Colombia Internacional No. 44

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PRESENTACIÓN

Tenemos el gusto de presentar a nuestros lectores esta edición especial de Colombia Internacional, dedicada exclusivamente al tema de las relaciones entre la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la Unión Europea (UE). Esta publicación es el resultado del seminario-taller sobre el mismo tema llevado a cabo el 31 de julio de 1998 en la ciudad de Quito, Ecuador, dentro del marco del proyecto sobre las relaciones externas de la CAN, que actualmente adelanta la Secretaría General de ese organismo. Este proyecto se ha desarrollado como resultado del Protocolo de Sucre de 1997, en el cual se estableció la necesidad de definir una política externa común de los países andinos que incluya una estrategia orientada a la profundización de la integración andina con otros esquemas de integración, a nivel intra y extrahemisférico. El taller fue dirigido por el doctor Edgar Moncayo Jiménez, coordinador del proyecto en mención, con la participación de un grupo escogido de personas representantes de cada uno de los países andinos. El esquema de discusión del seminario partió de la presentación oral de la visión europea de la integración andina expuesta por el doctor Jaime Cavanillas, Embajador y Jefe de la Delegación de la Comisión Europea para Colombia y Ecuador, así como de la presentación de un documento preparado por el economista Fernando Mena, quien también tuvo la labor de realizar el informe final del seminario. A partir de estas exposiciones se desarrolló una rueda de debate y discusión, cuya transcripción no incluimos en la presente edición, pero cuyos puntos fundamentales se resumen en el informe del seminario. Como insumo al debate sobre las relaciones entre la UE y la CAN, publicamos también un artículo de la investigadora del CEI, Diana Pardo, quien sitúa las relaciones entre la UE y la CAN dentro del contexto de la evolución histórica de las relaciones de Europa y América Latina, y nos ofrece una reflexión sobre los principales temas de la agenda entre estos dos bloques. El Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes ha querido difundir el contenido del seminario organizado por la Secretaría General de la Comunidad Andina, por considerar de suma importancia el tema de las relaciones entre la Unión Europea y la Comunidad Andina. Esperamos que esta edición especial de Colombia Internacional sea del agrado de nuestros lectores.

Centro de Estudios Internacionales


LA VISIÓN EUROPEA DEL PROCESO DE INTEGRACIÓN ANDINO

Jaime Cavanillas'

En primer lugar quisiera agradecerle al doctor Edgar Moncayo por su invitación a participar en este taller. Quisiera hablarles de las relaciones de la Unión Europea y la Comunidad Andina, pero como pienso que ya realmente se han vertido auténticos torrentes de tinta sobre todo el pasado, la evolución histórica y la similitud entre estos dos bloques, creo que es mejor que me concentre, en una breve introducción, sobre la visión de futuro que tenemos de la cooperación en términos de productos y de las áreas prioritarias que han sido identificadas por la Unión Europea y en las cuales se concentrará normalmente el apoyo europeo al proceso de integración andina. Esta introducción es, a la vez, un resumen de lo que voy a desarrollar más adelante. Lo que voy a decirles refleja la visión europea, que puede no siempre ser la correcta, y que está sujeta a correcciones. En Europa se piensa, en primer lugar, que con una población de unos 107 millones de habitantes y un PIB de US$ 266.000 millones -son cifras de 1997- que la Comunidad Andina constituye el segundo bloque económico del continente americano, después del Mercosur. Los cinco países que constituyen

esta entidad geopolítica, comparten una serie de elementos comunes, entre ellos la práctica estrechamente consolidada del juego democrático, lo cual para nosotros en la Unión Europea, como ustedes saben, es un elemento fundamental. Este tema se introduce en todos los convenios, tratados y acuerdos que se vienen celebrando de segunda, tercera y cuarta generación. En efecto, todos los convenios empienzan con una cláusula democrática que es esencial, y que realmente tiene que encontrarse en todas nuestras relaciones con los países. Es entonces un elemento que resaltamos como de gran importancia y lo consideramos como consolidado en la Comunidad Andina. Aparte de este juego democrático, vemos un potencial de recursos naturales y biogenéticos inexplotados, aunque también se presenta una serie de elementos diferenciadores, tanto inter como intranacionales. La región es un mosaico de pueblos y de culturas, entre los cuales un denominador común está representado por grandes disparidades en la distribución de la riqueza, y esto desgraciadamente es un denominador común que encontramos prácticamente

* Embajador de la Delegación Europea para Colombia y Ecuador hasta noviembre de 1998.


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en todos los países de la Comunidad Andina. Los países andinos han venido desarrollando desde hace ya tiempo un intenso diálogo intrarregional sobre temas de interés común, tales como cuestiones de seguridad, droga, energía y medio ambiente. El elemento tal vez más avanzado de la integración andina es el de los intercambios comerciales debido en gran medida a la introducción en 1969 del Pacto Andino, modelo de integración inspirado en el ejemplo europeo. En los últimos cinco años las cifras de los intercambios comerciales interregionales han aumentado en más de un 500%, lo cual refleja un dinamismo pocas veces visto en cualquier región del mundo. Consideramos que Europa también es un socio económico de gran importancia para la región andina, ya que ocupa globalmente un segundo lugar, después de Estados Unidos, en términos de intercambios comerciales, así como de inversiones. Ambas regiones han desarrollado a través de los años un instrumento de diálogo en áreas de comercio, desarrollo, diálogo político y narcotráfico. Es evidente, por lo tanto, que la Comunidad Andina se ha constituido en uno de los interlocutores esenciales de la Unión Europea, sobre el cual se basan en gran medida el conjunto y su estrategia política y económica con respecto al subcontinente latinoamericano. En vista de lo antes dicho, la Unión Europea se propondría concentrar su futura cooperación regional en una serie de elementos o áreas prioritarias que estimamos pueden aportar un elevado valor agregado en materia de apoyo a la in-

tegración y a la óptima utilización de los recursos y estas áreas serían las siguientes: La primera es el apoyo a la construcción de la Comunidad Andina, tanto en lo que se refiere a su aspecto institucional como al de la definición y ejecución de políticas sectoriales de integración. La segunda es el apoyo al desarrollo económico de la región. Una mejor utilización de los acuerdos y concesiones comerciales, reforzamiento o consolidación de las infraestructuras de transporte y comunicaciones y, si nos lo permiten, tratar de aportar soluciones a los focos de tensión fronteriza. La tercera área prioritaria sería la del apoyo a una óptima gestión de los recursos naturales, mediante transferencia de know-how de tecnología, aproximación de legislaciones nacionales y ejecución de planes de acción concretos. Son orientaciones que están siendo ahora, precisamente, aprobadas por el Consejo Europeo, y que normalmente serían aplicables a partir de 1999. Sin embargo, veremos a lo largo de estos minutos que tenemos ya una serie de acciones que se están ejecutando en la actualidad, como es el caso por ejemplo de la explotación racional de los recursos naturales, un programa que está ya implementándose en Ecuador, bajo el nombre de Petramax, el cual consiste en la protección y óptima explotación de los recursos petroleros en la cuenca amazónica, con una especial atención a la protección del entorno y del medio ambiente. Éste es un programa muy importante y que puede considerarse como un programa piloto para ser aplicado en otros países. Todos sabemos que


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la cuenca amazónica representa prácticamente un 30% de la superficie de la Comunidad Andina y que hay recursos naturales inexplotados; por lo tanto, este tipo de programas como el Petramax deberían empezar a adelantarse en otros países de la región. En cuarto lugar, o cuarta prioridad y no por ser la cuarta es la última, está la problemática de la droga. La cooperación en esta área se concentrará en la ejecución de las recomendaciones derivadas del diálogo especializado que se está realizando actualmente. Tenía aquí algunos datos geográficos, humanos y económicos, que ustedes de sobra conocen pero quisiera mencionar algunos de ellos, porque a nosotros como europeos nos llama profundamente la atención y los cito, un poco sin orden ni concierto, porque están en la base de nuestras consideraciones para llegar a las áreas prioritarias de cooperación para los años 1999 en adelante. Existe una serie de características comunes a los países andinos, como son la cordillera Andina y la cuenca amazónica, pero también con diferencias entre los países atlánticos, países pacíficos; vemos desde el exterior que la población andina consta de una gran diversidad de pueblos y de culturas, pero esto no es negativo, sino positivo; nosotros pensamos que una de las fuerzas de la unidad europea está precisamente en su diversidad, y en ningún momento se ha intentado acabar con eso. Se ha buscado un mayor acercamiento entre la gente, en cuanto a los niveles de vida entre los ciudadanos de los siete países que componen la Unidad Europea, pero hay en todo lo demás un estricto respeto. Yo di-

ría que hay un apoyo a las políticas y presupuestos de la Unión Europea que están dirigidos y concentrados en preservar y fomentar las diversidades culturales de los pueblos que componen la Unión Europea. Creo que sería importante señalarlo porque en ningún caso debe tratarse de homogeneizar un conjunto de naciones que tienen una riqueza de cultura y de tradiciones propias. La Comunidad Andina tiene un crecimiento demográfico de aproximadamente un promedio del 2% anual. Observamos también un fenómeno de urbanización importante: prácticamente un 70% de la población de la Comunidad Andina vive en ciudades, y observamos con una gran preocupación por ejemplo el fenómeno del abandono del campo, en un país como Colombia que es de una gran riqueza agrícola, yo diría casi única por la diversidad climatológica que permite esa variedad de producción. Y ahora estamos observando con gran asombro, cómo Colombia está en ciertos momentos importando arroz, azúcar y bananos. Son cosas que preocupan y alarman, y que son atribuibles, en cierta medida, al fenómeno de la violencia, aunque hay otros factores estructurales, que van mucho más allá del fenómeno conyuntural. Este fenómeno de la aglomeración de la población en las ciudades es común para todos los países andinos. Europa, en cambio, tiene una muy baja densidad de población: 52 habitantes/km2, lo cual es una cifra muy baja. La Comunidad Andina cuenta con un gran potencial de biodiversidad. Un 40% de los recursos hídricos de todo el continente o de todo el subcontinente, y


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todos los recursos oceánicos, inexplotados e inexplorados. Posee igualmente unos recursos del subsuelo muy importantes; en efecto, la Comunidad Andina cuenta con el 50% de los recursos del subcontinente de América Latina en las áreas de petróleo, gas y carbón, y un 10% de los recursos de cobre. Desde el punto de vista económico, vemos que la Comunidad Andina representa el segundo bloque económico después de Mercosur y representa 1/3 de su población total y 1/3 de su PIB. Obviamente Estados Unidos sigue siendo el principal socio de la Comunidad Andina, con un volumen de intercambios comerciales que es más o menos el triple de lo que es el volumen con la Unión Europea. Además, en los últimos años, los intercambios comerciales de la Comunidad Andina con la Unión Europea arrojan un excedente favorable a Europa, debido fundamentalmente a las necesidades recientes de reestructuración y modernización de las economías de la región andina. Un problema que es común en todo el continente y se ve en forma muy aguda en la Comunidad Andina, es esto de la asimetría dentro de estos intercambios comerciales, pues un 90% o más de los productos de exportación europeos son terminados con un altísimo valor agregado, mientras que en el caso de la Comunidad Andina oscila entre un 21 a un 23%, nada más y el resto todo es materia prima con muy poco valor agregado. Observamos con cierto asombro este crecimiento del comercio interandino de más de 300% en los últimos 5 años, y en términos de inversión, aun cuando las inversiones norteamericanas siguen

estando por delante de las inversiones europeas. Hay un dato que he encontrado interesante y hoy quiero señalar y es que la acumulación de inversiones europeas en los últimos 4 años, hablo del 93-97, se ha multiplicado por 30, y creo que esto es importante, porque hablamos ahora de tendencias, de curvas y de fechas de crecimiento. Eso es lo que me permitiría señalar en cuanto a los datos que manejamos, y sobre los cuales basamos un poco nuestras conclusiones y nuestras recomendaciones de acciones futuras, en la dinámica andina, encontramos una serie de elementos de convergencia y también algunas fuerzas centrífugas, y me voy a referir a ellas, rápidamente si me lo permiten. En las áreas de convergencia, las principales que vemos son las siguientes: en primer lugar la integración regional, quiero decir la Comunidad Andina, y observamos que desde 1969, con la creación del Pacto Andino, los países andinos persiguen un mismo proyecto o modelo de integración. Todos sabemos que a través de un sinnúmero de ajustes iniciales en los objetivos como en la composición del grupo, Venezuela formalizó su ingreso en el año 73, Chile, que era inicialmente parte del Pacto Andino, salió de él en el año 77 y observamos que los principales resultados de la integración andina se han concretado en los años 90, en los temas de carácter económico comercial, con la constitución de una zona de libre comercio andina, en 1992 y la aprobación de un arancel externo común. Hemos hablado ya del notable crecimiento del comercio intrasubregional, de más de 500% en 5


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años, lo cual confirma claramente el potencial que podríamos llamar, si me permiten, mercado común andino. Al mismo tiempo, cabe destacar la creación de un conjunto de instituciones y organismos inspirados en el modelo europeo, el Parlamento Andino, el Tribunal de Justicia, Secretaría General, cuyo papel es cada vez más valorado por los países miembros, en cuanto a las tendencias de los últimos años, los países andinos se han comprometido a reforzar gradualmente sus lazos económicos y a dinamizar el proceso de integración político-institucional, la creación de la CAN, relativamente reciente, reforma al sistema andino de integración, etc.; así mismo, un nuevo rediseño estratégico relanza los objetivos de acción del Grupo Andino hacia nuevos desafíos, tales como el perfeccionamiento del mercado interno, el fortalecimiento de la dimensión externa, acercamiento al Mercosur, y a la Unión Europea que son evidentes y el fortalecimiento de la dimensión social y la armonización de criterios sobre el medio ambiente. La segunda área o criterio de convergencia se refiere al manejo de los recursos naturales y protección del medio ambiente; en otras palabras, la problemática del desarrollo sostenido. A este respecto puede decirse que la explotación y gestión de los recursos naturales, así como el manejo de las cuencas fluviales o del bosque amazónico y también las problemáticas relativas a la protección y conservación del medio ambiente, son una de las problemáticas claves para el futuro de la relación andina, a pesar de que no existan todavía las bases para una política común en estos

ámbitos. Existen unos mecanismos a través de los cuales los 5 países andinos, pueden buscar coordinar sus esfuerzos. En particular, cabe señalar los mecanismos operativos ya establecidos por la Comunidad Andina, directrices presidenciales y comunitarias, iniciativas para el estudio de armonización legislativa promovidas por el Parlamento Andino y la posible rehabilitación del Convenio Celestino Mutis así como el Tratado de Cooperación Amazónico del año 68 y el Parlamento Amazónico generado en el 85; estas últimas cubrieron también países extraandinos como son Brasil, Surinam y Guayanas. Las cuestiones energéticas son vistas por nosotros como otros factores de convergencia y pensamos, al respecto, que la respuesta a la creciente demanda de energía implica, con los niveles tarifarios y esquemas de gestión vigentes, un déficit financiero inmanejable para la mayor parte de los países de la región. Por otro lado, en los países andinos similarmente al resto de América Latina, la tendencia del sector energético es hacia una progresiva desregulación y privatización de todas o parte de las áreas de negocios. Esta perspectiva supone asumir estrategias combinadas que incluyan el incremento de la eficiencia energética, sustitución de combustibles primarios, recuperación y repotenciación de la capacidad de generación, e interconexión eléctricas. La obtención de nuevos recursos mediante la participación del sector privado y un mayor apoyo de la banca internacional y la redeflnición del papel del Estado en el área energética.


