poemas maricas
A MODO DE PRESENTACIÓN En el estado actual de las cosas estamos inmersas en una paradoja: por un lado, hemos logrado enormes avances en materia de derechos para toda la comunidad LGBTIQ+ e incluso, somos más visibilizadas, haciendo que nuestros reclamos se hagan presentes en la mayoría de los debates posibles (cada vez es más difícil que nos silencien); por el otro, frente al surgimiento fortalecido por la crítica feminista a las relaciones que se tensan entre capitalismo y patriarcado, aparece la reacción de sectores conservadores que levantan las banderas de la exclusión, la discriminación y el odio contra nuestras identidades, traducida, en nuestro país, en la violenta cifra de un ataque o crimen de odio hacia nuestra colectiva LGBTIQ+ cada tres días*. Señala Roland Barthes que “en lo que se escribe, cada uno defiende su sexualidad”. Nuestras identidades se ponen en juego en la acción de escribir de manera más o menos explícita haciendo que, lo escrito, se convierta en espacio de fortaleza y refugio para nosotrxs y nuestrxs compañerxs. La escritura es un campo de resistencia frente a la normalización y es por nuestra diversidad que se enriquece y experimenta nuevas formas que se contraponen al intento de uniformar y heterosexualizar una lengua cada vez más dinámica. INVERTIDAS, este zine-poemario, quiere ser una esquina, un punto de reunión que nos permita conocernos y conocer nuestra poesía marcada por nuestros placeres-amores-frustraciones-alegrías-dolores.
editado por PUTXLEYENDO más info en FB/putxleyendo e IG @putxleyendo Febrero/Noviembre 2019 - Feudo de San Luis. #ZineLibre: Se pude imprimir/ copiar/ difundir es un acto político.
* Al terminar este zine, en febrero de 2019, quince compañeras Travestis-Trans fueron asesinadas. En esta reimpresión, en noviembre de 2019, ya suman sesenta y ocho.
Retrato de La Manón, unx de "lxs invertidxs" estudiadxs por el dr. Francisco De Veyga, "padre" de la psiquiatría y la criminología (medicina legal) argentina a principios del s. XX. "Invertidx" era una de las muchas descripciones médicas para señalar, perseguir y patologizar a las personas disidentes que no seguían la norma socialmente impuesta. Actualmente, es un eufemismo, un insulto "decoroso", según la RAE. Sigue siendo sinónimo de "homosexual".
ESTE ZINE, ESTA DEDICADO A TODAS LAS INVERTIDAS DE CUALQUIER ÉPOCA, DE CUALQUIER LUGAR: SIGAMOS ALTERANDO EL ORDEN.
LA TRISTE MANÓN Jugaba con muñecas y le decían “la nena”. Se reían de todo lo que hacía, de cómo se movía, de cómo hablaba, de cómo se sentía. Le pegaban entre todos porque sí. Por nena. Lo escupían. Toda humillación le era propia. A los 15, su maestro lo hizo permanecer en clase hasta más tarde. Se acercó el maestro. Mucho. Lo acarició. Él tuvo una erección, la primera de su vida. Cada día buscaba quedarse hasta más tarde en el colegio. El maestro lo acariciaba y olvidaba las mortificaciones de los compañeros, el desprecio de la familia, la burla del planeta. Un día el maestro lo invitó a su casa. Se estremeció. Fue la primera vez que tuvieron sexo. Tragó el semen del amor y sintió que por fin le pasaba algo bueno en la vida. Corría 1885 y España ya no era un buen sitio para él. Su familia decidió que debía embarcarse hacia un lugar lejano, hacia donde nadie lo conociese, otro continente en donde no pudiera dejar marcas de vergüenza. En medio de la marea de inmigrantes llegó al puerto de Buenos Aires con poco más de 16 años y una valija de cartón. Lo recibió el Paseo de Julio(1). Empezaba una nueva vida con un nuevo nombre: “Manón”. Era flaquito, amanerado, lampiño. Limpio. Frágil, muy frágil. Su profesión, peinador de señoras. Sabía coser y su vestuario femenino era la envidia en los saraos uranistas(2) que lo tenían siempre como una de las principales atracciones. Sólo dos años en buenos Aires le bastaron para coronarse como una de las figuras más sensuales de la noche del bajo fondo. A los 18 años, ya fatalmente enfermo de tuberculosis, tomó un barco a España para morir con los suyos. Lo cual no dejaba de ser solo una manera de decir.
