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PRIMER QUIOSCO DIGITAL DE PESCA DE CIPRÍNIDOS EN ESPAÑA
EL ARTE DE LO PEQUEÑO 2 [La Línea––––]
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VIVA LO PEQUEÑITO ¿Qué es pequeño y qué es grande cuando hablamos del tamaño de un flotador, de un anzuelo, de la plomada, del grueso de la línea, de la acción de la caña o de los peces? Parece claro que antes de hacerse uno semejante pregunta, el tamaño de cada uno de esos elementos es el que tiene cuando se le compara con el tamaño medio de otros elementos de su misma categoría. Sin embargo, cuando se juntan todos los elementos en la misma pregunta, es decir, cuando no podemos establecer una comparación puramente física entre elementos de diferentes categorías como ocurre en la pregunta que abre el párrafo, no hay que ser muy listo para darnos cuenta de que hablar del tamaño de las cosas, y no sólo en la pesca donde este asunto es vital, además de no conducir a ningún lugar, deja clara la falta de madurez de quien así lo hace. Aplica este concepto a todo lo que le sea aplicable y sin duda saldrás ganando. Cada uno de los elementos que componen esta forma de coger peces tiene su función, cada uno de ellos participa del resultado final con el mismo grado de importancia y cada uno de ellos hace que podamos decir que hemos llegado al punto que siempre perseguimos: la perfección que da el placer de la captura de uno o de muchos peces sabiendo siempre lo que estamos haciendo y teniendo bajo control a todos los elementos que para ello hemos usado. Cuando eso sucede, justificamos millones de años de evolución y nos diferenciamos de aquellos seres primitivos que podemos imaginar usando las tretas a su alcance para lograr el sustento que los peces suponían para sobrevivir ¿o no? Pues para quien escribe estas líneas existía tanto equilibrio, palabra mágica, entre lo que sucedía a la orilla o en el agua de un río entre aquel ser primitivo y los peces, sea el uso de la fuerza, el manejo de la oportunidad, el aprovechamiento de la observación o todo en conjunto, como el que podamos establecer hoy con nuestros sofisticados materiales y el uso que de 4 [La Línea––––]
ellos hagamos. ¡Viva lo pequeñito!¡Viva lo grande! Y sobre todo ¡Viva el equilibrio en el uso de los materiales y el placer de su correcto manejo! Dicho todo lo anterior, demos un repaso a nuestros materiales antes de entrar en la técnica en sí.
LOS FLOTADORES ADAPTACIÓN AL RESTO DE ELEMENTOS Y CONTRIBUCIÓN A SU EQUILIBRIO Los flotadores son, en apariencia, el elemento principal de todo lo que hablamos pero no dejan de ser un elemento más en la cadena. Estos flotadores aportan al equilibrio de la totalidad de los componentes, su peso pequeñísimo, una capacidad de vuelo muy limitada en cuanto a distancia, que no en cuanto a calidad del vuelo, una visibilidad que, al momento en que nos asemos de distancia deja de ser tal y, por todo ello, determinan el uso del resto de los elementos. Esa es la clave de que aparezcan como el elemento principal de todo este artículo cuando, debo insistir, en absoluto lo son.
CARACTERÍSTICAS PESO MÍNIMO Su peso mínimo lo es porque debe ser perfecto para distancias cortas porque, por mucho que algunos pescadores se empeñen, los flotadores pensados para distancias largas, no sirven para las cortas. Ni siquiera los creados para distancias medias pueden hacer el trabajo con la limpieza, seguridad y regularidad que ofrece una de estas pequeñas maravillas. Este mismo aspecto del peso obliga a realizar los lances con dos modelos muy concretos de técnicas de lanzado: podemos usar el lance denominado ”redondo”, es decir, aquel que aprovecha todo el movimiento de todos los elementos, desde nuestras manos hasta el anzuelo, para aprovechar la aportación de cada uno de ellos en lo que se describe como la
forma más evolucionada de lanzado con caña. La segunda opción, es usar el denominado lance de ballesta consistente en dar toda la velocidad que podamos al lance para conseguir así que un peso tan pequeño arranque el vuelo con la fuerza que necesita para llegar a su objetivo. El peso mínimo de estos flotadores no permite los lances denominados de pico, es decir, los que parte desde una posición estática a nuestras espaldas porque a lo poco que pesa el flotador, se une la facilidad con la que la caña se nos va a los lados por su ligereza y, por tanto, el lance acaba en total desequilibrio.
PIÉ ARTICULADO Sea cual sea el flotador, nos debe permitir usar un sistema de unión con la línea que haga que el flotador quede completamente articulado en su pié, dejando así total libertad de movimientos al cuerpo de nuestro flotador. Esa articulación, mejore el lance, ayuda en la presentación del cebo especialmente en la fase de la toma del cebo y nos ayuda a mejorar el clavado por dejar la relación entre nuestra acción de clavado y el anzuelo sin ninguna barrera en medio. A toda costa deberemos evitar ningún tipo de unión que suponga rigidez y favorecer, por el contrario, aquellas que nos den absoluta libertad de movimientos del flotador.
VISIBILIDAD Hablamos de visibilidad en primer lugar, de cara al pescador, es decir, las antenitas de estos flotadores en los insertados, o ese centímetro final de su cuerpo cuando es un flotador recto, están pintadas de colores llamativos y/o fluorescentes porque, pescando a la distancia para la que están diseñados, nos dejarán ver absolutamente todo lo que ocurra por poco que esto sea; si, por el contrario, nos vamos más lejos de la cuenta, perderán mucha efectividad por lo que las antenas o las partes finales, son un magnífico detector para saber si estamos en la distancia para la que se diseñó el flotador.
El avance de la tecnología ha empujado a la creación de verdaderas maravillas que, desde tamaños muy pequeños hasta tamaños medianos , sin plomo en el pié hasta aquellos que llevan todo el plomo que aguantan en el propio pié, vuelan como la mejor pluma de pavo y han enviado a otros materiales al cajón de los recuerdos cuando de pesca cercana se trata.
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Hablamos también, en segundo lugar, de visibilidad para los peces, es decir, de cómo de visibles son estos flotadores para los peces. Y en esto entran en juego, obviamente la claridad de las aguas así como la profundidad. La conjunción de ambas cosas hará que un flotador sea más visible que otro para los peces.
EL MONTAJE Para que la aportación al equilibrio de todo el sistema sea la correcta, estos flotadores deben montarse con uniones a la línea lo más pequeñas posibles. Cualquier montaje aparatoso destruye el equilibrio. No son, por tanto, flotadores destinados a la pesca en grandes profundidades ni en corrientes, como tampoco están diseñados para pescar con ningún sistema que les haga deslizarse por la línea sino, muy al contrario, son flotadores pensados para estar fijados a un punto muy concreto.