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Seguidamente observamos otro elemento que es el de la problemática de la producción, tráfico y consumo de drogas. A pesar de que la producción, tráfico y consumo ilícito están presentes en los países andinos con un diferente grado de intensidad, la progresiva intensificación y difusión que estos fenómenos han registrado a nivel internacional, implica cada vez más la búsqueda de iniciativas comunes. De la misma manera, debe existir una percepción común frente a los temas de seguridad, tanto a nivel bilateral como multilateral. En el marco del Grupo de Río o también en el de la OEA, se revela indispensable para los países andinos, no solamente en cuanto a los problemas más clásicos, cuales son los eventuales conflictos fronterizos, sino también en relación con otras formas de conflicto, como la guerrilla y el narcotráfico, así como la prevención de las causas de posibles futuros enfrentamientos, como son pobreza, justicia, gobernabilidad democrática, y exclusión social, entre otros. En materia de integración y tras 30 años de evolución, el modelo definido en 1969 ha enseñado sus límites en materia de equilibrios geoestratégicos y liberación de intercambios comerciales. A ese respecto sigue existiendo una discrepancia de actitud entre los países andinos que en términos concretos consideran oportuno mantener ritmos de integración regional diferentes en varios aspectos. De los tres pilares que conforman la unión económica, objetivo originario del Pacto Andino, tales como la liberalización del comercio, la programación de la industria y la armonización de las políticas, solamente uno ha

sido medianamente realizado y éste es la liberación del comercio con dos resultados principales, la zona de libre comercio y el arancel externo común. Observamos que el equilibrio político de la integración andina está debilitado por la existencia de una serie de fuerzas centrífugas opuestas que amenazan la unidad del bloque, como el Grupo de los Tres, NAFTA, APEC; paralelamente los diferentes miembros de la Comunidad Andina miran con interés e inquietud en dirección al Mercosur: un diálogo entre dos regiones ha sido establecido con el afán de constituir una zona de libre comercio en el plazo de 10 años. Sin embargo existen estrategias diferentes en cuanto a la aproximación al Mercosur, como pueden ser los casos de Bolivia o de Venezuela, que en algunos momentos han contemplado la posibilidad de negociar de manera individual. Los problemas fronterizos aún sin solución son otra de las fuerzas evidentemente centrífugas que inciden en la integración andina. No voy a enumerarlos, pero en fin todos somos conscientes de que hay problemas de distinta intensidad, entre Perú y Ecuador, entre Venezuela y Colombia, Bolivia y Chile, Colombia y Nicaragua, y éstos son factores que consideramos como potencialmente más desestabilizadores, y que constituyen la mayor barrera para la buena marcha de la integración andina. A continuación quisiera referirme brevemente a los instrumentos del diálogo entre la Comunidad Andina y Europa, y en primer lugar al enfoque general, y a los instrumentos de este diálogo, diciendo que reconociendo la heteroge-


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neidad del subcontinente, Europa ha identificado desde hace ya tiempo el enfoque subregional como el medio más eficaz de encuadrar sus relaciones con América Latina. En esta línea de pensamiento y de acción, el Grupo Andino constituye una de las grandes entidades asociadas con el Unión Europea, con la cual se han ido instalando gradualmente los diferentes elementos de un diálogo cada vez más eficaz y pragmático. La Comunidad Andina dispone desde 1996 de una amplia por no decir completa gama de instrumentos de diálogo con la Unidad Europea. Además de la particularidad de ser el único socio latinoamericano con el cual se ha desarrollado un mecanismo especial de cooperación en materia de droga, habida cuenta de las características de la región andina que se sitúa en el contexto de América Latina y en términos de desarrollo en una posición intermedia, entre regiones más pobres o menos desarrolladas como son América Central y las más ricas como son Mercosur. Los aspectos específicos de las relaciones con la región andina reflejan un peso relativamente importante del elemento de ayuda al desarrollo, así como un régimen de intercambios basados sobre la concesión unilateral, de aperturas comerciales, como son el SPG andino que es lo que parece responder mejor a la necesidad de un cierto o alto, depende como se vea, grado de protección de las industrias que no parecen todavía estar preparadas para abordar un régimen de libre comercio con Europa. Actualmente nuestro diálogo se desarrolla siguiendo cuatro ejes o direcciones principales: primero, el diálogo po-

lítico institucionalizado, tal como fue definido en la Declaración de Roma de junio de 1996. Segundo, el régimen del sistema de preferencias arancelarias, comúnmente conocido como el régimen de droga, en sus dos dimensiones o vertientes, la agrícola y la industrial, el cual aparte de otras concesiones ya existentes permite el ingreso al mercado europeo, de más de un 90% de las exportaciones andinas, con un arancel 0. Tercero, el Acuerdo de Cooperación de 1993, que establece el marco de los objetivos de la ayuda europea a los países de la región. Los países andinos se sitúan en el segundo lugar de América Latina después de América Central en cuanto a aportes de la UE; es decir, es la subregión que más dinero recibe en términos de fondos de cooperación, después de América Central, y claro lo recibe en forma distinta puesto que los de América Central son programas más dirigidos hacia el desarrollo, mientras que en la Comunidad Andina se trabaja bastante en temas de cooperación económica y, finalmente, el diálogo especializado en materia de droga iniciado a partir de 1995, además de los acuerdos sobre precursores químicos suscritos con cada uno de los países andinos. En lo que se refiere a cooperación regional, ésta ha sido significativa desde 1982, y ha venido desarrollándose siguiendo dos líneas de trabajo fundamentales: en primer lugar, el apoyo al proceso de integración andina. Gran parte de los recursos disponibles han sido destinados a actividades o proyectos de transferencia de know-how y de apoyo institucional a las diferentes instituciones andinas, como la JUNAC re-


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cientemente reemplazada por la Secretaría General, que recibió el apoyo más importante, pero también otras instituciones, tales como el Tribunal de Justicia, el Convenio Andrés Bello, entre otros, han sido gestores de aportes europeos. En términos generales, se ha tratado de facilitar los medios para permitir a las instituciones andinas operar eficazmente en lo que se refiere a la definición y puesta en práctica de las bases jurídicas y de la capacitación de personal necesarias para el funcionamiento de un mercado único regional inspirado en gran medida en el modelo europeo. La segunda línea a que antes hemos hecho referencia es la del apoyo a ciertas políticas sectoriales y muy particularmente en lo que respecta a la gestión de los recursos amazónicos. Hay que mencionar en ese sentido el Tratado de Cooperación Amazónica que está en vigor y la gestión de los recursos energéticos con OLAD. En el mismo orden de ideas, ciertas iniciativas binacionales han sido apoyadas, como por ejemplo el programa del lago Titicaca, entre Bolivia y Perú. El objetivo general de todas esas iniciativas ha sido doble: en primer lugar, asegurar el know-how europeo y, en segundo lugar, favorecer una dinámica de cooperación, con frecuencia de escasa inexistencia, entre países de la región con el fin de fomentar indirectamente su acercamiento. Actualmente está en curso un ejercicio de evaluación de la ayuda de la Unión Europea a la integración regional en América Latina, cuyos resultados habrían de estar disponibles a fines de 1998. Este análisis esperamos permitirá sin duda establecer un juicio

sobre la eficacia y eventualmente sobre la base de esos análisis, reorientar o reenfocar algunas áreas. Veamos ahora como punto final las orientaciones de la Cooperación Europea, que normalmente serán aplicadas y seguidas a partir de 1999. La cooperación de carácter regional deberá responder a los siguientes criterios. Primero, lo que llamamos -a lo mejor mal llamadoprincipio de subsidiaridad, según el cual, sólo las acciones que representen un claro valor agregado regional, serán incluidos en esta categoría, lo subregional viene subrayado. Segundo, permitir que se consiga un auténtico impacto sobre la integración, evitando el fraccionamiento de proyectos regionales en varios proyectos. Tercero, deberá inscribirse dentro de las prioridades de acción definidas por los países beneficiarios una cláusula de lo que llamamos de obligación de resultados, que tomará una forma de compromiso, de parte de los países interesados, de poner efectivamente en práctica a nivel nacional las experiencias adquiridas a nivel regional. Éste es el fenómeno que hemos vivido en la Unión Europea, de traslación al régimen legal nacional de las disposiciones y las legislaciones comunitarias adoptadas con carácter general para la Unión Europea. Entonces sobre la base de los principios o criterios antes enunciados, la Unión Europea se propone concentrar la cooperación europea, sobre las siguientes cuatro áreas: La primera es el apoyo decidido y firme a la consolidación institucional de la Comunidad Andina. La reforma institucional introducida por la Declaración de Trujillo, recientemente finalizada, supo-


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ne un notable avance en el acercamiento tanto de estructuras como de conductas entre la Comunidad Andina y la Unión Europea, habida cuenta de la voluntad política claramente reiterada por los 5 países de avanzar en el camino de la integración y de establecer en su carácter de agrupación regional negociaciones con el Mercosur. La segunda área prioritaria, a nivel regional, será la de dinamizar los intercambios comerciales y el desarrollo económico de la región y esta área de trabajo tendrá dos vertientes: la primera de ellas la que llamamos el mercado interior andino y la inversión regional. Se tratará aquí de seguir perfeccionando las políticas andinas dirigidas a la construcción de la integración económica regional, así como la ejecución de esas políticas. Por ejemplo, los más recientes proyectos de cooperación en ésta área han abordado la definición de programas de acción, en temas tales como sistemas aduaneros, normas y medidas, estableciéndose como contrapartida de los países andinos al aporte de la Uni-. dad Europea la puesta en marcha de un cierto número de prácticas en esas áreas. Se prevé proseguir esta experiencia, extendiéndola a otros instrumentos de la política comercial. Otra área de trabajo será la de las infraestructuras subregionales de transportes y comunicaciones con miras a favorecer la interdependencia económica. El apoyo europeo podría tomar la forma tanto de financiación directa de ciertas actividades, como de apoyo a la realización de estudios de base o de factibilidad para ser presentados a grandes entidades financieras internacionales como el BEI -Banco Euro-

peo de Inversiones-, el BID, Banco Mundial, etc. Un tercer tema de atención preferente dentro de esta misma área será el de la energía. Los países andinos parecen seguir actualmente las tendencias generalizadas en el continente, de regulación y privatización del sector energético, de nuevas inversiones y de desarrollo de energía limpia y renovable. En esta perspectiva, parecería que el interés común de estos países estaría en optar por estrategias convergentes, por ejemplo, en lo que se refiere al aumento de la eficacia energética, reducción de pérdidas, recuperación y refuerzo de la capacidad de producción y de interconexiones eléctricas, todo ello en paralelo a la canalización de inversiones adicionales y de la definición de un marco legal o reglamentario más adaptado a la realidad. En todos estos dominios esperamos poder aportar una capacidad intelectual y una experiencia valiosas. Finalmente, sería posible promover y establecer una serie de medidas de confianza, ancladas en programas de desarrollo económico especialmente adaptados a ciertas zonas de fricción fronterizas. La segunda vertiente de esta misma área prioritaria de producción se refiere a las exportaciones hacia la Unión Europea y se tratará aquí de permitir a los países andinos tener el mayor partido posible del sistema de preferencias generalizadas. Hemos venido diciendo, sobre todo en Colombia, que el sistema de preferencias es imperfectamente utilizado sobre todo en su dimensión industrial. Entonces habrá una serie de iniciativas que tendrán como objetivo


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fomentar la buena utilización de este instrumento. Se empezaron tímidamente hace algo más de un año en Colombia y ahora tenemos programas concretos, dotados financieramente que nos van a permitir aumentar por así decirlo la presión de comunicaciones en esas áreas para hacer llegar realmente no a las grandes multinacionales, sino al pequeño productor, a las pequeñas y medianas empresas más conocimientos sobre posibilidades de acceder y utilizar esos sistemas. Estas divulgaciones estarán dirigidas a los operadores comerciales a productores en general y exportadores. También se puede hacer mediante un sistema como el que estamos finalizando ahora en Colombia que es un sistema altamente sofisticado donde se reunirá toda la información referente tanto a producción del país, como de mercados potenciales en Europa, junto con todas las tramitaciones, todos los formularios con todos los requisitos fitosanitarios de cualquier orden que puedan existir. La finalidad de todo es que prácticamente un productor, un exportador pueda desde su ordenador procesar una exportación a cualquier país o mercado europeo. Paralelamente se desarrolló una serie de programas a nivel nacional que tendrán como principal objetivo la identificación de los obstáculos que están impidiendo la mejor utilización del sistema. También se intentará promover el desarrollo y comercialización de ciertos productos específicos o productos estratégicos en cada país, siempre en forma coherente al enfoque dado a la cooperación económica en cada uno de ellos.

Como tercera área prioritaria de cooperación se han identificado la gestión y la conservación de los recursos naturales. Las acciones en ese terreno se dirigirán esencialmente a la optimización de los recursos forestales e hídricos de la cuenca amazónica, que, ya he dicho antes, en fin y todos saben, representa prácticamente un 30% de la superficie total de la Comunidad Andina. Esas acciones podrán adoptar la forma de transferencias de tecnología y know-how dirigidas a la aproximación de legislaciones, preparación de estudios y de planes de desarrollo. Puede preverse también la ejecución de programas piloto, como el que mencioné anteriormente en el Ecuador, que serían adaptables y exportables a otros países. Y finalmente, la cuarta y última área prioritaria de cooperación es la lucha contra la producción y el tráfico de droga; en un plano bilateral los temas de desarrollo alternativo, no forzosamente cultivos alternativos, sino desarrollo alternativo y de disminución de la demanda constituirán las prioridades de trabajo. Desde un punto de vista regional, el apoyo europeo se concentrará en la aproximación de legislaciones, en combatir el lavado de dinero ilícito, y en asegurar un mejor control de los precursores químicos. Una primera acción dirigida a establecer un inventario de los problemas y necesidades existentes en esta área se ha llevado a cabo el año pasado. Se establecerán de programas plurianuales de apoyo para cada uno de los sectores antes enunciados que son: aproximación de legislaciones, precursores y el lavado de dinero.


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Quisiera ya terminar entonces el resumen de todo esto, que espero que haya quedado claro. Ésas son, señoras y señores, nuestras prioridades vistas desde el balcón de la Unión Europea, y quisiera añadir también que son nuestros

desafíos y nuestras oportunidades, que debemos realmente afrontar y aprovechar juntos, tanto la Comunidad Andina y la Unión Europea, para entrar juntos como estamos ahora de la mano en el próximo siglo.


