De scriptura et scriptis: producir. Mª Encarnación Martín López (Coordinadora).

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DE SCRIPTURA ET SCRIPTIS: PRODUCIR

Christine de Pizan, Épitre d’Othea (1400-1410) Département des manuscrits Français 848. BN France.



SOCIEDAD ESPAÑOLA DE CIENCIAS Y TÉCNICAS HISTORIOGRÁFICAS

DE SCRIPTURA ET SCRIPTIS: PRODUCIR

María Encarnación Martín López (Coordinadora)

Universidad de León 2020


De scriptura et scriptis : producir / María Encarnación Martín López (editora).– [León] : Universidad de León, Área de Publicaciones, 2020 476 p. : il. ; 24 cm Precede al título: Sociedad Española de Ciencias y Técnicas Historiográficas. – Bibliografía al final de las contribuciones ISBN 978-84-9773-994-8 1. Escritura. I. Martín López, María Encarnación. II. Universidad de León. Área de Publicaciones. III. Sociedad Española de Ciencias y Técnicas Historiográficas 003 Los estudios incluidos en esta obra han sido debidamente revisados por pares con el objeto de garantizar la validez y calidad científica de su contenido, proceso de evaluación coordinado por: Comité Científico: Carmen del Camino (Presidenta), Ignasi Baiges, Pilar Pueyo, Diego Belmonte, Ramón Baldaquí, Encarnación Martín (Coordinadora de la publicación) Inicio de petición de informes: 10/04/2019 Final de recepción de informes: 15/05/2019 Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de esta publicación pueden reproducirse, registrarse o transmitirse, por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea electrónico, mecánico, fotoquímico, magnético o electroóptico, por fotocopia, grabación o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de los titulares del copyright.

© Universidad de León Área de Publicaciones © Los Autores Edita: UNIVERSIDAD DE LEÓN. Área de Publicaciones Maquetación y diseño digitales de interior y portada: Juan L. Hernansanz Rubio. ISBN: 978-84-9773-994-8 Depósito legal: LE-135-2020 Imprime: Safekat Impreso en España / Printed in Spain


Índice - Presentación. Mª Encarnación Martín López................................................................................7 - El rogatario de las inscripciones. The material author of the inscriptions. Vicente García lobo................................................................................................13 - La producción epigráfica en la capilla de Santa María de Jesús: permanencias y cambios en la escritura publicitaria sevillana. Epigraphic production in the chapel of Santa María de Jesús: permanence and changes in the advertising writing of Seville. Pablo Alberto Mestre Navas..................................................................................33 - La escritura prehumanística en España: un primer acercamiento. Prehumanistic scripture in Spain: new chronology. natalia Rodríguez Suárez.......................................................................................61 - Producir, manufacturar y comprar a pequeña escala. La producción epigráfica ligada a los centros artesanales locales. Produce, manufacture and buy on a small scale. Epigraphic production in small artisan centers. Alejandro García Morilla.....................................................................................77 - Producir documentos y códices en escritura visigótica. Production of documents and codes in visigothic writing. Marta herrero de la Fuente..................................................................................89 - La producción de soportes de escritura en la Península Ibérica: las pizarras como material escriptorio entre la Antigüedad y la Edad Media. The production of wriitng supports in the Iberian Peninsula: slate as a scriptory material between Antiquity and The Middle Ages. Nerea Fernández cadenas.....................................................................................131 - Producción y recepción de órdenes de la casa de la Contratación de las Indias. Autos y cartas acordadas. Production and reception of orders of the Casa de Contratación de Indias. Francisco Fernández-López..................................................................................147 - La producción escrita en las cancillerías episcopales (siglos XIV-XV). The production written in the episcopal chancelleries (XIV-XV centuries). Mª Milagros Cárcel Ortí.....................................................................................163

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- Escribir y declarar: productos escritos “perdidos” en el registro de propiedades de la catedral de Segovia (1290-1296). To write and to declarate: «losted» written products in the property register of the cathedral of Segovia (1290-1296). David Espinar Gil...................................................................................................237 - Fray Bernardo Escudero y los usos de la escritura en el seno de la Congregación cisterciense de Castilla a finales del siglo XVI. Bernardo de Escudero and the customs of writing in the Cistercian Congregation of Castilla in the late 16th century. Guillermo Fernández Ortiz.................................................................................257 - Expedición de documentos en pública forma en formato códex: los libros de hacienda de la cofradía de la Concepción de Santiago de Compostela. Issuing legal force documents in codex format: the Books of finances of the Conception’s brotherhood of Santiago de Compostela Adrián Ares Legaspi...............................................................................................283 - La producción de documentos reales durante el antiguo régimen: espacios, actores y prácticas. The production of royal documents during the old regime: spaces, actors and practices. Margarita Gómez Gómez......................................................................................305 - La expedición del documento real en Perú (siglos XVI-XVII): materialidad e instituciones facultadas. The expedition of the royal document in Peru (XVI-XVII c.): materiality and empowered institutions. Julio Alberto Ramírez Barrios.............................................................................355 - Escribir para gestionar, conservar para controlar: un libro registro inédito en torno a la Segunda Repoblación del Reino de Granada. Write to manage, preserve to control: an inedited record book on the Second Repopulation of the Kingdom of Granada. Güejar Sierra. 1575-1604. Amalia García Pedraza..........................................................................................386 - Artificialiter Scribendi: vinculación de la escritura a las máquinas. Artificialiter Scribendi: the link between writing and machines. Virginia Mª Cuñat Ciscar.....................................................................................409 - Producir para conservar. La reorganización del archivo del Colegio Santa Cruz de Valladolid en el siglo XVIII por Manuel Nieto. Produce to preserve. The reorganization of the archive of the College of Santa Cruz in 18th century by Manuel Nieto. Sofía Pizarro Riñón..............................................................................................465

