La reflexión en, durante, y para, la intervención docente

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BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL “MANUEL ÁVILA CAMACHO”

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR

ASIGNATURA:

ESTRATEGIAS DE TRABAJO DOCENTE

ENSAYO “La Reflexión en, durante, y para, la intervención docente”

CUARTO SEMESTRE

ALUMNO: RAFAEL ALEJANDRO ZAVALA CARRILLO PROFESORA: ROSA MARÍA CABRERA HERNÁNDEZ.

JUNIO DE 2015. ZACATECAS, ZAC. Portada

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Índice

Introducción ........................................................................................................................................ 3 1.

La reflexión en, durante, y para, la intervención docente ......................................................... 5 1.1 La reflexión, un medio para el cambio. .................................................................................... 5 1.2 La reflexión como parte del proceso educativo ....................................................................... 8 1.3. La reflexión como un medio para la formación del docente durante la intervención .......... 11

2 La reflexión para el desarrollo de competencias del docente ....................................................... 12 2.1. El papel del docente durante la reflexión .............................................................................. 14 3. La reflexión como medio para la comprensión del plan y programas de estudio .................. 15 3.1 El diario como medio para propiciar la reflexión ................................................................... 18 Conclusión ......................................................................................................................................... 19 Bibliografía ........................................................................................................................................ 21

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Introducción Hoy día la reflexión se ha convertido en un proceso indispensable para el docente, ya que permite poner en práctica ciertas habilidades y capacidades cognitivas para dar respuesta a las inquietudes y necesidades que le surgen en la intervención educativa. Algunas de tales habilidades que pone en práctica son: la observación, la cual le favorece en reconocer los aspectos que

interesan erradicar o modificar; la

identificación, que le permite detectar de manera coherente y precisa la información con la que comenzará trabajar para lograr el objetivo planteado Es por ello que el docente tiene la tarea fundamental de recabar, organizar y emplear la información que se suscita día a día en la práctica cotidiana. Con el objetivo de poder efectuar, si es su objetivo, un cambio que favorezca al desarrollo significativo de su práctica, y por ende le permita fomentar un aprendizaje en los alumnos. Para ello debe de tener en cuenta cada uno de los componentes de su intervención, es decir, materiales, organización, vínculo establecido, espacio utilizado, aprendizajes propiciados, etc. Asimismo, es determinante que en ello establezca propuestas para mejorar los aspectos que considere pertinentes para poder modificar, erradicar o transformar la práctica docente Un aspecto clave para la recolección de información es el uso de instrumentos, como el diario, el portafolio y el registro anecdótico que le favorezcan en poder identificar qué es lo que está haciendo en su intervención; ya sea lo relacionado al proceso de enseñanza, o bien al proceso de aprendizaje que efectúan los alumnos. También es necesario que exista la disponibilidad del docente, debido a que ello implica un trabajo personal. En el cual se es importante que haya una continua revisión de lo que se hace, para posteriormente crear iniciativas que favorezcan a la contribución del propósito que señale.

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De esta manera, el presente ensayo está organizado en diversos temas que contribuyen a la comprensión de la reflexión en la intervención docente. Acorde a ello, y en un primer momento, se habla de la importancia general de la reflexión; en donde se exponen los elementos que la constituyen para que se produzca una modificación de lo que se hace. En relación a ello, y en un consecuente apartado, se hace el análisis de la reflexión pero relacionado al proceso educativo que efectúa el docente. En el cual se aborda específicamente la importancia de efectuar la reflexión en la práctica docente, en la que se señalan ciertas fases que contribuyen al logro de ello. En seguida se habla de la reflexión como elemento importante en la formación del docente durante la intervención. En ello, se exponen ciertos aspectos, como es el crecimiento profesional, que se favorecen al momento en el que el docente está consciente de su actuar cotidiano. Asimismo, y en relación a ello, se aborda lo relacionado a las competencias que se favorecen al momento de realizar la reflexión. Acorde a ello, también se analiza lo enfocado a la manera en la que se van desenvolviendo las competencias de acuerdo a la información que recaba día a día. Lo cual permite comprender el papel del docente y la reflexión, en la cual se expone la manera en la que debe desempeñarse para alcanzar un cierto grado de crecimiento para mejorar su intervención. Otro punto nodal que se favorece es el papel que tiene la reflexión en algunos elementos propuestos en el plan y programas de estudio del nivel de educación preescolar. En donde en ello, así como en los demás apartados anteriores, se hace necesario la utilización del diario como instrumento de recolección de datos para poder lograr identificar lo que se hace, y conlleve a erradicar aspectos negativos de la intervención que impiden una mejora en la práctica docente.