LAS ÁREAS PRIORITARIAS DE LA AGENDA BIRREGIONAL DE LA UNIÓN EUROPEA Y LA COMUNIDAD ANDINA DE NACIONES* Diana Pardo**

INTRODUCCIÓN Una de las repercusiones del fenómeno de la interdependencia y la aceleración de la globalización, después de la Guerra Fría, ha sido, sin duda, la proliferación de regímenes o instituciones internacionales que han surgido con el fin de regular las relaciones de los actores que conforman el sistema internacional. Robert Keohane define las instituciones como "conjuntos de reglas (formales e informales) persistentes y conectadas, que prescriben papeles de conducta, restringen la actividad y configuran las expectativas"1. En el mundo de la posguerra fría cada día son más frecuentes las transacciones de carácter cooperativo entre los diferentes actores, para lo cual se hace necesaria la creación de instituciones y regímenes internacionales. Las instituciones facilitan la cooperación porque proveen unos parámetros que permiten a los Estados llegar más fácilmente a un acuerdo. De esta manera, las instituciones surgen como consecuencia de las transformaciones producidas a nivel mundial y a la necesidad de

los Estados de insertarse de manera positiva en la economía internacional. Estas instituciones se traducen en la formación de bloques comerciales regionales o en procesos de integración, así como en la creación de canales institucionales de comunicación a nivel bilateral, multilateral o birregional. Dentro de este contexto, se ubica el esquema de relacionamiento entre la Comunidad Andina y la Unión Europea. Los países andinos se han visto en la imperante necesidad de revitalizar la cooperación regional, estableciendo esquemas más efectivos que los del pasado en materia de integración política y comercial. El deseo de estrechar los vínculos entre los países andinos ha coincidido igualmente con nuevas iniciativas adoptadas al interior de cada uno de los Estados miembros de la CAN, dirigidas a buscar una reforma estructural y de apertura al comercio internacional. La UE por su parte, también se ha visto envuelta en grandes reformas -contenidas en el Tratado de Maastricht- que han fortalecido a la región política y económicamente, y le han dado un impulso al

*

Documento preparado como insumo al Seminario sobre este tema, llevado a cabo en Quito, el 31 de julio de 1998, en el marco del proyecto sobre las relaciones externas conjuntas de la Comunidad Andina, que adelanta actualmente la Secretaría General de ese organismo. ** Investigadora, Centro de Estudios Internacionales, Universidad de los Andes. 1

Robert Keohane, Instituciones internacionales y poder estatal, Buenos Aires: GEL, 1993, p. 16.


Las áreas prioritarias de la agenda birregional

fortalecimiento de lazos entre la UE y otros países y regiones del mundo. El objetivo de crear una política externa común de la Comunidad Andina (CAN), no se había mencionado en la larga historia del Grupo Andino sino hasta junio de 1997 con la firma del Protocolo de Sucre. Este documento recoge el deseo de los países miembros de la CAN de formular una estrategia externa comunitaria orientada no solamente a profundizar los vínculos económicos de los países andinos con procesos de integración ya existentes en la región, sino a identificar aquellos temas que deben ser abordados a nivel de la Comunidad, tales como el narcotráfico, los derechos humanos, el medio ambiente, el tráfico de armas, y el comercio, entre otros. Sin embargo, hablar de una política exterior común de la Comunidad Andina es todavía un poco prematuro e ilusorio. Lo que es claro es la voluntad y la certeza de los países miembros de que unidos podrán tener un mayor poder negociador e interlocutor frente a terceros. En ese sentido, la CAN ha venido actuando de manera unificada en el caso de las negociaciones del ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas), frente a la OMC, y ante la Unión Europea. Si bien hasta el momento ha sido muy difícil definir una estrategia externa común, sí se han dado pasos en el sentido de establecer cuáles son las prioridades, tanto temáticas como geográficas, para los países de la CAN. Aun cuando es claro que cada uno de los miembros tiene vi-

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siones e intereses a veces diferentes frente a los temas que conforman sus necesidades internas, existen algunos elementos comunes que permiten identificar una agenda multilateral de la Comunidad Andina. En cuanto a la agenda temática, es claro que los temas económicos constituyen la prioridad para la CAN. Dentro de este contexto, es importante anotar el acercamiento que se ha dado en los últimos meses entre la CAN y Mercosur2. A nivel geográfico, el mayor vínculo externo se ha dado a nivel regional. Sin embargo, a partir de la revitalización del GRAN y el surgimiento de la Comunidad Andina, los países andinos se han visto muy interesados en estrechar los lazos políticos y económicos con la Unión Europea, la cual se ha convertido en una de las prioridades geográficas de la CAN. De la misma manera, la UE, dentro de su objetivo general de fortalecer los lazos con América Latina, ha visto con muy buenos ojos el refortalecimiento de la CAN.

El deseo de la Unión Europea de estrechar los vínculos, tanto económicos como políticos con la CAN se inscribe dentro de la estrategia general de la Comisión Europea de fortalecer los lazos con América Latina. Dentro de este contexto, la UE y la CAN han estrechado y consolidado sus relaciones que se basan en una amplia agenda temática que abarca temas como el narcotráfico, el comercio y la inversión extranjera, y el diálogo institucional, entre otros.

El 16 de abril de 1998, los países de la CAN y Mercosur suscribieron un acuerdo en el que se comprometen a crear una zona de libre comercio entre los dos bloques a partir del 1 de enero del año 2000.


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Dentro de este contexto, el presente ensayo intenta hacer una aproximación a las relaciones entre la Comunidad Andina y la Unión Europea, con el objetivo de que sirva como guía de discusión para analizar las oportunidades y posiblidades que ofrece la última para los países andinos. El trabajo se divide en tres partes: la primera hace un breve recuento histórico de la evolución del diálogo UE-América Latina, con el fin de ubicar el marco general en el cual se ubican las relaciones entre la UE y la CAN. En la segunda sección se analizarán los principales temas de la agenda birregional, así como los mecanismos de cooperación existentes. Finalmente, y a manera de conclusión, se realizará una reflexión sobre las perspectivas futuras de las relaciones. EVOLUCIÓN DE LAS RELACIONES EUROPEO-LATINOAMERICANAS Las relaciones birregionales EuropaAmérica Latina han sido tradicionalmente buenas, aunque sólo hasta hace unos pocos años éstas comenzaron a profundizarse. El primer contacto entre la Comunidad Económica Europea (CEE) y América Latina se realizó durante los primeros años de la década de los ochenta, cuando los países que conformaban el Grupo de Contadora se acercaron a la CEE, solicitando su apoyo en su objetivo de buscar una salida pacífica

y negociada a la crisis por la que en ese momento estaba atravesando Centroamérica3. En una situación como ésa, en la que la región se había convertido en escenario del conflicto Este-Oeste, la CEE decidió mediar entre las partes para negociar una resolución pacífica al conflicto. El compromiso de los países miembros de la Comunidad fue el origen de un acercamiento con la región. En efecto, a partir de ese momento, y con el Grupo de Contadora ampliado en el Grupo de los Ocho -más tarde Grupo de Río- se inició un diálogo institucional periódico entre las dos regiones, que aún se mantiene. Desde entonces, la UE ha demostrado un claro interés en América Latina, aunque los vínculos que se han logrado no se han dado de manera homogénea, sino a nivel subregional o bilateral, desarrollando políticas diferentes según el caso4. De esta forma, actualmente existen canales de diálogo entre la UE y el Grupo de Río, la UE y Mercosur, la UE y la CAN, la UE y Centroamérica, y a nivel bilateral, entre la UE y México y la UE y Chile. Esta tendencia de heterogeneidad en las relaciones obedece a "la diferenciación de los propios intereses de la UE en América Latina, y a las crecientes divergencias entre los mismos países latinoamericanos"5. A nivel general, el foro de diálogo político entre la UE y América Latina lo ha constituido el Grupo de Río, que re-

3

En ese sentido, ver: Teresa Ivars, "El Grupo de Río y la Unión Europea", en (varios autores) El Diálogo entre la Unión Europea-América Latina. Bogotá: Fescol, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1995.

4

Wolf Grabendorf, "América Latina y la Unión Europea: Hacia un birregionalismo selectivo", en Al berto Van Klaveren...

5

Ibid., p. 73.


Las áreas prioritarias de la agenda birregional

presenta a la mayoría de los países de la región. Este diálogo, sin embargo, se ha mantenido en un nivel puramente retórico y declarativo, en el que se discuten los temas globales de la agenda birregional, sin acordar iniciativas más concretas. Los acuerdos políticos y comerciales existentes en la actualidad se dan a nivel subregional, como ya se señaló. Es importante anotar las repercusiones que han tenido los cambios que se dieron a finales de la década de los ochenta en las relaciones entre estos dos bloques. Dentro del contexto de la Guerra Fría, las relaciones estuvieron caracterizadas por un componente ideológico. A partir de los noventa, esa característica cambió, abriendo la gama de temas de la agenda birregional e incluyendo aspectos como el comercio, el narcotráfico, los derechos humanos, la democracia, y el medio ambiente, entre otros. Entre de las prioridades de la UE hacia América Latina se encuentran, en primer lugar, Mercosur, seguido de México y Chile -a nivel bilateral- y en un tercer plano la Comunidad Andina. Con el Grupo Andino hubo un primer acercamiento con la UE a finales de la década de los setenta, con predominio de un diálogo político sobre temas tradicionales como la lucha contra la pobreza y el desarrollo social. Durante la década de los ochenta, se mantuvieron estos canales de comunicación, más que todo dentro del esquema del Grupo de Río.

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A partir de 1990, y con el propósito de promover la cooperación económica entre las dos regiones, se buscó la creación de nuevos instrumentos que abarcaran una agenda más amplia. Dentro de este contexto, en 1993 se firmó un acuerdo de tercera generación entre los países del Grupo Andino -hoy Comunidad Andina- y la UE, que incluye asuntos como el intercambio comercial, la inversión extranjera, el intercambio científico y tecnológico, entre otros6. En 1996, en la ciudad de Roma, se creó un marco institucional, con el fin de formalizar el mecanismo que permitiera un diálogo político birregional más eficiente y ágil. El objetivo primordial de la Declaración de Roma fue el fortalecimiento de las relaciones, y el reconocimento, por parte de la UE, de las reformas de la integración andina. En esta ocasión, la UE y la CAN acordaron la celebración de reuniones entre el Presidente del Consejo Presidencial Andino, la Presidencia de la UE, y el Presidente de la Comisión Europea, cuando fuese necesario, con el fin de dialogar sobre aquellos temas de interés común7. LOS PRINCIPALES TEMAS DE LA AGENDA UE-CAN

Narcotráfico

El tráfico de drogas ilícitas es uno de los temas que permite un mayor consenso entre los países andinos, a pesar de que el problema afecta a cada uno de mane-

Ibíd., p. 87. La nueva realidad andina y la Unión Europea: las relaciones birregionales hacia el año 2000. Madrid: Irela,

mayo 1998, p. 29.


22 • Colombia Internacional 44

ra diferente. Pero es claro que todos ellos padecen -unos con mayor intensidad que otros- de este flagelo.

cación al negocio ilícito de las drogas en todas sus dimensiones: cultivo, procesamiento y tráfico8.

La cooperación de la Unión Europea con los países productores de drogas andinos obedece a la percepción que tiene dicha institución frente al tema del narcotráfico. La política exterior de la UE hacia el tema de las drogas ilícitas, se basa en la idea de que la solución a este problema debe ser multilateral, ya que existe una corresponsabilidad tanto por parte de los países productores, como de los consumidores. En esa medida, existen unas políticas orientadas a combatir la demanda de narcóticos, y otras dirigidas concretamente a cooperar con los países oferentes, con el objetivo de combatir la oferta. Esta concepción del problema, coincide con la de los países andinos, en el sentido de que ambas regiones consideran que el narcotráfico es un fenómeno transnacional y multidimensional, para el que se requiere una estrategia integral como la que propone la UE. Esta filosofía difiere radicalmente de la política antidrogas de Estados Unidos, que ha mantenido una estrategia basada en el prohibicionismo y la represión, en la que los países productores de droga se han convertido en las víctimas de esa guerra. Gran parte de la ayuda de la UE a otros países está encaminada, como se verá más adelante, a mitigar la pobreza y el subdesarrollo, considerados como una de las causas de la dedi-

La cooperación de la UE con los países andinos en materia de narcotráfico se inició en 1987 con programas de ayuda financiera destinados a la lucha contra las drogas. En 1990, se estableció el Sistema de Preferencias Arancelarias Generalizadas (SPG), por medio del cual se concede una reducción de aranceles a algunos productos andinos que entran a Europa. Este tratamiento especial se otorgó en una primera fase desde 1991 hasta 1994 y fue posteriormente prorrogado hasta 1999. En un comienzo, Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú se beneficiaron de este sistema. En 1993, Venezuela entró a formar también parte.

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Además del SPG, el 12 de febrero de 1998, ambas regiones suscribieron un convenio de cooperación y asistencia técnica para la lucha contra las drogas, que establece el desarrollo de proyectos en tres áreas específicas: armonización legislativa en materia de drogas, control del comercio de precursores químicos, y lavado de dinero9. La tercera reunión de diálogo especializado de alto nivel sobre droga se llevó a cabo en noviembre 26 de 1998 en la ciudad de Cartagena. En este encuentro la Unión Europea reafirmó su voluntad de cooperar con los países andinos en la lucha contra la droga. Dentro de los te-

Para una revisión de la política antidrogas de la UE, ver. Muriel Laurent, "La cooperación externa de la Unión Europea en materia de lucha contra la droga", en Colombia Internacional, No. 37, enero-marzo 1997. Irela, op. cit., p. 31.


Las áreas prioritarias de la agenda birregional

mas discutidos en esta reunión, el más importante fue el anuncio de la conformación de un Observatorio Nacional de las Drogas, en Venezuela, con el apoyo financiero de la UE, que abarcará posteriormente a toda la región andina. Comercio e inversión extranjera

Los cambios políticos y económicos experimentados por los países andinos, a comienzos de la década de los noventa, crearon un clima más propicio para estrechar los vínculos con otras regiones y países del mundo. Sin lugar a dudas, las políticas de apertura económica adoptadas por los países miembros de la CAN, sentaron las bases para que la Unión Europea mostrara un mayor interés hacia la región. Para los países andinos, la UE es un socio económico de gran importancia. A nivel internacional, ocupa el segundo lugar después de Estados Unidos, con un intercambio comercial global del 17%, frente al 41% que detenta Estados Unidos. A pesar del atractivo que ofrece el mercado europeo para la Comunidad Andina, la balanza es más favorable para los primeros. En efecto, el intercambio comercial ha sido siempre desequilibrado, y deficitario para la CAN. Como se mencionó en párrafos anteriores, la UE no le da un tratamiento homogéneo a los países de América Latina. En cuanto a las políticas comerciales sucede lo mismo. Existe una especie de jerarquía de acuerdos comerciales, en los

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cuales las preferencias varían de un país, o de una región a otra. Dentro de este contexto, Chile y México, a partir de 1996 y 1997 respectivamente, iniciaron las negociaciones con la UE para la firma de un acuerdo de libre comercio. Así mismo, con el Mercosur existe un Acuerdo Marco Intrarregional de Cooperación Económica y Comercial, firmado en 1995 con miras a alcanzar un acuerdo de libre comercio para el año 2010. Para los países andinos, además del Acuerdo Marco de Cooperación existe el SPG, así como un programa temporal de ayuda al desarrollo. El mecanismo de cooperación existente más importante en la actualidad es el SPG, descrito brevemente en párrafos anteriores. El SPG andino es un mecanismo preferencial arancelario aplicado unilateralmente por la UE, mediante el cual aproximadamente el 80% de las exportaciones agrícolas e industriales de los países andinos ingresa a la Unión Europea con un arancel O10. Entre los productos agrícolas se encuentran café, cacao, grasa y aceite de cacao, algunas flores como claveles, crisantemos y rosas, pitahayas, maracuyás, palmitos, entre otros. A pesar de las posibilidades que ofrece este sistema, los países andinos no han aprovechado suficientemente las preferencias arancelarias. La incertidumbre que ha conllevado el hecho de no saber con exactitud si el esquema se va a prorrogar o no, ha contribuido a que los países andinos no puedan trazar una estrategia coherente y de largo plazo. Adi-

