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Todo comenzó con la idea y las ganas de mejorar la puesta en escena de los conciertos que se realizaban en Valdivia, los cuales en su mayoría se hacían en el Teatro Lord Cochrane. “En ese momento tenía iluminación, pero no tenía amplificación, se conseguían parlantes de bajo presupuesto, entonces instalaban una amplificación súper precaria, invitaban a todos los músicos, no se les pagaba, no había nada para los músicos, sólo el hecho de ir a presentarse. Durante mucho tiempo las tocatas fueron así”. Entonces tuvo la idea de llevar a cabo un concierto que cumpliera con las características técnicas necesarias para que las bandas sonaran bien y hacer así un show de mayor calidad para el público. Presentó un proyecto al Instituto Profesional Santo Tomás, lo cual dio pie a la 1° versión de esta muestra en el año 2008, creada por él junto a la periodista Pilar Figueroa, contando con tan sólo 4 bandas locales. Para escoger a las agrupaciones se requerían ciertas características que le permitieran ser parte de un espectáculo completamente diferente, con un enfoque y un propósito distinto. “El objetivo de un concierto o festival no sólo es invitar a tipos
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conocidos, sino que apoyar la escena nacional y también obviamente difundir la música chilena, pero acotando un poco el asunto”. Los requisitos eran simples: tener un disco reciente, que técnicamente se escuchen bien, que haya inversión de tiempo en su trabajo, incorporando fusión en su estilo, es decir, que se genere una combinación con otros ritmos y sonidos, como lo hace, por ejemplo, la banda santiaguina “Keko Yoma” que fusiona el rock con instrumentos de pueblos originarios y algunos aspectos teatrales. Lo otro importante era el lugar de procedencia, ya que por un tema de conveniencia, a veces tendía a ser más relevante que la calidad de la banda. Fue así como la MMI fue agarrando vuelo y se realizó el año 2009 la 2° versión, financiada con el Fondo de Iniciativas Juveniles (FIJ) del INJUV, pero esta vez no sólo con bandas locales, sino que invitaron a “Ciclo” de Osorno, “Tonto pero Feo” y “Tornado”, ambas de Temuco. Decidieron hacer la 3° muestra, que fue financiada por el FONDART (2% regional de cultura) y he aquí un acontecimiento importante, ya que se marcó un antes y un después en la historia de la MMI, fue la primera vez en que se hicieron postulaciones
a nivel nacional para que las bandas de diferentes partes de Chile vinieran a tocar a Valdivia. “En esta muestra asistió harta gente, llamó mucho la atención. Esto tuvo repercusión en la 4° muestra, ya que postularon 180 bandas, ésta fue gratuita para el público y estuvo financiada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, a través de un Fondo de la Música (FONMUS); se realizó en el Aula Magna, pero fue poca gente, esta vez la muestra duró dos días”.
Mala experiencia
“Y la 5°, pensando que el nombre de la MMI podría haber alcanzado algo, pensamos que la gente nos iba a acompañar, lo extendimos por 4 días e incorporamos muchas bandas de acá, pensando que éstas iban a tener algún arrastre, pero no fue así. Fue demostrado que en Valdivia la gente no paga, eran 19 bandas, de las cuales 7 eran locales: habían bandas de Osorno, Concepción, de hecho vino “Niño Cohete” en esa ocasión, recién estaban sonando con su primer disco”. La última versión no cumplió con las expectativas de la producción ni las de Mario, pese a que las entradas que costaban $3000.-, fueron rebajadas a $1500.- la gente no pagó por ellas.
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El nacimiento de Taïel Fest
Mario Carrasco seguía con las ganas de hacer otros festivales, pero con características distintas. Su idea fue crear una instancia en que la gente compartiera al aire libre. Mario, comenzó a ver los detalles para la confección del Festival, tales como el clima, la fecha y el lugar. Para financiarlo, Mario postuló a un FONMUS y decidió realizar el festival en el mes de febrero. La idea fue prepararlo con la intención de que en su primera versión tuviera repercusión nacional; entonces ya con la experiencia que había adquirido anteriormente, pudo confeccionar un programa determinando distintos factores que incidieron en la calidad y concurrencia. Ya conformado el equipo de dirección y producción, Mario asumió el rol de stage manager y de tour manager. Soledad Saldivar, fue nombrada como directora, encargada principalmente del área administrativa, periodística y de diseño. Ambos, decidieron elegir e invitar a las bandas, las cuales debían cumplir con los mismos requisitos que en la MMI. El enfoque cambió un poco en relación a la MMI, ya que se invitan a bandas con mayor alcance, las cuales generan una buena repercusión en la difusión nacional del Festival, teniendo más cobertura de los medios. Según Mario, esto no es sólo una instancia para que los músicos presenten su
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trabajo, sino que es más bien la oportunidad de conocer a más personas del mismo rubro y así poder generar algunos contactos y pasar un buen momento.
Músicos y Bandas
En el Taïel, las bandas y músicos fueron escogidos por su influencia, su estilo propio y sobre todo por su calidad de trabajo, invitando tanto a grupos locales como nacionales. En la primera versión de Taïel Festival Musical participaron cinco bandas: “Fuma & Baila”, “Portugal”, “Julia Smith” y “Como asesinar a Felipes”; y dos artistas reconocidos a nivel país: “Camilo Eque” y el principal invitado, Carlos Cabezas, ex-integrante de “Electrodomésticos”. Al año siguiente, se creó la Segunda versión del Taïel Fetival Musical, ampliando la cantidad de invitados, generando un Festival con mayor duración y más completo. Las bandas que se presentaron en esta ocasión fueron: “Máquina Verde”, “Matorral”, “La Big Rabia”, “Fuma & Baila”, “Niño Cohete”, “Agua Turbia”, “Mecánico”, “Keko Yoma”, “Peña y Todos los Santos”, “Homínido”, “Piter Jara”, “Natisú”, “Cadenasso” y “Aoraquí”, quienes estuvieron desde las 15:00hrs hasta la medianoche. En esta última versión, además se realizaron Sideshows en el “Castillo Fuerte de la Isla de Mancera” y “El Huairavo”, de Niebla”.
Alcance de Taïel Fest
Taïel, gracias a la nueva estrategia tuvo gran difusión a lo largo del país, pero según Mario, el alcance que tuvo el Festival fue asociado a la experiencia de los músicos invitados. “La repercusión nacional es la imagen que se han llevado los músicos, ellos replican todo en los lugares de donde vienen, sobre todo en Santiago”. Para Mario no sólo se trata de llegar a Valdivia, tocar en el Festival y volver en seguida a la ciudad de procedencia, sino que le gusta generar en las bandas esa sensación de haberse presentado en un festival de calidad, en donde la gente los vio y disfrutó de su trabajo musical. Mario tiene la visión y quiere proyectar este Festival a un nivel internacional, pero dijo que aún faltan temas por resolver. “La formación de una sinergia que aún no está presente porque falta que el gobierno local se preocupe y pase el dinero para mejorar el espectáculo que forma parte de una instancia veraniega, la cual hasta ya con sólo dos Festivales está llamando la atención a nivel nacional”.
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El festival cuenta con una
gran producción que cada año logra llenar la sala del Teatro Lord Cochrane. Esto se debe a la convocatoria de músicos y bandas que vienen a mostrar sus habilidades a un público local que ya está acostumbrado a este panorama. Las entradas siempre accesibles dan cuenta del compromiso sociocultural que existe por parte de la organización, especialmente si se toma en cuenta la calidad de los artistas de primer nivel que llegan a Chile exclusivamente a tocar a nuestra ciudad. Actualmente sólo queda un cupo para participar de la versión XV, lo cual da muestras de su connotación internacional. Con la calidad del espectáculo y el correr de los años, la experiencia de los músicos y la satisfacción con la que se van de regreso a sus países, el festival se ha ganado el interés de los artistas extranjeros. Es así cómo se ha posicionado dentro de los cuatro eventos más importantes de nuestra ciudad. Gracias a lo anterior el desafío de cada año es traer compositores e intérpretes tan buenos y mejores que los anteriores. “La dificultad es continuar con la tónica de traer monstruos y más monstruos iluminados” -dice Vicente Aguilera-. La constancia y prueba de estos maravillosos espectáculos, es una discografía compuesta por diez álbumes recopilatorios, registrados durante los últimos diez años de festival. Estos CDs y DVDs forman parte del legado cultural tangible que se puede adquirir para escuchar en casa en alta calidad. Dentro de esta discografía, no se puede dejar de mencionar el disco doble titulado “10 años de Festival de Jazz de Invierno en Valdivia”. En el se dedicó nada menos que cinco semanas de escucha y estudio del material obtenido en 10 años de festival. El resultado: además de obtener las mejores piezas, el trabajo tomó un sentido artístico que representa la historia del jazz y su ciclo pág.
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de evolución, comenzando por los años veinte hasta la fecha. Este año se cumplen 90 años desde que los valdivianos escuchan jazz. En 1924, en los salones se había dejado de escuchar la música alemana para comenzar la era del jazz. Desde entonces y en parte gracias a este festival no ha cesado este sonido, pese al escaso y nulo grado de interés cultural a nivel nacional por este arte, que ha quedado sin espacios culturales ni mediales. Esta forma musical se ha desarrollado y mantenido en nuestro país gracias a que ha encontrando nuevos sonidos cómo el Rock, el Folk y el New age. Por su parte Vicente se ha encargado de traer músicos de todas las vertientes del jazz y así mismo mantener a la gente escuchando jazz, a la vez que la asistencia al teatro se hace más masiva cada año. Los primeros cinco años fueron cinco días de festival, del quinto al décimo se realizó durante tres días, desde el 2010 hasta el 2015 se ha estado realizando por tres días nuevamente para que desde el 2016 al 2020 se realice un espectáculo que durará cinco días, volviendo al formato original. Cada año, se le da el espacio para que toque la Big Band Bach de la escuela de música Juan Sebastián Bach, para incentivar a los niños a prepararse con ensayos y para tocar en un evento público. Vicente Aguilera Astudillo, creador y productor ejecutivo del festival llegó desde Santiago como un músico aficionado. En su búsqueda por ordenarse musicalmente, decidió estudiar en el Conservatorio de Música de la Universidad Austral de Chile, se titulo con distinción máxima y con una tesis de 700 páginas que desarrolló junto a dos compañeros de carrera la cual se tituló “El Rock como visión creativa no comercial”. El ex Sexual Democracia es un agradecido amante de la música, de la cual se ha permitido vivir y disfrutar al mismo tiempo, proeza no menor que muchos ya quisieran seguir. Ha ganado
premios como el Mejor Intérprete en “El Huaso de Olmué”, es profesor de música, cantante de ópera, productor musical y un largo etc. Para Vicente el sentido de esto nunca ha sido ganar plata, incluso los primeros cinco años sólo dieron números rojos. Según sus palabras cada año es una oportunidad de aportar más valor a la capital cultural, tal como dio el puntapié inicial para que en otros lugares como Puerto Montt, Vitacura, La Florida, Copiapó entre otros apostaran por tener festivales de jazz. De esta forma Vicente dice hacer lo que le gusta, además de brindar a la ciudad la oportunidad de escuchar los más destacados músicos que han recorrido el mundo para llegar a nuestra ciudad, así como otros artistas sólo llegan hasta Santiago. Historia del festival Hace catorce años Vicente recibe la visita de su amigo Alejandro Espina, locutor de la radio clásica quien llegó junto a Leny Andrade y Cristian Gálvez. La visita de estos amantes del jazz fue el comienzo de todo, ya que le hizo ver la necesidad de un espacio que permitiera la realización de presentaciones de jazz. Estando en Santiago y sin saber qué regalar a su hermana melliza para su cumpleaños, decide regalarle un festival de Jazz. Luego de ese momento, bastó con que Vicente se reuniera con algunos amigos y empresarios con el fin de presentarles la idea, para reunir fondos y así obtener el presupuesto necesario. Es en julio del año 2000 cuando se celebró el cumpleaños doble de los hermanos Aguilera, con la primera edición del festival que más tarde se transformaría en lo que hoy conocemos y esperamos disfrutar a principios de diciembre. Tras el relato de esta anécdota Vicente explica que esto fue sólo el comienzo, ya que más tarde el trabajo y el esfuerzo darían paso a las siguientes versiones en las que incluso se vio obligado a poner dinero de su bolsillo para llevarlas a cabo.
No existe en la ciudad otro espacio para el jazz, por esta razón es que Vicente plantea que para surgir como músico hay que irse de Valdivia, hacer el recorrido por Chile y luego viajar al extranjero. Para este año se espera la visita de la banda argentina “Banda Sin Nombre”, el guitarrista de la quinta región Bruno Riveros y los valdivianos de Pulso Trío, tres bandas que traerán su exquisita técnica y que se presentarán en el Teatro Lord Cochrane. Esta es una reseña actual del significado de este evento que con el pasar del tiempo, sin lugar a dudas, se irá atribuyendo mayor distinción en Chile y en el extranjero como lo ha venido haciendo. Eventos como estos que traen destacados músicos desde Rusia, Holanda, Francia y muchos otros países, llevan a nuestra Perla del Sur a todas partes del mundo al ser circuito obligado de los grandes músicos de jazz. El sonido dice más que mil palabras, por lo que sólo resta aceptar la invitación y formar parte del festival los días 4, 5 y 6 de diciembre en el teatro Lord Cochrane o adquirir uno de los discos que pueden encontrar en chocolatería Entre Lagos, Hotel Villa del Río en Valdivia o en el Teatro del Lago en Frutillar. pag. 15
Este tipo de actividad, según la experiencia Nilton Delgado, es relativamente nueva debido a que los instrumentos con los que se elabora el rock no tienen más de cincuenta años y por lo mismo existe un gran aumento de personas que han comenzado a trabajar en esta labor. Nilton confesó que hace ocho años comenzó esta tarea de arreglar instrumentos, debido a que necesitaba reparar el suyo y de esta manera aprendió hasta ser un destacado luthier a nivel regional. En otra área del trabajo de Tronar, está Natán con su estudio de grabación. Habla de cómo esta industria musical se ha transmutado, llegando a la actualidad con empresas que venden equipamiento para que cualquier persona pueda grabar música en casa, ya sea con un celular o herramientas semi-profesionales a las cuales antes sólo tenía acceso un Ingeniero Acústico. Pese a todo lo que esto puede significar, Natán destaca lo positivo de esta situación, debido a que de esta forma las personas se relacionan más con el mundo de la grabación y de a poco se integran, llegando preparados a grabar en un estudio profesional, luego de estar en casa practicando. pág.
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¿Cómo nace Tronar?
Nilton: Nos encontrábamos postulando a fondos de Sercotec, para darle más empuje a nuestros emprendimientos individuales y nos dimos cuenta de que teníamos mucho en común pensando en cómo era la industria. Teníamos algunos atisbos de lo que podía significar asociarse.
¿Qué es Tronar?
Nilton: Básicamente tronar es un lugar, un espacio, en donde no sólo buscamos trabajar en conjunto, sino compartir ideas, sobre todo socializar el valor de que hay una escena y que no somos un negocio pequeño perdido en el mar, sino que un pilar en una industria que está creciendo. En ambos casos, los socios de Tronar destacan el buen momento que se encuentran viviendo en lo profesional.
Las tendencias musicales comerciales que tienen a Katy Perry y Pitbull en lo más alto, dejando de lado inclusive a las grandes bandas de rock, me obligaron a preguntar si esta propagación del electropop y reggaetón (estilos musicales sin instrumentos reales), habían provocado esta misma tendencia en los músicos chilenos, lo cual sería desastroso para un trabajo de luthería y de estudio de grabación, debido a que no habrían instrumentos que arreglar o grabar a excepción de la voz. Ante esta pregunta, Nilton agrego: “La verdad no creo que el electropop desplace las formas del rock, ya que el rock por su naturaleza necesita el contacto físico con el sonido descarnado y más efusivo, por lo que requiere de la energía del cuerpo con el instrumento físico”.
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Por su parte Natán indico: “Existe una percepción ilusoria de que hay más música con sintetizador. En los 90’s la industria de las ventas de instrumentos era súper precaria y ahora último ha crecido en gran cantidad. También están en auge, la tiendas especializadas en equipamiento de audio profesional. No es difícil ver en el mercado instrumentos de gran calidad, como la marca Fender, cosas que no llegaban a Chile y esto puede ser una forma de corroborar que los músicos están muy presentes, no de manera profesional, pero quizás ser famosos y vivir de esto no tiene por qué ser su principal anhelo”.
¿En que momento se encuentra la industria musical chilena?
Nilton: La industria aún se encuentra mutando, antés estaba conformada por grandes sellos multinacionales hoy ha cambiado. La industria no ha caído, los intermediarios cayeron, ahora la sustenta las bandas y quienes hacen el soporte técnico, de esta forma vamos todos subiendo. Desde que desapareció el disco, internet se salta el intermediario, así, quienes graban de manera profesional y lo suben a la web logran difundir mucho más que con un intermediario tradicional. Natán: La industria antes era la venta de discos y era dominada por los sellos discográficos, el fin de esta era vender y ahora se rompió con ese paradigma, todo es más global y democrático. Nilton: Es significativo que las bandas grandes vengan a Chile, cosa que antes no hacían y esto se debe a que tienen que hacer el show por que no venden discos, pero venden la experiencia que es distinta.
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¿Han impactado de alguna forma la escena local?
