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BUENOS AIRES, MIERCOLES 18 de abril de 2012
Alumnas de la Escuela de Adultos N° 14 Juan Martín de Pueyrredón, de Once, durante una clase la semana pasada.
mario quinteros
Escuelas de adultos
El sueño de estudiar Cómo es volver al colegio para los que no pudieron terminar la primaria cuando eran chicos. Las experiencias de los docentes que los acompañan en este proceso. Páginas 2 a 5
Festival de libros para el aula Mañana arranca la Feria del Libro en la ciudad de Buenos Aires. Un completo informe con las novedades editoriales para docentes, estudiantes y padres. Pág. 7
Con la calidad en la mira Pág. 6
Desde Belgrano a La Haya Pág. 8
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>> informe para docentes y padres
Cuenta pendiente con la primaria
mario quinteros
Un grupo de alumnos de la Escuela de Adultos N° 14 Juan Martín de Pueyrredón, de Once, durante una clase la semana pasada. Los estudiantes entran a las 18.45; la mayoría llegan después de trabajar todo el día y las edades van de 14 hasta casi 80.
En la ciudad de Buenos Aires hay 85 escuelas de adultos, que ofrecen terminar el colegio a quienes tuvieron que abandonarlo por diferentes motivos. En estas aulas, el deseo de aprender impulsa a los estudiantes a saldar a través del estudio una deuda consigo mismos. Alfredo Dillon
adillon@clarin.com
Pablo Riggio
Especial para Clarín
M
ás de diez veces había pasado Claudelina Romero (37) por la puerta de la Escuela N° 16 de Belgrano. Cada vez había pensado lo mismo: “¡Qué ganas de estudiar!”. Claudelina dejó la primaria a los 10 años. A los 36 decidió que era tiempo de saldar esa cuenta pendiente, impulsada por su hijo, que acaba de empezar Derecho. “Mami, nunca es tarde”, le repetía. La insistencia la ayudó a juntar coraje: finalmente cruzó la puerta, se anotó –sólo tuvo que presentar su DNI– y empezó a cumplir su sueño de terminar la primaria. Como Claudelina, sólo en Capital y el conurbano hay alrededor de 200.000 adultos que no completaron la educación básica. Para ellos existen las escuelas de adultos, que suman 85 en la ciudad de Buenos Aires. La Escuela N° 16 República Dominicana de Belgrano es una de ellas. Su directora, Valeria Mato, reconoce que el temor y la ver-
güenza son obstáculos recurrentes para que los adultos se acerquen a la escuela. “La vergüenza incide un montón; muchas personas no se animan ni a entrar. Pero acá los recibimos con los brazos abiertos, e intentamos que vivan la vuelta a la escuela con naturalidad”, explica a Clarín Educación. Trayectorias complejas Las trayectorias de los alumnos que llegan a las escuelas de adultos son muy diversas. Las edades van desde los 14 hasta los casi 80 años. Muchos son de países limítrofes; otros tantos son argentinos. Los motivos por los que tuvieron que dejar la escuela tienen que ver, en la mayoría de los casos, con la necesidad de trabajar o la ausencia de unos padres que reconociesen la importancia de ir al colegio. Orfelia Márquez (77), alumna de la Escuela N° 16, evoca su infancia en Catamarca: “Tuve que dejar de estudiar en 4° grado para cuidar a mi mamá, que se enfermó. Siempre digo que la primera pena que tuve en mi vida fue dejar la escuela”. Ahora está cursando 3° ciclo (6°-7° grado) y se entusiasma con la posibilidad de saldar su vieja deuda con la primaria. Su recorrido tiene paralelismos con el de Elsa Barreto, también de
El apoyo de la escuela es tan importante como el acompañamiento de las familias de los adultos
77 años, alumna de la Escuela N° 2 Juana Manuela Gorriti, de Villa Urquiza. Elsa es entrerriana y confiesa que de chica le gustaba ir a la escuela, pero su mamá la necesitaba para los quehaceres domésticos: “En esa época uno hacía lo que le decían los padres. Cursé un par de años de la primaria y después me dediqué a ayudar a mi mamá en casa”. Rubén no se resignó a que su madre no lo mandase a la escuela. Con 15 años, él acaba de dar vuelta su historia: “Tuve que dejar el cole-
gio en 6° grado por problemas con mi mamá; ella no me llevaba. Al final me cansé y me fui a vivir con mi abuela. Durante el día trabajo en una casa de comidas para tener algo de plata y poder comprarme los útiles”. Ahora proyecta hacer la secundaria e ir a la universidad. Además de la vergüenza y el desafío de “reescribir” la historia personal, los adultos se encuentran con otras dificultades cuando deciden terminar la primaria. Teresa Romero, directora de la Escuela N° 14 Juan Martín de Pueyrredón, de Once, enumera: “Tienen otras complicaciones: por trabajo, por salud o porque tienen familias que dependen de ellos. En muchos casos se terminan desanimando y dejan, por eso es muy importante acompañarlos desde la escuela. Ellos perciben ese valor agregado y lo valoran”. Con alumnos que suelen tener muchas responsabilidades, el ausentismo o la impuntualidad a veces son trabas que las escuelas de adultos sortean como pueden. No es raro que los docentes o incluso los directivos llamen a los alumnos cuando faltan varias veces seguidas. Las condiciones tratan de ajustarse de manera que nadie se vea obligado a abandonar, sin por eso disminuir la exigencia.
