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ANAÁ LISIS DE LA 1 CARTA DE SAN JUAN

PASTOR: LIBORIO BALLESTEROS DOMÍNGUEZ

IGLESIA CRISTIANA “EMANUEL” A. R.

18 DE SEPTIEMBRE DE 2012

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BAUTISTA


CONTENIDO CAPÍTULO I V. V. V. V. V. V. V. V. V. V.

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CAPÍTULO II V. 1------------p. V. 2------------p. V. 3------------p. V. 4------------p. V. 5------------p. V. 6------------p. V. 7------------p. V. 8------------p. V. 9------------p. V. 10-----------p. V. 11-----------p. V. 12-----------p. V. 13-----------p. V. 14-----------p. V. 15-----------p. V. 16-----------p. V. 17-----------p. V. 18-----------p. V. 19-----------p. V. 20-----------p. V. 21-----------p. V. 22-----------p. V. 23-----------p. V. 24-----------p. V. 25-----------p. V. 26-----------p. V. 27-----------p. V. 28-----------p. V. 29-----------p.

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CAPÍTULO III. V. 1------------p. V. 2------------p. V. 3------------p. V. 4------------p. V. 5------------p. V. 6------------p. V. 7------------p. V. 8------------p. V. 9------------p. V. 10-----------p. V. 11-----------p. V. 12-----------p. V. 13-----------p. V. 14-----------p. V. 15-----------p. V. 16-----------p. V. 17-----------p. V. 18-----------p. V. 19-----------p. V. 20-----------p. V. 21-----------p. V. 22-----------p. V. 23-----------p. V. 24-----------p.

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CAPÍTULO IV. V. 1------------p. V. 2------------p. V. 3------------p. V. 4------------p. V. 5------------p. V. 6------------p. V. 7------------p. V. 8------------p. V. 9------------p. V. 10-----------p. V. 11-----------p. V. 12-----------p. V. 13-----------p. V. 14-----------p. V. 15-----------p. V. 16-----------p. V. 17-----------p. V. 18-----------p.

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V. 19-----------p. 145 V. 20-----------p. 146 V. 21-----------p. 148 CAPÍTULO V V. 1------------p. V. 2------------p. V. 3------------p. V. 4------------p. V. 5------------p. V. 6------------p. VV. 7-8---------p. V. 9------------p. V. 10-----------p. V. 11-----------p. V. 12-----------p. V. 13-----------p. V. 14-----------p. V. 15-----------p. V. 16-----------p. V. 17-----------p. V. 18-----------p. V. 19-----------p. V. 20-----------p. V. 21-----------p.

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EL TESTIMONIO EXPERIMENTAL CRISTIANO ACERCA DE LA ESFERA DE VIDA ESPIRITUAL ETERNA; UN SISTEMA DE VIDA INCARNACIONAL “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida.” (1 Juan I. 1) I. “Lo que era desde el principio…” La revelación de la primer Ontología. El registro escrito, como Palabra de Dios, de una ontología prexistente a las generaciones de la creación obra de La Deidad. El Ontos autoexistente, Suficiente, Independiente, Libre, Soberano, Eterno, Primero y Último, el Sólo Dios. La revelación testimonial de La Palabra Escrita Inspirada de Dios, un portal en retrospectiva hacia la eternidad, exponiendo el misterioso ontos, autoexistente, regente y gobernante. La Sustancia Y Esencia Eterna. Toda una realidad no del orden del cosmouniverso material, sino del orden teologal, que define lo indefinido, da nombre a todas las cosas, es causa de toda generación, La Vida y La Causa de la vida. II. “…lo que hemos oído…” El testimonio de oídas de los hombres. Las escuchas humanas de sonidos gloriosos. El testimonio humano confirmando su audición, y de como tal facultad, plenamente ejercida por los hombres, encuentra su total justificación, a partir de ser verdaderos receptores del Ontos Primero y Último. La revelación de nexos existentes entre el Ontos Eterno y ontologías temporales, que por tener su generación en el Principio de todas las cosas, significa que El Diseñador y el diseño comparten el mismo propósito, el de la relación-común-unión. La constitución de testigos humanos de La Divinidad. Testigos fieles a lo que han escuchado, el Ontos. Tal testimonio promete veracidad, fidelidad e integridad. III. “…lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado…” La revelación exposicional del Ontos, de carácter gradual, cautivando cada facultad, cada capacidad incorporada en los hombres. El ser humano, es, finalmente, la in-corpo-ración de facultades que son un atisbo de la plenitud de La

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Divinidad. Los ojos, son sólo una ventana a la conciencia plena, la omnisciencia de La Deidad. Y a pesar de las diversas y varias facultades, aún le queda al ser humano, un gran camino por avanzar en lo que se refiere a la plena experimentalidad de Su Creador y Dios. Porque ni todas las facultades humanas alcanzan para percibir al Dios Creador, sino es que este mismo asume la iniciativa de revelarse, manifestarse y darse a conocer a sus criaturas. IV. “…y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida.” El hombre, en su humanidad integral, como diseño de Su creador y Dios, con la incorporación de facultades, como propiedades integrales de su ser, responde a propósitos bien definidos, la experimentalidad del aprendizaje de La Divinidad. La conclusión antropológica es que Dios hizo al ser humano para sí. El diseño antropológico responde a propósitos eternos que se cumplirían en el tiempo señalado, cuando La Deidad se revelara manifiestamente, con la seguridad de que sería aprendido por sus criaturas. Por eso es sostenible concluir que el diseño humano, cumple perfectamente su propósito, razón de ser y sentido, siendo plenamente justificable, sólo cuando el hombre da testimonio de su encuentro con su Creador y Dios y le ha podido aprender, reconocer. El testimonio de la humanidad de Dios. La encarnación del Hijo de Dios. El testimonio humano de La Vida Eterna.

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APOCALIPSIS TEISTA (La Revelación de Dios) ”Porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó)” (1 Juan I. 2) TESTIGOS CRISTIANOS DE DIOS I. “…porque la vida fue manifestada…” El testimonio de criaturas humanas acerca de “la vida” en su más pura y perfecta expresión. Un reconocimiento personal del hombre acerca de su carácter existencial, aunque viviente, nada comparable con aquella manifestación supra humana. El hombre ahora sabe que el mismo, no es el origen, o máximo exponente, ni siquiera representante de la vida verdadera. Es un tiempo de desengaño, pero de aprender la verdad. II. “…y la hemos visto…” La profesión teológica Cristiana revelando su experiencia de Dios. Seres humanos a quienes les ha sido concedido el mas alto honor, mediante experimentar el cumplimiento perfecto de todo propósito existente, como razón de ser de las facultades personales. El testimonio acertado de seres humanos que confirman la realidad de Dios. Bienaventurados los ojos que ven. III. “…y testificamos…” La alta vocación apostólica cristiana. El sentido y la razón de ser del llamamiento divino a través de Cristo a los hombres. La justificación ministerial de cada creyente. Testigos experimentales vivientes. Cristianos con conciencia propia acerca de su constitución testimonial por Dios a los hombres. La funcionalidad pontificia apostolar entre Dios y el género humano. IV. “…y os anunciamos la vida eterna…” Mensajeros de Vida Eterna. Siervos de la Deidad. Su anuncio de la perpetuación de la existencia temporal humana, hasta la misma eternidad. La vida humana contextualizada en su mortalidad, ahora experimenta buenas nuevas, su emancipación de la esclavitud de la que era objeto por el Imperio de La muerte. El lenguaje humano ha sido revestido de notas gloriosas, las que no pudieron ser

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escuchadas por mil generaciones atrás, y que ahora resuenan, inundando de gloria el imperio de la muerte, en señal clara de conquista. V. “…la cual estaba con el Padre…” La revelación de la paternidad de Dios. El testimonio de una de sus propiedades singulares. La encarnación espiritual divina entre los hombres. La filiación Divina. El testimonio de la coexistencialidad, la consubstancialidad, coeternidad divina. Dios, causa y origen de la vida eterna. VI. “…y se nos manifestó.” La manifestación de La Vida Espiritual Eterna entre los hombres. Un testimonio glorioso y eterno. La in-corporación de la divinidad en la humanidad. La reconciliación de lo divino con lo humano. La comunión de lo espiritual y eterno, con lo material y temporal. En la experiencia del hombre con la divinidad, ha tenido que ver todo con la iniciativa de Dios y su acción teofánica. El testimonio de La Palabra de Dios a través de sus enviados revela que aquel encuentro no significa la trascendencia gnóstica humana, sino la kenosis divina: “…el cual siendo en forma de Dios, no estimo el ser igual a Dios…sino que se despojo a si mismo…”. Amen

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LA PROCLAMACION DEL EVANGELIO CRISTIANO, A FIN DE AFILIAR A LOS HOMBRES A LA FAMILIA DE DIOS, PARA EL EJERCICIO DE UNA RELACION DEL TIPO ESPIRITUAL CON LA DEIDAD “Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros: y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.” (1 Juan I. 3) I. “Lo que hemos visto y oído…” La funcionalidad de las facultades humanas convirtiendo la existencia de los hombres en verdaderas experiencias de vida. Experiencias compartidas. Un testimonio comprometido con la fidelidad. Experiencias humanas, que por estar basadas en los principios generales de vida de los hombres, es suficiente para cumplir con los propósitos de tales acciones. El testimonio de La palabra de Dios, del cuando, de aquellos valores entendidos rigen la vida humana, y por lo tanto, la palabra comprometida con la verdad, es congruente y un instrumento acreditado para la comunicación. II. “…eso os anunciamos…” La proclamación fiel del cristianismo. Un ministerio angélico. La obra de Dios en la persona humana. El aprendizaje facultativo de Dios. El evangelio cristiano no es para su proclamación, el producto intelectual de los hombres. El evangelio si es, para su proclamación, el producto del aprendizaje cristiano, mediante las diferentes facultades humanas. Por lo tanto, la comunicación del evangelio cristiano, incluye, mensajeros, los cuales, previo llamamiento divino, experimentaron la misma persona de Dios, y lo aprendieron fielmente para luego ser enviados a la tarea de la proclamación. Solo así se garantiza que las experiencias a comunicar, sean experiencias autorizadas, lo contrario es la proclama humanista, arbitrea. III. “…para que también vosotros tengáis comunión con nosotros…” La afiliación al cristianismo, el propósito de la proclamación del evangelio. La integración de la familia cristiana. La familia cristiana y los fundamentos de su comunión. El testimonio de las causas primeras de la relación-comunión cristiana. Una

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exposición acerca de las causas que unen al cristianismo. Por el otro lado una precisión acerca de lo que no une al cristianismo. La Palabra revelacional escrita, como Palabra inspirada de Dios, cumpliendo el cometido de salvar las barreras de separación entre los hombres, a fin de in-corporar-los a Dios y sus propósitos. La justificación de la razón de ser de la palabra escrita como palabra inspirada de Dios. Además de que sigue siendo la Palabra cristiana apostólica, la que se convierte en el instrumento para la comunicación fiel de los propósitos divinos al resto de los hombres, no al revés.

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EL TESTIMONIAL DE LA PALABRA ESCRITA INSPIRADA DE DIOS AL MUNDO CRISTIANO, CONFIRIENDO PLENITUD Y CONSUMACION, REVELANDO LA REALIZACION GOZOSA DEL CRISTIANISMO COMO TODO UN NUEVO SISTEMA DE VIDA FUNDAMENTADO EN CRISTO Y SUSTENTADO POR DIOS “Y estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.” (1 Juan I. 4) I. “Y estas cosas os escribimos…” El sello apostólico de La Palabra Cristiana de Dios. La reivindicación de la autoría material del mensaje revelado al pueblo de Dios. El autor intelectual de tal mensaje, sigue siendo Dios. La doctrina de La Biblia, como Palabra Inspirada de Dios. La justificación de la necesidad humana para la lectura, el estudio, la meditación y la aplicación en términos de fe y practica, para el ejercicio de aquel estilo de vida conformado a la voluntad divina. Es el testimonio acerca del valor real y practico de La Palabra de Dios y del por que, los cristianos como hijos suyos, tienen el deber de escudriñarla. La Palabra Inspirada de Dios, de carácter revelacional, tiene como destinatarios, a los creyentes en Cristo Jesús. Es un Mensaje personalizado. Es el testimonio de Dios en pleno dialogo con sus hijos. Son las acciones divinas procuradoras de la edificación de su familia cristiana. II. “…para que vuestro gozo sea cumplido.” Un testimonio de la gracia de Dios siendo derramada sobre su pueblo. El don divino a sus hijos. La magnificente bendición divina, con su sello singular característico y propio de la Deidad. Solo Dios puede bendecir al ser humano en tales formas y a través de sus propios dones. La revelación de las otras mil y una formas que Dios tiene para consumar la vida humana en términos de realización, sin la necesidad de incentivos materiales, que reavivan la carnalidad humana. Dios satisface las necesidades de su pueblo, sin apelar al materialismo, y gratificando totalmente a su rebano. Es, el testimonio de la vida espiritual cristiana, sustentada por la Palabra de Dios y confirmando: “no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”

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ANGELES DE LUZ: EL TESTIMONIO DE LA DEIDAD, SU SER, ESENCIA, Y SUBSTANCIA, PERFECTAMENTE PURA Y DESLINDADA MORALMENTE DE TODO TIPO DE ALEACIONES. “Y este es el mensaje que oímos de el, y os anunciamos: Que Dios es luz, y en el no hay ningunas tinieblas.” (1 Juan I. 5) I. “Y este es el mensaje que oímos de El…” El testimonio cristiano de la Deidad. El carácter demostrativo de la fe cristiana. Los discípulos cristianos y la evidencia de su fe. La evidencia de la fructificación del ministerio cristiano en la persona y obra de los hombres. La justificación del apostolado cristiano, comunicando el mensaje de su Señor. Ni más, ni menos, mensajeros cristianos de Dios. II. “…y os anunciamos…” El carácter revelacional de La Palabra escrita de Dios. La Palabra inspirada de Dios y su proclamación a los hombres. El testimonio de la Deidad conferido a los hombres. Tiempo de revelación. La era de anunciamiento del Dios cristiano a la humanidad. La comunicación de la persona de Dios en lenguaje humano. La justificación de la razón de ser del don de la palabra hablada y escrita de parte de Dios a sus criaturas humanas. El mas alto y digno honor concedido a un instrumento como medio de comunicación, ser testigo de Dios. La dignificación del lenguaje humano, mejor aun, la consagración y santificación integral del hombre para el desarrollo de esta vocación. III. “…Que Dios es luz…” La Palabra revelacional de Dios. La Palabra de Dios. La revelación declaratoria de la perfección que es Dios. Dios La perfección gloriosa. Como revelación, el testimonio de La Palabra de Dios, alumbra a los hombres: “Lámpara es a mis pies Tu Palabra, y lumbrera a mi camino.” Como La Palabra así el que habla. La declaración de Dios como el ser absolutamente moral y perfecto. La definición de Dios plenipotencialmente glorioso, plenipotencialmente santo. La revelación definitoria, plenaria, conclusiva de Dios a los hombres.

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IV. “…y en El no hay ningunas tinieblas.” Dios, el origen de la doctrina de la perfecta santidad moral. El testimonio exponencial deifico de La Palabra de Dios. El ser y el origen de la integridad. La verdad revelada de La Palabra de Dios, personificada por La Deidad. Dios, la única y máxima evidencia a los hombres de la pureza y perfección moral. Dios, es también el único referente de las tinieblas. Es La Palabra de Dios la que revela las tinieblas, como la presencia de la impureza en el cosmouniverso de Dios. Tinieblas que aunque presentes, no infunden la menor infección para La Deidad. La revelación de La Palabra de Dios de carácter sacro, declarando la ausencia de agentes aleatorios a su naturaleza, esencia y substancia. La preeminencia del bien sobre el mal. Dios no es un concepto, su separación moral del mal es la mejor evidencia de su ser personal. La Palabra escrita como palabra de Dios y sus especificaciones del Ser La Deidad.

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LA PALABRA DE DIOS Y SU EXPOSICION DE UN CASO DE IMPUREZA MORAL, CUANDO LAS SUBSTANCIAS CONTIENEN ALEACIONES EXTRANAS, HASTA LA CORRUPCION DE LA ESENCIA MISMA

“Si nosotros dijéremos que tenemos comunión con El, y andamos en tinieblas, mentimos, y no hacemos la verdad…” (1 Juan I. 6) I. “Si nosotros dijéremos que tenemos comunión con El…” La confesión de fe cristiana. El carácter relacional del sistema de vida cristiano con La Deidad. El testimonio cristiano de su filiación con La Divinidad. La mención aparte del don de la palabra hablada entre los hombres. Los alcances del lenguaje humano. El don de la palabra hablada, una facultad que obliga a su uso con responsabilidad. La lengua, un miembro corporal humano, que lleva al hombre a la sublimación gloriosa en la presencia de Dios, pero que igual lo hunde en el abismo mas profundo. II. “…y andamos en tinieblas…” Un caso ilustrativo de la desintegridad humana. Por si acaso “hubiera” hijos de Dios ignorantes y/o “despistados”. “Algún caso” de creyentes en contradicción a si mismos, debido a su “inocencia”. Dios (y) //sin// tinieblas, no mismo. Incluso la conciliación de términos es aberrante, una abominación. La Palabra de Dios da testimonio de que tal conciliación substancial de lo bueno y lo malo, solo se da en el hombre, una criatura contradictoria. Solo el ser humano puede decir la verdad, pero practicar como estilo de vida la mentira. III. “…mentimos…” Una lección de la consistencia moral de las esencias. La mezcla de la verdad con la mentira, en el testimonio de vida humano, es igual a mentira. La conclusión moral de Dios, en su discernimiento de la vida de los hombres en contradicción, es de descalificación. Además, La Palabra de Dios atestigua el nivel de conciencia humano, el cual es aceptable, le alcanza para discernir sus acciones de palabra y de hecho. Es el testimonio del cumplimiento de los propósitos de Dios mediante la revelación de su propia

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persona a los hombres. Porque, finalmente, es Dios el Un Juez Justo de los hombres. IV. “…y no hacemos (practicamos) la verdad…” En el caso dado por La Palabra de Dios, el hombre termina rindiendo culto al pecado. Es el veredicto emitido por Dios sobre tal condición de vida humana. Es también, la resolución traducida como sentencia condenatoria, el resultado del escrutinio realizado por Dios a sus criaturas. La comunicación de la óptica de Dios a los hombres, como criaturas morales. Una de las maneras utilizadas por Dios para revelarse a los hombres y para justificar su juicio. El juicio de Dios sobre criaturas moralmente corruptas.

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LA EXPOSICION DE LA PALABRA DE DIOS, DE AQUEL ESTILO DE VIDA CONFORMADO A LA VOLUNTAD DIVINA, ASEGURANDO TODAS LAS BONDADES DEL MINISTERIO SACRIFICIAL CRISTIANO A LA FAMILIA DE DIOS

“Mas si andamos en luz, como el esta en luz, tenemos comunión entre nosotros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” (1 Juan I. 7) I. “Mas si andamos en luz…” El ejercicio de un estilo de vida producto del arrepentimiento. El camino alternativo para el género de los hombres. La vida y la conciencia humana convictas de Dios. El ejercicio de la vida humana bajo el continuo presente de la voluntad divina. La voluntad y propósitos de Dios como vocación humana. El testimonio del hombre bajo el escrutinio divino. El cristianismo, como estilo de vida, se caracteriza por ejercerse en completo apego a Dios y su voluntad. Además de su carácter publico, la fe y las practicas cristianas, el cristianismo, es un sistema de vida que por su transparencia, esta llamado a ser el testimonio de Dios a todo el género humano. II. “…como El esta en luz…” La revelación de Dios. La puesta en perspectiva de La Deidad y la humanidad: Dios Es La Luz, el hombre lo mas que aspira es andar a la luz. Aun así, la vida del hombre es sobreabundantemente bendecida en su comunión con Dios. La comunión humana con Dios, es aquí, toda una conclusión teológica, que vista en su proceso, revela que para que tal fin se cumpla, el hombre, necesariamente debe ser optimizado para alcanzar tan gloriosa experiencia. Hombre y Dios, no es un binomio común. La comunión se debe al ministerio sacrificial cristiano, mediante el cual se lograron conciliar las más grandes diferencias substanciales de La Deidad y la humanidad. III. “…tenemos comunión entre nosotros…” La declaración a manera de revelación a los hombres de la Palabra de Dios, dice que Dios es el punto de reunión y reencuentro de la sociedad humana. La historia de las relaciones humanas que yace detrás de tal aseveración, por consecuencia, es la explicación de las guerras, los pleitos, las divisiones y todo conflicto humano. En el

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ir y venir de la historia social de los hombres, con sus acuerdos, pactos, convenios y toda serie de concesiones, pero alejándose cada vez mas de Dios su creador, esta la razón de sus diferencias mas profundas, traducidas como desigualdad social, injusticia, inequidad etc…por ello si el hombre habrá de llegar a comulgar plenamente con los de su genero, será cuando Dios sea el centro de su vida. IV. “…y la sangre de Jesucristo su hijo nos limpia de todo pecado.” Los fundamentos doctrinales de la vida cristiana, revelando a Dios como el cimiento, y que es quien asegura el otorgamiento de los beneficios cristianos a su pueblo. Es así como La Palabra atestigua el carácter cristiano de Dios. Se confirma la declaración cristiana: “Yo y el Padre uno somos.” La obra integradora del Padre mediante El Hijo. La integración de la familia santa del Dios Santo. La familia de Dios, recibiendo la conferencia de los beneficios del ministerio sacrificial cristiano. El testimonio del mecanismo santificador de Dios, para el mantenimiento de la pureza y santidad de su familia. La revelación de la metodología santificadora de Dios de la familia cristiana, y que además es la única autorizada y suficiente. Ni metodologías humanas, ni conjuros esotéricos de ningún tipo, ni estrategias sociales desplazaran o siquiera igualaran las disposiciones divinas.

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LA REVELACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS, DECLARANDO LA CONDICIÓN Y ESTADO DEL GÉNERO HUMANO Y EN EL CASO DEL CREYENTE, DEL PECADO AGRAVADO POR SU IRRESPONSABILIDAD MORAL. “Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros.” (1 Juan I. 8) I. “Si dijéremos que no tenemos pecado…” La Palabra de Dios anticipando la problemática humana. El pretensioso genero humano y sus acciones justificativas. El problema humano comienza con su rebeldía hacia Dios. El testimonio de la irresponsabilidad moral del hombre. El testimonio de Dios, en Cristo, a los hombres, cuando el pecado en si mismo ya no es su principal problema, sino su incapacidad para declararlo. La exposición divina acerca de una pretensión humana, como mayor problema que su propio pecado, el de su tentativa de corrupción de Dios. II. “…nos engañamos a nosotros mismos…” El resultado de las iniciativas justificativas del hombre, para lo único que le alcanzan es para disimular su pecado ante si mismo. No le alcanza para una defensa legal procedente ante Dios su creador y Juez. El círculo vicioso provocado por la irresponsabilidad moral humana no incluye a Dios. Dios no puede en ninguna forma ser burlado por el hombre. De cualquier manera, el hombre vivirá en carne propia las consecuencias de la negación de su pecado. La corrupción humana, generada en el hombre, se queda con el hombre. III. “…y no hay verdad en nosotros.” El sistema legal de impartición de justicia de Dios, negando al hombre el beneficio de la duda, en el caso en el que el hombre mismo toma en sus manos su propia causa, la justificación de su vida. Hace muchos ayeres que la justificación de la vida del hombre dejo de ser su propia causa. Es un asunto que ha pasado de sus manos, a ser la exclusiva competencia de Dios. Y de acuerdo con el sistema penal de Dios para la vida humana, el pecado como propiedad de la naturaleza humana, y parte de su ADN, ocupa un segundo término, ahora, el pecado

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del hombre es no aceptar su condici贸n pecaminosa, requisito indispensable para obtener los beneficios del sistema justificador de Dios.

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LA PALABRA CRISTIANA DE DIOS Y SU RECOMENDACIÓN LEGAL AL GÉNERO DE LOS HOMBRES, EN SU COMPARECENCIA ANTE LA DEIDAD, PARA QUE ASUMAN SU RESPONSABILIDAD MORAL EN LA TRANSGRESION A SUS DISPOSICIONES, ASEGURANDOLE ABSOLUCION Y PURIFICACION

“Si confesamos nuestros pecados, el es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad (injusticia).” (1 Juan I. 9)

I. “Si confesamos nuestros pecados…” El carácter proposicional de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios y todo su consejo, a favor de la expresión libre de acciones humanas congruentes con la verdad. Si el hombre ha de pronunciarse por la verdad, incluso debe hacerlo por convicción. Ni la verdad (Dios, La Palabra de Dios), justifica la manipulación del hombre y la violación de su auto/nomos. El consejo cristiano es acerca de la confesión como el mecanismo legal conveniente, cuando se trata de enfrentar el juicio de Dios. II. “…El es fiel y justo para que perdone nuestros pecados…” La exposición descriptiva en términos morales del singular de Dios. Las referencias morales de La Palabra solo pueden ser a Dios, Su juicio y Su trono. Por lo tanto, la responsabilidad moral del hombre es con Dios, su Creador y su Juez. El testimonio de la bondad de Dios, pero de su autoridad y competencia moral sobre el género de los hombres. Un testimonio infundiendo confianza a los transgresores y ofensores ante la realidad de Dios y su juicio. En el binomio Dios y hombre, construido por la Palabra de Dios, el elemento conjuntivo solamente puede ser el perdón. La común-unión Dios y hombre, no se da por sentada en la Palabra de Dios, pues mientras que Dios es Fiel y Justo, el hombre es pecador. De ahí la necesidad humana de regeneración a fin de comulgar con Dios. III. “…y nos limpie de toda maldad (injusticia)…” El señalamiento e identificación, con toda precisión acerca del Santo de los Santos, el Dios cristiano. La descripción de sus acciones purificadoras en el hombre.

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La revelación de sus propósitos santos para sus criaturas humanas. La consagración humana hasta la completa santificación, traducida como glorificación. El testimonio de que sigue siendo Dios el único que asegura el término de aquel estilo de vida natural humano, caracterizado por todo tipo de impurezas y vicios. La palabra revelacional de Dios, y de sus disposiciones de vida para el género humano da a conocer los problemas del hombre, así como sus orígenes, pero además la solución Dios para todos ellos.

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LA PALABRA CRISTIANA DE DIOS Y SU REVELACION A LOS HOMBRES, ACERCA DEL PROCESO LEGAL YA INICIADO POR LA DEIDAD EN CONTRA DE ESTOS ULTIMOS, LA CAUSA, LA MALDAD.

“Si dijéremos que no hemos pecado, lo hacemos a el mentiroso, y su palabra no esta en nosotros.” (1 Juan I. 10) I. “Si dijéremos que no hemos pecado…” El testimonio humano, contradictorio de su propia experiencia de vida y su propia historia. La pretensión humana, una oportunidad para procurar esclarecer el fenómeno que significa la malignidad en su esfera terrena de vida. El caso es que aun y cuando el pecado no haya comenzado entre los hombres, ese no es un punto a favor de la inocencia humana. Una vez iniciado el pleito legal de Dios contra la inmoralidad de sus criaturas, las varias esferas representativas de Dios como creador, han de responder ante el trono divino. Es el turno de las criaturas humanas y La Palabra Cristiana de Dios así lo revela. Además de pretensión, incongruencia y contradicción, la conclusión en torno a las afirmaciones humanas auto justificativas. II. “…lo hacemos a El mentiroso…” El testimonio de la palabra del hombre contra La Palabra de Dios. El pleito del “tiesto con su hacedor”. Queda claro que para Dios no esta en juego o la inocencia o la culpabilidad del hombre, pues esto ya ha sido perfectamente establecido por su sistema legal. El hombre es culpable de transgresión, maldad y pecado. El asunto que esta en proceso de definición, es si el hombre se acogerá a los beneficios de la confesión de su culpabilidad, a fin de alcanzar la absolución legal y salvación. Otro aspecto importante que la palabra de Dios revela, tiene que ver con los esfuerzos irracionales humanos en su afán de justificarse, hasta el grado de inculpar a La Deidad. II. “…y su palabra no esta en nosotros.” La conclusión de La Palabra de Dios del estado y condición humana es de distanciamiento, separación incompatibilidad y excomunión. La consecuencia de la contradicción humana a la palabra de Dios es el rompimiento de todo vínculo con la Deidad, hasta la separación esencial y

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substancial del elemento humano con el elemento divino. Como una forma mas de separar de la esencia de Dios, aquellas aleaciones extrañas llamadas impurezas. La Palabra de Dios y su consejo a los hombres acerca de la única forma de alcanzar perdón y salvación, la confesión del pecado pero, también de las consecuencias ultimas y funestas en el caso contrario, el de la contradicción a la declaración divina.

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EL TESTIMONIO DE LA PALABRA DE DIOS, EL MENSAJE DEL PADRE A SUS HIJOS, TRADUCIDO COMO ACCIONES SANTIFICADORAS DE CARÁCTER PREVENTIVO Y PROPICIATORIAS

“HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo…” (1 Juan II. 1) I. “Hijitos míos…” La Palabra de Dios El Padre a sus hijos. El testimonio de la familia cristiana de Dios. El reclamo de Dios de los suyos. La autenticación y reconocimiento de parte de Dios hacia sus hijos. El testimonio del amor de Dios, a través del mensaje de aceptación a sus hijos de origen humano. Dios y sus atenciones paternales a sus hijos. Dios, El Un Padre sustentador. La Palabra de Dios y su carácter paternal rebosante de familiar ternura. El llamado de Dios a sus hijos. II. “…estas cosas os escribo…” La Palabra escrita inspirada de Dios el Padre. Las cartas cristianas de un Padre a sus hijos. Las iniciativas de Dios, asegurándose que su revelación a sus hijos quede debidamente registrada, para ser perpetuada a través de las generaciones humanas. El registro escrito, es también, la otra forma, guardando toda proporción, mediante la cual, Dios perpetua su palabra, su palabra eterna. Dios ha determinado que la comunicación de su persona y propósito a sus hijos, a través de esta dispensación humana, sea mediante mensajes escritos. Así lo dicta el género de La Palabra escrita de Dios. Por lo cual sus hijos, a fin de andar en su voluntad, están llamados a la lectura y la meditación de la misma. III. “…para que no pequéis…” El testimonio de la cuidadosa ocupación de Dios para preservar la integridad espiritual y física de su familia. La revelación exposicional acerca del carácter moral de La Palabra de Dios en su mensaje a sus hijos. Acciones santificadoras de Dios en favor de los suyos. Dios y su testimonio de santidad apelando a la racionalidad, conciencia, voluntad y buena moral. Las acciones de

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Dios son de carácter amor. Como propósito y al cual el ha llamado su familia, sobresale principal.

preventivo, y revelan todo su razón de ser del estilo de vida a los hombres para ser parte de la santidad como característica

IV. “…y si alguno hubiere pecado…” La Palabra de Dios y su despliegue testimonial al exponer los eficientes recursos del Padre a fin de preservar la santidad de su familia. Una familia de origen humano, vulnerable y susceptible a la corrupción. El testimonial de Dios y sus diferentes consideraciones para con su familia. El sistema justificativo de Dios, se basa en hechos, el pecado humano, es la mejor evidencia de su necesidad de acciones divinas en su favor. Dios, a través de Su Palabra escrita, atestigua las soluciones que ha implementado para tan gran mal que aqueja a su familia, por causa de su origen humano. V. “…abogado tenemos para con El Padre…” La Palabra de Dios y sus revelaciones a su familia. El testimonio de la existencia de un abogado, de oficio, en favor del creyente cristiano. Durante el largo historial ya, de vida humana, el género de los hombres ha experimentado un ministerio insidioso y que ha degenerado su relación con Dios. El adversario de los hombres se ha ensañado en sus acusaciones día y noche, contra estos. Ahora, Dios da a conocer la constitución del intercesor por el hombre, ante su trono. La estatura del litigante corresponde al tamaño de la ocasión. Es el testimonio de la previsión y provisión de Dios. El hombre ahora no esta solo, tiene un digno representante, en aquellas esferas donde se dilucidan todos los asuntos relacionados con su vida eterna. VI. “…a Jesucristo el Justo.” El testimonio de la eternidad cristiana. La trascendencia de Jesús el hombre a la eternidad. Un cuadro visionario de aquel ser humano glorificado. La historia cristiana, de la esfera de vida terrena, a la esfera de vida espiritual eterna. El hombre que cambio la historia y la experiencia de vida humana. Una historia de triunfo y gloria y poder y autoridad y dominio y majestad. El testimonio acerca de aquel estilo de vida que trasciende. El carácter cristiano del intercesor del

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hombre ante Dios. La revelación de Dios es que ante su trono, no existe ningún otro ser de origen mortal, con el carácter y la dignidad suficiente como para ejercer el ministerio sacerdotal en favor del hombre. Es el testimonio acerca del cristianismo y su carácter eterno.