10 Juan Manuel Lesmes, "El punto de vista empresarial", en El diálogo Unión Europea-América Latina, op. cit., p. 95.


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cionalmente, el SPG cuenta con algunos problemas. Por un lado, la UE ha demostrado el interés de condicionar estas prorrogativas al buen desempeño de los países beneficiados en materia de derechos humanos y medio ambiente. Por otro lado, la UE va a sentir la necesidad de fijar unas concesiones recíprocas en materia comercial. En este sentido, en el largo plazo sería más viable definir las relaciones económicas entre la UE y la CAN dentro de un acuerdo de cuarta generación, como el suscrito entre la UE y Chile y México respectivamente, en donde existe una reciprocidad comercial como resultado de un acuerdo de libre comercio. Sin lugar a dudas, en materia comercial la Comunidad Andina no representa la prioridad para la Unión Europea. Como se afirmó en la introducción, sólo después de Mercosur y de Chile y México, se encuentran los países andinos. En esa medida, es fundamental que la Comunidad Andina fortalezca sus vínculos comerciales con la UE. En ese sentido, pensar en un acercamiento real entre la CAN y Mercosur, sería de gran beneficio para el primero frente a los países europeos, ya que abriría las puertas a la extensión de una zona de libre comercio entre la UE y el bloque CANMercosur. En la actualidad, la conformación de una área de libre comercio entre

estos dos bloques subregionales es uno de los principales objetivos de la CAN11. La inversión extranjera de la UE a la Comunidad Andina es otro de los temas prioritarios para la CAN. La UE es el segundo inversionista extranjero de la CAN, después de Estados Unidos. Los niveles de inversión extranjera directa se han incrementado en forma significativa en los últimos años. De 173 millones de dólares invertidos en 1991, se ha pasado a una cifra de 1.695 millones de dólares en 199612. En 1994, se creó el programa para la promoción de las inversiones Al-Invest. Este esquema de cooperación tiene como objetivo establecer contactos entre los empresarios europeos y los latinoamericanos, con el fin último de fomentar el comercio y las inversiones entre ambos bloques13. Bajo este programa se han creado alrededor de 30 centros de empresarios europeos en América Latina, los Eurocentros, los cuales tienen como función principal desarrollar las diferentes actividades de Al-Invest. En el mismo sentido, en el foro Euro-Andino realizado en mayo de 1998 se creó el Consejo Empresarial Euro-Andino, integrado por empresarios y líderes industriales de ambas regiones. El objetivo de este Consejo es crear una estructura estable de discusión sobre las relaciones económicas de los dos bloques. Esto es importante en el sentido de que se está

11 Para un análisis de las relaciones entre la Comunidad Andina y Mercosur, ver: Comunidad Andina y Mercosur. Desafíos pendientes de la integración en América Latina. Bogotá: CAF, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1998. 12 Juan Manuel Lesmes, "El punto de vista empresarial", en Diálogo Unión Europea..., op. cit., p. 95. 13 Irela, op. cit., p. 35.


Las áreas prioritarias de la agenda birregional

involucrando a la sociedad civil, en este caso el sector empresarial, en el debate de las políticas comerciales. Además de los canales de cooperación mencionados, los países andinos han firmado en los últimos años acuerdos marco de cooperación con el Banco Europeo de Inversiones (BEI). La función del BEI es financiar proyectos de inversión en América Latina y están dirigidos más que todo a proyectos públicos de infraestructura, aunque también están previstos créditos para los empresarios del sector privado14. Finalmente, es importante resaltar que los países andinos han llevado a cabo algunas reformas legislativas con el fin de crear un clima más favorable para el fomento de la inversión extranjera directa.

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Andino de Justicia han sido los más beneficiados. Por otra parte, la UE se ha mostrado igualmente interesada y dispuesta a cooperar con los países andinos en materia de medio ambiente. En este campo, el apoyo se ha encaminado a la optimización de los recursos forestales e hídricos de la cuenca amazónica, a través de la transferencia de know-how, y del estudio de un proyecto de armonización legislativa y a la preparación de planes de desarrollo15. Otros campos de cooperación abarcan asuntos como la cooperación científica y tecnológica, dentro de los cuales se busca promocionar el intercambio de científicos entre las dos regiones y apoyar la transferencia de nuevas tecnologías16.

OTRAS ÁREAS DE COOPERACIÓN

PERSPECTIVAS FUTURAS

Además de los temas mencionados anteriormente, existen otros elementos en los cuales la UE ha concentrado la cooperación regional con la CAN. Por ejemplo, la UE ha demostrado un alto grado de apoyo en la construcción y revitalización institucional de la Comunidad Andina, así como en la definición y aplicación de las diversas políticas de integración. En ese sentido, la mayoría de recursos se ha dirigido a la transferencia de conocimientos técnicos y el apoyo institucional a las diferentes instituciones andinas. La Secretaría General y el Tribunal

En el presente ensayo se esbozan los puntos más importantes que conforman en la actualidad la agenda de las relaciones UE-CAN. Sin embargo, existen otros asuntos sobre los que no existe un compromiso de cooperación por parte de la UE, y que la Comunidad Andina debería incluir en su lista de prioridades frente a su relación con Europa. Entre otros temas, los de mayor importancia en esta lista son la democracia y los aspectos sociales como la educación, la cultura, y la migración. Respecto al primer tema, es claro que la UE tiene un

14 ftíí¿.,p.36. 15 "Comunidad Andina: orientaciones plurianuales indicativas", Comisión Europea, Bruselas, marzo 1998. 16 Irela, op. cit., p. 28.


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gran interés en los procesos de consolidación democrática de los países andinos. En todos los acuerdos de cooperación suscritos con estos países se incluye sin falta una cláusula democrática. No obstante, este asunto no ha sido una prioridad en la agenda birregional. Consideramos que es fundamental que este tema surja como una prioridad, ya que la democracia está lejos de estar consolidada en la región andina. Existen muchas amenazas que atenían contra las instituciones democráticas, tales como la corrupción, la insurgencia armada, las violaciones a los derechos humanos y el narcotráfico, para nombrar algunas. Estos fenómenos muchas veces representan un obstáculo para la integración regional. Se hace imperativo buscar canales apropiados, orientados a la modernización de los sistemas judiciales y penitenciarios, sistema electoral y procesos de financiación de campañas. En la actualidad existen convenios bilaterales entre la UE y algunos países andinos. Pero el tema no es tratado aún dentro del diálogo institucional birregional. En el mismo sentido, los temas de la agenda social de la Comunidad Andina no figuran dentro del marco de cooperación de la UE hacia los países andinos. El aspecto social y cultural es fundamental para fortalecer la integración regional andina en toda su dimensión. Frente a estos temas, en la VII Reunión Presidencial de los Países Andinos celebrada en Quito en 1995 se definió como uno de los objetivos generales de la

Agenda de integración andina desarrollar una Agenda Social de la integración. Posteriormente, en el Protocolo de Sucre de 1997 se incorporaron tres nuevos capítulos al Acuerdo de Cartagena: relaciones externas, comercio de servicios y miembros asociados, y asuntos sociales y culturales. Estos tres temas conforman los pilares de la nueva etapa de integración de la CAN. Como desarrollo de este objetivo, en la actualidad la CAN está estudiando la conformación de una Agenda Social con el fin de involucrar más efectiva y directamente a la sociedad civil en los procesos de integración de la Comunidad Andina. Esa agenda abarca los siguientes tópicos: i) la educación y formación de una cultura y ciudadanía de la integración, ii) el fortalecimiento de los temas sociolaborales, iii) la definición de políticas migratorias, y iv) el desarrollo fronterizo como espacio vivo de la integración17. Para concluir, es indudable que la década de los noventa coincidió con un estrechamiento de los lazos entre la UE y la CAN, resultado de muchos factores a los que nos hemos referido a lo largo del presente ensayo. Sin embargo, es importante resaltar que para la UE, la CAN no representa una prioridad. En esa medida, depende de los países andinos fortalecer los vínculos comerciales y políticos con esa región. Como primera medida, la tarea más urgente es lograr un mayor acercamiento a Mercosur. La constitución de una zona de libre comercio entre estos dos grupos debe ir acompañada

17 Ministerio de Relaciones Exteriores, Comunidad Andina, Propuesta de Agenda Social para la integración, Bogotá, marzo de 1998.


Las áreas prioritarias de la agenda birregional

de una estrategia política que permita a estos países proyectarse a nivel intra y extrahemisférico. En ese sentido, la consolidación de un bloque subregional le dará a los países suramericanos un mayor poder interlocutor frente a las negociaciones de la creación del ALCA, así como frente a la Unión Europea. A pesar de los avances que se han logrado en las negociaciones entre la CAN y Mercosur, hace falta voluntad política por parte de los países miembros de la CAN para convencerse de las ventajas de una alianza estratégica de este tipo. El mundo globalizado actual exige esta clase de medidas. De lo contrario, no será posible insertarse de una manera eficaz y positiva en el escenario internacional de finales del siglo xx. BIBLIOGRAFÍA CAF, Ministerio de Relaciones Exteriores, Comunidad Andina y Mercosur: desafíos pendientes de la integración en América Latina,

Bogotá, 1998.

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Comisión Europea, "Comunidad Andina: orientaciones plurianuales indicativas", Bruselas, marzo de 1998. Fescol, Ministerio de Relaciones Exteriores, El Diálogo entre la Unión Europea y América Latina, Bogotá, 1995. Irela, La nueva realidad andina y la Unión Europea: las relaciones birregionales hacia el año

2000, Madrid, mayo 1998. Muriel Laurent, "La cooperación externa de la Unión Europea en materia de lucha contra la droga", en Colombia Internacional, No. 37,1997. Richard Little, "International Regimes", en John Baylis y Steve Smith (eds.), The Globalization of World Politics, Oxford: Oxford University Press, 1997. Robert Keohane, Instituciones internacionales y poder estatal, Buenos Aires: GEL, 1993. Susan Kauffman Purcell y Francpis Simón (eds.), Europe and Latin America in the World Economy, Boulder: Londres, 1995. Wolf Gradendorf, "América Latina y la Unión Europea: hacia un birregionalismo selectivo", en Alberto Van Klaveren..., 1997.


INFORME FINAL DEL SEMINARIO: LAS RELACIONES ENTRE LA COMUNIDAD ANDINA Y LA UNIÓN EUROPEA" Fernando Mena'

OBJETIVO La Secretaría de la Comunidad Andina y la Misión Siglo XXI organizaron la Conferencia "Las Relaciones entre la Comunidad Andina y la Unión Europea" celebrada el 31 de julio de 1998 en Quito, con el objetivo de analizar las bases de la política exterior de la Comunidad Andina y de promover el intercambio de ideas a favor de un conocimiento más preciso de las diferentes iniciativas de cooperación con la Unión Europea, y de evaluar la posibilidad de suscribir un acuerdo de cuarta generación. A esta reunión se convocó a expertos y funcionarios andinos y a un representante europeo de alto nivel, encargados de las actividades de las relaciones exteriores, e institucionales como el Tribunal Andino de Justicia, universidades, cámaras de comercio, y representantes del sector privado de cada uno de los países andinos implicados en el proceso de toma de decisiones de política internacional, y también a personas de la comunidad académica expertos en el proceso de integración de la Comunidad Andina, con el fin de plantear la nueva

agenda de la política exterior de la CAN frente a la Unión Europea. METODOLOGÍA El presente informe de conferencia presenta dos secciones: la primera se relaciona con la visión europea manifestada por el doctor Jaime Cavanillas, Jefe de la Delegación de la Unión Europea para el Ecuador y Colombia, y la segunda ubica las reflexiones de los representantes de los países de la Comunidad Andina en los distintos temas planteados de la nueva agenda. LA VISIÓN EUROPEA SOBRE LAS RELACIONES CON LA COMUNIDAD ANDINA

La Unión Europea está interesada en la evolución de la integración andina y está dispuesta a contribuir, en cierta medida al proceso irreversible de la integración. La Comunidad Andina constituye el segundo bloque económico del continente americano, después del Mercosur. Los 5 países que constituyen una entidad geopolítica, comparten una serie de

* Economista, coordinador de servidos comerdales World Trade Center, Ecuador.


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elementos comunes, entre ellos la práctica estrechamente consolidada del juego democrático, lo cual es un elemento fundamental para la Unión Europea, para la realización de convenios y tratados y que están expresados en los acuerdos que se han celebrado de segunda, tercera y cuarta generación. En consecuencia, la cláusula democrática es esencial. Otro de los elementos que la Unión Europea resalta es el potencial de recursos naturales y bioenergéticos inexplotados. La región presenta un mosaico de pueblos y de culturas, entre los cuales las grandes disparidades en la distribución de la riqueza son un denominador común. Los países andinos han venido desarrollando un intenso diálogo con la Unión Europea sobre temas de interés común, tales como cuestiones de seguridad, droga, energía y medio ambiente. El elemento más avanzado de la integración andina es el relacionado a los intercambios comerciales, debido en gran medida a la introducción en 1969 del Pacto Andino, modelo de integración inspirado en el ejemplo europeo. Ambas regiones han desarrollado un amplio diálogo tanto en áreas de comercio como de la cooperación al desarrollo, diálogo político y del diálogo especializado en materia de droga. En este sentido, la Unión Europea propone concertar su futura cooperación regional en una serie de elementos o áreas prioritarias que pueden aportar un elevado valor agregado en materia de apoyo a la integración y a la óptima utilización de los recursos.