Una red de apoyos El acompañamiento de la institución es tan importante como el apoyo de las familias de quienes deciden volver a estudiar. “Como directora, he visto a hijos que vienen a inscribir a sus padres. Vienen también a los actos y acompañan a sus papás en la entrega de diplomas; son momentos muy emotivos para las familias”, cuenta Graciela Matheu, supervisora escolar del área del Adulto y el Adolescente del ministerio de Educación porteño. Así lo reconoce Modesta Cabrera (66), alumna de la Escuela N° 2, quien confiesa que sus seis bisnietos fueron los que la impulsaron a terminar la escuela: “Los chicos me decían Abu, ayudame con la tarea y yo no podía, me daba mucha impotencia. Ahora me cargan y me dicen que ellos me van a ayudar a mí. Están muy contentos”. Para los docentes, trabajar con estos alumnos presenta algunos desafíos específicos que marcan varias diferencias con la labor en las primarias comunes. Si bien nunca se aprende “de la nada” y ningún estudiante es una tabla rasa, lo cierto es que los adultos traen a la escuela un bagaje mayor de experiencias que los niños y adolescentes. Ellos cargan con una
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>> CLAVES DE LA EDUCACIÓN DE ADULTOS
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Los principales obstáculos a superar que mencionan los estudiantes adultos son la vergüenza y el temor. En muchos casos, postergan durante años la decisión de volver a la escuela por miedo a no poder lidiar con el estudio o porque no se animan a reconocer ante los demás que no pudieron terminar la primaria.
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La gran diferencia entre los alumnos de una primaria “común” y los alumnos adultos es el deseo de estudiar. Para ellos, ir a la escuela supone cumplir un sueño, saldar una cuenta pendiente consigo mismos. Por eso, a pesar del cansancio que implica estudiar a la noche, suelen encarar el aprendizaje con entusiasmo y valoran más al docente.
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Asumir la obligación de estudiar en la edad madura también requiere de una importante red de apoyos, por parte de las familias de los estudiantes así como de la escuela. Los alumnos adultos tienen otras responsabilidades y suelen desalentarse cuando no se sienten acompañados por su entorno en la decisión de estudiar.
Ricardo Braginski
rbraginski@clarin.com
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La educación de adultos es sinónimo de inclusión: ofrece oportunidades que permiten a mucha gente reescribir su historia, proyectando nuevas posibilidades laborales a partir del estudio. La escuela pública recibe a quienes quieran terminar la primaria con sólo presentar un documento, sean argentinos o extranjeros.
silvana Boedo
experiencia 1 Escuela de Adultos N° 16 República Dominicana - Belgrano
escuela N° 16
e Hacemos de la escuela nuestro
espacio. Espero ansiosa que lleguen las 18 para ir. Es una pena que haya tan poca promoción de lo que estas escuelas le ofrecen a la gente. (Nelly Ríos, 79, alumna del curso de Cerámica) e Uno nunca termina de aprender.
Del trabajo con alumnos adultos destaco sus ganas de seguir aprendiendo, su compromiso. Toman todo lo que yo les digo, es muy enriquecedor trabajar con ellos. (Evelyn Bodda, profe de Cerámica) e Apostamos por una educación
permanente y autónoma. La idea es que el estudiante se autoevalúe y reconozca cuánto sabe. No es una carrera contrarreloj para alcanzar el título, porque no todos tienen el mismo ritmo. (Valeria Mato, directora)
Las alumnas del taller de Cerámica, con la profesora Evelyn Bodda, la directora Valeria Mato y dos supervisoras.
