Un vuelo con Sorpresas Paula Sarria
Érase una vez un avión que volaba en el cielo, pero no en el cielo normal sino en el cielo de azúcar. En el avión había personas de Nutella y de jengibre pero yo era una humana, Claudia. El avión se llamaba DulceAir. Venía de la gran barrera de chocolate y su destino era Chocodulcelandia, el país más rico del mundo. Entré en la cabina del piloto y estuve hablando con Don Algodón, el piloto, un gran algodón de azúcar de color azul con un bigote de color naranja. También estuve hablando con el presidente, Don Chupachup, y le estuve contando que estaba viajando para ir a ver a mi madre. Él me contó un secreto: -Este es un avión VIP, porque voy yo en el.-dijo él. También le pregunté de qué estaba hecho el avión. Él me explicó que era un avión especial, estaba hecho de chispitas de colores y de Nutella.
Al llegar al aeropuerto caramelizado, vi a mi madre y le expliqué que había hablado con el presidente. Ella me contó que nosotras éramos las únicas humanas allí, por ahora.