Nilton: Yo creo que si, primero que todo por que somos parte de un proceso. La existencia de Tronar era un evento que tenía que suceder, independiente de que lo hubiésemos creado nosotros u otras personas… estaba ahí. En cuanto a nuestra área, este nivel o estándar de calidad no se veía en Valdivia y me atrevería a decir que tampoco en toda la zona sur de Chile. Natán: Tronar es una respuesta, no es que nosotros hayamos profesionalizado el trabajo musical que se venía haciendo, los músicos estaban en eso, pero necesitaban espacios como este, nosotros nacimos a partir de esa necesidad. Nilton en el 2012, asiste al “Encuentro Internacional de Emprendedores Musicales” en Argentina, experiencia que acá en Chile y Valdivia habría sido imposible vislumbrar, se trata del concepto “Industria Musical”. En este encuentro habían más de ochenta expositores y él era el único chileno, lo cual su teoría: “Acá en Chile existen emprendedores concretando individualmente pequeños proyectos que intentan echar a andar, pero estamos todos separados y no tenemos visión de pertenecer a una profesión que debemos proyectar en conjunto”. Natán y Nilton, concuerdan en que separados no habrían logrado lo que hasta ahora han podido hacer como Tronar, sino que seguirían pensando en pequeña escala tratando de sacar adelante proyectos solitarios que no permitirían ver un contexto general, ni obtener un mayor crecimiento.
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El colectivo se mueve en base al amor por lo que hacen, sin grandes ambiciones ni pretensiones, en un movimiento musical pequeño, pero fiel a sus principios. El trabajo de Sonido Klandestino, se basa en la amistad y las redes que han creado a lo largo de todo Chile. “Trabajamos de una manera maravillosa, que es lo más rescatable de Sonido Klandestino. Todo se ha dado de forma muy colaborativa, en la amistad sobre todo. El gran recuerdo que nos queda de que lo hacemos es lo que compartimos con los músicos y la gente” -cuenta Iván Xabier a Radioseis-. Quienes integran el colectivo en este momento, son Iván Xabier, Blutspan, Pirata, Ingress, Chx, Nico Trujillo y Kotius quien ayuda con visuales y mapping.
Música electrónica experimental en Valdivia.
Si bien existen colectivos, gente o grupos que realizan cosas, muchos de estos aparecen y desaparecen con facilidad. Sonido Klandestino, ha sabido mantenerse vivo y luchando, realizando eventos desde fiestas en espacios acotados, hasta la producción de su propio Festival Sonido Klandestino. “Creo que los más carnazas somos nosotros, pero tampoco tenemos mucha relación con el resto de los colectivos por que no coincidimos mucho musicalmente. Sería bueno aclarar que la música electrónica abarca muchísimos estilos, desde sonidos experimentales a sonidos súper taquilla, mainstream o como le llamen. Nosotros estamos anclados en lo experimental, por decirlo de alguna manera, no es un producto para ser vendido, es algo con cariño, con alma, por eso no tenemos mucha relación con el resto, porque no estamos en la misma parada” ” -indica Xabier-.
Los principales creadores en la región, dentro del experimental, son Pirata y Blutspan, quienes editan discos periódicamente en sellos o netlabels tanto nacionales como internacionales. Sonido Klandestino durante su existencia, ha compartido con importantes exponentes a nivel nacional, dentro de los que se cuenta a Hans Carstens, los chicos de Aoraqui (Daniel Jeffs y Renata Anaya) y los pesos pesados de la electrónica experimental en Chile: Danieto y Mika Martini. En cuanto a exponentes internacionales, destacan las visitas anuales desde Alemania de Daniel Tischer.
La experiencia de Pirata
Pirata es un músico con años de práctica dentro de la escena. Comenzó su carrera el año 2002 en el centro del país, época en que por necesidad de espacios para publicar empezaron a nacer los Netlabels. Por azares de la vida, se traslada al sur del país perdiéndose el crecimiento de los Netlabels en Chile de la mano de Pueblo Nuevo, Impar, Epa Sonidos, entre otros. Ya instalado en el sur lanza Minimental (2008), siendo este su primer disco a través de Pueblo Nuevo. Por los pocos espacios para mostrar su música en la región, prácticamente no toca en vivo.
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“El 2009 conocí a Iván Xabier con Sonido Klandestino, fue como volver a integrarme a la escena electrónica. Empecé a compartir e invitar amigos para acá, generando un puente con otros músicos del país” -comenta Pirata a Radioseis-. “Sonido Klandestino ha podido mantener la llama. A través de su sello y marca han aportado a la escena electrónica de la Región y Valdivia, que se caracteriza por la inexistencia de esta misma aunque siempre se hagan cosas” añade. Para Pirata, el trabajo realizado por el colectivo se caracteriza por estar hecho con cariño y pasión por la música, mostrándole a la gente el buen trabajo que se realiza a nivel nacional e internacional. Visión externa Para Hans Carstens, músico de Valparaíso, la experiencia ha sido de amistad, no importando el dinero sino la música, compartiendo el mismo sentido y pasión. “La escena del sur y la de otros lados de Chile es igual, de mucha amistad. También nos cuesta y tenemos que gestionar o producir nuestros propios eventos, a veces nos gustaría que fuera más gente pero sabemos que lo que hacemos es más underground y al parecer esto es normal” -cuenta Hans a Radioseis-.
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Para Iván, lo que pasa en Valdivia no es muy diferente a lo que pasa en el resto del País. Si bien las cosas se realizan por cariño y ganas de hacerlas, no es mayor preocupación el ganar dinero o comisiones, o el gestionar tocatas a porcentajes. A pesar de estar inmersos en una escena pequeña, con momentos malos y buenos, Sonido Klandestino lleva 5 años funcionando como colectivo. ¿El secreto? no han parado de tocar. “Iván ha sido súper perseverante, me acuerdo de tocatas en el Klandstinov que llegaban 2 personas pero le dábamos igual y ahora nos reímos de eso” comenta Pirata. “Que Pirata haya ganado un premio en Europa y que nos inviten a tocar a otros países, son cosas que tienen valor, después de todo hay vuelta de mano. Finalmente estamos en un buen colectivo de amigos” -añade Hans-. El futuro de Sonido Klandestino se augura exitoso, sin pretensiones de nada, en palabras de Iván “lo que venga saliendo saldrá, llevamos 5 años, podemos 5 más, no nos han callado y no nos callaran”.
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Valdivia cuenta con un pasado lleno
de identidad e historia musical indocumentada, que muere un poco cada vez que desaparece un músico. Antes de la formación de agrupaciones y gremios que se encargaran de representar los intereses de las bandas locales, no existía un orden o una real organización que protegiera y respaldara el quehacer de los creadores valdivianos. Hoy en día, nuestra ciudad da que hablar en el ámbito nacional, por el nivel de sus bandas de diversos estilos. Así, se ha generado, gracias al trabajo de profesionales y autodidactas que han apostado por esta tierra, una industria que se consolida a pasos agigantados. Rudy Matus me recibe en su departamento y juntos contemplamos el atardecer otoñal de Valdivia desde el balcón. No hay como la altura para observar la verdadera imagen de las cosas, sobre todo cuando se trata de un organismo vivo y en constante movimiento, como lo es esta ciudad extraña. Es un hecho que el escenario ha cambiado desde que yo era una adolescente. La historia comienza en febrero de 1999, pero la inquietud venía desde mucho antes. Rudy es el presidente y representante legal de la asociación, la cual se formó como una iniciativa de la gente que hacía metal, en pos de profesionalizarse. Las primeras juntas se realizaron en la desaparecida Sala Ainilebu de la Corporación Cultural Municipal (CCM), donde también se organizaban las mejores tocatas a las que he ido. Las referencias de metal en Valdivia, e incluso en Chile eran mínimas antes de la aparición de internet. Todo el material se conseguía por amigos y conocidos que lograban viajar o tener algún nexo en el extranjero. La represión militar había causado estragos en términos de intercambio cultural y las disqueras traían poco y nada. La gente tenía cassettes regrabados una y mil veces con la cinta a punto de colapsar, que se acumulaban en cajas de zapatos y repisas, luciendo improvisadas carátulas hechas a pulso con plumón o lápiz pasta. Rudy recuerda cuando vino Faith No More al Festival de Viña del Mar el ‘91. Él era un neófito con grandes inquietudes musicales y empezaba a interesarse por la batería. El sonido de la banda y su puesta en escena lo impresionaron y acudió a la mítica disquería Popsi, ubicada en la Galería Nass, para preguntar si tenían algún disco.
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Por muchos años, Samuel y su disquería, fueron la fuente inagotable de material a la cual acudíamos para encontrar las más rebuscadas apetencias musicales. Rudy es baterista y ha tocado en bandas como Morthem y actualmente en Bock. Su visión de la escena musical a nivel local es alentadora y reconoce que la industria hoy por hoy ha crecido considerablemente. El principal logro de la Asociación es posicionar la música local y otorgarle una verdadera puesta en valor, lo cual ha generado el reconocimiento de la ciudadanía. Actualmente la conforman aproximadamente veinte personas, entre músicos y bandas. Hoy en día la Asociación acoge a bandas de estilos variados, pero con un común denominador: su sello de calidad.
que convoca a miles de personas con cada versión, quienes disfrutan de un variado repertorio de bandas al aire libre. Camino de regreso por la misma ciudad que contemplé horas atrás desde la altura. Veo gente joven caminar por Arauco con atuendos diferentes a los que se usaban en mi época y escucho la música que emiten sus estridentes radios portátiles. Entre la multitud, pasa junto a mí un metalero de unos quince años y vuelvo a esa postal noventera de caos y riffs con olor a humo. La música seguirá evolucionando, pero la esencia del verdadero rock nunca cambiará.
Dentro de sus próximas actividades está la producción de un disco compilatorio y la realización del ya conocido festival Marea Rock, pag. 25
Discos Tue Tue es un sello formado oficialmente en el año 2008 por la banda valdiviana Pituquitos, que a partir de la necesidad de registrar su propio sonido, se embarcó en la tarea de realizar un sello. Desde ese momento, la línea editorial debía ser consecuente con el sonido de su propio estilo. El grupo humano que conforma el sello es pequeño, donde en el día a día sólo hay dos o tres personas y el resto realiza trabajos de mastering o carátulas. En el año 2012 el sello logró adjudicarse un fondo de la música, con el cual crearon un catálogo musical de bandas de Quilpué, Talca, Concepción y Valdivia. Según palabras de Marcelo Godoy (Director), este trabajo fue muy difícil de llevar a cabo, debido a que actualmente sólo hay dos proyectos del catálogo que se encuentran activos y los demás están disueltos o tocan muy poco. “Fue una apuesta, para trabajar únicamente con artistas regionales. Los músicos para estar en un proyecto, deben trabajar a mediano y largo plazo y poner mucho ojo en las relaciones humanas, que muchas veces hacen que no tengan un buen fin”. “Es un trabajo arduo, dulce y agrás, con momentos buenos, difíciles y otros sumamente tristes. Hemos logrado publicar el disco número treinta en el catálogo, sin embargo cada fin de año volvemos a plantearnos si es que seguimos porfiando y ponemos pág.
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en la balanza si crecimos o retrocedimos” Una de las características del sello es su trabajo con el manejo del master, como propiedad del músico, el cual ha sido otro punto importante a favor, que permite al autor tener total manejo de su obra, sin ser usado, ni modificado sin su aprobación. “Significó un gran trabajo tratar de visualizar artistas nacionales y de un treinta a un cuarenta por ciento de las bandas del catálogo, han superado la publicación de un primer disco y han seguido funcionando. En el trabajo con un artista debes comprometerte a mediano y largo plazo, si quieres lograr que se suba a un escenario, debes trabajar entre cinco y ocho años”. La principal motivación que mueve su trabajo, es generar un espacio para que la música de regiones no quede inédita, siempre y cuando esté dentro de la estética del sello. Las bandas más destacadas y referentes del catálogo son: Santos Dumont, Astro con quienes trabajaron en una coedición, Philipina Bitch y hoy en día Fuma&Baila.
“Fuma&baila” nació en diciembre del 2011, este es el actual proyecto musical de Marcelo Godoy. La banda ha estado tocando constantemente en diferentes puntos del país y ha agotado las dos versiones de su primer disco, que según las palabras de Godoy “no alcanzó a madurar lo suficiente”, queriendo decir que fue grabado muy rápido, sin poder hilar fino en la producción, pero sin embargo están conformes con su recepción y ya están enfocados en su segundo disco. “Estando sin baterista, nos las arreglamos con un sonido electrónico bien bonito, bailable y simple, sin pretensiones más que tocar para el show, tal como lo hacen en el campo, tocar para pasarlo bien. Con sólo cuatro canciones, nuestro trabajo ya interesó y nos invitaron a una gira”. En cuanto a la situación actual que vive Chile en el ámbito musical, dijo que es un momento importante, con una gran sonoridad y variedad de géneros, la cual no se ve en España ni Argentina, además del alto estándar de calidad. “Lo que hace falta es gente que mueva la obra que se está componiendo, por lo que la integración del cine es bueno, ya que se producen muchos videoclips y estos trabajos serán los voceros de la música chilena. La asociación con otras artes es necesaria al igual que la educación de las audiencias chilenas y el apoyo del estado”.
como marca representante de la región. Demuestra que en Valdivia se ha fortalecido la imagen de ciudad cultural. Hemos gestado espacios de discusión con lo que fue Industrias Creativas, Festival de Cine y EIMSUR, que es el encuentro de música chilena en el sur, buscando siempre el diálogo entre los actores y el trabajo en conjunto”. Respecto a los desafíos futuros Marcelo agrega: “Creo que falta estar mas juntos, faltan espacios para hacer una colaboración y asociarse. Nosotros siempre hemos estado dispuestos a trabajar en el contexto de una industria que como tal aún no existe”. De los que iniciaron Discos Tue Tue ya no queda nadie, a excepción de Marcelo. Partieron haciendo los discos a mano en forma muy artesanal, pintando las caratulas. Pasaron de ser músicos a ser productores fonográficos, para satisfacer la necesidad de publicar sus trabajos y ayudar a algunos colegas que trabajaban con ellos, con quienes tenían afinidad. La imagen de los grandes sellos cada vez se evapora más, sin embargo la idea del manejo y progreso de la banda, junto a su profesionalización sigue siendo la tónica que los representa aunque sea a menor escala. Hoy grandes agrupaciones, como Radiohead o Blink 182, han optado por trabajar con sellos independientes que no son dueños de sus canciones, ni de sus tiempos.
Sobre el aporte a la escena cultural a la Región de Los Ríos, el director del sello señala: “Tue Tue de alguna manera, ha contribuido pag. 27
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Ricardo Núñez es profesor de educación básica y gestor cultural, trabaja actualmente en la Municipalidad de Los Lagos, sin embargo, su pasión por la comunicación, especialmente radial, lo ha llevado a liderar una inédita iniciativa que busca fomentar la música que se produce en nuestro país, mediante un espacio de difusión para creadores, cantantes y grupos locales que forman parte de la nueva vanguardia musical. El ser un adolescente inmerso en el mundo radial, fue una experiencia que lo llevó a encontrar su pasión en la vida. Ricardo se sintió atraído por aquel encanto propio de lo rápido, lo fugaz, lo preciso, lo planificado y espontáneo a la vez; un juego entre las palabras habladas, la entonación, una conversación imaginada y por supuesto un elemento importante: la improvisación.“ Ricardo, siempre tuvo el deseo de poder trabajar en un medio radial, viviendo de aquello que lo hace vibrar. “Me apasiona la radio, me llama la atención cómo sobrevive a los nuevos tiempos y sigue siendo líder en términos de opinión y credibilidad. Creo que es un medio inmediato y mágico capaz de acompañar a todo aquel que la sintoniza”. Hace tres años, en medio de esta búsqueda, encontró en el Fondo de la Música, una línea que permitía volver a los espacios radiales a través de un proyecto. He aquí el comienzo de Sonido Nacional. Sonido Nacional es la casa de los músicos chilenos, la casa de los músicos valdivianos y sobre todo de los creadores, generándose un ambiente muy especial, un tanto familiar, al momento de subirte a un colectivo y escuchar que tu música está sonando o la de un colega, así lo definió Ricardo Núñez, a raíz de una experiencia contada. “Muchas veces los amigos, la familia o los pololos y pololas de los integrantes de las bandas, llaman a la radio para pedir canciones de ellos”, se va creando una red muy cercana entre la radio, los artistas y los auditores. La radio se sitúa en un contexto en el cual los artistas cada vez están haciendo más música, han ido creando sus propios discos, lo cual respalda su trabajo; sin embargo, se contrasta con la falta de espacios para poder mostrar ese conjunto de canciones e instrumentales. “Faltan espacios para dar a conocer la música nacional y en ese sentido Sonido Nacional es novedoso: es distinto que haya una radio trasmitiendo pura música chilena, juvenil y valdiviana”. Su enfoque, más allá de difundir la música chilena, está en abrir un espacio para la música emergente, aquella que tiene menos posibilidades de vitrina. “Hay varios que tratan de poner lo más comercial, lo más conocido y fácil de tocar, captando así mayor cantidad de auditores. Pero yo siento que uno debe darle la posibilidad a los nuevos músicos”. pag. 29
Equipo de trabajo
Sonido Nacional, es un proyecto que comenzó siendo el sueño de uno y se convirtió en una realidad de varios. Ricardo Núñez, hizo posible aquella idea que sin ser materializada, recorría un camino entre los pensamientos de aquel pionero. Para poder llevarlo a cabo, se sumaron en la realización del concepto: Milton Bitelbick, Virginia Núñez y Nino Bernucci, quienes cumplen el rol de locutores y programadores; junto con Carmengloria Benavides, y Viviana Cárdenas quienes son las periodistas y productoras del programa radial. Ellos son Sonido Nacional y hacen de él un espacio importante dentro del plano musical chileno.
música chilena, creando ciclos con diferentes temas de interés. Selección Nacional, es la sección que ha irrumpido en los auditores, ya que consta de una invitación a mostrar cuáles son tus 11 canciones chilenas, al mismo tiempo, presentando y haciendo radio. Estudio Nacional, es la sección que tiene como principal idea el presentar música en vivo, ya sea llevando bandas, realizando una pequeña instalación en el estudio; o más bien cantautores, con su instrumento personal.
