Clarin Educacion 026

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AÑO 1 n° 26

BUENOS AIRES, MIERCOLES 26 de octubre de 2011

Aulas móviles, la escuela 2.0 PAG. 6 y 7

Neurosicoeducación: cerebros en acción PAG. 11

Lecciones sobre rieles PAG. 12

Los deberes, cuestionados Son motivo cotidiano de conflictos entre padres e hijos. Mientras que algunos pedagogos defienden el rol de las tareas para crear hábitos de responsabilidad, otros advierten que los chicos hoy están sobreexigidos. Claves para que el trabajo en casa genere aprendizajes significativos. La voz de los docentes. Páginas 2 a 5


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>> informe para docentes y padres

Tareas La escuela sigue en casa

agencia efe

Pedagogos y docentes discuten sobre las ventajas y desventajas de los deberes. Claves para diseñar tareas que ayuden a fijar conocimientos sin sobreexigir a los chicos. Consejos para que los padres los ayuden a estudiar mejor. La meta de los docentes es que los alumnos integren sus tareas a una rutina. Para consolidar el hábito, la familia debería favorecer el desarrollo de la responsabilidad en los chicos.

Mónica García

Especial para Clarín

E

l regreso del colegio muchas veces parece una telenovela en la que, capítulo tras capítulo, hijos y padres repiten la misma escena: una batalla por la tarea escolar, que incluye a veces algunos gritos, llantos y hasta amenazas. Los chicos reclaman más tiempo de descanso y juego. Y los adultos les exigen que cumplan con sus obligaciones. Con la cabeza en la almohada, ambas partes sienten el sabor amargo del encontronazo. Mientras tanto, casi como una paradoja, muchos educadores afirman que los padres se interesan cada vez menos en las tareas escolares de sus hijos. ¿Es lógico que los deberes repercutan en el vínculo entre padres e hijos y afecten la relación familia-escuela? Los pedagogos afirman que no

tendría que ser así y que, si esto sucede, es porque muchas veces padres, docentes y alumnos confunden sus roles. “Yo no sé explicar bien”. “Lo aprendí con otro método”. “No tengo paciencia para enseñar”. Es lo que suelen decir algunas madres con culpa o, incluso, enojo, porque consideran que la maestra no “le explica bien o no le presta atención a su hijo”. “El papel de los padres es muy importante, pero no es necesario que sean expertos en el tema. Basta con que se interesen en la vida escolar de sus hijos, los ayuden a organizar una agenda de tareas y los estimulen a terminarlas, valorando sus logros”, explica Marcela Martínez, directora de nivel primario en el Instituto Pedro Giachino, de Lanús. La tendencia en la enseñanza actual es que los deberes deben tener la complejidad justa para que los chicos puedan resolverlos

La tendencia es que las tareas deben tener la complejidad justa para que los chicos puedan resolverlas solos

solos. Aunque eso no significa que los padres se deban desentender; siempre pueden ayudarlos a conseguir materiales, supervisarlos e incluso orientarlos en sus dudas. “La educación sistemática también debe ser apoyada desde la casa. Pero por falta de tiempo u otros motivos, los padres están cada vez menos predispuestos a intervenir en la educación escolar, y se nota más a medida que los chicos crecen”, sostiene la maestra y profesora de Lengua Esther Alias, de la Escuela Primaria N° 19, de Quilmes. Soltarles la mano El tipo de apoyo familiar requerido a la hora de los deberes varía de acuerdo a la edad del alumno y objetivo del trabajo. Es que las tareas escolares pueden tener diversos fines, según explica a Clarín Educación la psicóloga infantil y maestra Silvina Quallbrunn. Ellos son: e Comprobación. La tarea bus-

ca que el alumno demuestre que comprendió lo explicado en clase. e Fijación. Repite el mismo tipo de ejercicio que se hace en clase. e Producción. El alumno debe manifestar creativamente la comprensión de contenidos dados. e Responsabilidad. Se pide a los chicos que busquen, generen y lleven materiales a la escuela. Para Silvia, es necesario que los padres se involucren más en el nivel inicial y en los primeros grados de la primaria, donde casi todas las tareas tienen como fin estimular la responsabilidad. “El apoyo de los papás manifiesta confianza en la escuela, lo que siempre repercute positivamente en la relación de los niños con la institución”, asegura. En grados más avanzados, cuando ya se realizan tareas de fijación, los educadores recomiendan que los padres acompañen el cumplimiento del trabajo escolar interviniendo libremente para colaborar con


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>> ESTRATEGIAS PARA LOS DOCENTES

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la hora de confeccionar tareas para el hogar, los especialistas recomiendan a los docentes: Poner especial énfasis en las consignas. Estas deben ser extremadamente claras. Además, es importante utilizar siempre el mismo lenguaje que se usa en clase.

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En las tareas de fijación, los temas deben ser tratados previamente en clase y el trabajo para el hogar debe invitarlos a reflexionar sobre esos contenidos. Cuando los chicos tienen más de una maestra, conviene tener un calendario de tareas compartidas. Así no se superpondrán pruebas ni trabajos prácticos.

Ricardo Braginski

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Las tareas deben respetar los tiempos de ocio y descanso del niño. La mayoría de los pedagogos recomienda dar trabajos semanales o de corta resolución. Para lograr un aprendizaje significativo, es imprescindible que el docente haga una buena devolución de la tarea al alumno.

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rbraginski@clarin.com

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Buscar que el chico se sienta atraído por la tarea encomendada. Si encuentra placer al hacerla, se fijarán mejor los contenidos. Nunca plantear la tarea como un castigo, porque será vivida como una carga para el alumno y un momento de tensión para la familia.

Gustavo Ortiz

testimonio 1 MARCELA PAULA MARTINEZ 23 AÑOS DE DOCENCIA DIRECTORA DE NIVEL PRIMARIO DEL INSTITUTO PEDRO GIACHINO - LANÚS e No es necesario que los padres

sean expertos en los contenidos de los deberes. Basta con que ayuden a sus hijos a organizar su agenda, los estimulen a terminar la tareas y valoren sus logros.

marcela

e Al planificar las tareas, el

docente debe tener en cuenta que correspondan a contenidos trabajados en clase y que las consignas sean claras. e Para no agotar a los chicos, las

tareas deben ser acordes al año que cursan. Es necesario que les quede tiempo libre para la lectura por placer, los juegos y la convivencia con su familia y amigos. e Es importante que la tarea

hogareña tenga una devolución de parte del docente o se transforme en otra nueva actividad en clase. De esta manera se produce un verdadero aprendizaje significativo.

