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BUENOS AIRES, MIERCOLES 21 de septiembre de 2011

archivo clarín

Los chicos pasan varias horas por día frente a la pantalla. Y la televisión sigue con ellos en la escuela: forma parte de sus conversaciones, de sus juegos y de sus conocimientos previos. Ahora, ¿cómo se la puede aprovechar para educar? Claves para formar espectadores críticos en el aula y en casa. Las propuestas de especialistas y experiencias de docentes. Páginas 2 a 7 DOCUMENTO HISTORICO

Batallones escolares argentinos PAG. 8

La solución es cumplir la ley PAG. 9

Diplomáticos por un día PAG. 12


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>> INFORME PARA DOCENTES Y PADRES archivo clarín

Existe un divorcio histórico entre la televisión y la escuela. Desde las aulas se suele pensar en la pantalla chica como un mero pasatiempo que no les aporta nada a los chicos. Pero los especialistas sostienen que la TV educa constantemente, incluso cuando no se lo propone. En vez de apagar la tele, ¿por qué no mirarla juntos?

En promedio, los chicos de entre 10 y 17 años ven 3 horas diarias de televisión, y la cifra aumenta los fines de semana. El desafío es formarlos para que puedan ser espectadores críticos.

Alfredo Dillon

adillon@clarin.com

E

scena 1: Eva Perón, vestida de negro y desmejorada, dice su discurso del 17 de octubre, sostenida por la cintura por su marido. Escena 2: Una vedette, casi sin ropa y muy saludable, insulta a otra vedette mientras ofrece explicaciones acerca de sus fotos íntimas... que acaban de ver la luz. Entre la primera escena y la segunda pasaron 60 años: exactamente toda la historia de la televisión argentina, desde aquella primera transmisión del acto del Día de la Lealtad en 1951. Seis décadas en las que cambiaron muchas cosas en la TV, excepto una: su divorcio de la escuela. Las últimas cifras del Sistema Nacional de Consumos Culturales indican que, en promedio, los

chicos de entre 10 y 17 años ven 3 horas diarias de televisión. Un 30 por ciento ve cuatro horas o más. Y la cantidad de horas aumenta los fines de semana. “Los chicos viven en un mundo de pantallas: la TV, el celular, la computadora. Pese al crecimiento exponencial de los celulares, la pantalla más importante para ellos en su tiempo libre sigue siendo la tele”, explica Roxana Morduchowicz, directora del programa Escuela y Medios, del Ministerio de Educación nacional. En la Argentina, prácticamente el 100 por ciento de los hogares tienen al menos un aparato de televisión. En muchos de esos hogares, es el único medio de recreación disponible. Pese al auge de Internet, la TV sigue ocupando un lugar fundamental en la vida diaria de los chicos y adolescentes. La “caja boba” va con ellos a la escuela: forma parte de sus conversacio-

Pese al crecimiento de los celulares, la pantalla más importante para el tiempo libre sigue siendo la TV

nes, sus juegos, sus conocimientos previos. Pero, ¿qué hace la escuela con la TV? ¿La incorpora al proceso de enseñanza-aprendizaje, o sencillamente la ignora porque sigue creyendo que la tele es sólo una fuente de estupidización? “Toda televisión educa” “La tele siempre es educativa, se lo proponga o no”, dice Morduchowicz a Clarín Educación, y enumera tres tipos de saberes que circulan en la pantalla: e Saberes cognitivos (por ejemplo, la información que brindan los noticieros o documentales) e Saberes sociales (por ejemplo, aprender de una telenovela cómo invitar a salir a una chica) e Valores (la solidaridad o la justicia pueden discutirse a partir de un noticiero o una ficción) La escuela suele ignorar todos estos saberes, tal vez porque ha quedado históricamente muy li-

gada a lo impreso y lo verbal. Sin embargo, hoy la cultura parece estar cada vez más atravesada por las imágenes. Por eso, docentes y especialistas se plantean nuevas maneras de aprovechar la pantalla chica en los procesos educativos. “El uso inteligente de los medios es el gran desafío de la escuela. Lo ideal sería incluir estos temas de modo transversal, como sustrato de las asignaturas y los contenidos específicos. Hay que educar para el uso de la TV y educar a través de la TV”, afirma Gabriela Fabbro, directora del Observatorio de la TV de la Universidad Austral. Formar estudiantes críticos Dicen que una imagen vale más que mil palabras. La frase señala el poder de convicción que tiene la imagen: parecería que lo visual es garantía de que algo es “verdad”. Por eso, uno de los primeros desafíos es formar espectadores crí-


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>> CONSEJOS PARA PADRES

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Generar un clima de confianza, para que los niños y niñas puedan contar y compartir con los adultos lo que vieron en televisión.

Ubicar la TV en un espacio compartido de la casa, que permita dialogar sobre lo que ven. No dejarlos solos con la tele.

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Contextualizar las imágenes violentas. Aunque lo mejor, por supuesto, es que no las miren. Los adultos deberían garantizar que los chicos vean contenidos portadores de otros valores.

Fijar un tiempo de los chicos frente a la televisión y, si fuera el caso, preguntarles por qué pasan tantas horas frente a la pantalla.

Ricardo Braginski

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Acompañar a los más chicos mientras miran televisión. Esto permite contenerlos ante imágenes difíciles y compartir aquellas que dan placer.

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Invitar a los más chicos a jugar, dialogar y recrear lo que vieron en la televisión es una forma de tomar distancia y poner en palabras el mensaje.

rbraginski@clarin.com

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Todos los mensajes de TV son portadores de valores. El diálogo ayuda a reflexionar sobre ellos y analizarlos: ¿esos valores son los mismos que transmite la familia? ¿o son opuestos? Fuente: Programa Escuela y Medios, Ministerio de Educación de la Nación

fernando de la orden

testimonio 1

maria luz

María Luz Piñeyro 28 años de docencia Vicedirectora de la Escuela N° 21 de Floresta e Necesitamos que los chicos pue-

dan criticar la tele, que tengan juicio crítico. Muchos chicos pasan más horas frente a la pantalla que en la escuela o con los padres. El desafío es formar críticos de TV.