INTERCAMBIABLES El flotador que elijamos debe ser intercambiable de forma sencilla y rápida. Al ser tan pequeños, estos flotadores se ven afectados por elementos como el viento de manera extraordinaria. Casi cualquier cambio en la superficie del agua les afecta de forma directa por lo que, o bien porque usamos un sistema de unión a línea que nos permite el cambio fácilmente, o bien porque, dejando el sistema de unión a línea muy fijo, es el flotador el que está diseñado para ser cambiado por otro, necesitamos que nuestros flotadores para esta forma de pescar sean muy fáciles de manejar y de cambiar.
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LA CAÑA ADAPTACIÓN AL RESTO DE ELEMENTOS Y CONTRIBUCIÓN A SU EQUILIBRIO La caña es el elemento que todo lo maneja. Usa una caña inadecuada para lo que persigues y fracasarás; usa la caña adecuada pero colócale los elementos inadecuados a ella y también fracasarás. La caña es el hilo conductor de todo lo demás y debe estar bien elegida de acuerdo a unas características muy concretas, como ocurre en todas las técnicas de pesca.
LA ACCIÓN Necesitamos una caña capaz de clavar a la distancia que hemos elegido y debe hacerlo con ligereza y absorbiendo nuestro clavado con naturalidad sin romper nuestros delicados hilos. Eso nos conduce a cañas muy ligeras, capaces de sacar rendimiento a cada milímetro de sus tres partes, no sólo a la primera, como ocurre con cañas diseñadas para otros propósitos.
LA CAPACIDAD DE LANCE Poder lanzar pesos tan pequeños a una cierta distancia es una necesidad de supervivencia de esta técnica de pesca. Hacer que un peso tan pequeño vuele con ligereza, sin dejar de ser fuerte y hacerlo sin desequilibrios que nos envíen el flotador a un sitio diferentes cada vez que lanzamos, entra en saber elegir la caña adecuada.
CALIDAD DE CLAVADO Algunos dejan la calidad del clavado exclusivamente como patrimonio del anzuelo, olvidando que la calidad del clavado comienza en nuestro propio brazo. La fuerza, agilidad, velocidad y ángulo con los que ejecuta el movimiento se traslada a la caña, a toda la línea y acaba en el anzuelo pero es eso, el lugar donde acaba. Una caña adecuada al resto de los elementos dará clavados de calidad mientras que una inadecuada provocará desclavados en el mejor de los casos y constantes roturas en el clavado en la mayoría de las ocasiones.
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Conocer bien la relación entre la posición idónea del freno delantero y el límite de rotura de tu bajo de línea es esencial para que pongas a trabajar a la caña. Si dejas el freno demasiado abierto o flojo, perderás control y los mejores momentos de defensa del pez.
EL CARRETE ADAPTACIÓN AL RESTO DE ELEMENTOS Y CONTRIBUCIÓN A SU EQUILIBRIO
Si el necesario equilibrio de todos los elementos se rompe mediante el uso de un carrete inadecuado, todo los demás se irá al traste. Debe tener las características adecuadas: CAPACIDAD Siempre perseguimos carretes rápidos y con gran capacidad de recogida de hilo. Sin embargo, la debilidad de nuestros elementos nos hace pensar en este caso en una pesca en la que cada pez necesita de su tiempo para salir y es realmente difícil aligerar ese aspecto. Y, si tienes prisa, probablemente esta no sea tu técnica favorita ni lo que necesitas, desde luego. Ciertamente nos importa poco que sea lento, aunque ya no los hacen, ni la capacidad de recogida por vuel8 [La Línea––––]
ta. Debes recordar siempre, amigo lector, que en todas las técnicas es la caña la que debe sacar al pez y nunca el carrete porque éste sirve exclusivamente para la administración de la línea. Pues bien, en este caso, esa máxima se convierte en una necesidad aunque bien es cierto que ayudada por el carrete. FRENO Necesitamos un buen freno delantero. Si te manejas mejor con los frenos traseros pues no hay problema. Es simple: en los carretes normalitos, es fácil encontrar un buen freno trasero y el delantero suele ser malo; en los buenos carretes, ambos frenos son de calidad pero especialmente el delantero hace cosas que muchos jamás han experimentado sin saber lo que se están perdiendo.
LOS HILOS ADAPTACIÓN AL RESTO DE ELEMENTOS Y CONTRIBUCIÓN A SU EQUILIBRIO La salida del carrete en esta modalidad es algo que se produce en bucles muy pequeños que, además, no pueden ser mayores con el tamaño de anilla inicial que llevan las cañas adecuadas a esta pesca. Y ello nos conduce a ciertas características que a la fuerza hay que respetar:
TIPO El enfrentamiento entre Monofilamento y Fluorocarbono no ha hecho más que empezar en nuestra forma de pescar. Y seguramente acabará ganando el fluorocarbono en muchos aspectos como ya ha pasado en la pesca en el mar. En nuestro caso de hoy, los bajos son mejores si se hacen en fluorocarbono porque mantienen una mayor rigidez, además de las ventajas de invisibilidad que ofrece frente al monofilamento, ofreciendo como único aspecto negativo su propia rigidez que, en los casos en los que apoyemos más o menos bajo puede ser una ventaja o una desventaja, muy personal en todo caso.
HUNDIDO FRENTE A FLOTANTE Pescando en las distancias a las que os referimos, siempre es mejor el hilo flotante. El único problema es que debe flotar todo y no hundirse parcialmente porque eso produce roturas en el clavado. Si no encuentras un hilo que flote por completo, mejor usa uno hundido y efectúa clavados más suaves con el hilo hundido. Como quiera que los hilos que usamos son entre un 0,11 y un 0,14 en el carrete, hundirlos no es sencillo con un carrete lento y en tan poca distancia por lo que es aconsejable que busques hilos que floten bien o que dejes la bobina toda la noche en agua de forma que se hunda mejor.
Con la enorme cantidad de hilos que hay en el mercado, muchos pescadores no paran de cambiar de unos hilos a otros. La clave del buen funcionamiento es cierto que está en la calidad de los hilos pero no es menos cierto que la confianza en tu hilo, el conocimiento que tienes de su comportamiento, resulta de vital importancia al final de cada jornada. Busca una marca de confianza para tu equipo y cuando encuentres la que te da las prestaciones que buscas, conviértela en herramienta habitual. No decimos que no conozcas nuevos pero siempre para comparar sus prestaciones con las que conoces perfectamente bien.
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LOS ANZUELOS ADAPTACIÓN AL RESTO DE ELEMENTOS Y CONTRIBUCIÓN A SU EQUILIBRIO
Debemos encontrar siempre anzuelos que no rompan el equilibrio pero que, a la vez, sean muy fuertes. Por mucho que nuestra caña absorba gran parte del clavado, por mucho que nuestros hilos en esos metros sean capaces de ser muy elásticos y ayudar en esa absorción, si al final el anzuelo es blandito, es decir, pensado para enchufable o telescópica pero no para carrete, todo el sistema se romperá en el último eslabón de forma innecesaria. Hoy en día fabrican auténticas ma¡ravillas pequeñas y tremendamente duras.