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Presentación “Producir, consumir y conservar lo escrito son las tres articulaciones principales de una historia de la escritura”. Esta frase de Albert d’Haenens constituye el punto de partida para una nueva trilogía de estudios auspiciada por la Sociedad Española de Ciencias y Técnicas Historiográficas. Este primer libro está destinado, como su título indica, a la producción de documentos, inscripciones y libros, su proceso técnico, paleográfico, pero también está dedicado a estudiar y ahondar en sus promotores, sus actores principales, así como los principales talleres productores de lo escrito. El tema es abordado desde diversos puntos de vista mediante las distintas disciplinas que integran las Ciencias y Técnicas Historiográficas para ofrecer una visión lo más amplia y diversa sobre el tema central que nos ocupa. Todos los trabajos que aquí se publican han sido avalados y revisados por pares ciegos, que garantizan su calidad. El contenido de este volumen se secciona claramente en cinco partes dedicadas a la Epigrafía medieval y moderna y la producción de inscripciones, la producción de documentos y códices en la alta edad media, la producción de documentos en cancillería episcopal de la Baja edad media, la producción documental bajo el Antiguo Régimen, los nuevos espacios de producción y las nuevas necesidades escriturarias para concluir con el análisis de la producción de lo escrito en tiempos actuales, sus técnicas y particularidades. La primera sesión se centra en la producción epigráfica en la Edad Media, estudiando y analizando las condiciones y características del “rogatario” de las inscripciones y su identificación, en ocasiones ambigua al emplear términos ambivalentes como el verbo “fecit” que expresa tanto la ejecución material como la acción promotora. En este sentido su análisis abre nuevas y sugerentes perspectivas. El cambio en epigrafía de la forma de hacer “a lo medieval” hacia la forma “a la moderna” es ejemplificado por Pablo Mestre en el caso concreto de la Capilla de Santa Mariía de Jesús en Sevilla. Un estudio ilustrativo de la implantación de las nuevas formas gráficas que será completado por el estudio de Natalia Rodríguez quien ahonda

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en la adopción de las grafías prehumanísticas en España. A partir de ambos estudios, parece evidente que las grafías epigráficas y su evolución vienen de la mano de diversos factores, entre ellos los talleres artísticos de primer orden. El taller de Dalmau, afirma esta autora, sería pionero en la adopción de esa escritura artificiosa que tildara Walter Koch, formada por la amalgama de diversos alfabetos, creando unas grafías especiales y altamente sugerentes que las harán apropiadas para soportes diversos, pero ante todo, vinculados a la producción artística pictórica y escultórica. Alejandro García Morilla pone el punto de contraste a los estudios anteriores y nos muestra cómo trabajan y evolucionan los talleres locales, aquellos que están alejados de las grandes vias culturales pero que tendrán en nuestro territorio una presencia nada desdeñable y que dejan una específica y especial seña de identidad. La segunda sección está destinada a la producción de documentos y códices en escritura visigótica que sirvió de preámbulo para otros estudios que analizaron el empleo de la pizarra como alternativa a otros soportes de escritura. Marta Herrero nos introduce, en un amplio y magistral trabajo, en el ámbito de la cultura escrita en visigótica en sus vertientes, documental y codicológica. La producción de documentos a lo largo de los siglos X y XI se caracteriza por la toma de conciencia del poder de lo escrito, muchas veces reseñado en siglos postreros. Sin embargo, la conveniencia de disponer de títulos de propiedad y de expandir el pensamiento humano y la cultura, aunque esta fuera predominantemente religiosa, es una necesidad muy temprana. La producción de libros en este periodo es una empresa costosa, lenta, y en no pocas ocasiones, en condiciones adversos. Pero que no cejó a lo largo de todos los siglos altomedievales. Es por ello que en algunos sectores sociales se recurra a soportes de escritura más asequibles o accesibles, de larga tradición por otra parte. Me refiero a las pizarras como soporte extraordinario, o quizá no tanto, de la escritura. A esta realidad nos acerca Nerea Fernández, haciendo un recorrido desde la Antigüedad tardía a la los primeros siglos de la Edad Media. La tercera sección se inicia con el estudio de la producción de documentos en la cancillería episcopal durante la Baja Edad Media, a cargo de la experta especialista Milagros Cárcel quien hace un magnífico trabajo de síntesis exhaustivo y riguroso de esta oficina, analizando la misión legislativa, pastoral y sacramental del obispo, así como la documentación que genera. Uno de los aspectos más importantes de la producción es el control de ésta a través de la registración de los documentos por parte de la institución emisora. La creación de instrumentos de control de propiedades y bienes inmuebles será una preocupación continua por parte de las autoridades políticas como de las autoridades eclesiásticas. Cada institución llevará a cabo su propia organización económica generando para ellos instrumentos diversos de gestión. Estudiar estos instrumentos es el objeto de los siguientes artículos. David Espinar nos acerca a la realidad de la catedral de Segovia,