JOSE LUIS

e Se puede trabajar en todos los

niveles. Por ejemplo, propuse un análisis de publicidades de juguetes con chicos de 2° grado, para que supieran detectar los engaños. e No creo en la prohibición. A un

pibe de 7° grado no le podés pedir que no mire un programa. Podés proponerle: “Vamos a mirarlo juntos”, y luego discutirlo en familia. e Antes, la TV era un “cuco” para

la escuela. Se asumía que los chicos eran violentos por mirar televisión. Pero la escuela es una caja de resonancia de la sociedad: si la violencia entra a la escuela, es porque la sociedad es violenta, no sólo porque haya violencia en la TV.

María Luz Piñeyro defiende la necesidad de formar “críticos de televisión” en la escuela.

ticos, para que los chicos pierdan la ingenuidad ante lo que ven en la tele. “Necesitamos que los chicos puedan criticar la TV, que tengan juicio crítico. Nuestro desafío es formar críticos de TV”, opina María Luz Piñeyro, vicedirectora de la Escuela N° 21 de Floresta. Diego Martínez, profesor de Historia en la ESB N° 5 de Lanús, coincide: “La imagen funciona como soporte de verdad. Cuando los chicos ven que un video dice lo mismo que les dije yo en clase, me dicen: Tenías razón, estaba en el video. Parecería que si aparecés en la tele, estás diciendo la verdad”. En este sentido, uno de los desafíos para la escuela es “desnaturalizar” el lenguaje audiovisual, mostrar que las imágenes son siempre construcciones, revelan puntos de vista, tienen intencionalidades: no son neutrales. Para Inés Dussel, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

(FLACSO), “habría que enseñar más sobre cómo se produce un programa de televisión y entender los géneros y los tipos de programas, qué lógicas e intereses operan, qué selección de estéticas y de relatos se produce, qué se quiere generar en la audiencia. Esto se llama alfabetización mediática”. Se trata, en otras palabras, de aprender más sobre el lenguaje de las imágenes. En esta línea, Fabbro propone recurrir al ejercicio crítico de “observar, contrastar, comparar, escuchar otras voces y puntos de vista sobre contenidos exhibidos en el aula”. Y añade: “Analizar la coherencia entre lo que se dice y cómo se lo muestra, focalizarse en cómo se narra también con la imagen y el sonido pueden ser caminos para comenzar a construir una mirada inteligente sobre lo que la televisión nos muestra”. La mejor manera de formar espectadores críticos es hablando

La única manera de formar espectadores críticos es hablando sobre la tele, discutiéndola

sobre la tele, discutiéndola en clase, pensando juntos alternativas para contar las mismas historias de otras maneras. El investigador mexicano Guillermo Orozco Gómez sostiene que “la televisión no es sólo para verse: la televisión es para hablarse” (ver “Las pantallas también enseñan”, en pág. 6). Para Orozco, lo que hace falta “es hablar de la televisión: hablar mientras se está viendo y después, al día siguiente, en la escuela”. El desafío de la “TV basura” Docentes y especialistas coinciden en que toda televisión “educa”: no sólo Discovery Kids o los documentales de National Geographic, sino también Gran Hermano y hasta los programas de chimentos. Las planillas de rating señalan que los programas más exitosos no suelen ser los educativos, sino los que muchos denominan “TV basura”.

La formación de los futuros televidentes El debate es tan antiguo como la misma televisión. Cuanto más se la critica por “basura”, más se la mira. Noche tras noche, son cientos de miles, o millones, los que ven esa televisión. Los mismos que al día siguiente, en una charla de café, la denostan por banal, chabacana, poco “educativa”. Cada día parecemos más confundidos frente a un fenómeno de la cultura popular en continua expansión. Porque aunque se multipliquen las pantallas (computadora, celular y otros nuevos equipos), la televisión sigue disfrutando de un reinado que parece invencible. Pero hay una forma de salir de esta confusión. Y esa forma es precisamente la educación, el conocimiento. La imagen audiovisual –en este caso, la televisiva– no es más que un lenguaje. Una construcción, de cuyas reglas se puede aprender. Como coinciden los especialistas consultados para esta nota de tapa de Clarín Educación, lo peor que podemos hacer es ocultar el tema, callarlo. Cuanto más sepamos de estas reglas, de la intencionalidad de ciertos recortes, de los valores que transmiten, más libres seremos para elegir lo que queremos para nosotros y nuestros hijos. Y en esto, la escuela juega un rol relevante, junto al hogar, claro. Y mucho más ahora que, de a poco, van arribando las computadoras e Internet a las aulas. Tecnologías que permiten trabajar contenidos audiovisuales con más facilidad, y enriquecer lo que habitualmente se ve en la televisión masiva con otra oferta cultural de la Web. El proceso es largo, no será de la noche a la mañana. Pero seguramente con una buena educación audiovisual, las futuras generaciones elegirán de una forma más conciente el contenido de tevé con el que cada uno decidirá entretenerse, informarse y aprender.

Consejo Asesor Tres especialistas contribuyen a definir los temas y el enfoque de las notas en Clarín Educación. Rebeca Anijovich

Especialista y Magister en Formación de Formadores (UBA). Docente en UBA y Univ. San Andrés. Asesora en escuelas argentinas y latinoamericanas.

Guillermo Jaim Etcheverry

Médico y doctor en Medicina (UBA) Ex rector de la UBA. Miembro de la Academia Nacional de Educación

Juan José Llach

Licenciado en Sociología (UCA) y en Economía (UBA). Ex ministro de Educación de la Nación.


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>> informe para docentes y padres estrategias para el aula 1. Aprender a identificar los distintos géneros

2. Las diferencias entre las imágenes de varones y mujeres

3. Aprovechar la ficción para hablar de problemas reales

Es probable que si los chicos tienen dificultades para clasificar un programa, tengan también problemas para comprenderlo. Una propuesta: trabajar sobre las convenciones propias de cada género. ¿Qué diferencias hay entre los programas de ficción y los informativos? ¿Qué pasa cuando se asemejan?

Desde los medios se construyen modelos de identidades masculinas y femeninas, y se proponen determinadas maneras de relacionarse entre los géneros. En casi cualquier programa se puede analizar cómo funcionan las relaciones entre varones y mujeres: ¿Se tratan de igual a igual? ¿Cómo aparecen las mujeres? ¿Qué se valora de ellas? ¿Cuáles son los rasgos positivos y negativos de unos y otros?

