Documentos pontificios medievales del monasterio de Sta. María de Poblet. Santiago Domínguez Sánchez

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SANTIAGO DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ Colección Monumenta Hispaniae Pontificia 11

DOCUMENTOS PONTIFICIOS MEDIEVALES DEL MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE POBLET (1132-1499)

Universidad de León Área de Publicaciones

2017


Documentos pontificios medievales del Monasterio de Santa María de Poblet (1132-1499) / [edición y compilación] Santiago Domínguez Sánchez. –[León] : Universidad de León, Área de Publicaciones, 2017 602 p. ; 25 cm. – (Monumenta Hispaniae Pontificia ; 11) Índices. -- Bibliogr. p. 32-43 ISBN 978-84-9773-904-7 1. Monasterio de Santa María de Poblet-Historia-Fuentes. 2. Bulas pontificias-1132-1499. 3. Tarragona (España : Provincia)-Historia religiosa-Siglo 12º-15º. I. Domínguez Sánchez, Santiago. II. Universidad de León. Área de Publicaciones 272(460.237)"11/14"(093.2) 27-789.25(460.237)"11/14"(093.2) 726.77(460.237 Poblet)(093.2)

© Universidad de León Área de Publicaciones © Santiago Domínguez Sánchez I.S.B.N. 978-84-9773-904-7 Depósito Legal: LE-364-2017 Imprime: KADMOS Impreso en España / Printed in Spain

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A Laura

Quoniam iste dulcis amor suavem odorem dat, et sic, dum esset pater in accubitu suo, nardus longinquae filiae Laurae dedit odorem suum. (Porque este dulce cariño ofrecía a la vida un aroma apacible, y así, mientras el padre se encontraba en sus ocupaciones, recordaba el perfume a jazmín de su niña Laura, aunque ella estuviera lejos).

Thomas Antoine Marandel o “Josep de Sant Benet” (1654-1728), de origen flamenco, lego del monasterio de Montserrat. En “Opera omnia, tum latino, tum hispano sermone conscripta”, Madrid 1725, reed. 1738, pág. 296.

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INTRODUCCIÓN “Alexander episcopus, servus seruorum Dei (...) venerabilibus fratribus (...) episcopis (...) Audivimus et audientes ammirati sumus quod, cum fratribus domus de Populeto, sicut aliis omnibus Cisterciensis Ordinis, a Ponficibus Romanis, predecessoribus nostris, concessum sit (...) ut de laboribus quos propriis manibus aut sumptibus excolunt nemini decimas solvere teneantur; quidam ab eis nichilominus, contra indulgentiam Sedis Apostolice, decimas exigere et extorquere presumunt, et, sinistra interpretatione apostolicorum privilegiorum capitulum pervertentes, asserunt “de novalibus” debere intelligi, ubi “de laboribus” est inscriptum. Quoniam igitur manifestum est omnibus qui recte sapiunt interpretationem huiusmodi perversam esse et intellectui sano contrariam, (...) ne ullus contra eos materiam habeat malignandi (...), per apostolica scripta vobis precipiendo mandamus, quatinus omnibus (...) prohibere curetis ne a memoratis fratribus (...) de novalibus vel de aliis terris (...) decimas presumant quomodolibet extorquere; nam, si “de novalibus” voluissemus tamen intelligi ubi ponimus “de laboribus”, “de novalibus” poneremus, sicut in privilegiis quibusdam apponimus aliorum. Quia vero non est conveniens ut contra instrumenta Sedis Apostolice temere venire, que obtinere debent inviolabilem firmitatem, (...) vobis (...) mandamus, quatinus si qui canonici, clerici, monachi vel laici, contra privilegia Sedis Apostolice, (...) predictos fratres (...) gravaverint (...) laicos excommunicationis sententia percellatis, reliquos autem ab officio suo suspendatis”. En 11791 Alejandro III escribía estas significativas palabras en un mandato que enviaba a diversos obispos y autoridades eclesiásticas de Cataluña. Este párrafo es toda una proclamación solemne de la firmeza e inviolabilidad que tenían los privilegios y las bulas papales en los momentos centrales de la Edad Media. Ni siquiera uno solo de sus vocablos o frases podía ser malinterpretado. En efecto, Alejandro III dice textualmente “que no es lógico que nadie actúe temerariamente 1

Concretamente el 26 de julio de (1179), desde la ciudad de Segni. Doc. 14 de la Colección Diplomática.

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contra los documentos emanados de la Sede Apostólica, a los que se debe otorgar una firmeza inviolable”. El Papa prosigue afirmando “que si hubiésemos querido decir una cosa, la habríamos escrito en nuestro diploma claramente, y no otra que otro quiera entender arteramente”, finalizando con la condena a sentencias de excomunión o suspensión canónica a quienes no hicieran caso de tal norma. La pena contra quienes “pervierten con siniestra interpretación algún parrafo de las cartas apostólicas” realmente es gravísima, ya que a los terribles castigos espirituales se sumaba la suspensión canónica, que significaba, entre otras cosas, la anulación del cobro de las rentas y salarios individuales y colectivos. Hemos querido comenzar con estas palabras la presente monografía, dedicada a la colección de diplomas pontificios medievales seguramente más relevante de la Península Ibérica, la del monasterio cisterciense de Santa María de Poblet, porque el amable lector así podrá tener presente desde un principio la importancia máxima que, en los siglos medievales, se concedía a los documentos papales, cada una de cuyas palabras y sentencias gozaba de la máxima fuerza y de perpetua inviolabilidad. El monasterio de Poblet nació justamente a mediados del siglo XII, gracias al apoyo del conde de Barcelona, Ramon Berenguer IV2, que donó para su creación unos terrenos en la cuenca del Barberá a la abadía cisterciense de Fontfroide, terrenos que reunían las condiciones que imponía la Regla cisterciense para una fundación: aislamiento, abundancia de agua y amplios lugares donde establecer granjas3 para desarrollar las labores agrícolas. Se trataba, además, de unos territorios recién conquistados, lo cual supuso que la influencia de Poblet en el ámbito social circundante fuese de gran calado. El hijo de este conde, Alfonso II, rey de Aragón desde 1162, continuó con el apoyo explícito hacia el monasterio, ordenando que su cuerpo se enterrase en Poblet4.