Marcela en el Instituto Pedro Giachino. Para ella es clave que las consignas de las tareas sean muy claras.

el hijo, pero sin desempeñar el rol del maestro. En cambio, si la tarea implica la búsqueda de información, el papel de los adultos vuelve a ser más preponderante. Pueden, por ejemplo, supervisar la navegación por Internet o compartir sus conocimientos en el tema. “La meta de los docentes es que los alumnos integren sus tareas a una rutina y, por eso, el mayor aporte que puede hacer la familia es favorecer el desarrollo de la responsabilidad en los chicos”, sostiene Moira Saint Amat, especialista en gestión educativa y vicedirectora de primaria en el Instituto Jesús en el Huerto de los Olivos, de Olivos. Moira da una pista para lograr esta responsabilidad: un calendario de actividades semanales, con una copia para el aula y otra para la casa. Y lo ideal es que toda la familia tenga acceso a la copia de la casa, para coordinar los tiempos y necesidades de todos.

A favor y en contra No todos los pedagogos están de acuerdo con que existan los deberes. Algunos, como el norteamericano Alfie Kohn, reclaman que se los elimine por considerar que no aportan nada al proceso de aprendizaje. Todo lo contrario, dice: socavan el interés de los estudiantes por aprender. “La idea de que las tareas enseñan buenos hábitos de trabajo o de que desarrollan la auto-disciplina e independencia podría ser descrita como un mito urbano, excepto por el hecho de que también es tomada con seriedad en áreas suburbanas y rurales”, sostiene irónico Kohn en su sitio web, www.alfiekohn.org. El especialista – autor de más de 12 libros, entre ellos el El mito de los deberes­– sostiene que, aun cuando se comprobara que la práctica reiterativa fuera útil para todos los estudiantes, lo mejor sería que éstos la hicieran en clase, donde es

Los padres pueden ayudar a conseguir materiales y despejar dudas, pero sin asumir el rol del maestro

posible observarlos y guiarlos. Sin embargo, la mayoría de los docentes y pedagogos apuestan a la utilidad de las tareas. “No se concibe un escolar sin tarea hogareña ni una escuela que no haga hacer cosas fuera de sus muros, ya que la escuela se inventó con ese fin: para que uno pueda desenvolverse con cierta eficacia fuera de la escuela, en el mundo. Y para eso se precisa practicar afuera lo que se aprende dentro del colegio”, asegura Estanislao Antelo, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Pero aclara que no hay que institucionalizar la tarea escolar ni pretender que el hogar sea una escuela: “Hay mucha gente que cree que los problemas que tenemos son a causa de la desidia, el todo vale y la falta de esfuerzo. Es una posición rancia, bélica, conservadora e inoperante”, afirma.

Entre la necesidad y la sobrecarga Un alumno que entra a las ocho de la mañana al colegio y sale a las doce tiene, desde entonces, el día por delante. Por más que se le agreguen actividades es razonable que también ocupe el resto del día con tareas escolares: que contribuyan a comprobar lo que ha aprendido, que fijen contenidos, que lo hagan producir creativamente o le estimulen la responsabilidad. En una situación muy diferente está aquel que también entra a las ocho, pero se va a las cuatro o cinco de la tarde todos los días. Si además se le suman actividades, deportivas o de idiomas –como es común–, ¿qué lugar puede haber para las tareas escolares? ¿no se lo estará sobreexigiendo y, así, privándole el derecho a seguir aprendiendo a través del juego y sus relaciones sociales? ¿por qué no ocupar parte del día en el colegio para las tareas? Entre estos dos extremos nos movemos. Para unos las tareas escolares pueden significar casi una necesidad, para otros una sobrecarga de escasa utilidad. Pero también habrá que considerar la edad del alumno. A los chicos de jardín y de los primeros años de primaria siempre les viene bien apoyar lo aprendido en la escuela con alguna actividad hogareña. Para los más grandes, en cambio, no es tan relevante, como dicen los docentes y especialistas consultados para esta nota de tapa de Clarín Educación. Como sea, los padres tenemos aquí una oportunidad única para acompañar a nuestros hijos. Está claro: no somos docentes, no tenemos por qué conocer todos los contenidos educativos, ni saber cómo explicarlos. Pero nunca estará de más, y siempre será muy útil, esa pregunta precisa en el momento justo, esa sincera preocupación por el día a día de su formación.

Consejo Asesor Tres especialistas contribuyen a definir los temas y el enfoque de las notas en Clarín Educación. Rebeca Anijovich

Especialista y Magister en Formación de Formadores (UBA). Docente en UBA y Univ. San Andrés. Asesora en escuelas argentinas y latinoamericanas.

Guillermo Jaim Etcheverry

Médico y doctor en Medicina (UBA) Ex rector de la UBA. Miembro de la Academia Nacional de Educación

Juan José Llach

Licenciado en Sociología (UCA) y en Economía (UBA). Ex ministro de Educación de la Nación.


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>> informe para docentes y padres consejos para padres 1. Un adulto siempre dispuesto a colaborar

2. Todos los días a la misma hora

3. Entre pares puede resultar más divertido y útil

Si uno de los padres u otra persona a cargo está disponible para responder preguntas, el niño se sentirá más apoyado y confiado a la hora de hacer las tareas. Si son adolescentes y están solos en casa, conviene acordar a qué hora deben empezar sus tareas y cuándo podrán llamar para hacer consultas.

Conviene fijar un horario para los deberes, sin distracciones. Pero si la tarea es muy complicada o el chico está cansado hay que hacer una pausa. Un calendario semanal puede ser muy útil.

