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­­La Línea Director: Francisco J. Martín Giraldo COLABORADORES DESDE ESPAÑA­ Antonio Barril Romano Luis Coria Nieto Manuel Martínez López Manuel Morillo Manzano José F. González Martín Antonio Alvarado Jerez DESDE ITALIA­ Ricardo Galigani

DESDE PORTUGAL Mario Baptista Mario Barros José Calado Augusto Sousa José Marques DESDE INGLATERRA Peter Drennan Alan Scotthorne William Raison

DESDE FRANCIA Giles Caudin

Dibujos y fotografías: Diego Pérez de Villar Solís Eva Martín Escobar Begoña Nieto Crisóstomo Pilar Muñoz Muñoz Administración y Suscripciones: Raquel Vázquez Quirante Redacción, Administración y Publicidad; Santo Domingo, 68 06001- Badajoz Fax: 924 261 444 Móvil: 652 543 347 Diseño grafico y Maquetación: Punto & Aparte Luis Jiménez Torres Eva Martín Escobar info@lalineapesca.com www.lalineapesca.com La editora no se hace responsable de los contenidos firmados por cada autor, ni tiene por qué compartirlos. Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial.

¡BIENVENIDA PRIMAVERA! VAMOS PEREZOSILLOS En nuestro número anterior os solicitamos que actualizarais vuestro datos de comunicación con nosotros, es decir, correo electrónico si nunca lo habíais dado, teléfonos, etc. Y en este número, volvemos a insistir. Sabemos que a algunos les cuesta mucho trabajo dar datos de su mail y sus móviles y entendemos las razones de forma general; sin embargo, si, tras diez años trabajando con vosotros, no nos hemos ganado vuestra confianza de que sepáis que en ningún caso usaremos esos datos para nada que no sea mejorar nuestras prestaciones, quizás nada de esto haya merecido la pena. El mundo se mueve con nuevas herramientas y no existe duda de que la información que os pasemos será mejor cuanto mejor sea nuestra capacidad de comunicarnos con vosotros. Poco esfuerzo cuesta haceros llegar información en mails masivos, por ejemplo, nada más terminar una competición o daros una noticia de última hora que consideremos de interés, etc. Es un complemento a la revista que, hasta ahora, se podía ver como eso, como un complemento pero que, a la velocidad que se mueve la información hoy en día, se ha convertido en una necesidad: negarse a ello es como insistir en usar para pescar los mismos materiales de hace diez años y no tomar ventaja de la evolución en lo que tenga de positivo.

EL FUTURO Todos nos vamos a tener que adaptar al futuro que viene, o mejor dicho, que nos invade ya. Los fabricantes, los distribuidores, las tiendas, los pescadores y, como correa de transmisión, todos los medios de información y comunicación. Hay que asumir las mejoras como una necesidad y las nuevas formas de comunicación son las que harán que en muy poco tiempo te lleguen las noticias de todo, es decir, nuevos productos, resultados, técnicas, etc., de forma directa y a la velocidad del rayo. Si no ves eso, amigo mío, estás un poco cegato en el asunto. El futuro también nos trae nuevas formas de enseñar y de aprender que involucran a todos los medios que ya de por sí tenéis. Cualquier teléfono androide, cualquier tableta y, por supuesto, cualquier ordenador de hoy en día os pone el mundo en vuestras manos con un sencillo click y os permite, así mismo una capacidad de almacenar y de buscar mucho más eficaces de las que tenemos incluso hace unos meses.

UNETE AL FUTURO Confía en nosotros, únete a este brillante futuro que tenemos por delante, déjanos llegar a ti y permítenos que todos juntos intentemos crear algo único. Está al llegar y no se parece en nada a lo que hay hasta ahora no en España sino en Europa. Es una lástima que no os podamos dar más detalles pero hay mucho buitre suelto que está esperando a ver que pilla y mucho becerrillo suelto que fue amamantado y que, al dejar la teta (o eso creen ellos), quieren ser toros pero, por ahora, sólo se parecen a ellos en los cuernos porque en el resto de los atributos, ná de ná. Así es que no seas perezosillo: coge tu ordenador, Tablet o teléfono móvil , teclea nuestra dirección de correo electrónico info@lalineapesca.com y envía la información que nos haga caminar juntos hacia el futuro: no te defraudaremos.

Francisco J. Martín Giraldo Editor


38. ESTOS TIOS NO SE RINDEN

60. MINI FLOTADORES TRANSPARENTES

72. BAJOS DE LÍNEA


14. CREER SIEMPRE DA RESULTADO

26. GUÍA DE USO PARA PELLETS BLANDOS

46.

LARGO, LARGO, LARGO… BUENO, BUENO, BUENO


NOTICIAS

Puestos al habla con nuestro amigo Milo al conocer la noticia que contamos de la organización de este Master en la ciudad de Pisa, por parejas, como siempre, se puso a nuestra disposición y, aunque es una pesca que si no se explica muy bien en detalle, no se puede dar en España y aparentemente carece de interés, lo cierto es que nos gustaría, el próximo año, estar presentes y contar todos los detalles. Aún así, el propio Milo nos ha escrito una breve reseña sobre una competición que ha visto como salía una media de 140 kilos de peces por pareja y día, que son muchos peces, sobre todo, considerando que se trata en la inmensa mayoría de gatos americanos.

La idea de hacer una competición por parejas se pone en marcha con la intención de dar la oportunidad de pescar juntos organizando una estrategia que habrá que desarrollar durante las cinco horas de la competición. La competición es curiosa porque, en realidad hay dos competiciones: la competición entre las parejas y la que se establece dentro de cada pareja, por supuesto, de forma amistosa, entre dos amigos: aquellos errores y fallos serán recordados durante mucho tiempo entre los dos amigos. Como digo, sucede de forma amistosa y es aún más divertida al final. El escenario elegido es una 6 [La Línea––––]

zona del río Arno en la ciudad de Pisa, el escenario más bonito de Italia para poder coger el mejor peso en una competición. Allí se han organizado muchos campeonatos, entre ellos, también, un Campeonato del Mundo de mujeres y otro Junior. El río tiene como especies principales los clarius, gatos americanos, carpas, carpines, cavédanos, bremas y lisas (el río está a pocos kilómetros del mar). La organización la llevó a cabo un equipo de Milo de la localidad, el Arno Team de Ponsacco. Prepararon tres sectores distintos por los que tenían que pasar todas las parejas en los tres días de cinco horas por día. Las

tres zonas eran Castelfranco, Calcinaia Nuova y Calcinaia Vecchia. Se capturaron 3.340 kilos de peces en los tres días, con el peso mayor de 194 kilos y una media de 140 kilos, absolutamente sorprendente. Han estado participando equipos que han venido de Inglaterra, Letonia, Francia, España e Italia.Todo el mundo se ha ido realmente satisfecho de la competición y muchos han confirmado que quieren venir al próximo concurso incluidos algunos equipos nuevos.


La competición fue ganada por Simon Willsmore y su pareja, aquel “colorao” que fue portada de La Línea cuando nos visitó para tomar parte en el Memorial Alfonso Colomer que organizó La Línea y en el que, entre otros peces sacó un barbo de más de cinco kilos en Los Pollos. Si, amigos, aquella competición en la que nos querían comer por los piés por organizar un día con feeder (¡Qué sacrilegio! , dijeron muchos catetazos que no habían salido de la puerta de su casa nunca y que ahora pescan con feeder asegurando que nunca dijeron aquello… y los que quedan por llegar). Pues, seguro, que a pesar de el enorme número de campeones de esta competición de Pisa, si se dice que era a la captura de gatos, alguno asegurará que eso es …, vete a saber qué dirá alguno, sin importarle los 194 kilos de una de las parejas que él nunca será capaz de sacar ni aunque los alburnos pesaran medio kilo. Muchos campeones, mucha técnica y una maravillosa competición que, si la organizamos en España, tendríamos que escuchar las voces de algunos desalmados analfabetos a espaldas de los pescadores, como sucedió en aquella nefasta ocasión. Bravo Milo, bravo italianos por entender que pescar es pescar y que hay que saber pescar cualquier cosa con cualquier técnica. De nuestros cuatro representantes, sólo sabemos que no se pudieron adaptar lo suficiente pero seguro que aprendieron mucho y les servirá en el futuro. 7 [La Línea––––]







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EL REPASO

FRANCISCO J. MARTIN

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CREER SIEMPRE DA RESULTADO El Repaso nació, como tantas otras secciones que han entrado y salido de nuestra revista, durante una reunión de colaboradores celebrada en nuestro amado Lago de Arcos de la Frontera. La idea original, que se mantiene, era la de darle forma a esa costumbre que tenemos todos de pensar, recapacitar, imaginar y, en definitiva, darle vueltas a lo que hemos hecho durante nuestra jornada de pesca. A veces, ocurre mientras vamos solos en nuestro coche; otras veces, ocurre cuando ya hemos llegado a casa mientras nos duchamos o mientras comemos y hay veces, que ocurre una vez acostados esa noche antes de conciliar el sueño: pocas cosas hay mejores que ocupar el pensamiento en nuestro deporte antes de dormir con la esperanza de acabar soñando con él, y evitar así sueños con otras realidades de la vida que tampoco nos gustan. Contar esos pensamientos es lo que ocupa esta sección. Sin embargo, hoy al menos, cuando me dispongo a escribir este repaso, me ha apetecido hacer un “remix” de secciones y mezclar el típico repaso con el típico artículo de técnica de pesca y con el típico artículo de uso de cebos. Si a esta suma de factores, bastante potente ya de por sí, le unimos hablar también de una filosofía de pesca basada en la creencia en lo que uno hace, pareciera que el artículo puede ocupar toda la revista. Y así podría ser, o casi; sin embargo, he decidido delimitarlo dentro de su tamaño para acabar creando una artículo que pueda apetecer leer a aquellos que aman la pesca con feeder pero, a la vez, a los que gustan de la enchufable y la inglesa también. Y, una vez confesada esta falta de humildad, vamos a ello: repasemos una jornada de pesca incluyendo sus antecedentes, los hechos y el propio repaso de la misma.

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CREER O NO CREER

Creer o no creer en realidad es como decir “Ser o no ser” en este caso. Si algo te enseña el paso de los años es a creer en lo que haces. La fe en tus posibilidades, la creencia en tus cebos, la fortaleza mental aplicada a la técnica que uses y a la táctica que hayas pensado es lo que hace a un pescador alguien maduro para este deporte. Créeme, especialmente tú, joven lector o también tú, recién llegado a este deporte, cuando te digo que debes aprender todas las técnicas, el buen uso de los materiales y la correcta utilización de los cebos, así como la elección de la táctica a emplear en cada momento: es cierto que el conjunto de todo ese cúmulo de cosas te conducirá al éxito cuando las combines adecuadamente. Pero, amigo mío, por mucho que te enseñen tus maestros, por mucho que leas, que indagues, que veas y que crees tú mismo, si cuando llegas a la orilla del río no te sientes fuerte mentalmente y plenamente confiado en lo que vas a hacer; si cuando aparecen las dificultades y los problemas no aplicas esa fuerza mental necesaria para creer en ello, simplemente no tendrás claridad de ideas, no sabrás elegir lo adecuado, no podrás combinar lo que se necesita no ya en ese día sino en es momento preciso y fracasarás: te habrá faltado la fe en ti mismo, cualidad que ha adornado y adorna a los grandes pescadores ya los grandes campeones que son capaces de “morir con las botas puestas” antes que renunciar a ello. Y la fe, la creencia en lo que uno hace debe ser aplicada a cada paso pero, en el caso de hoy, además, la fe es fundamental, si acaso más que nunca, porque hablamos de llegar a la orilla de un lugar conocido, donde has pescado días inmediatamente anteriores y en el que, tras repasar mentalmente lo sucedido, has creado un plan. Es tu plan de ataque; se trata de tu plan para hacer que las cosas sucedan de una forma determinada. Y aquí es justo donde algunos fracasan a veces por creer que eso significa 16 [La Línea––––]

que aplicamos el plan en el que creemos y punto. Tener un plan significa crear una forma de hacer las cosas en tu mente, significa preparar los cebos, los materiales y pensar en la táctica que vas a usar con la técnica de pesca elegida pero, y este es el punto vital, previendo alternativas ante posibles problemas para que tu plan sobreviva, se adapte y acabe teniendo éxito: sólo los tontos o aquellos que se obstinan en su ignorancia pueden llegar a pensar que el plan debe seguir adelante cuando aparecen los problemas sin usar las alternativas también planeadas. Generalmente en el mundo de la pesca esto ocurre a aquellos que, ante los problemas gustan de la frase esa famosa de “Hoy no hay manera. No quieren nada”. Y no seré yo quien afirme que eso no es cierto a veces pero son tantas las veces en las que eso no es así que sólo cuando uno vuelve a casa y piensa en los errores cometidos, en las posibles alternativas no aplicadas, es decir, cuando uno repasa, hace su Repaso del día, se da cuenta de que no hizo todo lo que debía o como debía. Siempre habrá quien no repase y siempre habrá quien vuelvan a casa repitiendo machaconamente el asunto de la culpabilidad de los peces pero eso, querido amigo, me temo que nunca lo podremos corregir desde estas humildes líneas. Creer en ti, en tus cebos, en tu táctica aplicada cada día, en el uso de los materiales que haces es una necesidad, te guste o no.

EL LUGAR

Para encuadrar bien el plan que yo llevaba en mi jornada de pesca, hay que centrarse bien en el momento y en el lugar. No hablaré del lugar exacto poniéndole nombre, y espero que eso no te moleste querido lector, para evitar una invasión de algunos depredadores de dos piernas en un lugar de frágil equilibrio al que irían, tras leer o escuchar el contenido de este artículo. Sin embargo, sí que puedo describirlo sin problemas. El lugar elegido

es una charca que apenas tiene unos años, es decir, no es un lugar veterano de siglos, ni tampoco es un lugar creado ayer. Se trata de una charca que nace por la extracción de áridos, como tantas otras. En este caso, la suerte fue que, al estar tan cercana al río Guadiana, los esquilmadores habituales del río, es decir, las empresas de áridos, tenían a flor de tierra su tesoro y, cuando eso ocurre, el resultado final es que, con poco ahondar dan con el preciado material y les sale muy barato sacarlo, a la vez que apenas causan daños a la naturaleza. Eso quiere decir que es un lugar de profundidad muy igualada que, además, en su día, acabó siendo arreglado por la autoridad, no diremos cual de ellas, que, con ganas de hacer las cosas bien porque a mí personalmente me consta que así fue, pero sin tener ni repajotera idea, acabó adaptando aquel agujero para lugar de recreo. Si a eso le sumamos que tanto pescadores como autoridades han ido echando peces en ella, lo cierto es que a fecha de hoy es un lugar con una alta población de peces. Sus aguas son claras como corresponde a un lecho de grava y arena que filtra el agua procedente del acuífero del propio río a escasos trescientos metros. La charca, dada su profundidad media que, en raros puntos supera los tres metros, coge temperatura rápidamente y en cuanto la temperatura del agua llega a los 15 grados, pone en marcha su mecánica de creación de un microplacton y un zooplacton bastante rico que, de forma automática, en unos días hace que el color turquesa transparente de sus aguas, se torne en aparentemente verde aunque siga clara el agua. La cantidad de organismos pequeños, microscópicos o muy diminutos que crea, unida a la cantidad de vegetales comestibles, hace que la charca, como tantas otras, se convierta en un lugar donde los peces viven en medio de la abundancia de comida y estén rodeados de una vegetación que les protege, les alimenta, les permite la cría y sirve, durante los meses duros del invierno como lugar don-


de vivir en una temperatura unos grados mayor a la que encontrarían en las aguas abiertas. La comida que nosotros les lanzamos al agua, por tanto y durante todo el año excepto cuando la temperatura del agua baja de 15 grados, no es para ellos otra cosa que comida ocasional, comida gratis porque no sólo pueden subsistir sin ella sino que están gordos y frondosos. Son muchos los pescadores que no alcanzan a entender que de ese microplacton y zooplacton es de lo que realmente se alimentan los peces en un 90% de su comida habitual, siendo el resto, tipo cangrejos, pequeños crustáceos o incluso otros peces pequeños en el caso de carpas y barbos grandes, pura comida ocasional, bienvenida, si, pero ocasional. Sin ser un paraíso de esos que la naturaleza ha forjado a lo largo de cientos de años, el lugar es un magnífico proyecto de futuro, si los salvajes de turno no la fusilan. En cuanto al momento del año en que ocurre nuestro repaso, es el mes de marzo. Pero no es un marzo cualquiera. Aunque las temperaturas son benignas y ya hace un mes que no hiela por las noches, la incesante lluvia que ha castigado Extremadura hasta desbordar todos nuestros pantanos y ríos, hasta el más pequeño, ha causado un efecto curioso fácilmente comprensible para aquellos que se hayan preocupado de saber cómo funcionan las temperaturas en el agua en recintos cerrados como el lago que hoy nos ocupa. Sin heladas durante más de tres semanas, las temperaturas mínimas y máximas han estado muy cerca unas de otras por el constante cielo cubierto que han impedido evaporación de temperaturas y bajada excesiva de las mismas por las noches. Ese fenómeno de cercanía entre las temperaturas de la noche y el día, tan conocido durante los meses de abril al junio y de septiembre a finales de octubre, en los países del norte de Europa, hace que las capas del agua se acerquen en temperatura más que nunca durante el año. Cuando esto sucede, el agua, curiosamente, se queda en temperaturas frías que

alargan el período invernal en el que no hay ni microplacton ni zooplacton, manteniendo el lago sin comida natural en un período ya demasiado largo. Los peces, que han estado consumiendo su propia energía y sobreviviendo gracias a su práctica y total inactividad, han estado, lógicamente, evitando gastar energía y en la mayoría de los casos, especialmente los cuerpos más grandes, encerrados en sus cuarteles de invierno situados habitualmente en las zonas de vegetación más tupida, bien sea en forma de carrizales espesos o en forma de una mezcla de carrizos más ligeros con arboleda cuyas ramas tocan el agua o crean “cortinas” entre ellos y la tierra en zonas donde el ser humano no pisa la orilla. Su vida en esos refugios debería haber tocado ya a su fin pero la lluvia y la falta de sol constante ha hecho que se alargue la situación. No hay problema y podrían estar así meses y meses más simplemente bajando de nuevo su metabolismo y quedándose sin consumir energía ninguna. Pero, aún a falta de temperaturas, hay otro factor que les está empujando a ponerse activos aunque sólo sea durante ciertos momentos del día: la luz. Aunque las temperaturas del agua no permitan la vida de su alimento principal, aunque las temperaturas del aire les indique que hay que ser cautos y no consumir energía, la voz de la naturales les llama indicándoles que ha llegado la primavera y ha sido la luz, elemento que es el despertador de todos los seres vivos, quien les dice que hay que moverse. Descritos el momento y el lugar, sólo nos queda revelar mi plan y su funcionamiento y a ello vamos.