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Cf. docs. 29 y 281 de la Colección. En los diplomas que editamos en la presente Colección aparecen las granjas de Avinganya de Serós, Barbéns, Castellfullit del Boix, Cedó, Doldellops, Ferrán, La Figuera, Madia, Milmanda, La Pena, Cérvoles, Riuapis, Riudabella de Vimbodí, Riudoms, Rocavert, Titllar, Torre de Bernat Estopanyán, Torredà, Urcesia y Viverol. 4 Y no en Ripoll como sus antepasados, los condes de Barcelona. 3

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Sobre los momentos de fundación del monasterio de Poblet, permítaseme copiar ahora unas palabras del prof. Santacana5, que explican de forma clara las circunstancias de tal hecho: Ramon Berenguer tenía planteado el problema de la repoblación, tan luego como se decidió a terminar con la reconquista en Cataluña. En 1151, liberadas ya Tortosa y Lérida, y con ellas toda la cuenca del Ebro, trabajaba intensamente en la tarea de atraer hacia aquellos lugares poblaciones cristianas. Pero en estos momentos, en pleno corazón de Cataluña Nueva, quedaba todavía en poder del enemigo el reducto que tenía por centro a Ciurana. De por sí era ya un lugar realmente inhóspito, y se convertía en muy peligroso para aquellos súbditos del conde que allí quisieran establecerse. Mientras un puñado de musulmanes habitara en aquellos montes, la colonización y cultivo del territorio, e incluso de la cuenca del Barberá, sería muy difícil. Poco después, Ramon Berenguer, de acuerdo con sus sobrinos, Hugo y Ramon de Cervera, proponen una solución arriesgada: el establecimiento de una comunidad cisterciense en aquellos parajes. Ésta, al socaire de sus muros protectores, atraería prontamente a la población. Sería una avanzadilla cristiana en tan peligrosa y agreste región. La Orden escogida, ciertamente, podría cumplir a maravilla la finalidad. Los estatutos eran austeros. Además, el mismo fundador de la recién establecida Institución ponía como condición al erigir una nueva casa que ésta se asentara en lugares apartados del bullicio de los hombres. En fin, con estas sencillas pero relevantes palabras se detallan las causas que impulsaron al conde Ramon Berenguer a la fundación de Poblet. No queremos entrar ahora en la discusión de la fecha exacta6 en que se produjo tal fundación, que para algunos hay que fijar en 1151 y para otros en 1153. No está de más, sin embargo, recordar que el 30 de noviembre de 11527 Eugenio III recibía claramente bajo su protección el monasterio de Poblet, a petición de su abad, Vidal, a la vez que confirmaba sus posesiones y privilegios8.

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SANTACANA, El monasterio de Poblet, 15ss. Discusión que detalla críticamente el libro anteriormente citado en sus páginas 18-26. 7 Doc. 2 de la Colección. 8 Aunque MORERA, Tarragona cristiana, I, 637, dudaba si el abad citado, Vidal, lo era ya de Poblet o todavía de Fontfroide, creemos indudable que se trataba del abad de Poblet, ya que a él se dirige el Pontífice con las palabras: Dilectis filiis Vitali, abbati monasterii Sancte Marie de Populeto, eiusque fratribus tam presentibus quam futuris regularem vitam professis. 6

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Los diplomas pontificios de esta Colección dan fe de la formación a lo largo del siglo XII de todo un complejo poblacional en el que los monjes podían subsistir prácticamente sin salir al exterior, con su iglesia principal, capillas, claustro mayor y claustros menores, sacristía, dependencias administrativas, residenciales y de estudio, portería, jardines, cillero, bodegas, cocinas, refectorios, scriptorium, biblioteca, locutorios, enfermería, farmacia, hospital de pobres, zapatería, herrería, molinos, cárcel, cementerio, etc.9 En las centurias siguientes el auge de Poblet fue tal que se constituyó como abadía madre de numerosas filiales, entre las que destacan los prioratos de Santa María la Blanca de Piedra en el pueblo zaragozano de Nuévalos, establecido en 119410, Santa María la Real en Palma de Mallorca, en 123911, Sant Vicent de la Roqueta en Valencia, en 128712, o Santa María de Natzaret en Barcelona13, en 131114. Además, es sabido que ejerció su jurisdicción sobre 60 pueblos, localizados fundamentalmente en Cataluña y el norte de Aragón. Los abades de Poblet eran mitrados desde 134615 y además fueron muchas veces vicarios generales del Císter en los reinos de

9 Véase al respecto, GONZALO I BOU, La vida privada de Poblet a l’edat mitjana i moderna; y ALTISENT, La descentralización administrativa de Poblet. 10 Cf. docs. 241, 283 y 284 de la Colección. 11 Cf. doc. 243 de la Colección. 12 Cf. doc. 69, 158, 225, 232-238 y 245 de la Colección. 13 Cf. docs. 211, 225, 232-238 y 272-278 de la Colección. 14 Además de otros como el castellonense de Santa María de La Pobla de Benifassà, establecido en 1233, o el de Sant Pau de Manresa, fundado en 1378. 15 Véase el doc. 194 de la Colección.