ANZUELO-CEBO Como en cada caso de pesca del que hablemos, la relación entre el tamaño del anzuelo y su peso con el tamaño y peso del anzuelo se convierte en el gransecreto de un buen uso de los anzuelos. Pretender que un anzuelo, digamos del nº 22, no pierda su capacidad de clavado cuando trasnporta tres gusanosde carne, es biscar milagros.
MUERTE CONTRA SIN MUERTE España es un país donde aún se siguen usando más los anzuelos con muerte que aquellos que tienen o micro muerte o son sin muerte alguna. Y todavía hay quien sigue pensando que un anzuelo sin arpón se suelta de la boca de los peces. Simplemente así lo afirman los que no conocen el funcionamiento de un anzuelo. Un anzuelo sin muerte es muchísimo más efectivo en la penetración y aguanta los cambios de ángulo durante la lucha de forma genial, siempre que la lucha se haga correctamente. En el caso que nos ocupa hoy es muy sencillo elegir el adecuado: si los peces dan pelea, elegiremos un anzuelo con micro muerte y si no la dan, siempre un anzuelo sin muerte es muchísimo más eficaz. 10 [La Línea––––]
La pesca con este tipo de cañas implica anzuelos muy pequeños y cebos generalmente adecuados al tamaño y peso de estos anzuelos. Dependiendo de los peces que persigamos incluso se pueden llegar a cargar los anzuelos como el de la fotografía, a punto de sobrepasar su capacidad de giro y clavado por la carga que lleva. La conjunción de todos los elementos hace de esta pesca algo insuperable que nada tiene que ver con esos boyones invertidos pensados para pescar con las reglas a distancias que en nada suponen pesca a la inglesa. Esto sí es la auténtica pesca a la inglesa.
LOS MONTAJES ADAPTACIÓN AL RESTO DE ELEMENTOS Y CONTRIBUCIÓN A SU EQUILIBRIO De forma general, podemos asegurar que esta es una técnica no pensada para montajes corredizos como ya hemos expresado cuando hablábamos del flotador pero es que, además, no son necesarios ni por la distancia de pesca ni por la profundidad. Si a esta característica de la técnica anteriormente reseñada le unimos el hecho de colocar todo el peso en el pié del propio flotador o en su cercanía sin romper la articulación ya descrita del mismo, sólo nos quedan un par de consideraciones:
EL GRUPO
Podemos hacer montajes con grupos de plomo, en cuyo caso siempre serán grupitos muy pequeños, que nos interesan para saber cuando ha llegado el cebo a su sitio porque “dan el cante” con la colocación final del flotador y cuando el pez levanta el cebo por encima de ese grupito dejando ver cómo nuestro flotador claramente se levanta. Y como los flotadores no tienen vida propia, cualquier alteración del comportamiento rutinario y conocido, nos empuja a clavar. También podemos hacer montajes sin grupito o todo colocado en el pié como ya hemos mencionado. Será el más adecuado aquel montaje que, además de hacer el trabajo que quieres que haga, se comporte como quieras que se comporte, es decir, aquel que te dé control total sobre lo que estás haciendo y sobre todo, control sobre lo que está pasando bajo el agua.
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TÉCNICAS DE LANZADO ADAPTACIÓN AL RESTO DE ELEMENTOS Y CONTRIBUCIÓN A SU EQUILIBRIO
Poco peso de flotador, poco hilo en cuanto a diámetro, poco peso de línea y poco peso y tamaño de anzuelo, es decir, también del cebo, conducen a una imperiosa necesidad de técnicas de lanzado adecuadas o de lo contrario, será una casualidad que lancemos dos veces al mismo punto.
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NO SÓLO VERANO
Una manía muy típica con esta modalidad de pesca es la de pensar que es una técnica adecuada para el verano cuando los peces están muy activos pero en absoluto es así. Practicar esta forma de pescar en soleadas mañanas del invierno, ya no digamos del otoño o de nuestras calurosas primaveras, en lugares de poca profundidad y mucha vegetación, puede darte momentos inolvidables. La práctica de esta técnica está altamente recomendada para novatos que están adquiriendo pericia y para veteranos que enterraron estos flotadores para acabar pescando siempre con esas monstruosidades de muchos gramos y a unas distancias para las que no se han diseñado casi ninguno de los elementos que usan, es decir, forzando situaciones en lo que han dado en llamar pesca a la inglesa pero que en nada se parece a ello. Saca esa joyita de caña que tienes, esos flotadores que nunca has usado y ese carretito maravilloso, colócale un hilo adecuado y vete a disfrutar de lo pequeño porque no es otra cosa que un arte. Pasar del dominio de esta técnica a pescar con otros elementos más habituales es tremendamente sencillo. No así lo contrario pero merece la pena, y mucho ¡Viva el arte de la miniatura!
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LA GUÍA DE ALAN PARA LA PESCA DE GARDONES CON VERS DE VASSE Y FOUILLIES
No tenemos gardones en España, o apenas si los hay, pero necesitamos aprender a usar los vers de vasse y los fouillies en conjunción con las tierras. Por eso, cuando Alan me envió esta guía tras lo ocurrido en el mundial, no he dudado un instante en publicarla, con toda la riqueza de fotos que trae, sobre todo para los que pueden ver las galerías de fotografías a en sus tabletas y móviles.
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Como continuación a mi artículo sobre los mundiales de Polonia celebrados en el canal de Zeranski, donde Inglaterra dominó con una táctica muy técnica que incluía el buen uso de los vers de vasse y fouillies, me gustaría extenderme en algunas técnicas que yo personalmente utilizo. Con ellas, consigo pesos enormes de estos soberbios pececitos. Tanto los vers de vasse como los fouillies son, sin duda alguna, los mejores cebos para atraer a los gardones. Son el cebo más natural que se puede utilizar, pero cebar con ellos y presentarlos adecuadamente suele tener pequeñas diferencias que, casi siempre, tienen que ver con diferentes tipos de escenarios. En este artículo me gustaría cubrir ambos aspectos en detalle y todo ello con la esperanza de que esto te ayude a mejorar tus capturas de la que es mi especie favorita. Para hacer el artículo y sus fotos, me he desplazado al canal de Stainforth en el que suelo pescar muchos de los concursos de nuestra liga de invierno. En ese escenario he aprendido mucho a lo largo de los últimos años. A medida que el agua cambia de color, generalmente debido al agua de la lluvia que le entra al canal, la forma de cebar también debe cambiar. Por otro lado, las temperaturas caen mucho en invierno durante la competición, y ello te obliga también a realizar variaciones sobre la técnica base si quieres seguir cogiendo peces. Todo ello lo convierte en un lugar excepcional para aprender, ampliar y mejor tus conocimientos.