El doctor De Veyga contó el caso en los Archivos(3) de 1902, con algunas omisiones muy llamativas. De Veyga(4) dijo que Manón fue a verlo porque “esputaba sangre, tenía tos y se había adelgazado notablemente”. Lo revisó y le diagnosticó tuberculosis, de la que moriría un año más tarde. El tema de la inversión sexual aparecía después, con las siguientes visitas de Manón al médico. En su relato, Manón era un paciente que voluntariamente lo visitó. José Ingegnieros(5), fiel a su costumbre, retoma el caso ocho años después(6) y lo cuenta de manera muy distinta: “En diciembre de 1899 ingresó al depósito de contraventores de la Policía el Sujeto N.N. joven de 18 años de edad, de aspecto afeminado, correcta presencia, lampiño, insinuante. Su historia clínica ofrece un ejemplo claro de parestesia sexual; la hipertesia del recto es el punto de estímulo de la emoción sexual”. Según analiza Jorge Salessi, la omisión de De Veyga no fue casual: “En esta otra historia de Manón desapareció la tuberculosis (...) reemplazada por la emoción sexual de Manón, entregado al goce de sus sensibilidades anales. (...) La referencia al arresto de Manón en la historia escrita por De Veyga hubiera dejado transparentar que los médicos y los policías colaboraban y utilizaban procedimientos violentos, detenciones ilegales y aprisionamientos durante los que los criminólogos sometían a sus prisioneros a interrogatorios de la misma forma que los policías investigaban el movimiento obrero”(7). Para De Veyga, Manón: “Es un caso típico de inversión sexual congénita, que ha permanecido latente hasta que la ocasión le permitió manifestarse y establecerse definitivamente. Es posible que si las primeras sensaciones sexuales hubieran sido producidas por personas de sexo femenino, las imágenes psicosexuales se habrían formado normalmente sobreponiéndose o borrando las tendencias congénitas. Es indudable que la educación de las funciones
sexuales, en uno u otro sentido, influyen para determinar o no la inversión de los sujetos congénitamente predispuestos, de igual manera que, en los no predispuestos, condiciones especiales de educación y ambiente pueden determinar perversiones sexuales adquiridas”. Las teorías de Ulrichs(8) sobre la homosexualidad congénita, eso de tener “un alma de mujer en un cuerpo de hombre”, le servían al doctor De Veyga para tratar el tema como una enfermedad, pero no al policía De Veyga, ya que al ser la homosexualidad algo congénito, no podía castigarla como delito. Establecieron entonces De Veyga, Ingegnieros y sus colegas una diferenciación minuciosa y poco seria entre “congénita” y “adquirida”, que le serviría tanto a la medicina como a la policía. Los invertidos congénitos serían tratados por la ciencia. Los que tuvieran inversión adquirida serían tratados por la policía. La mala noticia era que ciencia y policía estaban en las mismas manos. Para de Veyga, Manón no murió porque en 1902 todavía no se conocía la cura de la tuberculosis, sino porque “su vida desarreglada hizo fracasar el régimen curativo”. Ni muerto Manón consiguió algo de respeto. OSVALDO BAZÁN (2016). “Historia de la Homosexualidad en la Argentina”. Ed. Marea.