A medida que los chicos hacen tareas más complejas puede resultar positivo que trabajen con un compañero de la escuela para que puedan intercambiar opiniones y dudas. En los trabajos en grupo es importante que cada uno haga su esfuerzo y no se limite a copiarse del que más sabe.

emiliana miguelez

testimonio 2 ESTHER ALIAS 46 AÑOS DE DOCENCIA MAESTRA DE 6° GRADO

ESC. PRIMARIA N° 19 - QUILMES e Utilizo las tareas para el hogar

como un complemento de lo que se desarrolló en el aula, porque muchas veces el tiempo de clases no es suficiente para fijar los conocimientos. No es bueno que los chicos se desprendan totalmente de lo que vieron en la escuela. e Tampoco hay que agobiarlos. Lo

ideal es que hagan deberes durante la semana y los fines de semana estén libres, para disfrutar con sus amigos y familiares. e Los deberes deben tener la com-

plejidad justa para que los chicos puedan resolverlos solos. Eso no significa que los padres se deban desentender: su rol es ayudarlos a conseguir materiales, supervisarlos e incluso orientarlos en sus dudas. La educación sistemática debe ser apoyada desde la casa.

esther

e Por falta de tiempo u otros

motivos, los padres están cada vez menos predispuestos a intervenir en la educación escolar, y se nota más a medida que los alumnos crecen. Esther corrige los trabajos de sus alumnos de la Escuela Primaria N° 19. “Las tareas son un complemento de lo que hacemos en el aula”, dice.

El ocio creativo “Quiero jugar, andar en bici, descansar, mirar tele … ya estuve todo el día en el colegio, mamá”, se les escucha decir a los chicos, palabras más o menos. Y es cierto: los juegos y las relaciones sociales son vitales para ellos y también son parte de su aprendizaje. Otro enemigo de los deberes, el psicopedagogo italiano Francesco Tonucci – también conocido por su seudónimo como caricaturista, Frato – afirma que los niños aprenden mucho más jugando que estudiando y que aquellos que juegan bien y durante mucho

tiempo serán adultos mejores. Por eso, la docente Marcela Martínez enfatiza que las tareas deben ser acordes al grado que se cursa, y tener en cuenta que los chicos necesitan tiempo para la lectura por placer, los juegos y la convivencia con su familia y amigos. Para un “apocalíptico” de los deberes como Kohn, cualquier teoría a favor de las tareas en el hogar tendría que poner en la balanza el desinterés por aprender que puede manifestar un chico sobreexigido. Kohn asegura que, cuando una actividad resulta pesada, también tiende a disminuir la calidad del

Efecto contrario: los educadores advierten que una carga excesiva de deberes puede provocar mayor rechazo al estudio

aprendizaje, incluso para los niños que se sientan obedientes a realizar su tarea. En síntesis, un chico aburrido no aprende: bosteza. Pero lograr que una tarea resulte atractiva no es fácil. Una premisa es utilizar consignas claras y un lenguaje similar al usado en clase. Si el chico no entiende lo que se pretende que haga o está inseguro, no apreciará el desafío de la tarea. En un artículo publicado en The New York Times, la especialista en educación Annie Murphy Paul sostiene que para mejorar lo aprendido en clase no se requiere mayor cantidad de deberes, sino tareas

inteligentes. Y sugiere aplicar técnicas de la neurosicoeducación: e Repetición espaciada. En lugar de estudiar los temas en bloques separados (Revolución de Mayo una tarde y Declaración de la Independencia, otra), trabajar el mismo material en sesiones más breves durante mayor tiempo. e Práctica de recuperación. Consiste en utilizar pruebas para reforzar los conocimientos. Se pretende imitar lo que pasa cuando el cerebro recupera un recuerdo: lo hace más fuerte y duradero. e Intercalar temas en una misma tarea, así el cerebro trabaja con in-


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>>

4. Un espacio de estudio cómodo y tranquilo

5. Sin sobornos

6. Mantener el rol de padre, nunca actuar como maestro

Los chicos necesitan un lugar donde poder realizar sus tareas sin distracción. Es decir, lo más alejado posible de ruidos, llamadas telefónicas y programas de TV. La mesa o escritorio debe tener buena iluminación, con los útiles que pueda necesitar a mano. La silla tiene que ser cómoda.

No hay nada malo en premiar el esfuerzo y dedicación puestos en hacer las tareas, pero cuidado con caer en el “soborno”. Tampoco sirven las amenazas ni los gritos.

El rol del padre siempre debe ser colaborar, estimular y orientar. Una buena ayuda es alabar los logros del chico y estimularlo a que vuelva a razonar sus errores. No se deben corregir las tareas, así el maestro podrá hacer un mejor seguimiento del aprendizaje del alumno.

Gustavo Ortiz

testimonio 3 MARCELA GHERSI 27 AÑOS DE DOCENCIA MAESTRA DE GRADO Y SECRETARIA

ESCUELA NUESTRA SEÑORA DE LA UNIDAD - SAN ISIDRO e Se aprende en la escuela, donde

se relacionan las ideas previas con los nuevos temas. Pero se estudia en casa, con las técnicas que se enseñan a partir de 4° grado.

marcela

e Las tareas de Lengua y Ciencias

Sociales tienen más que ver con la lectura, la elaboración y fijación de conocimientos. Pero en Matemática, la única manera en la que se aprende es con la repetición. El alumno puede entender el algoritmo de la suma, pero hasta que no lo practica, no lo mecaniza. e Se busca que los chicos hagan

la tarea en forma independiente. Aunque, en ocasiones comprenden los temas en clase pero no los recuerdan en la casa. Entonces necesitan que los ayuden. e Cuando los alumnos no se

animan a hacerles preguntas a la maestra, los padres creen que es porque tienen una mala relación. Pero a veces el problema es que no se animan a hablar delante de sus compañeros. Con experiencia en colegios de doble escolaridad, Marcela recomienda no tomar pruebas en ambos turnos, en un mismo día.

tensidad para encontrar soluciones y el material se aprende mejor. ¿Es necesario calificar la tarea? En busca de un aprendizaje significativo, los deberes deben tener siempre una devolución del docente. Una opción es darle continuidad a la tarea del hogar en una nueva actividad en la clase, donde el alumno utilice lo trabajado para incorporar más conocimientos. Otra: el docente corrige las tareas para que los estudiantes puedan aprender de sus errores y aumentar la autoestima con sus logros. Pero calificar la tarea hogareña

es harina de otro costal. “No se tendría que poner nota a los deberes”, sostiene Moira Saint Amant y explica que en una tarea hogareña es posible evaluar la responsabilidad en el cumplimiento y la prolijidad pero no el desempeño del alumno, porque el docente no puede hacer un verdadero seguimiento de su trabajo. La mayoría de los deberes consisten en tareas de fijación en las cuales es lícito y esperable que los padres colaboren. Entonces, si se les pone una nota, ¿qué y a quién se estaría calificando? Incluso es esperable que los padres le pidan al maestro que explique