EL PLAN

Son ya dos los días de pesca en la charca en las últimas dos semanas, observando el funcionamiento de diferentes tácticas, todas ellas basadas en la técnica del feeder. El recuerdo de esta misma charca el año anterior y, sobre todo, hace dos años, en condiciones mucho peores de temperatura, pescando a la ingle-

sa y con enchufable, también añade ideas con el recuerdo de hermosos barbos y carpas de dos y tres kilos en mente y con cientos de carpines por encima del kilo y medio. Mi plan no incluye en absoluto la captura de carpas y barbos. Sería muy pretencioso decir que sabía cómo seleccionar ambas especies de entre los miles de carpines que hay por toda la charca. Simplemente, hasta donde uno conoce, ni carpas ni barbos son capaces de mezclarse a pelear por la comida en estos momentos del año con estos elementos venidos nadie sabe muy bien de dónde y que cuando entran en el pesquil parecen un remolino de jugadores de cartas en medio de un salón del oeste americano. El plan es mucho más humilde pues se trata de ver si soy capaz de separar los carpines en tamaño y seleccionar los más grandes. No es que sea mi sueño pues preferiría carpas y barbos pero siendo realista, no pretendo otra cosa que no sea divertirme con los dichosos “carpines”. Es cierto que, a partir de seleccionar los carpines de la forma que pretendo hacerlo, si hay carpas en la zona, no andarán muy lejos y, evitando en la medida de lo posible que se provoque lucha por la comida, típica de los gorditos, igual consigo sacar alguna carpa de su sacrosanto lugar de descanso invernal e interesarse por mis cebos. Como Mahoma no va a la montaña, en forma de carpas saliendo de sus cuarteles de invierno o de carpines, en este caso gigantes, que abandonen el seguro lugar de la vegetación, pues que sea la montaña la que se acerque a Mahoma, en forma de cebadores que “se meten hasta el salón de casa”, pescando en las mismas puertas de la vegetación, no a un metro sino a escasos veinte centímetros de ella cuando no en ella.

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LOCALIZACIÓN

No todos los lugares de la charca valen para ello. Hay que buscar la mejor localización. Y ahí acaba mi gozo en un pozo porque, como ya no me da la gana de levantarme temprano, ni debo, mientras haga frío, me está pasando algo desconocido para mí: llegar al río y que ya no pueda elegir el lugar que yo quiera porque alguien se ha adelantado. Si a esto le sumamos el hecho de que tenga que depender del horario de un bar para pagar la maldita tasa e

irme a pescar y el señor del bar abre tarde, pues apaga y vámonos. Tocar elegir otro lugar y con las lluvias la charca está con muchos pesquiles anegados e imposibles de pescar. Por tanto, nos toca elegir el camino por donde todo el mundo anda pero nosotros no actuamos como todo el mundo porque nos gusta pescar donde nadie lo hace. Nuestra forma de entender cómo hacer esta pesca es meternos en la boca del lobo, no quedarnos a su puerta.

Damos con una zona amplia, de más de treinta metros de ancha a la que no se puede acceder a pescar por su orilla (al menos mientras algún salvaje nos saque a pasear su cortadora como si aquello fuera el jardín de su casa, cuando no el hacha o lo que haga falta). Está formada por una vegetación de frenos y cantuesos pequeños, a los que se unen algunas plantas incipientes de falso llorón y lo mejor es que han brotado a escasos centímetros del agua. Y eso significa que dan sombra,

Obligados por las circunstancias, no pudimos elegir el lugar que nos habría gustado, mucho más pescado y donde, con certeza, habría un mayor número de carpas. Sin embargo, tras analizar los alrededores acabamos eligiendo la zona que ves en la fotografía. A lo largo de treinta metros, la charca nos ofrecía una maravillosa segunda opción. La vegetación era absolutamente idónea para lo que buscábamos y la propia imagen que ves en la fotografía era lo que exactamente teníamos delante de nuestros ojos a unos cuarenta metros de distancia. 18 [La Línea––––]


cobijo y temperatura al agua que tienen debajo. Por delante de ellos, se sitúan una serie de carrizales mezclados con espadaña, la mejor de las vegetaciones de orilla para servir de refugio y cobijo porque son lo suficientemente tupidos como para evitar la entrada fácil de depredadores, y a la vez son plantas cuyo rizoma, es decir, su raíz, apenas levanta cinco centímetros del suelo. Entre ellos se mezclan los que se quedaron secos tras el invierno con los que apuntan a salir y aquellos que sobrevivieron

al invierno: el sitio perfecto para que allí estén las mejores piezas tanto de carpines, como de carpas y barbos. La zona permite la perfecta localización de los peces y, sobre todo cuando se trata de peces grandes, “da el cante”. Tiene los carrizos “seriados”, es decir, se ven salir del agua en pequeños grupos entre los cuales se distingue, en situaciones sin viento o con poco viento, a cualquier pez grande que se mueva entre ellos o a grupos de peces que se mueven entrando y saliendo de

ellos porque el movimiento que producen al rozar sus cuerpos con los carrizos hace que estos hagan movimiento que nada tienen que ver con los producidos por el aire: es una simple cuestión de estar mirando y observando mientras estás tranquilamente sentado y eso, los pescadores de feeder, sabemos hacerlo.

Con una profundidad de alrededor del metro y medio en la misma orilla, provocada por las lluvias, nos encontrábamos ante una zona cuya gran ventaja no era sólo la de la profundidad, tan necesaria en esta época del año, sino que a ella se unía un factor esencial: la existencia de los carrizales, unos secos y otros verdes por el momento del año, con elementos separados que, sin duda, serían de gran ayuda, tal y como explicamos en la fotografía de la página siguiente. 19 [La Línea––––]


Esta es la primera imagen que tuvimos del lugar donde exactamente queríamos pescar mientras caminábamos por la orilla hasta la distancia a la que, al final, nos colocamos para pescarlo. Como puedes ver en la fotografía, los carrizos están justo por delante de la arboleda cuyas ramas caen sobre el agua. La perfecta alineación de algunos carrizos me permitirían ver el movimiento de los peces entrando y saliendo de la zona de protección, de sus cuarteles de invierno. Además, en algunos casos, teníamos extensiones de carrizos que se hallaban a distancia cercana entre sí y otras que nos podrían acabar delatando la presencia de peces mayores que provocan que se muevan acompasadamente varias extensiones a la vez pudiendo calcular incluso el tamaño del pez que en ellas se mueve. Por supuesto, los carpines mayores, más cautos, también “darían el cante” si se desplazaban entrando y saliendo porque moverían los carrizos, como así ocurrió, dándonos la pista del momento idóneo para dejar de cebar con un cebador y cambiar a otro cuya comida ya era mucho menor y cuya trampa se escondía dentro de él: el método. Pocas veces tiene uno la oportunidad de casi elegir el punto exacto con una visión de la orilla como ésta, para acabar pescando sin ser visto, ni sentido, desde un lugar como el que suponía la posición de la anterior fotografía. Son muchas las ocasiones en las que estamos pescando en charcas como ésta y podemos ver a los pescadores pasar por detrás buscando lugares abiertos o pescando estas mismas orillas pero dejando sus cebos a uno o dos metros de los carrizos y de los árboles. En otras épocas del año cuando el pez está más activo, puede funcionar bien, de hecho funciona. El pez podrá salir de la zona de protección pero cuando llegan los fríos o cuando se trata de zonas muy pescadas, o cuando los peces sienten el peligro porque pegados a estas orillas están los caminos o los pasos de coches, hay que meterse en la boca del lobo. En contra de lo que puedas pensar, la reacción de los peces casi nunca es la de entrarse en la vegetación y, si lo intentan, es fácil disuadirlos: pierde el miedo. 20 [La Línea––––]


MATERIALES

He elegido como caña el modelo Feeder Match Pro Medium de Drennan. Se trata de una caña de 3,60 metros. La distancia a la que tendré que lanzar el cebador es de aproximadamente cuarenta metros. Quiero usar cebadores muy pequeños, de muy poco peso y no me vale una caña corta de tres metros o menos y la mayoría de las cañas de 3,50 en adelante suelen ser cañas pensadas exclusivamente para lanzar mucho peso y muy lejos. Sin embargo, esta maravillosa caña sí es capaz de lanzar buenos pesos pero, lo más importante, es capaz de colocar con exactitud un cebador muy pequeño a una distancia donde otras cañas, simplemente, no pueden. La puntera elegida es la de dos onzas aunque vaya a utilizar poco peso y las picadas puedan ser muy suaves. No me importa, y yo personalmente prefiero más peso en puntera y que sea de fibra antes que menos peso y carbono. La sensibilidad es mucho mayor. Esta caña me da posibilidades de uso que no me da casi ninguna otra del mercado porque, además, la he visto curvarse hasta prácticamente la empuñadura colocando una presión sin fuerza a los peces que es capaz de rendir a casi cualquier pez. El hilo del carrete es el Specimen Plus de Drennan, un hilo especialmente diseñado para pescar feeder fishing cuyas características principales son una resistencia mucho mayor que otros de su mismo diámetro, en este caso 8 libras, es decir, alrededor de los cuatro kilos: no te equivoques porque cuatro kilos de peso en resistencia atado nada tienen que ver con cuatro kilos en una caña de casi cuatro metros con una capacidad de flexibilidad de la práctica totalidad de su longitud. Aún no sé cuales el límite de este hilo porque no he dado con quien pueda más que él. A todo ello se le suma su capacidad de hundimiento, que sin ser la de los hilos “plomados” de inglesa, sí que es inmediata sobre presión y peso, es decir, un hilo diseñado para la pesca con feeder. En cuanto a los cebadores, mi plan incluye dos fases distintas: en una primera fase, utilizaré un cebador del modelo Stainless Cage Feeder. Drennan, en su infatigable mejora de los cebadores en la que es absoluto líder indiscutible ha creado unos cebadores de metal en tamaños micro, mini y pequeño, de 10, 15 y 20 gramos respectivamente (la serie sigue hasta 35 gramos), que son para mi gusto auténticas maravillas diseñadas para pescas muy exquisitas. Ya nos demostró Luis Coria un uso para pescar bogas con ellos en el número anterior y hoy, los dedicamos a una pesca distinta ¿Por qué este cebador? Pues hay varias razones: en primer lugar su poco peso permite un aterrizaje suave en la zona. Hay que recordar que queremos meternos en la propia zona vegetal a escasos centímetros de ella y allí cualquier ruido excesivo provoca alarmas que duran horas.

Tanto el hilo del carrete, como el del bajo de línea son de Drennan. Uno prueba todo lo que hay porque es nuestro trabajo pero, de lo que el mercado crea específico para feeder, como el caso del Specimen Plus, o cuando se trata de estar 100% seguro de que es Fluorocarbón de verdad, yo tengo claro quién me crea ese equilibrio.

El cebador, en 10 gramos, es una reciente creación de Drennan y está haciendo furor por toda Europa. Tras varios meses de pruebas, nuestras conclusiones acerca de él para trabajos específicos, generalmente delicados donde el equilibrio es la clave, son simplemente maravillosos. Un juguete diabólico puro diseño, puro Drennan. 21 [La Línea––––]


Los detalles de diseño de este cebador llegan hasta la más mínima expresión: su base esta diseñada para una perfecta caída, la relación de peso entre base y cebador es alarmantemente correcta para evitar los típicos “trompos” que otros cebadores hacen mientras caen, y su cuello tiene la longitud idónea para permitir todo tipo de montajes, especialmente aquellos donde el cebador es el último elemento, como el usado de Paternoster en esta ocasión.

No me preguntes, amigo lector, cómo un anzuelo del nº 18 puede sujetar movimiento y peso de un animal grande: simplemente lo hacen. Y hasta ahora estamos hartos de verlos con carpas grandes pero, el colmo ha sido ya levantar 13 kilos de peso y soportar su movimiento sin inmutarse. Y aún seguí pescando varios días con él otras muchas piezas.

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En segundo lugar, son tan pequeños que nos permiten transportar muy poco engodo y controlar la cantidad colocada con exactitud. En toda la mañana no llegaremos a usar ni un cuarto de kilo de engodo en seco y la mayor parte será colocada en esta primera fase con estos cebadores de diez gramos. En tercer lugar, su diseño con un cuello muy largo para su tamaño nos permite un montaje en paternóster en el que el cebador es el punto final del montaje permitiendo con ello una toma del cebo sin notar peso alguno pero que, una vez estirado el bajo de línea, es peso más que suficiente para hacer que nuestro anzuelo se clave bien. Para terminar, hay que explicar que no nos importa que el cebador sea de rejilla porque no vamos a dejar rastro en la bajada. Y no lo vamos a dejar porque usaremos una mezcla de engodo de la que hablaremos después, que no lo permite y porque la profundidad tampoco es tanta ya que está sobre el metro y medio. El peso del cebador, concentrado en su parte plana de plancha metálica, que no plomo, deja que el peso de las alambres que forman la jaula sea ridículo y no afecte a la bajada. Si le unes a eso que el peso de nuestra mezcla es muy superior a la media de las mezclas en ese mismo volumen, el resultado es una bajada rápida y limpia con un posado claro que pone, gracias al tipo de mezcla, en marcha de forma inmediata al engodo. Cuando consideremos que ha llegado el momento, cambiaremos a un cebador de método, en este caso un modelo de Preston Innovations en 15 gramos cuyos resultados han sido magníficos hasta hoy en día. Si tuviéramos que volar más distancia cambiaríamos el modelo pero a esta distancia llega sin problema alguno. En cuanto al bajo de línea, en el caso de la primera fase, usaremos un bajo de 15 centímetros montado sobre Fluorocarbono de Drennan del 0,18 mm que va unido a un anzuelo del modelo Method Carp de Drennan del número 14. Cuando cambiemos al modelo de la segunda fase, para pescar con cebador de método, éste irá montado con Power Gum es 20 centímetros de largo al que se unirá un bajo de Fluorocarbono de Drennan del 0,16 mm unido a un anzuelo sin muerte Carp Method e Drennan del número 18. La relación entre el tamaño de los anzuelos y el tipo de cebo es primordial y nosotros estamos pensando en usar pequeños boilies de 6 milímetros en la primera fase y granos de maíz con su interior vaciado en la segunda. Este es nuestro plan y nuestros materiales. Ya sólo nos queda dar un toque al engodo y contar lo que ocurrió.


LA MEZCLA

El engodo utilizado ha sido el F1 de Carpa de Super Baits, simplemente maravilloso en su comportamiento en el agua y con un alto poder atrayente de los peces. Su

proporción en la mezcla de un 25 por ciento. El segundo engodo es el maravilloso Carpa Fino de Sensas de la serie 3000. Lo tiene todo y, en este caso, además nos añade un elemen-

to vital para esta mezcla como es el poder aglutinante incluso en pequeñas cantidades. Su proporción en la mezcla es de un 25%.

El montaje, sobre un cebador de Preston Innovations de método, es muy simple porque se trata de atravesarlo con Power Gum de Drennan y dejar que sea este material el que absorba los golpes hasta darnos tiempo a quitar el hilo del clip del carrete.

El tercer engodo es el Explosive de Sensas, cuya misión será activar la mezcla cuando se pose en el fondo. Y ese trabajo lo hace de forma sensacional y sin necesitar más allá de un 15% del total de la mezcla. El cuarto componente es harina de pescado pura. Simplemente asquerosa en su olor en seco, una vez mezclada con los demás hará su trabajo de forma excepcional. Su proporción en el engodo es del 10% del total. El otro 25% del volumen lo va a añadir un elemento distinto: la tierra. En este caso, se trata de tierra sacada de los restos que deja tras la lluvia incesante el arrastre de las sierras de la zona de Capilla, el pueblo de mi mujer, pero que es igual a la de cualquier tierra dejada por la lluvia en cunetas al borde de cualquier sierra donde abunde mucho la piedra de color rojo. Es fácil de saber si te vale para esto porque pesa más o menos el triple en el mismo volumen que el peso de la mezcla de engodo. Es una tierra tremendamente pesada y fina como la harina. Toda la mezcla ha sido tamizada por un colador dejando en polvillo a todos los componentes. Necesitamos que los componentes tomen el agua a tope de forma que no liberen partículas que tiendan a flotar cuando esté en el fondo: debe

disolverse y permanecer junto al cebador en el 100% de su contenido. Lo importante de la mezcla es cómo mojarla y no es nada complicado. Si repasas el dossier del año pasado sobre Tierras y Engodos hecho en tres partes, en él encontrarás cómo hay que tratar estas tierras pero, de forma breve, es muy simple: por un lado mojarás la mezcla de engodo poco a poco hasta que quede completamente mojada, cosa que, al ser tan fino, ocurre rápidamente. No necesitarás más de cinco minutos de reposo para saber si ya está o tienes que añadir agua. Cuidado con no pasarte. Una vez mojado el engodo, mientras reposa, procederás a mojar la tierra que debe ser humedecida de forma muy lenta hasta quedar una papilla a la que dejarás descansar cinco minutos. Tras el descanso, la mezcla tiene que ser un barrillo que, al levantarlo de la vasija, deja el fondo de ésta limpio. Ahora que ambas cosas tienen su humedad, mézclalas de forma que no se distinga ninguna de las dos. El resultado es una mezcla muy pesada que hará que los diez gramos del cebador se conviertan en aproximadamente 45 gramos y que bajará como un tiro al fondo. Como la tierra y la mezcla han absorbido ya cada una su agua correspondiente, al lle-

gar al fondo, cada una actuará por su cuenta separándose y haciendo que la mezcla esté “para comérsela” en unos segundos tras golpear el fondo. De todas formas, como estamos en invierno y el espacio entre cebadores suele ser mucho mayor, no te preocupes por su actividad: simplemente funciona. La mezcla se usará al principio como elemento creador de una zona exacta donde comer: es vital que seas exacto en el lance. En la segunda fase, ya con el cebador de método, la exactitud sigue siendo la norma cuando coloques pequeños bocaditos que un pez grande tragará de un sólo bocado.

