LA COLECCIÓN DE PERGAMINOS DE SAN PABLO DE VALLADOLID (1276-1605).

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LA COLECCIÓN DE PERGAMINOS DE SAN PABLO DE VALLADOLID (1276-1605) UN VADEMECUM

PARA LA DIPLOMÁTICA PROCESAL PONTIFICIA



SANTIAGO DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ

Colección Monumenta Hispaniae Pontificia 13

LA COLECCIÓN DE PERGAMINOS DE SAN PABLO DE VALLADOLID (1276-1605): UN VADEMÉCUM PARA LA DIPLOMÁTICA PROCESAL PONTIFICIA

Universidad de León Área de Publicaciones 2020 2019


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© Universidad de León Área de Publicaciones © Santiago Domínguez Sánchez Edita: Universidad de León. Área de Publicaciones Maquetación y diseño digitales de interior: Santiago Domínguez Sánchez Adaptación digital y preimpresión de interior, y maquetación de portada: Juan Luis Hernansanz Rubio ISBN: 978-84-9773-987-0 Depósito legal: LE-79-2020 Imprime: Kadmos Impreso en España / Printed in Spain León, 2020


A mi sobrina Catalina Ida



INTRODUCCIÓN 1. Palabras previas. Presentamos en esta monografía 1 doscientos treinta y un diplomas en pergamino que atesoraba el archivo del convento de San Pablo de Valladolid y que abarcan el período comprendido entre los años 1276 a 1605. Y lo hacemos porque son en su inmensa parte inéditos,2 cuando no desconocidos, 3 y porque aportan una información riquísima tanto para esta institución eclesiástica como para el conjunto de la sociedad castellana de la Baja Edad Media y de la primera Edad Moderna. Y hemos subtitulado este libro “Un vademécum para la Diplomática procesal pontificia” porque, como veremos en un epígrafe posterior, la mayor parte de los diplomas aquí recogidos son pontificios, y entre ellos destacan sobremanera los relativos a las diversas causas judiciales que sostuvo durante siglos en la Rota Romana el convento de San Pablo, siendo tales documentos un paradigma muy esclarecedor de los sucesivos momentos procesales por los que atravesaba frecuentemente un pleito, así como de la escrituración de tales fases judiciales en sus correspondientes documentos, que se conservaron perfectamente in situ hasta principios del siglo XIX en el archivo conventual de San Pablo, y que por suerte, en una gran parte, hoy día siguen bien custodiados en diversos depósitos documentales. Aunque en nuestros días se conserva en perfecto estado la iglesia de San Pablo de la citada ciudad castellana, y se mantiene en ella una comunidad de la Orden de Predicadores,4 el magnífico archivo que tenía este convento ya no se mantiene en su sede tradicional. La Guerra de la Independencia y la posterior Exclaustración y Desamortización hicieron que los documentos se trasladaran a otros lugares, cuando no que desaparecieran. En otro capítulo trataremos más detenidamente sobre este aspecto, pero ahora es el momento de señalar un aspecto muy relevante para la archivística: en 1605, año en que cerramos este estudio, se celebró en el convento vallisoletano un capítulo general de la Orden de Predicadores,5 en el que se aprobó para todos los conventos de la Orden, entre otras numerosas normas, una reglamentación interesantísima para los archivos conventuales, que presentamos a continuación al lector: -Confirmamus et omnibus prioribus conventuumque praesidentibus districte iniungimus ut, qua poterunt brevitate, faciant memorialia, quae 1 Este trabajo se ha realizado con la ayuda del Grupo de Investigación Consolidado de la Universidad de León Temas Históricos, código 404. 2 Prácticamente solo hay noticias esporádicas de esta documentación. Cf. HOYOS, Registro documental, 151-154. Por otro lado, diremos que seguimos en nuestras transcripciones las normas de Colección Monumenta Hispaniae Pontificia. 3 GARCÍA SERRANO, Preachers of the city, 63-67, hace una mínima aproximación histórica a este convento en su primer siglo de existencia. 4 Aunque en un edificio de nueva construcción. 5 Cf. doc. 231 de la Colección Diplomática.

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vocantur “inventaria”, tam in deposito de omnibus scripturis tum annuorum redituum quae “censualia” vocantur, tum aliorum privilegiorum, -et similiter in qualibet officina conventus; -ad quae inventaria constituatur liber in deposito, in quo ponantur primo inventarium privilegiorum et aliarum scripturarum pertinentium ad fundationem et statum conventus; secundo ponatur inventarium scripturarum censualium perpetuorum, et postea scripturarum censualium temporalium per ordinem mensium, cum aliquo signo tam in inventario quam in ipsa scriptura, ut possint facile reperiri, et in alia parte ponatur inventarium omnium scripturarum pertinentium ad annuos reditus frumenti, vini et olei; -in alio autem libro ponantur sigillatim inventaria omnium bonorum quae reperiuntur in qualibet officina conventus, in quibus quaecumque bona quae de novo ponuntur in aliqua officina, addantur inventario illius officinae, -maxime autem in inventario sacristiae ponantur omnia iocalia et quae offeruntur, quae teneantur sacristae, quantotius acceperint, praesentare patri priori seu principali praesidenti conventus, ut ponentur in inventario; -ex quibus inventariis dentur transumptus cuilibet officiali talis officinae subscriptus a patre priore seu principali praesidenti, depositariis conventus et officiali officinae; -quae omnia teneantur adimplere praelati sub poena absolutionis officiis eorum; -addentes quod nullo modo extrahantur aliquae scripturae a deposito nisi in praesentia praelati taliter, quod in deposito maneat aliquod memoriale semper ipsius scripturae donec restituatur. Merece la pena traducir literalmente tales constituciones, porque son de gran valor para la historia de la archivística de época moderna. De acuerdo con un modo de proceder archivístico que se estaba imponiendo paulatinamente en todos los monasterios y conventos de la Iglesia, estas constituciones ponen de manifiesto el especial cuidado de estos centros para conservar y ordenar de forma “científica” sus fondos documentales, con la confección de inventarios y las órdenes para mantener íntegros tales fondos: Confirmamos la disposición (dada en el capítulo anteriormente celebrado en Roma en 1601) y ordenamos estrictamente a todos los priores o presidentes de los conventos que, a la mayor brevedad, confeccionen libros memoriales, llamados comúnmente “inventarios”, en primer lugar de todas las escrituras que se conservan en el archivo, y en segundo lugar de las rentas anuales conocidas como “censos”, así como de todos los privilegios del mismo. Lo mismo se hará de todas las escrituras de todas las oficinas o secciones de cada convento. A tal efecto, prepárese en el archivo un libro para escriturar dichos inventarios, en el que se haga primero la relación de los privilegios y otras escrituras relativas a la fundación y estado del convento, a continuación, siguiendo un orden de mes a mes, el elenco de escrituras sobre censos perpetuos, más adelante, el de las escrituras sobre censos temporales, anotándose marcas o señales tanto en el inventario como en las escrituras originales, de manera que fácilmente se puedan encontrar y cotejarse. Más adelante, anótese en otra parte del libro la relación de todas las escrituras relativas a las rentas anuales de grano, vino y aceite.