Casi todas las tareas para el hogar sirven para fijar conocimientos y es mejor no ponerles nota

nuevamente un tema que su hijo no entiende. Pero hay excepciones. Por ejemplo, los trabajos prácticos con entregas en etapas, donde el docente hace un seguimiento y una devolución constante de lo realizado por el alumno. En ese caso, el maestro evaluaría algo que realmente supervisó. “Las tareas para el hogar pueden tener muchas variantes y es fundamental que las reglas sean claras tanto para el alumno como para sus padres. Si la institución las quiere calificar, debería decirles a los padres cómo quieren que actúen”, asegura Saint Amant.

su opinión ¿Qué aportan las tareas para el hogar al proceso de aprendizaje? La mayoría de los docentes asegura que los deberes son necesarios para fijar los conocimientos. Sin embargo, algunos pedagogos consideran que deberían ser eliminados y dejar más tiempo libre a los niños para jugar. Invitamos a los lectores a compartir sus experiencias y enviar sus opiniones a nuestra dirección de correo electrónico: educacion@clarin.com


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> discusión

Aulas móviles: la educación 2.0 El Ministerio de Educación anunció para las escuelas primarias públicas un modelo alternativo al de “una computadora por alumno”: los estudiantes tendrán las netbooks sólo para actividades puntuales. gentileza cynthia cordi

Alfredo Dillon

adillon@clarin.com

¿

Qué es un aula? Parece obvio: un espacio donde se dan clases. Con un pizarrón y una serie de bancos orientados hacia un mismo punto, desde donde el docente habla y transmite sus conocimientos. Tan obvio, que resulta falso. Eso era un aula. Hoy un aula es otra cosa. La irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las escuelas cambió el panorama. Las netbooks se sumaron a otras tecnologías escolares, como el cuaderno, los libros y las pizarras. Y ya el docente no es el único portador del saber ni el único centro de atención. En la Argentina, desde el lanzamiento del programa Conectar Igualdad en 2010, se han distribuido 1.700.000 netbooks en las escuelas secundarias públicas. El objetivo es llegar a 3 millones. Y el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, anunció recientemente que a partir de 2012 se empezarán a repartir netbooks también para las escuelas primarias. Pero en este caso, el modelo no será de una computadora por alumno, sino aulas móviles. ¿Qué diferencias hay entre un modelo “1 a 1” y las “aulas móviles”? En términos de equipamiento, prácticamente ninguna. La principal diferencia es que en los modelos 1 a 1 las computadoras están disponibles todo el tiempo para los estudiantes, quienes incluso se las pueden llevar a su casa. En el modelo de aulas móviles, en cambio, los equipos se usan sólo cuando el docente lo considera necesario, es decir, cuando él tiene una actividad específicamente planificada para utilizar las netbooks. “Una de las ventajas es que la adaptación de los docentes a las tecnologías resulta menos ‘traumática’, ya que sólo las utilizan en situaciones planificadas previamente. Y la gran diferencia con el laboratorio de informática tradicional es que las computadoras están en el aula. Eso permite la integración de la tecnología como un útil más”, explicó Mariana Iribarne, gerenta de Asuntos Corporativos de Intel, a Clarín Educación. Otra ventaja tiene que ver con que las aulas móviles requieren un gasto menor en infraestructura, porque no aspiran a la saturación, es decir, que todos los alumnos tengan su propia netbook. En Argentina, las primeras experiencias con esta propuesta fueron en la provincia de Río Negro, que empezó en 2008 a repartir aulas móviles

Los chicos de 5° grado de la Escuela Julio Verne, de Ushuaia, durante una evaluación. La institución fue pionera en el uso de aulas móviles desde 2009.

en las escuelas primarias (ver “El antecedente...”). Cada módulo incluye, además de las netbooks, una pizarra digital y un proyector. Para utilizarlos, se requiere una negociación entre los docentes, que deben acordar entre ellos cuándo los usarán para no superponerse. Pero probablemente la principal diferencia entre ambos modelos sea que, en los programas de una computadora por alumno, por lo general los estudiantes pueden llevarse la computadora a su casa. Y eso genera un mayor potencial de inclusión, porque hace llegar la tecnología a toda la familia. “El impacto social de las aulas móviles es más reducido”, señala María Teresa Lugo, coordinadora de TIC y Educación de IIPE-UNESCO. Sin embargo, añade que “más allá del modelo que se adopte, siempre es positivo que el sistema educativo incorpore tecnologías”. Lugo sostiene que deberían tenerse en cuenta tres aspectos al evaluar los programas de adopción de TIC: e Económico: Las TIC preparan a los estudiantes para el mercado laboral y les inculcan las destrezas necesarias para el siglo XXI. e Social: Permiten acceder a la información y fortalecer la “inclusión digital”. Esto es clave en países emergentes, que tienen mayores desigualdades en el acceso.

El antecedente de Río Negro La provincia de Río Negro fue una de las primeras en crear un área específica de Nuevas Tecnologías en su ministerio de Educación. En 2008 empezaron a distribuir aulas móviles, y en 2011 alcanzaron una primera meta: cada escuela de la provincia tiene al menos un aula móvil. El objetivo ahora es llegar a 2 o 3 por colegio. Fernanda Barragán, directora de Programación Educativa de la provincia y coordinadora del programa RED (Red Rionegrina de Educación Digital) explicó a Clarín Educación: “El propósito es que la computadora ingrese al aula como un recurso más, que la netbook se naturalice”. Si bien reivindica el acceso igualitario que supone un modelo 1 a 1, Barragán advierte: “Es necesario generar modelos que mejoren la calidad de los aprendizajes. Y el acceso per se no lo garantiza”.