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1. La reflexión en, durante, y para, la intervención docente 1.1 La reflexión, un medio para el cambio. Con el objetivo de identificar la importancia de la reflexión, es necesario entenderla como “la percepción de lo comprendido, lo dudoso y lo no entendido, la capacitación de las posibilidades y las dificultades” (Gadino, 2011). Lo cual se refiere a la evocación y utilización de habilidades e ideas adquiridas conforme a la experiencia, la cual permite tomar conciencia de lo que se hace en el momento. Coadyuvando en poder realizar diversas acciones en el instante, o posteriormente, para poder realizar modificaciones que favorezcan en mejorar elementos que se suscitan al momento de efectuar algo. Asimismo sirve como un medio para poder erradicar tareas que imposibilitan el cumplimiento de un determinado objetivo. Acorde a esto, es trascendental que siempre se considere el actuar, el planificar y el regular inmersos en la práctica docente. Cada uno tales componentes contribuye a que se concretice el fin de la reflexión, el cual es constante. Así, el actuar sirve como medio para poner en marcha lo que se identificó, analizó, reflexionó y adecuó previamente. En donde en ello es necesario que se desarrolle una vigilancia en cada uno de los procesos que se efectúan en la práctica. Esto es así, ya que ello constituye el cimiento para una mejora continua. Además, y tal como lo expone Sylvia Schmelkes (1995), cada uno de los elementos presentes en la actuación constituye un proceso. En donde es esencial que se identifiquen errores, causas y consecuencias para que el continuum que se efectúa llegue a una mejora constante. De acuerdo a esto, y a partir de la experiencia obtenida, constantemente se puso en manifiesto ello; ya que pude identificar los errores que llegue a tener al momento de realizar mi práctica docente, asimismo pude visualizar las causas que lo originaban para poder realizar propuestas para evitar recurrir a ello. Permitiéndome mejorar en los aspectos en los que había tenido fallas (consignas, rescate de ideas previas, comunicación, material y espacio, etc.) 5


Acorde a esto, el planificar toma relevancia. El cual, y a posteriori de ejecutar una acción, es relevante que se recoja la información necesaria que pueda contribuir a crear una planificación coherente y significativa de acuerdo a la tarea que se desea favorecer, o modificar en la práctica docente. Es transcendental que no se recurra a las intuiciones, debido a que constituyen un elemento ilegitimo que ocasiona que se produzca una distorsión entre lo que se planifica con lo que se hace. Acorde a ello, y si la finalidad que se persigue es mejorar, es netamente trascendental contar con una información sólida, coherente y precisa. Para que así se pueda reconocer de manera sustentada, a partir de la experiencia práctica, lo que se hace día a día. Lo que será un punto clave para poder seguir mejorando, y eliminando acciones inadecuadas que impiden cumplir con lo que se propone. Pero en esa recolección de datos es sumamente relevante que se logren erradicar representaciones que se tienen; las cuales son definidas por Pagés (1996) como ideas que se forman los sujetos a través del tiempo. Y éste es un punto clave en el proceso de identificación y codificación de la información, debido a que a partir de la idea que se tenga, va a ser la manera en la que traduzca, así como se seleccione, lo que se llegó a observar. Es por ello que se hace relevante que se tenga claro los aspectos que se desean identificar, con el propósito de que se realicen constantemente cuestionamientos que favorezcan a alcanzarlo. Así, es primordial que se identifique: el por qué se está efectuando, para qué se aplica, qué se intenta favorecer con ello, qué medios son necesarios para poderlo alcanzar, quiénes son los implicados en el proceso, quiénes se beneficiaran con ello, qué instrumentos se utilizarán para recabar la información, cómo se empleará la información, etc. Porque al considerar tales cuestionamientos, y al momento en el que se tenga en disposición la información, se estará en condición de poder planificar acciones que coadyuven en contribuir a alcanzar el propósito enmarcado. Es esencial que se esté en constante vigilancia de los aspectos que se suscitan al momento de llevarlo a la práctica docente del plan. Es por ello que será transcendental que se diseñen 6