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En otro libro, también con las citadas marcas o señales, hágase el inventario de todos los bienes que se encuentran en cada una de las oficinas del convento; y cada vez que un bien pase de una oficina a otra de dicho convento, añádase el cambio en tal libro. Esto deberá hacerse señaladamente con el inventario de los bienes de la sacristía, donde deberán reseñarse cada una de las joyas y otras dádivas que se ofrecen a dicha sacristía, debiendo ello escriturarse de forma inmediata a su recepción, tras la presentación de las mismas al prior o presidente principal del convento. De dichos inventarios de las oficinas conventuales deberá hacerse una copia que, suscrita por el prior o presidente principal del convento, se entregará al oficial de dicha oficina y a los depositarios (custodios o contables) del convento. -El prior deberá encargarse de hacer cumplir esta normativa bajo pena de privación de su cargo. Se establece finalmente que de ninguna manera se saquen escrituras originales del archivo, salvo en presencia del prior, debiendo siempre y en todo caso quedar en su lugar un memorial o nota de las mismas. Los archiveros de la Orden facilitaban así la labor administrativa de los conventos, que podían reclamar con facilidad rentas, foros, derechos y otras propiedades que les correspondían, pero también se daban cuenta de que los diplomas organizados y custodiados por ellos eran una fuente de primer nivel para escribir la historia de su propia Orden. En efecto, sobre este tema se recopilan unos datos muy interesantes en las actas aprobadas en el citado capítulo general celebrado en San Pablo de Valladolid en dicho año 1605, donde se establecieron una serie de disposiciones interesantísimas al respecto. Sabemos que a principios del siglo XVII los Dominicos, como otras Órdenes religiosas, 6 se propusieron redactar una historia crítica, sistemática y basada en documentos ciertos, de los orígenes y desarrollo posterior de la misma. Para ello el maestro general, fray Jerónimo Xavierre (1601-1607), natural de Zaragoza, 7 quiso contar con el trabajo de un afamado historiador y erudito, fray Tomás Maluenda (15661628), natural de Xátiva. 8 Tomás Maluenda,9 además de dedicarse a otras muchas labores teológicas y filosóficas, pidió la ayuda de toda la Orden para recibir en su convento de Roma copia de las escrituras de los archivos de todos los conventos de los Dominicos que le sirvieran como base para redactar la historia de la Orden. Tal ayuda se aprobó formalmente en el capítulo general de Valladolid del año 1605. Finalmente fray Tomás Maluenda editaría en Nápoles, en la imprenta de Lázaro Scorigio, en el año 1627, una amplia monografía 10 titulada Annalium Sacri Ordinis Prædicatorum centuria prima, 6

ss.

Cf. DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ, El primer manual de Diplomática pontificia, 24 y

En la provincia dominicana de Aragón. Por tanto, de su misma provincia. 9 A quien le fue otorgado el grado de maestro en Teología en el capítulo general de la Orden celebrado precisamente en el convento de San Pablo de Valladolid el 29 de mayo de 1605 (véase el doc. 231 Colección Diplomática), y posteriormente el grado de doctor en Teología en el capítulo general de la Orden celebrado en Roma el 25 de mayo de 1608. 10 De 699 páginas. 7 8

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auctore A.R.P.F. Thoma Maluenda, Setabitano, eiusdem Instituti sacrae Theologiae magistro, provinciae Aragoniae, iussu R.P. Fr. Seraphici Sicci, magistri generalis, in lucem edita, cum tribus locupletissimis indicibus, auctorum, locorum, Sacrae Scripturae et rerum notabilium. 11 Permítasenos transcribir los párrafos de las actas de este capítulo de Valladolid que tienen que ver con este asunto historiográfico: Cum reverendus pater magister frater Thomas Maluenda, ex mandato reverendissimi <magistri generalis>, summa diligentia universalem nostri Ordinis historiam, cuius tantopere Religio nostra indiget, magnis apparatibus auspicetur, iustum est ut ad eius sustentationem aliquid provideatur; quare sub eodem praecepto formali mandamus omnibus eisdem provincialibus ut Romam ad ipsum mittant singulis annis, donec perficiatur historia, contributiones infrascriptas (scuta auri in auro): Provincia Hispana: 15. Lombardia: 15. Romana: 7. Regnum: 11. Polonia: 6. Aragonia: 12. Trinacria: 14. Portugallia: 8. Bethica: 14. Sanctus Thoma: 10. Calabria: 10. Sanctus Iacobus de Mexico: 10. Sanctus Ioannes Baptista del Peru: 20. Sanctus Vincentius de Chiapa: 10. Sanctus Antonius de Novo Regno: 10. Sanctus Dominicus: 7. Sancta Catherina Martyr del Quito: 6. Occitana: 6. Sanctus Hippolytus Martyr de Oaxaca: 10. Sanctus Petrus Martyr: 5. Aprutina: 4. Congregatio Indiarium Orientalium: 4. Committimus et districte mandamus omnibus et singulis provincialibus et vicariis respective, sub poena suspensionis ab officio per tres menses, ut infra spatium duorum mensium a notitia praesentium mittant unum aut plures patres idoneos ad singulos conventus suae provinciae, qui diligenter, iuxta litteras a reverendissimo missas, scrutentur omnia quae ad historiam universalem Ordinis deservire possint, et eorum copias authenticas Romam, ad patrem magistrum fratrem Thomam Maluenda, quamprimum poterint, transmittant. Praecipue autem inquirant de erectionibus conventuum a quibus et quomodo fundati, qui viri in sanctitate, doctrina, verbi Dei praedicatione excellentes fuerint vel scripserint; qui ad episcopalem, archiepiscopalem, patriarchalem et cardinalitiam dignitatem ex tali conventu evecti fuerint, quot annis praefuerint et quomodo obierint; quot inquisitores habuerint, quo tempore, quid quisque illorum praeclare gesserit, quomodo mortui sint; quae corpora extent eorum qui gloriose et cum opinione sanctitatis migraverint, quibus in rebus praesertim excelluerint, quae eorum vita, quae mors; qua praecipua miracula contigerint ob devotionem Rosarii beatae Mariae aut per intercessionem alicuius sancti nostri Ordinis vel alterius aut contra haereticos aut alias quomodolibet; quot monasteria monialium Ordinis fuerint et modo sint in civitate vel loco, quot sub Ordinis et quot sub episcopi iurisdictione; quo tempore quodlibet eorum fundatum fuerint et a quo vel quibus, quae sanctitate vitae, virtutum exemplis et miraculorum gloria in quolibet eorum claruerint. Sin embargo, este texto contiene errores e inexactitudes, ya que se imprimió cuando fray Tomás Maluenda aún no lo tenía ultimado, y parece que en contra de su voluntad. 11