LA HISTORIA

Sentado con mi amigo Antonio Barril al lado, nos dispusimos a pescar y no tuvimos que esperar mucho para empezar a capturar carpines de muy buen tamaño. La cercanía a la vegetación debía hacer su trabajo y, poco a poco, el tamaño delos carpines era mayor hasta ser ya todos iguales. En esta fase, el cebador de rejilla estaba haciendo su trabajo. La pregunta era ¿cómo saber cuándo cambiar al otro cebador? Y la respuesta estaba en la observación. En primer lugar, las picadas eran cada vez más rápidas en ejecución pero también habían aumentado los 23 [La Línea––––]


roces con la línea. En lugar de colocar elementos que eviten los roces, de forma intencionada dejé que siguieran ocurriendo. No hay problema con los roces cuando tienes la paciencia de esperar al autoclavado. En segundo lugar, la observación del puesto era un juego importante. Cuando comenzamos, los peces que habían salido de la vegetación eran los más pequeños, si se puede considerar pequeños a carpines de alrededor del kilo, mezclados con alguno de medio kilo. A las dos horas de pesca, vino la primera señal inequívoca de que peces mayores andaban por el pesquil: la junquera era todo un espectáculo de carrizos que se movían en dirección opuesta a la de sus vecinos movidos por el aire. Cada vez que se clavaba un pez, si mirabas los carrizos, se producía un movimiento en la zona, producido, obviamente, por los otros peces que volvían al refugio. Y entonces sucedieron dos hechos definitivos: el primero fue el movimiento de una carpa de alrededor de los tres kilos que mostró su lomo fuera del carrizal a escasos centímetros; el segundo hecho fue doble porque, por un lado, una enorme carpa mostró su cabeza y su torso que pude ver claramente. Tanto es así que advertí a Antonio de que acababa de ver a una carpa muy grande moverse justo encima de mi cebador. Y la segunda parte de este segundo hecho fue ver como dos carrizos se movían de forma acompasada juntos. La historia no sería importante de no ser porque ambos carrizos se hallaban a una distancia de unos 50 centímetros uno de otro. Sólo un cuerpo grande podía provocar ese movimiento. Uno, que ya es viejo en observar los carrizales, junqueras, ramas y todo lo que se mueve en las orillas, aún se emociona de ver lo cerca que tienes algo grande. Pese a todo, sinceramente, lo que yo sospechaba era un cuerpo de una carpa que calculaba entre los 3 y los 5 kilos. Saqué cebador del agua y coloqué en él una pequeña película de engodo. Sobre ella, coloqué mi 24 [La Línea––––]

anzuelo del 18 al que iba unido en un hair de un centímetro dos granos de maíz sin nada en su interior, es decir, vaciados por mí, que no congelados porque flotan, y encima una segunda capa de engodo. Apreté firmemente la mezcla, me levanté, apunté a los dos carrizos y coloqué en medio de ellos mi cebador de 15 gramos. Apenas tuve que esperar unas décimas de segundo porque la carpa. De forma clara y contundente, había succionado todo, cebador incluido y se había autocalavado. Su primera reacción fue la de revolverse y, sin duda alguna, más adelante, ya con las aguas calientes no dudo que hubiera logrado su objetivo. Sin embargo, aún con el frío en su cuerpo, mi montaje de Power Gum no sólo aguantó la embestida sin tener que darle ni un centímetro de hilo sino que el animal se giró y comenzó a nadar paralela a la orilla lentamente. Antonio se había levantado de su asiento y charlaba con otros dos pescadores que estaban a nuestras espaldas. Sin mirarlo, le grité que aquello era un pez grande mientras seguía sin cederle ni un centímetro de hilo a sabiendas de que, en cuanto lo hiciera, no podría parar su embestida en poco espacio con mi bajo del 0,16 y ese anzuelo tan pequeño. Creo que ésta ya no vuelve a pesar ni tres ni cuatro kilos, le dije a Antonio, cuando de repente, aceleró su marcha dirigiéndose al centro de la charca. Ya tuve que darle hilo y puse toda la confianza en poder frenarla con pequeños toques al carrete. Cuando logré que se parara, hice que la caña hiciera su trabajo: con todo el agua para nosotros dos, ella y yo luchábamos por nuestra meta y mi Match Pro Feeder se doblaba como un junco sin dar mi carrete más hilo. Poco a poco, la carpa fue dejándome recuperar línea hasta acercarla a unos quince metros de la orilla. En ese momento decidí probar a levantarla. Sin dar ningún hilo, dejando la caña completamente curvada hasta la empuñadura, comencé a levantar mi brazo. Nada de nada. Era imposible moverla del

fondo. Me volví para Antonio y le dije que no creía poder sacarla. Sabía que era demasiado grande y así se lo hice saber a Antonio. No creo, le dije, que haya otra forma de sacarla que no pase porque ella misma se suba a superficie cuando esté más cerca. Y así lo hice. Si hasta ahora yo estaba enamorado de mi caña, cuando vimos a unos dos metros de profundidad cómo blanqueaba su cuerpo, de no ser por los miles de carpas que uno ha sacado ya y porque también uno tuvo su experiencia de carp fishing y las ha sacado mayores, creo que la sangre en mi cuerpo se habría movido más de lo que mi maltrecho corazón debe permitir. Pero no fue así. Bastó con no dar hilo y dejar que esa caña, que por momentos parecía romperse luchando contra algo para lo que no fue diseñada, hiciera su trabajo subiendo a superficie a un maravilloso animal que, simplemente, no cabía en mi sacadera y al que hubo que entrar dejando pasar su cabeza de la cabeza sacadera para aprovechar su propio peso y que se doblara dentro de ella. Sólo le faltaba tener nombre. Ya la han capturado varias veces y el chico que la pesó, practicante del carp fishing se dirigió a mí y me dijo “Déjame ver la cola. Sí es ella, pesa 13 kilos” Y al pesarla dio 12,890 en la báscula. Todo se había juntado: un buen plan, una fe ciega en que funcionara, un hilo de bajo absolutamente maravilloso, un anzuelillo que nunca suelta lo que atrapa y el frío invernal aún en los huesos de una carpa que, en cualquier otro momento del año no me habría permitido ni saludarla. Ten fe, cree en lo que haces, observa, crea tu plan, aplícalo con determinación y espera: el resultado llegará casi siempre.



EL LUGAR DE ALAN

ALAN SCOTTHORNE Fotografías: IAn chapman

GUIA PARA USAR PELLETS BLANDOS

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PELLET, PELLETS, PELLETS,… Llevamos mucho tiempo diciéndolo. Incluso en este mismo número volvemos a dedicar un espacio a la nueva gama de pellets de SUPER BAITS. No nos cansaremos porque lo tenemos meridianamente claro: los pellets son un cebo de futuro. Y aquellos que, siguiendo guías de uso como esta extensa y concisa a la vez, de Alan que den pistas sobre su utilización, comiencen a usarlos, estarán en ventaja con respecto a los demás. Los que pescan por placer, ya pueden empezar. Los que pescan la competición, tendrán que esperar a que la realidad golpee en su cara a los prohibidores habituales porque es sólo una cuestión de tiempo lo que tarden en estar autorizados.

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Los pellets se han convertido de forma vertiginosa en uno de los cebos más utilizados en todo el Reino Unido en la pesca especializada de las pesquerías privadas. Sin embargo, este cebo está siendo cada vez más utilizado en aguas naturales, ríos y lagos, para la captura de bremas y skimmers, una especie que cada día está siendo más difícil de capturar con los cebos convencionales. Incluso están capturándose rejones de grandes gardones que, a medida que se va usando este cebo de trocitos de proteínas, van acostumbrándose a él. Cuando aparecieron los pellets por primera vez, me mostré reacio a usarlos y a esta nueva forma de pescar; sin embargo, ahora se ha convertido en una práctica habitual y ya no faltan en mi equipaje vaya a las aguas que vaya. Los trato como a cualquier otro cebo que sirva para coger peces y, una vez que aprendas los conceptos básicos sobre cómo usarlos, se convierten en un cebo tan fácil de usar como los casters o los gusanos. En este artículo te enseñaré las tácticas sencillas que he utilizado para

coger pesos incluso impresionantes de peces de todas clases en todo tipo de aguas. Estoy seguro de que no pasará mucho tiempo antes de que la revolución de los pellets llegue a tus aguas.

PREPARARLOS PARA CEBADO Y ANZUELO Los pellets para el anzuelo son sencillos en cuanto a conseguir la textura correcta para que se mantengan en el anzuelo. Uso los pellets Sensas Match Expanders, que son de un grano muy apretado y los uso en los tamaños de 4 y de 6 milímetros. A medida que se expanden, quedan muy densos, que es exactamente lo que buscamos en un pellet para el anzuelo. Antes de salir de casa, coloco un puñado de pellets en mi bomba para pellets. Cuando la llenas de agua, los pellets flotan, pero una vez que bombeas y sacas el aire, se hunden. Entonces les vierto el agua y me los llevo en la propia bomba a la orilla donde repito el proceso ya con agua del propio lugar de pesca, para secarlos y colocarlos

en una gusanera. Así tendrás un perfecto cebo de pellets para todo el día ¡Simple! Para los pellets de cebado, uso Scretting’s que están basados en harinas de pescado y que son habituales en la mayoría de nuestras pesquerías. Todas las empresas líderes en cebos los tienen de este tipo. Para prepararlos como comida de cebado, todo lo que hago es colocar alrededor de un litro en un container de los de Drennan de dos litros, los cubro con agua durante alrededor de un minuto, les quito el exceso de agua y ya están preparados para usarlos. Se van ablandado a medida que va pasando el tiempo, con lo cual se hunden fácilmente y se convierten en digeribles para los peces, incluso para los pequeños. Si tengo como objetivo las carpas, uso los pellets de cebado tal y como vienen en la bolsa porque ellas no tienen problemas para machacar lo más duro que puedas imaginar, así es que este estilo puede ser una forma un poco más selectiva.

Entrar los pellets en una bomba que haga el vacío (baratas, muy baratas), darle una serie de bombeos y sacar el aire hasta comprobar que se hunden, y si no es así repetir la operación, es algo que primero debe hacerse en casa . Trasladamos los pellets en la propia bomba sin agua hasta la orilla y, como habrán cogido aire otra vez en el camino, volvemos a repetir la operacion en la orilla. Alan lo hace con el propio agua del lugar donde vaya a pescar. Una vez preparados, son simplemente geniales porque van ganando en densidad y se les puede pinchar sin problemas. Delicados de pescar pero soberbios a la vez.

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Los pellets dedicados al cebado, tanto con tirador como con copela, basta con mojarlos hasta cubrirlos y vaciar el agua que sobre para dejarlos reposar un minuto tras el cual, eliminaremos el agua y los dejaremos en su humedad dentro de la cual se irán quedando blanditos y propios para ser comidos por todos los peces incluso los pequeños. El engodo, hay que ser cuidadoso con él, como siempre, pero en este caso, al tratarse de harinas de pescado, de forma especial porque los peces se centran mucho en ella. Para colocar más engodo siempre estamos a tiempo.

LAS LÍNEAS La mayor parte de mi pesca con pellets se produce en lagos, así es que el flotador elegido es el nuevo Drennan G-Type que tiene una antena hueca delgada de 1,25 mm en la versión de dos gramos y de 1,25 gramos, que son los elegidos para pescar un pesquil de 3,5 metros de profundidad que he seleccionado para hacer este artículo. El flotador también tiene forma de lágrima y un pié de carbono. Esto último es importante porque pesco líneas muy cortas entre el flotador y a caña, a veces incluso 30 centímetros y un pié metálico provocaría líos con una bandera tan corta debido a que el flotador da vueltas sobre la línea y resulta que

en esta pesca hay que tirar a la más mínima señal de picada. Yo ahora hago todas mis líneas y bajos con Drennan Supplex. Es realmente suave pero también es un 4% más dura que cualquier otra línea con la que yo la he comparado. Cualquier ventaja, por pequeña que sea, es bienvenida cuando se trata de pescar peces que son buenos ejemplares. Una simple lágrima y tres plomitos de caída por debajo de la lágrima completan la línea. La línea más poderosa de 2 gramos aguanta un anzuelo del número 16 sin muerte del tipo de Wide Gape que vale tanto para carpas como para los otros peces y se adapta a los

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pellets de 6 mm sin problemas. La línea más ligera va con un anzuelo Silverfish Match sin muerte y se queda preparada por si las cosas se ponen difíciles y hay que acudir a los pellets de 4 milímetros expandidos en el anzuelo. Las lazadas deben ser fuertes, y siempre uso un nudo de tres vueltas en un atador de lazos de Sensas para mis bajos de 15 centímetros. Los bajos van en mi caja de bajos para asegurarme de que todos son exactamente iguales. Como voy a coger un poco de todo, usaré un bajo de 0,117 milímetros que está bien para las bremitas pequeñas (skimmers) y me permite pelear con la carpa ocasional que pueda entrar.

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Crear equilibrio en la forma de fabricar tus líneas es algo elemental en todo tipo de pesca. En esta ocasión, de forma más especial por la mezcla de peces que se da en el lugar elegido: tan pronto puedes capturar un pez pequeño, como detrás viene un pez de un kilo o más. Siempre es bueno tener la caja de bajos de línea bien preparada para cualquier posible eventualidad. Así mismo, las líneas, ya montadas, deben hacerse con cariño y todo el tiempo que haga falta, en la tranquilidad de tu casa y asegurando cada nudo, cada detalle porque, al final, serán esos detalles los que marcarán la diferencia. Yo estoy particularmente contento con las líneas Supplex porque me han dado más resitencia que otras al mismo diámetro. 31 [La Línea––––]


MEDIR PROFUNDIDAD Siempre empiezo con lo que se llama por aquí “profundidad muerta” y que no es otra cosa que no apoyar en el fondo ninguna línea pero sí tocarlo con el anzuelo. Cuando el suelo es blando simplemente uso un plomo de tamaño SWAN que aprisione al anzuelo. Te sorprendería saber todo lo que hay que ir recortando una línea hasta conseguir esa profundidad muerta y realmente crea una enorme diferencia en el número de picadas que recibirás. Si empiezo a coger bremitas más grandes, puedo llegar a apoyar hasta 4 centímetros en el fondo pero rara vez paso de eso a no ser que el viento sople muy fuerte y necesite hacerlo. Tómate tu tiempo cuando de medir la profundidad se trate, porque hacerlo bien o mal suele significar éxito o fracaso. Intenta encontrar un fondo plano porque es más difícil presentar el cebo si pescas en un suelo que tiene caída y acabarás pinchando falsas picadas de los peces que se alimentan en esa caída. Si no te queda más remedio que pescar una caída, ceba sólo a través de la copela para conseguir cerrar el área de cebado lo más posible porque eso te ayudará a salvar las falsas picadas: ceba con el tirador sólo cuando el fondo es claramente liso.

Para muchos pescadores, medir profundidad es una tarea que hacen demasiado a la ligera: en esos casos, se equivocan porque hasta no tener una radiografía mental de la geografía del pesquil, no habrás terminado de medir profundidad. Para muchos, también, cumplida correctamente esta mencionada tarea, se empieza a pescar y haber medido profundidad sólo queda en el recuerdo en lo que a las señales en la caña se refiere. Y ahí está un grave error porque actos como el cebado, y no sólo el de inicio, sino todo el cebado durante toda la jornada, están intimamente relacionados con la profundidad y, por ejemplo, el ruido que hacemos al cebar, mayor o menor según nos convenga. Y distintas formas de cebar, hacen distinto ruido… . 32 [La Línea––––]


ELÁSTICOS Y MEZCLA DE PECES La elección del elástico de tu caña depende del tamaño de los peces que persigues. Para bremas y pequeñas bremas, un elástico del número 6 macizo es perfecto, pero cuando los peces se mezclan, como ocurre en el caso de hoy, la Green Drennan Bungee del 6 al 8 es mejor, combinada con un kit de puller montado. Esto podrá permitirte luchar con cualquier tipo de carpa, tencas, carasios o carpines o cualquier cosa que clave y, a la vez, es suficientemente suave para los más pequeños.

Como el puesto es de una profundidad de cuatro tramos, he colocado un hilo de Dacron que baja por todo el cuarto tramo de forma que aún así puedo tirar del elástico aunque esté montado en el tercer tramo. Y cuando clavas una carpa por encima de los cuatro kilos como la que clavé durante la sesión fotográfica, esto es importante a la vez que puso a prueba mi caña Drennan Acolyte.

