El cuerpo brama, la tinta es nuestra, hoy reclamamos nuestro lugar, no dejemos que nos terminen, que nos enciendan velas, que nos hagan bandera, que nos tomen prisioneras de la norma, que nos construyan-destruyan normales.
Carne limpia, pinceladas de lo nuevo por venir.
Hoy derramamos algunas lentejuelas, vestidas para el festín.
¡AL ARMARIO NO VOLVEMOS NUNCA MÁS!