una prolongación de la crisis. El Frente Sandinista entregó el poder negociando ciertas condiciones con el nuevo gobierno, que le otorgan un papel protagónico en el manejo del Estado. Sin embargo, su fuerte cohesión cimentada en una estructura militar, hace pensar que, en el caso de profundizarse las fisuras con la administración de doña Violeta, puedan desestabilizar el endeble proceso de reconciliación nacional. Por el momento, el FSLN evalúa el programa de gobierno, participa según sus intereses y 18. José Zaldúa, "No me sorprendió el triunfo", en Pensamiento Propio, No. 68, Managua, Marzo de 1990 p. 20.

critica las medidas que considera contrarias a sus objetivos. Este juego puede conducir a dos posibles alternativas: que se amplíen los espacios de convergencia con la administración entrante, o que el FSLN se constituya en una "espada de Damocles" para la paz nicaragüense. La UNO, prácticamente se desintegró desde la posesión de doña Violeta Barrios de Chamorro debido —entre otras—, a las tendencias separatistas encabezadas por el Vicepresidente Virgilio Godoy, quien exige una mayor desvinculación política del Frente Sandinista del manejo del Estado. Con un partido de gobierno atomizado, la mandataria nicaragüense afronta serias dificultades para sacar adelante las iniciativas propuestas durante su campaña, máxime con las presiones ejercidas tanto por el FSLN como por la Contra. En últimas, el gobierno no tiene mayorías consolidadas, y se halla en una delicada intersección de intereses encontrados, de la que difícilmente saldrá beneficiado el pueblo nicaragüense. La Contra ha buscado, mediante diferentes formas de presión, una mayor capacidad negociadora. Aunque la desmovilización parece ser un hecho, con la supervisión de la ONU y la OEA, el proceso se está desarrollando en forma lenta. De todas maneras, como esta organización ha incumplido reiteradamente los acuerdos suscritos, queda en duda su real voluntad de pacificación. De hecho, cualquier acuerdo entre el FSLN y doña Violeta Barrios de Chamorro, puede eventualmente obstaculizar el proceso de desarme. Por último, la contribución internacional en favor de encontrar una salida a la crisis, no ha sido satisfactoria. Las

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Inversiones que se hicieron para financiar una década de guerra, por parte de Estados Unidos, no se compensan con la ayuda ofrecida para reconstruir al país. De hecho, la atención mundial se dirige cada vez más hacia la apertura de los países de Europa del Este y

hacia la consolidación de la Comunidad Económica Europea, circunstancias que han desfavorecido los programas de ayuda económica al Tercer Mundo. En el ámbito regional, en América Latina se están impulsando procesos de concertación política e intergra-

ción económica, pero la magnitud de los propios problemas limita una eficaz participación en el proceso de pacificación de Centroamérica. Los actores nacionales e internacionales tienen la palabra sobre el destino incierto de Nicaragua.

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Sección: Documentos

Palabras del señor Presidente de la República, Virgilio Barco, ante el Parlamento Europeo

Es un honor hablar en nombre del pueblo de Colombia ante el Parlamento que representa a las Naciones que han enriquecido los valores y los ideales de una civilización que compartimos y queremos preservar. Ustedes conocen de los esfuerzos y logros de Colombia para defender esos principios amenazados por el narcotráfico y sus acciones terroristas. También saben que Luis Carlos Galán Sarmiento, quien era el más sobresaliente precandidato del partido de gobierno a la Presidencia de la República, el 18 de agosto de 1989 fue víctima de un atentado narcoterrorista cuando se estaba iniciando la campaña electoral. El llegó a convertirse en un símbolo de la lucha por los valores democráticos. Bernardo Jaramillo Ossa, candidato presidencial de la Unión Patriótica, vilmente asesinado hace menos de quince días, también estuvo a la vanguardia de esos valores de la civilización política. Deploré profundamente su muerte a manos de los enemigos de la democracia y del Estado de Derecho. Ante ustedes, quiero rendirle un sentido homenaje a estos hombres públicos, en quienes siempre admiré su valor, el vigor de sus ideas progresistas y su compromiso con el pluralismo democrático. Desde cuando tomé posesión de la Presidencia de la República, exalté a la Unión Patriótica, partido dedicado a promover ideas de izquierda pero sin utilizar las armas. Ustedes saben que, reconociendo los costos políticos que tendría, adopté decisiones severas para mantener esa actitud del Gobierno, una de las cuales fue aceptarle la renuncia al anterior Ministro de Gobierno. La Transformación Europea: Un Nuevo Mundo Desde Latinoamérica seguimos con vivo interés el desarrollo de los acontecimientos que están transfor-