La ficción permite trabajar muchas cosas. Por ejemplo: ¿Cómo ingresan los problemas de la realidad a las telenovelas o las series? ¿Se habla de política, de drogas, de trata de personas, de enfermedades? ¿Qué diferencia hay entre lo verdadero y lo verosímil? ¿Cómo se logra la verosimilitud en la tele?

emiliana miguelez

testimonio 2 Diego Martínez 7 años de docencia Profesor de Historia En 1°, 2° y 3° año de la ESB Nº 5 Villa Diamante - Lanús

JOSE diego LUIS

e Para trabajar en clase me sirven

mucho los programas de Canal Encuentro. Me los bajé de Internet: abordan temas acotados en poco tiempo. En general son videos de 25 minutos que te permiten interrumpir, cortar y debatir en clase. e Con las netbooks estamos tran-

sitando un cambio revolucionario. Ahora podemos no sólo ver un video o una película con el proyector, sino que con un doble clic los chicos se lo llevan a su casa. e Tampoco se trata de trabajar

sólo con lo audiovisual. En algunos barrios, los únicos textos que los pibes van a leer son los que les demos nosotros. El medio no debería ser la única herramienta. e Otro desafío es mostrarles a

los pibes que ellos no son lo que la tele muestra. Yo les pregunto: “¿Ustedes son todos chorros, maltratan a los docentes, no son capaces de otra cosa?”. Los pibes de la escuela no son los que aparecen en la tele. Yo veo a otros pibes. Diego Martínez, profesor de Historia, destaca que las netbooks introducen nuevas maneras de ver tele y de acceder a los contenidos audiovisuales.

Marcela del Pozo, profesora de Antropología Filosófica en el Instituto Nuestra Señora del Rosario, apunta: “Lo audiovisual permite mostrar valores y anti valores. A partir de ciertos programas se puede trabajar, por ejemplo, la falta de escrúpulos, el pudor, lo privado y lo público, la tergiversación y la dinámica del rumor”. En estos casos, la tarea consistirá en enseñarles a los estudiantes a interpretar los programas de TV que miran, aprender a “leerlos”. Por otra parte, formar espectadores críticos no significa inculcar en los alumnos una lectura

“correcta” de los programas, ni imponerles qué es lo que deberían interpretar. Dussel advierte: “No se trata de censurar ni de imponer una sola forma de ver tele. Creo que el mejor verbo es ‘enriquecer’. No se puede imponer que a la mayoría de la gente le guste un programa y no otro; y aunque la escuela lo quiera, no puede y no debe hacerlo, sería antidemocrático. Pero sí puede ayudar a que los chicos y adolescentes conozcan otras estéticas que circulan menos por los canales comerciales, y sí puede ayudar a traer otros debates”. Para esta especialista es mu-

Hay programas que directamente es mejor que los chicos no vean, sobre todo si son niños. A veces hay que decir no

cho más productivo llevar al aula otras opciones que los chicos no consuman en su casa, en lugar de trabajar a partir de los programas que todo el mundo ve. Pero incluso aquellos docentes que defienden la posibilidad de aprender de la tele –aunque sea “por la negativa”– reconocen que tiene que haber un límite. “Hay programas que directamente es mejor que los chicos no vean, sobre todo si son niños. Ahí es tarea de los padres fijar las pautas y explicárselas a sus hijos. A veces hay que decir que no. Y cuando los chicos están en primaria, lo mejor

es que no tengan el televisor en el cuarto: que miren tele en la cocina, en el comedor o en los lugares de circulación colectiva”, recomienda Morduchowicz. Casi todas las fuentes consultadas mencionaron varios programas de alto rating como portadores de contenidos que la escuela debería criticar, reorientar y contrarrestar. Dussel suma otro elemento: el sensacionalismo, que “nos acostumbra a ver imágenes horrorosas y excesivas”. “Me parece mucho más complicado un noticiero sensacionalista, que enseña que ‘eso’ es el mundo y poco


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4. Analizar cómo la TV refleja a los chicos

5. La privacidad

6. Incentivar la crítica y proponer otras opciones

Las representaciones son construcciones que muestran una determinada interpretación de la realidad. ¿Qué representaciones de niños y adolescentes suelen aparecen en los noticieros o las series? ¿Los chicos se identifican con esas representaciones? ¿Cómo creen ellos que deberían ser mostrados?

Los límites entre lo público y lo privado pueden ser un tema de discusión y un disparador para que los chicos escriban y opinen. ¿Por qué interesa tanto la intimidad?

Hay programas que pueden servir para trabajar anti valores, o para que los estudiantes aprendan a fundamentar por qué están o no de acuerdo con determinados contenidos. Pero al docente se le plantea también el desafío de ampliar la oferta cultural y llevar al aula otras propuestas más enriquecedoras.

Juano Tesone

testimonio 3

marcela JOSE LUIS

marcela del pozo 24 años de docencia profesora de antropología y psicología en el instituto ntra. señora del rosario - Belgrano e Miro mucha tele; grabo los pro-

gramas que me interesan y llevo al aula los videos. Suelo preparar guías para trabajar en clase. e Veo incluso los programas

“malos”, para poder opinar con fundamento. Es una forma de estar más cerca de los chicos y de poder darles respuestas. A veces, por esnobismo, desde la escuela se desprecia todo lo que ofrece la TV. e La ficción permite abordar

muchos contenidos. En Psicología, trabajamos el autismo a partir de la serie Nueve lunas y El elegido. e Se pueden trabajar los anti

valores, la falta de escrúpulos, el pudor, lo privado y lo público, la tergiversación y la dinámica del rumor. También en Psicología podemos analizar las conductas neuróticas de las divas. e La televisión permite acercar la

escuela al mundo cotidiano de los chicos, para que no sean compartimentos estancos. Marcela del Pozo reivindica el valor de muchas de las propuestas que ofrece la televisión. “Muchas veces se critica todo por esnobismo”, señala.

puede hacerse para cambiarlo, que un programa de entretenimientos que no tiene pretensiones de educar ni de informar”, sostiene. Las miradas sobre los jóvenes Otro problema que plantean los programas sensacionalistas es la imagen que proyectan de niños y adolescentes. Los especialistas señalan la importancia de que la televisión refleje todas las realidades de chicos y chicas, que no los muestre siempre como adictos, alcohólicos o violentos. Según una investigación del Observatorio de la TV, el 43,2% de las noticias que

tienen que ver con niños, niñas y adolescentes se refieren a hechos de violencia, que muestran a los chicos como víctimas o victimarios. Fabbro se pregunta: “Pensando que en Argentina hay casi 15 millones de chicos menores de 18 años, ¿no hay otras noticias o imágenes de chicos que la TV podría ofrecer?”. Los docentes consultados aseguran que los estudiantes que ellos tienen en las aulas no son los que aparecen en la televisión. La gran mayoría, dicen, no son violentos ni apáticos, sino que sueñan con un futuro digno y una vida mejor. Son