Notas: (1) El Paseo de Julio, zona de “yire” o levante homosexual, se extendía por las actuales avenidas Leandro N. Alem, Paseo Colón y Libertador de la C.A.B.A. (2) “Sarao” es un término que se refiere a un salón o bien un lugar donde se desarrolla una fiesta. “Uranista” refiere a un tercer género acuñado por el activista homosexual Karl Heinrich Ulrichs. Para Ulrichs se trataban de personas con “psique femenina en el cuerpo de un varón”. (3) Se refiere a los “Archivos de Psiquiatría y Criminología Aplicadas a las Ciencias Afines”. Publicada entre 1902 y 1914, de corriente positivista, sentó las bases de todas ciencias (medicina, sociología, pedagogía, psicología, entre otras) en todo el territorio nacional. Tuvo un papel principal en la jurisprudencia punitivista del país. (4) Francisco De Veyga (1866-1942). Médico legal argentino. Discípulo del higienista José María Ramos Mejía. Cirujano del Ejército Argentino y medico-investigador de la Policía Federal. (5) José Ingenieros (Giuseppe Ingegnieri, 1877-1925). Médico, psiquiatra, psicólogo, sociólogo, farmacéutico, ensayista y filósofo italoargentino. Fundador de la Sociedad de Psicología. Principal influencia de la Reforma Universitaria de 1918. (6) José Ingenieros: “Patología de las funciones psicosexuales”. Aparece en los Archivos (1920). (7) Jorge Salessi (1995). “Médicos maleantes y maricas. Higiene, criminología y homosexualidad en la construcción de la Nación Argentina (Buenos Aires:1871-1914)”. Ed. Beatriz Viterbo. (8) Karl Heinrich Ulrichs (1825-1895). Activista aleman de los derechos homosexuales. Acuñó discursos y conceptos muy similares de los que sostienen los actuales movimientos LGBTIQ+.
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MARX BAUZÁ. 38 años. Las Talitas, Tucumán. bauza.marcos@gmail.com marcosbauza.blogspot.com facebook.com/marcosbauza.fanpageoficial Instagram: @marxbauza Twitter: @bauzamarcos
QUIERO REGALARTE UN BUEN LIBRO PARA TU VIDA Quiero que dejés tu aroma, tu felicidad, tu sudor y tus pelos en mi cama. Quiero hacerte el té cuando estés enfermo y acariciar tu frente para ver si seguís con fiebre. Quiero manchar tu bóxer preferido con lavandina, sin querer, mientras lavo la ropa un martes cualquiera. Quiero regalarte tus galletas favoritas, porque sí, y robarte las primeras porque a mí también me gustan. Quiero perder la carta que me diste y olvidé junto a fragmentos de mi vida. Quiero que me abracés cuando estés triste y que cuando nos separemos llevés mi buzo entre tus cosas para encontrarte, de vez en cuando, conmigo en tu placard. Quiero que conozcas al chongazo de mi hermano, Pablo y que jugués con mis sobrinos. Quiero escuchar tus consejos y que me des aliento. Quiero lavar tus platos sucios, después del desayuno y quiero que mañana vos lavés los míos.
Quiero que vayas conmigo al super, nos peleemos por la marca de café y hablemos de arte y filosofía en las góndolas de lácteos. Quiero escuchar tus discos y leer tus libros. Quiero mirarte a la cara y que sin decirte nada, sepás todo. Quiero decir tu nombre, mientras escribimos te amo entre las sábanas, cada día. Quiero que tengamos una huerta y que seamos dos putos exitosos Quiero que llevemos, juntos, las mascotas al veterinario. Quiero hacerte el amor por los rincones y que gimas presuroso ante el anhelo. Quiero regar con vos todas las plantas, ver crecer todas las flores y marchitar. Quiero tirar el microondas (apoteóticamente) por los aires, en cámara lenta, como símbolo del amor que acaba. Quiero guardar aquel reloj que me regalaste, ahora sin pilas y brillo en el cajón. Quiero mudar de correo electrónico para no encontrarme con tus cartas en la bandeja de mensajes recibidos. Quiero que nuestra felicidad abrume a la tristeza. Quiero que hagamos fiestas y los amigos rompan todos los vasos. Quiero pelearme con vos y reconciliarme en la ducha con champagne, mientras hay fuegos artificiales. Quiero que paseemos las tortugas por el parque y que veamos juntos crecer los retoños en primavera. Quiero mancharme mi remera favorita con tu salsa bolognesa. Quiero que mostremos nuestras panzas, felices, en la playa.
