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Sigan esa estrella

Nuestra época, que lleva el sello del asombroso desarrollo tecnológico, ha exaltado la figura del “seguidor”, aquel individuo que, frente a las publicaciones de un personaje, una entidad o un producto en las redes sociales, es artífice de un like o un “me gusta”. Ciertamente, en estos tiempos ha cobrado una relevancia especial saber “quién sigue a quién” en ese mundo digital, cuántos seguidores tiene uno y, de manera particular, el impacto y la aprobación que suscita un mensaje. ¡Qué lo digan los llamados influencers! Estos y las celebridades en el arte y los deportes, también en la política, buscan con afán aumentar su número de seguidores: se trata de un indicador importantísimo que mide su protagonismo y popularidad.

Sin embargo, la pregunta de fondo es ¿a quién seguimos?, porque eso indica quién nos interesa en realidad, a quién buscamos y queremos conocer un poco más, dedicándole parte de nuestro tiempo. De esta forma, se hace evidente qué es lo que nos motiva, a dónde dirigimos nuestra mirada y nuestros pasos, en dónde ponemos nuestro corazón. Podría decirse, retomando la idea de un conocido y muy antiguo refrán español, que hoy en día, el “dime a quién sigues y te diré quién eres”, es completamente válido.

Ahora bien, el verbo seguir tiene un significado especialmente importante cuando se utiliza en otros ámbitos, como ocurre en el relacionado con las instrucciones o los pasos necesarios para alcanzar un determinado fin, por ejemplo, armar un mueble o poner en funcionamiento un aparato, lo mismo que realizar un trámite o preparar un plato en la cocina a partir de una receta. También ilustran este planteamiento las señales de tráfico, que permiten al viajero tomar la dirección correcta o cambiar de vía en el momento y lugar oportunos. Es increíble ver cómo en la actualidad los conductores de automóvil siguen dócilmente o, mejor, obedecen sin lugar a discusión, cada una de las indicaciones que les hace Waze, con su inconfundible y algo autoritaria voz: “a doscientos metros, gire a la izquierda”. Todos sabemos la importancia que tiene en estos casos seguir cuidadosamente las indicaciones dadas.

Otro espacio en el que también tiene una significación particular el verbo seguir, lo encontramos en la docencia y en las visitas a un museo. Seguir el hilo de la clase o de la exposición de un guía en medio de pinturas y obras de arte, manteniendo la atención, sin distraernos, cosa que cada vez es más difícil, nos permite aprovechar plenamente ese tiempo de encuentro personal, esa oportunidad que puede no repetirse. Al hacerlo, reconocemos, además, que alguien, con conocimiento y autoridad, va adelante, nos orientará, evitando que nos perdamos.

Este es el contexto que vale la pena tener presente ahora que regresa la Navidad con sus adornos, villancicos y manjares que desafían toda dieta. En este maravilloso ritual de final de año, aparece de nuevo el pesebre con sus figuras, entre las cuales están los tres reyes magos y unos pastores a quienes llamó la atención esa estrella brillante que transitó por el firmamento hasta detenerse en un lugar preciso, el del nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios. Su luz los animó, en medio de la incertidumbre, a desplazarse en una determinada dirección. Al final, lo lograron, alcanzaron su destino: encontraron al Niño recién nacido, protegido por sus padres.

Años después, ese hombre que inició su camino en Belén de Judá y que se haría conocer por su predicación y los milagros que realizaba, lograría reunir a su alrededor un grupo de discípulos. Cada uno de ellos, en circunstancias bien distintas, había escuchado de sus labios una sencilla y poderosa propuesta “¡Sígueme!”, lo cual suponía abandonarlo todo por Él y creer en sus promesas. Fue así como aceptando su invitación -lo que hoy sería dándole Debemos identificar un like- se convirtieron en fieles seguido- aquella luz en la que res suyos, un grupo que con el paso de podemos depositar los días se hizo cada vez más numeroso. sin reserva nuestra

Así como para los hombres sabios confianza y seguirla, que venían de lejanas tierras en el porque a ciencia Oriente y los humildes pastores que cierta nos permitirá vivían cerca del célebre portal, valió la avanzar y llegar pena hacerse seguidores de esa estrella, a buen puerto. dejarse guiar por aquella luz que viene de lo alto, por la palabra de un Dios que se encarnó y habitó entre nosotros, sigue siendo la mejor opción.

Sin duda alguna, debemos aceptar aquella extraordinaria propuesta que mantiene toda su vigencia, “¡Sigan esa estrella!”, y hacerla nuestra, con autenticidad y sin proselitismos, de tal forma que otros también puedan reconocerla. Ciertamente, en medio de un firmamento repleto de toda clase de astros, debemos identificar aquella luz en la que podemos depositar sin reserva nuestra confianza y seguirla, porque a ciencia cierta nos permitirá avanzar y llegar a buen puerto.

**************** Al cerrar con estas páginas la publicación de Hoy en la Javeriana durante 2022, agradecemos a nuestros lectores su interés y compañía, al mismo tiempo que les deseamos una alegre y tranquila Navidad. ¡Que haya paz y bienestar en el nuevo año!

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