Colección Documental del Monasterio de San Guillermo de Villabuena (1172-1527).

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COLECCIÓN DOCUMENTAL DEL MONASTERIO de SAN GUILLERMO DE VILLABUENA (1172-1527)



COLECCIÓN DOCUMENTAL DEL MONASTERIO de SAN GUILLERMO DE VILLABUENA (1172-1527) MªEncarnación Martín López Gregoria Cavero Domínguez


Martín López, Encarnación Colección documental del Monasterio de San Guillermo de Villabuena (1172-1527) / Mª Encarnación Martín López, Gregoria Cavero Domínguez. – [León] : Universidad de León, Área de Publicaciones, [2017] 355 p. : il. ; 24 cm Índices. -- Bibliogr. p. 7-12 ISBN 978-84-9773-911-5 1. Monasterio de San Guillermo de Villanueva (León)-Historia-1172-1527-Fuentes. 2. Cisterciences-España-León (Provincia)-Historia-1172-1527-Fuentes. 3. Monacato y órdenes religiosas femeninas-España-León (Provincia)-Historia-1172-1527-Fuentes. 4. León (España : Provincia)-Historia-1172-1527-Fuentes. I. Cavero Domínguez, Gregoria. II. Universidad de León. Área de Publicaciones 27-789.25-055.2(460.181)”1172/1527”(093) 94(460.181)”1172/1527”(093) Colección documental del Monasterio de San Guillermo de Villabuena (1172-1527) Mª Encarnación Martín López Gregoria Cavero Domínguez Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de esta publicación pueden reproducirse, registrarse o transmitirse, por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea electrónico, mecánico, fotoquímico, magnético o electroóptico, por fotocopia, grabación o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de los titulares del copyright. Ministerio de Economía y Competitividad. España. Proyecto de Investigación Construir la memoria de la ciudad: espacios, poderes e identidades en la Edad Media (XII-XV). Coordinadora: Gregoria Cavero Domínguez. Clave: HAR 2013-46388-R

© Universidad de León Área de Publicaciones © Los Autores Edita: UNIVERSIDAD DE LEÓN. Área de Publicaciones Maquetación y diseño digitales: Juan L. Hernansanz Rubio. ISBN: 978-84-9773-911-5 Depósito legal: LE-450-2017 Imprime: KADMOS Impreso en España / Printed in Spain Imagen de cubierta: Legajo. Archivo Monasterio San Miguel de las Dueñas. Fondo de Villabuena.


A la memoria de Dª Emma Aroma López Rodríguez, que hizo honor a la bondad de la villa que la vio nacer, Villabuena.



Fuentes y Bibliografía I. Fuentes Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, pleitos civiles Alonso Rodríguez, F Caja 1314. AChValladolid, ejecutorias, caja 103,36. AChValladolid, ejecutorias, caja 1648 Archivo Diocesano de Astorga. Cartulario de Carracedo. ADA, Genadio Velasco, Memoria de las advertencias. Archivo Ducal de Medina Sidonia, leg 1120 ADMS leg. 4951 ADMS, leg. 1139 AFDA, Archivo Fundación Duques de Alba Archivo Histórico Nacional, Clero, leg. 2549, 2558, 2562, AHN, Clero, 844-22 AHN, Códices, 343-B caja 50 Archivo del Monasterio de San Miguel de las Dueñas. Fondo de Villabuena.

II. Fuentes éditas CASADO LOBATO, C., Colección Documental del monasterio de Carrizo, León, 1983. 7


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Siglas

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Introducción El monasterio de San Guillermo, inicialmente de Santa María de Villabuena, nace en el ámbito cisterciense, dentro de un diseño regio, y es femenino, como el de San Miguel de las Dueñas. Ambos están ligados a la gran abadía masculina de San Salvador, después Santa María de Carracedo. Los tres son el mejor reflejo del desarrollo cisterciense pleno y bajomedieval en la cuenca berciana.

1. Cómo nace, se hace y desaparece el monasterio de Villabuena Hay topónimos y nombres que se autodefinen, como en el caso de Villabuena. Asentada en las ricas tierras de la hoya berciana, en el noroeste leonés, solar monástico, nuestra villa tiene un largo y regio recorrido. Su asentamiento sobre fértiles suelos la hizo importante desde la décima centuria. Por ello no extraña que primero la realeza, después el monacato, tuvieran querencia por ella. Próxima a la villa de Cacabelos y al monasterio de Carracedo, siempre Villabuena tuvo su propio protagonismo, enlazado con el del curso de agua que la mece, el río Cúa, que suma las aguas del río Valcárcel y riega la productiva vega hasta que se une con el Burbia, antes de fundir sus aguas en el Sil. El valle en el que se asienta se denomina Morales, en la margen derecha del Cúa, en

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una zona de poblamiento antiguo1, compartido con otras localidades como Quilós y Arborbuena2. Esta última comparte la bonanza de las tierras con Villabuena, al menos en el nombre. Son tierras de acumulación de ricos depósitos y aluviones fluviales.

