un dulce rezo Rita Villanueva M i g u e l Ă l v a re z
Hablar de Rita Villanueva no es nada fácil, pretender describirla en pocos párrafos resulta complicado pues de ella se puede decir mucho y el espacio se vuelve insuficiente; su biografía merece una enciclopedia, cada tomo debería relatar las experiencias vividas en sus diferentes facetas. Rita es una mujer completa. Es madre, fotógrafa, humanista, una profesional apasionada por su trabajo a través del cual ha encontrado su misión, ayudar a los demás por medio de su talento; ha recorrido el mundo retratando momentos especiales, la sonrisa de un niño cuando ve de nuevo a sus padres, el sufrimiento de quienes lo han perdido todo pero mantienen viva la esperanza, el amanecer de un nuevo día, la belleza de la naturaleza, la ternura, la compasión, la vida misma. Es una incansable luchadora por hacer conciencia de los males que aquejan a la humanidad, sus fotografías tienen alma y voz, son retratos que hablan, que expresan sentimientos, emociones, valores, son testimonios de sucesos de la vida cotidiana, de momentos difíciles, especiales, amargos pero sobre todo reflejan amor. Tal como los dulces de Guatemala logran un sabor perfecto y equilibrado al mezclar panela y canela, ahora Rita Villanueva y Miguel Álvarez Arévalo unen sus talentos para darle vida a esta maravillosa obra, que será grandemente atesorada por los amantes de las tradiciones y la cultura guatemalteca. Brenda Zacnicté Monzón Rita Villanueva, una humanista que plasma la belleza y la realidad en su fotografía, no podía quedarse en su trabajo sin involucrarse en acciones mundiales que pretenden eliminar enfermedades, como la Polio, y mejorar la vida de millones de personas por medio de la solidaridad y la amistad. Por eso Rita se incorporó a Rotary y es ahora una Rotaria completa que vive el lema “Dar de sí, antes de pensar en sí”. En el mejor espíritu rotario que va desde equipar una escuela hasta salvar un Templo, Rita se entrega a “Vivir Rotary y Cambiar Vidas” Jose Mauricio Rodriguez Wever Gobernador Distrito 4250, Honduras, Belice y Guatemala, 2014-2015.
un dulce rezo Rita Villanueva M i g u e l Á l v a re z
vivencias de concepción, 400 años de historia
Editorial VILLANUEVA
UN DULCE REZO © 2013 Editorial Villanueva ISBN: 978-9929-40-388-8 Primera edición, 2013 Guatemala C.A. Autores: Rita Villanueva, Miguel Álvarez Arévalo Editorial responsable: Editorial Villanueva Investigación y textos: Miguel Álvarez Arévalo cronistadelaciudaddeguatemala@yahoo.es Fotografía digital: Rita Villanueva rita_villanueva@yahoo.com Fotografía antigua: Archivo Fotografía solapa: Sergio Cruz Diseño y diagramación: Luis Quel F4 quelsaguatemala@gmail.com Corrección de estilo: Eduardo Villalobos eduvillalobos@gmail.com Edición digital de rostros: David Granados Impresión: Print Studio Colaboradores: Cofradía de la Inmaculada Concepción, Templo de San Francisco Derechos reservados. La reproducción total o parcial de esta obra solo podrá hacerse con autorización escrita de Editorial Villanueva. rita_villanueva@yahoo.com
un dulce rezo Rita Villanueva M i g u e l Á l v a re z
vivencias de concepción, 400 años de historia
CONTENIDO prólogo 9 María Fernanda Sánchez
dedicatoria 10 Rita Villanueva
El rezado del 8 de diciembre 13 Rita Villanueva
El Rezado de la Inmaculada Concepción de San Francisco 17 Miguel Álvarez Arévalo
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virgen de la Inmaculada Concepción de San Francisco 54 Rita Villanueva
El Día Clásico de Guatemala 78 Rita Villanueva
Procesión de velas 192 Rita Villanueva