Los docentes aseguran que los estudiantes que ellos tienen en las aulas no son los que aparecen en la televisión

varios millones, pero no tienen reflejo en la pantalla. Fabbro concluye: “Es importante que los niños y adolescentes se identifiquen con lo que ven en la tele, con sus problemáticas y su vida cotidiana. Así, viéndose, escuchándose, observando cómo otros resuelven problemas que ellos también tienen, se motivarán y podrán apropiarse de la televisión”. En definitiva, de eso se trata: que el lenguaje audiovisual sea aprovechado como una herramienta más; que los chicos se apropien de las imágenes para ampliar sus miradas sobre sí mismos y sobre el mundo.

su opinión ¿Cómo lograr que la televisión sea una aliada en el proceso de enseñanza-aprendizaje? ¿Es posible realmente aprovechar los programas que les gustan a los chicos? ¿O lo mejor que se puede hacer con la TV es apagarla? Invitamos a los lectores de Clarín Educación a compartir sus experiencias y enviar sus opiniones sobre este tema a nuestra dirección de correo electrónico: educacion@clarin.com


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>> informe para docentes y padres entrevista a guillermo orozco gómez

Las pantallas también enseñan El investigador mexicano, especialista en medios y educación, afirma que la televisión siempre educa. Recomienda hablar sobre lo que los chicos ven en la tele, y dice que “la basura hay que reciclarla”. guillermo rodríguez adami

Alfredo Dillon

Un seminario para jóvenes en Ideas del Sur

adillon@clarin.com

G

uillermo Orozco Gómez es especialista en medios y educación. Una conjunción que, a primera vista, puede parecer difícil de congeniar. Pero Orozco Gómez, doctor en Educación por la Universidad de Harvard, profesor en la Universidad de Guadalajara y autor de más de 25 libros, está convencido de que se puede aprender muchas cosas de las pantallas. Durante su visita a Buenos Aires en el marco del Festival Internacional de Cine Nueva Mirada, el especialista mexicano dialogó con Clarín Educación. –Uno de sus libros se llama Alumnos, Maestros y Pantallas. ¿Qué cosas “enseña” la TV? –Yo creo que se puede aprender cualquier cosa de la televisión, excepto lo que se enseña en la escuela. La televisión ofrece información, modelos, intercambio de emociones... todo eso educa. –¿O sea que la televisión es siempre “educativa”? –Cualquier televisión educa, aunque no se lo proponga: aunque no tenga la etiqueta de “educativa”, la TV siempre ejerce un impacto en la educación. El punto es quién decide qué es lo educativo. ¿El que hace un programa, o quien saca provecho educativo de él? En muchas investigaciones constatamos que lo educativo no sólo es definido por el productor o el educador: es definido por el educando. Por ejemplo, yo entrevisté a muchas madres de familia de diferentes estratos sociales. Muchas de esas madres me han repetido: “Yo le digo a mi hija, ahora que tiene novio, que vea la telenovela, para que aprenda cómo comportarse con él y sepa darse su lugar en la relación”. El productor de la novela no esperaba tener semejante acogida por parte de un sector de la audiencia que define eso como “educativo”. Y lo define como educativo no para pasar al siguiente año de la escuela, sino para la vida. –¿Por qué es tan fuerte ese impacto de la tele? –Porque es un lenguaje más integral que el del libro. Un lenguaje que integra imagen, sonido, voz, palabra; integra las emociones, las sensaciones y la razón. Al involucrar todas estas dimensiones, lo que se ve en la pantalla tiene mayor potencial de afectación. Eso no quiere decir que siempre afecte, o que afecte a todos, o que lo haga directamente, ni de manera clara e inmediata, ni para siempre.

Con el objetivo de introducir a los jóvenes en el mundo de la televisión y de brindarles sus primeras herramientas de producción audiovisual, Ideas del Sur organiza un seminario dirigido a chicos que hayan terminado recientemente la escuela secundaria. En la actualidad están participando de las clases dos grupos de 30 personas cada uno. Son 12 encuentros en los que se abordan las distintas etapas de la producción: desde el proyecto hasta la post-producción, pasando por la confección del presupuesto y las diferencias entre los distintos géneros audiovisuales. Orozco Gómez advierte que la TV puede educar de maneras insospechadas: todo depende del espectador.

cifras Pese a la llegada de Internet y los celulares, la televisión sigue ocupando un lugar central en la vida diaria de niños y adolescentes.

100%

De los hogares argentinos tiene al menos un televisor. El 65% tiene dos o más aparatos.

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Horas diarias miran, en promedio, los chicos de entre 10 y 17 años. Un 30% ve cuatro horas o más.

40%

De los jóvenes de entre 11 y 17 años tienen un televisor en su cuarto. Esto hace que pasen más tiempo solos.

48%

De los jóvenes hacen la tarea mientras miran televisión. Otros escuchan música o hablan por teléfono. FUENTE: R. Morduchowicz (2008)

–¿Cómo intervenir cuando lo que muestra la tele se opone a lo que enseñan familia y escuela? –Todos los que tienen una intención educadora deberían intervenir. La escuela generalmente se ha lavado las manos, ha asumido que, como se ve en casa, la televisión queda bajo responsabilidad de la familia. Lo cual ha sido un error histórico. Yo siempre repito que la televisión no es sólo para verse: es para hablarse. Lo que nos ha faltado es hablar de la televisión: hablar mientras se está viendo y después, al día siguiente, en la escuela, cuando los niños están jugando a su héroe favorito o repitiendo el capítulo de la serie a los que no la pudieron ver. Es decir que la televisión está en la escuela: los estudiantes la llevan. Y no sólo de manera pasiva, sino de manera muy activa: informando sus diálogos, sus interacciones, sus juegos, y siendo objeto de intercambio de significados. Ahí se resignifica la primera significación que le dio cada uno en su casa. –Hablando de la casa, ¿cómo acompañar a los chicos, si es imposible controlar todo lo que ven? –Está bien, no podemos estar cien por ciento con ellos, pero de vez en cuando hay que saber qué están viendo. Como padres, si queremos acompañar el desarrollo emotivo, intelectual, ideológico, axiológico de nuestros hijos, tenemos que saber qué es lo que están consumiendo. Lo que importa no