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Aragón y Navarra16, diputados en las Cortes17, limosneros reales18 y consellers o embajadores de los monarcas19. En diversas ocasiones el apoyo pontificio hacia los mismos se vio reflejado en su elevación a mitras episcopales20. Como más abajo se comentará más detenidamente, en el año 1340 Pedro el Ceremonioso mandó hacer realidad el antiguo deseo de Alfonso II (1164-1196) de convertir en Poblet el panteón real, lo que fue causa de dádivas continuas de los monarcas hacia este cenobio21. Pero no sólo reyes, sino también otros de los nobles más importantes de Cataluña tuvieron una relación especial y en ocasiones pidieron ser enterrados en este monasterio: los condes de Urgell22 o los linajes

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Véanse los docs. 255-261 de la Colección. Sabemos, por ejemplo, que en 1414 el abad general del Císter, Jean de Martigny, designó a Joan Martínez de Mengucho, abad de Poblet, como vicario suyo y visitador en Hispania; o que en 1436 el abad general Jean Picart d’Aulnay nombró a Miquel Roures, abad de Poblet, visitador de los monasterios cistercienses de Aragón y Navarra, confirmándole en la superioridad sobre la reforma de Castilla. Cf. MORGADES, Historia de Poblet, 135 y 142. 17 Entre otros muchos ejemplos, Egidi Rosselló, abad de Poblet, asistió a las Cortes de Lleida de 1301; y el abad Miquel Delgado fue designado en 1476 diputado eclesiástico de Cataluña. Cf. MORGADES, Historia de Poblet, 87 y 160-161. 18 Por concesión de Pedro IV realizada el 18 de abril de 1375. Cf. MORGADES, Historia de Poblet, 113-114. 19 El abad Ramon de Siscar falleció en Lyon el 20 de agosto de 1247 cuando actuaba como embajador de Jaime I ante Inocencio IV. El abad Guillem de Estanyol fue nombrado en mayo de 1291 embajador de Alfonso III de Aragón ante el rey Jaime de Sicilia. El abad Miquel Delgado fue embajador de Alfonso V ante Nicolás V y Calixto III. Cf. MORGADES, Historia de Poblet, 73, 84-85 y 151. 20 Véase el caso, por ejemplo, de Arnau de Filella o de Serrallonga, abad de Poblet entre los años 1215 y 1220, luego nombrado obispo de Elna. Cf. GAMS, Series episcoporum Ecclesiae Catholicae, 600. 21 Cf. el pequeño pero sustancioso artículo de NAVASCUÉS, Los sepulcros reales de Poblet. Cf. también MARÈS, Las tumbas reales de Poblet; y SOBREQUÉS, Els reis catalans enterrats a Poblet. 22 Cf. docs. 124, 179, 219 y 220 de la Colección.

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Cervera23, Puigvert24, Cabrera25, Montcada26, Anglesola27, Aitona28, Bas29, Copons30, Torroja31, Préixens32, etc. Tras la extinción de la casa real de Aragón, el monasterio de Poblet comenzó una época de decadencia, pero mantuvo gran parte de su poder y de sus posesiones hasta principios del siglo XIX. En 1822 los gobernantes liberales expulsaron a los monjes y se pusieron en venta las propiedades monásticas. Aunque tres años después los monjes regresaron, el fin llegó casi33 con la Exclaustración y Desamortización de 1835 y años siguientes, así como con la Primera Guerra Carlista, momento en el cual el monasterio se convirtió en cuartel. Desde entonces Poblet fue pasto de saqueos, incendios y ruina34, de tal manera que el complejo monástico casi llegó a sucumbir35. Sin embargo, en 1930 se creó el Patronato de Poblet para rescatar los tesoros que todavía no habían desaparecido, recuperándose entonces gran parte de las edificaciones, de manera que en 194036 se establecieron allí nuevamente unos monjes cistercienses procendentes de Italia, manteniéndose allí tal Orden hasta la actualidad37. El espléndido edificio, que aún conserva partes románicas, góticas, renacentistas y barrocas38, fue declarado por la Unesco en 1991 23

Cf. docs. 13 y 50 de la Colección. Cf. doc. 145 de la Colección. 25 Cf. doc. 50 de la Colección. 26 Cf. doc. 215 de la Colección. 27 Cf. docs. 12 y 215 de la Colección. 28 Cf. doc. 215 de la Colección. 29 Cf. doc. 13 de la Colección. 30 Cf. docs. 183, 194 y 195 de la Colección. 31 Cf. doc. 13 de la Colección. 32 Cf. docs. 39 y 125 de la Colección. 33 Cf. TODA, La destrucció de Poblet, 1800-1900. 34 De hecho, Andreu Bofarull publicó ya en el año 1848 una guía del monasterio titulada significativamente Poblet, su origen, fundación, bellezas, curiosidades, recuerdos históricos y destrucción. 35 Fue muy destacada la labor de la Comisión de Monumentos de Tarragona en pro de la conservación del cenobio. Cf. SERRA i VILARÓ, La Comisión de Monumentos ante las ruinas de Poblet. 36 Cf. BOU i SIMÓ, Restauració monàstica de Poblet. Véase también MARTINELL, El monestir de Poblet. 37 Cf. la interesante monografía de BASSEGODA, Història de la restauració de Poblet. 38 Una excelente descripción artística del edificio se encuentra en la página Web del monasterio de Poblet y lleva por título El monestir de Poblet. 24

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Patrimonio de la Humanidad, título que sólo poseen cinco monasterios hispanos. Por otro lado, es importante recalcar que siendo el monasterio de Poblet el más importante de los cenobios cistercienses catalanes, del reino de Aragón y de toda Hispania, además de serlo, se preocupó de guardar los documentos que atestiguaban por escrito tal condición. De hecho, hoy día se conservan en el Archivo Histórico Nacional nada menos que más de quince mil pergaminos procedentes de tal centro religioso, lo cual es algo muy por encima de lo habitual en cualquier otro monasterio. Compárese tal cifra, por ejemplo, con los mil seiscientos pergaminos existentes en dicho Archivo provenientes de otro de los más importantes monasterios medievales hispanos, el de Sahagún, sito en la parte occidental peninsular: se trata únicamente de un diez por ciento de los diplomas procedentes de Poblet. Tal relevancia del monasterio de Poblet y de sus fondos documentales se manifiesta también en la enorme cantidad de diplomas pontificios conservados en el mismo. Hemos podido reunir, estudiar críticamente y publicar con rigor casi tres centenares de documentos pontificios, datados entre los siglos XII y XV, en su gran mayoría inéditos, relativos al citado monasterio tarraconense, cantidad que nuevamente es casi infinitamente mayor que la de cualquier otro cenobio peninsular, y que sólo puede compararse a la de las grandes abadías europeas como Montecassino, Passignano, Bobbio, Luxeuil, Fontevrault, Cluny, Cîteaux, Saint Denis de París, Sankt Gallen, Fulda, Murbach, Reichenau, etc. En tales diplomas pontificios, por muy solemnes y formales que parezcan, late la vida cotidiana del monasterio de Poblet: sus triunfos y sus crisis, el nombramiento y la muerte de sus abades, los estudios de sus monjes, sus debilidades, sus esfuerzos diarios por mantener la Regla, la incorporación de novicios y conversos, las dádivas recibidas, las relaciones con la abadía madre de Fontfroide y con otros cenobios o lugares eclesiásticos, las indulgencias y favores de los que gozaban, en fin, toda la existencia de una comunidad religiosa y social de profundo calado.

