ENCUENTROS EN EL ARTE COLECCIÓN FUNDACIÓN PABLO ATCHUGARRY
26.11.2018 - 27.02.2019
MUSEO GURVICH
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En esta misma época del año, pero de 2017, inaugurábamos una muestra sobre coleccionismo privado denominada “El Taller Torres-García en colecciones privadas del Uruguay entre 1942 y 1962”.Si bien eran otras circunstancias, otro contexto, tiempo y espacio entre aquellos coleccionistas de los 40’ 50´ y 60´ y la colección que aquí se presenta, el espíritu sigue siendo el mismo, ello entusiasma y se celebra. El artista Pablo Atchugarry continúa con el mismo sentimiento de aquel antaño, la verdadera pasión por el coleccionismo, el motor que se acciona y se preserva a pesar del tiempo y las distancias. No le alcanza con ser un gran escultor, su sensibilidad y amor por el arte todo, la creación y la colección en este caso,hacen posible que podamos disfrutar de este heterogéneo conjunto de obras. Si bien no se presenta la totalidad de su colección, 43 obras son suficientes para entender el perfil y el interés de Pablo a la hora de coleccionar. Y entonces aparecen grandes artistasde arte moderno y contemporáneo de nuestro país a la vez que fantásticas obras de artistas extranjeros. Sabemos que un “debe expositivo” a nivel nacional es retomar lo que en otras épocas sucedía con mayor frecuencia, disfrutar de grandes nombres del arte internacional sin tener la necesidad de cruzar fronteras.Por suerte los tiempos están cambiando, se avecinan muestras importantes desde la agenda expositiva del MNAV, entre otras posibles. En ese sentido el Museo Gurvich intentará desde donde pueda,acompañar esta iniciativa. Creemos que es una obligación para todos los responsables de las instituciones culturales poder mostrar grandes exposiciones para que no solo algunos sino todas las personas puedan disfrutar de las mismas. Es un honor para nosotros recibir esta gran exposición y esperamos que todos podamos disfrutarla. Vivian Honigsberg Dir. Museo Gurvich
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“Encuentros en el arte”, este título elegido para esta exposición me hace recordar muchos de los encuentros que han acompañado y enriquecido mi vida... Los artistas aquí presentes son una pequeña pero preciosa muestra de esos caminos que se encuentran... A ellos y a todos los artistas les agradezco por conservar ese niño universal que se manifiesta para bien de la humanidad... Pablo Atchugarry
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RICHARD ANUSKIEWICZ, TEMPLE OF THE YELLOW, 1984 AcrÃlico sobre tela, 152 x 122 cm
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CARMELO ARDEN QUIN, PLASTIQUE 17, 1986 Acrílico y plástico sobre madera, 56 x 52 cm
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MIGUEL ÁNGEL BATTEGAZZORE, SIGNOS EN ROTACIÓN, 1990 Acrílico sobre tela, diam. 130 cm
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ALBERTO BIASI, DINAMICA TRIANGOLARE, 1965/78 PVC sobre madera, 83 x 72 cm
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APUNTES SOBRE LA COLECCIÓN DE LA FUNDACIÓN PABLO ATCHUGARRY Martín Craciun
La exposición Encuentros en el Arte presenta una breve selección de obras pertenecientes a la colección de la Fundación Pablo Atchugarry, compuesta por obras de diversos artistas y períodos históricos que el mismo Atchugarry ha atesorado desde hace más de quince años. El conjunto de obras expuestas en el Museo Gurvich funciona como sinopsis de una vasta recopilación, en tanto recorte de un conjunto mayor que se ofrece como un vívido reflejo de los intereses y afinidades de la fundación. Busca ser representativo de la actividad y de su compromiso con el arte de nuestro tiempo. Encuentros en el Arte se presenta como un relato abierto sobre el arte contemporáneo y sobre los vínculos que la Fundación Pablo Atchugarry ha desarrollado con la comunidad. Pablo Atchugarry (Montevideo, 1954) comenzó a adquirir obras de arte para su fundación en la primera década del siglo XXI, aunque recuerda que su interés por coleccionar viene de su temprana juventud y así también su historia personal es el centro de esta colección, como intentaremos mostrar resumidamente. Pedro Atchugarry, su padre, tuvo vínculos con el universalismo constructivo de Joaquín Torres García y fue Pedro quien estimuló con sus enseñanzas para que un joven Pablo desarrollara una temprana carrera en las artes. El mismo Pablo recuerda haber dado inicio a la colección luego de adquirir su primera obra de Joaquín Torres García, en Montevideo, en 2003. Su emigración a Europa a fines de los setenta y el desarrollo de su carrera en Italia, pueden vincularse directamente al gran volumen de obras provenientes de esa zona del continente europeo. Su retorno al Uruguay para establecer su segundo taller y su fundación en