1. 1. El palacio real, el cillero El padre H. Flórez identifica en Villabuena un palacio real: al mismo margen occidental del Cúa, está Villabuena, palacio de los reyes de León y Galicia y lugar de residencia para los merinos del Bierzo, después de hacerse Carracedo monasterio3. D. Yáñez Neira acepta la existencia de un palacio por un diploma del archivo diocesano de León que contiene una donación al monasterio de Carracedo y cuya data se sitúa en Villabuena4. Por su parte M. Durany y M.C. Rodríguez creen que anteriormente se denominaba la Villa de Palacio, incluida en la donación que Bermudo II hizo al monasterio de San Salvador de Carracedo en la última década del siglo X5. Y ponen de relieve cómo comienza a llamarse Villabuena en el siglo XI, tal como se constata en documentación catedralicia asturicense6. Ciertamente el documento de dotación regia carracetense es bastante ilustrativo, cuando señala que entre otras duas villas non procul ab ipsa de Sancto Como señala Tomás Mañanes, el asentamiento de población en este lugar arranca de la dominación romana en El Bierzo (25-23 a.C.) y parece estar relacionada con la explotación aurífera de la zona. La política romana modifica la estructura social y económica de los asentamientos prerromanos, generalmente localizados en las zonas altas. Se obliga a la población a bajar a la llanura de manera que las partes bajas comienzan a poblarse y alcanza una densidad alta en las riberas del rio Cúa. En Bergidum (Castro Ventosa) se observa en el siglo I d.C. una interrupción en la ocupación del espacio. T. MAÑANES, El Bierzo prerromano y romano, Léon 1981, p. 421. 2 En este periodo se desarrollan las comunicaciones con Astúrica y las explotaciones de minas se ponen en funcionamiento. Una de estas explotaciones al parecer se hallaba en la parte alta de lo que será Villabuena. Las invasiones germanas, sobre todo suevos, afectaron a la zona en el siglo V pero desconocemos su incidencia concreta. El mismo vacío de información tenemos para la etapa visigoda que comienza en el año 585, bajo el reinado de Leovigildo. Vid. QUINTANA, “Astorga en época de los suevos”: AL, 53 (1972). Tenemos restos visigodos en Compludo, Valdueza, San Fiz de Visonia, Cf. REINHART, El reino hispano de los suevos, Madrid 1952. 3 España Sagrada, vol. 16, p. 49. 4 YÁÑEZ NEIRA, EL monasterio de Villabuena, 258; CAVERO DOMÍNGUEZ , Teresa de Portugal y el monasterio cisterciense de Villabuena, 383. 5 Cartulario de Carracedo (=CC), ed. de M. Martínez, León, 1997, doc. Núm.1 6 Vid. Su trabajo “Los orígenes del monacato cisterciense y su relación con el proceso de ocupación del espacio berciano en el siglo X”, en IX Centenario de la Fundación del Cister. II Congreso Internacional sobre el Cister en Galicia y Portugal, Ourense 1998, vol. I, pp. 258-260. 1

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Introducción

Martino, Palaciu et Cacavelos. In aliam parten Cuam, aliam villam, nomine Selianam7. San Martín, titular de Pieros, forma una especie de triángulo con Villabuena y Cacabelos. Parece claro que la monarquía leonesa de la décima centuria tuvo relación con Villabuena, especialmente durante los reinados de Bermudo II y, posteriormente, ya en el siglo XI, de su hijo Alfonso V. El palacio debía de contar con dependencias y edificios destinados al gobierno y rentas y con una iglesia que aunque no se menciona debió existir ya que el obispo Pelayo afirma que Bermudo II: in Berizo vitam finivit et in Villabona sepultus fuit y no en Carracedo como se estableciera en privilegio de fundación carracetense. El enterramiento de Bermudo II parece que ha suscitado cierta controversia. Sampiro, su amigo personal, recoge en su crónica que falleció en el Bierzo pero no determina el lugar8; de hecho se señala, en la Historia Silense, su óbito, pero no dónde sucedió ni dónde fueron depositados sus restos9. Recordemos que tanto la Crónica Silense como la pelagiana se nutrieron de Sampiro10. Será Lucas de Tuy, que bebe del obispo Pelayo, quien afirme que Alfonso V trasladó sus restos desde Villabuena al panteón regio leonés. Boto Varela niega este último destino, y asegura que fue inhumado en León, en la catedral, junto a Ordoño II ya que en San Isidoro solo se enterrarían Alfonso V y Vermudo III con sus respectivas esposas. Los restos de Vermudo II se trasladarían al Panteón isidoriano después del siglo XI11. Lo cierto es que todos terminan coincidiendo en que el óbito se produjo en El Bierzo, y parece que Villabuena era en estos momentos el lugar donde había un palatium. Es notorio igualmente que el palatium villabonense perteneció, al menos durante algún tiempo, siglo XII, al infantado, y que su tenencia estuvo incluso en manos de la reina Teresa de Portugal, ya separada de Alfonso IX. Villabuena era una villa de autoridad regia y esta condición determinará su desarrollo. El cillero de Villabuena se convierte en el siglo XII en el centro de recogida de las rentas reales del Bierzo. Desde CC, doc. núm. 1, pág. 22. PÉREZ DE URBEL, J., Sampiro. Su crónica y la Monarquía leonesa en el siglo X, Madrid, 1952, p. 346. 9 Historia Silense, ed. de Pérez de Urbel González, Madrid, 1959, p. 176. 10 Manuel González Jiménez, “El rey del fin del milenio. Una revisión historiográfica del reinado de Vermudo II(985-999)”, en la Península Ibérica en torno al año 1000, VII Congreso de Estudios Medievales, León, 2001, p. 42. 11 BOTO VARELA, “Panteones regios leoneses”, en Anuario de Estudios Medievales 45/2 2015, 677-713. 7 8

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1197 esta localidad aparece en la documentación como centro administrativo de las posesiones regias12. El rey, a pesar de las enajenaciones a favor de la Iglesia, sigue teniendo importantes rentas. Parte de estas rentas constituye el infantado del Bierzo que detenta la infanta doña Sancha, hermana del emperador Alfonso VII, y ésta aparece en la documentación como tenente de la zona13, y parece residir en algún momento en Villabuena14. Tras su muerte el infantado recalará de nuevo en la figura del rey Fernando II quien administrará directamente las posesiones, a través de su merino regis15. Alfonso IX había nacido, en el verano de 1171, en Zamora, del matrimonio de Fernando II y Urraca Alfonso de Portugal, unión disuelta en 1175 por incurrir en consanguinidad. Separada del rey, Urraca se retiró a sus tierras de origen y profesó en un monasterio portugués. Conocido es el asalto al trono castellano producido por los Haro, a través de Urraca López de Haro, concubina y después segunda mujer de Fernando II de León, en cuya descendencia quisieron ver la legitimidad. Es precisamente esta circunstancia la que origina los grandes problemas del inicio del reinado de Alfonso IX de León, en 1188. La situación volvió a repetirse. Alfonso IX, ya en el trono, casó con Teresa de Portugal. Su separación, marcaría, a través del tratado de Arras16 entre Alfonso IX de León y Sancho I de Portugal, la presencia leonesa de Teresa. En efecto, el monarca leonés se compromete a la entrega de tierras, por valor de 4.000 morabetinos, entre León y Ciudad Rodrigo o desde León a Tuy; cada uno de los monarcas fijó la garantía de la paz mediante cuatro castillos, que se perderían por quien rompiese la paz; esto explica las diversas tenencias y rentas que la ex reina dispondrá en muchos casos en la comarca berciana. A comienzos del siglo XIII, Alfonso IX tiene como tenente de Villabuena a Lupo

