Clarin Educacion 037

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año 1 n° 37

BUENOS AIRES, MIERCOLES 7 de marzo de 2012

guillermo gimenez producción: marta susavila

Claves para un buen

diagnóstico El comienzo del ciclo lectivo convoca a dedicar unas semanas para conocer a los alumnos. Ideas para aprovechar esta etapa y obtener datos valiosos para planificar. Páginas 2 a 4

Por amor al tango y a la educación Alumnos y docentes universitarios crearon a “Pichuco”, un bandoneón de bajo costo al que planean producir en serie, para incentivar la enseñanza del instrumento y la cultura del dos por cuatro. Pág. 7

Respuestas desde las aulas Pág. 5


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7 de marzo de 2012

>> informe para docentes y padres Brian Majlin

Especial para Clarín

E

n el comienzo de clases se repite la escena. Los alumnos entran al curso y se encuentran generalmente frente a un desconocido. En muchos casos, incluso los chicos son desconocidos entre sí. Comienza una etapa en que se escudriñan todos. Los docentes a los nuevos estudiantes. Los estudiantes a su nuevo docente. Durante las semanas previas se ha previsto la planificación anual, y sin embargo, algo falta: ¿cómo saber si lo planificado se adecúa a esos alumnos que están ahora allí? La herramienta es la etapa de diagnóstico, que suele extenderse como máximo hasta mediados de abril. Los docentes consultados para este informe de Clarín Educación reconocen que suele resultar útil para resolver situaciones problemáticas y para potenciar las positivas. Además, como destaca la psicopedagoga Cecilia Primogerio, “permite conocer algunas habilidades cognitivas y contenidos que ya han construido los alumnos antes de iniciar un nuevo aprendizaje”. Más allá de los mecanismos que se elijan para implementar el diagnóstico, es mucho lo que se pone en juego en esta instancia. “Implica decidir qué posición se asume frente a ‘los nuevos’; una cuota de confianza genuina, una convicción efectivamente sentida”, afirma Myriam Southwell, coordinadora del área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). “El diagnóstico construye posibilidad, proyecta hacia un horizonte”, añade Southwell, para quien esta etapa “es central, porque te posiciona de una determinada manera para todas las decisiones, te permite abrir o cerrar caminos”. Primogerio destaca tres aspectos primordiales a tener en cuenta: e nivel de conocimiento de cada alumno e nivel cognitivo del curso e desempeño en las actividades. Los tres factores deben evaluarse “para saber si podemos avanzar con la planificación que habíamos pensado, o bien hacer los reajustes necesarios a la misma”, señala la psicopedagoga. En esta instancia, el docente puede definir también el nivel de rigurosidad que deberá tener en el aula, y empezar a pensar en los exámenes que tomará durante el año, para ajustarlos de tal manera que permitan un mejor rendimiento de los alumnos. Por otra parte, la herramienta del diagnóstico no puede dejar de lado la realidad de los chicos. No alcanza con ver solamente los conocimientos académicos sin prestar atención a sus realidades. El contexto se mete en la escuela: “Uno va haciendo diagnóstico todo el año. El primero ayuda a planificar. Los otros permiten ir reviendo situaciones y temas a cada momento. El diagnóstico debiera servir para repensar los planes, adecuarlos a la realidad de los chicos”, explica Sabrina Abram,

Si el diagnóstico se hace mediante una evaluación, los docentes consultados recomiendan que ésta no lleve calificación, o que la nota sea sólo conceptual.

archivo

Tiempo de

definiciones Sea por medio de una evaluación puntual o de una serie de trabajos prácticos, la etapa de diagnóstico es ideal para indagar en los conocimientos, afectos, recursos y situaciones de los estudiantes.