Programación
Actualmente, Sonido Nacional nos lleva a capturar una nueva propuesta inmersa en la planta de Radio X, invitándonos a escuchar las distintas secciones que lo componen. Las temáticas van desde lo esencial, la música chilena, hasta lo necesario, aquello que se debe comunicar. En las mañanas, el día comienza con buenas noticias, informándonos sobre la cultura, las novedades de los músicos y las bandas. Los programas se van realizando diferentes días de la semana, en sus horarios pertinentes, envolviéndonos en temas de diversos intereses. Marcos Matus, nos invita a deleitarnos con la cueca, pero no cualquier cueca, sino aquella brava, aquella que se bailaba en las cantinas del puerto, a través del programa Bigoteao’ Nacional, dándonos a conocer más sobre el folclore chileno, todos los jueves desde las 18:00 a las 19:00 hrs. José Araya, nos lleva a reflexionar sobre los temas que generan impacto en la ciudadanía y el área cultura de la Región de los Ríos, mediante una conversación amena, abordando temáticas políticas y de movimientos sociales que han ocurrido durante la semana, en Movimiento Ainil, cada sábado desde las 11:30 a las 13:00 hrs. Samuel Lizama, otorga un espacio a las bandas del rock, tanto locales como regionales, impregnándonos de dicho género a través de su sección Cervikalgia, todos los jueves desde las 22:00 a las 00:00 hrs. Victor Godoi y Miguel Millar, nos llevan a actualizarnos e informarnos de los acontecimientos que abarcan la Región de los Ríos, siempre acompañados de música chilena, a través de República de los Ríos, de lunes a viernes desde las 11:00 a las 12:00 hrs. Microespacios, es una sección que en sus diferentes ocasiones toca temas importantes en relación con la
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Tanto así que siento que es un proyecto necesario para la ciudad, independiente de que sea yo el que esté detrás o sea otro. Creo que necesitamos y tenemos derecho y tenemos una radio, por lo menos una, que nos muestre lo que está pasando acá”. Los músicos y bandas chilenas, se han complementado muy bien con el proyecto de Sonido Nacional. “En general la gente le tiene mucho cariño a todos sus músicos. Al momento de escucharnos, las personas van valorando a los artistas tanto locales como nacionales. Se están cumpliendo los objetivos de este proyecto, de servirles a nuestros músicos, ser vehículo que transporta su información, sus tocatas, sus conciertos, tanto como su música. Mostrar lo que pasa en la escena local”. Ricardo Núñez ve un futuro positivo para los artistas nacionales: cada vez va a ir aumentando el sonido de música chilena en las diferentes radios del país, siendo un proceso algo lento, pero se dará el espacio, ya que cada vez son más los músicos que están grabando discos, más bandas que van surgiendo en la música y es por eso que la difusión no puede quedar atrás. “Va a llegar un momento en que las radios van a tener que despertar; los programadores, los dueños de radio que están en la región a cargo de proyectos llevan muchos años y no han cambiado su estilo. Tengo la convicción de que al menos el guante que deja Sonido Nacional alguien lo va a recoger”.
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Antonia Torres es escritora y periodista valdiviana, Magister y Dra. en Literatura, quien desde siempre ha caminado por el mundo de las letras. Su padre fue Jorge Torres, escritor de quien se dice fue el primer poeta en publicar un libro después del golpe militar en Chile.
etas que la intentan engrupir con ideas y filosofías, cuando realmente no tienen idea de nada. Su creatividad surge desde las mismas cosas que lee, de sus vivencias personales, pero en general necesita llenarse de contenidos nuevos y opiniones para poder plasmarlas en hojas y tinta.
Antonia vivió rodeada por esta estética literaria, llena de libros y expresiones artísticas como el teatro que también se practicaba en casa. Así comienza su vida, con una disparidad que chocaba entre la libertad y emoción entregada por las artes alojadas en su hogar, versus la realidad de la represión que se sufría en las calles.
En cuanto a su padre Jorge Torres, a 13 años de su fallecimiento, cuenta que tuvo una gran influencia sociológica en la literatura del sur. En parte cree que el poco reconocimiento recibido a nivel nacional se debe a que murió joven a los 53 años, cuando alcanzaba su afinación literaria, y desaparece justo antes de que la internet pudiera capturar sus obras y mantenerlas presentes para las nuevas generaciones.
La marca de su padre como escritor reconocido a nivel nacional, repercutió en ella para bien y para mal, ya que significó crecer bajo su sombra, idea que Antonia expresa diciendo “A veces los arboles al ser muy frondosos no dejan crecer a los árboles más chiquitos debido a la falta de luz”. “Estaciones aéreas” fue su primera publicación bajo el sello de la editorial Barba de Palo, libro que publicó de manera autogestionada y de forma muy artesanal, lo cual le permitió datar su presencia como escritora en el año 1999. Actualmente se siente atrapada en su trabajo, hace dos años ya desde que publicó su último libro, y el que viene confiesa no tiene para cuando. En lo personal dice estar muy feliz, su mayor logro en la vida es su familia. En estos momentos todo marcha perfecto, todo a excepción de una cosa... la falta de tiempo para poder escribir es lo único que la inquieta en este momento. Disfruta mucho de los viajes, conversaciones y conferencias que realiza gracias a su oficio, pero le desagrada hasta el punto de ser lo peor de su profesión el tener que escuchar a los pseudopopág.
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Jorge Torres fue un poeta experimental y vanguardista, lo cual pudo reflejar en su obra “Poemas encontrados y otros pretextos”, publicación en la que no escribió ni una sola palabra sino que lo hizo con extractos de diarios, titulares y el código civil. Dentro de sus publicaciones Antonia cuenta con libros de poesía como Estaciones Aéreas (1999), Orillas de Tránsito (2003), Inventario de equipaje (2006) y Umzug (2012). En su opinión sus mayores creaciones son entre 5 o 6 poemas como “Trödelmarkt”, parte de su libro Umzug. “Creo que como este tengo algunos realmente buenos, al menos es mi apreciación”. Este poema trata de una anécdota real que le ocurrió en sus primeros años de estudio en Alemania, refleja un momento en que perdió su guante en una ciudad desconocida para ella, en donde no encontraba ni a su guante ni a sí misma.
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Pocas veces en la vida,
se nos presentan personas que son capaces de dejar leerse sin ocultar nada, ese tipo de gente con la que uno se alegra de conversar. Pero más allá del valdiviano enamorado de su tierra y del talentoso músico que fuera aplaudido durante la apertura del concierto de Eric Clapton en 2011, conoceremos al hombre sensible, de costumbres sencillas, que ama la música y valora lo humano por sobre todas las cosas. Al acceder a esta entrevista, no solamente desclasificó archivos importantes de su vida personal y trayectoria musical, también nos abrió una puerta a su corazón, que esperamos siempre permanezca abierta. Desde niño tuvo una relación muy fuerte con la música. Cuando definió su destino tenía 12 años, fue a raíz de un accidente el cual lo obligaría a dejar el fútbol para siempre. Como terapia, el pequeño Javier abrazó el arte. Su primera incursión musical ocurrió en misa, cuando le tocó cantar. Ese, podría decirse, fue su primer contacto con un escenario y de ahí en adelante no paró más. Luego de unos años, al salir del colegio, no sabía qué hacer, sólo sabía que quería estudiar música. Javier relata que mientras cursaba enseñanza media, lo marcaron las composiciones de Humberto Tozzi e incluso el primer disco de Luis Miguel. "Era chico y me gustó" -afirma-. Quilapayún forma otro importante capítulo de su historia musical, sobre todo sus discos más revolucionarios, como "Por Vietnam". Otras bandas que le abrieron el apetito musical fueron Schwenke y Nilo, el disco "Dark Side of The Moon" de Pink Floyd, "Alturas de Machu Pichu" de Los Jaivas, U2, The Police, Eric Clapton, Silvio Rodríguez, Víctor Jara y Violeta Parra. En cuanto al blues, el primer disco que recuerda haber escuchado fue "Tomatoe Blues", a fines de los '90. Es ahí donde aparece en forma directa el estilo que lo definiría como artista años más tarde. Al recordar su juventud Javier nos cuenta: "Cuando escuchaba a Clapton con temas como Layla, sentía que había blues y el blues me llamaba". pág.
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Y ese llamado no se hizo esperar, el blues apareció en su vida cuando estaba por irse de la universidad. Tenía 22 años, cerca de 1998, es ahí cuando se presenta ante él la figura de dos grandes: Robert Johnson y Muddy Waters. Sus inicios en la industria musical fueron de la mano del underground. La primera grabación que llevó a cabo, la realizó con Andrés Condon, en un pequeño estudio, con una Tascam de ocho canales de cassette. Luego grabó un proyecto musical llamado "La Teja", en el campo de un amigo, ubicado en el sector de Quitacalzón. Ese proyecto contó con la participación de Wesley Matthews, Felipe Flandes, Pancho Ríos y Klaus Hornig, quien actualmente vive en Estados Unidos.
La Rata Bluesera
"Todo fue muy rápido, el '99 grabé dos discos, "La Teja", que fue un proyecto colectivo y "Santa Inés", con la participación de Lele Olivos en batería, Miguel Barriga que ahora es bajista de Anita Tijoux, Juan Vásquez en el piano y Bruno Cancino en guitarra. Él me dio la disciplina, me hizo estudiar. Bruno ahora es guitarrista de grandes artistas como Douglas y Luis Jara" - reflexiona-. En ese tiempo la banda atravesaba por algunos problemas internos. Finalmente, Javier decide lanzar aquel disco como solista, convirtiéndose en el primero en publicarse. Con este hecho, se toma el tema de la música más en serio que nunca, porque es en ese instante donde se da cuenta que algo potente ocurre cuando sube a un escenario. "La Rata Bluesera" se forma a partir del proyecto "La Teja", que posteriormente se llamó "Santa Inés". En el 2000 Javier decide reunir a Felipe Flandes, Pancho Ríos y Lele Olivos y con ellos se dedica a tocar en distintos locales valdivianos, entre los cuales estaba el desaparecido "Bataclán". El nombre de la banda tiene un origen curioso y memorable. Los músicos siempre se juntaban antes o después de sus presentaciones, a comer completos en el "Chester", picada conocida en ese tiempo por sus deliciosos completos con palta y queso. Por eso, cuando llevaban un tiempo tocando y les preguntaron cómo se llamaba la banda, Felipe Flandes sugirió un nombre: "Maldita Rata Bluesera", el cual finalmente se simplificó, quedando como "La Rata Bluesera".
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Al preguntarle por el futuro de la banda Javier es claro y conciso: “Yo creo que La Rata Bluesera va a seguir adelante, con el próximo disco homenaje a Schwenke y Nilo viene también un proceso de sanación”.
Schwenke y Nilo
Al recordar a Schwenke y Nilo la emoción lo desborda repentinamente. Javier es un tipo sensible y sin dobleces, es sincero en su discurso y agradece desde el alma. Su relación con Schwenke y Nilo se remonta a los inicios de La Rata Bluesera. “Cuando fallece Nelson Schwenke me dolió mucho, fue como perder a un familiar, el me ayudaba cada vez que podía. Mi primer disco estaba en su auto, yo sé que él me escuchaba. La gente no conoce la obra de Schwenke y
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Nilo, más que rescatar nosotros su obra, son ellos quienes nos rescatan a nosotros con todo el arte que nos han entregado” -comenta-.
Guerrero de La Sociedad, el Rolo de Trifulka, Sara Pozo, Álvaro López de los Bunkers y Alexis Venegas, gran cantante y amigo gracias a Schwenke y Nilo.
Cuando habla de su próximo proyecto, el disco homenaje a la desaparecida banda valdiviana Schwenke y Nilo, su discurso se enciende con la pasión del fuego creador. Su idea de un homenaje, se concibe como un proyecto serio que requerirá de arduo trabajo. El plan incluye contar con la participación de Botafogo, incorporar sonidos clásicos de cuerdas y vientos, además de invitar a connotadas bandas y artistas locales y nacionales.
Respecto a una eventual participación de Manuel García, Javier comenta con la sinceridad que lo caracteriza: “He intentado ubicarlo pero él no me responde, parece que está preocupado de otras cosas, pero espero que me conteste”.
Algunas voces que Javier comentó le gustaría que estuvieran en el disco, fueron Newton Jones y Mage de Valdivia, Mauricio Redolés, Daniel
Javier define este disco como un agradecimiento a Schwenke y Nilo, ya que su música y el compartir con ellos lo ayudó a formarse como persona y ser humano, haciéndolo fiel a sus convicciones y a decir siempre lo que piensa. Es evidente la profunda admiración y respeto que Aravena siente por esta banda.
Producir un disco de estas características cuesta alrededor de diez millones de pesos. Al no adjudicarse el fondo de la música, Javier Aravena tendrá que recurrir a la realización de conciertos y la colaboración de colegas para lograr conseguir la meta. Estaremos atentos cuando eso ocurra y esperamos ansiosos ese proyecto lleno de nuestra identidad sureña.
Resulta inevitable recordar el cruce de caminos entre Aravena y Eric Clapton. Corría el 2011 y Javier fue contactado por Gonzalo Araya, que trabajaba en la productora que organizaba el concierto de Eric Clapton en Chile. Durante esos años tocaba también con La Rata Bluesera. En esa oportunidad lo acompañó en el escenario Botafogo.
Valdiviano de corazón
“Yo siempre trato de controlar el ego, pero ese show era estar en una nube, nos trataron muy bien. Clapton nos fue a escuchar, dijo que éramos una buena banda. Sentí que llegaba desde mi casa a Clapton, por nuestro trabajo, no por una productora. La gente inglesa es muy amable, pero los chilenos somos más pelotudos, los compatriotas de la misma productora no nos dejaron saludar a Clapton.” -comenta-.
A Javier le encanta Valdivia, siempre ha sido tozudo con esta ciudad y no ha querido irse. Cada vez que emigra temporalmente a Santiago hay algo con la forma de vida de allá que no le convence, dice que no es culpa de la gente, sino que la presión de vivir en una ciudad grande lo agota rápidamente. Prefiere tener menos expectativas económicas, pero sentirse bien en el lugar donde está. Valdivia para él, como para muchos de nosotros, es una ciudad formidable. Vivimos en un lugar lleno de artistas, cineastas, diseñadores, poetas, escritores y músicos. Mucha de esa gente no es tan conocida y vive tranquilamente en su arte. Llegar a Iquique desde Valdivia, sin ser manejado por grandes medios como Cooperativa, La Tercera, El Mercurio o Radio Uno y que un grupo de fans lo esté esperando, quiere decir que su trabajo musical tiene la energía suficiente y la honestidad necesaria, para llegar a gente que vive tan lejos y aprecia su música. Hablando en términos políticos, Javier considera que este país es centralista. Por eso, su discurso tiene que ver con ser de región, vivir en región y asumir el costo de ser región. También reflexiona sobre ser consciente de que no se gana mucho en términos económicos, pero finalmente tienes libertad. “En regiones es mucho más fácil crear una comunidad artística porque la gente de provincia tiene esa capacidad de generar colectividad, no estamos corriendo cien metros planos para ver quien llega primero, estamos remando para llegar todos juntos”. -sostiene-
A pesar de las diferencias que existen entre la gente del ámbito del blues en Chile, todos estuvieron de acuerdo en que Javier Aravena y su banda abrieran el show de Clapton. Eso es lo gratificante de ser un músico con convicciones y transmitirlo a sus colegas, pero aquello también habla de un crecimiento a nivel espiritual de la comunidad musical chilena. Al escuchar hablar a hombres como Javier Aravena uno aprende de sus palabras y de sus silencios. Con una visión honesta de la vida, es más fácil comprender a las personas en un espectro más amplio. Cuando llega el momento de la despedida, agradecemos esta inolvidable conversación y Javier rápidamente nos dice: “Gracias a ustedes y espero que el proyecto Radioseis siga creciendo, porque no es mucha la gente que se preocupa por los músicos de rock...” (risas). Estaremos atentos a su próximo disco, de eso no nos cabe duda.
“Para mí es un orgullo ser artista de región, no estamos en mafias ni haciendo lobby. Estés donde estés si haces buena música la gente te va a escuchar” -continúa-.