1617-2017 IV Centenario 209 Miguel Álvarez Arévalo
Vivencias 210
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prólogo Un dulce rezo, como lo llama Rita Villanueva, autora de las fotografías de este magnífico libro, presenta una importante tradición guatemalteca relacionada con la Virgen María. Más que un libro, esta pieza de gran contenido espiritual se convierte en un símbolo de belleza e identidad. Su propósito, además, es rescatar y dar a conocer una hermosa tradición que por más de 300 años se ha practicado en nuestro país. El Rezado de la Inmaculada Concepción de la iglesia de San Francisco se lleva a cabo cada 8 de diciembre en la ciudad de Guatemala. Es una tradición que atrae a muchísimos fieles que, con devoción profunda, esperan su paso que dura más de doce horas, en las que la algarabía y la fe son como hermosos manantiales de amor que nacen en un barrio antañón y en su hermoso templo. Es un acto de fe que devela la esencia de un pueblo católico que encuentra la unión entre la vida ordinaria y la vida trascendental al contemplar a la hermosa imagen de madera del siglo XVI; una imagen de más de 400 años que, a través de su inmensa belleza, logra elevar el estado del alma a un momento profundo de admiración, contemplación y sublimación. Al contrario de las hermosas procesiones de Semana Santa que representan el calvario de Nuestro Señor y el dolor profundo de una madre, la Dolorosa, la Inmaculada Concepción representa la alegría del fruto divino que ha sido concebido por la Gracia de Dios. Al paso de la procesión del rezado, la fe envuelve en un todo de amor a los fieles y lo esparce grandemente a quienes la visitan y acompañan. En un ambiente muy festivo,
manos laboriosas crean alfombras sencillas. Los cohetes y luces multicolores de los toritos que danzan entre incienso y música destellan la bendición de todos los creyentes de esta divina concepción. Es un acto muy simple y muy grande al mismo tiempo, que une a los fieles en medio de una gran felicidad. Todos comparten con Ella sus cantos, lágrimas y aplausos, ofreciéndole con humildad hermosos detalles para que Nuestra Señora pase bailando por las calles sobre los hombros de quienes la cargan con amor. Es un momento que se convierte en un gozo absoluto porque anuncia con alegría la venida del niño Jesús en vísperas de la época navideña. Un momento que se vive con intensidad, y que se convierte en una necesidad y en fundamento de vida para sus seguidores. A lo largo del libro se encontrarán impactantes vivencias y experiencias acompañadas por una galería de imágenes inéditas, que revelan un profundo estudio y conocimiento de esta tradición guatemalteca. El conjunto se complementa con una introducción histórica de Miguel Álvarez Arévalo, cronista de la Nueva Guatemala de la Asunción. Este trabajo podrá ser apreciado por un público muy amplio, ya que posee la dualidad de expresar un testimonio de fe y de ser una obra de arte, lo cual le otorga permanencia y valor a momentos y detalles que usualmente no captamos y que el lente de Villanueva nos traslada como una bella revelación. María Fernanda Sánchez
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A mi madre, quien abrió mis ojos a la luz de vida y mi corazón a la luz de la fe. A la Virgen, por bendecirme y darme una madre tan espléndida como lo es ella misma. Su bondad y su vida en Dios han sido y serán siempre el ejemplo de la mía. A Valeria y a Valentina, mis hijas, mi inspiración y mis compañeras de proyectos, por su dulzura, su esmero, su luz y su incondicional apoyo a lo largo del camino de mi vida. Todas, siempre juntas, todas una.