planes para que se pueda dar frente a los imprevistos que se pueden llegar a suscitar en el aula, favoreciendo en que no se logre distorsionar la información que se logre obtener. De esta manera, toma relevancia la regulación. La cual tiene como función principal diseñar, rediseñar y replantear acciones que contribuyan gradualmente a la consecución de lo que se desea. Acorde a esto, lo que toma relevancia es el conocimiento que se va adquiriendo con relación a lo que se va a efectuando. Es decir, a partir del reconocimiento de cada uno de los aspectos que se ven involucrado en tal acción, es esencial que se consideren el valor que se va poseyendo con base a los resultados que se obtienen. Para que así se tenga claro en qué componentes hay que organizar, reorganizar e implementar. Debido a que es esencial que se tenga claro que para que se llegue a erradicar cierta variante es determinante que continuamente se esté reformulándose para evitar recurrir al mismo error. Asimismo, es preciso que se tengan las habilidades, capacidades y conocimientos, y esto con la idea de que clarifique e interiorice qué es lo que está provocando que haya determinados efectos. Así, y al momento en el que se estén llevando las tres fases de la reflexión (actuar, planificar y regular), es preciso que se efectúe un replanteamiento cada una de las acciones que se planean. Lo que favorecerá que en insistentemente se pueda mejorar lo que se hace. Ya que al ser un proceso, lo que se hace es que de manera continua se esté favoreciendo cada una de las acciones que se producen en un determinado ámbito. En el cual se es necesario que primero que se esté consciente de lo que ocurre para poder implementar medidas de cambio. Con el objetivo de favorecer ciertos aspectos que impiden lograr con los ideales de calidad.

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1.2 La reflexión como parte del proceso educativo Es preciso señalar que la “reflexión” es parte de un “proceso educativo que se produce a partir de unas intenciones formativas explicitadas con mayor o menor detalle pero, en todo caso, existentes y desencadenantes de decisiones orientadas a su desarrollo y logro” (Gadino et al; 2001). El cual sirve como estrategia para erradicar prácticas, metodologías, técnicas y procesos

que

se

efectúan

constantemente.

Asimismo,

propicia

una

retroalimentación. Lo que contribuye a que continuamente se esté mejorando para favorecer una construcción

y reconstrucción del proceso de enseñanza y

aprendizaje. De acuerdo a esto, es esencial que se tenga claro que este proceso encierra en sí una serie de fases que favorecen en que se puedan satisfacer las intenciones formativas que se desean propiciar en cada uno de los sujetos participantes en el ámbito escolar. Una de las fases que se ven involucradas, y a partir de lo que expone Gadino (2001), es la relacionada a la interacción. La cual es la base por la cual va girar el resto de la reflexión. Ya que es aquí donde se incide de manera directa los procesos de aprendizaje de los sujetos, tales como es el análisis, reflexión, inferencia, comprensión, formulación, atención, memoria, percepción, etc. Además es en este momento en donde se propicia la información de lo que se planificó, a partir de las necesidades que se identificaron en el alumno. Propiciando la información básica para que se pueda inferir si las decisiones que se tomaron en cuenta favorecieron en potenciar, o desarrollar, un aprendizaje en el alumno. Sin embargo está fase se deriva, y como se mencionaba previamente, de la planificación. En donde un punto nodal para que lo que se realice permita favorecer el propósito seleccionado es que se tengan claras las intenciones de lo que se quiere hacer. Lo que va a permitir que se realicen, y seleccionen, las metodologías

