JUSA OPA1 UNA HISTORIA DE CARNAVALES, OFRENDAS Y DEMONIOS
Julio Santiago Solís Gózar2
“Hay hechos, cosas y demencias que pueden ser borradas por el tiempo, por ese tiempo que involucra a los hombres y sus ideas y se extinguen por la aparente fantasía de la muerte, habitual en los malos recuerdos. Pero hay hechos, cosas y demencias que jamás se olvidan, como la historia de Leoncio, un ser cautivado y atrapado por sus emociones y reacciones de primera mano, sin conocer el alambique de la razón”
1.- Leoncio y María, una pareja dispar. En una casita de adobe que formaba parte de la poca población de un anexo en la ciudad de Jauja, vivía una pareja de esposos que no tenían hijos y siempre peleaban por las impericias descabelladas del marido. 1 2
Jusa Opa, palabras quechua provenientes de la sierra central y su traducción es “esposo tonto”. Abogado por la Universidad Privada San Juan Bautista, con estudios de Maestria en Derecho Civil por la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Director del Centro de Investigación Juridica Humanista y Social Philos Iuris, miembro de la revista cultural y de actualidad Voces Escritas, Docente Universitadio y expositor en temas de Derecho y Literatura.
Todos en el pueblito y en la ciudad, cuando los veían juntos, se preguntaban sorprendidos
¿como un tipo tan torpe podía haber conquistado a una mujer trabajadora, colaboradora, inteligente y agraciada? Lo cierto es que su unión se debió al “concierto”3 que hubo entre sus padres por razones de una gran amistad.
Desde aquel momento que el sacerdote dijo que su unión seria para siempre y quedaron casados, María no tuvo mayor elección que aceptar su destino y respetar a su marido, con la lealtad y fidelidad que caracterizan a las señoras en la sierra; el marido de María se
llamaba Leoncio y era un tipo de baja estatura y tartamudo, con ojos grandes y de mirada noble, la gente del pueblo lo reconocía a lo lejos por su barba crecida y su ponchito color marrón, pero sería recordado por siempre a razón de lo que ocurrió en una de las tantas fiesta de carnavales en aquel anexo de el hermoso valle de Jauja.
2.- Celebrando el nacimiento del niño Jesús con carnavales y la efímera llamita de oro. En el pueblito de Leoncio y María, en los primeros días del año se festejaba el nacimiento del niño Jesús y con ello la fiesta de carnavales. En esa oportunidad, María al haber solicitado un año atrás tener la mayordomía de la fiesta, debía dar una misa que reúna a la población y contratar los servicios de músicos de
la escuela de Acolla y ofrecer comida a los bailantes y asistentes a la fiesta, pero la devoción de María fue tan intensa que adicionalmente encargo la elaboración de una llamita de oro para ser entregado en los carnavales en ofrenda al niño Jesús.
Solo quedaban dos semanas para dar inicio a la fiesta y con lo único que contaba era la llamita de oro. Por tal razón decidió dejar de trabajar en la chacra por esos días y realizar los trámites y contrataciones pertinentes.
3
El concierto es la unión de voluntades de los padres para decidir y definir el futuro marital de sus hijos. Hace no menos
de dos décadas era común esa práctica en ciertos lugares de la sierra y selva peruana; son muchos lo casos en que la novia conoce al marido el mismo día de la boda.
Por ese tiempo María mantenía a Leoncio por sus incapacidades, y para hacer más útil la vida de este último, María le encarga que cuide la llamita de oro y le explica que ha de ser entregado a los carnavales, con esta indicación reiterativa, ella se va a moler el trigo para
la obtención de harina, con la que se obtenía un delicioso pan al estilo de la sierra y que sería repartido en la fiesta. A la tarde trae dos sacos de harina y luego de un lonche menesteroso, se acuestan hasta el nuevo día. 3.- Disensos al estilo Leoncio. Al día siguiente Leoncio despierta con una interrogante y la necesidad de saber inmediatamente
quiénes son los carnavales y María que ya le había explicado por
muchas veces no le tomo importancia y se fue a buscar operarios para que trabajen en su
chacra pidiéndole que cuide la casa y la llamita de oro, así también que consiga tierra blanca para que empaste la casa y se vea elegante el día de la fiesta, y con esas indicaciones claras y contundentes, se fue. De regreso a casa María casi se vuelve loca. Leoncio en una olla había preparado la harina y pintado con ello las paredes de la casa, el bailando y riendo le dice. - Mamamayia ya pinte las paparedes. Leoncio había acabado los dos sacos de harina y María le dio muchos golpes por la cólera que le generaba la torpeza de su marido. No quedándole mayor opción a volver a moler trigo.