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El rezado del 8 de diciembre, tradición, cultura y, mas aLLÁ, el propósito de lo que ahora EMPIEZO a comprender…. Viví 18 años fuera de Guatemala en medio de una gran soledad. Pero recordaba. Jamás pasó un 7 de diciembre sin que quemara aunque fuera un papelito. Era mi manera de celebrar La quema del diablo, esa costumbre que abre la época de Navidad y que es además la víspera de una de nuestras más hermosas tradiciones: la celebración de la Virgen de Concepción y su tradicional rezado. El Rezado del 8 de diciembre es tradición, cultura, fervor, fiesta, pero más allá de todo esto hay un propósito que ahora empiezo a comprender. La imagen de la Virgen de Concepción se encuentra en el templo de San Francisco desde hace 400 años. Es una imagen llena de belleza, de amor y de fe. Su rostro enamora y deja sentir su ternura y protección, sin dejar espacio para las dudas y los miedos. Mi sentimiento para con ella es de respeto y de inmensa honra por haber tenido el privilegio de estar tan cerca, verla y tocarla. Logro comprender lo preciosa que es mucho más allá de su belleza, de sus joyas y su corona, porque su intensidad radica en la simplicidad y la pureza. Cuando imagino que por 400 años la gente que se ha acercado a ella siente su calor maternal, esto que hoy mismo no puedo explicar, me da un sentimiento de responsabilidad de ser portadora de este mensaje. Es un tesoro cultural y de fe que despliega sensaciones de paz y sobre todo de esperanza. La veo y mis ojos se llenan de lágrimas de amor que, cuando bajan por mi rostro, me hacen sentir una luz que purifica mi alma. Eso es lo que ella produce cuando camina por las calles de nuestro Centro Histórico, y eso es lo que todos sentimos sin poder comprender bien lo que nos pasa. Es puro amor. Es nuestro amor.
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El Rezado del 8 de diciembre ha sido declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Nación. Cuando conocí al licenciado Miguel Álvarez Arévalo, Dios me regaló un maestro y un gran amigo. Él fue quien me inspiró tanta pasión por mi Guatemala. Un ser tan grande por su conocimiento, pero aun más por su calidez y humildad. Llenó mi vida con sus enseñanzas y me contagió de ese amor por lo nuestro y de la responsabilidad de atesorar nuestra identidad. Y ahora estamos unidos en esta bella historia, en un momento en que lo que más necesitamos es amar a nuestra tierra, nuestra cultura, lo que somos y lo que tenemos. Cada 8 de diciembre inicia la época de la Navidad guatemalteca, esa que todavía algunos de nosotros alcanzamos a conocer. Esa en que Santa Claus no era tan importante como nuestro Niño Dios. La unión de la gente en las calles y avenidas de la zona 1, donde por 12 horas acompañamos el paso del anda de nuestra bella Reina Madre, que baila preciosos y añejos sones chapines, es inolvidable. Ella llena de ternura y todos nosotros llenos de gozo y sonrisas. Las miradas se intercambian a su paso, casi como si nos tomáramos todos de las manos por algún momento. Reverencias de fe y miradas de esperanza, manos que se llevan al pecho cuando ella pasa por sus casas, todos con alegría le cantan y le bailan. Por un día todos estamos unidos por el amor de María. La pólvora que retumba sin parar en tu ser y sientes como cuando eras pequeño lo que los cohetes despiertan con su luz y sonido. El incienso, que a veces no deja ver, de repente se abre y por un instante vislumbramos de nuevo la mirada bella y sagrada que llena a Guatemala de felicidad y esperanza. De amor. Este rezado contiene lo que la Navidad de verdad significa: la anunciación del Niño Dios. Sus alfombras no son tan elegantes ni majestuosas como las de Semana Santa, pero su sencillez es lo que las hace más bellas. La música alegre que se siente en el pecho, como cuando los músicos interpretan Luna de Xelajú, produce un gozo colectivo y te deja entender que la felicidad es eso: sencillez y amor en su máxima expresión. Casi siento que ese día le damos la mano a cada uno de los que estamos ahí como hermanos. Es un sentimiento que compartimos todos y que nos contagia de gozo. Por eso quiero regalarle a Guatemala su Navidad. Rita Villanueva