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adecuadas que permitan que paulatinamente se produzcan los resultados deseados. Pero la

fase pilar que determina

los resultados en un cierto ámbito es la

relacionado con la evaluación. La cual es definida como la acción que “permite la retroalimentación, el ajuste de la intervención del profesor y asegura la calidad de los procesos y resultados. La finalidad… es favorecer la reflexión en cada uno de los procesos que acompañan la acción docente, tanto en relación al proceso mismo de enseñanza, como…de los aprendizajes”. (Reforma Curricular de la Educación Normal; pág. 22; 2011)

De acuerdo a ello, es crucial que el docente tenga en consideración los efectos que produce cada uno de los componentes que se ven involucrados en su intervención docente. Para que así puede determinar, al hacer la reflexión, durante y en la práctica, los efectos que produjeron para favorecer el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Un punto clave para que se realice una evaluación significativa de la acción educativa, es que se caiga en la vigilancia (Foucault, 1977). En la cual sólo es relevante lo que se observa directamente, en donde no se es necesario reconocer ni identificar los procesos, efectos y elementos que se suscitan durante la intervención docente. Al momento que se efectúa tal acción (vigilancia) se está concurriendo a un error, el cual torna efectos negativos para la reflexión. Esto es así, y de acuerdo a lo que expone Santos Guerra (1988), debido a que al momento en el que se ponen en juego intereses ajenos a la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, está en la posibilidad de poder realizar la evaluaciones de acuerdo a lo que le incumbe, así como en el tiempo y espacio que el desee, con la implementación de metodologías e instrumentos que considere adecuados para ello. Acorde a este panorama, es necesario señalar que la evaluación autentica, y de acuerdo a Frida Díaz Barriga (2006), debe contribuir al desempeño. Es decir, lo que se busca a partir de su implementación es que constantemente se logre identificar,

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analizar y valorar lo que se hace en el aula con el objetivo de que exista una correlación entre lo práctico con lo teórico. Además, favorece en que se pueda reconocer los efectos que se derivan de una determinada situación. Además de ello coadyuva en que se identifique la manera en la que se efectúo la actuación docente para favorecer el aprendizaje de los alumnos; medio que le es de utilidad para que se pueda observar las fortalezas y debilidades que se poseen con el objetivo de seguir mejorando. En ello es esencial que el docente desarrolle las competencias profesionales para que pueda identificar los ámbitos de su actuación docente. Lo que le favorecerá en poder discernir de forma coherente y precisa cada uno de los elementos que se ven involucrados en ello. Aspecto que será la basé para su intervención, debido a que le favorecerá en que continuamente esté analizando, reflexionando y replanteando lo que hace para favorecer a que lo que se realiza en la intervención contribuya a que se vaya a la par el deber ser del docente, así como el hacer que efectúa

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1.3. La reflexión como un medio para la formación del docente durante la intervención Es importante que se reconozca que la reflexión toma un papel relevante para el docente en la acción educativa. Ya que ello le coadyuva en poder redefinir elementos cognitivos, pedagógicos, metodológico y disciplinares a su formación; la cual es definida como un “trabajo sobre sí mismo, libremente imaginado, deseado y perseguido, realizado a través de medios que se ofrecen o que uno mismo se procura” (Ferry, G., 1990). Y esto se logra así, debido a que la acción educativa en la que está directamente involucrado hay un trabajo intencionado; el cual es propiciar en el alumno un determinado grado de aprendizaje. Es por ello, y a partir de los recursos que posee, busca los medios, así como estrategias, que permitan a que se favorezca ello. En donde además, y en este ámbito, hay también un crecimiento personal. Lo cual le permite en poder hacer un análisis antes, durante y posterior a su intervención de los elementos que se hicieron presentes; tales como el contenido que se favoreció, consignas realizadas, material empleado, espacio utilizado, distribución del tiempo, estrategias que se pusieron en práctica, tipo de actividades propuestas, etc. Coadyuvándole en identificar qué es lo que le funcionó, así como lo que no. Además, sirviéndole de base para poder realizar ciertas modificaciones y transformaciones a las metodologías y estrategias que se emplean día a día en el aula. Pues es la experiencia lo que le permite ir verificando y comprendiendo cada una de las acciones que realiza. Lo que le es de utilidad para poder reconocer qué es lo que le hace falta por desarrollar, así como lo que ha logrado desarrollar. De esta manera se está en la posibilidad, y de acuerdo con Perrenoud (2006), en que se vayan propician un crecimiento profesional del docente, de acuerdo a los elementos que rescata de su quehacer docente. Lo que le favorece en identificar causas, y rediseñar estrategias. Pero además de ello, le permite implementar