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La historia comienza en los ‘90
, una época de transición para la música a nivel mundial, proceso del cual nuestro país también fue parte. Gracias a la introducción del compact disc y el avance de la computación, nació la necesidad en la escena del rock nacional, de mejorar la propuesta en términos de composición y técnica. Se comenzó a abarcar mercados internacionales y nuestros exponentes empezaron a competir por fin, con el bombardeo de información proveniente de todas partes del mundo. La mayor presencia de sellos discográficos multinacionales como Sony Music o Warner y la influencia de la cadena de televisión MTV, remecieron la industria local y propiciaron la proyección para algunas bandas, que comenzaban tímidamente a dejarse seducir por fanáticos extranjeros. No obstante el boom de la globalización, en nuestro país también surgieron propuestas musicales ambiciosas e interesantes, sobre todo en lo más profundo del underground. Algunas de ellas apostaban, en contraposición, por un rescate de lo propio y lo identitario, abriéndose paso a través de la fusión. Durante esa década, el rock chileno se caracterizó por su sofisticación y una mayor exploración hacia los subgéneros del rock, pero también el público se mostró más exigente y se inclinó por éstas tendencias. En esos tiempos, en nuestro país sonaba fuerte el grunge y el rock alternativo, que venía principalmente de la mano de agrupaciones extranjeras. Pero dentro de las bandas nacionales populares en el ámbito comercial, primaba el pop, el funk, el hip-hop y el reggae, haciendo que el underground contrastara dramáticamente en temática y estilo. Durante dieciocho años de trabajo, La Desooorden combinó de manera extraordinaria el rock progresivo con un profundo y respetuoso uso de nuestra esencia sonora latinoamericana, entregando un producto musical jamás escuchado en una banda local. Inmediatamente fueron comparados con prestigiosos grupos como Congreso y Los Jaivas, pero con una propuesta diferente que sacudió nuestras mentes, entregándonos un concepto nuevo de creación y composición, gracias al acervo musical de sus integrantes y a esa renovación purificadora que trajeron consigo. El sello de La Desooorden es la fusión de jazz, música étnica, folclor y rock progresivo. Guitarra, bajo, batería, matices de jazz, vientos, percusiones y etnicidad. Saxo, piano, ocarina, didgeridoo, bacú, talking drum, xilófono, violín, trutruca, ebow, tabla, kultrún, bongó y trompeta. Desde un principio, la mixtura de elementos rítmicos y sonoros fue precisa y clara, sin tropiezos. Pero no solo la música congregaba a este sexteto, sino que también un discurso potente y a veces incendiario, muy consecuente con la problemática social de esos años. Así, no fueron sólo una banda, sino también se convirtieron en defensores del medio ambiente, protectores de una cultura condenada a extinguirse y en voceros de personas y comunidades apartadas que tenían mucho que decir. pág.
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Tras varios años de tocar en diversos escenarios naturales, su primer disco vio la luz en 2001. “El monstruo de siete cabezas” dio inicio a una carrera profesional que estaría llena de aciertos. En ese entonces, la banda comenzó un arduo trabajo de creación y sesiones, aumentando con esto la cantidad de conciertos, hasta dar vida al álbum “Ensayo” en 2002. Una de los principales atributos de esta agrupación, es la congruencia entre música y discurso, encontrando el equilibrio perfecto con poesía, protesta y toneladas de creatividad. La banda aborda temas de manera responsable y consciente, con un sentido profundo y consecuente. Sus estandartes fueron la identidad de los pueblos y el avance desmedido en desmedro de los recursos naturales, problemáticas siempre presentes en la contingencia de nuestra ciudad, país y el continente. En 2004, la poesía de Manuel Zúñiga cobró vida en su tercer disco “La isla de los muertos”, donde cada canción gira en torno a un hecho de sangre casi olvidado: la matanza colectiva ocurrida en la ribera del río Baker. Gracias a un Fondart, la banda, fiel a su afán integrador, pudo mostrar su disco en localidades sureñas, lo cual dio lugar a un DVD homónimo, dando pie a una posterior presentación en los Carnavales Culturales de Valparaíso en 2005, siguiendo con una gira por Argentina el año 2006. En 2007, la temática medioambiental volvió a subir a la palestra con el disco “Ciudad de papel”. Este trabajo causó gran impacto social en la época en que la planta de Celulosa Arauco funcionaba recientemente en la ciudad de Valdivia. A su vez, este disco se convirtió en el soundtrack de un documental del mismo nombre, dirigido por Claudia Sepúlveda, que trataba sobre el conflicto en cuestión. La Desoorden anunció su disolución a mediados de 2012, poco tiempo después de publicar su último álbum “El Andarín”, el cual sigue la línea de discos anteriores de la banda, proponiendo una temática conceptual que trata sobre las vivencias de un hombre que recorre Sudamérica y en el camino se encuentra con personas y situaciones que lo guían espiritualmente. La diversidad de paisajes sonoros, está dada en efecto, por el mapa musical que propone la metáfora del disco, entregando un producto rico en diversos ritmos y un gran despliegue instrumental. Inolvidables fueron las participaciones en sus intervenciones musicales, del Coro Ma Non Troppo y el coro de niños del Colegio Aliwen. La Desoorden llegó como un bálsamo para la escena rockera local y nacional y nos deslumbró con su lucidez abismante. Supieron recoger y plasmar de manera perfecta los sonidos de una ciudad dormida y a la vez palpitante, fueron la voz de un pueblo ahogado. Bandas como La Desooorden contribuyeron enormemente a la evolución de la música chilena, tal cual la conocemos ahora. Esta agrupación valdiviana nos cautivó con una propuesta sólida y arriesgada, penetrando nuestros oídos con acordes prístinos y desgarrados que jamás pasarán al olvido, porque fueron y serán siempre emotividad y potencia extrema de principio a fin.
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“Máquina Verde es el rugido del stoner junto a la fuerza espiritual del Blues, su música se deja fluir entre tonalidades del Rock Clásico y la Fusión. El Motor está encendido por lo que esta Máquina tiene suficiente combustible Verde para llegar lejos, sin miedo al cambio y a las dificultades del camino, listos para arrasar con nuestros oídos a su paso.” -decían mis palabras el año 2011 en la última edición digital de Radioseis Magazine-. Desde ese tiempo al presente, distan kilómetros de viaje y de viajes, claramente no somos los mismos pero solo por fuera, por dentro nuestras convicciones e ideales siguen en pie. Las influencias en la música de Máquina Verde se dejan entrever claramente, predominando bandas clásicas del Rock, como Black Sabbath, Led Zeppelin y Soundgarden, llegando al sonido más stoner, de la mano de agrupaciones como Kyuss, Atomic Bitchwax, Sungrazer, entre otras que hoy por hoy, se asemejan más al sonido de esta Máquina. Para esta edición conversamos con Pablo Moreno, guitarrista y voz principal de Máquina Verde.
Historia
La banda se forma el año 2008 junto a Cristian Aguirre, Felipe Pincheira y Pablo Moreno, con esta formación lanzan el disco autogestionado “Opposite Parallel” el año 2010. Tiempo después se suma Cristóbal Duran en Bajo, manteniendo esta formación durante casi dos años, en este periodo editan el EP Máquina Verde (2012) grabado por Pablo Mura en Estudios El Arenal. pág.
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Por Máquina Verde han pasado varios músicos: Cristián Aguirre y Pablo Guarda, ambos en batería, Cristóbal Duran y Wildpaco en bajo. Actualmente la banda está compuesta por Pablo Moreno (voz y guitarra), Nelson Jaramillo (bajo), Felipe Pincheira (Guitarra) y Pepe Pincheira, hermano de Felipe, quien siempre reemplazó a Cristián en batería cuando este no podía tocar. “Los cambios de integrantes son todo un proceso, cada persona tiene su estilo y forma de tocar, eso le va poniendo un sello y adecuarse como banda es un crecimiento musical para todos los integrantes. Por suerte podemos decir que las personas que han pasado
han sumado y aportado con su granito de arena, eso está reflejado en las distintas canciones que expresan distintas etapas, unas más pesadas y otras más psicodélicas” -relata Pablo a Radioseis-.
Las Nuevas Rutas
La Máquina Verde está inmersa dentro del Rock Stoner, corriente definida como estilo y sonido. En base a esto, la línea del tren se mantiene fija pero siempre en busca de más amplitud en cuanto a lo musical, sin perder el horizonte. Con un sonido más maduro, su tercer trabajo “Nuevas Rutas”, nombre del primer single que cuenta con un video producido por el ex miembro y destacado pag. 45
audiovisualista Cristóbal Duran, define la transición que tuvo la banda después de la salida de varios de sus integrantes. “No nos podíamos detener, teníamos que seguir avanzando y viajando por estas nuevas rutas que nos proponía la música. Habíamos logrado tener un sonido que nos identificara como banda, se dejaban de lado las influencias y fluía sólo la corriente de la Máquina”. En cuanto a la evolución del sonido de Máquina Verde, su primer trabajo “Opposite Parallel”, con tintes de Blues, raya en el Hard Rock y el Rock Clásico. “Máquina Verde EP”, por su parte, es un disco más cercano a las raíces clásicas del Stoner, con bastante más peso y matices. Afinados en Re con drop en Do, influencia y encamina en adelante el rugido de motor de la banda.
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“Con el primer disco hicimos diez temas y los grabamos todos, para el EP grabamos diez y dejamos cinco. Para “Nuevas Rutas”, teníamos harto material, lo recopilamos y empezamos a cotizar, viajar y grabar por distintos estudios en Valdivia”.
Desde Valdivia al Mundo
En estos, momentos Máquina Verde apunta hacia la escena stoner a nivel mundial, Norteamérica y Europa, donde de a poco, en palabras de ellos mismos, se han empezado a hacer un nombre, realizando contactos y recibiendo invitaciones a tocar. Para la banda esto reafirma que lo han hecho bien. En general, la difusión y promoción de sus trabajos se realiza a través de redes sociales, principalmente Soundcloud y Facebook. “De a poco se va masificando solo, hoy por hoy podemos conversar a diario con bandas que cuando empezamos ni siquiera soñábamos tener un contacto, la misma gente que escuchábamos y eran referentes en algún momento”. Aun así, como sucede con otras bandas y/o artistas de la ciudad, existe una labor que va más allá de lo netamente musical y es que se reconozca a Valdivia, específicamente, como Capital Cultural Exportable, rompiendo con el centralismo y demostrando que para “triunfar y ser conocido” no tienes que estar en Santiago. Para Pablo la clave de todo está en creer, trabajar a conciencia y tener confianza en lo que se hace, dar lo mejor, escuchar y buscar la opinión de referentes concretos. “Por ejemplo acá tenemos una escuela de Ingeniería Civil Acústica, entonces hay gente con propiedad que te puede guiar”. El trabajo de gestión que realiza Máquina, apunta en gran medida hacia donde quieren llegar, en la búsqueda de un nicho musical viable para sus proyecciones y expectativas. En ese sentido, el crecimiento y maduración musical por etapas es importante. “Para el primer disco lo principal era poder grabar y ver cómo sonaba. Después comenzamos a identificar, desarrollar y perfeccionar o profesionalizar un poco más el sonido. Cuando sentimos que lo habíamos logrado, nos preguntamos ¿A quién se lo quiero mostrar? ¿A dónde quiero llegar?, ¿Qué espacio quiero cubrir con la música?”.
Experiencias de Viaje.
Para Máquina Verde, la experiencia de haber tocado en Rockódromo, fue de aprendizaje.
Tuvieron que pasar por escenarios locales y experimentar un espacio mediático mayor, además de compartir y realizar contactos con otras bandas nacionales, en una semana de conciertos realizados en la ciudad de Valparaíso. “Siempre decimos que si fuéramos de nuevo lo aprovecharíamos mejor, pero ya tenemos la experiencia en el cuerpo.
En cuanto a malas pasadas, Pablo relata la historia de la vez que luego de haber tocado en Valdivia, la banda al día siguiente debía tocar en Temuco… “Con las lucas que ganamos en Valdivia nos fuimos en auto, era la primera vez que íbamos a Temuco como banda. El viaje fue entretenido, lo pasamos increíble, cuando llegamos a Temuco nos dimos cuenta que la wea’ era súper mal organizada, la gente se estaba yendo y no pudimos tocar…” “En realidad, esos son los malos ratos que pasas cuando aparecen estos pseudos productores de eventos y en realidad son tipos chantas y faltos de respeto con lo que uno hace, lo valoran tan precariamente que a veces tienes que rogar para poder presentarte o que te paguen y NO con chelas”. Para nadie es secreto, la poca o nula valoración que existe de parte de productores, dueños de locales y a veces del mismo público hacia la labor del músico. Tampoco se toman en cuenta las cosas que este deja de lado, así como el tiempo y recursos que requiere preparar una presentación de calidad. “Lo único que les importa como comerciantes, y quizás por ese lado se entiende, es vender más copete. Lo de Temuco fue mala onda para nosotros, pero nos quedamos con el viaje y ahora lo contamos como anécdota, pero en realidad fue bad trip”. A futuro, Máquina Verde piensa en el cuarto disco. Cuentan con material y siempre existirán nuevas historias que transmitir, que reflejen los momentos que vive la banda. Algo sabemos y es que el motor de esta Máquina no dejará de sonar. pag. 47
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Por Romy Valenta FotografĂa Gentileza Familia Biskupovich
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Por Nicolás Gómez Carrillo Fotografía Gonzalo Iturra
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la actuación y el humor, el cual se refleja en su forma de ser y en la historia de su carrera como artista; en tanto que de los Parra viene ese amor por el canto y la voz que lo ha acompañado hasta hoy.
Describir ese momento
es como vivir el sueño de ser una estrella, llegar a un escenario y que todas aquellas personas que forman parte del público canten y bailen; que todos se diviertan y vivan el rock, un rock algo fusionado con otros ritmos, pero rock a fin de cuentas. El hecho de escuchar una voz compuesta por miles de voces coreando sus canciones con mucha energía; haber visto cada sonrisa, escuchado cada grito, haber sentido que este show iba a generar un cambio en la historia de la banda y que desde ese día, un día en el que con mucho nerviosismo pero con toda la energía se subieron al escenario, dijeron: “Éste es nuestro momento, es ahora nuestro tiempo y vamos a hacer saber quién es Sexual Democracia”. Hablo de la primera vez que estuvieron en “La Cumbre del Rock Chileno”, marcando un antes y un después en su carrera musical y fue así, desde ese instante que comenzó a ser vista con respeto. Desde entonces, Sexual Democracia cambió su rumbo: de ser tan sólo una banda de Café Concert, pasó a ser una de las agrupaciones de rock nacional más reconocidas del país. Un joven veinteañero llegó con su guitarra a estudiar a la Universidad Austral de Chile, en una época desatada por la revolución, el cambio político y social. Miguel Barriga Parra, se describe a sí mismo como una persona que combina rasgos muy característicos de sus dos familias: de los Barriga obtuvo ese talento que abarca el ámbito de
Llegó a estudiar Ingeniería Comercial, “Una carrera que no me gustaba y me encontré con una ciudad muy especial. Valdivia tiene una fusión que no tienen las otras partes del sur: multiculturalidad". Su opción de estudiar aquella carrera estuvo netamente relacionada con los intereses y necesidades de la época, los 80, lo cual no fue impedimento para que se desarrollara como actor y cantante: siempre su esencia estuvo arraigada al arte, al ámbito de la expresión y la creación. Al formar parte de la vida universitaria, Miguel se introdujo en ella de la misma manera que lo hacía la mayoría de los jóvenes, pero con una diferencia, conoció a una Valdivia que por las noches tomaba un carácter bohemio y cultural. Siempre participó de las peñas que se realizaban en la Universidad, de las cuales sacaba las ideas para hacer el guión que presentaría en su número humorístico, uno de ellos fue “Coyuyo y el Miguel”, un dúo, junto a Fabián Romero, encargado de hacer teatro experimental cómico.
Una época de represión.
Hubo un tiempo que cambió radicalmente la vida de las personas: la libertad de expresión se redujo hasta conseguir un pensamiento impuesto por algunos y aceptado por la élite gobernante; la vida creada por la imaginación, la emoción, el sentir y el pensar, se prohibió; los sonidos, las palabras, las acciones fueron observadas y sancionadas por quienes consideraban que no merecían un espacio en esa realidad. Dicho período, significó la prohibición de utilizar las artes como método de expresión. En este contexto, la música se torna rebelde, se vuelve desobediente y comienza a ser
voz de quienes no podían decir palabra alguna, ruido para quienes no querían escuchar, creando la instancia en la cual todos aquellos que no podían expresarse, lo hicieran. Y es por esto que Miguel, decide formar una banda. La idea fue hacer un Café Concert que expresara con un espíritu irreverente, irónico y muy divertido, el contexto en el cual estaban viviendo, destacando un hecho que cambió la historia de nuestro país: el plebiscito de 1988. “Los pitutos”, “Profanador de cuna”, “Regionalización”, “180 grados”, “Crítico himno de paz” y “Exportando rambos", son algunos de los tema que fueron parte de este show, los que más tarde se transformarían en clásicos de la agrupación.
El comienzo
Poco a poco tuvieron mayor éxito sobre los escenarios, lo que fue clave para que Vicente Aguilera, cantante, productor y gestor artístico, les diera la oportunidad de tocar en el Cheer's, un pub que en ese entonces se ubicaba en pleno centro de Valdivia, y fue así en un lugar en el cual no había amplificación, tan sólo la que cada uno llevaba desde su casa, y con un sonido bastante precario, en donde se generó la instancia para dar a conocer su música: un sonido que estaba recién comenzando, el cual se complementaba con frases que tenían un carácter muy conceptual, pero a la vez llamativo. “Durante la semana tocábamos música estándar, como rock latino o hacíamos las noches del recuerdo y los fines de semana tocábamos temas propios. Las personas y sobre todo nosotros lo pasábamos muy bien, además al principio a todos nos pagaban con copete”. Fue ahí, en ese pub, en donde nació la idea de hacer el primer cassette, “Los chicos buenos”. Sucedió algo muy particular en su elaboración, ya que el lado “A” está grabado en estudio, pero el lado “B” está grabado en vivo. pag. 55
Los integrantes originales de la banda, son aquellos que acompañaron a Miguel en sus inicios, cuando Sexual Democracia era sólo una banda de café concert. Ellos eran: Miguel Barriga, vocalista, fundador y compositor; Samuel Gallardo, bajo; Vicente Aguilera, guitarra acústica y voz; Iván Briceño, teclados; Juan Paredes, guitarra; Alexcy Cárdenas, batería y Alberto Larraín, batería, manager. He aquí la formación que grabó el primer cassette “Los chicos buenos”, pero que poco tiempo después, se cambió, como sucede en cada nuevo álbum que se graba, durante la historia de la banda. pág.
