YoesOtro 4

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Corresponsalía Torreón del Seminario de Cultura Mexicana

CULTURA | CIENCIA | LITERATURA

2018 |DOSSIER NO. 4


CARTA DEL EDITOR

Oí decir que hay en el agua una piedra y un círculo y sobre el agua una palabra que en torno a la piedra el círculo tiende. PAUL CELAN

Nuestras páginas en la revista YoesOtro #4 están diseñadas con las geniales ilustraciones de la artista plástica Laura Velázquez, a quien agradecemos la generosidad de permitirnos utilizar sus imágenes para este número. Abre la poesía en esta cuarta edición de YoesOtro el texto “Visita” y “Esa búsqueda incesante de voces” de Gabriel Pingarrón; primero lírico, después anecdótico, crítico y conmovedor. Seguido del relato “La virgencita de los remedios”, que nos envía Marta Aragón desde Ensenada. Una brevísima pero espléndida muestra de literatura durangueña conformada por los escritores Juan Emigdio Pérez, Petronilo Amaya, Lucero Mercado, Reyna Valenzuela Contreras, Sofía Salazar y Edgar Armando Córdova. Sus palabras hablan por sí mismas en el laberinto verbal de sus textos. Y por si fuera poco, circulan por nuestras venas como páginas, literatura que se produce actualmente en el estado de Chihuahua: Reneé Acosta, Nelson Solorio Talavera y Hugo Servando Sánchez son los otros tripulantes en esta edición de YoesOtro. También recordamos algunas de las actividades realizadas y por realizar de la Corresponsalía Torreón, del Seminario de Cultura Mexicana, que continúa su labor de difusión de la cultura a lo largo y ancho de la región lagunera. Aprovechamos la ocasión para mandarles una felicitación a los escritores laguneros Vick Medina, asistente al taller literario “Yo, es otro”, y colaborador de esta publicación, por obtener el segundo premio en la categoría de Cuento, del concurso nacional que convoca la gran revista Punto de partida, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); y también a nuestro amigo, el escritor Vicente Alfonso, por obtener el Premio Nacional de Crónica “Carlos Montemayor” en este 2018. Enhorabuena, jóvenes ilustres, oriundos de esta comarca de soles y de sueños. Presentamos el cuarto número de la revista YoesOtro, confirmando nuestra pasión, interés, esfuerzo y necedad por seguir promoviendo el arte y la cultura a través de nuestros contenidos. Y pensando que cada día seguiremos transformándonos a través del lenguaje por el bien de una sociedad tolerante y justa. Esperemos que lo disfruten como nosotros disfrutamos leyendo y componiendo visualmente lo que ahora tenemos frente a nuestros ojos. Literatura, Cultura, Arte, Pensamiento, Justicia y Libertad.


EN ESTA EDICIÓN Visita de Gabriel Pingarrón

Brisa de Luna/canto de luz. Julio César Félix

Seminario de Cultura Mexicana

Esa búsqueda incesante de voces. Gabriel Pingarrón

La virgencita de los remedios. Marta Aragón R.

Literatura de Durango. Juan Emigdio Pérez+Petronilo Amaya+Edgar Armando Córdova G.+Reyna Valenzuela Contreras+Lucero Mercado+Sofía B. Salazar

Literatura de Chihuahua. Nelson Solorio Talavera+Reneé Acosta+Hugo Servando Sánchez.

Auster y el final de la novela detectivesca. Vick Medina


a Julio César Félix

V

Fijó en mí su mirada, desde sus ojos pequeñísimos, detrás de los aros redondos de sus gafas; me dio una palmadita en un hombro, y contestó: “Eres joven, Pingarrón, todavía tienes mucho que ver, y conocer. Cuando lo hayas hecho, hablamos.” Aquella tarde, el Tajo, brillaba, como un mosaico de pedrería bajo un cielo que se difuminaba en el rosa horizonte y el azul pizarra del agua.

I S I T A GABRIEL PINGARRÓN

Sí; el río brillaba. Pero, la ciudad, lucía opaca, envuelta en el humo y el vapor de los coches y los grandes fumadores, uno de ellos, el mismo Pessoa. Las viejas construcciones del centro de Lisboa, manchadas, erosionadas, enverdecidas por la pátina del tiempo, parecían a punto de caernos encima y llenarnos de polvo. Como ellas. Ese es su encanto: estar a punto de caer…, y no caer. En la tabaquería, apoyados ambos en el mostrador, exclama: “¡Qué puedo saber de lo que seré, yo, que no sé lo que soy!” El encargado de la tabaquería, sonríe. “Pero vale la pena haber nacido con tal de oír pasar el viento”, termina diciendo el maestro. Compra una pipa, y su bolsa de tabaco, y paga unos Luises. Al salir de nuevo a la calle, ve pasar a un conocido por la acera de enfrente. Alza uno de sus cortos brazos, y con la palma de la mano, abierta, lo mueve de un lado a otro para llamar su atención. Al no lograrlo, le grita: “¡Caeiro!” El flaco Caeiro, de gafas, sombrero y gabardina, muy parecido a él, voltea, lo reconoce, y lo saluda con la mano, a la distancia. El poeta, vuelve a gritarle: “¡Adiós, Alberto!” Caeiro continúa su camino, hundiendo su cabeza en el abrigo, como una tortuga en su carapacho. Nosotros cruzamos la calle encharcada, iluminada por los faroles y las luces de neón de aparadores y marquesinas. Y caminamos entre cientos de lisboetas, que pasan, sin vernos, impulsados por la prisa y la ansiedad de llegar a un lugar o a otro: A casa, al trabajo, al cine, a una fiesta, al teatro. ¡Qué sé yo, a cualquier parte, sólo ellos saben! Fijó en mí su mirada, desde sus ojos pequeñísimos, detrás de los aros redondos de sus gafas; me dio una palmadita en un hombro, y contestó: “Eres joven, Pingarrón, todavía tienes mucho que ver, y conocer. Cuando lo hayas hecho, hablamos.” Aquella tarde, el Tajo, brillaba, como un mosaico de pedrería bajo un cielo que se difuminaba en el rosa horizonte y el azul pizarra del agua.


Sí; el río brillaba. Pero, la ciudad, lucía opaca, envuelta en el humo y el vapor de los coches y los grandes fumadores, uno de ellos, el mismo Pessoa. Las viejas construcciones del centro de Lisboa, manchadas, erosionadas, enverdecidas por la pátina del tiempo, parecían a punto de caernos encima y llenarnos de polvo. Como ellas. Ese es su encanto: estar a punto de caer…, y no caer. En la tabaquería, apoyados ambos en el mostrador, exclama: “¡Qué puedo saber de lo que seré, yo, que no sé lo que soy!” El encargado de la tabaquería, sonríe. “Pero vale la pena haber nacido con tal de oír pasar el viento”, termina diciendo el maestro. Compra una pipa, y su bolsa de tabaco, y paga unos Luises. Al salir de nuevo a la calle, ve pasar a un conocido por la acera de enfrente. Alza uno de sus cortos brazos, y con la palma de la mano, abierta, lo mueve de un lado a otro para llamar su atención. Al no lograrlo, le grita: “¡Caeiro!” El flaco Caeiro, de gafas, sombrero y gabardina, muy parecido a él, voltea, lo reconoce, y lo saluda con la mano, a la distancia. El poeta, vuelve a gritarle: “¡Adiós, Alberto!” Caeiro continúa su camino, hundiendo su cabeza en el abrigo, como una tortuga en su carapacho. Nosotros cruzamos la calle encharcada, iluminada por los faroles y las luces de neón de aparadores y marquesinas. Y caminamos entre cientos de lisboetas, que pasan, sin vernos, impulsados por la prisa y la ansiedad de llegar a un lugar o a otro: A casa, al trabajo, al cine, a una fiesta, al teatro. ¡Qué sé yo, a cualquier parte, sólo ellos saben! No sé nada de Lisboa. Solamente, que la cubre un velo de nostalgia, que está en Portugal, y que allí nació Fernando Pessoa. Pero ahora encamino al maestro, bajo la llovizna, por la Plaza Magallanes, a la parada del autobús de Beja, para que regrese a casa. Sus gafas están empañadas. Se las quita. Y limpia los espejuelos con un pañuelo blanco. Cuando al pie del autobús, nos despedimos, con un abrazo, en la Plaza, encharcada, hay un mundo de palomas.