es tanto comentar cada programa, sino ver a ellos qué les dejó, qué sacaron de ahí, cómo lo asimilaron. Y, en todo caso, reorientar, aconsejar, sugerir otro punto de vista. Los niños y los adolescentes están, por su edad, deseosos de tener referentes. Cuando los referentes sólo vienen de las pantallas, pues esos serán los referentes. Y nosotros nos perdemos la oportunidad. –Si toda televisión educa y brinda referentes, ¿qué habría que hacer con la llamada “TV basura”? –Hay que hacer lo que se hace con la basura, sea real o simbólica. Primero: yo creo que debe haber algún límite. Hay cosas que no tenemos por qué ver ni soportar, no porque sean malas o buenas, sino porque ¿para qué queremos eso? El respeto por las audiencias debe ser el límite. Hay un libro del filósofo Steven Johnson, Todo lo malo es bueno para ti, que habla de eso: lo que hay que hacer es reciclar la basura. Tomarla para hacer pensar, hablar sobre esto, hacer que se vaya tomando conciencia de por qué eso gusta o no gusta. Yo creo que se puede educar casi con cualquier material. María Montessori, la famosa pedagoga italiana, empezó a educar en tiempos de guerra. No había material didáctico: toda su creatividad fue con desechos. Tomó la basura, y con eso armó una propuesta de materiales didácticos para aprender Matemática, idiomas... Yo creo que hay que perderle el miedo a la basura.

sitios web

http://oteve.wordpress.com Blog del Observatorio de la Televisión de la Universidad Austral. Incluye recursos didácticos, entrevistas, reseñas, encuestas y una selección de enlaces para docentes y padres. www.me.gov.ar/escuelaymedios Página del Programa Escuela y Medios, que depende del Ministerio de Educación de la Nación. Tiene material de capacitación para docentes e información sobre consumos culturales de niños, niñas y adolescentes. www.observatorioapci.com.ar Web del Observatorio Nacional del Audiovisual para la Infancia y la Adolescencia. Ofrece publicaciones actualizadas, artículos, videos y materiales elaborados por los más chicos.


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Sólo apto para los más chicos Los responsables de la programación de los canales infantiles enfrentan el desafío de atraer a su público y lograr que se identifique con las propuestas que ofrecen. El reto de entretener y educar a la vez. Luciana Aghazarian

La necesidad de llegar a todos

Especial para Clarín

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o reemplaza ni educa, es un disparador. En estos términos coinciden los responsables de programación de los canales infantiles a la hora de pensar su rol en la formación de los chicos argentinos. Ahora, ¿puede un programa de televisión plantearse un rol pedagógico? Algunos canales infantiles toman en serio este desafío: además de hablarle a su público, dialogan con los padres e interactúan con la escuela. En la actualidad, muchos de esos programas pueden bajarse desde el celular o la computadora, lo que permite que la televisión se cuele por la ventana del aula y llegue a la escuela con mayor potencia. Lograr la atracción e identificación por parte de chicos y jóvenes es el primer paso para cautivarlos y acercarse al objetivo pedagógico: “despertarles una idea o una vocación”, “ayudarlos a construir un pensamiento crítico”, “motivarlos en el desarrollo de algún área de conocimiento”. Ángela Recio Sondon, vicepresidenta de Discovery Kids, dijo a Clarín Educación: “Buscamos temas y personajes que los niños puedan identificar con experiencias de la vida real; al mismo tiempo, no perdemos la perspectiva de que estamos programando un canal que también debe ser entretenido y divertido”. En la misma línea, Cielo Salviolo, directora de Pakapaka, comenta: “Nos proponemos ser una herramienta para acompañar el proceso de aprendizaje del aula, pero también nos interesa que a los chicos les resulte atractivo, por eso no solo trabajamos contenidos de la currícula sino otros aprendizajes que tienen que ver más con lo emocional: la relación con los amigos, la familia, así como la imaginación, el juego, la creatividad”. Los canales estatales ponen el énfasis en la producción nacional y en todo lo que ello conlleva: “Los contenidos –detalla Verónica Fiorito, directora de Encuentro– deben ser plurales; prestamos atención no sólo a Buenos Aires sino a toda una agenda nacional”. Los sitios web suelen ser un punto de contacto entre el mundo infantil y el de los adultos. Desde allí, los canales les proporcionan a padres y docentes herramientas para que puedan trabajar los contenidos. “Sabemos que las preguntas que planteamos se completan cuando la tele se apaga”, asegura Salviolo. La historia de Las Leonas o las excursiones de Zamba

¿Son suficientes los programas educativos dirigidos a los más pequeños? ¿Llegan a todos los niños por igual? ¿Qué limitaciones hay? Sara Shaw de Critto, presidenta de Fund TV –ONG que promueve el análisis del impacto educativo de la televisión­–, dice: “Argentina fue pionera en programas para la infancia,

y ahora existe sólo un 6% de programación de aire dirigida a chicos, porque se considera que los canales de cable están abocados a eso. Pero muchos chicos no tienen cable”. Para De Critto, el gran desafío es que la programación educativa esté al alcance de todos, ya que “la TV puede ser un fuerte estímulo intelectual”.

Angelina Ballerina, una serie que transmite la importancia del esfuerzo.

Los “efectos nocivos” de Bob Esponja

Zamba, un personaje que viaja en el tiempo y aprende sobre la historia.

De acuerdo con un estudio de la Universidad de Virginia que se publicará en octubre en la revista especializada Pediatrics, la serie de dibujos Bob Esponja perjudicaría el rendimiento cognitivo de los niños de cuatro años. Según esta investigación, alcanza con nueve minutos de exposición para que los chicos pierdan capacidad de atención y concentración y se vuelvan más impulsivos. Los autores del estudio explicaron que el efecto nocivo se debe al ritmo desenfrenado de los capítulos de la serie de Nickelodeon. Señalaron que el cerebro inmaduro de un chico de cuatro años se ve “desbordado” ante la avalancha de estímulos que emite la pantalla. El estudio analizó el rendimiento cognitivo de un grupo de niños y niñas inmediatamente después de ver un fragmento de nueve minutos de Bob Esponja, y los comparó con niños que habían visto un fragmento de Caillou (otro dibujo animado) o que habían estado dibujando. En todos los tests, “los niños que habían visto Bob

Aventuras con los Kratt, inspiración para futuros científicos.