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Procurabunt tandem intelligere sintne aliqui religiosi etiam alterius Ordinis, qui cognitionem habeant aliquam rerum, quae Religionem nostram quoquomodo illustrare et celebrem reddere peramplius possint, ut sunt miracula virorum illustrium, vitae laudabiles, gloriosi obitus. Et omnia in unum diligenter congesta ad praenominatum magistrum fratrem Thomam Maluenda fideliter transmittere studebunt. Tales párrafos merecen una traducción: Puesto que el reverendo padre maestro fray Tomás Maluenda, por disposición del reverendísimo maestro general de los Dominicos, pretende escribir con gran diligencia una historia universal de nuestra Orden, que tan necesaria es para la misma, y quiere hacerlo con gran aparato crítico, es justo que se le provea de fondos para poder realizarlo; por ello, bajo orden estricta, mandamos a todos los provinciales de la Orden que remitan a Roma, a dicho fray Tomás, anualmente, a fin de poder rematar dicha historia, las cantidades que aquí se anotan, en escudos de oro: Por la provincia de Hispania (Castilla), 15 escudos; por Lombardía, 15 escudos; por Roma, 7 escudos; por el Reino de Nápoles, 11 escudos; por Polonia, 6 escudos; por Aragón,12 escudos; por Sicilia, 14 escudos; por Portugal, 8 escudos; por Andalucía, 14 escudos; por Santo Tomás de Aquino (en el centro-sur de Italia), 10 escudos; por Calabria, 10 escudos; por Santiago de México, 10 escudos; por San Juan Bautista del Perú, 20 escudos; por San Vicente de Chiapa y Guatemala, 10 escudos; por San Antonio del Nuevo Reino de Granada (correspondiente aproximadamente a la actual Colombia), 10 escudos; por Santo Domingo de Guzmán (en la actual República Dominicana), 7 escudos; por Santa Catalina de Siena de Ecuador, 6 escudos; por Occitania, 6 escudos; por San Hipólito Mártir de Oaxaca en México, 10 escudos; por San Pedro Mártir (en Piamonte y Liguria), 5 escudos; por los Abruzzos, 4 escudos; y por la Congregación (portuguesa) de Santa Cruz de las Indias Orientales (India, Ceilán, Malasia, etc.), 4 escudos. Encargamos y mandamos estrictamente a todos y cada uno de los provinciales y vicarios de nuestras provincias, bajo pena de suspensión de su cargo por tres meses, que, en el plazo de dos meses desde que tengan noticia de este acta, envíen uno o varios frailes idóneos a cada uno de los conventos de su provincia para que diligentemente, de acuerdo con las cartas que tengan de su superior provincial, indaguen en los archivos de los mismos todas las cosas que puedan contribuir a escribir dicha historia universal de la Orden, y que envíen lo antes posible copias auténticas de tales escritos a Roma, con destino al citado fray Tomás Maluenda. En especial deberán indagar sobre la fundación de los conventos, y por quiénes y cómo fueron erigidos. Interesa de modo especial conocer qué frailes vivieron en tales conventos con fama de santidad, buena doctrina y cualidades especiales de predicación de la palabra de Dios. Escríbase sobre los frailes de estos conventos que alcanzaron la dignidad episcopal, archiepiscopal, patriarcal o cardenalicia, sobre cuántos años estuvieron en tales dignidades y cómo fallecieron. Indáguese sobre cuántos frailes llegaron a ser inquisidores, en qué tiempo, en qué destacaron cada uno de ellos y cómo murieron. Infórmese sobre los enterramientos de aquellos frailes que fallecieron con fama de santidad de vida.

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Trátase sobre los frailes que destacaron en cada convento en algún asunto especial, tanto en su vida como en su muerte. Escríbase sobre los milagros importantes acontecidos por devoción al Rosario de la Virgen María o por intercesión de algún santo de nuestra Orden u otra, o por la labor contra los herejes, o de otro cualquier modo. Infórmese sobre los conventos femeninos de la Orden de Predicadores, cuántos y de qué modo los hay en cada ciudad o lugar bajo jurisdicción de la Orden o del obispo local, cuándo se fundaron y por quién o por quiénes, y qué monjas de vida santa, ejemplo de virtudes y fama de santidad y milagros destacaron en tales conventos. Tratarán de estudiar, finalmente, si algún religioso de otra Orden tiene conocimiento de algunas cosa que pueda ilustrar de algún modo la historia de los Dominicos y hacerla más célebre, como pueden ser los milagros atribuidos a varones ilustres de nuestra Orden, o los ejemplos de vidas loables o muertes santas. Todo ello diligentemente recogido lo enviarán fielmente al citado maestro fray Tomás Maluenda. En fin, nuestro propósito actual es mucho más “corto de miras” que el que tenía el historiador Tomás Maluenda, pero va encaminado en el mismo sentido: ofrecer a los historiadores una edición crítica de los documentos bajomedievales y de la primera Edad Moderna del convento de San Pablo de Valladolid.

2. Fuentes archivísticas. El archivo del convento de San Pablo de Valladolid sufrió, como ya se ha indicado, un gran embate con las leyes de la Exclaustración y Desamortización de 1835-36. 12 El grueso de la documentación acabó en los sótanos de la Real Academia de la Historia, para pasar luego a formar parte de la sección de Clero del Archivo Histórico Nacional. Sin embargo, muchos diplomas desaparecieron para siempre, en especial los reales. Otros fueron entregados a escondidas por los propios dominicos vallisoletanos a monasterios femeninos no inmersos en el proceso desamortizador, y fueron devueltos a la comunidad de Predicadores cuando esta volvió a San Pablo, para pasar en estos últimos años al convento de San Esteban de Salamanca. 13 De algunos diplomas perdidos hemos hallado copias antiguas en archivos de otras instituciones o en el Archivo General que la Orden tiene en Roma en el convento de Santa Sabina. 14 Otros expedientes, libros, legajos y documentos, por diversas vicisitudes históricas, han acabado en archivos muy dispersos. Para no agotar al lector con explicaciones innecesarias, ofrecemos a continuación el elenco completo de archivos y depósitos documentales donde hemos podido localizar la documentación estudiada:

Cf., entre otros, REVUELTA, La Exclaustración; y TOMÁS Y VALIENTE, El marco político de la Desamortización. 13 Donde los conventos dominicos españoles han enviado toda la documentación histórica que por motivos diversos conservaban. 14 Cf. KOUDELKA, Il fondo “Libri”, I y II. 12