MIXCOAC 1999

FERNANDO PESSOA Fernando António Nogueira Pessoa, más conocido como Fernando Pessoa (Lisboa, 13 de junio de 1888-ibídem, 30 de noviembre de 1935) fue un poeta y escritor portugués, considerado uno de los más brillantes e importantes de la literatura mundial y, en particular, de la lengua portuguesa. Tuvo una vida discreta, centrada en el periodismo, la publicidad, el comercio y, principalmente, la literatura, en la que se desdobló en varias personalidades conocidas como heterónimos. La figura enigmática en la que se convirtió motiva gran parte de los estudios sobre su vida y su obra. Habiendo vivido la mayor parte de su juventud en Sudáfrica, donde estudió hasta 1905, la lengua inglesa tuvo gran importancia en su vida, pues Pessoa traducía, trabajaba y pensaba en ese idioma. De día, Pessoa se ganaba la vida como traductor. Por la noche, escribía poesía: no escribía «su» propia poesía, sino la de diversos autores ficticios, diferentes en estilo, modos y voz. Publicó bajo varios heterónimos —de los cuales los más importantes son Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Bernardo Soares y Ricardo Reis—, e incluso publicó críticas contra sus propias obras, firmadas por sus heterónimos. Murió por problemas hepáticos a los 47 años en la misma ciudad en que naciera, dejando una descomunal obra inédita que todavía suscita análisis y controversias.


GABRIEL PINGARRÓN

ESA BÚSQUEDA INCESANTE DE VOCES: NOTAS SOBRE JULIO CÉSAR FÉLIX Veo, en las redes sociales que mi amigo, Julio César Félix, el poeta nacido en Navolato, Sinaloa, en 1975, ha publicado un nuevo libro de poemas. Avecindado en Torreón, Coahuila, desde hace más de 15 años, realizando diversas actividades, todas relacionadas con su labor poética y literaria, y donde ha publicado la mayoría de sus poemarios (por lo que se le considera un poeta coahuilense); Julio César, que también radicó en el DF (hoy CDMX o Ciudad de México), es, en todo caso, un poeta del norte. No solamente por haber nacido en aquella región del país, sino también, por estar su poesía nutrida de los lugares y la gente de allá. Poeta sin grandes pretensiones intelectuales (aunque, cuando vivió en el DF, incluso en este mismo edificio donde nos conocimos –colonia Sinatel, al sur de la ciudad-, a finales de 1999, impartía las materias de: "Historia de las ideas" y "Lengua Española", en el CUT (Centro Universitario de Teatro) en la UNAM, y, a menudo, en sus poemas, hace alusión a nombres, frases, y anécdotas de personajes célebres); a partir de su poemario De noche todos los amores son pardos (1999), Julio César ha experimentado un gran avance. Producto de su incansable labor con la pluma: 10 poemarios y una antología personal: Laguna´s Night Club. Pero, también, de su intensa actividad como coordinador del Centro de Difusión Editorial de la Universidad Iberoamericana Torreón, donde además del Taller de Literatura, dirigió la revista Acequias (especializada en literatura y crítica cultural), la cual editaba la misma institución. Todo eso. Y "las cosas de la vida" a través de esos años han ido moldeando, afinando, fortaleciendo, profundizando su discurso, y, embelleciendo sus versos. De aquel joven poeta -tenía 25 años-, que conocí (cuya inteligencia y conocimiento de Samuel Beckett, me deslumbró; y de quien, luego de haber leído De noche todos los amores son pardos, pensé, que tenía una gran "vena poética"; que había musicalidad, y armonía en sus poemas; fantasía en sus metáforas, claridad en sus imágenes; que se expresaba con entera libertad, y hasta con desenfado, aunque también, con cierta ingenuidad); al poeta, ya maduro -a los 39 años-, como se manifiesta en Nacimos irritilas en el acuario del mundo (2013), media una gran distancia. La búsqueda incesante de voces, a partir de los cuatro primeros versos, de De noche todos los amores son pardos: Otra vez buscando / flautas en las tardes / para musicalizar este canto / que ambiciona voces.", ha tenido grandes hallazgos, y llenado, de muy diversas voces su canto, satisfaciendo esa ambición. Lo que ha enriquecido su propia voz, acrecentado su sensibilidad, afinado su oído, su percepción, la intuición con que capta el poema, y encuentra: "Sobre un claro amanecer en el desierto lagunero", el momento poético. Y, en: "Torreón es una cantina / expandida y diversificada / en putimil quinientas laguneras sucursales", el "tema poético". No es la voz de Julio César Félix, una voz que clame en desierto (aunque se refiera a él en muchas ocasiones). No es la voz de un loco, sin escuchas, cuyas palabras se las lleve el viento, no. Es una voz, que lo mismo, "clama" en las cantinas y las playas de Torreón (aunque ya no las haya según el poeta), que en las avenidas sobrepobladas de "Chilangolandia". Y no se lleva el viento sus palabras, porque tienen alas; son palomas mensajeras que, siempre, encuentran destino.

Gabriel Pingarrón y Julio César Félix

GABRIEL PINGARRÓN es un actor de cine, teatro y actor de doblaje; poeta y dramaturgo. Conocido por doblar voces de grandes actores como Robert de Niro, Alfred Molina, Kelsey Grammer, entre otros más. También es conocido en el mundo del ánime por doblar la voz de Dabura en la serie Dragon Ball Z.


a is br to an c na lu de

JULIO CÉSAR FÉLIX

z lu de

Y esto era un estanque. Y estaba oscuro. Los nenúfares ardían en la brea de la medianoche. Y estaba roído por una ola el fondo de la barca… BORIS PASTERNAK

I

II

Existo

No nos asustemos no

luego existes

por lo contrario

no es la arrogancia

hay que alegrarse

que habla

de este nacimiento,

o la actitud de dios

tu nacimiento brisa

es el deseo

amor tornasolado

estás aquí

centelleante

te siento

¡díme, háblame!

en mis mejillas

pequeño gran amor carnal

en mi respiración

y sanguíneo

en los latidos

escucho los latidos

de mi amada

en el espejo de tus ojos

en su mirada

somos y estamos

y en su tacto

para amarnos

creces dentro de nosotros

tu memoria va reconociendo

en ti

símbolos

Cada instante

aparecerás ante el mundo exterior

cada aliento tuyo

afuera de la hermosa

es un sentido

y cálida cueva

para nuestro andar

que ahora

rociado de ti

te protege

brisa susurrante

de las inmundicias

descubridora de lunas

de acá afuera

y universos ignotos;

pero el eclipse lunar

brisa lunar, ansío tu llegada

velará siempre por

como el poeta anheló

tus sueños

en otros tiempos

te cuida la montaña

ser escindido

también los bosques

por el rayo divino.

el desierto El mar es tu ángel mayor.


CORRESPONSALÍA TORREÓN DEL SEMINARIO DE CULTURA MEXICANA

TALLER LITERARIO “YO, ES OTRO” El Taller es un espacio y oportunidad para atender la lectura de textos poéticos y otras manifestaciones literarias de autores reconocidos en el mundo de las letras (nacionales e internacionales), así como autores de la región lagunera, y de Coahuila en general; así como la creación de los mismos asistentes. Leemos, revisamos y discutimos sobre temas y puntos que nos sugieren las lecturas. HISTORIA MÍNIMA. El nombre que lleva este proyecto “Yo, es otro”, proviene de las líneas «Je est un autre», del poeta simbolista francés Arthur Rimbaud. Y no lo extraje de uno de sus poemas, sino de una carta que le manda a su amigo, el poeta Demeni. El taller inició labores el 29 de agosto de 2015 en el Teatro Nazas. Y desde entonces no ha interrumpido actividades. Ciertamente la asistencia, como ocurre con la mayoría de los talleres de este tipo, es fluctuante. Sin embargo, la permanencia del mismo ha hecho que continúe vivo. Algunos de los asistentes que han participado han empezado a obtener frutos y reconocimientos: el caso de Andrés Guerrero, quien en 2016 obtuvo el primer lugar de poesía joven en la ciudad de Durango; Víctor Medina, quien recientemente obtuvo el segundo lugar nacional del prestigiado concurso literario de la revista Punto de partida, de la UNAM, en la categoría de cuento; texto que justamente revisamos y comentamos en nuestras sesiones. También hemos construido puentes culturales con algunas revistas donde se han publicado textos de los participantes del taller, así, el ya mencionado Víctor Medina, Raúl Blackaller (escritor y editor cercano al taller), Erald Aguilar, Jesús Espinosa Arellano, han publicado en las revistas literarias Cantaletras (Durango), y YoesOtro (Torreón) y en el suplemento Página siete, del diario Vanguardia (Saltillo); Moramay Micalco publicó su primer poemario en Grupo Rodrigo Porrúa, y colabora en La Jornada (SLP). Hemos hecho lecturas públicas en la ciudad de Torreón, con gran asistencia e interés por parte del público lagunero, mismas que se han realizado en la sede que nos hospeda para nuestra reuniones: el Teatro Nazas. El año pasado (2017) fuimos invitados a leer a la ciudad de San Luis Potosí, en el marco de Jornadas Literarias del Instituto Potosino de las Bellas Artes. El taller y su servidor gestionamos hospedaje y alimentación para siete autores de La Laguna, y lamentablemente no pudimos asistir. Sólo requeríamos costearnos el traslado, mismo que fue solicitado con anticipación a la principal instancia de cultura de la ciudad, pero nos fue negado por “falta de presupuesto”. Actualmente, además de seguir trabajando constantemente en los textos de los asistentes, preparamos un libro, con muestra del taller literario, “Yo, es otro”, que esperamos vea la luz editorial este 2018. También editamos una revista literaria virtual desde Torreón que lleva el nombre de YoesOtro. A la fecha contamos con la edición de 3 números y está por aparecer el #4. Ver: https://sites.google.com/view/revistayoesotro/ El taller literario “Yo, es otro”, creó un ciclo de escritores invitados. Esto es, que escritores reconocidos nacional e internacionalmente nos visitan para charlar con los talleristas y público en general, o presentan alguna de sus obras. Así, hemos tenido la visita en el taller del poeta regiomontano Armando Alanís Pulido. La próxima semana estará presentando una novedad editorial la escritora Silvia Molina; en septiembre estará la poeta Elva Macías. Todo esto no hubiera sido posible sin el apoyo del teatro Nazas, y su genial directora More Barret, así como el brillante staff con el que cuenta; también damos gracias al apoyo del Seminario de Cultura Mexicana, y a su corresponsalía en Torreón.

