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D E A L E D A A A L D E A
S e le c c ión ,e d ic ión yp ról ogo de Luis M arigómez
Universidad de León Caligramas 20
Caligramas, VII Colección dirigida por Roberto Castrillo y José Luis Puerto
Salvador González, Tomás (1952-2019) De aleda a aldea / Tomás Salvador González ; prólogo de Luis Marigómez. – [León] : Universidad de León, 2020 179 p. : principalmente il. ; 22 cm. – (Caligramas ; 7) ISBN 978-84-9773-986-3 1. Salvador González, Tomás (1952-2019)-Crítica e interpretación. I. Universidad de León. II. Marigómez, Luis, (1957- ). III. Título, IV. Serie 821.134.2-1”19” 821.134.2 Salvador González, Tomás 1.07
© Universidad de León © Tomás Salvador González Colección: Caligramas Depósito Legal: LE-48-2020 ISBN: 978-84-9773-986-3 Maquetación y tratamiento digital de las imágenes: Juan Luis Hernansanz Rubio Imprime: KADMOS Impreso en España / Printed in Spain 2020
Caligramas Uno de los rasgos del arte contemporáneo es el de su alianza con la expresión escrita. Diarios, cuadernos, apuntes, notas, aforismos... han servido y siguen sirviendo de cauce para plasmar el proceso creador en que el artista se halla y el sustrato que lo sustenta, dándonos noticias de los mismos a través de la palabra. Escasean, sin embargo, los medios que recojan la expresión verbal de los artistas y, cuando existen, debido a la falta de acogida adecuada, cuando no al olvido, suelen estar lastrados por la precariedad y la desatención. Caligramas (continuadora de Plástica & Palabra), como colección bajo el patrocinio de la Universidad leonesa, pretende ser un ámbito que aúne el arte y la escritura; que recoja la expresión verbal de los artistas contemporáneos bajo cualesquiera de los moldes posibles, vaya ésta acompañada o no por bocetos, dibujos u otros apoyos plásticos. Pretende ser un territorio abierto, en el que tengan cabida aquellos artistas significativos, pertenezcan a una u otra modalidad o corriente, que sean representativos del arte que se crea y convive con nosotros, aunque no lo percibamos en el momento de su gestación. Pretende ser, en fin, un instrumento que nos ayude a entender mejor, a través de la creación artística y de la palabra, la contemporaneidad que nos toca vivir. Roberto Castrillo y José Luis Puerto
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P R Ó L O G O T omás S alvador G onzález (Z amora, 1952, M óstoles, 2019) publicó en vida un poemario “ visual” , ‘ F avorables país poemas’ (I caria, 19 6) . T ambién aparecieron algunas plaquettes de este género, de distribución muy reducida: ‘ El poeta en su taller’ (La hoja de roble, 198) , ‘ Espantapájaros y un sonajero’ (Escuela de arte de M érida, 20 8) y ‘ La luz de un metro en la oscuridad’ (A renas de S . Pedro, 208) . Desde la primera mitad de los años 90 dedicó buena parte de su tiempo creativo -y de su espacio ogare o a tra ajar con titulares y material gr fico, sacado, fundamentalmente del periódico ‘ El País’ para elaborar una obra paralela a sus poemas discursivos y su narrativa. ‘ El título ‘ F avorables país poemas’ viene de la revista que publicaron Juan Larrea y César V allejo, ‘ F avorables París poema’ en 1926, con solo dos números, en la que participaron V icente H uidobro, T ristán T zara, Pierre Reverdy, Juan G ris, Pablo N eruda, G erardo Diego… S us escasas cuarenta p ginas, en total, ejercieron una in uencia insospec ada en la nunca asentada vanguardia española. En el libro, T omás S alvador G onzález (en adelante T S G ) usa la técnica de recortar titulares de prensa (de El País) y compone con ellos poemas. Es un pie forzado como otro cualquiera, métrica, ritmos, rima, etc. y fue muy utilizado por los dadaístas en su momento de mayor esplendor, en los años inmediatos posteriores a la Primera guerra mundial. En palabras de César V allejo en el nº 1 de la revista, «l os materiales artísticos que ofrece la vida moderna han de ser asimilados por el espíritu y convertidos en sensibilidad.» Los poemas hechos como collages de periódicos, en la época dadá buscan, sobre todo, epatar, escandalizar un poco, como el niño que dice caca, culo, pis; pero el método admite muchas posibilidades, y T S G pasó una parte importante de