trayectoria familiar, económica, cultural e intelectual mucho más “pesada” que los chicos, y llevan todo eso al aula. “El rol del maestro es presentar los temas, pero después lo importante es que los estudiantes hablen. En la vida diaria no suelen tener mucho espacio para el diálogo y la conversación, por eso tratamos de que la escuela sea un espacio del que se puedan apropiar”, señala la directora Teresa Romero. Otra particularidad de las escuelas de adultos es el deseo de aprender que caracteriza a sus alumnos. “Los chicos van al colegio por obligación; en cambio los adultos vienen realmente a aprender y tienen ganas de escuchar lo que les dicen sus maestros”, dice Susana Mosetti, directora de la Escuela N° 2. Desde la Escuela N° 14, Romina Echaide, profesora de Inglés, coincide: “Para el docente es un desafío aprender a valorar el esfuerzo que hacen estos alumnos. El que viene a la noche lo hace porque tiene ganas, después de trabajar todo el día”. Tal vez esta sea la gran diferencia de la educación de adultos: para ellos, estudiar es cumplir un deseo postergado. Es la fuerza
de ese deseo la que les permite sobreponerse a los obstáculos, el cansancio y, a veces, el desaliento de jefes o compañeros de trabajo. Ese entusiasmo se traduce en una fuerte valoración de la figura del profesor. “En las escuelas de adultos hay un reconocimiento diario al maestro. El alumno te agradece porque lo recibís, por acordarte de él cuando falta. Para los maestros también es una fuente de satisfacciones ver cómo los estudiantes avanzan en sus aprendizajes. La educación de adultos es sinónimo de inclusión”, sintetiza Paula Gabisson, supervisora de Materias Especiales en el área de Adultos de la Ciudad. También la escuela es objeto de una valoración distinta: los alumnos se involucran, participan en los actos y la mayoría colabora con la cooperadora. Directivos y maestros se preocupan por generar un sentido de pertenencia, para que el paso por la escuela no sea sólo un trámite. “Queremos que sientan a la escuela como su hogar”, asegura Valeria Mato. Teresa Romero coincide: “Los vínculos son muy importantes para los alumnos. Son cariñosos y demostrati-
Para el docente es un desafío aprender a valorar el esfuerzo que hacen estos alumnos
vos. Y los docentes les responden con compromiso muy fuerte, aun cuando ellos también llegan cansados: para muchos, la nocturna es la última escuela del día, vienen de trabajar en otras instituciones”. Para la mayoría de los estudiantes extranjeros, la gratitud se dirige no sólo a la escuela, sino también a la Argentina. Es el caso de Atenas Rodríguez, que llegó al país hace dos años desde Perú y ahora estudia inglés en una escuela nocturna. “La Argentina me dio muchas oportunidades. Para inscribirme sólo tuve que presentar mi documento”, se entusiasma. Sus palabras alientan a sus compañeros y docentes a reconocer que, pese a las dificultades, la educación pública sigue siendo una fuente de oportunidades para quienes se acercan a ella. Las puertas también están abiertas para los inmigrantes de otras latitudes: hay nocturnas que ofrecen español para extranjeros, de manera gratuita. Historias en transformación Si, por lo general, los alumnos adultos sienten que estudiar es una manera de saldar las cuentas con su pasado, sienten también
La aventura de seguir estudiando Hoy a la noche, mañana a la noche, el viernes también. Terminada la extensa jornada laboral, ellos dirán el clásico “hasta mañana” a compañeros y jefes, y tomarán el colectivo, o el tren, para continuar con su aventura personal. Sólo en la ciudad de Buenos Aires, ochenta y cinco escuelas recibirán a estos aventureros, que decidieron que sus historias personales –marcadas por la temprana necesidad de salir a trabajar o la ausencia de un contexto familiar que valorase a la educación– debía quedar en eso: en historia. Y que lo que viene es el futuro, y lo construye uno a cada paso. Deberán sortear, muy a menudo, el desaliento colectivo y sostenerse en el apoyo familiar, tan necesario para encarar con éxito el esfuerzo que significa estudiar de adulto. Deberán cambiar el “¿No estás grande para eso?” por el “Yo te banco papá”, o similares. Son las historias de cientos de argentinos, y extranjeros, con responsabilidades, que apuestan a mejorar sus vidas y las de sus familias, y también a seguir aprendiendo y a superarse. Y que encontraron en nuestras escuelas públicas y gratuitas la oportunidad para terminar de grande la primaria, creer que sus sueños son posibles, y que pueden confiar en que ese esfuerzo vale la pena. Historias que se reflejan en esta nota de tapa de Clarín Educación. Hoy son 85 las escuelas de adultos sólo en la ciudad de Buenos Aires. Pero si tuvieran más difusión y recursos –como reclaman los docentes y directivos a su cargo– seguramente el número sería mayor. Contaríamos entonces con más puertas abiertas para que esos ciudadanos, que no bajan los brazos, puedan hacer uso de la segunda oportunidad que la escuela les ofrece. Y ellos se merecen.
Consejo Asesor Tres especialistas contribuyen a definir los temas y el enfoque de las notas en Clarín Educación. Rebeca Anijovich
Especialista y Magister en Formación de Formadores (UBA). Docente en UBA y Univ. San Andrés. Asesora en escuelas argentinas y latinoamericanas.
Guillermo Jaim Etcheverry
Médico y doctor en Medicina (UBA) Ex rector de la UBA. Miembro de la Academia Nacional de Educación
Juan José Llach
Licenciado en Sociología (UCA) y en Economía (UBA). Ex ministro de Educación de la Nación.
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>> informe para docentes y padres estrategias para el aula 1. Valorar el esfuerzo y consensuar algunas normas
2. Respetar los tiempos
3. Aprovechar el bagaje personal de cada uno
Los alumnos adultos suelen llegar a la escuela después de todo un día de trabajo, y en muchos casos su familia depende de ellos. Por eso, es importante que el docente pueda reconocer el esfuerzo que hacen al estudiar. A veces conviene flexibilizar las normas vinculadas con ausentismo o puntualidad.
La educación de adultos no es una “carrera contrarreloj”: el objetivo no es que los estudiantes se reciban “rápido”, sino que cada uno pueda avanzar en la medida de sus posibilidades.