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mando aceleradamente la vida europea. Las ambiciosas metas que se fijó esta Comunidad y, particularmente, la idea del mercado único europeo, han sido no solamente un factor de dinamismo interno sino que han desatado fuerzas de cambio y modernización en el resto del mundo. A nadie se le escapa que los significativos sucesos que han venido transformando la Europa Socialista tienen algo que ver, si no mucho, con el formidable desafío planteado por el proyecto de integración más significativo de que se tenga noticia. América Latina no es ajena a las repercusiones resultantes de este esquema integrador y en nuestro continente también se están operando cambios radicales. En vísperas de 1992, estamos como hace 500 años, frente a un Nuevo Mundo. Pero en esta ocasión, todos somos protagonistas de una renovación cuyo alcance desborda nuestra propia capacidad de imaginación. Una nueva era Más que declararme perplejo o receloso ante un fenómeno de introversión europea, creo que está surgiendo un mundo mucho más abierto. Es un nuevo mundo, en el cual hay mayor conciencia de las responsabilidades conjuntas que ricos y pobres, que norte y sur, tenemos que asumir. Es un nuevo mundo, en el cual la sociedad internacional de hecho está más integrada, y tiene sentido de solidaridad. Existe, cada vez más, un entendimiento creciente de que tenemos un destino común, de que no hay cómo crear fortalezas inexpugnables que nos aíslen del progreso o nos preserven de los sinsabores y de las angustias que traen la pobreza, el atraso, el armamentismo y el crimen organizado. La Nueva Agenda Internacional No sólo estamos viviendo el capítulo final de la guerra fría, sino el comienzo de una nueva era. El viejo conflicto ideológico Este-Oeste está cediendo aceleradamente el paso a una nueva agenda internacional que, en buena hora, se propone afrontar problemas quizás mucho más fundamentales, tales como: la preservación del planeta Tierra, la promoción de la democracia y de las libertades que le son propias, la urgencia de erradicar las formas absolutas y, por ello, irritantes de la pobreza. Una pobreza que nos empobrece a todos. La pobreza que todavía persiste, y de qué manera, en tantas regiones del mundo, nos ofende y es por sí sola una denuncia de nuestra incapacidad para llevar los bienes básicos y elementales del progreso a toda la humanidad como lo exige el repertorio de valores humanistas que decimos profesar.

Es entonces cuando temas como el del armamentismo mundial, como el de la deuda, como el del equilibrio en los términos de intercambio comercial, como el de la justicia internacional, adquieren una estremecedora vigencia. Nos acercamos al fin de este milenio, no con los temores apocalípticos convencionales, sino con la esperanza cierta de que tenemos la tecnología, de que contamos con los recursos y de que estamos inspirados por los ideales y valores que tienen que asegurar una pronta transformación social y económica. El mundo está marcado aún hoy por tantas diferencias, agobiado por tantas injusticias que deben ser superadas si es que va a haber coherencia entre lo que decimos, lo que queremos y lo que somos capaces de hacer. Solidaridad y Co-Responsabilidad Veo con esperanza que las formas de confrontación entre Este-Oeste, entre Norte-Sur, entre ricos y pobres, entre productores de materias primas y transformadores de las mismas, van cediendo el terreno a un clima de comprensión y solidaridad. Se está comprendiendo que existe una co-responsabilidad entre los países desarrollados y los países en desarrollo en la solución de los problemas de la nueva agenda internacional. Con imaginación y realismo tenemos que evaluar las lecciones del pasado. Con base en ellas, debemos proyectar los nuevos esquemas del futuro que le den impulso a esfuerzos ya existentes, pero que para alcanzar plena marcha, requieren de mayor compromiso. América Latina: Una Región-Oportunidad Desde la orilla latinoamericana los dirigentes tenemos el deber de encontrar oportunidades en el Nuevo Mundo que con miras a 1992, se está descubriendo en la Europa Comunitaria y en el que se está desenvolviendo en Europa del Este. América Latina no puede perder el tiempo tratando de descifrar, si por fin es una prelación para Europa o para los Estados Unidos. América Latina tiene que constituirse en realidad económica de tal manera que cuente por su propia importancia, por lo que significa, por la diferencia que hace tratar o no tratar con ella. América Latina es cada día más consciente de que tiene que convertirse en una región-oportunidad. Los gastados ideologismos están siendo sustituidos por un pragmatismo, ojalá iluminado, que debe estar orientado a llevar sin demora los beneficios del progreso