Hay dos grupos de trabajo: Sábados de 12 a 2 pm. Lunes de 5 a 7 pm. El proyecto Yo, es otro, ha crecido en estos tres años en tres directrices: Taller literario / Revista literaria / Ciclo de escritores


CORRESPONSALÍA TORREÓN DEL SEMINARIO DE CULTURA MEXICANA

Informes en: jc.felix.corresponsaliatorreon@gmail.com tel. 871 364 17 07

Presentación del libro infantil: Zapatos viejos; con la autora y presidenta del Seminario de Cultura Mexicana: Silvia Molina

Presentación del libro: Zapatos Nuevos con la autora Silvia Molina. Presentaron: Julio César Félix y Brisa de Luna. En el Teatro Nazas.

De derecha a Izquierda: Julio César Félix, Silvia Molina, Moramay Micalco, Raúl Blackaller.


CORRESPONSALÍA TORREÓN DEL SEMINARIO DE CULTURA MEXICANA

Próximas actividades... Dr. Arnoldo Kraus

En el auditorio de la Clínica de Alta Especialidad #71, del IMSS. Fecha y hora por confirmar.

Arnoldo Kraus es un médico que mira la vida a través de cuerpos enfermos y almas heridas. El lenguaje roto por el dolor, y las pérdidas producidas por las enfermedades, alimentan su oficio. Muchas recetas médicas, y algunas páginas de la vida, las escribe gracias a la sabiduría y a las lecciones emanadas a partir del sufrimiento y voz de sus enfermos. El autor de textos indispensables en el debate nacional en torno a la bioética. Eutanasia, aborto, laicidad, tecnología médica, relación médico paciente y derecho a la salud son, entre otros, algunos de los temas sobre los cuales ha escrito. Actualmente imparte un Seminario sobre ética médica en la Facultad de Medicina de la UNAM. Escribe cada semana en El Universal, en Nexos publica mensualmente y mantiene un Blog semanal sobre bioética. Es miembro del Colegio de Bioética y del Seminario de Cultura Mexicana. En 2015 publicó Recordar a los difuntos (Sexto Piso) y Dolor de uno, dolor de todos (Debate).

grandesmaestros.unam.mx

Marco Antonio Campos

Charla sobre el poeta potosino Manuel José Othón en el ciclo de escritores invitados del taller literario "Yo, es otro", del teatro Nazas. Fecha: 21 de noviembre

Cronista, ensayista, narrador, poeta y traductor. Ha sido profesor de Literatura en la uia (1976-1983); lector huésped de las universidades de Salzburgo y Viena (1988-1991); profesor invitado de Brigham Young University (1991) en las universidades de Buenos Aires y La Plata (1992) y la Universidad de Jerusalén (2003); jefe de redacción de Punto de Partida; director de Literatura de la Coordinación de Difusión Cultural; director en dos épocas de Periódico de Poesía, investigador del Centro de Estudios Literarios del iifl de la unam y coordinador del Programa Editorial de la Coordinación de Humanidades de la unam. Colaborador en distintas épocas de Confabulario (suplemento literario del diario El Universal), La Jornada Semanal (suplemento literario del diario La Jornada), La Semana de Bellas Artes, Periódico de Poesía, Proceso, Punto de Partida, Revista Universidad de México, Sábado (suplemento literario de Unomásuno) y Vuelta. Premio Diana Moreno Toscano 1972, a la promesa literaria. Premio Xavier Villaurrutia 1992 por Antología personal. Medalla Presidencial Pablo Neruda otorgada por el Gobierno de Chile en 2004. Premio Casa de América 2005 por Viernes de Jerusalén. Premio del Tren Antonio Machado 2008 por su poemario Aquellas cartas. XXXI Premio Internacional de Poesía Ciudad Melilla 2099, por su obra Díme dónde, en qué país. Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2010, por el conjunto de su obra poética. Ha traducido la obra de Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, André Guide, Roger Munier, entre otros. http://www.elem.mx/autor/datos/179

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Marta Aragón R.

LA VIRGENCITA DE LOS REMEDIOS Tal vez no lo sepas pero un día Encarnita, m’ija, se paró delante de nosotros con el rostro transfigurado. Mi mujer y yo la miramos sorprendidos. No comprendíamos la extraña luz que salía de sus ojos, y de toda ella; tan chiquita, tan delgadita, tan poquita cosa. Pero eso no fue todo. De su boca salieron palabras más dulces que el canto de un cenzontle o de un gorrioncillo; más dulce que el más cantarín de los pájaros. ̶ He visto a Dios y me dijo que ya no soy Encarnita. Un silencio pesado, pesado, se apoderó de nuestras lenguas. Mi vieja le preguntó: ̶¿Quién eres, m’ija? ̶ Soy la Virgencita de los Remedios, y así han de llamarme desde hoy. ̶ Pero m’ija ̶ mi vieja insistió ̶ , siempre te hemos dicho Encarnita, ¿por qué nos pides que te llamemos de otro modo? ̶ Dios así lo ordena, y Él es nuestro Padre, nuestro único Padre. Cuando la escuché no pude menos que indignarme. Mi niña era mía desde que la puse en la barriga de su madre, una noche que la quise más que ninguna otra, y no pude evitar lanzarle, como si fueran dardos, estas palabras: ̶ Ha de querer que la pongamos en un nicho, que le prendamos veladoras e incienso; y en un descuido ha de querer hasta una vitrinita de puro cristal pa’ que no le caiga ni una briznita

de polvo. Usted ya no va a querer hacer nada ni ayudar a su madre a tortear las gordas ni a moler el nixtamal ni a traer leña pa’ calentar la casa; y hasta se me afigura que el agua que toque va a quedar bendita. Vale más, vieja, que vayamos aareglando una rinconera pa’ que su hija se esté allí de adorno; muy sentadita para que luego vengan los vecinos a rezarle el rosario, y muchas salves, y a pedirle milagritos, porque no vaya siendo que ahora su hija nos resulte milagrosa. Ándale, vieja, hay que empezar a servir a la virgencita. ̶ No, padre, usted no ha entendido nada. No tiene que ponerme un altarcito. Dios me dijo que soy la Virgencita de los Remedios para ayudar a la gente, para darle alivio a los enfermos y aliento a los acongojados, y para que aquí mero enfrente construyamos un templo en su honor. Dios quiere un santuario para dar abrigo a todos los que lo necesitan. Padre ̶ agregó ̶ , tengo que trabajar mucho y no haré nada si ustedes no me ayudan. Les recuerdo que al Padre le debemos obediencia y humildad. ̶ Pero m’ija, qué es lo que quiere que hagamos. ̶ Usted, madre, cósame un vestido blanco con un manto celeste, igualito como el que tiene la imagen de la virgencita de Santa María de las Gracias. Hágamelo exactito, madre, y que me llegue hasta los pies. No pude entender cómo se me bajó la corajina y tampoco comprendí la razón por la que obedecí. Había algo imperioso en aquella voz como de ángeles, como de piedrecillas arrastradas por el agua, como de leña ardiendo. Había algo tan imperioso en su voz que luego, luego, me fui a traer peñascos del arroyo pa’irlos juntando pa’ levantar el templo que la Virgencita de los Remedios quería. Ahora que estamos aquí. Tú y yo. Los dos solos bajo el amparo de este cielo sin luna y sin estrellas. En esta noche en la que por fin