TÉCNICAS DE CEBADO Te debe quedar claro que las técnicas de cebado hay que adaptarlas a cada escenario a medida que lo vas pescando y que, por tanto, serás tú quien consiga buenos resultados si trabajas adecuadamente un escenario. Yo, sin embargo, te voy a hablar de algunas de mis mezclas favoritas y del momento adecuado para usarlas:
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SÓLO FOUILLIES Una de las formas más simples de cebar con ellos es es hacerlo directamente, tal y como vienen en el paquete. Esto funciona bien cuando se trata de canales con agua clara y poca profundidad en los que el fondo es, usualmente, de color negro. Tan simple como usar 250 mililitros de fouillies sin nada en un cazo, sobre un punto y dejar que los gardones lleguen y se coloquen a comer sobre él. Esta es una buena táctica cuando se trata de días muy difíciles
en los que basta con dos o tres kilos para ganar. Sin embargo, en absoluto es una buena táctica cuando los pesos necesarios son mayores, porque los peces se van a comer el cebo demasiado rápido. Si el canal tiene algo de corriente, simplemente añade algo de Tierra de Sensas del tipo Grey Leam para pegar los fouillies de forma que lleguen al fondo unidos y luego se abran allí y no mientras bajan. A menudo presentar un pequeño vers de vasse o un fouilli grandote en el anzuelo, rozando el fondo, es un magnífico
cebo en el sentido de que lo confunden con los fouillies que saltan desde el fondo en esos primeros centímetros de forma continua. Son, además, un cebo que al no haber sido lanzado dentro de una bola de engodo, está mucho más activo y, por tanto, confundir el del fondo con el del anzuelo es mucho más fácil. También supone una muy buena forma de cebar como cebado de continuidad cuando los gardones andan difíciles y no acaban de tragar con las pequeñas bolitas que contienen la arcilla envolviendo a los fouillies. Con el agua turbia, esta forma de cebar no suele funcionar bien.
ARCILLA NATURAL (TERRE crea un área excesivamente grande y la comida es muy fácil de encontrar y DE SOMME) Cebar con esta tierra al principio de la jornada es una muy buena forma de atraer a los peces a tu puesto de forma inmediata y funciona mejor en aquellos lugares como los lagos de aguas quietas o en pistas de remo. Es tan simple como coger una bolsa de tierra de Somme y cribarla. Añade apenas 50 mililitros de fouillies, forma bolas del tamaño de un apelota de tenis y lánzalas a mano. El resultado será una enorme nube que atraerá a los peces de los alrededores y los hará sentirse a gusto dentro. Nunca pongas grandes cantidades del cebo en las bolas porque se
se la comen demasiado rápido. Por el contrario, debes colocar después del cebado de inicio, una zona cerrada con una mezcla de engodo en la que colocas más muestras de cebo. Esta táctica funciona mejor cuando se trata de coger pesos grandes de gardones hasta incluso doce kilos y las temperaturas del agua son calentitas, típicas del verano y el otoño.
CEBAR EN LOS MESES FRÍOS Cuando la temperatura del agua es baja, corto mucho la cantidad de engodo; también hay que reducirla
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drásticamente cuando los gardones huyen del engodo, cosa que sucede a veces, sobre todo en escenarios que han sido muy duramente cebados en días sucesivos como ocurrió en el mundial pasado de Polonia. En estos casos yo siempre pesco con una mezcla que se basa exclusivamente en tierra. Mezcla una bolsa de Terre de Somme natural y una de Terre de Somme negra, con un cuarto de tierra Grey Leam, mójalas suavemente con un atomizador, sin dejar de hacerlo mientras pasas el batidor, hasta que formen bolitas de unos dos milímetros. En ese momento, añade los fouillies y ya puedes cebar en aguas teñidas. Cuando el agua está clara, yo cambio la Terre de Somme negra por tierra de toperas lo cual hace que la mezcla se vuelva más oscura y acaba mimetizándose con el color del fondo del canal o del lago con facilidad. No olvides que el contenido alimenticio de la mezcla es cero y que, aunque coloques un cuarto de litro de bichitos al principio, deberás cebar de continuidad según te lo pidan los peces cuando veas que el puesto baja en picadas, o de forma regular para que no bajen las picadas cuando tienes claramente muchos peces.
CUANDO LOS PECES COMEN BIEN Mi mezcla favorita para los grandes pesos de gardones es la de Sensas Gardon Fine con Sensas Canal Original. A esta mezcla le añado como litro y medio de Terre de Somme para ayudar a la mezcla de engodo a que abra cuando llegue al fondo. Si el agua está más bien clara, cambiaré el Canala Original por Canal Noire y la tierra natural por tierra negra. Si los peces son pequeños, digamos que como mucho de cien gramos, pasaré la mezcla de engodo por una criba muy fina para evitar sobrealimentar a los peces. Siempre mezclo esta fórmula de engodo más bien pasada de agua para eliminar la actividad excesiva de las partículas de engodo. También 18 [La Línea––––]
puedes conseguir esta eliminación usando Sensas Aromix Gardons que corta la actividad de las partículas y te ayuda a mejorar el peso medio de los gardones. Si usas engodo, te evita tener que usar tanto fouillies para que los peces no se muevan del puesto porque el engodo también los alimenta. La mejor forma de saber cómo de bien están comiendo los peces es
cuando, al desanzuelarlos, ves que expulsan fouillies y también engodo. Si eso ocurre ¡la mezcla es buena!