Quiero emborracharme a tu lado y despertarme con resaca. Quiero ver películas desnudos en la cama los domingos de este invierno. Quiero morirme de frío con vos, en la moto a toda velocidad por la avenida y despeinarme con el casco. Quiero amarte intensamente y luego olvidarte, así y muy lentamente desetiquetarme de cada una de tus fotos. Quiero dejarme el cepillo de dientes en tu casa. Quiero contagiarme de gripe por tus besos, en Abril. Quiero regalarte un buen libro para tu vida. Marx Bauzá
PROYECTO DE VIDA Tengo un sueño: seamos putos burgueses. Cojamos en el sauna, hasta desaparecer consumidos por el deseo. Dejemos crecer el plazo fijo hasta el infinito y viajemos juntos, vos y yo, al paraíso. Alquilemos departamentos o pongamos un hotel alojamiento, donde las parejas expresen sus placeres y lujuria y hagamos el amor otra vez. Despacito, fuerte. ¡Vos sabés bien como! Dame masa en la biblioteca, mientras suena Bach y me siento... en el aire, streng in G, minor. ¡Así, mi amor! ¡Hermoso! Hagámoslo entre libros y anaqueles.
Quiero que leas a Lemebel, a Bukowski, a Mallarmé, a Whitman, Baudelaire, a Tolosa y a Cucurto y que suspirés como Alejandra en las cartas transoceánicas con Julio. ¿Ves? ¡Sos perfecto! Sos ideal como un día de primavera, cuando éramos muy jóvenes. ¡Dale! Casate conmigo y adoptemos unos hijos como Ricky Martin. Tengamos campo y plantemos nuestra semilla. Pongamos una clínica de alta complejidad, en una ciudad próspera y pujante. Después ponemos una sucursal en Córdoba. Tengamos algunas mascotas y compartamos la felicidad con los amigos, la pileta, el asador y la habitación de huéspedes. ¡Dale! Hagamos crecer nuestra riqueza, corazón. En la sala multimedia que haya música, buen porno, cine de autor y películas de Disney. Imaginalo. Desealo. Pensá que podría ser. ¡Dale! Armemos un proyecto de vida. Marx Bauzá
CAMILA JURI AYUB. 29 años. San Luis, San Luis. Instagram: @camila.juriayub
S/N Me desperté por los espasmos que hacía mi cuerpo mientras dormía. Algo desde adentro del pecho quería romperme el esternón y salir proyectado. Ya consciente, pero sin abrir los ojos, abrí la boca y salió el llanto que venía atragantado hace unos días. No podía dejar de llorar y la presión que sentía en el pecho, provocada por la angustia que me causo el sueño -y la realidad- no cedía. Soñaba con el abrazo de un reencuentro. Nos abrazamos después de tanto tiempo... Yo lloraba a la vez que trataba de recuperar el olor con el que me había embriagado varias veces, pero no lo conseguía. Es probable que ya ni me acuerde de cómo es. Me desperté, necesitaba hacer real y consciente el llanto, necesitaba abrir los ojos y ver que no estabas ahí, que no había reencuentro, que no nos estábamos abrazando y que más aún, en mi cama estaba yo, sola. Camila Juri Ayub
JOAQUÍN TEJEDA MÁRQUEZ. 21 años. San Luis, San Luis. joaquin.m.tejeda@gmail.com Instagram: @tejejo_
SALE SIN SALIR Aparecé para decepcionarme, Para hacerme entender Que tengo que dar marcha atrás. Aparecé para calmarme, Para que me despierte Y deje de inventarte. Quiero verte Y que seas ese golpe de realidad Que me desvista en el escenario. Desgarrame desde adentro, Desangrá este corazón que te late. Aparecé para que pueda olvidarte. Y sale desde las entrañas, Se escurre por todo el cuerpo. Recorre los lugares donde no me espero Y empieza a aparecer sin aviso. Estoy pensando demasiado Cómo arreglar un problema que yo no causé, Pero que me aborda y no puedo ignorarlo. Deseé tener sentimientos Para luego renegar de ellos, Porque la escritura necesita un fundamento. Apareces dentro de mí porque yo te dejé entrar Pero como un adolescente inexperto que juega al juego de la copa, Empiezo a convocarte, dejándote la puerta abierta Y así es como ese demonio me posee No hago otra cosa más que verte Para ver si vos también me ves. ¿Me ves? Sigo caminando buscando una excusa para sacarte.