LEONARDO

testimonio 1 Leonardo Grande 8 años de docencia Profesor de Historia EN la Escuela Media Nº 3 DE BALVANERA e Utilizo una encuesta anónima,

con edad, escuela, barrio, oficio de sus padres. Es fundamental saber con qué material humano trabajamos y qué posibilidades de acceso a recursos pedagógicos tienen: qué herramientas hay en sus casas, si tienen biblioteca o acceso a Internet. e No está reglamentada la dura-

Leonardo Grande aprovecha la instancia de diagnóstico para indagar en las realidades de sus estudiantes.

maestra de 5º grado de la Escuela N° 22 de Belgrano. En el mismo sentido se expresó Lourdes Alonso, maestra de 5º grado de la Escuela N° 28 de Barracas: “Primero importa ver de dónde vienen los alumnos. Acá son todos de la Villa 21-24. Hay una suerte de sobreadaptación, que lleva a pensar que ellos son de trapo, que se pueden acomodar a cualquier cosa porque se acomodan a cualquier situación en sus vidas”. Leonardo Grande, profesor de Historia en la Escuela Media N° 3

El diagnóstico no puede dejar de lado las realidades de los chicos

de Balvanera, dice que el diagnóstico debería enfocarse también en el funcionamiento del grupo: “La identidad barrial es un factor clave en el desarrollo del estudiante”. Los docentes consultados coinciden en la importancia de ser claros con los alumnos y ponerlos en preaviso sobre las cosas que se tendrán en cuenta y los objetivos del diagnóstico. Lourdes recomienda hacer que los estudiantes sean parte activa del proceso: “Convoco a los chicos a la participación constante. Les pido que ellos vayan

ción del diagnóstico, depende del docente y del directivo. Para mí es fundamental a la hora de planificar, porque los pibes vienen de experiencias diferentes.

identificando en qué cuestiones están más flojos. El proceso de aprendizaje es de ellos. Por eso es bueno que tomen conciencia y se hagan cargo de sus dificultades”. En sintonía con estas ideas, Primogerio agrega: “Es importante explicar a los alumnos el objetivo, detallando que se trata de un diagnóstico y no de una calificación de cada alumno”. Además, como en toda evaluación, la especialista sugiere que se haga una devolución de los resultados, para que los alumnos sepan cómo fue el rendi-


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>> CONSEJOS PARA PADRES

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La etapa diagnóstica es vital en el desarrollo del ciclo lectivo. Pero el docente necesita “afinar” sus diagnósticos durante todo el año: para eso precisa tener contacto con los padres. Es clave participar en las reuniones, brindar la información necesaria y apoyar las decisiones que el maestro tome.

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Las notas y calificaciones forman parte del proceso formativo, y su verdadero objetivo es medir el avance y obtención de logros. Es importante apoyar a los chicos en su desarrollo sin generar un exceso de ansiedad por las calificaciones. Comprender que muchos diagnósticos no llevan puntuación ayuda a que los chicos se relajen.

Ricardo Braginski

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Fomentar el sentido de pertenencia a la escuela y la participación activa en el proceso de aprendizaje es útil para que los chicos se comprometan con lo que hacen. El diagnóstico es el momento en que los docentes comienzan a visualizar aquellas áreas de dificultad que puede tener un alumno, pero también sus virtudes.

rbraginski@clarin.com

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Brindar confianza a los hijos previene los fracasos evitables. La mayoría de los chicos tienden a reproducir en los diagnósticos y evaluaciones posteriores los estigmas que les endilgan. “Sos bruto”, “no te da la cabeza” y otras sentencias similares condenan a los chicos a sentirse y actuar de esa manera.

leo vaca

testimonio 2

lourdes

Lourdes Alonso 8 años de docencia Maestra de 5º grado en la escuela Nº 28 DE barracas e Tenemos que considerar el

aprendizaje en contexto. El diagnóstico permite detectar con qué población trabaja la escuela. e Se han roto los espacios de

reflexión en los que los docentes compartían experiencias. e Hay que poner en valor en lo

que traen los pibes. Siempre traen algo, y eso es lo que va a servir de andamiaje para el aprendizaje. e Convoco a los pibes a la parti-

cipación constante. Intento que ellos vayan identificando en qué cuestiones están más flojos. No sólo durante la etapa de diagnóstico, sino a lo largo del año. e Habría que hacer informes al

final y juntar a los docentes que dejan el curso con aquellos que lo toman, para que se sinceren y vean hasta dónde llegaron los pibes.

