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VIVE CULTURA LA EDIT RIAL
Enclavado en el corazón de Guatemala, emerge como un oasis de biodiversidad y conocimiento: el Jardín Botánico. Este santuario verde no solo es un deleite visual para los amantes de la naturaleza, sino también una fuente invaluable de educación y conservación.
El Jardín Botánico de Guatemala es mucho más que un simple parque; es un refugio donde la naturaleza y la cultura convergen en armonía. Sus senderos serpentean a través de una variedad asombrosa de flora, desde especies autóctonas hasta ejemplares exóticos cuidadosamente cultivados.
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Este jardín, además de atrapar nuestros sentidos, también desempeña un papel fundamental en la educación ambiental. Cientos de visitantes, jóvenes y adultos por igual, caminan por sus senderos cada año para descubrir la vida vegetal y aprender sobre la importancia de la conservación. Talleres interactivos, charlas y exhibiciones educativas dan vida a conceptos abstractos, fomentando una conciencia ambiental que trasciende las puertas del jardín botánico.
La conservación de la biodiversidad es una responsabilidad compartida, y el Jardín Botánico se mantiene como un faro de esperanza en esta lucha. Su compromiso con la investigación y la preservación de especies en peligro de extinción es un testimonio de su contribución a nivel nacional. A través de programas de propagación y estudios de hábitat, el jardín desempeña un papel esencial en la recuperación de especies amenazadas, ayudando a restaurar el equilibrio ecológico.
Sin embargo, este oasis natural no está exento de desafíos. Es imperativo que las autoridades y la sociedad en su conjunto redoblemos esfuerzos para garantizar la protección de este tesoro natural.
Queridos lectores, el Jardín Botánico de Guatemala es un recordatorio vivo de nuestra relación con la naturaleza. A medida que entendamos su importancia no solo por su diversidad de plantas, sino por su aporte educativo a las nuevas generaciones y como centro permanente de investigación, el jardín botánico será capaz de sobrevivir. Te invitamos a visitarlo con toda la familia ya que el valor de la entrada es necesaria para su sostenimiento.
¡EntreCultura, hace de la cultura parte de tu vida!
Directorio
Daniel Nájera Director General
Ventas
Guillermo Wellman gwellmann@crnsa.com
Colaboradores
Giancarlo Hernández
14 Y 31 De Agosto
9:00 y 17:00 horas
De lo público a lo privado: Rituales en la Ciudad Maya de Naachtun, Petén (exposición).
Alianza Francesa, 5a. calle 10-55 zona 13, Ciudad Guatemala
Entrada GRATUITA
19 Al 20 De Agosto
7:30 pm a 4:30 pm (dom)
Ascenso nocturno al volcán de Fuego
Valor: Q. 275.00 p/p
Más información al WhatsApp 4102-8466
Organiza: Agencia de turismo Almatur
24 De Agosto
8:00 pm a 11:00 pm
Monólogo “El pelón en sus tiempos de cólera” de Héctor Suárez Teatro Yelem, Avenida Las Américas 7-20 zona 13, Ciudad de Guatemala
Valor: Q. 440.00 a la venta en ticketasa.gt.
26 De Agosto
8:00 pm a 11:00 pm
Concierto de Justin Quiles y Ryan Castro Explanada 5, antiguo Estadio del Ejército, zona 5 de Ciudad Guatemala
Entradas: Marbella Q 1200.00
Esquina del Mall Q 1000.00
Medallo Q 750.00 / VIP de pie Q 600.00
General de pie Q 450.00 / Grarderío Q 350.00 Entradas a la venta en mastereticket.com es propiedad exclusiva de EntreCultura y puede utilizarse para fines educativos y culturales citando a EntreCultura como fuente de origen.
Acompáñanos a recorrer esta ciudad maya que sobrevive al desarrollo urbano de la metrópoli chapina.
Redacción: Lorena Paiz Fotos: Lorena Paiz
¿Alguna vez has visto los cerritos que se encuentran por Tikal Futura? Pues si no lo has hecho estás viendo parte de la ciudad prehispánica de Kaminaljuyú; sí, esos cerros son montículos hechos por el hombre, usados como casas o edificios públicos. Para comprender esta ciudad debes retroceder unos 3000 años, cuando no existía la moderna ciudad de Guatemala.