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LA DECLARACION REVELACIONAL DE LA PALABRA DE DIOS, DE CARÁCTER JUSTIFICATIVO, ASI COMO SU DIMENSION COSMOLOGICA: LA JUSTIFICACION CRISTIANA DE DIOS, DEL MUNDO Y SUS PECADOS, LA DIVINA GRACIA Y SU MENSAJE DE BUENAVENTURA AL MUNDO

“Y el es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” (1 Juan II. 2) I. “y El es la propiciación por nuestros pecados…” La Palabra de Dios y su revelación a los hombres. La exposición designativa del ser de Dios, como la respuesta a la necesidad humana. Porque, sí hubo respuesta para el problema de los hombres con Dios. El carácter glorioso del mensaje, de la ya de por si Gloriosa Palabra Divina. La precisión de La Palabra de Dios acerca del elemento propiciatorio para la transgresión humana. Un elemento que por eterno, prevalecerá en su carácter, en las luchas generacionales que de tiempo en tiempo será necesario enfrentar, traducidas como las apologías de la fe cristiana entre los hombres. Dios a través de su Palabra y esta, escrita, con mención honorifica de su triunfo en sus conflictos con las generaciones humanas, mediando Cristo para la reconciliación. El llamado de La Palabra de Dios a los hombres al ejercicio de un existir armónico con La Deidad, libre de conflictos y hostilidades. II. “…y no solamente por los nuestros…” La Palabra de Dios, una palabra que desborda los limites dimensionales, a fin de justificar perfectamente el carácter y las acciones de La Deidad. La Palabra de Dios como testimonio cristiano, dando fe de la inclusividad de sus propósitos. La revelación de la era de la universalidad de las acciones de Dios. La exclusividad es historia del pasado. Dios es y sus dones inconmensurables. Dios es, sin límites. Dios, “fuente de la vida eterna y de toda bendición”. “Toda dadiva y todo don perfecto desciende de los alto”. III. “…sino Palabra de

también por los de todo el mundo.” Dios y su testimonio acerca de

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La la


universalidad de su obra cristiana de carácter propiciatorio. Es la única manera en la que el género de los hombres puede entender y explicar la singular muerte de Cristo. Es decir, históricamente, se da fe solo de la muerte de aquel un hombre, cuando, de forma practica, todo el género es pecador. El evangelio cristiano de salvación a todos los hombres. ¡Buenas nuevas! El don de Dios suficiente y eficiente para todos los hombres. El enriquecimiento del mundo como quehacer divino. La apertura de las arcas de Dios a disposición de todos los hombres. Acciones y esfuerzos no escatimados de Dios. La plenitud de Dios en su carácter y obra, sin lugar para iniciativas complementarias de nadie más. La reivindicación de la Palabra, de Dios y sus acciones en el mundo. La otra forma en la que el supremo poder, lleva a cabo sus reclamos de sus criaturas. Las otras formas de autoridad para bien hacer y bien decir. Un testimonio de cuando los mayores alcances, las mayores tenencias, las mayores influencias son usadas propiamente para el bien.

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EL CRISTIANISMO, EL SISTEMA DE VIDA PERFECTAMENTE CONFORMADO A LA VOLUNTAD DIVINA, EL TESTIMONIO CERTERO DE LA EXPERIENCIA HUMANA CON LA DEIDAD.

“Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos.” (1 Juan II. 3)

I. “Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido…” El carácter indicativo de La Palabra de Dios certificando la genuinidad del conocimiento cristiano de La Deidad. Dios, el justificador del saber humano. Dios, el principio del saber. La relación cristiana con Dios, plena de racionalidad. El aprendizaje humano a Dios. El cristiano y su certidumbre plena de Dios. Dios, todo lo que el hombre debe necesariamente saber. Dios, la realización ontológica del género humano. Cuando el carácter racional del hombre, en su utilidad a la persona y propósitos divinos, justifica su razón de ser. El testimonio de cuando el hombre desecha toda su vanidad, para darle pleno sentido a su vida. Criaturas libres de corrupción, cautivas de Dios. II. “…si guardamos sus mandamientos.” Cuando Dios, en la persona cristiana del Hijo, se encarna en los hombres. La revelación de La palabra Cristiana de Dios, de la vida espiritual eterna incarnada en los hombres. El sistema de vida espiritual divino in-corporado a la humanidad cristiana. El cristianismo, el sistema de vida conformado perfectamente a la voluntad de Dios. La única forma de comulgar con La Deidad. La otra forma, la incarnacional, mediante la cual Dios, hace entrega de su testimonial de vida espiritual a los hombres; la anterior consistió en la impresión tipográfica en dos tablas de piedra. Por lo anterior, el testimonio de la Palabra de Dios es acerca de la glorificación cristiana. La dispensación de Dios del nuevo pacto con los hombres mediante Cristo, haciendo de estos arcas vivientes, depositarios de su testimonial de vida espiritual eterna.

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EL TESTIMONIO DE LA PALABRA DE DIOS, REVELANDO LA RELACIÓN ARMÓNICA INDISOLUBLE, EXISTENTE ENTRE LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA Y LA OBEDIENCIA DE LA LEY DIVINA; LA CONTRADICCIÓN CONCLUYE EN UNA NATURALEZA Y CARÁCTER FRAUDULENTO

“El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en el…” (1 Juan II. 4) I. “El que dice, yo le he conocido…” el señalamiento de La Palabra de Dios del hombre y su pretendida profesión de vida espiritual eterna. La exposición de La Palabra de Dios del caso experimental de vida humana acerca de La Deidad. La más sublime de las confesiones humanas. La declaración de fe de parte de los hombres en el Dios, su Creador. La experiencia de mayor gloria para el ser humano, e incluso para toda criatura. Es, o la mayor de las realidades humanas, y/o la mayor de sus presunciones. El caso es que tal experiencia humana, necesariamente es la experiencia de La Deidad. Dios es el omnisciente Dios. Además, Dios tiene voz propia, cuando se trate o de confirmar o de desmentir, La Palabra divina se hará oír. De tal forma, La Palabra de Dios siempre expone cualquier tipo de contradicción, es el quehacer de oficio, de La Deidad. II. “…y no guarda sus mandamientos…” La Palabra de Dios y su discernimiento de la persona humana. El juicio de Dios a los hombres. La exposición de la desintegridad humana. El hombre y su carácter y naturaleza fraudulenta. Un testimonio de incongruencia. Cuando los hechos de los hombres no corresponden con sus dichos. Cuando el hombre profesa mentirosamente la creencia en Dios. Actitudes y acciones rebeldes. El menosprecio de la ley de Dios. Pero también la impotencia humana para conformarse al estilo de vida espiritual de la divinidad. El mayor fracaso humano, por sus repercusiones en la eternidad. Un estilo de vida carente de armonía y plenitud de Dios. III. “…el tal es mentiroso…” El veredicto divino. El testimonio de Dios al hombre de cuando sus mayores esfuerzos resultan infructuosos, si se trata de engañar

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a la Deidad. “Dios no puede ser burlado, todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” La exposición de La Palabra de Dios evidenciando toda la corrupción albergada en el genero humano, y disimulada por una palabra de solamente pretensiosa fe. Los esfuerzos humanos por conciliar la corrupción y la incorrupción, frustrados por Dios. Es claro que Dios ni es responsable ni tampoco esta dispuesto a participar de una vida de simulaciones y mentiras. La persona de Dios y sus leyes no son negociables en ninguna forma, a cambio de dichos lisonjeros de sus criaturas. IV. “…y la verdad no esta en el…” El pronunciamiento divino de completo rechazo, condena y repudio a vidas fraudulentas. Vidas que reciben la total descalificación por parte de su creador. La Palabra de Dios en pleno acto de iluminación. Dios y su Palabra haciendo la diferencia en la vida de sus criaturas. Una exposición acerca de las tinieblas encubiertas en la personalidad humana, haciéndolas evidentes a fin de enseñar a los hombres la verdad. Una forma de nulificar las acciones malignas es revelando sus diferentes rostros. El más común de ellos, es el rostro humano. El testimonio de seres humanos bajo el imperio del mal. Hijos de perdición. También el testimonio de la ausencia de Dios en sus criaturas.

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LA PALABRA DE DIOS Y SU REVELACION ACERCA DE LA RELACION EXISTENTE ENTRE LA SUJECION Y SOMETIMIENTO A LA LEY DIVINA, CON EL AMOR CRISTIANO, CONCLUYENDO EN UNA RELACION GENUINA DIOS-HOMBRE “Mas el que guarda su palabra, la caridad de Dios esta verdaderamente perfecta en Él: por esto sabemos que estamos en Él.” (1 Juan II. 5) I. “Mas el que guarda su palabra, la caridad de Dios esta verdaderamente perfecta en el…” La perfecta armonía y relación conciliatoria entre la verdad y el amor. La verdad es innegociable, aun cuando se trata de expresar amor. Y el amor no pretenderá sacrificar la verdad a fin de prevalecer. A lo menos, es el testimonio de La Palabra de Dios en lo que se refiere a su relación con los hombres. Esto dicta la ley divina en sus disposiciones acerca de la conducta de vida humana, que habrá de quedar conformada a Dios y sus propósitos. La palabra de Dios y su declaratoria justificativa de aquel estilo de vida humano perfecto. Un estilo de vida perfectamente congruente. La historia de vida del hombre que experimento el glorioso y sublime amor de Dios mediante la observación puntual de su palabra. La historia del pueblo cristiano que sometió su vida al glorioso testimonio del evangelio cristiano, mediante fe para salvación. La historia del pueblo de Dios. II. “…por esto sabemos que estamos en El.” Los elementos probatorios, como revelación testimonial de Dios a los hombres acerca de la genuina comunión divino=humana. Elementos a disposición de todos los hombres a fin de confirmar o su carácter filial con Dios, y/o su desafiliación. Parámetros correspondientes al Reino espiritual de Dios, acreditando a cada uno de sus ciudadanos. El testimonio del estadío del hombre en Dios. Acciones de reconocimiento por parte de Dios, legitimando el carácter espiritual humano como Hijos de La Deidad. El ejercicio de la magnificente y gloriosa soberanía divina. De hecho, todo lo que el hombre necesita es a Dios, todo lo demás, como corresponde a su voluntad y propósitos, será añadido.

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LA REVELACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS, ACERCA DE LA OBLIGACIÓN PROPIA DE LA CONFESIÓN DE LA FE CRISTIANA, EL CRISTIANISMO ES TODO UN ESTILO DE VIDA QUE DEBE EJERCERSE A IMAGEN Y SEMEJANZA DE SU CREADOR

“El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo.” (1 Juan II. 6)

I. “El que dice que permanece en Él…” La prueba del discipulado cristiano. El escrutinio divino de aquellas religiones humanas efectuadas en honor de La Deidad. La Palabra de Dios y la evidencia de su capacidad probatoria de los diferentes caracteres humanos. La prueba a la consistencia humana y a su fe. Dios poniendo en balanza las declaraciones de fe de los hombres, con sus actitudes y acciones. Es el testimonio de como Dios somete a prueba las diferentes creencias humanas, incluida la creencia cristiana de parte del hombre. La confesión de fe cristiana, una vocación que obliga. Dios revela a los hombres que el cristianismo debe vivirse con responsabilidad II. “…debe andar como el anduvo.” El modelo cristiano de vida a los hombres, la revelación de La Palabra de Dios. El deber del pueblo cristiano. La Palabra de Dios y su revelación del camino a seguir, el camino cristiano. Dios dice que la profesión de fe cristiana tiene como utilidad para los hombres, su filiación con su Creador. La infusión en el hombre, de la imagen y semejanza del Hijo de Dios. El pueblo de Dios uniformado a la imagen cristiana. Un estilo de vida espiritual. Criaturas espiritualmente regeneradas. El testimonio de vida cristiano de Dios a los hombres. La prueba humana de su genuino cristianismo. La superación de la prueba a la confesión de fe cristiana de los hombres. Vidas regeneradas, transformadas y glorificadas. La encarnación de la vida espiritual eterna por los hombres.

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LA REVELACIÓN ACERCA DE LA PALABRA CRISTIANA, EN SU CARÁCTER TIPOGRÁFICO, MATERIALIZANDO LA PALABRA AUTORITATIVA ETERNA DE DIOS, EL TESTIMONIO DE SU CONSISTENCIA SUBSTANCIAL Y SU PERFECTA UNIDAD INTERNA

“Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.” (1 Juan II. 7) I. “Hermanos…” La vocación fraternal cristiana. El testimonio de la familia de Dios. El llamado a los creyentes en Cristo. El mensaje de La Palabra de Dios a la iglesia cristiana. Un estilo de vida en común. La comunión espiritual de Dios y su familia. La iglesia cristiana la comunidad de hombres incorporados a la vida espiritual eterna de La Deidad. Una comunidad perfectamente armónica. II. “no os escribo mandamiento nuevo…” El escriba cristiano. Un mensaje autoritativo. La Palabra escrita Inspirada de Dios. Un mensaje, aunque autorizado, que se deslinda de toda pretensión y presunción; libre de modalismos y elementos temporales, como corresponde a su atemporalidad, eternidad. La Palabra Cristiana Inspirada de Dios, en ninguna manera violenta el mensaje de sus antecesores. La unidad interna es una de las grandes virtudes y perfecciones de La Palabra revelada Escrita de Dios. A pesar de las diferentes edades y los diferentes instrumentos que han servido a los propósitos de revelación oral y escrita de la Palabra de Dios; esta se mantiene integra. No es el propósito del presente escrito, como palabra de Dios, conflictual. III. “…sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio…” La vocación escriba cristiana y su signatura de antiguos instrumentos mediáticos de Dios. Hombres con el especial llamamiento a revelar y exponer la proposicional Palabra de Dios a los de su género. Porque: “La Palabra de Dios permanece para siempre.” Una palabra libre de contradicciones. En todo caso, confirmatoria y complementaria. El testimonio actual, corresponde a las iniciativas y esfuerzos divinos. Es

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el testimonio vivo de Dios. Representa si, la articulación, en términos actuales de las grandes doctrinas eternas de Dios. Es la proclamación de La Palabra Eterna de Dios, por instrumentos mediáticos contemporáneos. IV. “…este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.” La gloriosa y perfectísima armonía de La Palabra de Dios. Voces claras y perfectamente definidas para el pueblo cristiano de Dios. Voces carentes de disonancias desagradables. La voz de Dios y su resonancia a lo largo de las generaciones humanas, entregada de vez en vez a su pueblo. Los reclamos de la paternidad literaria, por parte de los escritos cristianos, como Palabra de Dios.

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LA PALABRA DE DIOS Y SU TESTIMONIO ACTIVO DE CARACTER CRISTIANO, LA REGENESIS DE LA DEIDAD ENTRE LOS HOMBRES, UNA ERA PERFECTAMENTE GLORIOSA, LA ERA CRISTIANA

Por otra parte, les escribo un mandamiento nuevo, el cual es verdadero en Él y en ustedes, porque las tinieblas van pasando, y la Luz verdadera (Jesucristo) ya está alumbrando. (1 Juan II. 8)

I. “Por otra parte, les escribo un mandamiento nuevo…” La Palabra Cristiana de Dios. Una Palabra dinámica, activa Creativa. El Re génesis de La Deidad. El origen nuevo de Las cosas creadas. La Palabra de Dios que por cristiana, genera un nuevo comienzo a partir de Cristo. La revelación de un sistema de vida nuevo, fundamentado en el principio activo cristiano. La era cristiana. La historia del Reino Cristiano de Dios. Un régimen de carácter espiritual. El principio cristiano de todas las cosas. II. “…el cual es verdadero en El y en ustedes…” Un sistema de vida renovado que integra conciliatoria y armónicamente a La Deidad y a la humanidad, otra vez. El testimonio del rencuentro divino-humano. La comunión Dios-hombres, teniendo como fundamento la verdad. La filiación del hombre con Dios y de Dios con el hombre. La perfección del sistema de vida espiritual que incluye a Dios y los hombres. La exposición del cristianismo y sus virtudes conciliatorias. III. “…porque las tinieblas van pasando…” El testimonio de la corrupción y su carácter temporal, transitorio. Toda una era que dice adiós. Una etapa de oscurantismo en la vida del género humano que ahora ha de ser parte de la historia. El reino de tinieblas y de maldad, impotente para detener la avanzada del reino Cristiano de Dios. El génesis del universo, dando paso a la regeneración cristiana. La revelación profética de las glorias de la nueva era, la era cristiana. El humo, ya ha comenzado a disiparse. IV. “…y la luz verdadera (Jesucristo) ya esta alumbrando.” Concepción, alumbramiento, renacimiento;

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un nuevo principio. La vida espiritual cristiana. La revelación de La Palabra de Dios acerca de aquellas experiencias humanas empobrecidas y aparentes, debido a la luz temporal e imperfecta que apenas si les iluminaba; a diferencia de la experiencia cristiana plena de luz y gloria. El despuntar del alba y la llegada del lucero de La Mañana. La nueva realidad de vida cristiana de los hombres. Un estilo de vida glorioso, pleno de racionalidad y conciencia de Dios. Jesucristo, la gloriosa revelación de Dios a los hombres. El re génesis espiritual. El nuevo principio de acción de Dios. Jesucristo, La Piedra Angular del nuevo cosmouniverso espiritual.

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CRISTIANISMO VS CAINISMO “El que dice que está en la luz, y aborrece a hermano, está todavía en tinieblas.” (1 John II: 9)

su

I. “El que dice que esta en la luz…” La Palabra de Dios y su carácter glorioso. La revelación de La Luz. La profesión de la relación-comunión humana con Dios. El hombre y su conciencia de La Deidad. Los iluminados, trascendentales, y espiritualistas. Los procuradores de un sistema de vida superior. Criaturas que hacen de Dios un pretexto y la excusa perfecta para si. Dios, La otra forma de los hombres para justificar su irresponsabilidad personal. II. “…y aborrece a su hermano…” La vanidad de la religiosidad humana. Relaciones enfermas. El genero humano con sus contradicciones e incongruencias. Las potencias morales, en absoluta confusión cuando se trata de ser expresadas por la persona humana. El genero humano y su triste historia de violencia, odios, conflictos, rencores y crímenes. La historia de Caín y Abel pero distorsionada por los afanes humanos de justificación. Dios, dicen los pretensiosos y presuntuosos, ha tomado partido en el conflicto fraterno de los hombres, y está del lado de los fratricidas. Es la historia producto de la inventiva enfermiza del género humano lleno de maldad. III. “…esta todavía en tinieblas.” La justicia divina. La revelación de la naturaleza y carácter de la ley de Dios. El hombre bajo el juicio divino. La descalificación de la vida humana, con sus religiones y confesiones vanas de fe. El veredicto y la resolución de Dios, en su juicio efectuado al hombre, a su fe, afectos y relaciones humanas, es de repudio y condena. Un testimonio más de como el positivismo, declaraciones vanas de fe, decretos, más parecidos a conjuros esotéricos, en ninguna forma obligan a Dios a la justificación de la vida y acciones humanas. La verdad y la realidad, no se crean. Además, la profesión de la mentira, jamás se transformará en verdad.

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ACCIONES JUSTIFICATORIAS DE LA PALABRA DE DIOS DEL SISTEMA DE VIDA CRISTIANO, LA INCARNACION HUMANA DEL AMOR, EL ESTILO DE VIDA QUE SE DESARROLLA EN PERFECTAS RELACIONES INTERPERSONALES CON DIOS Y LOS HOMBRES “El que ama a su hermano, esta tropiezo en el.” (1 Juan II. 10)

en

luz,

y

no

hay

I. “El que ama a su hermano…” La exposición de La Palabra de Dios del estilo de vida humano fundamentado en amor fraterno. El señalamiento autoritativo de Dios, de las características y virtudes de la vida humana de su pueblo, el pueblo cristiano. La revelación de la voluntad de La Deidad. Es también la revelación de la ley del amor, normando la vida y acciones de los hombres. Una exposición acerca del carácter proposicional de La Palabra de Dios. Es, sin duda alguna, la otra historia de la humanidad. Otro estilo de vida. Otra humanidad, la humanidad cristiana de Dios. II. “…esta en luz…” La legitimación de la vida humana en conformidad a la ley divina, traducida como la perfectamente armónica comunión, del hombre cristiano con Dios. Es el testimonio confirmatorio de La Palabra de Dios de la justificación humana, otorgada en reconocimiento a la viviente fe cristiana. La historia de la humanidad cristiana en comunión con Dios y los hombres. Existencias bajo el Reino (gobierno) divino. Criaturas que, desarrollan su existencia bajo el escrutinio de Dios. Vidas redimidas del reino de tinieblas del mal. La declaración de la Palabra de Dios, como tal, goza del carácter legal en conformidad al sistema judicial divino, por lo cual su declaración es la resolución absolutoria de Dios de la vida humana cristiana. III. “…y no hay tropiezo en El.” El testimonio de vida del hombre cristiano, quien por causa del amor, alcanzo la justificación. Un caso de unión hipostática entre el creyente cristiano y su señor. El evangelio cristiano atestigua que, mediante el ejercicio del amor, el hombre alcanza la justificación. La Palabra de Dios y su evidencia al pueblo de la fe cristiana, acerca de las iniciativas divinas traducidas como acciones justificadoras en la dinámica de la vida humana. Es la prueba, como evidencia cristiana, del ejercicio activo

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del ministerio de Cristo justificando a los suyos. La Palabra de Dios y su justificaci贸n de la vida cristiana caracterizada por el amor.

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LA MALDICIÓN DE CAÍN, LA SENTENCIA CONDENATORIA DE LA PALABRA DE DIOS AL SISTEMA DE VIDA HUMANO DE ODIOS Y HOMICIDIOS; UNA VIDA DE AMBULANTAJE Y EXTRANJERÍA ESPIRITUAL ETERNA. “Pero el que aborrece a su hermano, está en tinieblas y anda en tinieblas, y no sabe adonde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.” (1 Juan II. 11) I. “Pero el que aborrece a su hermano…” La Palabra de Dios y su evidencia de los conflictos humanos. El hombre y la esgrima de la maldad contra el hombre. El testimonio del carácter ineludible del juicio de Dios. Dios toda autoridad y suficiencia moral para juzgar criaturas igualmente morales. La exposición del estilo de vida humano, corrompido por la potencia moral maligna. La revelación del reino de satanás entre los hombres. El atrofiamiento de las relaciones fraternas humanas. Verdaderas agresiones mortales al reino de los hombres y al sistema judicial de Dios. II. “…esta en tinieblas…” La revelación de La Palabra de Dios del estado y condición mortal de hombres que reniegan de su género. Vidas caóticas (bajo el régimen del caos, otro nombre para el mal). Hombres cuya ceguera se traduce como muerte espiritual. Una humanidad que a pesar de sus características y propiedades intelectuales, volitivas, racionales, morales y del uso de estas en el afán de transformar su entorno para la edificación de su civilidad; sus impulsos emocionales hasta el desenfreno y disolución, dan testimonio de su fracaso. El veredicto del juicio divino: muerte espiritual. III. “…y anda en tinieblas…” Zombis. Dios y sus acciones de deslindamiento de todos aquellos estilos de vida ajenos y contrarios a su diseño propio. Criaturas errantes, condenadas al peregrinaje eterno, lejos de la presencia gloriosa de Dios. Existencias réprobas. La encarnación de todos los males y vicios. El testimonio revelacional de La Palabra de Dios exponiendo a los hijos de satanás. Los hijos de perdición. La simiente de la serpiente. La imagen y semejanza del mal. La revelación de las consecuencias últimas de la ignorancia humana. Cuando la ignorancia se traduce, no

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como deficiencia intelectual sino como muerte espiritual. La deficiencia intelectual tiene cura, la muerte espiritual no. IV. “…y no sabe a donde va…” La exposición de la vida humana sumida en la más profunda inconciencia. El hombre y su incompetencia para dirigir su propia vida. El estilo de vida humano y el ausentismo de liderazgo y de autoridad competente. Hombres sin capacidad responsable. Existencias en absoluto desperdicio. El extravío humano de Dios y sus propósitos. Es también la descalificación del hombre, de su vida y acciones, como la conclusión del juicio de Dios, emitido mediante Su Palabra. La respuesta de Dios al rechazo humano de su persona y leyes, se traduce como la desaprobación racional e intelectual por parte del Creador a sus criaturas. El hombre se rebela a Dios y…muere. V. “…porque las tinieblas han cegado sus ojos.” El reino de satanás y sus efectos mortales en los hombres. La revelación de Dios a sus criaturas acerca de, como a través de sus iniciativas y esfuerzos independentistas de su creador, procurando obtener su autonomía, lo único y lo mas que consiguieron, fue ir a parar con todo y sus almas, en las garras del dragón. La triste condición de criaturas que en su momento fueron la corona gloriosa de la creación de Dios, pero que mediante las peores decisiones de su vida, terminaron subyugados y esclavizados. Criaturas perfectas, creadas a imagen y semejanza del creador, pero que ahora se encuentran en una discapacidad total. La distorsión completa del carácter humano por parte del maligno. Seres racionales, volitivos y morales que han perdido toda capacidad, y ahora miran reducida la calidad de su existencia a un remedo caricaturesco, de lo que originalmente fueron.

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LA CARTA MAGNA, CONSTITUTIVA DE LOS DERECHOS GANADOS POR CRISTO, Y OTORGADOS A LA NACIÓN CRISTIANA, EL PUEBLO DE DIOS; EL PERDÓN DE PECADOS

“Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os son perdonados por su nombre.” (1 Juan II. 12)

I. “Os escribo a vosotros, hijitos…” El mensaje de la Palabra Cristiana de Dios con dedicatoria especial a La Iglesia. El mensaje del Un Padre a Sus Hijos. El testimonio de Dios, en su mensaje a Sus Hijos, de la relación familiar de ternura y amor. Escritos que justifican su propósito, solamente por proceder de Dios. Es La Palabra Escrita Inspirada de Dios, revelada a su pueblo. El mensaje de Dios a Sus Hijos que todos ellos deben leer. La revelación de la voluntad divina a través de instrumentos mediáticos, a fin de que La Iglesia Cristiana no divague en su per-seguir a Dios. La iglesia Cristiana debe ser una Iglesia lectora y no sonadora. II. “…porque vuestros pecados os son perdonados por su nombre.” El mensaje de La Palabra Cristiana de Dios a Su pueblo, es un mensaje de perdón. Un glorioso mensaje. Un testimonio divino a los hombres de fe, el cual estos deben, por la conveniencia de la grande bendición, leer. Entre Dios y los cristianos, la enemistad, conflictos y separación, han llegado a su fin siendo ahora parte de la historia. El mensaje de confirmación de La Palabra Cristiana de Dios, acerca de la suficiencia personal y eficiencia ministerial del Cristo, logrando obtener de parte de La Deidad, las bondades del perdón para todos los suyos. La carta de amnistía de Dios, en el nombre del Cristo al pueblo cristiano. Una carta de justificación de la vida cristiana a los creyentes en Cristo Jesús. La Carta Magna, constitutiva de los derechos ganados por Cristo y otorgados a La Nación Cristiana, El Pueblo de Dios. La Palabra de Dios, el fundamento de la justificación de vida cristiana, para salvación.

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LA PALABRA DE DIOS Y SU MENSAJE A LA FAMILIA CRISTIANA, COMO SU PUEBLO; SUS MENCIONES Y RECONOCIMIENTOS POR SU DESEMPENO DE LA VIDA ESPIRITUAL “Os escribo a vosotros, padres, porque habéis conocido a aquel que es desde el principio. Os escribo a vosotros, mancebos, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.” (1 Juan II. 13) I. “Os escribo a vosotros, padres, porque habéis conocido a aquel que es desde el principio.” La Palabra de Dios y su mensaje consignatario de la conciencia divina de los padres cristianos. El establecimiento del dialogo entre Dios y las figuras de autoridad familiar. Dios causa y origen de la familia. La suficiencia de la Palabra de Dios en cuestiones de autoridad familiar. Los derechos y prerrogativas de Dios acerca de la familia humana y cristiana. La reivindicación divina de las conciencias cristianas. Una generación, la cristiana, que ha llegado a conocer al eterno Dios, su Creador. El cumplimiento de la cita agendada en la eternidad, entre Dios y los hombres, a través de Cristo. II. “Os escribo a vosotros, mancebos, porque habéis vencido al maligno.” Reconocimiento al merito de la juventud cristiana, por su victoria sobre el mal. Un mensaje glorioso de triunfo y conquista, el mensaje de La Palabra Cristiana de Dios. El testimonio de una familia concebida para reinar, la familia de Dios. Una comunidad, la comunidad cristiana, que por fundamentarse en la roca, hasta sus miembros en proceso de desarrollo, cuentan en su haber con la victoria sobre el mal. El testimonio de que, en la lucha contra los vicios, adicciones, dependencias e inmoralidad, los jóvenes y los hombres en general, deben comenzar por la confrontación con la realidad de satanás. IV. “Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.” El reconocimiento a la familia de Dios. La revelación de la paternidad divina. Dios el un Padre. La generación humana cristiana, celebrando el descubrimiento de su filiación con La Deidad. Finalmente la humanidad cristiana puede gozar del trato familiar con Dios. Finalmente, el cristiano conoce

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experimentalmente a su Creador, como su Padre. El origen y la causa de la naturaleza humana cristiana. El cuando los hombres cristianos, descubren su identidad a partir de conocer a Dios. La Palabra Cristiana de Dios revelando la relaci贸n-comuni贸n divino-humana. El testimonio espiritual de La Palabra de Dios, de vida, igualmente espiritual, de la familia cristiana.

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PROCLAMA TRIUNFAL DE LA PALABRA DE DIOS: SU SUFICIENCIA Y EFICIENCIA PARA LA EDIFICACIÓN GLORIOSA DE LA FAMILIA CRISTIANA; SU TESTIMONIO VERDADERO; SU EMPODERAMIENTO, HASTA CONDEDER LA VICTORIA; Y SU CARÁCTER GLORIOSO Y ÚNICO A PESAR DE LA INCARNACIÓN HUMANA “Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, mancebos, porque sois fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno.” (1 Juan II. 14) I. “Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio.” La justificación de La Palabra Escrita Inspirada de Dios, cuando el hombre finalmente llega al conocimiento pleno. El cumplimiento de la misión de Dios, por parte de su Palabra Escrita. El desempeño, en su más alto ideal, de la palabra escrita, como instrumento mediático de La Deidad. Cuando el lenguaje cumple su primera y mas gloriosa misión, comunicar, revelar a Dios. II. “Os he escrito a vosotros, mancebos, porque sois fuertes, y La Palabra de Dios mora en vosotros…” La familia de Dios, la iglesia cristiana, la expresión viviente y palpable de Su Palabra. El milagro de la encarnación de la vida espiritual eterna en la comunidad cristiana. La comunidad cristiana potenciada y empoderada por Dios. El potencial espiritual del cristiano. Un testimonio de la otra forma de gloria existente. Otra forma de poder. Otro estilo de vida. La iglesia cristiana, el templo de La Deidad. La alta y gloriosa vocación cristiana. III. “…y habéis vencido al maligno.” La Palabra de Dios y su carácter substancial consistente, así como su unidad interna atestiguando el cumplimiento de los designios divinos. “…sobre esta roca edificare mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” La proclama triunfal y gloriosa de La Palabra de Dios acerca de la conquista de una y mil batallas del pueblo de Dios, pero de su arxi-enemigo, satanás. La otra historia, el nuevo principio, la otra humanidad,

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la cristiana, la cual se ha sobrepuesto esclavizante del mal y lo ha derrotado.