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El Rezado de la Inmaculada Concepción de San Francisco La Virgen María en Guatemala La hermosa y maternal imagen de Nuestra Señora, la Santísima Virgen María, navegaba por los mares entre continentes pintada en una vela, en una carabela llamada la Santa María. Su arribo fue como una estrella en el alba de la llegada del evangelio a estas tierras de América y muy particularmente a “Cuactemallan”, Guatemala, el lugar de los árboles. El acontecimiento es referido por los cronistas españoles y nativos, además de la tradición popular, que mencionan a las imágenes traídas por los ibéricos, como muestra de protección, en medio de las luchas de la colonización. Dentro de los conquistadores no se menciona ninguna mujer española incluida en la expedición, a no ser que se tome en cuenta lo dicho por Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán: “Nuestra Señora de las Mercedes es conquistadora que anduvo en las batallas y revueltas de la conquista del Reino de Guatemala y el de México, o nuestra Señora del Socorro, la primera vecina de la Ciudad”. La figura de la Virgen María es descrita por el cronista Francisco Vázquez, al referirse a la Conquista, así: “Paso a hacer consideración del aparecimiento auxiliar y propicio de la siempre Virgen María, en una hermosa y blanca niña que defendía a los españoles y cegaba y aturdía a los indios sin que estos quedasen con vigor para aprenderla, como ciegos”1. Estos relatos de Vázquez nos parecen similares a la versión quiché, particularmente en el Título de la Casa de Ixquin-Nehaib, Señora del Territorio de Otzoya, que data del siglo XVI, el cual apunta: “Y no pudo matarlo porque lo defendía una niña muy blanca”2. Se refiere al encuentro con Alvarado, y continúa narrando “y luego 1 2
Fray Francisco Vázquez (1937) p. 25 Adrián Recinos (1957) p. 88
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Color litúrgico Para las fiestas de la Inmaculada Concepción, en la iglesia universal se utilizan ornamentos blancos. Sin embargo, el uso de color azul celeste (color del cielo, que simboliza pureza y virginidad, y es asociado tradicionalmente a la Virgen María) es un privilegio para España y sus antiguas colonias. Dicho privilegio le fue concedido a España por la Santa Sede en 1864, por su defensa y propagación de la creencia en la Inmaculada Concepción.
fueron construidos el templo y convento, en el perímetro que hoy corresponde a la manzana comprendida entre 6ta y 7ma avenida y la 13 y 14 calle de la zona 1”23. Los trabajos del nuevo templo de San Francisco se iniciaron en 1800 y culminaron en 1851. La petición de fondos para la ejecución de dicha empresa se inició en 1788, cuando era superior del convento y vicario general fray Juan José López. No existe ya
Templo de San Francisco Nueva Guatemala de la Asunción Como producto de la traslación de la Ciudad de Guatemala al Valle de la Ermita o de la Virgen, donde fue establecida la Nueva Guatemala de la Asunción 1776, se asignó a los franciscanos un solar ubicado cerca del antiguo Calvario, localizado al final del trazo urbano, hacia el sur. Entre los barrios del Perú y de La Habana. “El área tenía poco vecindario y por ello acudían muy pocos fieles a su capilla por lo que solicitaron su traslado a la plazuela de Santa Clara, que le correspondía la manzana número 7, la cual se había otorgado a la Parroquia de los Remedios. El 2 de Julio de 1787, se concedió este espacio a la comunidad franciscana, donde Portada del Libro IV de Arquitectura de Andrea Palladio, Italia, siglo XVI.
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Haroldo Rodas (1999) pp. 4-7
Fachada Palladiana, templo de San Francisco, Nueva Guatemala de la Asunción, 1900.
el plano original del templo, según consta en un acta de cabildo ordinario, celebrado el 24 de octubre de 1820. Fue destruido por unos loros en casa del arquitecto español Santiago Marquí. El diseño de la fachada está tomado prácticamente del Libro IV de Arquitectura de Andrea Palladio, arquitecto italiano del siglo XVI. Se aprecia la valorización del Renacimiento en esta época neoclásica novoguatemalense.