Pedagógico: La tecnología debería contribuir a generar mejores aprendizajes. De todas maneras, los especialistas coinciden en que el acceso no garantiza en sí mismo un cambio en los aprendizajes (ver “Cómo integrar...”). Fernanda Barragán, coordinadora del programa RED (Red Rionegrina de Educación Digital), señala: “Es necesario trabajar sobre la capacitación y la formación docente. Porque si uso la tecnología como usaba el pizarrón, no estoy modificando sustancialmente la práctica. Hoy el desafío es generar estrategias para garantizar que se produzca un quiebre en las maneras de aprender”. Barragán advierte que, una vez garantizado el acceso masivo, empieza a debilitarse la fascinación que producen las TIC. Y reaparece el desafío de captar la atención de los chicos. Paula Pérez, directora general de la Fundación Evolución (ONG especializada en TIC y educación), también subraya la importancia de la capacitación docente. “Hay que trabajar en aprender a enseñar con tecnología, un proceso largo que requiere tiempo y esfuerzo. Pero si los docentes que hoy se están formando ya aprenden a enseñar con tecnología, luego no concebirán otra forma de hacerlo. Por eso mismo también es difícil pedirles e

a los que se han formado hace muchos años –de otra manera y en otro escenario– que modifiquen sus prácticas. Lo que no significa que no se pueda hacer”, aclara. Transformar la formación docente parece ser la asignatura pendiente y, a la vez, la clave para que la incorporación de las TIC en la escuela –con el modelo que sea– contribuya a generar mejores aprendizajes. De otra manera, “si los dispositivos se distribuyen sin un acompañamiento pedagógico sólido, las investigaciones señalan que se produce un efecto Mateo”, señala Lugo. En sociología, el efecto Mateo alude a procesos en los que “los ricos se hacen más ricos y los pobres se hacen más pobres”. En este caso significa que, si los docentes no adquieren nuevas estrategias para trabajar con las TIC, se terminarán amplificando las desigualdades entre los chicos de mayores recursos, que naturalmente las utilizarán más, y los de menores recursos, que las utilizarán menos o para usos más pobres y restringidos. Es el desafío que se plantea ahora, con millones de computadoras repartidas en todo el país: saldar ya no la brecha en el acceso, sino las brechas en los usos, para que las TIC permitan –para todos– enriquecer los aprendizajes.


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> libros

Cómo integrar la tecnología Propósitos didácticos claros, desarrollo profesional continuo y referentes especializados son algunas de las claves para aprovechar al máximo las computadoras en la escuela. juan m. tavella

La aldea literaria de los niños Problemas... María Adelia Díaz Rönner. Comunicarte. $95

Micaela Manso

Compilación póstuma de una obra clave para teorizar la literatura infantil en la Argentina. Incluye conferencias, entrevistas, artículos y escritos. La autora fue una destacada investigadora, crítica literaria y profesora en Letras.

Especialista en educación y tecnología. Es coautora del libro “Las TIC en las aulas” (Editorial Paidós)

E

l cambio es constante. La tecnología o recursos TIC (tecnologías de la información y comunicación) que existen en el mercado y que los docentes tienen disponibles para utilizar en su práctica educativa evolucionan a un ritmo vertiginoso. ¡Cuánta demanda de tiempo implica para los educadores estar al día y mantenerse actualizados! ¡Qué desafío es poder adaptar para usos educativos los recursos TIC que muchas veces fueron creados para fines sociales, económicos o de comunicación! El trabajo que hacen los educadores para trabajar con las nuevas tecnologías digitales en sus aulas tiene mucho mérito y requiere de un gran esfuerzo que implica poder articular la interrelación entre conocimientos tecnológicos, pedagógicos y disciplinares. También han ido surgiendo varios modelos de integración de las TIC en las escuelas. En la actualidad, los laboratorios de computación han sido reemplazados en algunas escuelas latinoamericanas por aulas móviles o modelos 1 a 1 (una computadora por alumno), entre otros. El desafío más grande que tenemos los educadores es adaptarnos a este constante cambio de la tecnología y los nuevos modelos que van surgiendo, sin descuidar en nuestro debate y en la realidad, los factores que hacen posible la integración efectiva de las TIC. Las investigaciones internacionales de los últimos diez años han demostrado que hay factores que están presentes y permanecen estables en las escuelas que logran una inserción exitosa de las nuevas tecnologías a la educación. Según se menciona en el libro Las TIC en las aulas. Experiencias latinoamericanas (Editorial Paidós), más allá de la tecnología o el modelo de inserción de las TIC que estuvieran utilizando, estas escuelas contaron con: e Propósitos didácticos para integrar las TIC conectados con objetivos que transcendieron el mero uso de la tecnología; si el objetivo era enseñar contenidos curriculares, los docentes ponían a las TIC al servicio de este aprendizaje. e Desarrollo profesional continuo para la comunidad educativa

Uno de los grandes desafíos que enfrenta hoy la escuela es aprovechar la tecnología para mejores aprendizajes.

y conectado a la práctica docente, articulado con la misión e ideario de las escuelas, y que promovía la colaboración entre colegas. e Directores con liderazgo visionario, con capacidad de crear liderazgo en los demás, aptitud para comunicar claramente los objetivos de la iniciativa de integración de TIC en la escuela, compromiso a largo plazo y, además, el reconocimiento de la extensión de la complejidad de entramados institucionales que hacen posible la integración de las TIC. e “Referentes TIC” que brindaban apoyo pedagógico y técnico continuo, con conocimiento pedagógico y con buen uso de las TIC, no necesariamente técnicos. Si bien atendían cuestiones técnicas, dinamizaban la utilización de las TIC en su institución y promovían la participación de toda la comunidad. Su rol principal es potenciar el uso y la integración de las TIC. e Acceso a las TIC con tiempo destinado para enseñar con ellas; infraestructura tecnológica actualizada y en constante mantenimien-

to; y financiamiento sustentable, no simplemente con una única inversión inicial. Mientras discernimos qué tecnología utilizar y qué modelo de inserción de TIC será posible implementar o cuál se adecua más a las necesidades de un determinado contexto, no descuidemos los factores institucionales que deben estar presentes para lograr una integración efectiva de las TIC

en las escuelas. Esos “pilares” que sostienen los proyectos de integración de TIC en las escuelas no han cambiado a lo largo del tiempo, se han mantenido estables y necesitan estar presentes. Que nuestro debate no nos haga perder de vista que el objetivo principal es crear un ambiente propicio y fértil para poner las TIC al servicio del aprendizaje de modo que redunde en prácticas educativas de calidad.

Cocina, goles y Cartucho… ¡qué mucho! Adela Basch y Gabriel Fiorito. Abran Cancha. $25 Tres pequeñas obras de teatro de un solo acto, para representar y reírse con los chicos. El libro presenta dos absurdos programas de TV, y aparece en escena Cartucho, un cazador algo trucho.


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> apuntes

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AGENDA

Un maestro de la vida La semana pasada falleció Alberto Ferrari. Creó grupos de teatro en el Politécnico de Berazategui y en la Universidad de Quilmes. El autor fue uno de sus discípulos. El grupo del Politécnico de Berazategui luego de interpretar “Romero y Julieta”. El autor de esta nota con una espada. Abajo, el fallecido director teatral y profesor de Literatura Alberto Ferrari frente a un escenario de la Universidad de Quilmes.