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Maldonado se representa en un extenso catálogo de obras que abarcan un minucioso repertorio de arte uruguayo del siglo XX, junto a un gran caudal de obras representativas los grandes movimientos y exponentes del arte latinoamericano. Sumado a esto se agregan obras de gran envergadura del arte internacional de los siglos XX y XXI, que pueden relacionarse a su vez directamente con el período de expansión e internacionalización de la obra de Atchugarry, cuando se transformó en un artista global con presentaciones en todo el mundo. De igual forma resulta de interés pensar la colección de la Fundación Pablo Atchugarry como parte de un cuerpo de acciones y actividades que tienen por objeto construir comunidad y promocionar las artes en sus formas más diversas. Su éxito redunda en asegurar la conservación y la exhibición de las obras en concomitancia con la voluntad de sus creadores. Es decir, respetar las maneras y los deseos de los artistas que las produjeron. Atchugarry es un artista y personaje de mundo que ha dedicado su vida a la producción de arte y a la construcción de lugar, en el sentido de poner en relevancia las relaciones culturales que se originan con vivir en y su asociación en el espacio. Estos lugares cuentan con un espíritu y una personalidad que se manifiestan en las expresiones de carga emocional adquiridas allí. Se trata de espacios vividos que reflejan la historia y la memoria del sitio. Atchugarry ha establecido un puente en constante diálogo entre su fundación en Manantiales - un emblema de la actividad cultural en el departamento de Maldonado - con su taller y museo en la ciudad de Lecco, Italia, y con su nueva fundación en Miami, Estados Unidos.
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Si la anécdota sobre la primera obra adquirida para la colección es relevante en relación con su historia personal con el Taller Torres García y la Escuela del Sur más lo es si entendemos a Torres García como una figura clave del arte en Uruguay en la que conviven, al decir de Gabriel Peluffo Linari: «lo eterno y lo efímero, el hombre eterno y el hombre que pasa, lo arcaico y lo moderno, lo abstracto con lo figural», porque Torres García fue «el hombre de la síntesis, el hombre que sintetizaba los opuestos» y su búsqueda de «soluciones prácticas a esas contradicciones» resulta uno de sus mayores atractivos.1 Al acercarnos al cuerpo de obras que integran la colección y a la propia producción de Pablo Atchugarry encontramos vínculos directos con cuestiones que hacen a la práctica de los artistas abstractos, constructivos y universales, aquellos que centran su labor en la materia, la construcción de un mundo simbólico propio, en constante diálogo con las capacidades expresivas de los materiales. En las esculturas de Atchugarry se presentan búsquedas plásticas que rozan los límites de la abstracción, formas y pliegues que insinúan figuras que se componen desde materiales y recursos diversos en un todo para ser descubiertas por el espectador en un ejercicio constante de formulación espacial. La selección que compone Encuentros en el Arte tiene por objeto celebrar cercanías pero también diferencias. Comprende obras de arte uruguayo de la segunda mitad del siglo XX que abarcan algunos de los movimientos más significativos de este período: el arte no figurativo (Arden Quin, De Andrés, Presno, Pareja), el expresionista (López), el informalista (Pavlovsky), la Escuela del Sur (Díaz Valdéz, Vila, Barcala) y el arte geométrico (Freire,