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hasta los sectores menos favorecidos. Mientras las necesidades básicas estén insatisfechas, no tendremos tranquilidad para construir sociedades prósperas. Pacto de Solidaridad Norte-Sur: Una convergencia constructiva Las expectativas de paz y progreso que los nuevos acontecimientos anuncian deben servir de base para el Pacto de Solidaridad que tiene que abrirse paso entre el Norte y el Sur. Pacto de Solidaridad que es la expresión real y concreta de una co-responsabilidad bien entendida. Solamente así vamos a asegurar que la nueva agenda internacional-democracia, deuda, droga, deforestación, demografía, derechos humanos, desarrollo social y económico- en lugar de ser una nueva fuente de conflictos entre el Norte y el Sur, sea la oportunidad para una convergencia de intereses, para una convergencia de aspiraciones, para una convergencia de constructivas acciones. Colombia: Un caso ejemplar Creo que es apenas apropiado que señale lo que ha sido el desempeño ejemplar de Colombia frente a los temas que integran la nueva agenda internacional.

consistente. Colombia ha impulsado con vigor y convicción una política que hace de los indígenas los guardianes de la selva tropical y les reconoce una voz en la tarea de diseñar las normas para su uso adecuado. Durante mi administración, se han constituido 80 resguardos indígenas, cuya superficie es equivalente a la extensión territorial de Bélgica, Holanda y Luxemburgo juntos. Es algo más de todo lo que se había logrado realizar en este campo desde antes de nuestra Independencia hasta 1985. Estoy muy complacido porque esa política ha merecido el elogio y la admiración de las organizaciones no gubernamentales especializadas en el tema. Más de seis millones de hectáreas adicionales están siendo preservadas por el sistema de Parques Nacionales. En total, el área de la más rica y exuberante selva tropical que está siendo protegida se acerca a los 26 millones de hectáreas. Esta extensión es más o menos equivalente a la de los bosques destruidos en el país en los últimos tres decenios. Demografía

Deuda Colombia no solamente manejó una política sensata de endeudamiento externo, sino que, con muchos sacrificios, ha venido pagando tanto el principal como los intereses. Es un caso realmente excepcional. Es más, está sufriendo, no sólo por el incumplimiento de los beneficiarios de los préstamos que ella misma otorgó sino, ahora, por la liquidación del Banco EuropaAmérica Latina. No obstante presiones internas y circunstancias difíciles que reclamaban una política diferente, Colombia ha mantenido su cumplimiento de los compromisos internacionales adquiridos. Con todo, la obtención de nuevos recursos, ¡quién lo creyera!, se ha hecho cada vez más difícil para Colombia y no obstante, Colombia fue el único país en América Latina que recibió nuevos préstamos durante 1989. Confiamos en que, en el inmediato futuro, gestiones similares no vayan a encontrar tantos tropiezos. Deforestación En cuanto al problema de deforestación, la justificada preocupación mundial por los problemas del medio ambiente y, en particular, por la protección de la selva tropical, ha sido atendida en Colombia con una política

