Repercusiones de la votación regional
Segunda vuelta: miremos la gobernabilidad Todo proceso electoral deja siempre una serie de lecciones de las cuales tenemos obligación de aprender. Esta necesidad de evaluar y corregir no solo se respalda en el sentido común aplicable a cualquier proceso técnico. En el caso peruano resulta imperativo e indispensable fortalecer el planteamiento de las reformas políticas que vienen discutiéndose con casos concretos que tengan un correlato con la realidad política y electoral que vivimos. Ante la proclamación de los resultados de las elecciones regionales y municipales celebradas el 5 de octubre pasado, vale la pena detenerse en algunos de estos, sobre todo los correspondientes al ámbito regional, donde 14 (56%) de las 25 regiones pasarán a una segunda vuelta para elegir a su presidente regional.
Dejando de lado ejemplos dramáticos como los del Gobierno Regional de Puno en 2010, elegido con el 18,8% de los votos, esta segunda vuelta (instaurada desde las elecciones de 2010) pretende fortalecer la legitimidad de entrada de las autoridades electas, pero se encuentra en claro conflicto con otra institución no menos importante para la gestión regional: la gobernabilidad, pues el Consejo Regional ya ha sido elegido por mayoría simple, lo que puede ocasionar que tengamos presidentes regionales elegidos en segunda vuelta que gobernarán con minoría en el Consejo que los acompañará los próximos cuatro años.
De las 14 regiones que pasan a segunda vuelta, 7 de ellas también tuvieron una segunda elección en 2010: Tumbes, Huánuco, Pasco, Lima, Ica, Madre de Dios y Puno repiten esta experiencia, mientras que otras 7: San Martín, Áncash, Junín, Apurímac, Cusco, Arequipa y Tacna irán por primera vez a una doble ronda para elegir a su presidente regional. En todos los casos, el insuficiente respaldo popular y las numerosas listas en contienda son indicadores de la fragmentación política imperante en estas zonas. A la luz de estos resultados y tomando en cuenta los conflictos electorales, políticos y sociales existentes, sumados a los casos de índole penal que involucran a más de una autoridad regional en contienda, debemos preguntarnos como país si no estamos en necesidad de aplicar una cirugía mayor en nuestro sistema político a través de un paquete de reformas legislativas integrales, coherentes y articuladas. El Congreso de la República tiene la palabra definitiva en este asunto.
El primero de enero de 2015 cada uno de los distritos, provincias y regiones del país tendrán a sus nuevas autoridades proclamadas, acreditadas y en pleno ejercicio del mandato otorgado por la ciudadanía. Hacemos votos para que los elegidos se comporten a la altura de lo que el Perú se merece. FRANCISCO A. TÁVARA CÓRDOVA Presidente del Jurado Nacional de Elecciones