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al

imperio


LA LEY CRISTIANA ACERCA DEL AMOR, ASI COMO DE SU CARÁCTER RACIONAL Y VOLITIVO; LA CONFIRMACION DEL PRIMERO Y MÁS GRANDE MANDAMIENTO; EL AMOR A DIOS “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no esta en el.” (1 Juan II. 15) I. “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.” La Palabra Cristiana de Dios y su revelación exposicional de La ley divina. La ley cristiana del amor. El mandato divino a su pueblo, la Iglesia Cristiana. La legislación cristiana acerca de las relaciones de la iglesia con el sistema de vida terrenal. La prohibición al sistema de vida cristiano, de la instauración de todo tipo de relación que le involucre con el estilo de vida carnal, natural humano. El mundo y sus dones no son parte de la herencia que le toca a los conciudadanos de los santos. Consagración, santidad y fidelidad, el mandato de Dios a su pueblo cristiano. La indignidad profana del sistema mundanal de vida, que provoca la negativa de Dios a la iglesia, a participar de esta. II. “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no esta en El.” El costo de la transgresión de la ley cristiana del amor. El amor debe ejercerse con toda responsabilidad. Para amar hay que tener responsabilidad moral ante Dios. El testimonio de La Palabra de Dios acerca del carácter volitivo y racional del amor. El amor debe ser un acto de la razón y voluntad cristiana. Por tanto, este debe expresarse en la dirección legalmente establecida, hacia Dios. Solo el amor al Padre se justifica, por su legalidad. Legalidad no es lo mismo que legalismo. Las relaciones cristianas o con el mundo o con Dios, determinan la condición eterna de los hombres. El primero y mas grande mandamiento sigue siendo: “…amaras al Señor tu Dios, de todo tu corazón, de toda tu alma, y de toda tu mente.” (Mt. XXII. 37)

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EL MUNDO: UN ENTE CARNAL, MALIGNO, VANAGLORIOSO; COMO SISTEMA DE VIDA, CONTRADICTORIO A DIOS EN COMPLETA ALIENACION DE LA DEIDAD “Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.” (1 Juan II. 16) I. “Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne…” La Palabra de Dios y su revelación acerca del mundo como un ente carnal. Ilustrando un sistema de vida pleno de deseos insanos, ilegales, contrarios a la ley de Dios. La revelación de La Palabra de Dios, toda una exposición acerca del fenómeno de alienación del mundo, como sistema de vida, de su creador y Dios. La otrora Palabra de Dios, una palabra creadora y de aprobación de la creación, por su concepción originalmente perfecta, ahora torna a descalificar completamente el presente sistema de vida. El testimonio de la perversión y distorsión moral de la creación de Dios. II. “…y la concupiscencia de los ojos…” La obnubilación de la racionalidad, la conciencia y la buena moral; es la denuncia de La Palabra de Dios acerca del estado y la condición de vida terrena. El imperio del Reino del mal establecido en el reino humano. Un sistema de vida que se fundamenta antes que en la conciencia moral, en la percepción física de las cosas y las apariencias. Un sistema de vida para quien Dios esta muerto, por su incapacidad de existencia y percepción espiritual. III. “…y la soberbia de la vida…” Es, el sistema de vida terreno, todo un sistema, pretensioso y presuntuosamente cápita-lista. Un reino que cree en su independencia de Dios, y propia soberanía. Un estilo de vida vanaglorioso. Un sistema que establece sus propias leyes, e incluso sin consideración alguna de las leyes divinas. La Palabra de Dios y su Juicio sobre tal sistema de vida. La evidencia de un estilo de vida auto entronado, e incluso por su ego-ismo, con tentativas deificas.

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IV. “…no es del Padre, mas es del mundo.” La relación antagónica entre Dios y el mundo, establecida mediante La Palabra Escrita Inspirada de Dios. El mundo, como sistema de vida, absolutamente enajenado de su creador y Dios. La acción divina de la no reivindicación de su carácter como autor y arquitecto del estilo de vida del presente cosmos-kakos. Un estilo de vida que ya ha muerto, a partir de su ruptura con Dios. El comportamiento actual de los hombres, en el ejercicio de su estilo de vida natural, es desconocido, ignorado, repudiado y condenado por Dios. Dios y su testimonio escrito, para exponer las diferencias entre El Reino de Dios, y el reino terrenal y humano de satanás.

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ENTRE ENTIDADES; LA ENCARNACION HUMANA DEL SISTEMA DE VIDA ESPIRITUAL, CONFORMADO A LA VOLUNTAD DIVINA, A DIFERENCIA DEL SISTEMA DE VIDA MUNDANO Y CARNAL; TIENE COMO VOCACION LA VIDA ETERNA “Y el mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.” (1 Juan II. 17) I. “Y el mundo se pasa, y su concupiscencia…” la Palabra de Dios y su revelación acerca del carácter temporal, efímero y pasajero del sistema de vida terreno. La revelación de un sistema de vida en completa vanidad. Dios y la delimitación de todo sistema de vida existencial, mediante el ejercicio de su soberanía. Los decretos divinos regentes del existir de mundos carnales y contradictorios. La exposición del ejercicio de la soberanía divina limitando la existencia del presente siglo malo. El tras tocamiento de los fundamentos de vida carnales humanos. Un estilo de vida mundano, que no tiene ningún futuro. II. “…mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.” La revelación de la perpetuación de la vida humana hasta la eternidad. El sistema de vida humano que por su conformación a Dios y sus fundamentos espirituales permanece para siempre. La obediencia a Dios como formula de vida eterna. Vidas activas en el ejercicio y pleno cumplimiento de los designios de Dios. Es, de hecho, el testimonio acerca de la otra forma de encarnación de vida espiritual entre los hombres. El testimonio acerca del carácter espiritual de la vida humana a través del cristianismo. Propósitos eternos de Dios de carácter espiritual para los hombres. Ocupaciones de carácter espiritual que garantizan la vida eterna a los mortales humanos. La profesión de vida preparada por Dios a hombres afanados por todo tipo de quehaceres. Solo una cosa vale la pena, para invertir la vida entera en su prosecución, la voluntad de Dios.

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KAKO-ANGELIO: LA PALABRA PROFETICA DE DIOS Y SU ANUNCIAMIENTO ACERCA DEL ADVENIMIENTO DEL ANTICRISTO; MALAS NOTICIAS “Hijitos, ya es el ultimo tiempo: y como vosotros habéis oído que el anticristo ha de venir, así también al presente han comenzado a ser muchos anticristos; por lo cual sabemos que es el ultimo tiempo.” (1 Juan II. 18) I. “Hijitos, ya es el ultimo tiempo...” El testimonio de La Palabra de Dios a La Iglesia Cristiana, el testimonio del Un Padre a Sus Hijos. La ultima dispensación divina a los hombres, la dispensación cristiana. La revelación del advenimiento del tiempo final. La Palabra de Dios y su testimonio sin dejar lugar a dudas. Un llamado a la preparación de La Iglesia. Un mensaje de advertencia. Finalmente, la consumación de los tiempos y propósitos de Dios ha comenzado. II. “...y como vosotros habéis oído que el anticristo ha de venir...” La exposición proposicional de La palabra de Dios en su revelación acerca del anticristo. El mensaje cristiano de Dios a su pueblo del advenimiento de un ente contradictor, anticristiano. El tiempo del fin, toda una era caracterizada por los adversarios y las adversidades cristianas. El testimonio acerca de aquella una entidad cuyo único propósito y razón de ser es, contrariar al cristianismo y al mismo Cristo. La advertencia de La Palabra Cristiana Escrita, Inspirada de Dios a su pueblo, la iglesia Cristiana. La Palabra de Dios y su kako-angelio a La Iglesia Cristiana. La profecía acerca del advenimiento del maligno. Un mensaje de advertencia a la iglesia para su preparación espiritual. III. “...así también al presente han comenzado a ser muchos anticristos...” La proliferación de la mala semilla sembrada por el maligno. Una era de conflictos renovados entre el bien y el mal. La respuesta del maligno a las acciones cristianas de salvación para los hombres, por parte de Dios. La manifestación en su real potencial del reino de satanás. La reveladora Palabra de Dios exponiendo la presencia anticristiana entre los hombres. La multiplicación de los males para la Iglesia

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Cristiana. El tiempo en el cual los conflictos externos, serán la principal característica del cristianismo. La prueba de la fe cristiana. IV. “...por lo cual sabemos que es el ultimo tiempo.” Las señales de Dios. El cumplimiento perfecto de toda la profecía divina. La revelación de Dios a los hombres mediante su Palabra escrita a fin de confirmar el termino de la dispensación cristiana, no porque haya de ser remplazada por los adversarios y contradictores; es sencillamente el termino del capitulo del cristianismo que habría de escribirse en la tierra, hay toda una eternidad para desarrollarse en condiciones espirituales. La importancia de las señales divinas a su pueblo, y de que este aprenda a leerlas. La corroboración de La Palabra de Dios acerca del comienzo del fin.

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EX=ODO ESPIRITUAL: APOSTASIA Y ABONDONO DE LA FE CRISTIANA, EL DISCERNIMIENTO JUICIOSO DE DIOS A SU PUEBLO; LA REVELACION EXPOSICIONAL DE LA PALABRA DE DIOS DE LOS ORIGENES ANTICRISTIANOS

“Salieron si fueran nosotros; son todos

de nosotros, mas no eran de nosotros; porque de nosotros, hubieran cierto permanecido con pero salieron para que se manifestase que no (no son) de nosotros.” (1 Juan II. 19)

I. “salieron de nosotros, mas no eran de nosotros…” La Palabra cristiana de Dios y su testimonio acerca de los orígenes anticristianos. La revelación de una extraña relación desarrollada por creyentes e incrédulos. La comunidad cristiana, temporalmente, hasta antes de su manifestación, una comunidad permeada por simuladores y anti-cristos. Un testimonio de cuando todos en la comunidad de fe son cristianos, solo, hasta que dejan de serlo. El valor real, práctico y necesario que tiene el éxodo de los hombres, pues es solo debido a este fenómeno, que se da la definición del verdadero carácter. El valor en, términos reales y prácticos, de La Palabra de Dios (de ahí la importancia de su testimonio), la cual siendo la regla de fe y practica, ejerce su juicio sobre el fenómeno del éxodo en el cristianismo, para concluir con la excomunión de los profanos e infieles. II. “…porque si fueran de nosotros, hubieran ciertamente permanecido con nosotros…” La revelación testimonial de La Palabra de Dios y su justificación del éxodo anticristiano. La racionalidad de La Palabra de Dios y de sus argumentos. La causa primera y última de la apostasía y abandono de la fe cristiana comunitaria, es el extrañamiento humano y su impropiedad, dice La Palabra de Dios. El problema dice Dios, es la falta de permanencia. Es la incapacidad humana para perseverar. Es el abandono del camino de la fe, en aras de la exploración de otras alternativas. Es la negación y enajenamiento cristiano, dando la espalda al salvador. Un testimonio acerca de la ingratitud y del olvido de experiencias gloriosas y salvíficas, por la obra de gracia de Dios. Ciertamente, Dios se olvida del que de El se olvida. La Palabra de Dios y su

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testimonio, es un testimonio salvador, de aquellos renegados.

de

renegación

del

III. “…pero salieron para que se manifestase que no son todos [no son] de nosotros.” La Palabra de Dios dice que el éxodo de algunos de entre su pueblo es obligado. Es propiamente, el testimonio de Dios de carácter revelacional, exponiendo la inconsistencia substancial y espiritual de aquellos en medio de su pueblo. Y la única manera de hacer evidentes estas inconsistencias solo mediante la separación, además de la física, la moral. El testimonio de la palabra de Dios, al respecto de la salida de aquellos algunos, no significa en ninguna manera tristeza o pesar, es, de hecho, la justificación de la razón de ser de La Palabra escrita de Dios, cuyo propósito es revelar, dar a conocer, exponer, declarar anunciar y dar fe del discernimiento judicial de Dios de su pueblo. Ciertamente, la conclusión del testimonio presente de La Palabra de Dios es: “no es de todos los hombres la fe”. La comunidad cristiana debe ejercer esta conciencia a la hora de desarrollar su quehacer evangelistico.

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LA ATRIBUCION DE LAS PROPIEDADES MORALES Y ESPIRITUALES DE DIOS A LA IGLESIA CRISTIANA; LA QUE VIVIENDO EN CONSAGRACION Y PLENA COMUNION CON LA DIVINIDAD, SE ENCUENTRA EN ESTADO DE CONCIENCIA PLENA “Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.” (1 Juan II. 20) I. “Mas vosotros tenéis la unción del santo…” La Palabra de Dios y su testimonio revelacional del carácter sacro del cristianismo. La acción consagratoria de Dios, de entre los hombres constituir su pueblo. La infusión de las propiedades morales de Dios al pueblo cristiano. El carácter exclusivo del cristianismo, como familia de Dios. La relación Dioshombre, revelando la conferencia de las propiedades morales y espirituales de Dios a la comunidad cristiana. La declaratoria de La Palabra autoritativa de Dios, exponiendo las atribuciones divinas a la comunidad cristiana. Dios, El fundamento del carácter santo de la Iglesia Cristiana. Iniciativas y acciones confirmatorias de La Palabra de Dios, certificando legalmente el carácter de La Iglesia Cristiana, como depositaria y receptora de las propiedades morales y espirituales de La Deidad. II. “…y conocéis todas las cosas.” La omnisciencia de La Iglesia Cristiana. La conciencia de La Iglesia a Dios, un conocimiento que justifica perfectamente la razón, el testimonio divino mediante su Palabra Escrita. La estancia y permanencia de la condición cristiana fundamentada en Dios, la causa del absoluto conocimiento de La Iglesia. El goce del carácter consagrado de La Iglesia como Pueblo de Dios, atestiguado por el ungimiento espiritual divino, resulta en su aprobación racional, moral y espiritual. La revelación del carácter de Luz del Pueblo de Dios. La comunidad cristiana, conformada por hombres que han experimentado el gran despertar a la plena conciencia de Dios, para el desarrollo de la vida espiritual. Las bondades del estado permanente de La Iglesia Cristiana en comunión armónica con La Deidad. Vivir en Dios es, vivir en estado de sabiduría plena.

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EL TESTIMONIO DE LA PALABRA ESCRITA INSPIRADA DE DIOS, DE SUYO, EL TESTIMONIO DE VERDAD A LA FAMILIA DE LA DEIDAD, LA REVELACION DE SU PUREZA E INCORRUPTIBILIDAD “No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino como a los que la conocéis, y que ninguna mentira es de la verdad.” (1 Juan II. 21) I. “No os he escrito como si ignoraseis la verdad…” La Palabra de Dios y su testimonio crediticio acerca de la naturaleza y carácter cristiano familiar a la divinidad. El carácter veraz de La Palabra escrita de Dios, un testimonio correspondiente con la condición de La Iglesia Cristiana como su Pueblo. La revelación exposicional de La Palabra Escrita y sus vínculos con sus lectores cristianos, compartiendo las mismas propiedades y virtudes morales. El más profundo de los reconocimientos por parte de Dios a su pueblo, mediante su Palabra Escrita, acerca del estado de conciencia plena, como mayor virtud, y principal característica en común. II. “…sino como a los que la conocéis…” El testimonio escrito del Dios Cristiano a su pueblo. Una exposición personal de la verdad. El testimonio de La Deidad. El un testimonio espiritual a la iglesia Cristiana como pueblo de Dios, a través de instrumentos mediáticos humanos. La articulación de lo divino e indecible, en declaraciones doctrinales mediante el lenguaje humano escrito. La certificación escrita de la conciencia humana del Dios cristiano. La exposición de aquella comunión que por espiritual, va mas allá de la comprensión meramente humana. El testimonio del dialogo de carácter y naturaleza espiritual entre Dios y su familia, por medios humanos. III. “…y que ninguna mentira es de la verdad.” Un testimonio rebosante de integridad, perfección y pureza. La perfecta santidad de La Deidad. La mentira existente, en ninguna manera tiene su fuente u origen en La Deidad. La revelación de Dios le expone en toda su perfecta pureza. Hoy, la Iglesia cristiana, como pueblo de Dios conoce a perfección la inmaculada pureza divina. Es, la verdad, el fundamento del dialogo entre Dios y La Iglesia. Dios y su pueblo comulgan en el

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orden de conciencia pleno, y distinguiendo cabalmente la mentira de la verdad. La veracidad, es el tema, en el dialogo cotidiano celebrado entre Dios y su pueblo. Es asĂ­, como en la familia de Dios, la vida se desarrolla dando culto a Dios y honrando sus mas altos y dignĂ­simos valores. La Palabra Escrita Inspirada de Dios, el fundamento para la separaciĂłn moral del pueblo de Dios y el mundo, de la Iglesia Cristiana y los antixristos.

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LA REVELACIÓN DE LA MALDAD EN SU NUEVA MODALIDAD, EL ANTICRISTO; LA CONCLUSIÓN JURÍDICA DE LA PALABRA DE DIOS, CRISTO EL NUEVO LEGISTA DE LA DEIDAD “¿Quien es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es anticristo, que niega al Padre y al Hijo.” (1 Juan II. 22) I. “Quien es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo?” La Palabra Cristiana escrita, Inspirada de Dios, y su carácter autoritativo. La puesta en vigor de la ley cristiana. La regulación de la integridad humana. Cristo el regulador de la vida de los hombres, en su conducta, acciones, convicciones y creencias. Cristo, el nuevo legista de la Deidad. Dios y la revelación de su determinación de juzgar a los hombres a través del criterio cristiano. En la dispensación cristiana, el carácter maligno y la naturaleza pecaminosa de los hombres, se reduce a su rechazo del Cristo de Dios. El juicio y condenación de los hombres tiene como sustento su negativa cristiana. Así, La Palabra de Dios da a conocer la cristocentricidad para efectos del destino presente y eterno de los hombres. Toda la vida humana se ve afectada o positiva y/o negativamente, a partir de su relación con el Cristo. II. “Este tal es anticristo, que niega al Padre y al Hijo.” El nacimiento de la nueva figura del mal. La contradicción y adversidad a la doctrina cristiana de Dios. La completa negación de la Deidad y su Paternidad. Una figura en solitario, que se autoproclama Dios. La revelación del anti-xristos. La instauración de una nueva figura a fin de personalizar el pecado humano, la figura anticristiana. El cosmouniverso creado por Dios ha visto la transición del sistema de vida humano, de su constitución originalmente buena, hasta su total y absoluta contradicción a su Creador y Dios; pasando por la rebeldía y alienación a su Xristos. El testimonio de la Palabra de Dios transita de la consignación del pecador, a su penalización. En la era cristiana, el anticristo es la encarnación de satanás. El nuevo modalismo del mal.

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LA PALABRA VIVIENTE DE DIOS, CRISTO, REGENTE DE LA FE Y PRÁCTICA DE LA VIDA HUMANA, EL JUEZ DE TODOS LOS HOMBRES, PREDESTINADOR DEL EXISTIR ETERNO DEL GÉNERO DE LOS HOMBRES “Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre.” (1 Juan II. 23) I. “Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre.” La revelación de La Palabra de Dios acerca de la coexistencialidad familiar de La deidad. La unicidad de La Deidad presente en Las Personas Del Hijo y Del Padre. El carácter inalienable Del Padre y Del Hijo. La doctrina teológica de La Palabra de Dios. La regla de fe y práctica para los hombres. Las consecuencias de la desobediencia a La Palabra de Dios como regla de vida. No existe vida pía, sin Cristo. No hay existir en Dios, sin Cristo. Cristo, El Camino, y La Verdad y La Vida. Nadie viene al Padre sino por El. La Palabra Viviente de Dios, Cristo, regente de la fe y práctica de vida humana. La revelación de la perfecta y absoluta consubstancialidad y coexistencialidad divina, no hay forma de desvincular el teísmo del cristianismo. Por tanto, el anticristo es la encarnación del protoenemigo de Dios. Todo el que niega al Xristos de Dios, es simiente de la serpiente, el Diablo.

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EL CRISTIANISMO: TODO UN SISTEMA DE VIDA FUNDAMENTADO EN LA DEIDAD, NORMADO POR LA PALABRA DE DIOS; EL EVANGELIO CRISTIANO ETERNO “Pues lo que habéis oído desde el principio, sea permane(cie)nte en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio fuere permane(cie)nte en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.” (1 Juan II. 24) I. “Pues lo que habéis oído desde el principio, sea permane(cie)nte en vosotros.” La vocación cristiana de Dios a los hombres. La proclamación del evangelio cristiano. La comunicación de la realidad de vida espiritual eterna a la humanidad. Un testimonio substancialmente consistente. El carácter inmutable de La Palabra eterna de Dios. Absolutamente confiable como fundamento de vida. La exhortación cristiana de Dios a su pueblo a basar su existir en el sistema evangélico de Su Palabra. El carácter señorial cristiano. Su acreditación como normalista de su iglesia. Una palabra digna de ser recibida por todos. Además, es la condición establecida por Dios. El llamado a afirmar la vida en Dios. El sistema doctrinal de La Palabra escrita Inspirada de Dios, veraz y confiable. El llamamiento divino a su pueblo a convertirse en depositario de su testimonio evangélico. La iglesia cristiana y su consagración como santuario de la divinidad. El cristianismo, un sistema de vida en existencial comunión armónica con La deidad. La razón de la predicación de todo el consejo de La Palabra escrita de Dios a la iglesia. II. “Si lo que habéis oído desde el principio fuere permane(cie)nte en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en El Padre.” Una exposición de las condiciones dadas para que la iglesia albergue a La Deidad. La obediencia es una condición indispensable. La perseverancia debe caracterizar la vida cristiana. En momentos se demandara la defensa de la fe. Finalmente la fe cristiana es una fe viva. Es el testimonio del cristianismo de Dios. Es la mayor evidencia de la condescendencia y con-vivencia divina con el hombre. Es la revelación de una nueva era y una nueva dispensación de la voluntad de Dios y sus

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propósitos. La era cristiana donde Dios hace del hombre su tabernáculo. Donde las relaciones Dios-hombre, antes caracterizadas por su mecanicidad y materialismo bajo el régimen religioso, son ahora bajo el cristianismo, remplazadas por la comunión personal y espiritual. El testimonio de la instauración del reino soberano de Dios en el ser humano, la persona de los hombres cristianos. Por lo tanto, la relación Dios-cristiano, sigue siendo claramente una relación fundamentada principalmente en las voluntades. Dios revelando las condiciones necesarias y el hombre abrazándolas en un acto de obediente fe.

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COM-PROMISO CRISTIANO: UNA LECTURA EXPOSICIONAL DEL TESTAMENTO CRISTIANO A LA IGLESIA, REVELANDO LA CONSISTENCIA Y DIMENSION DE LA HERENCIA PROMETIDA “Y esta es la promesa, la cual el nos prometió, la vida eterna.” (1 Juan II. 25) I. “Y esta es la promesa, la cual el nos prometió…” La palabra de Dios y su revelación expositiva del testamento cristiano a la Iglesia. Una acción indicativa del compromiso cristiano con su pueblo. El cristianismo y su carácter propositivo y comprometido con los hombres. La Palabra de Dios, contenedora del testimonial cristiano acerca de sus dones a los hombres de fe. El testimonio de la fe cristiana. Las aspiraciones de la Iglesia. El fundamento de la vida del pueblo de Dios. La comunión de la iglesia con Cristo. Una relación con promesa. El reino cristiano de Dios entre los hombres. El testimonio de cuando se tiene el carácter y la naturaleza para servir, sin la politización de una relación. El bien decir y el bien hacer el cual no depende de la mendicación de las posiciones de privilegio. Cristo y su compromiso con la iglesia va mas allá del condicionamiento posicional: si me eligen… si me entronan… si me nombran… si llegare a ser. II. “…la vida eterna.” La mención de palabras no mágicas, si potenciales; el testimonio, propiamente hablando, de La Palabra Cristiana de Dios. Su mensaje, toda una revelación para los mortales hombres. El carácter natural y esencial del evangelio cristiano. La reivindicación de la vida humana, como que es esta reivindicación, posible. Mientras que la vida del genero humano transcurre en afanes existenciales, procurando, desde adquirir la posición de mayor privilegio, hasta la satisfacción de las necesidades muy, muy elementales; Cristo aparece en escena para ofrecerle al hombre la perpetuación de su vida hasta la eternidad (Sin embargo, la vida eterna como tal, con todo y su atractivo natural; no pareciera la mejor solución para la problemática humana, si se considera que esta eternización del hombre incluyera, todas sus limitaciones tenenciales, sus debilidades humanas y todos su conflictos propios de la corrupción moral de

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su genero. Por ello la vida eterna, adem谩s incluye, calidad de vida moral y espiritual, traducida como glorificaci贸n). Es, por tanto, Cristo, el hombre que promete cambiar toda la historia de los de su genero. Tal promesa implica contar con los medios necesarios y suficientes para cubrir la deuda del hombre, como la causa de su pena mortal. Tal es la herencia prometida de Cristo a la Iglesia.

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LA REVELACION DEL MAL: EL EJERCICIO MINISTERIAL CRISTIANO DE LA PROCLAMACION DE LA PALABRA DE DIOS, COMO ACCIONES PROTECTORAS HACIA LA IGLESIA CRISTIANA “Os he escrito esto sobre los que os engañan.” (1 Juan II. 26) La exposición revelacional de aquellos mentirosos, fraudulentos y engañadores, los anti-xristos; el ministerio en activo de La Palabra cristiana Viviente de Dios a la Iglesia. Las acciones divinas, preservadoras de la integridad espiritual del pueblo de Dios. El testimonio del quehacer divino procurador del bien estar y el bien vivir de su pueblo. Las tentativas y acciones del mal hacia el pueblo de Dios son reales. El diablo, como león rugiente, anda alrededor, buscando a quien devorar. El peligro real del mal, así como la naturaleza escrita de la Palabra de Dios, exigen a la iglesia cristiana su meditación. En cierta medida, las iniciativas preventivas, protectoras y correctivas de Dios, comienzan con la concientización de su pueblo, por medio de la proclamación de su Palabra. Es decir, sin negar las acciones espirituales divinas, es necesario el quehacer responsable de su pueblo, por cuanto Dios da margen para las acciones cristianas.

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LA IGLESIA CRISTIANA, EL NUEVO HOMBRE ESPIRITUAL, CREADO A IMÁGEN Y SEMEJANZA DE CRISTO, GUIADA A TODA LA VERDAD POR EL ESPÍRITU DE DIOS, EL FUNDAMENTO DOCTRINAL PARA LA PERSEVERANCIA DE TODOS LOS SANTOS “Pero la unción que vosotros habéis recibido de el, mora en vosotros, y no tenéis necesidad que ninguno os ensene; mas como la unción misma os ensena de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha ensenado, perseverareis en el.” (1 Juan II. 27) I. “pero la unción que vosotros habéis recibido de El, mora en vosotros…” La conferencia e infusión de la naturaleza y carácter espiritual de Dios a la Iglesia Cristiana. La confirmación de la unción al pueblo de la fe cristiana, la acción testimonial de La Palabra Escrita de Dios. La unción espiritual, un acto del pasado, con efectos presentes, futuros y eternos. La unción y su profundo testimonial electivo. Dios y su reclamo paterno a la iglesia cristiana, como su familia por adopción. El reconocimiento del santuario cristiano como propiedad divina. El testimonio de Dios mediante su palabra escrita, autenticando la genuinidad, como obra suya, del ungimiento de la iglesia cristiana. II. “…y no tenéis necesidad que ninguno os ensene…” El valor real para la iglesia, en términos prácticos, de la obra desarrollada por Dios en ella, mediante su ungimiento. En el Reino de Dios; donde la conciencia de La Deidad determina la calidad de vida humana, así como su destino eterno; solo La Deidad esta en la entera facultad, para infundir en los hombres la naturaleza y el carácter necesarios; así, esferas de vida extrañas y ajenas completamente al Reino de Dios no podrán nunca, ni siquiera, educar a la familia de Dios en lo que toca a los valores del reino. El reino humano y sus sistemas de vida, con todo y sus estructuras, solo puede forman ciudadanos del reino humano. III. “…mas como la unción misma os ensena todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira…” El carácter tutorial y magisterial del Espíritu de Dios, el espíritu Santo. Un tutor y un magister, conforme a Dios y su reino; y en conformidad a la demanda de la naturaleza humana. Solo el mundo puede darse el lujo

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para el desperdicio de tiempo y recursos, constituyendo maestros carentes de carácter, moral y autoridad. Solo el mundo incurre en tales actos de contradicción e incongruencia, cuando sus figuras más emblemáticas de formación, educación y ejemplo, son los primeros que vacían de sus autoridades, y vician su entorno con corrupción. IV. “…así como os ha ensenado, perseverareis en El.” La perseverancia de todos los santos en la doctrina espiritual ortodoxa de Dios. La exposición de la verdad a la Iglesia cristiana. La procuración de frutos permanentes, mediante el ejercicio del ministerio correspondiente a la proclamación del Reino de Dios. El testimonio de La Palabra de Dios: La Iglesia cristiana el nuevo hombre espiritual creado a la imagen y semejanza de Cristo; a través de la infusión del espíritu de Dios, que es a la vez, el instrumental de adopción y el tutor y Maestro y fuente de toda verdad; obteniendo como fruto, la perseverancia final de todos los santos. Testimonio y exordio de la Palabra escrita de Dios a la Iglesia.

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LAS ACCIONES DE LA DEIDAD DE CARÁCTER PREVENTIVO, PREPARATORIAS Y PERFECTIVAS HACIA LA IGLESIA CRISTIANA, EN ARAS DE SU REENCUENTRO CON SU SENOR CRISTIANO “Y ahora, hijitos, perseverad en el; para que cuando apareciere, tengamos confianza, y no seamos confundidos de el en su venida.” (1 Juan II. 28) I. “Y ahora, hijitos, perseverad en El…” El sistema de vida cristiano y su fundamento viviente y reinante. El Cristo vivo le da sentido y razón de ser, al llamamiento de La Palabra de Dios a la Iglesia, a la perseverancia. La perseverancia de los santos, no es en ningún otro sentido que en el de su desarrollo de la relación con el Cristo vivo. Solo por implicación, la perseverancia de los santos en la fe, incluirá enfrentar todo tipo de ataques que atenten contra su profesión de fe. Dios se asegura de entregar la revelación necesaria a su pueblo, al enfocar los fundamentos doctrinales, a fin de guiarle en el ejercicio de su vida. Es un verdadero desafío a la fe, incluso para la Iglesia Cristiana, el llamado de Dios a la confirmación de su profesión en Cristo. Demanda mantener sus aspiraciones en el mas alto de los niveles espirituales, El Cristo Reinante. La exhortación de Dios El Padre a sus Hijos. Por ello el cristianismo se confirma como un sistema de vida fundado sobre la fe, la fe cristiana, la fe en el Cristo viviente y reinante. II. “…para que cuando apareciere, tengamos confianza…” La Palabra de Dios y su revelación doctrinal de la visitación cristiana a la Iglesia. El sistema de vida cristiano, soporta la bivalencia doctrinal que armoniza la realidad del Cristo espiritual, presente en la iglesia militante, con la proclama futurista acerca de su visitación personal a su pueblo, en el cumplimiento del tiempo de Dios. La Palabra de Dios, también da a conocer que la experiencia plena de la iglesia con su señor cristiano a su regreso, depende absoluta y totalmente de la optimización de la relación espiritual con el Cristo espiritual en la realidad presente. Es el consejo supremo de La Palabra de Dios. Es el quehacer responsable divino, en la preparación de su pueblo para

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el rencuentro con su Señor glorioso. Una palabra digna de ser recibida por los hombres de la fe cristiana. III. “…y no seamos confundidos de El en su venida.” El testimonial de Dios al pueblo cristiano para prevención y perfeccionamiento. El Señor cristiano, regresa señorial y glorioso, en toda autoridad, de carácter soberano. La Palabra de Dios y su naturaleza evangélica se ve fortalecida por todo el paternal consejo que como Padre, La Deidad administra a su familia. Para la comunidad de fe, la Iglesia Cristiana, es de vital importancia seguir las instrucciones, si comprende las consecuencias de la irresponsabilidad y el descuido, además de la desobediencia. Si la Iglesia Cristiana debe mostrar expectación, es en torno a su rencuentro con su señor y Dios. Si el pueblo cristiano debe mostrar algún afán, es en torno a su continua preparación hasta el perfeccionamiento a la venida de Cristo. Si la iglesia debe temerle a alguien es al Dios vivo y verdadero airado.

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LA PALABRA DE DIOS: CODIGO DE INSTRUCCIÓN JURIDICA A LA IGLESIA CRISTIANA; CRISTO, LA LEY VIVIENTE DE LA DEIDAD Y LA REVELACION DEL NUEVO SISTEMA LEGISLATIVO, QUE LEGITIMA AL CRISTIANISMO Y SU FILIACION CON LA DIVINIDAD, MEDIANTE HECHOS JUSTAMENTE PROBADOS “Si sabéis que el es justo, sabed también que cualquiera que hace justicia, es nacido de el.” (1 Juan II. 29) I. “Si sabéis que El es justo…” La inquisición divina al creyente cristiano, acerca de su experiencia personal con el Cristo viviente y reinante. La prosecución del fruto de la fe, una conciencia cristiana plena. De Dios, la revelación verbal y plenaria, exponiendo la plenipotencialidad moral del Cristo. La revelación de La Palabra de Dios, de carácter jurídico, declarando la única y toda suficiente regla en materia de justicia y justeza conforme al sistema legal del reino de Dios. La materia jurídica debe su origen a Dios. El Legista de La Deidad, de hecho y de derecho es Cristo. La exposición instructiva de la moralidad, la perfección, la justicia y la suprema autoridad, de La Palabra de Dios, personificadas en el Cristo vivo y reinante. II. “…sabed también que cualquiera que hace justicia, es nacido de El.” La legislación cristiana. Acciones justificativas del cristianismo. Frutos de justicia, la otra forma de identificar a la familia cristiana de Dios. Instrucción doctrinal de Dios a su pueblo. La doctrina cristiana del derecho y la justicia, la justicia y el derecho. Acerca de la justicia divina, por su sustento en Dios, su Cristo y Su reino, una vez que esta se ve satisfecha por los hombres, la conclusión legal de La Palabra, sentencia la filiación del hombre con el justo de Dios, Su Cristo. Justicia y Derecho, el sello legal del cristianismo. Actos de definición del carácter, naturaleza y de la personalidad misma de los hombres, propios de Dios, mediante Su Palabra escrita. El verdadero valor de los hechos, cuando estos son valorados por las leyes divinas. En cada practicante de la justicia divina, se encuentra un Hijo cristiano de Dios.