Daniel Santoro

dsantoro@clarin.com

E

l domingo 16 de octubre falleció Alberto Ferrari a los 70 años, el profesor de teatro y de la vida que más influyó en mi adolescencia transcurrida en el Instituto Politécnico Industrial de Berazategui (IPIB). En la década del setenta, Ferrari había dejado la comodidad de la Capital y emprendido la loca aventura de enseñar teatro en un colegio industrial del sur-sur del Gran Buenos Aires. El “Flaco” Ferrari era un profesor de Literatura egresado del Mariano Acosta. Además, había estudiado dirección de teatro con los grandes maestros argentinos de esa época. Era un lujo para nuestro IPIB y un maestro con métodos de enseñanza no tradicionales. En el colegio industrial a varios compañeros no les gustaba leer pero Ferrari no los obligaba hacerlo, ni tampoco los bochaba. Un día, por ejemplo, entraba al aula y recitaba “El General Quiroga va en el Coche al Muere” de Borges y todos terminábamos llorando. Con su magia usaba el aula como si fuese un escenario. No nos aburría con teoría literaria ni análisis sintáctico. De su talento y su mano cientos de estudiantes de Berazategui supimos quién era Shakeaspeare, Kafka, García Lorca y entramos por primera vez al Cervantes o al San Martín. Siempre con estudiantes hizo excelentes obras como “Mariano Moreno” de Gustavo Levene, “Los de la Mesa Diez” de Osvaldo Dragún, “Heredarás el Viento” de

Artesanos por un día, en el Zoológico Mañana, jueves 27 de octubre, los interesados en aprender un oficio tradicional pueden acercarse al Jardín Zoológico. Allí tendrá lugar la jornada “Artesanos por un día”, en la que pueden participar vecinos y escuelas. Durante el evento podrán realizar sus propias molduras, pátinas y ornatos, asistidos por los maestros de oficios y alumnos de la Escuela Taller de la Dirección General de Casco Histórico porteña. Es a las 11 hs, en el Zoológico (Av. Sarmiento y Las Heras). Más información: 4011-9900. Sin inscripción previa.

La UNTREF abre sus puertas Lawrence y Lee, “El Crepúsculo de los Bueyes” inspirada en una obra de Andrés Lizarraga, “Los Caminos del Aire” de Roberto Arlt, “Los Indios estaban cabreros” de Agustín Cuzzani y “Sueño de una Noche de Verano” de Shakeaspeare, entre otras obras. Ni en las peores épocas de la dictadura, cuando desaparecieron tres compañeros míos del IPIB y nuestro teatro recibió una andada de disparos hechos por desconocidos dejó de trabajar con alumnos sobre “las tablas”. De esa experiencia pasó luego a crear el grupo de teatro de la Universidad de Quilmes (UNQUI) que dirigió entre 1989 y 1999. Paralelamente, creó el Instituto Superior de Formación Docente número 84 de San Francisco Solano. En otras palabras, el “Flaco” creaba espacios de cultura en las ciudades que sufrían difíciles condiciones económicas y sociales.

Como nunca tuvo un auto, iba de noche en colectivo a dar esas clases en otro rincón del Sur-Sur del GBA. Tampoco tuvo “la billetera” del gobierno de turno que financia proyectos culturales como otra forma de propaganda política. Todo en su vida fue a “pulmón”. Cuando arañaba los 50 hizo una maestría en lingüística. “Hay que saber darse vuelta la cabeza”, decía. Desgraciadamente nunca publicó un libro con su experiencia. Un borrador titulado “Militante de la Queja” aguarda aún una editorial que lo saque a la luz. Como otros de sus referentes Ernesto Sábato, Ferrari vivía con una angustia existencial. Pero nunca nos afectó con sus lágrimas por el dolor ajeno o la indignidad que nos hizo sufrir la Argentina en tantas etapas de nuestra historia. “Chicos hay que dejar los zapatos con barro afuera del teatro”, nos decía en el teatro donde nos quedábamos ensayando

Los jóvenes que estén terminando 5° año y se encuentren buscando opciones para el año próximo pueden acercarse a Expo UNTREF 2011, una muestra en la que la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) presentará su oferta académica. La cita es el viernes 28 de octubre, de 9 a 18 hs, en las sedes Caseros I y II, en Valentín Gómez 4828 y 4752. Más información: expo@untref.edu.ar.

los fines de semana hasta la 1 de la madrugada, maravillados con la experiencia. Yo como tantos otros de sus discípulos saltamos de la técnica al periodismo, al derecho, al teatro, y a otros carreras ajenas a las ciencias duras. Como en una escenografía imaginada por Alberto, el domingo 16 de octubre el horizonte se tornó mágicamente ceniciento por el dolor de toda su familia, sus amigos y sus discípulos. Su obra mayor somos todos sus alumnos. Gracias Flaco.

Una muestra sobre el oído y los sonidos “Inaudito, la aventura de oír” es una exposición itinerante, interactiva y autoexplicativa que invita a descubrir el mundo de la audición. Se puede visitar hasta fin de año en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (Av. Ángel Gallardo 490), todos los días de 14 a 19 hs. Organiza GAES Centros Auditivos. Para más información: 4982-6595 / 8370.

> ecos

Miradas sobre la motivación Nuevas ideas de los lectores para superar la apatía en el aula.

V

arios docentes sumaron sus voces a la nota de tapa del número pasado de Clarín Educación, sobre “Cómo motivar a los alumnos”. Omar Cabrera, Claudia Bakún y otros profesores nucleados en el blog Docente Argentino (http://blogsdelagente. com/pronunciamientodocente/) elaboraron una reflexión colectiva en la que sostienen: “No es posible superar desde las aulas –al menos en un grado significativo– la gran apatía, desinterés, confusión y pereza que surgen desde dos elementos exteriores a la escuela, íntima

y tendenciosamente asociados: el desprestigio social del conocimiento y la falta de visualización de un futuro de bienestar, no sólo de los jóvenes estudiantes, sino también de sus familias”. Por otra parte, Patricia Muiños, profesora de Inglés y maestra de primaria de Adrogué, opina: “Logramos que los estudiantes se interesen por el aprendizaje, cuando recuperamos el sentido de ir a la escuela. Y añade: “Compartir los objetivos académicos y tener claras las actitudes a seguir para llegar a ellos, es una rutina que da sentido a todo el desarrollo de la clase. Chequearlos al final del día para

La motivación, en Clarín Educación.

confirmar hasta dónde los alcanzamos fomenta la autoevaluación”. Finalmente, el docente Carlos Attié, recién jubilado con 35 años de experiencia, ofrece una mirada crítica: “Los docentes al frente de las aulas cada vez más se tienen que parecer a animadores de TV, o payasos motivadores, para que los ‘nenes’ no se aburran. Desde hace más de dos décadas, los alumnos de las escuelas medias se han primarizado, y últimamente se han jardinizado, ya que consideran a la escuela como un ámbito de diversión. Y para sus padres, constituye un lugar en el que depositan a sus hijos algunas horas al día”.