–un dibujo animado que viaja en el tiempo para explicar la Revolución de Mayo y otros procesos históricos– son ejemplos de las series más requeridas por los maestros a las dos señales del Ministerio de Educación de la Nación, que edita las colecciones para distribuirlas en colegios de todo el país. En el caso de Discovery Kids, el objetivo es que los niños se entretengan e incorporen conocimientos respecto de pautas de alimentación, el cuidado del medio ambiente y la naturaleza, entre otros. Angelina Ballerina, por ejemplo, es una serie que transmite la importancia de esforzarse al máximo

para alcanzar las metas deseadas, aprendiendo siempre de los errores. Los episodios también están destinados a estimular la curiosidad y fomentar el pensamiento independiente con Sid, el niño científico o las Aventuras con los Kratt, que inspiran a la nueva generación de científicos e ingenieros. Similar meta dice perseguir Tecnópolis TV, el canal que lanza en octubre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación: “Buscamos despertar vocaciones, estimular a que estudien ciencia”, dice su directora, Cecilia Moncalvo. “Aspiramos a mostrar dónde hay oportunidades; con piezas anima-

das, en formato videoclip y pocas palabras. Queremos mostrar cuán actualizados están algunos valores y cuán caducos algunos arquetipos de lo que es un científico.” Los especialistas coinciden en que una televisión “despertador” es posible. Motivar a chicos y jóvenes a hacerse preguntas, ser curiosos, reconocerse aptitudes, pensar y resolver problemas cotidianos. Ésta es la clave para las señales que progresivamente se desprenden del mote negativo que por años estigmatizó –y lo sigue haciendo– a la TV, para introducirse de a poco en el ámbito educativo y generar material útil para la escuela.

Esponja obtuvieron la mitad de puntuación que los otros”, señaló Angelina Lillard, una de las investigadoras. Las conclusiones no aclaran hasta qué edad puede ser perjudicial exponerse a las aventuras de esta simpática esponja parlante. “A medida que los niños crecen, pueden manejar mejor los estímulos”, aseguró Lillard.


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> álbum de fotos

Batallones escolares argentinos Un documento histórico inédito, al que tuvo acceso Clarín Educación, muestra las formaciones militares escolares que el Gobierno Nacional impulsó hacia fines de la década de 1880. Los motivos.

Abel Alexander

historiador de la fotografía. sociedad iberoamericana de historia de la fotografia.

H

acia la década de 1880 un significativo cambio se produjo en la enseñanza pública argentina. Establecida Buenos Aires como flamante capital de la república, el Gobierno Nacional impulsó la celebración de fechas fundacionales en las escuelas –como el 25 de Mayo o el 9 de Julio– otorgándoles un tinte más oficial y solemne. En este marco, promovió y apoyó la creación de los denominados “batallones escolares”, donde aunó la enseñanza con las prácticas y los ejercicios militares. Las inusuales formaciones fueron retratados, a fines de esa década, por el célebre fotógrafo argentino Samuel Boote (18441921) dentro de la serie porteña Vistas de Escuelas Comunes. Tres de esos registros fotográficos fueron recientemente halladas por la Fototeca Benito Panunzi de la Biblioteca Nacional. Y dos de esas históricas fotografías son las que ilustran esta página. La extraña estrategia en la enseñanza pública decimonónica fue con el tiempo absolutamente olvidada, inclusive en el mundo educativo. Por eso tiene tanto valor el hallazgo de estos documentos históricos. Varios factores confluyeron en la creación de tan especiales agrupaciones militares; la perentoria necesidad de impulsar la “enseñanza patriótica”, como ratificación del sentimiento nacional frente al abrumador fenómeno inmigratorio europeo; las crecientes tensiones militares con Chile por cuestiones limítrofes; y la necesidad de organizar la nacionalidad a través del pasado histórico y sus principales símbolos. En aquellos desfiles patrios los niños guerreros generaban un enorme entusiasmo popular, marchando con gallardía y perfecta marcialidad al compás de sus propias bandas militares –que incluían muchos afroargentinos– encabezados por oficiales, abanderados y hasta pequeños cañones Krupp. Frente a la creciente oposición de maestros y pedagogos, los batallones escolares se disolvieron a fines del siglo XIX.

Samuel Boote. “Batallones Escolares” Formación militar. Buenos Aires. Circa 1889. Fototeca “Benito Panunzi”. Biblioteca Nacional.

Samuel Boote. “Batallones Escolares” Formación militar. Buenos Aires. Circa 1889. Fototeca “Benito Panunzi”. Biblioteca Nacional.


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La solución es cumplir la ley El primer paso para empezar a mejorar la calidad educativa en la Argentina es garantizar la vigencia efectiva de todos los artículos de la Ley de Educación Nacional. juan m. tavella

Manuel Álvarez Trongé abogado. Presidente de la Asociación Civil Proyecto Educar 2050.

E

n la Argentina de hoy, sólo 31 de cada 100 alumnos que comienzan primer grado terminan la secundaria (fuente: CIPPEC) y, lo que es más grave, de los que permanecen y son evaluados a los quince años de edad, más de 50% no comprende lo que lee, ni puede resolver ejercicios simples de matemáticas ni de ciencias (fuente: OCDE, exámenes 2009). Estos datos se dan en un contexto de medidas acertadas y valiosas adoptadas por el Poder Legislativo y el Ejecutivo en estos años. Entre otras, merece destacarse que: a) se ha dado cumplimiento a la obligación de incrementar la inversión educativa (art. 4 Ley 26.075) y el país ha alcanzado una suma histórica: 6,4% del PBI; b) se dictó en el año 2006 una nueva ley de Educación Nacional (26.206) que en sus 144 artículos asegura el derecho constitucional de aprender y enseñar; c) la Asignación Universal por hijo ha impactado en un crecimiento de la matrícula escolar; d) el canal Encuentro, como el lanzamiento del plan de una computadora por alumno, son estímulos extraordinarios para educar con buenos contenidos y tecnología. El problema es que, tal como anticipamos, pese a estos esfuerzos la educación en Argentina no mejora. Esta conclusión se confirma cuando evaluamos lo sucedido en la última década. Veamos Latinoamérica: la UNESCO realiza en la región, a través del Laboratorio Latinoamericano de Calidad Educati-

Aún no se cumplió la meta de jornada extendida que fija la ley 26.075.