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LA IGLESIA CRISTIANA, FRUTO DEL AMOR DE DIOS: LA INCORPORACION DE LOS HOMBRES A LA FAMILIA DE LA DEIDAD Y A LA PLENA COMUNION CON DIOS EL PADRE, ROMPIENDO LOS LAZOS FILIALES Y AFECTIVOS CON EL MUNDO. “Mirad cual amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a El.” (1 Juan III. 1) I. “Mirad cual amor nos ha dado El Padre...” El testimonio expositivo y revelacional del amor paterno de Dios. El testimonio de la Palabra de Dios a la familia de La Deidad. La exhortación a la iglesia cristiana a la valoración del amor, que Dios como Padre ha prodigado. El don de Dios más grande y perfecto a los hombres. Todo lo bueno que ocurre a la vida de los hombres y en especial a la Iglesia Cristiana procede de Dios. Es la lección de Dios acerca del Su amor a los hombres. La gloriosa exposición ilustrativa del amor de Dios, para enriquecimiento y bendición de su familia. El amor, como experiencia de vida humana del cristianismo, necesariamente tiene su origen en Dios. El amor y su dimension espiritual. El amor y su sublime divinidad. II. “...que seamos llamados hijos de Dios...” El fruto del amor divino, la filiación cristiana con La Deidad. La activa dinámica del amor de Dios. No es un sentimiento, solo, ni una emoción, solo, ni una sensación. El amor, es Dios mismo, a través del Hijo, in-corporando a los cristianos a su familia. El amor, Dios en Cristo, cumple el proceso mas glorioso en la persona de sus criaturas, mediante manifestarse a ellas, hallándolas en las condiciones mas impuras, grotescamente deformadas por el pecado, con solo vestigios físicos de su diseño original, pues hasta este ha sido en algunos casos distorsionado dramáticamente, para; regenerarles, restaurarles, redimirles, libertarles, renovarles transformarles, salvarles y adoptarles como sus Hijos. La reivindicación humana mediante el amor cristiano de Dios, para sublimarles hasta la más excelsa gloria. De la muerte a la vida espiritual eterna en familia de La deidad.

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III. “...por esto el mundo no nos conoce...” El “desconocimiento” al cristiano por parte del mundo, mas que un acto racional, tiene su fundamento en la mas profunda desafiliación “biológica”. Lo que significa que cada uno de los Hijos de Dios, ha experimentado la ruptura de sus lazos afectivos y familiares con el sistema de vida terreno. La obra cristiana de Dios en la comunidad de fe. Todo sistema de vida meramente humano, es entrañable e impropio al sistema de vida espiritual. La obra cristiana de Dios, efectúa el enajenamiento del cristianismo del sistema de vida mundano. La justificación de La Palabra de Dios a las causas de la extrañeza con que el mundo asume la presencia del pueblo de Dios en medio suyo. Las diferencias entre el mundo y la iglesia cristiana, no son de carácter cognitivo e intelectuales; son más bien de carácter substancial y esencial, como las existentes entre el Espíritu y la carne. IV. “...porque no le conoce a El.” Por otro lado, el testimonio del enajenamiento del mundo y su alienación de Dios, como la razón de las diferencias esenciales y substanciales con la Iglesia. La Palabra de Dios da testimonio que para el desarrollo de relaciones cristianas con el mundo, es necesario que el mundo comulgue primero con Dios. Es Dios el predeterminante de las buenas relaciones de los hombres. Todo pacto, trato, convenio, alianza y la sencilla comunión del género humano dejando de lado a su Creador y Dios, es vanidad e ilusión, incluida la Iglesia cristiana. El punto de reunión de los hombres, o es Dios, o no es tal. No es cuestión de ignorancia, o por otro lado, de capacidad intelectual, es un asunto de filiación. La cual no existe entre el mundo y Dios.

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ADOPCIÓN: LA OBRA INICIAL CRISTIANA DE DIOS ENTRE LOS HOMBRES; GLORIFICACIÓN: ELEMENTO FUTURISTA PROPIO DEL CRISTO GLORIFICADO, LA CONSUMACIÓN DE LA FE Y LA TRANSICIÓN HACIA LA PLENITUD DE VIDA ESPIRITUAL ETERNA "Amados, ahora somos Hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como El es" (1 Juan III. 2) I. "Amados, ahora somos Hijos de Dios..." El decreto de legitimación del carácter cristiano como Hijo de Dios. El indicativo de La Palabra Escrita de Dios acerca del glorioso estado y condición cristiano. La declaratoria de La Palabra de Dios, el fundamento para la seguridad de la Iglesia. El reconocimiento responsable de La Deidad de su Paternidad. El testimonio divino del día en que sus iniciativas y acciones triunfaron, y, de la enemistad irreconciliable con los hombres, estos han sido engendrados en su amor; el testimonio de Los Amados de Dios. II. "...y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser..." La "disimulada" gloria del existir presente de los hijos de Dios. Una gloria que por ser inarticulable en lenguaje humano, es indecible. El cristianismo militante, la suprema obra inacabada de Dios. En términos xronos-logicos, a esta obra iniciada por Dios le falta su culminación. El proceso graduado de desarrollo de la perfecta voluntad divina. La revelación de los trabajos presentes y actuales de Dios con la mira de su futura consumación. Expectación, esperanza y fe en Dios, las características de la vida cristiana presente. III. "...pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El..." El fundamento doctrinal del regreso de Cristo a la tierra. También el fundamento escatológico de la fe cristiana. La plenitud de la estatura cristiana prometida. La entrega y recepción de la imagen y semejanza del Cristo Glorioso al cristianismo militante. La doctrina de la glorificación de los creyentes cristianos. La conformación de los hijos adoptivos de Dios al primogénito del Padre. El regreso cristiano, significa pues, la total y perfecta

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reivindicación del género cristiano humano; su regeneración, su transformación, su glorificación. El cumplimiento efectivo y substancial de la salvación prometida, mediante la proclama del evangelio cristiano. IV. "...porque le veremos tal como El es." No es solo imputación, sino la atribución e impartición de las propiedades espirituales del Cristo glorioso a la Iglesia. El verdadero efecto potencial y potenciador de la experiencia gloriosa de la Iglesia con la persona real del Cristo. La gloriosa revelación futurista de la Palabra de Dios al cristianismo. La plena conciencia cristiana, libre de impurezas. El apocalipsis cristiano de Dios. La consumación de la fe, dando paso a todas las hasta ahora, solo imaginables realidades de la vida espiritual eterna. El mensaje de la fe cristiana, de La Palabra de Dios a los hombres, pero sobretodo a la iglesia de Cristo.

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LA CONFORMACION MORAL A LA ESTATURA DEL VARON PERFECTO, EL MINISTERIO EXPIATORIO CRISTIANO, MEDIANTE EL EJERCICIO REPONSABLE DEL SACERDOCIO UNIVERSAL DE CADA CREYENTE; CRISTO: EL IMPERATIVO ETICO CATEGORICO “Y cualquiera que tiene esta esperanza en El, se purifica, como también El es limpio.” (1 Juan III. 3) I. “Y cualquiera que tiene esta esperanza en El, se purifica...” La normalización de la Palabra de Dios del carácter moral de la profesionalización de la fe cristiana. La humanidad cristiana y sus diferencias, cualquiera que estas sean, son validas, siempre y cuando su carácter doctrinal y moral, se ajuste a la normativa cristiana. El exordio de La Palabra de Dios a los creyentes, a la purificación personal y de vida, en el ejercicio autónomo del ministerio sacerdotal cristiano. La ética bíblica para el pueblo de Dios, La Iglesia Cristiana. El testimonio de las obligaciones propias de la fe. La evidencia del cristianismo, como un estilo de vida, convicto por la esperanza. Pero también un estilo de vida puro. La purificación del cristiano, es una acción continua, duradera mientras milita. La faculta que Dios le ha dado al cristiano, es la de consagrar su vida, separándola del sistema carnal mundano, y no la de oficiar como sujeto y objeto, el ritual legal de expiación mediante sacrificios cruentos; la acción dignísima y propia del Cordero Pascual, Cristo. II. “...como también El es limpio.” Cristo el imperativo ético-moral categórico. El modelo cristiano de vida espiritual, moralmente buena, eterna, de Dios a los hombres. La purísima e inmaculada persona de Cristo. La personificación de todo lo moral y puramente bueno. El otro nombre para el Xristos de Dios: Agnus Dei (Limpio-Puro Dios). El testimonio acerca de la conformación de los creyentes a la imagen y semejanza moral-espiritual del Cristo. El principio de la comunión de las propiedades. La justificación de la moralidad y espiritualidad de la obra cristiana de Dios entre los hombres. Solo esencias consubstanciales tienen verdadera comunión. Por ello, Dios continúa operando sus propósitos en la iglesia militante, a fin

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de obtener como resultado, consistente y congruente.

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un

producto

espiritual


LA LEY DE DIOS Y SU CARACTER SUBSTANCIALMENTE MORAL; EL JUICIO A LAS CRIATURAS RACIONALMENTE MORALES, QUIENES, MALDAD, ADQUIEREN EL ESTADO Y CONDICION DE

ESENCIAL Y ACCIONES DE HACEDORAS DE ILEGALIDAD

“CUALQUIERA QUE HACE PECADO, TRASPASA TAMBIEN LA LEY, PUES EL PECADO ES TRANSGRESION DE LA LEY.” (1 Juan III. 4) I. “CUALQUIERA QUE HACE PECADO, TRASPASA TAMBIEN LA LEY...” La declaración de la Palabra de Dios acerca de la condición ilegal de los que cometen todo acto moralmente malo. La revelación de la dimensión de la jurisdicción de la Deidad. Dios es la norma cosmouniversal para todo sistema de vida existente, arriba en los cielos, abajo en la tierra y debajo de la tierra. En lo que se refiere a criaturas racionalmente morales, el caso del genero humano, que se ha distinguido ya, porque a lo largo de su historia ha logrado la implementación de un sistema legal arbitrio, diferenciando entre el hecho y el derecho, incapaz para juzgar las conciencias, “despojando” de toda o buena o mala moralidad a sus acciones; y hasta legislando a favor de practicas humanas anti natura; La Ley de Dios resuena atronadora y sentenciosa. Es la Una Sola Ley de Dios para todo sistema de vida racionalmente moral. II. “...PUES EL PECADO ES TRANSGRESION DE LA LEY.” Cátedra en materia jurídica de Dios a los hombres y a La Iglesia Cristiana. Las iniciativas y esfuerzos generacionales humanos, con el propósito de regular el buen funcionamiento civil en términos sociales, se ha visto frustrado vez tras vez por levantamientos, insurrecciones, detractores y contradictores al sistema. Lo que ha causado un ensanchamiento de los principios éticos y morales para la aplicación de las leyes correspondientes. Por lo que seguramente el hombre tendrá que pagar el precio mas alto, a fin de resarcir los danos ocasionados por su estilo de vida en la ilegalidad. Es por esta ley, vigente y en pleno vigor, que las relaciones de Dios con los hombres son reguladas. Es a través de esta ley, que se califican moralmente las acciones humanas. Es esta la ley que

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tiene bajo maldici贸n y pena de muerte al g茅nero de los hombres.

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EL EVANGELIO CRISTIANO: LA REVELACION DEL CORDERO DE DIOS, PASCUAL, PURO Y SIN MANCHA; SU MINISTERIO EXPIATORIO DE LA CULPA HUMANA, PURIFICADOR, SANTIFICADOR Y CONSAGRADOR DEL PUEBLO DE DIOS, EL EVANGELIO DE LA SALVACION “Y sabéis que El apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en El.” (1 Juan III. 5) I. “Y sabéis que Él apareció para quitar nuestros pecados…” La conciencia cristiana de los hombres. El evangelio del perdón. La obra cristiana de purificación. La santificación del pueblo de Dios. La con-sagra-cion de La Iglesia. El mensaje del evangelio cristiano y su cumplimiento perfecto entre los hombres. La Palabra de Dios y su cometido. La iglesia cristiana, la comunidad de la fe. El cristianismo y su fundamento racional. La declaración de la fe cristiana de La Palabra de Dios. La justificación del adviento cristiano. La definición del ministerio del Cristo de Dios. La llenura y plenitud de los tiempos de la reivindicación del género humano. El termino del capitulo en la historia de vida humana, del comportamiento rebelde, en abierto desafío al Dios Creador. La purificación de la naturaleza inmoral de los hombres. El evangelio del perdón, restauración y salvación. II. “…y no hay pecado en Él.” La potencia moral cristiana. La santidad personificada. El Santo Dios encarnado. La expresión de la perfección existente entre los hombres. La revelación de la perfecta integridad substancial. El hombre de los hombres. La imagen y semejanza humana de Dios. La encarnación de las propiedades divinas. El federalismo cristiano. Todo un nuevo sistema de vida. La solución para la problemática del sistema de vida carnal humano. Un testimonio glorioso. La revelación del singular de Dios. Un testimonio de vida espiritual eterna. Una existencia que es ajena e ignora la muerte. La historia sin fin del cristianismo.

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DECLARATORIA DE LA PALABRA DE DIOS DEFINIENDO LOS DOS SISTEMAS DE VIDA ENCARNADOS POR LOS HOMBRES: 1) EL CRISTIANISMO Y SU JUSTIFICACION, COMO SISTEMA ESPIRITUAL DE VIDA ETERNA; 2) EL HUMANISMO Y SU CORRUPCION, COMO SISTEMA EXISTENCIAL ENAJENADO Y EN COMPLETA ALIENACION DE DIOS “CUALQUIERA QUE PERMANECE EN EL, NO PECA; CUALQUIERA QUE PECA, NO LE HA VISTO, NI LE HA CONOCIDO.” (1 Juan III. 6) I. “Cualquiera que permanece en Él, no peca…” La justificación del cristianismo militante por parte de Dios, mediante su Palabra autoritativa. Cristo, el refugio protector de los hombres pecadores. La suficiencia cristiana para investir a los hombres de santidad y pureza. El testimonio del Cristo viviente. Cristo, El Fundamento activo y dinámico del cristianismo. El cristianismo, un sistema de vida relacional, entre los hombres y su entidad federativa. El cristianismo, un testimonio de la unión hipostática espiritual y humana. El cristianismo, el testimonio de la comunión de las propiedades. Pureza y santidad, el estilo de vida fructífero a partir de la comunión cristiana. Todo un nuevo sistema de vida, con características, propiedades y virtudes autónomas. Todo un nuevo sistema de vida empoderado, integro, perfecto, santo y glorioso. II. “…cualquiera que peca, no le ha visto…” Del sistema de vida terreno, la biografía humana. La descripción del humanismo. El desconocimiento de Dios al humanismo, un hecho legal, mediante La Palabra escrita como su instrumental. El testimonio triste de la mortalidad humana. Un sistema de vida absolutamente debilitado. Imperfecto. El imperio de la corrupción. El reino de la muerte. Transgresor. Inmoral. Ilegal. Inmundo. La historia humana de sumisión hasta la muerte. El sistema de vida humano y su discapacidad espiritual. Inexperto en cuestión de vida espiritual. Sus experiencias mortales lo mantienen en la más completa desolación y oscuridad. El huma-nismo, un ente completamente ciego. Si no es Cristo, no le alcanzara al hombre ningún otro recurso, con el fin de obtener su completa reivindicación y redención. Ni siquiera su completo

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desarrollo humanista. Ni siquiera sus proclamas auto deificas. III. “…ni le ha conocido.” El desconocimiento cristiano al humanismo. La Palabra de Dios ejecutando la acción legal de deslindamiento, desvinculación con el humanismo. Otra forma de mostrar su repudio y rechazo a quienes le repudian y le rechazan. También, acciones purificadoras de Dios, a través de Su Palabra escrita, cumpliendo como propósito el discernimiento de su pueblo, la Iglesia Cristiana. La santidad es el sello de las virtudes que caracterizan al cristianismo. El testimonio de cristo expone en potencia su consistencia interna, pues…”por sus frutos los conoceréis.” En materia gnóstica, Cristo reprueba a los hombres. A pesar de que el género humano sea la cuna de los más grandes racionalistas y filósofos e intelectuales. La materia cristiana es argumento suficiente para descalificar su pretendida competencia. Cristo: poder y sabiduría de Dios.

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LA ÉTICA CRISTIANA BÍBLICA APLICADA: EXHORDIO CRISTIANO AL EJERCICIO DEL DISCERNIMIENTO ENTRE LA VERDAD Y LA MENTIRA, ESGRIMIENDO EL CARÁCTER CRISTIANO COMO REGLA ABSOLUTA DE NATURALEZA, FE Y PRÁCTICA “Hijitos, no os engañe ninguno: el que hace justicia, es justo, como Él también es justo.” (1 Juan III. 7) I. “Hijitos, no os engañe ninguno...” El quehacer paterno de Dios. La salvaguarda de la integridad de su familia. El fraude, la mentira, el engaño y la falsedad, son, reales amenazas del estado y condición cristiano. Son las iniciativas cristianas de Dios, en procuración del bienestar y la bendición de La Iglesia. Las actitudes y acciones intransigentes de Dios con el engaño. El testimonio de Dios a su pueblo parte, de una verdadera realidad, como condición de vida, a la que Él se ha encargado de introducir a La Iglesia. Es deducible el costo generado por tal obra, como acción cristiana, para permitir que las impurezas la echen a perder. El testimonio de Dios a su pueblo de que el engaño en ninguna forma, ni por ningún medio alcanzará justificación ante Él. II. “...el que hace justicia, es justo...” El ejercicio de la justicia como estilo de vida, revela el carácter, el estado personal y la condición moral de los hombres. La ley moral de Dios infundida en la persona humana, regula el comportamiento en activo de los hombres. De tal manera que estos no pueden burlarse a sí mismos. El árbol malo, da malos frutos; el árbol bueno, da buenos frutos. Es el testimonio de La Ley Cristiana. Es Cristo, y su puesta en vigor y pleno funcionamiento, de esta potencia normalista, que, en el caso del cristianismo, lo ha potenciado moral, activa y efectivamente, mediante su constitución y conformación, propiamente, cristiana. Es la máxima ética-moral cristiana. Es el instrumental legal de juicio de La Deidad para con los hombres. Es el discernimiento de las esencias y las substancias a fin de exponer su real y verdadera consistencia. III. “...como Él también es justo.” La indisvinculable cristiandad de los hombres justos. El fruto cristiano entre los hombres. La atribución de las propiedades

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cristianas al pueblo de Dios, el pueblo de la fe. La conformaci贸n substancial, de car谩cter espiritual, de los hombres, a la imagen y semejanza cristiana. La justicia, ya en derecho, ya personificada, sea la materia misma de las leyes, sea las propiedades personales, o de Cristo o de los suyos; tiene su piedra angular en La Deidad, y por recinto, El Reino. La exposici贸n revelacional de Dios, de la Persona de La Justeza y La Justicia. Un ser que lo llena todo. La exposici贸n del reino cristiano de Dios, como un reino de justos y justicia entre los hombres. Un reino congruente y absolutamente consistente. El reino del Justo entre los justificados, justos, practicantes y ejercedores de la justicia.

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LA REVELACION DE LAS POTENCIAS ESPIRITUALES, SU TENSIÓN Y CONFLICTO: 1) EL DIABLO Y SU IMPERIO DE CORRUPCION, INMORAL ENTRE LOS HOMBRES; 2) EL HIJO DE DIOS, Y SU MINISTERIO BIVALENTE: ABOGADO Y REDENTOR DE LOS HOMBRES «El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.”(1 John III: 8) I. “El que practica el pecado, es del Diablo...” la exposición acerca de los orígenes de los males entre los hombres. La revelación diabólica. El imperio de Satanás entre los hombres. La simiente de la serpiente. Una generación humana inmoral. Un sistema viviente lleno de corrupción y pecado. La ley moral autoritativa, de Dios, sentenciando la filiación de los pecadores con Satán. El discernimiento de los hombres, mediante los juicios de La Palabra de Dios, fincando las responsabilidades correspondientes, definiendo las filiaciones criminales. Dios y su revelación acerca de los fenómenos espirituales que afectan la naturaleza y acciones de los hombres. A pesar de ser Él el creador de todo sistema de vida existente arriba en los cielos, abajo en la tierra, y debajo de la tierra, a pesar de que el diablo, en su protogeneración como querubín, es obra suya; el género humano hoy, y desde su primera generación, ha experimentado la doble paternidad la divina y la satánica. El género humano es la suma de la convivencia entre la simiente de la serpiente, y la simiente de la mujer. II. “...porque el Diablo peca desde el principio.” La revelación doctrinal bíblica del mal. La materia demonológica. Acciones ministeriales calumniosas y acusadoras. El supremo ministro de maldad. El mal personificado. Las atribuciones inmorales activas del mal. La contrasubstancia y contraescencia de Dios. El adversario de La Deidad. La impureza, desintegridad y corrupción en un solo ser. El padre de mentira. El progenitor de todo pecado. El emperador de la corrupción. El testimonio exponencial de La Palabra de Dios, de la gloriosa autoridad y suprema excelencia de La Deidad, dejando convicto de pecado a su adversario el Diablo. El juicio divino contra Satanás. Un juicio

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inflexible, justo, pleno de moralidad, el testimonio de La deidad. III. “Para esto apareció el Hijo de Dios...” La necesidad obligada de su persona y ministerio. La revelación manifiesta del filis dei. Por extensión, la revelación de la paternidad efectiva de Dios. La definición de La Naturaleza y Propósito del Hijo. La justificación de su revelación. La certificación de la genuinidad filial. El Hijo de Dios y su reclamo ministerial. El apocalipsis de La Deidad. La causa del Hijo. La revelación de La Familiaridad de La Deidad. El surgimiento del concepto de familia a partir de Dios. Un nuevo sistema relacional y de comulgación. La comunión plena basada en propiedades coiguales. Una relación consubstancial, coesencial y coexistencial. El caso único de la familia de Dios, expuesto a una sociedad preminentemente familiar, pero que jamás logró la profundización y optimización plena de su comunión y relación y afectos. IV. “...para deshacer las obras del Diablo.” Potencias morales espirituales antagónicas. El conflicto espiritual de los siglos. La lucha entre el bien y el mal. La batalla del Hijo de Dios contra el Diablo del tipo de erradicación. El ministerio divino del orden legal, ético-moral, espiritual y redentor. En la persona y ministerio del Hijo de Dios, el hombre experimenta el descargo de sus pecados cometidos. El ministerio cristiano litigante en favor de los hombres y contra el Diablo, ante Dios, no consiste en la negación de las acusaciones hechas por el maligno sobre estos, sino en la aceptación de las culpas, en el entendido de que es Él el que se en-carga de la culpa y la pena a la culpa, que es la muerte. Se escribe así el capítulo de la redención humana. Pero también de la derrota del Diablo.

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EL REGÉNESIS DE LA DEIDAD: CRIATURAS ESPIRITUALES HUMANAS, EXPRESIVAS DEL REINO DE DIOS, COMO SISTEMA DE VIDA; UN ESTILO DE VIDA GLORIOSO, REINANTE E IMPERIAL. “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.” (1 Juan III. 9) I. “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado…” El estilo de vida moralmente santo de los Hijos de Dios. El testimonio de carácter espiritual de La Palabra de Dios, el testimonio de La Deidad y su Generación. El Dios de los espíritus y de toda carne. Dios como Padre de una humanidad espiritual. Todo un sistema de vida diferente, nuevo, glorioso. Un sistema de vida espiritual, natural. Un estilo de vida caracterizado por propiedades y virtudes de atribución divina, libre de experiencias mortales, pues éstas como parte de vida humana, han tenido su origen en el pecado. La nacencia del hombre como obra de la divinidad, es la única solución, en respuesta al clamor humano, el cual, demanda agónicamente, una existencia libre de toda penalidad y muerte. Mientras el género humano, corrupto, no puede darle sentido a sus demandas de equidad, paz, ni tampoco de prosperidad y realización. II. “…porque la simiente de Dios permanece en Él…” La comunión de las propiedades. El santuario humano de La Deidad. El reclamo paterno de Dios a sus hijos hombres, traducido en una existencia sacra (en consagración), santa. La presencia divina en sus hijos hombres, de carácter activo. La infusión de la existencia espiritual, eterna, moralmente perfecta, de Dios a sus hijos hombres. El testimonio de La Palabra de Dios, acerca de aquel sistema de vida espiritual humano, empoderado por la Deidad viviente, sustentado, y nutrido directamente por ella. Concluyendo en un estilo de vida relacional, que solo es posible entre vivientes. Pues, antes que el hombre, Dios es, y vive, y su testimonio es sin igual glorioso. III. “…y no puede pecar…” El testimonio antitético a la vida humana. La vida de los Hijos de Dios. El género

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humano, no puede perfectar, término inexistente en su lenguaje. Los Hijos de Dios no pueden pecar. La revelación del nuevo género humano bajo la absoluta y perfecta soberanía divina. Vidas bajo el régimen de Dios. El Reino Cristiano de Dios entre los hombres. El poder natural de los hijos de Dios. En el conflicto humano de los hijos de Dios con el pecado, es la gloriosa victoria la que caracteriza su diario existir. El testimonio de la liberación de la ley del pecado y de la muerte. Un sistema de vida glorioso, poderoso, autoritativo. Un sistema viviente, reinante e imperial. IV. “…porque es nacido de Dios.” La justificación de la vida de la familia de Dios, y de las causas de su gloria. El regénesis humano. La vida como producto divino. La fructicidad de La Deidad. La más reciente obra creativa de Dios. El testimonio de La Palabra de Dios a las conciencias acerca de la suficiencia de Dios como argumento para la potenciación perfecta del existir. La necesidad humana de una revaluación de la persona, naturaleza, carácter y acciones de La Deidad. Pues de Dios no puede proceder la más mínima impureza. Dios, mediante su Palabra escrita, regula toda pretensión de sus criaturas, cuando éstas presumen su origen en Él, pero su vida y acciones no sustentan sus palabras. Es una palabra autoritativa y normativa de las religiones humanas, así como de toda forma de doctrina y sistema de vida.

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LA MÁXIMA JURÍDICA Y LA OMNIPOTENCIA MORAL, INSTRUMENTALES DEL JUICIO DE DIOS SOBRE LOS SISTEMAS DE VIDA HUMANOS, QUE DETERMINAN LA GENUINIDAD DE LOS HOMBRES, O COMO HIJOS DE LA DEIDAD Y/O, COMO HIJOS DEL DIABLO “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.” (1 Juan III. 10) I. “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del Diablo…” La revelación de la familia de Dios y la familia del Diablo. Dos sistemas vivientes reales. Dos estilos de vida personalizados. Dos imperios. Dos reinos. Dos sistemas de vida espirituales. Dos sistemas de vida moralmente clasificables. Seres vivientes racionales. Testimonio exponencial del Creador y sus criaturas […]. El bien y el mal. La vida y la muerte. La verdad y la mentira. Experiencias de vida muy humanas. Una descripción del sistema de vida de los hombres. Dos perfiles de vida, aunque a veces, débilmente definidos, pero encarnados en los hombres. Los hijos de Dios y los hijos del Diablo, expuestos mediante las características morales de vida propias. II. “…todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios” La máxima jurídica y la omnipotencia moral, instrumentos legales del juicio de Dios. Dios, El Un Juez Justo. El perfil negativo de un sistema de vida humano, como hijo de Dios. La familia del mal. Un sistema viviente que tiene por base y fundamento, la injusticia y el desamor. Así, mientras que los racionalistas del sistema de vida humano descalifican a Dios y su Reino, Dios les desconoce como afines. Todavía, los hombres viven cuestionando el juicio divino y si este es real. Las condiciones de vida actuales del género humano en sociedad, son la mejor evidencia de su desapego, enajenamiento y alienación de Dios. Una sociedad que actualmente ya está experimentando todo el peso de la ley divina. El testimonio de Dios, de suyo, acerca de la justicia y el amor, como propiedades y virtudes extensivas a su familia.

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LA MORALIDAD DE LA LEY DE LA DEIDAD, FUNDAMENTO Y NORMA DE VIDA HUMANA EN EL EJERCICIO DE SUS RELACIONES INTERPERSONALES, EN EL MARCO DEL REINO DE DIOS; EL TESTIMONIO DE LA PALABRA ETERNA “Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.” (1 Juan III. 11) I. “porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio…” La Palabra cristiana, escrita, inspirada de Dios y su carácter consistente, así como su unidad interna. Una Palabra Eterna, con un mensaje eterno. Como Palabra de Dios plenamente autoritativa, absolutamente proposicional. El testimonio de los esfuerzos divinos, y la fructificación de estos, en la procuración del establecimiento del diálogo con los hombres. La eternidad de Dios y la transitoriedad generacional humana, revelando que la perpetuación biológica, se ha convertido en el medio por excelencia a través del cual, los hombres mortales han recibido la optimización de vida para comparecer a su cita con su creador, en la persona de sus descendientes. II. “…Que nos amemos unos a otros.” La ley del amor. La ley de Dios a los hombres. La moralidad de la ley divina. La perfecta comunión armónica entre la justicia y la ley a fin de realizar plenamente la vida, humana y cada una de sus experiencias interpersonales. La norma y fundamento de vida para el género humano. La base de las relaciones humanas. Todo un sistema de vida. La voluntad divina. Un estilo de vida del cual, la ley soberana del Reino de Dios dicta su preminencia. Es el testimonio del Reino de Dios. El testimonio de las propiedades bondadosas, características y virtudes del estilo de vida diseñado por Dios, para criaturas racionales y morales. La revelación divina, no deja lugar para que el hombre asuma de manera optativa su mensaje. Y como ley, su palabra entregada se cumplirá, haciendo que los hombres cosechen el fruto de su, o responsabilidad o irresponsabilidad moral. El amor es un mandato, no un don o una opción.

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PROCESO JURÍDICO Y MORAL AL CASO DEL PRIMER FRATRICIDIO HUMANO: EL GÉNERO HUMANO, LA SUMA DE LAS DESCENDENCIAS DEL DIABLO VS LA DEIDAD; SIMIENTES EN PERPETUO CONFLICTO, EL CONFLICTO ENTRE POTENCIAS MORALES, EL BIEN Y EL MAL. “No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.” (1 Juan III. 12) I. “No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano.” La Palabra de Dios y su revelación de la primera generación humana, experimentando su carácter mortal. El origen pues, del sistema de vida humano como un sistema criminal y homicida. Un sistema de vida que acondiciona sus cimientos sobre el pecado, el crimen y todo tipo de transgresión a las disposiciones de La Deidad. El testimonio de Dios a los hombres del primer caso criminal, a través del cual estos profanan las relaciones interpersonales y renuncian a la fraternidad. En el ejercicio de la vida humana, y en lo que toca a las relaciones interpersonales, la evidencia expuesta por Dios a los mismos hombres, no deja lugar a dudas acerca de las acciones criminales de estos, matando todo lo bueno. Así, mientras que Dios crea la vida, el maligno la destruye. Mientras que Dios es el origen de todo lo bueno, el Diablo es la causa de todo lo malo. Una vez más, Dios da fiel testimonio del impacto de las potencias espirituales en la vida humana, para bien y para mal. II. “¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas…” La única forma de comprender la criminalidad como experiencia de vida humana, es enfocando la naturaleza y carácter de los hombres. Dios revela, que el género humano en sociedad, es la suma de la descendencia del Diablo y su propia descendencia. A partir de los orígenes humanos, su con-vivencia, solo ha favorecido la exposición y expresión de sus contradicciones y adversidades. No son los hijos de Dios los que matan, y asumen como estilo de vida la sistemática transgresión de la voluntad divina paterna. Por el contrario, son los malos, los hijos del Diablo. Así, Dios da testimonio, de dos potencias encarnadas en los hombres, en perpetuo conflicto. El Reino de Dios y

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el reino del Diablo. La familia de Dios, la familia del Diablo. El género humano, bajo las condiciones dadas, garantiza que su experiencia incluirá la vida y la muerte. Sin importar las formas, ni los cuándos, ni los por qué, el hombre seguirá muriendo, para que otros sigan viviendo. III. “…y las de su hermano justas.” La Palabra de Dios y su juicio moral a criaturas racionalmente morales. La testificación de Dios en el caso de homicidio, el primero en su clase entre los hombres. Un caso de homicidio en el cual, el breve proceso finaliza con el rechazo, repudio y condena del criminal, así como con la justificación de la inocente víctima. El testimonio de la justa justicia del Un Juez Justo, La Deidad. Un testimonio que demuestra la satisfacción del pecado humano en los de su propio género. Un testimonio de como los hombres en sus afanes y ansias de vida, no escatimarán la existencia del hermano paras saciar la propia. No puede ser jamás de otra manera. Este caso sentaría precedentes hasta convertirse en un anuncio profético, acerca del mecanismo por excelencia mediante el cual los hombres transgresores y pecadores habrían de salvar la vida, la muerte del justo por los injustos.