miento del curso. Y propone que el docente explicite cómo utilizará estos datos, de manera de involucrarlos activamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Cómo hacer el diagnóstico Aunque los educadores identifican al diagnóstico como “fundamental”, hallan problemas a la hora de ponerlo en práctica. Las dificultades más señaladas: e falta de preparación para abordar problemas que exceden la función y capacitación del docente, e la no existencia de espacios de reflexión y debate institucional, e y, sobre todo, la falta de recursos en la educación pública. “Es un laburo para detectar con qué población trabaja la escuela y para romper con los preconceptos. Requiere de estar siempre alerta. Las condiciones laborales, edilicias, salariales, institucionales no ayudan. Se han roto los espacios

Lourdes Alonso destaca la importancia de valorar los conocimientos y el bagaje que los chicos traen al aula.

Es importante que el docente haga una devolución de los resultados y explicite cómo utilizará los datos

de reflexión en los que los docentes compartían experiencias”, grafica Lourdes. A su planteo se suma el de Sabrina: “Uno hace las cosas de forma precaria, con los pocos recursos que tiene. Sobre la hora conocés el grado que te toca, y en la mayor parte de las escuelas no tenés una instancia para sentarte con el docente anterior e interiorizarte sobre el curso. Y si la hubiera, la rotación de docentes la anularía. No está formalizada esta etapa, y los legajos suelen venir vacíos o poco trabajados. Uno hace diagnósticos desde lugares ciegos, tratando de reconstruir la historia de esos chicos”. Desde la secundaria, Leonardo añade que no está reglamentada la duración de la etapa de diagnóstico, y que depende de lo que convengan docentes y directivos. “Para mí es fundamental porque los pibes vienen de experiencias

diferentes”, advierte. A la hora de considerar las herramientas utilizadas, las fuentes consultadas por Clarín Educación proponen que el diagnóstico sea continuo, procesual y no por intermedio de una única evaluación. El núcleo de la cuestión no pasa por la nota sino por las posibilidades que abre el replanteo constante. El acento no debe ponerse en aquello que los chicos no saben y debieran saber. Lourdes opina: “Hay que poner valor en lo que traen los pibes. Siempre traen algo, y eso es lo que va a servir de andamiaje para el aprendizaje. Al final del diagnóstico tenés que tener una idea más acabada de lo que es el grupo”. Y Leonardo subraya la importancia de darle continuidad al proceso, para que se vuelva algo cotidiano: “Vas cotejando y chequeando y conociendo a los chicos sobre la marcha, y todo eso se compa-

Tarea que excede las cuatro horas Suele decirse: si uno está por construir una casa –o por encarar cualquier proyecto– lo que menos hay que hacer es apurarse a comenzar. En el caso de una vivienda, nada peor que levantar ladrillos o tirar paredes, sin antes hacer una completa evaluación personal (y familiar) de para qué se querrá cada uno de los ambientes, cómo se los usará en el futuro, qué tipo de crecimiento se espera para la familia, con qué recursos se cuenta, y siguen los etcéteras. Es que muchas veces las ansiedades nos empujan a querer empezar y terminar todo rápido. No valoramos lo suficiente la importancia de un buen diagnóstico y la planificación. Si esto sucede con una simple vivienda, en la que ante una mala decisión sólo será cuestión de rediseñar los espacios, cuánto más relevante es planificar un proceso de enseñanza, donde la materia prima son personas en su etapa más significativa de crecimiento y aprendizaje. Los especialistas y educadores consultados por Clarín Educación coinciden en la necesidad de revalorizar esta instancia de diagnóstico de alumnos y cursos que se está realizando por estos días. Aunque también nos alertan sobre las piedras que encuentran en el camino: desde la falta de capacitación –en algunos casos–, hasta la no existencia de un espacio de reflexión ó de recursos en ciertas escuelas. Esta nota de tapa busca poner el foco en este aspecto poco comentado de la educación. Hablamos mucho de los grandes temas, pero lo más importante normalmente está allí, en el aula, todos los días. Durante las cuatro horas que los docentes están con los alumnos, y también el resto del día, cuando evalúan el material con el que cuentan, se capacitan y planifican hacia dónde pueden ir.