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su vida explorándolas, adecuándolas a sus intereses artísticos y poéticos. En realidad, no hay gran diferencia entre un poema discursivo al uso y uno de titulares de periódicos en el caso de T S G . Q uizá los cortes sintácticos son más abruptos y hay una síntesis más acentuada. Está el añadido estético, el tamaño y color de las letras y palabras, el fondo de la página, las imágenes que pueden acompañar, o no, al texto… Es decir, lo que pudiera perderse por quedar sometido a utilizar solo palabras aparecidas en titulares de prensa, se compensa con creces por las posibilidades expresivas, sobre todo plásticas, que se abren. Por ejemplo, en un capítulo, se han seleccionado titulares en los que el color de la letra o del fondo es muy significativo tra variante son las ranjas de colores que con orman el poema, a partir de fondos de páginas de periódicos, etc. Los orígenes de las maneras que utiliza T S G se remiten, además de a Dadá, primero a los caligramas, que puso de moda A pollinaire, y que vienen de muy atrás, y luego al letrismo, corriente de vanguardia fundada por el rumano sidore sou en un manifiesto en e atiende aqu al valor sonoro, primero, y luego visual, de las palabras, sin considerar su significado a escritura, de alg n modo, se convierte en pintura Una vez iniciado el camino, van apareciendo más opciones, y la fotografía cobra mayor importancia. La técnica básica siempre es el collage, cortar y pegar, en sentido literal. Los titulares pierden espacio y, en algunos casos, llegan a desaparecer, y solo hay imágenes; habitualmente, T S G enfrenta dos o más para generar una nueva, chocante, irreal. Puede enfrentarlas de manera elemental, como en la serie ‘ Parejas’ , o incluir una en otra, como en ‘ Rostros’ . Uno de sus primeros libros, publicado artesanalmente (y ahora en su Poesía reunida, (‘ Una lengua que él hablaba’ , Dilema, M adrid, 2018) es ‘ A leda’ , (Ediciones portuguesas, 198) , el título nombra la cera con la que las abejas untan la colmena, indica protección, una cuidadosa mirada hacia adentro. En su último libro exento, ‘ S iempre es de noche en los olsillos Papelesm nimos, , el pen ltimo apartado es ldea , una palabra que se repite en sus postreras piezas visuales. T S G vivió de niño en una, y en ese viaje, de la cera de las abejas a la primera niñez, quizá puedan agruparse buena parte de los intereses, de los logros de su obra, sin distinciones entre la parte plástica y la discursiva. De ahí el título de esta selección, ‘ De aleda a aldea’ .
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La poesía visual de T S G , a lo largo del tiempo, fue incorporando materiales. A prendió a hacer papel a mano y lo usó como fondo de algunas piezas (apartado ‘ T exturas’ ). Con cajas de puros, de cigarrillos o de turrón, elaboró poemas en tres dimensiones, a la manera de Joseph Cornell, (que compraba sus objetos en una tienda llamada ‘ El signo del gorrión’ , el nombre de una revista, que duró diez años (19320) , de la que el poeta ue undador y miem ro del consejo de redacci n asta el final , pero dejando su impronta particular, utilizando en ellos imágenes y titulares de prensa junto con piezas de madera, juguetes antiguos, tizas... El cartón, en sus diversas presentaciones, tam i n le sirve de ondo significativo de sus poemas on cartulinas de colores recortadas o rasgadas compone figuras abstractas. El extremo al que llega quizá sea el de colorear con tintas servilletas de papel y darles forma de modo que resulten inquietantes. N o se puede decir que haya una evolución de la palabra al objeto o a los colores. El autor nunca desprecia sus orígenes y las letras no desaparecen de lo que lleva a cabo hasta el último momento, pero redimensiona su importancia, las coloca en espacios más complejos que el fondo blanco de sus primeras piezas, y las pone en relación con el resto de lo que aparece en el poema. Con la llamada poesía visual, siempre hay una discusión sobre su valor artístico. ¿ Es poesía o es arte? Los poetas al uso, los que solo usan pala ras, rimas, recuento de s la as y figuras ret ricas, muy a menudo le niegan la condición poética; los artistas, en cualquiera de sus modalidades, suelen entender que es algo de muy poca importancia para considerarlo artístico. Ú ltimamente, ha