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UNA FORMA BARATA DE COGER PECES Una vez que he encontrado un área adecuada dentro del puesto, con un fondo constante y plano, comencé mi sesión metiendo un cuarto de la capacidad de una copela de 250 mililitros de pellets de 6 milímetros y una bola de mi engodo basado en harina de pescado, todo a 13 metros. Siempre debes ser cuidadoso con la cantidad de engodo con la que empiezas, especialmente con estos engodos basados en harinas de pescado porque lo que queremos es que se coman los pellets y no que centren toda su atención en el engodo que es lo que suele ocurrir si te pasas en la cantidad de engodo. Yo no quería empezar en esta zona demasiado pronto, porque me gusta dejar que los peces vayan acudiendo, así es que empecé la sesión pescando con feeder y un montaje de método en el centro del lago durante los primeros treinta minutos en los que sólo pude coger una carpa pequeña. Sin embargo, no dejé de cebar a cada dos o tres minutos sobre la línea de la enchufable con unos diez pellets cada vez para acabar metiendo a los peces en la zona. En cuanto me mudé a la enchufable, comencé a capturar pequeñas bremas por lo que cambié mi forma de cebado a un poco, muy poco,

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de vez en cuando y coincidiendo siempre con la bajada de mi aparejo, de tal forma que no sobrealimentara el puesto. Como no había muchos pescadores en la zona, siempre actué con precaución en el cebado para evitar meter demasiadas carpas en el puesto ya que éstas arruinarían mi plan haciendo sentirse muy incómodas a las otras especies, especialmente las bremas pequeñas. Las picadas, a veces, son muy rápidas aunque no llegan a hundir la antena de mi flotador, aún a pesar de que sólo tengo alrededor de un centímetro de antena fuera del agua. Como quiera que empecé a darme cuenta de que estaba teniendo muchos roces confundibles con picadas, rectifiqué mi forma de cebar con el tirador y comencé a lanzar mis pellets un poco por delante de mi flotador, evitando así muchos roces. Este hecho me condujo a mantener un ritmo constante de picadas y de capturas de bremas con algún que otro pez por encima del kilo que picó de forma ocasional. Aún así, las carpas no tardaron en aparecer, con lo que me vi obligado a evitar el ruido en el cebado volviendo al uso de una mini copela


Toda una exhibición de peces de distinto tamaño, clase y fuerza, cogidos con las mismas herramientas demostrando con ello ese saber profesional que empieza en la forma de agarrar la enchufable y culmina con ese sexto sentido que tan pocos pescadores poseen.

instalada fija que evitara el ruido que atrae a las carpas. De forma eventual también capturé alguna tenca, algún carasio, gardones, etc., hasta que las carpas ya se adueñaron y decidí que era hora de poner punto y final al día. Dos bolsas de pellets expandidos te durarán al menos para diez días de pesca y un kilo de pellets de seis milímetros para cebado será más que suficiente para una sesión de cinco a seis horas, así es que es una forma relativamente barata de pescar. Con los precios del combustible para el coche volando como vuelan en estos días, esta es una buena forma de coger peces. Sigue mis pasos sin complicarte la vida y tendrás días excelentes de pesca y te sorprenderás de que todas las especies comen pellets. Si eres pescador por placer, intentar hacer un pre-cebado del puesto durante unos días previos en aguas donde no se hayan usado pellets.

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Si sigues la guía que Alan nos da en este artículo y te fijas bien en los detalles de la impresionante fotografía de Ian Chapman, podrás empezar a practicar la pesca con este cebo del futuro que ya está aquí ocupando un lugar que cada vez será mayor. Ya no vale ese comentario de que sólo funcionan con las carpas y en los lagos privados porque las técnicas y su uso se han desarrollado de tal forma que en cualquier lugar unas manos y unos conocimientos adecuados los harán funcionar. 36 [La Línea––––]



UNO CONTRA UNO

¡ESTOS TÍOS NO SE RINDEN NUNCA!

ANTONIO BARRIL

Dice el refrán que segundas partes nunca fueron buenas pero este caso no se cumplió y mejoró con mucho. El Uno contra Uno que vamos a contar se intentó en el mes de marzo, mes lluvioso que ya ha pasado a la historia unido al mes de abril en Badajoz por los acontecimientos que fueron ocurriendo en distintos puntos y pueblos de nuestra provincia. Siempre intentamos planificar los Uno contra Uno, tanto en lo que se refiere a contactar con los pescadores que lo realizan, de todos los cuales hay que decir que jamás han tenido inconveniente, como el lugar donde se va a realizar el reportaje. Primero se contacta con los pescadores o pescador que se busca el compañero de batalla y posteriormente se les comenta que elijan el lugar o bien nosotros se lo proponemos. En este caso concreto 38 [La Línea––––]

nosotros les propusimos el lugar; un lugar que conocíamos porque durante todo el invierno lo habíamos estado pescando y con buenos resultados en lo que se refiere a capturas de carpines y carpas. En concreto, la semana anterior nuestro amigo Félix, al que últimamente estamos echando de menos, hizo una pesquería con enchufable de aupa (como decimos por aquí) sacando carpas de pesos entre 1,5 y 3 kilos y carpines de un kilo. El lugar se trata de un brazo del Guadiana, cerca de la localidad de La Garrovilla, pueblo de acogida y residencia de nuestro amigo Luis Coria. Este brazo, conforme el invierno da paso a la primavera y posteriormente ésta al verano, se convierte en charca, que ya no se puede pescar porque deja de correr y su superficie se llena completamente de verdín

resultando la pesca impracticable en la misma. Pero, durante el invierno es un lugar de pesca estupendo, porque reúne las características propias de las charcas en cuanto a vegetación, distintos anchos e isletas por las siempre omnipresentes actuaciones de las graveras en el Guadiana y, mientras le entra agua por la parte de arriba, tiene características propias de un río en cuanto a corrientes se refiere. Con estos argumentos, se lo comentamos en este caso a los dos pescadores en cuestión para ver si les parecía buena idea, no poniendo inconveniente, ya que la pesca en distintos sitios del Río Guadiana se estaba dando fatal. Bueno, planificación hecha, pescadores y lugar y seguidamente fecha, al lío que se nos echaba el tiempo encima para la salida del número 56 de la revista.


El día anterior, me llamó Luis para comentarme que el río estaba subiendo muchísimo y que el agua estaba completamente tomada. Con las mismas y por asegurarme me fui a ver la charca comprobando que había subido muchísimo y el agua estaba tomada aunque no mucho. Decidimos seguir con lo previsto aunque con riesgo de que fuera un fracaso ya que, además, el tiempo había previsto lluvias. Al día siguiente habíamos quedado en Torremayor, un pueblo cercano, ya que no conocían el sitio. Volvimos a comentar lo que estaba sucediendo y una vez que llegamos al lugar, las condiciones no habían variado mucho de la tarde anterior, decidiendo ya que estábamos allí continuar con el reportaje.

LOS PESCADORES El primer contacto fue con Antonio Peinado, pescador muy conocido y del que sobran las referencias y acuñador del espíritu del “Aberroncho” en cuanto a la pesca se refiere. Pertenece a la Agrupación de Pescadores Deportivos de Badajoz de la que también sobran referencias por los pescadores que militan en sus filas (siempre presentes en finales de todos los niveles: pocos pero muy buenos). Antonio con su espíritu y muy buena predisposición y encargado de buscar a su compañero de batalla, en este caso Pío del Rosal Murillo también perteneciente a la Agrupación, pescador de competición y miembro del equipo de la Agrupación que disputará este año la final regional por equipos en La Carrascosa. Buenos pescadores, buen lugar, pues como se suele decir manos a la obra.

LAS CAÑAS Y MATERIALES. Los dos pescadores están patrocinados por la marca COLMIC, por lo que en cuanto a materiales se refiere en su mayoría son de esta marca. La caña enchufable de Pío la RBS MATCH CARPA 5035 y la inglesa la Prime Match 3000 en 4,20 caña inglesa emblemática de la marca. La caña enchufable de Antonio la AIRON F55, no una caña sino un cañón y la inglesa la misma que la de Pío: es raro que quién pesca con Colmic no tenga este modelo de caña inglesa.

ENGODOS Y CEBOS La mezcla de Antonio, un kg de MB 121, más un kg de ECTASY 5000 (BREME E GARDON), más un kilo de REGAL F1 BROWN. Gusanos asfixiados. La forma de hacerlo es limpiarlos, a continua39 [La Línea––––]


ción meterlos en una botella de plástico con el menor aire posible, o sea, bien apretaditos y prácticamente llena y esperar como en las películas a que se les acabe el aire y posteriormente, si procede porque no se vayan a usar, congelarlos. Cuando los va a usar, los mezcla con su tierra especial y a lanzar bolas. Es una alternativa para meter gusanos sin encolarlos. Los otros cebos son gusanos, maíz, lombrices y vers de vasse, junto con los gusanos momificados (nº 55). Siempre hay que tener un as en la manga, porque según nos comenta Antonio con estos gusanos hizo estragos en la Charca de Medellín. La mezcla de Pío, un kilo de ECSTASY 5000 (BREME E GARDON), más dos kilos de REGAL F1 BROWN. De cebos 1,5 litros de gusanos, junto con 1,5 kg de piedra para encolar. En este caso nos comenta que, para que rompa antes la bola de gusanos, le comentó Andrea Fini que la forma de hacerlo es echar una mínima parte de cola arábiga (una parte) y tres partes de Stabilix. 40 [La Línea––––]

Los otros cebos los mismos que Antonio, excepto los gusanos momificados.

EL COMIENZO Muy poco que comentar a partir de aquí, sólo decir que fue un desastre: la charca siguió subiendo, el agua se fue tomando más y para colmo llovió, se aguantó lo que se pudo, pero al fin y al cabo toda la movida para nada. Seguimos con el gafe de los Uno contra Uno. Además, lo malo de todo esto era buscar una nueva fecha, pues tanto Pío como Antonio en los siguientes fines de semana tenían compromisos. Quedamos en llamarnos y buscar un nuevo día y quizás también un nuevo lugar. El tiempo fue mejorando y ya metidos en mayo, nos fuimos Paco, Alberto y yo a pescar a la charca ya que desde el Uno contra Uno, no habíamos vuelto a ir. La charca estaba preciosa, seguía alta pero el agua no estaba tomada y la verdad es que no cogimos mucha pesca pero decidimos volver a intentarlo en el mismo

lugar. Llame el lunes a Antonio para que hablará con Pío y para ver el día, le comenté que si le parecía bien volver a repetir en el mismo lugar y dicho y hecho, llamada a Pío y otra vez al lío.

DIFERENCIAS Mezclas engodo y cebos: Pío se decidió por una mezcla de 2 kg de MB 121 más un kilo de engodo portugués de carpas, que ayuda según nos comenta Pío a que baje mejor sin soltar partículas. La mezcla de Antonio dos kilo de MB 121 poco mojado para que abra antes. De inicio diferencias con las mezcla del día anterior y diferencias entre ellos en engodo. Pío, además, en esta ocasión no encoló gusanos aunque la cantidad que traía era la misma, dos litros. Además, ninguno de los dos trajo ni lombrices ni vers de vasse. La experiencia les decía que ya en mayo la pesca debería entrar mucho mejor y las condiciones de la charca y el tiempo habían variado notablemente. Antonio sigue apostando por los gusanos asfixiados y tierra.


LAS LÍNEAS

No había diferencias en las mismas, incluso habían preparado las de la vez anterior, lo que es un detalle común a los dos es que son líneas con flotadores de poco peso. En el caso de Pío, flotadores Timón 4x16 y Mérida 4x14. Antonio, flotador Po 4x12, 4x14y 4x16, montados en líneas de 0,14 y 0,16 de RBS de Colmic y bajos STREAM de Colmic. ELÁSTICOS Pío tiene montados elásticos más finos, todos de Preston en diámetros de 1 (tres kit) y 1,8 y 2,5 mm y Antonio los mismos 1,8 y 2,1 mm de Colmic y la Hydro Gris. Aclarar aunque pueda parecer evidente, que todos los elásticos son huecos.

CEBADO DE INICIO Antonio a 13 metros con copela. El engodo poco mojado y las bolas no muy apretadas para que rompan enseguida y formen nube, las tres primeras bolas de engodo y gusanos arriba, la siguiente tierra con gusa-

nos muertos. Repite una vez más el mismo proceso. Comentar que antes de haber comenzado a engodar ha montado una línea para alburnos y ha comprobado con cebo si hay muchos porque en este caso habría variado la forma de cebado. Pío a 11metros y ya empiezan las diferencias: cinco copelas de engodo y gusanos, una con engodo solamente y otra con gusanos y maíz. Además, una vez hecho el cebado con copela comienza un cebado de gusanos sueltos con tirador. Antonio lo hace posteriormente pero en mucha menor cantidad.

9:00-10:00 Antonio pone inmediatamente el cebo con gusanos (todos los gusanos son blancos). Inmediatamente, nada más posicionarse el flotador, el primer carpín y le comenta a Pío que le parece que no se va a dedicar a los alburnos. Pío arriesga, desde el inicio se ha puesto con 11 metros, sigue con tirador de gusanos. Antonio comenta que el problema va a ser el verdín,

pues está por toda la charca desplazándose en función de donde sople el aire y esto impide que, al ser flotadores con muy poco peso, cueste posicionarse y haya que buscar hueco entre el verdín. Esto será una constante a lo largo de la mañana. Antonio ha comenzado muy fuerte capturando carpines y comenta que hasta que no le dejen de picar no le vuelve a meter más comida. Esto hay que tenerlo en cuenta siempre que se trate de carpines. Mientras tanto, con la mano tira gusanos a unos cinco metros de la orilla. Pío no ha tenido picadas y a los cinco minutos mete otra copela de engodo y gusanos y cambia a la línea de 4x14, el verdín impide que el flotador se posicione e inmediatamente se levanta y prepara una línea nueva montando el flotador Eddy de 1 gr para tratar de que rompa la capa de verdín y pueda posicionarse el flotador. El verdín se va acumulando en los puestos y cada vez resulta más difícil posicionarlos. Mientras tan41 [La Línea––––]


to, Antonio lleva ya dos carpines, ha observado que su puesto está lleno de peces, pues una de las veces al sacar la línea ha enganchado uno a medias aguas. Pío al cambiar ha cogido su primer carpín inmediatamente. Mientras, Antonio ha entrado en boxes, ha enganchado una carpa y al estar con hilo muy fino en el bajo ha roto, liándose la línea y rompiéndose además el pié del flotador. La verdad es que la jornada de pesca, a pesar del inconveniente del verdín, ha comenzado muy prometedora, ya que llevamos solamente 20 minutos y ya se han obtenido varias capturas por las dos partes. Antonio ha montado una Bruno de 4x12 en sedal de 0,18, bajo de 0,14 y anzuelo nº 14 y ha pasado al plan B. Comenta que los flotadores que más pesca son los de 4x12, cuando le digo que Pío ha montado 1 gramo, me dice que es un suicidio. Se palpa la tensión en el ambiente, pues los dos hacen enseguida los cambios que estiman oportunos y se están observando constantemente, va a ser un Uno contra Uno movido. En cuanto a capturas van igualados. Pío vuelve a cambiar y monta un flotador Greg de 0,30 gramos, para pescar al aire pues una de las veces que la línea se ha quedado apoyada en una rama ha enganchado un carpín a medias aguas. Prueba con ella, 42 [La Línea––––]

sigue con tirador de gusanos con bastante más constancia que Antonio y empieza a coger peces a media aguas. El problema que están teniendo los dos es que algunas veces no hay manera de posicionar el flotador. La jornada se está convirtiendo ya cuando apenas llevamos media hora en una cuestión de rapidez y el que tenga menos líos y entradas a boxes se llevará el gato al agua. Comenta Antonio que si no fuera por el verdín hoy la pesquería sería de escándalo. Las picadas son constantes y el problema común de los dos es que se desanzuelan muchos. El cebado de continuidad de Antonio se está basando en bola de engodo y gusanos, mientras Pío es de tirador de gusanos y le va a sobrar prácticamente todo el engodo. Pío vuelve a tener otro lío en la línea, se notan los nervios, para los dos es como si estuvieran compitiendo. Hay que posicionar muy bien las líneas para buscar el hueco. A los 45 minutos Antonio se viene a 11 metros igual que Pío y empieza también con el tirador de gusanos. Pío ha estado pescando con profundidad de 1,5 metros y quita profundidad quedándose a 1 metro. Comentamos que al tirar gusanos y haber verdín, puede que los gusanos al entran en contacto con este bajen más lentos y eso hace que los carpines

se suban más, pues algunos se están moviendo en superficie. Se ha puesto a distancia de 9 metros y sigue con muy buen ritmo de capturas y llevamos 50 minutos. Como he dicho antes ya va a ser una cuestión de velocidad. Inicialmente, Pío debería llevar ventaja porque acorta los tiempos por menor longitud de caña y menor profundidad, ya que Antonio se ha vuelto a 11 metros y pesca a ras de suelo (aproximadamente tres metros), pero como comenta Pío la diferencia la marcará la pérdida de peces, pues los carpines pican mal y vienen mal enganchados y a esto se añade la cantidad de suciedad que hay en la superficie del agua y que además se arrastra cuando traes alguno, además que está pescando con gomas de 1 mm y estás gomas, como dice, no están preparadas para el peso de estos peces ni para la cantidad de capturas obtenidas hasta ahora. ¿Quizás cuando están así una goma más gruesa y un anzuelo más grande?