Consejo Asesor Tres especialistas contribuyen a definir los temas y el enfoque de las notas en Clarín Educación. Rebeca Anijovich

Especialista y Magister en Formación de Formadores (UBA). Docente en UBA y Univ. San Andrés. Asesora en escuelas argentinas y latinoamericanas.

Guillermo Jaim Etcheverry

Médico y doctor en Medicina (UBA) Ex rector de la UBA. Miembro de la Academia Nacional de Educación

Juan José Llach

Licenciado en Sociología (UCA) y en Economía (UBA). Ex ministro de Educación de la Nación.


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>> informe para docentes y padres estrategias para el aula 1. Identificar las prioridades

2. Consultar a otros 3. Proponer 4. Pensar en la docentes consignas variadas planificación

5. Indagar en la situación personal

Para armar la evaluación o actividades diagnósticas del curso hay que tener en cuenta los NAP (Núcleos de Aprendizaje Prioritario) correspondientes al área y curso a dictar.

Son útiles las evaluaciones finales del año anterior de los alumnos y todos los materiales que sea posible recabar de informes o charlas con otros docentes que hayan tenido al curso.

Para poder hacer un buen uso de la herramienta, se debe tener en cuenta su utilidad para la planificación y reacomodamiento de los trazos que guiarán el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El contacto con la realidad y el contexto de los chicos es importantísimo para poder saber de dónde vienen, con qué posibilidades cuentan y en qué condiciones van a encarar el aprendizaje.

tas sobre el acceso a Internet o a bibliotecas, así como otras acerca del trabajo y nivel académico de los padres. Las encuestas son anónimas, para cuidar la intimidad de los estudiantes. Con respecto a los contenidos, utiliza análisis de textos, pequeños trabajos de investigación –por ejemplo, la búsqueda del origen del apellido de cada alumno–, que ponen a prueba “su capacidad de compromiso”. De esa forma, va evaluando la forma en que se desempeñan, cómo vienen y en dónde habrá que poner el foco.

va con nota, me alegro, porque al menos ve a la escuela como un escollo a sortear, un obstáculo que le genera una iniciativa”, relata Leonardo desde su experiencia en el nivel medio. “La mayoría viene de un fracaso previo, entonces tienen metido en la cabeza que son brutos o cualquier otra cosa, y es muy difícil sacar esa enorme desmoralización. Yo los motivo a que intenten negociar, para que muestren interés”, añade. Se trata, una vez más, de valorar lo que los chicos traen. Esta forma de ver la evaluación y la nota es refrendada por Southwell: “Las pruebas son muestras –exhiben sólo una parcialidad de todo lo que pasa en un proceso formativo– que van dando pequeñas ‘iluminaciones’ para que el docente pueda ir decidiendo cómo situarse ante el alumno. Ahí está la verdadera potencialidad”.

La realización de evaluaciones y actividades cuantitativas y cualitativas permite obtener toda la información que se busca. Siempre es mejor proponer un abanico abierto de actividades.

testimonio 3 Sabrina Abram 6 años de docencia Maestra de 5º grado en la Escuela Nº 22 DE Belgrano e El diagnóstico dura todo el año.