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CRISTIANISMO VS HUMANISMO: INSTRUCCIÓN DOCTRINAL DE LA DEIDAD, ACERCA DE LA RELACIÓN ANTAGÓNICA NATURAL ENTRE LA IGLESIA CRISTIANA, COMO SU PUEBLO; Y EL MUNDO “Hermanos míos, no os extrañéis aborrece.” (1 Juan III. 13)

si

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mundo

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I. “Hermanos míos…” El mensaje cristiano de La Palabra de Dios a la iglesia. Un mensaje fraterno. Un mensaje familiar. La revelación de la acción filial de Dios con los hombres. La fraternización del ser humano con el Unigénito, Hijo de Dios el Padre. Acciones y actitudes conciliatorias y llenas de armonía, como evidencia de Dios mediante su Palabra escrita, las cuales procuran la seguridad y confianza en su pueblo. A diferencia de comunicados juiciosos, y de total repudio y condena a la persona, vida y acciones humanas, que ha sido la característica de los mensajes de Dios a sus criaturas, a partir de su enajenamiento y alienación, hoy el testimonio cristiano, ha cambiado su tono y el contenido de su mensaje. Es un mensaje de paz y concordia, que evidencia la filiación humana con La Deidad. II. “…no os extrañéis si el mundo os aborrece.” Instrucción doctrinal de La Palabra de Dios a su pueblo acerca de las hostilidades, ya iniciadas, por parte del mundo para con él. El cristianismo, es el más fiel testimonio acerca de la obra efectiva de Dios para reconciliar a los hombres con Él. Pero también, el testimonio de la ruptura de todo tipo de lazos con el mundo. De hecho, el cristianismo se ha visto desvinculado y desafiliado efectivamente. La antes, familiaridad, del hoy, cristiano con el mundo, se ha convertido en extrañeza, enajenamiento e impropiedad. Es la consecuencia natural de la consagración a Dios. Tal condición del cristianismo con el humanismo, no debe ser ocasión de sorpresa, o de pesar o de tristeza. El precio redentor cristiano, así como el hecho de la reconciliación para la plena común-unión con Dios, son verdades doctrinales gloriosas, que hacen ver de manera caricaturesca y ridícula, las actitudes, misócrinas (odio al cristianismo) del mundo.

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OMNIPOTENCIA MORAL Y ÉTICA: EL JUICIO DE DIOS AL GÉNERO DE LOS HOMBRES; LA JUSTIFICACIÓN DEL CRISTIANISMO Y LA RATIFICACIÓN DE LA SENTENCIA CONDENATORIA AL HUMANISMO “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.” (1 Juan III. 14) I. “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos.” El sistema de vida resurrecto de los muertos, glorioso, ya de por sí por el hecho del levantamiento de la corrupción e imperio de la muerte, pero, más aún por su revestimiento de aquellas propiedades espirituales, moralmente perfectas, como atribuciones propias de Dios, Dios es amor. La revelación de Dios a su pueblo acerca del valor testimonial de experiencias personales caracterizadas por el amor. Es el testimonio propio de un sistema de vida renacido de entre los muertos. Por ello, el cristianismo sin lugar a dudas es un estilo de vida resurrecto, pero espiritual, pues mediante la experiencia crítica de la muerte, la humanidad ha sido despojada de sus propiedades naturales, y revestida de la naturaleza y glorioso carácter espiritual cristiano. El nuevo sistema de vida, espiritual cristiano de los hombres, es el marco para que estos vivan experimentalmente, existencias fundamentadas en la exponencial potencia moral que es el amor. Así el cristianismo se consolida como un sistema existencial, viviente y eterno como fruto del amor, pero el amor cristiano de Dios. II. “El que no ama a su hermano, permanece en muerte.” La inlatencia, mortificación e inexpresividad de aquel estilo de vida muy, muy humano. El testimonio de todo un sistema de vida inerte, vegetal, inanimado; es el estilo de vida de una humanidad homicida. El desolador panorama propio del imperio de la muerte, estableciendo su reino entre los mortales hombres. Una sociedad no cristiana. La Palabra de Dios, fundamento doctrinal acerca de la mortalidad espiritual humana. Pero, revelando que todo ser racionalmente moral y volitivo, que reniega de su propio género, está más muerto que sus propias víctimas. Es la ley del amor, pero aplicada con todo rigor, dejando convicto al humanismo y

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sentenciado a la penalidad capital. El testimonio de la incapacidad, impotencia e inoperancia humana, que le impide la experimentalidad de todo un nuevo estilo de vida, la resurrecci贸n de los muertos.

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LA EXPOSICIÓN DEL SISTEMA DE VIDA CORRESPONDIENTE A LOS HOMBRES: EGÓLATRA, AUTÓCRATA, FRATRICIDA; DESCALIFICADA POR LA LEY CRISTIANA, JUZGADO Y SENTENCIADO A LA TOTAL EXTINCIÓN “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.” (1 Juan III. 15) I. “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida…” La exposición de La Palabra de Dios de seres humanos que reniegan de su género. Un sistema de vida arbitrio. Un testimonio de la irracionalidad humana, causante de la extinción de su propia especie. La aberración natural encarnada solamente en los hombres, y siendo precisamente estos, la única especie de seres vivos con capacidad racional, y del más alto orden. La ley cristiana de Dios revela que no existe vacío alguno entre el odio como mera emoción, y el homicidio como efectiva acción. Su veredicto es el mismo: muerte. La ley cristiana de Dios, gobierna con plena autoridad primeramente, el plano de vida moral de los hombres. Porque ciertamente, toda transgresión de la ley tiene su origen en el corazón humano. El juicio integral divino y su exponencial preminencia así como su perfectura, juzgando la intención como la acción.

II. “…y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en Él.” La penalidad de la Ley Cristiana de Dios para los criminales y homicidas intencionales, la muerte eterna. El testimonio acerca del pronunciamiento cristiano y su posicionamiento de repudio, condena y penalización total de los crímenes contra la humanidad. El cristianismo pugna absolutamente por la vida. Y una vida de calidad moralmente buena. El cristianismo está en contra de todo lo que amenaza la integridad de vida humana en cualquiera de sus formas. La esencia del cristianismo es la vida. Por eso, todo aquel que no crea en ella, no tiene parte ni suerte en el proyecto eterno de Dios. La Iglesia Cristiana es calificada en su conciencia de Dios y sus mandamientos y leyes. La Iglesia Cristiana tiene como vocación espiritual divina, el ejercicio de un estilo de vida regulado por las leyes de Dios. Es depositaria, proclamadora,

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respetuosa y responsable de hacer prevalecer las mismas hacia su interior. La Palabra de Dios y su mensaje proclamatorio del juicio y penalidad sobre los homicidas.

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EL CRISTIANISMO: EL SISTEMA VIVIENTE DEL REINO DE DIOS, GOBERNADO POR LA OMNIPOTENCIA MORAL; FECUNDO Y FRUCTÍFERO A PARTIR DEL EJERCICIO DEL AMOR SACRIFICIAL “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.” (1 Juan III. 16) I. “En esto hemos conocido el amor, en que Él puso su vida por nosotros…” La encarnación personalizada del amor. El ministro sacrificial, mortificado a favor de la vida humana. El amor ni es una emoción, ni un sentimiento, y más que una acción; Dios Cristiano es amor. Y la expresión más sublime del amor, UN AMOR PERFECTO Y PURO, se encuentra en el ejercicio del ministerio sacrificial cristiano hasta la misma muerte, la causa humana. La revelación de La Palabra Cristiana de Dios. El sustituto de los hombres. El Justo por los injustos. El cristianismo, el fruto del amor espiritual de La Deidad. El amor cristiano, el fundamento racional de vida del Pueblo de Dios. Instrucción doctrinal de La Palabra de Dios acerca del origen de la vida cristiana. La doctrina del amor sacrificial para la salvación y glorificación humana. El cristianismo, el producto de la ley del amor, como omnipotencia moral, gobernando el sistema de vida del Reino de Dios. La historia cristiana del rescate de los hombres del imperio de la muerte. II. “…también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.” La reproducción del amor sacrificial cristiano. Las propiedades y virtudes morales del cristianismo. La vida cristiana regulada por el amor. El amor, la omnipotencia moral que predetermina el estilo de vida de La Iglesia. El sistema de vida cristiano, es la esfera espiritual del reino de Dios. El deber cristiano es el de disponerse existencialmente en favor de sus hermanos. La vida bajo la voluntad agradable y perfecta de Dios, presenta constantemente exigencias que demandan estar ahí, en términos de lo ya dispuesto en Su Palabra, y a través del ejercicio de los dones y ministerios, para servir en decoro, honrosamente y en santidad a la Iglesia de Cristo. La edificación reproductiva de la iglesia a través del amor. La exposición de La Palabra de Dios de la

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vocaci贸n cristiana. La revelaci贸n de la 煤nica forma mediante la cual el cristianismo justifica su causal y su origen. Es la otra forma apolog茅tica de la fe. La esgrima del amor como la otra forma de defender la fe cristiana. Las propiedades y virtudes naturales del cristianismo.

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LA INQUISICIÓN DE LA DEIDAD AL HUMANISMO, NEGANDO TODA RELACIÓN CON ESTE IMPERIALISTA, CAPITALISTA, EGOISTA, PRETENSIOSO, PRESUNTUOSO PERO; ANTITÉTICO Y ANTAGONISTA AL CRISTIANISMO; TODA UNA AMENAZA A SU PROPIO GÉNERO “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?” (1 Juan III. 17) I. “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad…” La revelación de una visión que testifica de la impiedad humana. Cuando se da el caso entre los hombres en los que unos tienen posesiones materiales y otros no. Un testimonio exposicional del ser humano y sus valores. La evidenciación por parte de La Deidad de la naturaleza humana. El testimonio de Dios de aquel un sistema capitalista humano. La puesta frente a frente de La Palabra de Dios, del hombre con los “otros” valores, incluido el prójimo. Una exposición del rostro verdadero del humanismo. Este no es la esperanza de realización equitativa y justa de los hombres, pero si representa la potenciación de un hombre sobre los demás. La figura pretensiosa del hombre-dios, pero egocéntrica. La antítesis encarnacional cristiana. La Palabra de Dios y su testimonio de cuando la persona humana es devaluada, degradada, denigrada, menospreciada. La ausencia de los valores éticos en la sociedad humana. Cuando el hombre se llena de materialismo, y se vacía por completo, de su propia humanidad. II. “…y cierra contra él su corazón…” La antítesis encarnacional cristiana, un agravio y una amenaza a la integridad de todo el género humano. Un testimonio absolutamente inhumano. La inhumanidad encarnada en los hombres. La fuente del potencial bien en los hombres, estéril, árida, seca, vacía, como un acto deliberado. El hombre y su vanidad. El testimonio de La Palabra de Dios del hombre vs hombre. La revelación de la amoralidad humana como un instrumento de guerra. Un corazón vaciado de piedad, impío, no es menos peligroso y amenazador de la vida humana, que los instrumentos materiales forjados más elaboradamente y de la manera más técnica y artificiosa. Dios y su testimonio

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confirmatorio de cuando el corazón humano se convierte en la fuente de toda corrupción, de él salen los homicidios, vicios y todo tipo de impurezas. El fundamento, origen y centro del humanismo, como base de la vida del género humano y sus relaciones y sus valores. III. “… ¿Cómo mora el amor de Dios en él?” La inquisición divina de tal estilo de vida, el humanismo materializado, egocentrismo entronado, auto deificación humana, a costa de la vida hermana. Ni el amor, como expresión de Dios, ni Dios como la personificación del amor, certifican, autentica o confirma como santuario tal inmueble. La inhumanidad, solamente se reduce a un mueble viejo, inútil e inservible, cuya máxima pretensión de ego-ismo, lo reduce a un objeto muerto, inanimado, inerme y desechado por su creador y Dios, pues, se ha vuelto inútil. El santuario de ídololatría. Un templo para el culto a la vanidad. La revelación del sistema de vida generalizado entre los hombres. Un sistema de vida impío. Todo un círculo vicioso. Aunque religioso, el sistema de vida humano, vacío de todo vestigio y rastro de Dios.

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LA DEIDAD Y SU NORMATIVA DEL EJERCICIO DE LA POTENCIA MORAL DE LA IGLESIA CRISTIANA; LA INSTRUCCIÓN DOCTRINAL DIVINA ACERCA DEL AMOR Y SU INTEGRAL EXPRESIÓN, COMO EXPERIENCIA DE VIDA CRISTIANA “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.” (1 Juan III. 18) I. “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua…” La Palabra autoritativa de Dios y su instrucción doctrinal a La Iglesia, acerca de la no expresión barata, irregular, caricaturesca y fraudulenta del amor. Dios es amor, por ello la revelación testimonial a La Iglesia con el fin de evitar la distorsión de la persona de la deidad. Toda doctrina acerca del amor, es la doctrina de Dios mismo. Como testimonio de Dios el Padre a sus hijos, es la más fehaciente evidencia de la perfección, infundida como vocación personal y de vida para su familia, la familia del amor. Así, la declaratoria moral de la palabra de Dios, se traduce más como un mandato a expresar el carácter y la naturaleza de amados (hijos del amor, Dios), que a sola, o meramente, una conducta. Pues la conducta será la apropiada, conforme a la naturaleza del ser. Es la razón hallada, para comprender la contradicción e incongruencia de un mundo enajenado y alienado de su Creador y Dios. Es la razón por la que, como enseñanza de carácter moral, como tantas expone Dios en su palabra, esta, es solo un activista moral más de los ya existentes en la sociedad humana, pero que no significa la solución al problema espiritual natural humano. El hombre, entre tanto solo humano, no está en la condición y estado de expresar un carácter que le es impropio, extraño y ajeno, el carácter del amor. Entonces, cuando el hombre, cristiano espiritual, La palabra de Dios se convierte en su declaración constitucional, que norma disciplinadamente su existencia militante hasta alcanzar la estatura del varón perfecto.

II. “…sino de hecho y en verdad.” La alta vocación sublime espiritual, en plena omnipotencia moral de La Iglesia Cristiana, el nuevo hombre, creado en Cristo Jesús para buenas obras. El árbol malo, da malos

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frutos; el árbol bueno, da buenos frutos. El perfil de los hijos de Dios. La revelación del nuevo sistema de vida cristiano, como demanda de la ley omnipotente moral de La Deidad a su pueblo. El nuevo hombre espiritual cristiano, con la perfecta voluntad moral de Dios, como historia personal de vida. Un sistema de vida regulado por Dios, El Un Padre. No es la nueva legislación cristiana para el mundo; si es la ley reguladora de la expresión y el pleno ejercicio de la omnipotencia moral, como estilo de vida del pueblo cristiano de Dios. En la distinción establecida por La Palabra de Dios, entre el dicho amoroso y la consumación del hecho, para la mente cristiana de sus hijos, es bastante claro que la hipertrofia radica en la controversia personal, la adversidad logos-ergo, y la incongruencia substancial. No es malo hacer uso de la palabra y su articulador, para expresar amor. Es malo, amar con la lengua, la letra y la palabra; pero asesinar mecánica, conductual y físicamente al prójimo. Es por eso que Dios hace el llamado a sus hijos a encarnarle plenipotencialmente el amor en sus personas, pues: “Hijo de tigre, pintito.” Y “de tal palo, tal astilla.”

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LA REVELACIÓN EXPOSICIONAL DE LA PALABRA DE DIOS, DE CUANDO EL HOMBRE PASA DE SU SIMPLE Y VULNERADA HUMANIDAD, A LA CRISTIANDAD CON SUS PROPIEDADES Y VIRTUDES NATURALES: ESPIRITUALIDAD, INMORTALIDAD HASTA LA ETERNIDAD “Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él.” (1 Juan III. 19) I. “Y en esto conocemos que somos de la verdad…” La confirmación de La Deidad, legitimando el carácter humano cristiano. La exposición de los elementos necesarios, suficientes, como testimonio de La Palabra de Dios al cristianismo, para confirmar la conciencia divina. La acreditación de la naturaleza y carácter del cristianismo como teniendo su origen en Dios. Las acciones dinámicas de Dios, confiriendo plena identidad al cristianismo, entre los otros sistemas de vida existentes. Dios y Su Palabra escrita, el registro de la ciudadanía cristiana del ser. Es Dios, el testigo fiel cristiano, quien levanta su voz autoritativa por sobre todo otro tipo de voces, para dar seguridad a su pueblo. Dios, origen y fuente de toda conciencia de la verdad en los hombres cristianos. La revelación escrita de Dios, nutriendo el ser cristiano. II. “…y aseguraremos nuestros corazones delante de Él.” El cristianismo, el sistema de vida que tiene como vocación la persona misma de La deidad. El llamado de Dios al cristianismo a la plena con-vivencia con Él. La vida humana cristiana, llevada más allá de los límites humanos, hasta la presencia de Dios, en la misma eternidad. La mejor manera de “asegurar el corazón” es entregarlo en consagración para santuario de la divinidad. Dios es el único con el poder de la seguridad, para una criatura tan vulnerable moralmente como lo es el hombre. En el hombre, el corazón no solo es el símbolo más emblemático de la moralidad, es también y fundamentalmente en el sentido más literal, su vida misma. Es paradójico, que en medio de su complejidad sistemática y orgánica, sea tan manifiesta la vulnerabilidad humana. Por ello, Dios expone el presente testimonio, con el propósito de hacer del hombre y su existencia, hasta ahora solo humana, una

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existencia cristiana, con sus propiedades y virtudes naturales, espiritualidad e inmortalidad, hasta la misma eternidad.

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EL TESTIMONIO DE LA EXPERIENCIA DE VIDA CRISTIANA, ACERCA DE LA PREEMINENCIA DE LA DEIDAD, COMO EL UN JUEZ DE LOS HOMBRES, POR ENCIMA DE ESTE Y SU MORALIDAD HUMANA, COMO NORMA REGULADORA DE LA CONCIENCIA “pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.” (1 Juan III. 20) I. “pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios…” El hombre, objeto de juicio propio y del juicio de Dios. La relación subordinada del juicio de los hombres al juicio divino. El establecimiento de la conciencia cristiana de las diferencias entre los juicios humanos y el juicio de La Deidad. La revelación de La Palabra de Dios de una conciencia humana condenatoria y de La Deidad como el Juez supremo. Incluso en los cristianos, con todo y sus atribuciones espirituales, morales y eternas procedentes de la Deidad, aún ellos mismos no son su propia regla, siguen las regulaciones que corresponden a La divinidad. En términos del género humano, ni toda su moralidad, representará jamás la suprema corte de justicia, que determine y sentencia la vida humana, pues toda criatura está convocada a comparecer ante el tribunal divino en el día ya señalado. II. “…y Él sabe todas las cosas.” Dios, Es, El, Omnisciente, Dios. Dios, la omnipotencia moral y racional. La plenipotencialidad de la conciencia de La Deidad. La predisposición cristiana al reconocimiento y la adoración a Dios. La revelación de la con-ciencia divina a los hombres. El testimonio al hombre de que el hombre sabe que Dios todo lo sabe. Dios omnisciente, origen y fuente de toda ciencia. Un testimonio, certero, preciso e indicativo de Dios. La Palabra de Dios y su testimonio de la relación entre fe y conciencia. Dios, no es solamente el objeto de la fe, es el sujeto de la conciencia plena. La revelación divina de la fe como el camino a la ciencia: “Porque es necesario que el que se acerca a Dios, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”

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EL TESTIMONIO CRISTIANO DE CUANDO DIOS Y EL HOMBRE COEXISTEN EN PLENA ARMONÍA, Y COMUNIÓN ETERNA, EXISTENCIAS EN PAZ, PLENA CONFIANZA Y SEGURIDAD “Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios…” (1 Juan III. 21) La declaración de La Palabra de Dios a sus hijos afirmando y fundamentando la fe en La Deidad. Los amados de Dios, el otro nombre a sus hijos. El cristianismo, un sistema de vida producto de la suma teológica, la triunidad divina. Dios, suficiente para soportar la vida de su pueblo, y mejor aún que el instrumento de la potencia moral humana. Sea que el corazón humano y aún el cristiano, falle en su quehacer crítico, o sea que el hombre mismo no provoque la amonestación, de cualquier forma, es más seguro contar con la aprobación de La Deidad, sin atenerse a juicios ajenos. Son las bondades de la fe. Son los ben-oficios y ben-diciones de la con-fianza divina. El testimonio de un sistema de vida que descansa plena y totalmente en Dios. El testimonio cristiano, de cuando el hombre y Dios conviven armónicamente y en paz. El cristianismo, la integración de la vida divina y la humana en coexistencia eterna. La Palabra de Dios y su testimonio de la no solo posibilidad, sino plena realidad de vidas coexistentes, pero además en plena comunión, La Deidad y la humanidad.

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DIOS Y SU REINO ESPIRITUAL CRISTIANO ENTRE LOS HOMBRES, MANIFIESTA SU SOBERANÍA EN SU PUEBLO, CONFORMADO ENTERAMENTE A SU LEY, DÁNDOLE SUSTENTO EN BASE A SUS DÁDIVAS Y DONES PERFECTOS “y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.” (1 Juan III. 22) I. “Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de Él…” La declaración de La Palabra de Dios y su carácter de la profesión de fe cristiana en La deidad, como fuente y origen de toda buena dádiva y todo don perfecto. Es la profesión de fe del hombre cristiano, en La deidad. Pero una profesión de fe que está sujeta y se conforma a Dios y su voluntad agradable y perfecta. Dios en su carácter soberano, es quien guía a la nación cristiana en sus peticiones, o de lo contrario una nación cristiana que expone su pliego petitorio a La Divinidad, constituido de elementos contra natura de Dios y contra sus propósitos, imposible es que manipule a La Deidad para obtener sus demandas. La Palabra de Dios, en su carácter de profesión de fe cristiana, da testimonio de la perfecta comunión armónica entre Dios y los hombres. Pero esta relación se da a partir de la rendición incondicional de la vida humana a La Deidad y sus propósitos, no al revés; La Deidad renunciando a su divinidad soberana para acceder a todo tipo de pretensiones de los hombres, aún cuando estos se dicen cristianos. Por ello, la comunión es primeramente espiritual, no carnal. Les peticiones cristianas a Dios serán para el cumplimiento perfecto de su voluntad y propósitos, no para incurrir en una vida sin sentido y sin razón. II. “…porque guardamos sus mandamientos…” En el reino de Dios, es Él la condición máxima de la vida cristiana de los hombres. Dios, suma teológica y máxima legal conformando la vida cristiana a su propia naturaleza espiritual y propósitos. El cristianismo, un sistema de vida que, por espiritual, conforma armónicamente el cristianismo con La Deidad. Dios y sus mandamientos al cristianismo. Todavía no se ha creado un sistema de vida, donde las criaturas de Dios existan en libertad moral de su Creador. La Palabra de Dios revela que la

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obediencia es todavía un acto de fe. Dice Dios que todo el hombre que cree, obedece. La fe no es el pretexto para la desobediencia y el libertinaje. Así, La Palabra de Dios disuade a los hombres cristianos de divagaciones y distorsiones relacionadas, con sus concesiones. Aquellos que piensan en peticiones irracionales, carnales y contrarias a la voluntad divina y que esgrimiendo con equívocos Su Palabra, se creen defraudados. El cristianismo bajo la soberanía divina, tiene promesas de dádivas y bendiciones conforme a Dios y sus propósitos. III. “…y hacemos las cosas que son agradables delante de Él” El cristianismo, el sistema de vida constituido en ofertorio de olor fragante acepto, agradable a Dios. La Iglesia cristiana, como cuerpo de Cristo, sumándose a la adoración a Dios mediante la perfecta obediencia. El testimonio acerca del cristianismo, revistiendo a los hombres con propiedades espirituales y virtudes morales que hacen del ejercicio de su vida, un presente ofrecido en el altar de adoración a Dios. En su conjunto, La Palabra de Dios no fundamenta una pretensiosa negociación entre los hombres y Dios. No es que debido a un cristianismo hacendoso de sus tareas, Dios decida recompensarle con cualquiera cosa que le pida. Esta filosofía propiamente humana, desvirtúa a Dios y coloca al hombre como una criatura con la posibilidad de justificarse por sí misma, mediante sus obras. Antes la Palabra de Dios expone, la calidad de aquella comunión establecida con el cristianismo, una comunión sublime, desinteresada, donde el hombre obedece a Dios porque le ama, y expresa plena confianza en su amor enriquecedor.

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NATURALEZA DIVINA, ESCENCIA CRISTIANA, SUBSTANCIA ESPIRITUAL Y CARÁCTER MORAL, LA REVELACIÓN DE LOS COMPONENTES ELEMENTALES DEL CRISTIANISMO “Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.” (1 Juan III. 23) I. “Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de Su Hijo Jesucristo…” El carácter autoritativo de la Palabra Cristiana de Dios, norma de fe y práctica. El mandato Cristiano de Dios a su pueblo, La iglesia cristiana. La conferencia y entrega de la ley cristiana a La Iglesia. La Iglesia Cristiana, el pueblo de Dios. La revelación de la nueva legislación. La revelación de la paternidad de Dios. La revelación cristiana del Hijo de Dios. La base y fundamento del cristianismo. La regulación de la fe humana a través de Cristo. Cristo, el objeto de la fe de los hombres por designio de La Deidad. Dios determina lo que el hombre debe creer y lo que no. La Deidad demanda del género de los hombres, pero fundamentalmente de su Iglesia, la creencia en su Hijo Jesucristo. La revelación exposicional del cristianismo de Dios. Cristo, no es la opción de fe para los hombres, es la ley de Dios a la iglesia. La Suma Teológica y su resultante cristianismo. II. “…y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.” La plenipotencialidad moral del cristianismo, el fruto de la Suma Teológica moral, La Deidad. El resúmen de la legislación mosáica. El cristianismo, la expresión del Reino de Dios, con su regulación teologal y moral. El Reino de Dios con fundamento en la fe humana cristiana y el amor de La Deidad. Las relaciones cristianas en el Reino de Dios reguladas por El Amor. Es el cristianismo, la otra historia de vida de la humanidad. La historia de existencias sanas, libres de toda corrupción espiritual, moral y física. La Palabra de Dios el fundamento para su reivindicación moral ante una creación que le imputa despropósitos y sin razón; púes de acuerdo a la percepción de los hombres, es Dios el responsable de todo el mal que le aqueja. Una ley que obliga doblemente a los hombres cristianos ante Dios, a profesar la fe cristiana y amar a su prójimo.

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LA IGLESIA CRISTIANA VIVIENTE Y SU DEBER MORAL, COMO SANTUARIO DE LA DEIDAD; EL ARCA TESTIMONIAL DEL NUEVO PACTO DEL DIOS CRISTIANO CON LOS HOMBRES, CONTENEDORA DE LA LEY CRISTIANA “Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.” (1 Juan III. 24) I. “Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él.” El carácter moral como deber de La Iglesia por santuario de La Deidad. La condición moral de La Palabra de Dios a los hombres, para la comunión con La divinidad. El cristianismo, el sistema de vida regulado por Dios y su legislación. El estilo de vida espiritual divino entre los hombres. Un estilo de vida racional y volitivo, no obligado o por imposición. El Reino de Dios, como sistema de vida, se expone ante los hombres, revelando aquellas leyes que le rigen. Revelando también la dinámica espiritual, a partir de la comunión establecida con Dios. El cristianismo es todo un nuevo sistema de vida espiritual, en perfecta relación personal armónica con la deidad, diferenciándose del antiguo régimen religioso judaico el cual centraba su importancia en el tabernáculo material, el cristianismo es, por el contrario, el templo de La divinidad. II. “Y en esto sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.” El testimonial espiritual de Dios al cristianismo. El fundamento del carácter espiritual del mismo. Por esta razón el cristianismo es todo un estilo de vida espiritual. El don de Dios a los hombres. Un don certificativo, confirmativo, la obra racional de Dios entre los hombres. El cristianismo toda una experiencia de vida racional, y consciente. El cristianismo y su confirmación acerca de la prosperidad de los propósitos divinos en el. El Espíritu de adopción. El espíritu regenerador. El espíritu vivificante. El Espíritu afiliador del hombre cristiano a la familia de Dios. El espíritu, sello y garantía de la fidelidad divina. La Iglesia Cristiana, santuario de La Deidad.

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EL EXHORDIO AL EJERCICIO DE UN CRISTIANISMO RACIONAL ESPIRITUALMENTE, EL MENSAJE DE LA PALABRA DE DIOS A LOS FIELES; EL JUICIO DE LOS ORIGENES ONTOLOGICOS DE LOS ESPÍRITUS “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.” (1 Juan IV. 1) I. “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios…” Exordio al cristianismo para que responsablemente discierna el origen de la ontología espiritual. El cristianismo y su juicio sobre los espíritus. El hombre cristiano es responsable por el objeto espiritual de su creencia. No todos los seres espirituales son confiables. Aún en cuestiones de vida espiritual, el cristiano recibe la conferencia de la necesaria responsabilidad. Es el testimonio de Dios y sus procedimientos protectores hacia su pueblo. La Iglesia Cristiana La Familia de Dios. Dios es amor, luego los Amados son sus hijos. Los cuidados paternales de Dios con sus hijos. El llamado a los fieles a fin de que ejerzan con la debida precaución y responsabilidad su fe. Los cuestionamientos cristianos no son tomados como falta de fe, sino como acciones responsables velando por su propia integridad. La instrucción doctrinal de La Palabra de Dios en materia espiritual a La Iglesia. Dios autorizando al cristianismo para que someta a prueba a todo mensajero espiritual. II. “…porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.” La ocasión para la prueba responsable del cristianismo a los mensajeros espirituales. Mensajeros y mensaje falsos. La perversión del don profético de la palabra. La fructificación de la mentira. Ministros y ministerios fraudulentos. La revelación de La Palabra de Dios de los falsos profetas, como la principal causa para un ejercicio responsable de la fe. El tiempo en que la racionalidad espiritual será la característica principal de la fe cristiana. Los falsos profetas no son de hecho, una amenaza para el mundo, pero si para el cristianismo. Dios y sus medidas preventivas y protectoras de su pueblo, La Iglesia Cristiana. El testimonio de Dios, un señalamiento directo de los falsos profetas. Dios no reivindica ni acciones ni

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palabras de todos los predicadores por el mundo. AdemĂĄs, de su desvinculaciĂłn directa de los mentirosos, todos los que engaĂąan y defraudan. Una advertencia a La Iglesia cristiana.

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LA REVELACIÓN DE LA SUMA TEOLÓGICA Y SU PERFECTA COMUNIÓN ARMÓNICA; EL CRISTIANISMO DE LA SUMA TEOLÓGICA DETERMINANTE DE LOS CARACTERES E IDENTIDADES EN EL REINO HUMANO, ASÍ COMO EN SU PROPIO REINO ESPIRITUAL “En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios.” (1 Juan IV. 2) I. “en esto conoced el Espíritu de Dios…” La Palabra, de Dios. La revelación de La Palabra de Dios. Un testimonio de carácter espiritual. El testimonio a la conciencia cristiana. La exposición de La Deidad a través de su Palabra Escrita. La Palabra de Dios es el instrumental mediático autorizado para revelarle, dándole a conocer, e identificándolo delante de su pueblo. El testimonio de la suma teológica. Después del testimonio de La Palabra escrita Inspirada de Dios, La Deidad ha dejado de ser un misterio. La divinidad ahora forma parte de la conciencia humana cristiana, y de su existir experimental. La doctrina teológica como instrucción de La Palabra de Dios al cristianismo. La entrega de un testimonio certero y preciso por parte de Dios a La Iglesia, a fin de salvaguardar su integridad. El espíritu de Dios, familiar del cristianismo. II. “…Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios.” La perfecta comunión armónica de La Deidad, La Suma Teológica (la trinidad y triunidad). El Evangelio cristiano. Cristo, el nuevo legista de La Deidad, enjuiciando a las potestades espirituales. Cristo, La máxima legal reguladora de los caracteres e identidades en el reino humano y el reino espiritual. La confesión cristiana entre los hombres un acto de fe, en el mundo espiritual de Dios, el acto más natural. Los fieles y veraces colaboradores espirituales cristianos. Ministros espirituales de La Palabra cristiana. Mensajeros de la Verdad. El cristianismo de Dios. La doctrina de la encarnación cristiana.