El control de la natalidad y la promoción de la mujer han cambiado sustancialmente las características demográficas de mi país. Colombia ha pasado de ser uno de los países con más altas tasas de crecimiento demográfico a ser un país con una tasa del 2.6%. Este resultado ha sido alcanzado debido a la actitud responsable asumida por las mujeres colombianas y a una política discreta y consistente impulsada por sucesivas administraciones, con la mayor consideración por los derechos humanos de los interesados. La mujer ha entrado a participar plenamente en todos los sectores de la vida colombiana. Me enorgullezco de contar con cuatro mujeres en un Gabinete de trece ministros. En la matrícula universitaria son ya una parte mayoritaria. La investigación y la docencia, en todos los niveles, encuentran en ellas un significativo soporte. La administración de justicia, la banca y buena parte de los medios de comunicación están atendidos por la mujer colombiana, eficientemente y en algunos casos hasta el sacrificio. Diría que su lugar en nuestra sociedad ya no es objeto de discusión, y si me tomo el trabajo de hacer este señalamiento es porque pienso que en esta materia sobresalimos y está bien que ello se sepa. Desarrollo Social y Económico Sin duda esos cambios demográficos han impulsado el desarrollo social y económico. Pero también existen

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reiterados testimonios por parte de las más respetables agencias internacionales que reconocen que Colombia durante las últimas tres décadas y algo más, ha mantenido políticas serias y responsables de desarrollo económico. Ellas no solamente han impulsado el crecimiento, sino que han llevado a una mejor distribución del ingreso y de los beneficios del progreso.

completamente el perfil de nuestros ingresos en moneda extranjera. El Gobierno ha puesto en marcha un proceso gradual y selectivo de apertura de la economía, con lo cual se crean mejores oportunidades de generación de riqueza y empleo, y se crean los incentivos para una modernización de nuestro sector productivo.

He concentrado mis esfuerzos en orientar los programas de desarrollo social en beneficio de los sectores menos favorecidos de las regiones más pobres del país. Por ello, los programas de Erradicación de la Pobreza Absoluta, el Plan Nacional de Rehabilitación, los Hogares de Bienestar Infantil, entre otros, han merecido reconocimiento de las agencias internacionales especializadas.

Un Puente Terrestre Interoceánico

Para mencionar tan sólo un ejemplo, quiero subrayar que Colombia, según cifras recientes del Banco Interamericano de Desarrollo, fue uno de los cinco países latinoamericanos que logró mayor avance en su índice de bienestar social y económico y, ello, a partir de la década pasada. No puedo dejar de mencionar la situación de discriminación en que han sido colocadas las flores colombianas que ingresan a las Comunidades Europeas. Como es bien sabido, las flores colombianas son las únicas que pagan arancel. Esta injusta situación debe ser examinada con un espíritu de equidad por parte de las autoridades de la Comunidad. También, de acuerdo con la filosofía de que Europa se convierta en un mercado abierto, sería conveniente eliminar las restricciones nacionales internas para el comercio del banano. Igualmente debo agradecer el apoyo de la Comunidad Europea al Pacto Internacional del Café, cuyo colapso ha causado grave daño a los países cafeteros en momentos que son difíciles, por diversas circunstancias, en cada uno de ellos. Sería importante que ese apoyo también comprendiera rebajas a los aranceles e impuestos internos actualmente aplicados al café.

En las Naciones Unidas, personalmente presenté una propuesta que no sólo mejorará la infraestructura en Colombia sino que facilita el comercio internacional. Ella consiste en construir un Puente Terrestre Interoceánico. El Puente Terrestre Interoceánico conectaría dos superpuertos ubicados uno en el Golfo de Cupica, en el Pacífico' y el otro en el Golfo de Urabá, sobre el Atlántico. Se vincularían así las economías del Pacífico y las del Atlántico y Colombia quedaría integrada plenamente a las nuevas corrientes del progreso mundial. Mi propuesta de construir el Puente Terrestre Interoceánico Colombiano, busca no solamente devolverle a mi patria su dimensión como un país que también pertenece al Pacífico, sino que ofrece características excepcionales para el movimiento de carga entre los centros principales del comercio internacional, por ejemplo, entre el Lejano Oriente y Europa. Colombia pasaría a ser así una nación de todos los mares y de todos los continentes. Este proyecto, con toda su infraestructura complementaria impulsará, además, el desarrollo agrícola, minero, piscícola, forestal e industrial de una zona de influencia estratégica. Sea esta la oportunidad de expresar mi aprecio por el interés que diversos gobiernos han manifestado por esta iniciativa. Algunos de ellos ya están haciendo inversiones significativas en estudios de prefactibilidad. Democracia