¿CON CAZO O A MANO? Analicemos primero el uso de los cazos cuando se trata de engodos y tierras. Yo siempre uso el cazo si el fondo tiene algo de pendiente. Si metes engodos y tierras a mano
con un fondo en pendiente, acabarás con muestras en todos los niveles del fondo y esos en absoluto es bueno porque no centrarás a los peces. El resultado será que no tendrás buen ritmo de picadas. Cuando cebas con un cazo de forma correcta y exacta, mantienes los peces en un nivel y un punto y todo se hace más fácil en cuanto a capturarlos. Cuando cebas con cazo en un fondo inclinado, es una obligación cebar alrededor de 20 centímetros por detrás de la capacidad total del kit, de forma que la mezcla se rompa y deje caer pequeñas partes que nunca pasarán del límite que puedes alcanzar. En el canal que estoy pescando la línea corta está en un fondo inclinado mientras que la línea larga a trece metros también cae pero lo hace contra mí, así es que en la línea larga empujo mi caña hacia delante unos veinte centímetros, justo al contrario de lo que debes hacer en la línea corta. También uso el cazo cuando la pesca es difícil como ocurría en Polonia, para asegurarme de que las bolas caen siempre en el mismo exacto punto. Esto hace que se cree un área muy ceñida, muy concreta, muy cerrada de forma que el bando de gardones no puede alimentarse todos a la vez: eso ralentiza el tiempo que dura el cebo en el pesquil e incluso cuando coges un pez y el resto del cardumen se mueve asustados o vigilantes, tardarán en volver a centrarse al lugar y en poder acceder a la comida. Y, en todo caso, conseguiremos que la comida dure más. Esto, cuando tienes tantas limitaciones de cebos, es simplemente genial. Meter el cebo de continuidad por medio de los cazos es también una buena forma de cebado, particularmente en pistas de remo y en lagos en los que el fondo es completamente liso. Colocar de esta forma el cebo asegurándote de que está en un punto concreto en medio de la zona cebada, no me parece muy buena idea cuando se trata de gardones aunque lo cierto es que funciona muy bien
con bremas pequeñas (skimmers). Colocar el cebo con cazos es también bueno en los ríos, aunque yo normalmente en esos casos lo coloco en una zona de más o menos un metro dentro de la cual me muevo posteriormente, cogiendo peces a medida que el flotador se desplaza por la zona. Es de pura lógica porque, si con agua moviéndose en un río, cebas un punto concreto, creas una zona de comida y coger luego peces fuera de lla es poco natural por lo que siempre resulta más práctico cubrir una pequeña zona y pescarla de un lado a otro.
LOS MEJORES ANZUELOS Para las pescas difíciles, yo utilizo tres modelos de anzuelos: el primero es el Drennan Ultra Fine Pole que tiene una cubierta roja y es muy fino en los tamaños del 20 al 24. Desde el 20 al 24 juego con el tamaño según sean vers de vasse o fouillies y el tamaño de ambos para adaptarlos al del anzuelo. Su patilla muy larga permite, además, una mucha más fácil colocación del cebo. Este mismo anzuelo en el número 18 es fantástico cuando se
trata de amasar ingentes cantidades de gardones de alrededor de 150 gramos pero es un anzuelo tan fino que no es fácil de usar con el desanzuelador sin que pierda su forma. El Kamasan B590 es un patrón muy similar al anterior pero un poco más fuerte y mejor preparado para desanzuelar grandes cantidades de peces. Yo uso en particular el número 22 para fouillies y lo uso mucho en los canales durante los fríos meses del invierno. Cuando se trata de coger grandes pesos en ríos, siempre uso el Kamasan B511 en tamaño hasta incluso del número 12 y he cogido bestialidades de pesos con estos anzuelos que resultan muchísimo más fuertes de lo que sugiere el diámetro de su alambre a simple vista. Otro anzuelo que uso es la versión sin muerte del Drennan Silverfish Match, que es un anzuelo estudiado y de comportamiento brillante en nuestras pesquerías comerciales donde los anzuelos con muerte están completamente prohibidos; sin embargo puedo asegurar que prácticamente no pierdo ni un pez con él y que, además, mantiene perfectamente un vers de vasse vivo sin que se le salga.
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MONTAJES Y PRESENTACIÓN Cuando de canales se trata, so prácticamente sólo dos modelos de flotador. Uno es el de tipo lápiz y el otro es el de tipo de lágrima, ambos con pié de metal. También puedo usarlos con pies de carbono pero exclusivamente si no hay viento algu-
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no o es tremendamente suave. El plomeado hay que mantenerlo en el lado de la simplicidad usando una lágrima del tipo de Lock and Slide (Cierra y se desplaza), para los flotadores por encima de 0,80 gramos y con plomitos para los que bajan de ese peso. La mayoría de los montajes son tan simples como la colocación de
tres plomos de caída por debajo del grupo o lágrima sin contar con plomos miniaturas en absoluto, es decir, que no bajo de plomos del 8 o del 9 como norma. La presentación es clave en coger peces con vers de vasse y en este caso hay tres técnicas que son las que uso casi siempre.
La primera de ellas es cuando necesito velocidad para coger cantidades de peces. Cuando meto la caña, tengo una cantidad de caña tras de mí de tramo y medio y hago que se balancee el aparejo de forma que lo coloco de forma vertical sobre lo cebado. Esta forma te permite colocar el cebo mucho mejor y llegar antes al pez, a la vez que presenta el cebo a la
caída muy bien. Necesita de práctica pero puede llegar a ser tremendamente bueno y rápido. La segunda fórmula es dejarla caer directamente sobre la zona cebada pero mantener el flotador alrededor de seis segundos sobre la superficie, hasta que la lágrima y los plomos se asienten y luego bajar el flotador y el vers de vasse con él hasta
el fondo. Esto funciona bien porque estás presentando el cebo de la forma más natural posible y, si hay algún gardón colocado por encima del cebado, estará completamente posicionado para coger el cebo, de forma que acabas fallando menos picadas y las picadas son, a la vez, mucho más consistentes.
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La tercera es exactamente igual que la segunda pero en lugar de bajar el flotador despacio, se trata de dejar caer la línea de golpe, haciendo que todo baje más rápido. Entonces, el cebo adelanta al último plomo de caída y se va al fondo de forma direc-
ta haciendo también una muy buena presentación. Todas estas formas de presentar el cebo son buenas pero tienes que practicarlas porque para hacerlas bien hace falta mucha práctica y yo, personalmente, me harto de practicar
en lugares como este canal. La pesca con vers de vasse y fouillies es una de mis formas favoritas de pesca y es relativamente simple y sencilla si sigues esta simple guía porque no olvides que este es el cebo más natural que puedes usar.
Este tipo de pesca no es posible en España con los gardones porque apenas si los hay en zonas muy concretas y, cuando se encuentran, están en España, es decir, bajo aguas cuya temperatura les hace cambiar de comportamiento de forma absoluta. Sin embargo, cuando Alan, a vueltas del pasado Campeonato del Mundo nos ha enviado esta segunda entrega, que complementa a la publicada en nuestro último número en papel, decidimos que, claramente, lo importante era de nuevo el manejo de arcillas y tierras con fouillies y vers de vasse. La aplicación que le puedas dar en España es mucho mayor de lo que puedas imaginar. Como, además, se completa con una maravillosa galería de fotos, era obvia su publicación. 22 [La Línea––––]
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DEMASIADOS PECES Si le decimos a alguien que el problema que tenemos pescando es que hay demasiados peces en tu pesquil, a muchos les puede dar la “risa tonta”. Sin embargo, la acumulación de muchos peces en un pesquil puede llegar a ser causa de todo tipo de problemas y es una situación típica en la que, especialmente los más novatos, se las ven y se las desean para clavar peces y que, además, cuando lo hacen, sea por la boca. Y es que uno quiere que entren muchos peces en nuestro puesto de pesca pero, a ser posible, que se pongan en fila para comer y no molesten a los demás. Y lo cierto es que, si puedes provocar esa situación de tener muchos peces en una zona muy pequeña de
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agua de forma intencionada, es un magnífico entrenamiento para el desarrollo de una mejor habilidad en el clavado: nada te puede entrenar tanto como esa situación si la llevas con cuidado.
