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Eduardo Daniel Hernández Rivera
from Pulso 315
Eduardo Daniel Hernández Rivera (alumno de sexto semestre)
Todo comenzó en tercero de secundaria donde, por la influencia de maestros que tuve, se me metió en la cabeza ser doctor. Mi nombre es Eduardo Daniel Herná ndez Rivera y deseo contar mi historia. Recuerdo que para la elección de preparatoria estuve viendo escuelas que me ofrecieran materias encaminadas a lograr mi intención de ser doctor. Busqué tanto escuelas privadas como públicas y me di a la tarea de estudiar para el examen de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Superior (COMIPEMS). Después de pensarlo mucho, met í como primera opción la Prepa 9 y como segunda el CCH Naucalpan. Para sorpresa mía no quedé en la Prepa, saqué 110 aciertos pero me faltaron dos para que me aceptaran. En aquel momento me sentía triste sin saber que la mejor oportunidad se me había presentado: estudiar en el CCH Naucalpan.
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Primero en línea
Y Luego Modalidad H Brida
Desde que empezaron mis clases en CCH-N fui el más feliz. Para mi mala suerte los primeros semestres me tocaron clases en línea por la pandemia, lo cual me dificultó mucho los aprendizajes y la experiencia no fue la mejor. Al estar en clases virtuales me sentía estancado, no me sentía yo mismo y me cohibía, pues siempre he sido una persona participativa y sociable. Se me dificultaba mucho poner atención a las clases, era difícil, pero me esforzaba para comprender los conceptos ya que necesitaba buenas calificaciones. Sabía muy bien que para la carrera de Medicina se requiere de un promedio alto, por lo que mis primeros tres semestres fueron así. Cuando pasé a cuarto semestre sacaron la modalidad “hí brida” y señalaron determinadas fechas para ir a tomar las clases al Plantel. A partir de entonces supe lo que de verdad era el CCH, aunque me sentía un poco extraño ya que después de dos años volvía a convivir con las personas y a socializar de nuevo.
En presencial la escuela es otra cosa
El regreso a clases fue algo raro. A las personas que “ya conocía” era la primera vez que los veía en persona. La experiencia de tomar clases en línea es muy distinta. Todo aquello que se me complicaba en línea se volvió mucho más fácil y, sobre todo, sentí más confianza a la hora de preguntar dudas, tanto al profesor como a mis compañeros; incluso, se me facilitó entregar las tareas y cuestionar las razones si algo estaba mal. Recuerdo que se me pasó el día de la entrega de credenciales y no tuve la oportunidad de conocer el plantel con anticipación. No hice el recorrido, por lo que tuve que guiarme por el mapa y preguntar a los compañeros dónde quedaba mi salón. La primera clase que tuve fue Física y a decir verdad no era para nada mi favorita. Pero al tener al profesor ahí enfrente explicando las cosas me gustó mucho y, sobre todo, por primera vez le entendí a la materia.
La vida en CCH es un cambio constante Cuando entré a quinto semestre viví por primera vez el verdadero CCH. La diferencia más notable fue la elección de materias. Elegí aquéllas que me encaminarán a lo que haré el resto de mi vida y eso me provocaba mucha emoción. Se me hacía “raro” que tuviera que cambiar de compañeros en cada clase, ya que estaba acostumbrado a tener a los mismos compañeros todo el día. Pero al final fue bueno pues me ayudó a abrir mis horizontes. Conocí gente con la cual pude trabajar proyectos de mayor importancia, como el Programa Jóvenes Hacia la Investigación que llevo ahora junto con una compañera.
En la actualidad curso sexto semestre y es también algo especial, lo malo es que se está yendo el tiempo muy rápido, los días pasan volando. Pero antes de salir tengo varias cosas que terminar, como podría ser esta crónica que están leyendo, al igual que mi presentación en la Jornada de la Ciencia que ha ido marchando bien.
A tres meses de egresar, reitero mi idea de ir a Medicina, una carrera muy demandada, por lo que espero egresar con un promedio mínimo de 9.3. De lograrlo, pediré mi ingreso a la Facultad de Medicina en Ciudad Universitaria para seguir con mis estudios y cumplir mi sueño.