Sea esta también la ocasión de registrar, complacido, el sustancial incremento de la inversión europea en Colombia, la cual es notoria en los sectores petrolero e industrial. Al lado de la promoción social y política, los grandes proyectos de construcción de infraestructura han formado parte de mis preocupaciones. La carretera que sigue el piedemonte en la parte oriental de Colombia abre para la agricultura miles de hectáreas que van a fortalecer aún más nuestra vocación agrícola. Las grandes inversiones en el sector del petróleo, del carbón y de la minería están recuperando para Colombia su condición de país minero y transformando

Me he propuesto perfeccionar y profundizar los procesos democráticos. Del sistema de organización del Gobierno mediante el cual se repartía el poder entre los dos partidos mayoritarios, el liberal y el conservador, se retornó a uno donde la responsabilidad ya no es compartida. Ahora el partido que gane las elecciones asume la responsabilidad de gobernar conforme al mandato recibido en las urnas, y los partidos perdedores deben ejercer la oposición, sin que por ello sean excluidos de la Administración Pública. Es lo que en Colombia hemos denominado el esquema Gobierno-Oposición, que no es nada diferente al jue-

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go democrático y pluralista, competitivo, libre y abierto. El sistema anterior, denominado Frente Nacional, fue valioso y eficaz en su momento, pero quizás se prorrogó más allá de lo necesario y de lo previsto, lo cual acumuló tensiones sociales y proporcionó excusas para las fuerzas extra-parlamentarias de oposición. La elección popular de alcaldes que se realizó por primera vez en 1988, la regulación del referéndum y de la iniciativa popular en los municipios, la creación de un mecanismo popular para qué los partidos seleccionen su candidato a la Presidencia de la República, el manejo equilibrado de la información en la televisión, la cual es administrada por un consejo en el cual el Gobierno es minoría, la participación de los usuarios en el manejo de los servicios públicos y en la administración del Plan Nacional de Rehabilitación, son tan solo algunos ejemplos significativos de una democracia, vieja de muchos años, más que centenaria, que busca avanzar y modernizarse en sus procedimientos y costumbres.

Droga En cuanto a las drogas, Colombia está agobiada por un fenómeno de demanda que ella no creó, y por un nuevo estilo de violencia y terrorismo que se alimenta en ganancias extravagantes y en el tráfico internacional de armamentos y en el experticio, también internacional, en tácticas terroristas. Colombia ha sido la víctima de un tráfico criminal que por su naturaleza, sus dimensiones, sus métodos, ha puesto en grave peligro nuestros valores tradicionales y democráticos. La solidaridad internacional en la lucha que venimos librando, es no solamente justa y necesaria, sino oportuna. También es la expresión del reconocimiento de que estamos frente a un grave problema de naturaleza global que requiere estrategias también globales. Es lo que está ya en marcha como resultado de los acuerdos de la Cumbre del Arco de Julio de 1989, del reciente Acuerdo de Cartagena, de la Sesión Especial de las Naciones Unidas y de la Cumbre Mundial Ministerial en Londres, sobre la reducción de la demanda. Todo esto reafirma la voluntad de los países europeos de comprometerse como un todo en esta lucha global. Las manifestaciones del Parlamento Europeo y, en general, de los diversos organismos de la Comunidad en favor de Colombia, han sido bien apreciadas y me complace estar aquí para expresar personalmente nuestra gratitud. En la Cumbre de Cartagena se dio un gran paso en la lucha contra el narcotráfico. En ella se acordó un marco general de acción, el cual comprende, no sólo

acciones policivas, sino además económicas y políticas. También se llegó a compromisos concretos, cuya puesta en marcha debe ser acelerada, tal como lo dijimos en la declaración tripartita de Brasilia, el pasado 15 de marzo, los tres Presidentes Latinoamericanos que participamos en la Cumbre de Cartagena. El Acuerdo de Cartagena está orientado por lineamientos generales que sería conveniente fueran acogidos por los países europeos. También es importante que se comprenda la situación de Bolivia y de Perú, y que se los ayude a sustituir una economía dependiente del cultivo de la coca, por una economía sana, dinámica y diversificada.