trata de cumplir aquellas leyes que no se está cumpliendo. Veamos algunos ejemplos. La meta de más horas de clase, la jornada extendida fijada en la ley 26.075 y que priorizaba a los sectores sociales más desfavorecidos, no se cumplió; así como tampoco se cumplen los 180 días de clase obligatorios. Hay disposiciones categóricas de la Ley de Educación Nacional, dictada ya hace 5 años, que tampoco están siendo cumplimentadas. Dice la ley: “El Estado debe garantizar las condiciones materiales y culturales para que todos los alumnos logren buena calidad” (art. 84), y para asegurar esa calidad obliga al Ministerio de Educación (art. 85) a “dotar a todas las escuelas de los recursos materiales necesarios para garantizar una educación de calidad, tales como la infraestructura, los equipamiento científicos y tecnológicos, de educación física y deportiva, bibliotecas y otros materiales pedagógicos priorizando aquellas (…) situaciones sociales más desfavorecidas”. Incluso lo obliga a que “los docentes con mayor experiencia y calificación se desempeñen en las escuelas (...) en situación más desfavorable” (art. 83). Estos son sólo algunos ejemplos de disposiciones que no se cumplen como corresponde. A lo que apunta esta reflexión no es a una auditoría sino a una invitación: a comenzar por pedir que se cumpla la ley ya, fiel e integralmente. Es por algo que la Ley 26.206 define a la educación como una “prioridad nacional” (art. 3) y establece, entre otras muchas garantías, la “responsabilidad principal e indelegable” del Estado Nacional, las provincias y Ciudad de Buenos Aires “en proveer una educación de calidad para todos”. Empecemos por pedir que la ley se cumpla. No hay nada más urgente. Hagámoslo como ciudadanos preocupados por el futuro. Ocupémonos.

va, evaluaciones desde el año 1996 (PERCE). Ese año la Argentina se ubicó segunda (detrás de Cuba) y, once años después (SERCE 2007), descendió a la posición sexta. A nivel mundial, las pruebas de calidad se vienen realizando desde el año 2000 y muestran que la Argentina se ha estancado. No ha mejorado en nada. Sus resultados en comprensión lectora indican que el puntaje promedio de 2009 fue el mismo que al comienzo del siglo (con el agravante de que, en la última evaluación, hay un 11% de alumnos que están por debajo de 0 en la calificación), y esto ha conducido al país a estar entre los últimos de la tabla de países evaluados (puesto 58 de 65) y séptimos entre los países latinoamericanos (de-

trás de Brasil, Colombia, Trinidad Tobago, México, Uruguay y Chile – fuente: PISA 2009). Pues bien, frente a este escenario los argentinos nos debemos una reflexión. Los alumnos que abandonan la escuela por cientos de miles y los datos de las evaluaciones que refieren que más del 50% no alcanza niveles mínimos, nos están indicando que estamos frente a un problema de aprendizaje grave. La pregunta obligada es ¿qué podemos hacer? No hay una sola respuesta. Hay un conjunto de medidas que deben adoptarse. Pero hoy queremos focalizar en una. Porque es una de las causas por las cuales tenemos una “indigencia educativa” y sería una de las vías para mejorar. Se

Capaces de aprender ecología

Debaten sobre Diez finalistas tecnología en el aula esperan su premio

Está abierta la inscripción al programa Crear Conciencia 2012. Consiste en la formación universitaria en educación ambiental de jóvenes con discapacidad intelectual. Se dicta en las universidades Católica Argentina, San Andrés, Austral y Torcuato Di Tella. Dura dos años. Informes: 4803-9050 o www.cascosverdes.org.

Desde el 1° de septiembre se está realizando el encuentro virtual EducaRed, de la Fundación Telefónica, en el que unos 7.500 docentes de 11 países intercambian experiencias sobre la introducción de nuevas tecnologías en la educación. Los docentes pueden participar en http://encuentro2011.educared.org

Formar y formarse en la enseñanza. Gloria Edelstein. Paidós. $82 Invita a pensar la profesión docente en términos complejos. Apunta a una formación que prepare a los docentes para reflexionar acerca de sus propuestas y para evaluar las consecuencias de sus acciones. La autora es doctora en Educación, especialista en Didáctica y profesora de distintos posgrados.

Redes 31. Revista de estudios sociales de la ciencia. Director Pablo Kreimer. UNQ. $20 Para los interesados en los estudios sociales de la ciencia, distintos autores abordan temas relacionados con Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) desde diferentes perspectivas. Publicación de la Universidad de Quilmes, que busca ser un espacio de investigación, debate y reflexión sobre los procesos asociados con la producción, el uso y la gestión del conocimiento científico y tecnológico.

AGENDA

El prejurado del premio ClarínZurich a la Educación ya seleccionó a los 10 finalistas de esta edición que distingue proyectos pedagógicos destinados a mejorar la enseñanza de las Ciencias Naturales en la secundaria. El proyecto ganador será premiado con 120 mil pesos. En los próximos días, se conocerán los ganadores.

Noches de laguna llena. Silvia Paglieta. Ilustraciones de Leo Arias. Abran cancha. $29 Pequeña novela de animales que inventan cuentos, leyendas, chistes y piropos. Una coipo, una gallareta, una garza, teros, patos, una paloma, una lagartija y un cuisito comparten la noche y se cuentan historias. Con coloridas ilustraciones. Humor gráfico y verbal, para divertirse con los chicos.


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> enfoques

Gimnasia para la mente Unos 180 mil alumnos aprenden ajedrez en las escuelas argentinas. El juego milenario mejora la concentración, estimula la creatividad y desarrolla la memoria. Federico Kukso

Especial para Clarín

U

n tablero, 64 casillas, 16 piezas blancas, 16 negras e infinitas combinaciones. Desde épocas tan lejanas como olvidadas, el ajedrez fue siempre el gran simulador del mundo. Batalla en miniatura, competencia mental y gran metáfora de la realidad, este juego, deporte o ciencia (o, mejor, todo esto junto) dejó de ser con los años exclusivamente aquella arena en la que grandes genios como Gari Kasparov, Anatoli Karpov, Bobby Fischer y hasta la computadora Deep Blue alguna vez se sacaron chispas. Con los años también se coló en las escuelas y demostró ser una herramienta pedagógica de efectos insospechados. Quienes enseñan a jugar ajedrez aseguran que mejora la concentración, estimula la creatividad y la imaginación, desarrolla la inteligencia y la memoria en sus estudiantes. Los peones, caballos y alfiles se mueven (y caen) en más de 6 mil escuelas e involucra a 180 mil alumnos y 5 mil docentes, según datos del Programa Nacional de Ajedrez Educativo del Ministerio de Educación de la Nación que