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KAKO-ANGELIO: LA PROCLAMACIÓN DEL ADVENIMIENTO DEL ANTICRISTO, CONTRARIO Y ADVERSARIO DE DIOS DE NATURALEZA Y CARÁCTER ESPIRITUAL ENCARNADO EN EL HOMBRE “y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.” (1 Juan IV. 3) I. “y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios…” La revelación de criaturas espirituales contradictoras y adversarias de Dios. El testimonio del sistema de vida espiritual y de cuando sus ciudadanos personifican y caracterizan el pecado de rebeldía a su Creador y Dios. Espíritus pecaminosos. Porque el pecado, no tiene ni con mucho su origen en la carne, característica humana. El testimonio de La Palabra de Dios de enemigos espirituales de La Deidad. El cristianismo evangélico, no solo opera en el reino material humano, sino sujeta a todo lo creado, arriba en el cielo, abajo en la tierra y debajo de la tierra. El cristianismo es la máxima legal predeterminante del existir eterno de todo lo creado. Cristo, sumo legista de La Deidad. El testimonio del juicio de criaturas espirituales. Seres creados quienes pervierten y distorsionan el don de la palabra hasta incurrir en despropósito y pecado. II. “…y este es el espíritu del anticristo…” El desenmascaramiento del anticristo. La formula evangélica cristiana, el método operativo para descubrir a sus enemigos. La revelación de Dios de la contrasubstancia y contraescencia cristiana. El antagonista teológico y del supremo bien moral. El nuevo capítulo en la historia de la economía y dispensación divina se abre con la aparición del anticristo. El reino humano, el campo de batalla de potestades espirituales y morales. En la esfera de vida humana solo existen dos sistemas de vida: el Cristianismo de Dios vs El antixristos del Diablo. El testimonio de Dios de cuando el género de los hombres, o profesa el cristianismo o es contradictor y adversario.

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III. “…el cual vosotros habéis oído que viene…” la Palabra de Dios y su confirmación doctrinal acerca del advenimiento del adversario. Porque el anticristianismo es también materia doctrinal de Dios a su pueblo. Iniciativas divinas preventivas. Ciertamente son malas noticias. Es el kako-angelio. El antixristo se debe no solo a su carácter y naturaleza adversaria a Dios, sino porque además sus inclinaciones, intenciones, pensamientos y acciones contrastan con la persona, vida y ministerio cristiano. Sus orígenes se remontan a la esfera de vida espiritual, y antes de su manifiesta expresión entre los hombres, ya es ampliamente referido de Dios, aunque sin llegar a alcanzar la eternidad, pues eterno solo La Suma teológica. IV. “…y que ahora ya está en el mundo.” El reino humano y la visitación anticristiana. El cristianismo no es solo una denominación, es el nuevo sistema de vida representante del Reino Espiritual de Dios encarnado en los hombres, representativo de todo lo bueno. Hablar del anticristiano no es hacer referencia meramente a personas que no están de acuerdo con una denominación, sino a todo un sistema de vida enemigo de todo lo bueno, contra Dios, sus leyes, principios y valores y contra su prójimo. Dios evidenciando la existente presencia activa y dinámica de su adversario y contradictor. El mundo tuvo un tiempo de refrigerio, gozo, paz y buenaventura con el advenimiento cristiano, pero en la presente era, se le profetiza, un tiempo de desolación, sufrimiento, engaño y confusión debido al anticristo.

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CRISTIANISMO VS DEMONISMO, SANTUARIOS CONSAGRADOS A POTESTADES ESPIRITUALES; EL TESTIMONIO DE LA PALABRA DE DIOS EXPONIENDO LAS GLORIAS CRISTIANAS INCONQUISTABLES, INBATIBLES E IMPERECEDERAS, ANULANDO LAS TENTATIVAS PROFANADORAS DEL REINO DEL MAL “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1 Juan IV. 4) I. “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido…” El testimonio victorioso y triunfante de los hijos de Dios. Un testimonio por demás glorioso. La atribución al sistema de vida cristiano de la victoria, en sus conflictos y luchas, por parte de la Palabra de Dios, en un acto de reconocimiento testimonial. La evidencia de la lucha por la vida de los hijos cristianos de Dios. La lucha por la fe. Dios y su simiente conquistando la victoria sobre sus adversarios, la simiente del Diablo. El cristianismo, la familia de La Deidad y su vocación gloriosa. La Palabra de Dios y su registro escrito de las mil y un batallas de su pueblo victorioso. También la testificación del fracaso de los adversarios en sus tentativas de profanación de las glorias espirituales cristianas. La Palabra de Dios, escribiendo la historia del cristianismo y sus glorias. II. “…porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” El género humano, el campo de batalla de potestades espirituales: Dios vs Satanás. El cristianismo de Dios empoderado hasta la consumación total de la victoria. La lucha antagónica entre el cristianismo espiritual y el demonismo mundanal y carnal. El cristianismo templo de La Deidad, plenipotencialmente empoderado, toda una fortaleza inexpugnable, infranqueable, imbatible e inconquistable. El mundo y su destino predeterminado a la derrota y completa extinción. Un sistema de vida temporal, efímero, pasajero. El mundo, un santuario consagrado al diablo y todo lo que representa. Pero un mundo que desventuradamente, experimentará su quebrantamiento, es el designio de La deidad. Es el testimonio del omnipotente Dios. Es el testimonio de la persona y obra de La Deidad Cristiana.

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EL SISTEMA DE VIDA MUNDANAL, ENAJENADO, ALIENADO DE LA DEIDAD, RETROALIMENTADO POR CIUDADANOS, CUYO ESTILO DE VIDA ES LA VIVA EXPRESIÓN DE LA RENDICIÓN DE LOORES A SU DIOS, LA CORRUPCIÓN “Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.” (1 Juan IV. 5) I. “Ellos son del mundo…” El mundo, todo un sistema viviente expresado a través de los hombres y perfectamente diferenciado del sistema de vida cristiano. La revelación de La Palabra de Dios. El sistema de vida familiar humano. El mundo, la segunda causa de vida, y el otro origen natural de los hombres. El mundo, una entidad viviente encarnada y personalizada por criaturas del orden de vida terreno. Dios y su declaratoria de aquel estilo de vida humano contrastante y adverso a su propia persona, como pertenencia del mundo. Es la definición de la naturaleza y el carácter anticristiano. Un sistema de vida en abierta y franca rebeldía hacia su Origen, Creador y Dios. Un sistema de vida predestinado a la extinción total. II. “…por eso hablan del mundo…” Los instrumentales mediáticos de los hombres evidencian su filiación cosmológica. El lenguaje como forma de expresión humana atestigua el carácter mundano natural de aquellos hombres. El sistema de vida mundanal humano se traduce como su única experiencia, por eso sólo hablan de aquello que les es familiar y que conocen. Dios es testigo del grado de corrupción en aquella entidad mundana. Una corrupción que ha degenerado una de las facultades más sublimes del hombre, como don otorgado por Dios, pues es una propiedad divina, atribuida en la conformación original efectuada por Él con el hombre, y que es la palabra hablada, como medio, no solo de comunicación, sino de íntima relación. Hoy los hombres hablan, aunque su mensaje sea adverso y contradictorio a Dios y a todo lo decente y moralmente bueno; incluyendo sus conflictos con el prójimo. Dios testifica de aquel sistema de vida comunicativo de las experiencias de vida terrenal, pero incomunicado, hasta alienado espiritual, física y moralmente de él, como su Dios Creador.

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III. “…y el mundo los oye.” El círculo familiar terrenal humano y su perfecta conclusión. La comunicación-relación humana se ve optimizada, mediante diferentes, variados y ricos mecanismos, incorporados por el hombre. Contando entre sus filas con profesionales pedagogos de la comunicación sea verbal, escrita, silente, visual, pero sin que estos instrumentales hayan logrado proveer una eficiente relación-diálogo-comunicación con La Deidad. Porque el problema humano no es o la buena o la mala articulación, dicción, pronunciación, una lingüística muy limitada o muy desarrollada, ni siquiera saber poco o mucho de nada. El caso es que Dios atestigua que todos los esfuerzos humanos así como su capacidad, creativa, inventiva, técnica, lo más para lo que le alcanza es para continuar fomentando su propio círculo, del cual Él, Dios, su Creador, no forma ni formará parte jamás. El hombre y su oración al mundo; el sistema de vida pecaminoso carnal retroalimentándose a sí mismo.

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“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” (He. IV. 12-13) “Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.” (1 Juan IV. 6) I. “Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye.” El cristianismo y su filiación divina. Dios, el origen inmediato del cristianismo. Apropiamiento e incorporación a la identidad cristiana en el ser de Dios. La confesión cristiana como profesión de fe en La Deidad, la única, pero suficiente diferencia entre el sistema de vida cristiano y el mundo. La renuncia tácita del cristianismo a cualquier otra profesión de vida, fundamentada en su declaración de fe en La Deidad. La declaración de fe de La Iglesia Cristiana, el lenguaje espiritual de la familia de La Deidad. El lenguaje del género del pueblo de Dios. Por ello, el cristianismo está llamado a incluir e integrar en uno al pueblo de Dios. Es, de hecho, el cristianismo, el pueblo de Dios. La Palabra de La Fe, es un lenguaje articulado con sonidos armónicos bien sonoros, perfectamente identificables para todos los ciudadanos del Reino de Dios. No es: el cristianismo y los otros hijos de Dios. Es: Todos los hijos de Dios, habitantes temporales de este mundo, pero ciudadanos del Reino espiritual de Dios, congregados por uno y en uno, esto es, por Cristo y en Cristo. El lenguaje de la fe, por ser el lenguaje espiritual del pueblo de Dios, y a pesar de que los hombres naturales perciban audiblemente su existencia, será prácticamente imposible para todos de ellos, entrar en la dinámica dialéctica. El lenguaje espiritual de la fe cristiana, comunicando todo tipo de valores correspondientes al Reino de Dios, se torna indiscernible e ininteligible para los ciudadanos del mundo.

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II. “En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.” La revelación testimonial de La Palabra de Dios a La Iglesia. Elementos probatorios de la esencia y substancia ontológica de los espíritus. Dios revela que la sordera espiritual de las almas humanas responde a factores de su propia naturaleza, más que a cuestiones de dislexia de la Iglesia, como cuerpo de Cristo. Los muertos espirituales no tienen la capacidad auditiva para escuchar la voz de los vivos. “La Palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos…” La prueba de Dios a su pueblo de cuando Su Palabra Escrita Inspirada, esgrimida correctamente, es el instrumental de guardia y vanguardia para La Iglesia. El cristianismo cuenta entre sus recursos más fiables, con la Palabra de Dios, cuando aprenda a incorporarla a su existencia, será la mejor aliada para librar las mil y un batallas de la fe, y obtener la victoria. La Palabra de Dios discierne hasta las criaturas espirituales. Su autoridad, ha sido sobradamente probada en el pasado, para el presente y futuro, su esencia, substancia y consistencia, permanece para siempre. Es La Palabra Eterna de Dios. El testimonio revelador de La Palabra de Dios a su pueblo, La Iglesia cristiana. La Palabra y su carácter veraz, librando del error. Dios y sus iniciativas dinámicas, salvaguardando a su pueblo del Diablo y sus maquinaciones.

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EL CRISTIANISMO, EL FRUTO DE LA DIVINIDAD AMOR, UN ESTILO DE VIDA GOBERNADO POR LA LEY MORAL DE DIOS, Y PLENAMENTE RACIONAL, CON-CIENCIA DE DIOS “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.” (1 Juan IV. 7) I. “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios.” La declaración de Naturaleza y misión del cristianismo. La ley cristiana del amor. El imperativo moral categórico cristiano. El amor fraternal cristiano, la norma moral de vida del pueblo de Dios. El amor, como estilo de vida fraterno de La Iglesia, resume, describe y define al cristianismo. La Palabra de Dios revela la conjugación armónica Del Amor, como El Moral Omnipotente, y su familiar relación con los Amados (sus hijos), los cuales a su vez, rigen sus vidas y relaciones interpersonales en Amor. El Reino de Dios, el Reino del Amor. El testimonio de los afectos espirituales cristianos. La Palabra de Dios y su mensaje, no solo afectivo, o de paz, o de buenaventura, o de bendición, todo ello, pero esencialmente la revelación de las causas fundamentales para el amor cristiano. II. “Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.” El cristianismo y su filiación con La Deidad. El amor, como estilo de vida cristiano, legitima y autentica a los hijos de La Deidad. La Palabra autoritativa de Dios, y su regulación de la naturaleza y de las esencias ontológicas, a partir de la excelencia responsiva moral de estas. El amor, es la más sublime investidura de criaturas racionales, que da testimonio de su excelencia moral. De hecho, el cristianismo, es ayer, hoy y para siempre, fruto del Amor, fruto de Dios. La paternidad divina revelada a través del cristianismo, es la evidencia de la fructicidad de Dios. Dios ser moral omnisciente fuente de existencias racionales. La perfecta relación armónica entre las facultades morales y las cognoscitivas del género espiritual cristiano. El amor es sabiduría. El amor es la fuente de la perfecta conciencia. El perfil del amor cristiano, por su naturaleza espiritual, necesariamente conduce a los

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experimentados profesantes a una conciencia plena de La Deidad.

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LA DOCTRINA TEOLÓGICA MORAL DE LA DEIDAD, ASÍ COMO SUS IMPLICACIONES PARA LA VIDA ESPIRITUAL ETERNA, POR EXPERIENCIA PERSONAL INMEDIATA EN EL SER HUMANO, REVELADA PLENAMENTE A LOS HOMBRES CRISTIANOS “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1 Juan IV. 8) I. “El que no ama, no ha conocido a Dios…” La Palabra de Dios y su revelación de las profundas implicaciones espirituales, para un estilo de vida carente de amor. El discernimiento del amor en su carácter plenamente racional y omnisciente. El fundamento para rescribir la historia humana de afectos y mil amores, y rencontrarse con la verdadera naturaleza y carácter del amor. El amor no es virtud y/o característica humana. No es solo un sentimiento. No tiene su origen en el corazón humano. No es aquello indefinible que nace en el hombre para motivarlo impulsiva, repentina e intempestiva y hasta irracionalmente. El amor es Dios, y en el hombre una conducta obediente, racional, espiritual, volitiva. El amor representa para el pueblo de Dios, La Iglesia Cristiana, la plenipotencialidad conciente, racional moral. Por eso, el que no ama, además está muerto. Es un gran “elefante blanco”, que ha extraviado su propósito, sentido y razón de ser en el universo de Dios. Un bien inmueble que jamás ha sido ni será vivificado, inútil, vacío. Un templo potencialmente de La Deidad, pero que nunca ha contenido la gloria divina. II. “…porque Dios es amor.” La gloriosa revelación de la omnipotencia moral, el amor, en su carácter deífico. Una exposición doctrinal teológica-moral que revela la naturaleza, identidad y carácter del amor. Dios es el rostro del amor. Por aquello de la confusión humana tendiente a ser transferida a terceros. El amor mismo ha visto distorsionada y pervertida su personalidad por el género de los hombres, que en su superficialidad lo han confundido con la irracionalidad, y lo ha esgrimido como arma de manipulación emocional. Por eso, Dios es amor. La Divinidad Amor, Regente y Gobernante del Reino Espiritual Cristiano. No manipulable, no pervertible, no corrompible, incorruptible, racionalmente pleno. También por aquello de las pretensiones presuntuosas de

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muchos hombres religiosos que se escudan en Dios, y a título de La divinidad cometen los más aberrantes crímenes contra su prójimo. Dios es Amor, substancial, esencial y consistencialmente indisoluble, inmutable, inseparable, inalienable. El amor toda una autoridad moral absoluta para gobernar y juzgar a criaturas racionalmente morales, sus criaturas. La doctrina teológica de La Palabra de La Deidad.

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INICIATIVAS Y ACCIONES DINÁMICAS DE LA SUM.A TEOLÓGICA MORAL, EN RESCATE POR LOS HOMBRES CRISTIANOS, LA COMISIÓN DEL TEO-LOGOS, HIJO DE DIOS, PARA QUE JUNTO CON LA ESCRITURA DE SU GÉNESIS HUMANO, REESCRIBA LA HISTORIA DE LOS HOMBRES. “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.” (1 Juan IV. 9) I. “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros…” El reconocimiento cristiano al amor de Dios. La identificación de la omnipotencia moral manifestada a su pueblo. Las facultades perceptivas, con fundamento en la experiencia de vida espiritual cristiana, honrando la revelación de Dios. La historia de la humanidad cristiana, en el día en que conoció por revelación personal directa a La deidad moral. El amor de Dios, no sólo es real, desde varias edades pasadas, ya forma parte de la vida y experiencia de los hombres cristianos. Ese amor es la causa de la perpetuación del género de los hombres sobre el planeta ti.erra. Es la única explicación para la salvación de la humanidad de su extinción total. La Palabra de Dios y su testimonio espiritual cristiano en retrospectiva, atestiguando que el futuro del cristianismo ha tenido su base en el presente histórico de la revelación del amor de La Deidad. II. “…en que Dios envió su Hijo unigénito al mundo…” El Hijo y Apóstolos de La Deidad. El don de Dios a la humanidad. El comisionado a las naciones. La encarnación de La Divinidad en la persona del Hijo. El sembrador salió a sembrar. La transfusión de vida espiritual a la humanidad. El Hijo de Dios, la persona misma del amor dado a los hombres. El apostolado cristiano, exclusivo del Unígenos de Dios. La misión humana del Hijo de Dios. El Hijo, mensaje y mensajero del Padre a los hombres. La vocación humana del Hijo de Dios. Un ministro divino a los hombres. La conferencia familiar de Dios a la humanidad cristiana. El origen del cristianismo humano. La historia humana del Hijo de Dios. El coexistente, consubstancial, consistencial, coesencial y coeterno Hijo de Dios y su génesis humana. El Teo-Logos a los hombres. La suma t.eológica en

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proceso de desarrollo del programa de rescateredención, salvación y vida eterna de la humanidad. III. “…para que vivamos por Él.” Iniciativas y acciones dinámicas de La Deidad, la transfusión de la vida cristiana a la humanidad. Cristo: El Camino y La Verdad y La Vida. El ministerio y misión vivificante del Hijo de Dios a los hombres. Una humanidad mortificada. El sistema de vida humano, desierto estéril. El ministerio del Hijo de Dios se traduce como la resurrección de los muertos. La figura cristiana en solitario, responsable de la misión divina de volver a la vida a un género en camino de sombras de muerte. Cristo y el cristianismo, son el fundamento para toda conclusión doctrinal y teológica. No existen figuras en paralelo, con la suficiencia para compartir tan exigente y demandante misión. Solo Dios, puede y pudo finalmente abrazar semejante reto y desafío. Por eso, La Palabra de Dios va, desde la definición de la profunda dimensión de la misión cristiana, a constituir la misma, como vocación para los hombres, llamado el cristianismo humano. Una vez que los cristianos viven por gracia y obra de Cristo, están ahora en la condición de vivir para Él. El cristianismo es el fruto del amor de Dios.

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LA CONSISTENCIA MORAL DE LA DESPOJAMIENTO, PERSONAL HASTA DEUDA DE SANGRE DE SU HIJO

DEL AMOR: LA COMPETENTE OMNIPOTENCIA SUMA TEOLÓGICA, MEDIANTE SU PROPIO EN ACCIONES ABNEGADAS, DE RENUNCIA EL SACRIFICIO MISMO, PARA CUBRIR LA DE LAS CRIATURAS HUMANAS, CON LA SANGRE

“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” (1 Juan IV. 10) I. “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros…” La consistencia del amor. La historia del amor cristiano. El cristianismo como sistema de vida con fundamento en el amor. El amor de Dios. La relación cristiana de Dios con los hombres. La Palabra de Dios y su revelación de las iniciativas cristianas morales de La Deidad hacia los hombres. El amor, la necesidad humana, la Omnipotencia Divina. El amor divino, el acto por excelencia de perdón, del ofendido a los ofensores. El amor, un acto omnipotente, solo de Dios, a los impotentes, el género de los hombres. Porque el amor tiene carácter salvífico, perdonador, restaurador. Porque el amor es la expresión de necesaria misericordia a lo menospreciable y vil. En otra dirección, no es amor, es necesidad, debilidad, y hasta obligación de adoración de lo menor a lo mayor. El testimonial de Dios demuestra la imposibilidad que resulta para el hombre el amarle. Es la revelación del verdadero problema del género humano. Dadas sus condiciones, es una aberrante pretensión que el hombre tenga el carácter para amar a La Deidad. La constitución natural humana, atestigua la razón cosmológica de su diseño. El ausentismo espiritual del hombre, y su incapacidad teológica, le reducen al ejercicio de un sistema de vida sustentado fundamental y básicamente, en los alcances perceptivos de sus facultades. Estas no son suficientes para interactuar con La Deidad. Y al hablar del carácter moral del hombre y sus facultades, significa la evidencia suficiente del por que, el amor a Dios es para los hombres, un imposible.

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II. “…y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” Las credenciales del amor divino. La plena justificación del amor de Dios a los hombres. Porque amar es tener el poder del sacrificio personal en favor de los más débiles. El amor es un acto de plena omnipotencia para el sacrificio. El amor es complementario. El amor es perdonador. El amor es restaurador. El amor es salvador. Dios es amor, el hombre es la necesidad encarnada y personificada del amor. El amor, en Jesucristo, tiene su máximo representante y exponente, así como su más perfecto instrumental, en función de la magnificente carencia humana. Dios tiene el poder kenético (de despojamiento) en favor de los hombres. El hombre, lo único que tiene para ofrecer es su propia vida, pero su testimonio al respecto revela que es más fácil para él quitarla que ponerla. Por ello no tiene competencia alguna para el ejercicio del amor. La Suma Teológica perfectamente sincronizada, en comunión armónica, para la expiación de la vida del género humano. Como Amor, sólo Dios se ocupa de criaturas inmorales y ateas. Dios es Amor y el fundamento para el perfecto amor, definiéndolo en su expresión como componente necesario, de la vida de criaturas racionalmente morales, los hombres. No se ama a la suficiencia, ni a la perfectura, ni al dechado de virtudes, por el contrario se ama, la escases, la necesidad, la imperfección, lo menospreciable y vil. Es el testimonio del amor de Dios a los hombres, constituyéndoles cristianos, e Hijos Suyos.

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EL TESTIMONIAL MORAL DE DIOS CONFORMANDO A LA HUMANIDAD CRISTIANA A SU IMAGEN Y SEMEJANZA, ACCIONES REGENERATIVAS Y RENOVADORAS, EFECTUADAS A PARTIR DE LA COMUNICACIÓN MEDIANTE SU GLORIOSA PALABRA ESCRITA INSPIRADA, COMO ACCIONES CONSCIENTES, RACIONALES Y VOLITIVAS “Amados, si Dios nos ha amado así, debemos nosotros amarnos unos a otros.” (1 Juan IV. 11)

también

I. “Amados, si Dios nos ha amado así…” La Iglesia Cristiana y su carácter testimonial del amor de Dios. El amor de Dios transformador de la persona humana. La historia de una sociedad humana de enemistad y conflictos con Dios, y por tanto objeto de su ira, con un presente glorioso, en perfecta relación armónica. El cristianismo mismo, es la prueba viviente del amor de Dios. El testimonio de los hijos de Dios. Dios y el pueblo cristiano, en una relación de condiciones y características morales óptimas. El amor de Dios, además de ser expuesto como una nota gloriosa en las páginas de La Palabra escrita Inspirada de La Deidad, es ejemplificado en su persona misma, a fin de infundir su esencia y su substancia en su pueblo, para que esta permee todo el ser y se transpire a través de las relaciones interpersonales de unos a otros. II. “…debemos también nosotros amarnos unos a otros.” El amor cristiano, el deber en la Iglesia, de los unos para con los otros. El testimonio espiritual de cuando la omnipotencia moral establece su Reino entre los hombres. Es el testimonio de La Palabra de Dios, de la acción vivificante de La Deidad de criaturas humanas, mediante la infusión de toda su moralidad. Es la instrumentación humana cristiana, como embajadores de la suprema moralidad espiritual. El deber cristiano del amor como vocación divina. Un estilo de vida infundido mediante mecanismos y acciones espirituales de Dios que comunica un nuevo sistema de vida pleno de moralidad. El amor, toda una obligación para el cristianismo. La normalización por parte de Dios de la vida familiar de su pueblo. La regeneración humana a través del estilo de vida cristiano, y que comienza por la conciencia racional. Además de que la renovación no se da o automática o mágicamente o contra la voluntad humana o

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de manera independiente o inconsciente, sigue siendo un acto racional, consciente y volitivo de los hombres, como respuesta positiva a la declaraci贸n exhortativa de La Palabra de Dios.

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LA EXPERIMENTALIDAD HUMANA DE LA PERSONA DE LA DEIDAD, CONDICIONADA AL EJERCICIO DE UN ESTILO DE VIDA CRISTIANO, ESPIRITUAL Y MORAL; UN SISTEMA DE VIDA GOBERNADO POR LA LEY CRISTIANA DEL AMOR, DESTINADO A LA PLENA PERFECCIÓN “Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.” (1 Juan IV. 12) I. “Nadie ha visto jamás a Dios.” El testimonio de Dios y su inaccesibilidad a los hombres. Dios, y su dimensión espiritual vedado a toda criatura terrena. El hombre y su inexpertez e inexperiencia en teología. La nulidad, inoperancia, e inutilidad de las facultades humanas para percibir a La Deidad. Dios, todo un misterio para el género de los hombres. El testimonio del fracaso humano, sus esfuerzos e inventivas religiosas, para integrarlo a la existencia siempre presente de Dios. Dios, el gran fracaso del hombre. A pesar de las iniciativas, como esfuerzos procuradores del descubrimiento de la Deidad, incluso esfuerzos pretensiosos de la conquista espacial, la esfera de vida espiritual divina, Dios y su Reino, son de los santuarios que se han librado de la profanación de los hombres. II. “Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros…” La condicionada presencia de Dios en los hombres, cristianos, amados y amadores recíprocos. Santuarios humanos de La Deidad, racionales, plenipotencialmente morales. El sistema de vida humano cristiano, conformado ética y moralmente a la perfecta voluntad divina, transformado en el sistema representativo del Reino de Dios. El cristianismo condicionado por Dios al ejercicio mutuo del amor, a propósito de relación plena con La Deidad. Lo que las facultades perceptivas vanidosas de los hombres no consiguen, experimentar a Dios, es una realidad a partir del ejercicio de una moral responsable. Es la ley del amor. Lo que comenzó como fe, se perfecciona mediante el amor, experimentar la presencia viviente y reinante de Dios plenamente moral.

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III. “…y su amor se ha perfeccionado en nosotros.” El hombre cristiano investido plenamente de Dios. El género de los hombres caracterizado por el amor de La divinidad. La encarnación humana cristiana del amor. El carácter experimental del cristianismo acerca de Dios. La potenciación cristiana como acción de Dios. El reino de Dios conformado por humanos cristianos, bajo la soberanía divina. La Deidad, haciendo de la persona humana su centro operativo, desde el cual efectúa el cumplimiento de todos y cada uno de sus propósitos, tendientes al despojamiento de la naturaleza humana con todo y sus impurezas, para llevar a cabo el revestimiento cristiano con todo tipo de dones y virtudes.

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EL REGRESO DE LA GÉNERACIÓN ADÁMICA, EN SU CARÁCTER CRISTIANO, A LA DEIDAD, MEDIANTE ACCIONES REIVINDICADORAS, AL SER REVESTIDO POR EL ESPÍRITU DE LA DIVINIDAD, PARA EL EJERCICIO DE UN ESTILO DE VIDA ESPIRITUAL, EN PERFECTA COMÚN-UNIÓN Y PLENA RACIONALIDAD “En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.” (1 Juan IV. 13) I. “En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros…” El testimonio certero de La Palabra de Dios, acerca de la perenne existencia, en plena comunión armónica del cristiano y La Deidad, La Deidad y el cristiano. El cristianismo, su substancia y su esencia espiritual, en comunión con Dios, un sistema de vida plenamente con-ciencia y racional. El cristianismo, el sistema de vida humano glorificado y perfeccionado, para la con-vivencia plena con La Divinidad. El ser Dios y el ser humano en común-unión indisoluble. Una relación perfecta y santa, exclusiva, de fiel consagración. Los “otros” dioses, los falsos, ni siquiera figuran en la historia espiritual del cristianismo. Ahí en el estado de sublime perfección, donde el ser es definido en función de La Suma Teológica, solo conviven La Deidad y el cristianismo, no hay lugar para algún otro ente. II. “…en que nos ha dado de su Espíritu.” La atribución de las propiedades espirituales (no propiedades divinas) de Dios al cristianismo. El investimento espiritual al cristianismo. El fundamento doctrinal revelando el carácter espiritual del sistema de vida cristiano. El espíritu de Dios, el don espiritual al cristiano. La incorporación al hombre cristiano a la realidad de vida espiritual, como familia de La Deidad. La acción de adopción espiritual de Dios a los hombres cristianos. La acción regénesis de La Deidad con las criaturas humanas cristianas. La infusión del Espíritu de Dios, vivificando a los mortales hombres. La eternización cristiana. El testimonio del como, cuando la humanidad cristiana fue reivindicada. La concesión de la victoria, triunfo y plena gloria a la humanidad cristiana, sobre su mortal naturaleza y condición

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humana. El cristianismo, la historia de la espiritualizaciรณn de los descendientes adรกmicos. El regreso del hombre, criatura de Dios, en su carรกcter cristiano espiritual, a casa.

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LA SUMA TEOLÓGICA: PADRE E HIJO, CONSUMANDO EL PROGRAMA ETERNO DE REDENCIÓN DEL MUNDO, MEDIANTE LA CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA DEL HIJO SALVADOR, SIGNIFICANDO LA EXPANSIÓN DEL REINO ESPIRITUAL DE DIOS, AL REINO DE LOS HOMBRES; EL TESTIMONIO APOSTÓLICO EVANGÉLICO CRISTIANO DE LA PALABRA DE DIOS “Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.” (1 Juan IV. 14) I. “Y nosotros hemos visto y testificamos que El Padre ha enviado al Hijo…” El testimonio apostólico, evangélico cristiano, de La Palabra de Dios. Testigos de Dios, evangelistas cristianos a los hombres. La acreditación de testigos experimentales, presenciales, y hasta oculares del cristianismo de La Divinidad. Seres humanos constituidos como apóstoles cristianos de Dios. Vidas comprometidas con el Reino Espiritual de La Divinidad. Vidas que por fe se asumen como testigos de esencias, substancias, y consistencias del carácter espiritual, elementos del cosmouniverso espiritual de La Deidad. El testimonio fehaciente e indubitable de la Suma Teológica: Dios Padre y La prerrogativa Divina del Unigénito, primogénito Hijo. La revelación de la Paternidad espiritual, cristiana humana de La Divinidad. La familia espiritual divina, la familia de Dios. La Suma Teológica, Padre e Hijo, La profesión de fe, como vocación evangelística apostólica. Testigos humanos de la comisión apostolar cristiana de La Deidad. La transmisión revelacional del proceso divino para el cumplimiento de su programa espiritual eterno a los hombres. El Hijo cristiano de Dios y apóstol, y su comisión a los hombres. II. “…el salvador del mundo.” La comisión cristiana de La deidad. El ministerio cristiano salvífico de los hombres. Un ministerio en solitario. La exclusividad de la comisión salvífica del Hijo de Dios. Cristo Jesús, Jesús El Cristo, El Un Salvador Humano. La familia Deífica, constituida por El Un Padre y el Un Primogénito Hijo, sin aliados arriba en el cielo, o abajo en la tierra o debajo de la tierra, autores de La consumación de la redención de los hombres. Testigos y apóstoles del Hijo Cristiano de La Deidad. El ev-

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angelio cristiano al mundo, buenas noticias. El salvador cosmológico. El evangelio cristiano y su carácter uni-versal. La expansión del Reino espiritual de Dios, al cosmouniverso humano. El reino de los hombres con todo y sus pretendidas y presuntuosas vanaglorias, dependen del Hijo de Dios, su eficiencia y suficiencia moral, su omnipotencia fáctica, para sobrevivir hasta bienvivir. La Palabra Escrita, Inspirada de Dios y su testimonio Cristo céntrico.