Derechos Humanos Las diversas formas de terrorismo, así como el narcoterrorismo, han generado un problema de derechos humanos en Colombia que no se compadece ni con nuestra tradición democrática ni con nuestras firmes convicciones humanitarias. Estamos del lado de los derechos humanos y sobre ello no puede haber duda alguna. Nos identificamos plenamente con quienes luchan por promoverlos, defenderlos y protegerlos. No compartimos los silencios selectivos que pasan por alto lo que hay de inédito en la situación que hemos vivido y la manera como los derechos humanos son violados por guerrilleros, terroristas y narcotraficantes. Organizaciones no gubernamentales -como Amnistía Internacional y América's Watch—en buena hora han ampliado su perspectiva sobre los responsables de la violación de los derechos humanos. Lo cual me complace mucho porque al ampliar su visión, será más eficaz la necesaria acción internacional en defensa de la vida y la libertad, la igualdad y la dignidad. No negamos que ciertos grupos han logrado contaminar algunos elementos de la Fuerza Pública, en buena parte debido a que el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada Nacional colaboran con la Policía en operativos para afrontar problemas de orden público interno. Pero, con vigor y firmeza, el Gobierno y las Fuerzas Militares y de Policía han prescindido de los funcionarios o de los oficiales que han faltado a su deber, o han iniciado investigaciones en su contra. Sobre lo que no le puede caber duda a este Parlamento y a quienes luchan por la vigencia de los derechos humanos, es sobre nuestra identidad total con sus ideales. Pocas veces se ha hecho tanto no sólo por promover la cultura de los derechos humanos sino, además, por hacer más eficaces los mecanismos para su protección como lo que se ha logrado durante mi gobierno. Pero también les puedo decir que jamás un gobierno ha tenido que afrontar mayores desafíos a la vigencia de los derechos humanos.

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Programa Especial de Cooperación con Colombia No debo abusar de la generosa atención que ustedes me han dispensado. No quiero extenderme en el análisis de estos temas. Permítanme que una vez más subraye que estamos entrando en una época de convergencia en la cual conceptos como los de co-responsabilidad, cooperación, integración y solidaridad van a dominar el discurso político. En esta perspectiva, hemos encontrado en los organismos comunitarios apoyo al Programa Especial de Cooperación presentado por mi Gobierno y esperamos que se pueda concretar en acciones específicas como lo ha anunciado la Comisión de las Comunidades en una comunicación dirigida al Consejo. Las relaciones entre las Comunidades Europeas y América Latina, y, Colombia en particular, deben girar en torno a estrategias que busquen un mayor crecimiento económico. Ese propósito debe basarse en el vigoroso desarrollo de las relaciones entre nuestros sectores productivos, los cuales, en último término, son los que están en capacidad de traducir en acciones con-

cretas los esfuerzos de aproximación que unos y otros hemos venido propiciando. Un Camino a la Esperanza Quienes ejercemos ahora el mandato otorgado por nuestros ciudadanos, quienes van a asumir ese mandato próximamente, tenemos, todos, la responsabilidad histórica de señalar un camino de esperanza y el deber de conducir por ese sendero el destino de nuestros pueblos. El nacimiento de nuevas democracias europeas, y también la consolidación de las democracias de América Latina, nos llenan de optimismo. Para que esto se logre, nuestra voluntad política debe ser clara, contundente y firme. Así lo quiero, así lo propongo ante esta ilustre Asamblea. A eso he dedicado y dedicaré lo que resta de mi mandato y de mi vida pública. Estrasburgo, 4 de abril de 1990

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Protocolo de Managua sobre el Desarme*