LOS PROBLEMAS Para empezar, lo primero que hay que hacer es tener clara conciencia de qué problemas son los que nos provocan estas situaciones, por qué se provocan y cómo funcionan para acabar sabiendo cómo solucionarlos. Sin el conocimiento y la comprensión de lo que está ocurriendo allí debajo del flotador, es difícil asegurar que sabes cómo solucionarlos. Pero ¿qué entendemos por muchos peces?¿200, 300, 500…?¿Es una cuestión de pura cantidad?¿Pueden 100 peces de una especie ser muchos más
que 200 de otras?¿Pueden 100 peces de varias especies mezclados en un mismo puesto dar más guerra que 1000 peces de la misma especie? Analicemos estas posibles situaciones. Si lo primero que tenemos que definir es qué son muchos peces, vamos a tenerlo difícil para contestar ni con un número ni con una respuesta de carácter cuantitativo porque, habitualmente, son situaciones que hay que entender relacionadas con el comportamiento de los peces más que con su número. Los peces obedecen a tres instintos básicos: comer (para crecer cuando son pequeños, para mantenerse o para seguir creciendo cuando ya son adultos), relacionarse sexualmente y, en tercer lugar, asegurarse una situación de ventaja visual y del resto de los sentidos que les haga estar permanentemente en alerta ante posibles ataques de sus
depredadores, es decir, sobrevivir. El instinto que nos toca hoy es el primero, es decir, el de la comida y las conductas que adoptan diferentes especies cuando se alimentan solas y cuando se alimentan mezcladas con otros peces. Todo ello aderezado con un poco de técnica de pesca con enchufables. Cada especie tiene una forma de comportamiento diferente en lo que a comida se refiere. Ese comportamiento tiene relación con la edad de los peces de forma que hay especies que, para poder seguir creciendo deben ingerir una cantidad de comida al día directamente relacionada con su peso. Así, por ejemplo, mientras que en el caso de depredadores como el black-bass en estado de crecimiento hasta llegar a ser adulto deben ingerir aproximadamente el 30% de su peso a diario para que no se pare su crecimiento, en los cipríni-
dos esas cantidades no llegan, ni mucho menos, a ser tan bestiales pero sí hay una barrera que hay que superar a diario para que el crecimiento siga su destino natural y no se paralice. Y, si bien es cierto que la gestión del alimento ingerido, es decir, sacarle el mayor rendimiento, es casi perfecta en los ciprínidos y, por tanto, con cantidades mucho menores de alimento que otras especies consiguen mantener su crecimiento, no deja de ser cierto también que determinados tipos de alimentación provocan una lucha por la comida entre ellos que no existe en la naturaleza por sí misma. Nosotros hemos desarrollado a lo largo de los miles de años de relación con los peces, primero como fuente de alimentación y después como deporte, diferentes formas que alteran la conducta alimentaria habitual de los peces. Si consideremos que el 80% de la
comida que ingieren los ciprínidos es lo que podríamos describir como su menú habitual, encontrado en su medio sin problemas, hay que considerar qué parte del 20% restante puede ser la comida que nosotros le lancemos. No es una situación mecánicamente igual porque en lugares, por ejemplo, donde se celebran competiciones de forma constante y durante la semana se entrena, ese 20% puede aumentar ostensiblemente: si el lugar tiene mucha comida natural, será de esos escenarios donde, si lanzas más comida de la cuenta todo se paraliza; si, por el contrario, no es un lugar con excesos de comida natural, se pueden dar situaciones típicas de las grandes competiciones donde, al principio de la semana los peces obedecen de una forma concreta a los estímulos de comida extra y, a medida que avanza la semana, van estando “más llenos” y comen peor.
¡DEMASIADOS PECES!
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Estas dos situaciones influyen de tal forma en los resultados de una competición que, mientras que en la primera desde el primer día el secreto está en dar con la frecuencia para introducir la menor cantidad posible de alimento y centrarse más en la presentación del cebo, en el segundo caso, suelen ser competiciones donde la cantidad justa de comida es una barrera que no se puede traspasar, pero la que lanzas tiene que ser consistente en su contenido y los aparejos y la presentación importan un poco menos. Así, hemos podido ver cómo auténticos maestros en el arte de conjugar cantidad, contenido y frecuencia del cebado como los propios ingleses, que son magníficos conocedores también de los aparejos y de las formas de presentación y que no suelen fallar en ello, se pueden llegar a dar trompazos en sus decisiones como ocurrió en el Campeonato de Europa de Mérida hace solo un par de años. Todos los miembros del equipo prácticamente iban bien en la competición hasta un punto en la mañana en el que, de repente, todos dejaban de coger peces excepto los que estaban con los alburnos. Su decisión les hizo morir con las botas puestas como siempre y como también hacen siempre que ganan pero quedó palpablemente claro que la decisión sobre el cebado fue un error garrafal. Pues de esos errores garrafales está llena nuestra vida diaria de pescadores tanto en la pesca por placer como en la competición y, si pudieras analizar fríamente cada día los errores, muy probablemente te encontrarías con parámetros repetidos de cebado que conducen a situaciones de tener peces en el puesto pero no tener picadas. Y las situaciones relacionadas con la comida cambian ligeramente según que los peces sean todos de la misma especie o no.
LA MISMA ESPECIE Si lo que tenemos dentro del puesto son mayoría de peces de la misma especie, digamos todo carpas, o todo barbos o todo carpines, los peces adoptarán conductas naturales en ellos. En estos casos el problema de muchos peces lo es puramente de for26 [La Línea––––]
ma cuantitativa. Y la solución más sencilla casi siempre suele ser la de pescar el puesto “por fuera” de la zona cebada en sus inmediaciones (véase artículo del número pasado sobre merodear un pesquil). Si no encontramos solución, sufriremos con los roces de los cuerpos de los peces contra nuestra línea. Y ojo porque sufre todo el mundo, novatos y expertos. Uno ha podido ver a algunos novatos y a otros muy novatos que se consideran expertos, intentar clavar una picada tras otra… ¡sin ser picadas en la mayoría de los casos!