Apunts d’art. Visita guiada feta per P. Jesús M. Oliver al noviciat de Poblet durant el curs 1997-1998. Apunts de fra Lluís Solà.

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Además, se dio la circunstancia que la práctica totalidad de los documentos pontificios se muestran favorables a las causas y tesis de Poblet. Como dice el prof. Santacana39, hemos podido comprobar (...) que Roma se había puesto siempre del lado (de Poblet). Cuando (...) surgía un conflicto importante, no temía otorgar las oportunas letras pontificias, zanjando la cuestión en su favor, a veces con gran energía. Y ciertamente que los oponentes habían sido personas o instituciones cuya categoría era, a menudo, digna de la mayor consideración. Un número considerable de eclesiásticos, el obispo de Urgell posiblemente, y sobre todo la iglesia metropolitana de Tarragona, figuraban entre aquéllos que le habían discutido derechos. Sin embargo, Poblet tenía siempre el apoyo de la Santa Sede40. Y es que no sólo los privilegios específicos41 hacia Poblet de los Papas Eugenio III, Alejandro III, Celestino III42, Inocencio III, Honorio III y Alejandro IV, sino multitud de cartas graciosas, curiales, solemnes, breves e incluso mandatos protegían los intereses, derechos y bienes populetanos43. Obsérvese sólo un caso: uno de los derechos más favorables para los monasterios cistercienses era el de exención del pago de diezmos por las tierras que trabajaban, directa o indirectamente. Pues bien, en esta Colección hay nada menos que cuarenta y cuatro diplomas papales que concretamente ratifican esta prerrogativa de Poblet44. Además, prácticamente todos los Papas, desde mediados del siglo XII a fines del XV, apoyaron a Poblet45 e incluso reclamaron a los reyes la protección hacia este cenobio46. Incluso los Pontífices prohibieron a sus propios legados o nuncios, así como a cualquier obispo o autoridad eclesiástica, solicitar tributos en sus visitas a Poblet47. 39

SANTACANA, El monasterio de Poblet, 322. Véase, entre muchos otros, el doc. 51 de la Colección. 41 Docs. 2-4, 8, 22, 26, 38, 117 y 138 de la Colección. 42 Éste dirigido al monasterio de Santa María de las Franqueses, en Balaguer, cuyas posesiones acabaron incorporándose a Poblet en 1475. 43 Véase el apartado final de esta Introducción, dedicado a los tipos documentales que aparecen en la presente Colección. 44 Cf. docs. 1, 2, 16, 19, 24, 28-31, 34, 36, 39, 44, 47, 48, 53, 55, 62, 77, 86, 90, 95-97, 113, 119, 122, 123-127, 130, 138, 140, 162, 169, 172-176, 178, 241 y 282 de la Colección. 45 Véase al efecto, en la parte final de esta monografía, el Índice cronológico de los autores de los documentos. 46 Cf. el doc. 65 de la Colección, dado el 15 de junio de 1235, en el que Gregorio IX pide a Jaime I de Aragón que ayude al arzobispo de Tarragona, Guillem de Montgrí, en su apoyo al monasterio de Poblet. 47 Entre otros, véase el doc. 132 de la Colección, de Alejandro IV, datado el 11 de noviembre de 1258. 40

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Pero, para entender cómo un cenobio como Poblet, por muy relevante y poderoso que fuese, pudo acumular tal enorme cantidad de documentación, se debe destacar un hecho singular: las costumbres canónicas de la Orden del Císter obligaban a dejar constancia por escrito de cualquier hecho jurídico mínimamente reseñable, no sólo por motivos jurisdiccionales, sino también para que de este modo quedase testimonio para la historia de las empresas, acciones y proezas de la misma. Recordemos una de las ordenanzas concretas aprobadas para la Orden del Císter por Benedicto XII en el año 133548, que dice textualmente lo siguiente: Et quia gesta hominum scripturae fidei committuntur, ut rei gestae memoria in posterum habeatur, volumus et ordinamus ut ubicumque abbates vel alii locorum conventualium regiminibus praesidentes, aliquid, cum expresso consilio suorum conventuum, facient, de quo testimonialis conficiatur scriptura, quod sigilla ipsorum abbatuum vel aliorum regiminibus praesidentium eorumque conventuum apponantur in illa; et quod deinceps in sigillo cuiuslibet abbatis, vel alterius loci conventualis regimini praesidentis, quocumque nomine censeatur; ipsius nomen proprium exprimatur, ut melius sciri possit per quem et cuius tempore, id de quo agetur factum extiterit, et ut malitiis falsitatum commentis via melius praecludatur. Tal disposición es tan interesante para cualquier interesado en el mundo de los monasterios medievales, que merece la pena su traducción al pie de la letra: Y ya que los acontecimientos de los hombres se entregan a la escritura para dejar fe y constancia de los mismos, queremos y ordenamos que todos los abades y los demás presidentes de otros lugares conventuales de la Orden del Císter, con el expreso consejo de sus monjes, estén obligados a documentar por escrito todo lo que hagan, debiendo llevar tales escrituras el sello de los citados abades o presidentes conventuales; y que, en 48

Véase el doc. 188 de la Colección.