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LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA: JESÚS EL HIJO DE DIOS, LA PUERTA QUE ACCESA AL REINO DE LA DIVINIDAD, A LA PLENA COMUNIÓN CON LA DEIDAD, GARANTIZANDO ADEMÁS LA PERPETUACIÓN DE LA VIDA HUMANA HASTA LA MISMA ETERNIDAD “Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.” (1 Juan IV. 15) I. “Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él…” La doctrina cristiana ortodoxa, la carta magna del reino de Dios. Fe cristiana, la puerta que accesa al Reino de La Deidad. El Reino Cristiano de Dios entre los hombres. El mensaje del evangelio cristiano. El carácter Cristo céntrico del testimonial de La Palabra de Dios. El anunciamiento apostólico. Apóstoles evangelistas cristianos. La fórmula cristiana revelada autenticada por La Divinidad, garantizando la perfecta con-vivencia armónica entre Él y los hombres. Los métodos humanos, por “excelencia” llamados un sinfín de religiones, ya por rituales exóticos, llamativos y rebosantes de misticismo, o traducidos simplemente como rigurosas medidas disciplinarias del cuerpo y la mente, ni siquiera son consideradas como alternativas válidas para la justificación de la vida humana y de sus esfuerzos. Hay un solo camino: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí.” La Deidad habita en tabernáculos cristianos, La Iglesia De Cristo. II. “…y él en Dios.” El cristianismo, todo un estilo de vida que se desarrolla a partir de la profesión de la fe cristiana en el Hijo de Dios, y se perpetúa hasta la eternidad, en convivencia existencial armónica con La Deidad. La fe cristiana les significa a los hombres la experimentalidad de la persona de La divinidad, aparte de contar con la presencia viva de Jesús El Cristo. El cristianismo se sintetiza como el estilo de vida que integra armónicamente la vida existencial de los hombres y el ser eterno de La Suma Teológica. Por ello, la profesión de la fe cristiana, no se circunscribe a una experiencia humana, aislada del resto de su existencia, sino que la misma profesión, se habrá de integrar a la personalidad humana, para expresarse a través de su vida, entretanto el hombre viva en la

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esfera terrena, pero hasta la misma eternidad. As铆 pues, la fe cristiana, es la clave para la perpetuaci贸n de la vida de los hombres, hasta la misma eternidad.

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LA REVELACIÓN CRISTIANA DE LA PALABRA DE DIOS, DE LA DIVINIDAD COMO LA PERSONA MISMA DEL AMOR, LA CONFESIÓN DE FE CRISTIANA ES PRODUCTO DE LA PLENA CON-CIENCIA RACIONAL Y EXPERIMENTALIDAD DE LA OMNIPOTENCIA MORAL DE LA DEIDAD, DONDE, LA COMUNIÓN DEL CRISTIANISMO CON DIOS SE FUNDAMENTA EN EL AMOR “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” (1 Juan IV. 16) I. “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros.” El carácter reflexivo del testimonial de La Palabra de Dios acerca de su amor cristiano. La revelación divina del Amor Cristiano, aprendido por los hombres, mediante el proceso experimental y recibido en un acto de fe. El testimonial revelacional de Dios convocando a los hombres a la fe. La fe humana es provocada por Dios, mediante la realización de los hechos más gloriosos, aquellos que corresponden a la Deidad. El cristianismo, el fruto de la fe de los hombres, en Dios y su amor (Jesús el Cristo). La confesión de fe cristiana de criaturas humanas, el producto de la con-ciencia racional de La Deidad, la creencia en La Deidad, traducida como un acto de la voluntad. La fe es la participación humana, muy humana, del ser de La Divinidad, el cual es expresado en todo tipo de prodigios y del mayor milagro, el amor cristiano, significando el despertar del hombre a la realidad de Dios. Por ello, el cristianismo es, el despertar del hombre a la vida espiritual eterna con Dios. II. “Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” La revelación de La Palabra Apostólica Cristiana Inspirada de Dios de su autor, como la Persona Misma del Amor. La con-ciencia plena de La deidad, en su carácter plenipotencialmente Moral, el fruto de la fe cristiana. No es el hombre natural el que conoce la Identidad moral omnipotente de La Divinidad, sino la con-ciencia cristiana la que fructifica en la confesión de la fe. La Palabra de Dios y su testimonial amoroso. Por ello, el testimonio de Dios a los hombres no sólo comunica ideas, revela la

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perfecta moralidad, en su calidad experimental para todas las criaturas de Dios. Dios y su testimonial para el enriquecimiento de la vida cristiana. La Palabra cristiana revelacional de Dios y su definición de La Divinidad. Por aquello de las confusiones propias de las mentes naturalmente carnales de los hombres, que tienden a pervertir y distorsionar la persona de su Creador y Dios, confundiéndolo con toda suerte de obras artificiosas, superficialmente bellas y/o grotescas dependiendo de los criterios estéticos, éticos y morales de la sociedad en cuestión. La comuniónrelación con Dios, descansa en el principio absoluto del amor ejercido por criaturas con-ciencia racional cristiana, plenamente moral, pues esta, es el fruto del amor. Finalmente, la relación Dios cristiano es una relación de Amor, porque, no puede ser de otra manera.

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LA PROCLAMA TRIUNFAL Y GLORIOSA DE LA FE CRISTIANA POR PARTE DE LA FAMILIA HUMANA DE LA DEIDAD, EL PRODUCTO ESPIRITUAL CRISTIANO, MORALMENTE PERFECCIONADO, HASTA LA GLORIFICACIÓN PLENA, PARA SALVACIÓN Y VIDA ETERNA “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.” (1 Juan IV. 17) I. “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio…” La depuración de la naturaleza humana, acciones purificadoras de la esencia y la substancia de los hombres, hasta alcanzar el perfeccionamiento moral, mediante el amor; a fin de comparecer ante el tribunal divino, plenamente confiados en Dios y sus actos justificadores. La declaración de propósitos cristianos de parte de La Divinidad con la humanidad. La Palabra Cristiana, Escrita, Inspirada de Dios y todo su consejo espiritual, ético, didáctico, moral, así como sus acciones recreativas, regeneradoras, transformadoras, en su carácter autoritativo, señalan el día en que los hombres habrán de comparecer a la cita con su Creador Dios y Un Juez, justificando de esta manera y plenamente, la razón de su eterno y siempre vigente, testimonial revelacional. El carácter del juicio de Dios, es el hecho, como razonamiento, de todo el accionar de La Deidad a lo largo de la historia del género humano, en una y mil maneras, a fin de rescatarle de la condenación eterna. Esfuerzos no escatimados, coronados por la acción amorosa jamás vista por criatura alguna, la entrega de Su primógeno, y unígeno para redención de estas criaturas humanas. II. “…pues como Él es, así somos nosotros en este mundo.” Cuando la fe cristiana se traduce como la declaración de triunfo, conquista, victoria y plena glorificación. La consumación de la fe. La consumación del propósito regenerativo, recreativo de La Deidad en el hombre. La conformación de la nación cristiana a la imagen y semejanza del primogénito de la familia de La Divinidad. El testimonio glorioso del Primógeno de Dios entre muchos hermanos. La proclamación del cristianismo espiritual humano, como un acto de fe. No es un dicho

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cristiano, es el hecho Divino. La suma, en conjunción de iniciativas y acciones Divinas, procreando el cristianismo humano, como una especie espiritual, perfectamente conformada al modelo cristiano, Jesús El Cristo. El mundo, un marco, que por imperfecto, favorece el resaltamiento de la gloriosa, por singular identidad cristiana. Después del perfeccionamiento cristiano en los hombres, el mundo, como entorno hostil y nada favorable para la re-producción de la vida espiritual, será una inmejorable referencia de la obra de glorificación plena, desarrollada por Dios en las criaturas cristianas.

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LA REVELACIÓN DE POTENCIAS ESPIRITUALES MORALES EN PLENO VIGOR, CONDICIONANDO LA VIDA EXISTENCIAL Y ACCIONES DE LOS HOMBRES Y PREDETERMINANDO SU DESTINO ETERNO: 1) EL AMOR Y SUS BONDADES, POTENCIA MORAL, PERFECTIVA DEL CRISTIANISMO, REDENTORA, VIVIFICADOR ETERNO 2) EL TEMOR, POTENCIA INMORAL, SUBSTANCIA ALEATORIA EXTRAÑA, IMPUREZA E IMPERFECCIÓN, OBJETOS DEL JUICIO Y CONDENACIÓN DE LA DEIDAD "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor." (1 Juan IV. 18) I. "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo." El amor y su prevalencia, como omnipotencia moral cristiana, redentora, libertadora, sobre criaturas naturales, invadidas por la culpa del pecado, dominadas y cautivadas por todo tipo de desórdenes y enfermedades, destinadas al juicio divino y a su eventual condenación. La Palabra de Dios y su revelación declaratoria de las bondades del amor con el cristianismo, así como de las condiciones de vida precarias del sistema viviente natural humano, debido a la ausencia de este, y a la presencia perniciosa y dañina del temor. Una exposición revelacional acerca de aquellas potencias morales y espirituales que influyen directamente en la vida, personalidad, y afectan las decisiones humanas. Leyes morales, como tales, inquebrantables y regentes de la vida humana, para bien, el amor, para mal el temor. El amor, liberador, redentor; el temor, esclavizante y cautivador. El amor, es el mayor testimonial en el hombre cristiano, del perdón, la salvación y plena reivindicación humana a la familia de Dios. El temor, es el fruto y consecuencia del pecado humano ante su Creador y Dios, que alimenta su racional conciencia, acerca de la penalidad mortal existente, y a la que es acreedor. II. "De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor." La necesidad del hombre natural de la salvación cristiana. La descripción de la personalidad medrosa del hombre natural. El testimonio de un estilo de vida imperfecto. La omnipotencia moral y su control

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de calidad de la vida humana. Esta calidad de vida, se mide no por los logros, o individuales y/o corporativos, no por su capacidad evolutiva, intelectiva, de especie o tecno-cientista, ni por su capacidad tenencial; sino sólo por sus propiedades y virtudes personales. Además, las leyes morales, como el amor y el temor, son predeterminantes de la existencia eterna de los hombres y sus condiciones, salvos en Dios, y, en condenación de Dios. El temor, presente en la vida humana, se traduce como imperfección. Una sustancia aleativa, extraña en la esencia cristiana, que la vuelve impura, y que la condena a que, en su paso, por el proceso purificador de Dios, el juicio divino, el fuego de purificación; sea reducida a nada, sea destruida.

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LA OMNIPOTENCIA MORAL, LA DIVINIDAD Y SU OBRA CREACIONISTA, EL CRISTIANISMO HUMANO; UN SISTEMA VIVIENTE, EXISTENCIAL Y ETERNO; ESPIRITUAL, MORAL; EL CRISTIANISMO: SUS PROPIEDADES Y VIRTUDES, EL FRUTO DEL AMOR DE DIOS “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.” (1 Juan IV. 19) El cristianismo y sus propiedades y virtudes, morales y espirituales, el fruto del amor de La Divinidad. El carácter reflexivo Cristiano de La Palabra Inspirada de Dios, y su declaración de fe, el reconocimiento de su Génesis Espiritual Divino. El cristianismo, un sistema de vida recreado, a partir de la materia natural de los hombres, caracterizado por la plena potencia moral, como propiedad y virtud atribuida por La Deidad. El amor, un círculo benéfico. El amor y su esencia Espiritual Divina, encarnado, humanado y potenciador moral del género cristiano, inclinando la persona humana a La Divinidad. La nueva generación de hombres cristianos, el testimonio de un nuevo sistema de vida plenamente moral, alimentado por el Dios de los espíritus y de toda carne. Un testimonio de la plena convivencia armónica entre la Divinidad y la humanidad cristiana, una convivencia de calidad moral. El testimonio de cuando el Reino de Dios, plenamente moral gobierna sobre un sistema viviente, sin que el gobierno se traduzca en imposición y autoritarismo, y ni las leyes sean gravosas. Un sistema donde los gobernados rinden sus vidas amorosamente, en plena disposición, adorando a La Divinidad por convicción moral. El Reino de Dios, armonizando perfectamente el cristianismo moral, producto del amor divino y La eterna existencia de La Deidad.

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EL TESTIMONIAL DOCTRINAL ORTODOXO DE LA PALABRA CRISTIANA ESCRITA INSPIRADA DE DIOS, ACERCA DEL EJERCICIO REPONSABLE, POR ENCARNADO Y HUMANO, DE LA CAPACIDAD MORAL, ACCIONES DISIPLINARIAS Y PARA EL EJERCICIO RESPONSABLE DEL AMOR, YA A DIOS, YA AL HERMANO “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (1 Juan IV. 20) I. “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso.” La exposición revelacional de La Palabra de Dios de una profesión de fe vanagloriosa, vanidosa, presuntuosa, pretensiosa, pseudocristiana. La evidenciación de criaturas humanas mentirosas. Personalidades encarnadoras de la incoherencia, inconsistencia, incongruencia. Substancias y esencias imperfectas, impuras, corruptas y llenas de inmundicia, y a pesar de sus pretensiones moralistas, naturalmente pecaminosas. Dios y su señalamiento consignatorio, repudiando y condenando acciones fraudulentas, enmascaradas por una falsa piedad, bajo el rostro del cristianismo. La acción deslindante y desvinculatoria de La Deidad, de hombres pretendidamente cristianos cuyos dichos píos son contrariados por los hechos. En ninguna manera, La Deidad será el pretexto perfecto de criaturas fratricidas. La triste realidad del género humano rencoroso, rencilloso, peleonero, conflictivo, el cual a pesar de su prominente carácter religioso, no alcanza la justificación de su vida en Dios. Dios y su negativa justificadora de los hombres y sus mil y una batallas pretendida, pero aberrantemente “santas”. II. “Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿Cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” La humanidad propia de los hombres, la prueba a su capacidad moral. La Constitución Legislativa de La Deidad, reguladora de la moralidad humana, en un ejercicio pretensiosamente descarnado e inhumano, obligando al género de los hombres a extrovertir su capacidad moral en el prójimo. Dios y su Palabra Escrita, normando regulatoriamente el ejercicio del amor entre los hombres. Los argumentos racionales de La

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Palabra escrita de Dios atestiguando, la obligación humana, igualmente racional y volitiva del ejercicio responsable del amor. El carácter doctrinal ortodoxo de La Palabra de Dios, disciplinando a los hombres cristianos en relación con su responsabilidad moral. Doctrinas formativas del carácter cristiano. Acciones regenerativas cristianas mediante la Palabra Escrita Inspirada de Dios. El fundamento del amor cristiano, es, por necesidad obligada, la relación-comunión fraterna.

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LA MÁXIMA Y SUPREMA DISPOSICIÓN LEGAL DE LA DIVINIDAD CRISTIANA EN SU REINO ESPIRITUAL ETERNO, LA VOCACIÓN MORAL DEL CRISTIANISMO, UN AMOR ESPIRITUAL, PERO ADEMÁS ENCARNACIONAL Y MUY HUMANO “Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.” (1 Juan IV. 21)

I. “Y nosotros tenemos este mandamiento de Él…” La Palabra Cristiana Escrita Inspirada de Dios, la regla de fe y práctica del cristianismo. La plena comunión armónica entre la voluntad humana y la voluntad cristiana. El redil de la fe cristiana. Un rebaño y un pastor. La declaración de fe del cristianismo. La familiaridad de la voz del buen pastor cristiano a las ovejas, el pueblo de Dios, el rebaño y redil de Jesús. El testimonio del cristianismo como el pueblo de Dios quien con humildad y mansedumbre acepta el yugo de su Señor sobre sí, porque “…mi yugo es fácil y ligera mi carga.” (Mt. XI. 30) La expresión de la fidelidad del cristianismo a Su Señor. La fe cristiana y su fundamento legal. La base racional de la fe cristiana. El ejercicio perfecto de la racionalidad del cristianismo a fin de mantener íntegra su fidelidad y lealtad a su Señor. El señorío cristiano tiene asegurado su lugar en La Iglesia, en aquella vigilante y que asume los mandamientos cristianos como su profesión de vida II. “…el que ama a Dios, ame también a su hermano.” La vocación moral del cristianismo como pueblo de Dios, el ejercicio de un amor espiritual pero también, encarnacional y muy humano. La disposición legal de Dios a su pueblo regulando la naturaleza de la omnipotencia moral, el amor, y decretando su ejercicio en términos de plena integridad. La máxima y suprema disposición legal de La Divinidad Cristiana en Su Reino espiritual Eterno, pero incorporado en los hombres cristianos. El carácter plenamente moral del sistema de Vida del Reino de Dios. La omnipotencia moral regente de las relaciones y común-unión entre el cristiano y La Deidad, el cristiano y los cristianos. La ley cristiana de Dios y su plenitud moral. La legislación cristiana de La Palabra de Dios, y sus garantías morales a los

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hombres cristianos. El amor a Dios y a los cristianos, La obligaci贸n legal propia de la fe cristiana.

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EL TESTIMONIAL CRISTIANO DE LA PALABRA DE DIOS, DE LA FE, A LAS OBLIGACIONES MORALES; LA LEY CRISTIANA PROPUGNANDO POR EL CUMPLIMIENTO DEL PRIMERO Y MÁS GRANDE MANDAMIENTO, EL AMOR A DIOS “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.” (1 Juan V. 1) I. “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios…” El decreto legitimario al cristianismo como pueblo filis Dei. Una declaración, incluyente de todos los hombres de la fe cristiana, de La Palabra de Dios, acerca de sus orígenes divinos. La revelación de Jesús el Cristo. Jesús Cristo, el justificador de la vida, fe y obras de los hombres. Sin Cristo, el hombre está muerto. La “fe” de los hombres, en alguien más, cualquiera que sea, es superstición y hasta idolatría. Las obras humanas, aquellas que no son el producto del nuevo hombre creado en Cristo Jesús, son solamente vanidad, y no son suficientes para obtener la trascendental inmortalidad. La exposición revelacional del carácter céntrico de Jesucristo, para los propósitos integradores de la divinidad con los hombres, a Su reino espiritual. La fe cristiana, la potestad a los hombres de ser hechos Hijos de La Deidad. La fe cristiana, la prueba del carácter legítimo de los hombres, cristianos, como Hijos de Dios. II. “…y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por Él.” El testimonial cristiano de La Palabra de Dios, de La Fe, a las obligaciones morales. La consubstancialidad congruente del amor cristiano y La Divinidad. La revelación de La Palabra escrita de Dios de la sublimidad gloriosa, como vocación propia, del amor cristiano, el amor a La Deidad. Cristo, el rostro/cara/aspecto humano, la persona del amor. El preminencia del amor familiar en las relaciones interpersonales en el Reino de La Deidad. La común-unión y relación armónica fundamentada en la omnipotencia moral, como acto racional y de la voluntad, de las personalidades integrantes en el reino de La Divinidad. La ley cristiana propugnando por el

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cumplimiento del primero y m谩s grande mandamiento, el amor a Dios. La naturaleza y misi贸n del cristianismo, la plena glorificaci贸n de Dios El Padre.

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EL CARÁCTER CONSTITUTIVO DE LA PALABRA, Y DE DIOS COMO PRIMER MANDANTE Y SU SERIE LEGISLATIVA, REGULANDO EL SISTEMA DE VIDA EN SU REINO ESPIRITUAL CRISTIANO MILITANTE “En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.” (1 Juan V. 2) I. “En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios…” El elemento probatorio del amor fraternal cristiano. El testimonial de Dios a La Iglesia. La prueba racional a la potencialidad moral del cristianismo. El escrutinio divino al ejercicio responsable de la moralidad de su pueblo. Dios, El Un Juez, Moral, para el sistema de vida cristiano. La omnisciencia divina, revelando al hombre los elementos morales que prueban su responsable competencia en su trato con los semejantes. Dios demuestra que la virtud que caracteriza su relación con sus Hijos, es el amor. La exposición doctrinal de La Palabra de Dios, como instrucción moral (no moralista) a su pueblo. Acciones divinas aseguradoras del comportamiento espiritualmente moral del cristianismo. Dios es espíritu, por tanto, sólo cuando el hombre es espiritualmente rehabilitado, podrá acondicionarse para la relación-comunión con La Divinidad. Dios es amor, por tanto, sólo cuando el hombre es a-fili-ado mediante el mecanismo cristiano de adopción (la prédica del evangelio cristiano), podrá acondicionarse para amar al sumo bien y supremo valor espiritual, Dios. Amar a los Hijos de Dios por lo tanto, significa la necesidad obligada del amante, a ejercer un amor de cualidades y esencias substanciales perfectos. Debe ser entendible que el amor, Dios, el amor de Dios a sus Hijos, y el amor de la familia de la fe cristiana es paramétrico a La Divinidad. II. “…cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.” El carácter constitutivo de la Palabra, y de Dios como primer mandante (no co-mandante) y su serie legislativa, regulando el sistema de vida de su Reino Espiritual, Cristiano y Militante. El testimonio de Dios en su Palabra, en términos ordinarios, y que es la razón del análisis cristiano para no confundirle con los objetos propios del afecto materialista humano. El

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amor a Dios exige al hombre revestirse de virtudes y propiedades, que son ajenas a su naturaleza humana. Por lo tanto, La Palabra de Dios, no puede en ninguna forma ser confundida con un justificante de las acciones inmorales humanas, como son: afectos enfermos, desviados, pervertidos, carnales. El amor a Dios y por extensiรณn, a Sus Hijos, significa la acciรณn mรกs sublime que el hombre haya jamรกs conocido, sรณlo posible para el cristianismo. Para ello el cristianismo cuenta con La Palabra de Dios, La verdadera autoridad en materia espiritual y moral.

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EL TESTIMONIO DE AQUELLA OFRENDA CRISTIANA, CONSTITUIDA EN SACRIFICIO VIVO, RACIONAL Y PERFECTAMENTE MORAL, DE OLOR FRAGANTE, CON FUNDAMENTO EN LAS DISPOSICIONES ESPIRITUALES DE LA DIVINIDAD “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.” (1 Juan V. 3) I. “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos…” La encarnación cristiana de la perfecta voluntad de La Divinidad, acciones morales, como estilo de vida, la personificación del amor, el imperativo moral de Dios a su pueblo. La revelación de la naturaleza, consistencia y sustancialidad del amor cristiano a Dios. La Palabra de Dios, el doctrinario cristiano acerca del ejercicio de su moral plena, en aras de su justificación al enfocarse en Dios. El testimonio de cuando para Dios no basta la sinceridad, la buena intencionalidad, la mayor pureza de los mejores afectos humanos, sentimentales y emocionales, y ni siquiera la buena voluntad que haya detrás de prácticas cúlticas, cuando estas son propias del arbitrio humano. El amor reglamentario es aquel perfilado y perfectamente definido por Dios y su Palabra Escrita. La certera precisión del consejo divino, enseñando demostrativamente al género cristiano, el carácter moral justificado por Dios. Es el testimonio de aquella ofrenda cristiana constituida en sacrificio vivo, racional y perfectamente moral, con fundamento en las disposiciones espirituales de La Divinidad. II. “…y sus mandamientos no son gravosos.” La ley cristiana espiritual de Dios. La constitución del Reino Espiritual Cristiano (de Dios). La legislación reguladora del sistema de vida cristiano como sistema espiritual militante. El fundamento para la existencia de criaturas nacidas de nuevo; el nuevo hombre cristiano, creado a imagen y semejanza de Su Señor. La experiencia humana con legislaciones del tipo moral espiritual, ha dejado amargas enseñanzas a los hombres. El Reino Mosaico de Dios ha sido resumido como el preámbulo (preparación) del Reino Cristiano. Con una base legislativa procedente de La Divinidad, confirmó

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que 1) tal sistema legal es una verdadera amenaza a la existencia terrena del pueblo de Dios, propiciando su exterminio, ante la impotencia, e inoperancia del hombre para cumplir tan exigente régimen 2) para que un régimen de tal naturaleza prospere, se requiere de un sistema de vida correspondiente, ciudadanos del Reino Espiritual Cristiano de Dios. Por ello, a diferencia de la experiencia humana bajo el régimen Mosaico, de muerte, la experiencia cristiana acerca de la ley del amor de Dios, es gratificante, no gravosa. Pues no se trata de reglamentar comportamientos, meras costumbres y hábitos, sino únicamente de guiar la naturaleza espiritual cristiana humana, hasta su pleno desarrollo, a través de los caminos espirituales de Dios.

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EL TRIUNFO DE LA FE SIMIENTE VICTORIOSA Y EL SISTEMA DE VIDA DE LA DECLARACIÓN DE FE CRISTIANA

CRISTIANA, EL TESTIMONIO DE LA GLORIOSA DE LA DIVINIDAD, SOBRE UN ENTE MUNDANO Y ESCLAVIZANTE, DEL PUEBLO DE DIOS, LA IGLESIA

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” (1 Juan V. 4) I. “porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo…” La magnificente y augusta gloria de La Deidad, y su atribución como propiedades hereditarias a sus Hijos, procreando una especie de vida triunfante y victoriosa del ente mundanal. Dios Vida, fuente y origen, son la garantía y aseguranza de un sistema, no sólo libre del yugo de esclavitud natural mundano, sino sobrepuesto vencedor. La justificación de La Palabra de Dios, del conflicto antagonista entre Dios y el mundo. Un conflicto que termina con el triunfo de La Deidad y La derrota del Mundo. El cristianismo y su carácter glorioso, triunfal y victorioso. La gloriosa victoria sobre el sistema de vida mundano, carnal y pecaminoso, la característica particular y sello propio del cristianismo hijo de Dios. El distintivo cristiano. La Palabra de y Dios mismo, garante del triunfo de Su Pueblo. II. “…y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” No es la proclama triunfal y victoriosa del humanismo. No es la declaración de trascendencia y realización del género humano, poniendo fin a su generacional búsqueda. No es el grito de júbilo de una sociedad humana que ve coronados todos sus esfuerzos, y que al considerar el despliegue interminable de recursos e instrumentales, tecnológicos, bélicos y cientistas, cree que la inversión de tiempo, y esfuerzos ha valido finalmente la pena. La consistencia de la fe no se define en la seguridad, suficiencia, competencia, potencia y confianza propia de los hombres. Esta consistencia es definida por el objeto cristiano. Es la creencia en el Hijo de Dios, la que fructifica en los hombres, concediéndoles el derecho de ser hechos Hijos de Dios, y les garantiza la victoria sobre cada uno de los detractores, ya naturales

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humanos, ya espirituales. Fe cristiana, el instrumental de combate y orquestador del triunfo del pueblo de Dios. Porque existe otra forma de triunfar. Porque, en conformidad a los propรณsitos de La Deidad, el ser humano puede alcanzar su realizaciรณn por medio de la fe en Cristo. Pero, la fe cristiana es mรกs que la confianza y creencia en Cristo. De hecho, es la base de todo un sistema de vida que habrรก de construirse sobre La Palabra Cristiana Escrita Inspirada de Dios, el doctrinario ortodoxo del cristianismo. La constituciรณn reglamentaria y normativa del reino cristiano de Dios.

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LA REVELACIÓN EXPOSICIONAL DE LA PALABRA DE DIOS ACERCA DE LAS PRERROGATIVAS DE LA FE CRISTIANA, COMO FACULTATIVA DE LOS PROFESANTES, CREANDO VERDADEROS VENCEDORES EN LA LUCHA ESPIRITUAL CON EL REINO MUNDANO DEL MAL “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1 Juan V. 5) La revelación de La Palabra Cristiana Escrita Inspirada de Dios, acerca del cristianismo en su carácter natural, victorioso y triunfante, proclamando con acento inquisidor, su desafío (a entidades, pretensiosamente principados y potestades), si hay entre los de su condición, aquel que habiéndose atrevido a desafiar al mundo, le ha vencido. Las prerrogativas de la fe cristiana, facultativa a los profesantes. Las glorias del cristianismo. Un sistema de vida Cristo-céntrico. El Reino Espiritual Cristiano de Dios Militante, con fundamento en la Fe Cristiana. El Reino de Dios y su conflicto con el Reino Natural Mundano de Satanás. Un conflicto de carácter espiritual y moral. El Reino Cristiano de Dios y su plenipotencialidad moral. El reino natural mundano de satanás y su plenipotencialidad inmoral. La lucha entre el espíritu y la carne, el bien y el mal. El cristianismo y su base constitucional, la Palabra Cristiana Escrita Inspirada de Dios, el doctrinal ortodoxo, como fundamento de las creencias y convicciones, así como también de las prácticas del pueblo de La deidad, suficiente para crear verdaderos vencedores en la lucha contra el mal. Ella revela la paternidad de La Divinidad. Revela a Dios el Hijo. Revela La Suma Teológica. Revela al Hijo-Hombre de Dios. La simiente espiritual divina, sembrada en humanidad. El don de Dios a los hombres, para que quien reciba su testimonio, reciba todas las bondades de la fe. En el historial de vida humana a través de todas sus generaciones, y hasta antes de la generación cristiana, el sistema de vida mundano, carnal y completamente pecaminoso, se erguía triunfal y victorioso. En el hoy, presente del cristianismo, se escribe la historia del pueblo de Dios, como un Reino glorioso. El reino que puso fin al imperio del mal.

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BIOGRAFÍA CRISTIANA DE AUTORÍA ESPIRITUAL, LOS ORIGENES DE JESÚS-CRISTO, EL POSTRER ADÁN, CUYO ORIGEN NO ES TERRENAL, NI CREACIONAL, NI FORMATIVO Y AUNQUE PROCEDENTE IGUALMENTE DE DIOS, NO DEL TIPO DEL PRIMER ADÁN. “Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.” (1 Juan V. 6) I. “Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre…” Biografía cristiana. El testimonio de La Palabra de Dios de Jesucristo. La esencia, sustancia y consistencia del ser Jesús-Cristo. La otra forma de ser humano, la otra especie de vida, el otro hombre. El G.énesis de las generaciones cristianas. El Adán celestial. La Palabra Cristiana escrita Inspirada de Dios, el registro biográfico del postrer Adán, cuyo origen no es terrenal, ni creacional, ni formativo. Y aunque procede igualmente de Dios, pero no del tipo del primer Adán. Jesús-Cristo, La historia biográfica del ser, el cual es la armonización elemental del espíritu y la materia. El ser que atestigua la unión hipostática, como el nuevo sistema de vida del Reino de Dios, y que asegura la participación humana cristiana en El Reino. II. “…no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre.” La perfecta integridad Jesús-cristo. El punto de encuentro del mundo celestial y el mundo material. El punto de común-unión entre el sistema de vida espiritual y el sistema de vida humano. El carácter mediador cristiano, no tiene que ver únicamente con su ministerio, sino aún antes con su propia constitución personal. La precisión certera de La Palabra de Dios de su testimonio, acerca de la perfecta armonía presente en la persona cristiana, a partir de su doble origen. La integración corporativa de dos mundos, dos sistemas de vida, dos naturalezas. III. “Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.” La Palabra Cristiana Escrita Espiritual Inspirada de Dios y su testimonial cierto y verdadero. La parte espiritual, en la transmisión

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escrita del Génesis Jesús-Cristo. Testigo espiritual cristiano de Dios. El carácter espiritual del testimonio de Jesucristo. El carácter espiritual del evangelio cristiano. La voz del Espíritu, La Palabra Escrita de Dios. Biografía cristiana, de la autoría del Espíritu Santo. La Palabra de Dios y su sello espiritual. La Palabra de Dios espiritual y fielmente veraz.

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TESTIGOS CRISTIANOS, CUYO TESTIMONIO ES HALLADO CONSISTENTE Y CONGRUENTE, FIEL A LA VERDAD, ASEGURANDO: 1) EL CRISTIANISMO, COMO SISTEMA DE VIDA, TIENE GARANTIZADA SU PLENA JUSTIFICACIÓN LEGAL ANTE LA DEIDAD, PARA SALVACIÓN Y VIDA ETERNA 2) EL MUNDO ANTICRISTIANO ES HALLADO CULPABLE DE PECADO, Y ESTÁ CONDENADO A LAS PENALIDADES LEGALES, SEPARACIÓN Y MUERTE ETERNA “Porque tres son los que dan testimonio {en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra:}el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.” (1 Juan V. 7-8) I. “Porque tres son los que dan testimonio (…) el Espíritu, el agua y la sangre…” Testigos cristianos de La Deidad a los hombres. Testigos conforme a las disposiciones legales más exigentes, las disposiciones de La divinidad, a fin de autenticar al Jesús-Cristo humano de Dios. El fundamento doctrinal bíblico ortodoxo de la fe cristiana. Elementos que a pesar de sus diferencias sustanciales, concuerdan en la naturaleza cristiana. Elementos como propiedades del ser experimental cristiano, con toda la facultad autoritativa para dar fe del caso y de la persona cristiana, su propia persona. La composición elemental del ser Jesús-Cristo. Evidencias de la fe y para la fe cristiana. Elementos probatorios apostólicos del JesúsCristo, expuestos en el marco del testimonio evangélico de La Palabra de Dios para fundamentar sus posiciones. Testigos que por verídicos y fieles, demandan moralmente a toda una sociedad humana a creer para salvación y/o rechazar la verdad, en un acto pleno de voluntad racional, para quedar convictos de pecado y sujetos de las penalidades establecidas en la ley del evangelio cristiano, la muerte eterna: “el que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (v. 12). II. “…y estos tres concuerdan.” La Palabra de Dios y su análisis de la consistencia y congruencia de los testigos cristianos, concluyendo con una declaratoria formal de procedencia, pues el testimonio es verídico. En el tribunal de La divinidad, allí donde se efectúa el proceso legal, en función de determinar el destino

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eterno de los hombres, el juicio avanza, y cada elemento cristiano valorado en su contexto es aprobado. Significa 1) el cristianismo ciertamente cuenta con los beneficios de la justificación de Jesús-Cristo 2) el mundo anticristiano se acerca cada vez más a su condenación y exterminio. No puede la verdad, y la razón que asiste a la verdad, estar de las dos partes. La justificación cristiana ante Dios, significa a su vez la condenación de lo anticristiano.