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Presentación

quien ordena la registración de su documentación y propiedades a partir del siglo XIII en un amplio proceso de organización económica. La recopilación informativa dio origen al Registro Antiguo de Heredamientos, que, entre diversos avatares, se realizó entre los años 1290 y 1296. Un códice escrito en pergamino que recoge un importante volumen de documentos sobre las propiedades del cabildo catedralicio. Espinar nos señala las circunstancias históricas en que se genera, así como la producción escrituraria del cabildo que pasará por distintas fases en la elaboración del registro. La reordenación de las escrituras de propiedad, así mismo, es el objeto de fray Bernardino de Sahagún, en un momento, el siglo XVI, en que la orden cisterciense se enfrenta a un cambio institucional y social. Fernández Ortiz analiza la adopción de los nuevos usos de escritura a finales del siglo XVI en el seno de la congregación cisterciense de Castilla, su uso para administrar y gobernar. La necesidad de crear instrumentos útiles para el control de los bienes y las propiedades originaron la confección de libros hacendísticos como los de la Cofradía de la Concepción de Santiago de Compostela que nacen a partir de unas necesidades específicas que poseía la cofradía y que desarrollan unas características materiales propias en función de esos requerimientos. Adrián Ares expone la conveniencia del formato códex como forma externa idónea para estos nuevos instrumentos de control. Este estudioso nos pone de relieve la importancia de estos códices diplomáticos que no solo recogen traslados sino también documentos originales. La cofradía de clérigos del coro de la Cofradía de la Concepción de Santiago de Compostela se inicia en 1457 bajo la única responsabilidad de los vicarios. Estos registros sirvieron para dar cuenta a los consiliarios de los gastos e ingresos anuales de la Cofradía. Se asientan en sus páginas escrituras originales notariales de derecho privado, así como ejecuciones de sentencias definitivas emitidas por el provisor episcopal. La cuarta sección tiene como protagonista al Estado, la corte, la cancillería regia y organismos delegados ahondando sobre la producción documental y libraria en la Edad Moderna. Margarita Gómez estudia la producción documental durante el Antiguo Régimen, los nuevos y viejos espacios de producción, esto es, cancillería y corte, casa y corte, así como los principales actores del documento, como son, los escribanos de cámara y los secretarios reales. L complejidad y diversidad de la producción documental obliga a la autora a centrarse específicamente en espacios expedidores concretos, como son la casa y corte, la corte y cancillería, así como las personas encargadas de la gestión escrituraria, esto es, escribanos de cámara y secretarios reales, en un magnífico esfuerzo de orden y sincretismo sobre un tema en que la autora es una reconocida experta. En este análisis no podría faltar una alusión a las prácticas documentales, vía de proceso y vía de expediente para llegar a comprender los diversos e importantes cambios que se

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llevaron a cabo en la producción documental entre los siglos XVI al XVIII. En efecto, a lo largo de este periodo, se rompe el monopolio mantenido por la cancillería real y se van a desarrollar nuevas figuras o actores que generan un complejo panorama en la producción documental. En este sentido se estudian también algunas instituciones facultadas en la expedición del documento tanto dentro de España como en América. En efecto, la expedición delegada es una práctica que surge en el siglo XVI necesaria para la gestión eficaz y rápida de un Imperio cuya extensión geográfica y complejidad nunca antes había sido conocida. Para ello, el instrumento más valioso para la administración será la Real Provisión. A este tipo documental tan versátil y longevo en la historia de la Diplomática dedica su estudio Julio A. Ramírez. Nos acerca a la producción de estos documentos por la autoridad facultada por la Corona para el Perú. Un estudio que, sin duda, nos acerca a una realidad concreta, dentro de un panorama general expuesto por M. Gómez. A partir de 1503 entra a funcionar la Casa de Contratación de las Indias para la gestión y expedición de negocios relacionados con América. Fernández López nos expone un análisis de las autoridades colegiadas, como el consejo de Indias o las Audiencias Americanas, como gestoras y creadoras de nuevos tipos documentales como son los autos y cartas acordadas para la escrituración de determinados asuntos negociales que tendrán sus particularismos diplomáticos. Amalia G. Pedraza y Juan Mª de la Obra nos dibujan una perspectiva diferente dentro del amplio prisma de la producción documental moderna al estudiar la segunda repoblación del reino de Granada (1575-1604) a partir de uno de los principales instrumentos de control, el libro registro. El origen de este libro de control parte de la promulgación en 1566 de varias pragmáticas destinadas a erradicar los particularismos de raíz islámica arraigados entre los conversos granadinos. Tras una enconada guerra, se hizo vital gestionar la debacle demográfica repobladora en el Rino y articular las medidas para facilitar el arraigo de la nueva población. Analizan el marco legislativo para la gestión del patrimonio y el papel desempeñado por el libro registro es este proceso, similar al rol que desempeñan otros como el libro de apeo y repartimiento. Nuevos cambios se avecinaban en el siglo XVIII. Las diferentes instituciones elaboran sus propios medios de conservar los fondos documentales. Es el momento de la reorganización del archivo del Colegio de Santa Cruz de Valladolid. Cerramos las secciones con el análisis de las nuevas técnicas en el escribir y cómo éstas afectan al soporte y elementos externos de lo escrito, estudiar los profesionales que se dedicaron a estas tareas en periodo moderno y contemporáneo y la evolución de la