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mejoras en otros ámbitos. Ayudándole en poder diversificar la enseñanza de acuerdo a las necesidades que se derivan día a día.

2. La reflexión para el desarrollo de competencias del docente Antes que nada es importante definir el término de competencia como “la facultad de movilizar un conjunto de recursos cognitivos para solucionar con pertinencia y eficacia una serie de situaciones”. (Díaz Barriga, 2006). Lo cual permite identificar que hacen referencia más que al saber, lo que permite dar respuesta a las situaciones en las que se llega estar involucrado. Además, se ven interrelacionados otros componentes como son las habilidades y las actitudes. Los cuales van a favorecer a demostrar lo adquirido. Asimismo, serán la base para seguir potenciándolas entorno a las diferentes áreas; que en el caso del docente serán las genéricas y profesionales y en los niños los de los campos formativos. Acorde a ello, y de acuerdo a Perrenoud (2008), para desarrollar un cierto grado de competencia es necesario que exista un trabajo individual. Es decir, es importante que el docente realice un vínculo entre el saber y la comprensión con la realidad. Lo que le permitirá en poder reconocer sus conocimientos, habilidades y actitudes con relación a determinada área. Lo cual a la vez será el punto clave para que identifique sus procesos cognitivos que pone en práctica al momento de efectuar la acción docente. Tales como la observación, la asociación, la reconstrucción y la valoración. Permitiéndole en adquirir el propósito fundamental de la competencia, es decir producir elementos a favor del mejoramiento continuo. Favoreciéndole en poder ir creciendo profesionalmente, y por ende en incluir acciones para su práctica educativa. Lo que será la base para que aporte elementos para el fomento y desarrollo de conocimientos de los alumnos. Es importante señalar que éste enfoque de competencias, el docente lo debe asumir primero para su formación inicial y a su vez para propiciarlas en sus 12


estudiantes. Además, un punto clave de ello es el reconocimiento y conocimiento de cada una de las acciones que se efectúan en el aula. Y esto es así, a consecuencia de que pone en interrelación lo que sabe con lo que desea favorecer en el otro. Pero previo a realizar propuestas para implementarlas con los alumnos, debe hacer un análisis y valoración de cada elemento que interviene en la práctica educativa. El cual, y el más importante, son los intereses y necesidades que posee el niño, en donde los demás aspectos hacen énfasis al tipo de relación, las estrategias a implementar, actividades a ejecutar, materiales y espacio en donde se trabajará, etc. Al momento en el que se adquiera la información necesaria, y durante la intervención, tiene la obligación de recopilar cada uno de los elementos que se suscitan en el aula. Tales como: disposición del alumno por aprender, ambiente de aprendizaje propiciado, actitudes que se produjeron, grado de apropiación del aprendizaje esperado, entre otros aspectos. Cuando se tienen en

cuenta tales consideraciones se está movilizando las

competencias profesionales y genéricas, pues le permite reconocer qué aspectos está favoreciendo, cuáles no se están presentando, en qué componentes hay más deficiencias, qué elementos es necesario reforzar, entre otros. De acuerdo a esto, y de acuerdo con Gadino (2001), el grado de desarrollo del docente parte de la percepción de lo que comprende, con relación a lo que hace; también está entre lo dudoso, es decir en aquello entre lo que tiene inquietud con base lo que le ocurre en la intervención; asimismo, se ve involucrado lo no entendido, es decir lo que aún no logra comprender a consecuencia de los imprevistos e implicaciones que se suscitan en el aula. Lo que produce que se haga necesario un reconocimiento y valoración propia de lo que se es capaz de hacer, y lo que se puede lograr efectuar, a través de las posibilidades y dificultades encontradas. Sólo así se está en posibilidad de potenciar las competencias, debido a que se hace una retroalimentación constante de lo que ocurre en el aula. Lo que permite 13