Costigliolo) se presentan junto a trabajos producidos en siglo XXI (Chilindron, Pelenur, Risso, Vázquez). La selección continúa con algunas expresiones del arte sudamericano, en especial de Argentina (Paternoso, Tomasello) y de Venezuela (Martínez), para concluir con algunos ejemplos de arte contemporáneo italiano: arte povera, minimalismo, con referencias al spazialismo (Biasi, Pinelli, Fogliati), a las que se agregan también algunas expresiones europeas y norteamericanas de trabajo con la materia y la forma (Bogart, Stella, Weber). Sin embargo, la exposición centra su interés en el arte uruguayo de los siglos XX y XXI y compone un repertorio visual de alta calidad con grandes exponentes de nuestra plástica en relación a obras de un grupo de artistas contemporáneos uruguayos e internacionales cercanos a la fundación. Las obras seleccionadas proponen una suerte patrón cultural de una diversidad de medios y momentos históricos con múltiples formalizaciones. El conjunto logra su coherencia principalmente ante el ojo entrenado del visitante que conoce el trabajo de Pablo Atchugarry y su historial, porque hace énfasis en los «encuentros» - los propios y los ajenos -. Variedad de lenguajes, estéticas y paradigmas se conjugan en una narrativa abierta y diversa. De alguna manera, las piezas de la colección terminan por ubicarse en un universo amplio para presentar un relato en construcción. Como coleccionistas dedicados, han desarrollado su hábito, han transformado la inquietud en una práctica sostenida en el tiempo. Coleccionar es entonces una forma de construir un discurso en movimiento, en el que el incremento de la colección permite abordar nuevos
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JOSÉ PEDRO COSTIGLIOLO, RECTÁNGULOS Y CUADRADOS CCXXXII, 1976 Acrílico sobre tela, 100 x 100 cm
MARIA FREIRE, SIN TÍTULO, 1978 Acrílico sobre tela, 90 x 115 cm
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WASHINGTON BARCALA, SIN TÍTULO, 1992 Collage sobre tela, 43 x 71 cm
horizontes y complementar estas historias, pero también complejizar la mirada. Un artista atraviesa por diversos períodos y su producción es el fiel reflejo de estos momentos y convicciones. Al mismo tiempo, la adquisición de nuevas obras por parte de la fundación no ha cesado desde su inicio y continúa expandiéndose sobre períodos y áreas geográficas diversas. Al acercarnos a la Fundación Pablo Atchugarry y en específico a esta colección encontramos que su motivación como coleccionista nace de una vocación pública de aportar a la comunidad y de creer que el arte es un vehículo imprescindible en la construcción de una sociedad más justa y de valores democráticos. Lo que aquí se presenta es una visión más que convincente de lo que constituyen los factores impulsores de su pasión, su compromiso y la naturaleza de su conducta en respuesta a sus deseos personales. Resulta de interés reparar en las voluntades que son necesarias para llevar adelante una empresa como la construcción de una colección privada con carácter y vocación pública. A su vez, nos interesa la aseveración del filósofo francés Jean Baudrillard «la colección es un discurso para los otros, pero sobre todo es un discurso para sí mismo».2 En este caso el ejemplo se vuelve paradigmático, ya que es un artista el que colecciona. Son numerosos los ejemplos en la historia del arte de aquellos artistas cuyo afán creador los ha llevado también a construir fastuosas colecciones que les permitieron unir su trabajo con una «historia más grande y diversa». Logran de esta manera conectar con referentes, colegas que admiran y, sobre todo, atesorar obras que llegan a construir sentido, histórico y afectivo, para ellos. Los artistas tienden a valorar el arte de manera diferente al coleccionista «promedio», mediante el empleo de criterios subjetivos que obvian los convencionales asociados a las lógicas del mercado y a la inversión. Al decir de Andrew Renton, «El artista se encuentra en el medio del mundo del arte y al margen de su mercado».3 La colección tiene, por sobre los gustos personales, un importante valor pedagógico y de confirmación de identidad artística al haberse construido circunscripta a movimientos y expresiones culturales centrales en el desarrollo del arte en esta parte del continente. Existe una vocación de transmitir a través de las obras coleccionadas narrativas concretas sobre el arte de la segunda mitad del siglo XX y sobre las producciones del siglo XXI. Es también en un ejercicio de generoso altruismo que la Fundación Pablo Atchugarry ha contribuido al desarrollo de la carrera de numerosos artistas construyendo así una cercana comunidad de creadores. Apoyar y desarrollar una escena mediante el estímulo a la creación y a la circulación de bienes los ha convertido en generosos patrones de las próximas generaciones.