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escritura desde los abridores y fundidores hasta las formas de composición automáticas. Virginia María Cuñat hace un extenso recorrido sobre la vinculación de la escritura a las máquinas desde el siglo XV hasta la actualidad. Pone de relieve cómo las familias tipográficas y sus modelos se difunden en un amplio plano que va de la tradición gráfica a la tecnología. Los impresores se inspiran en los tipos gótico y humanístico y crean variantes que personalizan sus talleres. La escritura documenta se implica en este proceso mecánico de manera que, desde el siglo XV, se emplean documentos impresos. Cuñat ofrece una larga panorámica evolutiva de estos modelos, nos da a conocer los principales impresores oficiales. Una evolución continua de instrumentos, maquinaria y procedimientos que modificaron y cambiaron la forma de producir los documentos y los libros, su forma y su materialidad. Un largo recorrido cronológico y espacial que a través de cinco estudios marco y 17 artículos fueron desgranando las distintas realidades y cambios sociales y culturales que condicionaron la producción escrita de ayer y de hoy. María Encarnación Martín López Coordinadora

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El rogatario de las inscripciones The material author of the inscriptions Vicente García Lobo Universidad de León Como muy bien comienzan recordándonos todos los manuales de Diplomática, uno de los tres agentes o factores que intervienen en la génesis, en la producción, de los documentos es el Rogatario1. Justamente es esta figura sobre la que nos proponemos reflexionar aquí y ahora, como factor indispensable en la producción de las inscripciones. Creo que se viene aceptando cada vez de mejor grado, y superando las reticencias inciales, llamar rogatario al ejecutor de las inscripciones; y también al de los libros. Y ello se debe, al menos en parte, a que se acepta que la Analogía, ese concepto que tanto juego dio en la Filosofía clásica y en la Teología escolástica, es aplicable también a las ideas que rigen en las Ciencias de la Escritura: la Diplomática, la Epigrafía, Codicología, e, incluso, la propia Paleografía2. Es así como deberíamos hablar con toda naturalidad de Autor, Destinatario y Rogatario, de Actio y Conscriptio, de Impaginatio y Translitteratio, y de un largo etc. aplicados tanto a documentos y libros como a inscripciones. Sin falta de ir más lejos traemos aquí el sencillo pero claro y pedagógico manual de la Universidad Nacional de Educación a Distancia dir. por T. MARÍN, Paleografía y Diplomática, Unidad 5, UNED, Madrid 1977, pp. 512-513. Dice al respecto: “En la formación y hechura del documento participan normalmente tres personas: Primera, el autor….Segunda, el destinatario…Tercera, el rogatario, que es quien por encargo o a ruego –de aquí su nombre- de cualquiera de las dos anteriores prepara el documento, redactándolo, escribiéndolo y poniéndole los demás elementos externos” (p. 512) 1

Cf. al respecto cuanto decimos en nuestro trabajo La Analogía en las Ciencias de la Escritura: Alma Littera. Estudios dedicados al profesor José Manuel Ruiz Asencio, Ediciones Universidad de Valladolid, Valladolid 2014, pp. 253-281.

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Como ciencia que se valió desde muy pronto –desde Sieckel- los conceptos de Autor, Destinatario y Rogatario, la Diplomática ha de considerarse en este caso como ciencia principal, con relación a la cual se aplicarán a las demás ciencias. Esto constituye la base de la Analogía Partiremos, pues, del concepto y definición de rogatario que encontramos en Ceasare Paoli, pues entendemos que este autor nos autoriza a tomarlo sensu lato y extender su aplicación a los ejecutores materiales de los demás objetos escritos, y no sólo al que actúa a ruego de las partes interesadas. No vendrá mal, creo yo, recordar sus palabras al respecto: “Al que escribe por requerimiento de otros se le llama en muchos documentos antiguos romano-mdievales (ss. VI-VIII) rogatarius; y esta palabra yo la empleo aquí para indicar de forma muy general el oficio de escribir documentos, a ruego o por mandato de personas privadas o publicas, en buena y auténtica forma y con fe pública. Lo empleo, porque ayuda a afirmar en síntesis que los diversos momentos de la puesta por escrito del documento…y las diferentes personas que pueden tomar parte ….tienen origen todas ellas en una petición única en los documentos privados, o en una orden, que está en lugar de la petición, en los documentos emanados de la autoridad pública”3.