un crecimiento personal en relación a los diversos ámbitos que se ven involucrados en la actuación docente. Asimismo, permite en que se vaya introduciendo mejoras en favor de favorecer las competencias de los alumnos. Un punto nodal en ello, y que se produce a través de la interrelación docente-alumno, es que favorece a que los efectos que se produzcan se vean reflejados en ambas partes. Por lo cual es tarea importante del docente mejorar para contribuir al desarrollo íntegro de los alumnos.

2.1.

El papel del docente durante la reflexión

“El interés de analizar la práctica desde una perspectiva de secuencia formativa permite ser sistemáticos y rigurosos en el análisis de una realidad tan compleja como es el proceso de enseñanza-aprendizaje” (Gine, 2003). Acorde a ello es necesario que al docente le surja la inquietud de poder analizar su práctica, debido a que este es el primer paso para realizar la reflexión de lo que hace e implementa en su quehacer cotidiano. Al momento en el que adquiere un cierto grado de compromiso personal por lograrlo efectuar, se está en la posibilidad de realizar una codificación de cada una de las acciones que implementa. La cual debe de ser sistemática y amplia; ya que le debe de propiciar la información necesaria para poder realizar los ajustes y cambios necesarios a su práctica. En ello el docente debe de estar consciente de que cualquier acción que llegue a implementar va a producir un efecto, ya sea positivo o negativo, en el aula. De esta manera se hace fundamental que se comprenda netamente la realidad en la cual está inmerso. Ya que ello va a propiciar la información de lo que acontece en el aula; la cual puede ser referida al proceso de enseñanza o al proceso de aprendizaje. Cuando se logra identificar, rectificar y valorar lo que se hace, se está en posibilidad de diseñar estrategias que favorezcan a la mejora progresiva, así como a la eliminación de causas que originan problemáticas en el aula. Y al momento en el que se llevan a la práctica, es necesario que se realice otra tarea de reflexión. 14


En donde será trascendente que desarrolle habilidades y capacidades para poder hacer frente a lo que pueda llegar a suceder en el aula. Ya que cada una de las acciones que se producen en los diversos momentos de la acción docente, propician información de lo que está sucediendo en el aula. Aspecto que es esencial retomar, ya que ello contribuye a que se verifique los avances, o retrocesos, que se han tenido a partir de las implementaciones que se diseñan.

3. La reflexión como medio para la comprensión del plan y programas de estudio Con el fin de que se puedan entender los propósitos y principios de la acción docente, a partir de lo que se señala en el plan y programas de estudio. Es esencial definir a éste como el documento en el que se plasman los ideales que se necesitan desarrollar en el sujeto en un determinado momento. El cual, y a la vez, “fomenta una perspectiva del interés común a todos los miembros de una nación” (Díaz Barriga, 2009) Acorde a esta visión, ello juega un rol importante dentro del ámbito educativo, pues es a través de lo propuesto en el plan y programas de estudio (enfoque centrado en competencias), así como de lo que se emplea en la intervención docente, se estará contribuyendo en que se vaya desarrollando el tipo de sujeto que se espera. En donde tales componentes son perspectivas, principios y orientaciones que determinan el grado desarrollo de una serie de conocimientos, habilidades y actitudes para la vida. En donde estos, y a partir de las experiencias que se obtengan tanto en el medio escolar, como en el contexto en el que se desenvuelve el sujeto, va a favorecer en que se vayan acrecentando gradualmente. Así, los aspectos que se deben para efectuar una reflexión, que enriquezca la acción docente, son variados. Uno de ellos son los Estándares curriculares, los cuales “son descriptores de logro y definen aquello que los alumnos demostrarán al concluir un periodo escolar; sintetizan los aprendizajes esperados” (Plan de estudio 2011, pág. 30). 15