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adelante, tales sellos lleven el nombre de los referidos abades o priores, de manera que se pueda conocer fácilmente por quién y en qué tiempo se hicieron las cosas que se escrituraron, y así se impidan fácilmente las sospechas y ficciones falsas. Y esta normativa, como se observa en los archivos, se cumplió de manera estricta49, de tal modo que se recurrió continuamente a notarios para escriturar los actos jurídicos50 y a archiveros de la Orden, que conservaron perfectamente el legado de sus antepasados y además se ocuparon, como luego veremos, de copiar los más importantes diplomas en cartularios de perfecta elaboración51. Pero, por otro lado, no puede dudarse que tal acumulación documental sólo podía provenir de un centro socio-religioso especialmente acaudalado. Es difícil conocer la exacta fuerza sociopolítica52 o la precisa situación económica del monasterio de Poblet en sus momentos iniciales, aunque se ha dicho que a fines del siglo XII ya había en Poblet entre 80 y 100 monjes53. Sin embargo, tenemos más datos al respecto referidos a la Baja Edad Media. El propio edificio monástico gótico tiene tal categoría y grandiosidad, todavía en nuestros días, que es un fehaciente testimonio del poderío de Poblet en épocas pasadas. Durante la primera mitad del siglo XIV la situación de prosperidad de Poblet era notoria. Sabemos que en 1331 Poblet entregó una gran cantidad de dinero a Jaime II para la pacificación de Cerdeña, que en 1337 se ampió la iglesia mayor del monasterio, y que en 1342 el cenobio dio a Alfonso IV 40.000 sueldos y más adelante 50.00054.

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Lo que no sucedió en otras Órdenes o en otros ámbitos. Pedro II (11196-1213) otorgó el título de notario regio al monje con cargo de archivero. Véanse los docs. 4, 72 y 178 de la Colección. 51 Cf. ALTISENT, La descentralización administrativa de Poblet, 6870. 52 Aunque es significativo, por ejemplo, que desde 1222, por concesión de Jaime I, en todas las propiedades del monasterio se podía enarbolar la bandera regia, como signo del amparo real hacia las mismas. 53 Lo que afirma el historiador Morgades, siguiendo los datos de Finestres. Cf. MORGADES, Historia de Poblet, 32. Sin embargo, no se hicieron elencos completos de monjes hasta fines del siglo XV. 54 Cf. MORGADES, Historia de Poblet, 99-100. 50

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En ese momento se produce un hecho importante para toda la Orden del Císter y también para Poblet. Benedicto XII55, en 1335, siguiendo su propio criterio y la opinión de los principales abades de la Orden, los de los monasterios de Cîteaux, La Ferté, Clairvaux y Morimond, decretó la reforma de la Orden, estableciendo pormenorizadamente unos nuevos estatutos y ordenanzas para la misma, encamimados a conseguir la buena marcha y organización económica de los monasterios, así como la pureza, integridad de costumbres y sólida preparación teológica de los monjes. Entre otras múltiples cuestiones, se estableció en tal diploma que algunos monjes cistercienses de la provincia eclesiástica de Tarragona, donde se encuadraba Poblet, y también de la vecina de Zaragoza, acudiesen a estudiar a las Facultades de Teología de Toulouse o de Montpellier. Precisamente el estudio fue una práctica cuidadosamente vigilada en Poblet. De hecho, sabemos que los monjes de Poblet no sólo cursaban Teología en las Universidades de Toulouse o Montpellier, sino también en las de Zaragoza56 y París y, desde 1419, en los propios cenobios de Poblet, Santa María de Natzaret de Barcelona o Sant Vicent de la Roqueta de Valencia57. Sin embargo, a partir del año 1347 la Peste Negra afectó gravemente al monasterio de Poblet. Se ha afirmado que entonces el número de monjes se redujo de doscientos a tan sólo treinta58. En los propios diplomas pontificios hay continuas referencias a los desastres naturales, epidémicos y sociales que propiciaron un claro declive económico. De la peste no se libraron ni los más altos estamentos de la sociedad. De hecho, la reina Leonor de Portugal, esposa de Pedro IV de Aragón, ligada desde muy pronto, como muchos monarcas aragoneses coetáneos, al monasterio de Poblet59, falleció en 1348 en la ciudad de Teruel con tan sólo veinte años de edad, siendo enterrada dos años después en el panteón real de Poblet. Incluso dos abades de Poblet, Ponç

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Cf. doc. 188 de la Colección, dado el 12 de julio de 1335. Cf. doc. 285 de la Colección. 57 Cf. doc. 225 de la Colección. 58 Cf., entre otros, MORGADES, Historia de Poblet, 102-103. 59 Procedente del archivo de Poblet se conserva un diploma de 1347 en el que el Clemente VI facultaba a esta reina para oír Misa en lugares puestos bajo entredicho canónico. Cf. doc. 196 de la Colección, fechado en Aviñón el 9 de noviembre de 1347. 56

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de Copons y Bernat de Palau, fallecieron60 en ese mismo año víctimas de tal enfermedad61. Otro síntoma de la crisis se percibe al comprobar que a lo largo del siglo XIV numerosas propiedades de todo tipo de monasterios pasaron a manos privadas, lo que afectó grandemente a las economías monásticas, también a la de Poblet62. Por entonces, además, como es sabido, surgió en la Iglesia el llamado Cisma de Occidente. Poblet, como todos los centros religiosos aragoneses, obedeció a los Papas de Avignon, hasta que el 6 de enero de 1416 este reino le retiró la obediencia a Benedicto XIII63. La crisis se mantuvo hasta los primeros años del siglo XV. De hecho, en 1409, el referido Papa Luna, Benedicto XIII64 se vio obligado a reducir a la mitad la décima que Poblet aportaba a la Cámara Apostólica, teniendo en cuenta que, según le había referido al abad de este cenobio y el propio rey, Martín I, la situación de pobreza en Poblet era notoria, tal y como reflejan las siguientes palabras: Benedictus episcopus, servus servorum Dei, ad perpetuam rei memoriam. Ex paterne caritatis officio ecclesiarum ac monasteriorum et piorum locorum libenter summovemus incommoda, eisque incumbentia, quantum dum Deo possumus, onera sublevamus. Nuper siquidem pro parte carissimi in Christo filii nostri Martini, regis Aragonum illustris, fuit nobis expositum quod monasterium Populeti, Cisterciensis Ordinis, Terraconensis diocesis, quod per clare memorie reges Aragonum, dicti regis predecessores, et regem ipsum magnifice dotatum extitit, propter mortalitatum pestes ac sterilitates et alias in redditibus, castris, locis, grangiis ac vassallis et aliis suis bonis et iuribus est adeo diminutum, 60