A diferencia de los niños, los estudiantes maduros traen al aula una historia personal “densa” y muchos saberes previos que pueden ser valiosos. Siempre será interesante poder aprovechar ese bagaje en las clases, promoviendo la participación y el diálogo en el contexto del aula.
martin bonetto
experiencia 2
Datos para la inscripción
Escuela de Adultos N° 14 Juan Martín de Pueyrredón - Once
Para inscribirse en las escuelas primarias de adultos del Gobierno de la Ciudad, el único requisito es ser mayor de 14 años y presentar el documento de identidad. Pueden anotarse tanto argentinos como extranjeros. La inscripción está abierta durante todo el año: sólo hay que acercarse a la escuela más próxima. Más info: 4304-1865 / sup1_deaa@bue.edu.ar. Las escuelas también ofrecen cursos gratuitos para jóvenes y adultos (computación, idiomas, oficios, etc). Más información: 43727201 (de 14 a 21 hs) o por mail a materiasespeciales@yahoo.com.ar. La web es http://www.deaya.com. ar; la oferta también puede consultarse en Facebook (buscar “Cursos Especiales Adultos”). En provincia de Buenos Aires, llamar a 02214295276/4295277 o mail: secadultos@ed.gba.gov.ar
e Trabajo de 8 a 18.30 y después
vengo directo a la escuela. Me anoté porque mi hijo venía a este mismo colegio a la mañana. Después de terminar la primaria quiero hacer también la secundaria; hoy necesitás estudiar para tener un buen trabajo. (Ariel González, 33, estudiante) e Para el docente es un desafío
aprender a valorar el esfuerzo que hacen estos alumnos. El que viene a la noche lo hace porque tiene ganas, después de trabajar todo el día. Trato de armar clases dinámicas y con interacción, para mantenerlos enganchados. (Romina Echaide, profesora de Inglés) e Llegué a la escuela porque mi
cuñado me “apretó” para que terminase la primaria. Trabajo en una textil y convencí a dos compañeros para que me acompañen; venimos los tres después del laburo. Todo lo que aprendemos acá nos sirve. (Maximiliano Paz, 18, estudiante)
Alumnos de la Escuela N° 14 trabajan en equipo y escuchan atentos a la profesora de Inglés, Romina Echaide.
que es una manera de transformar su futuro: la escuela los ayuda a proyectar un nuevo rumbo laboral y hasta los invita a pensar en seguir una carrera universitaria. “Toda mi vida quise estudiar; de chica lloraba cuando veía que mis primos iban a la escuela y yo no podía. Ahora estoy cumpliendo mi sueño y no me para nadie. Quiero hacer una carrera corta para cambiar de trabajo”, afirma María Angélica de Jesús (50), alumna de la Escuela N° 16. María Eugenia Calvo (23), su compañera, confiesa: “Ahora que me animé a volver a la escuela, quiero seguir hasta terminar la secundaria. Después voy a estudiar para ser doctora”. Por su parte, Gastón (17) cursa el último año de primaria mientras aspira a ser ingeniero industrial, y al lado suyo José (14) sueña con
dedicarse a la música y la medicina. “Es muy gratificante dar clases en la escuela de adultos –afirma su profesora, Mónica Toranzo– porque sentís que estás siendo parte de los sueños de los otros”. Con la misma convicción con que defienden la educación de adultos, los docentes, directivos y alumnos de estas escuelas lamentan la falta de difusión que las vuelve –dicen– “invisibles”. “El que conoce la escuela no se va más. Pero el problema que es que lleguen hasta nosotros”, sostiene la supervisora Paula Gabisson. Algunos de los alumnos hacen de la difusión una cruzada personal: arman folletos y los reparten, dejan volantes en los negocios de la zona. El boca a boca y el ingenio de docentes y directivos se ve forzado a reemplazar la ausencia
escuela N° 14
La escuela ayuda a sus estudiantes a proyectar un nuevo rumbo laboral y “reescribir” la propia historia
de publicidad en la vía pública y en los medios. Impulsada por esta preocupación, este año la directora Valeria Mato decidió dar a conocer la oferta de su escuela en las murgas de carnaval: “Fui un domingo a la noche, me subí al escenario e invité a los adultos y jóvenes del barrio a acercarse”. Resultado: los murgueros le agradecieron, la gente la aplaudió y al día siguiente se formó una larga fila de entusiastas en la puerta del colegio. La falta de promoción se suma a veces a la falta de recursos. Así lo entiende Silvia Falco, supervisora escolar del área de Adultos de la Ciudad de Buenos Aires: “Formamos parte de un área marginal dentro del sistema educativo. No tenemos auxiliares y sufrimos problemas de seguridad a la noche; tampoco tenemos quién abra y cie-
rre la puerta”. A las 18.45, horario de comienzo de las clases, la escena es elocuente en la Escuela N° 14: la directora Romero se encarga de abrir la puerta del colegio, recibe a los alumnos –los saluda con un beso–, les reparte viandas para el recreo y escucha las consultas de los que se acercan por primera vez para averiguar cómo inscribirse. Pese a las dificultades, un rasgo común de quienes trabajan en estas escuelas parece ser la confianza en la capacidad transformadora de la educación, que hace que todos los esfuerzos valgan la pena. “Apostamos por una educación permanente y autónoma. Se trata de que todos podamos seguir aprendiendo a lo largo de la vida, porque nunca es tarde. Como docentes, confiamos en la posibilidad del cambio social a través de
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4. Promover los vínculos La escuela no es sólo un lugar adonde se van a aprender contenidos académicos. La experiencia escolar se enriquece cuando el docente propone instancias de participación y los estudiantes tienen espacios para construir vínculos entre sí.