En 1820 se pidió autorizar la construcción de las torres para los campanarios, que debían tener 55 metros de alto. Ello motivó una amplia discusión entre las autoridades del templo franciscano, y el síndico de la ciudad decidió anular la construcción de las
mismas, ya que podían provocar problemas. En 1830, el gobierno civil suspendió la orden existente de demolición de las torres. En agosto de 1833, se hizo un nuevo intento por construir el campanario, que también fue criticado, e intervino la dirección de estudios que dictaminó la inconveniencia de levantarlos por la seguridad pública. Es necesario recordar algunos hechos que vinieron a interrumpir las obras de San Francisco. El primero de ellos ocurrió el 29 de julio de 1829. Al mes de haber sido declarado traidor a la patria el arzobispo fray Ramón Casáus y Torres, la Asamblea Legislativa decretó la extinción de las órdenes monásticas expropiándoles todos sus bienes y alhajas. Esta suspensión provocó un grave deterioro a la obra, que terminó en daño a causa de los terremotos que asolaron la ciudad el 23 de abril de 1830. Pasó un tiempo, hasta que el párroco de El Calvario, presbítero Dr. Don Bernardo Piñol y Aycinena, lanzó la iniciativa de reedificar el templo, que por muchos años estuvo olvidado, pero con un recuerdo claro, colocado en el lugar donde hoy está el Corazón de Jesús, que decía: “Cuida, oh Señor, de reedificar tu Santa Casa”.
Templo de San Francisco y Capilla de la Tercera Orden, Nueva Guatemala de la Asunción, 1875, según Eadweard Muybridge.
Vista del templo de San Francisco desde el Cerro de El Cielito, 1859. Actual 7a. avenida entre 17 y 18 calles, zona 1.
Entre 1778 y 1800, fueron reunidos fondos entre los fieles para la ejecución de las obras. Gran cantidad de personas dieron su aporte, entre ellas destacan las familias Ruiz- Angulo, Córdoba y Urruela. En 1802, para su construcción, se trajo madera de San Juan Sacatepéquez para darle seguimiento a tan espectacular obra.
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Templo de Santa Teresa, 1870, Augusto de Succa.
Iglesia de la Concepci贸n destruida por los terremotos de 1917-18.
Antiguo Cementerio General, esquina de la calle del Sagrario y del Obispo, 1860.
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Antiguo Seminario, 1890.
Sociedad Económica de Amigos del País, 1875, fotografía de Eadweard Muybridge.
Universidad de San Carlos de Guatemala, 1875, fotografía de Eadweard Muybridge.
Beatas de Belén, 1900.
Plaza de San Francisco (Parque Enrique Gómez Carrillo), 1875, fotografía de Eadweard Muybridge.
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Arriba Inmaculada Concepción 1954 y 1960, adorno de andas, Ramiro Araujo Arroyo, quien por muchos años se dedicó al culto de esta venerada imagen. Izquierda Presentación de una loa, pieza teatral de corte popular. Derecha Bula de Pío XII, referente a la coronación de la Virgen de San Francisco, 1954.
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Algunos acontecimientos especiales La Orden del Quetzal El 3 de agosto de 2005, a las 11 de la mañana, se llevó a cabo, en el Salón de Recepciones del Palacio Nacional, la imposición de la Orden del Quetzal en el grado de Gran Cruz a la Orden Franciscana representada en la Virgen de Concepción de San Francisco. Correspondió presidir este particular acto a Óscar Berger Perdomo, Presidente de la República. Transmisión por MARIAVISION La salida del Rezado de la Inmaculada Concepción de San Francisco se transmitió por primera vez a nivel internacional, a través del canal mexicano MARIAVISION, y pudo verse en América y Europa el 8 de diciembre de 2009.
guatemaltecas; el evento Umi´al Tinamit re Xelajuj Noj; el Festival Folclórico de Cobán; la Cofradía de San Marcos Evangelista de San Marcos; las Mayordomías de la Iglesia Católica de San Juan Chamelco, Alta Verapaz; el Convite del 8 de diciembre de Chichicastenango; el proceso de elaboración del chocolate de Mixco; el Viacrucis Viviente del Colegio Salesiano Don Bosco; la Semana Santa en Guatemala; algunos platillos de la gastronomía guatemalteca: el fiambre, el jocón de gallina, el kak-ik, el pepián y los plátanos en mole; la Procesión Acuática de la Romería del Niño Dios de Amatitlán; el Convite del 7 de diciembre de Ciudad Vieja, Sacatepéquez; el Convite Los Fieros de Villa Nueva; El etnodrama Rabinal Achí de Rabinal; las cofradías indígenas de todo el país; el Ceremonial Pach; el Pregón y sus Parlamentos de San Pedro Sacatepéquez, San Marcos; el Baile del Torito de Suchitepéquez.