Dentro del espíritu de la Declaración de Managua, suscrito el 4 de mayo del corriente año, la resistencia, el gobierno de Nicaragua y su eminencia reverendísima cardenal Miguel Obando y Bravo, a través del presente documento acuerdan: 1. Agilizar el cumplimiento de lo contemplado sobre el "compromiso de garantizar la integridad física y moral de todos y cada uno de los combatientes de la resistencia nicaragüense, sus familiares y a la población civil que les acompaña", de la manera siguiente: a. Traslado inmediato de enfermos graves para que reciban la atención médica indispensable en los hospitales del país. b. Traslado inmediato de inválidos y lisiados de guerra para ser atendidos en forma especializada en Managua. c. Crear una comisión compuesta por el gobierno nacional, resistencia nicaragüense, CIAV-ONU y su eminencia reverendísima cardenal Miguel Obando y Bravo para que viaje a Honduras y Costa Rica, con el propósito de que realice una investigación exhaustiva de las condiciones de vida de los familiares de la resistencia, y aplique medidas de emergencia que solucionen los problemas que se detecten. d. Se insta a la resistencia para que presente de inmediato la lista de viudas y huérfanos, con el propósito de que el INSSBI los incluya en su presupuesto y gocen de las pensiones mensuales a que tienen derecho.

* Este Acuerdo constituye la culminación de un proceso de negociaciones y es el fundamento de la actual desmovilización de la contra nicaragüense.

2. Se establece de común acuerdo entre las partes el polo de desarrollo descrito en el documento anexo sobre los polos, conocido como "El Almendro", sobre la base

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de la propuesta presentada por el gobierno. Se inicia a partir de la fecha una serie de acciones necesarias para su implementación e instalación de los desmovilizados en los polos. 3. El gobierno de Nicaragua se compromete a prestar una ayuda económica mínima a cada desmovilizado. 4. Crear en lo inmediato la policía de orden interno con participación de los ex-combatientes de la resistencia con el objeto fundamental de garantizar la vida e integridad física de los ciudadanos que vivan en los polos. Asimismo se establece el propósito de que estos policías pasen a formar parte de las estructuras del Ministerio de Gobernación. Asimismo se solicitará a la ONU o a un país amigo asesoría técnica para la formación profesional de la policía. 5. Crear las condiciones de seguridad en las zonas desmilitarizadas; para este efecto se considera necesario: a. Gestionar la ampliación del mandato de las fuerzas de seguridad de la ONUCA. b. Que el gobierno complemente la asistencia al desmovilizado que sale de la zona de seguridad.

9. Se ratifica la Declaración de Managua, en todos y cada uno de sus puntos, haciéndose énfasis particular mente en lo que se refiere al hecho de que la resistencia pueda convertirse en partido político, hecho que le permitirá su plena inserción en la vida política de este país. 10. En cumplimiento del Acuerdo de Toncontín y su adendum, la resistencia ratifica su compromiso de su desmovilización y desarme a más tardar el día diez de junio de mil novecientos noventa. Para tal efecto la resistencia se compromete a desmovilizar un mínimo de cien combatientes por día y por zona a partir de esta fecha. Asimismo, en honor al día de las madres se desmovilizará una cantidad considerable de combatientes de la resistencia nicaragüense. Dado en la ciudad de Managua, a los treinta días del mes de mayo de mil novecientos noventa. Violeta Barrios de Chamorro Presidenta de la República

c. Desmilitarizar la zona de conflicto.

Israel Galeano Comandante "Franklyn"

d. Continuar recogiendo las armas en manos de civiles en las zonas de conflictos.

Miguel Obando y Bravo Cardenal de Nicaragua

6. Garantizar la seguridad de los ex-combatientes que se desmovilizan y salen de las zonas de seguridad y que se radican en los polos; asimismo se mantiene la opción para aquellos que deseen regresar a su lugar de origen. Queda entendido que el que así lo haga asume los riesgos como cualquier otro ciudadano.