Como vemos, y sin hacer alusión a ella, nuestro Paoli recurre a la Analogía, y extiende el concepto de rogatario al ejecutor material de los documentos públicos también, además de los documentos privados. Éste es el fundamento para que nosotros hayamos dado un paso más y llamemos también rogatario al ejecutor material de las inscripciones y de los libros. Dos son las notas más señaladas que tienen en común los ejecutores materiales de los objetos escritos: habilidad caligráfica y conocimientos específicos. Habilidad caligráfica que va más allá del mero manejo de la pluma o instrumento gráfico: comprende también la capacidad de organizar la página escrita distribuyendo correctamente el texto sobre la superficie de la misma. Conocimientos específicos que cualifican al calígrafo para redactar los textos que luego va a materializar, sean estos documentales, o epigráficos4. “Chi scrive a richesta d’altri è detto nei piu antichi documenti romano-medievali (sec.VI-VIII rogatarius; e questa parola assumo qui per indicare in maniera generalissima l’ufficio dello scrivere documenti per rogazione o per mandato di private o publiche persone, in buona e authntica foma e con publicha fede. L’assumo, perche giova a fermare in modo sintetico che i vari momenti della documentazione…e le verie persone che possono avervi parte (scrivani cancellieri, notari) fano capo tutt’insiene a una rogazione unica nei documenti privati, o a un precetto, che sta in luogo della rogazione nei documenti emanati da publicha autorità” (C. Paoli, Diplomatica. Nuova edizione aggiornata da G.C. Bascapé, Florencia 1942, p. 22) 3

Lógicamente ya dejamos planteado el tema en nuestro trabajo La analogía en las ciencias de la esritura: Alma littera . Estudios dedicados al profesor José Manuel Ruiz Asencio, Valladolid, Ediciones Universidad de Valladolid, 2014, pp. 253-281, concretamente pp. 260-261

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I. Fuentes Afortunadamente vamos disponiendo cada vez de más y mejores ediciones de textos epigráficos, con lo cual tenemos un mayor número de fuentes para el estudio de las inscripciones y de sus peculiaridades. Es cierto que el número de inscripciones que consignan de forma explícita el rogatario es relativamente reducido; pero es lo suficientemente elevado como para que se imponga hacer una selección que refleje, no obstante, la amplia problemática que se cierne sobre el tema. Problemática de la que intentaremos dar, en apretada síntesis, la visión más completa que podamos, así como de las soluciones que apuntemos a los problemas tratados. Vamos a agrupar el material recogido por orden de procedencia. Lo hacemos, en principio, por una cuestión de claridad; pero también para ver si la cuestión geográfica ofrece alguna peculiaridad en las cuestiones examinadas.

1. Inscripciones francesas Del país vecino nos ofrece tomamos una muestra de cinco inscripciones la primera de las cuales es, además, la más antigua de las aquí utilizadas. Se trata de una pieza en tan mal estado de conservación que no nos permite conocer con seguridad su contenido; es probablemente el epitafio de cierto diácono llamado Vadolenus, datable entre finales del siglo VIII y principios del IX. Cf. n. 1 de nuestro Apéndice. Tenemos también el Epitaphium necrologicum de Estefanía de Seguier, del año 1180, de la iglesia de Magalas, en el departamento de Herault. N. 9 del Apéndice. En la segunda mitad del siglo XII sitúan sus editores la Invocatio del tímpano de la iglesia de Ameugny, en el Departamento de Borgoña- Franco condado. Es la n. 11 del Apéndice. De principios del siglo XIII es el Epitaphium necrológicum de Guillermo Arnault, converso de Santa María, en Nimes, Departamento de Gard. Cf. n 14 del Apéndice. En fin, los Epitaphia necrologica de Juan Drudon y de su madre Bernarda Drudón, datables en torno al año 1259, proceden de la iglesia colegiata de San Pablo Sergio de Narbona, Departamento de Aude. Es el n. 15 del Apéndice.