estás a mi merced; y no puedes salir juyendode aquí; estás amordazado y preso por estas manos correosas y fuertes, que sólo te han dejado libre los oídos para que puedas escucharme. Nadie impedirá que te cuente la historia de m’ijita, ni el mismito Dios; porque Él me dio las juerzas pa’ agarrarte cuando más desprevenido estabas y que de ésta no te escapes. Desde el día que m’ijita dejó de llamarse Encarnita por órdenes del mismito Padre Eterno, se levantaba al alba y con un canasto salía a juntar yerbas del monte. Las traía húmedas de rocío, frescas y olorosas. Las molía en un metate. Allí bajo la enramada estaba la virgencita, tan pequeña que sus manitas apenas podían con la piedra. Nunca he sabido cómo la gente se enteró de la gracia de mi hija. Primero llegó un hombre con una pierna tumefacta, apenas podía andar por la hinchazón, parecía que iba a reventarle en cualquier momento; el hombre estaba en un grito de dolor. Cuando la Virgencita lo vio, lo acostó enseguida en un camastro, en un rincón de la casa. Sus manitas se perdían en aquella pierna cárdena e inflamada, y con habilidad sorprendente le aplicó emplastos de yerbas y lo vendó; le dio a beber infusiones de plantas que sólo ella conocía. El hombre amaneció como si nunca hubiera tenido nada. Ése fue el principio. La fila de enfermos se volvió interminable. La pobre virgencita apenas tenía tiempo para comer, y se alimentaba como si fuera un pajarillo: una vez al día. El resto de la jornada era para atender a los sufrientes y hacer sus abluciones al alba; porque la virgencita andaba siempre pulcra como una gota de rocío.


Para apuración de su madre, la Virgencita fue quedando peor que antes, puro pellejo y huesitos. Se le transparentaban las venas que parecían no cargar sangre sino aquella extraña luz de luna que salía de toda ella. Nomás le resaltaban los ojotes negros como norias profundas que reflejaban un cielo estrellado, en su carita de virgen de porcelana. Así de linda y milagrosa era m’ijita; mi niña a quien no le crei que era la mismita Virgen de los Remedios, pero era verdad, la purita verdad… y tú, ¡¿qué sabías de esto?!, ¡si sólo eres un perro mal nacido! El tiempo pasó, la Virgencita continuó curando a la gente, aliviando sus dolores del alma y cuerpo; y yo seguí juntando piedras para construir el templo que Dios ordenaba. Cada peregrino tenía el mandato de traer una piedra para la iglesia, peñascos que iba apilando en el sitio elegido por Dios. Así mi niña cumplió los doce y era más bonita que la misma virgen del templo de Santa María de las Gracias; y hasta ese día, lo único que aprendí de ella fue tener una querencia muy honda y muy grande por todos los animales, árboles, yerbas y flores. Pero en aquel día no pude imaginarme que iba a llenarme otra vez de odio, de odio puro, tan frío y filoso como la hoja de una daga, de un verduguillo, de un puñal. Yo no sabía que iba a llenarme hasta el cogote con este aborrecimiento, del mismo que me empachó el alma, cuando tu padre, Donaciano Mancera, mató al mío por la espalda. Los Mancera siempre han creído ser dueños de tierras y vidas,

siempre han creido tener derecho a todo, a ser los primeros. Nomás le piden a Dios que los ponga donde hay, nomás eso. Lo mismo hacen con las mujeres, sobre todo con las virgencitas; como la mía, la que dejaste tirada al fondo del barranco de Las Ánimas. Allí quedó desquebrajada, cubierta de sangre, como un cántaro roto en pedazos, como si fuera nada, con los ojos vacíos y el cuerpecito helado. ¡Pobrecita, mi niña, cuánto sufriría! Debe haber pasado frío y ¡cuánto extrañaría a su mamita! Tal vez nos hablaba o pediría auxilio, y nadie pudo escucharla. ¡Pobre de mi niñita, tan buena, tan linda! Pero vas a pagarlo Lamberto Mancera, hijo de Donaciano. El odio que te tengo no será suficiente para cobrar venganza. Voy a arrancarte la vida a cachitos. Te haré sufrir hasta que canten los gallos en la madrugada. Después, antes del alba, te enterraré agonizante, y cubriré tus despojos con las primeras piedras del cimiento del templo de Nuestra Virgencita de los Remedios, para que ella pueda al fin descansar en paz.

MARTA ARAGÓN R. (Ensenada, Baja California, 1948). Profesora. Escritora, grabadora e ilustradora. Ha publicado cuentos en revistas y suplementos, impresos y electrónicos. Ilustró el “Diccionario práctico de la Lengua Kiliwa” (2005 y 2007) de Arnulfo Estrada y Leonor Farlow; así como el libro de poesía infantil “Mar Océano” del escritor Adán Echeverría, en 2018..


L I T E R A T U R A D U R A N G U E Ñ A JUAN EMIGDIO PÉREZ PETRONILO AMAYA EDGAR ARMANDO CÓRDOVA G. REYNA VALENZUELA CONTRERAS LUCERO MERCADO SOFÍA B. SALAZAR


¿CUÁL ES LA EDAD PARA EMPEZAR A ESCRIBIR?

POR: JUAN EMIGDIO PÉREZ

Cada escritor tiene la edad para iniciar su vocación.

El caso contrario, sería el de nuestro Premio

Hay escritores precoces y quienes se inician en

Nobel Octavio Paz, quien desde la infancia contó

plena juventud; otros lo hacen de manera tardía. Sin

con una magnífica biblioteca, heredada de su

embargo, existen aquellos que habiéndose iniciado

abuelo. Además, su padre era periodista y

en la adolescencia o en la juventud abandonan la

abogado y sin duda contaba con buenos libros en

escritura; como también se encuentran aquellos

su biblioteca. Por si esto fuera poco, disfrutó del

que comenzaron tardíamente y lo hacen con tal

cariño de su tía Amalia Paz, quien estaba “un

pasión, que superan muchas de las diferencias de

poco loca”, y le enseño francés y el arte del

edad.

“afrancesamiento” literario, acercándolo a Víctor

Las lecturas de la niñez, la adolescencia y la

Hugo, Michelet y Rousseau. Sobre circunstancias

juventud, son las primeras brazas que mantienen el

semejantes se pueden citar otros ejemplos que

fuego de la vocación. Más aún cuando hay

ustedes conocen de cercanas vivencias o de la

orientación por parte de los padres, los amigos, los

literatura universal.

maestros o personas cultivadas que descubren la

Sin embargo, existe otro grupo de escritores,

vocación en las personas que tratan; de manera

considero numeroso, que sin disponer de una

espontánea facilitan libros o lecturas para la

biblioteca, ni orientación en sus lecturas, se

formación del escritor en ciernes. Sobre esto existen

lanzan en busca de las letras con el apoyo moral

ejemplos como el de Miguel Hernández, el pastor

y la limitación intelectual de sus padres. Cuentan

de Orihuela, que siendo en su niñez cuidador de

con el entusiasmo de algunos amigos que cojean

cabras, recibió libros y orientación de su amigo

del mismo deseo y comparten la emoción de

Ramón Sijé, iniciando su autoeducación literaria.

alguna lectura ocasional que llega a sus manos.

Continúa con la protección de Don Luis Almarcha,

Esto es más significativo cuando se vive en un

canónigo de la catedral, quien también le facilita

pueblo o en una ciudad como la nuestra, donde

libros. Le abre el mundo de los escritores del Siglo

los buenos libros llegaban como noticia de

de Oro Español y se inicia en la lectura de los

huracán extraviado que logró jinetear la sierra. A

autores modernos como Juan Ramón Jiménez y

todo lo anterior hay que agregar, que además de

Antonio Machado.

las lecturas dirigidas y la edad bien aprovechada, contar con un buen bagaje de experiencia,


también es necesario para incursionar en temas

una vaca disecado al sol en la orilla del camino. El

de mayor alcance y profundidad.

símbolo del poder económico y la riqueza estaba

Tú formas parte de este último grupo de

representado en los dueños de camiones que

aventureros literarios, -escribir es una aventura

asistían al festejo. Como símbolo de la alegría, era la

maravillosa – que sienten la vocación de la

fiesta salpicada de adornos de papel, música, baile,

literatura, y se lanzan a su conquista dejando en

comida, estallido de cohetes, la libertad de las

ello la vida. Pues junto a las tareas escolares, las

carcajadas y la plática apasionada de los rancheros.