El primero ayuda a planificar y los otros permiten ir reviendo situaciones y temas a cada momento. e Tendría que servir para repen-

sar los planes, para adecuarlos y engancharlos con la realidad de los chicos. e No debe ser pensado en forma

punitiva. Debería ser procesual; pero solemos pensar más en las notas que en los procesos.

sabrina

e No pongo nota numérica, sino

solo conceptual, porque los chicos lo reclaman.

ra con el diagnóstico inicial. De esa manera vas cambiando y readecuando”. Los docentes con experiencia en la materia reconocen que la instancia de diagnóstico también es ideal para prestar atención a lo que no se vuelca en el papel, como las actitudes y las emociones. En

Para Sabrina Abram, el diagnóstico es un proceso que dura todo el año.

este sentido, Sabrina propone apelar al sociograma, una técnica que permite obtener una “radiografía” de las relaciones dentro del grupo. También valora la información que aportan las reuniones con los padres, tan difíciles como vitales para conocer las realidades de los chicos. Y sugiere, en lo posible,

consultar los materiales que usaron el año anterior. ¿Otras opciones? En sus cursos, Leonardo realiza encuestas, con detalles que le permiten saber “con qué material humano se trabaja y qué posibilidades de acceso a recursos pedagógicos tienen”. Con ese objetivo, incluye pregun-

¿Va con nota, profe? Uno de los mayores problemas a la hora de atravesar la etapa diagnóstica es la calificación. Para Primogerio, por ejemplo, las evaluaciones de diagnóstico no deben llevar nota. Pero, por otra parte, varios docentes señalan que los chicos exigen saber cómo están en relación a lo esperado y demandan una calificación. ¿Qué hacer? Lourdes descarta la posibilidad de poner una única nota, teniendo en cuenta que “hay cosas que quizás el pibe no las puede poner en el papel, o puede haber tenido una noche tremenda”. Sabrina cuenta que no coloca una nota numérica, sino conceptual, “porque los chicos así lo reclaman”, y aclara: “El diagnóstico es una muestra. Debe servirles a ellos”. “La nota genera angustia, así que es mejor darles una rápido. Incluso conviene poner muchas notas. Si un alumno pregunta si

su opinión ¿Cómo acompañar a los chicos durante el proceso de diagnóstico? ¿Es mejor condensar esta etapa en una única evaluación, o proponer una serie de actividades sin nota? ¿De qué manera aprovechar los resultados del diagnóstico para planificar con más precisión? Invitamos a los lectores a compartir sus experiencias y enviar sus opiniones sobre este tema a nuestra dirección de correo electrónico: educacion@clarin.com


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> Ecos

“Sentimos que usted no reconoce nuestra labor” Respuestas desde las aulas al discurso de la Presidenta en la apertura de sesiones del Congreso.

T

ras las palabras de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la apertura de sesiones del Congreso, varios docentes escribieron para expresar su frustración. La Presidenta había dicho que los docentes tienen “jornadas laborales de 4 horas y 3 meses de vacaciones”, y criticó también los porcentajes de ausentismo. Cristina Madden, profesora de Inglés en el Colegio San Fernando y el Instituto Sagrado Corazón de Jesús de Hurlingham, fue una de las docentes que eligió responderle a la Presidenta. Cristina, que participó en uno de los informes de Clarín Educación, envió al suplemento una carta dirigida a la mandataria. A continuación, una selección de algunos fragmentos: “(...) Me niego a creer que [la Presidenta] desconoce la labor que realizamos los docentes, esa labor que pese al estrés diario, seguimos eligiendo. Nosotros no sólo enseñamos conceptos sino también valores que consideramos esenciales para formar personas de bien y ciudadanos responsables, solidarios y comprometidos. En ocasiones nos sentimos Don Quijote y queremos con nuestra fortaleza, trabajo y cariño luchar contra los