II. ACUERDO PARA EL ESTABLECIMIENTO DE POLOS DE DESARROLLO ENTRE EL GOBIERNO Y LA RESISTENCIA NICARAGÜENSE:

7. El gobierno se compromete a nombrar a un representante de los desmovilizados que la resistencia recomiende en los ministerios que tengan que ver con los ex-combatientes y sus familiares, a saber: salud, reforma agraria, trabajo y otros, así como también dos miembros en el Consejo de Dirección del Instituto Nicaragüense de Repatriación. 8. El gobierno de Nicaragua se compromete a dar participación en el gobierno local, es decir, dentro del polo, a los ex-combatientes de la resistencia que se hayan radicado en los polos. Asimismo, los ex-combatientes que regresen a su lugar de origen recibirán de parte de las estructuras del Estado el apoyo necesario para su inserción a la vida civil.

Entendemos por polo de desarrollo a una unidad de producción definida para beneficio de los miembros de la comunidad y del país que sirva como centro de servicios y desarrollos de la región adyacente, por medio de proyectos individuales y/o colectivos, el que debe contar con las siguientes estructuras básicas: Área municipal: escuelas, bodegas, servicios de agua potable y luz eléctrica, hospitales, calles y caminos; áreas de viviendas para los pobladores del polo o centros de desarrollo; parcela de propiedad privada para cultivos y ganadería de subsistencia; un área comunal y un área de proyectos para beneficios de todos los miembros de la comunidad. Los miembros de la resistencia nicaragüense TEXTO ILEGIBLE desmovilicen y sus familiares tendrán derecho a ser beneficiados por los programas que se implementen en los polos de desarrollo delimitados al efecto.

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De conformidad con el programa de gobierno y las leyes vigentes se dará prioridad a los miembros desmovilizados de la resistencia y sus familiares, en la devolución o indemnización de sus propiedades, bienes muebles e inmuebles, que hayan sido confiscados, intervenidos o invadidos de hecho. Para tal fin y para iniciar el proceso de ubicación de los desmovilizados se crearán uno o más polos de desarrollo en el área geográfica comprendida entre los siguientes puntos: 1) San Ubaldo, 2) Acoyapa, 3) Santo Tomás, 4) Vía Sandino, 5) Muhán, 6) La Gateada, 7) muelles de los bueyes, 8) Ciudad Rama, 9) Río Rama, 10)Río Kukra, 11) Miramar, 12) Monkey Point, 13) Punta Gorda, 14) Barra de San Juan, 15) Río San Juan, 16) Mojón No. 2, 17) Mojón No. 12, 18) Mojón No. 13, 19) Mojón No. 14, 20) San Carlos, 21) San Miguelito, 22) Morrito, 23-1) San Ubaldo, a excepción de la reserva forestal del sureste y del Proyecto sí-APaz. Además se podrán establecer polos de desarrollo en el área geográfica comprendida entre Río Blanco, San Pedro del Norte, Siuna y Waslala, en la región norte del país. Se crea una comisión tripartita entre el INRA, IRENA y la RN, coordinadas por el Instituto de Pepatriación, para especificar con mayor precisión la ubicación de los polos; además se implementarán los planes de desarrollo que hagan posible la incorporación de los desmovilizados a la vida ciudadana. Una vez instalados y organizados legalmente en los diferentes polos de desarrollo los miembros de la comunidad tendrán derecho a títulos de propiedad urbana y rural de sus parcelas y acceso al aprovechamiento de los bosques, aguas y otros re-

cursos existentes de conformidad con las leyes y regulaciones vigentes de Nicaragua. Los miembros de la RN y sus familiares podrán así mismo ubicarse en otros puntos geográficos del país definidos por el gobierno, con otros planes de desarrollo, gozando en lo posible de similares beneficios. Firmamos el presente acuerdo en la ciudad de Managua a los treinta días del mes de mayo de mil novecientos noventa. Gobierno nicaragüense Dr. Roberto Ferrey Instituto Nicaragüense de Repatriación Dr. Gustavo Tablada Instituto Nicaragüense de Reforma Agraria Resistencia Nicaragüense Cte. Oscar Sobalvarro (Rubén) Cte. Miguel Ángel Soza (Emiliano) Cte. Aquilino Ruiz (Minita) Cte. Adolfo Somoza Reyes (Mano de piedra)

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