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2. Inscripciones leonesas De la actual provincia de León proceden otras cinco inscripciones, de las cuales la más antigua data del último tercio del siglo XI y la más moderna lleva fecha de 4 de septiembre de 1287. Como decíamos, la más antigua inscripción leonesa utilizada se sitúa en el último tercio del siglo XII y procede de Candanedo de Boñar, ayuntamiento de Vegaquemada. Se trata del Monumentum aedificationis de la iglesia de San Vicente, actual iglesia parroquial. Es el n. 5 del Apéndice. De la Iglesia de Santiago de Peñalba procede el Epitaphium sepulcrale del abad Esteban de aquel antiguo monasterio. Lleva fecha de 19 de junio de 1132. Cf. n. 8 del Apéndice. Los Epitaphia necrologica de los canónigos de San Rufo Diosdado y Pedro de Valence han de situarse en el último tercio del siglo XII. Proceden del pórtico de la iglesia de San Miguel de Escalada. Es el n. 12 del Apéndice. Del mismo lugar y de fecha muy cercana al anterior es el Epitaphium necrológicum de María Gutiérrez, conversa de San Rufo. Es el n. 13 de nuestro Apéndice. La más moderna de las inscripciones leonesas utilizadas es el Epitaphium sepulcrale del prior Remón Barrabio de San Miguel de Escalada también, fechado el 4 de septiembre de 1287. Cf. el n. 17 del Apéndice.

3. Inscripciones burgalesas Del Corpus de las inscripciones medievales de Burgos (siglos VIII-XIII) hemos utilizado tres interesantes inscripciones. La más antigua, fechable entre finales del siglo XI y principios del XII es la Suscriptio de cierto maestro de obras llamado Petrus que intervino en la construcción de la actual iglesia de la ermita de San Millán de Hortigüela. Es la n. 6 del Apéndice. De fecha 7 de febrero de 1184 es el epitaphium necrologicum del abad Juan del antiguo monasterio de San Vicente, en Villamayor de Montes. Corresponde al n. 10 del Apéndice. En fin, procedente de la iglesia de San Nicolás de Bari, hoy iglesia parroquial de Arroyuelo, es la Roboratio del maestro Martín, constructor de dic ha iglesia. Lleva fecha de 1178 y ocupa el n. 16 del Apéndice.

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4. Inscripciones asturianas De territorio asturiano proceden las inscripciones n. 2 y n. 3 de nuestro Apéndice. La primera y más antigua es el Monumentum aedificationis de la iglesia de San Vicente de Serrapio, en el concejo de Aller. Data del 894. La segunda es la Consecratio de la iglesia Sangoñedo, concejo de Tineo. Es del año 1042, y corresponde al n.3 del Apéndice.

5. Inscripciones oscenses De Corpus de inscripciones medievales de Huesca tan sólo hemos tomado una. Se trata del Monumentum aedificationis de la iglesia del monasterio de Santa María de Iguacel. Corresponde al n. 3 del Apéndice.

6. Inscripciones portuguesas De Portugal, en la iglesia parroquial de San Martín de Montemoro el Viejo, procede el Monumentum aedificationis de aquella iglesia, datado el año 1130. es el n. 7 de nuestro Apéndice

II. Generalidades Antes de abordar los aspectos concretos del tema hemos de tratar una cuestión previa: el concepto de rogatario.

1. El concepto de rogatario Ya nos acercamos al concepto de rogatario más arriba cuando citábamos a Cesare Paoli para justificar la aplicación de tal denominación al ejecutor material de las inscripciones. Volvemos a acudir a él para aclarar que si bien “en forma generalísima rogatario alude a uno de los tres factores necesarios del documento, veremos más adelante a esta personalidad , única con relación al fin, escindirse en varias personas, en varios oficios, en varios momentos“5. “.. in forma larghissima rogatario alude a “uno dei tre fattori necessari del documento, vedremo poi…questa personalità, unica idealmente rispetto al fine, scindersi in più persone, in più uffici, in più mementi…” (O.c., pp. 22-23). 5

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Efectivamente, bajo la denominación genérica de rogatario se contemplan el lugar o lugares, la persona o personas, y la fase o fases que intervienen y en que se desarrolla la ejecución de una inscripción. En otras palabras: hemos de estudiar el scriptorium epigráfico6 con su organización y dotación material; las fases y momentos de la ejecución; las tareas y especialidades profesionales; los especialistas que las ejecutan, etc.

2. Las fórmulas de suscripción Para la identificación del rogatario de las inscripciones –como en el caso de los documentos– hemos de acudir a la fórmula de suscripción. El problema reside en que son muy pocas las inscripciones que consignan dicha fórmula. Por otra parte, no siempre suscriben nuestros rogatarios con una fórmula directa y clara, alusiva a las tareas caligráficas –scripsit, conscripsit, etc- o análoga. A veces suscriben mediante la fórmula fecit, fecit hoc, que resulta equívoca toda vez que puede referirse al acto caligráfico o a una obra. Como veremos a continuación, las fórmulas alusivas a las tareas caligráficas ponen de manifiesto que los calígrafos de las inscripciones proceden unas veces del campo documental y, otras, del campo librario. En más de una ocasión nos hemos referido al acierto de Jean Durliat cuando afirmaba que los escribas de las inscripciones participaban de la misma cultura caligráfica que los de los libros o los de los documentos7. a. Fórmulas caligráficas. Son las que utilizan el verbo scribere y sus derivados – conscribere, superscribere, etc- o el sustantivo scriptor. b. Fórmulas notariales. Aluden más bien a las tareas redaccionales y hemos de ver en los calígrafos que las utilizan su familiaridad con la redacción de documentos: notuit, qui notuit, etc. c. Fórmulas genéricas. Son aquellas que utilizan el verbo fecit en un contexto que nos permite asegurar que se refiere al hecho escriptorio: fecit, me fecit, fecit hoc8 En nuestro trabajo arriba citado sobre la analogía ya justificábamos la aplicación del concepto de scriptorium, proveniente del campo codicológico a las oficinas en que trabajaban los profesionales de la ejecución de los objetos escritos “oficinas –decíamos- que, por analogía, también podemos llamar scriptoria: scriptoria documentales (cancillerías, notarías), scriptoria librarios (scriptoria propiamente dicho), y wscriptoria epigráficos” (O.c., pp. 260-261) 6