10:00-11:00 Antonio tiene montada la hydro gris y lo que pierde en tiempo por la longitud de la caña, lo gana en sacar los peces y creo que también asegura más pues tiene también un anzuelo del Nº 14, goma más gruesa, anzuelo más grande…, lo que hemos comentado antes. Estoy acordándome


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del pantano de Piedra Aguda cuando se suben los peces que hay quien usa flotadores pequeños y otros usan flotadores pesados. Antonio le ha quitado profundidad, le han dejado de comer abajo, quita tramos y se pone nuevamente a 9 metros. Ahora está tirando gusanos más continuamente y tira una pelotita de engodo para que rompa en superficie (1 m. de profundidad) pero en esta distancia y profundidad no consigue que le entre la pesca. Mientras tanto, Pío ha montado otra línea intentando dar con el toque y asegurar más la pesca, flotador Greg de 0,50 grs., elástico de 2,1 y anzuelo del Nº 10 de la serie N500. Desde mi punto de vista, creo que le irá mejor y ganará en eficacia y menos pérdidas y además, le ha dejado menos bandera para tener más control al posicionar el flotador. Antonio vuelve a cambiar de distancia (11m) y de línea, monta 0,50 gr para buscarlas más abajo ya que arriba no consigue tener continuidad; sin embargo, Pío ha cogido un ritmo constante en sus capturas y con la nueva línea prácticamente ya no tiene pérdidas de peces. Antonio sigue sin tener ritmo a 11 y vuelve a 9 metros y línea corta, pone una copela de tierra con gusanos, tira tres bolitas de engodo rompiendo en superficie, se aprecia la nube que hacen, tratando de que le vuelvan a entrar los peces aunque a Pío también se le han parado. Parece que con este nuevo cambio empieza a coger ritmo y a acortar distancias. El sistema de la pelotita de engodo y tirador de gusanos parece que funciona, pero se le paran nuevamente y vuelve a 11 metros. Nos dice que no es capaz de meterlos cerca y con ritmo y la verdad es que lo está intentando todo, incluso en algún momento, se ha puesto a distancia de cinco metros de la orilla que es donde ha tirado de vez en cuando gusanos.

Antonio le pregunta a Pío cuanto está por arriba, le contesta que no sabe porque a la distancia de 9 metros no ha medido profundidad y lo que ha ido es probando hasta dar con ellos.

11:00-12:00 Antonio ha vuelto a cambiar a 0,50 gr y ha tenido enseguida una picada, comenta que si no será cuestión de peso pues hasta ahora la mayoría del tiempo ha estado con 4x12, lo vuelve a intentar a 9 metros pero en su puesto no hay manera de que se acerquen. Mientras sigue pasando la mañana en los puestos se va acumulando cada vez más verdín y suciedad y tienen que intentan posicionar los flotadores en los huecos para que bajen. Como dice Pío como si se pescara a mosca y la ventaja de Pío empieza a ser considerable. Antonio tiene asumido que Pío va a ganar. Pío le comenta que un pescador como él no se puede rendir y para remate, Antonio engancha una carpa que se lleva todo hasta el elástico. Esto de no repasar los elásticos nada más que cuando hay competición, nos comenta Antonio…;pero, a pesar de todo, sigue buscando soluciones, ha cambiado a cebo de maíz entre otras cosas para que pueda bajar el cebo y ha empezado a lanzar con tirador tres o cuatro maíces, parece que empieza a cambiar el argumento pues comienza a tener picadas continuas y capturas, pero ya la distancia con Pio es muy grande y creo que será insuperable.

12:00-13:00 A Pío se le han parado, pero al mismo tiempo a Antonio se le ha liado la línea y ha tenido que volver a cambiar pero sigue teniendo picadas, dice que ha sido una lástima no haberse dado cuenta y haber cambiado antes. Lo cierto es que con todos

los cambios, la distancia que mejor le ha funcionado en su puesto han sido los 11 metros, flotador de 0,50 gr., la profundidad abajo y lo que realmente en estos momentos está haciendo la diferencia es el cebo que es el maíz. Pío ha dejado de tener picadas a 9 metros y se va a 11m. El verdín está desapareciendo de la superficie ¡Ya era hora! Pero con él también están desapareciendo los carpines, esto es una cuestión que nos hemos planteado algunas veces sobretodo en el caso de los carpines que tienden a subirse ¿no será que en algunos casos también influye que exista el verdín ya que este hace sombra y además transporta alimentos como insectos, semillas, etc. y esto ayuda a que se mantengan en los puestos? Si, además estás constantemente lanzando gusanos como es el caso de Pío, este vuelve a cambiar al flotador Eric de 1gr., el que montó al principio de la jornada. Está finalizando la jornada, a los dos se les han parado los peces y los dos se han ido abajo intentando seguir sacando pesca, Pío apoyado el bajo y Antonio a ras, pero las picadas han bajado mucho. Faltando media hora, Antonio se ha ido a 13 metros y ha vuelto a capturar algún carpín y a Pío se le han parado completamente, pero la remontada ya es imposible. Ha finalizado la jornada de pesca, una jornada que ha dado como resultado unos pesos de 44,460 kg por parte de Pío y de 34,320 kg de Antonio, muy buenas pescatas, muy buena jornada de pesca con nervios y muchos cambios de líneas y circunstancias en función del verdín. Para finalizar, agradecer a Pío y Antonio su predisposición en los dos días y no quiero olvidarme de Alberto que aguantó hasta última hora hacienda fotos a pesar de que en Mérida era el día de la tapa y lo estaban esperando.


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¡Ciao Italia!

RICCARDO GALIGANI

LARGO, LARGO, LARGO… BUENO, BUENO, BUENO 46 [La Línea––––]


Este es un artículo que hemos solicitado de forma expresa a Riccardo Galigani, que lo publicó en su número de febrero pasado en su maravillosa revista Pianeta Pesca. Y lo hemos pedido de forma expresa porque si, tras leerlo atentamente no estamos de acuerdo en que seguimos teniendo uno de los más maravillosos deportes que existen sobre la tierra, entonces es que tú y yo, amigo lector, no estaremos de acuerdo casi nunca. Para los que creen que ya está todo inventado, ahí va eso.


La pesca con bandera larga presenta diversas dificultades debido a las condiciones atmosféricas adversas o simplemente al hecho de que se queda muy reducida la posibilidad de efectuar movimientos con el flotador que animen a los peces a comer porque, si lo hacemos, el flotador se acabará viniendo más o menos pero sensiblemente a la orilla. Sin embargo, alguien ha resuelto ya ese problema… . Creo que por mucho que ya estemos cansados de afirmarlo, nunca está demás decir que en la pesca no se para de inventar. A diferencia de otras actividades en las que pequeños cambios respecto a la forma de llevar a cabo técnicas son un hecho rarísimo, en la pesca, la inventiva, en particular la que cambia de forma positiva cualquier cosa y la fantasía, nos dan la sensación de que nuestra pasión nunca tiene fin. Esto es lo bello de nuestra actividad. Como en los otros deportes, la competición estimula las mentes más “febriles” para que se pongan a estudiar esa pequeña modificación que te da un plus para batir a tu adversario y, que eso pase a los otros pescadores que no compiten, es algo casi inmediato. Detrás de los aficionados que no compiten existen dos categorías bien distintas: la primera está constituida por aquellos pescadores que tienen suficiente con montar su caña, colocar su línea y pescan sin hacer ninguna clase de razonamiento técnico. Son de ese tipo que al final de un día de pesca sueltan frases del tipo de “Los peces no estaban para nada”. Los otros son aquellos que, aunque no compiten, están siempre atentos a todo lo que es pueda llegar desde la competición si ello sirve para capturar más peces, tanto por puro placer como para sentirse mejor. A estos son los pescadores a los que me gusta dirigirme y sirve como testimonio las decenas de correos electrónicos que recibo y que me llena de riqueza tanto sea para pedir consejo sobre una pequeña modificación, sobre sus líneas, sobre pequeños cambios en el engodo para adaptarla más a su puesto de pesca preferido… . 48 [La Línea––––]

Hago esta premisa porque el objeto de este artículo de hoy es propio de una pequeña modificación hecha sobre un flotador para convertirlo en absolutamente letal cuando se trata de practicar un tipo de pesca en agua parada, particularmente duramente el período invernal cuando hay que tentar una y otra vez a los peces para que abran su boca. Yo tengo un amigo al que considero un fenómeno en la pesca. Su gran virtud y defecto es que nació para la pesca y cuando, de vez en cuando se enamora del tenis, practica en la tierra batida un poco y luego

va y los derrota a todos ganando el campeonato de Italia de su categoría, y cuando creemos que se asienta en ello, va y se pasa a la bicicleta, a la modalidad de Gran Fondo, los fatiga a todos…, y la historia comienza de nuevo con otro asunto. El problema es que, mientras se “distrae”con las raquetas u otras cosas, se acuerda de la pesca, lo piensa, vuelve a agarrar la caña en su mano y…, mejor que no te toque al lado en una competición. Es Ubaldo Rugani y de nuevo, me ha hecho ver la necesidad de contaros a todos la última de las suyas.

Ubaldo Rugani, autor de la idea sobre la que se basa la creación de este ingenioso flotador que es ejemplo claro de la diferencia entre aquellos pescadores que conocen bien los materiales y su funcionameinto y los demás.


Tengamos presente el Carletto, aquel flotador de Vincent de una longitud de alrededor de cincuenta centímetros por el que nos decidimos por sus cualidades ¿Cuándo nació?¿En qué año? Para los que no lo conocen o no lo recuerdan, creo que merece la pena volverlo a contar. El Carletto es un flotador de cuerpo de gota en madera de balsa que tiene como cualidad esencial la necesidad de llevar un pié muy largo de carbono, pero esto es una cualidad no lo suficientemente clara como para asegurarnos su estabilidad a la hora de pescar. Lo que es particular y típico sólo del Carletto es su larguísima antena en carbono, muy sutil con una fina antena de plástico hueca al final de alta visibilidad. Sobre la mitad de la distancia entre el cuerpo y la antena fluorescente, sobre carbono filiforme, se fijaba una anilla por la que pasaba la línea. La característica principal del Carletto era su acción porque, cuando se le saca del agua con la punta de la caña, para sacar toda su larga antena, se le puede dejar después que ande y no deja de pescar bastante lentamente hasta que completa toda la plomada y se coloca de nuevo en posición. En sustancia, si pescamos con el cebo ligeramente subido o apenas apoyado en el fondo, la extracción de la larga antena permite el levantamiento del cebo unos 20 centímetros y la suelta hace que el cebo se hunda lentamente esa misma distancia simulando una caída como la del cebado. Si se sigue esta mecánica con un cierto ritmo, y se compara más o menos sus fases de salida y ahogamiento de la antena, se puede ver una picada. Dada la lentitud de todo lo descrito, se trata de una técnica muy útil para cuando los peces comen poco, no tienen ganas y se ve repetidamente estimulado, algo que no sólo tiene por qué suceder en invierno, ciertamente… . La secuencia de los movimientos descritos es facilísima de hacer pescando de punta, es decir, con el flotador bajo la puntera de la caña pero cuando la distancia entre la puntera y el flotador se acerca al metro, todo cambia por la distancia de la bandera. Cuando se trata de colocar el flotador hasta una distancia de más de dos metros de la punta de la caña, buscando que los peces que están fuera de la zona cebada piquen, especialmente con los carpines, que suele ser la regla con ellos, todo se facilita con el uso del Carletto. Y es aquí cuando te digo que empieza eso de dar vueltas a la cabeza, y creo que soy justo cuando asevero que Ubaldo, Baldino para los amigos, sabe pescar, creo que acierto. La intuición de Baldino se ve aumentada cuando tiene claro su objetivo de aumentar las dos características principales de Carletto: la de mantener la distancia cuando pescamos con el flotador alejado de la puntera, buscando que se acerque lo menos posible a la orilla durante el trayecto y la idea de hacer que su entrada en el agua tras el levantamiento de la antena, sea aún más lenta tras la suelta. Como no tenía un Carletto disponible, Ubaldo se construyó uno artesanalmente y la clave de la operación está en insertar un señalizador de los usados para la trucha sobre la débil antena de carbono que, cuando quede metido entre el cuerpo del flotador y la antena insertada, está bloqueado pero puede correr libremente. Se trata de un señalizador que necesita una plomada irrisoria un poco inferior a 4 X 10. Hacer la plomada del flotador es algo obsesivo que debe hacerse de tal forma que, después de haber colocado todos los plomitos, sólo la antena fluorescente debe quedar fuera del agua. Un plomeado “hasta la bola” que decimos en nuestra jerga.

El auténtico Carletto, un flotador magnífico para cumplir toda una serie de misiones, que se ha visto, de repente, mejorado por una idea tan simple como genial.

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MODIFICAR EL CARLETTO Adaptar un Carletto es una cosa muy simple. Basta con quitar la antena fluorescente de la que viene dotada este flotador y entrar un señalizador de trucha por dentro de la antena de carbono. El señalizador no debe ser de plástico del que se hunde, o ser un cuerpo de un flotador de hilo interno en balsa o EVA no superior a 4 X 10. Lo importante es que pueda correr libremente sin que se pare no tenga problemas para subir y bajar con soltura. En este punto se encola de nuevo la antena fluorescente y todo el asunto está terminado. Y quitar la anilla para el hilo que se encuentra a poco menos de la mitad de la antena de carbono no es 50 [La Línea––––]

un gran problema. Basta con cortarlo con la punta de un alicate y sacarlo, removiendo la sola que quedará en la antena mediante una lija muy suave, de tal forma que pueda correr bien el señalizador.

VENTAJAS En términos de mantener la posición, este flotador no tiene rivales. Para hacer comprender su acción de ascensor sin el problema de que se acerque a la orilla basta hacer una pequeña elevación repentina de la caña hasta que ese golpecito llegue al flotador: toda la antena completa emergerá del agua. Una vez que la liberes, comenzará su lento descenso, o mejor dicho, la lentísima bajada, porque el pequeño señalizador, que se

mueve, se encarga de ser quien trae y lleva a la plomada de forma lenta hasta posicionarla finalmente de forma que sólo se vea la antena fluorescente. Todo ello sin necesidad de estar sujetando con la caña la línea que, al estar separada dificulta mucho esta operación. Yo hablaba de la lentísima bajada porque el señalizador se mueve provocando fricción muy ligera con la antena y que, aunque sea una fricción muy mínima, ralentiza la bajada de la antena alargando el tiempo en que el cebo está en pesca, sobre todo en los últimos instantes, fundamentales para ver las picadas. Es increíble como con este sistema tan sencillo se hace más fácil y posible ver las picadas que se producen a esa última hora de una competición que pueden ser resolutivas.



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El hundimiento del flotador ya no será imprevisto, repentino, sino que hablaréis de una progresión que sigue al momento en el que la antena está ya pescando. En la práctica, de hecho, se puede ver la antena de carbono fina cómo se desliza a través del “flotadorcito auxiliar”a medida que se hunde. Después, como la antena de color se apoya en el señalizador, aunque este último se hunda, después se queda la antena hasta el punto en el que la plomeamos. En caso de que piquen, la antena continuará con su lenta bajada hasta desaparecer. Solo queda en este punto hacer la clavada y, después, la captura y notarás que el pez, normalmente, tiene el anzuelo bien dentro. Entre otras ventajas, no debemos infravalorar el hecho de que con este flotador se puede tener caso toda la hundida, porque el cuerpo se encuentra casi a veinte centímetros por debajo de la superficie y después de que el hilo pasa por la anillita viene por debajo sin posibilidad de causar enredos y fuera del alcance del viento fuerte o frontal, exactamente igual que lo hace el hilo en la pesca a la inglesa, que permanece en la posición elegida si el hilo hunde bien, algo fundamental en la pesca con banderas muy largas.

DESVENTAJAS En la pesca, todos los tipos de flotadores presentan sólo ventajas, si se les usa en las condiciones adecuadas. El problema es que, al final, su longitud total puede llegar a ser de alrededor de 60 centímetros. No existen portalíneas de esta longitud y, además, se necesita uno que proteja algo tan frágil como esa larguísima antena. Las soluciones son dos: La primera consiste en encolar dos portalíneas de 30 centímetros, quedando así todo resuelto y a sabiendas de que uno de los dos prácticamente sólo va a llevar la antena. Obviamente no hay panier ni cajas de portalíneas de esas medidas y, como segundo problema, sugiere que lo mejor es prepararles unos tubos largos donde llevarlos, del tipo de los usados para proteger a las enchufables. Tampoco es tanto el problema si consideramos de que se trata de guardar cuatro o cinco ejemplares porque hay que tener claro de que se trata de algo para ser usado en condiciones extremas pero, no se te olvide, algo que en un momento dado te dará ese plus.

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PROBAREMOS No nos ha dado tiempo, pero, para el próximo número, Riccardo nos contará más detalles de este invento en un artículo suyo recién publicado. Como quiera que, Ubaldo Rugani trabaja para la casa Milo, ya os podéis imaginar que el bueno de Emilio Colombo ha comenzado a fabricar industrialmente estos flotadores, con las modificaciones creadas por Ubaldo y mejoradas. Hace escasas horas, nos han llegado varios ejemplares del modelo “Baldin”, apelativo cariñoso por el que todos conocen a Ubaldo. Además del artículo de Riccardo, probaremos estos nuevos flotadores y haremos el correspondiente reportaje. Creemos que el contenido irá más allá de la propia trascendencia del flotador en sí: lo que Ubaldo ha desarrollado es una de las más puras demostraciones que jamás hemos visto de cómo funciona la mente de un pescador que domina los materiales y su funcionamiento. Ardemos en deseos de probarlos y escribirlo.



