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Uso de medios digitales de los padres de familia

Uso de medios digitales de los padres de familia

En torno al manejo de medios digitales, autores como Godoy & Galvez (2011) mencionan que la utilización de las TIC y la web está relacionada con la edad, puesto que su uso aumenta en las generaciones más jóvenes. Es así que, Godoy & Helsper (2011) revelan que existe una tendencia de desinterés exponencial hacia la tecnología digital y la red, que va en aumento desde los 25 años en países como Chile, México y Colombia, lo cual se considera una razón más de “no utilización” de las tecnologías por parte de los adultos. En consecuencia, según Sánchez (2017) los padres con mayor edad tienen menos experiencia en el uso de las TIC, lo cual les imposibilita para regular debidamente el uso del internet y la tecnología que hacen sus hijos e hijas.

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Por otro lado, segúnGodoy & Galvez (2011) ,se descubrió que hay una preocupación general por parte de los adultos a quedar obsoletos en el campo laboral, por lo cual se ven obligados a actualizarse en el marco tecnológico, puesto que, como lo mencionan Cardozo et al. (2017), los ciudadanos necesitan cada vez más ser partícipes activos de la sociedad tecnológica, la web y el internet.

De acuerdo con los estudios anteriores, las nuevas generaciones de jóvenes, adolescentes y niños son quienes se mantienen a la vanguardia de los medios digitales, de tal forma que son capaces de entender mejor la tecnología y han desarrollado estilos de vida y convivencia multipantalla, por lo que procesan una mayor cantidad de información de manera rápida y eficaz (Busquet & Uribe, 2011). De esta forma, según Pérez & Martínez (2006), son los adultos quienes están por primera vez aprendiendo de los menores, puesto que los hijos tienen mayores conocimientos sobre innovación de carácter imprescindible para la sociedad (Tapscott, citado en Busquet & Uribe, 2011).

Así, estadísticas en Chile revelan que 38% de adultos de 25 a 60 años son internautas, en contraste con el 57% de personas menores de 25 años que manejan las redes (Godoy & Galvez, 2011). Lo cual da cabida a que se manifiesten casos de

incomunicación entre padres e hijos (Pérez & Matínez, 2006). De esta manera, para Besolí et al. (2018), los padres deben afrontar el reto de la alfabetización digital, puesto que las redes sociales y los dispositivos digitales, son las principales formas de interacción social y desarrollo emocional de sus hijos adolescentes.

En cuanto al uso que los padres dan a las TIC, en Ecuador, según datos del INEC, un 31.9% de adultos que viven en la ruralidad utilizan en mayor medida internet para buscar oportunidades laborales e información general (2016). En cambio, Pérez & Martínez (2006) mencionan que en España los padres y madres en su mayoría utilizan esporádicamente el internet. Aunque, de acuerdo con Van Deursen & Van Dijk (citado en Manzano & Fernández-Mellizo, 2019), los adultos con niveles de educación inferiores en Dinamarca hacen uso del internet para actividades de ocio con mayor frecuencia que otros adultos con niveles educacionales más altos.

Por consiguiente, hay una correlación entre el grado de estudio y el uso de las TIC que otros investigadores, como Sánchez et al. (2017) han diagnosticado, puesto que para estos autores los padres con menos estudios son los más implicados en medir las actividades online de sus hijos. Así como también los hijos de quienes tienen altos grados de educación son quienes pasan más horas en la web y tienen habilidades digitales más desarrolladas (Manzano & Fernández-Mellizo, 2019).

Con relación al uso de móviles, Besolí et al. (2018) revelan que en su mayoría los padres utilizan el teléfono entre 30 a 60 minutos al día, aunque algunos hacen uso del celular más, de una a tres horas diarias. Es así que según Labrador et al. (2015), el 62.9% de los padres y madres de familia aseguran tener un conocimiento básico del smartphone. Por lo general, suelen manipular los móviles con más frecuencia para envíos de mensajes a través de mensajerías instantáneas, para consultas web, la cámara y para hacer o recibir llamadas. Por otro lado, los padres usan menos los celulares para acceder a contenidos multimedia, realizar tareas administrativas, jugar en línea y hacer compras (Besolí et al., 2018).

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