Para el doctor Cavanillas las áreas consideradas para el análisis de las relaciones con la CAN son varias: La primera es el apoyo a la construcción de la Comunidad Andina, tanto en lo que se refiere a su aspecto institucional como al de la definición y ejecución de políticas sectoriales de integración. La segunda se refiere al apoyo al desarrollo económico de la región. Una mejor utilización de los acuerdos y concesiones comerciales, reforzar o consolidar las infraestructuras de transporte y comunicaciones, aportar soluciones a los focos de tensión fronteriza. La tercera área prioritaria se relaciona con el apoyo para una óptima gestión de los recursos naturales, mediante transferencia de tecnología o know-how, aproximación de legislaciones nacionales y ejecución de planes de acción concretos. Éstas son orientaciones que están siendo debatidas por el Consejo Europeo y que serían aplicables a partir de 1999. En cuanto a la explotación racional de los recursos naturales, existe un programa que se está ejecutando actualmente en el Ecuador llamado Petramax, referido a la protección y la óptima explotación de los recursos petroleros en la cuenca amazónica con una especial atención a la protección del entorno y del medio ambiente. Este programa se puede considerar como una iniciativa o programa piloto para ser aplicado en otros países andinos, la cuenca amazónica representa prácticamente un 30% de la superficie de la Comunidad Andina. La cuarta prioridad se relaciona con la problemática de la droga. La cooperación en esta área se concentrará en la ejecución de las recomendaciones deri-


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Colombia Internacional 44

vadas del diálogo especializado que se está realizando en este tema. Existen varias consideraciones de las áreas que tienen prioridad para el desarrollo de la agenda de cooperación de la Unión Europea hacia la Comunidad Andina a partir de 1999. Desde la visión de la Unión Europea se concibe a la población andina como una gran diversidad de pueblos, de naciones y de culturas. Este hecho se relaciona de una manera similar a la Unión Europea. Entre los 15 Estados miembros que componen la unidad europea existe un estricto respeto hacia el fomento de políticas y presupuestos significativos de la Unión Europea, que están dirigidos y concentrados en preservar y fomentar las diversidades culturales de los pueblos que componen la UE. En este sentido, la Unión Europea no considera la homogeneización de unas naciones que tienen una riqueza propia de cultura y de tradiciones. La Comunidad Andina tiene un crecimiento demográfico controlado, con un promedio aproximado del 2% anual; sin embargo, se observa un fenómeno de urbanización que concentra a un 70% de la población que habita en las ciudades. Así, en Colombia existe el fenómeno del abandono del campo, considerando que Colombia posee una riqueza agrícola importante que está directamente relacionada con la diversidad climatológica. A pesar de esto, existe un hecho concreto que se relaciona con la inusual importación de ciertos productos como arroz, azúcar y bananos. Este hecho se relaciona y es atribuible en cierta medida al fenómeno de la violencia, que es coyuntural. La Unión

Europea tiene una muy baja densidad de población que alcanza a 52 habitantes por km2; sin embargo, en la Comunidad Andina se observa que el fenómeno de la aglomeración de la población en las ciudades es común en todas las ciudades andinas. En el campo medioambiental, la CAN posee grandes recursos como la biodiversidad, los recursos hídricos, los recursos oceánicos, inexplotados e inexplorados, y productos del subsuelo en donde la Comunidad Andina cuenta con el 50% de los recursos de América Latina en el área de petróleo, gas y carbón y un 10% de cobre. En cuanto al área económica, la Comunidad Andina es el segundo bloque comercial después del Mercado Común del Sur (Mercosur) y representa un 1/3 de su población total y 1/3 de su PIB. Los Estados Unidos continúan como el principal socio comercial de la Comunidad Andina, con un volumen de intercambios comerciales que supera a la Unión Europea en una proporción de 3 veces, mientras que los intercambios comerciales de la CAN con la Unión Europea arrojan un saldo favorable para Europa, debido fundamentalmente a las necesidades recientes de reestructuración y modernización de las economías de la región andina. La asimetría de los intercambios comerciales entre América Latina y el viejo continente es un factor vigente. El 90% de los productos de exportación europeos es terminado con un altísimo valor agregado, mientras que en el caso de la Comunidad Andina el volumen exportado hacia Europa oscila apenas entre 21


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y 23%. En consecuencia, las materias primas exportadas por la Comunidad Andina poseen un bajo nivel de valor agregado. Sin embargo, el crecimiento del comercio intraandino alcanzó una tasa de 300%, en los últimos 5 años. En cuanto a la inversión extranjera directa, la presencia de los Estados Unidos en la Comunidad Andina es superior a la europea, aunque la acumulación de inversiones europeas dirigidas hacia la Comunidad Andina, en el período 1993-1997, se ha multiplicado en 30 veces. ÁREAS DE CONVERGENCIA Y FUERZAS CENTRÍFUGAS DE LAS RELACIONES ENTRE LA UNIÓN EUROPEA Y LA COMUNIDAD ANDINA

La Unión Europea ha realizado un análisis de las acciones futuras respecto de la dinámica de la Comunidad Andina y ha encontrado una serie de elementos de convergencia y algunas fuerzas centrífugas en el marco de las relaciones entre ambas regiones. En cuanto a las áreas de convergencia, la integración regional es un proyecto que se ha impulsado a través de las Cumbres Presidenciales a partir de 1989. En este sentido, los principales resultados de la integración andina se han concretado en los años noventa, así como la constitución de una zona de libre comercio andina en 1992, con la aprobación de un arancel externo común, en donde existe un notable crecimiento del comercio intrasubregional que supera el 500% en los últimos cinco años, confirmándose el potencial del mercado común andino.

Otro de los elementos básicos de la integración se relaciona con la creación de un conjunto de instituciones y organismos inspirados en el modelo europeo, tales como el Parlamento Andino, el Tribunal de Justicia, la Secretaría General, bajo la óptica y compromiso de los Estados andinos miembros de reforzar gradualmente sus lazos económicos y dinamizar el proceso de integración político-institucional. La creación reciente de la Comunidad Andina ha permitido la reforma al sistema andino de integración y, en consecuencia, existe un nuevo rediseño estratégico de objetivos tales como el perfeccionamiento del mercado interno, el fortalecimiento de la dimensión externa, el acercamiento al Mercosur, y a la Unión Europea. Asimismo, se viene insistiendo en el fortalecimiento de la dimensión social y la armonización de criterios sobre el medio ambiente. La segunda área de convergencia se refiere al manejo de los recursos naturales y protección del medio ambiente, e introduce la problemática del desarrollo sostenido, así como el manejo de las cuencas fluviales o del bosque amazónico y los problemas relativos a la protección y conservación del medio ambiente que en conjunto son claves para el futuro de la relación andina y de la construcción de una política común. En este sentido, existen mecanismos a través de los cuales los 5 países andinos pueden coordinar esfuerzos, como la preparación de un estudio que integre las iniciativas y directrices presidenciales y comunitarias a través de la armonización legislativa promovida por el Parlamento Andino y la posible rehabilitación del Convenio


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Celestino Mutis. Además, se incluirían las acciones desarrolladas en el Tratado de Cooperación Amazónico y del Parlamento Amazónico. La tercera área de convergencia se relaciona con el campo energético. Existe una creciente demanda de energía al interior de los países andinos, y los niveles tarifarios y de gestión del sector arrojan un déficit financiero inmanejable para la mayor parte de estas naciones. Por otro lado, en los países andinos y en forma similar al resto de países de América Latina, la tendencia del sector energético es hacia una progresiva desregulación y privatización de todas o parte de las áreas de este sector. Esta perspectiva supone asumir estrategias combinadas que incluyan el incremento de la eficiencia energética, sustitución de combustibles primarios, recuperación y repotenciación de la capacidad de generación e interconexión eléctricas. La redefinición del papel del Estado en el área energética permitirá la obtención de nuevos recursos financieros, mediante la participación del sector privado y de un mayor apoyo de la banca internacional. La cuarta área de convergencia tiene que ver con el fenómeno de la producción, tráfico y consumo de drogas y está presente en los países andinos con un diferente grado de intensidad. En este sentido, la búsqueda de iniciativas comunes a nivel internacional entre Europa y los países andinos es importante desde la óptica de la cooperación birregional. La quinta área de confluencia se relaciona con las cuestiones de seguridad desde el punto de vista de política re-

gional, bilateral y multilateral que están enmarcadas en el Grupo de Río, y de la Organización de Estados Americanos (OEA). Estas acciones resultan indispensables para los países andinos, no solamente en cuanto se relaciona con los problemas más clásicos referidos a los eventuales conflictos fronterizos, sino también en relación con otras formas de conflicto como son la guerrilla y el narcotráfico. Además, se incluye otro tema como es la prevención de las causas de futuros o posibles enfrentamientos vinculados con la pobreza, justicia, gobernabilidad democrática y exclusión social. FUERZAS CENTRÍFUGAS EN LAS RELACIONES BIRREGIONALES En materia de integración y tras 30 años de evolución del modelo de integración andino definido en 1969, éste ha mostrado sus limitaciones en relación a los equilibrios geoestratégicos y de liberación de intercambios comerciales. Se observa una actitud de discrepancia entre los países miembros que consideran oportuno mantener ritmos de integración regional diferentes en varios aspectos. En este sentido, de los tres pilares que conforman la unión económica, objetivo originario del Pacto Andino relativos a la liberalización del comercio, la programación de la industria y la armonización de las políticas, solamente la liberalización del comercio ha logrado en términos medios realizarse obteniendo dos resultados principales: la zona de libre comercio y el arancel externo común. Un segundo elemento que preocupa a la Unión Europea se relaciona con el


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equilibrio político de la integración andina que está debilitado por la existencia de una serie de fuerzas centrífugas opuestas y que amenazan la unidad del bloque. Dentro de este contexto se encuentra la creación de procesos de integración y/o concertación de los cuales algunos países andinos son miembros, tales como: el Grupo de los Tres, Foro de Asociación de países del Sudeste Asiático, entre otros. Además, algunos miembros de la Comunidad Andina muestran al mismo tiempo su interés e inquietud en participar en el Mercosur; sin embargo, el diálogo entre las dos regiones ha sido establecido con el afán de constituir una zona de libre comercio en el plazo de 10 años. Existen estrategias diferentes en cuanto a la aproximación con este bloque, como son los casos de Bolivia o de Venezuela. En cuanto a la integración física entre los países de la región existen algunas deficiencias, debido a la conformación intrínseca del territorio, la distancia existente entre los países, la dificultad de acceso entre las regiones de un mismo país. En consecuencia, existen carencias de infraestructuras de transportes y de comunicación. A la integración física se agregan los problemas fronterizos aún sin solución y que representan las fuerzas centrífugas que inciden en la cohesión andina. En este sentido, existen problemas fronterizos de distinta intensidad, entre Perú y Ecuador, entre Venezuela y Colombia, entre Bolivia y Chile y entre Colombia y Nicaragua. En consecuencia, éstos son factores que la Unión Europea considera como

potencialmente desestabilizadores y que constituyen la mayor barrera a la buena marcha de la integración andina. LAS ORIENTACIONES DE LA COOPERACIÓN EUROPEA Y LOS INSTRUMENTOS DE DIÁLOGO BIRREGIONAL

Debido a la heterogeneidad existente entre los países andinos, Europa ha identificado que el enfoque subregional es el medio más eficaz de marcar sus relaciones con América Latina. En consecuencia, el Grupo Andino constituye una de las grandes entidades asociadas con la Unión Europea, con la cual se han ido instalando gradualmente los diferentes elementos tendientes hacia una profundización de un diálogo eficaz y pragmático. A partir de 1996, la CAN ha dispuesto una amplia gama de instrumentos de diálogo con la Unión Europea. Así, la Comunidad Andina es el único socio latinoamericano para Europa que ha desarrollado un mecanismo especial de cooperación en materia de droga, dadas las características de la región andina. En este contexto, Europa ha realizado esfuerzos importantes y ha desarrollado una posición intermedia entre las regiones más pobres o menos desarrolladas, como es el caso de América Central y respecto de las naciones ricas, como es el Mercosur. Entre los instrumentos para el mejoramiento del diálogo regional está la cooperación para el desarrollo y los regímenes de intercambios basados en la concesión unilateral de las preferencias


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comerciales, a través del Sistema de Preferencias Generalizadas. En la actualidad existen 4 ejes principales que permiten el desarrollo del diálogo birregional. El primero se relaciona con el diálogo político institucionalizado y que fue definido en la Declaración de Roma en junio de 1996. El segundo tiene que ver con el régimen del Sistema de Preferencias Generalizadas Andinas co-

nocido como el Régimen de Droga, que permite en la actualidad el acceso de los productos agrícolas e industriales y que concentra el 90% del total exportado por las naciones hacia el mercado europeo con un arancel 0. El tercer eje se relaciona con el Acuerdo de Cooperación vigente suscrito por ambas subregiones en 1993, que establece el marco de objetivos respecto de la ayuda europea a los países de la región. En este sentido, el conjunto de países andinos recibe entre 150 y 175 millones de dólares por concepto de cooperación al desarrollo y ocupa el segundo lugar en América Latina después de América Central, siendo la cooperación económica el área de mayor importancia. Además, se ha desarrollado el diálogo especializado en materia de droga iniciado a partir de 1995, y se han firmado acuerdos con cada uno de los países andinos sobre la producción y comercio de los precursores químicos. El cuarto eje se refiere a la cooperación regional iniciada a partir de 1982 y que viene desarrollándose bajo dos líneas de trabajo fundamentales: en primer lugar, el apoyo al proceso de integración andina en donde gran parte de los recursos disponibles han estado

orientados hacia las actividades o proyectos de transferencia de know-how y de apoyo institucional a las diferentes instituciones andinas. En este sentido, la Junta del Acuerdo de Cartagena (JUNAC), reemplazada por la Secretaría General, recibió la mayor parte de recursos y por ende otras instituciones, tales como el Tribunal de Justicia, el Convenio Andrés Bello entre otras, han sido gestoras de aportes europeos. En consecuencia, la Unión Europea ha tratado de facilitar los medios financieros necesarios para permitir a las instituciones andinas operar eficazmente en lo que se refiere a la definición y puesta en práctica de las bases jurídicas y de la capacitación de personal, necesarios para el funcionamiento de un mercado único regional inspirado en gran medida en el modelo europeo. Una segunda línea de trabajo se ha dirigido al apoyo de ciertas políticas sectoriales, como la gestión de los recursos amazónicos a través del Tratado de Cooperación Amazónica y de los recursos energéticos vía la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE). Además, existen otras iniciativas binacionales que han sido apoyadas por la Unión Europea, como es el caso del programa del lago Titicaca entre Bolivia y Perú. El objetivo general de todas esas iniciativas ha sido doble: en primer lugar, asegurar el know-how europeo y, en segundo lugar, favorecer una dinámica de la cooperación que aún es de escasa existencia entre países de la región con el fin de fomentar un acercamiento. Actualmente se está realizando un ejercicio de evaluación de la ayuda de la Unión Europea a la integración regional


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en América Latina, cuyos resultados habrían de estar disponibles a fines de 1998. LAS NUEVAS ORIENTACIONES DE LA COOPERACIÓN EUROPEA

La Unión Europea ha establecido cuatro vertientes o consideraciones en el marco de las nuevas orientaciones de la cooperación Europea. La primera vertiente permitirá que el carácter regional de la cooperación responderá a los siguientes criterios. El principio de subsidiaridad permite establecer acciones que representen un incremento del valor agregado de la subregión. El segundo principio esta orientado a conseguir un auténtico impacto sobre la integración respecto del manejo global de acciones y evitar el fraccionamiento de los proyectos regionales en varios proyectos. El tercer principio obligará a que los países andinos beneficiarios de la cooperación incluyan en los convenios de cooperación una cláusula de compromiso llamada Obligación de Resultados y que los países interesados pondrán en práctica a nivel nacional las experiencias adquiridas en el ámbito regional. Este hecho se relaciona con la experiencia que se ha tenido en la Unión Europea en cuanto a la traslación al régimen legal nacional de las disposiciones y las legislaciones comunitarias adoptadas con carácter general. En este sentido, la Unión Europea sobre la base de los principios antes enunciados, muestra interés en concentrar la cooperación en cuatro áreas fundamentales. La primera área se relaciona con la consolidación institucional de la Comunidad Andina, reformas que fueron in-

troducidas en la Declaración de Trujillo. En este sentido, permite un notable acercamiento de las estructuras y conductas entre la Comunidad Andina y la Unión Europea, expresado en la voluntad política reiterada por las naciones andinas para avanzar en el camino de la integración y de establecer un carácter de agrupación regional que permita el desarrollo de negociaciones con otros bloques económicos, como el Mercosur. La segunda área fundamental se orienta a dinamizar los intercambios comerciales y el desarrollo económico de la región. Esta labor tendrá dos vertientes de actividades: la primera se relaciona con el mercado interior andino y la inversión regional, para lo cual se tratará de continuar con el perfeccionamiento de las políticas andinas dirigidas a la construcción de la integración económica regional y a la ejecución misma. En este sentido, los más recientes proyectos de cooperación incluyen temas tales como los sistemas aduaneros, normas y medidas de procedimiento. Se tiene previsto proseguir esta experiencia y extenderla a otros instrumentos de la política comercial. El mejoramiento de las infraestructuras subregionales de transportes y comunicaciones, a efectos de fortalecer la interdependencia económica de las naciones andinas, estará relacionado con el financiamiento internacional. En este aspecto, la Unión Europea podría tomar la forma de financiación directa de ciertas actividades, como son el apoyo para la realización de estudios de base o factibilidad que podrían ser presentados a grandes entidades financieras internacionales, como es el Banco Europeo de


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Inversiones, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial entre otros.

al pequeño productor e integrar a las pequeñas y medianas empresas y no favorecer a las empresas multinacionales.