molinos de viento actuales. “Tratamos de dar ejemplo, de no hablar tanto sino de hacer, para que ellos vean con sus propios ojos y aprendan sobre hechos. Y no trabajamos sólo 4 horas, Señora Presidenta, sino que llevamos mucho trabajo a casa para que todo salga lo mejor posible. Seguramente no todos los docentes somos iguales, como tampoco lo son los abogados, ni los médicos, ni los jueces, ni los presidentes. Pero sus palabras en este sentido, livianas y lejanas de la realidad, causaron un gran daño dentro de esta profesión que viene sufriendo tanto. Sentimos que usted no reconoce nuestra labor. “La actual falta de reconocimiento social hacia nuestro trabajo es uno de los factores que

conexiones Todos los lectores que quieran sumar sus opiniones sobre este y cualquier otro tema vinculado con la educación, pueden escribir a: educacion@clarin.com. Aclaramos que la nota sobre pedagogía Waldorf, anunciada para el número de hoy, tuvo que ser pospuesta por motivos de espacio.

inciden negativamente en la labor y motivación docente. Podríamos entender esta falta de reconocimiento de parte de un padre o una madre agobiada ante la situación socioeconómica actual, con servicios médicos deficientes, sin la suficiente alimentación adecuada para sus hijos, con graves problemas de inseguridad; pero no de usted, Señora Presidenta. Usted debería ser la primera motivadora de los docentes. “No sólo el dinero nos motiva, aunque debemos reconocer que es una gran ayuda para aliviar nuestra carga diaria. Nos motiva una palabra de aliento, una demostración de confianza, el reconocimiento por el trabajo realizado. Aunque con todo esto último no comemos, alimenta nuestro espíritu y nuestro corazón para seguir luchando. Es muy difícil que encontremos en las aulas alumnos motivados si sus docentes no están motivados. Actualmente en la Argentina, se deberían fomentar intensas políticas de incentivos para los docentes, para motivarlos y lograr que acrecienten su compromiso. Por eso me parecen tan alarmantes sus palabras, que resultan incoherentes hasta con las propias políticas del Ministerio de Educación. “Comprendo que usted también

debe sentirse agobiada por todos los problemas actuales, especialmente por la tragedia de Once y tanta responsabilidad que pesa sobre su espalda, pero no me parecen justas sus palabras y quería expresárselo. Tenga presente que, si en algún momento la carga se le hace pesada, los miles de docentes argentinos estaremos compartiendo con usted la responsabilidad de educar a los niños y jóvenes argen-

tinos y extranjeros que asisten a las escuelas, porque creemos que la educación es la base de la Argentina que muchos soñamos”. A la reflexión de Cristina se sumaron las de los docentes Mariela Andino, Marcela Saavedra de Sosa, Rosa Trkulja, Patricia Hernaez, Heriberto Kachinsky y Silvana Álvarez, entre otros, que enviaron cartas a Clarín respondiendo a las palabras de la Presidenta.


AGENDA Educación para la justicia social

Curso de tripulante de cabina y azafata La Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires y de Rosario brindará cursos de tripulante de cabina o azafata/o de vuelo. Los cursos empiezan en abril y duran de 2 a 5 meses. Más datos y entrevistas en uai.extension@uai.edu.ar

El área de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella organiza el seminario “Educación para la Justicia Social”, junto con el Banco Santander. Tendrá lugar los días 10 y 11 de abril de 18 a 21. La actividad es gratuita y requiere inscripción en www.utdt.edu

Pelotas y zapatillas para taller deportivo La ONG Fraternidad del Sur da talleres deportivos en la Villa 21. Necesitan pelotas y zapatillas. Comunicarse a damianaquino@ hotmail.com / 15 5988 5867


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emiliana miguelez

> experiencias

Por amor al tango

A la izquierda, el equipo de investigadores y docentes que “resucitaron” el bandoneón. Arriba, algunas piezas del prototipo.