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BURGOS, Archivo de la Catedral: -Cód. 67. Libro registro de capítulos de la Provincia Dominicana de España, procedente del archivo del convento de San Pablo de Burgos. Copia parcial del siglo XVI. CÓRDOBA, Archivo de la Catedral: -Caja J.H.S. Actas de capítulos provinciales dominicos. ILLESCAS (Toledo), Archivo Municipal: -Sección Histórica, Ordenamientos de Cortes. MADRID, Archivo Histórico Nacional: -Clero, carp. 89. Palma de Mallorca, Dominicos de Santo Domingo. -Clero, carp. 184. Burgos, Dominicos de San Pablo. -Clero, carp. 185. Burgos, Dominicos de San Pablo. -Clero, carp. 595. Huesca, Dominicos de Nuestra Señora de los Ángeles. -Clero, carp. 3524. Benavente, Dominicos de Santo Domingo. -Clero, carp. 3501. Valladolid, Dominicos de San Pablo. -Clero, carp. 3502. Valladolid, Dominicos de San Pablo. -Clero, carp. 3503. Valladolid, Dominicos de San Pablo. -Clero, carp. 3504. Valladolid, Dominicos de San Pablo. -Clero, carp. 3505. Valladolid, Dominicos de San Pablo. -Clero, carp. 3506. Valladolid, Dominicos de San Pablo. -Clero, carp. 3507. Valladolid, Dominicos de San Pablo. -Clero, carp. 3508. Valladolid, Dominicos de San Pablo. -Clero, carp. 3509. Valladolid, Dominicos de San Pablo. -Clero, carp. 3572. Toro, Dominicos de San Ildefonso. -Clero, carp. 3573. Toro, Dominicos de San Ildefonso. -Clero, cód. 1261. “Libro becerro del convento de S. Pablo de Valladolid del año 1767”. -Clero, Leg. 5392. Palencia, Dominicos de San Pablo. -Códices y cartularios, L. 1068 (mediados del siglo XIV). -Códices y Cartularios, L. 1170 (siglo XVI). -Sigilografía, caja 94: Documentos procedentes de Valladolid, Dominicos de San Pablo. -Sigilografía, caja 97: Documentos procedentes de Valladolid, Dominicos de San Pablo. -Sigilografía, caja 98: Documentos procedentes de Valladolid, Dominicos de San Pablo. PARÍS, Archives Nationales de France: -Ms. LL. 1529. Copia de las “Acta Capitulorum Generalium Ordinis Praedicatorum” hecha en el siglo XVIII ROMA, Archivo General de Orden de Predicadores, Convento de Santa Sabina: -Biblioteca auxiliar que conserva el impreso: Acta capituli generalis Ordo Praedicatorum apud Vallisoleti celebrati anno 1605, Roma 1605. -Codex III/3. Copia de las “Acta Capitulorum Generalium” hecha en el siglo XVIII. -Codex III/5. Copia de las “Acta Capitulorum Generalium” hecha en el siglo XVIII. -Leg. 26045. “Acta Capitulorum Provincialium Hispaniae ab anno MCCXLI ad MDIC”, Sección XIII. Vols. I y II. Originales y copias del siglo XVIII.

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ROMA, Archivo Secreto Vaticano: -Reg. Vat. 44. Registro de Cancillería de Nicolás IV. SALAMANCA, Archivo del Convento de San Esteban: -Fondo de San Pablo de Valladolid. A/A Vap. VALLADOLID, Archivo del Monasterio de las Huelgas Reales: -Pergaminos, carpeta 1. VALLADOLID, Archivo de la Real Chancillería: -Pergaminos, caja 58. Documentos del convento de San Pablo de Valladolid.

3. Pinceladas históricas sobre el convento de San Pablo. No conocemos la fecha exacta de la fundación del convento de los Predicadores de Valladolid. Sin embargo, se viene proponiendo el año 1276 como el de inicio formal de mismo. Sabemos que el 1 de mayo de 1276 el concejo de Valladolid, por orden de doña Violante de Aragón, esposa de Alfonso X el Sabio, donaba a dicha Orden de Predicadores un solar para la fundación de un convento, en la calle llamada de la Cascajera, y cuyos linderos llegaban hasta el imponente monasterio de San Benito. 15 A partir de entonces, todos los reyes de Castilla y León, y luego de España, en número de veintiuno, así como otros veintiún Papas, 16 apoyaron decidamente la nueva fundación, de manera que llegó a ser uno de los centros eclesiásticos más sobresalientes de España, en especial, más que en rentas, en peso social, cultural y aun político. De allí salieron cardenales, maestros provinciales de la Orden, allí se celebraron capítulos provinciales 17 y generales 18 de los Dominicos, se alojaron reyes, se celebraron Cortes, se bautizaron Felipe II y Felipe IV, vivieron personajes afamados 19 y se dieron un largo etcétera de acontecimientos de enorme importancia para la vida castellana y española. A la vez, en sus aulas, que pasaron a ser Universidad desde 1605, se formaron numerosísimos frailes que luego llevaron sus conocimientos a todos los rincones de la geografía castellana. Para que el lector no tenga duda del apoyo prestado por reyes y Pontífices al convento de San Pablo, ofrecemos a continuación el listado de tales personajes que colaboraron activamente en pro de esta institución:

Cf. doc. 1 de la Colección Diplomática. Recuérdese que ya en 1288 Nicolás IV declaró a los dominicos exentos de la jurisdicción episcopal. Cf. doc. 10 de la Colección Diplomática. 17 En concreto, uno a principios del siglo XV y otros en los años 1509, 1523, 1539, 1557, 1569 y 1581. Docs. 50, 109, 143, 184, 205, 209 y 216 de la Colección Diplomática. Cf. HERNÁNDEZ MARTÍN, Capítulos provinciales, I y II. 18 Celebrados en los años 1383, 1523 y 165. Docs. 43, 142 y 231 de la Colección Diplomática. Cf. REICHERT, Acta Capitulorum Generalium Ordinis Praedicatorum, III. 19 Por ejemplo, Bernardo de Manrique, prior de San Pablo de Valladolid en el primer tercio del siglo XVI, que fue luego prior provincial de Hispania de la Orden de Predicadores. Cf. docs. 109, 151, 184 y 185 de la Colección Diplomática. 15 16

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Reyes: Alfonso X (1252-1284). 20 Violante de Aragón, esposa de Alfonso X. 21 Sancho IV (1284-1295). 22 María de Molina, esposa de Sancho IV. 23 Fernando IV (1295-1312). 24 Alfonso XI (1312-1350). 25 María de Portugal, esposa de Alfonso XI. 26 Pedro I (1350-1369). 27 Enrique II (1369-1379). 28 Juana Manuel de Villena, esposa de Enrique II. 29 Juan I (1379-1390). 30 Beatriz de Portugal, esposa de Juan I. 31 Enrique III (1390-1406). 32 Catalina de Lancaster, esposa de Enrique III. 33 Juan II (1406-1454). 34 Enrique IV (1454-1474). 35 Isabel I (1474-1504) y Fernando II (1474-1516), Reyes Católicos.36 Juana I (1504-1555). 37 Carlos I (1516-1556). 38 Felipe II (1556-1598). 39 Felipe III (1598-1621). 40 Papas: Nicolás IV (1288-1292). 41 Benedicto XI (1303-1304). 42 Juan XXII (1316-1334). 43 Clemente VI (1342-1352). 44 Benedicto XIII (1394-1423). 45 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45