La colección se proyecta desde el ámbito privado hacia lo público para conformarse en un rico patrimonio para ser disfrutado y aprendido por un vasto público que a menudo los visita. Esta intención pedagógica redobla una marcada política de la Fundación Pablo Atchugarry de promocionar y estimular la creación en el campo amplio de las artes y la cultura, lo que constituye un valioso aporte a la comunidad. 1. Gabriel Peluffo Linari en entrevista con Concepción Moreno, sobre Joaquín Torres García, Agencia EFE. 18 DE 1 DICIEMBRE DE 2016 2. Cita a Jean Baudrillard (1969: 120) en Carolina Porley, «Un mástil para el arte contemporáneo. La 2 colección Engelman Ost en el campo artístico local», Cuadernos del Claeh, Segunda serie, año 37, n.o 107, 2018-1. 3. Financial Times, director de la galería Marlborough Contemporary de Londres y profesor de curaduría en 3 Goldsmiths College.
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BRAM BOGART, ZWARTTEROOD, 2001 Técnica mixta, 55,5 x 48 x 16 cm
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LARA CAMPIGLIA, SIN TÍTULO, 2010 Acrílico sobre tela, 152 x 122 cm
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RICCARDO DE MARCHI, TESTO APERTO, 2014 Acero inoxidable, 90 x 80 cm
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JUAN DE ANDRÉS, SIN TÍTULO, 2005 Acrílico sobre madera telada, 70 x 70 cm
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LINDA KOHEN, 10 COMENSALES, 2007 Óleo sobre tela, 80 x 70 cm
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ROBERTO DIAGO, LA LUZ DE DIOS, 2012 Técnica mixta sobre tela, 200 x 180 cm
HILDA LÓPEZ, SIN TÍTULO, 1970 Óleo sobre tela, 160 x 80 cm
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MARCO MAGGI, SPELLING _S-Q-U-A-R-E F-O-O-T_ (SOUTH), 2017 Cortes y plegados sobre papel, 30 x 30 cm
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CLARA MARTÍNEZ THEDY, VESTIGIO DE LA HABANA I y II, 2017 Fotografía en color, díptico 55,4 x 55,4 cm cad.
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JORGE NOGUEZ, SIN TÍTULO, 2008 Óleo sobre tela, 80 x 80 cm
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MIGUEL ÁNGEL PAREJA, COMPOSITION, 1956 Óleo sobre tela, 92 x 65 cm
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CÉSAR PATERNOSTO, SIN TÍTULO, 1976 Óleo sobre tela, 56 x 56 cm
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RAÚL PAVLOVSKY, SIN TÍTULO, 1961 Técnica mixta sobre madera, 51,5 x 72 cm
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MARTĂ?N PELENUR, #3, 2018 Tinta y barniz / lienzo, 100 x 100 cm
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PINO PINELLI, SIN TÍTULO, 2004 Técnica mixta, cada elemento 27,5 x 22 cm
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LINCOLN PRESNO, INTERCEPCIÓN, 1986 Óleo sobre tela, 120 x 100 cm
JOSÉ RISSO, OMBÚ SOLÍS DE MATAOJO, 2012 Fotografía a partir de negativo, 50 x 50 cm
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PRESENTACIÓN DEL 1o VOL. DEL LA COLLECIÓN “AMOR Y ELECCIÓN”, 2016
Jorge Noguez, Gonzalo Ramírez, Diego Santurio, Martín Pelenur, Piero y Pablo Atchugarry, Daniel Papaleo, Verónica Vázquez, Janinne Wolfsohn, Alejandra Stier, Luca Benites y Jose Risso
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FRANCISCO SOBRINO, SIN TÍTULO, 1959 Acrílico sobre cartón, 50 x 50 cm
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HÉCTOR SUETONIO GAITÁN, SIN SALIDA, 1967 Óleo sobre tela, 126 x 185 cm
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LUIS TOMMASELLO, OBJECT PLASTIQUE N° 190, 1971 Acrílico sobre madera, 90 x 90 x 5 cm
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YUKEN TERUYA, NOTICE-FOREST (COS), 2017 Papel y pegamento, 30,5 x 31 x 11 cm