5. Estimularlos a que continúen estudiando Ante estudiantes que lo escuchan con especial atención, el docente tiene más margen para proponer. A veces las oportunidades no se aprovechan por falta de información: resulta clave que la escuela oriente a aquellos alumnos que muestran la inquietud de seguir con la secundaria o aun la universidad.
martin bonetto
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escuela N° 2
Escuela de Adultos Nº 2 Juana Manuela Gorriti - Villa Urquiza e Siempre pasaba por la puerta
del colegio y me decía: Tengo que entrar, si a mí me gusta estudiar, pero por vergüenza o falta de coraje nunca me animaba. (Elsa Barreto, 77, estudiante) e Hoy en día necesitás estudiar
para estar socialmente integrado. La gente en general valora mucho mi esfuerzo. ¿Vergüenza? Jamás me voy a arrepentir de haber venido a la escuela. (Vicente Romero, 50, estudiante) e Los niños, en general, van
Susana Mosetti, directora de la Escuela N° 2, con algunos alumnos.
la educación. Y sabemos que cada persona que viene a la escuela será multiplicadora en su hogar”, afirma Valeria Mato. En otras palabras, no hay lugar para las excusas: las puertas de las escuelas de adultos están abiertas para quienes arrastran una cuenta pendiente con la primaria. El único requisito es tener el coraje suficiente para cumplir ese sueño y transformar la propia historia.
su opinión ¿Cómo encarar el desafío de terminar la escuela en la adultez? ¿Y cómo acompañar a quienes deciden embarcarse en esa decisión? ¿Está disponible para todos la información necesaria para acceder a las escuelas de adultos? Invitamos a los lectores de Clarín Educación a enviar sus opiniones y compartir sus experiencias sobre este tema a nuestra dirección de correo electrónico: educacion@clarin.com
al colegio por obligación de sus padres. Los adultos vienen realmente a aprender y tienen muchas ganas de escuchar lo que les dicen sus maestros. (Susana Mosetti, directora)
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> Ecos
Facilitadores digitales, Matemática y oralidad Las voces de los lectores de Clarín Educación.
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iguen llegando mensajes de los lectores relacionados con los últimos números de Clarín Educación. Mariano Della Rosa escribe a raíz de la nota sobre Facilitadores Digitales, del 4 de abril, y pregunta: “Si su función es acercar a los docentes a las nuevas tecnologías, ¿por qué no se integra el cargo a la planta funcional de la escuela? Es paradojal: no los formamos dentro de los objetivos de la escuela, no les damos estabilidad en el cargo y menos progreso y amparo dentro del estatuto docente”. Por su parte, Omar Cabrera, profesor de Matemática en el nivel secundario, responde al artículo “La Matemática se reinventa”: “En Argentina, desde los espacios oficiales se da una relevancia a la enseñanza a partir de problemas contextualizados, fundamental-
mente en la vida real, totalmente desmedida e inaplicable en múltiples establecimientos. En la mayoría de las aulas públicas reales, se avanza de acuerdo a distintas tendencias cuando la realidad escolar lo permite, con grandes esfuerzos de los docentes, pues la prioridad ‘contenedora’ de la escuela pública argentina, principalmente la secundaria, torna en muchos casos climas inadecuados para que el estudio de matemática pueda realizarse”. En cuanto a la nota sobre expresión oral en la escuela, la profesora de teatro Julieta Casale destaca “el aporte esencial de la materia Teatro como modificador directo de conductas relacionadas con la formación de hablantes y oyentes”. Finalmente, a partir del artículo sobre pedagogía Waldorf, María Inés de Balgoh-Kovàcs, directora del Colegio Steiner, aclara que las escuelas Waldorf evalúan a sus alumnos más allá de pruebas, notas y boletines; los evalúan a cada uno “por cómo pueden desarrollar sus capacidades motrices, anímicas e intelectuales”.