Doc. 3 de la Colección Diplomática. Doc. 5 de la Colección Diplomática. Docs. 5-8 de la Colección Diplomática. Docs. 7, 11, 12, 17, 18, 21 y 23 de la Colección Diplomática. Doc. 18 de la Colección Diplomática. Docs. 24 y 26-29 de la Colección Diplomática. Docs. 32 y 35 de la Colección Diplomática. Doc. 34 de la Colección Diplomática. Docs. 38 y 41 de la Colección Diplomática. Doc. 37 de la Colección Diplomática. Doc. 42 de la Colección Diplomática. Doc. 49 de la Colección Diplomática. Docs. 52-54 de la Colección Diplomática. Doc. 55 de la Colección Diplomática. Docs. 56, 57, 59, 62-66 y 72 de la Colección Diplomática. Docs. 75-77 de la Colección Diplomática. Docs. 86-91, 94, 95, 97 y 98 de la Colección Diplomática. Docs. 106-108 de la Colección Diplomática. Doc. 175 de la Colección Diplomática. Doc. 208 de la Colección Diplomática. Doc. 227 de la Colección Diplomática. Docs. 9 y 10 de la Colección Diplomática. Doc. 16 de la Colección Diplomática. Doc. 22 de la Colección Diplomática. Doc. 31 de la Colección Diplomática. Docs. 51 y 55 de la Colección Diplomática.

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Martín V (1417-1431).46 Nicolás V (1447-1455).47 Calixto III (1455-1458). 48 Pío II (1458-1464). 49 Sixto IV (1471-1484).50 Inocencio VIII (1484-1492). 51 Alejandro VI (1492-1503). 52 León X (1513-1521).53 Adriano VI (1522-1523). 54 Clemente VII (1523-1534). 55 Pablo III (1534-1549). 56 Julio III (1550-1555). 57 Pío IV (1566-1572). 58 Gregorio XIII (1572-1585). 59 Sixto V (1585-1590).60 Clemente VIII (1592-1605). 61 Por lo que se refiere al origen histórico de este convento, nos parece muy conveniente, por ajustarse a la realidad, comenzar reproduciendo los primeros folios del Libro Becerro del convento de San Pablo hecho en 1767, donde se describen pormenorizadamente los hechos más sobresalientes de este convento, basándose tanto en los diplomas del archivo que en este momento se estaban analizando minuciosamente, como en la tradición oral que en el convento se mantenía sobre los albores del mismo. Dice así dicho Libro Becerro: 62 Fundación de este convento de San Pablo, donaciones y distribución de su sitio y territorio. En el año del nacimiento de nuestro Redemptor Jesu Christo de mil doscientos setenta y seis, a los sesenta de la confimación de nuestra sagrada Orden de Predicadores, y cinquenta y cinco del glorioso tránsito de nuestro gran padre y patriarcha santo Domingo, governando la Iglesia Cathólica nuestro Santísimo Padre Inocencio V, del mismo Orden, ésta como su general nuestro reverendísimo padre fray Juan de Vercelis, y los reinos de Castilla y León el rey don Alonso el Sabio; quando esparcidos los rayos de aquella brillante estrella, nuestro padre y patriarcha santo Docs. 60, 61 y 67 de la Colección Diplomática. Doc. 73 de la Colección Diplomática. 48 Doc. 79 de la Colección Diplomática. 49 Doc. 81-84 de la Colección Diplomática. 50 Doc. 92 de la Colección Diplomática. 51 Doc. 93 de la Colección Diplomática. 52 Docs. 99 y 103 de la Colección Diplomática. 53 Docs. 113, 118, 121, 124, 126-129, 134 y 135 de la Colección Diplomática. 54 Doc. 141 de la Colección Diplomática. 55 Docs. 145, 146, 155, 156, 159-161, 163, 164, 167, 168, 171 y 174-178 de la Colección Diplomática. 56 Docs. 181 y186-188 de la Colección Diplomática. 57 Docs. 198, 200 y 203 de la Colección Diplomática. 58 Docs. 206 y 207 de la Colección Diplomática. 59 Docs. 212, 213, 215 y 217 de la Colección Diplomática. 60 Doc 219 de la Colección Diplomática. 61 Docs. 223, 224 y 229 de la Colección Diplomática. 62 AHN, Clero, cód. 1261, ff. 1-9. 46 47

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Domingo, por la Francia, Italia y esta nuestra península de España, y con especialidad por este reino de Castilla, su feliz oriente, la muy noble villa de Valladolid, una de las más ilustres y que, en competencia con las demás de el reino, se prometía si no el mejor, higual derecho a participar de su luz, llegó, cumplidas sus ansias, a gozarla, fundándose en ella este convento de San Pablo, de donde han salido tan esclarecidos varones que con la luz de su doctrina y exemplo illustraron y continuamente illustran el orbe todo. /(Fol. 2) La fundación de tan esclarecida casa tuvo principio en la piadosa devoción de la serenísima señora reyna doña Violante, muger de el señor rey don Alonso el Savio, que, movida de el celo de la honra de Dios y particular afecto a nuestro padre y patriarcha y su Religión, y deseando que esta nueva luz se esparciese por la villa de Valladolid y sus contornos, alumbrando con su doctrina y exemplo este hermoso y deleitoso valle y sus havitadores, escribió a su conzejo, mandándole dar sitio a la Orden para fundar convento en ella, lo que executó con higual afecto, como lo demuestra su carta escripta al real padre provincial que entonces era, la qua existe en este depósito, escrita en un pequeño pergamino, con su sello de cera pendiente, cuio thenor a la letra es el que se sigue (...) En vista de el contenido de esta carta, embió luego el provincial religiosos a tomar la posessión de el sitio y dar principio a la fundación de el convento. Sirvioles de yglesia vna ermita de nuestra Señora que /(fol. 3) en él havía, con la advocación de Santa María de el Pino, cuyo cognomen se havía tomado de vn gran pino que junto a ella estava y se mantuvo más de ciento y cinquenta años después de la fundación. Tomaron por patrono titular de el nuevo convento al Apóstol de las Gentes, san Pablo; no olvidando el de aquella soverana ymagen que oy se venera en el altar de el salón alto, como patrona; añadiéndose a esto tener por armas el convento vn pino, como se ve en su sello impreso al margen, gravado según lo tosco de aquellos tiempos, donde se registra por orla en letras góticas lo siguiente: “S[igillum] conventus Fratrum Praedicatorum Vallis Oletanorum”. En aquellos tiempos havía en Valladolid vna Confradía intitulada de los Pellegeros de la Cascagera, cuyos cofrades por la mayor parte eran nobles y de lo más distinguido de la villa. Éstos, pues, juntos y congregados hicieron donación al convento de unas casas con su huerto, y las viñas que tenía dicha Cofradía de la Cascagera junto a la ermita y sitio que el conzejo de Valladolid havía cedido a la Orden para fundar el convento, las casas para que se incorporasen en la morada de los religiosos, y las viñas para que las vendiese y su producto le emplease en la lavor de la yglesia; todo por amor de Dios y por las almas de aquéllos que fueron cofrades, las de sus padres y las suias. Son términos de sus escripturas, que otorgaron ante Gonzalo Yváñez, escrivano de el conzexo de Valladolid, en 3 y 22 de junio, era de 1316, que corresponde al año del Señor de 1278. Ay en el cajón y número citado, al margen, vna copia simple de la razón de dichas escrituras, según se halla en vn quaderno antiguo al folio 28 buelta, el qual está en el Caxón 21, núm. 1. Por los años de el Señor de 1297 u 1298, edificándose el convento, paraze ser que hizo vn arco en suelo de la villa, por lo qual le demandavan y pedían 800 maravedís de la moneda nueva. Y el conzejo de /(fol. 4) Valladolid le dio por libre de la dicha demanda, cediéndole el mencionado suelo por su carta escripta en pergamino y sellada con sello de cera pendiente, dada en el convento de los Descalzos de dicha villa, en 26 de junio, era de 1336 y año del Señor de 1298, y refrendada de Domingo