Antiguamente hubo varios nacimientos de agua y un lago, donde actualmente se ubican las zonas 7 y 11, a inmediaciones de los centros comerciales Tikal Futura y
Miraflores. Fue acá que los primeros habitantes del valle de la Ermita se asentaron, aprovechando la abundancia del vital líquido. Como no hay mucha piedra, la mayoría de edificios públicos y casas fueron hechos de barro y tierra, material que abundaba mucho, de ahí que la mayoría solo quede hoy como montículos de tierra. El lago Miraflores era el cuerpo de agua más grande e importante.
La primera ocupación fue alrededor del año 1000 a.C. de acuerdo a restos de carbón recuperados en depósitos cerámicos excavados.
La antigua ciudad creció desde las orillas del lago hasta 1km a su alrededor.
Las investigaciones indican que sus habitantes tenían campos de cultivo irrigados mediante una serie de canales que distribuían el agua que extraían del lago Miraflores. También tenían áreas para almacenar granos y frutos traídos de la Costa Sur, rica en tierras de cultivo.
La primera gran expansión de Kaminaljuyú fue en el Período Preclásico Tardío, una de las tumbas más impresionantes en cuanto a cantidad de ofrendas cerámicas se fecha para esta época: aunque ya destruida, la Tumba del Montículo E-III-3 contenía dos individuos y más de 300 vasijas cerámicas como ofrenda.
Conforme creció la ciudad, también fueron creciendo sus edificios públicos, en tamaño y en decoración. Entre ellos el D-III-10, más conocido como el Chay, tenía en su fachada máscaras de deidades y núcleos de obsidiana que le debieron dar un aspecto resplandeciente.
Este edificio todavía puede ser visitado en la 10 ave “A” de la zona 7. La escultura de la época es muy variada, desde barrigones hasta estelas con textos escritos en un idioma parecido al Ch’olano, idioma de los mayas del Petén. Abunda la representación de sapos, los cuales debieron de ser comunes por el ecosistema. Las figurillas cerámicas representan animales como aves, reptiles y mamíferos, reflejando la biodiversidad de la época.
Para el Período Clásico (200-900 d.C.), surgió la arquitectura más formal que se conocía hasta la fecha, con edificios de estilo talud-tablero, como los existentes en La Acrópolis principal del Parque Kaminaljuyú. Para esta época el lago Miraflores se secó, provocando fuertes cambios sociales, que descentralizaron el poder, disminuyendo la cantidad de población que vivía en el valle.
Kaminaljuyú contaba con más de 200 edificios, distribuidos desde la zona de Majadas hasta el Hospital Roosevelt. El crecimiento urbano de la ciudad y por ser sus edificios de barro y tierra facilitó destruir poco a poco esta magnífica ciudad prehispánica. El Parque Kaminaljuyú y algunos montículos aislados, son todo lo que queda de la que fue la ciudad más importante del Altiplano de Guatemala. No es casualidad que la ciudad de Guatemala se ubique justo sobre ella, y aun con 1000 años de diferencia, sus funciones siguen siendo las mismas: zona residencial, comercial y de funciones administrativas.
En la 11 calle y 23 ave de la zona 7 se ubica el Parque arqueológico Kaminaljuyú, un área verde que contiene algunos de los edificios más significativos. Dentro del parque, pueden observarse edificios restaurados, montículos (edificios enterrados) y un centro de visitantes con un pequeño pero magnífico museo que contiene réplicas de las piezas cerámicas más bellas encontradas en las investigaciones. Te recomiendo visitar este sitio y lo que ofrece, es una excelente opción para conocer nuestra historia ancestral sin salir de la ciudad.
UBICACIÓN: 11 calle y 23 avenida zona 7, Guatemala, Ciudad.
HORARIO DE ATENCIÓN: 8:00 - 16:00 (Lunes a Domingo)
VALOR DE INGRESO: Según Acuerdo Gubernativo 282-2007
NACIONALES: Q. 5.00
EXTRANJEROS: Q. 50.00
“El jardín es un tesoro porque concentra muchas especies representativas de Guatemala, algunas muy antiguas, además de árboles muy viejos que tienen historia”, comentó la bióloga Ana María Ortiz, responsable de educación ambiental de este centro.
Aunque uno de sus valores es que está ubicado en una céntrica zona la capital, su desventaja es que su extensión, de 1,8 hectáreas, “es muy pequeña para ser un jardín botánico”.
El jardín se mantiene con un presupuesto muy bajo, cuenta con ocho jardineros, dos empleadas y cuatro jubilados que trabajan como voluntarios, y con una visita media de 100 a 200 personas diarias que pagan alrededor de 37 centavos de dólar por disfrutar de sus instalaciones.
El Jardín Botánico, el primero de su género fundado en Centroamérica, fue declarado Monumento Nacional por el Congreso en 1997.