Acorde a esto, se debe de hacer un análisis constante de lo que se propone y se efectúa en el aula. En donde un punto importante para que se concretice ello, y que coadyuve en poder contribuir a los aprendizajes que se enmarcan en cada uno de los períodos de la educación básica, es que se efectúe un trabajo conjunto. Al hacerlo así, permitirá que se compartan experiencias tanto positivas como negativas para que se identifiquen los factores que pudieron ocasionar tal efecto; y además de exponer lo que transcurre se trata de que diseñen estrategias para que se haga frente a las implicaciones que se suscitan durante la acción docente. Y un medio que favorece a que se vaya reconociendo ello, y que puede, o no, contribuir al desarrollo de una intervención efectiva, es la revisión constante de cada uno de los elementos que se ven involucrados en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Para ello será necesario que se haga cuestionamientos, y que además se tenga la disposición por reconocer lo que hace para que así exista la posibilidad de cambio. Así, es trascendental que reflexione lo siguiente: qué es lo que está haciendo; cómo se está efectuando; quiénes se ven implicados; qué es lo que funciona, y por qué se considera así; qué dificultades se tuvieron, y por qué se considera así; qué actividades funcionaron, y cuales no; qué imprevistos se suscitaron; qué aprendieron los niños, cómo lo hicieron, qué aprendizajes les favoreció en lograr ello, etc. Es necesario que el docente se formule ello, ya que, y a partir de lo que explica Ferry (1990), es trascendente que se logre entender e interiorizar el saber que debe de propiciarse en el otro. Es por ello que toma importancia su interés, propósito y disposición por efectuarlo. Debido a que es una pieza clave para que se pueda presentar una mejora continua entre lo que se hace continuamente en el aula. Otro de los elementos a considerar es lo relacionado a los aprendizajes esperados, los cuales son definidos, de acuerdo al Plan de estudios (2011), como indicadores de logro que los alumnos deben de lograr en las diferentes áreas disciplinares . En donde a través de la intervención docente, así como de las experiencias que se le

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presenten en la cotidianeidad, les va a favorecer en que continuamente se vayan potenciando. Al identificar esto, y a través de la participación constante del docente, le va a servir como medio para hacer estructuraciones y reestructuraciones de acuerdo a las situaciones que se presentan. Lo que le será de utilidad para que logre replantearse e introducir acciones, que contribuyan en poder fortalecer los aprendizajes de los alumnos, así como los propios. Es importante que se tenga claro que el la acción educativa implica una supervisión y dirección de lo que se hace, debido a que en ello se ven presentes una serie de elementos que dan como resultado un determinado efecto. Por ello, el docente tiene el papel de poder decidir qué se hace, y qué no se implementa. Ya que tiene el conocimiento necesarios de diversos elementos como son de los alumnos, de la organización, de los recursos, del tiempo, etc. Lo que le coadyuva en implementar estrategias que favorezcan a la consecución de los aprendizajes esperados. Es por ello, que la “mejora profesional generalmente se consigue mediante el conocimiento y la experiencia: el conocimiento de las variables que intervienen en la práctica y la experiencia para dominarlas” (Zabala, 2005). Un punto clave a considerar es que el docente “debe” poseer conocimientos disciplinares, pedagógicos y metodológicos para ponerlos práctica en una determinada situación. Lo que le será de utilidad para que pueda conocer y reconocer tanto sus fortalezas como debilidades, y a partir de la experiencia que le proporciona la práctica docente, pueda desarrollar un saber más propicio que le coadyuvé en poder ir acrecentándolos e ir mejorando su actuación acorde a las necesidades e intereses que van presentando los sujetos día a día a consecuencia de las transformaciones sociales y culturales. Además ello le favorecerá en adquirir experiencia, lo que le será de utilidad para crear estrategias para saber manejar los imprevistos que se presentan al momento del proceso de enseñanza y el aprendizaje. Un punto clave en ello, es que es

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fundamental que el docente esté consciente de lo que hace para que así logre actuar con un sentido favorable hacía lo que se suscita. Permitiéndole en poder crear las condiciones necesarias para poder fortalecer, o erradicar, los resultados. Cabe destacar que al momento en el que crea acciones para la mejora, se hace una retroalimentación de cada uno de los aspectos vividos en la acción educativa. Debido a que en ella están inmersos intereses, necesidades y actitudes que pueden, o no, en contribuir a que se realice una mejora progresiva para poderlos satisfacer. Y por ende se logre propiciar una disposición por el estudiante por el aprendizaje.