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Ríos, su secretario, la qual se halla en este depósito, donde se muestra el afecto de el conzexo para con los religiosos, concevido en estos términos: (...) Los honrados vecinos Domingo Pérez de la Puerta y doña Vrraca, su muger, hicieron así mismo gracia y donación a dicho convento de vna parte de la huerta que ellos tenían junto y en linde de él de la cerca de la villa y carrera que va de San Benito a San Nicolás, con su noria y árboles, derechos y pertenenzias, por la gran devoción que le tenían. Consta de su carta escripta en pergamino, firmada y sellada con sus sellos de cera pendientes; dada en Valladolid, a 18 de octubre era de 1356 y año de el Señor de 1318. Haviendo devido a la señora reyna doña Violante, al conzexo de la muy noble y leal villa de Valladolid, y a sus nobles moradores, la honra de ser admitida en ella la Orden a fundar este convento, como también el sitio acomodado y sufiziente para ello, no faltó otra reyna a quien deviese este convento su fábrica. Esta fue la esclarecida reyna doña María de Molina, muger de el señor rey don Sancho el IV, la qual, a honra y gloria de Dios nuestro Señor, de nuestro padre y patriarcha santo Domingo y de su sagrada Religión, que siempre miró con particular afecto, tomó por su quenta /(fol. 5) la fábrica de su yglesia y claustro, haciéndole gracia y donación por de contado de 4.000 maravedís de la moneda de la guerra, de renta en la que la pertenezía en el portazgo de Valladolid, hasta tanto que se acavase dicha fábrica. Ay de esto dos cartas escriptas en pergamino y selladas con sus sellos de cera pendientes, en el caxón 11, números 1º y 2º. Y en este una copia de la vna. Dadas en Valladolid, la vna en 2 y la otra en 4 de octubre, era de 1328, que corresponde al año de el Señor del 1290. Y por otra carta, escripta en pergamino y sellada con su sello de cera pendiente, <la reyna María de Molina> le hizo cesión y donación de una tierra que tenía cerca de dicho convento, que fue de el menzionado Domingo Pérez de la Puerta, dada en Valladolid a 25 de octubre, era de 1356, que corresponde al año de el Señor de 1318, y refrendada de Juan Martínez, su secretario. Finalmente, llegado el tiempo en que el Señor quiso premiar los servicios hechos por esta gran reyna a su divina Magestad en benefizio de las comunidades y personas eclesiásticas y seculares, y los grandes travajos por la paz y quietud de el reyno padezió en el largo tiempo de su viudez, por su testamento que otorgó en el convento de San Francisco de esta ciudad, siendo villa, por ante Pedro Sanches, escrivano público de ella, en 29 de junio, año de 1321, precedida licencia y facultad de su hijo, el rey don Fernando el IV, reyteró la donazión hecha a dicho convento de la renta de el portazgo de Valladolid, mandando se le acudiese con toda la renta que la pertenezía hasta tanto que se acavase la fábrica de la yglesia y claustra, en atenzión a haverla comenzado y ser su voluntad de acavarla; y porque el ynfante don Alfonso, su hijo, estava sepultado en dicho convento; pero con tal condizión, que, concluido todo, volviese dicha renta a la corona. Mandose sepultar con el ávito de la Orden en el monasterio de las Huelgas de esta ciudad. Hay en este depósito dos copias de dicho testamento, con la facul /(fol. 6) tad de el rey por caveza; escripta la una en pergamino, signada de el dicho Pedro Sanches, escrivano, y la otra en papel, signada de Juan de Cuéllar, escrivano de provincia de Valladolid. Con lo poco que producía esta renta, y algunas limosnas con que contribuirían devotos, los vecinos de Valladolid, se llegó a concluir la obra de la yglesia. Estava esta donde ahora el refectorio y portería, y su