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“Comenzamos a hacerlo en el estudio de acústica de la UACh con Jorge Cárdenas, esto fue financiado gracias a un comerciante de Puerto Montt, quien nos dio un monto equivalente a cien mil pesos de esa época, lo que se sumó a lo que recaudamos en las tocatas hechas en el IPV y en la DAE de la UACh; en estos dos recitales, se grabaron las canciones que iban en el lado B del cassette, esto gracias a Jorge Vio”, se vendieron dos mil copias a cuatrocientos pesos cada una; y fue así como decidieron ir a Santiago con este disco, caracterizado por la contingencia, la que es observada de forma irónica y mostrada como una parodia.
La fuerza de la TV
Al comienzo de los noventa, una etapa de transición en lo político y social, las personas caminan por las calles con una mirada distinta, con un sentir distinto; a pesar de que aún estaba todo muy reciente, nuevamente un brillo se apoderó de los ojos de la gente, una chispa de esperanza surgía de aquellas miradas. Fue entonces que Sexual Democracia grabó, con el Sello Alerce, “Buscando Chilenos 1”, un álbum en el cual canciones de la producción original fueron regrabadas junto con nuevas creaciones tales como: “Los chicos buenos”, “Profanador de cuna”, “180 grados” y agregaron “Ella gana más plata que yo”, “Me querrás igual”, “Buscando chilenos”, “Esta noche ando trash”, entre otras. Este fue un período que se caracterizó por ser una etapa televisiva. “Llegó la etapa de tocar en el Cerro Bellavista, fue algo que nos costó mucho, porque al haber cambio de gobierno, al terminar la etapa del Sí y el No, los canales de TV buscaban algo distinto y ahí aparecimos nosotros”. Esta experiencia fue impulsora de Sexual Democracia hacia un reconocimiento a nivel nacional. Gracias a las distintas presentaciones que tuvieron en programas televisivos, en 1992 llegaron al certamen más importante de Latinoamérica, el Festival de Viña del Mar, en ese entonces las personas aún creían que eran un grupo de humor. “Llegué y los tipos me preguntaron cuál era el listado de canciones. La canción “Pacífico violenta”, que es la que todos recuerdan, no estaba dentro de la lista y la tocamos. La verdad fue algo que me dejó sin dormir varios días, porque estaba muy nervioso, fue algo muy fuerte para la época”. Sexual Democracia grabó su tercer disco “Buscando chilenos 2”, el cual tiene un carácter muy especial, se enfoca en la idiosincrasia de las comunidades pequeñas, de los pueblos chicos, en la lengua madre y en la religiosidad de aquellos lugares. Realizan una gira por el sur de Chile, abarcando más de cincuenta ciudades y pueblos, la cual fue respaldada en un DVD que se llama “En vivo”, siendo el último producto realizado con el Sello Alerce.
la vida y había adquirido muchos más conocimientos musicales, entonces surgió la idea de hacer un disco que abarcara música Latinoamericana y es aquí, en el álbum “Sudamérica Suda”, en donde por primera vez se atreven a experimentar con un nuevo ritmo: la cumbia. Este CD se grabó en Argentina e incluyó “Macondo” un tema que fue grabado con Luisín Landáez, cantante venezolano muy popular en Chile.
Nuevas tecnologías
Hacia el cambio de Milenio -2001- Miguel decide hacer el CD “Sxd.cl” junto al músico y productor Milton Bitelbick. He aquí una experiencia muy distinta a las otras, la emotividad en el proceso de confección del producto fue clave. Este disco tiene un gusto más electrónico y es aquí donde se presenta la posibilidad de grabar junto a sus ídolos, que luego pasaron a ser influencia de Sexual Democracia, sin poder evitar la amistad entre ellos: Schwenke & Nilo. De este disco salen los temas “El personal”, “Querías que te quisieran”, entre otros. También grabaron junto a Víctor Biskupovic, destacado guitarrista, profesor y compositor oriundo de Punta Arenas, pero radicado en Valdivia. En ese momento su historia tendría un giro, se presenta la oportunidad de convertirse en una banda de mayor envergadura. Sexual Democracia llega al escenario de “La Cumbre del Rock Chileno 1”. Después de esta experiencia, surge el último CD editado por la banda, “Buscando chilenos 4”. “Este disco es bastante bueno y más experto, con los músicos que estoy tocando llevo mucho tiempo, ello son de San Miguel, una comuna en donde nació el rock, así que ellos son muy rockeros, pero también versátiles y muy prácticos; lo paso muy bien con ellos”. Miguel hace alusión a los actuales integrantes de la banda: Fernando Antil en la guitarra, Mario Barrueto en la batería, Cristian Rojas en el bajo y Milton Bitelbick encargado de las secuencias electrónicas. Para otorgar un sonido más completo y llamativo, Marcelo Valenzuela se suma con la sección de percusión y por supuesto no pueden faltar los bronces, Rodrigo Meza en el saxofón y Moisés Martínez en el trombón. Es así como Sexual Democracia sigue reinventándose. Aún vigente, ha llegado a ser ícono importante de la música chilena, pero sobre todo valdiviana: ha surgido una influencia algo implícita, hacia los nuevos creadores, aunque como dice Miguel “Aún no reconocen esa influencia que hemos generado, todavía somos competencia”. @elmiguelsxd www.sexualdemocracia.cl
La banda tenía una visión mucho más amplia sobre
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Nacieron el 16 de septiembre de 2010 en una tocata en el bar valdiviano “Las Gringas”, conocido por sus sesiones de música subterránea que comenzaron cerca del 2006, si mal no recuerdo.
en esa nube de pucho y sudor juvenil que jamás volverá. Los Calle – Calle, en ese entonces estaban formados por Carlos Bustos, Rodrigo Vega y Juan Mendoza, quienes tocaban al compás de guitarras y teclado.
Cuando empezaron esas tocatas éramos chiquillos, se presentaban bandas como Mantra y Bock con un ambiente increíble. Llegábamos a levitar
Poco antes de celebrar fiestas patrias ese mismo año, se unió a la banda de manera improvisada, un misterioso asistente al show, Marcos Matus, quien aportó el
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cuequero sonido del pandero. Desde esa noche no han parado y aunque la formación original, como suele ocurrir, ha sufrido cambios, la cueca no ha dejado de sonar, marcando presencia y posicionándose entre el público de la región. Se han presentado en diversas ferias y actividades públicas, apoyando eventos benéficos y llevando su música a localidades
apartadas de Valdivia. Su mensaje es fuerte y claro, las letras son alegres, muy nuestras, cargadas de un contenido social y contingente. La mayoría de los conjuntos de cueca en nuestro país, se dedica a interpretar composiciones clásicas y se presenta como grupos o “lotes”, haciendo referencia a la tradición cuequera, pero Los Calle - Calle trabajan sus propios temas, explorando y produciendo un sonido propio que los identifica. Hoy en día la banda la conforman Marcos Matus, Álvaro Agüero, Cristian Añazco, Susana Muñoz, Mauricio Tolosa y Juan Medina. También pasaron por la banda Juan Carlos Sepúlveda, Macarena Llaitul, Felipe Araya y Cristian Sanhueza. Adaptándose a los cambios, Los Calle - Calle siempre han arado con los bueyes que haya, como reza el viejo refrán.
Marcos Matus aclara que inicialmente se llamaban “Carlos Bustos y Los Calle - Calle”. El día que él se unió a la banda, tocando el pandero “patuda y sabrosamente” -según sus propias palabras-, “aquel grupo era un divertimento, que con el tiempo se convirtió en un proyecto serio. Yo siento de la guata que esto es algo bonito y hay que hacerlo, pero no sé para qué” -continúa-. A pesar de ser un hombre que convocaba grandes cantidades de público, fue el propio Carlos Bustos quien decidió eliminar su nombre de la banda, para quedar finalmente como Los Calle - Calle. Los actuales integrantes de la agrupación, provienen de diversos estilos musicales que convergen sobre una base folclórica común, aportándole mayor complejidad y riqueza a las composiciones. Cuando se logra
un sonido original como el de esta banda, cuesta dejar de preguntar cuáles son sus influencias, o bien, si sienten que se han convertido en un referente. Marcus Matus, comenta que le atrae mucho la música de otra agrupación cuequera llamada “Los Porfiados”, porque incorporan bastante rock a su música, con el apoyo de dos guitarras, batería, bajo y pandero. Una de las principales diferencias de la cueca urbana y la cueca tradicional es que la primera es generosa en riffs de guitarra eléctrica y en la potencia de su batería. En Valdivia, antes de Los Calle - Calle, no se hacía blues con cueca y eso se lo debemos a Carlos Bustos, quien lleva el Rockabilly en la sangre y siempre ha tenido una forma muy talentosa de mezclar peras con manzanas, con un resultado fresco e interesante. La temática de sus composiciones es
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diversa, generalmente la mayoría corresponde a creaciones particulares de cada miembro, pero los arreglos se efectúan en conjunto, durante los ensayos. Valdivia además de sus músicos y artistas de todo ámbito, destaca por contar con buenos productores musicales, por lo que la banda ha decidido llevar a cabo en su ciudad la etapa de grabación, en un estudio casero. El material consta de seis temas que toman como influencia la cueca, con un marcado sonido rockero, además del blues que ya es el sello característico de la banda. Actualmente el material se encuentra disponible material en la web para que el público pueda disfrutar de la primicia e ir comentando el trabajo de la banda. Claramente, llegar a hacer un disco sin referentes es muy complicado, pero no imposible. Si bien la banda compone y experimenta en base a fusión, no pretenden ser un collage musical y reconocen que les agrada el que no los puedan encasillar. “No calzamos dentro de lo folklórico y tenemos mucha más aceptación dentro de los rockeros. Todo apunta a que vamos a hacer un camino independiente en la música, un estilo propio, porque estamos buscando la identidad de la banda” -confiesan-. Y es precisamente ese su principal motor. Más que preocuparse por marcar tendencia en el futuro, sus energías se encuentran focalizadas
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en la búsqueda de esa identidad que surgirá sin duda de la métrica de sus composiciones y del profundo trabajo que realizan para crear piezas únicas.
gracias a la cantidad de ensayos y arreglos previos a la presentación, resultaron ser todo un éxito y el público ajeno al rock los aceptó de muy buena gana.
Javier Aravena es un referente para todos los músicos valdivianos y cuando el perdió su guitarra en Valdivia, Los Calle - Calle le dedicaron una canción, conocida como “La Cueca de Aravena” basada en su infortunio. Esta anécdota demuestra también el fuerte vínculo que existe entre los artistas valdivianos y el ambiente familiar que aún se genera en la ciudad en torno a la música.
Tocaron veinte minutos y pretendían bajarse del escenario, pero de inmediato los asistentes pidieron otra. Así, el baile no se hizo esperar y todos comenzaron a bailar a su manera, la cueca como cumbia.
Los Calle - Calle han estado en diversos escenarios de toda la región y recuerdan algunas de las presentaciones más concurridas. “El verano pasado fuimos a los Aperitivos Culturales 2013, evento que arma la municipalidad en la costanera. Paramos un show de una hora veinte, de pura cueca y a la gente le gustó. Los integrantes de grupos folklóricos no nos creían, pero pasó porque hicimos un show variado y macizo. Somos un grupo con un nivel aceptable para estar en un escenario y cobrar plata por lo que hacemos” -comenta Matus-. Incluso telonearon a La Teruka, sabiendo que su público es preferentemente cumbianchero y asiduo a la pachanga. Pero
El baterista de la otra banda, que había facilitado la batería, empezó a sacar sus artefactos muy molesto mientras tocaban. Poco a poco fue desarmando el instrumento hasta que se llevó incluso los platillos. Aún así Los Calle - Calle siguieron tocando. También tocaron en Illahuapi y compartieron con la talentosa Beatriz Pichi Malen.
Si hay algo claro es que Los Calle - Calle aman lo que hacen. Por la diversidad de su estilo son capaces de pararse en cualquier escenario. Por esa simpatía y sencillez que los caracteriza, no faltan historias y aventuras memorables.
Trabajando duro, dieron con la fórmula exacta para mostrar lo nuestro a nuevas generaciones, condenadas a vivir escuchando sólo música extranjera. Desde su aparición, al menos para mí, la cueca ha dejado de ser ese enemigo silencioso, que me perseguía cuando niña en clases de música.
Desde la coronación de la reina de la comuna de Corral hasta una entrega de diplomas, cualquier oportunidad es buena para juntarse a tocar y entregar alegría a la gente.
Los Calle - Calle son sin duda, aires nuevos para la música nacional, porque han logrado lo que muchas bandas persiguen y no todas pueden conseguir: un sonido original e inconfundible.
Una vez, fueron a tocar a Runca con otra banda de amigos, aquello fue un trabajo colaborativo, intercambiaron tareas, se prestaron instrumentos. Mientras tocaban, se cortó la luz y el otro baterista de la otra banda se enojó mucho. La luz regresó al poco rato y luego se volvió a cortar. Finalmente la tocata se suspendió mientras se arreglaban los desperfectos técnicos, pero la banda tocó sin amplificación. pag. 61
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Miguel Navarro, desde pequeño comenzó su gusto por los ritmos, los movimientos y por los diferentes estilos que han ido marcando tendencia durante los años. Con una hiperactividad que siempre lo ha acompañado, ha estado inmerso en actividades tanto artísticas como de liderazgo: comenzó bailando, luego la curiosidad por descubrir nuevos sonidos lo llevó al mundo del rap y la improvisación; más tarde nació Macuba, una banda de metal que lo llevó a recorrer diferentes lugares de Chile y que obtuvo como resultado la creación de un demo. Una historia musical que estuvo en paralelo a sus actividades escolares tanto como miembro y líder de las directivas, llegando en la actualidad a ser la voz de la cumbia sureña. El 2010, conversando con Jorge -güiro- y Matías -ex percusionista-, surgió la idea de realizar una banda de cumbia urbana: un ritmo, un sonido diferente de aquellos escuchados y tocados por Miguel. Motivados por una nueva experiencia, comenzaron a buscar músicos dedicados a los diversos instrumentos que hacen de la cumbia un ritmo divertido y disperso, pero que a su vez requiere de cierto orden y estructura. Guitarra, bajo, batería, saxofón, trompeta, trombón, teclado y güiro ya estaban dentro de este proyecto. “Al principio tonteábamos, sacábamos temas, nos juntábamos a carretear, hasta que llegó la primera tocata”. La primera de muchas, una instancia que generó un cambio en la banda y en la forma de trabajar, lo cual les permitió darse a conocer en Valdivia y en toda la región. pag. 63
La Teruka, en un principio, comenzó haciendo covers de las distintas bandas que en Chile fueron clásicos de la cumbia urbana. Su música divertida, energética, transformaba el ambiente en una fiesta. Talento chileno En el 2011, La Teruka postuló al programa Talento Chileno -transmitido por CHV. Luego de cuatro meses, un día martes recibieron un llamado comunicándoles la noticia de que habían quedado seleccionados para la etapa de clasificación. Esta situación se tornó complicada, ya que la mayoría estudiaba afuera y se les hizo casi imposible tocar en la audición. Miguel, estaba sorprendido de la atención proporcionada por el programa, al momento de tener que estar en Santiago, ya que la estadía era de lujo. No obstante, al dejar de ser televidentes y vivir personalmente el funcionamiento de la TV, sintió que se perdía el rumbo. “Ellos buscan un producto comercial, en vez de la calidad artística”.
son: Felipe Fuentealba -saxofón-, Dagmar Manríquez -trompeta-, Felipe Valencia -batería-, Marcos Sobarzo -guitarra-, Juan Medina -teclado-, Francisco Valverde -percusión-, Claudio Contreras -sonidista- y Rafael Iturra -stage manager-. “Hay harta sinergia dentro de la banda, harta buena onda”. Algo que todos comparten en la banda es tocar en festivales más que en discoteques u otros eventos, porque les gusta que haya un público diverso. “Es súper transversal lo que hace La Teruka: hacemos shows para todo público, que generalmente son gratuitos para la gente y eso genera cosa súper rica, a mi me gusta”. Evolución La cumbia, fue el primer ritmo que llevó a La Teruka a los escenarios. Un juego entre una composición colectiva y una creación temática un poco más individual, por parte de Miguel.
La Teruka dio un giro en su historia y comenzó a ser escuchada en todo el país. Los seguidores aumentaron significativamente, las invitaciones a tocar, las subidas al escenario cada vez se hicieron más habituales, fue en aquel momento en dónde comprendieron que esto iba en serio: los temas propios comenzaron a surgir. Miguel se destaca por tener mayor habilidad en el área de la gestión y relaciones públicas. Se caracteriza por ser una persona comunicativa, llena de energía, muy alegre, pero de pronto surge algo muy curioso: hay momentos en los que la timidez se apodera de él, sobre todo al momento de subir al escenario y existe un pequeño secreto para combatirla: las gafas. “Sufro de mucha vergüenza y por eso ocupo lentes para tocar, porque trato de cerrar los ojos muchas veces, me da vergüenza cantar arriba del escenario”. Integrantes A medida que ha pasado el tiempo, distintos músicos han sido parte de la La Teruka. “Sin querer se ha dado un proceso súper lindo, cuando alguien se ha ido ha quedado todo en buena onda, y cuando alguien ha entrado siempre le ha dado ese algo que le faltaba a la banda”. De aquellos pioneros en la idea de crear una banda de cumbia urbana, sólo quedan cinco: Claudio Morales-trombón-, Aarón Jaramillo -trompeta-, Jorge Díaz -güiro-, Carlos Andres Kunz -bajista- y Miguel Navarro -voz-. Quienes se fueron integrando al paso del tiempo pág.
