Creatividad y motricidad Eugenia Trigo y colaboradores
Alumna: Soledad Dayanira Sandoval Camargo.
Capitulo ll: Epistemología de la motricidad humana La motricidad se considera “un recurso para la vida diaria”, pero no con el objeto de la vida: es un concepto positivo que hace hincapié en los recursos sociales y personales, así como en las capacidades físicas. Vitor da Fonseca
El proceso de humanización El hombre para llegar a serlo del todo necesita unir dentro de si, lo instintivo que le viene dado por la naturaleza y su genética, y lo cultural que le tienen que aportar los otros a través de las “estructuras de acogida”.
Si no estuviera dirigida por estructuras culturales, la conducta humana seria ingobernable, imperfecta. Lo cultural, por tanto, no es añadido, es condición esencial en el hombre. Gracias al nacimiento inacabado que presenta el bebé humano, tienen una disposición cerebral plástica. Es una posibilidad, y dependerá de cómo los demás lo introduzcan en los procesos culturales, y en como él los perciba, para llegar a ser un hombre en toda su dimensión. “A este proceso peculiar los antropólogos lo llaman neotenia, los pedagogos hablan de educabilidad y otros lo denominan humanización.
1.- “Humanización” no es lo mismo que “hominización”. Esto último es algo biológico, y el hombre, para ser lo que biológicamente es, no necesita ayuda ajena.
2.- “Humanización” si tiene, en cambio un sentido ético. Para llegar a comportarse de una manera verdaderamente humana, es decir, que no desmienta la verdadera realidad del hombre, lo cual es claro que puede ocurrir, el hombre sí que necesita ayuda, necesita aprender a hacerlo bien como hombre, y eso tiene un sentido ético.
El hombre es instinto + cultura. Por ello es capaz de transformar su medio, de construir instrumentos que le permiten adaptarse a la vida en cualquier medio, a dominar la naturaleza y a otros animales: “el hombre quizĂĄ no tiene garras como los felinos, pero puede construir una flecha o una lanza.
La práctica humana es una praxis inteligente y de esfuerzo. Es a partir de ella como “se adquiere la facilidad de ejecutar cualquier combinación de movimientos, desde los más simples hasta los más complejos, es decir, genera automatismos aprendidos frente a la conducta instintiva, cuyos movimientos son dados por la naturaleza. La capacidad de aprender a aprender que tiene el ser humano, es un proceso simbólico, más allá de lo meramente real.
La “cultura” no es más que el proceso de “civilización” por el cual le hombre llega a su humanización. El hombre no nace civilizado, sino que aprende a serlo a través de sus coetáneos y estructuras de acogida. Por esta razón decimos que “el hombre” es un animal social”. Pero no lo es por naturaleza sino por educación. La educación se puede considerar una “necesidad antropológica”, en tanto que el ser humano necesita de ella para comportarse como tal y superar a la “crueldad” que le viene dada por instinto.
El hombre busca fundamentalmente ser feliz, y por lo tanto la educación debe ayudar a encontrar esa felicidad. Dos conceptos nuevos han aparecido en este discurso: felicidad y voluntad. Todos sabemos que cualquier persona actúa mejor cuando se encuentra bien consigo mismo. En esa situación es capaz de emplear una gran cantidad de energía en pro de un proyecto. La felicidad no es algo exterior a nosotros mimos, se encuentra en las cosas pequeñas pero hay que poner ganas, voluntad para conseguirlas. En este proceso de humanización hemos encontrado cuatro conceptos: instinto, cultura, felicidad y voluntad. Pero como todo en la vida se aprende, encontrar la felicidad también exige un esfuerzo de aprendizaje.
La corporeidad como expresión de lo humano La palabra “corporeidad” es recogida en el diccionario de la real academia española con la acepción “calidad de corpóreo” “que tiene cuerpo o consistencia”. Define cuerpo como “lo que tiene extensión limitada y produce impresión en nuestros sentidos por calidades que le son propias”. Un cuerpo es todo aquel objeto, animal o cosa que ocupa un espacio y por ende se puede percibir por los sentidos. La persona se manifiesta a través y con su cuerpo.
La corporeidad humana (pienso y siento al tiempo que hago, actuó porque siento y pienso) y no el cuerpo humano (solo hace). Referido al ser humano definimos la corporeidad como “la vivenciación del hacer, sentir, pensar y querer” de manera que podemos identificar corporeidad con humanes, ya que el ser humano es y se vive sólo a través de su corporeidad. La corporeidad como “condición de presencia, participación y significación del hombre en el mundo”. El proceso termina con nuestra muerte, en donde dejamos de ser una corporeidad, para no ser más que un cuerpo.
En la era industrial, el cuerpo era un instrumento de producción laboral. Había que cuidarlo, y para ello se redujeron las jornadas laborales, para poder seguir utilizándolo en obtener más producción. Así “el cuerpo desrobotizado, alienado y al servicio del rendimiento industrial o, en última instancia, a servicio de la sociedad capitalista”.
Posteriormente, cuando nos estamos liberando del esfuerzo físico del trabajo, un nuevo elemento con fines de rendimiento viene a sustituirlo. Es el deporte.
El deporte como fenómeno fuertemente institucionalizado, no parece propicio para ofrecer “vivencias” corporales originales. Volvemos a encontrarnos aquí con el esquema de producción capitalista: competencia, rendimiento, medida, record, con sus exigencias de división de trabajo o de especialización que supone la mecanización de los gestos y el proceso de uniformar el material y el medio.
La expresión corporal: concepto amplio y restringido Como concepto amplio, la expresión corporal no es más que la capacidad expresiva del ser humano tomado como soporte el propio cuerpo. Toda actividad humana dotada de significado para el sujeto, donde la corporeidad se ponga de manifiesto, puede ser considerada como “expresión corporal”. Uno de los elementos, por los que los autores diferencian a una actividad corpórea como expresiva o no, es la estética.
“Las actividades corporales de expresión se tratan de conductas de expresión/comunicación de un individuo o de un grupo en las cuales el substrato, la base sobre la que se actúa es el cuerpo humano y cuyo resultado es una representación estética de la realidad, del mundo en el contexto de una relación entre actores y espectadores”. (Mateu, 1995).
Si ahora nos centramos en los contenidos o elementos de la expresión corporal vemos que los autores en general los integran en dos grandes bloques: a) Capacidades de ejecución o análisis del gesto. En este apartado se utiliza el clásico grafico de Laban, cuerpo, espacio, energía y duración para identificar los distintos elementos de la gestualidad o posibilidades de desplazamiento del cuerpo humano. b) Capacidades de creación y representación, donde integran la creación, creatividad, imaginación, imaginario, estética y representación.
Todo acto de expresión corporal implica un acto cognitivo que en esencia consiste en buscar los signos más apropiados de lenguaje corporal y combinarlos del modo más adecuado para que permitan transmitir el mensaje que queremos comunicar.
Por lo tanto podemos diferenciar dos niveles del acto de expresión corporal: Expresivo- acción externa. Cognitivo- acción interna.
Según Piaget la función simbólica se manifiesta en cinco tipos diferentes de conducta: •La imitación diferida •El juego simbólico •El dibujo •La imagen mental •El lenguaje
Todas ellas pueden utilizarse tanto en clase de educación física como en cualquier otra materia.