Y aunque me sirva para escribir Es una piedra en el zapato tener que verte. No te quiero, pero te necesito. Soy un perro que se persigue la cola Y nadie quiere ser mi dueño. Vomito, purgo y me rindo, estas tatuado en más que mi cuerpo Porque haga lo que haga, volvés. Estoy estancado y necesito alejarme. Y como ya pude decir Aparecé para que pueda olvidarte. Joaquín Tejada Márquez
SAN LUIS A veces cuando me siento solo Hablo con la gente equivocada Para negar mi vacío, Pero al final de la noche Cuando cierro los ojos, no hay nadie. ¿Qué estás persiguiendo Mientras te perdés a vos mismo? Tan sólo decime Por qué es tan difícil que te quedes. Siempre que me siento solo Si recuerdo mi pasado Con todo ese éxito Me siento lejos de quien soy. Pero empiezo a sentirme perdido Cuando no puedo decir mi nombre Porque esa voz Me regresa del infierno. Todos los rostros Son espacios en blanco Que lleno con bondad Tratando de amarme un poco más. Entonces la soledad es quizá otro camino Para encontrar el sendero a casa Porque con todo aquel sonido No escucho latir el corazón. Así que aquí voy de nuevo. Joaquín Tejada Márquez
JUANITE GIUSEPPONI. 28 años. Villa Marica, San Luis. Instagram: @juanajuanjuana
BESOS quiero empezarte con un beso francĂŠs y acabarte con un beso negro Juanite Giusepponi
DISCRETO el secreto no es vacío ni es frío el ardor que vaporiza con tu mirada bultos ajenos ocultar no es mentir dice tu boca alimentada por el destello marica de poros ajenos sabrá tu novia que escuchamos Adicta en un lugar discreto Juanite Giusepponi
GASTÓN MALGIERI. 41 años. Las Higueras, Córdoba. gastonmalgieri@gmail.com www.fotobruta.com.ar Instagram: @gastonmalgieri
S/N Mi niño, lo confieso: tengo los dientes cansados. Algo en el inmenso bosque de Dios me irrita la vista y entonces me sale este modo torpe de adjetivar el hambre ¿De qué sirve un cazador sin colmillos cuyo único deseo es la estampida que lo traiga de nuevo a lo maravilloso o a lo vulgar? Te pregunto porque intuyo que en tu manada aprendieron (mucho mejor que en la mía) a protegerse de los vendavales y las balas que es como decir saber lo que el cuero vale y entonces empezar a gruñir Eso necesito, mi niño: recuperar la furia o que el cielo nos azote con sus cataclismos mientras abrazo tu pelaje intacto Lamerte como el único apetito a saciar sin que me preocupe el infrarrojo de las armas parpadeando sobre el lomo. Gastón Malgieri
S/N Lo aprendimos cuando pibes: una mesa puede ser un ring de boxeo un escenario donde los adultos se devoran mientras nuestros ojos de cachorros asustados van de la tristeza al pan nuestro de cada día Anoche sucedió otra cosa: dimos un nuevo sentido a esa tabla inerte que nos separaba Nos abrimos paso por entre el basural de botellas y platos sucios y vimos en el otro que doler no es más que el pretérito de la cura Lo que intento decir es que, dadas las circunstancias, ese gesto deberíamos atesorarlo como una piedra inútil que no brilla ni sirve para defensa alguna y sin embargo allí está, en el bolsillo de los preciados amuletos Gastón Malgieri
EL ALIVIO Practicamos un sexo torpe, eufórico lo que teníamos en mente incluso ese precipicio de la certeza se desvaneció en saliva Eso es el miedo, dijimos y todo se volvió líquido del signo, fragmentación humo De la madrugada en que quedamos exhaustos sólo queda esa viscosidad manchando la palabra dos bocas que sin pronunciar se alivian Gastón Malgieri