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“Al principio buscamos el lado más comercial, qué era lo más bailable, lo más pegote”. Hace dos años, al entrar un nuevo baterista y un nuevo guitarrista, el aire rockero despertó la energía que cada uno tenía apaciguada y fue así como una nueva visión musical se estableció el grupo. “Y no pasa na” fue su primera creación, la cual tuvo gran recepción por el público, sobre todo por los niños, algo que le sorprende a Miguel. El año 2011 empezaron a trabajar nuevos temas: “La previa”, “Te juiste”, “Melón con vino”, “La vecina” y “La cosita”, sacando el primer álbum “Hacela Tacor”. Un disco que fue grabado en Santiago en los “Estudios Triana”, el cual abarca temáticas relacionadas al amor frustrado y cómo aquellas penas se pasan al lado de un compañero indispensable, el trago. El nuevo trabajo que han estado realizando, ha tenido harta influencia musical y los ritmos han sido distintos, se ha experimentado con el Ska, el Reggae y se ha generado una psicodelia adquirida en los efectos de guitarra, de teclado e inclusive en la voz; todo aquello sin perder la esencia que siempre ha distinguido a La Teruka de otras bandas.
Las letras, han sido parte de aquel proceso, enfocándose en la legalización de la marihuana. “Todos nos sentimos perseguidos con el tema de la marihuana, hay que despenalizarla, hay que cambiar las políticas de drogas en relación a ésta”.
la gente y la cumbia sureña; “A la calle”; “Donde voy”, ambos con temática social. El segundo disco lo quieren llamar “A la calle”, como el single y el proyecto debería estar consolidado en los meses de noviembre y diciembre del 2014.
La forma creativa de Miguel se basa en colocar una pista de Hip Hop, apretar rec y comenzar a grabar. “Todos compartimos la misma ideología: nosotros hacemos fiesta, pero no nos gusta nombrarla como tal. No nos gusta fomentar la temática del copete ni que la gente se reviente carreteando”
Actualmente La Teruka ha concretado más de 500 actuaciones y sus expectativas siguen creciendo. “Esperamos ser una banda brígida”.
De este nuevo período, han surgido temas como “Vuelve”, que se torna más poético y según lo describe su autor, más sufrido; “El Terukazo” que trata sobre la fiesta que se hace en Gaz Gaz, trata de la barra,
Viajarán a Santiago para poder avanzar en el ámbito musical, en su carrera como artistas y esperan poder salir del país prontamente a raíz de que están sonando mucho en España, México y Argentina. Están enfocados cien por ciento en la banda y poco a poco enfrentando aquel temor por lo nuevo, pretendiendo llegar lejos, muy lejos.
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Cuántas horas de ensayo a la semana deben tener, la puntualidad o las consecuencias que un trago más puede ocasionar antes de un show, es lo que estos chicos aseguran, marca la diferencia entre un buen y un mal espectáculo. La banda se inicia por el año 2010, a partir de la separación de Fuzzers, una banda local en la que tocaban Yuri Salgado y Walter Pineda. Al término de esta y con algunos temas compuestos, deciden formar una nueva banda y grabar un disco. El único inconveniente: sólo eran dos, no tenían estudio para grabar y Yuri no tenía guitarra. Pese a todo los ex Fuzzers insisten con la idea de seguir intentando en la música. Yuri que por esa fecha trabajaba en el bar Klandstinov al que solían frecuentar Nico y Guille, entre cervezas y conversaciones, logra integrarlos al proyecto, para luego sumarse Gaby quien luego de la grabación del disco dejaría la banda. Es bien sabido por los músicos de Valdivia que la escena local está muy restringida en cuanto a los espacios para tocar, especialmente si se trata del género rock. Pese a eso la banda se las ha ingeniado para agendar sesenta fechas desde el mes de mayo del 2011 hasta abril del presente año. Llegaron a llamarlos los “Pitutos Jones”, no se perdían de ninguna tocata, y el hecho más claro fue cuando luego de tocar y abrir el show de la Reina de los Ríos ante quince mil personas se bajaron del escenario para presentarse en un evento a beneficio del sindicato de trabajadores del supermercado Unimarc, quienes pasaban por un mal momento.
Reina de los Ríos, presentación mediática.
El quinteto es llamado a representar a los músicos de la ciudad en el show más importante de Valdivia, actividad que llegaba tras polémicas luego de que se filtrara un video en donde concejales decidían que no tocase ninguna banda valdiviana por ser muy malas. Después de eso, la presión por parte de los músicos a través de las redes sociales y la insistencia de los medios de comunicación obligó a los organizadores a llamar una banda local. “Estando ahí teníamos la presión de dejar bien parados a nuestros colegas músicos, ya que si lo estropeábamos los organizadores tendrían excusa para vetar a las demás bandas de la escena. Tal vez no éramos los más idóneos por ser una banda de rock, sin embargo la gente acogió nuestro show de buena forma” – (Yuri Salgado). pag. 67
Debido a que la banda ya se había hecho notar por su discurso en presentaciones anteriores, la municipalidad les pidió no excederse con sus palabras. En eventos anteriores sin faltar el respeto ni nada por el estilo, Yuri había reclamado por el excesivo uso de carteles por parte de los políticos, mientras que en otra ocasión en medio de un show Yuri pide agua por el micrófono y Walter pide que esta no sea agua del río ya que estaba contaminada por Celco.
Historia
El nombre de la banda nace de una caminata, cuando sólo estaban W y Yuri. En un largo recorrido por las calles de la ciudad W no dejaba de pensar en un posible nombre para la banda, hasta que se le ocurrió “El horrible laboratorio de Newton Jones”, esta idea surge desde la relación que había entre él cómo Newton (por ser ingeniero) y Jones como músico representado en Yuri. Sin embargo el nombre era muy largo por lo que más tarde decidirían acortarlo a Newton Jones.
Anécdotas
En el festival Marea Rock, W nuevamente hace de las suyas y en medio de una presentación se cae de espalda tras saltar y pisar sobre uno de los monitores. Mientras el bajista de los Newton intenta pararse sigue tocando, pero Yuri comienza a tocar sobre él. Para el público todo esto pareció ser una forma de llamar la atención y hacer rock and roll. “En el Ocio Restobar nos pidieron tocar un show en formato acústico. Debido al poco tiempo que teníamos sólo adaptamos algunas canciones y otras las tocamos un poco más bajo, todo bien hasta ahí. Sin embargo, llegado el momento en que Walter debía lanzar un grito en una canción este fue desmedido dejando a toda la pág.
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gente pasmada, después de eso se canceló la siguiente fecha que la banda tenía programada en el local y desde entonces no hemos vuelto a tocar ahí” relata Natalia. Estando en Valparaíso, suben a tocar mientras había otra banda tocando en otro local. Sin saber quiénes eran, comienzan a tocar y el poco público que tienen de apoco se vuelve masivo gracias a que este se cambiaba de tocata, más tarde descubrirían que la otra banda que tocaba era Mantarraya.
Planes para el futuro.
Son varios los planes que tienen para realizar en el futuro, sin embargo deciden que lo primordial sería ante todo realizar un trabajo de difusión de su primer disco, posicionarlo a nivel nacional e internacional antes de grabar su próximo LP. La grabación de su próximo disco y video clips es algo que también los motiva, el hecho de haber sufrido una evolución importante luego de la grabación de su primer disco es lo que les mantiene frescos y ansiosos de ir por más y ver hasta dónde pueden llegar. Finalmente lo que la banda espera es poder profesionalizar su trabajo en forma definitiva y así tener la libertad de poder viajar por Chile sin tener tantos gastos, pudiendo solventar los costos a través de la misma banda.
que a la mitad del repertorio ya estábamos muriendo debido al poco entusiasmo del público, esto nos hacía sentir que estábamos haciendo el loco” –(Yuri Salgado)-. Algo característico de la banda es que todo el trabajo de producción que realizaron en su disco “Ahora” fue hecho con gente de Valdivia, los colores utilizados son los de la bandera de la ciudad y siempre la llevan a sus presentaciones tal y como ocurrió la noche de la Reina de los Ríos. Esto se debe al compromiso que sienten con la ciudad, buscando profesionalizar la escena y demostrar cómo se debe trabajar para lograr un buen show. “Estar en gira es una experiencia única, totalmente irremplazable, ojalá pudiéramos dedicarle más tiempo al trabajo con la banda, pero tenemos que tener nuestra pega aparte para solventar los gastos” – (Natalia García)-. “A mí por ejemplo me pasa que con mi pega de dentista soy tan obsesionado como con la banda, a la hora de tener que sacar un tema puedo estar durante horas, al igual que cuando me toca hacer una intervención dental” – (Nicolás Flores)-. “Yo creo que todos somos adictos a la música, ya que podemos estar durante horas intentando sacar un sonido en específico o un acorde” – (Guille) -.
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Jota Miranda es uno de los músicos más potentes que existe actualmente en el circuito valdiviano, en términos de estilo y puesta en escena. Arribó en 2006 desde Portland, para sacudirnos con una propuesta que deslumbra y enciende a la audiencia que asiste a sus tocatas. Desde sus inicios, el interés por la música siempre estuvo presente. El padre cantaba y hacía percusión, su madre tocaba bossa nova. En cuarto básico una profesora le dijo que tenía buena voz y de ahí en adelante no paró nunca más. "Canto en todas partes, caminando por la calle, en la micro, mi vida es cantar" -comenta a Radioseis-. Actualmente tiene tres discos, un EP y un larga duración con dos bandas en Estados Unidos, en Chile acaba de salir su primer disco solista "Karma". Su banda está compuesta por Nano Vera en batería, Daniel Contreras en guitarra y Luis Oviedo en el bajo. Temprano tendió al rock, sus influencias más marcadas son Metallica del insuperable Master of Puppets, Mike Patton, Eddie Vedder y Björk. No obstante, a la hora de hacer música se inclina por NIN y Dead Can Dance. Jota es multiinstrumentista, pero su enfoque es el canto. En una búsqueda por un sonido original y propio, experimenta utilizando raíces étnicas. Estudió canto polifónico y de la India, buscando escalas propias de otras culturas como la árabe, además de incorporar percusiones y ritmos africanos. El mismo clasifica su música dentro de una rítmica simple, que a través de su voz logra generar tensión y disonancias. A Jota Miranda lo motiva crear melodías atractivas para otros músicos, para que ellos también se potencien, haciendo del proceso de composición una creación colectiva. El mismo cuenta que los ensayos con la banda son muy vivos y activos, todos son creativos y aportan constantemente, aquello sin duda lo convierte en una experiencia única. De su paso por Estados Unidos, recuerda que sus pares músicos eran individualistas, lo que obedecía a tener un propósito marcado en la vida y ser constante para conseguirlo. pág.
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El sistema de micrófono abierto es algo que rescata de ese país, mediante el cual era muy fácil para un cantautor, mostrar su arte en un bar habilitado para tocar frente a un público que iba a escuchar a músicos emergentes. "Los chilenos tenemos que aprender a lidiar con la precariedad, cuesta conseguir recursos, por eso afloran ciertas habilidades y te auto capacitas, siempre buscando vías para lograr la profesionalización" -señala-. Jota recuerda sus días en la ciudad fluvial de Portland. El tiene un profundo amor por la naturaleza y reconoce en Valdivia ciertas similitudes con la ciudad estadounidense, en cuanto a entorno privilegiado y carácter cultural. Participó en los tres niveles de las Escuelas de Rock, lo cual relata que fue una experiencia muy gratificante. "Vi como metaleros y reggaetoneros se retroalimentaban, eso vitaliza y fortalece la escena". Su reciente disco Karma, es una recopilación de temas nuevos y antiguos. El primero se empezó a escribir cuando estaba en la universidad y evoca escenarios como Portland, Oregon; Boulder, Colorado; Valdivia y Chile, inspirándose en el regreso, la pérdida, el éxtasis y la esperanza. Este trabajo presenta nueve canciones, las que se construyen desde diversas corrientes creativas que impulsan la obra artística de Miranda, dando como resultado una placa que la define como “una biósfera compuesta de nueve ecosistemas complejos”. Estas composiciones resumen 10 años del trabajo musical de Jota Mirada y cobran vida en colaboración con el destacado músico y sonidista Álvaro Morgan. Su single "Ser Cero" suena fuerte y encarna el alma del disco. La canción transporta hacia parajes húmedos y fríos, en un ensueño austral. Pero también hace transitar entre guitarras poderosas y acordes melódicos, la composición logra atravesar la barrera espiritual, mientras la voz de Jota flota serena, entre el cielo y el abismo.
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Influenciados principalmente por la evolución del sonido Hardcore-Punk a través de la última década y con una actitud públicamente política de izquierda, Teoría de un Otoño Pasajero es una de las bandas fundamentales dentro del underground valdiviano. La historia de Teoría dentro de la “escena valdiviana” es reconocida por su apoyo categórico a las causas sociales tanto regionales como nacionales. Letras que hablan del descontento, de forma a veces poética, con una crítica clara a nuestra sociedad. La banda se forma el año 2006 cuando Juan Gutiérrez (Guitarra) y Germán Scheihing (Bajo) deciden comenzar a crear, motivados fuertemente por sus influencias similares y ganas de dejar un mensaje crítico. Actualmente la banda está conformada por Juan y Germán, Felipe Bruzzone (Voz), Pablo Cabezas (Guitarra) y Juan Pablo Riquelme (Batería). pág.
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Las primeras piedras y El Viaje.
Con una escena prácticamente inexistente en esos años, 2006-2007, pocos locales donde presentarse y sin mayores redes que unos cuantos amigos, la banda decide abrir espacios autogestionando y organizando tocatas, como es un clásico en el under, siempre en pos del apoyo a organizaciones tanto sindicales como sociales. “Llegué con la idea de organizar una tocata en apoyo de los pescadores y el pueblo de Mehuin, que aquel verano estaban en el clímax de una lucha de años contra la empresa celulosa Arauco. La empresa buscaba aplicar las lógicas del progreso capitalista contra un pueblo lleno de dignidad y coraje...” nos cuenta Felipe. Con esta idea y junto a amigos de la banda nace “El Viaje Producciones”, transformándose en una herramienta que les permitió organizar un gran número de tocatas para bandas amigas y no - “Con el Viaje comenzamos a brindar un espacio que a veces nosotros mismo no tuvimos cuando empezamos y con la que incluso ganamos algunos proyectos culturales de la Federación de Estudiantes de la Uach” – añade Felipe.
De utopías y golondrinas
El año 2007, Teoría lanza su primer disco-demo “Las Utopías Siguen Mutiladas en el Piso”, disco que consta de tres temas con influencias que van desde el Punk, Hardcore y el Emo, con letras contestatarias que hacen un versus entre la crítica social y sentimientos profundos y existencialistas. Meses después de haber lanzado su disco debut y gracias al trabajo realizado a través de internet por la banda, se concreta su participación en el compilado de bandas argentinas “MIXTAPE IV” de Lepork Records, siendo el único invitado trasandino. “El compilado contaba con la participación de bandas como En Mil Partes, Azero y Metamorfica entre otras, la mayoría parte de la nueva generación de bandas trasandinas y que fue difundido en USA y parte de Europa” – nos cuenta Felipe. En el año 2009-2010 registran “Las Golondrinas No Mueren Con Balas” en el ex Estudio Abedul de propiedad de Discos Tue Tue. Un disco cargado al discurso político directo y duro, donde la banda asume claramente un compromiso declarado con las ideas que defenderían.
donde tuviera que correr. De repente nos dimos cuenta que nuestra música y discurso tenía una muy buena recepción entre las generaciones más jóvenes, que después de 4 años ya eran caras bastante distintas, muchos amigos un tanto menores que nosotros. Aparece y surge así toda una época acompañada de un grupo humano que se autodenomina Kalle Kalle Hardcore, un crew que decide llevar adelante una posición clara frente a su condiciones de pequeños transformadores sociales o agentes de cambio” – nos cuenta Felipe. En la actualidad Teoría sigue trabajando por una causa, siempre más comprometidos con la música valdiviana y las organizaciones sociales que con el trabajo en estudio. Aun así este año 2014, junto con Acción Ilícita Distro, en colaboración con Productora el Viaje, editan un disco compilatorio del trabajo realizado en estos 8 años de música. Además del material en vivo registrado en el mítico RockBar de la ciudad de Valdivia. “Un abrazo a todas y todos los que nos han acompañado en estos ocho años de vida, a los hermanos y amigos que han pasado por la banda, a quienes son parte del equipo de banca de Teoría, a los que nos prestan ropa de una u otra forma y siempre desinteresadamente, a seguir trabajando y luchando por todos nuestro sueños compañeras y compañeros… Y como dijimos una vez - Esto es simple hermanos, gracias por la inspiración” finaliza Felipe.
La invitación de sus vidas.