3.1.

El diario como medio para propiciar la reflexión

Un instrumento que permite al docente efectuar una reflexión de lo que acontece en el aula, es el diario. Los cuales son definidos como “documentos en los que los profesores y profesoras recogen sus impresiones sobre lo que va sucediendo en sus clases” (Zabalza, 2011). De esta manera es un medio que permite la retroalimentación de cada uno de los aspectos propios de la práctica educativa, tal como es la organización, materiales, consignas, ambientes, de aprendizaje, vínculo maestro-alumno, espacios, tiempo empleado, actitudes mostradas, disposición del alumno). Lo que da pauta para que se realicen las modificaciones necesarios de lo que se efectúa en el aula. Para ello es necesario que exista un compromiso por parte del docente, para que logre hacer un recuento de su práctica. En donde será fundamental que trascriba los momentos más relevantes, como aquellos en los que se tuvo algún obstáculo. Así, y a través de una recopilación, organización y reflexión de la información obtenida. Le va permitir en poder realizar adecuaciones curriculares necesarias para las intervenciones consecuentes. Además de ello, y un punto clave para que el diario muestre los elementos (disciplinares, metodologías y pedagógicos) llevados a cabo en la acción educativa. Para ello es esencial que se logren erradicar

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ciertas representaciones, con el objetivo de que la información que se extraiga sea lo más certera posible a la actuación que se efectúo. A partir de esto, el diario va ofreciendo los elementos en los que es posible mejorar para poder realizar una intervención adecuada, que favorezca en que se llegue a cumplir con los propósitos que se establecen. Asimismo, el docente puede apoyarse de otros elementos (registros anecdóticos, trabajos, entrevistas, portafolios) para poder darle un sustento a lo que expone.

Conclusión: Al entender la reflexión como “la percepción de lo comprendido, lo dudoso y lo no entendido, la capacitación de las posibilidades y las dificultades” (Gadino, 2011). Se está en posibilidad de poder hacer un vínculo intrínseco entre lo que se identifica, se propone, se ejecuta y se evalúa. Lo que fungirá como un medio para que logre erradicar, modificar e introducir nuevos elementos a la práctica educativa. De esta manera, se hace necesario que el docente esté dispuesto a realizar tal proceso. Debido a que ello le coadyuvará en poder reconocer lo que hace en su práctica, los conocimientos pedagógicos y disciplinares que pone en juego, lo que emplea para propiciar el aprendizaje, el tipo de material y recursos que utiliza, entre otros. Es por ello que toman importancia ciertos procesos como la observación, identificación, inferencia, la comprensión, etc., pero además se hace necesario la utilización de ciertos instrumentos para poder recabar información, organizarla y emplearla en favor a lo que se desea resolver. Acorde a ello, es esencial que el docente esté en constante interacción entre lo que propone y hace. Lo que le permitirá en poder realizar propuestas acorde a los intereses y necesidades que se identifican previo, durante y después de la intervención docente.

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Ello le servirá como un medio para comprender de manera coherente información que no se logra percibir de manera directa. Por lo que será necesario que esté en constante vigilancia entre lo que se produce en el aula; pues hay aspectos que surgen de manera imprevista que producen el mismo efecto, o más, de los que se perciben explícitamente. Ya que cada elemento va a ser la base fundamental para lograr planificar propuestas, y estrategias, que permitan la consecución de los objetivos que se establecen acorde a las necesidades e inquietudes que se presentan día a día en la intervención.

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