entrado en algunos museos, que sí le dan ese valor l estar entre dos aguas por su propia querencia tampoco la eneficia en cuanto a la claridad de ideas. F rancisco Pino, el poeta vallisoletano que jugó con todas las barajas de lo poético, entendía que la poesía puede darse con palabras, pero también sin ellas. Es la pretensión de acercarse al paradigma lo que cuenta. En todo caso, la selección aquí presentada admite a menudo su querencia poética a la antigua usanza, y todos los poemas, o lo que sean, pueden ser disfrutados y analizados como objetos plásticos, artísticos. T S G no tiene una relación estrecha con el mundo de la poesía visual española de su tiempo, pero tampoco está desconectado. Participa varias veces en V eneno, la veterana revista mínima dirigida por F rancisco A liseda que ha atendido a la poesía discursiva y a la experimental, y lo
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ace en las dos acetas parece en el od o casi od , , recopilado por Julián A lonso en el que hay una muestra muy importante y exhaustiva de la poesía visual de los últimos años en España. En el año 205 forma parte de la exposición ‘ Desacuerdos’ , en el M A CB A , (B arcelona). Participa también con piezas notables en la exposición colectiva ‘ Constelaciones’ (M US A C, León, y C3A , Cordoba, 197) , quizá el proyecto más ambicioso de presentación de los últimos cincuenta años de poesía experimental en España. En un par de visitas a su taller, asesorado por Cristina del T eso, su mujer, pude ver, y otografiar, una parte importante de lo que ,a lo largo de veintimuchos años, había ido elaborando con su característico cuidado. Es necesario hacer una catalogación y una ordenación pormenorizada de todas las piezas. H e distribuido lo que aparece en este libro en 17 capítulos, podrían ser más, dentro de lo que he podido analizar, y con seguridad a n quedan un n mero significativo de poemas por descu rir Las pretensiones aquí se limitan a ser una primera mirada a una obra que hasta ahora es en buena parte inédita y, a mi entender, de enorme importancia poética y plástica. N o se incluyen en esta selección textos de ‘ F avorables País poemas’ porque pueden encontrarse en su edición original y en su Poesía reunida. Los primeros tres capítulos (‘ ¿ Poética? ’ , ‘ Luz’ y ‘ Espantapájaros’ ) corresponden a selecciones de obras ya publicadas, mencionadas más arriba, pero con muy escasa difusión. El resto corresponde a obra inédita o publicada en alguna revista (V eneno, etc.) también de circulación muy limitada. Los otros catorce capítulos corresponden a piezas reunidas por afinidades muy evidentes, como jedrez , ervilletas , Parejas os textos construidos a base de palabras los he dividido en cuatro apartados, para destacar sus diferencias: ‘ T itulares’ , ‘ Palabras y colores’ , ‘ F ranjas’ y ‘ Celosías’ . El capítulo ‘ Cajas’ corresponde a la obra tridimensional. ‘ Cartas’ usa como elemento de fondo sobres de correos. ‘ Rostros’ son fotos tratadas -con tijera y pegamento- en las que aparecen cabezas. En ‘ S in palabras’ la característica es que no parecen letras. ‘ T exturas’ incluye piezas realizadas con papel hecho a mano por el autor y algunos collages en los que las palabras de los titulares desaparecen. ‘ A zul’ es una de las palabras y colores etic e de Por fin, ldea es otra pala ra o sesiva en sus escritos y también surge en el trabajo visual del autor, podría ser un compendio, un ideal de sus pretensiones. A lgunas de las piezas podrían pre-
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sentarse en más de un apartado, porque cumplen los preceptos necesarios para ello, eso tiene que ver con la con uencia de intereses del artista, pero entiendo que todas tienen razón de estar donde aparecen. En la publicación póstuma ‘ Restos de infancia’ , (F reire: edición, M adrid, 2019) hay, además de unos relatos sobre un mundo añorado e imposible, varias piezas de ‘ A ldea’ y de las últimas series en las que trabajó el poeta. Es una unión de las dos maneras de hacer de T S G muy sugerente para el lector. Es importante señalar que, como cualquier objeto artístico, el original ofrece muchos más matices que su reproducción. A quí todas las piezas tienen un tamaño aproximadamente igual; la diferencia entre