lecturas técnicas de la profesión, los romances

Ese día, en ese viaje, íbamos varias personas en un

propios de la edad, las actividades sociales, la

camión de redilas, que dejaba una culebra de polvo

competición del trabajo, el deporte y la familia

a los que lo seguían. Los adultos sentados en las

entre otras cosas, la literatura como todas las

bancas que se habían colocado junto a las redilas;

amantes celosas, pide su tiempo, su espacio, sus

algunos niños sentados en las piernas de sus padres,

caricias, sus desvelos, sus exhibicionismos, sus

otros de pie en el piso junto a los demás hombres.

desgarramientos, sus olvidos, sus promesas, sus

Recuerdo que iba en los brazos de mi madre y por

abandonos, sus historias y sus mentiras. Pero

encima de su hombro, entre la rendija de las redilas

sobre todo pide vivir en ti mismo, que

del camión, podía distinguir los áridos matorrales,

demuestres que la quieres, que luchas por ella,

que se esparcían sobre la hirviente tierra rojiza. Pero

que en un momento puedes dejarlo todo por vivir

sobre todo se me quedó grabada la esquelética y

con ella, porque forma parte de tu vida, de tu

blancuzca cabeza de una vaca, con sus ojos

pensamiento, de tus aspiraciones, de tu

profundos de noria seca, que se cansó de mirar la

existencia. Por estos motivos y algunos otros que

vida. Ahí estaba como un eco de algo que existió y

traigo desde que nací les digo que gracias a ella,

se perdía rápidamente de mi vista. Yo conocía las

la literatura, puedo estar hoy aquí frente a

vacas y sus mugidos en los corrales y las que

ustedes con mi texto para compartir algunas

vagaban salpicando de excremento las calles, pero

vivencias de mi niñez.

ese día conocí su cementerio.

Por disposición de quien tiene derecho a

Tal vez en ese año o en el siguiente, mi padre

seleccionar nuestro lugar de nacimiento el cual

adquirió una propiedad frente al cerro “Cazuelas”,

puede ser premeditado o circunstancial, yo

un poco antes de llegar a Francisco I. Madero, a

pegué el primer chillido en una de las casas

unos ocho kilómetros distante de la carretera.

cercanas a la plaza principal de la Villa Francisco

Consistía en terreno para siembra, área de

I. Madero, del Municipio de Pánuco de Coronado,

pastizales y casa para vivir con amplio corral. Aquí

Dgo., localizado a escasos cuarenta kilómetros de

tuve nuevas experiencias que se incrustaron en mi

la ciudad capital.

cerebro y forjaron mis primeros motivos de

Mi padre por su posición de Capitán de

superación. Este lugar estaba habitado por dos

caballería del Ejército Mexicano, era

grupos de colonos: Los Fraccionistas o pequeños

frecuentemente invitado a los festejos que

propietarios, a los que pertenecía mi padre y el otro

organizaban en sus ranchos los

grupo era el de los ejidatarios o agraristas. A los dos

personajes importantes del lugar. Estos cercanos

pueblos los separaba una calle. Esa calle también

viajes, a mi aproximada edad de tres años, fueron

separaba las aspiraciones personales, los caballos y

las primeras imágenes que registra mi memoria.

los burros; los ricos y los pobres.

Recuerdo como un símbolo de la muerte y de la sed: el cráneo de


También separaba la escuela, la limpieza, el amor

Mis viajes habían sido tan cortos: del rancho a

al trabajo, el surtido de las tiendas, los huaraches

Durango y de aquí de nuevo al rancho. Únicamente

y las botas; la iglesia y las generosas limosnas, los

conocía dos pueblos partidos por una calle. Al mirar

bautizos y las fiestas; separaba la lluvia y la

esos coches, me hacía promesas de que algún día

sequía, la enfermedad y la salud. Pero había un

yo transitaría en uno de ellos, y la mirada sería

lugar que a los dos pueblos nos unía, era el

inversa, pues desde el coche que yo manejara

manantial que surtía de agua para beber a las

voltearía a mirar el mezquite y al niño que se había

personas y a las bestias. Ahí tenían que concurrir,

hecho esa promesa. Las veces que he tenido

los saludos y los silencios, las envidias y los

oportunidad de transitar por esa carretera, sea de

chiflidos, la pistola y el puñal, las tinajas y los

día o de noche, volteó a mirar el lugar donde un día

botes, el jabón y el amole; el sarape y el makinoff,

fui niño. También más adelante al pasar por

la política y la religión, el rebozo y la sirvienta, la

Francisco I. Madero, volteó a mirar la calle y la casa

noticia y la ignorancia, era el manantial de las

donde nací. No he perdido ni negado mi raíz. Mi

penitencias.

memoria la recuerda y mi espíritu se estremece

Allí en ese pueblo dividido viví y observé las

cuando siente las vibraciones de mi cordón

diferencias sociales: Le tuve miedo a las calles y a

umbilical que fue enterrado en el patio de la casa

los bultos en las esquinas, sobre todo en la

donde nací. Por seña tiene plantado un árbol en la

noche, cuando los bultos se distinguían por la

banqueta, que fue la ofrenda de mi padre por la

incesante luz de las llamitas de los cigarros.

ventura de mi nacimiento.

El primer libro que tuve en mis manos, fue el libro

Tal vez en ese año o en el siguiente, mi padre

de equitación de mi padre, donde venían

adquirió una propiedad frente al cerro “Cazuelas”,

fotografías y explicaciones sobre las diferentes

un poco antes de llegar a Francisco I. Madero, a

disciplinas ecuestres: la alemana, francesa,

unos ocho kilómetros distante de la carretera.

italiana y la española. A esta edad yo no sabía

Consistía en terreno para siembra, área de

leer, pero me interesaba en las fotografías,

pastizales y casa para vivir con amplio corral. Aquí

porque mi padre desde muy pequeños a mi

tuve nuevas experiencias que se incrustaron en mi

hermano y a mi nos enseñó a montar a caballo en

cerebro y forjaron mis primeros motivos de

albardón. En la alameda del manantial de este

superación. Este lugar estaba habitado por dos

pueblo dividido, disfruté por primera vez de la

grupos de colonos: Los Fraccionistas o pequeños

serenidad que produce el aislamiento y me di

propietarios, a los que pertenecía mi padre y el otro

cuenta de la vida que existe entre los árboles: la

grupo era el de los ejidatarios o agraristas. A los dos

paloma cucú, el pájaro carpintero, el gorjeo de los

pueblos los separaba una calle. Esa calle también

pájaros, la curiosidad de las ardillas, la sorpresa

separaba las aspiraciones personales, los caballos y

de la salamandra, el vuelo circular del cuervo, la

los burros; los ricos y los pobres.

mirada hipnótica de la lechuza, el desfile de las hormigas, el respirar y canto de las ranas, el zumbido de la abeja, el piquete de la avispa, la acrobacia del colibrí, el ballet de la mariposa, el silencio del gusano y el canto del grillo. Los álamos me tomaron como amigo y hasta la fecha no los he abandonado. Viven en mi memoria con el rumor de sus hojas. En las noches, desde el mezquite alto y frondoso del corral, observaba la luz de los coches a lo lejos al transitar por la carretera: Me preguntaba a donde irían.


TRES POEMAS

POR: PETRONILO AMAYA EL POEMA COMO OASIS

FORASTERO

Mi viaje ha sido tentativa intacta

Estoy de paso

por alcanzar un poema,

en cualquier punto,

he vislumbrado por sus puertas

mil derroteros convocan:

como niño que busca;

hay pájaros que cantan allá lejos

he andado por sus jardines aromados

y muchachas soñando con caricias.

de la candidez y gracia

Hay interrogantes

que hechiza al unicornio.

aquí y allá

He ido contracorriente,

por mi sedentarismo incomprensible.

con humilde austeridad,

El mundo, lo sé,

con palabras de bajo costo

espera

y cierta espontaneidad,

impaciente.

sin dogmas ni abecedarios infalibles.

¿Habrá, niña,

Un poema he pretendido

en el confín prometido,

depurado, natural,

sirenas con tu canto

incandescente,

y agravios por deshacer?

afirmado en la esencia de sus versos. He andado al límite de todo

@VISO

por la necesidad de ese prodigio,

Desde que no estás soy insomnio invidente,

por el impulso de huirle a jerarquías

canción desafinada, tos interminable,

que todo controlan

apenas respiro…

y hacen, a los tontos, arriar banderas.

ya me puse las ojeras que revelan tragedias;

Busco libertad,

me quité la sonrisa, pues ni a quién regalársela

ser palabra hacia arriba, ser agua de manantial

¿Cómo llevarla si no combina con tu ausencia?

que llene el hueco de la mirada con frescura

Voy a ponerme a besar tus recuerdos,

originaria ya en su nombre.

a imaginar que hoy regresas…

El poema que persigo

voy a darle rumbo a la lujuria:

insistente,

ojalá en esta siesta te sueñe como anoche

incansable,

y el hilito de tu pasión me guíe.

será guarida contra absolutos y certidumbres: sus oraciones virginales serían oasis para doncellas y unicornios.