La tercera área fundamental que tiene una consideración necesaria se relaciona con la energía. En la actualidad, los países andinos están siguiendo las tendencias generalizadas de la privatización del sector energético, como también de las nuevas inversiones y de desarrollo de energía limpia y renovable.

Los programas de divulgación del uso del SPG estarán dirigidos a los operadores comerciales y, en general, a los exportadores. En Colombia se ha establecido un sistema informático sofisticado llamado Simpce. Este sistema de base de datos dispondrá de la información sobre la producción de un país andino frente a los potenciales mercados en Europa. Además, esta base de datos dispondrá de los requerimientos y formalidades de exportación como son los requisitos fitosanitarios.

En esta perspectiva, una cuarta área fundamental es el interés común para fortalecer estrategias convergentes entre ambas regiones y se refiere al aumento de la eficacia energética, reducción de pérdidas, recuperación y refuerzo de la capacidad de producción y de interconexiones eléctricas. En este apartado, se incluyen áreas colaterales o paralelas como son la canalización de inversiones adicionales y de la definición de un marco legal o reglamentario más adaptado a la realidad. Además, la Unión Europea considera importante promover y establecer una serie de medidas de confianza que han sido establecidas en programas de desarrollo económico, especialmente adaptadas a ciertas zonas de fricción fronterizas. La segunda vertiente de las nuevas orientaciones de la cooperación europea se refieren al comercio birregional en el campo del mejor aprovechamiento y uso del Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG). La Unión Europea conoce que el SPG vigente es imperfectamente utilizado sobre todo en su dimensión industrial. En este sentido, se están programando tareas concretas con dotación financiera para permitir beneficiar

Paralelamente, se están desarrollando una serie de programas a nivel nacional en Colombia que tendrán como principal objetivo la identificación de los obstáculos que están impidiendo la mejor utilización del SPG. Además, se intentará promover el desarrollo y comercialización de ciertos productos específicos o productos estratégicos en cada país andino, siempre en forma coherente y que esté acorde con el enfoque de la cooperación económica. La tercera vertiente de las nuevas orientaciones de la cooperación europea tiene que ver con la gestión y la conservación de los recursos naturales. Las acciones se dirigirán esencialmente a la optimización de los recursos forestales e hídricos de la cuenca amazónica que representa prácticamente un 30% de la superficie total de la comunidad andina. En este sentido, se establecerán acciones que podrán adoptar la forma de transferencias de tecnología y de know -how que estarán dirigidas a la aproxi-


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mación de legislaciones, preparación de estudios y de planes de desarrollo. La cuarta vertiente de las nuevas orientaciones de la cooperación europea se relaciona con la lucha contra la producción y tráfico de droga. En el plano bilateral y regional los temas de desarrollo alternativo constituirán las prioridades de trabajo. Adicionalmente, el apoyo europeo se concentrará en la aproximación de legislaciones a nivel regional para combatir el lavado de dinero ilícito y asegurar un mejor control de los precursores químicos. Las cuatro vertientes sobre las nuevas orientaciones de la Unión Europea dispondrán de programas plurianuales para cada uno de los sectores y áreas comentados anteriormente. RUEDA DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS Uno de los participantes preguntó al delegado europeo sobre la posición de la Unión Europea para el avance de los acuerdos conocido como de Cuarta Generación, que Europa viene implementado en América Latina. El delegado manifestó que los Acuerdos de Cuarta Generación representan el modelo más avanzado de acuerdos económicos, comerciales y presupone, en primer lugar, el cumplimiento de la cláusula democrática que significa la consolidación total y definitiva del aparato democrático en cada uno de los países con los que la Unión Europea ha establecido éstos acuerdos. En segundo lugar, este tipo de acuerdos supone un grado de desarrollo y de estabilidad económica; así, por ejemplo, algunos de los países del Mercosur han

alcanzado este elemento. Además, existen otras naciones como Chile y México que reúnen las condiciones para abordar un régimen de cuarta generación. En tercer lugar, un Acuerdo de Cuarta Generación supone un acuerdo de libre comercio. En este sentido, presupone en términos económicos que el sector de la industria o agricultura del país o países con los cuales se establece un acuerdo de cuarta generación, tanto los productos como los bienes producidos por las partes puedan circular libremente sin ningún tipo de restricciones, tales como aranceles y, en consecuencia, los productos europeos puedan competir con los producidos por esas naciones. Otro de los participantes indagó sobre cuáles serían las vías más adecuadas para profundizar en los esquemas de cooperación para el fortalecimiento de la democracia, de los sistemas judiciales, de programas específicos en la lucha contra la corrupción y el cumplimiento del respeto a los derechos humanos. En este contexto, existen algunas consideraciones que están presentes a nivel nacional en cada uno de los países andinos y son obstáculos que impiden un desarrollo óptimo de la integración comercial y política de la Comunidad Andina, tales como la insurgencia armada, el narcotráfico, las violaciones a los derechos humanos, y los problemas de corrupción. El representante europeo comentó que la Unión Europea observa que la democracia en los países andinos se está consolidando y expresó su postura de confianza en los procesos democráticos de la subregión. Además, subrayó que la


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forma de fortalecer y de consolidar la democracia se relaciona con la participación, cooperación y asociación conjunta de ambos sistemas de integración. El representante europeo recordó los recelos seculares y las tradiciones existentes entre Francia y Alemania que fueron resueltas posteriormente a la Segunda Guerra Mundial y no por razones de alianzas políticas pero sí por razones de intereses económicos. También señaló que la primera prioridad de la cooperación europea a nivel nacional es el fortalecimiento del estado de derecho. Uno de los participantes consultó si en el marco de la cooperación económica de la Unión Europea está implícita una cooperación directa para las actividades privadas productivas, dado que la ampliación de los mercados y liberalización de los mercados con programas relacionados con el aumento de la eficiencia, la productividad de los sectores privados, frente al abatimiento de todas las barreras comerciales que en una situación hipotética signifique que para la segunda década del próximo siglo, exista una competencia abierta. El representante europeo comentó que la Unión Europea posee la línea de Cooperación Económica que está dirigida hacia la empresa privada y existen varios programas, como los programas de cooperación económica que integra a los gremios relacionados con toda la estructura productiva y exportadora. En este sentido, existe en Colombia un sistema de información de comercio exterior llamado Cimpce. Entre otros programas disponibles por la Unión Europea, está el programa de mejoramiento de los empaques orientados a la agroindus-

tria, programas para los fabricantes del cuero, del sector textil y de la moda. La Unión Europea desarrolla estos programas directamente con las entidades o industrias privadas. Asimismo, al representante europeo se le interrogó si la UE posee en el marco geopolítico de la cooperación un programa de cooperación de carácter bilateral, con el propósito de activar las zonas desamparadas como son las zonas de frontera. En este sentido, existe un proyecto de recuperación de la zona fronteriza ecuatoriano-peruana, que alcanza un valor aproximando de 3.000 millones de dólares. El proyecto requiere de la cooperación financiera reembolsable y no reembolsable de los organismos de cooperación internacional, en los próximos 10 años. La Unión Europea ha desarrollado una gran experiencia en las llamadas relaciones transfronterizas y, en este aspecto, Europa podría aportar soluciones a los conflictos limítrofes. En Colombia, en ciertas áreas geográficas como Cúcuta y San Cristóbal de Táchira, existe una sola ciudad, en donde no hay fronteras. La Unión Europea ha desarrollado unos instrumentos para estimular las buenas relaciones entre las naciones. En el campo de los conflictos fronterizos, la Unión Europea y la Comisión Europea estarán dispuestas a contribuir financieramente a los programas propuestos por los países andinos. Se citó el caso de la Comisión de la Paz en Guatemala, en donde se aportan actualmente cerca de 500 millones de dólares al proceso de paz de Guatemala.


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Uno de los participantes se refirió a los focos de tensión fronteriza existentes entre Colombia y Venezuela y comentó que el contencioso se desarrolla en un marco bilateral desde hace muchos años atrás, y que se trata de un mecanismo perfectamente aceptado por ambos gobiernos. Asimismo, el participante señaló que aquellos fenómenos de tensión en la frontera son derivados de la inseguridad; sin embargo, esta inseguridad fronteriza no ha impedido que se desarrolle un volumen de comercio cercano a los 3.000 millones de dólares entre ambas naciones. Estos problemas de frontera e inseguridad derivados de Colombia, que afectan en alguna medida a Venezuela, arrojan resultados dramáticamente importantes; así, el número de secuestros realizado por las acciones de la guerrilla colombiana en Venezuela reflejan una disminución en los últimos meses de 1998. Este hecho es producto de las acciones emprendidas por ambos gobiernos que han establecido mecanismos bilaterales de cooperación militar. Por otra parte, en la Cumbre Presidencial de la Comunidad Andina celebrada en Guayaquil en mayo de 1998, se estableció la necesidad de fortalecer la construcción y desarrollo de los mecanismos de fomento de confianza para atenuar los focos de tensión fronteriza; en este punto, se ha sugerido establecer grupos de trabajo. Las acciones directas de cooperación, que pueden orientar la cooperación entre la Unión Europea y la Comunidad Andina, se relacionan con la modernización de los sistemas judicia-

les, sistemas penitenciarios y que están enmarcados en el Estado de Derecho. En la actualidad, existen varios proyectos que tratan sobre la modernización judicial en Venezuela, que se vienen desarrollando conjuntamente con la Unión Europea. El representante venezolano manifestó que la modernización se podría ampliar a otros campos, como son los sistemas electorales en los temas relativos al financiamiento y control de las campañas electorales, formación y adiestramiento de los mecanismos de fiscalización. Además, se comentó que podrían incluirse temas como la educación para la democracia, con el fin de concientizar a la ciudadanía. Uno de los participantes manifestó que en el área de las drogas se hace mucha referencia al desarrollo alternativo, pero en Bolivia los productores de coca y las personas que realizan la maceración continúan viviendo en la época de la colonia. En este sentido, se han utilizado ingentes recursos de cooperación, que aún no se refleja en el desarrollo alternativo. En la actualidad, Bolivia vive un período de incursión militar en estas áreas, que son las más deprimidas. El representante europeo aclaró que la concepción que tiene la Unión Europea sobre el desarrollo alternativo se refiere fundamentalmente a proporcionar los medios necesarios, como es la infraestructura al campesino para ubicar sus productos en el mercado de consumo. Además, el sector de la agroindustria es un sector inexplorado e inexplotado en la mayoría de países de la Comunidad Andina. Consecuentemente, esta dimensión social y productiva puede incre-


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mentar los niveles de actividad laboral de comunidades enteras de campesinos. El representante boliviano preguntó si la cooperación europea contempla ciertos programas de ayuda para los gremios de trabajadores y universidades, dado que éstos están vinculados a las actividades empresariales directa e indirectamente. Sobre este punto, el representante europeo comentó que al establecer programas y proyectos de cooperación económica siempre se vincula a los gremios laborales que representan los intereses del capital y del trabajo que ellos mismos representan. Además, en cualquier incremento de la producción de un determinado bien siempre se tendrán en cuenta los intereses de los trabajadores. LA AGENDA DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE LA COMUNIDAD ANDINA Este capítulo ubicará los temas más importantes que fueron analizados en el seminario-taller como los cinco grandes campos en el marco de las relaciones entre la Comunidad Andina y la Unión Europea. Se han identificado los siguientes temas para el diseño de la política exterior, así: las relaciones políticas; los temas económicos; la agenda social; el grupo misceláneo, que abarca los temas de integración física, medio ambiente, recursos naturales, energía y la política agrícola común. El quinto tema hace relación a la naturaleza del vínculo asociativo entre las dos regiones, es decir, la relación de los acuerdos de tercera generación y cuarta generación, basados en las concesiones unilaterales europeas que proponen condiciones de

igualdad y el tema del cronograma, es decir, el timing, o cuáles son los tiempos que se confrontan estas prioridades que propone la Comunidad Andina y que han sido definidas por la Unión Europa. Otro tema se refiere a la ubicación de esta relación andino-europea en el contexto de los procesos más generales de la globalización que se están generando a nivel mundial. LAS RELACIONES POLÍTICAS DE LA COMUNIDAD ANDINA El diálogo político carece de una doble condición: por un lado, no posee unas posiciones vinculantes que permitan emprender unas acciones externas conjuntas y, por otro lado, se necesita un sustento interno, es decir, una base interna en donde se puedan concretar acciones externas. Por el contrario, estos lineamientos de consenso existen en el campo económico, en donde la Comunidad Andina ha conformado una Unión Aduanera aunque imperfecta; sin embargo, se trata de una estructura común sobre la cual se pueden adelantar negociaciones con otros bloques. En consecuencia, en el campo político no existe un proceso de integración que permita un proceso de cooperación hacia adentro. En este aspecto, la agenda política externa debería partir de una agenda política interna, es decir, de una cooperación política entre los países miembros. Uno de los participantes comentó que el diálogo político que se ha ido institucionalizando entre la Comunidad Andina y la Unión Europea, que tuvo como expresión máxima la declaración


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de 1996, brinda un adecuado marco para construir andamiaje de cooperación y de diálogo en temas de interés común. Este diálogo institucionalizado va a permitir, por una parte, consolidar las acciones sobre la lucha contra la droga y, por otro lado, el grado de madurez que ha alcanzado en el desarrollo institucional la Comunidad Andina. En el marco de la democracia, el fortalecimiento de ésta representa uno de los ejes centrales de esta nueva arquitectura del diálogo entre ambas regiones. En consecuencia, la cláusula democrática permite establecer una estrecha vinculación entre la democracia y la promoción de la defensa de los derechos humanos, vinculado este concepto al derecho a la paz como condiciones esenciales para el desarrollo social y económico de la región andina. Además, el fortalecimiento de la democracia se orienta a la práctica sistemática de órganos judiciales encargados de combatir la delincuencia y, en este sentido, la necesidad del mejoramiento del sistema de la administración de justicia, dentro de un concepto de reforma del Estado que integra la modernización del sistema judicial y la modernización de los entes electorales. En este contexto, se pueden establecer las acciones necesarias para combatir la corrupción. En la actualidad existe un instrumento contra este fenómeno, a nivel interamericano, en el marco de la Convención de la Lucha contra la Corrupción. En este sentido, la Unión Europea estableció unos instrumentos jurídicos parecidos y a través de los cuales se podrían concretar el intercambio de experiencias

y el fortalecimiento de los mecanismos de cooperación en este campo. En cuanto al área de seguridad, se mencionó el fomento de las medidas de confianza como elemento conciliador de ciertas tensiones que pudieran existir en la región andina. Además, resulta importante el tema relacionado con la modernización del Sistema Judicial, tanto en el sistema penitenciario como en el sistema de los tribunales. Asimismo, el tema referente a la educación para la democracia y la promoción de los derechos humanos es muy importante en términos de formación y adiestramiento en varios ámbitos como a nivel de los funcionarios penitenciarios y judiciales. En consecuencia, existen elementos para consolidar una sólida relación de cooperación institucional en el marco del diálogo político de la CAN con la Unión Europea. En la última Cumbre Presidencial del Mercosur, se adoptó una declaración sobre la democracia, en donde sólo se reconocerá como nuevos miembros del bloque a aquellos países que dispongan de procesos democráticos. En este sentido, uno de los participantes cuestionó esta declaración, en razón de que resulta complicado pedir que a nivel de un proceso de integración se pueda incluir o excluir a un país, considerando que la democracia puede ser sólo representativa y no participativa del proceso. En consecuencia, la Comunidad Andina deberá incluir la llamada cláusula democrática, siendo su espíritu y filosofía que si un país ha interrumpido su proceso democrático, la primera medida pertinente que toman los países de una organización se refiere a no invitar a los