ellas, en realidad, es grande; en su obra hay objetos mínimos y de una envergadura notable. La textura de sus cartulinas rasgadas o del papel hecho a mano solo puede apreciarse con cierta exactitud mirando cada pieza tal cual es, sin trans erencias otogr ficas Por el tiempo que le tocó vivir, T S G no intentó inventar nada, a la manera de las vanguardias, tan vivas en el periodo de entreguerras; pero, lejos de considerar sus descubrimientos un sarampión pasajero, como hacen muchos, utilizó esos recursos para expresarse, como un paso más all del inicial de ruptura con lo esta lecido serva a lo que ten a a su alcance, desde las iniciales páginas de los periódicos hasta las servilletas del final, y juga a tra aja a con ello, con rigor, con pasi n, dedic ndole a esta tarea muchísimo tiempo y espacio, en su taller, hasta reunir una obra de la que ahora solo vemos sus frutos más obvios, y que es necesario estudiar y analizar a fondo en los próximos años. En una de las últimas exposiciones colectivas locales, en A renas de S . Pedro, en la que presentaba sus ‘ cajas de turrón’ , T S G daba este lema poes a para ser mirada sin dejar de ser le da L U I S M A R I G Ó M E Z
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DE ALEDA A ALDEA
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¿Poética? Estos poemas aparecieron en la plaquette ‘el poeta en su taller’, en 1998. El autor señala en la solapa: «Todos, en mayor o menor medida, hacen referencia al oficio de escritor, pero, más que una poética cerrada y rígida, se ofrecen como materiales o herramientas de los que el poeta se sirve para llevar a cabo su tarea.» Son 14 poemas, de los que se han seleccionado 6. Fueron compuestos en los veranos de 1996, 97 y 98, inmediatamente después de la publicación de ‘Favorables país poemas’. Son titulares compuestos con letras negras sobre fondo blanco, la manera más básica de su poesía visual. No hemos encontrado los originales. Lo que se presenta aquí son facsímiles de las páginas de la publicación. Hay varios versos que considero especialmente significativos: «el poder de las palabras», «mi lenguaje quiere ser simple, preciso, casi transparente», «trágica, tierna, terrible belleza», «el poeta escondido», «palabras recién talladas». Estas frases han sido dichas por otros, o se les han ocurrido a periodistas para titular una noticia. TSG se apropia de ellas y configura un a modo de autorretrato. La retórica del poema debe ser mínima. Las palabras deben estar muy por encima del autor, escondido en ellas. La belleza es algo mucho más fuerte que lo bonito.
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2.
Espantapájaros ‘Espantapájaros y un sonajero’ es una plaquette publicada en 2008, diez años después de la anterior. Aquí ya hay mucho más que titulares de prensa. El autor hace comentarios a la vuelta de las piezas. La primera de la selección es el sonajero del título, la segunda es ya un espantapájaros, según su criterio. «Fue el arancel que abrió el arca.» En la tercera aparece un sombrero, una de las imágenes fetiche de TSG. En el envés de la cuarta, hay una confesión del proceso: «Tardé mucho en mezclar titulares e imágenes. (…) La regla que me permitió tantear es elemental pero suficiente para mí: evitar la decoración y la redundancia. Al principio, los titulares llevaban la batuta: construido el sentido, buscaba imágenes, masas de color, escenarios… (…) Los espantapájaros abrieron otra senda (…)» Elaborada a parir de una bolsa de aspirador y la imagen de una maquinilla de cortar el pelo, es una pieza muy arriesgada desde el punto de vista del referente nombrado. En el quinto poema seleccionado solo hay un sombrero y un palo que sujeta un pañuelo, en el extremo inferior derecho, el verso «y no ven»; su título es ‘Lo siniestro’; el autor explica «es muy raro que haya ojos. Si le pones ojos se convierte en sonajero.» La última pieza es también la última de la publicación original, ‘Cierre y divisa’, que lleva una explicación enigmática: «El golem aprende a defender su estrella de las manos del rabino.» Esos espantapájaros representan a menudo cuerpos humanos, y las palabras, las frases, los versos, salen de del cuerpo, como ramas, como extremidades.
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