Cf. MORGADES, Historia de Poblet, 102. Lo que no obstó para que Poblet contribuyese en 1355 y 1359 con subsidios a favor de la lucha de Inocencio VI por recuperar los Estados Pontificios. Cf. docs. 201 y 202 de la Colección. 62 Ya en 1281 Martín IV autorizaba a revocar los contratos firmados por Poblet pero que perjudicaban los intereses de éste, por enajenar sus bienes. Cf. doc. 143 de la Colección. 63 El último diploma de Benedicto XIII relativo a Poblet está fechado el 3 de junio de 1415. Cf. doc. 220 de la Colección. 64 Cf. doc. 213 de la Colección, dado en Barcelona el 20 de diciembre de 1409. 61

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ac castra, loca et grangie huiusmodi in suis edificiis ruinam passa sunt, quod redditus predicti ad sustentationem abbatis et conventus, necnon et aliorum servitorum dicti monasterii, et ad hospitalitatem in ipso monasterio tenendam, ac castrorum, locorum et grangiarum ipsorum reparationem et alia eis quamplurima incumbentia onera supportanda non suppetunt; quare pro parte dicti regis necnon et dilectorum filiorum Iacobi, abbatis, et conventus ipsius monasterii fuit nobis humiliter supplicatum ut providere eis de aliqua relevatione ipsorum onerum, et presertim circa moderationem taxationis decime, de benignitate apostolica, dignaremur... Pero, como decíamos, la situación cambió a medida que avanzaba el siglo XV65, en especial por la protección regia hacia Poblet66, ya que, como se dijo más arriba, este monasterio fue durante la Baja Edad Media el principal panteón real67 de los monarcas aragoneses68. De hecho, un diploma de Eugenio IV dado en 143169 valoraba ya las rentas anuales del monasterio de Poblet en más de 20.000 florines de oro aragoneses, que eran suficientes para asegurar el sustento de 100 monjes. Si se tiene en cuenta que el peso medio de esta moneda era de 3,42 gramos, deducimos que el cenobio tenía unos beneficios anuales de nada menos que de unos 70 kilos de oro70.

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El historiador Altisent ha reunido en una interesante tabla el importante montante de las principales compras realizadas por Poblet en el siglo XV. Cf. ALTISENT, Història de Poblet, 384-385. Véase también su estudio sobre la economía interna del monasterio en esta centuria, en Ibidem, 388-404. 66 Véase este caso significativo: El 9 de septiembre de 1346 el Papa Clemente VI, por petición expresa del rey Pedro IV de Aragón, concedía al abad de Poblet, Ponç de Copons, y a sus sucesores, el uso de mitra, anillo y otras insignias pontificales, precisamente porque el monasterio era panteón real. Cf. el doc. 194 de la Colección. 67 Recuérdese que Alfonso II, Jaime I, Pedro IV, Juan I, Martín V, Fernando I, Alfonso V y Juan II dispusieron enterrarse en Poblet, además de numerosas reinas e infantes. 68 Véanse, por ejemplo, los docs. 156, 179, 194, 196 ó 281 de la Colección. 69 Doc. 245 de la Colección, dado en Roma el 23 de octubre de 1431. 70 Que en la actualidad suponen casi dos millones de euros.

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En 1447, en un diploma de Nicolás V71 se describía así la envergadura del monasterio de Poblet: Cum autem, sicut eadem petitio subiungebat, monasterium Populeti predictum, tam in eius structuris et edificiis quam etiam in facultatum habundantia ac monachorum numerositate inter alia eiusdem Ordinis monasteria solenne insigne ac notabile existat, ac in eo sub regulari observantia et alias laudabiliter vivatur... Sabemos además que en 1456 vivían en Poblet 120 personas religiosas, según afirma un diploma dado por Jaume Girard, obispo de Barcelona, vicecamarlengo pontificio, legado papal “a latere” de Calixto III en la corona de Aragón y colector principal del tributo de la Cruzada72. Poco después, en 148073, según consta en un diploma de Sixto IV, había en Poblet 100 monjes. Entonces se produjo, además, la separación de la abadía madre de Fontfroide, ya que dicho Papa, a instancias de rey de Aragón, Fernando II, facultó al monasterio de Poblet para convocar en adelante y por siempre a cualquier abad cisterciense a presidir las elecciones de abad de dicho cenobio, sin tener que reclamar para ello al abad de la casa madre de Fontfroide, sita en otro reino, el de Francia, cerca de Narbona, y bastante alejada del cenobio de Poblet; lo cual también es buena prueba del estado económico saneado del monasterio hispano: Cum, sicut pro parte carissimi in Christo filii nostri Fernandi, Aragonum regis illustris, nobis nuper exhibita petitio continebat, monasterium Populeti dicti Ordinis, Tarraconensis diocesis, per eius progenitores, clare memorie Aragonum reges illustres, fundatum et dotatum, inter alia partium illarum monasteria insigne admodum et solemne existat, ac in eo abbates et monachi circa numerum centum ibidem stricta regulari observantia Altissimo famulantes continue existant, ob quorum religiosam et exemplarem vitam reges prefati, singulari devotione ducti, in ipsius monasterii ecclesia eorum corpora sepeliri voluerunt, et in ipsa prefatus Ferdinandus

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Doc. 260 de la Colección, dado en Roma el 13 de octubre de 1447. Doc. 262 de la Colección, dado en Roma el 17 de abril de 1456. 73 Doc. 281 de la Colección, dado en Roma el 17 de agosto de 1480. 72