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> discusión
Propuestas con la calidad en la mira Evaluación, descentralización y subsidios a la demanda son ejes de un plan que apunta a mejorar la calidad educativa. Alfredo Dillon
adillon@clarin.com
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n mayor presupuesto para educación no es garantía de mejores aprendizajes. Esta es una de las principales premisas de las que parte la ONG Libertad y Progreso para pensar las políticas educativas que necesitará Argentina para satisfacer las demandas de los próximos años. “Lo importante en el debate sobre educación no es cuánto gastamos, sino cómo gastamos. Sólo aumentar la inversión no trae mejoras automáticamente”, dijo Constanza Mazzina, coordinadora del área de Educación de Libertad y Progreso. Las cifras oficiales indican que el presupuesto educativo se incrementó sustancialmente durante la última década, e incluso se logró a partir de 2010 cumplir con la meta de destinar al menos el 6% del PBI a educación (en 2000, el porcentaje era 4,25%). Sin embargo, el aumento del gas-
to no parece haberse traducido en una mejora de la calidad, según el diagnóstico de esta ONG. Como ejemplo, Mazzina mencionó los últimos resultados de la prueba internacional PISA –correspondientes a 2009–, en los que Argentina perdió 31 puntos con respecto al año 2000, si bien entre 2006 y 2009 hubo mejorías. La asimetría entre inversión y calidad también se percibe al comparar los recursos y los resultados de las diferentes provincias argentinas. Un ejemplo: de acuerdo con datos del ministerio de Economía, Tierra del Fuego es la jurisdicción que encabeza el gasto por alumno, con 19.670 pesos al año. En el otro extremo de la lista aparece Salta, con una inversión de 3.712 pesos por estudiante. Sin embargo, las dos provincias obtienen resultados similares en cuanto a rendimiento, según el Operativo Nacional de Educación (ONE) de 2009, elaborado por el ministerio de Educación nacional. En base a estos datos, desde Libertad y Progreso presentaron
una propuesta con varias ideas para pensar políticas públicas que permitan mejorar la calidad educativa haciendo un uso eficiente del gasto. Uno de los principales ejes de la propuesta es la descentralización, en el sentido de brindar a las escuelas una mayor capacidad de decisión. “Los directores de escuela acá tienen muy poca autonomía
Un mayor presupuesto educativo no garantiza mejores aprendizajes en comparación con los de otros países”, advirtió Agustín Etchebarne, director de la ONG. Por eso, sugirió garantizar una mayor libertad de elección para los directores de escuela a la hora de contratar o despedir docentes. Otro eje de la propuesta tiene
guillermo Rodríguez adami
Promover la evaluación es una de las propuestas de Libertad y Progreso.
que ver con la evaluación, tanto de los aprendizajes de los alumnos como del desempeño de docentes y directivos. “Es necesario que haya evaluaciones censales, para facilitar elementos que permitan tomar decisiones”, afirmó Mazzina. Con respecto a la evaluación de docentes y directivos, en Libertad y Progreso defienden la implantación de un sistema de premios y castigos, así como incentivos por asistencia. Y añaden que la remuneración de los docentes debería estar en relación directa con su desempeño frente al curso: los docentes con mejores resultados –los que cumplen con los días establecidos de clase y se capacitan a nivel universitario– deberían tener mejores salarios. A fin de garantizar “una mayor libertad” dentro del sistema educativo, otra propuesta apunta a modificar la lógica del uso de los fondos públicos: recomiendan subsidiar la demanda y no la oferta. Esto significaría asignar un presupuesto educativo por ciudadano, y que sea cada padre el que
decida a qué escuela enviar a sus hijos utilizando ese presupuesto. Otra opción es la apuesta por las escuelas autogestionadas: colegios gratuitos, financiados con fondos públicos pero administrados por miembros de la sociedad civil. Finalmente, en la presentación se hizo hincapié en la necesidad de limitar la intervención estatal en los planes educativos: sugieren que el Estado defina los contenidos mínimos, pero que esos contenidos no ocupen los 180 días de clases, sino sólo 90. “El resto de los días, cada escuela tiene que poder sumar otros contenidos, en función de las necesidades de cada comunidad”, sostuvo Mazzina. Convencidos de la necesidad de instalar estos temas en el debate público, desde la ONG apuntan a involucrar en estas discusiones a otras organizaciones de la sociedad civil y a los padres. “No podemos delegar los problemas educativos sólo en los políticos o en los docentes. Los padres y los demás actores sociales no nos podemos desentender”, concluyó Etchebarne.
AGENDA Becas de dos años para médicos
Un debate sobre la educación del futuro A partir de abril de 2012 y hasta octubre de 2013, más de 50.000 personas –entre profesores, familias, directivos, estudiantes y otros profesionales del mundo educativo– participarán en debates y talleres virtuales en encuentro. educared.org. Se trata de una iniciativa de Fundación Telefónica, que también incluirá encuentros presenciales en Buenos Aires y otras capitales iberoamericanas. El VII Encuentro Internacional de Educación incluirá debates sobre la relación entre sociedad y educación, las TIC y la calidad educativa, y visiones sobre el futuro.
Hasta el 20 de abril está abierta la convocatoria de las becas de perfeccionamiento médico que ofrece Swiss Medical Group. El programa está dirigido a médicos con residencia completa y dura dos años. Para enviar CV, referencias y consultas: Av. Pueyrredón 1443 9º piso. Por mail a vanesa.martin@ swissmedical.com.ar o carlos. bruno@swissmedical.com.ar. Tel.: 5239-6010 / 15-4415-7175.
Encuentros para practicar inglés Todos los jueves a las 20.15, un grupo de personas se reúnen a conversar en inglés en la heladería Freddo de Cabildo al 1700. Los encuentros duran una hora como mínimo y el tema varía en cada encuentro. Para participar hay que abonar una contribución de $15, más la consumición. Más información: meetandchat@gmail.com
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> adelanto
Competencias docentes para el SXXI. Augusto Pérez Lindo. Tinta Fresca. $65.
