BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL “MANUEL ÁVILA CAMACHO”
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR
ASIGNATURA:
PRÁCTICA PROFESIONAL COMENTARIO SÉPTIMO SEMESTRE
MAESTRA: MARTINA ALVARADO SÁNCHEZ
QUE PRESENTA:
“RAFAEL ALEJANDRO ZAVALA CARRILLO
ZACATECAS, ZAC., 22 DE OCTUBRE DEL 2016
Comentario de la lectura
La práctica docente ofrece a los profesores noveles diversas experiencias que producen en ellos diversos sentimientos, entre los que destaca el desconcierto hacía la profesión a consecuencia de los resultados que se producen. Sin embargo, y al igual que otras profesiones, en la docencia se viven diferentes momentos que hacen sentir gusto o rechazo hacia lo que se hace; pero a pesar de ello la persona que se involucra en tal profesión adquiere principios, destrezas y conocimientos que le permiten actuar con sentido. Pero sobre todo le coadyuva a
formarse una
identidad profesional. Que le permite cumplir su función, es decir, el de enseñar al otro. En el que se ven involucrados valores, actitudes y conocimientos para hacer trascender al sujeto que aprende. En donde las acciones que propone están fundamentadas en lo que se vive en el contexto en el que se desenvuelve el sujeto mismo, y de acuerdo a las condiciones propias del sujeto. De esta manera, se hace imprescindible valorar de verdad al sujeto con el fin de actuar de manera crítica y con sentido; y por ende, satisfacer sus necesidades. Es preciso tener claro que en la docencia no existen “recetas” para efectuar el proceso de enseñanza sino que la clave está en la formación propia del docente, la experiencia, la tutoría, la reflexión de la práctica, los consejos, el trabajo en conjunto, etc. Derivado de ello, en la docencia se requiere vocación o inspiración para efectuarla o en caso de que no se tenga tal vocación (natural), es necesario la vocación artificial; la cual se va formando a través de la práctica. En caso de que no se tenga ninguna de las dos se estará actuando sin un sentir. Por ende los resultados podrían ser negativos tanto para el docente como para el mismo sujeto que aprende. Además, la
docencia produce una gratificación por lo que se presenta al
momento de enseñar, y por ende se produce una trascendencia; ya que hay un crecimiento del alumno, pero a la vez para el mismo profesional de la educación.
Acorde a ello se hace menester que el docente posea el conocimiento necesario para realizar tal tarea, ya que en la práctica se manifiesta sus fortalezas o “lagunas” derivadas de su formación.. Y a pesar de que se pueden presentar problemas y/o fracasos en la práctica, son sólo parte del oficio. Sin embargo, es imprescindible que a partir de las intervenciones docentes se reconozca lo que produce los obstáculos para erradicarlos y así brindar una grata experiencia a los sujetos, y evitar así reproducir los errores. Pero lo más importante es mejorar lo que se produce para lograr las competencias que se exigen en la actualidad.