El antiguo, histórico y tradicional Rezado fue declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Nación el 5 de diciembre de 2012, mediante el Acuerdo Ministerial 1161-2012 del Ministerio de Cultura y Deportes. Fue inscrito en el Registro de Bienes Culturales con el número 1-22-15 de fecha 23 de enero de 2013.
Filatelia La Dirección General de Correos ha emitido dos sellos postales que incluyen la imagen de la Virgen de Concepción de San Francisco. Ha salido el primero durante la Semana Santa de 1978, y el segundo durante la conmemoración, en 2009, de los ocho siglos de existencia de la Orden Franciscana.
Otros bienes declarados con la misma categoría: el Libro Sagrado Popol Wuj; el antiguo emblema del IGSS; el circo Rey Gitano; la Danza de la Conquista de Guatemala; el Coro de la Universidad de San Carlos de Guatemala; la Caravana del Zorro; la Cofradía Mayor del Niño del Santísimo de Quetzaltenango; las marchas fúnebres
El Rezado de la Virgen de Concepción del Templo de San Francisco constituye, por tanto, un valioso legado cultural, que se acumula en una historia de más de cuatrocientos años en los que es posible rastrear las bases que han consolidado el culto a la Inmaculada Concepción en Guatemala.
Concurrida peregrinación a La Antigua Guatemala, agosto de 2009. Fotografía Mario Noriega.
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“Presenciar el ingreso en hombros de la Virgen de Concepción, al Palacio Nacional de la Cultura el 3 de agosto de 2005, fue algo emblemático. Como Presidente de Guatemala haberle impuesto a la Virgen de San Francisco la Orden del Quetzal me produjo una emoción que llevaré conmigo para siempre”.
Lic. Oscar Berger Perdomo Presidente Bibliografía Álvarez Arévalo, Miguel Alfredo. Aproximación etnográfica e histórica de las tradiciones populares en Navidad en el Departamento de Guatemala, Escuela de Historia, Universidad de San Carlos de Guatemala, Guatemala, 1980. Álvarez Arévalo, Miguel Alfredo. Ángeles llorones, Serviprensa Centroamericana, Guatemala, 1988. Álvarez Arévalo, Miguel Alfredo. Algunas esculturas de la Virgen María en el Arte Guatemalteco, Impresos Industriales, Guatemala, 1982. Gavarrete, Juan. Anales para la Historia de Guatemala 1497-1811, Editorial José de Pineda Ibarra, Guatemala, 1980. González, Mario Gilberto. “Desde mi Balcón” en La Hora, Guatemala, 27 de noviembre 2010. González, Mario Gilberto. “La Limpia Concepción” en La Hora, Guatemala, 1 de diciembre de 2007. Juarros, Domingo. Compendio de la historia de la Ciudad de Guatemala, Tipografía Nacional, Guatemala, 1936. Mejía, Gonzalo. Las imágenes de la Inmaculada Concepción, Templo de San Francisco, Ciudad de Guatemala, Centro de Estudios Folclóricos, Universidad de San Carlos de Guatemala, Guatemala, 2004. Pardo, José Joaquín. Efemérides para escribir la historia de la muy noble y muy leal ciudad de Santiago de Guatemala, Tipografía Nacional, Guatemala, 1944. Recinos, Adrián. Crónicas indígenas de Guatemala, Editorial Universitaria, Guatemala, 1957. Rodas Estrada, Juan Haroldo. San Francisco. Guía histórica, Unidad de Estudios, Historia del Arte Guatemalteco, Escuela de Historia, Universidad de San Carlos de Guatemala, Guatemala, 1999. Salazar, A. Ramón. Tiempo Viejo, Editorial del Ministerio de Educación Pública, Guatemala, 1957. Sánchez, Daniel. Álbum histórico ilustrado de San Francisco y sus imágenes, Sánchez & de Guise, Guatemala, 1917. Stephens, J.L. Incidentes de viaje en Centroamérica, Chiapas y Yucatán, EDUCA, San José, 1971. Tufs Brigham, William. Guatemala The Land of the Quetzal, Scribner, Nueva York, 1887. Vázquez, Francisco. Crónica de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús, Biblioteca Guatemala, Tipografía Nacional, Guatemala, 1937.