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órganos del país en donde se ha cometido la infracción a la democracia1. Uno de participantes recomendó incluir en la agenda política los aspectos de soberanía y los valores del nacionalismo existentes en las naciones andinas, dado que éstas existen desde los tiempos de la independencia y que son propias de un sistema de socialización y de educación. En este sentido, Europa ha logrado concretar mayores logros cuando ha superado los nacionalismos, siendo aún el mayor escollo el tema de la soberanía, tal es el caso de la vigencia de una moneda común. En consecuencia, en los países andinos la política en cuanto a la soberanía exige un trabajo de educación, en el sentido amplio de las nuevas generaciones y renovación de la propuesta cívica en torno a los valores de nacionalidad; además, el concepto de soberanía podría entrar en conflicto con la voluntad de los proyectos integracionistas de la región. En este sentido, al Convenio Andrés Bello le correspondería desarrollar algunas tareas con el objeto de plantear una renovada propuesta, mientras a los niños se les eduque desde la infancia, con valores estrechos de nacionalidad y referentes excluyentes a los temas de la integración. Se comentó la necesidad de buscar apoyo internacional en el sector de la función judicial vigente en los países andinos frente a los avances que han realizado los países europeos. En este sentido, el Banco Interamericano de De-

sarrollo (BID) está impulsando programas con financiamiento específico, que en el campo comercial podrían generar un incremento de las exportaciones andinas hacia Europa. Uno de los participantes mencionó que una de las áreas prioritarias en la Comunidad Andina es la reforma del Estado que conlleve una mayor eficiencia, e independencia de poderes con el propósito de aumentar la gobernabilidad democrática en la región. Por otro lado, Europa ha superado los problemas que implica la descentralización de los Estados y ha establecido estrategias adecuadas para resolver los problemas de multinacionalidad. En consecuencia, los países andinos podrían solicitar a Europa el traslado de esas experiencias en el campo de la administración pública, formación de recursos humanos que permita la capacitación con el afán de lograr la reforma del Estado, como la descentralización y sistemas de manejo de múltiples nacionalidades. Otro de los participantes sugirió la necesidad de revisar los convenios constitutivos de los órganos de la Comunidad Andina con el propósito de fortalecer el proceso de integración, dado que estos órganos en la práctica se han convertido en autónomos. Las reformas de los convenios permitirían a los gobernantes andinos delegar a nombre de sus países, y formular las políticas de integración, y consecuentemente ceder algo de capacidad de decisión en temas definidos por los órganos de la Comunidad

1 Nota del CEI: El 7 de agosto de 1998, en Santafé de Bogotá, los países andinos firmaron el compromiso de incluir una cláusula democrática.


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Andina. Por otro lado, uno de los participantes señaló que ha ido evolucionando el tema de la personalidad, personería jurídica, de la capacidad de contratación que tiene la Comunidad Andina, contratación internacional para lograr la supranacionalidad de las decisiones.

ticas. En este sentido, se aspira a que la integración andina incluya, además de las decisiones presidenciales, la integración de sus habitantes de las distintas regiones, ciudades capitales, ciudades intermedias y de la gente de la zona de fronteras.

Se señaló que en el marco de la integración andina la doctrina liberal señala la necesidad de que todos los factores de la producción circulen libremente, es decir, no sólo el capital y los bienes, sino también el trabajo. En este sentido, la libertad de migración resulta un imperativo. Por otra parte, la Agenda Política de la Comunidad Andina en relación con la Unión Europea deberá incluir los aspectos de cooperación en el ámbito de la seguridad al interior de los países de la subregión, así como aspectos relativos a la delincuencia, aspectos que la Unión Europea tiene experiencias de cooperación. A nivel internacional los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han adoptado un nuevo sistema de seguridad selectiva, abandonando la idea de la seguridad colectiva.

Se consideró que la Agenda Social de la integración andina involucra varios aspectos, como son las políticas migratorias, el tema sociolaboral, el desarrollo fronterizo y la dimensión educativa y cultural de los procesos de integración. Respecto a las políticas migratorias como es la libre circulación de personas, se ha establecido la liberalización de los servicios como condición previa para la libre circulación de los ciudadanos. Para la libre circulación de personas se ha establecido un proceso por etapas. En este sentido, la Unión Europea posee una basta experiencia en cuanto a programas, estudios y políticas.

LA AGENDA SOCIAL DE LA COMUNIDAD ANDINA La Política Externa Común de la Comunidad Andina contempla el establecimiento de una Agenda Social que identifica una serie de temas que poseen una etiqueta social. El primero se relaciona con la sociedad civil en cuanto al esfuerzo de reforma programática y de reforma institucional andina para involucrar más a la sociedad civil en los procesos de la Comunidad Andina, en áreas como la formulación e implementación de polí-

El segundo tema de la Agenda Social de la integración andina se refiere al área sociolaboral, que tiene el propósito de involucrar a los actores de los procesos productivos de la Comunidad Andina, como los empresarios y los trabajadores, quienes también deben participar en los procesos de toma de decisiones. En este sentido, la Comunidad Andina tiene un consejo laboral y empresarial, en donde se ha trabajado mucho más en la dimensión empresarial. El tercer tema de la Agenda Social tiene que ver con el desarrollo fronterizo. La frontera se entiende como el espacio vivo de la integración y que a más de constituirse en un espacio económico es generador de recursos. En conse-


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cuencia, la frontera tiene su propia economía y dinámica social. Así, la zona fronteriza entre Colombia y Venezuela es un "tercer país" en tanto y cuanto la población piensa en forma distinta de la gente del centro de los países. El cuarto tema de la Agenda Social se relaciona con la dimensión educativa y cultural de los procesos de integración. En este sentido, la CAN tiene su propia diversidad y una étnica cultural, en donde un instrumento de política externa común de la Comunidad Andina tendría que implicar una política común de divulgación cultural dado que la región tiene una identidad, es decir, se tendrían varios proyectos con una dimensión cultural de integración. Por otra parte, en el campo de la educación se está desarrollando todo un esquema de homologación de políticas educativas y, además, se deberán iniciar procesos educativos que permitan que la gente de la Comunidad Andina y las nuevas generaciones evolucionen con una conciencia de pertenencia a la comunidad. En el marco de la cláusula social debería existir la vinculación de la política social respecto de la política comercial y si es válido la injerencia de organismos supranacionales o de otros Estados en las condiciones sociales vigentes en la subregión, que guarde una equivalencia entre salarios y productividad bajo la óptica de que los niveles de bienestar de la región andina difiere de la europea. En este sentido, se comentó que las condiciones sociales de los países andinos se caracterizan por la existencia de pobreza, bastante generalizada y en un grado extremo. Los niveles de desigualdad social son sumamente grandes y en

consecuencia existe una exclusión social. De esta forma, la seguridad ciudadana está altamente correlacionada con la existencia de pobreza y desigualdad. Así, en Estados Unidos y en Europa se ha reducido la delincuencia urbana en la medida en que ha desaparecido la pobreza. Por tanto, la Agenda Social andina deberá contemplar un proyecto dirigido a erradicar la pobreza en el largo plazo y de esta manera reducir la desigualdad a través de la participación de cada una de las sociedades andinas, dado que en estas naciones existe un alta evasión tributaria. Otro punto que merece la atención de la Agenda Social andina se refiere a los aspectos de la urbanización y migraciones en la subregión. Un participante recordó que en Europa se inició la industrialización para luego dar paso a las migraciones rurales a las ciudades, mientras que en América Latina surgió el urbanismo y se ha fracasado en la industrialización. En consecuencia, las ciudades andinas han crecido en desproporción, sin guardar los planteamientos necesarios en donde no existe la capacidad de absorción de la migración sobre todo rural. Otro de los temas que resulta de gran importancia en la Agenda Social de Comunidad Andina se refiere al papel que los medios de comunicación juegan en la integración andina. En este sentido, la formación de una cultura y ciudadanía de integración andina a través de los medios de comunicación permite la participación de la sociedad civil y, por ende, la vigencia de la democracia. En este sentido, se debe propiciar el intercambio y fortalecimientos entre los comunicadores y los creadores de la cultu-


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ra. Así, Ecuador y Perú vienen propiciando el intercambio de periodistas y directores de periódicos, con el propósito de avanzar en el proceso de pacificación de la zona fronteriza. En el campo de la integración, Ecuador y Colombia lograron constituir una integración fronteriza. En las zonas de integración fronteriza entre estas dos naciones los ciudadanos circulan sólo con la cédula de identidad y no pagan ningún tipo de arancel, porque se entiende que la zona de integración fronteriza es una prolongación del otro país. Así, las personas que viajan por avión desde Buenaventura pagan tarifas nacionales e impuestos y, en consecuencia, los pasajes de avión entre Cali y una ciudad en la zona de integración fronteriza tienen un precio nacional. Estos avances fronterizos se lograron en un canje de notas entre ambas naciones. Existe un gran reto social de los gobiernos andinos de cómo hacerle llegar la integración a la gente común. En el seminario se expusieron varias opciones como la organización de programas universitarios que permitan que los estudiantes de la Comunidad Andina puedan pasar un mes en una universidad de un país y otro mes en una universidad de otro país. Esa medida puede ser facilitada por los gobiernos para permitir una mejor integración social andina en donde las personas sientan que la integración andina es una realidad que les beneficia. Por otro lado, para involucrar a la población más sencilla de nuestros países al concepto de integración, es necesario educar para integrar y promover la integración. En este sentído, se deberán financiar programas de

comunicación social dirigidos a las capas poco ilustradas, capas marginadas. Además, a nivel educativo, tanto escolar como secundario, se deberá crear una materia de integración y se deberá difundir el concepto de integración vía programas a los sindicatos, al indigenado y a las poblaciones marginadas. En concordancia con este tema existe un proyecto de pasantías para los funcionarios de todos los países andinos. En el área de la formación de la cultura y ciudadanía de la integración existe un proyecto que está dirigido por el señor Andrés Caldera, hijo del presidente Caldera a nivel andino y que tiene el respaldo de la Secretaría Andina. Este programa tiene dos ámbitos, uno referido a la presentación de y significado de la cultura andina en Europa con el afán de levantar el interés de muchos turistas europeos que vienen en busca de un ambiente absolutamente diferente al europeo y se realza la naturaleza abierta, el turismo ecológico. En los últimos años, ha habido un incremento importante de estudiantes universitarios que muestran su interés en las poblaciones primitivas de la zona amazónica. El segundo ámbito se refiere a mantener los valores culturales que los países andinos poseen, y un tercer aspecto tiene que ver con la promoción de oportunidades de inversión que tienen las áreas turísticas. Para efectos de establecer un política cultural de la subregión andina, resulta necesario abrir una línea de cooperación que permita propiciar la divulgación de programas culturales en los medios de comunicación de ambas regiones. En esta línea de trabajo es importante considerar que la presentación de proyectos


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valorados entre doscientos y un millón de dólares o más implica que los servicios de la cooperación realicen el mismo esfuerzo. Entre las formas de medición de los avances sobre un determinado tema relativo a la integración existe en la Unión Europea un mecanismo llamado eurobarómetro que permite medir los niveles de satisfacción de los ciudadanos y los sentimientos de lealtad hacia los distintos temas de la integración. LA AGENDA DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE LA COMUNIDAD ANDINA. GRUPO DE MISCELÁNEOS

Uno de los oradores identificó un grupo de temas llamado de misceláneos que integra varios aspectos, como la integración física, el medio ambiente, los recursos naturales y la energía. El campo del medio ambiente tiene varias connotaciones: la preservación del medio ambiente, la relación con el aspecto comercial, las normativas medioambientales que afectan al comercio, el turismo entendido desde la óptica ecológica que es un ámbito de gran importancia potencial en los países andinos. En esta línea de temas, se añaden los aspectos referidos a los recursos biogenéticos aún no explotados. Se comentó que del total de la cooperación que la Comisión Europea otorga a los países de la Comunidad Andina, apenas el 5% corresponde a la partida del medio ambiente, por lo que se podrían precisar varias propuestas y acciones en este campo. En consecuencia, los aspectos del medio ambiente, la biodiversidad existente en la región andina y el desarrollo de la biotecnología ofrecen oportunidades importantes en el

campo de la cooperación para el medio ambiente. El segundo tema se relaciona con la energía y que en el marco del Acuerdo de Tercera Generación firmado entre la Comunidad Andina y la Unión Europea se refiere con especificidad a realizar estudios prospectivos y de balance y de la ejecución de programas y proyectos concretos. En este sentido, la Región Andina tiene un potencial importante que ofrecer para el desarrollo y ejecución de programas y proyectos conjuntos en el ámbito de la cooperación y del fomento de inversión en el área energética. Por el contrario, los Acuerdos firmados por Europa con México en la materia de la energía, se refieren a la promoción de transferencias de tecnología, intercambios de información sobre legislaciones, proyectos conjuntos. Asimismo, en el Acuerdo establecido por Europa con el Mercosur y Chile, se manifiesta fomentar el acercamiento, intercambios de información, mantener diálogos sobre políticas energéticas. Por otra parte, resulta importante señalar que la cooperación que entrega la Comisión Europea a la Comunidad Andina representa apenas el 0,1 del total recibido y que está asignado en la partida política energética para el período comprendido entre 1990-1996. Un tercer aspecto que se destacó se refiere a la integración física y se comentó que la integración económica no puede existir sin la previa integración física. Se explicó que el 88% de los recursos financieros recibidos por la Comunidad Andina por concepto de cooperación bilateral proviene de los países miembros de la Organización para la Cooperación