El 2011 llegó un momento que la banda nunca pensó vivir y que por lo demás creo que nunca olvidarán, debido a que fueron invitados por su mayor influencia, la banda argentina Eterna Inocencia a compartir escenario en Santiago. “El recital estuvo maravilloso, no sólo por poder vivir esta linda experiencia, sino porque Eterna Inocencia nos entregó un show cargado de emociones y de lo mejor de su repertorio, sin desmerecer a las otras bandas que también acompañaban y sin dejar de mencionar que si bien éramos una banda muy pequeña para ese circuito, nos sentimos tremendamente cómodos y acogidos por mucha gente y por los compañeros de Eterna Inocencia y Sin Remedio, banda hermana que nos acogió y nos recibió con los brazos abiertos y sin los cuales nuestra estadía en Santiago hubiese sido tremendamente complicada.” – cuenta Felipe.
“El disco nunca se lanzó de manera oficial, pero poco nos importó y dejamos que corriera por pag. 73
La primera vez que los vi en vivo,
fue el año 2005 durante un Yankeelandia realizado en los pastos cercanos al muelle del Campus Miraflores. Olor a choripán, cerveza en mano y a punto de encender un hermoso cogollo de la época, recuerdo haber quedado impresionado con la fuerza de su música y las letras de lo que era en ese entonces, un modesto power-trio llamado UNION. Hablan de forma directa y combativa, siempre con un trasfondo político-social manifiesto en sus letras, con ritmos marcados y pesados. Era la época del Aggro-metal o Nümetal, como quieran llamarlo. pág.
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Inicios
La banda nace en la Corvi, entre ensayos que parecían tocatas hace ya más de 12 años. Este barrio de casas modestas, fue creado para las víctimas del terremoto del año 60’ que azotó a la ciudad de Valdivia. “Conseguíamos un lugar, cada uno llevaba lo que tenía y armábamos ensayos con cuatro o cinco bandas. Si bien era un ensayo, finalmente parecían tocatas. Me acuerdo que una banda, Los Virtuosos, tenía un DJ que llegaba con un tocadiscos, a la antigua, para hacer scratch” -comenta Erwin-. En ese entonces, la banda estaba formada por Fredy Góngora (Bajo/voz), Juan Ramón Illanes (Guitarra) y Erwin Caniuñir (Batería).
“Nos llamamos Unión, porque siempre teníamos diferentes bandas pero al final no nos sentíamos cómodos con ellas y volvíamos a juntarnos en forma recursiva, tanto que finalmente se consolidó” -agrega Erwin-.
De Power-Trío a Quinteto.
Desde los primeros pasos de Unión al día de hoy, la formación de la banda ha sufrido modificaciones, como la llegada de Rodrigo Ceballos (Bajo), la incorporación de DJ Dino en la tornamesa, hasta el retiro de Fredy. Este último suceso ocurre justo tiempo antes que la agrupación entre en estudio a grabar. Fredy consciente de no poder dejar en una mala situación a la banda, decide darle la batuta en voz a Raúl Fernández, amigo y cercano desde los inicios a Unión. De aquel suceso, Raúl comenta: “Fredy me ofreció el proyecto, ya que tenía que irse por fuerza mayor de la banda, no podía dejar a poto pelao’ a los cabros y pensó que el más indicado era yo”. La principal característica de Unión, es la motivación más por convicción y ganas de hacer las cosas, que por el afán de llenarse los bolsillos.
Ni un paso Atrás
Desde “Nuestra Verdad”, demo grabado como power-trío, a “Ni un paso atrás Vol.1” ya como quinteto, dista un camino de lucha, autogestión y madurez, tanto personal como musical. “La principal diferencia entre el Unión de antes y el de ahora, más allá del número de
integrantes, es la armonía que hemos logrado establecer como banda, no queriendo ser más, ni uno ni otro” -nos cuenta Erwin-. Ni un paso atrás Vol.1, fue grabado en estudios Pulsar por Felipe Ortiz, sonidista de Sinergia. Finalmente, fue lanzado en noviembre del 2013 a través de Mastodonte, sello e iniciativa del ex integrante de la banda Fredy Góngora. Es el primero de dos volúmenes de un disco, que refleja la historia de Unión y su música, la cual limita en lo más underground y pesado con guitarras machacadas, bordeando lo comercial con sus coros melódicos. La segunda parte de “Ni un paso atrás”, se espera para noviembre del año 2014. “El segundo volumen está más trabajado, se nota más madurez en la composición, está un poco más oreja, viene con más técnica, siempre marcado con la esencia de Unión que es el saltarín…” -comenta Rodrigo-.
Sobre la autogestión.
Unión, es una banda de amigos más allá del escenario y esto se refleja en el espíritu que emanan la banda al compartir. “Si vamos a hablar de unión y fraternidad entre personas, también tenemos que ser así nosotros” -agrega Raúl-. Al mirar al Unión de ahora, puedo decir con certeza, que el tiempo ha sabido sobrellevar la turbulencia que conlleva mantener una banda 12 años latiendo. El camino no es fácil, toca superar cambios de formación, las infaltables peleas o roces de ego y quizás el problema más recurrente dentro de una banda autogestionada: ¿Cómo mierda hacer que esto
funcione, siendo de región en un país tan centralista? “El ser autogestionado e independiente, te da la posibilidad de no rendirle cuentas a nadie, haces tu propia música, escribes lo que se te antoja, dices lo que quieres… La posibilidad que tienes desde acá es que puedes hacer música auténtica, que nace de tu inspiración, no música para vender y agradar al resto...” -comenta Raúl a Radioseis-.
Futuro
Desde sus últimas grandes presentaciones en Marea-Rock y Rock en Río Bueno, durante el verano 2013/2014, la bandera de Unión ha estado en alza. Desde poder escucharlos en radios a nivel nacional, como Radio Futuro, hasta entrevistas e invitaciones a tocar en España. “Unión está sonando en España, nos conocen en Madrid y en Valencia. Que hable otra persona desde otro país de tu banda es la raja” -señala Rodrigo-. Estos chicos se encuentran haciendo las gestiones para ir a España. Teniendo las invitaciones sobre la mesa, están viendo cómo cubrir los gastos para poder viajar al viejo continente. Por otro lado, Unión se halla ad-portas de lanzar “Ni un Paso Atrás Vol.2” y quizás con qué gratas sorpresas nos encontremos en el camino de una banda que califica muy bien con la frase: “Familia esquina de barrio que fue la cuna de lo que somos hoy” parte de una letra de una de sus bandas influyentes, el que sabe… sabe.
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Cristóbal Peña, fundador y líder de la banda, es un destacado músico, psicólogo y
emprendedor osornino. Su camino comienza desde muy pequeño dentro de la música, pero no es hasta el año 2005 que, para Cristóbal, esto toma riendas serias y profesionales gracias a la experiencia y el trabajo realizado como guitarrista de la banda Horlaz en Santiago. “Estuve diez años viviendo en Santiago, en ese tiempo me hice amigo o conocido de muchas personas que trabajaban en la música y eso abrió muchos contactos. Toqué en Horlaz, una banda de Pop, donde yo era guitarrista hasta el año 2010. Volví a Osorno por temas laborales y familiares, siempre con la idea de volver a Santiago pero a esta altura ya no tengo ganas, me gusta el sur y existe la posibilidad de hacer las cosas desde acá. El sur está en auge, en Santiago trabajar y tocar es un martirio.” – cuenta Cristóbal. El proyecto nace el año 2011 junto a su primer disco Planetario, producido por Felipe Cadenasso, quien pág.
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propuso hacer el disco en su estudio en la ciudad de Santiago. En ese tiempo la banda la conformaban sólo Cristóbal Peña (Guitarra y voz) y Franco Julián (Bajo y Coros) por lo que sus primeras presentaciones fueron en un formato de bases, guitarras, bajo y coros. Tras varias presentaciones por el sur de chile, especialmente en Osorno, se unen a Peña músicos de otras bandas de la ciudad de Osorno como Carlos Segovia, baterista de El Laberinto, y Gerardo Pérez, teclado y voz de Reina Luisa. “Varios amigos se fueron prendiendo con la idea – oye te acompaño en la guitarra, en la batería. - Ya éramos banda completa para octubre del 2011, cuando llegamos a Pulsar.” Añade Cristóbal.
Desde Planetario a Paseando Peces
Planetario es un disco introspectivo, inspirado en la melancolía del Sur de Chile y en palabras de Cristóbal - “… Un disco mucho más íntimo, suena como me hubiera gustado que sonora sin mucha opinión. Al grabar con Felipe existe una complicidad, una
complicidad, una capacidad de decirte las cosas sin problemas”. Planetario tuvo el apoyo cómo banda independiente de Capsula Discos, de la mano de Felipe Cadenasso. La segunda placa “Paseando Peces” seguirá existiendo tal apoyo, sumándose las conversaciones con Discos Tue Tue para la distribución de este. “Hay que tener el disco primero en mano” – añade Cristóbal. El segundo trabajo Paseando Peces, a diferencia de Planetario, es un disco más movido y compartido en cuanto a creación. Paseando Peces se mueve entre dos líneas, por un lado contiene una serie de temas que hacen referencia a Planetario, canciones más armoniosas, sutiles e íntimas, mientras que por otro, hay canciones más bailables y/o movidas. “Pensamos en la posibilidad de hacer un disco doble, material hay pero el problema es el costo que conlleva hacer eso.” Principalmente es Cristóbal quien está detrás de la base, armonía y letras de las canciones, quien, en sus propias palabras, democráticamente luego comparte con los otros miembros de la banda para así ir trabajando paso a paso en nuevos arreglos.
chicos les gusta mucho el Funk y la música bailable al momento de crear. Fue súper rico para este disco dejarlos hacer, llegaban con ideas y no se interrumpía nada”. “Hay un tema que se llama Lluvia Inmóvil en el disco, la letra es un poema de Jorge Teillier, habla de la sensación de vivir el sur como se debe, con todo lo que tiene, sin miedo al frío, a la lluvia, haciendo lo tuyo. Teillier tenía mucho de eso, de leer a Arauco su tierra de una perspectiva muy local, como si no fuera necesario pensar en otro lugar. Eso tiene mucho la música que hacemos” – añade. Paseando Peces tiene fecha de lanzamiento para Diciembre del 2014, el nombre del disco aun no es definitivo, ya que se ha barajado el nombre “Ginebra” para este. “Mi percepción de Valdivia es que hay muchas y buenas bandas pero los lugares para tocar son escasos y sin implementación, desde ese punto de vista es raro. En Osorno hay más locales para tocar en vivo con toda la implementación, pero se dedican muchas veces a mostrar bandas tributos y de covers. Personalmente creo que si hacemos la mezcla entre las dos ciudades saldría algo perfecto”.
“Llevo algunas canciones a la sala de ensayo y los chicos van ayudando. Gerardo ha aportado un montón en arreglos, mientras que Franco y los pag. 77
MAGE’S nace a fines del 2009 cuando Harold Mage, ex integrante de la banda valdiviana Panorama, decide dejar esta última para comenzar a componer junto a Carlos Andrés Kunz, Paul Joseph y Toño Martel los primeros acordes de la banda, quedando registrados, de manera auto producida, los temas Good-Bye Good Day, Preocupado por un Sueño y Volar. Luego de varios conciertos en vivo, Toño deja la banda mientras Mage’s decide comenzar la grabación profesional de su primer trabajo titulado “Sin Mirar Atrás”. “El EP se gesta porque nosotros queríamos hacer algo más profesional, ya no nos sentíamos conforme con nuestro sonido. Nos demoramos más de un año en grabar el EP”. “Es difícil sobrellevar los cambios dentro de una banda. Los temas que ya están grabados es solo saber ejecutar, es como empezar de cero a ensayar. Lo más complejo es en términos de que haya un feeling en la composición y eso no sé si lo da el tiempo”. En estos momentos Mage’s lo conforman Cristian Thon (guitarra), Paul Joseph (batería), Carlos Kunz (Bajo), Gigio (teclado) y Harold Mage (voz y guitarra). pág.
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En septiembre del 2013, en pleno proceso de registro del disco, Mage’s viaja para girar por México presentando en festivales, programas de radio y televisión abierta su primer videoclip y single Fucking Love. “Comenzamos a hablar con un productor mexicano (Productora Tridente) que nos ofrecía gira y apariciones en medios, en un principio pensábamos que nos estaban vendiendo la mula pero luego pasaron los meses y nos dimos cuenta que era verdad” – comenta.“En ese momento hablamos con la productora valdiviana Verde Vivo, ya que no éramos una banda muy conocida y no teníamos recursos para viajar, para gestionar el Ventanilla Abierta del CNCA que nos llevó a México” – agrega.Dentro de la variedad de los músicos locales este viaje significó la motivación y apertura mental de que las cosas si se pueden hacer desde regiones, cuando se muestra calidad y se realiza un trabajo y gestiones correctas.
El itinerario de Mage’s en México comprendió conciertos en La UNAM, y los bares Dobermann y Club 62. “El viaje nos abrió una puerta enorme, a pesar que el rebote no fue tan grande a lo esperado y contrario a lo que todos pensaban, quedamos estancados. Esto último debido a no haber terminado el EP y no tener otro material más que el videoclipsingle que dejamos sonando en radios mexicanas”. Al regreso la banda se encierra en el Estudio de Grabación del Instituto de Acústica de la Universidad Austral de Chile, a terminar su EP debut junto al Ingeniero Jorge Cárdenas. "Sin Mirar Atrás" es un disco de sonido limpio y potente, con atmosferas sutiles, guitarras onderas y marcadas que bordeando a menudo entre el Pop y el Disco del bajo, el beat pegajoso de la batería y una voz inconfundible le dan categoría y color a un disco redondo, que a todas luces es una pieza de colección de la música valdiviana. Gracias al EP y los contactos realizados en el viaje, Mage’s espera editar y lanzar “Sin Mirar Atrás” en México a través del Sello Intolerancia. “Esperamos realizar una gira por el norte y sacarle el jugo al EP, mientras pensamos ya en el siguiente disco. No nos obligamos a componer si no que nace, creo que al obligarse no salen buenas cosas.” – añade.
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La escritora y actriz
Maha Vial es una valdiviana que no ha cesado en su quehacer artístico. Desde la niñez ha desarrollado sus instintos literarios para hoy llevar a sus lectores hasta las sombras y escalofríos que ocurren en oscuras habitaciones sexuales. Es creativa sin hacer caso a prejuicios conservadores; se deja llevar en sus escritos que hablan de lujuria y una cruda imagen sexual planteada desde género femenino. Algunas de sus publicaciones son: La Cuerda Floja (1985), Sexilio (1995), Jony Joi (1999), El Kultrún (2001), Maldita Perra (2004), El Asado de Bacon (2006). ¿En qué momento decidiste dedicarte a trabajar en el área de las letras? Bueno, tú sabes que en los procesos creativos no existen límites tan estructurados como cuando te decides a estudiar alguna carrera o comienzas a trabajar en lo que se supone estudiaste. En mi caso, arrastro la poesía desde la infancia como una suerte de otro órgano de mi cuerpo; y aun cuando dejara de publicar o escribir, este órgano estaría ahí, como mi hígado, mi corazón o mi cerebro, quizás no cumpliendo su función, pero estaría ahí atisbando el mundo, develando la visión de las cosas. En todo caso, el punto de entrada es la publicación de mi primer libro, el año 1985.
¿Qué es lo mejor y lo peor de esta profesión? ¡Uff! Nuevamente, no puedo darte una respuesta concreta porque esos valores no aparecen tan delimitados. La creación es un estado en constante movimiento y, por eso mismo, contiene una red infinita de emociones, sensaciones, constataciones de plenitud y amargura, develamientos de zonas límpidas y oscuras. Sin embargo, te confieso que he sentido, alguna vez, el amargo sabor de estar tejiendo sobre un absurdo: ¿qué
son estas palabras ante la inmensidad de un mundo regido por la patraña del capital?, ¿a quién mierda le importa lo que escriben unos cuantos pelafustanes reclamones? Trabajar la palabra, querido, es asunto complejo, acá tú no puedes hacer pasar gato por liebre, acá las palabras no son meros floreros por ser floreros, acá las palabras son floreros y flores al mismo tiempo, y flores que crecen y son rosas y cardos que tienen espinas. Por tanto hay desgaste y olvido, indiferencia y mucha soledad. A nivel musical en Valdivia existe una escena de músicos independientes ¿En cuanto al área de las letras se genera algo similar? Y de ser así ¿en qué momento se encuentra esta escena? En estos momentos, en Valdivia, existe la música; me refiero a que hay creación musical. Y es un proceso re interesante porque hay diversidad y movimiento. Las bandas musicales se reúnen en eventos, exponen sus creaciones, dialogan sus voces e instrumentos y hay un gran público que aprecia esto. La ciudad se está transformando, hace rato ya, en este sentido. Aquí ya no existen sólo bandas tributo o bandas que tocan temas de otros grupos para amenizar. Aquí se está forjando música. Este fenómeno, lamentablemente, no se da en el campo de la literatura. Los escritores son seres solos, su proceso creativo está en la soledad y de, alguna manera, este matiz lo relega un poco de la interacción social tan importante para conectar la palabra poética con la comunidad. Por otro lado, no se generan (y no generamos) con suficiente frecuencia, eventos de lectura; salvo, claro, cuando se publica un libro; pero en el transcurso del año, el desierto es total. Y a pesar que hay una cantidad importante de escritores, la ciudad en su conjunto desconoce la labor literaria.
bipolar con la ciudad, una ciudad que amo y desamo con la misma intensidad. Me encantan sus paisajes, ciertas construcciones y calles antiguas, pero detesto el discursillo de ciudad cultural o la ciudad más cultural, de ciertos sectores chauvinistas y oficialistas. Tenemos una Escuela de Artes Visuales, existen muchos artistas visuales y no hay salas de exposición permanente no sólo para artistas profesionales; sino, también, emergentes; tampoco hay salas de teatro para que los grupos regionales ensayen y exhiban sus creaciones. Por otro lado, con el último incendio del edificio Kunstmann, te das cuenta que el concepto patrimonio sigue siendo una construcción política cliché. Finalmente, habría que preguntarse si el pueblo (o el bajo pueblo) tiene acceso a esta tan mentada cultura valdiviana, en el sentido de educación y divertimento. ¿Cómo me influye todo este panorama? Supongo que cruza mi visión pesimista del mundo. Pero, el río, con su fluir en movimiento, me alerta para no caer.