DURANY, La región del Bierzo, 41-42. CC, doc. 14, fechado en 1138: la infanta Sancha tiene como merino en Villabuena a Pelagio Cidiz y en Carracedo a Martino Sánchiz. 14 MARTÍN LÓPEZ, “Colección documental de la infanta doña Sancha (1118-1159): estudio crítico”, en León y su historia. Miscelánea histórica, León 2008, doc. 32, datado en 1142: Facta carta in Villabona. Se trata de la concesión de la villa de Cacabelos al monasterio de Carracedo. 15 CC, caja 30, nº 5 y cajón 66, nº 3. 16 PEREIRA, “Um desconhecido tratado de Sancho I de Portugal e Alfonso IX de Leao (Soluçao das arras do casamento da rainha Teresa)”, en Revista Portuguesa de Historia, Tomo XVII, Coimbra (1977), pp. 105-135.- G. CAVERO, “Teresa de Portugal, reina de León”, en Los Reyes de León, coord.. Adolfo A. Ares, León, 1994, sin p. 12 13

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Introducción

Petri17, mientras en otros casos se habla directamente del celario18. No conocemos con exactitud las rentas pero podemos obtener una valoración a través de los documentos que a principios del siglo XIII nos describen la recompensa de la reina Teresa por la disolución del matrimonio, quien recibiría 4.000 maravedís procedentes de las rentas de Benavente, Villafranca y Valcárcel19. Y es que en abril de 1229, Teresa de Portugal se convertía en tenente monasterium Villaebonae20, posiblemente a raíz de la concesión de Alfonso IX. Pero parece claro que en estos momentos la fundación monástica era ya una realidad.

1.2. Del palacio real al monasterio. Los protagonistas Alfonso IX y Teresa de Portugal Los primeros movimientos que conducirán a la conversión del palacio/cillero regio en una abadía aparecen en la cancillería regia leonesa, con Alfonso IX en la última década de su gobierno como último monarca privativo del reino de León. Y sin duda el rey está dando los pasos para configurar el patrimonio villabonense que será núcleo del monasterio. Un diploma alfonsino, datado en 1221, nos informa de que el rey realiza una permuta de propiedades con García Fernández de Villabuena, precisamente ya con el objetivo del cenobio21. Para entonces, Fernando, su hijo castellano, era rey con el nombre de Fernando III, bajo la mirada de Berenguela. Mientras, el monarca leonés con Teresa de Portugal, desaparecido su hijo el infante Fernando, en 1214, parecen programar la protección de su descendencia, las infantas Sancha y Dulce. Esta década del reinado de Alfonso IX es sumamente activa especialmente con la expansión del reino de León hacia las tierras extremaduranas, por la estrecha franja salmantina que le permite el poderoso reino castellano, marcado por Alfonso VIII y continuado por Fernando III. Por ello, parece que la reina Teresa consciente de que el CC, doc. 170, de1202. CC, doc. 173, del año 1202, figura Arias Pelagii, mientras la ex reina Teresa tiene Villafranca y el portazgo del Valcárcel. Y en 1204, el cillero de Villabuena lo tiene Fernando Petri: CC, doc. 194. En 1215 Tenente cellarium de Villabona Pelagio Didaci, CC, doc. 255. 19 GONZÁLEZ, J., El reino de Castilla en época de Alfonso VIII, 1960, III, nº 782. 20 CC, doc. 339. 21 Recogido en la presente Colección documental del monasterio de San Guillermo de Villabuena (en adelante CDV), con el núm. 5. Es una noticia tomada del Tumbo de Peralta, y que informa únicamente, mediante regesto, del diploma. Con anterioridad hay otro documento, de 1219, recogido con el núm. 4 que tal vez también esté relacionado con estos primeros movimientos de organización de lo que constituirá la dotación monástica. 17 18

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rey se acercaba a la vejez, trató de poner en orden la fundación de Villabuena, dentro del propio reino de León, en el que sus hijas eran herederas. ¿Cuáles eran los antecedentes? En los inicios de su reinado, el joven Alfonso IX había casado con la reina Teresa, hija de Sancho I de Portugal: los problemas de consanguinidad que afectaban a la unión regia no impidieron la convivencia de los monarcas y el nacimiento de tres hijos: Sancha, Fernando y Dulce, una descendencia que Roma legitimó. Realizada la separación, el monarca leonés se aproximó a Castilla, a la búsqueda de la paz y casó con la reina Berenguela, incurriendo en el mismo problema de parentesco. Ello tampoco fue problema para la convivencia regia y la aparición de vástagos. De hecho, de esta unión castellana nacería el príncipe Fernando, segundo del mismo nombre para el rey, llamado a ocupar el trono castellano. La separación de Berenguela se produjo poco tiempo después y la legitimación de la descendencia contó con los mismos parabienes anteriores. Dos matrimonios, doble descendencia. Dos príncipes de nombre Fernando, si bien el primero fallecerá en la lucha contra los musulmanes, mientras el segundo, a la muerte de Enrique I de Castilla será coronado rey, por la titularidad de Berenguela, descendiente de Alfonso VIII y Leonor Plantagenet. En estos momentos del año 1217, cuando Fernando III accede al trono castellano, Alfonso IX, siempre celoso de la injerencia castellana, “afirma la futura integridad de su reino proclamando los derechos sucesorios de sus hijas Sancha y Dulce. Una solución desesperada y poco realista – lo era en efecto una presunta diarquía femenina sin expreso reparto de funciones jurisdiccionales- que no hacía sino sellar, sin reconocimiento por parte de Alfonso IX, el fin del reino de León por cuya permanencia e integridad tan entusiásticamente, aunque no siempre con éxito, se había batido el monarca”22. Es precisamente a partir de estos momentos cuando parecen cambiar las directrices de Alfonso y Teresa respecto a las infantas herederas. De hecho en el Tratado de paz de Boronal, entre León y Portugal, firmado en 1219, se consolidan los derechos sucesorios de Sancha y Dulce23. Y es cuando parece que se inician los movimientos para la fundación de Villabuena. Teresa ya había recuperado para el Císter, y para el ámbito femenino, el monasterio portugués de Lorvao, desde luego su lugar para el recogimiento, Carlos de AYALA MARTÍNEZ, “Alfonso IX, último monarca del reino de León: (11881230)”, en Reyes de León, León 1996, p. 214. 23 FERNÁNDEZ CATÓN, J.M., Colección documental de la Catedral de León (775-1230), (en adelante CCL), vol. VI (1188-1230), León, 1991, doc. 1882, pp. 361-362. 22