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entrada por la capilla de San Pedro Mártir. A la quenta devió de ser pequeña, y de poco fuste, porque, según se infiere de lo que dize el Libro de Capellanías antiguo, en varios lugares, antes del año de 1400 ya se avía edificado otra con sus capillas, ornacinas y techada de madera, en el mismo sitio en que hoy está la que por los años de 1460 edificó el eminentísimo señor cardenal don fray Juan de Torquemada, hijo de esta casa y natural de esta ciudad; que por los años de 1613 levantó y reformó a su costa el convento, la doró y pintó y puso en la forma que oy está, bien que le ayudaron a ello el rey, el duque de Lerma y sus hijos, los illustrísimos señores don fray Garzía Guerra, arzobispo de México, y don fray Joseph González, obispo de Palençia y arzobispo de Burgos, a que también contibuiría el illustrísimo señor don fray Juan López, obispo de Monópoli, que vendijo la primera piedra en 17 de abril de el dicho año [1613]. El claustro pudo ser también de muy poca subsistenzia. Duró hasta los años de 1490 que por estar amenazando ruina le mandó derrivar el illustrísimo señor don fray Alonso de Burgos, obispo de Palenzia, y, haviendo primero logrado la perpetuidad de la renta del portazgo, edificó claustro y sobreclaustro en la magnifizenzia que oy se ven, demás de otros muchos edifizios de que se dirá en su lugar. Después, esto es, por los años de 1540, el eminentísimo señor cardenal don fray García de Loaysa, prohijado en este convento, edificó a sus expensas la sachristía, que es de las mexores piezas que para este efecto se han fabricado en España: el oratorio y el lavatorio que están en ella hizo el venerable padre maestro fray Antonio de Arze, prior dos vezes de esta casa, cuio cuerpo está entero con /(fol. 7) otros en la huesera de el capítulo. El torreón y el oratorio que llaman de Navarrete hizo a su costa el muy reverendo padre fray Balthasar Navarrete, hijo y prior dos vezes de este convento, como también otras muchas obras. Con todo lo qual, y lo que por los años de 1600 en adelante se hizo y dio particularmente por el duque de Lerma, como se dirá, quedó el convento magnificado en edifizios, rico en reliquias, alhajas y adornado de pinturas. Además de el sitio y solar que por las donaciones arriva mencionadas avían cedido al convento los vecinos de Valladolid y señora reyna doña María, la reyna doña Beatriz, muger de el rey el primero don Juan y madre de Henrrique III, le cedió vn solar que tenía junto a él desde la Cerca Vieja hasta como corría el agua que iva por la Puentecilla, que estaua enfrente de la Puerta de el Postigo de dicho convento, con cargo a rogar a Dios por las ánimas de el rey don Juan, su marido, y la de el rey don Fernando de Portugal, su padre, y sus predecesores, y por la vida y salud de su hijo el rey don Henrrique y la suia. Assí consta de su carta de merzed, escripta en pergamino y sellada con su sello, dada en Valladolid a 22 de agosto de 1398 y refrendada de Vasco Martínez, su secretario. De el qual dicho solar tomó posesión dicho convento por ante Juan Rodríguez de Monrroy, escrivano público de Valladolid, a 8 de mayo de el año de 1464; de que ay dos copias con inserzión de dicha carta en el cajón citado al margen y número siguiente al de la carta original, como se anota. Y el año de 1404 compró el convento vna huerta a la calle de la Puente, junto y en linde de la suia, cerca de la muralla de la villa y cassas de la Cofradía de San Juan, por 2.200 maravedís de la moneda que entonzes corría, la mitad a Alfonso López, tundidor, y su muger, por escriptura otorgada ante Juan Alfonso de Meneses, escrivano público de Valladolid, 12 de mayo de dicho año, y la otra mitad a Elvira /(fol. 8) González, viuda de Juan Fernández, pintor, vezinos todos de Valladolid, por escriptura

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otorgada en 3 de septiembre de el mismo año y por ante el mismo escrivano. Está una copia en el caxón y número citado al margen, sacada según se halla en vn quaderno antiguo, al folio 18 y 19, caxón 21, núm. 1. El sitio y territorio que por las mencionadas donaciones y ventas llegó a poseer el convento en aquellos tiempos no es fácil de escrivirle con puntualidad, a causa de tanta mudanza, pero por lo menos se deve asentar en que comprendía la mayor parte de la plazuela que está ante el convento y real palazio, y todo lo que encierra en sí el circuito que se forma saliendo de dicha plazuela y caminando por la Corredera hasta el convento de San Quirze, calle Imperial, la de Pedro Frayle, Espina Paz y Bodegones, el Campillo de San Nicolás y carretera que va de este al Puentecillo de la Ronda, la Ronda de Santa Teresa, y la que está entre la huerta de el Collegio y la de Casa de el Sol y la calle que suve desde la parroquia de San Benito y dicha Cassa de el Sol hasta bolver a dicha plazuela y atrio de el convento; con la advertencia que se incluía en dicho sitio todo lo que ocupava vna acera de cassas que es toda a la mano hizquierda de la calle Imperial, que oy está metido en la huerta de San Quirze, el que ocupan las cassas que están al vltimo dicha acera, como las que están en la calle de Pedro Fray, a dicha mano, hasta tocar cerca de la Puerta Carretería de dicho convento de San Quirze, las dos de los números 12 y 13 que están enfrente de dicha puerta, a mano derecha de dicha calle; la yglesia y parte de el convento de la Aprovación y las Cadenas y el atrio de dicho Colexio de San Gregorio. Y es de notar que la muralla y cerca de la ciudad, que lo era también de este convento y su huerta a lo largo de la Ronda de Santa Theresa, estava por la parte que menos varas, más adentro de la que se hizo por dicho convento desde el año de 1755 hasta el de 1760, cuio territorio le alargó la ciudad, como también /(fol. 9) algún tanto, tanto a la calle de la Pelota, con condición de que limpiase a su costa vna y otra de los montones de tierra que havía en ellas, expecialmente en la Ronda, causados de las ruinas de dichas murallas, dejándolas con la amplitud y hermosura que oy están. Ay en este depósito un testimonio con inserción de los acuerdos de dicha ciudad, y diligencias hechas en este particular, dado por Nicolás Pérez, escrivano de Su Magestad mayor de el Ayuntamiento y Millones de ella, en 13 de julio de 1754. En fin, a pesar de la redacción farragosa de estos párrafos que acabamos de reproducir, propia de escritores dieciochescos, tenemos en ellos un resumen críticamente bien hecho de la historia de San Pablo de Valladolid, a la que pocos datos habría que añadir. Los primeros momentos de tal convento, efectivamente, hay que situarlos en torno a 1276, por dádiva de terrenos y otras posesiones hecha por la reina Violante, esposa de Alfonso X. Sin embargo, tradicionalmente se ha mantenido en las crónicas antiguas de los dominicos en Hispania63 que el origen del convento de San Pablo de Valladolid hay que situarlo un poco antes, en 1272, situándose en estas obras San Pablo como el convento dominico número duodécimo de los establecidos en Hispania. El patronato regio sobre el convento de San Pablo se mantuvo hasta principios del siglo XVII, cuando fue sustituido por el no menos poderoso

En las llamadas “Tablas de Conventos” de la provincia de Hispania de la Orden de Predicadores. Cf. las obras clásicas de LÓPEZ, Tercera parte de la historia (año 1613): y MEDRANO, Historia de la Orden de Predicadores (año 1725). 63