¿Cómo es el proceso creativo, tienes algún horario para escribir o solo cuando te viene la creatividad? No tengo horarios, no tengo reglas. Cada proyecto poético me dicta su momento, su entorno, su música; por ejemplo, La cuerda Floja la escribí mientras sonaba Janis Joplin y sus Balas y Cadenas; con Sexilio me adentré en la noche con The Cure de fondo; El Asado de Bacon en el silencio de la mañana temprana, empapándome de pinturas de Francis Bacon; etc. En resumen, me dejo llevar por la naturaleza de cada escrito. Pero, el movimiento es crucial. El proceso creativo para mí es movimiento y me apoyo en el cuerpo, caminar, salir, gestualizar; verbalizar el cuerpo, en definitiva, impulsa la palabra.
¿Cómo es tu relación con la ciudad y cómo influye en tu obra? Esta pregunta me complica porque tengo una relación compleja y un tanto pag. 81
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Se dice que en Valdivia la cultura pulula en el ambiente, por eso no es raro encontrar a realizadores que hayan descubierto una veta artística desconocida para ellos, transitando por estos húmedos y a veces, desoladores parajes sureños. Algo tiene la fría selva valdiviana que, como una licuadora de ideas, termina juntando gente en proyectos llenos de creatividad. El cineasta Cristóbal Durán nos cuenta cuál es su receta. Su primer video musical se gesta cuando estudiaba en Santiago, en la UNIACC. Un día la banda compuesta únicamente por mujeres llamada “Niña con frenillos”, quienes además eran compañeras de curso de Cristóbal, lo contacta para hacer un video utilizando los equipos disponibles en la universidad. No había actores ni muchos recursos para el rodaje, así que él y la bajista fueron los actores, corría el año 2005. Al regresar a Valdivia, comenzó a hacer videos corporativos, hasta que un día se encuentra con Marcelo Godoy de Discos Tue Tue, quien le pregunta si le gustaría dirigir un video musical. A la fecha, el único registro de este tipo que había hecho en la ciudad, era para la Orquesta de Cámara de Valdivia (OCV), por lo que le pareció una propuesta interesante.
Discos Tue Tue, tenía un pequeño presupuesto designado para rodar un video clip, con la dirección de Cristóbal Durán y la producción del santiaguino Rodrigo Guerra. Así se hizo el primer video de Fuma&Baila “La dulce espera”. A la semana siguiente, caminando por la calle, como es usual en Valdivia, Cristóbal se encuentra con Camilo Eque. El joven músico le pregunta cuándo podrían hacer algún video. Cristóbal cargaba con su cámara en esos momentos, así que le propuso hacerlo en seguida. Hicieron el rodaje completo ese mismo día. Así nació el primer video de Camilo Eque “Llévense”. Con la realización de esos dos videos descubrió algo que lo llenaba profundamente, la mezcla entre lo audiovisual y la música, dos áreas que lo apasionan. Cristóbal dice que le debe mucho a la música, gracias a ella se interesó por el cine y conoció diversos estilos de vida, de la mano de aquellos artistas que iba conociendo en el camino. A la fecha ha grabado más de una docena de videos, el último a gran escala fue “El melón con vino” de La Teruka. Este -relata- fue un desafío grande, ya que es un estilo bastante alejado de sus gustos y de lo que él hacía normalmente. Dice que se guio por su intuición y aquello que le evocaba la música
mientras la escuchaba. La manera de trabajar de Cristóbal es sencilla y orgánica. Se reúne con los músicos y les pregunta qué ven cuando componen. “Uno con los ritmos se transporta, con las canciones viaja o imagina cosas” –explica-. Durán también ha realizado videos para bandas como Newton Jones, Máquina Verde y Mage’s, todas promesas de la actual escena valdiviana. Cuando le pregunto por alguna anécdota relacionada a los videos musicales, Cristóbal se acuerda del reciente robo de sus equipos. Dentro del material que perdió se encontraba realizando un documental de música que iba a ser una especie de vuelta de mano a la ciudad y a la cultura valdiviana que le ha dado tanto. El documental trataba de las sesiones musicales llevadas a cabo en el bar “El Huairavo” de Niebla, donde empezaron a llegar bandas de distintas partes de Chile y el mundo. “Todos querían tocar ahí porque es un espacio muy íntimo y la acústica es buena. Tenía un material muy interesante sobre la escena musical de Valdivia, lo cual podría haber sido un importante registro de la música nacional a futuro. Finalmente se perdió sin dejar rastro… esa ha sido “la mayor anécdota de todas” –señala-. pag. 83
Busquilla, curioso por cada detalle
que adornaba la ciudad, ese niño oriundo de Chimbarongo que desde los cuatro años se estableció en aquel Santiago tan grande para un pequeño que, atento a los paisajes y encantado por la libertad de la calle, absorbía cada imagen que sus ojos pudieran captar. Samuel Lizama recuerda que “recién estaba inaugurada la estación Santa Ana de la línea dos y yo tomaba el metro y viajaba por las estaciones
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y de ahí me devolvía al colegio, ahí descubrí el gusto por andar en la calle y esa inclinación a pasearme por todos lados, a ofrecerme a mis tías y a mis vecinas para ir a comprar al centro”. Un ser extrovertido, adolescente inteligente que, inmerso en el metal, comenzó a conocer el mundo de las tocatas y sobre todo el mundo de la música. Fue un alumno comprometido con sus estudios, pero muy travieso, le encantaba llevar la contra, sobre todo a los profesores. Es por eso
que muchas veces lo quisieron echar del colegio, pero no pudieron por su buen rendimiento. “Incluso cuando pasaban los Testigos de Jehová por afuera de la casa, yo me daba el tiempo de atenderlos, de conversar con ellos y de cuestionarlos también”. Es una historia interesante de contar, el cómo llegó el arte a la vida de Samuel, ya que surge de un suceso muy íntimo y delicado. Todo comienza con la separación de sus padres, teniendo que dejar la universidad para hacerse cargo de su hermana y de los quehaceres de la casa. “Tenía mucho tiempo libre y mi intención no era ser un vago, así que comencé a trabajar en una agencia de guardias de seguridad dedicados a eventos artísticos. Recuerdo que para un recital de La Ley, conocí a un grupo de amigos con los cuales comencé a carretear todos los días. Entre fiestas y carretes, me di cuenta de que ellos se tomaban fotos, mostraban diaporamas, se ponían a pintar. Yo tímidamente no pescaba porque nunca lo había hecho, nunca pinté en el colegio, siempre hubo gente que me hizo los trabajos”. Pero las ganas de querer innovar en su vida, lo llevaron a probar el juego entre la tinta y el pincel. ”Me di cuenta que para todo dolor que yo sentía por mi familia dividida encontré como un remedio, un reposo, un relajo en la pintura”. La pintura lo envolvió, lo atrapó y lo liberó. Comenzó
aquella aventura entre talleres y estudios realizados en la Escuela de Bellas Artes de Valparaíso, encontrando a su primer maestro, Mauricio Ojeda, llamándolo así por vivir de la pintura y tener un discurso artístico. Fue iniciando un viaje que reunió a muchas personas dedicadas a las distintas ramas de tan bella facultad, mientras él descubría la creación de paisajes y la aplicación de una técnica que sigue vigente en su obra a base de acuarela, tinta, pastel seco y témpera sobre papeles de colores.
sentir de su autor. “Creo que si esperara la inspiración habrían días que no la tendría; es por eso que tengo una forma de trabajo que me permite funcionar diariamente. Así como uno tiene la necesidad de comer todos los días yo tengo el deseo de pintar todos los días. Esto es bien diverso y es una necesidad. Hay días que siento el deseo de pintar paisaje y lo hago, hay días que siento el deseo de hacer abstracción y lo hago, y hay días que deseo hacer todo al mismo tiempo y también lo hago”. Y todo aquello se transforma en una aventura que transita por obras conceptuales, abstractas y de paisaje, e inclusive por la gráfica, llevándolo a ser una persona diversa, ecléctica, quien se nutre de un conjunto y no solamente de un elemento en particular. “En definitiva si es por definirme, podría ser como un creador inquieto”.
Fue inevitable, la pintura se trasformó en su vida, pasión y satisfacción, la cual se torna diversa, nueva y desconocida cada día, para lograr innovar y no caer en una rutina, sin esperar a que la inspiración llegue. Samuel ha descubierto como irse encantando nuevamente con este arte, un arte que sabe ser distinto, sin perder su esencia y que captura la mente, los movimientos y el
Al estar pintando en el Centro Cultural La Barraca en La Florida, Región Metropolitana, trabajó por primera vez como ayudante. Más tarde, en 1999, se vino a Valdivia, año en el que comenzó a realizar sus propios talleres, partiendo en la Escuela de Arte de la Fundación PRODEMU, la cual fue una experiencia que lo llevó a encontrarse con su propio discurso artístico. Cada vez Samuel se iba enriqueciendo de aquella vivencia que se concretaba en transmitir el conocimiento que
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20 años de trayectoria
había logrado interiorizar. Una enseñanza in situ, a personas que comenzaban a aprender gracias a él. Aquellos talleres siempre estuvieron enfocados a jóvenes y adultos, sin embargo, su vocación por dictar talleres para niños la descubrió mediante una historia relacionada con su hija, Kaine, quien siendo más pequeña, fue una de sus alumnas en el primer taller para niños. “Con mi hija más grande nos cambiamos a un barrio donde sólo habían adultos. Ella no tenía con quien jugar, entonces decidí hacer un taller para niños, para que ella tuviera la posibilidad de compartir con otros chicos de su edad. Gracias a eso me he dado cuenta de tengo un feeling muy especial con los niños”. En la vida como tallerista, se suman aquellos que realiza en las Escuela de Invierno y de Verano impartidas por la Dirección de Extensión de la Universidad Austral de Chile y el curso que dicta en la Escuela de Talentos Alta UACh.
A lo largo de estos 20 años dedicados a la pintura, recordando aquel jueves 22 de abril de 1999, inmerso en un Valdivia otoñal, fresco, frío, pero de tonos cálidos, envolviendo a cada transeúnte de café, naranja y un toque de amarillo, tonos que hacen de esta ciudad una bella pintura, con trazos delicados, tanto gruesos como delgados, cuidando esa esencia que la hace bella y única, recordando aquel lugar que fue un espacio dedicado al arte, la Sala Ainilebu, en la cual Samuel realizó su primera exposición, comprendiendo que todo lo que había hecho hasta ese entonces, se podía concretar, o cómo dice él, materializar. “Cuando uno da el paso de ser un pintor aficionado, a ser un pintor profesional. Desde aquel momento sentí que yo podía fluir”. Samuel señala algo muy importante que ha sido capaz de captar a través de su experiencia. Han sido 20 años pintando, inmerso en el mundo del arte, dos décadas en las que ha pertenecido a este entorno, lo cual lo ha hecho reflexionar respecto a la importancia de ser un artista visual. “En las artes visuales no sólo tenemos que crear. Como es un medio de comunicación, también tenemos que mostrar e interactuar con los que nos rodean: el único argumento que tiene un artista visual es lo que se puede ver. Y mis argumentos se basan en estos 20 años de pintura, de experiencia”. Y una de las experiencias más destacables que ha realizado Lizama, se caracteriza por ser especial y muy significativa para él: el poder llevar su arte a los consultorios, especialmente al que está ubicado en el sector de Las Ánimas. “Ahí yo descubro en mí ese deseo de querer llevar mi arte a las personas, así como yo no tuve una vinculación en la niñez con el arte, sentía que ese era el camino, llevar las cosas donde nunca han estado, es decir, poder aportar de forma real”.
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Samuel ve su futuro de manera optimista, sintiendo que todo lo que está por venir siempre a va ser mejor de lo que lo antecede. Seguro de aquel camino que escogió, una senda que representa aquel gusto establecido por aquello que lo envuelve y lo deja ser, con una mentalidad creativa y renovada, siempre experimentando algo nuevo dentro de la pintura. “Yo siento que estoy en un minuto en el que puedo construir lo que yo quiera. Creo que a partir de ahora, sé que voy a pintar toda la vida”.
"Recuerdo que los nueve meses que mi pareja estuvo embarazada de Kaine, mi hija mayor, yo hice alrededor de dos mil obras, una gran producción, dando cuenta de que se puede hacer mucha obra en soporte de papel, siendo la enmarcación lo más complicado del proceso. Así que he tenido que ir guardándolas, y acumulándolas en varias bodegas que no se encuentran sólo en Valdivia. Y la razón que valida esta producción es el hecho de creer que el principal argumento de un artista visual es lo que puedes mostrar, lo que se ve”.
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La visión que tiene Sergio Zapata Oyarzún, pintor valdiviano, es muy distinta, particular y sorpresiva a la vez. La expresión, la liberación y la necesidad de comunicar se plasman firmemente en la tela desde el momento en que el pincel es vertido con un poco de color y luego forma trazos que a simple vista pueden parecer sólo garabatos, pero que con atención y observación reflejan aquel mensaje que el artista quiere transmitir. Zapata es oriundo de Valdivia, desde muy joven se fue vivir a Concepción y al retornar a esta ciudad, comenzó su búsqueda sobre qué haría al asentarse en ella. Fue partícipe del Curso de orfebrería, impartido en la Universidad Austral de Chile, que daba cuenta de conocimientos relacionados a la confección y aleación de diferentes metales para lograr un producto único y llamativo. “Es lo único que estoy buscando”, dijo y desde aquel momento adquirió el oficio de orfebre, en esmalte sobre cobre, grabado fuerte sobre plata y cobre, entre otras técnicas. A partir de entonces, Zapata se instaló en la Universidad y comenzó a ser parte de ella a través de su estilo contemporáneo, evolutivo y muy selectivo. Se torna muy interesante el camino que lo lleva hacia la pintura, ya que todo comienza hace 13 años, fuera de la Biblioteca de la UACh, en aquellos días cálidos a fines de diciembre, cuando de pronto un grupo de estudiantes, se acerca a ver 10 pares de aros envueltos en color que resaltaban entre los distintos diseños en la muestra. Desde aquel momento Zapata no ha dejado de pintar. Define su pintura como Transgénica visual, caracterizada por la agresividad, pero contrastada por la armonía que se genera gracias a la música IDM, calificada por él como una “droga auditiva que le permite estar muy motivado”. Lo cual le permite descifrar la frecuencia de los colores, de las pigmentaciones y de los trazos. “Esta pintura, tiene esos contenidos que tiene la generación que está enferma. En mi pintura que es mi pintura, está decodificada la enfermedad contemporánea, criticando la transformación hacia lo artificial y el sistema que nos atrapa y monotoniza, que nos apega al dinero, opacando la belleza de una obra de arte”. Un hombre amante de la naturaleza, de lo sencillo y sobre todo de su familia, quien está interesado en el medioambiente y contribuye a su cuidado con su trabajo, mediante la elaboración de arte, reciclando materiales y utilizando elementos naturales. Ha expuesto en la Casa Luis Oyarzún, de la Dirección de Extensión de la UACh y en Bariloche. Se muestra su arte permanentemente en la pinacoteca que se encuentra en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UACh, en la cual se encuentran los cuadros más relevantes e históricos que ha creado: la quema de casas alemanas en Valdivia; los terremotos que han ocurrido en Chile; la mitología de Zapata; es decir, realidad.
“La función del arte es sanar; la sanación es vender mi creación barata y bella: esa es la lógica” (Zapata, 2014). pág.
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Consolidando el estilo que venian desarrollando en su primer disco, el Combo Valdiviano, FILARMONIKOS, durante el 2014 nos muestra una nueva producción, “MEJOR TARDE QUE NUNCA”. Cantados por los Frontman: Bomboclacksound, Carlitos Ganjahh, Pato Street y en los controles Dj Dino, nos muestran un rap fresco, buenos samples y un buen sonido.
Con una intro, sacada de la película chilena “Machuca”, que nos recuerda la desigualdad que aún se vive en nuestros días. Cortando los Hilos es un disco de sonido clásico Punk-Rock, letras que hablan de sexo, alcohol sin dejar de lado la contigencia. Energia y rebeldía predomina en estos muchachos.
Punk-Rock al hueso, con un aire clásico a Ramones, Nada en Particular es el álbum debut de los valdivianos de LAVA. Un disco de sonido simple pero potente, entregando una energía que nos hace recordar la frase “Solo tres acordes nos van a bastar para dejar todo esto igual que como está”.
Rock-Folk con un tímido, aunque a veces marcado, tinte Pop, Infiltrado Sin Retorno es el segundo disco de los valdivianos de Temporal. El disco logra apuntar a un sonido único y propio como banda, reflejando la lluvia y el bosque sureño no explícito en las letras.
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