GRISELDA ROBLEDO . 21 años. Cruz de Piedra, San Luis. facebook.com/Griselda.M.Robledo
NENAS BUENAS A lo lejos de esa habitación se escuchaba una música lenta, pero casualmente mi atención no estaba centrada en eso, estaba en esa mujer que con movimientos tímidos e inseguros se descubría en todo su esplendor mirándome de a ratos y de a otros bajando esos ojos negros con algo parecido a la vergüenza. La forma en la que se quitaba cada prenda, con lentitud y timidez, eran la chispa que yo necesitaba para arder en las profundidades de la lujuria, era un espectáculo digno de observar, de pronto sentía su mirada quemándome, y veía esos ojos grandes, mirándome con algo parecido al amor. Ella presentía el efecto que en mí tenía, su timidez me cautivó desde el primer momento, junto con su falta de experiencia y esas ganas de aprender, inconscientemente, ella lograba algo; me estaba volviendo loca. Sin aguantar más me puse de pie, dejando el vaso en ese intento de mesa que a mi lado se encontraba. Ella parpadeó, dos o tres veces, me puse tras ella, deslizando los tirantes de su sujetador, dejando un beso en cada una de sus clavículas. La mejor recompensa fue sentir como tembló con anticipación a lo que faltaba. El sujetador de algodón rosa palo, dejó de ser una molestia,desapareciendo en la pila de ropa de ambas que se cernía en una esquina de la habitación oscura. De un momento a esa parte, todo estaba en tal silencio que si se agudizaban los sentidos solo se escucharía una cosa, el latido de ambos corazones desenfrenados.
Me incline desde atrás hacia ella, rozando el lóbulo de su oreja, deteniéndome con gusto al escuchar un débil gemido, lo tomé con mis dientes, reí cuando su respiración se entrecortó y a propósito jugueteé allí un poco más. Lentamente delinee la curva de su cuello con mi lengua, poniéndola de frente a mí, mi cabeza moría por ver sus expresiones faciales. Volví a hacerlo, recompensándome, tembló bajo mi tacto, enredando sus dedos en mi pelo suelto, con algo de fuerza. Era la mezcla perfecta entre atrevimiento e inocencia. La miré, estaba con los ojos cerrados, claramente, intentando dejarse llevar con el disfrute de mi tacto, recorrió con la mano derecha la piel desnuda de mi cadera, usando algo las uñas pero con delicadeza. Me acerqué a sus labios, comencé a morderlos despacio, a la espera de su permiso para profundizar el beso, ahí ella tomó la iniciativa e introdujo la lengua que batalló con la mía, dejándome sin aliento. En un rápido movimiento de sus manos, mi sujetador dejó de considerarse una molestia entre ambas. Ahora si, claro que sí, era un juego limpio, piel contra piel, sentí sus pechos endurecidos chocar con los míos, ahí dirigí mis manos, esos círculos algo más oscuros al resto de su piel se tensaron más que antes bajo mis dedos. Con la intención de no hacer ningún tipo de ruido, profundizó el beso, ahogando sus gemidos en mi boca, queriéndola oír, dejé en paz sus labios y me dirigí a su cuello, ahí dejé una que otra succionada, que la hizo temblar, que quizás más tarde serían marcas registradas de una noche que estaba empezando. Haciendo acopio de toda la habilidad que los nervios me permitieron, atrapé uno de sus pezones con mi boca, con la otra sostuve sus manos que intentaban apartarme y la la otra la dirigí al centro de su cuerpo,
