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Composición de los azulejos

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De cómo los azulejos llegaron a Lima

Durante la época Virreinal se irguió, en el Perú, gran cantidad de conventos debido a la fe y devoción que se tenía por parte de los españoles hacia la iglesia católica. Claro ejemplo de esto, es el Convento de Santo Domingo. Siendo, hasta el día de hoy, uno de los complejos arquitectónicos más hermosos que posee la capital. No es de sorprender, pues, que para su construcción fue una de las primeras iglesias, en lima, que mandó a traer desde Sevilla, numerosos azulejos para adornar sus paredes y columnas del claustro principal.

Los azulejos sevillanos del Convento de Santo Domingo, evocan, en cierta forma, la cerámica Triana. Su colocación se dio entre los años 1604 y 1606; ubicándose en las paredes, paneles de hasta una altura de 2.40 m. sobre el nivel del suelo. Estos se encuentran enmarcados por una cenefa en la parte superior en donde se tiene la representación de grandes personajes de la orden dominica. Estos azulejos se intercalan con algunos paneles de tipo limeño, diferenciándose de los azulejos sevillanos, por contar con una superficie más porosa y sin el vidriado de los españoles. En cuanto a los distintos personajes,

se cuenta con cardenales, beatos y santos de la orden. También se aprecian ángeles que portan diversos instrumentos ornamentales y aves con vistosos plumajes. Como era habitual, en este tipo de trabajos, existen piezas colocadas en lugares que no correspondidas; generando un difícil reconocimiento de la representación.

Otro caso en donde encontramos azulejos sevillanos es la Basílica y Convento de San Francisco. Estos azulejos fueron encargados aproximadamente en el año 1631 y se concluiría la ejecución de los mismos en 1638. Estos azulejos, cuentan con una variedad de dibujos y distintos colores, teniendo como principal característica la alternación irepetida de sus combinaciones. Así mismo, estos paneles se llenan con enigmáticas leyendas fantasiosas, y, de las cuales, se dice que sirvieron como inspiración para algunos de los famosos relatos de Ricardo Palma. Si bien gran parte de los muros perimetrales se encuentra adornada por la indudable calidad sevillana de azulejos, esto no excluye que una parte significativa de azulejos hayan sido cocidos en la ciudad de los reyes. Los historiadores sistemáticos darán por sentado que todos los azulejos franciscanos del claustro principal procedieron de Sevilla; sin embargo, no existe documentación fehaciente que afirme o niegue esto. Lo que se tiene son documentos firmados de la partida de los 118 cajones repletos de azulejos sevillanos con destino a Lima. Sin embargo, también se cuenta con documentación que afirma la fabricación de algunos azulejos en la capital para el claustro. De ello es que nace dos teorías. La primera, referida a que los limeños pensaron que no bastaría con los azulejos sevillanos para completar todas las paredes amplias del claustro franciscano; y, la segunda, que algunos bienhechores del convento se adelantaron en obsequiar azulejos cocidos en Lima.

De cualquier manera, estos dos casos dieron pie a la implementación y fabricación de azulejos en la arquitectura colonial de Lima. Actualmente, es natural encontrar azulejos que decoran la arquitectura de los diversos inmuebles, iglesias y conventos del Centro Histórico. Fig. 4 y Fig. 5: Azulejos en la capilla de la Concepción de la Catedral de Lima - Juan del Corral (1656). Fig. 6: Atlantes - azulejos en el claustro del Convento de San Francisco (1638) 6.

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Composición de los azulejos

Los azulejos usualmente se encuentran compuestos por los siguientes elementos: La cenefa, la escena o patrón y la línea de simetría. Sobre la cenefa, esta se define por ser una franja alargada con dibujos generalmente cíclicos que se colocan como adorno y sirven de marco, borde o separación. Esta, cumple la función de contraste con respecto al resto del diseño según la superficie en donde se coloca. La escena o patrón, cumple la función de escenario o cuadro. Generalmente, es una pieza conformada por distintos personajes a modo de historia. En algunas ocasiones aparecen personajes mitológicos o fantasiosos dentro de la pintura. Sin embargo, la escena también puede encontrarse conformada por un patrón o motivo. Estos suelen ser figuras geométricas, adornos vegetales y en algunos casos hasta aves. La línea de simetría, es una línea invisible que se dibuja en medio del cuadro. Esta reproduce “el espejo” de lo que ocurre en una de las mitades de la escena en la otra. De esta forma, se logra, en la mayoría de casos, una simetría de la cenefa y el patrón. Cabe resaltar, que no siempre se obtiene dicho resultado debido a que las piezas de azulejos no se colocaban adecuadamente.

San Juan Bautista y el Bautismo de Cristo. Juan del Corral (1665) Convento de Santo Domingo

La Cenefa

La escena o patrón

La línea de simetría

Fig. 7: Detalle de azulejos y escalera en Palacio de los marqueses de Torre Tagle (1735).

Tipologías: azulejos de triana, azulejos de oficios, azulejos holandés y azulejo modernista. (Siglo XVI- XIX) Tipologías de azulejos

Los azulejos de Triana, lograron su auge al rededor del siglo XVI. Se conocen con este nombre debido a que fue en el barrio de Triana, en donde se dio la producción más importante de la ciudad. Esta se vio reforzada gracias al amplio comercio que existió entre Sevilla y América. Estos azulejos se caracterizan por su valor funcional y decorativo. Usualmente son patrones repetitivos, geométricos y florales. A principios del siglo XVI, Niculoso Pisano introdujo, por primera vez, el azulejo plano policromado y las obras de retablo.

Los azulejos de oficios, comenzaron a ser fabricados desde el siglo XVII con motivo ornamental. Usualmente, estos eran empleados en las cocinas de menestrales y señoríos. Rápidamente, su implementación se volvió popular en España (Cataluña). Estos cuentan con una decoración figurativa policromada y su principal característica es el de poseer una figura de profesión u oficio de la época. Además, estos cuentan con un fondo de color blanco esmaltado realizado con la técnica de baño estannífero. Hoy en día, estos azulejos han alcanzado un especial significado para los coleccionistas y la cultura de Cataluña. El azulejo holandés, también conocido como “figura avulsa” suelen tener una decoración figurativa sencilla y una gama de tonos azul cobalto sobre fondo blanco. Este azulejo fue popular en Holanda y Portugal; aunque su origen se remite a los Países Bajos (Delft). Se caracteriza por contar con una figura solitaria que flota en el centro del espacio. En las esquinas, la cerámica posee un adorno repetitivo. El fondo es de color blanco, y al igual que los azulejos de oficio, la técnica que se emplea es la de baño estannífero.

Los azulejos modernistas, o azulejo art nouveau, fue una corriente artística que inició en 1890. Se desarrolló en todo Europa; sin embargo, cabe destacar la cerámica francesa. Esta se caracteriza por prestar gran atención a la arquitectura y a la cerámica decorativa que se emplea para la decoración de sus fachadas y al interior de los edificios. Los azulejos procedentes de este periodo muestran algunas características específicas, los motivos empleados se inspiran en la naturaleza y se utilizan frecuentemente formas vegetales orgánicas, especialmente flores, hojas y frutos. En cuanto a sus colores estos suelen ser frescos y elegantes.

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