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patrocinio del duque de Lerma, que costeó una enorme reforma de la iglesia conventual, la que vemos en nuestros días. Pero durante los siglo XIII al XVI reyes, y sobre todo reinas, protegieron a los dominicos vallisoletanos. Debe recordarse que, por aquellos primeros tiempos, las reinas ostentaban muchas veces el señorío de la villa de Valladolid. Al patronato de Violante de Aragón, esposa de Alfonso X, siguió, como arriba se dijo, el de María de Molina, esposa de Sancho IV, el de María de Portugal, esposa de Alfonso XI, el de Juana Manuel de Villena, esposa de Enrique II, el de Beatriz de portugal, esposa de Juan I, el de Catalina de Lancaster, esposa de Enrique III, el de Isabel I de Castilla o el de Juana I de Castilla. Todas ellas concedieron rentas reales o propias, o bien ratificaron las exenciones de tributos del convento u otros privilegios y dádivas. El esplendor del siglo XIII dio paso en San Pablo de Valladolid, como en otros numerosos conventos de Predicadores, a una cierta crisis a mediados del siglo XIV, que se ha hecho coincidir con la Peste Negra y la crisis social que se vivió por entonces en Castilla. 64 Como en los demás casos, de esta crisis no se salió hasta la entrada de San Pablo en la llamada Observancia. Tal Observancia o Reforma, como es sabido, había comenzado en La Lombardía en 1380 por mano del general de la Orden Raimundo de Capua y de la santa Catalina de Siena. Se introdujo en España con Álvaro de Córdoba en 1423.65 Sobre la inmersión concreta en la Reforma u Observancia del convento de San Pablo de Valladolid, diremos que ya se habla de su introducción en un diploma de Pío II, dado el 15 de agosto de 1461, 66 dirigido a dicho convento, que dice textualmente lo siguiente: “Circa ea que Christi fidelium, presertim ad Regularis Observancie studium vacantium”, y, más adelante “durante in domo vestra huiusmodio Regulari, ut premittitur, dicti Ordinis Observantia”. De hecho, con la misma fecha, el Papa, a instancia de fray Juan de Torquemada, cardenal obispo de Palestrina, comisionaba a fray Juan de Gumiel, prior del monasterio de San Benito de Valladolid, para que procediera a la reforma del convento de San Pablo de Valladolid. 67 La intervención del cardenal Torquemada en la implantación de la reforma se confirma en una supplicatio sola signatura del año 1464, 68 elevada a la cancillería de Pío II y aprobada por él, donde se indica que tal Reforma fue llevada a cabo por dicho cardenal obispo de Sabina. Véase el texto: “Cum autem, Pater Beatissime, prefatus cardinalis, devocionis causa, cupiens terrena in spiritualibus commutare, ecclesiam dicti conventus de bonis sibi a Deo collatis, pro maiori parte reedificari fecerit, et sacris reliquiis et aliis ornamentis ecclesiasticis competenter ornaverit, ipsosque fratres dicti conventus, in quo idem cardinalis, in minoribus existens, suscepit habitum ipsius Ordinem, ad Regularem Observantiam Sancti Dominici reduxerit, propter quam divinus cultus ibidem valde augmentatus existit...” Sabemos que, a pesar de que en todos los conventos hubo frailes que se opusieron a la introducción de dicha Reforma, ésta se estableció definitivamente por entonces en Valladolid. Así, en las actas del capítulo Cf. PALOMO, Dominicos, 767. Cf. BELTRÁN DE HEREDIA, Historia de la Reforma; GARCÍA ORO, Cisneros y la reforma. 66 Doc. 82 de la Colección Diplomática. 67 Doc. 83 de la Colección Diplomática. 68 Doc. 84 de la Colección Diplomática. 64 65

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provincial celebrado en San Esteban de Salamanca el 1489, 69 se ofrece un listado amplio de los conventos integrados por entonces en dicha Reforma, que es el siguiente: San Esteban de Salamanca, Santa Cruz de Segovia, San Pablo de Palencia, San Pablo de Burgos, San Pedro Mártir de Toledo, San Pablo de Córdoba, San Pablo de Sevilla, San Pablo de Valladolid, Santo Domingo de La Coruña, San Ildefonso de Toro, Santo Domingo de Benavente, Santo Domingo de Jerez de la Frontera, San Juan y San Pablo de Peñafiel, Santo Domingo de Piedrahíta, La Concepción de Écija, San Andrés de Medina del Campo, Nuestra Señora de Cinco Altares de Rojas, San Julián del Monte, Santo Domingo de Porta Coeli de Sevilla, Santa María de la Peña de Francia, Santo Domingo del Campo de Zafra, la Piedad de Villada y Nuestra Señora de la Consolación de Doña Mencía.70 Por esta época, además de implementarse la Reforma, el convento y la iglesia de San Pablo de Valladolid sufrieron un total cambio arquitectónico. Los primitivos convento e iglesia, muy simples y con techumbre de madera, hechos con el auxilio de la reina María de Molina en torno a 1286, se reformaron totalmente entre 1445 y 1468, con el apoyo económico del citado cardenal fray Juan de Torquemada, antiguo dominico de San Pablo, y poco después con el sostenimiento del también dominico fray Alonso de Burgos, obispo de Palencia. 71 Sabemos que las obras de la fachada fueron realizadas en torno al año 1500 por los arquitectos Juan Guas y Simón de Colonia. Hacia 1550 el cardenal García de Loaysa y Mendoza 72 mandó construir la sacristía. Como decíamos, a principios del siglo XVII una nueva y cuantiosa donación del duque de Lerma, valido de Felipe III, a cambio de usar la capilla mayor conventual como lugar privado de enterramiento de su familia, permitió nuevas reformas arquitectónicas, entre ellas, la elevación de las torres laterales y la definitiva reforma de la fachada principal, además de donar cuantiosas obras de arte. 73 Pero las obras no solo se costearon con apoyos externos. Las propias rentas del convento se usaron también para el mismo fin, muchas veces con el apoyo pontificio. Así, en 1461 Pío II 74 concedía al prior y frailes de San Pablo de Valladolid la faculdad de retener las donaciones recibidas de los fieles cristianos, así como gastar libremente los frutos producidos por las mismas,

Véase la monografía de DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ, San Pablo de Palencia, doc. núm. 118. 70 Sobre los conventos dominicos castellanos en la época bajomedieval hay últimamente una buena producción bibliográfica. Véase: RÍOS, The Role of the Mendicant Orders in the Political Life of Castille (2003); NIEVA, Conventualidad y resistencia a la reforma (2009); ID., Los dominicos en Castilla (2011); ID., Frailes revoltosos (2011); ÁLVAREZ RODRÍGUEZ, Órdenes mendicantes y espacio urbano (2014), PRIETO SAYAGUÉS, La función sociopolítica de los monasterios y conventos (2015); ID., El acercamiento de la monarquía castellana a la Orden de los Predicadores (2016); ÁLVAREZ RODRÍGUEZ, Predicadores y los espacios judíos en Castilla (2017); Dominicos, conversos y limpieza de sangre (2017). 71 Que costeó el claustro, el refectorio, la parte baja de la fachada y el Colegio anejo de San Gregorio. 72 Este cardenal ya había concedido diez becas para que otros tantos frailes de San Pablo estudiasen en el Colegio de San Gregorio, lo que fue confirmado por Clemente VII en 1531. Cf. doc. 171 de la Colección Diplomática. 73 Cf., entre otros, URREA, Guía de Valladolid; y VIVAR CANTERO, Guía de arquitectura de Valladolid. 74 Doc. 82 de la Colección Diplomática. 69

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