Miko y Niko aprenden sobre vialidad. J.J. Rovella. Albatros. $36
La revolución es un sueño eterno. Edición con guía de lectura. Andrés Rivera. Emecé. $49
Química hasta en la sopa. Ileana Lotersztain y Silvana Fucito. Iamiqué. $54
Abremente. Catapulta. $49
Enriquecer la enseñanza. Los ambientes con alta disposición a la tecnología como oportunidad. Mariana Maggio. Paidós. $80
Desarrollo cognitivo y educación (I). Los inicios... J. Castorina y M. Carretero. Paidós. $ 112
¿A dónde va María Remedios? Una historia sobre Belgrano y la Bandera. D. González y A. Segal. Santillana. $50
Ahora sí puedo estudiar. Herramientas para mejorar... L. Durán de Perlo y M. Castillo. Comunicarte. $79
Felicitas Guerrero. Edición con guía de lectura. Ana María Cabrera. Emecé. $59
Un festival de libros para el aula Las novedades editoriales que docentes, estudiantes y padres encontrarán en la Feria del Libro. Verónica Maguitman Especial para Clarín
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añana la Feria del Libro abre nuevamente sus puertas al público. Una vez más, miles de lectores pasarán por sus stands, buscando novedades, curiosidades, o simplemente ideas innovadoras. ¿Qué encontrarán docentes, estudiantes y padres en esta edición? ¿Cómo elegir los títulos más adecuados para la escuela? ¿Qué libros llevar para el aula o la biblioteca escolar? Clarín Educación anticipa algunas de las novedades, tendencias y propuestas educativas. Para enseñar Historia, La Revolución es un sueño eterno de Andrés Rivera y Felicitas Guerrero de Ana María Cabrera, los dos de Emecé, vienen con completas guías de lectura y propuestas metodológicas para trabajar en el aula. Para primaria, dos buenas opciones son A donde va María Remedios e Historias de Belgrano y la bandera, ambos de Diana González y Analía Segal (Santillana). A la hora de trabajar la comprensión lectora en secundaria se puede acudir a Ahora sí puedo estudiar, de Durán de Perlo y Castillo (Comunicarte). Para primaria, Lee comprensivamente es un novedoso
programa compuesto por cuatro libros, uno para cada nivel. Viene con viñetas y técnicas inéditas diseñadas por equipos interdisciplinarios, dirigido por Bárbara Gottheil y Liliana Fonseca (Paidós). Para que los chicos disfruten de la lectura y de la imaginación, La silla de imaginar de Canela (Comunicarte) y Al pelo de Cecilia Pisos (Sudamericana) son una buena opción. También hay material para los docentes que buscan ideas y ayuda para los actos escolares. Teatro e Historia, ¡Cantemos Victoria!, de Adela Basch y Didi Grau y Teatro por tres, de la cabeza a los pies, de A. Basch, Erbiti y Sevilla son pequeñas obras llenas de humor y juegos de palabras (Abran cancha). También sale Folklore de Yamila Cafrune (El club del maestro), que difunde canciones y bailes autóctonos, y a su vez invita a conocer y estudiar las tradiciones de toda la Argentina. Viene con un CD. ¿Cómo enseñar las normas de tránsito? Nada mejor que con Miko y Niko aprenden sobre vialidad del historietista J.J. Rovella (Albatros), un libro gracioso, con juegos de observación, memoria y desafíos. Para que los chicos respeten la naturaleza y disfruten de originales fotos, Animales asombrosos de L. H. Cooper (Sudamericana). Claro que siempre son bienvenidos los libros de arte para chicos,
como Raul Soldi de Vali Guidalevich. Además, para que se expresen, se puede optar por Sueños de mandalas de N. Acosta y N. Ohashi, un libro original que invita a la creatividad, ambos de Albatros. ¿Cuántos países hay en América? ¿Cómo hacer que una pregunta se parezca más a un juego que a un examen? Abremente es un colorido abanico, libro y juego de preguntas y respuestas organizado por edades (Catapulta). Para trabajar los valores, la editorial Macmillan ideó la colección Todos distintos. Gran parte de sus relatos literarios tratan temas como la discriminación o la violencia familiar. Para adolescentes: Si alguien te espera de Lydia Carreras de Sosa, o Después de la nieve, de S. D. Crocket (Cántaro). Química hasta en la sopa, de Ileana Lotersztain y Silvana Fucito (Iamiqué) está diseñado para que el lector no piense que la materia es aburrida ó difícil. También hay novedades para los más chiquitos, como Planificación del trabajo escolar en el nivel inicial de Mariana Narvarte y Rosalía Buciak (El club del maestro). Para empezar a leer con ellos, la colección A leer con pictogramas viene con más propuestas: son cuentos clásicos regionalizados, de W. Carzon y R. Iannamico (Albatros). Los padres también encontrarán
por los stands ¿Quién educa a nuestros hijos? El papel irreemplazable... Sergio Sinay. Tinta Fresca. $65
El hilo. Eduardo A. Gimenez y Claudia Degliuomini. Libros del eclipse. $60
La pizarra de Babel. Puentes... S. Lipina y M. Sigman, compiladores. Libros del Zorzal. $85
Como una guerra. Andrés Sobico y Paula Adamo. Libros del eclipse. $ 49
¿Cómo actuar con un adolescente difícil? Consejos para padres... Juan David Nasio. Paidós. $77
Los derechos de la infancia y educación inclusiva... P. Dávila y L. M. Naya. Granica. $99
Disgrafía. Patricia Adamini. El club del maestro. $39
Campamentos escolares. La escuela al aire libre. Ana Grinberg. La crujía. $75
novedades. ¿Quién educa a nuestros hijos? El papel irreemplazable de los padres de Sergio Sinay (Tinta Fresca) brinda algunas respuestas: los vínculos son los que realmente educan, sostiene el autor. Hay más. Competencias docentes para el SXXI, de Augusto Pérez Lindo (Tinta Fresca) propone a los docentes desarrollar diez habilidades básicas para su desempeño. Pero no todo es estar parado frente al aula. También hay libros para quienes quieren pensar la docencia. Como Enriquecer la ense-
ñanza, de Mariana Maggio, acerca de la inclusión de tecnología en las aulas y la compilación Desarrollo cognitivo y educación, de Castorina y Carretero, ambos de Paidós. La pizarra de Babel, de S. Lipina y M. Sigman (Libros del Zorzal) cuenta los últimos desarrollos en Neuroeducación. Para encarar la enseñanza como un acto lúdico, El juego y la clase de Daniel Braivlosky (Noveduc). Y más reflexión acerca de la actividad docente, en La escuela tiene sentido, de Fernando Onetto, de la misma editorial.
