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2.
REVISIÓN DE LA LITERATURA
Fundamentos teóricos 2.1.1. Sedación. Los sedantes disminuyen la ansiedad, la agitación y contribuyen en el confort del paciente, sin embargo su administración continua puede también ocasionar complicaciones a corto o largo plazo tales como mayor desarrollo de delirium, ventilación mecánica prolongada, neumonía asociada a la asistencia ventilatoria, mayor estancia hospitalaria, estrés postraumático y deterioro cognitivo, por esta razón se ha implementado las escalas de valoración para medir periódicamente el grado de sedación, ajustar las dosis administradas y evitar así las complicaciones relacionadas a la sobre e infra sedación (Alcantara y Garcia, 2019). 2.1.2. Tipos de sedantes. De acuerdo con Carini et al., (2020) se hace mención al uso de los siguientes fármacos sedantes según el orden de elección tenemos los siguientes: •
Propofol se considera como el sedante de primera elección, sus dosis de infusión van de 0.3-4 mg/kg/peso hora y en sedación consciente de 0.5- 1 mg/kg/peso hora.
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Midazolam benzodiacepina usada como sedante de segunda elección, en casos en los que no pueda utilizarse propofol, se sugiere utilizar dosis de 0,05 mg/kg/h a 0,15 mg/kg/h.
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Dexmedetomidina sedante y analgésico, su dosis va hasta 1,4 mcg/kg/h.
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Ketamina sedante de tercera línea en casos en que no se logre el objetivo de sedación con dosis máximas de propofol y midazolam (p.49).
2.1.3. Complicaciones asociadas a la infra y sobre sedación. El sedante ideal de acuerdo con Devlin et al., (2018) es aquel que va provocar mínimos efectos adversos en el estado hemodinámico y respiratorio. Actualmente ningún sedante reúne las características ideales, por esta razón es importante la dosificación correcta y evaluación