Las claves de la enseñanza “El plan diario debe constar de una explicación sobre algún aspecto del juego de entre 15 a 25 minutos y luego una práctica sobre los tableros”, explica Sergio Quiroga, del Programa Ajedrez Escolar Inicial de la Universidad de La Punta, San Luis, que agrega estos consejos para la enseñanza del ajedrez. – Si el profesor dispone de una amplia formación ajedrecística y pedagógica lo puede vincular con todas las materias curriculares. – Ver películas sobre aspectos del juego, como Chess, La Defensa Luzhin, En Busca de Bobby Fischer, Geris Game, Jaque al Asesino y La Diagonal del loco. – Dar clases de hasta 120 minutos y con grupos de no más de 30 alumnos. – Se puede empezar con algo del juego a los 5 años. – Los chicos pueden jugar online en sitios como www. jaquemate.org, http:// playchess.com o www. buho21.com.

Los especialistas recomiendan enseñar con películas, como el delicioso corto Geri’s Game, de Pixar.

desde 2004 provee a las escuelas de juegos de ajedrez, pizarrones magnéticos y libros; y dicta cursos y organiza torneos intercolegiales. Desde 1989, este juego además es el más elegido por los alumnos en las materias extracurriculares de la ciudad de Buenos Aires. Ya en 1995 la UNESCO reco-

mendaba la incorporación del Ajedrez como materia educativa tanto en la enseñanza primaria como en la secundaria. Pedagogos, profesores y hasta neurocientíficos lo saben bien: el ajedrez es un verdadero gimnasio para la mente. Aún estamos lejos de alcanzar a países como Cuba, Venezuela,

Rusia y Armenia donde, además de ser una obsesión nacional, el ajedrez es materia obligatoria y se enseña desde los seis años. Aún así tenemos como ventaja nuestra importante historia ajedrecística. “En la década de 1950, la Argentina llegó a ser la segunda potencia de ajedrez. Tuvimos gran-

des figuras como Oscar Panno, el mejor jugador argentino de todos los tiempos –señala el historiador José A. Copié, en Historia del Ajedrez Argentino–. Los mejores lugares para aprender a jugar son los clubes y las escuelas. Ahí, entre tableros, relojes e ilusiones, es donde se vive y respira ajedrez”.


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|| Clarin || educacion || MIERCOLES

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> experiencias Alfredo Martínez

Diplomáticos por un día Más de 130 jóvenes de entre 15 y 18 años participaron en un modelo de simulación de las Naciones Unidas en la Universidad Di Tella. Tras una capacitación en oratoria y temas jurídicos, debatieron los grandes problemas internacionales. Cada participante representa la posición de un país diferente. Para eso, no sólo tiene que estudiar las características y problemas de ese país, sino que muchos se caracterizan en función de cada cultura.

Señor presidente, pido el derecho a réplica”. El reclamo, formal, enérgico y protocolar, no proviene de un diputado sino de los labios de un adolescente decidido a defender con uñas y dientes la posición del país que representa ante las Naciones Unidas. O mejor dicho, ante la recreación de este organismo internacional que, por segundo año consecutivo, organizó la Universidad Torcuato Di Tella. Como el objetivo de esta práctica es apuntar a la excelencia, los alumnos secundarios que desean participar del Modelo de Naciones Unidas (MNU) pasan previamente por un proceso de preselección.

Además, la universidad los capacita. “Los entrenamos en oratoria, para que puedan expresar sus ideas con claridad y soltura, y también los preparamos en temas jurídicos”, explica Martín Hevia, director de la carrera de Abogacía en Di Tella y coordinador del modelo. Para inscribirse los chicos deben tener entre 15 y 18 años. Nicole Brewer y Agustín Viñaval tienen 17 años y cursan en la Escuela San Pablo, en la ciudad de Salta. Para ellos lo interesante de venir a Buenos Aires y participar en esta simulación es que aprenden temas distintos a los que ven día a día. “Son cosas que están fuera de nuestra vida cotidiana y, sin embargo, son muy importantes en el mundo. Las capacitaciones que hicimos vía Skype también fueron interesantes”, cuenta Agustín.

el próximo

El miércoles que viene, en Clarín Educación, un informe completo sobre el bullying, una tendencia cada vez más frecuente en las escuelas. Cómo encarar en el aula los conflictos entre los chicos. Los motivos más frecuentes y las estrategias para abordar el problema.

Sebastián Tabakman Especial para Clarín

En conflicto El Modelo de Naciones Unidas se realizó durante dos jornadas de casi 7 horas. En el segundo día, los presidentes propusieron tratar una crisis. El objetivo era evaluar cómo los chicos respondían en un momento de conflicto, y qué tan hábiles eran para cambiar de discurso sin contradecirse. Aquellos que lograron convencer al jurado con propuestas firmes, obtuvieron un importante plus de cara al gran premio que otorgó la Universidad Torcuato Di Tella.

El MNU premió a los cuatro participantes que más se destacaron con una beca completa para estudiar en Di Tella. Los chicos debían exponer las posturas de sus respectivos países sobre temas como derechos humanos, el tráfico de personas, la inmigración y la marginalidad, entre otros. “Me encanta tener la posibilidad de expresarme, que mi palabra tenga un peso, que todos escuchen atentamente y tratar temas muy actuales. Por ejemplo, a mí me tocó defender a Francia. Y tuvimos que hacer un discurso sobre todo lo que ocurre en Libia tras el régimen de Kadhafi. Te da una gama de conocimientos muy amplia”, dice Milagros Fraga, que tiene 15 años y estudia en el Instituto Juvenilia, de Mar del Plata. Muchos de los jóvenes se prepa-

raron también desde lo teatral para sorprender a los jurados. Un claro ejemplo es el de Manuel López, un chico de 17 años que se mantuvo durante todas las sesiones con un cuello clerical y la vestimenta típica de un sacerdote para defender a la Santa Sede. “Desde la Universidad Torcuato Di Tella, lo que intentamos es que los participantes disfruten y aprendan mientras participan del Modelo de Naciones Unidas. Para nosotros la universidad es una continuación de la secundaria, y queremos que los chicos lleguen preparados de la mejor manera”, explica Martín Hevia. Y agrega: “Queremos fomentar el debate racional y la argumentación sofisticada en la sociedad. Y el primer paso para eso es preparar a los jóvenes”.


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