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rex quemadmodum clare memorie Ferdinandus, eius avus, fecit, suam sepulturam elegit... Además, sabemos que en Poblet, durante el siglo XV, la observancia de la Regla Cisterciense fue de continuo vigilada, en un momento en el que otros monasterios abandonaban algunas costumbres tradicionales74. Véase sólo un ejemplo: en el año 1419 el abad de Poblet, Joan Martínez de Mengucho, solicitaba a Martín V la ratificación de la prohibición de consumo de carne para monjes y conversos75. En 1480 Sixto IV hablaba literalmente de la “estricta observancia” de los monjes de Poblet76. Por otro lado, además, a fines de este siglo Sixto IV promulgaba varios diplomas en contra de la “pésima costumbre de nefastas consecuencias temporales y espirituales” que suponía la existencia de abades comendatarios en algunas abadías cistercienses77, lo que evitó en Poblet males mayores que tuvieron otros monasterios. En fin, que la Edad Media se cerraba en Poblet con un estado moral, económico y social de prestigio. En una introducción crítica como ésta, por otro lado, no pueden faltar unas palabras dedicadas a las fuentes y a la bibliografía consultadas en la elaboración de la monografía. Quizá el aspecto más arduo en la elaboración del presente trabajo haya sido la localización y reunión de los diplomas de la misma. Hasta principios del siglo XIX se encontraban lógicamente en el archivo monástico, pero tras la Exclaustración y Desamortización casi todos78 pasaron a diversas localizaciones: muchos de ellos a un almacén privado de Reus, y de allí a la Delegación de Hacienda de Tarragona, desde donde se enviaron en carretas, en el año 1852, al Archivo Histórico Nacional. Otros lamentablemente desaparecieron, pero los conocemos hoy día por copias conservadas en diversos fondos. 74

Lo que hizo que surgieran en diversos lugares aires de renovación, concretados, por ejemplo, en el ámbito occidental peninsular, en la fundación en 1425 de la Congregación Cisterciense de Castilla. 75 Cf. doc. 224 de la Colección. 76 Cf. doc. 281 de la Colección. 77 Véanse los docs. 276-278 de la Colección, del año 1476. 78 Sobre los actuales fondos recuperados por el archivo monástico de Poblet en la última centuria, cf. GONZALO i BOU, L’arxiu del monestir de Poblet; y TORNÉ, Catàleg dels pergamins de l’actual Arxiu de Poblet.

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Sólo un reducido número de pergaminos del antiguo monasterio pudieron ser recuperados a lo largo del siglo XX por el historiador Eduard Toda i Güell79, así como por la comunidad cisterciense populetana, y hoy día se encuentran depositados en el Arxiu del Monestir de Poblet80, donde actualmente se conservan 243 pergaminos del dicho antiguo archivo monástico, más otros de origen diverso81.

Por lo que respecta a los fondos archivísticos y bibliotecarios concretos donde actualmente se guardan los originales o las copias de estos casi tres centenares de diplomas, nos parece lo más apropiado y explicativo adjuntar aquí una lista de tales archivos, con sus respectivos secciones y fondos, distribuidos por orden geográfico: ASTORGA, ARCHIVO HISTÓRICO DIOCESANO: -Manuscritos, ms. R.9, “Tumbo del monasterio de Santa María de Esteban de Nogales” (principios del siglo XVII). BARCELONA, ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN: -Sección Cancillería, Bulas de Honorio III. -Sección Cancillería, Bulas de Inocencio IV. -Sección Cancillería, Bulas de Clemente IV. -Sección Cancillería, Bulas de Bonifacio VIII. BARCELONA, ARXIU DEL MONESTIR DE S. PERE DE LES PUELLES: -Manuscrits, “Llibre de Gamuza” (siglo XVIII). -Pergamins. BORDEAUX, BIBLIOTHÈQUE MUNICIPALE: -Manuscrits, ms. 761. 79

Autor de la interesante monografía: TODA, La destrucció de Poblet, 1800-1900. 80 No es éste el lugar para hablar de la dura historia del archivo de Poblet en el siglo XIX. Sobre este aspecto, cf. GONZALO i BOU, Desamortització i arxius; y REMESAL /AGUILERA / PONS, Comisión de Antigüedades de la Real Academia: Cataluña, 69-72. 81 Entre los que destacan 60 procedentes del monasterio de Trasobares, 16 de Santes Creus, 13 de Veruela y 6 de La Cartoixa d’Escaladei. Lógicamente, en esta monografía no atentemos a estos diplomas.

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BURGOS, ARCHIVO DEL MONASTERIO DE LAS HUELGAS REALES: -Legajos, leg. 8. -Legajos, leg. 21. -Legajos, leg. 41, núm. 2054 “Libertades de la Horden de San Benito”. HUESCA, ARCHIVO DE LA CATEDRAL: -Pergaminos. LISBOA, ARQUIVO NACIONAL DA TORRE DO TOMBO: -Colecção Especial, Bulas, cx. 4 (procedente del monasterio de Alcobaça), perg. originales. LLEIDA, ARXIU CAPITULAR: -Manuscrits, “Llibre verd” (siglo XIII). MADRID, ARCHIVO GENERAL DEL PALACIO REAL: -Manuscritos, caja 3049, núm. 1, ms. “Libro de privilegios de Las Huelgas” (principios del siglo XIV). MADRID, ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL: -Clero, carp. 171 (Santa María de Bujedo de Juarros). -Clero, carp. 953 (Santa María de San Esteban de Nogales). -Clero, carp. 1409 (San Salvador de Leyre). -Clero, carp. 1981 (Santa María de Huerta). -Clero, carp. 1997 (Poblet). -Clero, carp. 2001 (Poblet). -Clero, carp. 2004 (Poblet). -Clero, carp. 2006 (Poblet). -Clero, carp. 2010 (Poblet). -Clero, carp. 2013 (Poblet). -Clero, carp. 2017 (Poblet). -Clero, carp. 2040 (Poblet). -Clero, carp. 2055 (Poblet). -Clero, carp. 2071 (Poblet). -Clero, carp. 2075 (Poblet). -Clero, carp. 2166 (Poblet). -Clero, carp. 2126 (Poblet). -Clero, carp. 2127 (Poblet). -Clero, carp. 2129 (Poblet). -Clero, carp. 2166 (Poblet). -Clero, carp. 2175 (Poblet).