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Introducción

especialmente tras la muerte de su padre. Lo que ahora se proponía era algo distinto. Sus hijas, las infantas Sancha y Dulce, eran herederas al trono de León, por expreso deseo de su padre Alfonso IX, siempre reticente a la corte castellana, aunque estuviese en manos de su hijo. Pero la reina Teresa necesitaba proteger a su prole, a sus infantas, ninguna de las cuales parece haber llegado a una propuesta de matrimonio. Dos infantas célibes, para las que Teresa necesita crear un lugar, un espacio protector, donde recluirse, si la corte, a la muerte de su padre no se convertía en lugar seguro. Parece una postura suscrita por Alfonso y Teresa, pensando que Lorvao quedaba en un reino donde su monarca, hermano de Teresa, no era, como la corte de su padre, un retiro tan bien visto. Teresa se había retirado a Portugal y con frecuencia la infanta Dulce aparece con su madre durante la niñez, pero posteriormente tanto Sancha como Dulce estarán en la corte leonesa. Y es aquí donde la preocupación busca soluciones próximas y seguras; es aquí donde Alfonso y Teresa parecen coincidir y programar la edificación/fundación de una abadía. Un privilegio de Alfonso IX, datado en la primavera de 1229, en Cáceres, recoge ya la formalización: do et iure hereditario in perpetuum concedo Deo et vobis regine domine Terasia cellarium de Villabona de Berizo, cum omnibus directuris et pertinentiis suis et cum omni iure regali quod ad ipsum dignoscitur pertinere en Corullón, Outeiro, Villadecanes, Valtuille, Villabuena. Arborbuena, Quilós, Santa Eulalia, Canedo, Arganza, San Juan de la Mata, Couto, Barredo, La Válgoma, Cubellinos, Cubelos, Vilela24. En el diploma, otorgado en Cáceres, hay personajes relevantes, pero tres de ellos posiblemente con un especial significado: nos referimos a Nuño, obispo de Astorga, Alvaro Roderici, tenente del infantazgo y Rodrigo Fernández, signífero regis, pero especialmente tenente de Astorga, Mayorga, Oviedo y Benavente. Realmente el documento fue otorgado ya en el último momento, porque un año después, en el mes de septiembre, Alfonso IX moría en la lucense Sarria, camino de Santiago, donde después recibiría sepultura, en el templo del Apóstol, a quien recurriría en sus grandes enfrentamientos bélicos. Sentadas las bases fundacionales, será la reina Teresa quien dé forma al patrimonio y dotación del nuevo monasterio. De hecho la desaparición del monarca leonés causó el consiguiente enfrentamiento entre Castilla y León, entre León y la descendencia portuguesa. Las dos exreinas, Teresa y Berenguela sobrevivieron a Alfonso IX y fueron reconductoras de una situación nada fácil. Alfonso había declarado a sus hijas Sancha 24

CDV, doc. 6. 21


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y Dulce como sus sucesoras en el trono leonés, mientras Fernando III y Berenguela, ejercían la corona castellana. Del enfrentamiento bélico tenemos noticias, especialmente por las ciudades y villas que se sumaron a uno u otro bando, es decir, entre las que respetaban la decisión de Alfonso IX y quienes entendían la conveniencia de un heredero masculino, que lo había, aunque fuese de un segundo matrimonio. Siempre se ha señalado la disponibilidad, el entendimiento de ambas exreinas, de la misma manera que se les ha adjudicado el papel de mediadoras y arregladoras del conflicto suscitado entre la doble descendencia por el trono de León. Finalmente el arreglo supuso la entronización de Fernando III como rey de León, uniendo definitivamente las dos coronas. A su vez, las infantas recibieron la correspondiente dotación para poder permanecer dignamente en el reino de León: 30.000 mrs. de pensión vitalicia. ¿Cuál era el lugar idóneo, el de referencia, para las infantas?. Sin duda el monasterio ubicado en las tierras del infantado berciano, en Villabuena. Se había iniciado con Alfonso IX, pero ahora adquiría una especial relevancia, dado que Sancha y Dulce quedaron apartadas del trono. De hecho, se constata en la documentación cómo Teresa comienza nuevamente a adquirir propiedades25. Pero especialmente necesita garantizar dos apoyos de la máxima importancia: el regio y el pontificio, con el fin de asegurarse la continuidad de su labor en la fundación monástica villabonense. Alfonso IX le había hecho la donación, en base a lo cual ella acude a Roma, y en 1231, unas Litterae gratiosae del papa Gregorio IX, confirman la fundación, teniendo en cuenta la donación que le hiciera Alfonso IX26. En cuanto a la confirmación de Fernando III, ya como rey castellanoleonés, llega en 1234, confirmando, a sus hermanas Sancha y Dulce, el privilegio de dotación y fundación del monasterio de Villabuena otorgado por Alfonso IX27. Desde los años centrales de la década de 1234-40, la fundación monástica ya se hallaba consolidada, refrendada por pontificado y monarquía, con convento y abadesa. La primera abadesa que es citada, en la documentación, por su nombre se llama María Gómez, y realiza transacciones en 1237-828. La presencia de la reina Teresa no se detecta en el monasterio berciano. La reina portuguesa vuelve a su tierra, a su monasterio de CDV, docs. 7 y 8. CDV, doc. 9 27 CDV, 11. 28 CDV docs. núms. 12-13 25 26