CEBOS Y ENGODOS

NUEVOS ENGODOS DE SUPER BAITS Y NUEVAS VERSIONES Todo está parado, dice la gente. Todo está en crisis, dice la gente. Crear, inventar, mejorar, innovar en una empresa cuando todo esto está, como decimos en mi tierra “más parao que un charco”, es de valientes. Y, como han demostrado hasta ahora, los dueños de Suministros de Engodos Españoles, es decir, los dueños de Super Baits, son de esos que tienen un plan y lo siguen, si acaso, lo adaptan pero no se paran y se flagelan la espalda con látigo de siete puntas. Nos presentan varios productos, en este caso engodos y en otra parte de la revista veréis también pellets, y en cada caso es distinto. Hablamos en este apartado de un engodo ya conocido, su famoso 56 [La Línea––––]

Super Bait Carpa, del que ya hicimos reportaje cuando salió en su uso sólo y mezclado. Sólo de forma breve, para recordarlo, se trata de un engodo diseñado para pescar la carpa, tanto con enchufable como con inglesa, e incluso válido si se le tamiza para ser usado en método de feeder fishing sin problema alguno. Compacta maravillosamente bien, tiene una muy buena absorción de agua y abre, es decir, trabaja, al llegar al fondo dependiendo de con quien se le mezcle, funcionando rápido y bien y sin desaparecer del fondo de forma rápida gracias a sus componentes de calidad. ¿Qué hay de nuevo? Pues algo que parece simple como son los colo-

res pero que, en absoluto es así. Nos dan la versión natural en su famoso color amarillo oscuro, una nueva versión en rojo, idóneo para aguas más tomadas o para fondos arcillosos y una versión en negro adecuada bien sea para el invierno con aguas muy claras o bien se trate de lugares con fondos oscuros encima de los cuales se pueda sentir a gusto la pesca. También tiene de nuevo el hecho de servirse en bolsas de dos kilos y, a juzgar por el precio, supone un ahorro para el pescador. Un muy buen engodo que ya es veterano en el mercado y que dará satisfacción a mayor nivel a sus devotos que son muchos.


ENGODO DE FEEDER

No es fácil atreverse a hacer engodos para feeder. Para aquellos que hablan sin saber de qué hablan, es decir, para aquellos que hablan del feeder sin haberlo practicado, seguro que cualquier engodo les parece idóneo porque la ignorancia es muy atrevida. Sin embargo, para aquellos que ya se han adentrado en la pesca del feeder, saben que un buen engodo, que trabaje como uno quiere en el fondo, es una necesidad imperiosa. No es nada fácil conseguir un engodo que compacte tanto como para ser bueno para el método, es decir, que baje sin dejar rastros, y que, tras llegar, se ponga en marcha abriendo el cebo de su interior en segundos. Tampoco es fácil conseguir que un engodo de granulometría tan fina como el descrito anteriormente, sirva para ir en cebadores de jaula y bajar sin rastro para salir de la jaula con la lentitud requerida al llegar al fondo. Pues bien, las dos condiciones exigentes se ven sobradamente cumplidas con un engodo que, a todo ello, suma que admite casi toda clase de mezclas. Así, mezclado con un pequeño porcentaje de pan de molde pasado por la batidora sin corteza (alrededor de un 10%), se le puede usar en un cebador de jaula en profundidades mayores de tres metros. Por supuesto, sirve a los propósitos de la pesca con cebador de método en buenas profundidades. No deja rastro alguno. Pero, por encima de todo, está su capacidad de absorción de agua. Gracias a sus componentes y a su granulometría, este engodo se puede mojar diez minutos antes de su uso, si se usa taladro. Mojado al salir de casa si tienes claro que vas a pescar método, necesita un poco de agua antes de pescar pero aguanta temperaturas altas sin descomponer su humedad. Para cerrar, asombrosamente admite casi un 50% de tierra sin problema alguno siempre que la tierra se humedezca por un lado y el engodo por otro, ambos al máximo de humedad que admitan. Esto, evidentemente, si sabes buscar tu tierra, es un ahorro increíble. La propia tierra de Super Baits funciona en este sentido maravillosamente con él. Posteriores pruebas de mezclas con harinas de carne y de pescado nos darán una visión completa de todas sus capacidades aunque ya, de entrada, tiene toda la pinta de ser un perfecto transporte de ese tipo de excelentes atractores de peces grandes. 57 [La Línea––––]


CEBOS Y ENGODOS

NUEVA GAMA DE PELLETS DE SUPERBAITS Ya han sido varias las veces que hemos escrito sobre pellets. Y en cada una de esas ocasiones, de una forma o de otra, hemos dicho que tendríamos que seguir escribiendo sobre ello. El día que los “coloca reglas” de las federaciones permitan el uso de un producto que está ayudando a la industria a salvar el tipo en una época tan difícil y que, a la vez, presta un servicio a los pescadores tremendo por sus muchas bondades, ese día, ya veremos en ciertas ocasiones y, sobre todo, en ciertos lugares, cómo acaban reinando incluso sobre el propio engodo. El uso de los pellets tiene muchas ventajas: abarata el coste de la pesca, atrae a los peces una vez que se les sabe dar el ritmo adecuado porque acaban relacionando el sonido de 58 [La Línea––––]

los mismos al chocar en el agua con comida incluso en lugares poco pescados; como consecuencia del anterior, aprender a usar los pellets sería, y de hecho es, el camino para que algunos acaben entendiendo lo que significan dos aspectos tan fundamentales en la pesca como son el tiempo que transcurre entre un cebado y otro (frecuencia) y su relación con la cantidad de cebo colocada, haciendo que los peces adopten una conducta que, de otra forma no adoptarían; son productos cuya disolución en el agua, en caso de no ser comidos al caer o mientras se deshacen, significa desaparición porque el agua “los lava” y desaparecen sin dejar rastro y sin causar daño alguno al agua ni a los peces. En fin, podríamos enumerar muchas más de sus buenísimas condiciones. Ahora, no

se trata, amigo lector, de que abandones el engodo por los pellets pero sí que los conviertas en un segundo, si no primer arma de cebado en muchas ocasiones. Para abundar más en ello sólo hace falta que eches un vistazo a los varios artículos escritos sobre ellos. Dicho todo lo anterior, es un auténtico placer ver como Suministros de Engodos Españoles, en su línea de Super Baits, ha creado toda una gama de pellets nueva. Todos se basan en un estricto control de fabricación que supone el uso de las mejores harinas. Y esto es una ventaja en este caso porque tenemos la fábrica al lado de casa y hemos podido ver su fabricación y, además, hemos “sufrido” hasta que los han sacado porque ha sido un proceso


lento y muy cuidado hasta conseguir la máxima calidad. Su tiempo de disolución es muy bueno y, dependiendo de la presión del agua, es decir, de la profundidad a la que los usemos y de la corriente que exista, así como de la temperatura del agua, se deshacen formando pequeños grupos de engodo que atraen a los peces y los mantienen en el pesquil de forma activa en busca de los montoncitos que se acaban formando. En cuanto al tamaño, la marca ha decidido hacer dos tamaños, uno muy pequeño de apenas dos milímetros, aparentemente más adecuado para la pesca con enchufable: decimos aparentemente porque en situaciones de calma del viento, pueden ser lanzados con un buen tirador a unos veinte

metros con facilidad, aunque, aumentar la distancia significa forzosamente una dispersión generalmente poco deseada. A distancia de enchufable permiten cerrar un pesquil fácilmente en los puntos que quieras con no más de medio metro de diámetro: es sólo una cuestión de no cargar en exceso el tirador. Los grandotes tampoco son exagerados en tamaño y sí muy adecuados para ser usados en pescas a la inglesa en distancias de hasta treinta metros según las condiciones del tiempo. Como quiera que ambos funcionan muy bien dentro del engodo, una ventaja cuando aparece excesivo viento es que siempre podemos entrarlos en engodo, o mucho mejor, en tierra y lanzarlos con facilidad al

mismo lugar donde ya no llegamos con el tirador. Buena calidad de materiales, buena disolución, precio muy asequible en tienda y una gran complementariedad con los engodos de la marca o con cualquier otro, hacen de esta nueva gama todo un seguro de éxito en el mercado.

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TÉCNICAS

MINI FLOTADORES TRANSPARENTES LUGARES PARADISÍACOS

FRANCISCO J. MARTIN

Existe una duda que afecta a quien dirige una revista de pesca dedicada a las modalidades que nosotros cubrimos. Y, además, de forma curiosa, es una duda que, consultada con otros directores y redactores de otras revistas similares en Europa, es común. Esa duda se cierne sobre nosotros cada vez que recibimos un artículo referido a la pesca a la inglesa. Sería bueno, en esta introducción a nuestro tema de hoy, deslindar, como ya hemos hecho otras veces, a qué nos referimos con la pesca a la inglesa. No es que

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nosotros seamos unos puristas dedicados a machacar a todo aquello que no nos parezca bien, en el sentido de que no sea clásico, o de que la evolución de una técnica la halla llevado a parecerse en poco a lo que era su origen. Si de algo nos sentimos orgullosos en esta revista, tras estos ya casi diez años, es de haber dado cabida a todo lo innovador y a técnicas como el feeder fishing del que ahora salen defensores hasta debajo de las piedras y del que algunos dicen haberlo practicado desde antes que se inventara casi.


Dicho todo lo anterior, hoy vamos a hablar de aplicar una técnica básica de la auténtica, original y muy británica forma de pescar con una caña, un carrete y un flotador. Si alguien cree que este artículo le va a valer para poco en el mundo de la competición, creo sinceramente que está equivocado porque de la fuente madre es de la que hay que beber y nuestro contenido de hoy es pura fuente madre de la pesca a la inglesa. En todo caso, no buscamos otra cosa con el artículo que su enseñanza para provocar con él mucha diversión, muchos ratos inolvidables y una conciencia del uso de las herramientas que nada tienen que ver con el uso habitual medio de la denominada pesca a la inglesa en España. Tenemos tres elementos que nos conducen inexorablemente a la pesca más británica y nos alejan a mucha velocidad, de lo que se practica habitualmente: el escenario al que vamos a aplicar esta técnica, eso sí, de forma preferible pero no necesariamente única, el tipo de caña a utilizar, corta pero no necesariamente única posibilidad y el uso de unos materiales tampoco habituales por su ligereza sin prácticamente peso alguno por debajo del flotador. Pero, adentrémonos en este maravilloso universo de la pesca a la inglesa, precisamente de la mano del análisis de cada uno de los elementos mencionados.

EL ESCENARIO Son muchos los escenarios a los que podíamos aplicar esta técnica siempre que cumplan los rasgos básicos. Por tanto, si eres capaz de encontrar uno igual al que te proponemos, maravilloso porque en él se juntan todas las sensaciones que te proponemos; pero si, por desgracia, no puedes encontrar exactamente el lugar propuesto, seguro que la lectura del artículo te recordará algún lugar conocido al que adaptar mi propuesta.

SU ORIGEN Y MORFOLOGÍA La naturaleza, dentro de su sabia evolución natural, ha creado en casi todos los lugares del mundo ciertos pequeños lagos, a los que habitualmente llamamos charcas, aunque a veces parece casi despectiva esta forma de llamarlas. Curiosamente, en inglés, una lengua muchísimo menos rica que la nuestra, hay varias palabras para describir a diferentes tipos de entornos y la palabra adecuada no es ni siquiera “lake” sino la palabra “pond”. Con esta palabra se puede describir desde el agujerito que hemos cavado en el jardín para colocar unas plantas acuáticas y unos cuantos peces de colores, hasta esos lagos chiquititos en los cuales se puede lanzar nuestra caña desde cualquier sitio hasta cualquier sitio y todo está a la vista. Estos lugares, que pueden tener un origen natural, como algo que hace cientos de años apareció allí porque el acuífero de un río o una corriente subterránea de agua, en algún punto estuvo lo suficientemente cerca de

la superficie como para que, reventara y llenase el coincidente agujero donde eso ocurría. Una vez aparecida el agua, que aparezca y se desarrolle la vegetación es algo natural de lo que se encarga el viento, los animales acuáticos que transportan semillas y toda una serie de factores más que, con el paso de los años, acaban convirtiendo a ese simple “grifo” de la naturaleza, en un mundo maravilloso lleno de frondosa vegetación, animales y un entorno ciertamente único. También pueden ser producto de agujeros que el hombre excavó y que resultaron tener a poca profundidad esa misma vena de agua, sea acuífero de río o sea agua subterránea de la que, por cierto, hay más que la que vemos. En estos casos, el desarrollo depende de las características geológicas del entorno. Un lugar cuyo fondo es grava desde pocos centímetros de su propia orilla hacia abajo, es un lugar casi condenado a ser así de por vida llegando, con el paso de muchos años, como mucho, a albergar un cierto fondo, producto del detritus provocado por las hojas de los árboles caídas, la propia mudanza de las hierbas y la vegetación de las orillas y lo que el aire pueda traer y depositar. Algunos de esos lugares llegan a ser sitios maravillosos llenos de posibilidades pero, generalmente, acaban siendo extensiones iguales en su fondo y en sus orillas. Perfectamente válidas, eso sí. Nuestra charca es aquella que, bien dejada por el antiguo cauce de un río cercano, que hace ya cientos de años cambió su rumbo, dejando vestigios menores de su anterior paso, o bien originada por los factores ya explicados, ha creado algo maravillosamente único. Nuestra charca es algo cuyo fondo está formado principalmente por la misma tierra que tenemos alrededor, donde apenas si hay piedras en formas de los cantos rodados habituales, con un lecho que puede tener muchos cientos de años y que es tremendamente rico y equilibrado para la vida acuática animal y vegetal

SU VEGETACIÓN Nuestra charca es un lugar donde la vegetación de orilla, en forma de junqueras, posibles carrizos de muy diferente tipo, sin la agresiva grama tan típica de los pedregales de grava, con toda una colección de hierbas y flores acuáticas que nos maravillan en primavera, fue primero, se desarrollo mucho antes que la posterior vegetación de arboleda, generalmente compuesta en estos lugares por frenos, sauces de diferente tipo, algún posible chopo negro y, según las regiones, desde cantuesos hasta hayas, que ya no ganarán el agua de forma directa porque esa zona tiene dueño pero que arroparán a la otra vegetación como una especie de manto protector que en algunos casos toca el agua con sus ramas mientras que en otros se desarrolla y protege a las otras plantas del excesivo sol del verano o de los fríos del invierno. 61 [La Línea––––]


Desde maravillosos barbitos, hasta grandes peces, pasando por boguitas y carpas pequeñas, los habitantes de estos lugares nos dan toda clase de posibilidades de diversión al más puro estilo inglés.

SU ALIMENTO Entender la cantidad de alimento que estos lugares tienen es sencillo: basta con entender cómo comen los peces, en cuanto a cantidad y tipo de comida. El agua es su medio natural y ese medio es el que les da la comida que necesitan. De todo lo que ingiere un pez, más del 80% lo recibe del agua en forma de microplacton y zooplacton, es decir, en forma de animales microscópicos o muy pequeños que el agua “cría” o en forma de minúsculas aportaciones vegetales también desarrolladas por el agua. El resto de comida, es decir, el otro 20%, es ocasional y la suponen o bien pequeños crustáceos o bien larvas y orugas, animales que caen al agua como insectos, etc. Para que existan estos anima62 [La Línea––––]

litos microscópicos o my pequeños y esas formas vegetales de alimentación, debe haber una temperatura mínima en el agua. Si estamos por debajo de esas temperatura, que suele rondar en España los 15 grados del centro de la península hacia abajo y los 12 en lugares más fríos, simplemente no existe ni el microplacton ni el fitoplacton, el agua se aclara, se vuelve cristalina y nuestros amigos, que no pueden sobrevivir sin alimento, simplemente colocan su metabolismos como animales de sangre fría de acuerdo a lo que les rodea y bajan su actividad para no consumir energía, incluso hasta parar totalmente. Por encima de los 25 grados en el agua, también aparecen problemas de microplacton y zooplacton y, de hecho, en los veranos, especialmente

en el sur, los peces paran su actividad durante gran parte del día, acompañando a la actividad de su alimento que también disminuye por las altas temperaturas, que los activan durante la noche y, con ellos, se activan los peces a esas mismas horas sin luz. Explicado así, a lo bestia, con tanta falta de detalles y ejemplos, nos puede valer para entender que en estos mundos tan pequeños, las variaciones arriba o abajo de lo explicado son mucho más rápidas que en aguas mayores y, por tanto, son lugares cuyo equilibrio alimenticio es mucho más frágil.

SU GEOGRAFÍA Estos lugares suelen ser de profundidad irregular, llegando a tener en algunos puntos hasta tres metros de


agua, que sirven para proteger a sus habitantes en el duro invierno, hasta lugares donde el agua no llega a un metro de profundidad, donde, con la ayuda de la vegetación, los peces y otros animales pueden criar y siendo la profundidad media algo que no pasa de los dos metros. Las variaciones en profundidad convierten a estos lugares en un reto según en qué época del año pesquemos porque hay veces en las que su población vive permanentemente en zonas muy concretas durante todo el día y sólo cruzan el resto del lago durante la noche. Así mismo, las variaciones repentinas de profundidad con agujeros repentinos o con variaciones menores pero en torno a los cuarenta centímetros, hacen que sean lugares

donde establecer los posibles puntos de pesca sea algo que pertenece a los expertos y que sirve para enseñar a los novatos gracias a lo que puedan aprender de sus fracasos por elegir el punto inadecuado de pesca o, generalmente, por elegir sólo uno, o varios pero cebados de igual forma, etc. Todo un mundo de posibilidades para explorar, aprender y divertirse.

SUS HABITANTES Buscamos charcas donde no hay grandes peces sino una mezcla de peces pequeños, tipo bogas, algunos cachuelos o bordallos, barbitos que nunca pasarán del kilo porque la naturaleza sabiamente los frenó, pequeños carpines, de esos auténticos que apenas ya recordamos o alguna tenca escondida. Intentamos

buscar lugares donde la dichosa carpa no se haya convertido en la dueña y señora porque, si es así, no habrá nada de lo demás ya que ella sí que es un depredador de todo lo que necesitan los demás. Si no tienes ese lugar en cuanto a peces pero sí en cuanto a las otras características de vegetación, fondo, etc., ya tenemos lo que buscamos. Es cierto que carpines de este tipo de invasores que ahora hay por todos lados, carpas de mediano tamaño y algún barbo no son nuestro sueño pero, indudablemente, dan un juego tremendo para aplicar esta técnica.


Hablemos de la protagonista principal de los materiales antes de entrar en detalle con los demás, para poder ir dando pasos en esta técnica.