DIFERENTES ESPECIES La mezcla de especies siempre crea mayor o menor problema según las especies. Basta con mirar la boca a los peces para saber el diseño que la naturaleza y la evolución les ha dado en lo que a comer se refiere. Mientras que carpas y barbos tienen bocas diseñadas para funcionar igual que una aspiradora por el fondo del río o lago, otras especies tienen un labio inferior que apunta hacia arriba, claramente diseñado para comer mirando a la superficie. Y otras, como la boga, por ejemplo, tienen un labio inferior diseñado para comer en el fondo pero poder adaptarse a otros niveles. Otros, como los carpines, están a medias de una cosa y otra y son capaces de invadir cualquier capa de agua en busca de comida. Sin embargo, aunque esos parámetros suelen ser ciertos en la conducta habitual de los peces, cuando provocamos con nuestro cebado que se cree una columna de alimentación entre la superficie y el fondo que tiene un contenido determinado y baja a una velocidad y con una frecuencia determinada, si la cantidad de peces en el puesto es grande y están mezcladas las especies, los primeros en lanzarse a por la comida en las capas más altas serán los más evolucionados para comer en esos lugares pero no te dejes engañar porque si a los de abajo no les llega comida, también acaban subiéndose y aunque la agilidad de una carpa cogiendo un gusano que baja es infinitamente menor que la de un alburno o incluso la de un carpín, peleará por la comida si entiende que puede coger más comida,
nutritivamente hablando, de la energía que gaste en su captura. Un pesquil con varias especies peleando por una comida inteligentemente lanzada es difícil de manejar a no ser que la especie dominante que ocupe la capa más cercana a la superficie pelee por esa comida entre los mismos miembros de su clan, en cuyo caso, todo se facilita, especialmente cerca de la superficie. Las soluciones en este caso pasan más por usar cebos que las especies más arriba del agua rechacen para llegar abajo a las que sí lo quieren y están un poco desesperadas porque no les llega nada. No deja de ser buena también la búsqueda por fuera pero no es tan eficaz como cuando se trata de una especie principalmente.
SOLUCIONES No se trata, o al menos no siempre, de una solución para cada problema porque las propias soluciones no dejan de ser sugerencias que unos días funcionan mejor que otros pero, lo que si pretendo es dejar lo suficientemente comprensible cada una de ellas para que hagas un uso lógico si eres novato o para que ordenes tu pensamiento si eres ya veterano a la hora de aplicarlas eligiendo la más sensata según cada circunstancia.
CEBO CONFUNDIBLE, CEBO COMESTIBLE Podía haber subtitulado este apartado con un ¡Por la Boca! Un tremendo problema con estas situaciones es el que provoca los clavados por fuera de la boca, es decir, por cualquier sitio del cuerpo porque acabamos de intentar clavar ante lo que pareció una picada pero no era sino un roce. En esos momentos descubrimos la enorme diferencia que hay entre clavar por la boca y donde duele y clavar por donde no duele porque hasta el pez más pequeño tendrá libre su cabeza para nadar y sus impulsos hará que parezca mucho mayor. De este problema vienen comentarios del tipo de “Era enorme”, “Casi me arranca la caña de las manos”
o, como dice mi buen amigo Luis Domínguez, “Tenía los ojos como los faros de una bicicleta”, comentarios casi todos ellos hechos tras la rotura de nuestra línea. Nuestro cebo debe bajar con la misma naturalidad que lo hace el que lanzamos con tirador o a mano. Y conseguirlo es un puro ejercicio de lógica porque lo que parece claro es que cuatro gusanos en un anzuelo del nº 14 bajan a mucha más velocidad que cada gusano suelto y es poco confundible en la bajada. Resumiendo: Ceba tu anzuelo adecuadamente en cuanto a volumen y peso intentando siempre que a lo largo de su bajada parezca natural. También vale eso de ceba tu
anzuelo adecuadamente cuando lo que pretendes es que no lo cojan los peces en la caída pero sí en reposo mientras está en el lecho del charco.
PESCA POR FUERA Ya lo hemos mencionado. Cuando se trata de una sola especie, siempre que hay muchos peces de forma curiosa los elementos más recelosos y los de mayor tamaño, rara vez compiten por la comida y sí gustan de entrar y salir de la zona cebada o merodear por los alrededores. Pues nada, a merodear.
Evidentemente, la relación entre el tamaño del cebo y el tamaño del anzuelo es la que establece la capacidad final del anzuelo para clavar. Sin embargo, no es tan sencillo porque, en realidad, el tamaño del cebo importa relativamebte poco cuando no le quita al anzuelo su capacidad de clavar: esa es la razón por la que los cebos colocados en hair son tan efectivos porque, a no ser que exageres mucho la relación entre de bel tamaño y volumen del cebo con la capacidad de girar y clavar del anzuelo, siempre funcionarán bien. El panache de boilies y gusanos de la fotografía, funciona maravillosamente bien logrando brillantes clavados con un anzuelo del 12 pero le deja total libertad de giro y de clavado. Ligrar clavados eficaces es una necesidad pero para ello es necesario que se mantenga esa buena relación ceboanzuelo. La galería de fotografías que acompaña a estas dos, muestran varios ejemplos de cebos confundibles con otros claramente sospechosos o que anulan la capacidad de clavado del anzuelo. Toca sobre la foto de la izquierda. 27 [La Línea––––]
PROHIBIDOS LOS CAZOS Sí, los cazos, que ya empiezo a estar un poco harto de importar palabrejas que no existen. Esos cazos atados, enroscados o insertados a nuestras cañas para lograr la mayor de las exactitudes son el peor enemigo de lugares con muchos peces porque crean justo lo que no nos conviene, es decir, zonas de cebado muy pequeñas donde es mucho más fácil tener roces con los cuerpos de los peces que intentan comer en un plato demasiado pequeño para todos cuando son muchos. Cuidado porque los famosos cazos, prohibidos durante muchos años por los mismos atontaos que lo prohíben todo, se crearon, como no en Inglaterra, en una época en la que uno vivía allí, para conseguir estrechar cantidades ínfimas de cebo en medio del hielo y un frío que te pelas y para intentar dejando caer pequeñas cantidades de bolitas de fouillies o bolitas de un par de centímetros de engodo en un lugar concreto para intentar acabar el día con un kilillo de pequeños gardones, algún alburno (que no se llaman abletes, joder) o algún gobio. Nada que ver con el uso actual pero el principio es el mismo. Si hay muchos peces, nada de cazos. Y mucho menos ahora que puedes apoyar tu enchufable en esos balcones más propios de Romeo y Julieta que de la pesca y, por tanto, usar tus manos para meter el cebo sin problemas.