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Lorvao donde fallece en 1250, y donde reposarán sus restos y permanecerá su memoria. La historia de Teresa estará ligada siempre a sus hermanas las infantas Mafalda y Sancha, las tres hijas de Sancho I de Portugal, muy ligadas a la expansión del Císter en tierras lusas. Creado el monasterio villabonense, nos queda fijar su filiación. En la comarca berciana existían dos cenobios de largo recorrido, uno masculino, el otro femenino. San Salvador de Carracedo y San Miguel de Almázcara se pueden rastrear en el siglo X y ambos están ligados al infantado. En ambos casos hubo una reconversión en el siglo XII ligada a la personalidad de la infanta Sancha Raimúndez, sub regula sancti Benedicti, que finalizó en el ámbito cisterciense29. En el caso de Villabuena, la fundación es cisterciense desde el principio, tal como señala Alfonso IX: monasterium sub regula beati Benedicti regendum hedificetis, in quo vos et alie domine ordinem cisterciensem observetis30. En 1238, una venta del monasterio de Carracedo nos permite ver los nexos de unión entre el citado monasterio y el de Villabuena. Entre los confirmantes se recoge: procurador del monasterio de Villabuena, frey Johannes, de manu domina Regina T(eresa)31. La tenencia de Villabuena la sigue teniendo Teresa de Portugal y, en 1239, se señala Regina domina T(eresa) tenente monasterium Villaebonae32. Dos cuestiones parecen del máximo interés: en primer lugar que para la fecha en que Villabuena se convierte en monasterio ya la federación carracetense había hecho su conversión cisterciense de iure y de facto; es decir tanto Carracedo como san Miguel de las Dueñas ya pertenecían a la orden del Císter. En segundo lugar parece clara la relación de Villabuena, la reina Teresa y Carracedo, hasta el punto de que existe una dependencia de los dos primeros respecto al cenobio carracetense. Y ello ha llevado a pensar también en que las primeras monjas procederían de San Miguel de las Dueñas, dependiente de Carracedo por designación de la infanta Sancha Raimúndez. Ciertamente puede ser así, pero queremos recordar también la relación de Sancha y Dulce con el monasterio de Carrizo, mucho más alejado ciertamente de la comarca berciana, pero más próximo a

CAVERO, G.,” Sancha Raimúndez: an “infanta” in the exercise of her power”, en Imago Temporis. Medium Aevum, 7 (2013). 30 CDV, doc. 6. 31 CC, doc. 393 32 CDV, núm. 16.- CC, doc. 399, de febrero de 1239. 29

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León33. La cuestión de la dependencia no es trivial. Desde luego inicialmente no hay ningún nexo con las Huelgas de Burgos, cabeza del Císter castellano, y por ende fuera de los intereses de Alfonso IX. Precisamente esto explicaría el interés de Fernando III, cuando ratifica la donación de Villabuena a Sancha y Dulce, y señala explícitamente: quod fiat ibi monasterium et semper si tibi abatissa et conventus cisterciensis ordinis sub regula beati Benedicti, quod monasterium semper subsit monasterio de Olgis de Burgos quod dicitur Sancta Maria Regalis34. Sin embargo, a pesar del interés de Fernando III, de su apoyo a la fundación paterna, de la importancia de las Huelgas burgalesas, Villabuena nunca tuvo dependencia castellana; y Teresa de Portugal, ni sus hijas, nunca la ratificaron35. Curiosamente hay que señalar que Fernando III nunca se refiere a Teresa, en la confirmación del monasterio de Villabuena, señalando expresamente que la hace ad preces carissimarum sororum mearum domna Sancia et domna Dulce, concedo et confirmo illam donationem quam de monasterio de Villabona que est in Bergido quondam fecit illustrissimus pater meus domnus Alfonsus. Bien es verdad que el Císter femenino de la comarca berciana y, en general de la zona gallega estuvo ligado al Císter masculino y no a las Huelgas burgalesas, como si otros cenobios leoneses coetáneos (Gradefes y Carrizo). Y en este caso de Villabuena, todavía en el siglo XV se reconoce la dependencia de su vecino de Santa María de Carracedo, tal como demuestra la abadesa en 1497, al señalar: con abtoridad e liçençia del visitador perpetuo comentadatario del monesterio de Santa María de Carrazedo, cuia afiliaçión el dicho monesterio de Sant Guillermo de Villaboa era36. Ello suponía la autoridad y licencia, en este caso otorgada para realizar una carta foral. Como la mayor parte de los cenobios cistercienses, Villabuena nació bajo la advocación mariana. Sin embargo la cambió posteriormente por la de San Guillermo, refiriéndose al de Peñacorada, cuyos restos pasaron a Villabuena. La advocación de San Guillermo para un monasterio cisterciense viene rodeada de acontecimientos históricos ajenos a la tradición y titularidad del Cister. El cambio CASADO LOBATO, C., Colección Documental del monasterio de Carrizo, León, 1983, doc. 204. Compartieron un mismo capellán, Martín Domínguez. Vid. CDV doc. 17. Martín Domínguez parece haber sido clérigo de Villabuena, después monje de Carracedo y finalmente pasó al monasterio de Carrizo. 34 CDV, doc. 11. 35 CAVERO, “El Císter femenino en los reinos de León y Castilla en los siglos XII y XIII”, en Mujeres en silencio: el monacato femenino en la España Medieval, Aguilar de Campoo, 2017, especialmente pp. 175-176. 36 CDV, doc. 129, del año 1497. Abadesa Lucrecia de Vega 33

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viene producido años después con motivo del traslado de los restos del santo desde su sepultura en el monasterio de Peñacorada hasta el Bierzo, por expreso deseo del rey. De hecho no lo encontramos en la documentación hasta el siglo XIV. Quién fue este santo, cual ha sido su trascendencia en la tradición oral y escrita leonesa y cuáles fueron los motivos de su traslación no están suficientemente claros. Hace unos años Sánchez Pagín señalaba el infortunio de San Guillermo, olvidado por sus discípulos, y por la historiografía. En efecto, los obispos historiadores que escriben sobre los santos leoneses, primero el obispo Trujillo en el siglo XVI, luego el obispo Espinós del Pi en el XVIII, no hacen mención de este santo. En cambio, el padre Risco, en su España Sagrada, hace referencia a él cuando hace relación de la fundación de la abadía de San Guillermo que hiciera el obispo Gonzalo Osorio para un canónigo de su cabildo37. Tiene su fundación esta abadía en la ermita de Santa María de los Valles38. Esta ermita estaba destinada, como tantas otras, a socorrer y a servir de refugio y albergue a los transeúntes de las montañas39. Así aparece en un diploma de Fernando II fechado el 23 de diciembre de 1186 donde se explicita su cometido: ut ibi refrigerium inveniant pauperes transeuntes et necessitatem habentes40. Las primeras noticias de Guillermo como monje y abad en Santa María de los Valles datan de 1171 cuando el conde Nuño Melendi hace una donación a dicha abadía y a los que allí habitaban, de la iglesia de San Juan de Valdetuéjar41. De su condición eremítica nos da indicación un documento de Fernando II de septiembre de 1171 en el que manda a Pelayo Domínguez y su comunidad que se pongan bajo la obediencia

37 CANAL SÁNCHEZ PAGíN, “San Guillermo de Peñacorada. Puntualizando”, en Tierras de León, 45 (2007) 213-231. 38 Esta abadía estaba próxima a Peñacorada y no debe confundirse con Santo Tomás de Peñacorada de canónigos regulares que se hallaba en el lugar de Quintana de la Peña, cerca de Cistierna. Cf. CANAL SÁNCHEZ PAGÍN, “San Guillermo de Peñacorada”, p. 218. 39 Recordemos que Urraca funda con monjes de Pardomino una alberguería a principios del XII en el puerto de San Isidro para ayuda y socorro de los transeúntes. Lo mismo hizo el conde Froila Díaz, creando la alberguería de Santa María de Arbas, en el puerto de Pajares. Del mismo estilo será la de Nuestra Señora de Pontón, en el concejo de Burón. Cf. SÁNCHEZ PAGÍN, “San Guillermo de Peñacorada”, p. 216 40 CCL, doc. 1669. 41 Cf. FERNÁNDEZ FLÓREZ-HERRERO DE LA FUENTE, Colección Documental del monasterio de Santa María de las Dueñas, II, (1109-1300), León, 2005, doc. 363.