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|| Clarin || educacion || MIERCOLES
18 de abril de 2012
> Experiencias
De Belgrano a La Haya
Doce estudiantes secundarios argentinos fueron premiados por sus exposiciones en un simulacro de juicio en la Corte Penal Internacional. Cómo prepararon su estrategia. El equipo completo en los jardines de la Corte Penal de la Haya, donde vivieron una experiencia inolvidable: durante una semana defendieron el caso ficticio de un niño soldado acusado de cometer crímenes de guerra.
Fue un caso muy abierto y tuvimos que cambiar de estrategia sobre la marcha”. “Elegimos los mejores argumentos para convencer a los jueces y dio resultado”. Al escuchar estas afirmaciones cualquiera podría creer que está frente a experimentados abogados. Pero no, aun son estudiantes de secundaria. Tienen entre 16 y 17 años, estudian en el Washington School, de Belgrano, y fueron premiados por su labor en un juicio hipotético realizado en la mismísima Corte Penal Internacional de La Haya. El simulacro fue parte del encuentro “Corte de Discusión Internacional Países Bajos 2012” y tuvo
como objetivo fomentar el trabajo en equipo y la construcción de consensos; lo que sin dudas logró este grupo de doce alumnos argentinos tras pasar una semana en La Haya, junto a estudiantes de todo el mundo. La rectora del colegio, Daniela Pérez, dijo a Clarín Educación que los participantes fueron elegidos por su nivel académico pero también en base al interés mostrado. Algo que no es menor si se tiene en cuenta que los chicos prepararon el caso durante buena parte de sus vacaciones de verano. “Fue todo un desafío”, asegura el estudiante Federico Genlot, que durante el proceso hizo de fiscal. “Una o dos veces por semana nos reuníamos con distintos abogados para que nos ayudaran a entender mejor las leyes”, dice.
el próximo
El miércoles que viene, en Clarín Educación, un informe para leer fuera del aula: las excursiones como experiencias de aprendizaje. Claves para sacar el máximo provecho de las salidas con los estudiantes. Cómo prepararlas y cómo retomarlas luego en clase. Voces de docentes y especialistas.
Federico Poore
Especial para Clarín
“
Una invitación a otros colegios Los alumnos del Washington School tuvieron el privilegio de participar en este primer simulacro de juicio internacional. En la Argentina, la experiencia fue coordinada por Asociación Conciencia, una ONG que trabaja en la formación de ciudadanía. “El objetivo a futuro es crear difusores del programa que inviten a otros chicos para que viajen”, dijo María Eva Brahim Dib, de Conciencia. Más info, en www.conciencia.org o al 4393-3719.
En el juicio se discutió el caso de un niño soldado, un tema que por edad impacta a los adolescentes. “Se trataba de un joven de Malenga –un país inventado– al que acusan de cometer ciertos crímenes”, explica Martín Barros, quien encabezó la defensa de su grupo ante un Tribunal ficticio pero con jueces reales. Su compañera Sharon Konfederak afirma que “la argumentación no fue nada fácil” y que algunas preguntas de los jueces descolocaban al equipo. “Tenías que repensar tus argumentos en el momento”, recuerda Sharon. Franco Manilla, otro integrante del equipo, destaca que mientras los participantes de Rusia y Polonia usaban como jurisprudencia los casos de la ex Yugoslavia, ellos trazaron comparaciones con la última dictadura militar. Además,
para Franco fue muy importante que el grupo lograra superar los nervios iniciales y ganar confianza con el correr de los días. Mientras que para Federico otra clave fue franquear las barreras culturales: “Cada uno compartía cosas de su propio país”, dice. El equipo argentino se alzó con tres distinciones: Mejor equipo de defensa, Presentación más creativa y Mejor Defensa Oral. Este último es un premio personal que ganó el estudiante Martín Barros. ¿Qué rescatan los chicos de la experiencia? “Aprendimos a hablar mejor, a nivelar la voz y a practicar argumentación, todo en inglés”, dice Franco. A algunos también los ayudó a elegir una carrera universitaria. Martín quiere estudiar Derecho y Natalia Altman ya comenzó Relaciones Internacionales.