J. DURLIAT, Écritures “écrites” et ëcritures épigraphiques: le dossier des inscriptions byzantines d’Afrique, en Studi Medievali 21, 1980, 19-46.

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Cf. lo que decimos más adelante en la nota 12.

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d. Carencia de fórmulas. Cuando las inscripciones carecen de suscripción resulta poco menos que imposible acercarnos a la figura de su rogatario. En general podría admitirse que, en ambientes monásticos, uno de los miembros de la comunidad habría ejecutado la inscripción, fuera éste ligado a las tareas librarias o a las documentales.

III. Los Rogatarios y sus Fórmulas Pasamos a continuación a analizar los casos concretos que reflejan las inscripciones recogidas en nuestro Apéndice.

1. Scripsit y derivados. Scripsit. Conscripsit. Superscripsit. Scriptor. Son fórmulas directas que nos permiten lógicamente identificar al rogatario sin el menor género de duda. Por lo demás, son las más frecuentes y usadas por nuestros calígrafos. El año 1042 el matrimonio Masuara Analso y Gontrodo, hacen construir, quizá reconstruir, la iglesia del monasterio de San Juan de Sangoñedo (Asturias)9. La reconstrucción requiere una nueva consagración, acto que lleva a cabo el obispo de Oviedo Froilán, siendo rey Fernando I, el hijo de Sancho el Mayor de Navarra. Todo ello se recoge en una inscripción suscrita por el abad Pedro (Apéndice, n. 3) que se vale del verbo conscribere: + Pedrus abas conscrit{sit} Con anterioridad -siglos VIII/IX- ya habíamos encontrado este mismo tipo de suscripción en una inscripción de la iglesia de Saint Pierre de Saulges, en el Departamento francés de Mayenne (Apéndice, n. 1). Su mal estado de conservación no permite identificar el texto, pero sí la suscripción del rogatario: + Gelamus conscripsit. Salvetur et qui legit

Como muy bien resume Diego Santos, la iglesia de San Juan de Sangoñedo ya aparece en una donación del rey Fruela II del año 912 (F. DIEGO SANTOS, Inscripciones medievales de Asturias, Principado de Asturias, 1995, p. 160.). De ahí deducimos que el edivigaverunt de la Consecratio de 1042 se refiera a la reconstrucción de la iglesia 9

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Vicente García Lobo

De scriptura et scriptis: producir

Esta especie de Apprecatio –Salvetur et qui legit- que nos recuerda en cierto modo las que los copistas de libros solían consignar al final de su trabajo, dirigiéndose al lector, nos autoriza a suponer a nuestro rogatario habituado a la caligrafía de libros. Formulación más literaria, pero siempre en torno al verbo scribere, encontramos en el Monumentum aedificationis de la iglesia de Santa María de Iguacel del año 1072, en Larrosa, provincia de Huesca, que habían mandado construir los condes Sancho y su mujer Urraca (Apéndice, n. 4). El texto está organizado y dispuesto en tres partes: la primera consiste en una especie de preámbulo: a. Hec est porta Domini…… La segunda contiene la Notificatio en que se da cuenta de la intervención de los condes en la obra: b. Iussu Santioni comitis est fabricata .... Para terminar con la doble suscripción del calígrafo y del maestro pintor: c. Scriptor harum litterarum nomine Azena. Magister harum picturarum Galindo Garcez El año 1130 se consagraba la iglesia de San Martín de Montemoro el Viejo, cerca de Coimbra, dedicada a los santos Lorenzo y Lucía, cuyas reliquias se incluyen en el altar (Apéndice, n. 7). La inscripción fue redactada por el presbítero Juan que suscribe al final de texto: + Templum Laurenci hoc noscant atque Lucie servat reliquias amborum.... Iohannes presbiter scripsit Esta fórmula, que incluye una notificación –templum..noscant- nos sugiere también los hábitos documentales de nuestro presbítero. El calígrafo Guillelmus suscribía el año 1180 el texto que había redactado como epitafio para Estafanía de Séguier, en Magalas Departamento de Herault, en Francia (Apéndice, n. 9). No puede ocultar su familiaridad, probablemente su condición, de calígrafo de libros. En efecto, no se limita a decirnos que escribió el texto, sino que añade también la apprecatio tan frecuente en las suscripciones de los calígrafos librarios: +Anno ab Incarnatione Domini millesimo centesimo octogesimo +Obiit Stephania de Securo, mater Ugonis.....detur scriptori locus in medio paradisi. Guillelmus me scripsit