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de Guillermo de Peña Corada42. Estos son los escasos datos que los documentos ofrecen de este eremita y monje. Algunos autores han especulado sobre su origen francés, su procedencia navarra, o su estancia en el monasterio de Sahagún pero ninguno de estos puntos puede determinarse. El 27 de de marzo de 1289 el rey Sancho IV renueva el privilegio de coto y exención que diera Fernando II en 1181 al prior Domingo y a la iglesia de Santa María de los Valles que ha nombre agora Sant Guillermo43, reconociéndose así la condición de santo del eremita Guillermo. El siguiente paso lo protagoniza, en 1306, el obispo Gonzalo Osorio al convertir el priorato de San Guillermo de Peñacorada en dignidad de la catedral con el título de abadía44. El culto litúrgico, es decir, la incorporación del santo Guillermo de Peñacorada, en los formularios de la misa y de los breviarios, no existe, en juicio de Canal Sánchez Pagín. Ciertamente en el códice 48 de la catedral aparece una misa dedicada a Guillermo abad: Guillelmi abbatis. Ad missam. Officium os iusti. Cetera omni praeter orationem require in communi eius abbatis. Oratio: Deus, qui beatum Guillelmum inter confessors tuos connumerasti, et multis miraculis decoratum, virtute constatiae contra fluctus saeculi corroborasti, tribue, quaesmus, nobis famulis tuis, et eius apud te intecessionibus gloriari et ab omni hostium impugnatione defendi45.

Canal rechaza que se refiera a San Guillermo de Peñacorada, primero porque nunca fue abad, segundo, se puede referir a otros santos del mismo nombre46. El códice 36 contiene un diurnal con su santoral de santos leoneses y se incluye un “Gillelmi confessoris” que tampoco hace alusión a Guillermo de Peñacorada47. Parece pues que la devoción por San Guillermo de Peñacorada fue de índole popular CCL. doc. 1568, p. 422. CCL, doc. 2527, p.356. 44 Cf. VILLACORTA, El cabildo de la catedral de León, León 1974, 113, 557. 45 Archivo de la Catedral de León, cód. 48, fol. 46 Recogemos aquí las palabras de Canal: “Hay que tener presente que la iglesia católica ha venerado y venera a muchos santos que llevan el nombre de Guillermo, como puede verse en la Bibliotheca hagiographica latina, t. II, 1286. Por lo que respecta a San Guillermo, contamos con la vida legendaria de Guillermo, IX duque de Aquitania, que peregrinó a Compostela y murió en la peregrinación en 1137”, “San Guillermo de Peñacorada”, p. 216. 47 Archivo de la Catedral de León, cód. 36. 42 43

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Introducción

y que tuvo fuerza en el territorio mientras existió la iglesia de San Guillermo, hasta el siglo XVIII. La devoción se mantiene arraigada en la villa de Cistierna donde sus eruditos locales han conservado la celebración de San Guillermo y la tradición de la cueva donde hizo vida eremítica el santo. Lo cierto es que el culto a Guillermo de Peñacorada tuvo en el monasterio de Villabuena un refugio seguro, al menos desde el siglo XIV, al convertirse en titular del cenobio. Incluso, como pasa después con Teresa de Portugal, se mantuvo en el monasterio de San Miguel de las Dueñas, una vez que Villabuena desapareció. Y, curiosamente, muy potenciada desde las instancias cistercienses, tampoco se olvida la titularidad mariana, o al menos eso parece evidenciarse cuando se mantienen o citan las dos: Lucrecia de Vega, abadesa del monesterio de Santa María de San Guillelme de Villabuena, se señala en un documento de 149748.

1.3. El monasterio Desde el primer tercio del siglo XIII hasta el primer tercio del siglo XVI, a lo largo de trescientos años, se extiende la vida de este monasterio berciano, femenino, iniciado en el ámbito regio, próspero y relevante. Su desaparición, debido a fuerzas de la naturaleza lo relegará al olvido, fusionado con el de San Miguel de Almázcara. El monasterio se hizo lentamente, es decir, así fueron tanto el edificio como la constitución de un sólido patrimonio. Desde luego comienza a fraguarse este último hacia 1220, con las primeras adquisiciones, para después acrecentarse con las intervenciones adquisitivas de los reyes y de las infantas. Muerto Alfonso IX, la reina y las infantas parecen intensificar sus acciones y presencia. En 1232, en una compraventa que realiza Dulce, se señala expresamente Regina Domna Tharasia faciente monasterio Villabone49. La reina portuguesa está muy pendiente en esos primeros años: figura como tenente del monasterio y dispone de su propio merino50. Es más, tras la donación de Alfonso IX, ella se ocupa de ir completando el coto monástico en los meses siguientes51. Al menos desde 1237 hay ya una abadesa conventual, y actúa como tal. En Villabuena, Teresa parece tener su propio procurador, pero no hay rastro de su presencia; la abadesa CDV, doc. 123. CDV, doc. 10. 50 CDV, doc. 8. Diploma fechado en 1230: compraventa, se señala Regina domna Tharasia, tenente monasterium de Villabona, cum totis suis regalengiis. Suo merino Petrus Pelagii. 51 CDV, doc. 7. 48 49