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María, Madre de Jesús, dame un corazón como el tuyo, tan hermoso, tan puro, tan inmaculado, tan lleno de amor y humildad, para que yo pueda recibir a Jesús en el Pan de la Vida, amarlo como tú lo amaste y servirlo en las horas de aflicción de los más pobres entre los pobres. Madre Teresa de Calcuta
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“Más castillo que el castillo. Parece la gran fábrica destinada a sobrevivir al espíritu que la animó. Enseña San Francisco su hermosísima fachada, imponente nave, sus robustas murallas, que no muros, irguiéndose, empinándose sobre penosa cuesta, como un rectángulo colosal.” José Martí
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“Eran las 4 de la tarde del aquel 8 de diciembre, tan fecundo en festividades, los alegres repiques en San Francisco, anunciaban que salía en triunfo a pasear nuestras calles, la imagen de la Inmaculada Concepción, en medio de inmenso concurso”. La Semana Católica, 17 de diciembre de 1898.
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1617-2017 IV Centenario El Rezado de la Virgen de Concepción de San Francisco tiene su origen el 8 de diciembre de 1617, debido a que el 22 de septiembre de ese mismo año el Honorable Ayuntamiento de la Ciudad de Santiago de Guatemala declaró a la Inmaculada Concepción de María como Patrona Tutelar de la Ciudad. De esta manera, el 6 de octubre del mismo año, el presidente de la Real Audiencia, Gobernador y Capitán General, don Antonio Peraza Ayala Castilla y Rojas —conde de La Gomera—, aprobó el juramento hecho por el Noble Ayuntamiento y “para hacer público ese Patronato, el 8 de noviembre de igual año, el Ayuntamiento solicitó al Venerable Cabildo Eclesiástico, que... por haber sido jurada la Inmaculada Concepción de María... Patrona Tutelar de la ciudad... se autorice procesión anual cada 8 de diciembre en el templo de San Francisco”.
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Rita Villanueva Es una viajera incansable que ha vivido 18 años fuera de Guatemala, extrañando el fiambre, La quema del diablo, el Rezado a la Virgen de la Concepción y las tradiciones chapinas. Se inicia en el arte de la fotografía documentando su maternidad y el desarrollo de sus gemelas. Progresivamente enriquece su talento por medio de la investigación y la exploración de diversas metodologías propias de esta disciplina. Todo artista es un cronista de su tiempo. De la fotografía simplemente bella surge la fotografía humanitaria con la plena convicción de que su arte puede cambiar vidas. La capacidad humana de Rita no tiene límites. Participa activamente, ayudando con su trabajo a diversas organizaciones guatemaltecas: Pasmo, que atiende a niños con VIH; Catholic Relief Services, en desastres naturales; Faces of Hope, niños con labio leporino; Borrando huellas, unidad de quemados de Guatemala; Compañeros para cirugía, que atiende a pacientes con grandes dificultades en su vida. Fuera de las fronteras de Guatemala, ha participado en el programa Yahad in Unum (Holocausto), haciendo mapeos en la ex Unión Soviética, Polonia y las actuales Rusia y Ucrania; y en Medical Ministery Internacional, que realiza jornadas médicas alrededor del mundo: África, India, Colombia, Perú, Brasil. El testimonio de Villanueva está plasmado en imágenes que captan su trayectoria como viajera incansable y una gran capacidad de amar y dar con esmero y dedicación. Sus imágenes han recorrido el mundo a través de las redes sociales. Rita Villanueva reúne en este volumen la tradición chapina. Como fiel devota de la Virgen, se dio a la tarea de seguir los pasos del Rezado, captando detalles que, si no se presta atención, escapan al ojo humano. Historia y belleza se conjugan al plasmar en imágenes una tradición que ha perdurado por 400 años. Amy Herrera de Sánchez