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LA DIVINIDAD Y SU PROCLAMA DEL EVANGELIO CRISTIANO A LOS HOMBRES, EL TESTIMONIO GLORIOSO DE LA PALABRA DE DIOS, DIGNO DE TODA CREDIBILIDAD, DEMANDANDO SU ACEPTACIÓN A LA HUMANIDAD, EN UN ACTO DE ABSOLUTA RACIONALIDAD “Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo.” (1 Juan V. 9) I. “Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios…” La Palabra de Dios y su testimonio exposicional del creador y sus criaturas. El cosmouniverso creado de Dios, el escenario en el cual El Creador y sus criaturas litigan. Un ejercicio de facultades racionales. El testimonial divino y su preminencia sobre el testimonial humano. La racionalidad de la fe cristiana. La Palabra de Dios y su suficiencia en la argumentación legal, demostrando la irracionalidad de las acciones, intenciones, creencias y convicciones de los hombres, cuando estos se muestran crédulos de los testimoniales que sus iguales aportan, pero se oponen a todo lo que procede de Dios. Indiscutible, la calidad moral, ética sustancial, ontológica, espiritual de La Divinidad.

II. “…porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de Su Hijo.” La exposición elemental del testimonio de La Divinidad. El testimonio de La Deidad, legitimario del carácter filis Dei de JesúsCristo. El testimonio de La Palabra Cristiana Escrita Inspirada de Dios y su carácter crediticio de la personalidad de Jesús-Cristo. La Palabra de Dios y su Cristo-centricidad. La Palabra escrita Inspirada de Dios, fuente viva, documental del cristianismo. El cristianismo de La Divinidad a los hombres. La Palabra escrita Inspirada de Dios regla-mentaria de la fe cristiana de los hombres. El valor legal de La Palabra Escrita Inspirada de Dios, a favor de Jesús-Cristo como Su Hijo. La proclamación del evangelio cristiano a los hombres por parte de La Deidad.

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LA PALABRA CRISTIANA DE DIOS Y SU JUICIO DE LOS HOMBRES: 1) PLENA COMUNIÓN Y VIDA ETERNA, EL FRUTO DE LA FE CRISTIANA 2) ENEMISTAD IRRECONCILIABLE Y MUERTE ETERNA, EL FRUTO DE LA ABSURDA INCREDULIDAD A LA DIVINIDAD “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.” (1 Juan V. 10) I. “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo…” El cristianismo y su carácter encarnacional humano, el fruto de la fe. El testimonial escrito de La Palabra de Dios de cuando el ser humano, por causa de la fe cristiana, es transformado en el templo de La Suma Teológica. El perfeccionamiento de la fe cristiana en el creyente, generando experiencias espirituales, vívidas, reales. La incorporación del cristiano a la realidad de vida espiritual de Dios. La introducción humana a través de la fe cristiana a la plena comunión con La Divinidad. La fe cristiana sin pretensionismos ni presunciones, es toda una realidad, que no defrauda a los hombres. La fe cristiana conduce a los hombres, inevitablemente a la verdad, propiedad y virtud del Reino Cristiano de Dios. II. “…el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso…” La incredulidad a Dios, es el absurdo de los absurdos, la incoherencia de las incoherencias, la mayor insensatez; el testimonio de La Palabra Escrita Inspirada de La Divinidad. No es el caso del mentiroso ateo, sino el caso de toda una sociedad religiosa, profesante de la creencia en Dios(es), pero que en cuestiones cristianas prefiere a sus diosecillos. El testimonial de La Palabra Escrita Inspirada de Dios, es toda una exhortación a la religiosa sociedad, para que, a sus creencias acerca de Dios, incorporen la racionalidad de la doctrina ortodoxa, que les guie del extravío y el error, a la luz y la verdad. III. “…porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de Su Hijo.” Cristo: el Camino y La Verdad y La Vida. Mientras los hombres viven en sus propios caminos, ignorantes de Dios y de La Vida espiritual

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Eterna, no se les atribuye ninguna responsabilidad culposa, por sus acciones moralmente pecaminosas; pero cuando el hombre es confrontado directa y personalmente con la potencial soluci贸n, Cristo, y le rechaza, Dios da testimonio que este acto es imperdonable y suficiente para condenarle a la muerte eterna. Cristo, el testigo de Dios para vida eterna. Cristo, el fundamento constitucional del Reino de Dios, determinante del destino eterno de los hombres. La Palabra de Dios y su car谩cter doctrinal cristiano.

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LA REVELACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS, ACERCA DE LA RESURRECCIÓN DE LOS HOMBRES, LA ANTES GENERACIÓN ADÁMICA, HOY CRISTIANA Y LA CUAL BAJO EL GOBIERNO DE LA LEY DEL EVANGELIO, TOMA DEL FRUTO DEL ÁRBOL DE LA VIDA Y VIVE PARA SIEMPRE “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.” (1 Juan V. 11) I. “Y este es el testimonio…” La Palabra Cristiana, Escrita, Inspirada, Revelada de Dios a los hombres. Las iniciativas y esfuerzos de La Divinidad para el establecimiento de la comunicación con sus criaturas, fructificando mediante la transmisión fiel, en fondo y forma, de su testimonial. El conocimiento de La Divinidad, Su Persona y Propósitos, por parte de los hombres, es ahora posible. El misterio que ha mantenido en oculto de los hombres, la persona de Su Creador y Dios, ha sido develado, y por causa de las acciones proclamadoras de la misma Divinidad, su testimonial se abre generoso a la racionalidad humana, para nutrirle con el conocimiento de La Vida Espiritual Eterna. El testimonio espiritual de La Palabra Escrita Inspirada de Dios. II. “…que Dios nos ha dado vida eterna…” El mensaje Glorioso, pero de carácter espiritual de la vida eterna, a través de La Palabra de Dios. La Vida eterna, El don de Dios a los hombres cristianos. La proclama triunfal y victoriosa de hombres cristianos, antes débiles, simples y humanos abatidos por la muerte, hoy desbordados por la inconmensurable Gracia de La Divinidad. La Proclama triunfal y gloriosa de la fe cristiana. La declaración de fe del cristianismo. La Palabra Cristiana Escrita Inspirada de Dios y su mensaje de vida eterna. El testimonial de Dios del cristianismo y su historia de vida hasta la eternidad. El re génesis humano cristiano de La Divinidad. El evangelio cristiano. Un mensaje de fe, esperanza, amor, consuelo, paz, perdón, reconciliación y glorificación. El testimonio de viva voz de la generación antes adámica, ahora cristiana, y su reivindicación a la vida en común-unión eterna con Su Creador, Dios y ahora también Su Padre.

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III. “…y esta vida está en Su Hijo.” Cristo, La Persona de La Vida Espiritual Divina Eterna. Jesús-Cristo, la revelación de Dios de lo que para los hombres se ha traducido como el aliento vital, más o menos duradero, dependiendo de causas ajenas y extrañas para la humanidad, la vida. Cristo, justifica la necesidad obligada de los hombres, de una reinterpretación de la vida, en su esencia, sustancia y consistencia. La vida ha dejado de ser aquel fenómeno apenas definible para los hombres, y hasta eso, definible solo a partir de su propia experiencia. La vida es y tiene su máximo representante y exponente en Cristo. Cristo ha sido y es ahora, al presente, aquel don de Dios puesto al alcance del género humano, el cual en el principio de su generación, falló en el enfoque de objetivos, al rechazarlo en el huerto de edén, para negociarlo por la ciencia del bien y de mal. El evangelio cristiano tipifica aquella primera ley de Dios dada al primer Adán, la cual, no solamente sugería, ni tampoco en un ánimo vago, solamente le exhortaba a la obediencia a Dios, a fin de vivir. Hoy el evangelio cristiano, señala con precisión el “árbol de la vida” Jesucristo, el cual fruto significa para los hombres la vida eterna. El hombre tiene su segunda oportunidad para hacer la diferencia. Recibir el don de Dios, Cristo y vivir, o continuar en sus pretensiones independentistas y recibir la ratificación de su sentencia, la muerte eterna.

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LA REVELACIÓN DEL HIJO DE DIOS, GOBERNANTE DE TODO LO CREADO ARRIBA EN EL CIELO, ABAJO EN LA TIERRA Y DEBAJO DE LA TIERRA, PREDETERMINANDO SU VIDA Y/O SU MUERTE, LA PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA ESCRITA DE DIOS DEL EVANGELIO CRISTIANO “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.” (1 Juan V. 12) I. “El que tiene al Hijo, tiene la vida…” La Palabra de Dios y su acción articular de la doctrina cristiana, la doctrina del Hijo de Dios. La doctrina de La Vida Cristiana. La doctrina del carácter vital del Hijo de Dios. El Creador y Vivificador de los cosmouniversos existentes. El testimonio de La vida Eterna. La revelación, hasta la manifestación plena, personal, del Hijo de Dios y su ontología obligada para la existencialidad de toda la creación. En ninguna manera existe siquiera la posibilidad de concebir la vida, aun en sus formas más básicas, pero independiente del Hijo de Dios. El Hijo de Dios, Jesús-Cristo, es La Ley de La Vida. Obliga a todas las cosas y a todas las criaturas, a permanecer en él, para la vida permanente. La necesidad de todo lo creado, arriba, abajo y debajo a mantener la común-unión, en términos personales, con el Hijo de Dios. Es la relación íntima, directa y personal de todo lo demás, con la vida espiritual eterna. II. “…el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.” El carácter definitorio del Hijo de Dios de todo lo demás. El Hijo de Dios y todo lo demás. El Hijo de Dios Es y Da Vida, pero también a partir de Él todo lo demás, adquiere identidad, sentido, propósito y personalidad. La inconmensurabilidad de la persona del Hijo de Dios, puede ser, pero sólo referida, por su ausencia en los espacios personales de todo lo demás, que se ve caracterizado por una racionalidad despropositiva e inmoral, y únicamente comprendida por su inexistencia. Es el régimen de La Ley Del Hijo de Dios. Es el Reino Cristiano de Dios. El testimonio de La Palabra de Dios es plena revelación de la sustancia y la esencia de la verdad a los hombres, y a todo sistema de vida artificial, no cristiano. La vida fuera de Dios, ajena al Hijo de Dios, de características anticristianas, es únicamente una ilusión. Es vanidad y

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mentira. El mayor fraude del que el hombre tenga memoria, y el más costoso. Es la herencia a la generación adámica. Es el legado de muerte del primer padre a sus hijos. Es el destino del género humano no cristiano. Por eso, buscad primeramente el Reino Cristiano de Dios y todo lo demás os será añadido.

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LA PALABRA ESCRITA INSPIRADA DE DIOS Y SU CARÁCTER GLORIOSO, EN VIRTUD DE SU MENSAJE REVELACIONAL DE LA VIDA ETERNA, Y ESTA COMO PROPIEDAD DEL PUEBLO CRISTIANO, UN MENSAJE DE FE Y PARA LA FE “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.” (1 Juan V. 13) I. “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios…” El testimonial de La Palabra Escrita, el mensaje de Dios al cristianismo. La exposición doctrinal de La Palabra Escrita de Dios a Su Pueblo. El pueblo de La Fe en el Hijo de Dios. El carácter mediático de La Palabra de Dios como instrumental para la comunión de la fe cristiana. La articulación doctrinal, mediante el lenguaje escrito de la realidad espiritual que corresponde a la persona, vida y ministerio del Hijo de Dios. La proclamación escrita del evangelio del Hijo de Dios a los hombres de la fe cristiana. Comisión apostólica y cumplimiento del ministerio evangélico cristiano. La confirmación de la fe. Iniciativas divinas sustentadoras de la vida espiritual del pueblo de Dios, La Iglesia Cristiana. II. “…para que sepáis que tenéis vida eterna…” El carácter glorioso de La Palabra de Dios, dando fe de la vida eterna, y de esta, como propiedad de los hombres que creen en el Hijo de Dios. La declaratoria de La Palabra de Dios a favor de la vida cristiana, la vida eterna. Toda una revelación gloriosa y sublime. El testimonio de que todos aquellos que creen en el Hijo de Dios no serán jamás avergonzados. El testimonio también, de que es mediante la fe, que el hombre accesa a una vida completamente experimental, de toda la plenitud del mundo espiritual eterno de La Deidad. Lo que comienza como un acto de fe se confirma como experiencias plenamente racionales. Es la certeza que da la fe. Es la seguridad, a partir de un acto de fe. Es el triunfo de la fe en el Hijo de Dios. Es el triunfo de la vida sobre la muerte. Es la declaratoria justificadora de parte de La Divinidad, de los hombres de fe. Es la confirmación de la obra cristiana salvífica en el ser humano.

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III. “…y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.” La proclamación del evangelio cristiano a los hombres de fe y para fe. Acciones confirmatorias de la fe cristiana. Acciones de La Deidad procuradoras de la nutrición de la fe de su pueblo. Es el testimonio del Hijo de Dios como el alfa y la omega, el principio y fin de la fe. La obra de Dios guiando a su pueblo en el camino de la fe, a fin de evitar extravíos. El estímulo de la fe cristiana en el pueblo de Dios. Jesucristo sigue siendo la vocación del pueblo de Dios. Entre tanto militante, el cristianismo está llamado a permanecer en la fe del Hijo de Dios, con el propósito de la plena fructificación de vida y de la voluntad de La Deidad.

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EL CRISTIANISMO, TODO UN SISTEMA VIVIENTE Y AUNQUE DE CARÁCTER ESPIRITUAL, TAMBIÉN MILITANTE, CONCILIANDO EN UNA RELACIÓN PERFECTAMENTE ARMÓNICA, LA VOLUNTAD HUMANA CON LA VOLUNTAD CRISTIANA DE DIOS, GARANTIZANDO 1) EL PERFECTO SUSTENTO DE LA VIDA Y NECESIDADES DE SU PUEBLO Y 2) EL PERFECTO CUMPLIMIENTO DE SU VOLUNTAD Y PROPÓSITOS “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.” (1 Juan V. 14) I. “Y esta es la confianza que tenemos en Él…” El cristianismo, un sistema de vida plenamente relacional, fundamentado en la confianza en El Cristo Viviente y Reinante. La Palabra de Dios y su testimonial revelador del ejercicio de la fe cristiana por parte de los hombres. El cristianismo y su fundamento espiritual Jesús-Cristo, causante de las experiencias vivas y enriquecedoras del pueblo de la fe. Un pueblo que ha aprendido día a día a rendir su vida plenamente confiado al cuidado, al sustento y la protección de Su Señor. El testimonio de la dimensión espiritual eterna de la persona de Jesús-Cristo. El testimonio de que el cristianismo no sobrevive y/o apenas vive del recuerdo de su fundador, o peor aun, de los esfuerzos propios de sus fanáticos; sino todo lo contrario, que ejerce una vida plena y con propósito, llevado de la mano del glorioso Cristo, Rey de lo creado, Señor y Dios y Salvador. Jesús-cristo, Hijo de Dios, suficiente El Buen Pastor, con el poder de convocatoria para congregar en uno a los Hijos de Dios. II. “…que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye.” El testimonio de aquella relación del tipo moral espiritual cristiana, que significa la oportunidad a los hombres para encontrar en Jesús-Cristo la respuesta para su vida y necesidades, mediante la rendición incondicional de esta, en un acto voluntario, a la voluntad agradable y perfecta de Dios. La Palabra de Dios y su testimonio doctrinal, dando fe de los términos para la concesión de los dones cristianos a su pueblo. La Palabra de Dios y su carácter concejal al pueblo de la fe cristiana. El pueblo Cristiano está, moral y espiritualmente obligado

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a conocer a Su Señor y Dios, así como todo su consejo, voluntad y propósitos, a fin de realizar peticiones que propugnen y exalten dicha voluntad en sus vidas. Es este tipo de peticiones, las que cuentan con las garantías de cumplimiento. El cristianismo es un sistema de vida que se caracteriza por desarrollarse en la relación armónica de las voluntades, entre el creyente y Jesús-Cristo.

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LA CONCIENCIA RACIONAL CRISTIANA Y SU PLENA FRUCTIFICACIÓN, PARA LA PERFECTA BENDICIÓN DEL PUEBLO DE DIOS, TRADUCIENDO LA ORACIÓN, COMO EL EJERCICIO DE LA COMUNIÓN ESPIRITUAL Y PRÁCTICA CÚLTICA DE LOS ADORADORES A SU SEÑOR Y DIOS “Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (1 Juan V. 15) I. “Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos…” La importancia de la conciencia racional plena, en el ejercicio de la fe cristiana. La vida de oración del cristianismo con su Señor, más que un ejercicio formulario, ritual, religioso y ceremonial; es el ejercicio de la comunión-relación espiritual del creyente cristiano con Jesús-Cristo, Vivo y Reinante, “…porque es necesario que el que se acerca a Dios, crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan.” (Heb. XI. 6) El cristianismo es aquel estilo de vida de carácter espiritual, que pone al creyente en la condición de diálogo con su Señor Cristiano, para que el ser humano adquiera de Su Dios, todos los elementos necesarios para el ejercicio de su vida. Este tipo de relación, 1) da fe de aquella forma cristiana, mediante la cual el hombre da reconocimiento a Dios, y presenta su culto de adoración 2) Dios ejerce su paternidad y soberanía mediante su multidiversidad de dones en respuesta, y para el sustento de sus Hijos. II. “…sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” El fruto de la iluminación de la conciencia cristiana, con el conocimiento de las escuchas del Cristo Vivo y Reinante de las peticiones, el otorgamiento de las mismas. La importancia del quehacer doctrinal formativo de la fe cristiana, garantiza que cada creyente fundamentará su fe en la verdad revelada y no en creencias supersticiosas y alejadas de La Divinidad. La fe cristiana tiene más de racionalidad, de lo que el hombre mismo es capaz. La fe no suple ni crea realidades (Heb. XI. 1), es el instrumental compensatorio de la falta de conciencia y de-grado racional humano. La fe, es también el instrumento que faculta la razón humana para llevar a cabo el apropiamiento de los dones y concesiones cristianas.

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Dios revela y el hombre acude y apela a la fe para recibir el caudal de bendiciones derramadas por La Deidad.

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LA CONSTITUCIÓN DEL MINISTERIO INTERCESOR, COMO SACERDOCIO UNIVERSAL DE CADA CREYENTE, SU MARCO LEGAL DE PROCEDENCIA, SU DEMARCACIÓN MORAL; LA LEGISLACIÓN CRISTIANA Y SU PUESTA EN PLENO VIGOR, REGENTE DEL PUEBLO DE DIOS “Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.” (1 Juan V. 16) I. “Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida…” La constitución del sacerdocio universal de cada creyente, y el ejercicio piadoso de este en favor del hermano mortificado por el pecado, la disposición de la Palabra Cristiana Escrita Inspirada de Dios a propósito de procurar su vivificación de parte de La Deidad. La ley cristiana relativa al proceso de expiación del pecado no mortal del pueblo de Dios. La obligación moral y espiritual de cada creyente con su hermano, para fines de salvación del pecado y su penalidad. En el pueblo cristiano de Dios, el principio legal que prevalece es aquel que propugna por la defensa de la vida de cada creyente, por encima de las tendencias críticas y penales. Ante el Dios Cristiano, tanto es responsable moral el hijo que peca, como el hijo que tiene por vocación el ministerio de intercesión para expiación del mismo. Las bondades de la legislación cristiana le conceden al hijo que incurre en pecado no de muerte, que en lugar de contar con dedos críticos y penalizantes, cuente con verdaderos hermanos que se solidarizan, ejerciendo el ministerio sacerdotal, en busca de la expiación de su falta. II. “…esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte.” La demarcación de la ley, regulatoria del ejercicio del sacerdocio universal de cada creyente, puntualizando la estricta procedencia de este en los casos referidos. La Palabra de Dios y sus disposiciones de carácter espiritual y moral, exigen la mayor competencia en la materia, de parte de cada creyente, a fin de aplicar los criterios correctos, los divinos, y asegurarse de no convertirse en “el abogado del Diablo”

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defendiendo lo indefendible, pretendiendo justificar lo injustificable. Para tal fin, el ejercicio del ministerio sacerdotal, el pueblo cristiano de Dios debe capacitarse de manera constante para el desarrollo del discernimiento, a fin de tener conocimiento de causa y que no ocurra, que de intercesor pase a cómplice. III. “Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.” Casos que hacen improcedente el ejercicio del sacerdocio universal de cada creyente. Casos en los que la exención del pecado no aplica. Hasta para la Iglesia cristiana que vive experimentando la plenitud de la Gracia de Dios, hay un punto en el que ya no hay regreso. Como ocurrió al pueblo Judío, al cual, por causa de su impotencia para cumplir la ley mosaica, le fue dada concesión de purificar sus pecados, consistentes en la transgresión de la ley, mediante el sacrificio animal, el sustituto (Lev. VI. 6-7); y que llegó el tiempo en el que Dios rechazó los sustitutos por considerarlos solo los pretextos de su pueblo para cometer iniquidad (Isa I. 11-31); así, el cristianismo que esencialmente se fundamenta en el ministerio sacrificial expiatorio del cordero pascual, el cordero de Dios, cuando Cristo es considerado la licencia del hombre para pecar, se termina la expresión de la gracia y el hombre deberá responder personalmente por su propio pecado (Hech. V. 1-10; 2 Ped. II. 20-21).

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LA PALABRA DE DIOS, LA REGLA MORAL GRADUADA, PARA DETERMINAR LA GRAVEDAD DE LAS ACCIONES INMORALES DE SUS HIJOS; EN EL JUICIO LEGAL-MORAL-ESPIRITUAL DE DIOS A SUS HIJOS SU PALABRA ESCRITA ES EL INSTRUMENTAL LEGISLATIVO “Toda injusticia es pecado; muerte.” (1 Juan V. 17)

pero

hay

pecado

no

de

La Palabra Cristiana Escrita Inspirada de Dios reglamentaria de la potencialidad moral de su pueblo. Bajo la administración de la economía cristiana, la ley de Dios diferencia la de-gradación de los pecados. Todas las acciones injustas, que atentan contra los derechos universales del hombre, tienen repercusiones morales, y son calificadas moralmente por Dios como pecado. La Palabra de Dios, la regla graduada para determinar la gravedad de las acciones inmorales de sus hijos. En el juicio moral-espiritual de Dios a su pueblo, Su Palabra Escrita es el instrumental legislativo, contenedor y expositor de cada una de las prescripciones legales relacionadas directamente con la vida del cristianismo. La diferencia racional de la degradación de los pecados, expuesta por La palabra Escrita, la ley de Dios, exime de la muerte a aquellos responsables menores, pero no les exime de asumir las consecuencias por los pecados. Y la muerte, no es la única razón válida para disuadir de pecar. El pueblo de Dios puede ahorrarse muchos problemas guardándose de pecar, por un lado, por otro lado, puede dar un poderoso testimonio de ética y moral y calidad de vida espiritual para con Dios. Pues, el amor a Dios, antes que el temor a la muerte, debe ser el más grande impulsor de la santidad.

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EL CRISTIANISMO ESPIRITUAL DE DIOS, EL NUEVO SISTEMA DE VIDA HUMANO QUE TIENE POR VOCACIÓN LA PUREZA Y SANTIDAD; UN ESTILO DE VIDA QUE CUENTA CON UN ABOGADO DEFENSOR DE OFICIO, EN ACTIVO, QUE VUELVE INTOCABLE PARA EL TENTADOR, AL HIJO DE DIOS. “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.” (1 Juan V. 18) I. “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado…” La defensa de la santidad de la simiente de Dios, con fundamento en la ley de las propiedades, como perfecciones y virtudes de La Divinidad, conferidas genéticamente a sus descendientes. El testimonio de santidad correspondiente a Los Hijos de Dios. La revelación doctrinal de La Palabra Escrita Inspirada de Dios. La revelación del nuevo sistema de vida espiritual y moral, conformado perfectamente a la voluntad divina, la familia de Dios. Un sistema de vida caracterizado por las virtudes y cualidades propias del Reino de Dios. La más alta vocación de los hijos adoptivos de Dios mediante Jesús-Cristo, es el ejercicio de la vida espiritual plena, pura y sin mancha. Es el estilo de vida contrastado con la persona y experiencia de vida del primer Adán, formado de la tierra, no originado en la misma persona de Dios. II. “…pues aquel que fue engendrado por Dios le guarda…” El ejercicio, no solo legal, sino en activo del ministro cristiano, abogado defensor de sus hermanos, Hijo primógeno de Dios. La revelación del protector cristiano, vigilante y defensor de su causa. El ministerio activo de Jesús-Cristo viviente y reinante. La causa por la que el reino cristiano de Dios alcanzará la consumación de las eras, los siglos y edades. La razón, una poderosa razón para vivir en santidad. Un testimonio más del por qué el cristianismo a diferencia de otras religiones, cuenta con su creador en activo para la consumación de los propósitos eternos de Dios. Son también las acciones purificadoras cristianas efectuadas hacia su pueblo. Es la grande bendición de contar con un ministro sacerdotal del

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tamaño y la dimensión espiritual-eterna del JesúsCristo. Son las acciones purificadoras a fin de mantener el santuario de Dios libre de profanadores y de profanación. III. “…y el maligno no le toca.” El cristianismo, la experiencia humana, de vida resguardada en su integridad moral y espiritual, de potenciales profanadores. El cristianismo humano de Dios, y su carácter natural incorruptible. La persona cristiana de un estilo de vida, el cual en su confrontación con el tentador y corruptor, se erige triunfal y victoriosa. La conclusión del testimonial de La Palabra de Dios acerca de la consecuencia moral para el hijo de Dios en su confrontación con el mal, es categórica y contundente, incorruptible e incorrompible. Es el registro histórico de La Palabra de Dios, de aquel sistema de vida espiritual cristiano, que ha sido diseñado para la salvación de los hombres, cuyas experiencias bajo su estilo de vida natural, atestiguan su contundente y total fracaso en su oposición al mal, pero que, bajo el señorío cristiano, experimentan la mayor de las glorias y su completa redención del reino de Satanás.

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LA SIMIENTE CRISTIANA Y EL REINO ESPIRITUAL DE DIOS, ASÍ COMO LA SIMIENTE MUNDANAL CARNAL Y EL REINO DE SATANÁS; DOS SISTEMAS DE VIDA, DOS VOCACIONES, DOS DESTINOS “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.” (1 Juan V. 19) La revelacional con-ciencia Palabra de Dios acerca de la doble condición espiritual y moral del género humano. El género humano es la suma de la simiente de Dios y la simiente de Satanás. La constitución cristiana de los Hijos de Dios, una condición que descansa sobre elementos racionales expuestos por La Palabra Cristiana Escrita Inspirada de La Deidad, Así como también la condición maligna del mundo. Dos simientes en eterno conflicto. La naturaleza cristiana espiritual, por un lado, por otro, la naturaleza mundana pecaminosa, por antonomasia en perpetua enemistad. La única manera en la que puede existir cordialidad, conciliación, armonía y hasta hermandad, es cuando los ciudadanos del mundo son transformados, hasta la plena regénesis e introducidos al reino espiritual cristiano militante. En cualquier otra condición, siempre existirá el abismo de separación de las dos naturalezas, contrapuestas una a la otra, la espiritual vs la carnal. El testimonial acerca de los dos reinos existentes e imperantes entre los hombres: El Reino de Dios y el reino de Satanás. La plena conciencia cristiana como posesión y herencia de La Divinidad, y el testimonio definitorio de la condición, naturaleza, carácter y por lo tanto, vocación del sistema de vida del mundo.

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DECLARACIÓN DE FE, LA PROCLAMACIÓN TEOLÓGICA DEL CRISTIANISMO, EL FRUTO DE LA REVELACIÓN DEL HIJO DE DIOS, CONSISTENTE EN LA CONDICIÓN ESTATAL Y UNA CONCIENCIA RACIONAL HUMANA, PLENA DE LA DEIDAD “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.” (1 Juan V. 20) I. “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido…” La doctrina de La Suma Teológica, como parte de la confesión y declaración de fe del pueblo de Dios, La Iglesia Cristiana. La doctrina de Dios El Padre e Hijo. El ministerio del Hijo de Dios a los hombres. Un ministerio ejercido a partir de su manifestación encarnacional humana. La proclama revelacional de La Divinidad. Una proclama que ha fructificado entre los hombres de fe, y que predetermina su plena conciencia del Dios de los espíritus y de toda carne. En su realidad existencial presente, La Iglesia Cristiana declara verdadera su experiencia inmediata con el Hijo de Dios, y la asimila como un conocimiento racional y razonable, el fundamento de su fe, y prácticas. II. “…y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero…” La acción reveladora de Dios comienza con la participación a los hombres de Su persona y Su Mundo Espiritual, y termina únicamente cuando la razón de los hombres de fe es rehabilitada y reinstrumentada, siendo capaz de descifrar e interpretar dicha revelación. Por ello, la sola persona de Jesús-cristo, ha pasado inadvertida para toda una humanidad, solamente cuando el Jesús-Cristo opera de manera personal y directa en el hombre, este es guiado a toda la decodificación cifrada en la revelación, sea la persona del Hijo o sea la Palabra Escrita. Es la obra no solo reveladora sino, de iluminación de Jesús-Cristo en los hombres de fe. Es en Cristo y a través de Cristo que la razón humana, como instrumento cognoscitivo, adquiere la necesaria dimensión para recibir la verdad. La gran discapacidad humana es corregida a tal grado, de contar con la aptitud espiritual para aprender el testimonial eterno de La Divinidad.

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III. “…y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo.” El pronunciamiento cristiano del Pueblo de Dios. La declaratoria de fe. El fruto de la conciencia de la verdad. El testimonial del Pueblo de Dios del fructífero aprendizaje espiritual cristiano, y en estado de revelación. El cumplimiento de los propósitos y todo el consejo de La Palabra Cristiana de Dios en La Iglesia, bienaventurada por cuanto su conciencia estatal cristiana, no le fue revelada por carne ni sangre, sino y únicamente por El Padre. Tal pronunciamiento, como acto de fe, trascendiendo la misma conciencia y razón, es el testimonial de una sociedad humana afiliada a Dios, en perfecta y plena comunión armónica. Jesús-Cristo, El Hijo de Dios, es el Estado y la Condición perfecta para la humanidad. IV. “Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.” La prédica y proclama del evangelio cristiano, es el fruto de la experiencia personal estatal con El Dios Cristiano, teniendo como suma la revelación divina y la iluminación de la razón humana. El testimonial de La Palabra Cristiana Escrita Inspirada de Dios, una conclusión teológica. Es el perfeccionamiento de la conciencia y razón cristiana, que revela a La Deidad como la condición y estado de los hombres de fe, La Iglesia Cristiana, El Pueblo de Dios. Es el clímax revelacional, la cima de todo conocimiento y ciencia, es el cometido cumplido de la teología. Es el testimonial de la suficiencia y eficiencia del Jesúscristo y su ministerio de revelación a los hombres. La acertación de la fe cristiana como testimonio de La Palabra Escrita Inspirada de Dios.

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LA PALABRA DE DIOS, EL UN PADRE A SUS HIJOS, ADVIRTIENDO LA NECESIDAD DE RESPONSABILIZARSE EN TÉRMINOS DE VIDA ÉTICA, MORAL Y ESPIRITUAL, CON EL PROPÓSITO DE PERMANECER EN CONSAGRACIÓN Y SANTIDAD ANTE LA REALIDAD DE LOS ATAQUES DEL MAL. AMÉN. “Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.” (1 Juan V. 21) Santidad, la vocación de los Hijos de Dios. El llamado paterno al Cristianismo. La consagración a la santidad de la familia de La Divinidad. Acciones de salvaguarda de la integridad moral y espiritual del Pueblo de Dios. La responsiva de la familia de La Deidad con respecto a la idolatría. Los falsos dioses. La característica principal, como propiedades de la falsa religión, la diversidad de falsos dioses. El tener como fundamento del sistema de vida cristiano la verdad, le obliga espiritual, ética y moralmente a no dejarse extraviar por el fraude, la mentira, el error y la falsedad. El testimonial de La deidad ha sido el suficiente para afirmar a su familia en Su Reino y sólo resta una advertencia final. ¡Amén!

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