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Colección documental del Monasterio de San Guillermo de Villabuena (1172-1527)

es María Gómez y el procurador del monasterio de Villabona. Fr. Iohannes de manu domna Regina Teresa52. Y todo hace pensar que el procurador es un monje del monasterio de Carracedo, precisamente en cuyo fondo documental se halla la escritura. El fray Juan se encuentra en otros diplomas relativos al monasterio villabonense, como la relación de vasallos, martiniegas, foros y suelos del cenobio 53. Y, en 1240, una compraventa entre los monasterios de Carracedo y Villabuena, se señala abatipsa dona Orraca, et a la prior(a) dona Beringaria et a totum conuentum de monasterii Villebone et procuratori freire Iohanni de Osseira54. Nunca hemos visto ni a la reina Teresa ni a sus hijas ejercer de abadesas, ni siquiera ejercer un control conventual externo; creemos que nunca tomaron el hábito. En Villabuena se cita a la abadesa y evidentemente a las demás monjas en cargos con el convento. Un vistazo a la relación de abadesas incluso nos permite ver que no hay apellidos llamativos, que evoquen a una interpretación sobre la procedencia regia o incluso nobiliar de las monjas. Monasterio de Villabuena. Catálogo de abadesas (1230-1520) Abadesa

Año

Documentos del Catálogo

María Gómez

1237-1238

Catálogo: núm. 12-13

Urraca Núñez

1239-1244

núm. 16-18

María de Deus

1268

Marina

1272-1281

núm. 23 núm. 24-26

María Pérez

1292

núm. 29

María García

1306-1310

núm. 30,31

Sancha Macia

1352-1365

núm. 37-40

Millia Garcia

1369-1370

núm. 40,41

Inés Fernández

1370-1414

núm. 42-54

Inés Fernández Gudel

1417-1419

núm. 56-59

CDV, doc. 13. CDV, doc. 14. 54 CDV, doc. 17. El topónimo Oseira alude sin duda al lugar gallego de Oseira, donde se encuentra otro monasterio cisterciense. 52 53

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Introducción

Monasterio de Villabuena. Catálogo de abadesas (1230-1520) María Téllez

1431

Teresa Díaz

1433-1440

núm. 63-65, 68-71

Inés Álvarez

1443-1455

núm. 72-75 y 80

Elvira Rodríguez

1458

núm. 62

núm. 81

María Rodríguez de Villalpando

1460-1464

núm. 82-85, 87-91

Mayor Álvarez Morana

1465-1478

núm. 92-98,100-102

Catalina Vara

1481-1491

núm. 103,104,106,109-111, 114-116

Lucrecia de Vega

1492-1518

núm. 118-124,126,127, 129-134,137-167

Úrsula de Prado

1519-1527

núm. 168, 173-175,177

Siempre permanece la reina Teresa, como vigilante y protectora, y es ella la que solicita nuevamente a la curia pontificia su confirmación, como señala Inocencio IV en 124555. Pero su presencia en El Bierzo no se constata de forma fehaciente, más bien parece actuar desde la lejanía. Y otro tanto pasa con sus hijas Sancha y Dulce. El convento femenino se ha ido consolidando y vemos sucederse a las distintas abadesas y actuar en la dirección del monasterio. Cuando en 1250, ya al final de su reinado, Fernando III confirma las propiedades de la iglesia de Astorga, se refiere a lo que tiene en el coto villabonense56. No olvidemos, por ejemplo, que sigue controlando la iglesia titular de Villabuena, bajo la advocación de San Justo. Pero estamos en el final, especialmente de la reina Teresa que fallece en este año, y de Fernando III que lo hace un par de años después. Ninguna de las esposas ni ninguno de los hijos de Alfonso IX de León sobreviven a estas fechas. ¿Y la protección regia? Pocas cartas de privilegio: en 1281, mediante carta abierta, el infante don Juan, hijo de Alfonso X, recibe en su guarda y encomienda a la abadesa y monjas del monasterio de San Guillermo57. Sancho IV, en 1286, confirma los privilegios de fundación y dotación del monasterio de Villabuena58. La intervención de Juan II, en 1419, en virtud de la sentencia de los jueces don Pedro López de Ayala, Juan Martínez CDV, doc. 19. Parece aprobar y confirmar la construcción del monasterio de Villabuena a petición la reina Teresa. 56 CDV, doc. 21. 57 CDV, doc. 27. 58 CDV, doc. 28. 55

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Colección documental del Monasterio de San Guillermo de Villabuena (1172-1527)

de Rojas, Álvaro Martínez y Pedro Fernández, que obliga a Gonzalo Berciano a devolver las propiedades (en Villabuena, Arborbuena, Quilós, Valtuille, Cubillos y Cubillinos) que como su merino y comendero había usurpado al monasterio de Villabuena59; el rey actúa en función del ordenamiento, otorgado en las cortes de Soria, en defensa de iglesias y monasterios contra los abusos de los comendatarios. Pocos diplomas regios sobreviven y pocos pontificios. Villabuena quedó bastante relegada a lo largo de los siglos bajomedievales. Algunas cuestiones parecen un tanto llamativas. El monasterio mantuvo una diferenciación entre mesa conventual y mesa abacial, durante toda la época medieval, con rentas separadas. Desde 1281 el monasterio tenía propiedades en un lugar llamado Toral, entre Astorga y La Bañeza, más cerca de esta última localidad. Se trata del actual Toral de Fondo, si bien se denomina en el siglo XIII: Toral de Yuso, de terra de Astorga60 y a fines del siglo XV, Toral de Santa Luzía, cerca Palacios de Valduerna, so canpanas de Sant Bartolomé 61. Procedían de la donación de una monja, Teresa Rodríguez, quien las había entregado a una sobrina, Antonia Díez, para explotación directa. Se señala que procedían de mey padre Ruy Yáñez e da mynna madre donna Marinna Hordánez, ya fallecidos, y que pasarían al monasterio al terminar sus días62. Esas propiedades pertenecían a la mesa abacial, y en 1482, en la carta de aforamiento realizada, se señala expresamente que la rentas serán divididas, al cincuenta por ciento, de tal manera que irían 50 maravedís para la abadesa y otros 50 para la priora y las monjas63. A la mesa abacial se alude varias veces y con propiedades diferentes. Así existe, por ejemplo, un soto de la abadesa, en Arborbuena, que pertenesce a la mesa de nos, la dicha abadesa 64; y sotos y huertos65. El rey en las cortes de Soria había ordenado la defensa de iglesias y monasterios contra los abusos de los comendatarios. Doña Micaela apela al rey el 27 de diciembre para que se cumpla. 60 CDV, doc. 26. 61 CDV, doc. 106. 62 CDV, doc. 26. 63 CDV, doc. 106. 64 CDV, doc. 103: En 1481, la abadesa Catalina Vara afora a Juan Fernández, morador en Arborbuena, un soto y heredad en Arborbuena, en el lugar llamado el soto de la abadesa, por su vida, la de otras tres personas y veintinueve años más, con la condición de plantarlas de vides. Los cinco primeros años sin renta, a partir de los cuales pagará seis cañados y medio de vino cada año. 65 CDV, doc. 104: En 1481, la abadesa Catalina Vara, afora a Alfonso Vello y su mujer, moradores en San Clemente, un soto y un huerto en Arborbuena, perteneciente a la mesa de la abadesa, para plantar viñas, por catorce azumbres de vino como renta anual. Los cinco primeros años no pagarán renta por la plantación. 59