SOLUCIONES PROHIBIDAS Los italianos, grandes artistas en eso de rodear la ley y la norma, y digo artistas porque son más finos que nosotros haciéndolo, no porque nosotros no nos guste, que sólo hay que darse una vuelta por cualquier concurso social para ver a los tramposos tomar por gilipollas a todos los demás, fueron y son creadores de, vamos a llamarles trucos para bordear la norma cuando se dan situaciones de muchos peces y picadas complicadas. Todo parte de un uso perfectamente legal en la competición (por ahora y hasta que los de siempre se levanten con ganas de demostrar quien manda en los borreguitos). Ante situaciones de muchos peces y picadas confundibles con roces y viceversa, usar un flotador mucho más grande del que se necesita es una solución que con algu28 [La Línea––––]
nas especies como el carpín funciona muy bien. El principio es muy simple: si estoy con dos metros de agua parada y el flotador ideal es, digamos de 0,30 gramos con una antenita de tres centímetros de poco grosor porque temo que las picadas sean muy ligeras y, de repente empiezo a tener muchas “picadas” que fallo constantemente, mejor saco mi línea con un flotador de 1,5 gramos y antena de seis centímetros, plomeada a medias. Si de veras crees que los flotadores no tienen vida propia, observa bien el comportamiento de tu flotador cuando presentas el cebo desde que entra en el agua hasta que se posiciona. El comportamiento que tenga debe ser siempre el mismo porque sigue siendo un cuerpo inerte. Cualquier cambio en su comportamiento, por leve que sea, debe ponerte en guardia y, en ese momento, sólo el movimiento hacia abajo o hacia arriba son picadas (siem-
pre que no toques el fondo con el cebo), mientras que cualquier movimiento lateral serán roces. Ahora ya sólo tienes que mantener la calma y clavar como más adelante te indico y tu capacidad de clavado habrá mejorado infinitamente.
FLOTADOR FUERA DEL AGUA Prohibido. Bueno no, en realidad está prohibidísimo. Dejar el flotador parcial o completamente fuera del agua mientras pescamos y cebamos es faltar a la regla que dice que debe estar “en acción de pesca”, como si lo otro fuera una “acción de caza”. Yo te incito a que en la competición, en esta situación, lo hagas y que se jodan los que prohíben. Obviamente, en la pesca por placer no hay reglas y nada que decir.
El principio es muy sencillo: si colocas la caña en una misma posición de tal forma que tu línea esté tensa entre la puntera de la caña y el flotador, dejando fuera del agua el cuerpo o incluso todo el flotador y esto lo haces con un flotador mayor del que necesitas de acuerdo con la profundidad a la que vas a pescar, lo que en realidad creas es un aparejo de los denominados “de cerrojo”. Será el volumen del propio flotador el que ejerza de cerrojo contra el que el pez se clavará automáticamente en cuanto desplace el cebo en su boca lo suficiente. Y créeme amigo lector que los peces desplazan el cebo más de lo que un pescador de enchufable suele creer y no cree hasta que pesca con feeder un tiempo (no te dé miedo, hombre, que no pica y te va a enseñar cómo comen mejor que tu varita mágica, eso seguro). Los flotadores con pies de metal grueso y cuerpos rechonchos son los mejores para este trabajo de dejar parcial o completamente fuera el flotador. Sin embargo, flotadores estilizados con piés de carbono largo también cumplen el trabajo.
LA BOLITA Hasta donde yo sé no está prohibida pero seguro que puede aparecer un juez por detrás y decir que sí: ese día el juez duerme como Dios después de no haber hecho nada seguramente nunca por mejorar la competición pero te ha jodido y ha mostrado quien manda. Nada, de nuevo, te animo a que lo hagas y si el juez llega, amablemente míralo, no te enfades, sonríe y sigue haciendo lo que hacías. Si llega el caso, le recuerdas que hay una parte del cuerpo donde nunca da el sol y que darse un paseo por ella es muy relajante. Si pescas por placer, de nuevo, bienvenido, amigo. La bolita es una derivación del uso que se hace en Inglaterra, donde no hay normas y por eso ganan casi siempre incluso cunado hay reglas, para la pesca de los escardinos (rudd en inglés), peces taimados que suben a la superficie y pican no con delicadeza, no, sino como si tuvieran medio metro de lengua. Empecé a usar este sistema para las bogas en el más crudo invierno con resultados muy buenos hace treinta años y ahora, con algunas variantes, lo uso para otras pescas, desde la inglesa, hasta la enchufable pasando por el feeder con enchufable. No puede ser más simple:
La cantidad de flotador fuera del agua que necesitemos depende de muchas circunstancias pero, a más tensión en la línea y a más flotador fuera, más fácil será ver si se trata de una buena picada y más fácil que se produzca el autoclavado.
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Estas bolitas se hacen para múltiples propósitos. Es cierto que la marca Korum tiene unas en dos diámetros diferentes expresamente fabricadas para ser usadas como flotador pero lo cierto es que cualquier marca las tiene para usarlas en el mar en mil propósitos, siempre como testigos que sirven para indicar por donde va una línea. Se hagan para los propósitos que se hagan, nosotros podemos usarlas en dos diámetros, o bien pequeñitas o, si tenemos un poco de viento o la bandera que usemos es un poco larga, digamos de más de 30 centímetros, usarla más gruesa. Es muy simple porque bastará con que coloquemos la bolita por encima del flotador. Cuando se trata de un roce, la bolita se moverá de forma lateral y cuando se trata de una picada, su movimiento hacia abajo será claro, ayudando, además, a que se produzcan autoclavados en muchas ocasiones. Un método muy simple que siempre es una ayuda.
Utilizar una de estas pequeñas bolas señalizadoras, es un juego de mantener la tensión y las picadas serán poco confundibles con los roces que moverán la bolita hacia los lados mientras que la picada tirará de ella hacia abajo.
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CLAVAR ES ASENTAR Nuestro buen amigo y colaborador Alan Scotthorne nos lo ha comentado ya en algunos de sus artículos y yo debo insistir en ello: cualquier gesto para clavar que vaya más allá de levantar la caña con suavidad significa falta de control y te puede pasar cualquier cosa. Debes intentarlo hasta acostumbrarte. Los primeros días serán duros porque llegarás tarde en más de una ocasión pero acabarás descubriendo que los peces nadan con el cebo en la boca y que cuando se hunde el flotador, en muchas ocasiones, ya había empezado a nadar un momento antes.
Levantar con suavidad significa que si la picada no es tal sino un roce, simplemente no ocurrirá nada y nunca clavaremos por sitio alguno que no sea la boca. Sin embargo cuando se trata de una picada, levantar muy despacio significa hacer un clavado profundo porque opones resistencia a la dirección del pez y el anzuelo penetra como debe ser. Si no te rindes y practicas hasta conseguirlo, lograrás un avance vital en tu pesca con enchufable. Ahora, mi querido amigo lector, observa los pequeños vídeos de este artículo, practica y, si te he ayudado seré feliz por ello.
Hay muchas formas de agarrar una enchufable pero, si te fijas en los más grandes, verás que la posición siempre es la de juntar las manos. La razón es múltiple pero, además de asegurarte que tus piernas están en ángulo recto, coger la caña de esta forma, te asegura una posición mucho más descansada. Ya sólo tienes que practicar los clavados como una forma de asentar el anzuelo en la boca del pez, que es de lo que se trata y aprender a no hacer movimientos bruscos. Si ves el vídeo te resultará muy claro. 31 [La Línea––––]