(Más vale que lo sepas: Ni sueñes que te olvido).


AMIGA

POR: REYNA VALENZUELA CONTRERAS

Amiga, no es necesario que respondas, simplemente hoy no fue un día de los buenos, el puño de lágrimas que ando atando a mis pestañas, de tanto atar, se desató hasta encharcar el suelo. ¿Cómo hilvanarlo de nuevo? Amiga, ya son cinco años que se me perdió la vida… Es fecha que no me encuentro, le he llorado tanto o más que si se hubiera muerto. Sigue aquí, yo sin él, atados a esa historia de amor en maldita hora vivida, ésa que nos unió siendo tan jóvenes, cuando el amor llenaba bolsillos vacíos, los besos saciaban mis ganas y una historia de amor se apuntalaba con sonrisas; días de escuela, planes de vida y tantos sueños. Hecha hacia atrás su cabellera, se recarga sobre la mesa, toma el salero y lo vacía, comienza a hacer figuras que se desvanecen entre sus dedos. Amiga, esa historia se nos destejió sin tener modo de hacerle algún remiendo... Duele día a día. Esa historia aniquila los instantes, me enferma, provocándome unas náuseas que ni la píldora de meclezina logra calmar. Parece que fue ayer; sí, sí, las redes, ésas acabaron con los pocos matrimonios que quedaban; el mío, el mío no fue ni el primero ni el último. Dejó el celular a un lado, tomó el Klenex de la mesa y lo hizo puño. ¿Cómo se deja ir a quien sin morir se ha ido y sigue vivo pero se fue hace tanto tiempo? Ya no juguetea con la sal. Amiga, ya son diez años de que empezó esta historia... ¿Cómo he podido vivir? ¡Cómo, si me jodió la vida, y desde entonces, me dedique a joder la suya! Da un golpe seco en mesa, inhala profundo. ¿Eso no es morir? ¿Cómo sobreponerme? Aquí algo se murió hace veinticinco años, el hedor de esa cosa me asfixia. Hoy me di cuenta de la ausencia de color en la casa que habito. Es pálida toda, sin sonrisas en las paredes, ninguna de ellas sonríe. ¿Por qué habían de hacerlo? Cuando entro a la recamaras de mis hijos, ahora hombres, me doy cuenta de cómo se mimetizaron a la falta de color; en las fotografías sus rostro esconden el rasgo de amargura que les fui contagiando, ahora no abrazaban, sonreían poco, estoy segura que mi actitud les arrebató la alegría infantil. Un rictus de amargura la consume, se levanta y comienza a limpiar el polvo que los años han dejado en sus recuerdos. Dicen que la vida te da lo que mereces, para entonces yo estaba en edad de merecer, levantaba mis manos en oración a un Dios bueno, agradable y perfecto que se apiadaría de mi dolor, voltearía su rostro a mí, me contemplaría pequeña, frágil, atendería mis súplicas... Secando mis lágrimas, con voz de trueno giraría instrucciones a los astros para que se alinearan en mi favor, por obra y gracia, la situación en mi hogar se tornaría en campo de miel sobre hojuelas... El príncipe azul del que un día me enamoré, se fue, se fue con la primera ranosa que se le puso en el camino; sí, sí, la vio tan pequeña y frágil que él sí atendió pronto a sus súplicas y sus caprichos, de un día para otro la tenía con departamento, cuenta bancaria, coche nuevo -¿y ya va ser usted la que va a estar viniendo?-Me dijo el casero el día que tuve valor para ir a su nidito de amor-, pásele con confianza, si trae llave, no necesita tocar, el licenciado ya tiene con nosotros más de tres años, pero la verdad, con ninguna de sus amigas me había tocado platicar. A treinta y cinco años de que se me cayó el santo al suelo, no lo puede reparar; ese santo desde aquel entonces se desmadró de cabo a rabo, y ni con los astros alineados, aquí sigue, vivito y coleando, pero los astros en mi vida se quedaron más que desaliñados, se soltaron el pelo, se fueron de viaje, se instalaron en otra orbita. Se levanta de la mecedora y camina hacia el espejo. -¿Así cómo, amiga, así cómo? Ya no hay nadie.


MICRORELATOS

POR: EDGAR ARMANDO CÓRDOVA G.

Vidas paralelas El Padre, después de morir, “lo abrazo y se lo comió a besos”. Mientras que su otro yo, se regocijaba en el infierno. El jaque de la dama En el principio del principio, Eva dio su primer jaque a Dios. En este instante todos los ajedrecistas lo deletrean. Alfileres literarios ¡Dispárame si eres hombre! - dijo con burla el personaje en el taller literario- Ni siquiera sabes usar una pistola; eres más cuento que novela. Al final de la frase, no le dio ni una sola letra de vida porque le clavó un alfiler en el corazón. Te metiste con el minificcionista equivocado -gritó el cardiólogo. Penélope del siglo XXI Segundos antes de hacerme el amor me confesó que me amaba. Llevo esperándolo 60 años y sé que regresará porque es un caballero -fue su último post del facebook en el asilo de ancianos. En el Génesis En el Génesis dijo el hacedor: «hágase la literatura». Del sonido de las consonantes nacieron las alas y las vocales se convirtieron en alma de los colores. Entonces el microrrelato se fue volando como mariposa. DesAmor Nunca tus labios dicen mi nombre; tus labios son mi nombre. Viaje interplanetario Año 2117. Los hombres y las mujeres vivían en Marte. Al fin se descubrió la biotecnología para colonizar planetas con animales. Llegó el día. La nave viajaba a velocidad de la luz. A su esposa no le dijo a dónde. Ella dormía. “Allá es su lugar”. Pensó y sonrió. Suicida -¿Todo bien? -Todavía


LA MUÑECA QUE MURIÓ MIENTRAS DORMÍA

POR: LUCERO MERCADO

En el piso. Tirada. Carcomida y amarillenta. Así lucía aquélla fotografía de hace más de 30 años. Los colores ya no eran tan nítidos como la primera vez que la vi… pero las siluetas eran las mismas… los semblantes de los rostros no habían cambiado. El dolor enmarcado en esas niñas era tan claro como las gotas de lluvia que visten de frescura las calles en los calurosos veranos. Un par de vestidos blancos acarician el suelo lleno de tierra, al fondo de esas telas, se alcanzan a ver esos secretos que se aferran a un blanco que de pronto, dejan de ser blanco, para tomar las sombras y el rojo, como su color. - ¡Corre Gloria, viene para acá!... ¡corre todo lo que puedas! - No puedo, siento que se me va el aire… ¡espérame! - Tienes que correr o sí no, nos va a alcanzar… ¡acuérdate de lo que nos hace si nos alcanza! - ¡Llévame de la mano, así podré correr contigo, pero no me dejes sola! Rodillas ensangrentadas y piedras metidas bajo la piel. El dolor de un raspón era nada comparado con un par de manos lascivas hurgando en las faldas del uniforme escolar. La bestia sonreía con una dulzura que solo la gente desconocida, caía en su mentira. Tenía nombre… un nombre que aquellas niñas deseaban enterrar en lo más profundo del planeta. - Mi muñeca está llorando… - ¿Por qué llora? - Ayer, mi tío le quito sus calzones y metió sus manos a fuerzas… ella no quería… lloraba y le decía que no… pero parece que no oye, porque ni siquiera la miraba a los ojos cuando ella le gritaba que no lo hiciera. - ¿Le dijiste a alguien de eso? - No. Mi papá dice que son puras mentiras y hasta me pegó. Mi maestra estaba platicando con el director en voz bajita, que hasta me corrió cuando quise hablar con ella y me castigó por interrumpirla… mi mamá… tiene miedo de hablar con mi papá porque le grita mucho y nada gano con decirle. - También a mi muñeca le hace lo mismo… no me gusta, pero no sé cómo decirle que no, porque me ha dicho que, si digo algo, va a decirle a mi papá que hago cosas malas con otros niños para me castigue y que a él sí va a creerle, porque él es un adulto y yo, una niña mentirosa y malcriada. - ¡No quiero que este en la casa! No me deja dormir, se mete en mi cama. - También en la mía. Las velas se derretían en esa fotografía sin siquiera haber sido prendidas. Los vestidos de la primera comunión, plasmados en ese pedazo de papel, delataban un pasado oscuro. El escenario gris y opaco anunciaba dos almas ataviadas de luto. Dos niñas que crecieron en un mundo amargo, donde los dibujos de sus cuadernos no eran flores ni muñecas, eran pedazos de seres mutilados y enfermos. Lupe, la más grande; se perdió en los sueños cada vez que llegaba de la escuela. La depresión se apoderó de ella. Día a día, dormía toda la tarde y todos los días, hasta quedar sumergida en una soledad y miedo al exterior… la capacidad de socializar la extravió sin darse cuenta. Su mente se bloqueó. Se quedó atrapada en su niñez antes de sufrir las agresiones de su tío. Gloria, la pequeña; puso esos recuerdos en el olvido. Intentó ser fuerte para hacerle creer a los demás, que ella era una persona feliz y sólida, aunque una muy pequeña parte de su corazón siguiera sangrando, gota a gota, pero la herida continuaba sin poder sanar. Tal parecía que esa imagen, había atrapado la desgracia de esas niñas: Lupe terminó sus días divagando y Gloria, enredada en un matrimonio pantanoso, cuya violencia le fue clavando espinas a su alma, hasta dejarla muerta en vida. -No sé en dónde dejé mi vida... ¿alguna vez fui feliz?... no lo recuerdo. No sé quién soy, ni por qué estoy aquí. Sólo tengo una imagen difusa en mi mente de aquella niña frente al espejo que sonríe mientras se pone por primera vez, su vestido de la primera comunión y escucha con emoción, las campanas de la iglesia, para ir a misa.