MIERCOLES 26 de octubre de 2011

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> enfoques

Cerebros en plena acción Los neurosicoeducadores basan sus técnicas de enseñanza en el conocimiento de la mente y la conducta humana. Experiencias en colegios primarios y secundarios. GENTILEZA COLEGIO RIO DE LA PLATA

Mónica García

Especial para Clarín

U

na meta nada sencilla la de los neurosicoeducadores: conseguir que los estudiantes conozcan cómo funciona el cerebro, comprendan los vericuetos de la conducta humana y logren un buen manejo de la propia. Carlos Logatt Grabner, presidente de la Asociación Educar –que promueve este enfoque educativo– lo explica así: “La educación siempre se centró en enseñar herramientas para la supervivencia y en transmitir costumbres y valores de la cultura, olvidando lo que debiera ser su función principal: modelar buenos seres humanos”. Durante meses, esta asociación y el Colegio Río de la Plata realizaron un proyecto sobre neurosicoaprendizaje con alumnos de primaria y secundaria, que terminó con una presentación de los chicos en las últimas Jornadas Internacionales de Neurosicoeducación, que puede verse online en www.asociacioneducar.com/neuroenelaula.php La neurosicoeducación tiene sus raíces en la teoría de inteligencias múltiples del psicólogo Howard Gardner –que la semana pasada recibió el premio Príncipe de Asturias– y la inteligencia emocional de Daniel Goleman. En la Argentina suscriben a este enfoque, entre otros, el Colegio del Alto Sol, de Bernal; el Colegio Magnus, de Salta; el Río de La Plata Centro (Barrio Norte) y Sur (Berazategui); y el Mar del Plata Day School. Romper etiquetas Para los neurosicoeducadores, comprender el funcionamiento de la mente conduce a una mejor convivencia, en la que predominen la tolerancia, la justicia, la igualdad de oportunidades y la aceptación de las diferencias interculturales. Logatt Grabner explica que en todas las personas hay un determinismo genético que los hábitos culturales pueden hacer que se exprese o no: “Con la mente pasa algo parecido: un chico puede tener aptitud para pintar, pero si nunca se la fomenta no la desarrollará”, ejemplifica el especialista. Si bien en la escuela y en las familias no se habla de determinismo genético, suele rondar el prejuicio de que los chicos “están hechos” de determinada manera y no pueden cambiar. Muchas veces se cree, por ejemplo, que si un alumno se porta mal desde primer a tercer grado, no podrá tener buena conducta a partir de cuarto. “El trabajo intraemocional es lo que

Alumnos del Colegio Río de la Plata aprenden cómo funciona el cerebro y cómo mejorar sus capacidades.

puede lograr que un chico que cree que ‘no le da’ se transforme en un buen alumno”, sostiene Lucrecia Prat Gay, directora de Inglés y cofundadora del Río de la Plata Sur. Para esta neurosicoeducadora, la clave es que los alumnos aprendan a expresarse desde muy pequeños. Que puedan decir que están tristes porque no les sale una tarea o porque se pelearon con un amigo, delante de sus padres, sus maestras o sus propios compañeros. Prat Gay explica que para lograrlo es importante que los colegios promuevan que los chicos hablen sobre lo que comen, cómo duermen y de las cosas que los hacen sentir orgullosos. “Desgraciadamente, no está en nuestra cultura decir ‘estoy orgulloso de...’ y, por eso, tenemos que enseñar a nuestros alumnos a sentir orgullo de algo propio y diferente; porque también deben aprender que en la variedad está lo interesante”. Estos educadores, además apuestan a que los chicos actúen como maestros en sus propios hogares. “Es un granito de arena tras otro: todo lo que aprenden en la escuela lo llevan a la casa; y a la vez, sus padres al trabajo y a los hogares de sus amigos”, sostiene Malén Ries de Centeno, directora de los colegios Río de la Plata. ¿Cuántas veces las maestras se preguntan cómo deben enseñar y qué cosas es importante que sus alumnos aprendan? La respuesta de Ries Centeno puede sorprender: “Que los chicos no escuchen; no me importa cuánto aprendan

de Matemática, de Geografía o de Historia, sino que tengan la capacidad de poder hablar y decir qué quieren. Que puedan contarles a sus compañeros qué les duele cuando los ignoran o no los consideran”, confiesa Malén, y señala que el mejor lugar para enseñarles esto –que luego podrán aplicar en el trabajo y en otros órdenes de la vida– es el colegio. Los neurosicoeducadores creen

El buen alumno es el que aprende a expresar sus opiniones y sentimientos que cuando un niño entiende cómo funciona el cerebro comprende el sentido de las cosas que le pasan y los motivos de los demás. “Entiende que la gente no es mala sino ignorante; y que hacen lo que hacen porque no aprendieron que debían hacerlo de otro modo”, dice Prat Gay, y ejemplifica con una cotidianidad: “El que estaciona en doble fila no lo hace porque pretende arruinarte el día”. La escuela, ¿un trauma? Quién no escucho o dijo alguna vez frases como “el colegio puede traumarte”, “uno aprende a pesar

de la maestra” o “el sistema escolar excluye”, entre tantas otras expresiones de quienes revelan o temen una experiencia escolar negativa. La neurosicoeducación toma estos temores como un aspecto central para elaborar una forma diferente de educar, que sostiene que en el colegio se puede tanto aprender que uno no sirve para nada como lograr lo que llaman eficacia percibida: conocer las propias potencialidades y limitaciones, y estar dispuesto a trabajar para mejorarlas. “Si un cerebro aprendió que puede superarse –explica la neurosicoeducadora Marita Castro– es posible que esa persona lo logre; pero si terminó el colegio pensando que no servía, sus neuronas se lo van a gritar toda la vida y, probablemente, siempre las escuche”. Para superarse, el cerebro debe aprender a razonar. Pero en muchas escuelas la fórmula del éxito aún depende de la memoria y, peor aún, de la posición socioeconómica del alumno: “Los mejor vestidos, los que tienen más dinero y los buenos deportistas logran aceptación y oportunidades de destacarse. Pero en la universidad, donde llegan los mejores cerebros, esos valores no funcionan. Por eso, se da que a buenos alumnos del secundario no les va bien en la facultad”, sostiene Logatt Grabner y cuenta una anécdota: “En el secundario era muy vago y siempre me llevaba Anatomía. Nadie podía imaginar que iba a ser médico y, menos que menos, que mi promedio en esa materia iba a ser 10”.