A los dos días de ocurrido el incidente ya faltando poco para la fiesta, con el tiempo exacto
para contratar la misa que da inicio a la celebración y la preocupación de supervisar a los trabajadores que estaban cultivando sus chacras, confía nuevamente en Leoncio y le pide que limpie la casa y acomode las ollas en la pared, pero Leoncio sumamente distraído la
interrumpe y le pregunta si ya había pasado el carnaval y ella con la poca afabilidad que por milagro tenia le respondía que él no tiene por qué esperar, que todavía falta, que aun
no llega; ella se despidió con aquella preocupación y se olvido de todo; al retornar a casa se le abrieron los ojos como si presenciase un milagro, pero desgraciadamente era todo lo
contrario, vio que todas las ollas estaban clavadas por la base a la pared, en una forma ordenada pero que por la posición del agujero están ollitas de barro se hacían ya inútiles y Leoncio bailando alegre, esperando las gracias y diciendo. - Mamamayita las ollas ya esstatan ooordenanadas Ella lo miro con cólera y su ira hacia que empuñe su mano, pero luego sintió pena por el tipo que tenia al frente y se calmo y le explico nuevamente lo que ella quería cuando le pidió que ordene las ollas. 4.- En busca del Carnaval. Al no tener nada que hacer, Leoncio saco un tronquito de eucalipto que tenían en su cocina y lo llevo a la puerta principal de daba a la calle, y a todos los que pasaban el le preguntaba:
- ¿Tú eres el carnaval? Tengo una llamita para el carnaval. Las personas que transitaban le respondían negativamente, peor el no se doblegaba y aun mas tenaz seguía preguntando y asegurando que tenia una llamita para el carnaval. Por esa calle un tarde de mucho frió pasaban arrieros que llevaban aguardiente para
ofertarla en otros pueblos y Leoncio emocionado los alcanza y les pregunta si son el carnaval y ellos dicen que si, entonces con mucho jubilo Leoncio regresa a casa y saca del baúl la llamita y lo entrega a los arrieros. Una vez realizado ese acto, el sentía la necesidad que volver a ver a Maria para contarle que ya llego el carnaval y el con sus propias manos le había entregado la llamita de 24 Kilates.
Y no paso mucho tiempo de lo ocurrido y llego Maria, agotada por el día, entonces
Leoncio le dice a quemarropa lo sucedido y es en ese momento en el que Leoncio perdió tres dientes.
Maria con la esperanza de encontrar a los arrieros salio corriendo de casa y le gritaba a Leoncio que asegure la puerta y que le de el alcance, entonces este nulo personaje desarmo la puerta y la subió a su espalda y se fue siguiendo a Maria. A casi 300 metros de su casa Leoncio encuentra a un perro muerto y desesperado llama a Maria que le llevada varios metros y le dice que venga a ver, ella agitada y con los nervios
de punta se va a la dirección donde estaba Leoncio, con la creencia que ahí estaban los arrieros, y al llegar el mentecato le dice: Miya Mamamayia un pepepeperro mumumumumuuuuerto. Naturalmente lo que más le sorprende a Maria no es el perro muerto, sino ver al tonto de su esposo con la puerta en sus hombros, entonces recordando lo de la ollas le da una golpiza al desgraciado de Leoncio acelerando su calvicie de tantos jalones que le dio al cabello.
5.- Los demonios y un justo final. Ya había oscurecido y ambos se encontraban lejos del pueblo en un valle de pocas montañas donde el viento precipitaba raudamente y junto al frió lastimaba la piel de ambos. Entonces Maria decide quedarse en una gruta que era espaciosa para los dos y se
quedan dormidos, ya como a la media noche, se escucho una voz que atemorizo a Maria,
esta voz decía “abran la puerta, ábrete, ábrete” y se abrió parte del cerro, en la profundidad ella pudo ver a cuatro personas y una mesa donde había muchas monedas de oro y plata y ellos empezaron a contar su dinero. Y llego en primer lugar un gato de color marrón y ellos le preguntaron al unísono. - ¿Qué hiciste hichito? Y este respondio. - Yo hice que se conozcan una mujer casada con un hombre casado y ahora están juntos.
Y estas cuatro personas que en realidad eran demonios, complacidos por lo que había hecho el gato lo hicieron bailar y exclamaban. - Muy bien hichito así se hace buen trabajo. Luego llego un gato de color plomo y los demonios le preguntaron. - ¿Cuál ha sido tu obra? Y este respondió sin demora. - Una pareja de esposos a la hora de almuerzo se ha peleado por que yo hice caer paja en el plato del marido y este le ha golpeado con mucha furia a su mujer, la ha revolcado en el piso y le ha sacado sangre. Y los demonios satisfechos lo animaban a seguir siendo malo y le decían. - Muy bien hichito, así se hace, ojala que le haya pegado muy fuerte a la mujer esa y reían complacidos. Por ultimo llego un gato de color negro y los demonios le preguntaron. - ¿Qué nos puedes contar, cuál ha sido tu acción del día? EL gato conto que había unido a un hombre soltero con una mujer soltera. Los demonios se enojaron y golpearon al gato botándolo del lugar ferozmente y siguieron contando su dinero. María miraba todo ello asombrada por tanto dinero y maldad, e inesperadamente el torpe de Leoncio con ganas de mear patea la puerta que protegía a la pareja y esta cae a la mesa de los demonios y estos dicen “ciérrate” y se tapó el cerro.
A la madrugada María que conocía las palabras precisas, enuncio.
- “abran la puerta, ábrete, ábrete” Y el cerro se abrió y María con Leoncio juntaron todo el oro y la plata, recuperando en
creces el valor de la llamita de oro que se había perdido, regresando a su pueblo y convirtiéndose en personas adineradas, con mejor calidad de vida. María disculpo a Leoncio por todas sus torpezas y reconoció que de no haber regalado la llamita nunca hubiese encontrado tanta fortuna. Quizá esta historia tenga una enseñanza, puede decir usted ¿Cuál es?