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¿QUÉ LE DEPARA A LA SELECCIÓN PARA EL 2026?

Alberto Del Arco MénDez

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No quisieramos ser los que “echan la sal” pero este proceso de la selección mexicana de futbol se está pareciendo mucho al anterior, sobre todo por aquello de la “cronica de un fracaso anunciado”.

Con la designación de Diego Cocca al vapor y sin el menor dejo de autocrítica por parte de los federativos, inicia un nuevo proceso mundialista, con características especiales por la forma en la que se da.

Iniciamos con un mundial en el que no sabemos si somos anfitriones o mayordomos del anfitrion, si ostentaremos el honor de ser el único país con tres copas mundiales o sólo somos la comparsa de nuestro socio comercial del norte ¿?

Por otro lado es increíble la falta de autocrítica y desfachatez de los federativos, que denotan ruptuta y falta de coordinación de cara al mundial donde se tiene el pase garantizado y en vez de ocuparse de integrar un proyecto sólido, sólo se aprecia ruptura y desorganización, una lucha de egos que no nos llevará a ninguna parte.

En semanas pasadas la federación anunció con bombo y platillo la reestructuración del futbol mexicano ante el rotundo fracaso en la última copa del mundo, sin embargo, dicha reestructuración brilló por su ausencia por que no anuncia ron absolutamente nada que generase una expectativa positiva.

Tal vez lo único rescatanble de esta “reingeniería” sea la eliminación del repechaje y el retorno del descenso, pero uno de los puntos álgidos y que mayores expectativas había generado fue el de la reducción del número de extranjeros, proponiendo una reducción de 8 a 7 extranjeros en cancha, lo cual resulto un auténtico “calcetinazo”.

Los demás puntos de la “reingeniería” son auténticos rellenos y ocurrencias que no van al fondo del problema y que nos auguran la permanencia en el círculo vicioso que va de la ineficacia, a la generación de esperanzas, pasando por el respectivo fracasos y cerrando el círculo con la renovación del proyecto que “ahora si hará cambiar al futbol mexicano”

Aunado a todo lo anterior, la elección de Diego Cocca tiene mucho trasfondo y se pueden leer muchas cosas entre lineas, de entrada el nivel de compromiso y ética del entrenador queda en entredicho con la sorpresiva renuncia a Tigres teniendo un proyecto en pie, hay cosas que no hace falta señalar, la conducta ética no siempre nos pone en el camino mas fácil, pero si habla mucho de nuestra integridad.

Por mucho que en el contrato del técnico hayan existido cláusulas de salida, hay acciones que hablan por sí mismas y en este sentido la decisión de Cocca dejó mucho que desear y pone en duda cual será el compromiso que asuma con la selección, ¿será el mismo que el de su paisano Martino?, que simplemente no quiso asumir su responsabilidad y se dejó imponer jugadores, para después sólo dar excusas y retirarse sin pena ni gloria.

Lo que mal empieza mal acaba y en este caso, lamentablemente las cosas no pintan muy bien de orígen, otro de los factores de análisis son los jugadores, quienes lamentablemente también se contagian de este ambiente y se alejan de su mejor rendimiento por diversas razones, crean mafias, hacen “grillas”, y en ocasiones se ocupan mas de los intereses económicos que de su rendimiento deportivo.

Tal vez el mayor problema es que en este momento no se aprecia una generación de jugadores con potencial que pudieran llegar en su mejor momento a la justa, ni relevos reconcidos que ofrezcan cosas diferentes, lamentablemente los “refuerzos” naturalizados tampoco hacen los aportes suficientes y el exceso de extranjeros impide el surgimiento de nuevos valores, es probable que la selección se encuentre en una etapa de reconstrucción y que no se pueda aprovechar la oportunidad que se presenta con este mundial.

Se ha dicho en muchas ocasiones, mientras los intereses económicos prevalezcan sobre los deportivos, será muy dificil que las cosas puedan cambiar, en nuestro país no hemos entendido que mientras mas calidad tenga un producto, su comercialización será mejor, ¿por que los directivos no se deciden de una vez por todas a generar un producto de calidad? Y es que la calidad no debe estar peleada con la generación de riqueza.

Finalmente también debemos hablar de los aficionados, quienes al parecer tienen aún mucha paciencia y están dispuestos a seguir aguantando frustración tras frustración, hasta quien sabe cuando, el aficionado mexicano, sufre, se entrega, se compromete y nunca o casi nunca recibe una satisfacción o un premio a su entrega. Eventualmente reacciona, se enoja, protesta y promete nunca mas dejarse engañar, sin embargo, poco después de otra decepción, perdona y se vuelve a ilusionar.

Esperamos de todo corazón que las cosas sean diferentes esta vez, pero haciendo mas caso a la razón que al corazón, mejor preparemonos para otro rotundo fracaso, a juzgar por como está inicando el proceso, dejemos de consumir el producto de baja calidad y pongamos interés en otras cosas que la vida nos ofrece, pero de no ser así, al menos nos queda la posibilidad de gritar ¡¡eeeeehhh pu…!! cuando estén eliminando a la selección en el partido correspondiente.

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