21


-Clero, carp. 2176 (Poblet). -Clero, carp. 2181 (Poblet). -Clero, carp. 2193 (Poblet). -Clero, carp. 2204 (Poblet). -Clero, carp. 2206 (Poblet). -Clero, carp. 2207 (Poblet). -Clero, carp. 2208 (Poblet). -Clero, carp. 2209 (Poblet). -Clero, carp. 2211 (Poblet). -Clero, carp. 2212 (Poblet). -Clero, carp. 2223 (Poblet). -Clero, carp. 2229 (Poblet). -Clero, carp. 2230 (Poblet). -Clero, carp. 2231 (Poblet). -Clero, carp. 2232 (Poblet). -Clero, carp. 2233 (Poblet). -Clero, carp. 2235 (Poblet). -Clero, carp. 2239 (Poblet). -Clero, carp. 2240 (Poblet). -Clero, carp. 2241 (Poblet). -Clero, carp. 2242 (Poblet). -Clero, carp. 2249 (Poblet). -Clero, carp. 2279 (Poblet). -Clero, carp. 2283 (Poblet). -Clero, carp. 2285 (Poblet). -Clero, carp. 2294 (Poblet). -Clero, carp. 2298 (Poblet). -Clero, carp. 2299 (Poblet). -Clero, carp. 2334 (Poblet). -Clero, carp. 2355 (Poblet). -Clero, carp. 2371 (Poblet). -Clero, carp. 2394 (Poblet). -Clero, carp. 2438 (Poblet). -Clero, carp. 2473 (Poblet). -Clero, carp. 2478 (Poblet). -Clero, carp. 2499 (Poblet). -Clero, carp. 2500 (Poblet). -Clero, carp. 2505 (Poblet). -Clero, carp. 2514 (Poblet). -Clero, carp. 2528 (Poblet). -Clero, carp. 2553 (Poblet). -Clero, carp. 2554 (Poblet).

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-Clero, carp. 2586 (Poblet). -Clero, carp. 2589 (Poblet). -Clero, carp. 2590 (Poblet). -Clero, carp. 2604 (Poblet). -Clero, carp. 2607 (Poblet). -Clero, carp. 2611 (Poblet). -Clero, carp. 2612 (Poblet). -Clero, carp. 2614 (Poblet). -Clero, carp. 2615 (Poblet). -Clero, carp. 2616 (Poblet). -Clero, carp. 2621 (Poblet). -Clero, carp. 2622 (Poblet). -Clero, carp. 2624 (Poblet). -Clero, carp. 2625 (Poblet). -Clero, carp. 2627 (Poblet). -Clero, carp. 2634 (Poblet). -Clero, carp. 2636 (Poblet). -Clero, carp. 2637 (Poblet). -Clero, carp. 2642 (Poblet). -Clero, carp. 2647 (Poblet). -Clero, carp. 2648 (Poblet). -Clero, carp. 2649 (Poblet). -Clero, carp. 2653 (Poblet). -Clero, carp. 2654 (Poblet). -Clero, carp. 2656 (Poblet). -Clero, carp. 2662 (Poblet). -Clero, carp. 2663 (Poblet). -Clero, carp. 2666 (Poblet). -Clero, carp. 2667 (Poblet). -Clero, carp. 3679 (Santa María de Veruela). -Clero, carp. 3756 (Santa María de Rueda). -Códices y Cartularios, ms. 75, “Llibre de alguns privilegis reals y indults apostolichs de Poblet” (año 1704). -Códices y Cartularios, ms. 86, “Traslado de bulas y letras apostólicas concedidas a la Orden del Císter, especialmente al monasterio de Nuestra Señora de Poblet” (mediados del siglo XV). -Códices y Cartularios, ms. 214B, “Bulas a favor de Leyre y concordias entre el monasterio y los obispos de Pamplona”. -Códices y Cartularios, ms. 992, “Cartulario Mulassa o Mayor de Poblet” (principios del siglo XIV). -Códices y Cartularios, ms. 1200, “Indulta papalia diversorum Pontificum monasterio Populeti” (mediados del siglo XVIII).

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-Códices y cartularios, ms. 1204, “Instrumenta papalia. Copia de bulas, breves y privilegios concedidos por los Pontífices a la Orden del Císter y al monasterio cisterciense de Nuestra Señora de Poblet” (año 1729). -Códices y Cartularios, ms. 1239, “Instrumenta pontificia, privilegia et indulta concessa monasterio Populeti” (primera mitad del siglo XVIII). - Códices y Cartularios, ms. 1480, “Fragmentos de códices de Tarragona” (siglos XII al XV), núm. 4, “Fragmento del Cartulario Menor de Poblet” (siglo XIII). -Sigilografía, caja 5. -Sigilografía, caja 40. -Sigilografía, caja 49. -Sigilografía, caja 52. -Sigilografía, caja 54. -Sigilografía, caja 64. -Sigilografía, caja 68. -Sigilografía, caja 72. -Sigilografía, caja 74. -Sigilografía, caja 88. -Sigilografía, caja 90. -Sigilografía, caja 91. -Sigilografía, caja 92. -Sigilografía, caja 93. -Sigilografía, caja 95. -Sigilografía, caja 96. -Sigilografía, caja 97. -Sigilografía, caja 100. -Sigilografía, caja 102. -Sigilografía, caja 106. -Sigilografía, caja 111. -Sigilografía, caja 112. -Sigilografía, caja 113. PAMPLONA, ARCHIVO CATEDRAL: -I Episcopi, bulas originales. -Libro Redondo (siglo XIII) PAMPLONA, ARCHIVO GENERAL DE NAVARRA: -Clero y Monasterios, Fondo del monasterio de Fitero, legajos. -Clero y Monasterios, Fondo del monasterio de Tulebras, legajos.

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