Manuales de neurociencias para el aula Durante varios meses los chicos de la escuela primaria Río de la Plata Centro trabajaron con “El Libro Neurótico”, mientras que los estudiantes de la secundaria del Río Sur lo hicieron con “El Gran Secreto, primer libro de neurosicoeducación”. El primero es una obra divertida, incluso un tanto estrafalaria, que enseña neurociencias en nivel básico y aplicable a la vida cotidiana. El objetivo del libro es, según sus autores, que el lector comprenda la importancia de elegir un objetivo y no detenerse hasta alcanzarlo. Es una obra que pueden leer tanto docentes como padres. También es fácil de entender para los chicos de 6° grado en adelante. La segunda obra (“El Gran Secreto, primer...”) propone a los estudiantes de nivel medio ser agentes activos para acabar con los problemas de la humanidad: violencia, desigualdad, inseguridad económica y contaminación ambiental, entre otros. El libro presenta a la neurosicoeducación como una nueva herramienta que ayuda a las personas a usar el pensamiento científico para desarrollar su capacidad de conocer, controlar y modelar su mundo interior. El primer capítulo de cada uno de estos libros se puede bajar gratis de www. asociacioneducar.com/ publicaciones.php

El libro Neurótico. Carlos Logatt Grabner y Marita Castro. $100

El Gran Secreto. Primer Libro.... C. Logatt Grabner y M. Castro. $100


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26 de octubre de 2011

> experiencias Gustavo Garello

Lecciones sobre rieles Por las escuelas cercanas a las vías del ferrocarril Roca, un grupo de profesores brinda talleres de educación vial, para que los chicos aprendan sus derechos y obligaciones como usuarios del tren. Los organizan la Asociación Conciencia y la UGOFE, empresa que administra el ramal. Los alumnos de la Escuela Secundaria Alfredo Palacios, en pleno taller. A través del “juego de la oca”, reciben educación vial y trabajan sobre la importancia de los medios de transporte públicos y las precauciones al viajar. Los talleres “Expresiones Comunitarias” apelan a propuestas lúdicas y artísticas para generar conciencia en los chicos.

Vamos a jugar al juego de la oca, ¿quién tira el dado? Trajimos el chiquito”, suelta Ianina – capacitadora de la ONG Asociación Conciencia– entre las risas de los chicos de la Escuela Secundaria Alfredo Palacios, en Almirante Brown. El dado en cuestión es un gran cubo relleno de gomaespuma; y el juego “de la oca”, un tablero en el suelo del aula, en el que están las trazas de la línea ferroviaria General Roca. Los chicos se agrupan en cuatro equipos, y avanzan en el recorrido hacia La Plata o Cañuelas. Entre bromas, contestan preguntas según la estación a la que llega su locomotora de papel. “¿Qué

el próximo

El miércoles que viene, en Clarín Educación, un completo informe sobre los maestros especiales o integradores. ¿Cómo generan el vínculo con niños y jóvenes con capacidades diferentes? El debate sobre la integración de estos chicos a la escuela “común”. La mirada de docentes y especialistas.

Especial para Clarín

Expresiones comunitarias El programa Expresiones comunitarias de la Asociación Conciencia y UGOFE Línea Roca existe desde 2008. Hasta ahora han participado más de 3.500 alumnos de 60 escuelas de la zona sur del Gran Buenos Aires. Fue declarado de interés educativo por el Ministerio de Educación de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires. En las escuelas primarias, la propuesta se aborda por medio del dibujo en lugar de talleres literarios.

“Nosotros tenemos que cuidar el tren y respetar las normas, ¿pero la empresa no debería invertir más?”, indaga un alumno contrariado. La respuesta es positiva, los capacitadores están lejos del adoctrinamiento: “La empresa debe cumplir y ustedes deben reclamarlo”. La idea de trabajar con alumnos es que sean usuarios responsables y que pasen el mensaje a sus conocidos. Los participantes aprenden lo que deben respetar, pero también los derechos que tienen. La pregunta del capacitador –“¿Sabían que si el tren demora más de 30 minutos pueden exigir el precio del boleto?”– dispara el asombro, y los chicos abandonan la desconfianza inicial. El juego de la oca termina con preguntas y reconocimiento a los vencedores. Llegó la hora del ta-

ller de expresión que completa la experiencia. Se invita a los alumnos a que escriban un cuento, una anécdota hecha ficción, en la que retraten una experiencia o un deseo acerca del tren. La respuesta: resistencia tibia al principio, trabajo esmerado al final. Los mejores cuentos son seleccionados y publicados en el cuadernillo Historias del Tren, que mezcla cuentos realistas, de ciencia ficción y de amor y fantasmas. Desde Conciencia afirman que “se usa el arte porque es un camino para expresar de forma creativa ideas sobre los temas abordados”. La despedida, tras dos horas de taller, es intensa. Algunos agradecen por perder la hora de Matemática. Otros agradecen por la capacitación y el juego. Otros, simplemente, abrazan a los “profes”.

significa esta señal?”, interpela uno de los capacitadores del taller “Expresiones comunitarias”, que Conciencia y UGOFE –la empresa administradora del ferrocarril– llevan a las escuelas públicas cercanas a las vías del Roca. –Que hay que dejar el asiento a mujeres con bebés. –¿Y si es un hombre con un bebé no se le deja? Los chicos estallan en risas. La modalidad lo permite: aprenden jugando. “Se trata de generar conciencia en el uso del tren. Con participación en talleres lúdicos, reflexivos y artísticos, para que vean la importancia de los medios de transporte públicos para la comunidad y las precauciones al viajar”, explica Maricel Lonati, del área de Fortalecimiento de la Ciudadanía de la ONG.

Brian Majlin


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