LA CAÑA Para este tipo de pesca, necesitamos una caña corta. Si tienes una de tres metros, mejor de de cuatro. Si no tienes una caña de tres metros, porque en España no son frecuentes, deberías elegir cañas de 3,90 que eran las que al principio todo el mundo tenía hasta que los fabricantes, pensando en dar respuesta a esa “otra” inglesa que pescaba lejos y con peso, empezaron a fabricar tamaños por encima de los cuatro metros. Aquellos que nunca han pescado con una caña de menos de cuatro metros, no saben las sensaciones que ello provoca unido a ciertos materiales como los que vamos a tratar hoy pero, si pueden, no deberían dejar de intentarlo para disfrutar de algo que no se basa en la potencia sino en el manejo adecuado de materiales mucho más delicados. Si puedes acceder a una caña de tres metros, ya ni te cuento. Nuestra caña debe ser muy, muy ligera. Su acción debe ser absolutamente parabólica de tal forma que el pez más liviano logre curvarla hasta casi el mango. Necesitamos una herramienta cuya acción permita lanzar flotadores muy pequeños, pesos muy bajos y que lo haga con fidelidad al punto elegido por nuestra vista sin tener que esforzarnos físicamente en el lanzado. Necesitamos una caña capaz de clavar a quince metros de distancia, absorbiendo el movimiento de nuestro brazo, que no la fuerza violenta de los clavados a distancia, y que lo absorba con bajos de línea muy finos y anzuelos muy pequeños sin que rompamos el hilo ni dañemos a los peces. Esa caña, señorita elegante y fina que apenas si sobrevive en medio de los monstruos de carbono que se han inventado (maravillosos por cierto) en los últimos años, es nuestra caña y, si practicas lo que te propongo hoy con cualquier otro tipo de caña, nunca llegarás a saber de qué hablo en realidad. 64 [La Línea––––]


Las islas son grandes aliados de estos maravillosos lugares. Si las itenes al acance de tu ca単a, la jornada puede ser tremendamente divertida.


OTROS MATERIALES

El resto de los materiales, obviamente, deberá ir en consonancia con la caña, el tipo de peces que buscamos y la distancia de pesca y de clavado nunca superior a los quince metros. Un examen detenido de cada uno de estos elementos es una necesidad para adentrarnos en este mundillo de lugares tan privados y únicos como los que tratamos hoy.

EL CARRETE Peces pequeños y medianos, hilos de diámetros bajos en el carrete y distancias de lanzado cortas, sólo pueden empujar a usar carretes adecuados para este trabajo. Uno, que ya disfrutó de esta pesca hace muchos, muchos años y que, además la disfrutó aquí en nuestro país y también en otros lugares mucho más remotos, y que, amén de ser un completo desastre organizativo y de que mi coche y mi panier suelan ser una cochambrera, sin embargo, no suelo ser de los que rompen, destrozan o pierden materiales y, como resultado, tengo una auténtica colección de estos carretitos de los que os he fotografiado alguno. No os dejéis engañar por el tamaño porque sus capacidades y su funcionamiento simplemente son geniales. Necesitamos un carrete pequeño, que pese poco para no afectar a nuestra caña, mucho más delicada. Necesitamos un carrete cuya capacidad de giros por vuelta de manivela sea la mayor posible pero tampoco pasa nada si no es muy alta: con una relación 4:1 ya nos vale pero mucho mejor si tenemos 6:1. Necesitamos un carrete de freno delantero y con un buen seguro trasero. Vamos, que necesitamos un clásico de los que todavía se fabrican, probablemente para otros usos como el spinning pero se fabrican. No te dejes engañar y pensar que con uno baratito ya nos vale porque esos carretes fabricados para venderlos a poco más de veinte euros, con esta pesca de mucho lance y de mucho trabajo, sufren y tienen vida corta. 66 [La Línea––––]

Los carretes deben adaptarse al uso concreto que se les da en cada caso. Esto no es nada nuevo porque todos los materiales deben cumplir esa regla sagrada. Cuando se trata de la captura de pecespequeñitosconmaterialescomo los que tratamos en este artículo, los carretes deben ser pequeños porque no necesitamos ninguna recogida del hilo excesivamente rápida ni de una cantidad de centímetros de hilo recuperado por vuelta que sea excesiva. Por todo ello, estas miniaturas se convierten en herramientas tremendamente agradables de utilizar.


LOS HILOS

Clavar a quince metros no tiene absolutamente nada que ver con clavar a las distancias habituales a las que la gente se ha acostumbrado. Para clavar a estas distancias, lo realmente importante es tener siempre la línea de tal forma que el más ligero toque en la manivela haga que se mueva el flotador: eso es lo que antiguamente se llamaba “contactar” de forma que era típico ver como los pescadores ingleses toqueteaban ligeramente la manivela a cada pocos segundos, consiguiendo con ello mantener un contacto absoluto con una línea que siempre estaba en línea recta con nuestra caña y, a la vez, animar a los peces a tocar y comer ese cebo que se movía muy ligeramente lo cual, tratándose de peces pequeños o medianos, es, muy probablemente, el elemento más importante de la presentación. Tanto es el movimiento que hay que aplicar en mínimas dosis que el cebo acaba fuera de la zona cebada y, por tanto, hay que volver a lanzar, creando con ello una pesca mucho más activa que la habitual pesca a la inglesa de las carpotas y a cincuenta metros. Para clavar a esa distancia simplemente se eleva el brazo que sostiene la caña hasta sentir que has clavado o hasta acabar el movimiento simplemente porque tu brazo tiene un límite. Y si el clavado que necesitamos es ése, pues nuestro hilo suele ser de un diámetro entre el ø 0,11 y el ø 0,14 en el carrete simplemente porque no necesitamos más y porque la diferencia entre cargar el carrete con una base sobre la que montamos cincuenta o sesenta metros de un ø 0,12, por ejemplo, y montarlo con un ø 0,16 , es abismal a la hora de la exactitud en el lance, del clavado y de cualquier otro gesto que involucre a nuestros diecisiete o dieciocho metros de hilo entre el carrete y el flotador. La polémica sobre hilo flotante o hilo hundido aquí no tiene misterio. Cualquiera de los dos vale si bien tienes que considerar que si el hilo es flotante, debe serlo de verdad al 100% de su recorrido en el agua porque, si se hunde a trozos, tendrás serios problemas de clavado y de roturas.

Lo más sensato es usar un buen hilo hundido y mantener la calma al estilo inglés, es decir, contar hasta tres tras hundirse el flotador o dejarlo subir si la picada es hacia arriba, levantar el brazo con continuidad pero sin violencia innecesaria y maravillarte cuando sientas estos clavados, tras los cuales, viene el control con la caña y no la habitual suelta de línea porque al otro lado está la rubia salvaje que se marcha muchos metros más allá tras la ostia que le acabas de dar con el anzuelo. Importante que hagas una buena base en el carrete con otro hilo y que añadas sólo 50 ó 60 metros, y son muchos del hilo propuesto, es decir, el carrete prácticamente lleno y sólo esos metros de hilo no valla a ser que tengas más hilo del largo de la charca.

FLOTADORES Son, en realidad, el gran protagonista. Los flotadores que te proponemos hoy no son los únicos adecuados a esta técnica, ni mucho menos, pero, cuando hablamos de aguas, generalmente claras, de poca profundidad y de distancias cortas, los flotadores transparentes se convierten en los reyes cuando están bien diseñados. Son varias las fotografías que te he colocado en el artículo y en los pies de foto están las explicaciones básicas de para qué cada uno pero no está demás dejar claras algunas cuestiones generales. Debes evitar a toda costa los flotadores que sean excesivamente largos, más allá de los quince a veinte centímetros. Si puedes pescar con uno de diez centímetros, tanto mejor. Así mismo, debes evitar los flotadores con cuerpos en madera de balsa que no sean cuerpos muy ovalados y cortos. Tanto los muy largos como aquellos con cuerpos estilizados y largos, penetran en el agua en el lance de forma invasiva y cuando hablamos de poca profundidad, queremos un aterrizaje de un hidroavión en el agua, queremos que se posen y, desde luego, lo que no queremos es algo que

entra en el agua a 100 kilómetros por hora invadiendo treinta o cuarenta centímetros de agua antes de subir a la superficie como un avión derribado. En estos mundos pequeños, poco pescados y de peces que pasan su vida protegiéndose de los muy diferentes depredadores que les acechan, toda invasión exagerada de la superficie levanta las alarmas y cuando se encienden las alarmas en estos lugares, suelen durar más que en otros: un mal gesto o una mala decisión, aquí se suele pagar con vacíos de peces muy largos. Necesitamos flotadores cuyos materiales sean de la máxima flotabilidad porque queremos aterrizajes suaves al frenar porque, amigo mío, ya te puedes ir olvidando de pescar con flotadores corredizos que buscan el nudo. Si quieres pescar los lugares de la charca con más profundidad que la longitud de tu caña, simplemente cambia de modalidad y usa el feeder que, en estos lugares da también sensaciones extraordinarias y al que dedicaremos un artículo de formas de uso en estos mismos escenario no demasiado tarde. Para cerrar las características esenciales que le debemos exigir a nuestros flotadores, necesitamos que admitan muy poco peso de plomo, de tal forma que el poco que usemos esté pegado a su base y que, en ningún caso, podamos colocar más allá del peso de dos o, como mucho, tres plomitos del número diez en la zona cercana al bajo. Recuerda que aquí hablamos de pescar sin tocar el fondo o, cuando lo tocamos, simplemente rozamos o dejamos un par de centímetros de nuestro hilo descansar en él.

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Estos flotadores de plástico han llegado a una calidad tal que cumplen las mismas misiones que aquellos de pluma de pavo añadiendo una serie de capacidades del tipo del cambio instantaneo de antena a otra más larga, más gruesa, de otro color, cambiar el peso que llevan en el pié para decidir cuánto peso poner en la línea o no poner ninguno, etc. Toda una maravilla resultado de una evolución increíble,


OTROS MATERIALES

PLOMOS Y FLOAT STOPS

El uso de los plomos con este tipo de pesca debe ser el menor posible. Por tanto, lo limitaremos a completar el peso que necesite el flotador para que éste empiece a pescar y nada más. Para sujetar al flotador a ambos lados, es preferible que uses los denominados float stops. Su uso está indicado de forma que utilices dos por debajo del flotador y uno por encima. La razón es simple: toda la fuerza centrífuga del lance al estar sujeto el flotador, se irá hacia adelante, es decir, hacia el anzuelo y por eso colocamos dos porque, si colocamos uno solo, es fácil que a lo largo de la jornada, acabe moviéndose.

RELACIÓN LÍNEA BAJO

Obviamente, la relación entre la línea y el bajo debe ser siempre a favor de la primera. La diferencia de diámetro idónea debe ser de dos micras cuando hablamos de un hilo del ø 0,14 en carrete, de una en el caso del ø 0,12 en carrete y, si te atreves, de una en el caso del ø 0,11 en carrete. Muchos pescadores creen que no es posible usar estos hilos de bajo pero están muy equivocados. Para aquellos que no saben lo que es un ø 0,08 en pesca a la inglesa, les diré que, colocado al final de un bajo de 60 centímetros de longitud con un hilo en carrete del, digamos ø 0,12, hacen una maravillosa pareja que, eso sí, te obliga a tener una caña como las descritas que pueda traer al pez sin provocar la rotura del bajo. Además, nada como aprender a clavar con un ø 0,08, para que acabes comprendiendo en qué consiste el clavado con una caña de inglesa: a partir de ahí, clavar a 50 metros con veinte gramos y un ø 0,18 de bajo, te parecerá un auténtico juego de niños.

UNIONES DE FLOTADOR Hay muchas posibilidades de unión en el mercado para estos casos. Yo no seré quien te diga cual es la mejor porque va mucho en gustos. Sin embargo, sí que hay algo que no se puede discutir: un flotador que está sujeto a ambos lados, debe estar lo más libre posible, es decir, todas las uniones que signifiquen estrangular el pié del flotador, deberían ser desechadas, sobre todo cuando el flotador es muy pequeño. Estrangular la capacidad del pié del flotador para moverse libremente es estrangular gran parte de su capacidad.

Existen varios tipos de tetinas que mantienen al flotador con total libertad. Es de vital importancia que el flotador pueda hacer un giro completo con total libertad. El uso de float stops para colocar a cada lado del pié del flotador y sujetarlo es un elemento consustancial a esta técnica descrita en el artículo y hay que asegurarse muy mucho de que los que usas bloquean totalmente al flotador sin moverse en los lances ni clavados. La calidad paga dividendos en este caso. 69 [La Línea––––]


ANZUELOS

Bienvenidos al mundo de los anzuelos pequeños y finos. Ésta es una pesca que, si bien se puede hacer con anzuelos más gruesos y de mayor calibre por aquello de que determinados cebos como el maíz permiten hacerlo, lo lógico es que usemos anzuelitos pequeños, cuyo número oscilará entre el 18 y el 22 habitualmente. Es cierto que el tipo de anzuelo a usar tienen una mayor relación con el cebo que con ningún otro elemento pero, en todo caso, y tratándose de anzuelos tan pequeños, lo aconseja-

ble es que se usen anzuelo de patilla larga, con curva cerrada y una buena micromuerte. Estas características harán que nuestros clavados den con resultados de buena penetración y ángulo para luego poder sacar al pez sin problemas. En lugar de obsesionarte con un material duro, deberías manejarte, o aprender a manejarte con un material más blando. Destierra los mitos de los anzuelos que se abren y acércate al mundo de los clavados correctos porque han sido realizados en el momento exacto y con la continuidad exacta, porque has clavado

usando la longitud de toda la línea y no la fuerza de tu brazo, es decir, has aprendido a clavar y ya no necesitas una animalada al otro lado.

EL CEBADO Cebar un pesquil es siempre una forma de invadir la zona. Invadimos la paz de los peces, invadimos su habitat alimenticio habitual e invadimos el curso natural del agua. La costumbre, generalmente heredada de la competición, el lugar donde casi nunca se aprende nada de pesca y mucho de malicia, de

El uso de anzuelos pequeños forma parte elemental en esta técnica y hay que asegurarse muy bien de que, aunque sean pequeños, aguantan clavados sin abrirse y permiten, además, la colocación de cebos de todo tipo, hasta el más delicado.


apedrear el puesto con el cebado ha hecho que muchos pescadores cuya experiencia va poco más allá de la competición, acaben creyendo que pueden bombardear cualquier lugar siempre. Tirar esas pedradas que se ven en la competición está muy bien cuando se trata de lugares muy pescados, generalmente por la competición o sin pescar pero que, durante una semana previa a una gran competición reciben miles de pedradas diarias. Los peces no tienen memoria alguna pero sí tienen un instinto que acaba uniendo ciertos ruidos con esa alimentación ocasional que nosotros les damos. Hasta tal punto que hay lugares pescados a diario donde la alimentación ocasional, se ha convertido en algo más. Tanto es así que hemos probado a apedrear con auténticas piedras algunos de esos lugares y, hasta que descubren que no hay más comida que la del anzuelo, han picado exactamente de la misma forma que cuando les lanzas la comida (en algunos casos, mejor). Estamos hablando de lugares pequeños, de muy poca profundidad, donde el alimento, como ya hemos explicado, está dentro de un equilibrio que se rompe con facilidad. Pensar que nuestros maravillosos engodos, nuestros increíbles cebos y el buen uso de ellos en cuanto a saber mezclarlos y combinarlos adecuadamente en su uso, es una garantía de éxito en si mismos, es ser un absoluto iluso. A modo de anécdota, hace poco menos de un año, un buen amigo mío y yo recorrimos una enorme tienda de pesca en Inglaterra, de las mayores del país, haciendo un juego que hacía años que no practicábamos: señalar cada cosa de la tienda pensada para coger al pescador antes que al pez. Y entre los cientos de inventos que no añaden absolutamente nada, nos dimos con la zona de cebos donde, además de los habituales de toda la vida, se encuentra esa exhibición de la gente del carp fishing. Como dice otro buen amigo, pescadores que pasan miles de horas en la orilla esperando a la carpa de su vida tienen una tremenda imaginación para lo bueno y lo malo: nadie

ha inventado como ellos en la historia ni en montajes ni en cebos y formas de usarlos y con ellos, han aparecido fabricantes expertos en la captura de pescadores que siguen pensando que lo que les gusta a ellos por olor, color o sabor, es lo que les gusta a los peces que caerán rendidos ante el infalible cebo o la maravillosa y única presentación. Pues estos lugares son especialmente adecuados para entender el frágil equilibrio entre la comida natural que supone el 80% y la ocasional que nosotros les ofrecemos. Si piensas que un pez va a comer más de la cuenta, te equivocas. Los cebados en estos lugares, más que nunca deben respetar la regla sagrada: lo que entra en el agua, ya no sale. esta regla, vieja como la pesca, es olvidada de forma curiosa y especial por los “concurseros” y a veces uno les dice eso de “Coloca cinco granos de maíz y una bola de ping-pong como cebado de inicio” y se creen que es una forma de hablar, colocan el triple de lo dicho y cuando les recuerdas dos horas después sin picadas que había que ser extremadamente cuidadoso, te juran y perjuran que te hicieron caso. En estos lugares sólo la primavera a su inicio, por aquello de que aún no hay suficiente materia natural en el agua y porque salen del duro invierno habiendo consumido muchas de sus reservas y porque se acerca la cría y hay que fortalecerse, permite cebados de frecuencia del tipo de gusanos sueltos donde se llega a gastar incluso un par de litros de gusanos. Las otras partes del año, por defecto o por exceso de las temperaturas, crean estragos durante muchas horas de luz del día y los peces se mueven perezosamente por otras capas de agua cuando no se esconden en su refugio de vegetación y a esperar que suene la campana de la comida: si te crees que tu engodo es una campana, es que crees que la naturaleza hizo su trabajo mal y tú puedes alterarla. No sea iluso y sé comedido, cauto y todo lo receloso que puedas con el cebado. Deja que ellos te indiquen con su comporta-

miento lo que necesitan. Ese es el arte y no el del apedreo indecente del agua con actitud de “Pobrecitos, vana comer como yo quiera”. De nuevo, no seas iluso.