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El rogatario de las inscripciones

Detur scriptori locus in medio Paradisi. Esta fórmula nos recuerda el Dentur scriptori pro penna coelica regna”, del calígrafo anónimo del siglo XII/XIII, del monasterio de Heilsbronn10 También del siglo XII es la inscripción que Juan, capellán de Taizé y de Ameugny, traza en el tímpano de esta última iglesia con el conocido saludo angélico de la Anunciación (Apéndice, n. 11): Ave Maria gratia plena Dominus tecum. Iohannes capellanus Tasiaci atque Amuniaci scripsit hec. Et Seguinus lapifex Melei El interés de esta inscripción va más allá de la suscripción del capellán Juan en su calidad de calígrafo: nos da noticia de la intervención del lapifex de Mele, Seguinus; lo cual nos lleva a contemplar el tercero y último paso de la materialización de las inscripciones: la incisio a cargo del lapicida. Es de los pocos casos, si no el único, en que se deja constancia del lapicida de una inscripción, como tarea y oficio distintos del calígrafo. Hacia el año 1259 Bernardo Estobe redacta el largo epitafio de Jean Drudon y de su madre, enterrados en la iglesia de Saint Paul de Narbona, que suscribe con el verbo scribere (Apéndice, n. 15): Anno Domini millesimo duicentesimo quinquagesimo...obiit... Bernardus Stobe me scripsit En San Miguel de Escalada tenemos el Epitaphium sepulcrale del prior Remón Barrabio, muerto el año 1287 (Apéndice, n. 17), redactado por Juan de Periferia, monje del vecino monasterio de San Pedro de Eslonza, que suscribe asimismo con el verbo scribere: Hic requiescit Remundus Barrabio, prior huius monasterii… Iohannes de Periferia, monacus Sancti Petri de Aldoncia scripsit hoc. Esta suscripción no habla de que para esas fechas la tradición caligráfica, tan largamente acreditada en el monasterio de San Miguel de Escalada, había decaído hasta tal punto que no había quien ejecutase la inscripción.

Así concluía en calígrafo anónimo del monasterio cisterciense de Heilsbronn, del siglo XII/XIII. Cf. W. WATTENBACH, Das schriftwesen im Mittelalter, Leipzig 1896, reed. Graz 1958, pp. 436-437 10

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2. Notuit y analogos Notuit, qui notuit. Si las fórmulas anteriores eran eminentemente, ya que no exclusivamente, librarias, alusivas únicamente al hecho gráfico, la fórmula qui notuit es más amplia y más rica en conceptos. De origen documental y sin excluir lógicamente las tareas escritorias, nos sugiere la labor intelectual de redacción del texto. Pero, además, nos revela un profesional avezado a la redacción de documentos. Esto que decimos es especialmente evidente en la inscripción de San Vicente de Candanedo (Apéndice, n. 5) de finales del siglo XI, principios del XII: In nomine Domini nostri Ihesu Christi…Martinus qui notuit La fórmula en sí ya es suficiente para hablarnos de un Martinus redactor de documentos. Si a ella añadimos la invocación con que encabeza su texto, excesivamente desarrollada -+In nomine Domini nostri Ihesu Christi- y que es poco usual en las inscripciones, la certeza es aún mayor. Se trata de una de las formas habituales de la invocación cristológica de los documentos de la época, como bien sabemos. Por su parte, el Epitaphium sepulcrale del abad Esteban, de Santiago de Peñalba (Apéndice, n. 8) tiene un formulario típicamente epigráfico, redactado en versos leoninos. Sin embargo, se cierra al final con dos fórmulas documentales. Por un lado, la roboratio alusiva a la orden de redactar el epitafio dada por Pelagius Fernandi, que era sin duda la máxima autoridad del monasterio tras la muerte del abad Esteban: Pelagius Fernandi iussit fieri, Y, al final, la suscripción del rogatario: Petrus qui notuit. Otra fórmula de evidente origen diplomático y análoga a la anterior, es titulavit, qui titulavit. Es la que usa, por ejemplo, Iohannes (Apéndice, n. 6) que redacta un breve texto para dejar constancia epigráfica de la intervención del maestro Petrus en las obras de la iglesia de San Millán de Hortigüela, en la provincia de Burgos. Suscribe la inscripción echando mano de esta fórmula: + Petrus magister fecit oc. Iohannes qui titulabit11 Hay que advertir que en el pais vecino no aparecen ni ésta ni la anterior fórmula diplomática; por lo que hemos de considerarlas propias y típicas de la Península Ibérica. El mal estado, sin duda, de conservación de esta inscripción indujo a sus primeros editores a leer las palabras sancti Tulabei 11

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