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EL MILENARO Un encuentro con la salud y la
En tiempos de balnearios e hidromasajes, esta especie de ‘spa’ milenario cosecha aún multitud de seguidores en algunos países de Mesoamérica, tanto nativos como turistas de diversas partes del mundo.
El uso original de dicha práctica, cuyos vestigios más antiguos han sido hallados en yacimientos arqueológicos del estado de Chiapas, Guatemala y El Salvador, era espiritual y religioso, aunque son muchos los que hoy alaban sus beneficios fisiológicos.
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La doctora Lourdes Lara, que organiza sesiones de temazcal en las ruinas de Malinalco, cerca de la capital mexicana, dice que la tensión muscular, el insomnio, los problemas de hígado y circulatorios y el acné como algunas de las dolencias que dicha terapia puede mejorar.
Además, dicen los defensores de esta tradición que, a través de ella, se puede restaurar la comunicación consciente con la naturaleza, propia de la medicina indígena y capaz de conectar a quienes la viven con las raíces ancestrales mexicanas.
El temazcal recupera la sabiduría de los ancianos, la que curaba a las personas cuando aún no existían los hospitales y que ahora intenta ser rescatada desde diferentes instancias, prueba de ello es el hospital inaugurado hace unos años atrás en San
Andrés Larraínzar, en el estado de Chiapas, que ofrece a sus pacientes un temazcal.
La misma madre de Lara ejerce de chamán en los rituales que esta doctora organiza. “Tiene 86 años, y nos tumba a todos”, asegura su hija.
Estos baños de vapor se toman en grupo o de forma individual, en unos cuartos con forma de iglú denominados ‘toritos’, que representan el vientre de la Madre Tierra, una divinidad cuyo papel en la vertiente espiritual del proceso es clave.
Es a ella y a sus cuatro elementos -tierra, agua, aire y fuego- a quien los aztecas daban gracias en los primeros rituales de temazcal. Los antiguos guerreros que tomaban esos baños de purificación pedían ayuda a los dioses para expulsar todo aquello que ya no necesitaban.
Ritual con el cosmos
La ceremonia pretende que se establezcan lazos fraternales y de gratitud con los cuatro elementos del cosmos a través de las piedras, el calor, la oscuridad y el vapor, que, durante el ritual, asciende a dimensiones solo perceptibles, según los chamanes, para la mente.
Lo que es indiscutible para la doctora Lara, ya se asista al temazcal de forma espiritual o como terapia,