PUNTOS DE PESCA Si, has leído bien, dice “Puntos”, en plural. Elegir una sola zona de pesca en estos lugares es un suicidio casi siempre. Si quieres ir sobre seguro, mide al menos tres puntos distintos y cébalos de forma distinta. Eso te obligara a mantener la concentración en los tres pero esa forma de pescar también enseña: nada que ver con el punto fijo de los días de pedradas. O te concentras en todo lo que tienes delante o la cagas. Actúa con criterio y razona lo que quieres hacer en cada punto. La segunda razón para elegir al menos tres puntos es la tener la oportunidad de cambiar y no abusar de un punto porque los abusos aquí, se pagan caros. Recuerda que uno no va a estos lugares a sacar 30 kilos de peces. Y recuerda que, si se lo sacas, te estás comportando como un depredador porque eso no es a lo que has ido allí. Para eso, vuelve a los lugares de apedreamiento y hazlo allí. Sacar varios peces en un punto y volverte a otro y examinar si son los mismos peces su otros distintos tiene una encanto maravilloso. Y, por supuesto, analiza qué otros puntos pescarías sin haberlos cebado porque creas que en ellos pueda haber peces. Y cuando acabes la sesión, busca, compara y si encuentras algo mejor ¡péscalo!

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FEEDER FISHING

LUIS CORIA

BAJOS DE LÍNEA (I) A quién no le ha ocurrido que estando pescando, y después de hacer todos los cambios posibles, decidimos poner un bajo de línea mas fino y de repente empezamos a tener picadas. Pues creo que a todos los que de vez en cuando estamos en la orilla del río. Aunque no siempre es la solución, lo que sí es verdad, es que funciona alguna vez. Con esto no quiero decir que sea la respuesta al problema, ya que pueden influir otros factores ajenos a nuestro bajo de línea, que hagan que la presentación no sea la correcta: corriente, profundidad excesiva o escasa, aguas cristalinas, etc. Su comportamiento en las profundidades de nuestro pesquil, es para nosotros una incertidumbre, y conocer con exactitud el fondo con la información que

nos da una sonda, es algo relativo. Lo que daría alguno por poder observar que está sucediendo ahí abajo cuando tienen la caña en la mano, entre ellos me incluyo claramente. Cuando el pez entra en nuestro pesquil, lo primero que se encuentra es nuestro anzuelo y nuestro bajo de línea. Si hemos conseguido dar con el diámetro de hilo para que ellos no desconfíen será perfecto, ya que habremos logrado superar la duda que el pez pudiera tener y además logramos que el cebo sea lo más natural posible, dejando a su elección cuál comerse de todos los que habrá en el fondo. En la pesca con cebador, elegir el bajo y el anzuelo es fundamental y posiblemente más importante que

en ninguna otra técnica. Elegir el diámetro también depende del montaje y del peso del cebador que vamos a utilizar. Un bajo de línea muy fino junto a un cebador de peso grande no sirve absolutamente para nada, ya que se rompe con solamente coger el pez nuestro cebo. En esta técnica, con la suma del bajo de línea y el anzuelo, tenemos la presentación. En la pesca a la inglesa o enchufable, la suma de ambos rematan la presentación que anteriormente hemos preparado. La línea madre en cualquier técnica es importante para salvar las recelos del pez, en el feeder no es así. El hilo con el que llenamos el carrete en la pesca a la inglesa es específico para esta pesca por su característica autofondante y porque no debe ser

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de una sección excesiva que pueda dificultar la colocación del montaje y su presentación. En la enchufable pasa algo parecido, ya que no puede ser de una sección y características muy diferentes a las del bajo. En el feeder es diferente, ya que solamente la usaremos para llevar el cebador a la distancia donde queremos pescar y nada más. A partir de ahí, lo importante está del cebador hacia delante. Cualquier hilo que sea capaz de aguantar el peso de nuestro montaje nos valdría porque no influirá en nada de la presentación.

DIFERENTES TIPOS DE HILOS MONOFILAMENTOS Las dos características que todos conocemos de los monofilamentos son la sección o grosor y la resistencia o kilogramos que aguanta. En muchos casos, son características irreales debido a que los fabricantes no dicen la verdad. En el feeder, buscamos hilos que posean elasticidad

cuando pescamos con método, ya que con este montaje las embestidas de los peces son realmente fuertes. Sin elasticidad debemos subir la sección del monofilamento y esto puede hacer que el cebo pierda naturalidad y aumente la desconfianza del pez. Otro problema que se presenta con el exceso de elasticidad en la pesca con cebador es que provoca que el anzuelo quede muy cerca del cebador. En la pesca a la inglesa y enchufable, la elasticidad es una característica muy a tener en cuenta, y es que sin ella tendremos continuas roturas. La manera de solucionar este problema es elevar la sección de éste. Algo a tener en cuenta con los monofilamentos respecto a los fluorocarbonos, que tan de moda se han puesto últimamente, es su mayor resistencia a igual sección. Además, su caída es mucho más suave y real que la del fluorocarbono. En su contra, hay que destacar que tiene muy poco aguante a los roces con piedras, objetos o vegetales sumergidos, y que se dañan con mucha facilidad, dejan-

do debilitada su resistencia, e incluso a veces su aspecto. La visibilidad es una característica a destacar en negativo, ya que son vistos con facilidad, a no ser que la sección sea exigua, o el agua no esté clara.

FLUOROCARBONOS Fluoruro de polivinilo o también llamados fluorocarbonos. Son de origen japonés y su mayor característica es que su índice de refracción es muy similar al del agua:esto hace que se vuelva invisible al sumergirse. Apenas poseen elasticidad, pero tienen mayor sensibilidad que los nylon convencionales. Consiguen una casi nula absorción del agua, algo que en los hilos normales hace que pierdan resistencia. Cuando lo aplicamos como bajo de línea, estas características hacen, que para las diferentes técnicas, se use de forma diferente. En la pesca con cebador provoca que la distancia del anzuelo respecto al cebador sea real, es decir, si nuestro bajo de línea en nuestras manos es de 20 cm,

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en el fondo es el mismo. Esto se debe a su rigidez. Mientras los otros hilos caen como plumas una vez que el cebador toca fondo, los fluorocarbonos caen en toda su extensión. Su resistencia a la abrasión y al nudo, es mucho mayor que la del monofilamento, siempre que hagamos los nudos que recomiende el fabricante lo cual es algo que debemos tener en cuenta cuando atemos anzuelos. Si no están bien atados, perderemos la mayoría de nuestras capturas. En contra, tienen la presentación en caída del cebo que es mucho menos natural. Se puede utilizar para cualquier técnica como son la inglesa y la enchufable teniendo en cuenta las características anteriormente mencionadas.

TRENZADOS Los hilos trenzados o multifibras poseen características realmente extremas. Su tremenda resistencia hace que como bajo de línea nos pensemos el utilizarlo para técnicas como la enchufable y la inglesa. Para el feeder fishing es recomendable para bajos de no más de 15 cm. Al no poseer elasticidad hará que los peces se suelten con mayor facilidad. Como aspecto positivo cabe señalar que permite detectar las picadas con más facilidad. En secciones muy inferiores a otros hilos su diferencia en resistencia es muy superior y su grado de abrasión es tremendamente alto.

Algunos materiales, como los hilos trenzados, no permiten almacenamientos fáciles porque tienen una elasticidad cero y, por tanto, cualquier pequeña diferencia de medida no permite almacenarlos en sistemas tradicionales. En estos casos, hay que utilizar materiales como el E.V.A. que permite pincharlos con sus pequeñas diferencias de medidas sobre una madera de balsa, como en este caso.

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NANOFIL

Hecho de polietileno hilado en gel, se compone de cientos de nanofilamentos Dyneema que están molecularmente unidos y forman una línea unificada de filamento. Es decir, es un único hilo y posiblemente el más resisten-

te fabricado en secciones inferiores. Muy resistente a la abrasión y de elasticidad nula, lo que permite detectar las picadas con más claridad. En bajos de feeder fishing es muy recomendable para pescar con hair siempre teniendo en cuenta los diferentes colores en los que viene fabricado. Se pueden teñir con un rotulador para evitar que se vea en el fondo. No posee memoria, lo cual nos ayuda a que presente el anzuelo a la distancia elegida. En montajes paternóster y helicópteros de feeder fishing, suelen tener una presentación muy efectiva debido a que su memoria es prácticamente inexistente.

HABRÁ MÁS En una próxima entrega, trataremos otros aspectos de los hilos para la pesca de feeder fishing con más detalle. Esta ha sido una simple introducción para clasificarlos y poco más. Si hay un material que esté avanzando en tecnología sobre todos los demás, ese es el hilo para la pesca con materiales nuevos cada vez más avanzados, aunque, eso sí, mucho más específicos.



EL CIERRE

DE LA GLOBALIZACIÓN: LOS PECES “INVASORES” Y LAS CARPAS Ya nos duele la cabeza de tanto oir hablar de la globalización. Ni pretendo hacer un ensayo sobre ello, entre otras cosas porque no creo estar preparado, ni tampoco dar lecciones de economía: simplemente trato de llevar el asunto a lo que nos interesa, es decir, a los peces y a su captura. La globalización tiene, como todo, aspectos positivos y aspectos no tan positivos. La balanza se acabará inclinando a un lado o a otro con el paso de los años pero, por ahora, parece que ganan “los malos”. Ha supuesto este fenómeno un abaratamiento de ciertos productos básicos. Es cierto que, a veces, llevándose por delante a productores nacionales que no pueden competir con aquellos lugares donde se paga una miseria a los trabajadores, no existe seguridad social ni lo más elemental de nuestro mundo occidental: pero nosotros nos aprovechamos y tenemos acceso a toda clase de productos que, hasta hace sólo unos años, eran impensables en nuestros mercados. ¿Y en lo nuestro?¿Qué ha pasado con lo nuestro? España es un país, al menos aún lo parece, físicamente distinto a la inmensa mayoría de países. Al norte de la península existe una cadena montañosa llamada Los Pirineos que, en lo que a los ríos se refiere, no permite que ni un solo río de Francia cruce por ellos hasta nuestro territorio. Ese hecho junto al de ser una península, significaba que nuestros peces eran los nuestros y nada más. No teníamos casi ninguna de las especies que reinaban por Europa y ellos tampoco tenían las nuestras. Y todos tan felices. Y nuestras autoridades, cuidando las fronteras para que eso 78 [La Línea––––]

siguiera así. El caso de Italia es exactamente el mismo con Los Apeninos. La aparición de la Unión Europea, ese sueño que algunos calificamos como una mierda de sueño para pobres y un mercado lujurioso para ricos (léase alemanes y franceses principalmente pero también los rubios norteños), ha significado la desaparición de fronteras. Y alguno me corregirá con razón diciendo que las fronteras están ahí pero no me convencerá que con el ardor guerrero que tienen nuestras autoridades de control fronterizo, ahora que pasa todo por ellas como si fuera una casa única, controlan más allá de los chivatazos de droga y similares. Que un individuo pase de Francia a España con una vasija con cinco o seis mil pececitos de otra especie es tan fácil como que Pujol junior se lleve la pasta en billetes de a quinientos a Andorra que parece un país muy, muy lejano pero que es un lugar donde si meas con ganas, cae en España. Si le unimos el efecto de la globalización que ha significado una mucho mayor libertad para entrar peces y plantas de cualquier parte del mundo, casi con total impunidad, pues el resultado de ambas cosas juntas no es otro que invasiones de peces y plantas que no son nuestros y que hacen un daño me temo que irremediable. Ante la invasión de ciertos peces sólo cabe rezar para aquellos que crean en ello y cruzar los dedos para los que somos descreídos. Cuando llego la Perca Sol nos asustamos porque, como todos los peces invasores, nada más entrar, su misión primera fue la de procrear por encima de sus números naturales para asegurarse la supervivencia en un nuevo medio. Luego pasaron los años y ya casi

hay que buscarlas a conciencia para encontrarlas: con ellas hubo suerte. Con los gatos primeros que llegaron, parece que también vamos a tener suerte. No se sabe qué ocurrirá con los otros gatos, los moteados, los siluros, las luciopercas y tantos otros bichos que nos quedan por recibir. Sabemos que la carpa, invasora también de nuestras aguas, se tomó siglos desde que los romanos las trajeran en bidones en las bodegas de sus barcos, generalmente para adornar los estanques de los patricios ricachones; sabemos que tuvo que esperar a que nuestros ríos, especialmente las cuencas del sur, fueran casi cloacas de altas temperaturas y lugares donde estar con la boca abierta es sinónimo de estar bien alimentado, para tener éxito. Uno aún recuerda cuando para coger cinco o seis carpas había que cebar durante semanas y el día que caían seis o siete, era un milagro. De ahí a la peste actual donde han llegado a ser las absolutas dominadoras del río, relegando a nuestras especies, comiéndose lo que no está escrito, alevines incluidos de las otras especies, han mediado escasamente treinta años…, y uno lo ha vivido. Y ya nunca más se irán. Lo curioso de este asunto es que Italia, insisto que en situación muy similar a la nuestra geográficamente hablando, probó a introducir bremas hace ya bastantes años y el resultado ha sido magnífico porque la competencia de las bremas ha supuesto un equilibrio que, de no ser así, estaría roto completamente a favor de las carpas y en detrimento de sus gardones, barbos y otras muchas especies. Irlanda, mucho más frágil en su ecosistema como isla que es, también probó a introducir bremas, en


este caso por cuestiones puramente turísticas y han tenido notable éxito. ¿No es la hora ya de que nuestras autoridades prueben a introducir especies que creen equilibrio? Y esta no es una pregunta para nuestras autoridades de las Confederaciones Hidrográficas porque esos individuos sólo entienden de pasta por el agua, sino a las autoridades sesudas, si es que las tenemos. ¡Ah! Se me olvidaba: habría que consultar a diecisiete autoridades, nada sesudas por cierto, y esperar a

que se pusieran de acuerdo… ¿los mismos que nos hacen pagar una licencia para pescar en cada sitio? Pues sí, esos mismos. Así es que esto es como el chiste del cura… ¡Daros por jodidos! Los alburnos engordarán como vacas (véase ejemplar de la foto por encima de los cien gramos), los siluros se comerán a todo lo que nade o vuele o se apose a su alcance, los luciopercas asesinarán a todo lo que se cruce en su asesino camino, los gatos moteados harán desaparecer espe-

cies, los balck bass y los lucios, que ya parecen nuestros pero que no dejan de ser otros asesinos (me da pena decirlo así porque la naturaleza los creó para mantener el equilibrio), se esconderán bajo las matas de Camalote y de otras especies colonizadores que nos llegarán sin duda y, alguien, en algún lugar remoto, un día, acabará cogiendo un pez y, tras preguntarle al más viejo del lugar, descubrirá que se llama barbo y que, en su día, era una bella especia de la península ibérica. ¡Cuidado donde te bañas!

Nuestro amigo Paul Garner me manda esta foto para darme envidia con dos “crucians” típicos ingleses. Peces huidizos, muy difíciles de localizar, con un peso normalmente no superior a los cien gramos, es decir, estos dos son de record ambos. Lo hace para picarme porque habíamos establecido hacer un reportaje pero eso fue antes de que mi corazón hiciera de nuevo “cataplás”. Ahora, habrá que ver cómo puedo volver a mis amados riachuelos y lagos pequeños ingleses a coger peces como estos, en medio de una naturaleza conservada a base de multazos casi por respirar (que es algo que la gente entiende muy bien). Paul Garner es el autor del primer gran libro de la pesca vista bajo la superficie del agua, junto a su inseparable Stuart Morgan. Un profesor universitario, doctor para más indicaciones, experto en la vida en el agua y en el conocimiento de la pesca en todas sus modalidades. Su libro Underwater Angling y sus maravillosos vídeos me quitaron el sueño varias semanas. Peces como los que nos muestra sí que merecería la pena traernos porque, en su día, los tuvimos, les llamábamos carpines o “tontitos” y simplemente han desaparecido. 79 [La Línea––––]


Estos peces, que la gente llamamos carpines, pero que nada tienen que ver con aquellos maravillosos peces de la Península Ibérica, pequeños, de variado colorido y encantadores, es una de las últimas invasiones. Tanto es así, que incluso se autoregulan con mortandades exageradas.

En su caso, las mutaciones y defectos morfológicos son cada vez más frecuentes de ver, seguramente debido a una consanguineidad de mala solución. Este ejemplar fue capturado en el embalse de La Serena en la localidad pacense de Capilla.

Pues sí, querido amigo: lo que ves en la fotografía es un alburnio de alrededor de 100 grs. de peso. Eso significa que su peso multiplica alrededor de 10 veces la talla natural de la especie por toda Europa. Nuestros ríos, llenos de nutrientes naturales y otros muchos artificiales son un paraíso en el que se sobrevive sólo con mantener la boca abierta según de qué especie se trate. De acuerdo en que la población se adaptará a cada lugar pero mientras eso ocurre, este ejemplo de globalización antinatural nos habrá hecho mucho, mucho daño.

P.D.: Algunas autoridades, junto con el “Consejo de Sabios”, han decidido que ahora hay que matar a todo lo que sea alóctono, no devolviéndolo al agua, como medida de ayuda a la eliminación de especies invasoras. A saber 80 [La Línea––––]

quién sería el depravado estúpido que propuso semejante gilipollez: eso sí, si no lo haces y te ve la Guardia Civil, que nunca están cuando se les necesita pero que pueden estar vigilándote, te multan ¡Hay que joderse con la pandilla!






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