TÚ MI DESEO

POR: SOFÍA B. SALAZAR

Necesito tus besos suaves donde los míos Se posan a su antojo Deseo tus caricias al extremo; sin censura piel a piel y descubriendo secretos, que el fuego sensibilice al deseo de perderme en tus manos tocando la humedad entre mis piernas... Quiero el fuego escondido dentro de ti, saborear el placer a mitad de tu cuerpo y mirar tus ojos acelerar los latidos. Perderme en tu sabor, sentirte dentro: Tan mío Tan tuya; movernos sin miedo y saciar la sed que tenemos. Quemarnos: que arda mi deseo por tus besos.


literatura chihuahuense nelson solorio talavera reneĂŠ acosta

carta moral

salmo para una eva mitocondrial

hugo servando calle del retorno sĂĄnchez


Carta moral Por: Nelson Solorio Talavera Prefiero a la prostituta vieja, al joto, al indio, a la muchacha que tiene la cara machada de tizne, al albañil del rostro notoriamente asimétrico que paga 10 pesos por bailar con una señora mayor, al niño que toma soda en una bolsa de plástico y no sabe correr, al que, jugando futbol en terracería, se fracturo la cadera, a la vieja que ya no saluda a nadie, al loco que todo el día está barriendo calles sucias para siempre. Mi lealtad es para la tumba, un montículo de hermosa tierra y los huesos de una mujer que fue monja y guardia de seguridad y un día sufrió un infarto frente a la televisión. Esos son mis muertos, el flaco que murió de Sida cuando nadie muere de Sida, la vendedora de chicles de ocho años de edad que no sabía mirar a los lados antes atravesar la avenida, soy deudo del poetastro que murió de frío en la calle, más que del gran poeta que murió en las mismas condiciones, Adopté como mío al montón de huesos que estaba sembrado en las piedras de un cerro como las raíces blancas de un árbol caído, y mi lugar es la sombra de ese árbol. Prefiero vivir entre los hombres que miran descaradamente a la belleza que no tocarán, prefiero la compañía del que se arrepiente de haber dejado su hogar y dice que no se arrepiente de nada, del que un par de veces tuvo la felicidad y la perdió, del que avanzaba ciego en un mundo de luces asquerosas. El que llora durante el sexo es mi amigo y lo desconoce, es mi compañero el que descubrió que era mujer cuando estuvo en la cárcel, el que tenía una gran bola inexplicable debajo del ojo, el que a los 20 años tiene la frente arrugada y el cabello quemado por el sol. Amigos que tenían la esperanza de comprarle una casa a su madre, gente que hace fila en el seguro social y que lucha por la vida de un albañil de 90 años, madre que no tenía para lo comida aquel martes, niño que no puede pasar a aquella tienda porque es de una raza pobre. Fui amante de una mujer que se avergonzaba de su piel morena y de la piel de su padre y de la piel de sus hermanos. Fui amante de un muchacho que le pedía a Dios que lo convirtiera en otra persona. Amé al desierto donde el sol es padre de espinas. Amé que la soledad tuviera tantos rostros de hombre y de mujer, y tantas manos y tantas piernas y tantos sexos. Y que en ella todo fuera hambre. Y el hambre que alimenta a la vida con la energía de un pozo sin fondo. Y amé a los animales que nos avergüenzan con su silencio. A las máquinas que nos van sepultando. Amé la Sequía que es la mano izquierda de una antigua madre que no existe, amé a todos sus hijos. He puesto mi esperanza en alguien que caminaba tambaleándose por las calles de Chihuahua y que cantaba sin querer la misma música necia de sus abuelos. Soñé que todo tendría alguna forma de salvación y que había un paraíso empujando debajo de las grietas de las calles y la mirada de dioses buenos al fondo de cada sombra. Nelson Solorio Talavera es egresado de la Facultad de Filosofía y Letras en Letras Españolas. Ha sido tallerista del taller de Enrique Servín. Ha publicado en Chihuahua ARDE y en la antología del taller literario Pablo Ochoa del ICM. Actualmente estudia la maestría en la ENHA en Antropología. SN TITULO MIXTA / PAPEL 23 X 30.5 CM NESTOR MARXIANO


SALMO PARA UNA EVA MITOCONDRIAL (fragmento) Por: Reneé Acosta Me levanto de noche y aún no es el día en que tu alma molecular me llene de toda incandescencia con tu voluntad de amor nitrogenada Fuente de Eleusis Divina entre todas las mujeres Vuelve a mi campo esférico de dudas regresa a mí Señora de los cielos Asherá esposa de Dios Pachamama Gaia cuerpo de la tierra llámese naturaleza o conjunción celeste Vuelve a mi centro del que nunca te has ido Envuélveme en tu manto sicogenético y haz de tu presencia un pulsar de amor iridiscente Señora de los mil rostros doncella santísima vía láctea de tu seno multipecto en mil galaxias multiplicada Shekina Coyolxauqui, Asherá, Ammnáh, Isis Inana bendita fuente filogenética Causa esencial de todas las causas

Te has ocultado y hoy te busco me encuentro en ti en un multiverso de caminos de tu santísima trinidad femenina diosa, madre, hija llena de hidrógeno mercurial respiramos llenos de ti desde el inicio ¿Cómo llamarte? Madre ¿cómo nombrarte ahora ante los muros de ladrillos vibratorios? cómo encontrar tu neuma en la tierra si no es en tus hijas, fuente y pulsar y todo primogénitas Mira en mi compulsión de sal una lágrima apunta sobre mi frente la verdad de que la física no es más que una etapa en la evolución de tu metafísica materna Por eso vuélvenos e inviértenos conviértenos, absuélvenos torre de marfil estrellita de oro rosa de los vientos canción de cuna para los devastados

Mira que multitudes erráticas andan con pasos de neón a golpes de metralla Nada de eso te refleja por eso escúchanos Te has ocultado de los hombres porque eres mujer y eres madre y amante has sido negada desde el inicio de los tiempos madre carnal madre ritual madre verbal madre grial madre silente madre torre madre escalera madre campana de cristal madre rosa de los vientos madre lustral madre hierbabuena madre flor madre selva Venus paleolítica enterrada por el hambre de los hombres bajo el manto del cosmos

danos el calor en tu cobijo de estrellas y en el vientre de tu corazón tan santo sobre todas las cosas y las calles como expresión tangible de lo intangible - ¡Mira! ¡reconócenos tuyos!

Reneé Acosta (Chihuahua) Poeta, filósofa y feminista chihuahuense. Premio Agustín Melgar de la Juventud 2002. Mención honorífica del premio Estatal de la Juventud 2006. Premio a la mujer chihuahuense destacada 2009 en Literatura, por el H. Congreso de Chihuahua. Medalla José Saramago de la ASOLAPO 2009. Becaria del FONCA 20092010. Premio Internacional Gabriela Mistral 2011. Premio AMMPE 2011 en ensayo literario. Becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Chihuahua en 2012, 2013 y 2014. Premio de poesía experimental Fundación Ateneo Montjiuc 2012. Mención honorífica del Premio Francisco R. Almada 2013. Premio Hiperespacio José María Mendiola de poesía 2015 por Metratrón. Graduada con honores al mérito artístico en la carrera de Filosofía de la UACH 2007. con la tesis Seis principios vitales para una biofenomenología de lo poético. Ha publicado El jardín del vértigo 1999. Milésima de segundo por la muerte de Pablo Ochoa. 2003. Moebius. Tierra Adentro. 2006. El sentido de las horas UACH 2008. Metafísica del ojo. ICHICULT 2012. La holomúsica de esferas. Poetazos 2013. Dispersión simultánea Mantis 2014. Walter Dardon en la octava dimensión. Cisnegro 2017. Ha sido traducida al italiano y al inglés.