con pequeñas embestidas en sus pliegues, la sentí contraerse, dejé en paz su pecho, la miré, se mordía el labio inferior, reprimiendo sus propio ruidos de placer. Posé mis labios en su esternón y con ganas de torturarla, ver sus reacciones, hacerla explotar, llegué a su ombligo adornado con un arito blanco, jugué allí con sus límites y mi lengua, a fuerza de pequeñas y nada inocentes mordidas llegué a sus caderas, se tensó con un gemido, de pronto toda la relajación se esfumó, espere una confirmación para continuar, su mano tanteando mi nuca fue suficiente. Lentamente y casi pidiendo permiso, llegué con mi boca a su intimidad, ella junto las piernas instintivamente, la miré, estaba sonrojada, con mis manos eliminé ese triángulo de tala molesto, y besé sus muslos, se tensó, se relajó, se tensó otra vez. Quedé mirándola, sus cabellos color chocolate estaban pegados a su nuca con todo el sudor, mi objetivo era enloquecerla, que deje de lado su papel de nena buena, quería que deje de querer que sus gemidos no se oigan. Quería descontrolarla, sacarla de sus casillas, que experimente. Ahí dejé de mirarla y enterré mi cara entre sus piernas, mi lengua, mis manos tenían vida propia de pronto, logré que termine con sus restricciones gritando mi nombre de pronto. Griselda Robledo
NICO A. DOMINGUEZ . 32 años. San Luis, San Luis. www.facebook.com/putxleyendo
UNIVERSOS PARALELOS en algunos universos paralelos vos y yo no estamos enamorados no me dejas cubrirte con mis alas cuando llueve o bien no dejas que me haga un hueco en tu espesura no tiemblo de pavor al sentir tus garras hundiéndose en la carne ni tampoco preparamos una canción de apareamiento en la tarde dorada de un planeta con dos soles en algún universo paralelo vos y yo nunca flotamos bajo una lluvia de diamantes pero acá nenito nos besamos en la fila de un cajero automático Nico A. Dominguez
LA COLMENA CAFÉ mirar tus ojos desde arriba como si fuera tu cielo son mis rulos, nubes donde descansan tus caricias hacer que mis manos escalen tu pecho y disfrutar todo tu paisaje convertir tu axila en almohada para dormir profundamente y después despertarme desesperado para que me hagas cucharita besayunarte de a poco me gusta mucho anidar la lengua y sonreír picaramente en tu boca tratar de escribir un poema /que no nace/ ni germina/ ni brota/ ni crece te hago una sola pregunta ¿puede un poeta enamorado realmente escribirte un poema? Nico A. Dominguez
poemas maricas "Por qué seremos tan sentadoras, tan bonitas los llamaremos por sus nombres cuando todos nos sienten (o sea, cuando nadie nos escucha)" - Néstor Perlongher Señala Roland Barthes que “en lo que se escribe, cada uno defiende su sexualidad”. Nuestras identidades se ponen en juego en la acción de escribir de manera más o menos explícita haciendo que, lo escrito, se convierta en espacio de fortaleza y refugio para nosotrxs y nuestrxs compañerxs. La escritura es un campo de resistencia frente a la normalización y es por nuestra diversidad que se enriquece y experimenta nuevas formas que se contraponen al intento de uniformar y heterosexualizar una lengua cada vez más dinámica. Durante diciembre de 2018 y enero de 2019, se realizó la convocatoria para este zine. Participaron siete escritorxs LGBTIQ+: Camila Juri Ayub - Griselda María Robledo Marx Bauzá - Joaquín Tejeda Márquez Juanite Giusepponi - Gastón Malgieri Nicolas A. Dominguez INVERTIDAS es un punto de encuentro, una esquina, para replicar nuestras voces.