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NORBERT THOMAS, SIN TÍTULO, 1977/2011 China sobre tela, 100 x 100 cm
VERÓNICA VÁZQUEZ, CAJA TIPOGRÁFICA CON PAPEL I, 2010 Madera y papel, 42 x 82 cm
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ERNESTO VILA, SIN TÍTULO, 2010 Collage y técnica mixta, 65 x 49 cm
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PETER WEBER, STEIFEN FALTUNG II FBL6, 2011 Fieltro, 65 x 65 cm
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ALGUNAS ESCULTURAS DE LA FUNDACIÓN
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ENRIQUE BROGLIA, SIN TÍTULO, ca 2007 Bronce y hierro, 178 x 50 cm
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MARTA CHILINDRÓN, SIN TÍTULO, 2011 Acrílico, 23 x 56 cm
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WIFREDO DIAZ VALDÉZ, SIN TÍTULO, 1999 Madera de lapacho, 18,5 x 22 x 14 cm
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ARTUR LESCHER, CURVA (De la serie pantogrรกficas), 2013 Acero y lata, 89 x 42 x 16 cm
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RAFAEL MARTÍNEZ, VOLUME IMMATERIEL N° 4 , 1969 Acrílico y hierro sobre madera, 50 x 50 X 36 cm
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ADELA NEFFA, SIN TÍTULO, ca 1980 Bronce, 34 x 36 X 16 cm
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DANIEL PAPALEO, MIDIENDO EL ESPACIO, 2012 Acero inoxidable, 72 x 45 X 23 cm
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TULIO PINTO, CUMPLICIDADE #8, 2016 Vidrio y hierro, 90 x 80 x 80 cm
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SALUSTIANO PINTOS, SIN TÍTULO, ca 1970 Madera, 86 x 121 x 66 cm
GERMAN CABRERA, SIN TÍTULO, años ‘80 Madera y hierro, 52,5 x 43 x 41 cm
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OCTAVIO PODESTA, ASTROLABIO, ca 2007 Hierro, 74 x 62 x 57 cm
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FRANK STELLA, REDJAND, 1982 Acero inoxidable y fibra de vidrio, 211 x 203 cm
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ANNE CECILE SURGA, SOUVENIR D’AUSCHWITZ, 2018 Mármol de Carrara, 20 x 19 x 21 cm
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Fundación José Gurvich Sra. Julia Añorga de Gurvich Fundadora Consejo de Administración Sr. Martín Gurvich Añorga Cr. Joaquín Ragni Arq. Rafael Lorente Arq. Mariano Arana Arq. Laura Alemán Sr. Alejandro Denes Consejo Asesor Dr. Wilfredo Penco Sra. Mercedes Jauregui de Gattás Ing. Alegre Sassón Dr. Julio María Sanguinetti Dr. Martín Cerruti Dr. Enrique Cadenas Sr. Jorge Stainfeld Sr. Gustavo Serra Arq. Gabriel Peluffo Linari Sra. Verónica Alonso Ec. Ricardo Pascale Sra. Rebeca Riva Zucchelli Sylvia Barriola Secretaria General
PLUMA POSITIVO
13.0637
03.01.2013
P. 654 C
CMYK NEGATIVO
PANTONE NEGATIVO
PLUMA NEGATIVO
Marcel Loustau Archivo / Diseño Gráfico María Eugenia Méndez Exposiciones e Investigación
Equipo del Museo Vivian Honigsberg Directora Sylvia Barriola Directora Financiera María Noel Camacho Coordinadora General Lila Verga Ipar Departamento Administrativo Florencia Astori Departamento Cultural Natalia Mata Departamento Educativo Yolanda Bruzzese Taller de Niños María del Mar Guzmeroli Asistencia Taller / Tienda María Eugenia Camacho Tienda
ENCUENTROS EN EL ARTE | COLECCIÓN FUNDACIÓN PABLO ATCHUGARRY Organización FUNDACIÓN PABLO ATCHUGARRY Manantiales (Uruguay), Miami (USA) www.fundacionpabloatchugarry.org Curador Coordinación
Martín Cracium Leonardo Noguez
Fotografía Diseño gráfico Traducción Impresión
Fundación Pablo Atchugarry, Lorena Larriesta, José Risso, Nicolás Vidal Quadrifolium Group Srl - Lecco (Italy) Caleidos - Madrid (España) Editoria Grafica Colombo Srl - Valmadrera, Lecco (Italy)
Tapa
Rafael Martínez, Volume Immateriel n° 4, 1969