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Económica y el Desarrollo (OCDE), mientras la Comisión Europea destina el 12% de sus recursos a proyectos orientados a la cooperación para el desarrollo. En este contexto, se sugirió que los proyectos de infraestructura que plantee la Comunidad Andina podrían tener una visión de conjunto de la Unión Europea y sus Estados miembros, e incluso se podrían explorar las formas de financiamiento a través del Banco Europeo de Inversiones o propidar operadones triangulares en donde participen el Banco Mundial y el BID. Asimismo, se comentó que la necesidad del desarrollo de vías rápidas de conexiones en puertos y aeropuertos resultan una extraordinaria ocasión para llegar a realizar acuerdos con empresas de la Unión Europea que pudieran financiar y participar en jointventures para el desarrollo de la infraestructura andina. En el marco general de la cooperación, la Unión Europea ha establecido líneas de acción y áreas de trabajo que se reflejan en el documento elaborado por la Comisión Europea llamado "Actualidad y Perspectivas del Fortalecimiento de la Asociación Unión Europea y América Latina 1996-2000". En cuanto se relaciona a los recursos naturales, el Acuerdo de Tercera Generación vigente entre la Comunidad Andina y la EU se refiere a programas específicos en materia de pesca, es decir, no posee un marco o sectorial de cooperación. Sin embargo, en los acuerdos firmados entre la Unión Europea y México, Chile y Mercosur se han establecido acuerdos sectoriales como, la pesca. En este sentido, la Comunidad Andina podría argumentar este tipo de acuerdos

sectoriales en el marco de los Nuevos Acuerdos de Cuarta Generación. En el aspecto agrícola y rural, el Acuerdo de Tercera Generación vigente entre ambas regiones tiene un mayor énfasis en la cooperación dirigida a los recursos forestales y del medio ambiente. Por el contrario, los acuerdos de Cuarta Generación que ha firmado la Unión Europea con México, Chile y el Mercosur están encaminados a las políticas de calidad, medidas medioambientales y sanitarias o a la armonización de normas. LOS TEMAS ECONÓMICOS DE LA AGENDA POLÍTICA EXTERIOR DE LA COMUNIDAD ANDINA

Uno de los participantes comentó la necesidad de diferenciar la dualidad existente entre el Sistema Generalizado de Preferencias (SPG) y los compromisos recíprocos que supone un Acuerdo de Cuarta Generación. En este sentido, el SPG constituye un acuerdo de preferencias comerciales en forma unilateral que ha sido renovado durante la década de los noventa y se aspira que el esquema tenga una última extensión hasta el año 2005. En la actualidad, el SPG permite que el 90% de los productos agrícolas e industriales ingresen a Europa con un arancel 0. Sin embargo, la ausencia de certeza para lograr una extensión de este sistema o de la exclusión de algunos productos obliga a preparar un escenario frente al cual la Unión Europea nos solicite en algún momento definir unas concesiones recíprocas en materia comercial. En este sentido, los Acuerdos de Cuarta Generación implican condiciones de reciprocidad que son otorgadas


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por los países que suscriben esos acuerdos con la Unión Europea. Otro participante comentó que es el momento oportuno para que la Comunidad Andina prepare una estrategia andina de negociaciones comerciales con la Unión Europea que permita una fluida y permanente relación comercial. En este sentido, el empresario andino no puede realizar proyectos y generar actividades productivas bajo la consideración de que el actual SPG pueda o no ser extendido hasta el año 2005. Sin lugar a dudas, la agenda comercial tiene una alta prioridad en el marco de las relaciones con la Unión Europea; sin embargo, las cuotas establecidas por la Unión Europea a los países andinos productores del banano han sido un serio problema para las relaciones comerciales entre ambas regiones. Resulta necesario que en el marco de la cooperación exista una definición más dirigida al apoyo de cambios en el sector privado que además de incluir a las pequeñas y medianas empresas, se involucre al sector productivo de los países andinos a través de programas concretos de productividad a efectos de elevar la eficiencia, calidad, reconversión productiva industrial y general. En consecuencia, resulta beneficioso e importante tipificar este tipo de programas a la luz del abatimiento de las barreras comerciales. Uno de los participantes sugirió que en la agenda económica de la CAN con la Unión Europea se incluyan programas de formación e información en el ámbito del medio ambiente y que permitan el conocimiento del uso de las normas téc-

nicas, especificaciones y regulaciones medioambientales como el sello verde. En tal virtud, estas iniciativas estimularán el mejor posicionamiento de productos tanto agrícolas como industriales en el mercado europeo. Por ejemplo, Alemania es un mercado importante para el destino de las exportaciones andinas y en consecuencia es uno de los países más exigentes en los temas ambientales. En tal virtud, convendría establecer programas de apoyo con la Unión Europea y generar opciones de joint-venture a efectos de desarrollar actividades conjuntas para cumplir con el respeto al ecosistema. Además, resulta importante considerar la actualización de acuerdos científicos y tecnológicos referidos a las investigaciones básicas y aplicadas en razón de la biodiversidad existente en los países andinos. En el ámbito de la cooperación andino-europea, existe la necesidad del fortalecimiento institucional. En este sentido, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina ha valorado los avances que se han efectuado en el Tribunal de Justicia de la Unión Europa y que dispone de la experiencia, tecnologías y conocimientos, por lo que resulta importante orientar y fortalecer la cooperación entre ambas regiones en esta área. El Tribunal de Justicia europeo mantiene vigente la difusión y divulgación de la filosofía y conceptos de la integración económica contemplada en la mayoría de programas universitarios del derecho económico comunitario. En algunos países miembros de la subregión andina se han realizado importantes avances en la aplicación del derecho comunitario relativo a las con-


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sultas prejudiciales. Durante los últimos cinco años, el Tribunal de Justicia Andino viene desarrollando acciones dirigidas a unificar la aproximación de legislaciones y de sistemas de regulación jurídica común. En este sentido, el número de casos que está atendiendo el Tribunal se ha duplicado respecto de los años precedentes y por primera vez los países andinos iniciaron las consultas pertinentes sobre el sistema jurídico de integración. Sin embargo, Bolivia y Perú aún no han integrado en sus respectivas legislaciones el derecho comunitario andino, debido, por un lado, a sus propias estructuras jurídicas internas que aún son poco proclives a la integración económica y, por otro lado, a la falta de receptividad del concepto de supranacionalidad de las instituciones andinas que emiten regulaciones que tengan aplicación inmediata y permanente sobre el derecho interno. Este último hecho se relaciona con la ausencia de conocimiento a nivel de magistrados y jueces de distinto orden, dado que los jueces de primera instancia no poseen el conocimiento adecuado sobre el manejo y acceso a los instrumentos jurídicos de integración. En tal virtud, se recomendó la identificación de programas que contemplen la divulgación de las decisiones jurídicas dictaminadas por el Tribunal de Justicia Andino. ACUERDOS DE CUARTA GENERACIÓN La naturaleza de la relación entre la Comunidad Andina y la Unión Europea gira en torno al Acuerdo de Tercera Generación que tiene implícito un tratamiento preferencial para estimular e impulsar las exportaciones andinas en virtud del

SPG de la Droga. Este actual tratamiento preferencial tendrá una validez de un breve plazo y está sujeto a revisión de la Comisión Europea y del Consejo de ministros de la Unión Europea y se limitará a determinados productos agrícolas e industriales. En consecuencia, las autoridades de la Comunidad Andina deberán plantear una relación con un mayor grado de igualdad caracterizado en los nuevos Acuerdos de Cuarta Generación. Las preferencias arancelarias existentes con un arancel 0 no se han aprovechado adecuadamente y el sistema está subutilizado, por lo que existiría un margen para incrementar el nivel de exportaciones de los productos andinos. Sin embargo, en la actualidad tanto la Comunidad Andina como América Latina sufren un proceso de marginalización creciente en calidad de socios de la Unión Europea, tanto en términos de mercado como en términos de compradores. América Latina ocupa el último lugar en la pirámide de preferencias europeas. En consecuencia, existe la necesidad de establecer la vía y manera adecuada para fortalecer el vínculo comercial a efectos de aprovechar las preferencias arancelarias o comenzar a plantear la necesidad de elevar el nivel de relacionamiento a través de un Acuerdo de Cuarta Generación. Además, uno de los oradores señaló que existe un factor de tiempo o timing, es decir, el momento más oportuno para plantear un Acuerdo de Cuarta Generación. Uno de los oradores planteó la necesidad de definir una nueva política comercial, es decir, establecer una estrategia de negociación común frente a Europa que incluya un proceso de comercialización,


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promoción de inversiones, promoción de apertura de mercados, enmarcado con una vinculación a la ciencia y tecnología con el propósito de incrementar la productividad y competitividad de los productos andinos en Europa. Por otra parte, se sugirió diseñar y establecer una política para el desarrollo del relacionamiento entre bloques en el contexto de los procesos de globalización. En este sentido, Europa tiene definidos sus políticas y mecanismos para fomentar el relacionamiento con la subregión; empero la Comunidad Andina deberá reflexionar en los grados de libertad de que dispone y plantear la lógica del relacionamiento entre bloques en el contexto de los procesos de globalización que están teniendo lugar a nivel mundial. Los temas que integrarían una política exterior en esta área tienen tres niveles definidos, así: la naturaleza del relacionamiento, los mecanismos y las acciones concretas de promoción del comercio y las inversiones; en consecuencia, estos puntos conceptuales de sintonía establecerían la estrategia a seguir en el marco del tema bloque económico y globalización. Uno de los participantes sugirió fijar una estrategia de política exterior común frente a los bloques económicos, dado que la Comunidad Andina aún no dispone de posiciones conjuntas sobre temas específicos; tal es el caso del banano, en donde las posiciones de Colombia y Venezuela son contradictorias con las del Ecuador y, en consecuencia, resulta prioritario tener una estrategia conjunta para negociar con la Unión Europea. Por otra parte, el surgimiento de otros bloques económicos o zonas de libre comercio como el Foro de Coopera-

ción Económica Asia-Pacífico. En este ámbito, uno de los oradores comentó que en el caso ecuatoriano se están diseñando ciertas políticas comerciales a través de la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Corpei) y que junto a Colombia, Perú y Chile se coordinarán programas para un mejor relacionamiento con los países miembros del Foro de Cooperación Económica AsiaPacífico. En el marco de una política exterior de la Comunidad Andina, el papel del Estado resulta fundamental para definir una estrategia de integración en relación a la globalización mundial de las economías. Sin embargo, existen intereses entre los Estados nacionales y las transnacionales que representan a los grandes conglomerados productivos y financieros que están borrando las fronteras del mundo. Un hecho importante que explica este fenómeno se relaciona con el tema del banano. Así, el panel del banano que se planteó ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) estuvo promovido por la empresa United Fruit International Company de los Estados Unidos, en razón de las condiciones discriminatorias de la Unión Europa que perjudicaban las utilidades de las empresas comercializadoras estadounidenses en Europa. La empresa United Fruit incorporó a los países como Ecuador, Honduras, Panamá y México que fueron afectados por las cuotas de mercado discriminatorias planteadas por Europa y se enfrentaron con la Unión Europea, mientras que el grupo de países conformado por Colombia, Costa Rica y Venezuela aceptaron las cuotas comunitarias. Sin embargo, otro panelista ar-


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gumentó que la Política Externa de la Comunidad Andina debe proyectar la integración de las naciones a través de la concordancia de programas y proyectos establecidos por los países miembros mediante políticas del corto, mediano y largo plazo. Entre varias de las actividades prioritarias que debe realizar, el Estado tiene que ver con la corrección de los desequilibrios generados por el mercado; defender la equidad social y justicia social; fomentar alianzas estratégicas entre las empresas locales y transnacionales a través de un entorno económico facilitador en materia de comercio e inversiones directas; estimular la privatización y capitalización de las empresas del Estado como son las áreas de los servicios: energía, telecomunicaciones, salud y vías de comunicación; apoyar y fortalecer a las empresas multinacionales andinas para posicionarlas a nivel internacional. LA POLÍTICA AGRÍCOLA ANDINA La Agenda de la Política Exterior de la Comunidad Andina se relaciona con la política agrícola común andina en donde los países andinos presentan una serie de actividades agrícolas asimétricas, y en este sentido resulta estratégicamente necesario el establecimiento de una política común con el propósito de negociar y celebrar acuerdos internacionales entre bloques de integración económica. EVALUACIÓN El seminario de reflexión se celebró en un ambiente distendido y constructivo, lo cual permitió un libre examen de los diversos temas presentados y llegar a un razonable nivel de consenso entre los

participantes andinos y europeo. A raíz de este pragmatismo se presentaron numerosas iniciativas y propuestas para ajustar la Agenda de la Política Exterior de la Comunidad Andina. El realismo en los debates permitió llegar a una coincidencia mayoritaria en una serie de puntos. Sin embargo, la transición del Acuerdo de Tercera Generación hacia uno de Cuarta implica ciertos niveles de reciprocidad en distintas áreas establecidas entre ambas regiones. Bajo esta premisa, se pueden resumir los principales resultados del seminario: • Se afirmó en el tema político la necesidad de distinguir una democracia representativa de una democracia participativa, significando esta última la participación ciudadana. En este sentido, se sugirió introducir como cláusula fundamental y evolutiva la parte democrática dentro de la Comunidad Andina y establecer me didas que tengan una acción con el fin de integrar a nivel institucional los órganos andinos a efectos de que exista al interior de los países miembros un movimiento funcional permanente y que permita una coordinación de países y, por ende, una posición externa común. • Se comentó la necesidad de establecer la condicionalidad democrática, que permite un respeto de los derechos humanos y el cumplimiento de las normas democráticas en la subregión. Además, se hizo referencia a la ausencia de leyes al interior de los países que hace que se mantenga la impunidad.


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Un posible Acuerdo de Cuarta Generación implica a la Comunidad Andina establecer una Agenda Social que involucre temas como son las políticas migratorias, el desarrollo social fronterizo. En este sentido, la Unión Europea tiene una gran experiencia y podría coordinar ciertos programas en el ámbito de la cooperación al desarrollo. Además, la Agenda Social debe incorporar y modelar elementos como son el manejo de políticas migratorias; desarrollo social de las fronteras; dimensión educativa, étnica cultural y social, áreas en las que Europa tiene experiencia. Existen otros aspectos que no han sido integrados en las discusiones y que deberán analizarse con atención, como la Cláusula Social que es interactiva que actúa directamente en el ámbito comercial y sobre todo en el área de los servicios. En este sentido, si no existe un reconocimiento de los servicios en los aspectos sociales difícilmente se pueden llevar a cabo operaciones comerciales. Por otra parte, la pobreza y la existencia de desigualdades en el tema social son prioritarias y tienen referencia hacia el fortalecimiento de la cláusula social. Se comentó el papel que juegan los medios de comunicación, es decir, en la comunicación global que es otro nicho importante para ser tomado en cuenta en el ámbito de la coopera-

ción y que debe tener una proyección social. • De la misma manera, se comentó so bre los temas de intercambios educa tivos a nivel subregional e internacional. • En cuanto se refiere al papel del Estado respecto a los temas económicos, se afirmó que los acuerdos regionales que la Comunidad Andina suscriba deben tener una orientación clara del Estado. Éste deberá definir posiciones tanto comerciales, como de inversión y de relaciones externas, es decir, el Estado podrá manejar unos grados de libertad muy amplios ante los bloques internacionales como son la Unión Europea, Mercosur y otros. • Finalmente, se identificaron áreas comunes de cooperación entre la Comunidad Andina y la Unión Europea en el sector de la generación energética. En este sentido, resulta fundamental aprovechar los recursos hidráulicos como una área para fomentar la inversión y conversión de las infraestructuras andinas, las actividades fronterizas, de comunicación, de apertura de nuevos mercados, como también de servicios. En consecuencia y para el desarrollo del comercio interandino y externo, se debe disponer de una infraestructura adecuada y, por ende, de servicios que conjuntamente permitan establecer una Agenda Social.




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