Alumnos y docentes de la Universidad Nacional de Lanús crearon un bandoneón de bajo costo. Se llama Pichuco y planean producirlo en serie para incentivar la enseñanza de este instrumento. os músicos argentinos que cultivan la pasión por el tango enfrentan el insólito problema de la escasez de bandoneones, que no se fabrican desde los años ‘50. Para paliar esta situación, alumnos de la Universidad de Lanús (UNLa), junto a un equipo de docentes investigadores de la carrera de Diseño Industrial, crearon un prototipo de bandoneón llamado Pichuco, en honor al bandoneonista, director y compositor Aníbal Troilo (1914-1975). El proyecto busca la producción en serie de bandoneones nacionales a un costo accesible, para que el alma del dos por cuatro pueda llegar a más músicos –los actuales y los futuros–. Estiman que su pre-

cio podría rondar los US$ 1.000. Muy baratos, si se los compara con los usados, que hoy se venden entre US$ 5.000 y US$ 10.000. Más allá de la defensa del patrimonio cultural y de la futura producción de bandoneones, el proyecto pretende estimular el estudio de este instrumento en colegios y barrios marginales. “Queremos que los chicos en las escuelas puedan tener uno, así como tienen una guitarra o un piano. Por eso la idea fue construir un bandoneón de estudio accesible. Pichuco es estético y accesible, muy funcional y económico”, asegura Ana Jaramillo, rectora de la Universidad de Lanús, quien aclara que en principio el bandoneón será usado por las escuelas de música. Para hacer realidad el prototipo, el equipo –comandado por el director Roberto de Rose, los investi-

el próximo

El miércoles que viene, en Clarín Educación, un completo informe sobre la nutrición de los chicos. Claves para brindarles una alimentación sana y equilibrada, que les aporte todo lo que necesitan para crecer. La planificación de las comidas en la escuela. Voces de especialistas y docentes.

María Eugenia Pintos Especial para Clarín

L

Casi al borde de la extinción A pesar de ser un ícono cultural del Río de la Plata, el bandoneón dejó de fabricarse en la década del ‘50. Los viejos fuelles son caros y eso estimula la compra de coleccionistas, el robo y el contrabando. La Ley 26531, de 2009, crea un régimen de protección y promoción de este instrumento. Pero aun está sin reglamentar. Por lo pronto, el prototipo de la UNLa es exhibido en el Edificio José Hernández de la Universidad (29 de septiembre 3901, Remedios de Escalada), de 9 a 18.00 horas.

gadores Roberto Crespo y Guillermo Andrade y los docentes Andrés Ruscitti y Diego Velazco– analizó más de 2000 piezas. Finalmente, Pichuco corresponderá al modelo de 71 teclas, 38 en la mano derecha y 33 en la izquierda. Cada tecla comanda dos sonidos de acuerdo con la apertura y el cierre del fuelle, y el instrumento tiene 272 voces con un registro de cinco octavas cromáticas. El prototipo ya se encuentra en pleno proceso de registro de propiedad industrial. Pero no todas las piezas serán fabricadas en serie, algunas se harán en forma artesanal. “El objetivo fue simplificar el diseño original, reducir la mayor cantidad de piezas e industrializar la mayor parte. Sin embargo, la caja y otras piezas como las lengüetas seguirán siendo hechas a mano”, aclara Andrés Ruscitti, docente de Diseño Indus-

trial y uno de los coordinadores del proyecto. El diseño del fuelle y la estética del instrumento estuvieron a cargo de los alumnos de la carrera de Textil e Indumentaria. Para poder hacer realidad el prototipo, la universidad trabajó en un modelo inédito para muchas universidades del país: Pichuco fue creado con equipos digitales e impresoras 3D. Ahora, la UNLa prevé realizar un estudio de mercado para evaluar costos y estimar la cantidad de instrumentos que se podrán fabricar. “La idea es crear una empresa mixta que use la patente generada por la Universidad. Soñamos con exportar”, agrega Ruscitti. Los planes de la Universidad no terminan en Pichuco: quieren armar una incubadora para la producción en serie de diversos instrumentos. El próximo podría ser el charango.


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