Calle del retorno Por: Hugo Servando Sánchez

Por qué esta calle en la que vivo, de grandes huecos en donde antes había árboles, de banquetas colmadas por extraños, arroyo que cuando llueve se convierte en río, de autos que alumbran el agua sucia con sus faros. Por qué esta calle me tocó en suerte y no otra, a quién debo reclamar por nacer en este barrio de campesinos arrancados de la tierra, sirvientas, albañiles, hombres que trabajan encerrados en la maquiladora y deambulan de madrugada en espera del transporte. Mi vecino trabaja como embalsamador en una funeraria. Me pregunta cómo estoy; se sonríe. Estoy seguro que me imagina acostado en la plancha con ese zumbido de moscas alrededor del muerto. Él con su cara de piel azulosa, ceniza, mortuoria, y yo respondo tajante que estoy bien antes de irme. Por qué esta calle del retorno, territorio de soles que se multiplican para cocinarnos como en un brasero, calle de niñas embarazadas, mujeres que pasean a sus hijos como a mascotas, madres orgullosas de haber parido extranjeros, madres en espera de irse a ese otro país imaginario o de volver a ser niñas en las banquetas.

Hugo Servando Sánchez. Poeta y narrador, nacido en la ciudad de Chihuahua, cuenta con la edad de 40 años. En el año 2005 publicó el poemario Impureza en la editorial Chihuahua Arde Editoras. Durante el año 2017 apareció su primer libro de poemas “Calle del Retorno” en la editorial de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, gracias al trabajo realizado en el taller de poesía “Alí Chumacero”, impartido por el maestro Enrique Servín. En el presente año, apareció el libro de cuentos “La pelea del gato y otro cuentos” por parte de la Secretaría de Cultura del estado de Chihuahua y como resultado del Taller de Narrativa “Alma Montemayor” del maestro Roberto Ransom. Ha sido invitado a diversos encuentros literarios, entre ellos al de “Verso Norte” 2010, organizado por la Universidad Autónoma de Nuevo León, al de “Lunas de Octubre 2015” en La Paz, Baja California Sur y al de “Kritya: International Poetry Festival” en Kerala, India.


AUSTER Y EL FINAL DE LA NOVELA DETECTIVESCA VICK MEDINA En 1985 se publicaron dos novelas que culminarían

Stillman (¿o tal vez debí haber dicho Quinn?) para

con el género detectivesco, me refiero a Ciudad de

salvarlo de Stillman.

cristal, de Paul Auster, y Los tipos duros no bailan, de

El relato rompe con la novela policiaca o de

Norman Mailer. Sería complicado nombrar alguna

detectives común, no sólo porque el detective

obra de la misma índole equiparable a estas. En el

aquí no es propiamente uno (quizá eso ya se haya

texto me enfocaré en la ya mencionada pieza narrativa

hecho antes), lo relevante es el juego de espejos

de Auster y no sólo en ella sino en las otras dos novelas

del autor norteamericano. Quinn que luego

complementarias de la trilogía de nueva york, es decir

personifica a Auster, quien podría ser un alter ego

a Fantasmas y La habitación cerrada.

del autor, nos hace pensar lo siguiente: la trama

¿Qué hace a Ciudad de cristal una obra por encima de

de la obra va más allá de una novela policiaca,

las demás? Para contestar a la cuestión primero debo

Auster no emprende una búsqueda de Stillman

mencionar la sinopsis de la novela: En ella Daniel

sino se busca a sí mismo y la única forma de

Quinn es un escritor de novelas policiacas que vive en

lograrlo es jugar a ser otra persona.

absoluta soledad, sin embargo, una llamada lo saca

En Fantasmas la trama se resumen en: Un

del tedio de su vida. El texto comienza justo así: Todo

hombre llamado Blanco contrata a Azul, un

empezó por un número equivocado, el teléfono sonó

detective de los mejores en el ramo, para seguir a

tres veces en mitad de la noche y la voz al otro lado

Negro. La novela empieza con la típica historia

preguntó por alguien que no era él.

del gato persiguiendo al ratón, pero en el mundo

Más tarde, luego de algunas llamadas más, Quinn

de Auster nada es tan sencillo, poco a poco la

decide hacerse pasar por otra persona, en específico

historia se vuelca a un nivel metafísico, de

por el detective Paul Auster y su encargo será seguir a

búsqueda personal. Se convierte en un relato de

Peter Stillman para que no mate a Peter Stillman, así

laberintos mentales y trampas psicológicas.

es, no me he equivocado Auster perseguirá a


Por último, la trilogía de Nueva York cierra con La habitación cerrada. Vemos al narrador recibir una carta de la esposa de Fanshawe, su mejor amigo. En la carta le comentará que su marido ha desaparecido. El narrador se encuentra con la mujer y poco a poco se sumerge en la búsqueda de Fanshawe En este último relato vuelve a aparecer el tema central de la trilogía: La búsqueda. Incluso para evidenciarlo más podemos hacer un recuento y agregar una interpretación escueta de las obras. En ciudad de cristal un escritor se hace pasar por un detective y es contratado para buscar y luego seguir a alguien; en Fantasmas, Blanco se le encomienda la tarea de seguir a Negro, su encargo durará años y encontrará la destrucción o quizá la redención. En La habitación Cerrada un hombre busca desenfrenadamente a su mejor amigo, para por fin darse cuenta de estar hundido en una vida prestada. A veces pienso que las obras austerianas tratan de lo mismo, al menos la trilogía sí. Todas son una búsqueda de identidad, que muchas veces desembocará en la caída a un barranco. Las tres novelas se pueden leer como obras separadas, no importa el orden, son como cajas cerradas cada una con su mundo. La grandeza está en cuando las lees todas, y no puedes de dejar encontrar las conexiones. Muchos llegan a afirmar que es la misma novela sólo que contada de una manera distinta, narrada desde puntos de vista diferentes. Se piensa esto cuando se revisan los finales, en donde se puede ver un desenlace casi idéntico en las tres. He conversado con varias personas y afirman no poder con Auster, se les indigesta, sencillamente no pueden terminar alguna de sus novelas. Me gusta reflexionar en torno a eso y concluyo que Paul es un escritor denso en cuanto a la meticulosidad de las descripciones del pensamiento y las reacciones internas de sus personajes. A mi gusto aquí está la grandeza del autor, si pudiéramos analizar la estructura de ciudad de cristal sería un constante sube y baja. Tomemos por ejemplo la parte que quizá es la más lenta en toda la novela, me refiero a cuando Quinn acude a la casa de Stillman, aquí se lanzan reflexiones casi ensayísticas sobre el

Verbigracia, las disertaciones en cuanto al azar, a la identidad, a lo preconcebido y muchas cosas más. En una primera instancia no logramos entender al autor pero luego todas esas disertaciones se funden con la trama y hacen que la historia misma adquiera más fuerza, y la dotan de un carácter simbólico. En resumen, Auster es un autor de personajes no de acciones, pero cuando las acciones suceden, los personajes parecen estallar, sacudirse y sacudir nuestro mundo. Su estilo es punzocortante, está perfectamente cuidado y por momentos resulta poético. Sin embargo, me causa un poco de conflicto como el autor norteamericano no ha logrado esa misma fuerza narrativa en sus trabajos posteriores. Lo más cercano tal vez sea El palacio de la luna o La música del azar, aunque en un distante segundo lugar. Paul es un escritor por momentos difícil de leer, pero si se le presta la atención debida nos sumerge en un mundo caótico, pero imponente, en donde se palpa la fragilidad del ser humano. Quiero terminar con una frase dicha por Benito Taibo en una entrevista: Hay que leer a Paul Auster para entender a nuestro tiempo, para entendernos a nosotros mismos, nuestra realidad.

lenguaje primario de los hombres. El mini ensayo se lleva bastantes páginas y ralentiza la novela. Como este ejemplo podemos encontrar varios en toda la obra de Auster.

VICK MEDINA Torreón, Coahuila (1993). Estudió la licenciatura en comunicación en la Universidad Autónoma del Noreste. Ha publicado artículos y reseñas literarias en el periódico Entretodos. Además algunos cuentos en las revistas: CantaLetras, YoEsOtro, entre otras. Ha participado en diversos cursos y talleres literarios. Ganó el segundo premio del concurso 49, de la revista Punto de partida, de la UNAM. Actualmente dedica su tiempo a escribir y es catedrático universitario.



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