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Introducción

En 1461, la abadesa de San Guillermo, María Rodríguez, afora una cortina, que indica pertenecer a la mesa abacial, por tres vidas y 29 años más; y expresamente ordena que nos dedes e paguedes a nos, la dicha abadesa et a las otras abadesas que fueren despues de nos del dicho monesterio, una tega de çebada de dar e de tomar, por la medida derecha que se corriere al tienpo de las pagas, por cada dia de Santa María de Agosto66; y obliga los bienes de la mesa abacial para el cumplimiento del contrato foral. Señora de su coto, la abadesa trata de controlar también las prestaciones de sus vasallos, incluida el agua67, no sólo su patrimonio. Y ello con todos los problemas de un monasterio muy perjudicado por la nobleza local. Aun así, en 1484, se recoge la demanda de corveas, es decir las prestaciones libres que los vasallos debían al monasterio68. ¿Era una comunidad conventual muy numerosa? Durante el siglo XIII habitualmente sólo se nos habla de la abadesa y, en ocasiones de la priora. A comienzos del siglo XIV, en la relación de los testigos de un contrato de aforamiento, realizado por la abadesa María García, se señala la presencia de: Xemena García, prior, María Méndez, suprior, Constanza Áluarez, cantora, Aldara González, Eluira Martínez, Orraca Arias, Leonor Rodríguez, María Pérez, Eluira Arias, Iohanna González, María Menéndiz, Teresa Maçía, Aldonça Fernández69. Entendemos que son todas monjas profesas y suman 14, junto con la abadesa. Junto al cargo abacial, encontramos el de priora, subpriora, sacristana, cantora, y, en los siglos XV-XVI, se une el cargo de enfermera. En muchos de los documentos podemos ver la relación personalizada: sennora donna Lucreçia de Vega, abadesa del dicho monesterio, e Eluira Despariegos, priora, e Ynes Suárez, sopriora, e Leonor Ternera, sacristana, e Elvira de Valcarçe, cantora e Ynes Gonçález e otras monjas70. El monasterio cuenta con capellán y clérigos: Martín Miguéllez, capellán del monesteyro, e Fernán Pinna e Pedro Alfonso clérigos71. Pocas cosas conocemos de la comunidad a lo largo de estos trescientos años. Los nombres de las abadesas, creemos que no todos, el largo abadiato de algunas de ellas y los conflictos e intervencionismo que se generan. CDV, doc. 84. CDV, doc. 113, del año 1488. 68 CDV, doc. 111. 69 CDV, doc. 31. 70 CDV, doc. 126, del año 1497. 71 CDV, doc. 31, comienzos siglo XIV. 66 67

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Colección documental del Monasterio de San Guillermo de Villabuena (1172-1527)

El monasterio se funde con San Miguel de las Dueñas, en un principio en Villabuena, finalmente en San Miguel de las Dueñas. El cambio viene marcado por la ruina de la fábrica villabonense, al ser invadido por las aguas del Cúa72. La ruina de su fábrica era ya visible en 1501, según la abadesa, por la construcción de una presa que habían hecho los molineros, para lo que habían desviado el cauce. Unos años más tarde, en 1524, la ruina era ya total, y el monasterio había sido invadido por el curso del río.

1.4. Patrimonio Cuidadosamente forjaron los reyes el coto y patrimonio de Villabuena: desde 1221 los bienes adquiridos por Alfonso IX están destinados a la fundación todavía en proyecto73. Posteriormente, en 1229, la donación del monarca a Teresa, ya para la fundación monástica, se convertirá en el núcleo del patrimonio monástico: cellarium de Villabona de Berizo, cum omnibus directuris et pertinentiis suis et cum omni iure regali quod ad ipsum dignoscitur pertinere. Nominatim autem et expresse do et iure hereditario in perpetuum concedo Deo et uobis domina regina hereditates et possessiones et quicquid ad ius regium pertinet vel pertinere debet in villa que dicitur Corullon, et in Orta, et in Outeiro, et in Villa de Canes, et in Valtuille de Susao, et in Valtuille de Iusao, et in Villabona et in villa que dicitur Arborbona, et in Quilous et in Sancta Eulalia, et in Canedo de Susano et in Canedo de Iusano, et in Argancia, et in villa que dicitur Sanctus Iohannes, et in alia quae dicitur Coutus, et in Rouredo de Sussao et in Rouredo de Iusao, et in Valgoma, et in Cubelinos, et in Cubelos, et in Vilela74. En torno al cillero villabonense se crea el coto monástico, y se amplia el patrimonio con nuevas adquisiciones posteriores, por parte de la reina Teresa y sus hijas, y con algunas donaciones. Un documento de 1238 nos permite señalar la relación de vasallos, martiniegas, foros y suelos del monasterio de San Guillermo75; y queda descrito el propio coto, a instancias del procurador de la reina Teresa, fray Juan. Las villas realengas son Villabuena, Arborbuena, Quilós, Santa Eulalia, Robledo, Arganza de Rey y Magaz. En el mes de agosto los habitantes de las villas de Villabuena, Arborbuena, los dos Valtuilles, Quilós, Santa Eulalia, Robledo y Canedo tenían derecho de pesca, dando una parte al monasterio. La relación expresa claramente lo que tiene en los distintos lugares del coto : solariegos, iglesias, quintas, heredades y rentas. Un patrimonio amplio, sólido, para la fundación monástica regia. Posteriormente, durante la vida de la reina Teresa, se hicieron también CAVERO-GONZÁLEZ, El monasterio cisterciense de San Miguel de las Dueñas, 120-121 CDV, doc. 5. 74 CDV, doc. 6. 75 CDV, doc. 14. 72 73

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